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Corpus de lectura obligatoria
2do. año - EES N° 16 (Edición 2014
para todas las divisiones
E! "#$%&N
(Ray Bradbury)
La noche soplaba entre el pasto escaso del páramo. No había ningún otro movimiento. Desde hacía aos! en el casco del cielo! inmenso y tenebroso! no volaba ningún pá"aro. #iempo atrás! se habían desmoronado algunos pedruscos convirti$ndose en polvo. %hora! s&lo la noche temblaba en el alma de los dos hombres! encorvados en el desierto! "unto a la hoguera solitaria' la oscuridad les latía calladamente en las venas! les golpeaba silenciosamente en las muecas y en las sienes. Las luces del uego subían y ba"aban por los rostros despavoridos y se volcaban en los o"os como "irones anaran"ados. ada uno de los hombres espiaba la respiraci&n d$bil y ría y los parpadeos de lagarto del otro. %l in! uno de ellos ati*& el uego con la espada. +,No! idiota! nos delatarás+,u$ importa- +di"o el otro hombre+. /l drag&n puede olernos a 0il&metros de distancia. Dios! hace río. uisiera estar en el castillo. +/s la muerte! no el sueo! lo 1ue buscamos... +23or 1u$4 23or 1u$4 ,/l drag&n nunca entra en el pueblo+,állate! tonto- Devora a los hombres 1ue via"an solos desde nuestro pueblo al pueblo vecino. +,ue se los devore y 1ue nos de"e llegar a casa+,/spera! escuchaLos dos hombres se 1uedaron 1uietos. %guardaron largo tiempo! pero s&lo sintieron el temblor nervioso de la piel de los caballos! como tamboriles de terciopelo negro 1ue repicaban en las argollas de plata de los estribos! suavemente! suavemente. +%h... +el segundo hombre suspir&+. u$ tierra de pesadillas. #odo sucede a1uí. %lguien apaga el sol' es de noche. 5 entonces! y entonces! ,oh! Dios! escucha- Dicen 1ue este drag&n tiene o"os de uego y un aliento de gas blan1uecino' se le ve arder a trav$s de los páramos oscuros. orre echando rayos y a*ure! 1uemando el pasto. Las ove"as aterradas! enlo1uecen y mueren. Las mu"eres dan a lu* criaturas monstruosas. La uria del drag&n es tan inmensa 1ue los muros de las torres se conmueven y vuelven al polvo. Las víctimas! a la salida del sol! aparecen dispersas a1uí y allá! sobre los cerros. 2uántos caballeros! pregunto yo! habrán perseguido a este monstruo y habrán racasado! como racasaremos tambi$n nosotros4 +,6uiciente! te digo+,7ás 1ue suiciente- %1uí! en esta desolaci&n! ni si1uiera s$ en 1u$ ao estamos. +Novecientos aos despu$s de Navidad. +No! no +murmur& el segundo hombre con los o"os cerrados+. /n este páramo no hay #iempo! hay s&lo /ternidad. 3ienso! a veces! 1ue si volvi$ramos atrás! el pueblo habría desaparecido! la gente no habría nacido todavía! todavía! las cosas estarían cambiadas! cambiadas! los castillos castillos no tallados tallados aún en las rocas! los maderos no cortados aún en los bos1ues' no preguntes c&mo s$' el páramo sabe y me lo dice. 5 a1uí estamos los dos! solos! en la comarca del drag&n de uego. ,ue Dios nos ampare+,6i tienes miedo! ponte tu armadura+23ara 1u$4 /l drag&n sale de la nada' no sabemos d&nde vive. 6e desvanece en la niebla' 1ui$n sabe a d&nde va. %y! %y! vistamos nuestra armadura! ar madura! moriremos ataviados. /nundado a medias en el corselete de plata! el segundo hombre se detuvo y volvi& la cabe*a. /n el e8tremo de la oscura campia! henchido de noche y de nada! en el cora*&n mismo del páramo! sopl& una ráaga arrastrando ese polvo de los relo"es 1ue usaban polvo para contar el tiempo. /n el cora*&n del viento nuevo había soles negros y un mill&n de ho"as carboni*adas! caídas de un árbol otoal! más allá del hori*onte. /ra un viento 1ue undía paisa"es! modelaba los huesos como cera blanda! enturbiaba y espesaba la sangre! depositándola como barro en el cerebro. /l viento era mil almas moribundas! moribundas! siempre conusas y en tránsito! tránsito! una bruma en una niebla niebla de la oscuridad' y el sitio no era sitio para el hombre y no había ao ni hora! sino s&lo dos hombres en un vacío sin rostro de heladas súbitas! tempestades y truenos blancos 1ue se movían por detrás de un cristal verde' el inmenso ventanal descendente! el relámpago. 9na ráaga de lluvia aneg& la hierba' todo se desvaneci& y no hubo más 1ue un susurro sin aliento y los dos hombres 1ue aguardaban a solas con su propio ardor! en un tiempo río. +7ira... +murmur& el primer hombre+. :h! mira! allá. % 0il&metros de distancia! precipitándose! un cántico y un rugido; el drag&n.
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Los hombres vistieron las armaduras y montaron los caballos en silencio. 9n monstruoso ron1uido 1uebr& la medianoche desierta y el drag&n! rugiendo! se acerc& y se acerc& todavía más. La deslumbrante mirada amarilla apareci& de pronto en lo alto de un cerro y! en seguida! desplegando un cuerpo oscuro! le"ano! impreciso! pas& por encima del cerro y se hundi& en un valle. +,3ronto/spolearon las cabalgaduras hasta un claro. +,3asará por a1uíLos guanteletes empuaron las lan*as y las viseras cayeron sobre los o"os de los caballos. +,6eor+6í' invo1uemos su nombre. /n ese instante! el drag&n rode& un cerro. /l monstruoso o"o ambarino se clav& en los hombres! iluminando las armaduras con destellos y resplandores berme"os.
iste4 +grit& una vo*+. 2No te lo había dicho4 +,6í- ,6í- ,9n caballero con armadura- ,Lo atropellamos+2>as a detenerte4 +7e detuve una ve*' no encontr$ nada. No me gusta detenerme en este páramo. 7e pone la carne de gallina. No s$ 1u$ siento. +3ero atropellamos algo. /l tren silb& un buen rato' el hombre no se movi&. 9na ráaga de humo dividi& la niebla. +Llegaremos a 6to0ely a horario. 7ás carb&n! 2eh! ?red4 9n nuevo silbido desprendi& el rocío del cielo desierto. /l tren nocturno! de uego y uria! entr& en un barranco! trep& por una ladera y se perdi& a lo le"os sobre la tierra helada! hacia el norte! desapareciendo para siempre y de"ando un humo negro y un vapor 1ue pocos minutos despu$s se disolvieron en el aire 1uieto. ?uente; http;@@AAA.ciudadseva.com@te8tos@cuentos@ing@[email protected]
E! '#)* +*S,E#%$"* (orge Luis Borges) /n 6antiago había un deán 1ue tenía codicia de aprender el arte de la magia. :y& decir 1ue don Cllán de #oledo la sabía más 1ue ninguno! y ue a #oledo a buscarlo. /l día 1ue lleg& endere*& a la casa de don Cllán y lo encontr& leyendo en una habitaci&n apartada. ste lo recibi& con bondad y le di"o 1ue postergara el motivo de su visita hasta despu$s de comer. Le seal& un alo"amiento muy resco y le di"o 1ue lo alegraba mucho su venida. Despu$s de comer! el deán le reiri& la ra*&n de a1uella visita y le rog& 1ue le enseara la ciencia mágica. Don Cllán le di"o 1ue adivinaba 1ue era deán! hombre de buena posici&n y buen porvenir! y 1ue temía ser olvidado luego por $l. /l deán le prometi& y asegur& 1ue nunca olvidaría a1uella merced! y 1ue estaría siempre a sus &rdenes. 5a arreglado el asunto! e8plic& don Cllán 1ue las artes mágicas no se podían aprender sino en sitio apartado! y tomándolo por la mano! lo llev& a una pie*a contigua! en cuyo piso había una gran argolla de ierro. %ntes le di"o a la sirvienta 1ue tuviese perdices para la cena! pero 1ue no las pusiera a asar hasta 1ue la mandaran. Levantaron la argolla entre los dos y descendieron por una escalera de piedra bien labrada! hasta 1ue al deán le pareci& 1ue habían ba"ado tanto 1ue el lecho del #a"o estaba sobre ellos. %l pie de la escalera había una celda y luego una biblioteca y luego una especie de gabinete con instrumentos mágicos. Revisaron los libros y en eso estaban cuando entraron dos hombres con una carta para el deán! escrita por el obispo! su tío! en la 1ue le hacía saber 1ue estaba muy enermo y 1ue! si 1uería encontrarlo vivo! no demorase. %l deán lo contrariaron mucho estas nuevas! lo uno por la dolencia de su tío! lo otro por tener 1ue interrumpir los estudios. :pt& por escribir una disculpa y la mand& al obispo. % los tres días llegaron unos hombres de luto con otras cartas para el deán! en la 1ue se leía 1ue el obispo había allecido! 1ue estaban eligiendo sucesor! y 1ue esperaban por la gracia de Dios 1ue lo elegirían a $l. Decían tambi$n 1ue no se molestara en venir! puesto 1ue parecía mucho me"or 1ue lo eligieran en su ausencia.
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% los die* días vinieron dos escuderos muy bien vestidos! 1ue se arro"aron a sus pies y besaron sus manos! y lo saludaron obispo. uando don Cllán vio estas cosas! se dirigi& con mucha alegría al nuevo prelado y le di"o 1ue agradecía al 6eor 1ue tan buenas nuevas llegaran a su casa. Luego le pidi& el decana*go vacante para uno de sus hi"os. /l obispo le hi*o saber 1ue había reservado el decana*go para su propio hermano! pero había determinado avorecerlo y 1ue partiesen "untos para 6antiago. ?ueron para 6antiago los tres! donde los recibieron con honores. % los seis meses recibi& el obispo mandaderos del papa 1ue le orecía el ar*obispado de #olosa! de"ando en sus manos el nombramiento de sucesor. uando don Cllán supo esto! le record& la antigua promesa y le pidi& ese título para su hi"o. /l ar*obispo le hi*o saber 1ue había reservado el obispado para su propio tío! hermano de su padre! pero 1ue había determinado avorecerlo y 1ue partiesen "untos para #olosa. Don Cllán no tuvo más remedio 1ue asentir. ?ueron para #olosa los tres! donde los recibieron con honores y misas. % los dos aos! recibi& el ar*obispo mandaderos del papa 1ue le orecía el capelo de cardenal! de"ando en sus manos el nombramiento de sucesor. uando don Cllán supo esto! le record& la antigua promesa y le pidi& ese título para su hi"o. /l cardenal le hi*o saber 1ue había reservado el ar*obispado para su propio tío! hermano de su madre! pero 1ue había determinado avorecerlo y 1ue partiesen "untos para Roma. Don Cllán no tuvo más remedio 1ue asentir. ?ueron para Roma los tres! donde los recibieron con honores y misas y procesiones. % los cuatro aos muri& el papa y nuestro cardenal ue elegido para el papado por todos los demás. uando don Cllán supo esto! bes& los pies de 6u 6antidad! le record& la antigua promesa y le pidi& el cardenalato para su hi"o. /l papa lo amena*& con la cárcel! dici$ndole 1ue bien sabía $l 1ue no era más 1ue un bru"o y 1ue en #oledo había sido proesor de artes mágicas. /l miserable don Cllán di"o 1ue iba a volver a /spaa y le pidi& algo para comer durante el camino. /l papa no accedi&. /ntonces don Cllán (cuyo rostro se había remo*ado de un modo e8trao)! di"o con una vo* sin temblor; E3ues tendr$ 1ue comerme las perdices 1ue para esta noche encargu$. La sirvienta se present& y don Cllán le di"o 1ue las asara. % estas palabras! el papa se hall& en la celda subterránea en #oledo! solamente deán de 6antiago! y tan avergon*ado de su ingratitud 1ue no atinaba a disculparse. Don Cllán di"o 1ue bastaba con esa prueba! le neg& su parte de las perdices y lo acompa& hasta la calle! donde le dese& eli* via"e y lo despidi& con gran cortesía. ( Del Libro de Patronio del infante don Juan Manuel, que lo derivó de un libro árabe: Las cuarenta mañanas y las cuarenta noches). /n !"#$%!& '(!)*%"&L D* L& !(+&M!& -./01 -.023
#*'*, $S$ (6ebastián 6*abo) 6omos unos pocos los 1ue conservamos nuestro aspecto humano. Los 1ue somos de carne y hueso. #odos los demás se plegaron a la moda! todos son de metal. #odos son robots humanos. Desde 1ue el Rectorado aprob& la roboti*aci&n! hace ya trescientos aos! todos se ueron operando y adoptaron el cuerpo de metal. De humanos s&lo conservan el cerebro y el cora*&n 1ue ahora bombea un lí1uido neutro. /s ácil! es una operaci&n de rutina! no duele nada! me dicen los robots. +#en$s 1ue probarlo. 9nite al mundo. Desde 1ue la roboti*aci&n apareci&! se modiic& el mundo. #odo se rige por ella. Nadie puede ser dirigente si no es robot. Los líderes! los artistas... todos son robots. 6omos unos pocos los 1ue no nos roboti*amos. Nos miran raro! nos ridiculi*an. ie"as conventilleras 1ue no perdieron su Fcapacidad de chisme y odioF! a pesar de su operaci&n. No entiendo c&mo se enamoran! si no se distinguen los hombres de las mu"eres. &mo pueden obtener satisacci&n de sus cuerpos de metal. La presi&n de los medios! de la sociedad! del Rectorado del planeta! para 1ue nos roboticemos es terrible. No nos de"an en pa*. Nos apedrean en la calle. Nos arrestan por subversivos. Nos condenan por el s&lo hecho de no 1uerer cambiar. on 9rla! mi novia! "uramos 1ue no cambiaríamos! 1ue seríamos humanos! de carne y hueso! hasta la muerte.
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uelvo a la ciudad. /stoy acostado en la camilla. Dos robots me conducen al 1uir&ano. F,,,/8tra! e8tra--- /l último de los humanos ya es robotF pregonan los robots canillitas en toda la ciudad. "ebastián "4abó en )einte Jóvenes 5uentistas &r6entinos !!7 *ditorial 5olihue7
C$SSE,,E (/nri1ue %nderson Cmbert) %o GHIG! lugar; aula de cibern$tica! persona"e; un nio de J aos! se llama Blas. 3or el potencial de su genotipo! Blas ha sido escogido para la clase %la. : sea 1ue! cuando cre*ca! pasará a integrar ese medio por ciento de la poblaci&n mundial 1ue se encarga del progreso. /ntre tanto! lo educan con rigor. La educaci&n! en los primeros grados! de limita al presente; el m$todo de la ciencia y el uso de los aparatos de comunicaci&n. Despu$s! en los grados intermedios! será una educaci&n para el uturo; 1ue descubra...1ue invente. La educaci&n en el conocimiento del pasado todavía no es materia para su clase %la. /stá en penitencia. 6u tutor lo ha encerrado para 1ue no se distraiga y termine su deber de una ve*. Blas sigue con la vista una nube 1ue pasa. ui*á es la misma nube 1ue otro nio! antes 1ue el naciera! sigui& con la vista una maana como esta. 5 al seguirla! pensaba en un nio 1ue tambi$n la mir& en una $poca anterior! y en tanto la miraba! creía recordar 1ue otro nio y en otra vida...y la nube ha desaparecido. =anas de estudiar Blas no tiene. %bre su cartera y saca! no el dispositivo calculador! sino un "uguete. /s una cassette. /mpie*a a ver una aventura de cosmonautas. ambia y se pone a ver un concierto de música estocástica. 7ientras ve y oye! la imaginaci&n se le escapa hacia a1uellas gentes primitivas del siglo KK! a las 1ue "ustamente se reiri& el tutor en un momento de distracci&n; F,3obres! como se habrán aburrido sin esta csasette...-F Blas! en su vertiginoso siglo KKCC! tiene a su alcance miles de entretenimientos...la cassette admite los más remotos sonidos e imágenes; transmite noticias desde sat$lites 1ue via"an por el sistema solar' remite cuerpos en relieve' permite 1ue $l converse! vi$ndose las caras! con un colono de 7arte' remite sus preguntas a una má1uina computadora (voces! voces! nada más 1ue voces! pues en el ao GHIG el lengua"e es únicamente oral; las inormaciones importantes se diunden mediante otograías! diagramas! guios el$ctricos! signos matemáticos) /n ve* de terminar el deber! Blas "uega con la cassette. /s un paralelepípedo de G 8 HG 8 I 1ue! no obstante su pe1uee*! le orece un variadísimo repertorio de diversiones. 6í! pero $l se aburre. /sas diversiones ya están programadas. 9n gobierno de tecn&cratas resuelve 1u$ es lo 1ue debe ver y oír. Blas da vuelta la cassette en las manos. La enciende...la apaga. ,%h! podrán presentarle cosas para 1ue $l piense sobre ellas! pero no obligarlo a 1ue piense así o asá%hora! por la derecha de la ventana! reaparece la nube. No es nube; es $l mismo 1ue anda por el aire. /n todo caso! es alguien como $l! e8actamente como $l. De pronto! a Blas se le iluminan los o"os. + 2No sería posible + se dice + me"orar esta cassette! hacerla más simple! más c&moda! más personal! más íntima! más libre! sobre todo más libre4 9na cassette tambi$n portátil! pero 1ue no dependa de ninguna energía microelectr&nica' 1ue uncione sin necesidad de oprimir botones' 1ue se encienda apenas se la to1ue con la mirada y se apague en cuanto se le 1uite la vista de encima' 1ue permita seleccionar cual1uier tema y seguir su desarrollo hacia adelante! hacia atrás! repitiendo un pasa"e agradable o saltándose uno astidioso...#odo eso sin molestar a nadie! aun1ue se est$ rodeado de muchas personas! pues nadie! sino 1uien use tal cassette! pueda participar de la iesta. #an perecta sería esa cassette 1ue operaría dentro de la mente...proyectaría imágenes y sonidos en una pantalla de nervios. La cabe*a se llenaría de seres vivos. /ntonces! uno percibiría la entonaci&n de cada vo*! la e8presi&n de cada rostro! la descripci&n de cada paisa"e! la intenci&n de cada signo...3or1ue! claro! tambi$n habría 1ue inventar un c&digo de signos. No como esos de la matemática! sino signos 1ue transmitan vocablos; palabras impresas en láminas cosidas en un volumen manual. 6e obtendría así una portentosa colaboraci&n entre un artista literario 1ue crea ormas simb&licas y otro artista solitario 1ue las recrea. + ,/sto sí 1ue será una despampanante novedad- + e8clama + /l tutor me va a preguntar; F2#erminaste tu deber4F. FNoF! le voy a contestar. 5 cuando! rabioso por mi desparpa"o! se disponga a castigarme otra ve*! ,*as-! lo de"o con la boca abierta; F,6eor! mire en cambio el proyecta*o 1ue le traigo-F...
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(Blas nunca ha oído hablar de su tocayo Blas 3ascal! a 1uien el padre encerr& para 1ue no se distra"era con las ciencias y estudiase lenguas. Blas no sabe! 1ue así como en HMIG a1uel otro Blas de nueve aos! dibu"ando con una ti*a en la pared! reinvent& la =eometría de /uclides! $l! en GHIG! acaba de reinventar...) N* SE C!+E $ N$"E (ulio ortá*ar! HJH+HJO) (?inal del "uego! HJPM) /l río complica siempre las cosas! en verano se está tan cerca del mundo! tan piel contra piel! pero ahora a las seis y media su mu"er lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento! ya es tarde y se da cuenta de 1ue hace resco! hay 1ue ponerse el pul&ver a*ul! cual1uier cosa 1ue vaya bien con el tra"e gris! el otoo es un ponerse y sacarse pul&veres! irse encerrando! ale"ando. 6in ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta! busca el pul&ver en el armario y empie*a a pon$rselo delante del espe"o. No es ácil! a lo me"or por culpa de la camisa 1ue se adhiere a la lana del pul&ver! pero le cuesta hacer pasar el bra*o! poco a poco va avan*ando la mano hasta 1ue al in asoma un dedo uera del puo de lana a*ul! pero a la lu* del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro! con una ua negra terminada en punta. De un tir&n se arranca la manga del pul&ver y se mira la mano como si no uese suya! pero ahora 1ue está uera del pul&ver se ve 1ue es su mano de siempre y $l la de"a caer al e8tremo del bra*o lo"o y se le ocurre 1ue lo me"or será meter el otro bra*o en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. 3arecería 1ue no lo es por1ue apenas la lana del pul&ver se ha pegado otra ve* a la tela de la camisa! la alta de costumbre de empe*ar por la otra manga diiculta todavía más la operaci&n! y aun1ue se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente 1ue la mano avan*a apenas y 1ue sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. 7e"or todo al mismo tiempo! agachar la cabe*a para cal*arla a la altura del cuello del pul&ver a la ve* 1ue mete el bra*o libre en la otra manga endere*ándola y tirando simultáneamente con los dos bra*os y el cuello. /n la repentina penumbra a*ul 1ue lo envuelve parece absurdo seguir silbando! empie*a a sentir como un calor en la cara aun1ue parte de la cabe*a ya debería estar auera! pero la rente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas! por más 1ue tira nada sale auera y ahora se le ocurre pensar 1ue a lo me"or se ha e1uivocado en esa especie de c&lera ir&nica con 1ue reanud& la tarea! y 1ue ha hecho la tontería de meter la cabe*a en una de las mangas y una mano en el cuello del pul&ver. 6i uese así su mano tendría 1ue salir ácilmente! pero aun1ue tira con todas sus uer*as no logra hacer avan*ar ninguna de las dos manos aun1ue en cambio parecería 1ue la cabe*a está a punto de abrirse paso por1ue la lana a*ul le aprieta ahora con una uer*a casi irritante la nari* y la boca! lo sooca más de lo 1ue hubiera podido imaginarse! obligándolo a respirar proundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca! probablemente desteirá y le manchará la cara de a*ul. 3or suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire! al río de auera! por lo menos ya hay una auera aun1ue la otra siga apresada en la manga! 1ui*á era cierto 1ue su mano derecha estaba metida en el cuello del pul&ver! por eso lo 1ue $l creía el cuello le está apretando de esa manera la cara! soocándolo cada ve* más! y en cambio la mano ha podido salir ácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único 1ue puede hacer es seguir abri$ndose paso! respirando a ondo y de"ando escapar el aire poco a poco! aun1ue sea absurdo por1ue nada le impide respirar perectamente salvo 1ue el aire 1ue traga está me*clado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pul&ver! y además hay el gusto del pul&ver! ese gusto a*ul de la lana 1ue le debe estar manchando la cara ahora 1ue la humedad del aliento se me*cla cada ve* más con la lana! y aun1ue no puede verlo por1ue si abre los o"os las pestaas tropie*an dolorosamente con la lana! está seguro de 1ue el a*ul le va envolviendo la boca mo"ada! los agu"eros de la nari*! le gana las me"illas! y todo eso lo va llenando de ansiedad y 1uisiera terminar de ponerse de una ve* el pul&ver sin contar 1ue debe ser tarde y su mu"er estará impacientándose en la puerta de la tienda. 6e dice 1ue lo más sensato es concentrar la atenci&n en su mano derecha! por1ue esa mano por uera del pul&ver está en contacto con el aire río de la habitaci&n! es como un anuncio de 1ue ya alta poco y además puede ayudarlo! ir subiendo por la espalda hasta aerrar el borde inerior del pul&ver con ese movimiento clásico 1ue ayuda a ponerse cual1uier pul&ver tirando en$rgicamente hacia aba"o. Lo malo es 1ue aun1ue la mano palpa la espalda buscando el borde de lana! parecería 1ue el pul&ver ha 1uedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único 1ue encuentra la mano es la camisa cada ve* más arrugada y hasta salida en parte del pantal&n! y de poco sirve traer la mano y 1uerer tirar de la delantera del pul&ver por1ue sobre el pecho no se siente más 1ue la camisa! el pul&ver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahí arrollado y tenso como si $l tuviera los hombros demasiado anchos para ese pul&ver! lo 1ue en deinitiva prueba 1ue realmente se ha e1uivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga! con lo cual la distancia 1ue va del cuello a una de las mangas es e8actamente la mitad de la 1ue va de una manga a otra! y eso e8plica 1ue $l tenga la cabe*a un poco ladeada a la i*1uierda! del lado donde la mano sigue prisionera en la manga! si es la manga! y 1ue en cambio su mano derecha 1ue ya está auera se mueva con toda libertad en el aire aun1ue no consiga hacer ba"ar el pul&ver 1ue sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Cr&nicamente se le ocurre 1ue si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar me"or hasta ponerse del todo el pul&ver! pero ha perdido la orientaci&n despu$s de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eu&rica 1ue inicia siempre la colocaci&n de una prenda de ropa y 1ue tiene algo de paso de baile disimulado! 1ue nadie puede reprochar por1ue responde a una inalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográicas. /n el ondo la verdadera soluci&n sería sacarse el pul&ver puesto 1ue no ha podido pon$rselo! y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabe*a en el cuello! pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya uera ridículo renunciar a esa altura de las cosas! y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabe*a y tira hacia arriba sin 1ue $l comprenda a tiempo 1ue el pul&ver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento me*clado con el a*ul de la lana! y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las ore"as y 1uisieran arrancarle las
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pestaas. /ntonces más despacio! entonces hay 1ue utili*ar la mano metida en la manga i*1uierda! si es la manga y no el cuello! y para eso con la mano derecha ayudar a la mano i*1uierda para 1ue pueda avan*ar por la manga o retroceder y *aarse! aun1ue es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos! como si la mano i*1uierda uese una rata metida en una "aula y desde auera otra rata 1uisiera ayudarla a escaparse! a menos 1ue en ve* de ayudarla la est$ mordiendo por1ue de golpe le duele la mano prisionera y a la ve* la otra mano se hinca con todas sus uer*as en eso 1ue debe ser su mano y 1ue le duele! le duele a tal punto 1ue renuncia a 1uitarse el pul&ver! preiere intentar un último esuer*o para sacar la cabe*a uera del cuello y la rata i*1uierda uera de la "aula y lo intenta luchando con todo el cuerpo! echándose hacia adelante y hacia atrás! girando en medio de la habitaci&n! si es 1ue está en el medio por1ue ahora alcan*a a pensar 1ue la ventana ha 1uedado abierta y 1ue es peligroso seguir girando a ciegas! preiere detenerse aun1ue su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pul&ver! aun1ue su mano i*1uierda le duela cada ve* más como si tuviera los dedos mordidos o 1uemados! y sin embargo esa mano le obedece! contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcan*a a aerrar a trav$s de la manga el borde del pul&ver arrollado en el hombro! tira hacia aba"o casi sin uer*a! le duele demasiado y haría alta 1ue la mano derecha ayudara en ve* de trepar o ba"ar inútilmente por las piernas! en ve* de pelli*carle el muslo como lo está haciendo! araándolo y pelli*cándolo a trav$s de la ropa sin 1ue pueda impedírselo por1ue toda su voluntad acaba en la mano i*1uierda! 1ui*á ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano i*1uierda 1ue tira una ve* más del pul&ver y de golpe es el río en las ce"as y en la rente! en los o"os! absurdamente no 1uiere abrir los o"os pero sabe 1ue ha salido uera! esa materia ría! esa delicia es el aire libre! y no 1uiere abrir los o"os y espera un segundo! dos segundos! se de"a vivir en un tiempo río y dierente! el tiempo de uera del pul&ver! está de rodillas y es hermoso estar así hasta 1ue poco a poco agradecidamente entreabre los o"os libres de la baba a*ul de la lana de adentro! entreabre los o"os y ve las cinco uas negras suspendidas apuntando a sus o"os! vibrando en el aire antes de saltar contra sus o"os! y tiene el tiempo de ba"ar los párpados y echarse atrás cubri$ndose con la mano i*1uierda 1ue es su mano! 1ue es todo lo 1ue le 1ueda para 1ue lo deienda desde dentro de la manga! para 1ue tire hacia arriba el cuello del pul&ver y la baba a*ul le envuelva otra ve* la cara mientras se endere*a para huir a otra parte! para llegar por in a alguna parte sin mano y sin pul&ver! donde solamente haya un aire ragoroso 1ue lo envuelva y lo acompae y lo acaricie y doce pisos.