El hombre prótesis en la cultura posmoderna Síntesis
El análisis de los arte rtefactos físi ísicos y abstractos tos que usa el hombre para extender sus capacidades afronta el paradigma, no de la diferencia ontológica entre el hombre y el animal, sino de la diferencia específica entre el hombre y la máquina. Frente a la pregunta clásica: ¿soy un hombre, soy un animal?, surge una nueva pregu regunt nta, a, más más actu ctual, al, ¿soy soy un hombr ombre, e, soy soy una una máq máquin uina?, a?, ¿cuá ¿cuáll es la dife difere ren ncia cia?, ¿cuá ¿cuáll es la dife difere renc ncia ia entr entre e un homb hombre re que que se sust sustra rae e al uso uso de cual cualqu quie ierr tecn tecnol olog ogía ía y aquel que prolonga sus órganos con el uso de instrumentos?. La prim primer era a preg pregun unta ta afir afirma ma las las disp dispos osic icio ione nes s inte intele lect ctua uale les s del del alma alma como como form formas as de realización del ser físico. Mientras que la segunda, reconoce el cuerpo como el paisaje en el que es posible la experimentación de la vida. Las pasiones como potencias del obrar humano y de los múltiples modos de estar en el mundo.
El hombre, ha evolucionado hacia formas de vida siempre más cómodas, llen llenán ándo dose se de ute utensil nsilio ios, s, mate materi ria ales les o no, no, para ara faci facili lita tarr sus tare tarea as. Llená lenánd ndos ose e de Prót Prótes esis is,, arte artefa fact ctos os que que se inte integr gran an al cuer cuerpo po para para supl suplir ir la defi defici cien enci cia a func funcio iona nall de un órgano (o más), pero que también tiene como destino la prolongación de un senti entid do o el ador adorno no de una parte arte del cuerp uerpo. o. Es un arti artifi fic cio que modi modifi fic ca el cuerp uerpo, o, y por tanto, tran ransforma las relaciones que el hombre establece consigo mismo, los otros, y la naturaleza.
El hombre ha extendido el uso de prótesis a todos los aspectos de su vida. Los diferentes sist istemas de tran ransporte rte funcionan como extensiones del pie, ie, de la capac apacid idad ad huma human na de tran transp spor orta tars rse e a sí mis mismo. mo. Así Así mis mismo, mo, toda todas s las las expre xpres sione iones s de la tecnología no son más que extensiones de las habilidades del cuerpo humano.
El arado del campesino, el hacha del leñ leñador, el cetro tro, la vara, el látigo, el pincel, el bisturí del cirujano, son prolongaciones de la mano. El cuernófono, el tambor, el canto anto,, el piano iano,, la guit guita arra rra, el tip tiple, le, el meg megáfon áfono o y el audí audífo fon no, son exte exten nsio siones nes de la
voz y del oído. Y a su vez, el microscopio, los lentes, el cine, y la fotografía, prolongaciones de la mirada.
El olfato, como puerta de reconocimiento de uno mismo y de la esencia del mundo, históricamente ha variado en su significación. Los aromas siempre han estado presentes en la historia de la civilización como símbolos de limpieza, estatus social, y salud. Desde que somos pequeños, asociamos diversos olores con significaciones específicas de salud, pobreza, suciedad, entre otras, de acuerdo a la cultura en la que hayamos crecido.
En cuanto al gusto, y a la necesidad humana de la alimentación, el humano ha creado una serie de ritos, cada vez más complejos. En un principio, el humano comía lo que había disponible, el árbol que aflojaba sus frutos, y el animal que de vejez moría eran los alimentos del hombre. El nacimiento de la agricultura, el pastoreo y la ganadería comenzaron a marcar la aparición de una nueva forma de alimentarse. Con el fuego aparecen los rituales de la pesca, y la caza, y con éstas el arte culinario. Poco a poco, la alimentación se convierte en un acto social. Nacen las estufas, y los hornos. Los cepillos de dientes, la seda, la crema y el enjuague bucal. Poner los codos sobre la mesa ahora es mala educación. Por otro lado, el dietista se convierte en la prótesis del gusto.
Así mismo, el ser humano busca manipular la manera en que los demás seres lo perciben. El vestido, el maquillaje y la vivienda son prolongaciones de la piel. El vestido es gemelo de las tecnologías de maquillaje de la piel. El vestido pone color e interés a la uniformidad de la piel, mientras que el maquillaje hace el mismo trabajo en las zonas de esta que el vestido no cubre.
También hemos encontrado prótesis para nuestras capacidades de almacenamiento y análisis de la información. El computador, en su acepción más amplia, es una prolongación del sistema nervioso central, una prótesis de la inteligencia.
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, el hombre inventa aquellas prótesis que piensan, trabajan o se desplazan mejor que él, o en su lugar, aún así, no hay prótesis del placer del hombre, del placer de ser hombre.