El icono en la cultura rusa No existe existe demas demasiad iada a litera literatur tura a en castel castellan lano o sobre sobre el arte arte de los iconos. iconos. Los antiguos libros de la editorial rusa de Artes Aurora, que en tiempos distribuyó la desaparecida librería Rubiños junto a los de Mir y Raduga, se han vuelto “raros” (en términos de bibliofilia), por no decir inencontrables. Los de Sor María Donadeo en Narcea son muy interesantes, pero creo que adolecen de cierto catolicismo con afán afán ecumen ecumenist ista a de integr integrar ar a las “iglesia “iglesias s herman hermanas” as”.. Y lo mismo mismo les pasa a algu alguno nos s de los los edit editad ados os en Edic Edicio ione nes s Paul Paulin inas as.. Por Por cont contra ra,, el libr libro o de Paul Paul Evdokimov en Publicaciones Claretianas es pura mística ortodoxa. Y aparte de algún texto teórico de Pavel Florenski en Siruela sobre la perspectiva invertida de los iconos (no los miras tú; ellos te miran a tí), y algúna cosa más en Libsa y Electa, poco más hay, al menos que yo conozca. Por eso tenía ojeada la monografía que aparece en la imagen, y cuando Ilus Books, siguiendo la tendencia imperante en muchas editoriales, la saldó a mitad de precio (necesidad obliga), no me lo pensé dos veces. Además es específica sobre el icono ruso, el que mejor ha custodiado la esencia del antiguo arte bizantino, que junto con la religión ortodoxa y según cuenta la leyenda, fueron adoptados por el pueblo eslavo debido al esplendor de sus expresiones y ritos. Y es que el icono es parte esencial de la cultura rusa que yo mejor conozco (modesta y librescamente): la de la época de los zares, especialmente en el siglo XIX y comienzos del XX, y la de las vanguardias soviéticas, que para la literatura rusa son sus edades de oro y de plata, respectivamente. A continuación cito, a modo de pinceladas, algunos ejemplos que han venido a mi memoria. Tolstói, al comienzo de Guerra y Paz , nos describe el rico iconostasio del moribundo conde conde Bezújo Bezújov, v, y, poster posterior iormen mente, te, nos cuenta cuenta cómo cómo Kutúzo Kutúzov v y su solda soldades desca ca rindie rindieron ron sus respet respetos os a la imagen imagen de Nuest Nuestra ra Señora Señora de Smolen Smolensk sk antes antes de presentar batalla. Y, en la misma novela, el príncipe Bolkonski lleva a la guerra un pequeño icono familiar colgado al cuello que su hermana le confía con su bendición. Por su parte, Dostoievski, en el Diario de un Escritor , nos dejó una preciosa novelita, inspira pirad da por por un hec hecho rea real: una una mujer ujer se suici uicidó dó La Mans Mansa a, que le fue ins sumisamente arrojándose por la ventana con un icono en sus manos. Dejando de lado a los dos gigantes de la novela rusa y menos conocido que ellos al menos en España, Nikolái Leskov, descendiente de popes, escribió El Ángel El Ángel Sellado, una novela que, lamentablemente, aún no ha sido traducida. Por lo que sé, trata de un icon icono o que que es conf confis isca cado do a una una comu comuni nida dad d de camp campes esin inos os disi diside dent ntes es y posteriormente lacrado. Y pasando de lo trágico a lo cómico, en un cuento de Chéjov los padres de una poco agraciada novia frustran su boda al confundir con las prisas el icono familiar con una fotografía enmarcada, con lo que pifian la bendición paterna a los novios, que pierde así su sello de compromiso irreversible. Ya en el periodo soviético, como se puede suponer, la presencia de todo lo religioso es meno menor, r, pero pero aún aún muy muy sign signif ific icat ativ iva. a. En Pan uno de los los cuen cuento tos s Pan Apole Apolek k , uno integrante integrantes s de Caballerí Isaak Bábel, Bábel, un pintor pintor ambula ambulante nte de iconos iconos Caballería a Roja de Isaak retrata los rostros de los convecinos en sus frescos de santos. Gorki, en Mi Infancia, nos narra retrospectivamente y con mano maestra su aprendizaje en un taller de iconos. Y Kuzmá Petrov-Vodkin es autor de una madre obrera con su hijo que talmente parece una Virgen con Niño en la más pura tradición ortodoxa.
El último testimonio citado no es literatura, claro, sino pintura. Pero es que, según los tratadistas, los iconos son ventanas a la eternidad, imágenes de lo invisible, que no se pintan sino que se escriben; y no se miran, más bien se leen. Para concluir, cómo no citar más modernamente las películas de Andréi Tarkovski, especialmente Sacrificio y Andrei Rubliov . En esta última, sobre el más famoso pintor de iconos, apenas se ve ninguno durante todo el metraje en blanco y negro. Sólo al final, fugazmente y en glorioso color, deslumbra en la pantalla el fulgor del icono de El Salvador …