MARIA BEATRIZ FONTANELLA DE WEINFEJ COORD!NADORA
Nelida E. Donni de Mirande Ines Abadfa de Quant Elena M. Rojas Magdalena Viramonte de Avalos Liliana Cubo de Severino
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Coleccirin EDICIAL UNIVERSIDAD dirigida por Elvira Arnoux
Diagramaci6n: GLADYS IsABEL ROMERO Coordinaci6n editorial: CARMEN BoRATTO
LOSAUTORES Doctora MARIA BEATRIZ FONTANELLA DE WEINRERG (1939-1995)
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Estful prohibidas y penadas por Ia ley Ia reproducci6n y Ia difusi6n totales o parciales de esta obra, en cualquier forma, por medios mecanicos o electr6nicos, incluso por fotocopia, grabaci6n magnetof6nica y cualquier otro sistema de almacenamiento de informaci6n, sin el previo consentimiento escrito del Editor. Fotocopiar libros es realizar un uso abusivo y colectivo de Ia fotocopia sin el consentimiento de los editores. Por ser una practica ampliamente difundida en escuelas, colegios y universidades, el fotocopiado amenaza el futuro del libro, pues pone en peligro el equilibrio econ6mico de Ia industria y priva a los autores de una justa remuneraci6n.
PRIMERA EDICI6N © EDICIAL S.A. - 2000 Rivadavia 739 (1002) Buenos Aires- Argentina Tel.: 4342-8481182/83 Fax: 4343-1151 E-mail: edicial @edicial.com.ar http: //www.edicial.com.ar Hecho el dep6sito que marca Ia ley 11.723 ISBN: 950-506-339-3 IMPRESO EN LA ARGENTINA- PRINTED IN ARGENTINA
Profesora titular en Ia Universidad Nacional del Sur. lnvestigadora principal del CONICET. Miembro de Ia Academia Argentina de Letras. Fundadora y Directora del Centro de Estudios Lingiifsticos de Ia mencionada Universidad. y que hoy lien su nombre. Primer Premio Nacional de Lingiifstica y Filologfa otorgado por Ia Secretarfa de Cultura de Ia Nacion. Premio Konex. Coordinadora del Proyecto de estudio historico del espaiiol de America y Canarias. Autora de numerosos libros, entre otros: Dintimica social de un cambia lingiiistico; Asimilacion lingiifstica de los inmigrantes; El espafiol bonaerense: cuatro siglos de evolucion lingiiistica; El espafiol de America. Compil6 el volumen Documentos para la historia lingiifstica de Hispanoomrrica. Sir?lo5 XVI a XVlll. editado por Ia Real Academia Espanola.
Doctora NELIDA E. DONNI DE MIRANDE Directora del Centro de Lingiifstica Hispanica de Ia Universidad Cat6lica Argentina (Rosario). lnvestigadora principal del CONICET. Miembro de b Academia Argentina de Letras. Entre otros, es autora de los siguientes lihros: El espafiol hablado en Rosario, El espafiol en.ellitoral argcnri."o. y Or[P.P'U's del espafiol en Santa Fe: siglos XVI-XVI/.
Profesora INES ABADIA DE QUANT Profesora titular en Ia Universidad Nacional del Nordeste IResistencia). Esta dedicada a estudios e investigaciones sobre el espaiiol del Chaco y Cnrrientes. Entre sus tr?b?Jo'>: "lnterferencia g1.1af'l'1f en Ia mor
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del espai'iol suhestandard de Resistcncia" (en colahoraci6n): y "Sistemas lingiifsticos en contacto y sus eonsecuencias en cl area palatal de dos capitalcs del nordeste argentino: Corrientes y Resistencia".
Doctora ELENA M. ROJAS Profesora titular en )a Universidad Nacional de Tucuman. lnvestigadora principal del CONICET. Miembro de Ia Academia Argentina de Letras. Directora dellnstituto de Investigaciones Lingiifsticas y Literarias Hispanoamericanas de Ia mencionada Universidad. Primer Premio Nacional de Lingiifstica y Filologfa otorgado porIa Secretarfa de Cultura de Ia Naci6n. Autora de varios libros, el ultimo de los cuales es El didlogo en el espanol de America.
))(dora MAGDALENA VIRAMONTE DE AVALOS Profesora titular en Ia Universidad Nacional de Cordoba. Direetora del Centro de Investigaciones Linglifsticas, de Ia Escuela de Lenguas de Ia mencionada Universidad. Entre sus publicaciones Ia mas reciente es su libro Lengua, ciencias, escuela y sociedad.
Doctora LILIANA CUBO DE SEVERINO Profesora titular en Ia Universidad Nacional de Cuyo. Investigadora del CONICET. Directora del Instituto de Lingiifstica de Ia Facultad de Filosoffa y Letras de Ia citada Universidad. Ttene numerosos trabajos sobre sociolingiifstica del habla rural de Mendoza.
))(dora ELIZABETH M. RIGATUSO Profesora en Ia Universidad Nacional del Sur. lnvestigadora del CONICET. Directora del Centro de Estudios Lingiii'sticos "Poctora Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg" de Ia mencionada Universidad. Entre otras publicaciones es autora dellibro Lengua, historia y sociedad. Evolucion de las formulas de tratamiento en el espaiiol bonaerense ( 1830-1930).
PROLOGO Mucho podemos comentar en relaci6n a una publicaci6n a Ia que deseamo: darle una calurosa bienvenida en el medio -sobre todo cuando respetamos a st autor y el tema nos es caro-, como es el caso del que se anuncia en el tftulo d1 El espaiiol de Ia Argentina y sus variedades regionales. Pero el hecho se hac1 mas trascendente aun, porque queremos que este libro sea un merecido home· naje a Ia memoria de qui en fue su coordinadora: Ia Dra. Marfa Beatriz Fonta· nella de Weinberg, una de las mas destacadas lingiiistas argentinas de todos lo: tiempos, quien se dedic6 con pasi6n a descubrir los matices que particularizar el habla argentina, especialmente en Ia region bonaerense: Dispuesta siempre a brindarse intelectualmente con su habitual generosi dad se preocup6, hasta los ultimos momentos de su vida, por atender no s61! las necesidades de sus discfpulos sino de todo el cfrculo intemacional de lin giiistas, que esperaban su palabra para confirmar o corregir sus observacione: en Ia materia. Por eso esta obra que publica ahora Edicial intenta llenar media namente el vacfo que deja el fallecimiento de Ia investigadora bahiense. Sin duda, El espanol de Ia Argentina y sus variedades regionales, librc planificado y organizado por Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg y cons· tituido por capftulos redactados por ella y por otros especialistas en el tema brinda una perspectiva novedosa sobre el estado de Ia lengua espanola en Ia! distintas regiones de Ia Argentina. Era una deuda de Ia lingiifstica que a! pu blicarse ahora, gracias a! empefio puesto por su esposo, el Prof. Felix Wein berg, cerrara virtualmente -en nuestro pafs- Ia producci6n lingiifstica de es· te siglo. Observando hacia atnis el panorama del espaiiol de America con Ia grar cantidad de estudios que sobre distintos temas se realizaron a lo largo de h centuria, 1 particularmente en los ultimos cincuenta afios, en su mavorfa trata
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dos desde Ia dialectologfa, Ia sociolingiifstica, Ia lingiifstica hist6rica y Ia pragmatica, vaticinamos un comienzo promisorio del nuevo milenio en relaci6n con estos estudios. Por otra parte podemos afirmar que, en los ultimos tiempos, se advierte un avance marcado hacia Ia consideraci6n diacr6nica del espafiol en los distintos pafses americanos, y que son muchos los aspectos a los que se ha prestado minuciosa atenci6n gracias a los aportes y al estfmulo proporcionado porIa Dra. Weinberg.2 Pero tanto en esta dimension como en Ia sincr6nica fue Iucido su papel. En los comienzos de los estudios lingiifsticos americanos, referidos a los pafses de Ia America septentrional y del Caribe parecfan sobresalir los estudios sincr6nicos, como se observa en los trabajos sobre bibliograffa hispanoamericana, como el de Juan M. Lope Blanch (1968): El espaiiol de America, o en el de Beatriz Fontanella de Weinberg (1976): La lengua espaiiolafuera de Espaiia: America, Canarias, Filipinas, Judeo-espaiiol. De todos modos, el enfoque diacr6nico se acentua en atgunas obras recientes como las de Luis Cortes Rodriguez (1994): Tendencias actuates en el estudio del espmiol hablado y en Ia de Javier Medina L6pez (1995): El espaiiol de America y Canarias desde una perspectiva historica, entre otras. El estudio del espafiol de Ia Argentina en su dimension diacr6nica y en su dimension social recorre Ia vastfsima producci6n de Maria Beatriz Fontanella de Weinberg, que es hoy de consulta ineludible para todos los que se aproximan a este campo de investigaci6n. Lo cierto es que desde Ia etapa posterior a las publicaciones de Amado Alonso y sus discfpulos en Ia decada del cincuenta, sobre aspectos del espanol en Ia Argentina, y el clasico de Berta Elena Vidal de Battini (1962): El espaiiol de la Argentina, con observaciones sobre Ia realizaci6n de Ia lengua en todo el pafs, el interes por el estudio de las peculiaridades del habla en sus diversas manifestaciones, en Ia mayoria de las universidades argentinas y en muchas del extranjero, ha dado Iugar a numerosas reuniones cientfficas y a otros espacios de discusi6n. Y, sin duda Ia Argentina es, en Ia actualidad, uno de los paises que mas se han destacado por et nivet de sus trabajos lingiifsticos, tanto desde Ia perspectiva dialectal como de Ia sociol6gica. Seg11n anticipamos, en esta oportunidad celebramos Ia publicaci6n de El espaiiol de Ia Argentina y sus variedades regionales, que reune los estudios acerca de su realizaci6n en las distintas regiones del pals, con Ia participaci6n de Maria Beatriz Fontanella de Weinberg, "El espafiol bonaerense" y "EI espafiol de Ia Patagonia"; Nelida Donni de Mirande, "EI espafiol en el litoral"; Liliana Cubo de Severino, "EI espafiol cuyano"; Magdalena. Viramonte de Avalos, "EI espafiol del centro"; Ines Abadfa de Quant, "EI espafiol del
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Nordeste"; Elena M. Rojas. "EI espafiol en el noroeste", cuyas lfneas variacionales se unen en un cuerpo comun que revela Ia situaci6n en que se encuentra actual mente Ia lengua espanola en Ia Argentina, aporte importantfsimo para los estudios del espafiol en general. Elena M. Rojas
NOTAS I. Podrfamos decir que se inicia el siglo con Ia publicaci6n del articulo de Rufino Jose Cuervo (1901), "EI castellano en America", Bulletin Hispanique, Ill, 35·62. 2. Recuerdese que, entre muchas otras empresas, fue Ia primera coordinadora del Pro· yecto de Ia ALFAL sobre estudio de Ia historia del espafiol de America y Canarias. y que compil6 los Docwnento.< para Ia historia lingiif.
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PRESENTACION
En su canicter de lengua de cultura "extendida" (Guitarte, 1991) o "trasplantada" (Hock, 1986), que se caracteriza hoy por su estandarizaci6n policentrica (Stewart, 1970) 1, Ia problematica de las variedades del espafiol y sus distintas modalidades nacionales y regionales ha ocupado y ocupa Iugar preponderante en el escenario academico nacional e intemacional, constituyendo un capitulo esencial de Ia dialectologfa, Ia sociolingiifstica y Ia lingiifstica hist6rica. En ese marco general de interes por el mundo hispanohablante, en el que no esta ausente por supuesto Ia preocupaci6n por el espafiol peninsular, "objeto de una copiosfsima y valiosa bibliograffa" (Fontanella de Weinberg, 1976), el espafiol de America y sus variedades constitutivas emerge como un campo de estudio particularmente fertil, objeto permanente de atenci6n y actualizaci6n2 • AI respecto, se ha sei'ialado reiteradamente en los estudios referidos a! espafiol de America en general y de Ia Argentina en particular, que el espai'iol de Ia Argentina es una de las variedades lingilfsticas del mundo hispanoamericano de Ia que existe un m1mero mayor de estudios. Asf Io puntualizan -entre otros estudiosos - Nelida Donni de Mirande en su trabajo "Problema y estado actual de Ia investigaci6n del espai'iol de Ia Argentina hasta 1984" ( 1986a) , Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg en El espana/ de America (1992a), John Lipsky en Latin American Spanish (1994) y Adolfo Elizaincfn en su trabajo sobre "La sociolingiifstica en Ia Argentina, Paraguay y Uruguay", introducci6n a! volumen especial de International Journal of the Sociology of Language dedicado a los avances de Ia sociolingiifstica en esos pafses, editado bajo su direcci6n (1996) 3• Estos trabajos sobre el espafiol de Ia Argentina implican el abordaje de problemas de conjunto, tales como fen6menos de unidad y diferenciaci6n de variedades lingiifsticas -y su vinculaci6n con el problema de Ia norma- y trabajos globales referidos a distintas variedades regionales, como asf tam bien el es-
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tudio de diversos rasgos fonol6gicos, morfosintacticos y lexico-semanticos correspondientes a distintas regiones, dentro de una perspectiva sincr6nica odesde el punto de vista de su evoluci6n historica (Donni de Mirande, 1986a: 179, Fontanella de Weinberg, 1992a: 179). Como es dable suponer, Ia consideracion de los distintos aspectos se ha ido enriqueciendo a traves de las decadas con el surgimiento de nuevos enfoques dentro de Ia lingiiistica. En tal sentido, estos estudios, de larga tradici6n en Ia comunidad academica nacional, han tenido su hito fundacional en Ia creacion del Instituto de Filologfa Hispanica dependiente de Ia Facultad de Filosoffa y Letras de Ia Universidad de Buenos Aires, en Ia decada de 1920, dirigido inicialmente por Americo Castro, y que alcanzara una epoca de excepcional esplendor cientffico bajo Ia direccion de una figura de relieve extraordinario, el Dr. Amado Alonso. Asf, en el marco de Ia dialectologfa y de Ia filologfa hispanicas, distintos aspectos del espafiol de Ia Argentina fueron cobrando relevancia como objeto de estudio y echaron luz sobre diferentes fenomenos, tanto en sus vertientes mas teoricas como en las mas directamente aplicadas al analisis concreto de los hechos lingilfsticos. Figuras de Ia talla del mencionado Amado Alonso, junto a Angel Rosen blat, Pedro Henriquez Ureiia, Guillermo Guitarte, Frida Weber de Kurlat, Ana Marfa Barrenechea y Berta Vidal de Battini -entre otros prestigiosos estudiosos- aportaron una visi6n mas rigurosa y cientffica al anatisis de los hechos lingiifsticos, en algunos de cuyos trabajos es dable observar ademas el reconocimiento de variedades regionales y de Ia existencia de variaciones sociales y estilfsticas en Ia lengua4 • Dos importantes ejemplos al respecto lo ofrecen sendos trabajos de Guillermo L. Guitarte y Frida Weber de Kurlat. En 1955 Guitarte publico un valioso articulo -precursor, a partir de sus modernas observaciones, de los posteriores estudios sociolingiifsticos- en el que aborda con un criterio fonol6gico estructural y una metodologfa que se anticipa a los estudios de Ia lengua en su contexto social el fenomeno conocido como 'ensordecimiento del yeismo (rehilamiento) portefio' -/Z/-5 , considerando en su analisis variables sociolingiifsticas de nivel socioeducacional y sexo de los hablantes, lo que le permite concluir, en cuanto a Ia distribuci6n social del fen6meno, que: El fen6meno parece estar mas extendido entre las mujeres que entre los hombres; los datos observados indican que tiene su centro de extension en Ia burguesfa media (1955:270). En el mismo marco de intereses sociolingiHsticos Guitarte aporta tambien datos sobre Ia conciencia social del fenomeno en los hablantes, en los que -seiiala- "no existe una conciencia del fenomeno y que, por tanto, no se lo considera rasgo que caracterice una capa social" (1955: 266) 6 .
PRESENTACJ6N
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Frida Weber de Kurlat, por su parte, realizo en 1940 un trabajo sobre las formulas de tratamiento en Ia lengua de Buenos Aires, generador de una serie de investigaciones dialectales sobre este aspecto (Fontanella de Weinberg, 1976, Rigatuso, 1992), en el que, si bien no aparece una correlacion sistematica de los hechos en variacion, se advierte ya Ia consideracion de condicionamientos sociales, etarios y estilfsticos en Ia interpretacion del uso de los tratamientos, que se anticipa a posteriores estudios sociolingiifsticos sobre el tema7 (Weber de Kurlat, 1941). . Finalmente, en lo que hace a Ia variaci6n diatopica, corresponde una mencion especial al volumen El espaiiol de Ia Argentina de Berta Vidal de Battini, de 1964 -antecedente directo dellibro que presentamos hoy-, que ofrece una primera vision de conjunto de las diferentes variedades regionales de Ia Argentina8. El impacto de Ia sociolingiifstica marcarfa, desde mediados de los afios 60, otro hito en el avance de los estudios sobre el espaiiol de Ia Argentina, en especial en lo atinente a investigaciones "que antes hubieran cafdo en el marco de Ia dialectologfa" (Elizaincfn, 1996:2), a partir de los trabajos de William Labov (1963, 1966, 1970) y su perspectiva variacionista cuantitativa. En el marco sociolingiifstico laboviano surgieron asf importantes trabajos bajo Ia autoria de figuras relevantes de Ia lingiifstica argentina, tales como Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg, Beatriz Lavandera y Nelida Donni de Mirande, con estudios de trascendencia ya en Ia decada de 1970 (veanse, por ejemplo, Fontanella de Weinberg 1973, 1974, Lavandera 1975, Donni de Mirande 1982a, 1986b). A ellos se unieron Iuego trabajos que integraron Ia variaci6n lingiifstica al anatisis del habla de diferentes regiones, a manos tambien de figuras de relevancia de Ia Jingiifstica nacional, ya sea en estudios globales o en el analisis de algt1n fen6meno en particular, como los trabajos de Elena M. Rojas sobre el espafiol de Tucuman (1980, 1981a y b, 1985a, entre otros)9. Tambien el trabajo de Uriel Weinreich, William Labov y Marvin Herzog (1968) causarfa impacto en Ia trayectoria de estudios sociolingtifsticos argentinos, y Ia problematica del estudio del cambio lingiifstico en Ia perspectiva social serfa objeto de particular interes (por ej., en Fontanella de Weinberg, 1979a). En el desarrollo de los estudios sociolingiifsticos fue asirnismo importante Ia aparici6n hacia fines de Ia decada de 1970 del volumen Estudios lingiiisticos y dialectol6gicos bajo Ia autorfa de Ana Marfa Barrenechea y un grupo de investigadores (Barrenechea et al., 1979), que reune un conjunto de estudios efectuados en su casi totalidad en el marco del "Proyecto de estudio coordinado en Ia norma lingiifstica culta de las principales ciudaaes de lberoamerica y de Ia Peninsula Iberica" (PILEI) 10• Vease especialmente en tal sentido el trabajo de Clara Wolf y Elena Jimenez sobre el ensordecimiento del yefsmo portefio.
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La variaci6n lingilfstica fue desde entonces centro de atenci6n de diversos estudios sociolingUfsticos cuantitativos y cualitativos, que, en el marco de herramientas sociolingilfsticas te6ricas y metodol6gicas amplias, y dentro de perspectivas macro y microsociolingilfsticas, adhirieron a alguno de los Jineamientos del enfoque, integrando en sus investigaciones aportes de Ia etnograffa de Ia comunicaci6n, Ia sociologfa dellenguaje, Ia sociolingiifstica cuantitativa, Ia sociolingiifstica interaccional, el amilisis sociolingiifstico del discurso, etc., ya sea en panoramas globales sobre una regi6n o en e1 amilisis de alg\ln tema en particular. Veanse, por ejemplo, los trabajos de Boretti de Macchia (1977, 1982), Donni de Mirande (1979, 1982b), Donni de Mirande, Ferrer de Gregoret, Sanchez Lanza, DiRosa y Boretti de Machia (1983), Malanca de Rodriguez Rojas, Prevedello y Toniolo (1981), Rodas de Bilen y Torino (1982), Lavandera (1984), Cubo de Severino (1985), entre otros. La brevedad de estas paginas nos impide citar aquf las numerosas y fructfferas investigaciones efectuadas dentro del enfoque desde estos albores de Ia sociolingilistica nacional hasta hoy en diversos centros especializados del pafs, muchas de las cuales aparecen reflejadas en Ia bibliograffa de los distintos capftulos que componen este Jibro 11 . El interes porIa variaci6n lingilfstica y el estudio de Ia lengua correlacionado con factores socioculturales dejarfa tambien su huella en los estudios'hist6ricos sobre el espafiol de Ia Argentina, en Ia concreci6n de importantes trabajos diacr6nicos de conjunto sobre Ia base de documentos hist6ricos (cartas, informes, testamentos, aetas, etc ... ) y fuentes Iiterarias del pasado, tales como losestudios pioneros de Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg sobre Ia evoluci6n de Ia variedad bonaerense entre 1580 y 1980, de 1982, 1984 y 1987 y de Elena M. Rojas sobre el espafiol de Thcuman entre los siglos XVI y XIX de 1985 12 . lgualmente, otra preocupaci6n temprana dentro del enfoque ha sido Ia problematica derivada del contacto de lenguas, en sus diversos aspectos, abordada en primer Iugar en Ia tematica referida al contacto del espafiol con las lenguas inmigratorias trafdas a Ia Argentina por los grupos europeos arribados desde las tlltimas decadas del siglo XIX, cuya llegada renov6 decididamente Ia constituci6n demografica del pais. AI respecto, merecen particular interes las investigaciones iniciadas por Fontanella de Weinberg sobre Ia asimilaci6n lingilfstica de los inmigrantes en Ia regi6n sud oeste bonaerense, con su trabajo precursor de 1979 ( 1979b ), realizado con el marco general de los lind1mientos propuestos por Joshua Fishman (1974) para el estudio de los procesos de mantenimiento y cambio de lengua en comunidades multiJingiies,junto a Ia apoyatura te6rica de otros especialistas sobre el tema 13 . En igual sentido, a comienzos de Ia decada de 1980, el interes por Ia situaci6n de contacto del espafiol de Ia Argentina con lenguas indfgenas tuvo su expre-
si6n dentro del enfoque en estudios sobre el contacto espafiol/guaranf en provincias argentinas vecinas a Paraguay, con Ia aparici6n del trabajo de lnes Abadfa de Quant y J.M. Irigoyen (1980) sobre Ia cuesti6n de Ia intluencia del guarani en el espafiol de Resistencia (Chaco) (Donni de Mirande, J986a, Elizaincfn 1996:4). Como seiialaramos mas arriba, tambien en los aspectos hist6rico y del contacto de lenguas los estudios sociolingiifsticos tuvieron continuidad y creciente interes hasta nuestros dfas, generando trabajos de importancia que representan progresos significativos dentro de Ia disciplina. Varios de ellos aparecen tam bien retlejados en Ia bibliograffa que acompafia los capftulos de este libro 14• Los avances en Ia investigaci6n sociolingiifstica se unieron asf a otras importantes contribuciones sobre el espafiol de Ia Argentina efectuadas, tanto en lo descriptive como en Ia perspectiva te6rica, en el marco de otros valiosos enfoques15. El espafiol de La Argentina y sus variedades regionales se inserta en los mencionados avances en Ia tradici6n de estudios lingiifsticos argentinos, y se adscribe, en tal senti do, al conjunto de trabajos preocupados por Ia problematica de Ia variaci6n lingiifstica y de las variedades dellenguaje. Ellibro es el resultado de fecundas investigaciones realizadas en el mateo de Ia sociolingiifstica, y de Ia sociolingiifstica vinculada a la dialectologia -lo que se ha dado en llamar Ia sociodialectolog£a 16- y a logros de Ia Jingiifstica hist6rica, en dlferentes centros de excelencia del pafs, reunidos por primera vez en un volumen, con un criterio de unidad, para brindar un panorama global y un analisis particular de las distintas variedades regionales del espafiol de Ia Argentina. ldeado y disefiado por su coordinadora, Ia Dra. Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg (Universidad Nacional del Sur-CONICET), a Ia luz de preocupaciones tempranas y centrales en la trayectoria academica de esta distinguida investigadora bahiense, el volumen retlne a un grupo de prestigiosas especialistas del pafs, todas elias figuras sefieras de Ia lingiifstica argentina actual, representativas de centros universitarios que se ocupan de las variedades dialectales de su respectivo entomo, y autoras en buena medida de un ntlmero importante de los estudios regionales de base. Elias son las Dras. Nelida E. Donni de Mirande (Pontificia Universidad Cat61ica Argentina, Rosario- CONICET), Ines Abadfa de Quant (Universidad Nacional del Nordeste), Elena M. Rojas (Universidad Nacional de Tucuman-CONICET), Magdalena Viramonte de Avalos (Universidad Nacional de C6rdoba) y Liliana Cubo de Severino (Universidad Nacional de Cuyo- CONICET) -mencionadas aquf atendiendo al orden que presentan los capftulos de que son autoras-, quienes fueron convocadas a participar de este proyecto porIa Dra. Fontanella de Weinberg 17 .
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EL ESPANCJL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
Ellibro concilia al mismo tiempo -con rigor academico y prosa didacticaun doble prop6sito: brindar una vision de conjunto de Ia variaci6n diat6pica actual del espaiiol en el territorio de Ia Republica Argentina, y presentar un amilisis pormenorizado de las diferentes variedades regionales que integran el diagrama dialectal del pafs. Como seiiala su compiladora (v. su bwvducci6n), el volumen constituye, en tal sentido, el primer intento de esta magnitud luego de que transcurrieran mas de treinta aiios desde Ia aparicion en 1964 de Ia obra El espaiiol de Ia Argentina de Berta Vidal de Battini, a Ia que ya hemos hecho referenda. Resulta importante destacar aquf que en el momento de su publicacion, el libro de Vidal de Battini -orientado basicamente para su empleo en ei campo de Ia educaci6n- significo una contribuci6n valiosfsima a! conocimiento del espaiiol de Ia Argentina 18• En el mismo es posible observar una introducci6n de tipo hist6rica, una division en zonas lingiifsticas del pafs -efectuada sobre Ia base de Ia extension de determinados fen6menos caracterizadores del espaiiol en Ia Argentina- y capftulos dedicados a! analisis fonetico, morfologico y sintactico, con una conclusion de tipo normativa. La presencia de mapas en los que refleja Ia extension de los fen6menos mas relevantes, ilustran y completan Ia realidad lingiifstica del pafs por entonces 19. Es de destacar que, en lo que hace a Ia delimitaci6n dialectal del pafs en zonas lingiifsticas, existieron, entre Ia aparici6n de 11mbas obras de conjunto, otras propuestas de delimitaciones en regiones lingilfsticas, tales como las efectuadas por Jose Pedro Rona (1964) y Nelida Donni de Mirande (1984), esta ultima realizada a partir del analisis de Ia extension de diversos fen6menos que distribuye en el trazado de isoglosas 20• El presente volumen sobre el espaiiol de Ia Argentina esta estructurado en dos partes perfectamente delimitadas: Ia lntroducci6n, cuya autorfa corresponde a Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg y en Ia que se ofrece una vision de conjunto de las diferentes regiones lingiifsticas, con Ia propuesta de una nueva division dialectal, y una serie de siete capitulos dedicados al amilisis por regiones, a cargo de Ia compiladora y de las distintas investigadoras participantes del proyecto. En el apartado introductorio, su autora contextualiza historiograficamente el volumen, precisando su prop6sito y los alcances del mismo. Se ocupa luego de Ia problematica de Ia delimitacion de las distintas regiones dialectales del pais, aspecto para el cual toma como punto de partida y referenda Ia clasificacion propuesta por Berta Vidal de Battini en 1964, de Ia que realiza una revision crftica. Asi, sobre Ia base de avances efectuados en los estudios de cada region a Ia Iuz de los nuevos enfoques lingiifsticos, que permiten afinar Ia comparacion en Ia realizacion de los mismos fen6menos -junto al hecho irrefutable de que "Ia misma realidad lingilfstica se ha modificado'Vntroducci6n,
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n.l)- Fontanella de Weinberg propone una nueva division dialectal de las regiones Iingtifsticas argentinas, que adquiere en el contexto general de Ia obra, singular significacion. Particular relevancia alcanza, ademas, Ia incorporacion que realiza, a esta nueva delimitaci6n dialectal interna del territorio argentino, de Ia nocion de macrorregi6n o superdialecto, que introduce siguiendo Ia terminologfa de Jose Joaqufn Montes Giraldo (1982)21 . En los capftulos que abordan el analisis por regiones se entrelazan los ejes de variaci6n diat6pica, diastratica, diacr6nica y diafasica. Planteados con una estructura similar, en cada uno de ellos las distintas autoras.se ocupan en primer Iugar -muy acertadamente- de ubi car Ia variedad lingilfstica bajo estudio en el contexto general argentino, trazando su trayectoria sociohist6rica, y ofreciendo a! mismo tiempo datos valiosos e ilustrativos respecto de Ia formacion hist6rica, demognifica y cultural de Ia region. Luego de trazar este panorama general del habla regional, las investigadoras pasan revista a los fenomenos lingiifsticos y a las peculiaridades mas importantes de cada una de· las regiones en Ia actualidad. Analizan en tal sentido los principales fenomenos foneticos y fonologicos, morfosintacticos y lexicosemanticos, incluyendo en algunos casos referencias a cuestiones morfofono16gicas. En el analisis de este conjunto de rasgos caracterfsticos del habla de diferentes zonas, trabajan con pautas de variacion social y estilfstica, lo que enriquece ampliamente Ia vision de los distintos aspectos considerados y permite conocer Ia extension de determinados rasgos. En los pianos fonetico y fono16gfco se abordan cuestiones tales como Ia realizaci6n de /-s/, el fenomeno del yeismo, Ia confusion de lfquidas, el seseo y las entonaciones regionales argentinas. Entre los aspectos gramaticales destacan, entre otras, cuestiones referidas a los sistemas pronominales -donde adquieren particular interes los usos de segunda persona-, el aniilisis de problemas de genero en los sustantivos, los tiempos verbales, los usos del verbo haber, etc. Por ultimo, en cuanto al lexico, hay una rica informacion referida a voces de origen hispanico, voces ingresadas por prestamos, etc. Las distintas descripciones regionales, efectuadas con abundartcia de datos, ponen de manifiesto a traves de las paginas del libro los factores lingiii'sticos y extralingiifsticos que han incidido en Ia conformacion y diferenciacion de las distintas variedades dialectales. Entre ellos merecen especial atencion los procesos derivados del contacto del espafiol con las lenguas indfgenas americimas y con las lenguas inmigratorias de origen europeo, arribadas aquf durante Ia etapa de Ia inmigracion masiva. El abordaje sincr6nico sistematico se completa con alusiones a Ia evoluci6n hist6rica de algunos rasgos y a procesos de avance y rctraccion de fen6-
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menos en marcha en el sistema. Estas referencias diacronicas enriquecen Ia visi6n general comprehensiva de las distintas modalidades regionales, contribuyendo decididamente al conocimiento de su conformaci6n y de sus caracterfsticas mas definidoras. Las alusiones a Ia Iiteratura regional en tanto reflejo del habla dialectal, insertas en algunos de los capftulos, aportan igualmente, desde otra perspectiva, interesante informacion. Asf, pagina tras pagina, el lector obtiene un conocimiento de Ia situaci6n lingOfstica de cada region considerada, y va Jogrando una visualizaci6n clara de Ia distribuci6n de los fen6menos y de Ia extensi6n de determinados hechos, constatando, en forma concomitante, los rasgos caracterfsticos de los distintos dialectos regionales y los fen6menos de unidad y diferenciaci6n Jingiifstica del espaflol de Ia Argentina. Precisamente, el volumen constituye en tal sentido un punto de partida fundamental para ir delineando gradualmente los grandes fen6menos de conjunto en el espaflol de nuestro pafs. La bibliograffa que acompaiia en los distintos capftulos dellibro Ia descripci6n de cada una de las variedades regionales del espaflol de Ia Argentina constituye una uti! herramienta para futuras investigaciones, tanto a nivel de descripci6n global de una regi6n coino en el amilisis de cada uno de los fen6menos lingOfsticos implicados. Brinda, ademas, un rico punto de referenda para Ia realizacion de comparaciones de las distintas variedades dialectales argentinas entre sf y de estas con otras variedades del espaflol de America y peninsulares, ofreciendo valiosos panimetros de comparaci6n y contraste. El volumen se erige asimismo, a partir de Ia abundante informacion disponible a to largo de sus paginas, en un texto altamente motivador de posteriores investigaciones, que inicien estudios similares dentro de las distintas propuestas metodol6gicas utilizadas, o continuen y desarrollen las interesantes Hneas de profundizaci6n que en su lectura quedan planteadas. La contribuci6n y trascendencia de esta obra en el marco de Ia historiograffa lingiiistica argentina debe trasladarse mas alia del plano del conocimiento te6rico del espaiiol de Ia Argentina y sus variedades dialectales, para proyectarse al plano de Ia cultura nacional, constituyendose en un aporte de inestimable valor para el conocimiento de Ia realidad cultural de nuestro pais. Deja, at mismo tiempo, su impronta en el campo de aplicaci6n de Ia enseflanza de Ia lengua, proyectandose a Ia tarea aulica, a Ia luz de las nuevas propuestas educativas planteadas, en las que el estudio de Ia realidad lingiifstica del pafs y sus variedades regionales ocupan Iugar fundamental. Precisamente, es esta una de las cuestiones convergentes, desde diferentes perspectivas, en las preocupaciones de las especialistas autoras de los documentos de
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base del area de Lengua para Ia reforma educativa actualmente en marcha: Ia Dra. Ofelia Kovacci,la Lie. Elvira Narvaja de Amoux y Ia Dra. Magdalena Viramonte de Avalos, cuyos contenidos esenciales aparecen muy bien sintetizados en el libro de esta ultima, Lengua, ciencias, escuela, sociedad. Para una educaci6n lingii(stica integral ( 1997)22. · En tal senti do, El espaiiol de Ia Argentina y sus variedades regionaleS proyecta y da respuesta a inquietudes planteadas· varios aflos atras por Ia misma Dra. Fontanella de Weinberg -y compartida en diversos trabajos por otras autoras del volumen-, en ocasi6n de realizarse en Ia Universidad de Chile (Santiago) en 1981 un Seminario Intemacional en homenaje a Andres Bello. Allf, en un articulo que lleva por titulo "Variaci6n lingiifstica y estandarizaci6n. Sus implicancias en Ia enseiianza del espaiiol como Jengua materna" (l983a) 2 3, Ia lingiiista aborda Ia cuesti6n de Ia ensefianza de Ia lengua a Ia luz de Ia problematica de Ia unidad y diferenciacion del espaflol -variedad en Ia unidad- y su caracter de lengua extendida de estandarizaci6n policentrica, focalizando su atenci6n en Ia ya chisica preocupaci6n de Ia vinculacion que existe entre n.:Jrma lingiifstica y variedades del lenguaje. En su trabajo, Fontanella de Weinberg parte del reconocimiento de que, en el espafiol de Ia Argentina, Ia presencia de diversas normas regionales "estan seiialando Ia existencia de una estandarizaci6n policentrica aun en el marco del propio pafs" (pag. 45). Leemos en el texto, en su conjunto, una propuesta programatica de didactica de Ia lengua, de enorme vigencia y actualidad: ( ... ) resulta, pues, necesario plantearnos cu~es deben ser los criterios con que debe encararse Ia ensefianzli del espafiol como lengua materna, de modo de conciliar aT mismo tiempo fa necesidad de respetar una e.~ tandarizacion. que asegure Ia comunicaci6n en e[ amplio marco del mundo hispanico (.... ), )' el respeto a lei variaci6n que es inherente a coda comunidad lingiilstica. ( ... ) La enseilanza del espafiol para sus hablantes nativos debe significar precisamente (... ) abrir al estudiante todas las amplias posibilidades de Ia lengua, aunque esto no implique el dominio activo de cada una de elias. En primer Iugar. es necesario que el alurnno, si es hablante de una variedad subestruldar, sea gradualmente llevado al concicimieilto y, aun m;is, al dominio activo, en este caso, de la variedad istcindar regional. Para ello. resulta de primordial importancia, el conocimiento de las distintas normas cultas hispanicas ( ... ) evitando en todos los casos Ia imposici6n de una variedad regional ajena al alumno y su medio. to que dificulta el aprendizaje de Ia lengua, lleva fatalmente a Ia mezcla anarquica de los usos propugnados por Ia norma ajena que se pretende im-
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paiiol peninsular(. .. ) La obra escolar no puede estrellarse en esfuerzos infructuosos.( ... ) El corrector debe, sobrc todo, tener en cuenta Ia estratiftcaci6n del habla. Una comunidad aislada del campo tiene, dentro de ella misma, un habla irreprochable, y el mesmo, el haiga, el vide o el truje, que se conservan inalterables desde el siglo de oro son perfectamente legitimos. Pero el hablante que sale de su comunidad, que va a Ia escuela o aspira a un ambito expresivo mas amplio, debe aprender -como parte de su educaci6n civil- los usos de Ia comunidad regional, nacional o supranacional (1966: 7) (E1 destacado nos pertenece. E.M.R.).
poner y los usos habituales en Ia regi6n y, por ultimo, produce el rechazo del estudio de Ia lengua materna por parte de los estudiantes ( 1983a: 47-48) (EI destacado nos pertenece. E.M.R.).
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Y sefiala Fontanella de Weinberg mlis adelante, ejemplificando esta cuesti6n con Ia variedad hablada en Ia regi6n bonaerense, variedad constitutiva del espafiol de Ia Argentina que acapar6 su atenci6n durante varias decadas, y a cuyo conocimiento contribuyera decididamente:
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( ... )De acuerdo con estos criterios, si nos planteamos, por ejemplo, cu:il sen!. el camino a seguir en Ia enseiianza del espaiiol a hablantes subeshindar de espaiiol bonaerense, debemos, a partir del sistema que el hablante maneja originalmente, llevarlo al uso de Ia variedad estandar regional. Esto implica, por un !ado, Ia eliminaci6n de formas subestandar actualmente en retroceso en Ia regi6n, tales como dea, estea, haiga: pero, por otro /ado, mantener en su uso los rasgos que son generales a las distintas variedades diastrtiticas regionales, tales como el seseo, el ye(smo rehilado }' el uso de voseo pronominal y verbal, comun a todos los niveles socioeducacionales y aun a todas las variedades estilfsticas del espailol bonaerense... (... ) Es tambien, funci6n de Ia ensciianza de Ia lengua materna instruir al alumna en el uso de los distintos malices de Ia variaci6n diafasica .... (... ) Una vez obtenido un cierto dominio de Ia variedad esttindar regional, cl estudiante podra ser introducido en el conocimiento de otras variedades de Ia lengua que impliquen a los otros ejes de variaci6n lingiifstica: el diat6pico y el diacronico. En ambos casos, debemos tener claro dos conccptos. En primer termino, que el objetivo de este conocimiento es solamente el dominio pasivo de estas variedades, es decir su comprensi6n y no su uso. En segundo Iugar, que Ia presentaci6n de nuevas variedades debe ser gradual (1983a: 49-50) (EI destacado nos pertenece. E.M.R.)24 .
Resulta interesante destacar que, preocupaciones de fndole similar, vertirfa ya en Ia decada de 1960 el estudioso Angel Rosenblat en el Pr6Iogo que escribiera para El espaiiol de Ia Argentina de Berta Vidal de Battini: Los correctistas del lenguaje padecen por lo comun un error que nace de una falta de perspectiva de lo que es Ia lengua, diferenciada por naturaleza segrm las regiones y segun los estratos sociales. No se puede aplicar at habla hispanoamericana general las mismas normas que al es-
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Asf, en esta permanencia y continuidad de preocupaciones por Ia ensefianza de Ia lengua en Ia Argentina, que, en el campo de una pedagogfa lingiifstica, focaliza cada vez mas el tema de Ia lengua en educaci6n en el reconocimiento de las variedades regionales y sociales del espafiol en nuestro pals, Ia nueva obra de conjunto sobre el espafiol de Ia Argentina se convierte en un texto basico de gufa y de consulta para los maestros y profesores de Lengua d.:: los distintos niveles educativos, adquiriendo relevancia peculiar en el area de la formaci6n docente, en particular en la instancia de lo que se ha dado en llamar Ia formaci6n de formadores25_ Mas aun, esta explicitaci6n y formalizaci6n de la realidad idiomatica actual del espaiiol de Ia Argentina se constituye en un punto de consulta insoslayable para la implementaci6n y aplicaci6n de futuras polfticas ling\ifsticas en nuestro pals (a nivel nacional y regional), dando el necesario marco de referenda general para Ia constituci6n de las mismas sobre Ia base de la realidad lingiifstica de Ia comunidad nacional. El objetivo planteado en el disefio y concreci6n de Ia obra se cumple con creces y el volumen -ellibro ultimo y p6stumo de su coordinadora- representa, porIa envergadura del proyecto plasmado y el nivel de todas las autoras, un nuevo hito en Ia trayectoria de los estudios lingiifsticos argentinas, al mismo tiempo que emerge como el mejor de los homenajes a Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg. a cuatro afios de su lamentada (dolorosa) desaparici6n.
Elizabeth M. Rigatuso Centro de Estudios Lingiilsticos "Ora. Maria Beatriz Fontanella de Weinberg" Departamento de Humanidades - Universidad Nacional del Sur
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NOTAS
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I. En el articulo citado, James Stewart establece una diferencia entre dos formas de estandarizaci6n de las lenguas: Ia monocentrica y Ia policentrica. Senala al respecto: "The standarization of a given language may be monocentric, consisting at any given time of a single set of universally accepted norms, or it may be polycentric, where different sets of norms exist simultaneously" (1970: 534). Como afirma Fontanella de Weinberg, en el caso de Ia lengua espanola "su enorme extension geogrMica y el hecho de que sea lengua nacional de mas de veinte pafses, hacen inevitable que posca una estandarizaci6n policentrica" (Fontanella de Weinberg, 1983a: 45).
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La problematica de Ia estandarizacion de las lenguas o variedades de una lengua ha adquirido en los ultimos anos interes crecientc dentro de Ia disciplina. Desde los aportes pioneros efectuados en el marco del Cfrculo Lingiifstico de Praga, hasta los mas recientes, de las dos ultimas decadas, concretados especialmente como preocupaci6n de Ia sociolingiifstica y Ia lingU{stica hist6rica. Para el caso del espanol, con un planteamlento desde diferentes perspectivas, veanse -entre otros- Gallardo (1978 y 1983 ), Guitarte (1983 y 1991), Fontanella de Weinberg ( 1983a, 1990-1991 y 1992a), Zamora Salamanca (1985 y 1987), Lope Blanch (1972) etc ..
2. En Ia lntroducci6n al volumen El espmiol de America, de su autoria, Fontanella de Weinberg plantea, desde una perspectiva critica, el problema de Ia existencia, definicion e identificacion del espaTiol de America como modalidad lingiifstica con identidad propia en el marco del proceso de Ia extension de Ia lengua espanola y su diversificaci6n en variedades lingiifsticas (1992a: 13-15). 3. En un trabajo mlis reciente Donni de Mirande ( 1997) ha analizado Ia evoluci6n producida en los ultimos anos en los estudios lingUfsticos sobre el espanol de nuestro pafs en el marco academico nacional, confirmando Ia riqueza de Ia produccion bibliognifica existente en ese campo. Senala alii que: "el panorama que hoy Ia lingiifstica presenta en lo referente a esa tematica parece conftrmar, en esencia, lo que dijimos anos atras" (Donni de Mirande, 1997, II: 248). 4. El Instituto de Filologia Hispanica fue fundado en 1923 por Ricardo Rojas, por entonces Decano de Ia Facultad de Filosoffa y Letras, quien conto para ello con Ia trascendente colaboraci6n, desde Ia Peninsula Iberica, de Ramon Menendez Pldal. Amado Alonso dirigio el Instituto -hoy lnstituto de Filologfa y Literaturas Hisptinicas "Dr. Amado Alonso", en su homenaje- entre 1927 y 1946. Como afirma Yakov Malkiel "mientras Amado Alonso dirigio durante casi veinte aiios el Instituto, con su personalidad fuerte e imaginativa... este alcanzo Ia cumbre de Ia filologfa hispimica en el hemisferio" {Malkiel, 1972, cit. previamente en Weber de Kurlat, 1975 y Rojas, 1985d). Bajo su direcci6n el Instituto produjo una serie de publicaciones muy destacadas entre las que se encuentra Ia coleccion de Ia Biblioteca de Dialectologfa Hispanoamericana. Sobre este tema veanse -entre otros- Guitarte, 1965, Malkiel, 1972, Weber de Kurlat,l975 y Rojas, 1985d.
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5. Fi.l corresponde a una realizaci6n espirante prepalatal sonora del espanol bonaerense en palabras como 'lluvia' y 'yegua'. 6. Sobre este tema vease Fontanella de Weinberg, 1979a. Vease tambien Aleza Izquierdo, 1995: 155-158. 7. En un articulo posterior, "F6rmulas de cortesia en Ia lengua de Buenos Aires" (1966-1967), Frida Weber de Kurlat se anticipa at tratamiento de Ia problematica de Ia cortesfa, que serfa luego objeto de interes de numerosos estudios sociolingiifsticos, pragmaticos y discursivos. 8. La primera version de esta obra aparecio en 1954; modificada y ampliada, Ia version definitiva vio Ia luz en 1964. Una sfntesis del estudio definitivo fue publicado . en 1962. E1 volumen le habfa sido solicitado a Vidal de Battini por el Consejo Nacional de Educaci6n por lo que Ia obra esta biisicamente orientada a Ia docencia. Es de destacar que, previamente, en 1949 Vidal de Battini habfa publicado una investigaci6n regional muy importante sobre el habla rural de San Luis (Vidal de Battini, 1949). 9. En el volumen Aspectos del habla en San Miguel de Tucumtin ( 1980), Elena M. Rojas estudia diversos aspectos foneticos y morfosintacticos del habla de esa ciudad, considerando en el analisis Ia dinamica de diferentes variables sociolingtifsticas. La obra constituye una vision rica y profunda del habla de Tucuman. aportando un vaJioso conjunto de rasgos caracterfsticos de Ia variedad regional. 10. Sobre este proyecto, dirigido por Juan Manuel Lope Blanch. vease Lope Blanch, 1971, cit. en Fontanella de Weinberg, l983a. II. Hacemos nuestras en tal sentido las palabras que apuntara Donni de Mirande al referirse a Ia trayectoria de los estudios lingiifsticos sobre el espafiol de Ia Argentina, que nosotros aplicamos a los estudios efectuados dentro de Ia perspectiva sociolingiifstica: "se ha seguido trabajando con entusiasmo en muchas areas y hay grupos de investigadores en varios puntos del pafs a los que se han agregado otros cuya produccion se ha intensificado recientemente ... "(Donni de Mirande, 1997 11:248). 12. En el marco de Ia sociolingiiistica hist6rica (Romaine, 1982) se desarrollan en Argentina por un lado, estudios diacronicos de conjunto que abordan variedades lingiiisticas "atendiendo a Ia variaci6n sociolingiiistica existente en cada etapa y a los procesos de difusi6n de los cambios lingUfsticos" (Fontanella de Weinberg, 1996:28); por otro !ado, se realizan investigaciones en las que se estudia un tema en particular -por ejemplo, el problema del voseo- con el mismo encuadre te6rico (Fontanella de Weinberg, 1993 y 1996). 13, En 1991 Fontanella de Weinberg publico, con un grupo de sus colaboradoras, ellibro Lengua e lnmigracion. Mantenimiento y cambia de /enguas inmigrarorias (Fontanella de Weinberg, Blanco, Hipperdinger, Rigatuso, Suardfaz de Antollini, Virkel de Sandler, 1991 ). En el contexto general de Ia obra, particular significaci6n adquiere el capftulo sobre "Variables que actuaron en el mantenimiento y cambio de lengua", a cargo de Ia misma Fontanella de Weinberg.
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14. Esta reseiia no pretende de ninglin modo exhaustividad; tiene s61o canicter orientadory tiende a mostrar algunas de las lfneas de investigaci6n en los estudios sociolingtifsticos de Ia Argentina, de continuidad hasta nuestros dfas. Aspectos de Ia misma fueron anticipados en el articulo "Contribuci6n de Ia Socio- . lingiifstica al estudio el problema de Ia variaci6n lingiifstica en Ia Argentina" (Rigatuso, 1996). En el articulo se ejemplifican, ademas,los aportes de Ia sociolingiifstica al estudio del problema de Ia variaci6n lingiifstica en el espaiiol de Ia Argentina, a partir de avances realizados en el marco del modelo variacionista cuantitativo de William Labov, focalizando Ia reseiia -a tftulo de ejemplo- en el problema de aspiraci6n y perdida de lsi final de sflaba y palabra, a partir de investigaciones que, desde diferentes perspectivas, convergen en ese hecho lingiifstico. 15. Reseiias de conjunto de diversas investigaciones sobre el espaiiol de Ia Argentina se encuentran -entre otras obras- en Fontanella de Weinberg (1976 y 1992a); Rojas (1985d); Donni de Mirande (1986a y 1997), Kovacci (1991) y Elizaincfn (1996). Con especial atenci6n a Ia lingiifstica hist6rica, vease Fontanella de Weinberg (1993 y 1996). En Donni de Mirande, "Argentina" (1996), se encontrani una exhaustiva y actualizada bibliografia, organizada temliticamente.
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16. La vinculaci6n existente entre sociolingiifstica y dialectologfa, asf como Ia posibilidad de realizaci6n de investigaciones en forma conjunta o interrelacionada, ha sido yes objeto de analisis y debate dentro de Ia disciplina (veanse, por ejemplo, Lope Blanch,l978, Silva Corvalan, 1989; L6pez Morales, 1989, Rona, 1974, etc.). En ese marco, algunos investigadores del mundo hispanico han considerado que: "las dos disciplinas que nos ocupan -dialecto1ogfa y sociolingiifstica- integran co~un tamente una unidad con nueva funcionalidad, Ia cual, como ya lo propusieron algunos lingiiistas podrfa llamarse quiza 'sociodialectolog£a' (Rojas, 1985b:47). Vease tambien Elizaincfn, 1979 y Donni de Mirande, 1997 11:249-250. 17. Lamentablemente Ia coordinadora de este volumen no pudo ver concretada Ia obra de conjunto ya que falleci6 cuando las diferentes autoras se encontraban en Ia etapa final de redacci6n de sus respectivos capftulos. 18. E1 corpus para Ia investigaci6n se constituy6 sobre Ia base de material recogido por Ia propia investigadora en viajes efectuados por el interior del pafs, en los que emple6 una gufa elaborada a partir del Cuestionario Lingiifstico Hispanoamericano de Tomas Navarro Tomas de 1945. Estas encuestas directas fueron complementadas por otras indirectas efectuadas por maestros de todo el pafs (Donni de Mirande, 1997). 19. En su delimitaci6n de zonas dialectales, Vidal de Battini distingue cinco regiones (v. al respecto Fontanella de Weinberg, lntroducci6n al volumen que estamos presentando). Como afirma Fontanella de Weinberg, pese a ciertas limitaciones que el voiumen presenta "Ia obra constituye, sin duda, una litil visi6n de conjunto y un imprescindible punto de partida para posteriores investigaciones sobre el espaiiol de Ia Argentina" (1976: 69). Veanse en igual sentido -entre otras-Ias·afirmaciones de Rojas, 1985d, Kovacci, 1989 y Donni de Mirande, 1996 y 1997.
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20. En su estudio Donni de Mirande considera Ia extensi6n de una serie de fen6menos lingiifsticos - yefsmo, zefsmo, pronunciaci6n de /r/ vibrante o asibilada y voseo verbal- a partir de los cuales propone una divisi6n en nueve regiones dialectales (Donni de Mirande, 1984). Por su parte, el replanteo de Rona, concretado a partir de los mapas de Vidal de Battini, fue efectuado adscribiendo Ia problematica al marco mas amplio del espaiiol de America (vease al respecto, Donni de Mirande, 1996 y 1997).
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21. En erlibro El espwio/ de America Fontanella de Weinberg habfa anticipado ya en 1992 Ia necesidad de realizar un replanteo de Ia delimitaci6n de las regiones dialectales argentinas establecida por Vidal de Battini ( 1992a: 180). Como podrn constatarse mas adelante, en Ia lntroduccicln a El espwiol de Ia Argentina y sus variedades regionales Ia misma investigadora subraya Ia dificu1tad que implica. en el abordaje de Ia delimitaci6n dialectal interna del territorio argentino, Ia carencia de un atlas lingiilstico que permita contar con isoglosas que posibiliten una mayor precision en el trazado de regiones lingiilsticas (v. lmroducci6n). En igual sentido se pronuncia Donni de Mirande en "Estudios del espaiiol en Ia Argentina" (1997: 254-255). Cabe destacar, al respecto, que en Ia actualidad se encuentran en marcha dos atlas lingiifsticos que incluyen en sus objetivos el espaiiol de Ia Republica Argentina. Nos referimos al Atlas Lingiifsrico Hispanoamericano, dirigido por Manuel Alvar y Antonio Quilis, y a! Atlas Lingiifstico-Antropol6gico de Ia Argemina, bajo Ia direcci6n de Ofelia Kovacci y auspiciado porIa Comisi6n Nacional de Alfabetizaci6n y Educaci6n Permanente, que - como afirma Donni de Mirande- "viene a llenar un vacfo importante en nuestra ciencia lingti!stica" (Donni de Mirande, 1997:254). Respecto de este Proyecto vease Kovacci, 1989 y Ogilvie, 1987 (cit en Kovacci, 1989). Para un trabajo realizado en el marco del mismo puede consultarse Kovacci, 1992. 22. Vease tambien de Ia misma autora La nueva lingii(stica en Ia ensefianza media (1996). Ambos libros constituyen aportes muy significativos en el campo de Ia lingiifstica aplicada a Ia educaci6n. 23. Respecto de Ia misma problematica, veanse igualmente -entre otros- los trabajos de Rojas (1985c) y Donni de Mirande (1992). Para una vinculacion entre literatura regional y enseiianza de Ia lengua puede consultarse Boretti de Macchia y Ferrer de Gregoret (1992). 24. Cabe destacar aquf que Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg ha sido -junto a otras colaboradoras de este volumen- una de las virtuales iniciadoras de los estudios sistemliticos sobre Ia variaci6n regional basados en un alto y actualizado enfoque te6rico y metodol6gico, que aplicara, en particular, a! amilisis de Ia variedad hablada en Ia regi6n bonaerense, contribuyendo en forma decisiva al conocimiento de su conformaci6n, de su evoluci6n hist6rica y de sus caracterfsticas mlis definidoras. Asf lo prueban los numerosos trabajos que dedic6 a esa variedad lingiifstica, uno de los cuales, El espaiiol bonaerense, de 1987, mereci6 e) primer Premio Nacional a Ia producci6n lingiiistica otorgado por Ia Secretarfa de Cultura de Ia Naci6n. 25. A titulo ilustrativo, vease por ejemplo las referencias a usos regionales insertas en el area correspondiente a Lengua del libro Manual 4 Bonaerense, EGB. Segundo Cicio, de Editorial Santillana (1998).
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CONICET- Universidad Nncional del Sur
VIDAL DE BATTIN!, Berta Elena, (1966) [1964] El espmiol de Ia Argentina, Buenos Aires, Consejo Nacional de Educaci6n, segunda edici6n.
El objetivo de este volumen es ofrecer una visi6n de conjunto del espafiol de Ia Argentina y de sus distintas variedades regionales. En el primer aspecto constituye un primer intento luego de treinta afios, ya que desde El espana! de la Argentina de Berta Vidal de Battini (1964) no existe ning1ln otro libro referido a Ia lengua actual en Ia Argentina. 1 En cuanto al analisis por regiones, si bien en estos ultimos treinta afi.os, precisamente, se ha avanzado muchfsimo en el conocimiento del espafiol de las distintas regiones del pafs, 2 estos progresos se han realizado en Ia mayor parte de los casos a traves de artfculos dispersos en distintas revistas especializadas, muchas de elias publicadas en el exterior. Con este fin se ha reunido a un grupo de especialistas, autoras en buena medida de los trabajos especfficos sobre distintos aspectos lingiifsticos regionales, a los que acabamos de referirnos. El primer problema que se nos present6 fue c6mo delimitar las distintas regiones dialectales, dado que Ia carencia de un atlas lingiilstico no permite contar con isoglosas seguras que posibiliten una divisi6n lingiifstica precisa del territorio argentino. Decidimos, pues, partir de Ia delimitaci6n realizada por Berta Vidal de Battini, quien en su volumen se propuso "realizar Ia investigaci6n lo mas completa posible de las hablas regionales'' y "determinar Ifmites de fen6menos lingiifsticos" (1964:12). Vidal de Battini distingue cinco regiones lingiilsticas: Ia regi6n del Litoral, cuyo centro es Buenos Aires: Ia zona guaranftica o del nordeste; Ia region noroeste; Ia central y Ia cuyana. En esta clasificaci6n hay varios puntos discutibles, entre los que se destaca el considerar como una region unica todo el extenso territorio que incluye desde las provincias de
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3-1
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Santa Fey Entre Rfos hasta Tierra del Fuego. En cstc volumen dividircmos csta amplia regi6n en tres: region bomierense. litoral y Patagonia. En el caso de Ia Patagonia. consideramos que constituye una regi6n tlialectal diferente. ya que si bien el habla de los sectores mas cultos presenta rasgos comunes con el habla bonaerense, a medida que bajamos en el nivel socioeducacional aparecen rasgos totalmente ausentes en esa variedad. lo que se explica por el complejo poblamiento del territorio patagonico. En cuanto a Ia diferencia que hemos establecido entre el espafiol bonaerense y el del litoral, si bien estas dos variedades comparten muchos de sus rasgos lingtifsticos. los estudios realizados hasta el presente muestran que Ia frecuencia con que sedan determinados fenomenos (Ia cafda de /-s/ final, por ejemplo) difiere entre ambas. Tratandose de dos regiones profusamente pobladas, con centros urbanos que superan el millon de habitantes. y quizas las dos regiones mas estudiadas del pafs, consideramos conveniente tratarlas por separado. Dentro de Ia region noroeste, probablemente se hubiera justificado tratar por separado Ia provincia 9e Santiago del Estero, que presenta rasgos lingiifsticos diferenciales. Sin embargo, Ia carencia de estudios de base detallados que permitan profundizar en el tema.nos llevo a incluirla en Ia region noroeste como hasta ahora se ha hecho. Sefialemos, asimismo, que una vision de conjunto de las diferentes regiones dialectales con las que hemos trabajado permite postular Ia existencia de dos macrorregiones o superdialectos, en Ia terminologfa de Montes Giraldo. 3 La primera, a Ia que podemos denominar mediterranea estarfa conformada por las regiones noroeste, centro y Cuyo; mientras que a Ia segunda, integrada por Ia region bonaerense, Ia litoral en sentido estricto, y Ia Patagonia, podemos denominarla macrorregi6n litoral. Ambas macrorregiones se diferencian por rasgos importantes, como el tipo de voseo, con un paradigma unico en Ia macrorregion litoral y varios en compleja altemancia en Ia mediterranea; el tipo de yefsmo -casi exclusivamente rehilado en Ia macrorregi6n litoral y con un peso importante de variantes no rehiladas en Ia mediterranea-; y por el tipo de /r/, vibrante en Ia macrorregi6n litoral y asibilada en Ia mediterranea. A estas dos macrorregiones, debemos agregar una region de caracterfsticas muy pecuIiares, Ia nordeste o guaranftica, que posee un voseo similar al litoraleiio y /r/ asibilada como Ia zona mediterranea, mientras que predomina Ia existencia de oposici6n entre 'II' /1/ y 'y' /y/, que Ia diferencian de ambas. Es muy posible que, aderm1s de otros factores de carncter hist6rico. incida en Ia fuerte caracterizaci6n de esta region, su condici6n bilingiie desde Ia epoca de Ia conquista y su cercanfa con el espaiiol de Paraguay, con el que probablemente forme una unica region dialectal.
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Puntualizaremos. pnr ultimo. Ia cxi~tencia de marcadas difercncias en cuanto a Ia bihliograffa con Ia que contamos para las distintas regione's. Mientras algunas de elias. como Ia bonaerense y Ia litoral. cuentan con una amplia bibliograffa. que las convierten en dos de las regiones lingtifsticas mejor estudiadas de America Hispanica. otras. como ra Patagonia y Ia regi6n centro. poseen una bibliograffa relativamente escasa. Esta disparidad en los estudios de base condiciona, ohviamente. diferentes posibilidades en cuanto a lo que se expone sobre cada region. Consideramos, pese a estas limitaciones. que este volumen contrihuira a un mejor conocimiento de Ia lengua en Ia Argentina a Ia vez que despertara en algunos lectores el intents por el tema.
NOTAS I. Berta Vidal de Battini, El espar1ol de Ia Argentina, Buenos Aires, Consejo Nacional de Educaci6n. 1964. AI margen de las diferencias de enfoques y de criterios que este volumen presenta con respecto al de Banini, debemos considerar que en treinta.aiios Ia misma realidad lingiifstica se ha modificado. Asf, por ejemplo, si tomam4'1S como punto de referenda Ia pronunciaci6n de lo que en Ia gratia se representa por 'y/11'. vemos que en el espaiiol bonaerense avanz6 notoriamente el ensordecimiento de /z/; en Cuyo el rehilamiento fue ganando terreno, mientras que en Ia region nordeste avanza tanto Ia fusion de ambos fonemas (hasta ahora era Ia unica region que los distingufa en su conjunto) como las realizaciones rehiladas. 2. Vease, por ejemplo,Ja bibliografia referida al espanol de Ia Argentina citada en el capftulo correspondiente en Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg. El espaiiol de America, Madrid. Mapfre, 1992. 178-190. Como puntualizaremos mas adelante este avance no fue parejo en todas las regiones. 3. Jose Joaquin Montes Giraldo. Dialectologia general e hispanoamericana. Orientacic)n tec)rica. metodol£/gica y bibliograjica, Bogota, lnstituto Caro y Cuervo. 19!!2.
EL ESPANOL BONAERENSE Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg CONICET- Universidad Nacional del Sur
El habla bonaerense constituye una variedad del espaiiol con una fuerte personalidad, que perrnite distinguirla con facilidad de los usos de las otras grandes capitales hispanicas. Dos son los rasgos mas caracterfsticos, cuya combinaci6n Ia hace unica en el mundo hispanico: Ia existencia de yefsmo rehilado y ensordecido en palabras como yema, !lena, lluvia, etc. y Ia presencia de un voseo de deterrninadas caracterfsticas, extendido a todos los grupos sodales y a todos los estilos, desde los mas inforrnales a los mas formales. A estos dos rasgos sc agregan algunas peculiaridades lexicas que bien ladistinguen de gran parte del mundo de habla hispana. Si bien, como ya hemos seiialado, al no existir un atlas lingiifstico de Ia Republica Argentina, resulta diffcil establecer los Ifmites de cada variedad, consideramos que en terrninos generales el espailol bonaerense comprende Ia ciudad de Buenos Aires y Ia provincia del mismo nombre, asf como Ia mayor parte del territorio de Ia provincia de La Pampa. La region bonaerense fue una zona marginal tanto en lo econ6mico y social como en lo cultural, desde el poblamiento hisp:inico hasta mediados del siglo XVIII. Alejada de las grandes capitales virrcinales y de los principales centros culturales del Nuevo Mundo, presentaba escasos atractivos en lo econ6mico, tal como lo seilala el historiador John Lynch: A principios del siglo XVIII las provincias del Rfo de Ia Plata, pobres en mineria y alejadas de las rutas comerciales entre Espaiia y las India.~. brindaban al mundo un espectaculo poco atractivo. Languidecfan en Ia peri feria del imperio (1962: 32).
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EL ESPANOL BONAERENSE 38
EL ESPANOL DE lA ARGENTINA Y SUS VAR!EDADES REGIONALES
RASGOS FONOLOGICOS J
Su escasa importancia econ6mica y social se reflej6 en el bajo incremento .' demografico -se estima que en 1680, a un siglo de su fundaci6n definitiva,. Buenos Aires contaba con 5.100 habitantes-, lo que testimonia el reducido ., atractivo que para establecerse en elias tenfan estas tierras. No obstante, el panorama econ6mico-social de Buenos Aires cambia radicalmente en Ia segunda mitad del siglo XVIII, en que las reformas econ6micas y las franquicias comerciales establecidas por los Borbones convierten al Rfo de Ia Plata en una region de un impulso econ6mico mucho mayor, Io que se ve complementado en lo politico por Ia creaci6n del Virreinato, Ia Audiencia y el Consulado. En el aspecto cultural, por su parte, se cre6 el Real Colegio de San Carlos, primera instituci6n de estudios superiores de Buenos Aires. El consecuente aumento poblacional fue tambien notable, dado que en 1778 Ia ciudad tenia ya 24.205 habitantes. El establecimiento de miembros de Ia corte virreinal y otros altos funcionarios, asf como Ia importante liegada de inmigrantes peninsulares de nivel socioeducacional medio o alto que se dedicaron al comercio 1 -Ia mayorfa procedentes del centro-norte de Ia Penfnsula Iberica- trajo aparejada Ia constituci6n de una elite hasta entonces inexistente en Ia regi6n. La importancia de Buenos Aires en lo polftico. econ6mico y cultural se consolida a partir de 1810, en que se trans forma en el centro de una nu~va naci6n, cuya pujanza se fue remarcando a lo largo del siglo XIX. A fines de ese siglo y principios del actual se produce un incremento poblacional inusual, debido al aluvi6n inmigratorio, que deja hondas huellas culturales y lingilfsticas. Por ultimo, a partir de 1930, el arribo continuado de migrantes procedentes del interior del pafs y de pafses vecinos transforman el conurbano en Ia actual megapolis que supera ampliamente los diez millones de habitantes. En el aspecto internamente lingilfstico es posible que Ia temprana marginaci6n de Buenos Aires haya tenido como consecuencia el desarrollo de algunos rasgos que lo diferencian del espaiiol peninsular y de gran parte de America, tal como el voseo y el yefsmo rehilado, mientras que el cambio de estatus experimentado a partir de fines del siglo XVIII haya incidido en el retroceso de varios rasgos subestandar (vease Fontanella de Weinberg, 1987).
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Seseo
El espafiol regional posee seseo, es decir falta de oposici6n entre sibilant( dentales (representadas graficamente por 'z' y 'c') y alveolares ('s') al igu: que el resto del espafiol de America, Canarias y Andalucfa. En Ia regi6n bona« rense el fonema resultante es una sibilante dorso dento-alveolar de timbre s seante. Berta Vidal de Battini ha sefialado en Ia decada de 1960 Ia existencia c realizaciones ciceantes: "en Ia provincia de Buenos Aires ceceal! los viejc criollos campesinos de los antiguos pagos" y considera que "porIa forma E que se presenta el ceceo en Ia actualidad hace suponer que [en etapas anteri• res] ocup6 zonas campesinas de alguna extension de Buenos Aires y San Fe". En las ultimas dccadas aun se oyen esas realizaciones al menos en hor bres mayores de sesenta aiios del ambito rural del centro de Ia provincia < Buenos Aires. Para conocer con certeza Ia persistencia de esta realizaci6n r sidual -y seguramente cada vez mas infrecuente- serfa necesarin un relev miento del area rural bonaerense.
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Aspiraci6n y cafda de 1-s/ final de sflaba y palabra En Ia region bonaerense existe perdida de 1-s/ en posicion final de palat y aspiracion en posicion preconsomintica. El grado de perdida de 1-sl final' ria segun el nivel socioeducacional de los hablantes (cuanto mas bajo may perdida de /-sf final) y el sexo, ya que ambos fen6menos son mas frecuent en los hombres que en las mujeres de cada grupo social, Jo cual es explicab ya que se tnita de un rasgo estigmatizado y es muy habitual que las mujet presenten menos rasgos estigmatizados en su habla. El siguiente cuadro muestra el porcentaje de /-s/ final de macrosegmer por sexo y grupo social en habla informal, segun un estudio realizado en E hfa Blanca a mediados de Ia dccada de 1970 (Fontanella de Weinberg 1974 Nivel bajo
Nivel medio bajo
Nivel medio ) medio alto
Hombres
25%
52%
72%
Mujeres
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A continuaci6n, pasaremos revista a los fen6menos lingilfsticos mas importantes del espaiiol bonaerense en Ia actualidad.
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES EL ESPANOL BONAERENSE
El yefsmo -fusi6n de las palatales en palabras como lleno, calle con Ia de yema, arroyo es un fen6meno general en el espaiiol bonaerense-. Su realizaci6n es de tipo rehilado [z], es decir con una fricci6n y un zumbido que Ia acercan a Ia 'j' del frances. Des& 1930 se ha venido seiialando el ensordecimiento de Ia [zJ bonaerense, por el cual muchos hablantes realizan el primer fonema de Ia palabra yo igual que el de shock. Este proceso ha sido impulsado en una primera etapa por las hablantes femeninas j6venes y en Ia actualidad las variantes ensordecidas son mas frecuentes en las mujeres que en los hombres. En un estudio realizado a mediados de Ia decada de 1970 (Fontanella de Weinberg, 1979a) en Ia ciudad de Bahfa Blanca se observaba claramente que los hablantes bonaerenses que mas realizaciones ensordecidas o sordas tenfan eran las mujeres menores de 30 afios, Ies segufan las mujeres mayores de esa edad, mientras que los varones mas j6venes pose!an un cierto grado de ensordecimiento, que estaba practicamente ausente en los hombres de mas de 30 afios. En hombres del ambito rural mayores de 60 afios persisten realizaciones debilmente rehiladas [yJ 6 [ z1 J. Estas realizaciones han sido detectadas en el centro de Ia provincia de Buenos Aires yen Ia zona sur (Fontanella de Weinberg, 1995). Se trata de un uso residual paralelo a las realizaciones ciceantes de /sf ya seiialadas.
El fonema Is/ En espaiiol bonaerense existe un fonema Is/, que se da en palabras como las siguientes: shock, show, short, paslui, pishar 'orinar, lenguaje infantil', flash, etc. La amplia mayorfa de estos terminos son prestamos, pero se hallan totalmente integrados a nuestro lexico y muchos de ellos no poseen equivalente en nuestra variedad lingtlfstica. Un factor importante en Ia introducci6n de este fonema de prestamo -que estimamos se incorpor6 en Ia segunda mitad del siglo XIX (Fontanella de Weinberg, 1987: 144)- fue, sin duda, Ia existencia de un vado en Ia pauta consoniintica del espaiiol bonaerense, que luego de Ia introducci6n de I~ I qued6 configurada con mayor regularidad:
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Yeismo
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I r,r
En las ultimas decadas, en los hablantes j6venes se oyen cada vez con mayor frecuencia realizaciones sonoras de Is/. De tal modo, al variar las realizaciones de /i./, asf como las de H /, entre sordas y sonoras, en estos hablantes se ha perdido Ia oposici6n entre ambos fonemas por lo que dos palabras como pillar 'sorptender, encontrar', y pislrar 'orinar', pueden realizarse indistintamente como [piSarJ - [pi~ar] - [pizar].
Realizaci6n de /d! La realizaci6n de /d/ intervocalica presenta una gran variedad en el mundo hispanico. En Ia regi6n bonaerense, en el habla estandar se mantiene con regularidad una [o] dental espirante sonora, mientras que en los niveles socioeducacionales mas bajos y sobre todo en el habla rural su realizaciqn es mucho mas Ienis yen algunas oportunidades cae, especialmente en el sufijo -ado. En cuanto a /d/ final su realizaci6n altema con cero en todos los niveles socioeducacionales.
Articulaci6n de IF/ y ltrl En una extensa parte del territorio americano, que comprende en Ia Argentina Ia macrorregi6n mediterranea y Ia regi6n nordeste, el fonema li'l y el grupo /tr/ suelen presentar realizaciones asibiladas. Estas realizaciones no alcanzan al espaiiol bonaerense, en el que tanto Iff como /tr/ tienen una clara realizaci6n vibrante.
EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
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Et ESPANOL BONAERENSE
FEN6MENOS MORFOSINTACTICOS
tico de 'orden tajante', mientras que no cantes es una 'orden cortes' (Fontanella de Weinberg, l979b). La caracterfstica mas destacada del voseo bonaerense es -como hemos sefialado- su extension a todos los niveles sociales y a todos los estilos. Esta generalizaci6n total del vos para el trato de confianza de tal modo que no existe ningun tipo de alternancia o contraste con tu, tanto en la lengua oral como en Ia escrita, es relativamente reciente, ya que se produjo en Ia segunda mitad del siglo XX, pues hasta mediados de nuestro siglo aun se empleaba tu en Ia lengua escrita y en usos orales muy formales. El cambio ocurrido en Ia lengua escrita fue sefialado con toda claridad en Ia decada de 1960 por Berta Vidal de Battini (1964:175):
Voseo
El voseo -uso del pronombre vos ylo sus formas verbales para segunda persona singular familiar- presenta un gran interes, ya que es pnkticamente el unico rasgo gramatical del espafiol americano de vasta extension, que no existe en el espafiol peninsular actual. En el espafiol bonaerense el voseo se encuentra totalmente generalizado a todos los niveles sociolingiifsticos y a todos los estilos. Su paradigma pronominal es vos, te, vos, tu, tuyo, mientras que las formas verbales utilizadas son las siguientes:
I I
I I
Primera conjugaci6n
Segunda conjugaci6n
Tercera conjugaci6n
Presente de indicativo
cantas
temes
partfs
Preterito imperfecto
cantabas
temfas
partfas
Pret. perfecto simple
can taste
temiste
partiste
Futuro simple
cantaras
temeras
partiras
Presente de mbjuntivo
cantes o cantes
temas o temas
partas o partas
lmperfecto de mbjuntivo
cantaras o cantases
temieras o temieses
partieras o partieses
Condicional
cantarfas
temerfas
partirfas
Imperativo
canta
teme
partf
Coexisten entre estos usos formas originadas claramente en la segunda persona plural (cantds, cantes), otras que pueden proceder indistintamente de segunda persona plural o. singular (cantabas, cantaras, cantases) y otras que corresponden, sin dud&; ala segunda persona singular (cantes, cantarfas). En el caso del presente de subjuntivo las formas vos cantes y vos cantes tienen una especializaci6n sintlictica y semlintica, ya que en usos propiamente subjuntivos se emplea vos cantes, mientras que como imperativos negativos pueden usarse no cantes y no cantes. La forma no cantes tiene un valor semlin-
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La costumbre que ha sido general en el pafs, de usar el tu en el genero epistolar, aun en las cartas de mayor intimidad, se est:i perdiendo sensiblemente, Los j6venes prefieren el vos con sus formas verbales, y consideran afectado el tU y sobre todo su forma complementaria ri, que tambien se ha perdido. La escuela, que demostr6 verdadera preocupaci6n por imponer el tzi en diversas oportunidades, en Ia actualidad se ha desentendido de ello.
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Casi treinta afios despues el escritor Fernando Sorrentino (uno de los "j6venes" de 1964, ya que naci6 en 1942) muestra Ia conciencia de los propios hablantes de las generaciones de edad mediana y joven sobre Ia carencia total del uso de tu aun en Ia lengua escrita, al afirmar: Creo que eso es un problema generacional. Porque los tipos de mi edad jam:is nos hemos planteado ese problema: nunca consideramos que se pudiera escribir de otra manera que con el vos. Yo no me atreveria nunca a poner tienes ni eres ... (Sorrentino, J9Q2: 187)
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En Ia actualidad, como hemos sefialado, se da un uso generalizado del voseo en relaciones de confianza, pcicticarnente.en todos los estilos orales yescritos (vease Fontanella de Weinberg, 1990-1991). Este uso incluye los registros orales mlis cuidados, tales como los empleados en cine, radio, televisi6n y en actos oficiales. Lo mismo ocurre en Ia lengua escrita; en Ia publicidad; en traducciones de obras de teatro; en traducciones de artfculos de revistas, donde personas extranjeras formulan declaraciones; en entrevistas periodfsticas o literarias; en Ia reproducci6n periodfstica de dialogos que supuestamente habrfan mantenido miembros del gobierno; en el empleo en Ia ensefianza
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EL ESPANOL BONAERENSE
EL ESPANOL DE IA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGTONALES
tanto en libros de lectura de Ia escuela primaria, como en textos de secundaria; y aun en avisos dirigidos a Ia poblaci6n por el propio Ministerio de Educaci6n de Ia Naci6n. A continuaci6n, veremos unos pocos ejemplos reveladores de estos usos. Asi, en Ia traducci6n de un dhilogo, aparecido originalmente en el peri6dico ingles The Sun y reproducido por el diario portefio La Naci6n, entre el prfncipe Carlos de Inglaterra y Ia princesa Diana, se lee:
Uso en plural de haber existencial En los trabajos sobre el espafiol de America, se ha senalado reiteradame te Ia frecuencia de Ia construcci6n lraber + FN, con el verbo en plural cuan• ~ [· i·
Diana:-Vos po(Jis dormir manana. Podes dormir en cualquier momento. Pero pensti en mf por una vez, s{, pensti en mL Carlos: -Pensarla mas en las otras partes involucradas... Vas vas a cuidarte bien, vos lo sabes. Diana: -<.C6mo te atreves a ser tan presuntuoso? (La Naci6n, 14 de mayo de 1993)
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Los signos de nuestro tiempo son parcialmente distintos de los que habian en tiempos del Concilio... (La Naci6n, 10 de diciembre de 19!
En el periodismo se observa su uso en entrevistas, cuando el periodista y el entrevistado tienen un trato de confianza (es decir, cuando nose opta por el tratamiento alejado usted). Este uso nose limita a temas deportivos o inforrnales, sino que, por ejemplo, en el Suplemento Literario de La Naci6n, se to emplea habitualmente en entrevistas a integrantes del ambiente cultural, como en una realizada porIa escritora Maria Esther Vazquez a Ia historiadora Nilda Guglielmi:
Hubieron aumentos de hasta el 200% en un mes. (La Nueva Provincia, 26 de abril de JQ8•
Ya han ftabido experiencias positivas en tal sentido (La Nueva Provincia, 16 de
Aun en avisos oficiales del Ministerio de Educaci6n se emplea voseo para dirigirse a los Jectores si el trato no es de usted:
Aparentemente no habrfan testigos. (La Naci6n, 30 de julio de 198
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Si se tratara de un desconocido posiblemente habrian habido protestas. (La Naci6n, 4 de noviembre de 19:
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(.Que opintis de los sistemas de evaluaci6n de tu colegio secundario? Trai tu opini6n al Congreso Pedag6gico. Dirigite a Ia Comisi6n Organizadora local que corresponda a tu domicilio. (La Nacion, 16 de junio de 1987)
junio de 19'
Hoy desde las quince habrtin kermeses organizadas por los estudiantes. (La Nueva Provincia, 17 de octubre de 198
-<.Cuantos m:imeros aparecieron de tu revista? -Uno, que acaba de salir. .. Pero, mirci, Marla Esther, no quisiera que me encasillaran como profesora estudiosa del medievalismo. -Pero si to sos (.C6mo vas a renegar de tus arnores? -Nilda, para vos, adentrarte en Ia Edad Media es como iniciar el recorrido de una gran novela, o me equivoco? -No, no te equivoctis. (La Naci6n, 22 de marzo de 1992)
Ia frase nominal to es. . En el espafiol bonaerense, el fen6meno se encuentra muy extendido en uso, ya que comprende no solo el habla coloquial, sino que abarca otros nh les mas formales. incluida Ia lengua escrita y en especial Ia periodfstica. A co tinuaci6n. veremos distintos ejemplos tornados de Ia prensa bonaerense, q muestran este uso en diferentes tiempos verbales y con una frase verbal. J frecuencia de estos casos se puede observar por el hecho de que pnicticame te todos los tiempos verbales estan representados:
Posiblemente hayan causas concurrentes para esta actitud . (La Naci6n, 19 de septiembre de 19:
Existe Ia posibilidad de que hubieran intrusos en las bancas. (La Naci6n, 27 de marzo de 19'
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El Presidente Fujimori admiti6 ayer Ia posibilidad de que hayan habido intentos de golpes de estado. (La Nueva Provincia. 8 de noviembre de 19
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
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EL ESPANOL BONAERENSE
No pueden haber aumentos para empleados publicos.
de Ia Norma Linglifstica Culta, las construcciones impersonales Began a un 35,5% frente a un 64,5% de pasivas con se (Barrenechea et al., 1979: 66). L0s siguientes son ejemplos de usos impersonales en Ia prensa bonaerense:
(La Nueva Provincia, 23 de marzo de 1992)
Aunque con menor frecuencia, se encuentran tambien casos en los que haber concuerda con Ia primera persona del plural, en uso claramente existencial, similar al de estar o existir. Este uso se da tambien en niveles educacionales altos, como puede verse en el siguiente ejemplo, en el que se reproduce una afirmaci6n· de Ia integrante de una asociaci6n de mujeres universitarias:
Un proyecto en el que .re .re1iala las caracterfsticas que debera tener el cuerpo de inspectores municipales. (La Nueva Provincia, 28 de agosto de 1990)
Considero que a Ia ciudadanfa se le va a
entre~ar ca.~itas.
(La Nueva Provincia. 14 de julio de 1990)
En Ia Asociaci6n de Mujeres Universitarias de Bahfa Blanca, habemos abogadas, psic6Iogas ... (La Nueva Provincia, 30 de octubre de 1987)
Usa de Ie para plural Asimismo, en una declaraci6n polftica se afirma:
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En los distritos radicales tambien habemos peronistas con sentimientos ... l!r'
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(La Nueva Provincia, I 4 de septiembre de I 99 I)
Usos similares se dan con el verbo hacer en construcciones temporales y con verbos referidos a fen6menos meteorol6gicos, que en muchos casos concuerdan en mlmero con el sustantivo con que se construyen, como puede verse en los siguientes ejemplos:
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(La Nueva Provincia. I 0 de junio de I 985)
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Tengo que pensar en mis tres hijos ... AI menos nunca podran decir que sus padres no le dieron Ia oportunidad de estudiar. (La Nueva Provincia. 23 de ~eptiembre de 1990)
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En Bajo Hondo llovieron I 5 milfmetros. (La Nueva Provincia, !5 de mayo de I 984)
El estado tendrfa que hacer un monumento dedicado a los ciudadanos a los que le mete Ia mano en el bolsillo. (La Nueva Provincia, 31 de agosto de 1990\ [Los estadounidenses] abrumaron a Puerto Rico con una defensa presionante que /e permiti6 forzar un suplemento. (La Nueva Provincia, I 9 de agosto de 1990)
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Ese dfa, hacen hoy cincuenta aiios, naci6 Alcoh6licos An6nimos.
Se encuentra muy generalizado el uso de le como objeto indirecto invariable para singular y plural. Los siguientes ejemplos, tornados de Ia prensa bonaerense, muestran su empleo en plural:
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Altemancia de construcciones impersonales y pasivas con se En oraciones cuyo agente es desconocido o irrelevante, cuando el elemento paciente es plural, alternan las construcciones pasivas con se (es decir con verbo concordando en plural) con las impersonales con se (con verbo en singular), del tipo de se venden cuadros y se vende cuadros. Esta alternancia, que se extiende por amplias zonas de America, en el espaiiol bonaerense abarca todos los niveles socioeducacionales, y en el uso de los hablantes de nivel medio o alto, que fueron analizados dentro del Proyecto Coordinado de Estudio
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Variaci6n relacionada con Ia clasificaci6n generica de los nombres En el espaiiol bonaerense -al igual que en el resto de America- existen numerosos casos de variaci6n morfol6gica, ya sea en Ia clasificaci6n generica de los nombres, por presi6n de su forma, o en su forma, por presi6n de su c\asificaci6n generica. Podemos afirmar que es posible aplicar al espaiiol bonaerense -y al de las distintas regiones americanas en general- Ia afirmaci6n de Luis Fl6rez referida a! espaiiol de Colombia:
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
En el uso colombiano los problemas de gc5nero gramatical estan en ebullici6n y evoluci6n. (F16rez, 1980)
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Un primer caso esta constituido por Ia perduraci6n de vacilaciones gen~ricas que han sido desplazadas del espafiol estandar, tal el caso de el calor - Ia calor. Estat1ltima forma esta restringida en el espafiol bonaerense casi exclusivamente a los hablantes de nivel socioeducacional bajo y en especial al habla rural. En cambio, varfan hasta en los niveles mas elevados el caparaz6n - Ia caparaz6n, el armaz6n - Ia armaz6n, el lente - Ia lente, el sarten - Ia sarten y el cortaplumas - Ia cortaplumas y los pr~stamos el echarpe - Ia echarpe, el omelette - la omelette (/omelet - /omel~tl). el casette- Ia casette. Una fuente de altemancias en Ia forma de determinados sustantivos en el espafiol actual es el surgimiento de profesionales femeninas en ciertas actividades, lo que hace vacilar entre el uso del sustantivo con su terminaci6n tradicional (Ia abogado, lafuncionario, lajuez) o su adaptaci6n a una terminaci6n femenina. En el espafiol bonaerense las formas habituales en todos los niveles socioeducacionales estan adaptadas al uso femenino: Ia abogada, fafuncionaria, Ia ingeniera, Ia medica, Ia jefa, la jueza, fa concejala. A Ia in versa, al hombre que se dedica a Ia costura para mujeres se lo llama el modisto. Un fen6meno vastamente extendido por el mundo hispanico y muy importante, ya que se trata de un cambio lingtiistico en marcha, en que todo un conjunto de sustantivos parece estar cambiando su clasificaci6n gen~rica en su forma singular, es el de los sustantivos femeninos comenzados en /a/ tonica. En efecto, su uso con el articulo el -variante en este caso de fa condicionada por Ia forma del sustantivo- hace reinterpretar al sustantivo como un masculino y concordar, en consecuencia, con adjetivos y pronombres masculinos o con el articulo el, separado por otras palabras del sustantivo. En el espafiol bonaerense, este fen6meno alcanza a todos los niveles sociolingilisticos y a todos los estilos, inclusive a Ia lengua escrita, tal como lo ponen de manifiesto los siguientes ejemplos, tornados de usos periodfsticos: Las respuestas que se estan dando en ese area gravitan... (La Nacion, 21 de febrero de 1987)
Proseguirin hoy con Ia elaboraci6n del denominado acta de solidandad justicialista. (La Naci6n, 25 de.febrero de 1988)
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EL ESPANOL BONAERENSE
Los empresarios firmaron un acta en el cual se comprometieron a absorber un 20% del aumento. (l..a Nacirin, 18 de junio de 19R< Su figura resume un poderoso ansia de libertad. (La Nacitin, 30 de junio de 198<
... disparandose en Ia cabeza con e/ mismo arma. (La Nueva Pro\'incia. 4 de marzo de 199( ... mientras el escribano labmba oti-o acta. (La Nueva Provincia. 14 de _iunio de 199(
Variaci6n en encabezcidores de subordinadas Entre los encabezadores de subordinadas suele haber una amplia vacilaci6 en cuanto a Ia presencia o ausencia de preposiciones que es muy notoria en t caso de que y de que. Esta altemancia es especial mente frecuente en las subot dinadas dependientes de un sustantivo o adjetivo, que de acuerdo con los cri terios normativos deben ir introducidas por de que, encabezador que en el es paiiol bonaerense varfa con que.3 La ausencia de de en estos casos, --denomi nada que{smo- afecta a todos los niveles sociolingUisticos y estilos. incluida I lengua escrita. Los siguientes ejemplos muestran se uso en el periodismo: No hay duda que desean influir sobre las propuestas de Ia formula radical. (La Nacion, 15 de marzo de 19R~
Carlos Menem reiter6 ayer su voluntad que el adelantamiento sea constitucionalmente "prolijo". (La Nacitin, II de junio de 1989
Esta tremenda crisis demostr6 Ia falacia que los aumentos de sal:rrios producen alta inflaci6n. (La Nueva Provincia, 18 de junio de 1989
El hecho que el presidente hay a resuelto volcar todo su apoyo al plan econ6mico es demostrativo que no habra cambio de rumbo. (La Nueva Provincia, II de marzo de 199(
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EL ESPANOL DE LA ARGEN77NA Y SUS VARIEDADES REGIONALES EL ESPANOL BONAERENSE
Las omisiones de Ia preposici6n de tambien se producen tras verbos, cuyo uso normativo Ia lleva, como puede observarse en los siguientes ejemplos:
Llega un momento en Ia vida de un joven [en] que se impone una decisi6n. (Familia Cooperativa. Bahia Blanca, octubre de 1990)
Nos hemos enterado que el presidente de Ia camara joven bonaerense dirigi6 una conceptuosa nota. (La Nueva Provincia, 19 de marzo de 1990)
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Por ultimo, en el caso siguiente se reemplaza que por de que en una subordinada consecutiva:
Preferirfa que el banco se olvidara que estoy aquL (La Nueva Provincia, 30 de marzo de 1990) ·
Es harto conocida su incapacidad para el estudio, a punta tal de que sus padres temieron que su inteligencia estuviera por debajo de lo normal. (La Nueva Provincia, 14 de marzo de 1990)
A Karin intent6 disuadirlo que no viajara al exterior. (La Nueva Provincia, 12 de junio de 1990)
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A Ia inversa, con frecuencia en Ia lengua oral se inserta de ante que, en construcciones que normalmente no lo llevarian, fen6meno denominado deque(smo. Sin embargo, por ser un uso estigmatizado que constituye un estereotipo negativo, su empleo en Ia lengua escrita es mucho menos frecuente, aunque a veces se deslizan estos usos:
111 11:
Procure de que sus pretensiones no alcancen matices irrazonables.
ELLEXICO El lexico del espafiol bonaerense -a! igual que el de las otras grandes capitales hispanoamericanas (vease Moreno de Alba, 1992a)- presenta un conjunto de peculiaridades, que lo caracterizan y lo diferencian tanto del espaiiol peninsular como del de otras regiones de America.
(La Nueva Provincia, 12 de mayo de 1985)
La confusi6n en los encabezadores de subordinadas no se limita a que y de que, sino que se extiende a otras subordinadas sustantivas encabezadas por preposici6n + que, que suelen sustituirse por de que y a subordinadas adjetivas en las que se elimina muchas veces Ia preposici6n que las antecede, como en los siguientes ejemplos: Carlos Monz6n se encuentra tranquilo y confiado de que [en que] saldra en libertad. (La Nueva Provincia, 23 de junio de 1989)
... teniendo que administrar Ia crisis mas profunda [de] que los argentinos tengan memoria (La Nueva Provincia, 7 de agosto de 1989)
La nota corresponde al encuentro [en] que Mikonos II excedi6 [super6} a La Piramide. (La Nueva Provincia, 7 de marzo de 1990)
\./ Uxico de origen hisptinico
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Dentro del amplio caudal lexico del espaiiol bonaerense ocupa, sin duda, un Iugar predominante el lexico hispanico. El hecho de que este lexico tenga un origen hispanico no implica que sea compartido actualmente con Ia penfnsula iberica, ya que en muchos casos se trata de terminos que son desusados en el espafiol peninsular actual como ajligir 'preocupar', barrial 'barrizal', Iindo 'hermoso', pol/era 'falda', retar 'reprender' y vidriera 'escaparate'. Otro aspecto que debe tenerse en cuenta al considerar este lexico es que en muchos casos hubo cambios semanticos para adaptar estos terminos a Ia realidad regional, tal el caso de-estancia 'tinea rural', cuyo significado se aparta de los valores originales del termino y de los que actualmente tiene en Ia penfnsula iberica. En un interesante estudio en el que compara el lexico de las capitales hispanoamericanas, Moreno de Alba (1992b) determina que Buenos Aires se agrupa con Santiago, Montevideo y Asuncion en lo que seria una regi6n dialectal lexica, que a su juicio constituye en el conjunto de America Hispanica "Ia zona dialectal mas evidente entre las que se postulan en [ese] estudio"
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EL ESPAfWL DE LA ARGENTTNA Y SUS VARTEDADES REGTONALES
EL ESPANOL BONAERENSE
(1992b: 591). A su vez, dentro de esta regi6n, constituye un par estrechamente unido -el mas cercano de toda America- con Montevideo. Moreno de Alba considera que el factor basico en la cercanfa lexica de toda la regi6n lo constituye el poder lingufsticamente expansivo de Buenos Aires y sefiala: Queda clara Ia importancia que para el establecimiento de este dialecto sudamericano, basado exclusivamente en rasgos del vocabulario esbindar, tiene el habla de Ia capital argentina. (Moreno de Alba 1992b: 593)
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Entre los h~rminos comunes a las cuatro capitales mencionadas y exclusivos de elias o compartidos minotitatiamente por otras vatiedades hispanoamericanas cita: carpeta 'tapas de cartulina en que se guardan los documentos', manicura 'persona que arregla las manos', frazada 'prenda que se coloca sobre las sabanas', pala o palita 'badil' o 'pala con que se recoge Ia basura', lustrabotas 'limpiabotas', bocina 'bocina del autom6vil', menos veinticinco 'Ia hora y treinta y cinco', pomelo 'toronja', pollera 'falda', vereda 'acera', discar 'marcar un mimero telef6nico', boleter{a 'taquilla', lapicera (fuente) 'pluma fuente'.
Uxico procedente de /enguas ind(genas y africanas
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La regi6n bonaerense, por tratarse de una zona en Ia que los pueblos indfgenas eran de escaso desarrollo cultural y vida n6made y sus contactos con Ia poblaci6n blanca poco profundos, no muestra una presencia de indigenismos propios destacable. Perdura sf el lexico procedente de las lenguas indfgenas principales que es general a las distintas vatiedades del espafiol americana. Tres son las lenguas que se destacan en este aspecto: el taino, Ia ptimera lengua con Ia que tomaron contacto los espafioles y que les proporcion6 un importante caudal lexico que les permiti6 denominar a la nueva realidad; el nahuatl, Ia gran lengua mexicana; y el quechua, la mas importante lengua sudamericana. Asf del tafno proceden, batata, batea, cacique, canoa, caoba, carey, enagua, hamaca, iguana, ma{z. man{ y sabana, entre otros; del nahuatl se originan cacao, chocolate, hule, j{cara, petaca, tamal, tomate, etc.; mientras que proceden del quechua: achira, cancha, condor. coya, cuis, chacra, chasqui, choclo, guanaco, guano, locro, llama 'camelido americano', mate, ojota, palta, pampa, papa, poroto, puma, quinua. tambo, vizcacha y zapallo, entre otras. El caracter de gran lengua sudamericana y nuestra pertenencia a Ia regi6n explican el predominio del influjo del quechua sobre el nahuatl en esta zona, que
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puede observarse, inclusive, en Ia selecci6n de terminos individuales como el predominio de palta sobre aguacate (del nahuatl) o de choclo sobre el nahuatlismo elate. En cuanto a los prestamos de origen africano, introducidos en raz6n de la existencia de poblaci6n esclava de ese origen, tampoco tienen una presencia importante en el espafiol bonaerense, dado que Ia regi6n nunca fue asiento de las tipicas instituciones econ6micas que conc_entraron a gran numero de esclavos, como las plantaciones y la mineria. Hubo un alto numero de esclavos en determinadas etapas, como lo muestra el censo de 1778, que da casi un tercio de poblaci6n esclava, pero estos se integraban en su mayorfa a Ia vida familiar,lo que no favored ala conservaci6n de su lengua de origen, sino Ia asimilaci6n lingufstica. 4 De tal modo, Ia mayor parte de los africanismos usados en Ia regi6n son tambien terminos extendidos a partir de otras vatiedades del espafiol, tales como algunos referidos a danzas e instrumentos musicales (mambo, conga, rumba, samba, bongo), nombres de frutas (banana) y otros terminos como matungo 'caballo viejo y deteriorado', cachimbo 'cigarro' y quilombo 'prostibulo'.
Uxico procedente de otras lenguas europeas El proceso de incorporaci6n de terminos de otras lenguas europeas, que se desarrollo a lo largo de toda Ia existencia del espafiol bonaerense, se aceler6 notoriamente en el ultimo siglo, debido a Ia difusi6n de los medios de comunicaci6n, el acortamiento de las distancias y la universalizaci6n que han tenido numerosos aspectos de Ia vida contempotanea. Mas alia de estos motivos que son generales a las distintas vatiedades del espafiol americano, en el espaiiol bonaerense actuaron dos factores peculiares, que incidieron marcadamente en Ia introducci6n de este tipo de prestamos: el gran influjo de Ia lengua y Ia cultura francesa en Ia segunda mitad del siglo XIX y Ia existencia de una inmigraci6n masiva, particularmente de origen italiano. En cuanto a Ia incorporaci6n de prestamos del franc~s. un factor importante en Ia aceptaci6n de un amplio conjunto de prestamos texicos fue Ia actitud favorable de muchos intelectuales argentinas, en su busqueda de una modemizaci6n cultural del pafs. Asf, Juan Maria Gutierrez, en su discurso pronunciado en el Sa16n Literario de 1837, expuso esta posici6n: Quedamos aun ligados [a Espaila) por el vfnculo fuerte y estrecho del idioma; pero este debe aflojarse de dfa en dfa, a medida que vayamos entrando en el movimiento intelectual de los pueblos adelantados de Ia
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
Europa. y hagamos constante estudio de aclimatar al nuestro cuanto en aquellos se produzca de bueno, interesante y bello. (Gutierrez, en Felix Weinberg, 1977:153)
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Esta posici6n tuvo su correlato a Jo largo del siglo pasado con Ia incorporaci6n de un amplio caudal lexico, procedente en su mayorfa del frances, Ia Iengua de cultura por excelencia en ese siglo 5. Un claro testimonio de terrninos franceses en el espafiol bonaerense de fines del siglo pasado lo ofrecen los artfculos periodfsticos de Lucio V. Mansilla, publicados en Ia prensa portefia entre 1879 y 1889 y recogidos por el propio autor con el titulo Causeries del jueves (1963), que ya nos revela el influjo frances. Asf, en los primeros capitulos encontramos, entre otros, los siguientes prestamos: causeries, mal-content, quant-meme, haute cuisine, pendant, allumettes chimiques, chic, charmonte, touriste, etc. EI hecho de que estas forrnas y otras muchas hayan sido empleadas en notas periodisticas, sin ninguna aclaraci6n, nos indica que estaban suficientemente difundidas en el habla de Ia clase alta portefia, a Ia que estaban dirigidas las notas. En Ia actualidad, muchos de estos terminos han sido dejados de !ado y, en Ia pnictica, Ia amplia mayorfa de los galicismos usados en el espaiiol bonaerense son generales a distintas variedades del espafi9l. En cuanto al contacto con lenguas inmigratorias, el bilingliismo tan intenso existente en Ia regi6n bonaerense, como consecuencia de Ia inmigraci6n masiva deterrnin6 Ia introducci6n en nuestro espafiol de numerosos prestamos del italiano, que exceden en mucho a los italianismos presentes en otras variedades del espafiol. Este numero elevado de prestamos del italiano no sorprende si pensamos en que por momentos Ia ciudad de Buenos Aires y el resto de Ia region tuvieron un procentaje muy alto de inmigrantes de ese origen. En efecto, segtln el censo de Ia ciudad de Buenos Aires de 1887 el 32% de los habitantes eran de esa nacionalidad y ese porcentaje se incrementaba notablemente en los grupos activos de Ia sociedad, ya que el 80% de los habitantes entre 15 y 50 afios eran extranjeros. Como el 60% de los extranjeros eran italianos, debemos suponer que Ia mitad de los hombres adultos eran de nacionalidad italiana. Si sumamos a estos sus hijos que mantenfan Ia lengua, los hablantes de italiano debfan superar holgadamente Ia mitad de Ia poblaci6n activa. El intenso contacto lingfifstico entre el espafiol y el italiano favoreci6, sin duda, Ia transferencia lexica, cubriendo un amplio espectro, en el que se destaca ellexico que hace a Ia vida familiar y cotidiana, en Ia que se incluyen algunos terminos de elevadfsima frecuencia como pibe, chau, nono o eucha. Otros terminos de este campo con los que podemos ejemplificar son: 6 altoparlante, capo, connacional, cucheta, laburo, linyera, mersa, parlante, piberio, pibada, toscano 'cigarro habano', tratativa, etc.
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Otro ambito favorable a Ia introduccion de prestamos es el de los calificativos personates, en cuya introducci6n incidi6, sin duda, el desgaste que este tipo de terrninos suele sufrir; como ejemplo podemos incluir: capo, chanta, engrupido, farabute, fungo, noqui 'empleado que s61o va a cobrar', piantado, urso 'muy alto y grandote'. Tambien en el vocabulario de Ia vida marginal penetraron terrninos italianos, muchos de ellos procedentes del argot italiano: bagallero 0 bagayero 'el que realiza contrabando horrniga'. batir 'denunciar'' biaba, buf{n, campana 'el c6mplice que vigil a mientras el ladr6n actua', engrupir; grup{, pichicata, pichicatero, pichicatearse 'droga, drogadicto, drogarse', punguista, yiro 'prostituta'. Pero el campo semlintico en el que, sin duda, el numero de prestamos es mayor es el culinario, que puede a su vez dividirse en varios subcampos. Daremos s6lo cinco ejemplos de cada subcampo a tftuio de muestra. Quesos:fontina, muzzarella, parmesano, provolone, ricota; embutidos: bondiola, panceta, salame, salam{n, sopresata; pastas: cabellos de tingel,forati, lazafia, mostacholes, pastina; pizzas y comidas afines: faina,fugaza, pizza, pizzeria, pit.zero; reposterfa y panaderfa: amareti 'masita de almendras', casata, esfoliatela 'milhojas relleno de crema', grisfn, pastafrola; modos de presentar Ia comida: a fa bolofiesa, a laflorentina, a Ia milanesa, a [a napolitana, a Ia parmesana. En cuanto a los prestamos del ingles, el proceso de modemizaci6n y de universalizaci6n producido en el ultimo siglo tuvo como consecuencia lingiifstica Ia gran difusi6n del ingles, considerada Ia lengua que expresa por excelencia Ia "modemizaci6n tecnol6gica y el poder" segun afirrna Fishman (1982). Estos prestamos se concentraron en el espafiol bonaerense -a! igual que en las restantes variedades de espafiol americana- en ciertos campos lexicos, como los deportes, Ia ciencia y Ia tecnologfa, el comercio, las finanzas, Ia mecanica. el automovilismo, Ia aviaci6n, Ia computaci6n, etc. Por otra parte, en las ultimas decadas, Ia transforrnaci6n de Buenos Aires -al igual que otras capitales hispanoamericanas- en una gran urbe tuvo como consecuencia el surgimiento de nuevos grupos de clase alta y media alta, con un estilo de vida que se aparta totalmente de los tradicionales, que buscaron en el ingles muchas innovaciones lexicas. El historiador Jose Luis Romero ha caracterizado de este modo a estos nuevos sectores sociales: Grupos que se envanecfan de ser cosmopolitas, de hablar varia~ lenguas de las que intercalaban palabras en Ia conversaci6n cotidiana ... Era una cultura de secretarias ejecutivas. de c0cktails. de reuniones de alto nivel. (Romero. 1976:
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Este estilo de vida se fue reflejando en el lexico por Ia incorporaci6n de nuevos tenninos, entre los que predominaron en forma casi exclusiva los prestamos del ingles. De tal modo, algunas revistas y diarios especializados se llenaron de prestamos directos como clearing, executives, off the record, adver-. rising, marketing, management, board, money-market, trader; public-relations, self-service, training, revival, best-seller; week-end, country-club, supennarket (el tipo de negocios, Ia literatura y el descanso que corresponden a este modo de vida); adaptaciones, como tipear y reportar; calcos morfosintacticos, como mesa de dinero y relaciones publicas; y extensiones semanticas, como ejecutivos 'directivos de empresas' y posicion 'puesto de trabajo, cargo'. Como este proceso esta aun en marcha, queda por ver cuanto de este vocabulario arraigara realmente en el espafiol bonaerense, luego de una previsible selecci6n -
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5. La penetraci6n de terrninos de origen frances ya era notoria desde principios de siglo, concentrada especialmente en ellexico intelectual y polftico, tal como lo muestra Patricia Vallejos (1990a y 1990b). 6. Para una muestra mucho mas amplia que Ia presente, vease Fontanella de Weinherg (1994).
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NOTAS I. Socolow (1978) afirma que en Ia segunda rnitad del siglo XVITI, el 85% de los comerciantes porteiios eran peninsulares. 2. Bentivoglio y Sedano (1989) seiialan que Ia forma hubieron es Ia menos usada entre los plurales de haber que aparecen en estas construcciones y lo atribuyen a su canicter sobresaliente por diferir marcadamente del singular (hubo-hubieron). En el espaiiol bonaerense, en cambia, no se nota esta restricci6n y aparece con igual frecuencia que las restantes.formas plurales de haber.
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3. Company y Bogard han puesto de manifiesto que estas construcciones tienen una continuidad hist6rica, ya que en espaiiol medieval iban encabezadas por que y no porde que.
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4. Pese a esto, hay testimonios de conservaci6n de lenguas africanas hasta Ia d~cada de 1830, ya que Vicente Fidel L6pez, al referirse a los primeros aiios del gobiemo de Rosas seiiala: "Los domingos y dfas de fiesta, ejecutaban sus bailes salvajes ... · cantando sus refranes en sus propias lenguas al compas de tamboriles" (1910: 343,n.).
FONTANELLA de WEINBERG, Marfa Beatriz (1994). "Una fugaza con feta~ de panceta y provolone: Ia incorporaci6n l~xica en espaiiol bonaerense", £studios sobre e/ espmiol de Ia Argentina Ill, Bahfa Blanca, Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur.
* Los trabajos de Ia Doctora Maria Beatriz Fontanella de Weinberg indicados entre corchetes y precedidos por un a.terisco se pnblicaron despues de su fallecimienro. ocurrido en 19'1'>.
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** Las publicaciones incluidas en este Apt'ndice Bibliografico aparecieron despues de 1995 y se refieren a distintos aspectos del espaiiol bonaerense. Escritas por discfpulas de Ia Doctora Maria Beatriz Fontanella de Weinberg. complementan y actualizan Ia bibliograffa original que presenta esta autora.
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EL ESPANOL EN EL LITORAL
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INTRODUCCI6N
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En este trabajo me referire a los principales fen6menos fono16gicos y morfosintacticos y a algunos aspectos lexicos del espai'iol en Santa Fe, en el litoraJ fluvial sur de Ia Argentina. Me detendre especialmente en los hechos caracterfsticos del sur de esta provincia cuyo centro urbano mas importante es Ia ciudad de Rosario, aunque sin dejar de considerar rasgos de Ia lengua en las zonas del centro y el norte del territorio de Ia misma. El territorio de Ia provincia de Santa Fe tiene actualmente 133.007 km2 y, de acuerdo con los datos del Censo Nacional de Poblaci6n y Vivienda de 1991 (publicados por el Instituto Nacional de Estadfstica y Censo, INDEC, Buenos Aires, 1992), cuenta con un total de 2.797.293 de personas que representan el 8,56% de Ia poblaci6n del pafs. La tasa media anual de crecimiento se ha mantenido estable en los ultimos treinta ai'ios,llegando a un 12,9% acumulado desde el censo anterior de 1980. Existe una gran concentraci6n de habitantes en las areas urbanas, de las cuales Ia mas importante es Rosario en donde reside casi el40% de Ia poblaci6n provincial. El Gran Rosario, que comprende Ia ciudad (899.897 habitantes) y varias localidades vecinas, tiene 1.095.906 de pobladores. Junto con el Gran Santa Fe (de 394.888 habitantes) constituyen el 53,2% de Ia poblaci6n de Ia provincia, mientras que estos dos centros urbanos y el conjunto de ciudades de mas de 20.000 habitantes reunen el 64.4% del total poblacional de Santa Fe.
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La capital de Ia provincia, Ia ciudad de Santa Fe de Ia Vera Cruz, fue fundada el 15 de noviembre de 1573 por Juan de Garay desde Asuncion con un contingente en el que habfa 7 peninsulares y 69 asunceiios 'mancebos de Ia tierra' (criollos y mestizos). 1 El fundador era de estirpe vizcafna pero de larga estancia anterior en America, a Ia que lleg6 a los 13 o 14 afios con su tfo el Oidor de Lima Pedro Ortfz de zarate. En un comienzo Ia ciudad se asento al norte de su actual emplazamiento, pero desde 1651 y en el lapso de diez afios fue trasladada mas al sur, a terrenos menos anegadizos y expuestos a los ataques de los indios calchaqufes. Lajurisdiccion de Ia ciudad alcanzaba originariamente a Ia totalidad del territorio de Ia actual provincia del mismo nombre, parte de Ia de Entre Rfos y el norte de Ia de Buenos Aires. AI comienzo integraba Ia Provincia Gigante de las Indias con cabeza en Asuncion y que dependfa del Virreinato del Peni. En 1617 se dividio Ia citada provincia en dos gobernaciones: Ia del Rfo de Ia Plata, cuya capital fue Buenos Aires, y Ia del Guayrli, con Asuncion al frente, pasando Santa Fe a depender de Ia primera. La lucha con pueblos indfgenas (calchaqufes, colastines, lules, vilelas, charnias, mocovfes, abipones, guaranfes y otros) fue casi constante y a ello se agrego Ia participacion de los santafesinos en las disputas con Portugal a lo largo del siglo XVIII. Hacia fines del perfodo hispano se separo el territorio de Entre Rfos y los Ifmites de Santa Fe Ilegaron casi a los actuales en los albores de Mayo, en que se inicia Ia etapa independiente, durante Ia cual los santafesinos participaron en las luchas por Ia independencia, en las guerras civiles, en el conflicto con Brasil y, aun despues de sancionada Ia Constitucion Nacional en Santa Fe en l853,lo que comenzola etapa de organizacion nacional, en Ia guerra con el Paraguay. En cuanto a Ia ciudad de Rosario, las tierras en que se asento fueron donadas por el gobemador del Rfo de Ia Plata Juan de Herrera y Sotomayor al antiguo vecino de Santa Fe, capitan Luis Romero de Pineda en 1689 y este insta16 su estancia al sur de Ia ciudad actual. Con el tiempo se fueron estableciendo algunos pobladores en el extenso Pago de los Arroyos, lo que determin6 afios mas tarde Ia designaci6n de Ia primera autoridad civil y del primer sacerdote para Ia Capilla de Ia Concepcion ( 1725), capilla donde se vener6 una imagen de Ia Virgen del Rosario que con el tiempo dio su nombre a Ia poblaci6n designada como ciudad en 1852 por Urquiza. Respecto del poblamiento originario de Ia region, debo sefialar que Ia ciudad de Santa Fe fue fundada, como antes dije, por unos pocos peninsulares y mayorfa de criollos y mestizos asuncefios. La procedencia de los primeros europeos fue predominantemente meridional y, en segundo Iugar, castellana. En su fundaci6n y entre sus primeros vecinos figuran 4 andaluces, 3 Castellanos (nuevos y viejos), 1 extremeiio, I flamenco y I portugues, venidos varios de
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ellos en Ia expedici6n de Pedro de Mendoza. AI contingente originario se fueron sumando luego, en todo el Rfo de Ia Plata, elementos llegados con los sucesivos Adelantados: el andaluz Alvar Nuiiez, quien recluto en Sevilla Ia mayor parte de sus soldados y marineros; el vizcafno Juan Ortiz de Zarate, antiguo hacendado del Alto Peru y el andaluz Juan Torres de Vera y Arag6n, antes Oidor de Ia Audiencia de Charcas. Con Ortiz de Z3rate arribaron unos 722 individuos, de los cuales el 34,6% eran andaluces, el 13,3% extremefios, el II% caste llanos nuevos y el I 0, 7% castellanos viejos, adem as del 7,I% de vascos, 4,2% de Ieoneses y 3,7% de gallegos. Entre los hidalgos prevalecieron en Ia epoca los vascos, Ieoneses y castellanos viejos, en tanto que Ia inmigracion del sur fue mas popular. Esto se refleja en el hecho de que entre los jefes militares y principales oficiales hubiera muchos vascos y castellanos viejos, segun seiiala Boyd-Bowman (1974). De acuerdo con los datos manejados debieron prevalecer, entonces, en Ia naciente sociedad santafesina, como en Ia de otras ciudades de Ia regi6n, los descendientes de meridionales, a1 menos en las capas populares, con norteiios en el grupo de conquistadores y jefes militares. AI grupo poblacional europeo llegado hasta fines del siglo XVII y ai de criollos, incluidos los mestizos siempre en aumento por Ia escasez de mujeres peninsulares, hay que aiiadir el aporte de los indfgenas. Estos fueron escasos en Santa Fe, siendo pocas las encomiendas en relaci6n con otras ciudades del territorio argentino. a las que se agregaron algunas reduccicnes y misiones de doctrina, asf como indfgenas en relaci6n de vasallaje libre de Ia Corona. 2 Los negros, por ultimo, entni.ron como esclavos en el territorio del Rfo de Ia Plata ya a fines del siglo XVI desde Ia ciudad de Buenos Aires (a partir de 1591) y tambien desde el Peru y via Chile. La mayorfa de estos pobladores se incorporaron a las tareas domesticas o a Ia explotaci6n rural teniendo un papel numerico y econ6mico destacado. Durante el siglo XVIII Ia poblaci6n que siempre habfa sido escasa en Santa Fe, al igua1 que en otros nucleos urbanos de Ia regi6n, y de Iento crecimiento vegetativo, se fue expandiendo a las campaiias, especialmente hacia el sur y el este, con estancias, reducciones, pagos, curatos y villas (Coronda, Rinc6n, Nuestra Seiiora del Rosario en el Pago de los Arroyos y otros), aunque no Ia alcanz6 sino en forma muy reducida Ia llegada de nueva poblaci6n europea a1 Rfo de Ia Plata en esta epoca, ya que en su mayorfa esta poblacion prefiri6 Buenos · Aires, sede, hacia el final del siglo, de importantes organismos polfticos y edutacionales (Virreinato, Audiencia, Consulado, Real Colegio de San Carlos). Es a partir de Ia segunda mitad del siglo XIX (y hasta el final de Ia decada del veinte del siglo XX) que se produce un fuerte aumento de Ia poblaci6n debido a Ia inmigraci6n masiva, sobre todo de origen europeo, con algunos aportes orientales (sirio-Iibaneses). Los inmigrantes europeos mas numermos fueron espa-
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fioles (especialmente del norte de Ia penfnsula) e italianos, pero tambien hubo franceses, ingleses, alemanes y judfos procedentes de Europa oriental.3 Los inmigrantes se asimilaron con rapidez, salvo excepciones, a Ia poblaci6n criolla, social, cultural y lingOfsticamente, si se trataba de hablantes de lengua no his- . panica, Iuego de un perfodo de plurilingOismo. Tambien ascendieron en Ia sociedad mediante el acceso a los estudios superiores y a Ia prosperidad material a traves del comercio y Ia industria. Asf se estructuraron sociedades abiertas con altos fndices de movilidad social, sobre todo a! sur del territorlo, y una sfntesis, respecto de Ia cultura, sobre Ia base de los distintos grupos migratorios y Ia poblaci6n nativa. Y a esta situaci6n contribuyeron y siguen contribuyendo de modo decisivo las nurnerosas instituciones educativas de diversos niveles que existen en e) territorio de Santa Fe, entre elias dos universidades nacionales y varias privadas, asf como otros organismos cientffico-culturales de prestigio. A continuaci6n examinare rasgos irnportantes de Ia lengua espanola en esta zona del territorio argentino. Los datos utilizados para ello son los que se expusieron en numerosos trabajos propios ya publicados o en prensa, asf como los que aparecen en estudios realizados por los miembros del grupo de investigaci6n que he dirigido y dirijo en diversos proyectos de estudio del espaiiol en el sur del litoral. 4 lgualmente, utilizo datos recientes obtenidos en el transcurso de trabajos de campo para el Atlas Lingiilstico de Hispanoamerica dirigido por M. Alvar y A. Quilis.
nes, disimilaciones y algunas pocas metatesis: sigun, 'segl1n', mehmo, 'mismo', abiriguar, 'averiguar', difinido, 'definido' sepoltura, 'sepultura', fresada, 'frazada', naide, 'nadie', etc. Respecto de los grupos vocalicos, hiatos y diptongos suelen mantenerse sin mayores cambios en los sociolectos altos, excepto algunos hiatos comenzados por /e/ u /o/ que se diptongan aun en estos niveles en estilo informal y, mas todavfa, en areas rurales y en sociolectos urbanos bajos: tiatro, 'teatro'; pior, 'peor'; pion, 'pe6n'; lfnia, 1fnea'; almuada, 'almohada'; almuad6n, 'almohad6n'; cuete, 'cohete'; pasiar, 'pasear' yen general los verbos en -ear. Los hiatos formados por encuentros de vocales iguales se deshacen por contracci6n en estilo espontaneo (alcol, 'alcohol', remplasar, 'reemplazar', coperatiba, 'cooperativa' y otros), En habla rural y a veces en sociolectos urbanos bajos, hay desplazamientos acentuales: maih, 'mafz'; piiih, 'pafs'; ciiido, 'cafdo'; liido, 'lefdo'. En los mismos niveles sociolingOfsticos he registrado reducciones de diptongos en vocablos como Uropa, 'Europa'; Ugenio, 'Eugenio'; ucalito, 'eucalipto'; rehpetoso, 'respetuoso'; sensia, 'ciencia'; etc. Lo contrario, diptongaciones por analogfa, ultracorrecci6n o confusiones diversas se dan en diferiensia, 'diferencia', desabeniensia; 'desavenencia' y otros. Ademas, el diptongo inicial ie se realiza como Ie en los sociolectos bajos en lelo, 'hielo'.
FONOLOGfA
CONSONANTISMO
En este apartado me referire especialmente a algunos aspectos del vocalismo, a Ia aspiraci6n y elisi6n de -Is/, al tipo de yefsmo y a los procesos de ensordecimiento total o parcial del fonema resultante de ese yefsmo, a las sonoras intervocalicas o en posici6n final de palabra, a las realizaciones de /rr/ y del grupo /tr/, a las de los grupos consominticos y a otros fen6menos del consonantismo.
Seseo, ceceo y realizaciones de -Is/
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VOCALISMO No hay alteraciones en Ia articulaci6n de los cinco fonemas vocalicos con respecto al espaiiol medio o general, cuando llevan acento. Si son atonos mantienen timbres medios, pero en los sociolectos rurales y los urbanos bajos hay variaciones en el timbre que provienen de antiguas vacilaciones, asimilacio-
El seseo, es decir, Ia falta de oposici6n entre sibilantes dentales y alveolares, rasgo general del espafiol americano, asf como del de Andalucfa y Canarias, aparece en Santa Fe con dos tipos de realizaciones generales. Uno de ellos es el que constituye Ia realizaci6n predorso dento-alveolar de timbre siseante (seseo), propia de los mas importantes centros urbanos y regiones circundantes de Ia mayor parte del territorio provincial; el otro tipo de realizad6n es Ia interdental de timbre ciceante(ceceo) que se oye en algunas zonas rurales yespecialrnente en zonas criollas de orillas del rio Parana, realizaci6n que se ha sefialado tambien en Ia provincia de Entre Rfos, en zonas rurales de Corrientes yen los antiguos pagos criollos de Ia provincia de Buenos Aires, Jo que supone que el ceceo se extendi6 anteriormente por amplias areas rurales de esas provincias, algo ya consignado en Vidal de Battini, 1964. En lo referente a la -/s/ final de sflaba y palabra, estan extendidas en todo el territorio de Santa Fe Ia aspiraci6n y elision de Ia sibilante. En Rosario, el mas importante ceritro urbano de Ia provincia en el sur de su jurisdicci6n. es-
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tudie el fen6meno aplicando el modelo variacionista laboviano con ayuda del programa logfstico computacional VARBRUL 2 (en Donni de Mirande 1987 y 1989). La variaci6n es, por otra parte, antigua en Ia regi6n y ya se dan casos de omisiones de Ia -/s/, confusiones con otras consonantes y ultracorrecciones en documentos desde el siglo XVI. 5 Las tres variables que tuve en cuenta en Rosario, en realidad clases de variantes con diferencias articulatorias a veces bastante apreciables, fueron Ia sibilante (s-2), Ia aspirada' (s-1) y Ia elidida (s-0). En el total de los sociolectos rosarinos Ia distribuci6n de variables fue como sigue:
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Como seve, Ia variable estandar (sibilante) es mayoritaria, pero Ia aspiraci6n es elevada y Ia elision alcanza a Ia cuarta parte de las realizaciones de superficie. Los factores lingiifsticos considerados como deterrninantes en Ia vaqacion de Ia -/s/ en Rosario fueron distribucionales, contextuales y funcionales. Los resultados obtenidos indican que Ia aspiraci6n en final de silaba llega a! 81 % de las realizaciones de superficie y at 19,1% al final de palabra en Ia totalidad de los sociolectos, mientras que Ia elisi6n es del 7, 5% at final de silaba y del 29, 6% a! final de palabra, reteniendose Ia sibilancia en final de silaba interior de palabra en un II, 2% y al final de palabra en el 51, 1% de los casos. En lo que respecta a los contextos fonicos, Ia -/s/ final de palabra ante vocal se retiene como _sibilante en un 66,7%, el contexto que mas favorece Ia perrnanencia de Ia sibilante, y at que le sigue el contexto prepausal (62, 8% de sibilantes) y e1 preconsonantico (36, 5%). La variable aspirada aparece en el30, 8% de los casos en contexto preconsonantico, en el 16, 8% en contexto prevocalico y en el 4, 2% ante pausa. La elisi6n alcanza el 32, 5% en contexto preconsonantico, el32, 8% en contexto prepausal y ell6, 3% ante vocal. Esto esta de acuerdo con lo que se sabe sobre Ia influencia de los contextos en Ia variacion lingUfstica, ya que Ia consonante anterior, en este caso Ia sibilante, se conserva mejor ante vocal, aunque no todos los dialectos hispanicos corroboran esto (sociolectos altos de San Juan de Puerto Rico, La Habana y Caracas).6 Respecto de Ia aspiracion, Rosario muestra que el contexto preconsonantico la favorece, seguido por el prevocatico y, lejos, por el prepausal. A los contextos prevocalicos hay que agregar otro factor que es Ia acentuaci6n. Los materiales examinados indican que Ia vocal acentuada favorece mas Ia realizaci6n sibi-
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!ante, aumentando Ia frecuencia de aspiraci6n o elision ante vocal atona, al igual que en San Juan de Puerto Rico y otros dialectos hispanicos. Con referenda a los factores funcionales, tuve en cuenta que Ia -/s/ final de palabra puede tener estatus gramatical (marca superficial de plural nominal o de segunda persona del verbo). Los datos obtenidos en Rosario revelan que aquf Ia funcionalidad de -/s/ con estatus gramatical no influye del modo esperado en Ia distribucion de variables y contradic~ algunas hip6tesis funcionalistas, ya que Ia elision es mayor cuando Ia -/s/ tiene estatus gramatical (31,5%) que cuando no 1o tiene (24,3%), mientras que 1a retenci6n de sibilancia resulta menorcuando es marca funciona1 (50,4%) que cuando no 1o es (53,1%). Seg6n las categorfas gramaticales (nominal o verbal) Ia aspiraci6n es mas frecuente en Ia categorfa verbal (22,6%) que en Ia nominal (17,6%) y tambien Ia elision aparece mas en Ia categorfa verbal (46,5%) que en Ia nominal (30%). El factor redundancia es el que se muestra como significative en estos casos, ya que cuando Ia marca es redundante, Ia elisi6n sube en casi todos los tipos de secuencias examinadas, apareciendo siempre una sibilante o una aspirada como primera marca del m1mero en Ia frase nominal, por ejemplo. Los coeficientes de probabilidad de aspiraci6n, resultantes de aplicar el programa VARBRUL 2 a los datos de superficie son los siguientes, simplificando lo referente a las diversas secuencias nominates y a las marcas verbales: [intema] .61 [final] .41 [cons.] .69 [voc.] .61 [prepaus.] .54 [- acento] .41 [+ acento] .34 [- gram.] .36 [nominal] .45 [verbal] .61 Debo aclarar que seg6n el programa aplicado, si el valor del panimetro es de 0.50 no tiene incidencia sobre Ia ejecuci6n de Ia regia variable correspondiente y por encima o debajo de ese valor Ia auspiciara o impedira respectivamente. Con referenda a los factores extralingiifsticos tenidos en cuenta, que fueron sexo, edad (j6venes, de 25 a 35 afios, de edad interrnedia, de 36 a 55 afios y mayores, de 56 afios en adelante), nivel socioeducacional (alto, con educaci6n terciaria, medio, con ensefianza secundaria y bajo, con educacion primaria completa o incompleta) y grados de estilo (dos orates; cuidado y espontaneo y dos de Iectura, de textos y de lista de palabras),la aspiraci6n aparece impulsada porIa generaci6n joven (coeficiente de probabilidad de .51). el nivel socioeducacional bajo (coeficiente probabilfstico de .53) y los estilos orales, especialmente el espontaneo (.56 de coeficiente de probabilidad frente at .53 del estilo cuidado), asf como el estilo de lectura de texto (.51), en tanto que ni hombres ni mujeres Ia impulsan.
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La ultima etapa del proceso de debilitamiento de -/s/, Ia elision, difiere con respecto a Ia aspiraci6n en el hecho de que Ia aspiraci6n es exclusivamente fonetica al consistir en una relajacion articulatoria impulsada por una posicion sihibica debil, mientras que Ia elision desempei'ia un papel importante en Ia gramlitica por su funcionalidad y esta determinada por factores morfologicos referidos al elemento de redundancia de las estructuras extemas. Los coeficientes de probabilidad de elision, de acuerdo con los datos de superficie que sei'iale anteriormente, son: [internal .47 [final] .52 [cons.] .50 [voc.] .42 [prepaus.] . 65 [- acento] .45 [+ acento] .39 [-gram.] .46 [nominal] .52 [verbal] .59
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El factor extralingiifstico decisivo que impulsa Ia elisi6n es el nivel socioeducacional bajo (con .53 de coeficiente de probabilidad), el unico que lo hace, en tanto que el de edad se mantiene por debajo del panimetro 0.50 en los tres grupos generacionales. En cuanto a! sexo, los hombres son indiferentes a Ia elision (.50 de coeficiente de probabilidad) y las mujeres Ia impiden (coeficiente de probabil'idad de .47). • De to consignado se desprende que Ia elision de -/s/ es en Rosario un hecho estigthatizado, sin prestigio social, impulsado s61o por el sociolecto bajo y rechazado por las mujeres. Por otra parte, el hecho de no ser impulsado por ningtin grupo generacional indica que actualmente no es un proceso en avance. La aspiraci6n, en cambio, estli impulsada levemente por los jovenes, cosa que Ia muestra en ligero avance. Respecto del espafiol portei'io, de acuerdo con datos de Terrell (1978), referidos a los hablantes cultos, debe sefialarse que los sociolectos rosarinos en conjunto han avanzado mlis en Ia elisi6n de Ia -/s/ que el anterior, pero son mas conservadores que los sociolectos de San Juan de Puerto Rico, variedades del Caribe hisplinico insular y continental y algunos dialectos puertorriquefios emigrados al norte de Estados Unidos.
tiva, tensi6n muscular fuerte, sonoridad vacilante y articulaci6n anterior respecto del fonema linguopalatal sonoro /y/, asf como otra con un cierto zumbido aspero originado en el estrechamiento de Ia fricaci6n que se ha dado en llamar rehilamiento, realizaci6n que constituye Ia variante [z]. En el resto del territorio santafesino, Ia variante que predomina es Ia prepalatal, rehilada y de sonoridad vacilante, convertida en realizaci6n normal del fonema resultante del proceso de fusion de las palatales y que transcribo como /Z/. Este segmento se realiza generalmente como fricativo o, con menor frecuencia, como africado o africado-fricativo en el centro y sur de Santa Fe. El tipo de yefsmo, mas propiamente zefsmo, es, pues, rehilado, como en las provincias de Entre Rfos (salvo una franja nordeste), Buenos Aires, La Pampa, Ia Patagonia (excepto ciertas zonas cordilleranas), sudeste de Ia de Cordoba yen islotes aislados del centro de las provincias de Tucumlin, Salta y sur de Jujuy. Por otra parte, el yefsmo es, en Santa Fe, antiguo y se retleja ya en un acta capitular del siglo XVII, en Ia que una confusi6n gffifica dell por y retleja un yefsmo incipiente pero seguramente difundido aun en las capas cultas de Ia sociedad de Ia epoca. En Ia ciudad de Rosario y en general en todo el sur y centro de Santa Fe, las realizaciones del segmento /Z/ tienden a perder su sonoridad en forma parcial o total. Esta tendencia a perder sonoridad no es de extrafiar ya que, al hacerse rehilado /Z/, aumenta Ia energfa muscular de Ia articulaci6n pero se debilitan proporcionalmente las vibraciones laringeas. Para estudiar el grado de desarrollo del proceso de ensordecimiento de /Z/ en Rosario tambien trabaje, como en el caso del debilitamiento consonantico de -/s/, con el modelo variacionista cuantitativo laboviano, indagando su componente probabilfstico (factores Jingiifsticos y extralingiifstiCQs~on el programa computacional VARBRUL 2 (Donni de Mirande, 1992b). Las variables estudiadas fueron Ia sonora (z-2), Ia parcialmente ensordecida (z-1) y Ia sorda (z-0). En el total de los tres sociolectos rosarinos estudiados las mismas se distribuyeron de Ia siguiente forma:
N z-2 i-l
z-O ·y~{smo La mayor parte del norte, asf como el centro y sur de Santa Fe, presenta yefsmo, es decir, desfonologizacion de Ia oposici6n !"AI -/y/ en una realizaci6n no lateral, aunque en el nordeste de su territorio, desde Ia ciudad de Reconquista, suelen altemar el mantenimiento del fonema lateral y pronunciaciones yei'stas con realizaci6n fricativa o, las m:is de las veces, africada o africada-frica-
1.396 3.342 740
% 25,4 61 13,5
Los datos muestran que Ia variable parcialmente ensordecida es Ia mayoritaria en Rosario, siguiendole a gran distancia Ia sonora y, por ultimo, Ia sorda. La variable estandar o normal (sonora o parcialmente ensordecida), por tanto, es Ia m:is frecuente, ya que llega al 86.4% del total de las realizaciones del corpus utilizado. En el portefio, estudiado en Wolf y Jimenez ( 1979), Ia variable sonora aparece como mayoritaria en los diferentes estilos. grupos
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sociales y sexos, aunque en los grupos de hablantes de 9 a 12 aiios de edad y en mujeres de menos de 18 aiios, prevalecen las variantes parcialmente ensordecidas y las sordas. En Bahfa Blanca las variantes sonoras prevalecen sobre las sordas en los diversos estilos considerados. En lo que se refiere aL nivel educative, el mas alto (universitario) presenta menor fndice de realizaciones sonoras, el que aumenta gradualmente a medida que se desciende a los niveles mas bajos. Las mujeres muestran fndice mayor de realizaciones sordas que los hombres, asf como los j6venes (como se consigna en Fontanella de Weinberg, 1979). En Rosario tuve en cuenta dos tipos de factores lingiifsticos, los distribucionales y los contextuales. Los datos mostraron que Ia posici6n intema favorece el ensordecimiento de Ill. En posici6n interior de palabra los contextos (postvocalicos o postconsonanticos) no mostraron diferencias importantes respecto de Ia realizaci6n de este segmento fonol6gico, en tanto que Ia ocurrencia en sflaba acentuada favorece Ia aparici6n de Ia variable parcialmente ensordecida o totalmente sorda. Debo seiialar que las variables estudiadas se inscriben en un proceso de ensordecimiento que p~de considerarse como un cambio gradual, cuya primera etapa es el ensordecimiento parcial del fonenia I'll y Ia segunda su ensordecimiento total, esto es, Ia aparici6n de [H El proceso de ensordecimiento puede formalizarse mediante reg! as variables ordenadas intrfnsecamente que reflejan el proceso hist6rico que afect6 y afecta a algunas variedades del espaiiol, como el porteiio, el espaiiol de Bahfa Blanca, el de Montevideo, etc? Los coeficientes de'f>robabilidad de realizaci6n de Ia primera etapa del proceso, es decir, Ia de ensordecimiento parcial, en lo referente a los factores Iing\Hsticos son:
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Para Ia ultima etapa del cambio, el ensordecimiento total de /'1./, los coeticientes de probabilidad de los factores lingtifsticos son los que siguen: [inicial] .47 [intema] .51 [voc.] .51 [cons.] .51 [+ acento] .52[- acento]. 48 En cuanto a los factores sociales son importantes el sexo, Ia edad y el nivel socioeducacional. Las mujeres son las que impulsan energicamente el ensordecimiento total (.60 de coeficiente de probabilidad), en tanto que los hombres to impiden (coeficiente .34). Los j6venes lideran el cambio (coeficiente .61), seguidos por el grupo de edad intermedia (.53 de coeficiente de probabiiidad). El sociolecto alto (.64) favorece esta ultima etapa del proceso mientras que los otros dos sociolectos considerados Ia impiden, sobre todo el bajo (coeficiente .36). Respecto del estilo, el unico que no favorece el ensordecimiento total es el oral espontaneo (coeficiente .47), en tanto que el oral cuidado lo favorece (coeficiente .53) y, mas aun, los estilos de lectura de texto (coeficiente .55) y de lista de palabras (coeficiente .58). Con esto se demuestra que, en Rosario, es el habla mas cufdada Ia que impulsa el ensordecimiento total del segmento /'1./8. De acuerdo con los resultados obtenidos, puede afirmarse que en los sociolectos rosarinos hay un avance moderado del ensordecimiento total de /'1.1, pero todavfa predomina Ia variable parcialmente ensordecida. El termino del proceso, sin embargo, esta acelenindose, dado el gran impulso que los j6venes dan al mismo y tambien el hecho de que el ensordecimiento no esta estigmatizado socialmente, ya que son las mujeres y el grupo socioeducacional alto los que lo favorecen.
[inicial] .39 [internal .55 [voc.] .54 [cons.] .55 [+ acento] .51 [- acentol .48
Realizaciones de /rrl y ltrl
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En lo que ataiie a los factores extralingiifsticos, las mujeres favorecen el ensordecimiento parcial (coeficiente .53) en tanto que los hombres lo impiden (.45 de coeficiente de probabilidad). El nivel socioeducacional bajo es el unico que no impulsa el proceso (coeficiente .47), mientras que sf lo hace el nivel medio (.51 de coeficiente) y se mantiene indiferente el nivel alto (coeficiente .50). Los gropos generacionales que favorecen esta etapa del proceso son los j6venes y los de edad intermedia que presentaron coeficientes de probabilidad de .53 y .52 respectivamente. El estilo oral espontaneo y el de lectura de textos son los que impulsan el ensordecimiento parcial, con .51 de coeficiente de probabilidad en ambos casos.
En el territorio santafesino se dan dos tipos de realizaciones de /rr/: Ia vibrante, que se difunde desde Ia ciudad de Buenos Aires y otros centros urbanos del litoral hacia el interior y Ia fricativa asibilada alveolar, mas o menos ensordecida. La primera, vibrante multiple, abarca el centro-sur y el sur de Ia provincia de Santa Fe, del mismo modo que a grupos cultos de hablantes de Ia provincia de Entre Rfos y a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, centro y sur de Neuquen y regi6n patag6nica, colonizada modemamente desde Buenos Aires. La fricativa asibilada se registra en el centro-norte y norte de Santa Fe, en coexistencia con Ia vibrante multiple, situaci6n que aparece desde algunas ciudades como Esperanza, San Justo y Rafaela hacia el norte. y se proton-
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ga, mas allli de los lfmites provinciales, en el nordeste, centro y noroeste de Ia Argentina9. En parte de esta zona (el nordeste) tambien se registran, como dije anteriormente, Ia altemancia de yefsmo no rehilado, con frecuentes realizaciones africadas o africadas-fricativas de/!/, y Ia conservaci6n de /'A/, conservaci6n que se extiende al nordeste argentino, en coexistencia con yefsmo en ciertas regiones, y al Paraguay. El nordeste de Santa Fe, entonces, serfa una zona de transici6n entre el area litoral sur, bonaerense y patag6nica, de yefsmo rehilado y /rr/ vibrante, y el nordeste argentino, sin yefsmo y con /rr/ fricativa asibilada, evidenciando al respecto Ia existencia de un sistema fusionado con contacto bidialectal. En las lireas de existencia de Ia fricativa asibilada, por otra parte, el grupo /tr/ se articula como una unica consonante africada velar sorda, realizaci6n mas frecuente en regiones rurales del centro-norte y norte de Ia provincia.
Consonantes sonoras
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En todo el territorio de Santa Fe el segmento fonol6gico /d/ en posici6n intervoclilica se mantiene con regularidad en Ia lengua estlindar realizado como una dental espirante sonora. En el habla subestlindar urbana y rural suele caer Ia sonora en el sufijo -ado, no asf en -ido. En los casos de omisi6n de Ia consonante sonora Ia vocal final de -ado se cierra y pasa a realizarse como lui: asau, 'asado', soldau, 'soldado', etc. De tal modo, en Santa Fe altema Ia espirante con cero f6nico, dandose esto ultimo con gran frecuencia en sociolectos '. urbanos bajos y en habla rural. En lo referente a Ia /d/ en posici6n final de palabra se articula relajada en estilo cuidado y sociolecto alto, en tanto que preval~ce Ia omisi6n en estilo espontlineo y en los sociolectos bajos. Las consonantes sonoras lb, gl intervoclilicas se mantienen con regularidad en Ia regi6n, aunque se articulan de modo relajado.
Grupos consonanticos La alteraci6n o reducci6n de grupos consonlinticos es, en todo el territorio argentino, un aspecto de Ia variaci6n social (diastrlitica) y estilfstica (diafasica). La reducci6n de estos grupos forma parte del debilitamiento general del consonantismo implosivo en Ia lengua, que tiende a! predominio de las sflabas abiertas. Este fen6meno es intenso en los niveles socioeducacionales bajos y en los estilos descuidados del espaflol en Santa Fe.
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En Rosario, los hechos tienen caracterfsticas parecidas a las que pueden seflalarse en Ia ciudad de Buenos Aires y otros centros urbanos. Para tratar de establecer los patrones Iingilfsticos y sociales de Ia simplificaci6n de los grupos consonanticos en esa ciudad del sur de Ia provincia estudie los datos obtenidos en encuestas directas realizadas a 180 hablantes de distintos grupos socioeducacionales, generacionales, edad y sexo, y segun distintos grados de estilo (en Donni de Mirande, 1974). En los grupos constituidos con oclusivas o fricativas sordas o sonoras como primer elemento del grupo (grupos /pt/,/ps/, /pn/,lbt/,/bs/,/bx/lbrnl,/trnl, /tnl, /tl/,/dk/, /dx/, /db/,/drnl,/ks/, /kt/,/ft/ y /gnl), ese primer elemento se neutraliza en lo que se refiere a sus oposiciones de oclusi6n/fricci6n y sonoridad/ sordez, siguiendo una tendencia fonol6gica del espaflol, y se realiza con variantes relajadas (las oclusivas sordas pierden su oclusi6n y pasan a fricativas de sonoridad vacilante, en tanto que las sonoras, tambien vueltas fricativas, suelen asimilarse a Ia falta de sonoridad del elemento que sigue, si es sordo, o se debilitan notablemente, si es sonoro) en el sociolecto alto y estilo formal. En otros casos hay omisiones (shimo, 'septimo', dotor; 'doctor', perfeto, 'perfecto', eclise, 'eclipse', arimitica, 'aritmetica', ojeto, 'objeto', inorante, 'ignorante', etc.) si se trata de los sociolectos bajos y estilo espontaneo informal, no produciendose vocalizaciones de ese primer elemento en ningtln caso, cosa que ocurre en otras lireas hispanicas. En los sociolectos medio y bajo, en contextos formales, registre ultracorrecciones y confusiones como en apsoluto, 'absoluto', opjeto u ojepto, 'objeto' y otros casos. Cuando el primer elemento del grupo es lsi, Ia realizaci6n mlis difundida de esta en Rosario es como aspirada (h) en grados diversos de debilitamiento, aunque siempre mlis debil en los niveles socioeducacionales bajos y en estilos informales, pudiendo llegar al cero f6nico de acuerdo con las variaciones en Ia realizaci6n de -/s/ en Rosario tratadas antes. En los grupos /sgl y /sb/, hay asimilaci6n entre las dos consonantes que se pronuncian como una sola: como lxl, en el primer caso (dixuhto, 'disgusto') y como 1ft en el segundo (refalar, 'resbalar', por ejemplo). En los grupos consonlinticos integrados por dos nasales (/rnnl, Inn! y /nml), el babla culta en situaciones ·formales conserva los dos elementos. En estilos infoimales y niveles socioeducacionales bajos, el primer elemento se relaja basta llegar al cero f6nico (solene, 'solemne', imigrante, 'inmigrante', etc.). De acuerdo con Io expuesto, estli claro que los resultados obtenidos en el estudio de los grupos consonanticos en el sur de Santa Fe; concuerdan con Ia conocida inclinaci6n del sistema del espafiol bacia el predominio de las sflabas abiertas en su estructura sillibica, tendencia a Ia que se aflade el debilitamiento consomintico que lleva a Ia aspiraci6n y elisi6n de -Is/.
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Otros fenomenos consontinticos
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La confusion entre -11/ y -/r/, que se puede resolver en una realizaci6n lateral, vibrante o intennedia, o con fenomenos de asimilaciones, disimilaciones, metatesis, omisiones y confusiones con otras consonantes tambien debilitadas en posicion implosiva o aun en distintas posiciones en Ia palabra, se manifiesta hoy en Santa Fe solo en ciertos y limitados casos de vocablos que se registran en habla rural o en urbana subestandar: alberja, 'arveja', clin, 'crin', clinudo, 'crinudo', albertir; 'advertir', rondana, 'roldana' y algunos mas. Cabe seiialar que esta confusion entre -11/ y -/r/ es un hecho antiguo en Ia regi6n y, como el seseo, el yei'smo o Ia aspiracion y elisi6n de Ia -Is!, tienen su origen en el sur de Espaiia y fonnaron parte de Ia koine de Ia zona, cuya cristalizacion puede fijarse hacia Ia segunda o tercera decada del siglo XVII. Los primeros documentos de Santa Fe (siglo XVI) ya traen ejemplos de confusiones entre -/1 y -/r/, los que se hicieron mas frecuentes en el transcurso del siglo XVII y, especial mente, durante el siglo XVIII, pero en una etapa de estandarizacion posterior a esta epoca retrocedieron por presion normativa hasta el punto de desaparecer casi total mente, excepto en vocablos como los que antes mencione. La confusion entre -/1/ y -/r/ tambien estuvo muy difundida en el espaiiol bonaerense de Ia epoca hispana (seglin seiiala Fontanella de Weinberg, 1987) e igualmente aparece registrado desde el siglo XVI en distintas regiones americanas, especialmente en el Caribe hispanico, ademas de partes de Mexico, costas de Colombia, Ecuador y Peru, etc. En los niveles socioeducacionales bajos se ornite en Santa Fe, con frecuencia, Ia -/r/ final de los infinitivos, como ocurre en la region guaranftica argentina y en el Paraguay.
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MORFOSINTAXIS
Voseo El uso del pronombre vos y las fonnas verbales que con el concuerdan para expresar Ia segunda persona, es uno de los hechos morfosintacticos mas importantes de Ia lengua espanola en America, donde ha alcanzado una gran extensi6n. En Ia Argentina es bastante complejo en lo que respecta a su variacion formal en distintas zonas. Esa complejidad se refiere casi exclusivamente a las formas verbales, ya que el pronombre vos es de uso general en el pai's, si se exceptuan algunos casos de empleo del en discurso epistolar.
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El voseo pronominal es etimologicamente mixto. Esta constituido por las formas personates vos como sujeto y terrnino de complemento y te como objeto, siendo tultuyo las formas posesivas correspondientes. La variacion es mucho mas compleja, como dije, en lo que ataiie a Ia combinacion de formas pronominales y formas verbales. Seglin las formas verbales del voseo (presente de indicativa) se pueden distinguir distintos tipos de norma: Tipo l: Formas monoptongadas -tis, -es, -is, (vos) canttis, comes, subls. Tipo 2: Formas monoptongadas -tis, -fs, -{s, (vos) canttis, comfs, subis. Tipo 3: Formas de paradigma mixto -ais, -(s, -is, (vos) cantais, comfs, subfs. Tipo 4: Formas de tuteo -as, -es, -es, (vos) cantas, comes, subes. Tipo 5: Formas diptongadas -ais, -eis, -fs, (vos) cantais, comeis, subfs. La norma tipo 1 es Ia que corresponde a las regiones litoral-pampeana y nordeste. El paradigma tipo 2 se ha seiialado en el sociolecto bajo de Thcuman, donde en los sociolectos medio y alto aparecen las formas verbales del tipo 1 o las correspondientes a tU (seglin Rojas, 1980). Tambien presentan este tipo de paradigma partes de Cuyo y del centro del pai's (centro y nor-noroeste de Cordoba, casi Ia totalidad de San Luis, sur de San Juan, Mendoza y norte de Neuquen). La norma tipo 3 es Ia propia de gran parte del noroeste. La tipo 4 se ha seiialado en Santiago del Estero y Ia norma tipo 5 aparece en sociolectos bajos o habla rural del noroeste, Cuyo y centro del pai's; 10 El territorio de Santa Fe esta comprendido, en cuanto al voseo verbal (formas de presente de indicativo), en Ia regi6n litoral-pampeana, cuya norina al respecto es Ia de tipo 1 y que comprende Santa Fe {salvo algunas partes del norte en lo que se refiere a ciertos fen6menos fonol6gicos seiialados antes}, centro y sur de Entre Rlos, sudeste de C6rdoba, Buenos Aires, La Pampa y provincias patag6nicas (con excepci6n de zonas menores) y las formas verbales voseantes aparecen en lengua oral y tambien en discurso periodlstico informal o publicitario: 11 Vos no te imagintis lo que me cost6 salir de ese problema que no era tuyo pero en el que me hubieras podido ayudar.
Siempre quise, y eso vos lo sabis bien, que terminaras tu carrera de abogado. Vos sabes que ahf estaba viendo Telenoche. (Lo Capital, "Policfa", Sec. I, 2 de marzo de !99R, 20)
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EL ESPANOL DE LA ARGENTTNA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
Te pi do que subas en cuanto termines de estudiar.
(hablante de 58 afios de edad. de sexo masculino)
Vos sf que tenis Ia vaca atada, eh? (El Litoral, aviso publicitario, Sec. I, 18 de marzo de 1998, 7)
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En cuanto al imperativo, hay preferencia exclusiva, en Ia lengua hablada, por el empleo de las forrnas verbales voseantes en -If, -e. -{: (vos) canta, come, sub£, pudiendo ocurrir las mismas tambien en lengua periodfstica en contextos inforrnales o publicitarios: Por favor, come r.ipido que ya nos vamos.
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Comprd con credito personal... Disfrutti de Ia posibilidad... (La Capital, aviso publicitario, Sec. I, 22 de febrero de 1998, l3)
El uso de las forrnas del presente de subjuntivo con el pronombre vos es mucho m!is inseguro que el de las forrnas del presente de indicativo y del imperativo, en que no existen casi vacilaciones en Ia lengua de todos los grupos sociales, siendo las forrnas utilizadas las voseantes. La situaci6n en Hneas generales es similar, aunque no igual en algunos aspectos, a lo que se ha sefialado en otras ciudades importantes de Ia Argentina (Buenos Aires, Mendoza, Salta, San Juan, Tucumlin), en las que alteman en distinto grado forrnas voseantes y tuteantes seglin los sociolectos, grupos generacionales, de edad y sexo. En Rosario (seglin Boretti de Macchia, 1991 c) sobre una muestra de 60 inforrnantes inasculinos y femeninos con educacion secundaria completa como mfnimo, las formas tuteantes usadas para Ia segunda persona del presente de subjuntivo (cantes, comas, subas) constituyen el 89% de las variantes registradas, predominando claramente sobre las formas voseantes (cantes, comas, subas). Las formas tuteantes mantienen un porcentaje igual de frecuencia en lo que se refiere a los verbos de t• y 2• conjugaci6n, en -er (90% de .las variantes usadas), en tanto que el porcentaje disminuye levemente en los verbos con terminaci6n -ir (87,5%). En los verbos con irregularidad voclilica (diptongal), las forrnas tuteantes son el 91% en los terrninados en -ar y el 81% en los terminados en -er. Con referenda a Ia fndole de los actos comunicativos asertivos,la utilizacion de las formas tuteantes va del91% en los que expresan + eventualidad al 90% en los de + exhortaci6n, 88% en los de + deseo y 85,5% en aquellos que significan + orden. La distribuci6n de las variantes seglin edad y sexo, mostr6 que los hombres usan con algo mas de frecuencia las formas voseantes que las mujeres. Los j6venes (de 20 a 34 afios) y los hablantes de edad intermedia (de 35 a 54 afios), emplean con mas frecuencia las formas voseantes que los mayores. Tambien se emplean en textos periodfsticos en contextos informales:
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(.Es posible que me contestb lo que te pregunte?
(hablante de 23 afios, de sexo femenino) Vos no te hagds problema. (La Capital, "Polida", Sec. I, 2 de marzo de 1998, 20)
En el preterito simple de indicativo, no obstante que no pueden ser las flexiones con -ste y -stes de Ia segunda persona claramente interpretadas como provenientes de Ia segunda o de Ia quinta persona, sefialare que suelen altemar en Rosario, aunque prevalecen las forrnas terrninadas en -ste. El fen6meno fue analizado por Boretti de Macchia y Ferrer de Gregoret ( 1987) quienes estudiaron esa variacion con una muestra de 54 inforrnantes estratificada seglin edad, sexo y nivel socioeducacional. En el conjunto de los tres sociolectos investigados (alto, con educacion terciaria, medio, con educacion secundaria y bajo, con educacion primaria completa o incompleta), las forrnas con -ste constituyeron el 84,94% de Ia tota!idad de las variantes registradas frente al t 5,06% de las variantes con -stes. De los factores lingiifsticos tenidos en cuenta el mas importante parece el que se relaciona con ciertos verbos de gran frecuencia de uso. Seglin esto, las forrnas de preterito simple con -stes (52,30%) prevalecen levemente sobre las que llevan -ste (47,69%) en el verbo ver (vistes!viste), mientras que en los demas verbos considerados por ser los que presentaron mayor frecuencia de uso (ir, o{r, probar) los porcentajes van camb!ando, a veces de modo notable: con ir en el 44,59% de los casos aparece -stes (juistes) y en el 55,40% se usa -ste (juiste); con ofr el 84,48% de las ocurrencias de este preterito lleva Ia forma con -ste (ofste) y solo el 15,51% Ia terminaci6n -stes (ofstes); con el verbo probar, el 82,75% de las formas llevan -ste (probaste) y el 17,24% -stes (probastes). De los factores sociales debe sefialarse que es el sociolecto alto el que mas frecuentemente emplea Ia terminacion -ste (91,36%), en tanto que los j6venes tienden a emplear dicha terrninacion con mas frecuencia (88,98%) que los demas grupos generacionales. Ante este fen6meno de variacion los hablantes rosarinos mostraron actitudes de rechazo bacia el uso de -stes, aspecto tambien investigado en el trabajo a que ahora hago referenda, en un 56% del total absoluto de respuestas obtenidas, aunque solo un 30% de ellos mostraron que se trataba de una creencia basada en un saber lingiifstico mas o menos fundamentado en Ia realidad. El sociolecto alto, las mujeres y los jovenes, por lo demas. evidenciaron mayor grado de conciencia idiomatica en cuanto a reconocimiento de Ia forma pr~s tigiosa (con terrninacion -ste).
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Otras peculiaridades en el uso de pronombres personales
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El uso del pronombre de segunda persona vos esta gem!ralizado, segun dije, como forma de tratamiento informal, en tanto que usted se ha usado para el tratamiento mas formal. La relaci6n de uso entre vos y usted permite. sefialar en Ia actualidad el avance de un proceso de cambio relacionado con los distintos grupos socioeducacionales, de edad y de sexo, asf como con los diversos grados de estilo del discurso, proceso que puede sintetizarse como de desplazamiento de Ia forma us ted por vos aun ·en situaciones formales y de trato entre desconocidos. La irrupci6n del uso del pronombre vos en contextos formales y especialmente en relaciones simetrico-recfprocas, empez6 en grupos de hablantes j6venes al tratar con interlocutores de Ia misma edad o menor, pero hoy en Rosario y otras ciudades importantes de Ia provincia de Santa Fe alcanza a grupos de mayor edad que utilizan ese pronombre para dirigirse aun a desconocidos de cualquier edad y sexo y en situaciones formales, con tluctuaci6n en el tratamiento que obedece a razones expresivas y comunicativas propias de cada acto de habla. El cambio parece por ahora afectar especialmente a los sociolectos urbanos alto y medio, mientras que el sociolecto bajo conserva mejor el tratamiento con usted, pero no hay duda que se ha acelerado en los ultimos tiempos. Si se impone el uso de vos, por lo menos en los grupos mayoritarios de hablantes, se modificarfa el paradigma pronominal de segunda persona al desaparecer Ia distinci6n por rasgos de cortes{a y respeto entre vos y usted y quedar el primero como unica forma de tratamiento pronominal de segunda persona en las relaciones simetrico-recfprocas, proceso que tambien se advierte en otras ciudades del pafs. El cambio refleja el hecho de que los tratamientos de confianza (vos) se imponen frente a los de trato alejado o de respeto en el eje de solidaridad de las relaciones simetricas, y ello sucede no s6lo en los ambitos familiares y amistosos sino tambien en el trato entre hablantes desconocidos. En cambio, el modelo de tratamiento fluctua entre el eje de poder y el de solidaridad en las relaciones asimetricas (profesionales, laborales,,~tc.), pudiendo aparecer vos o usted segun Ia intenci6n comunicativa o expresiva de los hablantes. En el uso pronominal y verbal de quinta persona tambien se ha perdido en Ia regi6n, como ocurre en todo el espafiol americano y en el andaluz occidental, la oposici6n entre usos familiares y formales (algo sefialado por Lapesa, 1980). S6lo subsiste Ia forma ustedes con las formas verbales correspondientes a Ia sexta persona, no mezchindose con las de quinta persona, como suele ocurrir en Andalucfa (ustedes haceis, ustedes hacen, por ejemplo). Tambien es Ia unica forma usada como termino de complemento:
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No se si ustedes dicen Ia verdad o no. Ustedes vengan cuando quieran. Les pi do a ustedes porque ninguno de los legisladores se preocupa... (El Utoral, "Buz6n de sugerencias", Sec. I, 17 de mauo de 1998, 14)
Esporadicamente aparece vosotros mezclado casi siempre con ustedes y las formas verbales que lo acompaiian, en piezas oratorias afectadas. Del paradigma de vosotros se conserva el posesivo vuestro, tambien en Ia oratoria o en lengua e~crita, aunque en lengua hablada se prefiere usar de ustedes .
Los pronombres atonos Como en gran parte .del territorio hispanoamericano, los pronombres atonos lo/los, fa/las y lelles se acomodan en Santa Fe al uso etimol6gico. De tal modo, to/los y la/las se emplean como objetos directos y le/les como objetos indirectos, a diferencia de la norma peninsular nortefia que emplea lelles para objetos directos masculinos con el rasgo [+persona], uso que se llama habitualmente lefsmo. En Ia pervivencia del uso etimol6gico sigue Ia lengua de Santa Fe Ia norma del espafiol meridional y de Canarias. No significa esto que falten ejemplos de empleo de le/les como objetos directos, pero son muy pocos. Solo en formas de salutaci6n de textos escritos epistolares SIJelen aparecer con algo mas de frecuencia casos de lefsmo (/e saludo), pero predominan ampliamente en Ia lengua hablada los usos etimo16gicos en que los pronombres tienen su valor casual originario y esto ocurre en todos los sociolectos y grupos de edad y de sexo, asf como en cualquier grado de estilo. Y lo mismo ocurre en textos periodisticos: Me acuerdo de un sueiio en que lo vefa llegar con varios de sus hijos. No les dije nada para no asustar/os.
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Por eso, si nosotros no lo buscamos, no lo va a hacer nadie. (La Capital, "Chicos desaparecidos", Sec. 2, I de marzo de 1998, 14)
Y yo lo vi. Ese jugador entr6 y se jug6 Ia vida. (E/ Litoral, suplemento deportivo. 19 de mall!o de 199S!, 4l
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Preteritos perfecto simple y compuesto de indicativa El empleo de estas dos formas en lengua oral se inscribe en Ia tendencia antes anotada sobre Ia decadencia del uso de las formas compuestas en Ia region. Las diferencias temporales, aspectuales y de clase de acci6n entre el preterito perfecto simple y el preterito perfecto compuesto del indicativa se neutralizan y el primero de los dos, con mucho el mas utilizado, indica genericamente un pasado realizado. Puede expresar simultaneidad o anterioridad respecto del momento del hablar y reune valores no s6lo del preterito · perfecto compuesto sino tambien del preterito anterior y aun del pluscuamperfecto del modo indicativa. En textos periodfsticos, si bien prevalece Ia forma simple, ocurre con mayor frecuencia que en lengua hablada Ia forma compuesta:
El paradigma verbal
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En los distintos sociolectos urbanos no se usan los pronombres lollos y Ia/ las como objetos indirectos, fen6menos denominados lofsmo y Iafsmo respectivamente y que solamente se oyen alguna vez en lengua rural. Debo sei'ialar que casos de lefsmo con rasgos de[+ persona] y [-persona], masculinos y femeninos, en singular y plural, pude registrar en documentos santafesinos de Ia etapa inicial del espai'iol en Ia zona (siglos XVI y XVII) y, aunque con menor frecuencia, tambien en los siglos XVIII y XIX. En cambio, nose extendieron los fen6menos de lofsmo y lafsmo, de los que s61o aparecen algunos pocos casos en los siglos XVI, XVII y XVIII.
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Ademas de Ia perdida generalizada, en el paradigma del verbo, de Ia quinta persona correspondiente a vosotros (cantais, combs, subfs, etc.), en Santa Fe hay formas del verbo en corilpleto desuso y otras que estan en retroceso, por lo que sus funciones y significados son asumidos por otras. Han desaparecido casi por completo de Ia lengua hablada el preterito anterior del modo indicativa (hube cantado), el futuro y el futuro perfecto del subjuntivo (cantare, hubiere cantado). Los futuros de subjuntivo, en especialla forma simple, se han documentado basta fines del siglo XIX en el espai'iol de Buenos Aires, de Corrientes, de Santa Fe y de Tucuman, 12 de modo que su perdida es bastante reciente. El futuro de subjuntivo, que puede ofrse hoy en Santa Fe muy esporadicamente en f6rmulas fijas del tipo fuere como fuere y otras similares, en Ia mayor parte de los casos ha sido sustituido por el preterito imperfecto del mismo modo. En discurso jurfdico y tambien administrative, en cambio, aparecen con alguna frecuencia casos de futuro en -re, no asf en textos periodfsticos. Tambien existe general preferencia en lengua oral por el uso de las formas simples sobre las compuestas y de las de indicativa (92%) sobre las de subjuntivo (7%) en los contextos que admiten tales sustituciones. 13 La decadencia de las formas compuestas, hecho sei'ialado en espai'iol desde antiguo, es notable en los documentos santafesinos ya desde los inicios de la existencia de Ia ciudad, pues en ellos son muy escasos los ejemplos ~e uso del preterito pluscuamperfecto y el futuro perfecto de indicativa, en tanto que no aparece ninguna ocurrencia del preterito anterior del rilismo modo. Igualmente son poco numerosos los casos de preterito perfecto, preterito pluscuamperfecto y futuro perfecto. del subjuntivo en tales documentos.
No tuve tiempo para nada. Ayer escrib{ una carta a Jorge. Asumen los maestros que recientemente se titularizaron. (La Capital, Sec. 2, I de marzo de 1998. 2). Hemos intimado a instituciones y nos presentaron informes ... Hemos tenido reuniones con autoridades ... Hay instituciones que figuraban como incorporadas ... y hay otras que aun no se han dado de baja... (El Litoral, Sec. I, 17 de marzo de 1998, 6).
El preterito perfecto compuesto, usado con alguna frecuencia en el sociolecto alto y en discurso periodfstico, como ya dije, sobre todo en contextos formales, aparece muchas veces con significado de conexi6n con el presente (resultativo): He venido para estar presente en esta celebraci6n. El agua se ha acumulado Msicamente al oc::ste de Ia ruta nacional 11. (La Capital, "Inundaciones", Sec. 2, 22 de febrero de 1998, 2).
La preferencia porIa forma simple del preterito perfecto de indicativa aparece en Santa Fe desde los primeros documentos, en el siglo XVI, y continua durante todo el perfodo hispano y luego en el independiente, siendo uno de los hechos mas estables en Ia evoluci6n lingiilstica de Ia regi6n.
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Preterito en -ra La forma en -ra del subjuntivo se usa tambil~n como preterito de indicative con valor de preterito perfecto simple o compuesto, de preterito anterior o de preterito pluscuamperfecto. Procedente del pluscuamperfecto de indicative Iatino conserva en Ia lengua hablada actual del sur de Santa Fe, especialmente en el sociolecto alto, su valor indicative originario, como en otras partes de Hispanoamerica (segun se sefiala en Kany, 1969):
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A veces se usan otras perffrasis con matiz temporal unido a sentidos de obligaci6n o de duda (haber de + injinitivo, haber que + infinitivo, deber de + infinitivo ). El uso de Ia perffrasis ir a + infinitivo con sentido temporal no es anti guo en Ia lengua de Ia zona. Basta fines del siglo XVIII s61o registre algunos pocos casos de ocurrencias de Ia misma en documentos en los que, al contrario de lo que hoy sucede, prevalece Ia forma sintet!ca del futuro de indicative con valor propio de acci6n venidera o de probabilidad o mandate.
La casa donde naciera el poeta.
Esa es Ia ciudad en que el musico viviera por muchos aiios.
El futuro de indicativa El futuro de indicative altema con Ia perifrasis ir a + infinitivo con Ia que Ia acci6n se percibe mas cercana al momento del hablar y a Ia intenci6n del hablante, como ocurre en Hispanoamerica y aun fuera de ella. En Rosario Ia perifrasis mencionada, que casi siempre tiene valor temporal d~ futuro, prevalece en el conjunto de los sociolectos (62% de las formas de expresi6n del futuro) frente al futuro sintetico (16% de las ocurrencias). La perifrasis ira + infinitivo es Ia forma preferida en Ia lengua hablada para aludir a algo venidero, a ella sigue el presente de indicativa con ese sentido (22% del total de casos) y luego el futuro simple (de acuerdo con datos de Ferrer de Gregoret y Sanchez Lanza, 1991). En textos periodfsticos es menos frecuente Ia forma perifrastica que en Ia lengua oral, aumentando los casos de futuro sintetico:
El condicional en el perfodo hipotetico Si bien Ia correlaci6n imperfecto de subjuntivo en -raJ condicional (77% de ocurrencias en perfodos hipoteticos) es Ia mas frecuente en el espafiol de Santa Fe, Ia combinaci6n condicionaVcondicional (17%) es Ia que le sigue en lengua oral, al menos en Rosario, en el total de los sociolectos, lo que manifiesta un importante avance· de este uso entre los hablantes rosarinos, como lo han sefialado Ferrer de Gregoret y Sanchez Lanza (1987). La correlaci6n condicionaVcondicional aparece con mayor frecuencia en el sociolecto bajo (25% del total de construcciones hipoteticas), entre los hombres (18%) yen el grupo generacional joven, esto es, de 18 a 25 afios (22%). En el sociolecto culto es donde menos aparece (7% ), lo mismo que entre las mujeres (14%) yen Ia generaci6n de hablantes de mas de 55 aiios (7%). De acuerdo con los resultados manejados, se trataria de un hecho sin prestigio social, impulsado por el sociolecto bajo y los hombres, aunque tambien los j6venes lo usan con mas frecuencia, lo que permite establecer un cierto equilibrio entre las posibilidades de retroceso y de avance en este uso de Ia forma en -ria en Ia pr6tasis del perfodo hipotetico:
Voy a terminar pronto este trabajo.
Si me lo pedir(a se lo daria.
Ya te dije que voy a ira tu casa esta tarde.
Si vendria hoy, serfa muy bueno.
E1 anuncio ... incluirti el detalle de las fechas en las que se desregulartin los distintos servicios. (La Capital, Sec. I, 8 de marzo de 1998, 14) ... a Ia Alianza Ia vamos a cuidar, Ia vamos a consolidar... (El litoral, Sec. l, 16 de marzo de 1998, 3).
Preterito imperfecto de subjuntivo En los casos en que son sustituibles entre sf, Ia forma en -ra prevalece ampliamente sobre Ia forma en -se en Ia lengua oral de Santa Fe, lo mismo que sucede en Mexico y otros pafses de America. En Rosario, esto ocurre tanto en oraciones independientes cuanto en proposiciones coordinadas y subordinadas de distintos tipos. S6lo en el sociolecto culto y estilo formal, Ia forma en -se
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Allf habiamos algunos viajeros de excursiones y solos.
conserva algo mas de vitalidad a pesar del predominio de Ia forma en -ra, mientras que en textos periodfsticos Ia forma en -se es muy poco frecuente: jOjal! viniera el aiio proximo! No te digo si vieras las fotos que saque del viaje.
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Si los funcionarios tomaran en serio el tema y no como basta el momento con el casi exclusivo objetivo de obtener una mayor recaudaci6n ... (La Capital, "Funcion represora del Estado",
Ayer hicieron cuatro meses que se fue ai Paraguay. En Casilda /lovieron veinte milfmetros. (La Capital. Sec. 1, 3 de marzo del998, 7)
Sec. I, 23 de febrero de 1998, 12). Meses antes de que Ia ministra de Educaci6n ... aconsejara publicamente a los adolescentes apagar el televisor.... y que Ia Unesco advirtiera sobre los riesgos de Ia violencia televisiva... (El Liroral, "Los medios al banquillo", Sec. 2, 19 de marzo de 1998, I)
La Iengua de esta provincia presentaba, respecto del uso de las formas en -ra y en -se del preterito imperfecto del subjuntivo, una situaci6n muy (fistinta hasta fines del siglo XVIII. Desde el siglo XVI, en efecto, prevalecen en los documentos pub!icos y privados de Santa Fe las formas en -se sobre las en -ra, incluso cuando, hacia mediados del siglo XVIII, el preterito imperfecto subjuntivo va asumiendo funciones y sentidos que hasta entonces tenia e! futuro en -re, forma a Ia que sustituye poco a poco en Ia lengua escrita, como to habrfa hecho ya antes, sin duda, en Ia lengua hablada.
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Tambien puede registrarse muy esponidicamente, en los mismos niveles sociolingfifsticos que los anteriores, el uso de hacer en construcciones con senti do temporal, asf como otros verbos relacionados con fen6menos meteorol6gicos, como sucede en gran parte de America hispanica (seg6n sefiala Kany, 1969). Las construcciones referidas a hechos meteoro16gicos suelen aparecer, aunque muy esporadicamente, en textos periodfsticos:
Verbos haber, hacer y otros en construcciones existenciales y temporales En construcciones existenciales, que segl1n el criterio normativo son impersonates, el verbo h.aber se usa con flexi6n de numero en los sociolectos urbanos bajos y en lengua rural. Sin embargo, este uso es esporadico, sobre todo en Ia lengua urbana: Hubieron muchos heridos en el accidente.
Menos frecuente aun, y solo limitado a sociolectos bajos, es el empleo de h.aber concordando en cuarta persona:
Formas no personales del verbo Sobre las formas no personales del verbo debo sefialar que, siguiendo Ia tendencia generalizada de Ia lengua en Ia region, las formas compuestas del infinitivo, el gerundio y el participio, son las que menor frecuencia de uso presentan en el sur de Santa Fe (Rosario), especialmente en los sociolectos medio y bajo. 14 El empleo de las forma~ simples y las compuestas, por otra parte, presenta pautas de variaci6n social y estilfstica bastante definidas. El infinitivo como nucleo verbal de oraciones independientes (imperativas. exclamativas, etc.) aparece en el sociolecto alto solo en contextos lnformales: A no cantor tan fuerte que me aturden.
En los sodolectos medio y bajo, en el tipo de oraciones y proposiciones mencionadas, el 79% y el 85% de ocurrencias de infinitivo corresponden al registro informal respectivamente. Por lo demas, es mas frecuente el empleo del infinitivo en funci6n verbal (89% de las ocurrencias) que en funcion nominal: Le di el poder para que me cobrara los sueldos. El volver a casa me dio mocha alegria. Cuestionan calificando de irresponsable el accionar de sus directivos ... (E/ Litoral, "lmprenta". Sec. I, 17 de marzo de J90R. n)
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En lo referente al gertmdio, tambic~n Ia variaci6n segtln panimetros socioeducacionales y estilfsticos es importante en su uso (Donni de Mirande, 1983). El gerundio independiente (imperative, exclamativo, interrogative, etc.), bastante empleado en Rosario ( 18,69% de casos de gerundio con funci6n verbal),· aparece s61o en discursos inform ales de cualquiera de los sociolectos: Respetando el tumo por favor.
Rapidito, corriendose y sin protestar.
En proposiciones subordinadas adjetivas se usa el gerundio en todos los sociolectos con valor explicative, pero si tiene valor especificativo, rechazado por criterios de Ia gramatica normativa, no se usa fuera de los sociolectos medio y bajo: Me mand6 una caja conteniendo bombones.
En proposiciones subordinadas adverbiales temporales, hay variaci6n sociolingfifstica cuando Ia proposici6n tiene valor de posteriori dad, uso tam bien estigmatizado desde el punto de vista normative. Con este valor no se usa en el sociolecto alto, pero sf, aunque con poca frecuencia, en el sociolecto medio y, sobre todo, en el bajo (17,24% de todas las ocurrencias de gerundio con sentido temporal): . Chocamos con un cami6n cargado de mafz, descarrilando despues Ia locomotora y seis vagones.
Como en el caso del infinitive, pero todavfa mas acentuadamente, el gerundio se usa en Ia lengua hablada de Rosario especialmente con funci6n verbal (92,93% del total de ocurrencias) y muy poco con funci6n adverbial, siendo Ia forma compuesta muy escasa (I ,92% de todos los casos de gerundio en el corpus utilizado). El participio con funci6n nominal es mas frecuente en registro informal de todos los sociolectos. El participio independiente o coordinado es propio del estilo informal, espontaneo, en tanto que como micleo de proposiciones subordinadas adverbiales aparece con mayor frecuencia en el estilo cui dado y especial mente en el sociolecto alto: Lo presentado fue de buena calidad.
Dicho esto, todos salieron del sal6n.
EL ESP4.NOL EN EL LITORAL
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Ausencia y presencia de preposiciones en encabezadores de subordinadas En los nexos que introducen distintos tipos de construcciones hay vacilaciones en lo que se refiere a Ia presencia o ausencia de preposiciones, especialmente de Ia preposici6n de ante que subordinante y relacionante. Estos hechos, conocidos como dequefsmo y quefsmo han sido seiialados en diversos estudios sincr6nicos y diacr6nicos sobre el espaiiol de Espana y de America. Son casos de dequefsmo las inserciones de de ante que subordinante o relacionante, de de que ante si dubitativo y casos de sustituciones de otras preposiciones por de. El quefsmo, en cambio, es Ia omisi6n de de, a, en, con y otras preposiciones ante que subordinante o relacionante. AI referirse a Ia presencia o ausencia de de ante que subordinaote en Ia lengua hablada de Rosario, S. Boretti de Macchia 15 ha seiialado que en el sociolecto alto hay un 41% de formas quefstas y un 5% de formas dequefstas. El quefsmo aparece en varios contextos estructurales (nexos, verbos pronominales, verbos prepositivos no pronominales, sustantivos. verbo + sustantivo, y adjetivo ): Lo apure. a pesar [ ] que no tenfa las cosas listas.
Y cuando llegue, me entere [ ] que los precios no paran. Tengo Ia seguridad [ ] que llega mafiana.
Los contextos en que Ia autora registr6 casos de dequefsmo, sjempre ante
que subordinante, fueron nexos, subordinadas sujetos, objetos y predicativos: De modo de que pasan los dfas y uno ... Pienso de que le falta mucho todavfa para terminar sus estudios. Puede ocurrir de que te puedan asaltar.
El uso de las form as quefstas y dequefstas tiene diversa frecuencia segun variables sociales. Los hombres, mas quefstas que dequefstas en general, superan no obstante ampliamente a las mujeres en dequefsmo, sobre todo los de Ia generaci6njoven (25 a 35 aiios) e intermedia (36 a 55 afios). El quefsmo, impulsado por las mujeres, se presenta como un hecho mas prestigioso y se extiende a Ia lengua escrita. En lo referente a Ia presencia u omisi6n de de y otras preposiciones ante que relativo, los casos quefstas son mas frecuentes (55% de las ocurrencias)
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que los dequefstas (40% ). El quefsmo es mas comun en los hombres j6venes y Ia adici6n preposicional de de Ia unica registrada, y que aparece en un 5% del total de ocurrencias de estas construcciones en el corpus, aparece tambien sobre todo en los hombres j6venes: Depende del grupo social [ ] que se hable. Era Ia ~poca [ ] que se podfa ir a Brasil. Esas son las cosas de que hacen a su desencuentro. El dequefsmo es un fen6meno mas bien reciente en Ia region. Los documentos de Santa Fe que he examinado para el estudio de Ia evoluci6n hist6rica del espafiol en esa ciudad y su jurisdicci6n desde el ultimo tercio del siglo XVI, muestran muy escasos ejemplos de dequefsmo recien en el siglo XVIII y, en cambio, aparecen construcciones quefstas con mayor frecuencia y ya desde el siglo XVI, coincidiendo con lo seiialado en el espaiiol medieval en que construcciones del tipo analizado iban encabezadas por que y no por de que y s61o a partir del siglo XVI se va introduciendo el uso de Ia preposici6n, uso que sin duda a esta~ tierras lleg6 algo mas tardfamente.
LEXICO El Jexico empleado en el litoral sur del pafs tiene, en su repertorio, vocablos de distintas procedencias. En parte, obviamente, es comun con otras regiones argentinas, con pafses americanos y con el espaiiol peninsular. Por el contrario, otra parte de ese repertorio, sobre todo si es de uso coloquial, esta formado por voces de circulaci6n mas restringida, algunas en desuso en el espaiiol peninsular. La mayorfa de elias tiene mas peso en Ia Jengua rural o en sociolectos urbanos bajos, en tanto que en Ia lengua estandar hay mayor predominio de voces dellexico general comun hispanico.
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nes americanas. Entre tales voces se incluyen, por ejemplo: ajligir, 'preocupar', altillo, 'desvan', barranca, 'mole de tierra o piedra sobre arroyos y rfos', barrial, 'barrizal', fundir, fundirse, 'arruinar, -se', Iindo, 'hermoso', pollera, 'falda', retar, 'reprender', sufrir, 'tolerar, aguantar', vidriera, 'escaparate', volver, 'devolver, vomitar', etc. 16 Muchos vocablos, usados en su mayorfa en todo el territorio argentino yen gran parte del espaiiol americana, tienen origeo marinero, habiendo sido incorporados en los largos viajes basta llegar a America. Las voces de este origen se emplean con referenda a actividades y lugares terrestres, como arribar, 'llegar', atracar, 'acercar, arrimar un vehfculo', balde, 'cubo para agua', embarcar, 'subir a un vehfculo' ,jlete, 'caballo, costo de un transporte', mazamorra, 'comida con mafz cocido en leche o agua', playa (de estacionamiento), 'Iugar para estacionar vehfculos', virar, 'doblar', etc. A causa del proceso de koinizaci6n del espaiiol americano en sus primeras etapas, proceso en el que participaron elementos meridionales predominantemente, pero tambien de otras procedencias, en ellexico usual hoy en America aparecen voces procedentes de distintas regiones espal'lolas. En Santa Fe se registran en Ia actualidad andalucismos como ameritar, 'conceder merito, merecer', boliche, 'establecimiento comercial de poca importancia', caclzetear y su derivado cachetada, 'go! pear en Ia cara con Ia mano abierta', camorrear y el derivado camorrero, 'pelear, armar camorra', empefioso, 'que muestra tes6n y constancia', limosnero, 'mendigo' y otros. Algunos terminos son de origen canario como botarate, 'despilfarrador', pileta, 'abrevadero, pila de Javar', etc. lgualmente se usan vocablos del oeste peninsular como, por ejemplo, carozo. 'hueso del durazno y otras frutas', carriumen, 'conjunto de peces', casal, 'pareja', chaira, 'cilindro de acero que se usa para afilar cuchillos', chivar, chivarse, 'fastidiar, molestar', /amber, 'lamer' (en sociolectos bajos), etc. Muchos de los terminos que en America cambiaron semanticamente para adaptarse a Ia nueva realidad, hoy se siguen usando como estancia, 'propiedad rural de extension importante' y otros.
Uxico de origen no hispano Uxico de origen hispano En el caudal de vocablos de origen hispano, el mas importante indudablemente, perduran en Ia regi6n tetminos desusados en el espaiiol general contemponineo de Ia Penfnsula, aunque muchos de ellos aparecen en otras regio-
En Ia Iengua de Santa Fe se usan habitual mente, en Iengua rural y en todos los sociolectos urbanos con las excepciones que seiialare, voces comunes que provienen de las mas importantes Ienguas indfgenas que influyeron sobre Ia lengua espanola en America, es decir, tafno, nahuatl y quechua, a lo que se agregan los aportes del guarani, Ia lengua regional, y de algunas mas. Entre elias figuran muchas referentes a fauna y flora, de las que indico las usadas
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mas corrientemente. Indigenismos de origen taino son batata, cacique, caiman, canoa, ca~y. enagua(s), hamaca, maiz. man[, etc. Otras lenguas caribes aportaron butaca, 'silla de brazos', loro 'papagayo' y por extensi6n 'persona muy fea', macana, 'arma ofensiva' y por extensi6n 'broma' y tambien 'desatino, mentira', piragua, etc. Del nahuatl provienen, entre otros, vocablos como cacao, camote (mas frecuente en sociolectos bajos), chicle, 'gomorresina', chocolate, galp6n, hule, 'caucho', 'tela impermeabilizada que se usa para cubrir mesas y otros muebies', tiza, tomate, etc. Son de origen quechua (o del aimara) muchas voces, o acepciones, de gran frecuencia de uso como achura, 'entraiia de un animal', alpaca, cancha, originariamente 'patio o corral cerrado' y actualmente por extensi6n 'espacio destinado ajuegos y deportes'; carpa, 'toldo', hoy, por evoluci6n semantic a, 'tienda de campafia ode playa'; chacra, 'parcela de tierra' (en los documentos de Santa Fe del siglo XVI y primera mitad del XVII aparece con mas frecuencia Ia forma cluicara), chala, 'hojas del maiz'; choclo, 'mazorca tiema del mafz'; cMcaro, 'arisco' (propio mas bien del habla rural); chucho, 'escalofrfo' y por extensi6n 'miedo'; condor; guacho, 'huerfano, bastardo' y por extensi6n actual mente 'malvado, perverso'; humita, 'guisado de mafz'; locro, 'plato de came y otros ingredientes'; mate, 'calabaza que sirve como vasija'; morocho, 'moreno, triguefio'; ojota, 'tipo de calzado'; opa, 'tonto, idiota'; palta, 'aguacate, fruto'; pampa; papa (nose usa patata, termino hibrido del quechua papa y el tafno batata que, en cambio, se prefiere en Espana); poroto; puma; quirquincho, 'armadillo' (el vocablo tambien esta representado en ellexico toponfmico, designando una localidad de Ia provincia, Los quirquinchos); tambo, 'establecimiento ganadero dedicado a Ia producci6n Jechera'; totora, 'especie de junco' (reproducido en el top6nimo Totoras, nombre de una localidad cercana a Rosario); vincha, 'cinta para sujetar el cabello'; vicuna; zapallo; yapa, 'aiiadidura' y otras. De procedencia guaranf se usan corrientemente anand, 'pifia'; caracu, 'tuetano de los animates'; carpincho, 'roedor';jacaranda, 'lirbol de flores azules muy cultivado en parques y paseos santafesinos'; mandioca; maraca, 'instrumento musical'; iiandu, 'tipo de avestruz'; ombu; pat[, 'pez de rfo'; poror6, 'roseta de mafz'; surub£, 'pez de rfo'; tapera, 'casa en minas' (apatece ya en un documento publico de Santa Fe en el siglo XVI); yacare, 'caiman' y algunos mas. Del araucano se usan gualicho, 'hechizo'; laucha, 'rat6n'; mal6n, 'ataque de indios', que hoy ha extendido su significado a 'irrupci6n desordenada de muchas personas' y pilcha, 'prenda de vestir', entre otros vocablos. En Ia primera etapa de Ia epoca hispana (siglos XVI y XVO) los indigenismos no eran numerosos en los documentos p\lblicos de Santa Fe (aetas capitulares, informes de funcionarios, etc.) y los mas frecuentes, dejando fuera antrop6nimos y top6nimos, son las voces antillanas pasadas como voces patri-
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moniales al resto de America (cacique, canoa, maiz, por ejemplo ). Pero es quechua Ia voz que presenta mayor cantidad de ocurrencias en Ia epoca. Me refiero a cluicara que altema con chacra, especialmente desde mediados del siglo XVII, en tanto que Ia variante chticara predomina casi por completo en el siglo XVI. Algunos de los indigenismos usados en esa etapa hoy han caido en desuso al desaparecer Ia realidad a que se referfan (mita y yanacona) oat ser reemplazados por otro termino a veces de Ja.mi_sma procedencia como es el caso de maloca, voz araucana sustituida luego por otra de igual procedencia, mal6n. Del guaranf s6lo estan documentadas carpincho, 'tipo de roedor' y tapera. Mas numerosos son los gentilicios referentes a pueblos de Ia regi6n, de lengua guarani o no: calchaqu{s, calchines, colastines, charcas, charntas, chipiacas, niguaras, etc. En los top6nimos, ademas de algunos de origen quechua o de procedencia incierta (Carr:arafia o Carr:arafial, rfo del sur santafesino que conserva hoy el vocablo seg(in Ia primera variante y que ha dado el nombre a una localidad muy cercana a Rosario, Potosi, Perri o Piru, Tucma o ntcuman, etc.), se usan voces de origen guaranf con frecuentes vacilaciones en las graffas: Paragua)\ Paraguai o Paraguy, Parana o Parana, Guayra, Grwira o GUO)·ray, Uruguay, Uruay o Urugua, Taguaquary, etc. Las voces de procedencia africana, numerosas en algunas zonas arnericanas como las Antillas y Ia costa de Colombia, en ellexico general de Santa Fe no son muy frecuentes. La mayorfa de los afronegrismos son nombres de frutas (banana), se refieren a danzas o instrumentos musicales como bongo, candombe, conga, mambo, tambien usado con el sentido figurado de 'confusi6n, desorden', samba o son sustantivos diversos: macumba, 'fiesta o ceremonia religiosa', matungo, 'caballo viejo y estropeado', tal vez mucamo y su femenino mucama, 'camarero, criado', extendido desde el Brasil al Rfo de Ia Plata y Peru, vudu, 'culto religioso de origen africano', etc. Un aspecto de mucha importancia en el repertorio texico de origen no hispano es el aporte de prestamos de otras lenguas europeas. El proceso de incorporaci6n de este tipo de prestamos se aceler6 en el espaiiol atnericano, como en el espaii.ol peninsular, en los siglos XIX y XX, teniendo como causas, entre otras, Ia universalizaci6n de muchos aspectos de Ia vida modema, sobre todo de Ia cultura, Ia extensi6n de los medios de comunicaci6n, los contactos lingiifsticos fronterizos, Ia gran influencia de Ia lengua y Ia cultura francesas durante el siglo XIX y principios del XX, el prestigio intemacional del ingles y, segun las regiones, Ia existencia de inmigraci6n masiva. En ellitoral fluvial sur de Ia Argentina los prestamos del frances, incorporados basta poco despues de Ia Primera Guerra Mundial especialmente, son voces de difusi6n general en el espai'iol, a! menos en ciertas variedades, y aquf usadas habitualmente en todos los sodolectos como, por ejemplo, baRaje, ca-
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chet, control, chanraje, chic, debut, decolar un avion, elite, habitue, masacre, peluche, peticionar, remise, 'autom6vil de alquiler', revancha, rol y usina. Otros vocablos se refieren a Ia vida social y cultural: debut, ballet, claque y algunos mas. En los dominios de los nombres de colores, Ia vestimenta y Ia moda son tambien numerosos los galicismos empleados por los hablantes de todos los sociolectos, como beige, broder(, crepe o crepe, chif6n, echarpe, pique, rouge, soquete, tailleur, etc. En Ia gastronomfa aparecen, igualmente, muchos terminos del frances, entre ellos bufe, chef, fili, menu y otros. Es de seiiatar que los galicismos, en su mayor parte, aparecen adaptados a Ia fonetica espanola, aunque tambien hay prestamos directos (beige, cachet, chic, chef, rouge y tailleur entre ellos). Los prestamos del ingles se presentan en mayor proporci6n en el Iexico de Ia ciencia y Ia tecnica, mas frecuentemente como prestamos directos: compact, chips, flash, film (mas usado que su adaptaci6nfilme), grill, rayon, testy otros. En el campo lexico de los deportes los anglicismos tienen gran difusion. En un estudio realizado por Ferrer de Gregoret (1987), en Rosario se registraron en entrevistas yen lengua periodfstica 140 anglicismos de uso habitual en distintos deportes. Entre esos terminos figuran prestamos directos como box, coach, comer, court, challenger, golf, handicap, hockey, rugby, raid, ranking1 ring, score, set, stud, turf, jockey y muchos mas. En otros casos las voces son adaptaciones, de las que son ejemplos btisquetbol, beisbol, fotbol, ful, gol, pedigri o calcos morfol6gicos y sintacticos: baloncesro, entrenamiento, fotbol infantil, juez de Unea, marr:ador central o marr:ador de punta, mediocampista, pelota al cesto, puntero, entre ellos. Existen otros muchos anglicismos referidos a diversos aspectos de Ia vida cotidiana, en gran parte prestamos directos como por ejemplo barman, best-seller, bluff, clearing, clip, discjockey, jumper, manager, off the record, play-boy, sandwich, sexy y snob. En algunos casos se trata de adaptaciones (Uder, reportar, tipear) o calcos (merr:ado de divisas, mesa de dinero, relaciones pUblicas, etc.). El contacto con lengua migratoria mas importante en el litoral sur se dio con el italiano o con dialectos italicos. Debido a Ia funci6n del italiano en Ia regi6n, to mismo que en todo el ambito rioplatense, los italianismos penetraron especialmente en los dominios referidos mas cercanamente ai habla espontanea y familiar de todos los sociolectos. En Rosario se usan muchos terminos en ellexico de Ia alimentaci6n: antipasto, bagna cauda, bondiola, buseca, capeleti(s), cassata, feta, 'rebanada de queso o fiambre', grisin, minestr6n, iioqui(s), osobuco, panceta, pastafrola, 'tipo de torta', pesto, pizza, polenta, ravioles, ricota, salame, etc. Otros vocablos se refieren a Ia familia como nona, nono, pibe; a Ia vida cotidiana: batifondo, 'alboroto', biaba, 'paliza', capo, 'jefe' y por evoluci6n semantica 'persona muy competente', crepar, 'morir', cua-
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lunque, 'cualquiera', chau, 'saludo de despedida' chitrulo, 'tonto', esbomia, 'borrachera', escabio, 'bebida alcoholica', estrilar, estrilo, 'enojarse, enojo', facha, 'figura, aspecto' ,falluto, 'des leal', festichola, 'fiesta', fiaca, 'pereza'. gamba,laburo,linyera, 'vagabundo' ,fungo, morfar, 'comer', morji, 'comida', mufa, 'mal humor' y tambien 'mala suerte', mufado, 'malhumorado', urso, corpulento', yeta, 'mala suerte', etc. Tambien se emplean familiarmente expresiones como al dente, 'a punto las pastas', altro que, 'todo lo contrario, mucho mas', a piacere, 'a voluntad', me importa un como, 'no me importa en absoluto', no me piace, 'no me gusta' y algunas mas. Ademas de los terminos familiares, aparecen, sobre todo en los sociolectos altos, algunos italianismos referidos a las artes y otros aspectos de Ia cultura: afiatado, 'armonizado', diletante, 'aficionado', libreto, 'obra dramatica para ponerse en escena', 'trama', raconto; 'episodio retrospectivo', etc. Como se ve, el elemento italiano en el texico de Ia region es muy importante y esto se debe especialmente a Ia gran cantidad de inmigrantes de esa procedencia que llegaron en forma masiva desde mediados del siglo XIX y basta Ia segunda decada del XX a\ Rfo de Ia Plata y, en nuestro caso, a Ia provincia de Santa Fe, los cuales se instalaron primeramente como agricultores y pequei'ios comerciantes y cuyos hijos y nietos ascendieron n1pidamente en Ia escala social mediante e\ acceso a Ia educacion media y superior, asf como a las actividades comerciales.
CONCLUSIONES De lo expuesto en este trabajo pueden extraerse algunas conclusiones sobre el espai'iol en ellitoral fluvial sur del pafs. En. primer termino debo sefialar que esta variedad esta re\acionada estrechamente con la norma atlantica del espafiol actual. Esto se aplica especialmente a los elementos del plano fonol6gico que en su mayor parte coinciden con Ia tendencia simplificadora del espafiol meridional y de Ia koine americana en sus primeros tiempos como el seseo, el yefsmo, Ia aspiraci6n y elisi6n de -Is/, entre otros. Estos hechos de Ia actuallengua hablada aparecen ya desde Ia etapa inicial de Ia evoluci6n hist6rica de Ia lengua en Santa Fe (siglos XVI y XVIO en diversos documentos. Otros rasgos de filiaci6n meridional han desaparecido, aunque fueron muy frecuentes basta fines del perfodo hispano (siglos XVI a! XVIII), como por ejemplo Ia confusion de -11/ y -/r/, de Ia que se conservan rastros en los sociolectos bajos. En algunos casos se han producido procesos de cambio modemos como el rehilamiento y el ensordecimiento del yefsmo, bastante avanzado hoy el ulti-
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mo en Ia ciudad de Rosario y que parece seguir avanzando al ser impulsado por las generaciones j6venes, el sociolecto alto y las mujeres. Se trata de un hecho no estigmatizado, a diferencia de Ia elisi6n de Ia -/s/, propiciada por el sociolecto bajo y rechazado por las mujeres. Por otra parte, a Io largo del siglo. XIX fueron desapareciendo algunos fen6menos considerados vulgares o n1sticos, como las vacilaciones en el timbre de las vocales y en Ia realizaci6n de grupos consonanticos, ademlis de Ia confusi6n entre -/1/ y -/r/, entre otros. En Ia morfosintaxis tambien aparecen rasgos de Ia norma atllintica actual de Ia lengua: mantenimiento del sistema casual etimo16gico de los pronombres atonos de tercera y sexta personas, sustituci6n de vosotros por ustedes en Ia quinta persona pronominal, preferencia por el uso de Ia forma simple del preterito perfecto de indicativo, entre ellos. Por otra parte, a lo largo del siglo XIX se constituy6 el voseo, que hoy es exclusivo en lo que se refiere al paradigma pronominal, aunque no en el verbal, donde hay vacilaciones entre formas tuteantes y voseantes en el presente de subjuntivo, prevaleciendo las voseantes en el presente de indicativo y en el imperativo. En ei mismo siglo XIX, comienza a aparecer con frecuencia Ia perlfrasis ir a + injinitivo con sentido de futuro yen sustituci6n de Ia forma sintetica del indicativo, ademas de hacerse cada vez mlis frecuentes las apariciones de las formas en -ra de imperfecto y pluscuamperfecto de subjuntivo que hoy prevalecen, al contrario de lo que sucedfa en los siglos anteriores, todos hechos que, sumados a los producidos en el nivel fonol6gico, indican que en el siglo XIX comenzaron procesos de normalizaci6n y modernizaci6n del espafiol en Santa Fe que, insertos en el mas amplio de estandarizaci6n, llevaron al actual sistema lingtifstico.
NOTAS I. Asf lo dice el mismo Garay en carta al Rey del 20 de abril de 1582 (Cervera; 1982: 271-276). 2. En un empadronamiento general de las encomiendas del Litoral y del Thcuman, ordenado porIa Corona y realizado entre 1673 y 1674, Santa Fe aparece con 95 indios encomendados (de un total de 12.994 para las dos regiones), Buenos Aires con 354, Corrientes con 438, Tucumdn con 2.303 y Santiago del Estero con 3.358 (Comadran Ruiz, 1969, 35). 3. Datos sobre Ia inmigraci6n masiva en esta epoca aparecen en De Marco y Ensinck, 1978, Donni de Mirande, 1987; Ensinck, 1979, etc.
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4. Entre esos trabajos estan Donni de Mirande, 1977, 1982, 1983, 1985. 1987,1989. 1992 a, by c, 1997, Boretti de Macchia, 1991 a, by c, Boretti de Macchia y Ferrer de Gregoret. 1987, Ferrer de Gregoret y Sanchez Lanza, 1987 y 1991, etc. Sobre estudios del espafiol en Ia Argentina he reunido mas de mil tftulos en Donni de Mirande, Granda, Elizaincfn y Coli, 1994. 5. Acerca de Ia historia del espaiiol en Santa Fe, veanse Donni de Mirande, 1991, 1992 d, 1996, etc. 6. Para mas datos al respecto pueden consultarse Lopez Morales, 1983 y 1992. 7. AI proceso en Montevideo hay referencias en Montes Giraldo, 1996. El ensordecimiento del yefsmo porteiio se ha estudiado repetidas veces desde 1930 con distintos puntos de vista. 8. Los datos de Rosario parecen dar razon a quienes atribuyeron caracter enflitico a Ia variante sorda, siempre que se entienda como enfasis Ia afectaci6n por referencia a un registro de estilo formal. 9. Realizaciones fricativas.asibiladas se han seiialado en La Rioja, Navarra y el Pals Vasco espaiioles, en Nuevo Mexico, Mexico, Costa Rica, Guatemala, parte de las tierras altas de Colombia, el sur de Peru, Chile, el este boliviano y Paraguay. Veanse para ello Lapesa, 1980, Fontanella de Weinberg, 1992, etc. 10. Para bibliografia sobre el voseo en el pals puede verse Donni de Mirande, 51-55. en Donni de Mirande, Granda, Elizaincfn y Coli, 1994. 11. Los fragmentos utilizados para ejemplificar estan tornados del corpus de lengua hablada en Santa Fe reunido por el grupo de investigaci6n que dirijo en el Centro de Lingiifstica Hispanica (UCA-Rosario) mediante encuestas a hablantes de diferentes grupos socioeducacionales, de edad y sexo. Thmbien se consignan fragmentos de textos periodfsticos correspondientes a los diarios El Litoral de Ia ciudad de Santa Fe y La Capital de Rosario. 12. Vense sobre ello Fontanella de Weinberg, 1987, Rojas, 1985 y Abadfa de Quant, 1993. Sobre el espaiiol en Santa Fe durante los siglos XVI, XVII y XVIII tengo en prensa el volumen El espaiiol en Santa Fe durante el periodo hispano, ademas de otros estudios de menor extension ya publicados o en vfas de publicacion, en los ultimos de los cuales recojo tambien datos de material documental correspondiente a! siglo XIX. 13. Los porcentajes de frecuencias de uso de formas verbales en Rosario estan tornados de Donni de Mirande, 1977 y Ferrer de Gregoret y Sanchez Lanza, 1991. 14. Presento aquf brevemente algunos resultados expuestos en Donni de Mirande, 1982. 15. En los estudios correspondientes a 19R9 y 19QI a y b. 16. Sobre esto vease Lerner. 1974.
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ASPECTOS HIST6RICOS EI asentamiento temprano de peninsulares en Asunci6n -1537- rapidamente evidenci6 dos situaciones de consecuencias significativas. La primera, que Ia regi6n carecfa de interes econ6mico. La segunda, que a pesar de esta fallida expectativa, era necesario afianzar Ia presencia espanola en Ia regi6n y tener una salida al mar que facilitara el contacto con Espana. Consecuencia de esta inquietud fue Ia concreci6n de una empresa que en pequeiios contingentes, partiendo desde Asunci6n, con escasos espaiioles y mayoritaria presencia de mestizos e indfgenas, funda Santa Fe -1573-, Santfsima Trinidad en 1580 -el puerto respectivo mantuvo el nombre de Santa Marfa de Buenos Aires-yen 1588 San Juan de Vera de las Siete Corrientes. Como punto de comunicaci6n con el Peru, Coocepci6n de Buena Esperanza del Rfo Bermejo, en las proximidades de las confluencias de los rfos Bermejo y Paraguay, es fundada en 1585. El ampHsimo territorio de las Provincias del Rfo de Ia Plata, en el que se encontraban incluidas Asunci6n como sede y las ciudades desde allf fundadas, se divide administrativamente en 1617, en dos gobernaciones: Ia de Paraguay, con m1cleo po1ftico-administrativo en Asunci6n y Ia del Rro de Ia Plata, con cabecera en Buenos Aires y jurisdicci6n sobre Santa Fe, Concepci6n del Bermejo, Corrientes y Misiones.
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Cuando en 1632, los nativos destruyen Concepci6n del Bermejo, las tierras de Ia margen occidental del rfo Parana, quedan por siglos bajo e! dominio absoluto de indfgenas no guaranfes, de extrema be!icosidad. 1 En Ia margen oriental, Corrientes, desde su fundaci6n. durante todo el perfodo colonial y hasta las ultimas decadas del siglo XIX, a! margen de su independencia administrativa, comparte con Asunci6n ciertos rasgos definitorios para su desarrollo social y lingilfstico: ser area de asentamiento guaranftico previo a Ia presencia espanola, de aislamiento geogn'ifico por las dificultades para establecer comunicaci6n terrestre hacia el este y fluvial bacia el sur debido a las largas y peligrosas distancias, pobreza extrema con cultivo de subsistencia, lo que Ia marc6 como foco de nulo interes inmigratorio, y constante estado de beligerancia defensiva -de los guaicunles, parcialidades asentadas en los actuates territorios de Chaco y Formosa y los charr6as que pugnaban desde el sur- y protag6nico en defensa de un autentico federalismo en Ia guerra civil nacional y participaci6n en Ia Guerra de Ia Triple Alianza, luchas que dejaron para Corrientes un sal do negativo porIa perdida de hombres y entrega de ganado a los vencedores de turno. En decisiones de gobierno y cultivo de yerba mate tuvieron en los jesuitas un protagonista firme. Corrientes tuvo a lo largo de toda su historia, un crecimiento demografico vegetativo y se co,nvirti6 por razones econ6micas en foco de emigraci6n para parte de su poblaci6n. Estos condicionantes constituyeron, con su interactuaci6n temporal sostenida, las causales configuradoras de una sociedad, que al igual que Ia asuncefia, puede ser caracterizada como lingilfsticamente conservadora de modalidades desechadas en el espai'iol del litoral sur, donde debido al contacto esporadico con Ia peninsula basta fines del siglo XVIII y muy importante en las ultimas decadas de esa centuria, se pusieron en vigencia nuevas situaciones lingilisticas en detrimento de variantes vigentes. Pero ademas se define como area con una variedad de espafiol fuertemente interferido por et guaranf. Ala fecha d~l asentamiento espai'iol en Asunci6n, el grupo guaranf, organizado en cacicazgos, con dificultades para sostener su territorio debido al acoso de parcialidades indfgenas del Chaco central y austral, acept6 a los contingentes hispanicos -detenidos bacia 1580- en lo que sentfan apoyo ante el enemigo. Los espafioles, por su parte, numericamente insignificantes ante Ia densidad de poblaci6n guarani, una vez comprobada Ia inexistencia de materiales preciosos, permanecen, por los motivos expuestos, estableciendo un mestizaje amplio con el que algunos espafioles Iograban, mediante Iazos de parentesco con los caciques, calidad de nobles. 2 En consecuencia, el hecho de que las sociedades se constituyeran sin hiatos sociales y que se establecieran, por Ia ascendencia, grados de aceptabilidad jerarquizada, determin6 Ia ex.is-
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tencia de Ia condici6n esencial para que las lenguas pudieran interferirse de manera significativa. En Corrientes, durante el perfodo colonial y basta fines del siglo XIX, e! guaranf era Ia Iengua general. El espafiol quedaba reservado, por parte de bilingiies subordinados con guarani como primera Iengua, con situaci6n inversa. o por parte de hablantes monolingiles de espafiol, escasos frente a los antes mencionados, para ambitos administrativos, escolares 0 de maxima formalidad. Los hablantes masculinos pr6ximos a esferas administrativas o de poder manejaban el c6digo espafiol. La franja oriental de Ia provincia limltrofe con Brasil presenta, por su parte, a rafz del trasiego de poblaci6n entre nativos de ambas areas, modalidades no comunes al resto de Ia provincia. . Hacia fines del siglo XIX, Ia situaci6n polftica y administrativa de las actuales provincias de Formosa, Chaco y Misiones varia definitivamente. En efecto, pacificado el pals despues del derrocamiento de Rosas y fina\izada Ia guerra de Ia Triple Alianza, el gobierno central fija una polftica firme de ocupaci6n de tierras y definici6n administrativa. A Ia creaci6n por decreto del territorio del Chaco en 1872, sucede en 1884 la ocupaci6n concreta de su territorio y Ia divisi6n del mismo en dos gobernaciones: Formosa, con capital hom6nima y Chaco con capital en Resistencia. Por su parte Misiones, tierra de guaranfes, que comparti6 con Corrientes y Paraguay marginalidad y aislamiento y vivi6 una conflictiva situaci6n territorial, polftica y administrativa debido a la presi6n y presencia paraguayas, desmembramiento territorial en favor de Brasil, dependencia del gobierno de Comentes y participaci6n en la guerra civil argentina, en 1881 es decl.arada territorio nacional y un afio mas tarde, Posadas, su capital. Lingilfsticamente se caracteriz6 basta fines del siglo pasado, por un monolingilismo guarani mas extendido aun que el de Paraguay y Corrientes ya que no cont6 con un centro polftico adiriinistrativo de importancia que exigiera competencia en el c6digo espafiol. Este se fue imponiendo como consecuencia de su integraci6n polftica, la extensi6n de Ia escolaridad y los medios de comunicaci6n. A Ia primitiva poblaci6n se superpuso desde las primeras decadas del siglo XX. importante inmigraci6n europea, proveniente de Ia Europa centro-oriental. A partir de Ia decada del cincuenta comienza a ser mas perceptible el ingreso de nativos de otras provincias, fundamentalmente dellitoral sur. Ellitoral del Parana mantiene en Ia actualidad fluido contacto con poblaci6n paraguaya. El puente que separa Posadas de Encamaci6n es motivo de movimiento diario de poblaci6n de ambas ciudades. En Ia margen occidental del Parana, el desplazamiento de los nativos guaicurues -tobas. mocovfes, abirones- se cubre con poblacion hasicamente para-
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guaya en ellitoral formosefio y su capital, y correntina y paraguaya en ellitoral chaquefio y capital. Formosa sigue en contacto permanente con Paraguay debido a su situaci6n fronteriza y buenas razones de aceptabilidad, basadas fundamentalmente en el convenio redproco y Ia receptividad de mano de obra· paraguaya en Ia zona rural de Ia provincia. El Chaco recibi6 desde su ocupaci6n poblacional, inmigraci6n europea -italians y espanola- pero el aporte ml15 significativo fue correntino yen menor proporci6n paraguayo, ambos incrementados entre 1920-1950 a rafz de Ia explotaci6n de las tierras centrales, que exigfa abundante mano de obra. El asentamiento perrnanente o temporario de obreros correntinos y paraguayos se observ6 desde el litoral basta Ia rnitad oriental de las provincias de Chaco y Formosa. En las capitales de Misiones y Formosa, y con menos representatividad en Chaco, ademl15 de nativos paraguayos de isolectos bajos, Ia presencia de profesionales fue siempre sostenida.
ASPECTOS LINGOfSTICOS Por esta formaci6n hist6rica y demognifica, variada, tanto en su conjunto como intemamente en cada una de las provincias que conforman el area nordeste, consideraremos modalidades b:isicamente comunes en las respectivas capitales de las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones con el siguiente esquema de prestaci6n: Aspectos del sistema fonol6gico Morfofonologfa Morfosintaxis: • Situaciones del espafiol general o Modalidades morfosint:icticas conservadoras o Situaciones generadas por interferencia guaranf Uxico: • Retenci6n de voces tradicionales • Prestamos del guaranf • Identificaciones lexicas con voces guaranfes Las modalidades observadas, corresponden a Ia lengua oral, coloquial espont:inea de hablantes nativos, comprendidos en isolecto alto -con estudios secundarios o universitarios-, isolecto medio, escolaridad primaria completa,
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isolecto bajo, sin escolaridad. Del analisis pormenorizado de cada una de las situaciones lingiiisticas consideradas, seguramente se determinaran variaciones motivadas por variables no consideradas en esta propuesta de conjunto. Se ejemplifican los rasgos de los isolectos alto (i.a) y bajo (i.b) cuando los mismos son generales. Solo se indica su registro en el isolecto medio. La ejemplificaci6n es pertinente a las areas geogrMicas seiialadas. Con Ia expresi6n "bilingue subordinado'' se hace referenda nl hablante de c6digo guaranf amplio y espafiol restringido.
ASPECTOS DEL SISTEMA FONOL6GICO • Hiato vocalico La tradicional tendencia de Ia lengua a convertir hiatos en diptongos por e!evaci6n de Ia primera de las dos vocales abiertas peor > [pior]; almohada > [almuada], nose observa en Ia regi6n. Si bien en Ia documentaci6n correntina colonial, emergen espor:idicos casos de diptongaci6n, Ia tendencia fue detenida por interferencia guaranf en cuyo sistema nose reconoce Ia diptongaci6n.3 En hablantes bilingiles y monolingiles en contacto ambiental con estos. por Ia causal expuesta, no es infrecuente respecto de los diptongos, que se observe separaci6n silabica con perceptible refuerzo de Ia intensidad de Ia vocal t6nica: pu-e-do, pi-en-so, o con desplazamiento acentual: Ga-u-na. en una voz de uso general en Ia regi6n. Tambien por interferencia guarani, las vocales en contacto de igual timbre. es normal que se mantengan en todos los isolectos, claramente diferenciadas: le encontre; ella ayuda.
• Consonantismo Como observaciones generales respecto de las realizaciones de ciertos fonemas proponemos I f- I. En posici6n inicial de s11aba, seguida de diptongo luel, Ia velarizaci6n es propia del isolecto bajo y muy ocasional en el medio. I b I. Si bien en todos los isolectos, el fonema refuerza al diptongo I ue- /, Ia articulaci6n es mas tensa en el bajo y medio. En el grupo I bue I, hahlantes del isolecto bajo suelen trncar I b I porI !! /, de donde, giieno, agiielo.
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[ v ]. La articulaci6n labiodental es un rasgo muy caracterfstico de Ia regi6n. Registrada en todos los isolectos, Ia misma altema con las variantes bilabial fricativa y oclusiva. Esta realizaci6n labiodental esta relacionada con el sistema fonol6gico ~ guaranf que presenta un fonema labiodental, inexistencia de I b I y [ mb-mb] como al6fonos de I m 1.4 I g I. El fonema se elide en la secuencia I -gu- 1: augero, parauas, aua 'agua', en todos los isolectos. I d I. Eliminado el fonema por todos los isolectos en final de palabra, se realiza con clara fricaci6n en los participios [aOO-a]. lei. S6lo entre los hablantes biling\ies subordinados, con guaranf como primera lengua y debil manejo del c6digo espaiioh se registra un marcado debilitamiento en Ia oclusi6n del fonema africado. Este rasgo, se observa no tan extendido y menos marcado tambien en el isolecto bajo, entre monolingiies de espafiol en contacto ambiental con bilingiies. I s I. En final de sflaba interior de palabra Ia aspiraci6n es absoluta. En final de palabra Ia elision es Ia variante intensa y extensamente empleada por el soliolecto bajo con altemancia minoritaria de aspiraci6n. Esta situaci6n se invierte gradualmente en un continuum en el que si bien Ia conservaci6n de Ia consonante -como alveolar o como aspiraci6n- es mas notoria en el isolecto alto Ia elisi6n no deja de ser significativa. En todos los isolectos, Ia pertenencia directa 0 proxima del hablante con ambitos bilingiies guaranf-espafiol, parece reforzar Ia tendencia a Ia elision de 1-s I. Rasgo tradicional en Ia zona, el fen6meno fue seguramente reforzado por el guarani que no tiene en su sistema I -s I. La variante ceceante se registra en ocasionales hablantes de mayor edad pertenecientes al isolecto bajo. I -r /. En el isolecto bajo, el mantenimiento del fonema en final de palabra es ocasional. Los hablantes, normalmente alteman una realizaci6n muy debilitada con Ia mas extendida elision, que como rasgo tradicional en Ia zona, pudo ser reforzado por el guaranf en cuya distribuci6n fono16gica no se registra I -r /. If /. Tres son las realizaciones basicas del fonema con distribuci6n diastrntica en anatisis. Para algunos hablantes el fonema es vibrante multiple, para otros es asibilado fricative sonoro ocasionalmente ensordecido y para otros estimamos que Ia realizacion -a Ia fecha en estudio- es retrofleja fricativa sonora. Las variantes alteman en los idiolectos. La menor adhesion a las variantes asibilada y l,retroflexa? Ia presentan los nativos de Resistencia. f! 1-1 y I. Es de interes precisar algunos aspectos relacionados con Ia situacion intema de Ia region y sus causales respecto de los referentes fonologicos que corresponden a los grafemas II e y.
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En el espafiol primitive del litoral norte y sur -Asunci6n, Corrientes, y Buenos Aires y Santa Fe- estuvo representado el bidialectalismo peninsular del area palatal. Los hablantes relacionados con las modalidades peninsulares nortefias, mantenfan Ia oposicion I ! 1-1 y I posiblemente con realizaci6n africada de este fonema en posici6n inicial y tras conconsonante, en tanto los hablantes influidos por los rasgos meridionales de Ia penfnsula, practicaban yefs-
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mo al igualar I ! 1-1 y I en favor de I y I. En ellitoral sur prevalecio finalmente esta variante que comienza a rehilar5 se en Buenos Aires desde fines del siglo XVIII. Actualmente ese fonema central presenta dos realizaciones sonoras: una fricativa [!] normalmente intervocalica, una variante africada [i] en posicion inicial absoluta y tras consonante y una variante sorda UJ en posicion libre. En ellitoral norte -Corrientes y Asunci6n- prevaleci6 Ia oposicion I ! 1-1 y I en Ia que el fonema central adquirio por influencia guarani el rasgo de africaci6n. Ahora bien, en el nordeste argentino comenzaron a producirse, en las ultimas decadas, procesos de cambio -iniciados en el isolecto alto- que parecen tender a un ajuste de normas sobre el modelo portefio.6 Como en toda el area, en Resistencia, Ia inserci6n del mismo se produjo a traves de los medios de comunicacion pero de manera decisiva, porIa incorporacion de hablantes surefios de isolectos medio y alto que emigraron hacia Ia ciudad desde fines de Ia decada del cincuenta atrafdos por sus requerimientos economicos y culturales. Esta emigraci6n tiene el antecedente de asentamiento portefio temprano numericamente escaso -el censo de 1895 indica de 2.830 argentinos, 1.174 nativos de otras provincias, dato del que destacamos 974 correntinos, 72 portefios, 36 entrerrianos- y sin influencia de su modelo en esta primera epoca. En Resistencia, de fuerte presencia surefia, los procesos de cambio registran el mayor avance observado en la region. Asf, Ia perdida de I! I esta ampliamente extendida y es significativo el avance de Ia deslateralizacion ocasional en hablantes de todos los isolectos que conservaban la pronunciacion castellana del fonema poco tiempo atras. Para quienes mantienen Ia oposici6n firme, deslateralizan ocasionalmente o han desfonologizado, el fonema central presenta rehilamiento con distribucion de las variantes africada y fricativa muy proxima ala portefia aunque con mayor uso intensivo de [ i ] en toda posicion. La conservaci6n de [ y ] es absolutamente ocasional y se observa en hablantes muy mayores que estan er contacto directo o ambiental con hablantes paraguayos o correntinos. La reali· zacion sorda [~] aparece recientemente como variante minoritaria en el isolec· to de nativos con ascendenchl- lingiilstica surefia o contacto por viaje a est: area. No se~escarta Ia influencia de to~ programas portefios de te\rvisi6n.
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La comunidad correntina, por su parte, que recibe el influjo del modelo porteno a trav6s de los medios de comunicaci6n fundamentalmente y para algunos hablantes a traves del contacto sostenido con chaqueiios, mantiene casi generalizada Ia realizaci6n castell ana de I ! I. La deslateralizaci6n ocasional se registra entre los mas j6venes de nivel educacional alto y medio. Solo los hablantes de edad conservan I 9I; a medida que desciende Ia edad, en el fonema central alteman las vari~tes [ 9 - ~ ], situaci6n que implica Ia inserci6n del rehilamiento pero Ia conservaci6n del rasgo de africaci6n, propio del tradicional I y I; Ia variedad [ y- Z- i] ya con Ia incorporaci6n de Ia variante fricativa y por ultimo Ia variedad de los mas j6venes que registra [Z- ~] con una distribuci6n que tiende a Ia del modelo porteiio. Es importante destacar que en estas variedades que introducen el rehilamiento, en un proceso de cambio fuertemente marcado por el sistema sureiio, Ia variante africada es extensiva e intensivamente empleada al punto de ser identificada por hablantes de Ia region como un rasgo caracterizador de Ia sociedad correntina. Una tercera zona Ia constituye Posadas. El influjo de los medios de comunicaci6n dellitoral sur -aunque aquf en simuttanea vigencia con los del Paraguay- se vio como en las ultimas decadas en Resistencia, pero menos significativamente, apoyado por el asentamiento de poblaci6n sureiia, aunque.aquf el establecimiento permanente o transitorio de paraguayos de todo nivel cultural neutraliz6 con su modelo I! I I y I el modelo sureiio a! pun to que si bien Ia deslateralizaci6n se observa en el habla de los nativos j6venes de los isolectos medio y alto, el rehilamiento fricativo y africado aparece en competencia con I y I en toda Ia poblaci6n. Formosa, por su parte, es el area mas conservadora de Ia region. La base de su formaci6n demografica fue paraguaya y recibe de este pafs limftrofe poblaci6n de todos los isolectos que se integran transitoria o definitivamente a Ia ciudad. Neutralizado por esta situaci6n, el influjo del modelo porteiio, que II ega a traves de Ia televisf6n -en competencia, como en Posadas, con Ia radio y television paraguayas- es poco perceptible. El fonema I! I se mantiene de manera absoluta, en tanto el proceso de cambio se ha iniciado con eJ fonema central/ y/ que presenta, no muy extendida y entre los mas j6venes del isolecto alto, Ia variante rehilada con el rasgo de africaci6n muy extendido sobre Ia variante rehilada fricativa. En Resistencia y Posadas, se registra muy ocasionalmente Ia variante [J] del fonema central.
MORFOFONOLOGfA Es de destacar en el campo de Ia morfofonologia el uso de un gropo de modalidades de registro tradicional. Nos referimos a -Ia tercera persona, presente de subjuntivo de haber: haiga, haigan, ex tendido en el isolecto bajo y ocasional en ei medi(); -Ia sflaba tonica diptonga de los verbos decir, traer, preterito indefinido, tercera persona plural: dijieron, trajieron. extendida en los isolectos bajo y medio y ocasional en el alto; -presente de subjuntivo de dar: dea -personas primera y tercera singular y dean- personas segunda y tercera plural, de registro en el isolecto bajo; -Ia tendencia a Ia unificaci6n anal6gica de Ia acentuaci6n verbal: hOgamos, vayamos, tengamos, muy extendida en el isolecto bajo y ocasional en los medio y alto en los que estimamos Ia tendencia se va extendiendo; -Ia posposici6n de /-sen/ a Ia tercera persona plural del verbo con referenda de imperativo: vciyansen, c6rransen, de extension amplia en el isolecto bajo en altemancia con Ia supresion de 1-nl en Ia expresi6n verbal: vayasen. co·
rrasen; -Ia protesis vocalica en expresiones verbales y verboides derivados: arne· jorar-amejorado-amejorando; abajar; ajubilarse-ajubiladn; alnchar-aln· chando 'luchar'. De uso en el isolecto bajo.
MORFOSINTAXIS
La presentaci6n de rasgos morfosintacticos que interesa resaltar en el espaiiol de Ia zona, se hara agrupandolos en tres nucleos: los que corresponden al espanol general,los que se pueden interpretar como modalidades conser-Vadoras de situaciones que habrfan sido comunes a todo ellitoral y las que responderfan a interferencia del guarani.
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SITUACIONES SINT ACriCAS DEL ESPANOL GENERAL
Incluye a las que siendo comunes en otras areas hispanicas, se presentan en Ia zona con un rasgo de generalidad e intensidad tales que permiten Ia hip6tesis de Ia proximidad de un cambio en tanto Ia aceptaci6n de estas variantes tradicionales en el espaiiol regional. 7 estan desplazando a otras que teniendo
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igual tradici6n resultaron las academicamente aceptadas y escolarmente propuestas y comprende ademas a situaciones sintacticas que con coincidencias parciales en el litoral sur, en el nordeste registran alguna particularidad, concretamente Ia temitica relacionada con Ia segunda persona singular, pronominal y verbal.
-Ia conversi6n de Ia oraci6n personal pasiva cuasi refleja en impersonal, al no observarse Ia concordancia verbal: se suspende los subsidios I se suspende
el subsidio. Estas confusiones, registradas en todos los isolectos, parecen mostrar en el espaflol del area, Ia tendencia a convertir en oraciones impersonates cuasi reflejas, las personales pasivas cuasi reflejas.
• Verbos impersonates haber y hacer • Duplicaci6n del objeto directo en proposiciones adjetivas El uso can6nico de los verbos haber y hacer como impersonates retrocede significativamente en favor de su expresi6n personal, en todos los isolectos. A sf
En todos los isolectos es frecuente que el relacionante objeto direct0 de una proposici6n adjetiva se duplique pronominalmente
Con Ia hiperinflaci6n ya hubieron intentos de fijar el tipo de cambio (i.a).
Aquf te dejo los formularios que ya lm completaron (i.a).
En el ministerio hacen aiios que nadie se juega ... totaL. (i.a) .
... y me dio esto (remedio) que ya lo tome y nada no me hizo (i.b).
... y en el barrio habfan muchos que se iban en Ia iglesia de los morm6n , (i.b). Pidi6Ia misa por lo que hicieron ya dos mese de que muri61a mama (i.b).
• Oraciones impersonates cuasi reflejas y personales pasivas cuasi reflejas La tendencia que se perfila en el espafiol peninsular del siglo XVI, a diferenciar dos tipos de oraciones, las impersonales cuasi reflejas con objeto directo de referenda + persona encabezada por preposici6n -se vio al jinete, se vio a los jinetes - y las pasivas cuasi reflejas de referenda-persona -se encontr6 un objeto extrano, se encontraron unos objetos extraiios- como recurso para evitar anfibologfas, no pudo afianzarse en el espafiol de Ia regi6n al punto de mantenerse las confusiones observadas desde el siglo XVI basta Ia fecha. Asf, Ia transgresi6n a Ia postura academica, que normaliz6 Ia mencionada tendencia se refleja en -Ia variaci6n en m1mero del verbo en concordancia con el sustantivo m1cleo de Ia construcci6n objeto directo: se atienden a las embarazadas I se
atiende al paciente;
• Articulaci6n de proposiciones sustantivas Respecto de Ia norma academica, Ia proposici6n sustantiva presenta significativas diferencias de articulaci6n cuando funciona como obieto .directo, ~u jeto y termino de modificador.
a. Funciones objeto directo y sujeto Lo normal es que en la lengua coloquial, con independencia de variables extra-lingUfsticas, los hablantes, en ciertos contextos sintactico-semanticos articulen indirectamente Ia proposici6n sustantiva. Con los verbos decir, pedir; pensar. explicar; esperar; suponer; prometer; creer y los de su esfera de significaci on, Ia proposici6n sustantiva objetiva esta encabezada por el subordinante de. Con estos anuncios creemos de que las empre~as van a estar mejor (i.a\. Aunque di!(a de que va a pasa plata a ella no creo (i .!>).
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Con igual articulaci6n se expresan las proposiciones sustantivas que funcionan como sujeto de oraciones pasivas cuasi reflejas de los mencionados verbos.
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• Articulaci6n del relativo en proposiciones adjetivas Las proposiciones adjetivas con antecedentes articulados indirectamente que refieren tiempo o modo, deben conservar en el relacionante esta articu1a· ci6n. Lo generalizado es, sin embargo, su articulaci6n directa:
Se cree de que Ia proxima cosecha va a ser r~cor (i.a). ... Ia provincia con este dcfici ( ) que va a cerrar exige judicialmente Ia coparticipaci6n (i.a) .
Se dijo pronto de que van a dar las pensiones (i.b).
... me vio sf el dotor eso por lo que ... en lo dfas eso ( ) que le cuidaba a ella me supo ver el dotor (i.b).
Como sujeto pospuesto a predicado de verbo copulativo ser; parecer; resultar + predicativo adjetivo. A esta altura ya es urgente de que Ia cambie de medico (i.a) ... porque parece inutil de que insista. .. sino es el padre ... (,para que? (i.b)
b. Funci6n termino de modificador En situaciones sint~cticas en las que el espaiiol modelico exige Ia articulaci6n indirecta de un modificador del que Ia proposici6n sustantiva es termino, en todos los isolectos Ia elisi6n del subordinante es lo normal si el modificador: Con valor adjetivo modifica a un sustantivo No hay seguridad ( ) que el examen se postergue (i.a). No veo Ia mejorfa ( ) que habla el dotor, sf (i.b). Modifica a un adjetivo Vivimos desconfiados, hartos ( ) que nos mientan los politicos (i.a). Ya se fue ya cansado ()que le cambien todo el tiempo los tumo (i.b). Funciona como regimen de un nucleo verbal, entre otras quedar; convencerse, asegurarse, acordarse. Ya se convencieron ( ) que sali6 todo mal (i.a) Quedamo entonce { ) que me avisa cuando es~ los papele i,no? (i.b)
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Uso dele con referenda plural Relacionado con un problema de concordancia sint~ctica de independenci: absoluta con Ia elisi6n de I -s /, se registra el uso extendido en todo~ los iso· lectos del pronombre objeto indirecto le con valor singular y plural. Para que los peque1ios productores tengan credito barato le vamos a abrir una lfnea especial (i.a). Aca viene lo pacientes, estan a Ia cinco a sacar el numero y le hace Ia ficha (i.b).
• Expresiones pronominales y verbales, segunda persona singular Para referenda a segunda persona singular. en tratamiento de CQnfianza, Ia~ formas pronominales correspondientes son vos sujeto y termino de modifica dor -en vos, con vos, para vos- en tanto para objeto directo, objeto indirecto y adjetivo posesivo, los hablantes emplean expresiones pronominales tutean tes -te vio, te lo dio, es tuyo, tu plato-. En Ia correlaci6n verbal, son voseantes -s6lo tomamos en cuenta la perte nencia de expresiones indiscutibles- el presente del indicativa indefinido e im perativo. Tuteantes, los tiempos ocasionalmente registrados, preterito perfectc de indicativa y futuro imperfecto de indicativo, que es~ en manifiesta retrac ci6n ante el futuro analftico. En cuanto al presente y perfecto del subjuntivc con independencia de Ia referenda implfcita de afirmaci6n, deseo o mandate que el verbo pueda denotar en proposiciones subordinadas, o en subordinada: con presente o perfecto de subjuntivo que no incluyan estos matices, lo norma es Ia expresi6n verbal tuteante: ya te pedf ya que no hagas eso; no me venga a repetir to mismo; to que quiero es que elijas a tu gusto; aunque pidas y pi das para tu casa te dice qu'e no hay; para que puedas traerlo necesito su permi so; aunque te hayas arrepentido; avisamc cuando havas terminado.
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Este esquema presenta ciertas variaciones: 1) en el isolecto alto, el imperativo suele manifestarse ocasionalmente en expresiones tuteantes lexicamente acotadas; sup6nte que se opongan; imaginate que fracasa. El sujeto ttl es de registro ocasional; 2) en los isolectos medio y alto contigo y con vos, a ti I a vos alternan en ocasionales hablas; 3) en el presente de subjuntivo, hablantes nativo-s del isolecto alto que hicieron sus estudios superiores o vivieron temporariamente en el litoral sur, emplean con cierta frecuencia, a diferencia del resto de Ia poblaci6n, Ia expresi6n voseante monoptongada en el presente de subjuntivo en las situaciones ya seiialadas. Asf: no empeces a leer todo el expediente; ya te pedf que no mezcles las fichas; prefiero que vengas en bora aunque te vayas mas temprano. En referenda a Ia segunda persona, tiene relevancia otra tfpica modalidad. En situaciones en Ia que no media Ia confianza, el hablante comienza el dialogo con usted y formas verbales y pronominales concordantes pero esta forma de tratamiento se matiza con Ia introducci6n de vos, mencionado o elidido, concordante con expresiones verbales voseantes para presente de indicativo, subjuntivo presente y preterito perfecto e imperativo y pronominales: con vos, te mostre, te lo mostre, tuyo, tu dibujo:
• los - las mas + construcci6n sustantiva de articulaci6n indir'f'cta; los - fa.
... porque se abusan ... las mas de las veces no encontris a nadie (i.a). No mejora por lo que los mcis de lo remedio le petjudica el hfgado (i.b). ... me fui pero dice (Ia maestra) de que de balde cita a los padres si los
mcis no se van (i.b).
I
l
Esa mi hija no vino aquf. Mi hijo e! que vino. Una su hermana queda con ella en el hospital por ... Ia hija de ella ni aparece.
Ya averigiie y en Ia (biblioteca) central esta un referencista nuevo que los va a orientar muy bien (i.a). ... entonce me supe ir en Ia ... ahf ... que esttf una ... casa que recibe los jubilados eso (i.b).
Esta modalidad, muy extendida en todos los isolectos de Ia regi6n, tiene clara influencia del guaranf, en cuyo sistema un solo pronombre de segunda persona, nde, cubre todas las matizaciones que en espaiiol implican vos I usted, de donde surgen las dificultades para mantener gramaticalmente las distinciones del espafiol general voseante.
1 Son de destacar tambien en el campo morfosintactico un grupo de situacio. nes que consideramos retenciones de modalidades tradicionales que han sido · desplazadas en ellitoral sur. Nos referimos a
• adjetivo demostrativo, indeftnido + adjetivo posesivo + sustantivo. lsolecto bajo y ocasional en el medio.
• estar con valor impersonal, equivalente de haber. Isolectos bajo y medio: ocasional en el alto.
Ya me dijo ya el arquiteto (usted) quiere asf e! muro pero no s€ ... no te conviene por Io que el altor te va a quedar ... muy oscura Ia pieza ... est~ por uste ... (i.b)
MODAUDADES MORFOSINTACTICAS CONSERVADORAS
11:
mas 'Ia mayoria de'. Isolecto bajo y medio, ocasional en el alto.
Mire no le puedo dar mas que una chequera pero si ven[s ... a ver ... el viernes te doy otra pero no diga nada (i.a).
2.
EL ESPANOL DEL NORDESTE
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• proposici6n adjetiva articulada con el relacionante que seguido de forma verbal de ser con o sin modificador circunstancial. En el espafiol general conforman con el antecedente sustantivo una proposici6n adjetiva. Ocasional en adultos de todos los isolectos. SiJ ... jC6mo no! yo le conocf ... por que mi lnarido fue secretario de X, ministro quefue del general (i.a) . Mire el aquf es seguro, por lo que el padre de el acompafi6 en el hospital al dotor Lope director que fue hasta hace poco ... nosotro le queremo demasiado a el (i.b).
116
EL ESPAfiOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
EL ESPAfiOL DEL NORDF.STE
por demcis: 'demasiado' • Conjunciones )' adverbios Te atiende en el hospital ... pero no hay lo remedio y por demcir caro en Ia farmacia y no tengo para comprar.
anterionnente: 'antes'
par lo que: 'porque'
... pero si ami ya anteriormente me supo pedir plata (i.a). ... y no trabaja por lo que anteriormente le mantenia ella (i.b).
Dice que no pudo entregar el pnictico por in que no devolvieron los Iibras.
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Ya me supo ya decir que no venfa por ln q11e tenia el trabajo todo el tiempo de noche (i.b).
a lo menos: 'at menos, por lo menos' Anda mejor sf ... a lo menns no se queja pero ... esti jodido igual.
pues de valor enfatico
cada que: 'cada vez que' ... porque (ella) ya naci6 ya muy arruinadita, vio? entonce no espero,
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cada que tose eso, le traigo y para control de peso.
'' I '
de que: 'desde que'
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Ya no le sufri mas ... de que supe por una mi hermana de que le 1\ega-
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ba a esa mujer en Ia casa me fui y piola ando.
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Saben todo lo que hizo para que le nombraran a el? No pues ... pero se conoce de que es un anibista (i.a) .
-
Vos crees que lo podes hacer? Si pues, mientra~ que tengamos lo material, hacemo (i.b).
En Conientes pues es de uso general. En la regi6n, anteriormente y por que se observan en todos los isolectos, en tanto las restantes expresiones se e cuentran extendidas en el isolecto bajo y ocasionalmente en el medio.
mas antes: 'antes' Nosotro trabajamo aquf mas antes t,usted nose recuerda?
3.
SITUACIONES SINTACI'ICAS GENERADAS POR INTERFERENCTA GUARANI
mediante que: 'porque' Yo no queria pronto ir en el centro pero qued6 el sin trabajo y mediante que un compaiiero aviso a el que buscaban para sereno no vinimos, aquf.
Si bien en Ia adhesi6n a las modalidades sintacticas que se proponen a co tinuaci6n interacrua una combinaci6n de variables que implicaria un deteni1 analisis para el conjunto, s6lo proponemos Ia ubicaci6n diastratica en Ia q Msicamente se registran y ocasionalmente alguna precisi6n puntual. 8
mientra que: 'si, siempre que' Yo no le voy a molestar mientra que (ella) cuide a Ia criatura por lo que reconod a Ia nena y tengo ... derecho.
por causa de: 'porque, por, a causa de' Ahora hago yo esto trabajo por causa de Ia enfermedad de el ... pero pesado para mi.
• lA elision del objeto directo pronominal de referenda ± pr:>rsona Trae sus juguetes pero no ( ) deja aquf en Ia casa de Ia ahuela (i.a). No, no es asf. Mire cuando empez6 Ia tos, agarre al nene y ( ) llt>vt< en Ia salita y me dio Ia dotora esto remedio ... yo le cuido a el (i.b).
EL ESPANOL DEL NORDESTE I I8
l.
EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VAR!EDADES REGIONALES Puse hoy porIa silla de su pieza.
Se registra en todos los isolectos, si bien Ia elisi6n de referenda+ persona es ocasional en el alto.
Deja porIa mes nomas (Ia bolsa). Se prende por sill a y queda paradito.
• Lefsmo '' IO ,,
Se lo registra para ri:ferente ± persona masculino y femenino, singular y plural. en todos los isolectos
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I
Le digo a el que se porte bien, pero senora se r(e p(lr mf y ~igue con Ia junta esa. Me argele porque jugaba por mf ... desaparecfa y vol"fa borrachn y quedaba en casa y no trabajaba y bueno ....
Le vi ya a! (profesor) de fisica y le entregue las listas (i.a). • ir; venir(se) llevar, traer en
Senora, hoy pasamos a las nenas en otro grado porque los varones /e molestan demasiado y cuando falta Ia maestra es imposible ...... (i.a)
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... si consegufs (el anis), pones y le mezclas con lo que ya esta (i.a) .
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Con Ia madre del marido anda mal. No le quiere pronto y todo le molesta lo que Ia viejita hace, anga (i.b). Ella le cuida a los dos menores, les manda en Ia escuela, compra los remedios, eso ... pero no son hijo de ella pero el padre nada no ayuda (i.b) .
I
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Nos vamos en casa de mi suegra los domingos . Del medico me vine en Ia sala pero nadie hahfa ya. Todos los dfas le /leva en el jardfn. yo se. Le suelo traer en mi trabajo.
Estos usos se observan en el isolecto bajo y son ocasionales en el medio : alto entre hablantes preferentemente en contacto permanente con hilingiies.
A esta camisa le ensuci6 lo pajaritos... sino le poda (a esta planta) de balde tender aquf (i.b) .
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• Expresi6n pronominal tonica no duplicada del objeto directo
''
• Regimen preposicional de ciertos verbos Un rasgo muy caracterlstico es el regimen preposicional de verbos que en el espaiiol general, presentan otra unidad de la misma categorla. Asf • colgar, poner; dejar (algo) por (un Iugar), prenderse por 'sostenerse' reirse por, jugar por 'burlarse' Colgue ya todo Ia ropa porIa soga de atras.
Viste mi saco?
Cuando se expresa Ia funci6n, Ia tercera persona singular y plural sueler articularse s61o con Ia forma pronominal t6nica: mi mama sabe que muy vago es pero ... igualle decimo ... pero de balde ... malcrfa a el y a los demas le deja.
Por extensi6n en ocasiones se articulan de Ia misma manera las restantes personas del paradigma. Se observa esta modalidad en el isolect0 bajo.
120
EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARTEDADES REGTONALES
EL ESPANOL DEL NORDESTE
• Expresion pronominal tonica no duplicada en Ia funci6n objeto indirecto
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Para rnf a Ia criatura no le atiende los padres, yo ya infnnn~.
De uso extendido en el isolecto bajo y ocasional en el medio.
La dotora ya avis6 a nosotros que se pone as( si se quebranta.
Compramos a ella toda Ia mandioca y vendimos ya.
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• Inobservancia de fa concordancia de genero
Pregunte ya a ellos que si iban a llevar el escombiu .
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Una chica asf medio altita y flaco me ... a ella ko mostre mi documentn .
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De uso en el isolecto bajo. En Ia alta frecuencia de funciones pronominales duplicadas de objeto directo de tercera persona y objeto indirecto de toda persona se combinan en todos los isolectos, sin que medie motivaci6n extra sintactica, las expresiones atonas, Msicas del espafiol general y las t6nicas de Ia lengua regional.
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los remedios (i.a).
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Cuando me atiende ella, a
i Usted les ley6 a ellos las notas cuando tennin6 el cuatrimestre? (i.a).
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Sigo el control sf ... todo los Junes Ia llevo a ella en Ia salita para ver el
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...
• Verbos parecer, quedar, y caer intransitivos Los verbos parecer 'semejar', quedar 'permanecer' y caer se expresan como intransitivos no cuasi reflejos. De uso general en isolectos h:ljo y mef!io y quedar ocasional en el alto.
m{ me da muestras y me salvo de comprar
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De uso en el isolecto bajo, mas extendido entre bilingties.
Nosotros no los respetamos a ellos porque solo hacen poHtica pero no legislan (i.a).
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La patrona de ahora el que le dio garantfa y compr6 (Ia heladera\ .
Le parece a Ia hennana del papa.
No queda sentado un minuto quieto .
peso, eso (i.b) . Le traigo porque camina un pa~o y cae, no se sostiene y tiene ya diez mese.
En cuanto Uego, lo primero le muestro pronto a ello que compn! y si noes de el me plaguea ... anga (i.b). No me quejo porque ya nos dieron ya a nosotros el otro gobiemo el ti-
• Verbos poner y sacar transitivos no cuasi retlejos
tulo del terreno (i.b).
Bueno ... pone tu ropa que nos vamo .
• lnobservancia de Ia concordancia de numero entre el nucleo del sujeto y nucleo del predicado, tercera persona
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Se despert6 y sacn todo las venda, un lfo.
De uso general en el isolecto bajo y ocasional en el medio. Las pastilfas y el remedio fresco le mejoro grande a el.
Una vuelta el y el hijo me //ego en el taller y se arm6.
122
EL ESPANfJL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGlONALES
EL ESPANOL DEL NORDESTE
• Elision del verbo ser
• El uso de eso I y eso como resumidor de referentes nominales y verbales conocidos por quienes participan en el dicilogo
La misma se observa cuando el predicativo, para el espaiiol no interfcrido, es una construcci6n sustantiva, adjctiva o proposici6n sustantiva.
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... entonce me fui ... no le sufrfa ... el nada no hada pero Ia madre de el () una mujer argel y entonce me fui pronto .
Aquf note reconocen. AI fin yo sola mi alma busco, preparo eso los expedientes y todo est:1 listo para Ia sesi6n. 'Yo sola busco, preparo los despachos, los reviso. escribo los dict:imenes, los reparto .. .' (i.a)
No va a durar con el patr6n porque demasiado vago ( ) el y el patr6n
La salsa eso me cae mal 'Ia salsa yen general las comida~ con gra~a· (i.b).
( ) un seiior muy correcto.
Asf en funci6n objeto directo de decir, prometer.
A nosotros no nos va a engai\a, sf ... si estamos sabiendo ... ella ( ) Ia
Asi me dijn. Tenes que ponerle Ia inyecci6n y despues a Ia semana te ve
que no cumple en Ia casa ...
en el hospital.
De uso extendido en el isolecto bajo.
viene aquf y despues ... que va a trabajar ... que va a quedar con nosc>tros pero ... A sf pmmete pero se que de balde .
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La extension sint:ktica de las mencionadas expresiones se observa genen lizada en los isolectos medio y bajo y trasciende ocasionalmente al alto.
• La extension sinttictica de cienas categorfas de palabras Grande funciona como adverbio circunstancial. seiialando Ia intensidad de Ia acci6n verbal.
• Anteposicion de nada, nadie, nunca, tampoco a expresion l'erbal negativa
Se asust6 grande cuando le lleg6 el policfa en Ia casa.
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Mejora grande cuando Je atiende a ella ese medico.
Nadie no contesta.
Se fue de el porque grande le fajaba a ella y a los chico.
Nada no conseguf, hoy.
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Nunca nose Jleg6 a verle a Ia hija y ahora que anda queriendo.
Todo funciona como adverbio circunstancial, marcando Ia perfectividad de Ia acci6n verbal.
Tampoco no tenemos por ahora.
No queda quieta. Ya rompi6 todo las muiiecas. Varon parece.
La tormentafundi6 todo las plantas. Ya le prepare tndn Ia masa eso.
Se observa en hablantes de todos los isolectos.
\ • El uso de adjetivo posesivo • ante sustantivo que menciona parte del cuerpo humano. de uso en todos los isolectos.
EL ESPANOL DEL NORDESTE
EL ESPANOL DE LA ARGE!I'TJNA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
124
LEX ICO
Le lastimaron su braz.o jugando al fUtbol y enseguida se fue al hospital
(i.a).
Las voces se agrupan por su caracterfstica de retenciones de tradicionales y por su relaci6n con el guaranf. 9
Que te pas6 en tu muiieca (i.b).
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• en Ia construcci6n que implica futuridad articulada obligatoriamente, con los constituyentes para + adjetivo posesivo + sustantivo, se registra generalizado en el isolecto bajo yen los medio y alto, Ia construcci6n tiene cierta extensi6n.
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expre~ion
RETENCI6N DE EXPRESIONES TRADICIONALES
Se observan en todos los isolectos Ahara tramitamos para nuestra sala de oncologfa. Por ahora solo esta el proyecto 'para lo que va a ser Ia sal a de oncologia' (i.a).
argel: 'quisquilloso, hosco, antiplitico, insoportable', argelar 'estar mole to porque nose logra algo'
Esta procurando para su trabajo 'esta buscando un trabajo' (i.b). •'
Para que lo invitaste si ya sabes lo argel que es (i.a).
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• en Ia construcci6n objetiva de los verbos poner y sacar empleados como no reflejos, se observa en el isolecto bajo y ocasionalmente en los medio y alto. No saques tu abrigo que te enfri:is y toses. Una Jucha con el: no quiere poner su calzado.
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Aunque me diga para volver ... no le quiero ya (i.b). Siempre promete a Ia madre de el para ayudarle pero nada le da (i.b).
Te cafste por cabezudo (i.a).
comezon: 'picaz6n'
Los subordinantes para-para que encabezan proposiciones o construcciones objetivas modificadoras de los verbos decir, prometer; modalidad generalizada en todos los isolectos.
Me prometi6 para volver a estar juntos ... (i.a).
cabezudo-a: 'travieso, porfiado'
Anga Ia abuela, no quedan quietos, le habl:ls bien pero son cahe::udos y Ia madre se queda piola.
• Proposiciones objetivas encabezadas por los subordinantes para - para que
Siempre digo para que vayamos los domingos a verte (i.a).
Me argela que diga asf (i.b).
Sf, el chocolate Ie da comez6n (i.a). Le da comez6n porIa espalda porIa alergia (i.b).
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costa: 'borde' ademas del generalizado 'costa del rfo' En toda Ia costita (del mantel) le puso entred6s. Qued6 t-:irbaro (i.a). Aquf porIa costa le hacemos el cantero (i.b).
criarse: 'crecer, salir, formarse' Dijo (el m6dico) que me va a operar pero que Ia telita (en el ojo) se va a criar de nuevo (i.a).
EL ESPAfiiOL DEI. NORDESTE !26
EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADF:S REGIONALES
Se le cria uno como granos, berrugas asi (i.b).
empanar: 'pasar por harina o pan rallado carne o pescado' A mf me gusta el dorado a Ia parrilla pero mejor lo fileteo, lo empano y para mf lo como frito (i.a). ,,,,~,
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Sf ... empano (Ia carne) pero no frito por lo que muy grasosa queda (i.b).
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encamarse: 'ponerse en cama debido a algt1n malestar'. S6lo en adultos.
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Lo que tengo miedo es de que se encame y se Hague (i.a). Se encam6 porIa piema y no le levantamos (i.b).
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Te acordas cuando cobrabamos y volabamos a buscar mercadufa jque inflaci6n, por Dios! (i.a). ... y lo primero separo para Ia mercoderfa del mes y des put's veo si me queda algo ... (i.b).
pandorga: 'barrilete' -Los chicos antes se desesperaban porIa pandnrf?a ... ahora por ICl~ patines ... son modas (i.a). ... desalmado con Ia criatura ... l"D va a tener ni para cnmpr3rle una pandor~uita? Si un peso cuesta (i.b) .
prenderse: 'sostenerse, agarrarse, sujetarse'
fundiese: 'echar a perder, arruinarse' Se prende de Ia pollera de Ia senora y asf camina (i.a). Viste esta orqufdea? Trajimo de Brasil perote descuidas con el agua y se te funde (i.a).
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Yo tenia una casita en Ia isla pero con Ia creciente se me .fundi6 todo y' ya no quise hacer otra vez (i.b).
En el nordeste las acepciones defundir-se coinciden ademlis con las observadas en el litoral sur 'arruinar-se econ6micamente' 'estar o haber arruinado un motor' y en frase verbal 'estar agotado, muy cans ado'. hallarse, estar hallado: 'estar a gusto, sentirse bien' Yo en Posadas no es que este mal pero no me hal/o ... nunca ... extrafio demasiado a ini familia (i.a). Dejala (a Ia nena) un rato m:is, hoy parece que esra mas hal/ada (i.b).
lino: 'surco' El fino (de batata) esta m:is o menos a 30 ... segun to que pese ... pero sf m:1s o menos as£... (i.a) Aquf puse dos linos de mandioca y linda sali6 (i.b).
mercader{a: 'en general alimentos que se compran en supermercados o almacenes; suele incluir elementos de Jimpieza'. De uso en hablantes de mayor edad.
Se prendi6 porIa abuela y cayeron los dos fi.h).
quebranto, quebrantar-se: 'padecimiento. sufrimient0 !'1om!". 'pr~deccr' 'sufrir' moralmente que quebrantn esa DGI. Asesoran mal (i.a). Nos ve a nosotros asf y ya se quebrama (i.b).
rebosar: 'derramarse, rebalsar, volcarse' Esllis abf mirando y no hierve (Ia leche) y de repente te distrat's. rr>l,nsa y ensucia todo las homallas (i.a). ... si rebnsa (Ia pintura) le jode el pasto (i.b).
l'l'gazo, tener, estar alguien en el regazo: 'upa, alzado, en brazos, recnstado sobre el vientre y el est6mago, sobre las piemas' Aprendi6 tarde a caminar porque puro regazo y asi se mal 3cPsturnhrr1 (i.a). Mienttas visto a unn tt>ngo al otro en el regazo (i.h).
EL ESPANDL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
12R
remedar: 'imitar' No hagas eso porque despu~s te remeda y Ia retas (i.a). Si viera como le remeda at hermano (i.b).
siesta: 'mediodfa'; referenda especffica a! almuerzo
...,,,..
. 'T!L ESPANOL DEL NORDESTE
12'
plaguear: 'hablar muy quejosamente y de manera reiterativa' Son criaturas y te plaf(uean hasta que c0nsiguen lo que quieren.
Se observa mas extendido en el isolecto bajo que en el medi<' el mC1 de a/tor)' anchor: 'altura', 'ancho'
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Para Ia siesta casi que no cocino porque estoy sola pero para Ia noche ... eso sf ... ahf comemos came y eso (i.a).
Voy a calcular los materiales por el a/tor que me diga (~e refiere tura de un muro).
A Ia siesta como con mi patrona (i.b).
Aqu{ no dice el anchor del marco pero de setenta suele pedir.
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encordiera: 'zona de Ia ingle con ganglios inflamadC1s'
Son de uso generalizado en los isolectos medio y bajo y ocasionalmente en el alto, entre los hablantes de mayor edad.
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agall6n: 'ganglio inflamado' preferentemente en el cuello y ocasionalmen-
te en el sobaco o detras de las orejas
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y esa sarampi6n dijo en Ia salita ... y no s~ no me df en cuenta por lo que los aga/l6n as{ de grande y pense de que era del refrio eso.
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avio: 'provisi6n que se lleva para consumirse en ellugar de trabajo o estu-
dio'
De ayer se queja de Ia enconiiera y no puede caminar dice.
regoldar: 'eructar· Come y empieza a ref(oldar y ya echa todo ... vio. jque flaco'
retentar: 'atacar nuevamente una enfermedad' ... cada que cambia el tiempo le empieza a retellfar de los pulmones.
sufrir: 'soportar, tolerar, aguantar a una persona'
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Si llena tanto (el bolso) no entra para su avio.
fricar: 'friccionar, frotar' No lefrico mas con esa pomada que le mejor6 del catarro pero se brot6 todo su espalda.
liar: 'atar' As{ no ... Utile (se refiere a una tabla) por esa columna ... va a quedar.
lisiar, estar, quedar lisiado: 'enfermar, lesionar, estar, quedar enfermo, afectado de algun 6rgano' A ~I le supo operar el doctor X de Ia vesicula pero para mf, que no era ... ahora anda lisiado del ... no pude mear le voy a decir.
Yale sufrf ... mire de que nos juntamos que le .m(rf todn lo que me hnda a mi y le dej~.
volver: 'devolver, vomitar· Ya esta por demas jodido ... hasta el agua vuelve.
S6lo se registraron en hablantes de mayor edad del isolectC1 bajo. casticear: 'aparearse', 'andar en amores' preferentemente referid11 a animales Nova a sujetar (al perro) pronto por lo que andan queriendo castiCI'ar ... Ia perra de Ia vuelta anda escaldada.
EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SU~'\ VARTEDADES REGTONALES
130
merr::ar: 'comprar' Con esa mi hija me voy a mercar en el piso.
principiar: 'comenzar, empezar'
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... y me vine aquf con mi hija, Ia Rosa y as{ cuando principiaba lo trabajos en un campo nos fbamo en Ia casa de otro mi hijo que tie!le chacra y
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1
EL ESPANOL DEL NORDESTE
131
Muy extendida Ia expresi6n coli 'corto-a' en contextos como Qued6 coli 'corta-o', 'que no alcanza a cubrir sati~factoriamente Ia superficie'
En estas situaciones, usado en todos los isolectos .
katu: flucrua entre parti'cula intensificadora de Ia voz precedente y adverbio 'realmente', 'en verdad'. Isolecto bajo entre bilingiies subordinados.
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Se conoce ... ella katu hizo ... me hizo el daiio y miente ... ahora miente.
2. PR~STAMOS
DEL GUARANI
anga: "pobrecito-a', 'que pena'. Todos los isolectos.
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.,,,11ar. ''''
Yo ko supe comprar el remedio eso porque Ia hija no vino . Siempre sola Ia viejita, anga (i.a). Ella niko Ia que sabe bien.
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ko-nik6: en espafiol con valor adverbial 'ciertamente' o expresi6n explctiva. Jsolecto bajo, entre bilingiies subordinados.
Me ayuda pero anga lo que puede, sf (i.b).
angau: 'burl a', 'engaiio', 'con conocimiento de Ia falsedad acerca de Jo que se dice o hace'. Todos los isolectos.
kue: morfema que sufijado al sustantivo marca su existencia pasada. Todos los isolectos; en el medio y alto muy contextualizado por situaciones del dialogo.
... y nosotro le decimo al angari que se va a mejorar (i.a).
Pero no ... yo se ... es Ia mujer kue ... si ahora anda con otra ya (i.a).
Ella dice angau que es el padre pero conoce pronto que no (i.b).
Me fui en lode mi patr6n kue por lo que no tengo laburo (i.bl.
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cltaque: interjecci6n 'cui dado'. Todos los iso\ectos. ·"'"' :::::111
kate: adjetivo, 'elegante'. Todos los isolectos.
;Chaque! que se cae (i.a).
El sabado se pone kate jque facha! (i.a).
;Chaque! Mini si vas a pasar Ia calle (i.b).
... no me da para los chicos pero el que bien que anda kate con esos su compinche (i.b).
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clu: adjetivo posesivo atono, primera persona 'mi' Che Seiiora t,me podes ayudar para mi pasaje?
En isolecto bajo. Gramaticalizado en todos, che amigo, chamigo. -i: morfema diminutivo. 'Perro coif de cola corta-chica'.
manti: adverbio 'solamerite'. lsolecto bajo, entre bilingOes subordinados de mayor edad Mandioca manti compre por lo que otra cosa no anda comiendo.
pa: morfema de interrogaci6n pospuesto a Ia palabra sobre Ia que se interroga. Todos los isolectos. En medio y alto, muy contextualizado por Ia situaci6n del di!\logo.
EL ESPAfiOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
132
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Bueno ... si ya hablamos todo voy a pasar (i.b).
pa eso.
pik6: morfema de interrogaci6n que implica extrafieza. lsolecto bajo entre bilingties subordinados ..
Te viniste pik6 sola.
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Suficiente (en situaci6n de examen). Puede pasar (i.a).
pa lleg6.
Com~s
vaivai: adverbio 'mas o menos', 'no muy bien', 'regular'. Isolecto bajo y medio entre bilingties o monolingties en contacto ambiental con estos.
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Camina pero no es mucho lo que camina; mo (del hospital).
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vaf vaf anda
de que Ie saca-
peina: intetjecci6n que denota admiraci6n. Todos los isolectos.
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jPeina! que trabaj6 Iindo (i.a).
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jPeina! Lo que dibuj6 Ia bebe (i.b).
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EL ESPAfiOL DEL NORDESTE
lDENTIFICA06N LEXICA CON VOCES GUARANiES
pronto: modificador enfatico de verbos y sustantivos.
No importa pronto que ahora le vea a ella ... porque le conviene. ,, ....h
Esa caja pronto no pidi6 el arquitecto, muy chica y no va a aguantar. En Formosa y Posadas altera con Ia variante luego de igual valor. errarse: 'enojarse', 'ofenderse'.
No le va a encontrar a el aqu£ por lo que como hacen ... como el aiio pasado se err6 conmigo y no se ... d6nde que esta ahora.
prestar (algo) de (alguien): 'pedir prestado algoa alguien'.
Sf, yo preste de ella el canasta de Ia bicicleta pero devolvf a Ia madre. Pronto, erarse y prestar se registran en el isolecto bajo. Pasar es de uso general. Es frecuente que hablantes argentinos no pertenecientes a1 nordeste, consideren a Ia zona motivo del precedente analisis, diferenciada de las restantes regiones del pais. Esta expresi6n, tambien Ia comparten nativos del area, quienes a pesar de Ia dificultad para identificar rasgos diferenciadores reconocen -en oportunidades valorativamente- que existen diferencias bacia afuera -"los portefios hablan de otra manera", "a los cordobeses los identificas bien", "en Cuyo se habla bien"- y matizaciones intemas: "los formoseiios son aparaguayados", "aquf (en Posadas) como estamos mezclados parecemos mas paraguayos", "los correntinos se conocen porque mezclan, aquf (en Resistencia) hablamos de otra manera". Esta percepci6n lingtifstica esta avalada por el abordaje sincr6nico sistematico de algunos aspectos -seiialados precedentemente- de los que en sfntesis, se rescatan las siguientes observaciones: -en el area se destacan dos rasgos que Ia acercan a1 espafiol paraguayo: Ia interferencia guarani y Ia retenci6n de modalidades que por razones hist6ricas derivadas de una base lingtifstica comun, debieron tener vigencia en todo ellitoral; -existen en el area variables lingiiisticas -las mas destacadas I ! I e I y I que marcan diferencias intemas relacionadas con ~I avance de procesos de cambios; -en toda el area se esta produciendo el desplazarniertto de variantes resultantes de Ia interferencia guaianf y de modalidades conservadoras de variantes que tuvieron extensi6n general. Esta retracci6n se evidencia en el hecho de su pertenencia al isolecto bajo y ocasionalmente al medio. Ambas situaciones se generan respectivamente en el retroceso del guarani entre los nativos urbanos y el paulatino proceso de estandarizaci6n que a! concretarse sobre el modelo portefio, desplaza en su favor variantes tradicionales en el area;
EL ESPAl'IOL DEL NORDESTE 134
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EL ESPANOL DE lA ARGENTINA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
-Ia extension e intensidad de ciertas variantes, tradicionales en el espafiol regional y generales a todos los isolectos, parecen ubicar a las mismas en ellfmite del cambio. Si bien las predicciones en el comportamiento lingiifstico de los pueblos es absolutamente inconveniente, pareciera altamente probable que las tendencias observadas se afiancen porque los condicionantes hist6ricos en las se desarrollan sus hablantes, las apoyan.
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7. Para Ia diacronfa en el espafiol de Corrientes de las situacione~ sintacticas que exponen a continuaci6n, vease op. cit., nota 3.
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8. Las situaciones de interferencia que se proponen a continuaci6n fueron anticipadas por Ines Abadfa de Quant y Jose Miguel Irigoyen en "El espaiiol subestandard de Resistencia", en Primeras Jornadas Nacionales de Dialectoln)(ia, San Miguel de Tucuman. 1977, pags. 213-223 y desarrolladas en Inteiferencia guarani en fa morfosintaxis y lexica del espaiiol .mbestalltiard de Resistencia. Institu.to de Letras, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Nordeste, 1980. En el espaiiol del Paraguay analizadas por German de Granda, con igual o matizada interpretacicn en valiosos artfculos incluidos basicamente en £1 espana/ del Pararaguay. Temas, problemas y mitndos, Asuncion, 1979 y op. cit., nota 4, 1994.
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I. Para una sfntesis de Ia historia de las actuates provincias del nordeste vease Ernesto J. Maeder, "Cr6nica hist6rica del nordeste argentino" en Revista de £studios Regionales, CONICET, Afio I - N"l, 1976. En particular, Manuel Mantilla, Cr6nica hist6rica de Ia provincia de Corrientes, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1928; Emesto J. Maeder, Historia del Chaco y de sus pueblos, 1862-1930, Buenos Aires, El Ateneo, 1967; Julio Barreyro, Breve historia de Misiones, Cenil, Posadas, 1977; Armando de Vita y Lacerra, Contribuci6n para una historia grande de Fonnosa ' (segunda edici6n), Buenos Aires, Colombo, 1971.
Ademas, Ines Abadfa de Quant, np. cit., nota 4. ·9. Para retenciones Jexicas en el area guaranf y sus coincidencias en Argentina y Paraguay. vease lnes Abadia de Quant, "Arcafsmos !t!xicos y sintacticos en Ia lengua coloquial espontanea de los nativos de Resistencia (Argentina) en Cuadernos de [). teratura 3, Instituto de Letras. Universidad Nacional del Nordeste, 1984 y German de Granda, "Sobre arcafsmos Iexicos en el espaiiol de Paraguay", en E.
2. Marcos Morfngio, Ra{z y destino del guarani, Asuncion, 1989. 3. Para Ia diacronia del espafiol de Corrientes en los aspectos fonol6gicos presentados en esta oportunidad, vease Ines Abadfa de Quant, Observaciones sabre aspectos del espaiiol de Corrientes. Siglos XVI-XIX, Instituto de Letras, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Nordeste, 1993.
4. La interferencia guarani en Ia realizaci6n labiodental fue sefialada por Gennan de Granda en "Observaciones sobre Ia fonetica del espafiol en el Paraguay", en Anuario de Lerras, vol. XX, 1982, p. 156 y reconsiderada como causal de una modalidad hispanica en ~'EI contacto lingUfstico como factor de retenci6n gramatical", en El espailo/ de America, espana/ de Africa y hub/as criollas hisptinicas. Cambios, contactos y contextos, Godos. 1994, p. 256, en especial nota 6. Esta ultima posicion discutida por lnes Abadfa de Quant en "Guarani y espafiol. Dos lenguas en contacto con el nordeste argentino", en Signo & Seiia, 6, Instituto de LingUfstica, Facultad de Filosofia y Letras, Buenos Aires, 1996.
5. Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg, "EI rehilamiento bonaerense a fines del siglo
xvnr·. en TMsaurus XXVUI, 1973.
6. Pueden consultarse l~s Abadfa de Quant, "La situaci6n de 11-y en el habla coloquia! espontanea de los nativos de Resistencia" en Tesrimonios, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Nordeste, 1983 y "Procesos de cambio en elarea palatal de los nativos de Ia capital de Corrientes", en Anuario de lingiiistica hispana, IV, Valladolid, 1988.
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
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ANTECEDENTES HISTORICOS El noroeste argentino (NOA), integrado por las actuates provincias de Tucuman, Salta, Jujuy, Catamarca y Santiago del Estero representa Ia antigua Gobemaci6n del Tucuman que creara Francisco de Aguirre el 29 de agosto de 1564, por cedula real de Felipe II. A Ia llegada de Diego de Rojas en 1543, este territorio se denominaba "provincia de Tucuma o Tucuman", si bien los primeros cronistas desde el Peru to llamaron "pafs o reino de Tucma o de Tucuman" antes de Ia conquista espanola. En cambio, durante Ia epoca colonial, se difundi6 con el nombre de "el Tucuman", simplemente. El Tucuman dependi6 del Virreinato del Peru hasta Ia creaci6n del Rfo de Ia Plata en 1776, por lo que su zona tuvo una acentuada influencia quechua. La capital fue Santiago del Estero -a Ia que se denomin6 "madre de ciudades"- entre 1553 y 1782, fecha en que se da Ia hegemonfa a Ia intendencia de Salta por Ia Real Ordenanza de lntendentes. Por esos tiempos se sucedieron las fundaciones de las provincias del NOA y se produjeron varios camhios pollticos que alteraron Ia configuraci6n que tenfa el Tucuman a Ia llegada de lo~ e~paiioles.
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARTEDADES REGIONALES
Los indigenas Las tierras tucumanas estaban ocupadas por diversas tribus que, segun datos de los cronistas, habrfan pertenecido a los diaguitas, tonocotes o tonocotes, calchaqufes y lules o juries. Pero poco a poco esta poblaci6n indfgena fue quedando en segundo plano, ante Ia magnitud de los indios quechuas provenientes del Cuzco, acerca de cuya influencia en estos dominios se ha discutido mucho. De todos modos, IQ interesante es que su lengua se expandio por toda Ia region y Ia usaron los mismos misioneros en sus predicas. Se Ia considero "lengua general" en todo el virreinato del Peru, y por medio de ella se entendieron entre unos y otros los distintos elementos etnicos que ocupaban el territorio del Tucuman basta 1770, en que -segU.n ordenanza de Carlos III- se prohibio el uso del quechua como principal medio de comunicacion. De acuerdo a los datos con que contamos, parece que solo a partir del siglo XIX comenzo a utilizarse Ia lengua espanola entre todos los hablantes del noroeste argentino: espafloles, negros y nativos. Sin embargo, todavfa hoy quedan reductos donde continua habhindose quichua en el ambito familiar, seglin podemos apreciarlo en las pequeflas poblaciones de Santiago del Estero, Loreto y Salavina, mientras en el resto del territorio que soportara Ia influencia quichua, se aprecia su pervivencia casi.exclusivamente en ellexico, con una mayor cantidad de voces de ese origen que en el resto del pafs.
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EL ESPANOL EN EL NOROESTE
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Caracterizaci6n del espafiol en Ia zona Resulta diffcil tratar de definir conjuntamente las caracterfsticas lingtifsticas de una region, ya que las propiedades contextuales de cada provincia pucden dar Iugar a diferencias mas o menos marcadas. 3 Por otra parte es obvio el surgimiento de peculiaridades de uso en un mismo Iugar, si tenemos en cuenta que los hablantes no se expresan nunca de Ia misma manera, pese a pertenecer a Ia misma sociedad; y que aun las fonnas con cierto arraigo en una comunidad son aceptadas o no por los diferentes grupos socioculturales que Ia componen. Asf es como en el NOA, porIa intervenci6n de variados factores: nivel sociocultural de los hablantes, sus actividades, el sexo, si el ambiente es urbano o rural y las circunstancias diversas en que se produce el acto de habla, han surgido en cada Iugar dialectalismos mas o menos perceptibles que hacen diferente a una comarca de otra . De cualquier manera, no obstante las divergencias, podemos decir que, en su conjunto, el espafiol del noroeste argentino ofrece grandes semejanzas entre las caracterfsticas de unas y otras provincias que componen Ia region, no obstante Ia abundancia de peculiaridades que se ohservan snhre todo en cuanto allexico.
Particularidades lingiifsticas
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LA SITUACI6N LINGOlSTICA 1 ltl~''l
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Luego de las numerosas transformaciones polftico-sociales que determinaron su divisi6n territorial, las provincias del noroeste lograron estabilizar activas relaciones agrfcolas, ganaderas, industriales, comerciales y culturales. Y si bien cada una ha logrado desarrollar su propia idiosincrasia, mantienen hoy estrechos lazos en cuanto a su tradici6n comun, inclusive en cuanto a Ia lengua. Del conjunto de provincias relacionadas, Ia de Tucuman, no obstante haber reducido grandemente su territorio, exhibe con orgullo varios hechos histori cos importantes, en especial el galard6n de haber albergado a los pr6ceres que en 1816 declararon Ia independencia argentina, yes -en todos los 6rdenes- Ia de mayor movimiento en el noroeste, con muchos hombres que forjaron el destino del pafs y con universidades donde se han graduado miles de profesionales.
En esta oportunidad nos preocuparemos s6lo de las particularidades mas relevantes en su conjunto, si bien advertiremos acerca de los rasgos de diferenciaci6n entre una provincia y otra, segU.n como lo indiquen las formas foneticas, morfosintacticas y lexicas, comunes o similares, que aparecen en el habla de las provincias norteflas, en los distintos niveles socioculturales establecidos. 4 Probablemente, las situaciones en que puede percibirse Ia mayor espontaneidad dellenguaje son las que se inscriben en el dililogo. El afan de comunicarse lleva a los hablantes a valerse de un gran numero de recursos coloquiaJes que dan Iugar a realizaciones en las que, no obstante Ia espontaneidad de Ia expresi6n, provocara tambit!n manifestaciones lingflfsticas distintas de un Iugar a otro. 5 Por consiguiente, no podemos referimos -en Ia actualidad- a algunas de sus modalidades como si se trataran de formas comunes a toda una regi6n, pe{e a compartir un mismo pasado. Para dar Ia oportunidad de tomar conocitniento de los rasgos mas evidentes, ofreceremos a continuaci6n una muestra del habla de nivel sociocultural bajo de Ia regi6n. a travcs de relatos rec0gidos en varias provincias.
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARTEDADES REGIONALES
Muestrario del habla del NOA
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Con el prop6sito de comparar las peculiaridades lingufsticas desarrolladas en el medio, ofrecemos a continuaci6n varios fragmentos de dhilogos, extractados de entrevistas realizadas por investigadores oriundos de distintas provincias, a hablantes de nivel sociocultural bajo de su zona. El primero, en el que observamos Ia interacci6n entre un encuestador y un informante, en el sur de ~a provincia de Tucum!'in (Y!'inimas); pertenece a "Brujas 1", transcripto originariamente en Elena M. Rojas (coord.), Acerca de los relatos orates en Tucuman, UNT, 1987, p. 109. El segundo es un relato recogido por Flora Guzm!'in en Jujuy, resultado de las instrucciones dadas por un poblador sobre c6mo corpachar, 'alimentar a Ia tierra', en Entre el cielo y Ia Pachnmama, UNJUY, 1996, p. 25. El tercero se extract6 de una investigaci6n de Marfa Ynes Raiden de Nunez (1985), publicada en Relatos folkl6ricos de Belen, Catamarca, Guadalupe, Buenos Aires, p. 59. El cuarto, corresponde a Santiago del Estero, y fue recogido por Raquel Correa de Fa lei one, para el trabajo de investigaci6n del curso 044 del Ministerio de Educaci6n de Ia Naci6n. Texto I (Y !'inimas, al sud de Ia Provincia de Tucuman): 1
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Encuestadora: -(,Era una bruja ella? lnformante (hombre de 75 aiios): -Claro. Eso son brujah, eso se llama bruja, i. ve? Hace el mal a cualquiera y h:l.cele el bien. Es aquella persona que sea una persona. una chica. que le ofrece un var6n; va Ie toea a ella y le dice, ehtee.. : Yo le pido eso y eso con fulano de tal. Anda nom:is que ya va ehta. Cum, cumban pam hacer el mal y pam hacer el bien . E.: -i,Y usted conoce que ella le haya hecho el mal a alguien? 1.: -Y claro ... el mihmo hijo del hombre este (Amado Mercado). E:-i,Al hijo de ella? I.:-AI hijo d~l, porque ~I tenfa un hijo var6n aparte. Ehtaba en el servicio, cuando ha vuelto del servicio le ha hecho mal. E.: -i,Qu~ le ha hecho? I: -Le ha hecho, to dejao sentao sin poder caminA, ciego. E: -£,Ya habfa muerto el padre? 1.: -No, no, no, era ella. Ese muchacho ha vuelto del del servicio; ~s te era criado de ella. E.: -(,No era hijo de ella? 1.: -No, era hijo del hombre. El era rubio, buen mozo, y ella em una
EL ESPANOL EN EL NOROESTE
negra ... Y bueno, entonces estee... Manuel se llamaba el muchacho ... Entonces, cuando ella, ella le ha dicho que cure at muchacho, y Io sane y que reci~n le va a dar libertad y to sane y que recicn le va a dar libertad. Y ella ha tenfo Ia magica negra y Ia magica blanca: toda clase de magica, <,no? Para hacer bien y para hacer mal... y bueno. cuando el Ia agarrao y Ia quemao, todo eso t,no ha mnerto ella ..
Texto II (Quebrada de Humahuaca): I. -Hay que cocinar, una comidita bien linda ... que no tenga sal. La sal nose entierra nunca, nada, nada. Hay que entemi' Ia comida, cavando un ahujero bien hondo, bien honditoo, pa'que nolo saquen los perros. Se Ie echa una cucharada cada uno; todos los d'esperiencia tienen que star... Y alcohor. cigarrillos, coca ... y vi no y chichita. si tienf. Y decirle: "Pachamama. Santa Tierra. no me agarris".
Despues se reza un Padrenuestro y un avemarla. As! Ia Tierra ayuda a tooodos ... a los que tienen ganado. Pero par'eso hay qulr pa'Ilao del cerro, donde uno ha andao y se ha cansao, echar pa 1 cerro alcohor y alguna florcita de por ahi y hay que decirle a Ia Pachamama: "Santa Tierra, Pachamama, que nose despeiien mi.~ vaquitas".
Texto III (Villavil): Dizque una vez andaba buscando un hombre un seiior que tenia muchos chanchos. buscando una persona que se encuentre capaz de cuidarle lo~ chanchos. Y que va y justo to encuentm a Pedro Odriman. Y le dice: -i,C6mo te llamas vos? -Io, Pedro Odriman. Y que le dice: -;,Vos sos capaz de ... de cuidarme los chanchos? Y dice: -jC6mono! Bueno. Va y le entrega los chanchos. Y le dice: -No ten~s que dejarlos entrar. A un Iugar que habfa mucho barro. Y le dentmban los chanchos y se hundfan ahf no mas. Quedaban enterrau. Bueno. Y se vaa. 'Bia estau dos dfas que le 'bia cuidau los chancho.<. Ia se va pam el campo un forastero. Dice que le dice: -jEh! -le dice-. i.No quer~s que te venda los chanchosry -Sf -le dice-. -Pero sin Ia cola.
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144
EL ESPANOL DE lA ARGENTINA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
Que eran cien chanchos. -Io te vendo noventa y nueve y dejame uno para comer io. Bueno. Li ha comprau todos, 1i ha vendfu. Pero les habfa cortau Ia cola.
Texto IV (Barrio 7 de Abril, en las mMgenes del Rio Dulce): u r" '''"' ·~
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E: -Ha escuchado algo sobre Ia alma mula? 1.:-Sf. E.: -(.Que le contaban a usted? 1.: -De lo que es todas esas cositas. Y hasta he sentido gritar tambien. E.: -(.Por d6nde? 1.: -Por el bordo. E.: -(,Que hace? I : -Grita como shiro, como mujer ahugada. E.: -(.Aiguna vez se le ha aparecido algo? 1.: -Muchas veces. E.: -(.Que se le ha aparecido, senora? 1.: -Antes, cuando era monte, aparecfa un perro negro. E.:-(. Que era ese perro negro'? I.: -(,Que seni. que habra sfo, nose. Antes, cualquier cosa te asustaba por ahf. ahora todo est:i en medio de las casas, todo, antes habfa una casa cada dos, cada tres cuadras, ahora es una ciuda toda alumbrada, no era como antes que se andaba en Ia oscurida, aunque io vivfa en Ia punta de esa cuadra no habfa mas que esa casa y el almacen. Era allli. por aca corrfa una acequia, que habfa un puente. E: -(.Que acequia? I.: -Mini, Ia acequia de Renteria, que ni conoces vos, ni habfas nacido cuando te estoy contando iio.
AI tener en cuenta el aspecto fonetico, observamos algunos rasgos comunes en Ia pronunciaci6n marcada en los distintos textos. Sobresalen los casos de cafda de Ia dental intervocalica: dejao, sentao, cansao, tenfo, sfo, en los que a veces aparece tam bien el cierre deJa vocal final: entem1u. Tambien advertimos Ia caida de Ia consonante velar sonora: ahujero, y un caso de epentesis con velar: nuigica, por 'magi a'. En posici6n final es general Ia cafda de Ia dental: ciuda, oscurida y de Ia vibrante: camino, enterra, o altemancia con lateral: alcohor.
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Las vocales tienden a cerrarse en posici6n final: tieni, li, en hiato: ahugao y se produce slncopa en Ia forma voy, que se une a Ia preposici6n a, en via 'es.· tar, via 'cuidar, bfa 'stau y Ia palatal sonora muestra casos de iefsmo en io y ia. La unica variaci6n que no se observa en el texto de Santiago del Estero y, en carrtbio, es repetida en el de Tucuman, es Ia aspiraci6n de Ia sibilante: brujnh, ehta, mihmo, etc. Asimismo, en relaci6n al voseo, que parece generalizado en todos los relatos, advertimos el uso de Ia forma verbal tuteante en conoces vos en el texto santiagueiio, mientras Ia forma imperativa que aparece es vo~eante: mira. Entre los elementos morfol6gicos destacables se encuentran los diminutivos: comidita, casitas, chichita, hondito, etc. y las formas verbales del voseo que ofre~n variantes para Ia segunda persona singular del presente de indicativa: aga. rris, llamas, sos. En cuanto a Ia construcci6n gramatical, se advierte en general Ia insegutidad del hablante de nivel sociocultural bajo, tanto de ciudad ode campo, en t"' tnanejo de Ia lengua; situaci6n que da Iugar a! surgimiento de varias peculiaridades, muchas de las cuales se consideran de orden afectivo. En el Relato II, el dizque introduce Ia narraci6n, dentro de lo que podrfa in, terpretarse como un discurso indirecto, ya que hay alguien que ~ubordina Ia acci6n mediante un verbo de lengua y conjunci6n, reunidos en esa forma antigua. Son reiteradas las faltas de coordinaci6n, como en "Eso son brujas", "Eso se II aman bruja", ";,Que Je contaban a usted? -De lo que es todas esas cositas". Coino ultima observaci6n, seiialamos como caracterfstica general, los quichuismos que se encuentran en todos los textos: coca, chicha, shiro, Pachamama. etcetera.
CARAC1E,RfSTICAS FONETICAS GENERALES De acuerdo a Ia muestra que ofrecemos, por Ia que podemos apreciar va-
'tias coincidencias en el habla de toda Ia regi6n, si escuchamos hablar a varios norteiios del mismo nivel sociocultural, procedentes de distintas provincias, · seguramente advertiremos que su pronunciaci6n tiene varios rasgos que II evan a evliluar el NOA como un area homogenea que muchos estudiosos Ia atribuYen a Ia influencia del quichua. · ·. Sin embargo debemos reconocer, tambien, que hay un cierto numero de msgos diferenciadores entre el habla de una provincia y de otra dentro de los ··1rmites del neroeste, como es, por ejemplo, el caso de Ia -s de Tucuman, Sal'ta,Jujuy o Catamarca, respecto de Ia de Santia~o del Estero; en especial en el . ~ del fonema /s/.
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Otro de los aspectos que suelen actuar como carta de presentaci6n acerca de que Iugar proviene el hablante, es el de la entonaci6n de su discurso. Y pese a que en toda Ia regi6n se perciben diferencias de provincia a provincia en Ia cadencia y Ia velocidad de Ia voz, sin duda la Hamada tonada norteiia, en ge- neral, se distancia de las entonaciones de otras regiones del pais, principalmente de la portefia. Se cree que esta modalidad proviene de las lenguas indfgenas del noroeste, si bien no conviene asegurar con precision que sea del qui chua, cuando exisdan otras tribus que tambien podrlan haber intluido. Lo real es que el habla de toda esta zona tiene un "cantito" similar, acompafiado del alargamiento de las vocales t6nicas. Esta caracterlstica se acentua mas cuando menor es el nivel sociocultural del hablante, pero lamentablemente aun no ha podido estudiarse con detenimiento. En cuanto at sistema fonetico-fonol6gico, que ayuda igualmente a caracterizar regionalmente el habla, debemos hacer algunas observaciones acerca de la pronunciaci6n de las vocales. - Se tiende a interpretar como debida a Ia intluencia del quechua la cerraz6n de las vocales e y o atonas, en diferentes situaciones, si bien este fen6meno se produce igualmente en las t6nicas. Sabemos que la lengua quechua (o quichua) consta de un sistema vocalico de tres elementos: a, e, o, con los alofonos j, u, una de cuyas vocales pueden observarse en Ia palabra qui chua, que en el noroeste argentino ha aceptado esta posibilidad2 • En el habla del nivel sociocultural bajo de toda la regi6n encontramos el cierre de-e> -i, en: cochi, nochi, asi como en varios terminos de origen quichua: trochi mochi, suchi, y otros del espaiiol en posicion intermedia: podimos, querimos, sabimos, pasiar. lerdiar. meniar. El fonema e llega a cerrarse basta en el caso de la preposici6n: de>i, en: ojo'i vaca, pata'i cabra, cola'i chancho, as{ como en el auxiliar he>i, en el preterito perfecto: yo l'i dicho. En cuanto a o>u: durmimos, cumimos. La o se hace tambien 11, en concurrencia con Ia vocal a, luego de la cafda de la dental -d-: cantau, salvau. En cambio, en posici6n final es notable solo entre los collas de Ia Puna y en otras poblaciones pequefias de cualquiera de las provincias del noroeste: po-
cu, ladu. La t~ndencia general de cerrar e y o, especialmente cuando se encuentran en contacto con otra vocal, lleva a Ia formaci6n de diptongos ascendentes: Pantalion, tiatro, pasiar, cortajiar, cuete, pr1eta, herue, almuada. Sin embargo, si recurrimos a dialogos entre hablantes de nivel sociocultural medio como el que ofrecemos en este texto, encontraremos rasgos aproximadamente similares a los que apreciamos con anterioridad, excepto en el cierre_ de las vocales -e y-o.
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Otras formas de cerraz6n propias del habla popular de las ciudades de Ia region del noroeste, que estan presentes tambien en Ia zona rural, son: enojau. parau, sonau, molestau, ahurita. Asimismo se atribuye al quichua Ia palatoalveolarizaci6n de Ia s santiagueiia, que se produce especialmente en posicion media o inicial, en el interior de Ia provincia: Shara, JeshU, Shoilo3. A pesar de los estudios realizados sobre .Ia influencia del quechua en Ia region, quedan algunos aspectos pendientes sin poder determinar esta ascendencia lingi.iistica. Uno de ellos es el de Ia acentuaci6n, en relaci6n a Ia cual observamos que Ia altemancia de Ia intensidad silabica es general en todas las provincias del noroeste entre: ojala/ojalti; intervalo!intervalo; cuenteme/6lcuentemefo; mofestfa/ molestia; si bien en el nivel popular se dan con preferencia las primeras formas, yen los.niveles socioculturales altos se las pronuncia seglln Ia norma academica. Los casos de este tipo que. no responden a Ia norma se registran en el habla de gente de muy bajo nivel sociocultural. Entre los rasgos foneticos, podemos observar Ia profunda aspiraci6n de Ia sibilante a final de sflaba, para cuya representaci6n nos valemos de Ia h, asf como del cero fonetico que se supone en formas gramaticalmente plurales. Por ej.: "Io0 chico0", "la0 ave0" . En cuanto a las consonantes, debemos advertir acerca de una modalidad generalizada en el noroeste: Ia del rehilamiento de Ia vibrante multiple. La pronunciaci6n del fonema representado por el grafema -rr- es profundamente asibilada en toda Ia poblaci6n del noroeste, sin que en ello tenga incidencia alguna el nivel sociocultural de sus hablantes: carro [!Ia o], rop4 [ 6pa]. En cambio, con referenda a las graffas ll y y, debemos advertir que en Salta, Jujuy, Catamarca y Thcuman, su pronunciaci6n como ielsmo o yefsmo ofrece varias posibilidades: a) como semiconsonante [j]. Por ejemplo, jama, razar, cojujo, ajer, entre personas de nivel cultural bajo, mayores de 45 afios, y entre gente del interior de las provincias, donde suele ser general en todas las edades; b) a veces en este nivel altema con [z]; c) [z] es Ia pronunciaci6n correspondiente al habla de nivel sociocultural medio y alto. En Santiago del Estero suele hacerse diferenciaci6n entre Ia pronunciaci6n correspondientes a las graffas dey y de Ia ll. La dell, como rehilada: [z], para [zamar], [kaze], y Ia dey como Ia castellana: [j]: [!ajar], y [ojito]. La sibilante es uno de los fonemas que ofrece mayor numero de variaciones. En el norte de Jujuy y en parte de Ia provincia de Salta, se presenta una s Apico-dental algo tensa, cercana a Ia santiagueila, en posici6n final de sflaba. S~ ptonunciaci6n es silbante en general. Se Ia relaciona con Ia que se produce en otras zonas en que pervive el quechua. En cambio en Tucuman, Catamarca
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y en el resto del pais, es notable la aspiraci6n de -s en posicion final de sflaba, la que se acentua hasta He gar muchas veces a desaparecer en boca de la gente de menor cultura. En algunas ocasiones, se produce una asimilaci6n cuando s- precede a las fricativas sonoras -b- y -g-. El contacto de estas consonantes da como resultado el fonema labiodental If/: [!efalar], en el primer caso. o el velar /xl: Hajunar], en el segundo. En la regi6n del noroeste que estamos considerando. este fen6meno es tan comun; que muchas veces el hablante no reconoce los fonemas originarios y pronuncia normalmente /xl cuando se refiere al vocablo nesga > neja. En nivel sociocultural bajo se oye normalmente rajuiiar. 'rasgufiar'
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'resbalar'. y refalnr. Otro tipo de pronunciaci6n generalizada en el habla coloquial del nivel sociocultural bajo es lade la velar sonora ante los diptongos en hue-: giielto, giievo. Como en otras partes del pals, los grupos consonanticos en que interviene algunas veces la oclusiva en posici6n explosiva, se asimilan y dan como resultado la consonante explosiva, o se produce la sustituci6n por otra consonante oclusiva. Por ejemplo: pa 'to>pacto; su'terraneo> subterraneo; alu 'no>alumno, 6bnibo> omnibus. los usos muy frecuentes en toda la region se relaciona con algunas voUno de . cales y la consonante -s-. Se trata de la perdida de la vocal (e, i, a) cuando' precede ala fricativa /sl +las oclusivas /t/ o /pi : Sta bien, sta bien. Este fen6meno puede alcanzar hasta la sflaba, que se asimila. Por ej.: Perate, pera rm poquito, que se produce de esta manera por relajamiento en la pronunciaci6n de la sibilante.
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ALGUNAS PARTICULARIDADES MORFOSINTACTICAS Es importante conocer cuales son las formas que ponen de relieve ciertas peculiaridades lingtHsticas del noroeste argentino, si bien no en todos los casos son exclusivas de esta region. Probablemente la vida provinciana. mas tranquila y familiar que la de la Capital Federal, incide en el habla, que en muchas oportunidades se tine deafectividad y de formas conservadoras. La posibilidad de todo ser humano de identificarse con el emisor o el receptor, neva a que la subjetividad propia del lenguaje se manifieste en gran proporci6n en la situaci6n dial6gica, a traves de los pronombres personales, por lo cual comenzaremos con su tratamiento. Conocemos, como hispanoamericanos, la complejidad lingUfstica existente en todo el continente, en cuanto al uso de los pronombres personates de se-
gunda persona. Y sabemos tambien que los rasgos no se presentan de Ia misma manera en toda Ia extension del continente, sino que ofrecen varias posibilidades de realizacion, si bien en el habla argentina el voseo representa una de sus modalidades caracterizadoras, como puede observarse en Ia interaccion comunicativa de Ia mayorfa de los hablantes. Sin duda en este pafs se encuentran registradas practicamente todas las variantes posibles, de las cuales Ia region ~el noroeste es un verdadero muestrario. En primer Iugar conviene advertir que, aunque Ia modalidad del voseo avanza cada vez mas en el trato no solo fntimo, sino en el que supone mayor distancia entre los interlocutores, como por ejemplo en el de dependientes de comercio a sus clientes, o de los jovenes hacia los mayores, no ha alcanzado en el noroeste el grado de difusi6n que tiene en Buenos Aires. Aun es posible apreciar cierta actitud reticente de muchos hablantes respecto del trato espontaneo con el pronombre vos, por lo que usted ocupa un Iugar importante en el tratamiento que excede el cfrculo de parientes cercanos o de amigos. Pero su uso no solo tiene que ver con el pronombre de segunda persona en sf mismo. Se observan, igualmente, algunas peculiaridades respecto del verbo que acompaiia al pronombre vos . En el noroeste se conocen tres posibilidades en cuanto a los verbos de segunda conjugacion, cuyo uso depende del nivel sociocultural del hablante y de su actitud lingufstica al respecto. El voseo puede ser pronominal-verbal, s6lo pronominal o s61o verbal, con diferencias varias aun dentro de una misma regi6n. Nos referimos al voseo pronominal-verbal, cuando el pronombre vos va acompaiiado de una forma verbal generalmente monoptongada: -as, -es, o -is, derivada de una de las diptongadas -ais, -eis. Estas aun se usan no s6lo con el pronombre de segunda persona plural vosotros en Espafia, sino tambien en algunas partes del territorio americano, en todas las formas de indicativo y subjuntivo. Justamente es Ia construcci6n de mayor difusi6n en Ia Argentina. En el noroeste, por ejemplo, puede observarse en el habla de gente de nivel sociocultural bajo Ia monoptongaci6n en -(s en vez de -es, en los verbos de Ia segunda conjugaci6n, tal como-se da en Chile, sur de Colombia y Ecuador: vos tenis/tenes, vos sabfslsabes, vos corrislcorres. Pero tambien se presenta Ia terminaci6n -is para verbos de Ia primera conjugaci6n, en las formas de Ia segunda persona singular del presente del subjuntivo, en Ia modalidad rustica de Santiago del Estero, Catamarca y Salta. Por ej.: Vos corris fuerte, Espero que te portis bien. Asimismo encontramos en otras partes, formas de Ia segunda persona del plural sin monoptongaci6n. como en el caso que plantean Ana Marfa Postigo \_
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Tambien es frecuente, en el caso de Ia primera persona plural, el empleo de Ia forma refleja de tercera persona se, como nos, que unicamente se manifiesta entie gente de muy escasa cultura: "Se midamos Ia ropa,l,queres?", "i,Se vayamos?", "Se callemos ode no nos van a retar". Algunos estudiosos opinan que este uso se debe tambien a Ia influencia quichua. Pero el fen6meno no se percibe s6Io en el norte, sino tambien -aunque con menor intensidad- en otras zonas del pais, como por ejemplo en Ia provincia de Buenos Aires, por lo que tambien se cree que se deberfa a una influencia de Ia inmigraci6n italiana. La afectividad del habla determina asimismo que se empleen con abundancia los pronombres atonos personales, con los que se tiene Ia sensaci6n de que las cosas pertenecen mas definidamente al hablante. Es el caso delllamado dativo enfatico 0 dativo etico: "j,Que me le han pegado a el?", "i,C6mo me le va?", "jMe lo han castigado!". Otra construcci6n frecuente del pronombre atono intensivo es Ia de preceder al verbo hacer, en enunciados que indican sensaciones de temperatura: "jQue frfo me hace"; "i,Te hace calor?". Mediante este tipo de construcci6n se subjetiva Ia oraci6n impersonal, indicando que el calor o el frfo, que pueden sentir tambien otras personas, esta presente de modo especial en mi. En cuanto a los pronombres enclfticos de verbos en imperativo plural, vemos que se produce la adici6n de una -n debida, seguramente, al sentimiento popular de ultracorrecci6n, al interpretar como necesaria esa terminaci6n, sin advertir que se trata de una forma pronominal enclftica. Cuando el pronombre es uno solo, se observan dos posibilidades: corral6n y corran16n; y tres, cuando los pronombres son dos: cuidemel6n, cuidenmel6n y cuidenmenl6n. Respecto de los pronombres enfaticos, se destaca el uso de que, que aparece en construcciones como que con, qui de, y que + formas no personales del verbo. As! tenemos qui con como construcci6n elfptica de que cosa con, que se emplea a modo de comentario sobre cierto proceder de personas o acontecer de las cosas: ";Que con este chico! ;Tiene cada ocurrencia!"; "jQue con este tiempo! Un rato hace calor y al otro frfo. Igualmente llama la atenci6n el uso de que qe, otra forma elfptica, esta vez de que cantidad de, que se percibe con el valor de 'cuanto': "jQui de cosas estan pasando este aiio!", "jQui de vueltas da para acostarse!" Entre las construcciones en que participa que precediendo a formas no personales del verbo, tenemos las de pronombre enfatico + infinitivo, que pueden utilizarse para expresar molestia o enfado por algo: "jQue tanto protestar!", "jQue embromar!"
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La construcci6n que + gerundio toma el valor de 'por que' o 'para que'. Pero si observamos el enunciado segun su estructura, opinaremos seguramente que su ordenamiento sintactico deberfa ser el del gerundio seguido por el pronombre enfatico. Sin embargo, lo que decide la forma parece ser Ia fuerza psiquica del hablante que, en su afan de averiguar lo que Ie interesa, hace que se destaque Ia forma pronominal en primer Iugar: "jQue diciendo ha venido tan temprano!", "jQue hacienda te has dejado convencer!" En relaci6n al nombre, es interesante observar Ia composici6n de algunos top6nimos, integrados por un vocablo espafiol y otro quechua. Encontramos diversos ejemplos en Santiago del Estero: Chaupi Pozo ('pozo casi vacio'), Toro Yacu ('aguada del toro'), Ataj Pozo ('pozo del zorro'). En 'J\lcuman, entre otros: Cabra Horco ('cerro de las cabras'), Huascho Corral ('corral solo o pobre'), Sauce Yaco ('aguada de los sauces'). En Catamarca: Rumi Mont6n ('mont6n de piedras'), Huasicienaga ('cienaga de Ia base'), Potropiana ('bebedero de los potros'). lgualmente ocurre en las otras provincias del NOA. En los nombres comunes se produjeron muchas hibridaciones, como algunas que encontramos en ellexico de Ia alimentaci6n: sandia quella, tuna colorada; cabeza guatiada. Una de las formas quechuas mas usadas en todo el noroeste es sacha ('pseudo, silvestre, casi'), frecuente generador de compuestos ~n esta regi6n: sacha medico, sacha maestro, sacha doctor. Referente a! sustantivo es muy importante destacar que en el habla coloquia! se utiliza el diminutivo con profusion. Predomina abiertamente el sufijo -ito. -ta. Es otra manifestaci6n de Ia afectividad del habla. Por ejemplo, ademas de lo que puede observarse en los textos regionales, registramos una modalidad usual en el interior de las provincias del norte, en un rehito de Catamarca (Raiden: La Pachamama III): "Y por ahf ese ... ese que mataba el hombre tenfa criita, tenia chiquitus, tequecitos, vicuiiitus chiquitus y a esos los de. jaba guaschitus". · ~ cuanto al articulo, digamos que su forma la se usa en Jujuy, Salta y Thcuman en todos los niveles socioculturales, con los nombres de pila. Por ej., Ia Pqula, Ia Pocha, Ia Micaela. La gente de nivel sociocultural alto lo evita, por lo menos, en el habla cuidada. Una construcci6n interesante es Ia que tiene que ver con el nombre de las calles en todo el noroeste. Nos referimos a Ia moda!idad de poner el nombre de la calle seguido al articulo femenino, con el sustantlvo "calle" omitido: "Vive en Ia [] Rivadavia. A lo largo de Ia [] Cris6stolllQ, estan haciendo un mont6n de edificios". · En cambio, los nombres de pila masculinos se utilizan precedidos del artfo exclusivamente en el nivel sociocultural bajo: el Ruben, el Damian. Mientras que antepuesto a apodos, se lo acepta en todos los niveles: el Ne~o. ·a;~
Pocho.
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I.
EL ESPANOL EN EL NOROESTE
En relaci6n al verbo, es digno mencionar el predominio del uso del preterito perfecto compuesto en vez del preterito perfecto simple en toda esta zona. Probablemente se debe a Ia mayor afectividad del habla de Ia regi6n, favorecida con el empleo del preterito perfecto, que "significa acci6n pasada y per- fecta, que guarda relaci6n con el momento presente" (Gili Gaya, 1955: 141). Entre Ia gente de los niveles socioculturales medio y bajo, cuando se pregunta sobre algo que acaba de ocurrir, o sobre alguna acci6n pasada, suele decirse aJ interlocutor: (.Como te ha ido?, (.Tehan tratado bien? Por el contrario, casi nunca se oye: "i,C6mo amaneciste?", "i,C6mo te fue?", que se usa preferentemente en el nordeste y sur del pafs. Esta diferencia en Ia preferencia temporal de Ia gente de Ia regi6n noroeste, respecto de Ia de Buenos Aires, se nota tam bien en el uso de Ia forma ;.viste?, entre los del sur y (.has visto?, entre los provincianos del noroeste. Por ejemplo, un porteiio dice: " -Todo subi6 por las nubes de Ia noche a Ia manana, lViste?". Ante lo que un salteiio o catamarquefio responde: "-iHas visto? Por eso yo te decfa que salieramos de compras Ia semana pasada''. Su empleo es mas frecuente entre gente de los niveles medio y bajo, aunque no esta ausente en eJ dialogo de individuos de nivel alto y medio, aun en situaciones de uso cuidado de Ia lengua. Una forma interesante de considerar en el habla de nivel mas bajo, aunque tambien se registra en el medio, es Ia del imperativo de segunda persona singular del verbo ir: "/a Ia esquina y comprame azucar". Igualmente debemos tener en cuenta Ia perffrasis formada por el verbo ir + gernndio, en especial cuando se emplea Ia segunda persona singular: "i yendo que ya voy yo"; "/me contando c6mo viene Ia cosa". Asimismo es comun en todos los niveles otra construcci6n con valor exhortativo que lleva el verbo ir en modo indicativo como auxiliar. Esta va sin clftico cuando se dirige a Ia primera persona plural, y con clftico o sin el, en el caso de Ia segunda persona singular o plural + gerundio o infinitivo, formando una perifrasis: "Vamos yendo hasta que ella este Iista". "Me va a hacer Ia atenci6n de dejar todo como esta". Una aserci6n negativa expresada mediante una perffrasis, es Ia compuesta por el verbo ir, que usan los campesinos norteiios, especialmente en Thcuman para expresar ignorancia o desconocimiento sobre un hecho determinado. cuando alguien les pregunta sobre algtln asunto que desconocen. Se trata de: "No le vua decir", o "No le vua saber decir". Tambien debemos observar Ia forma dizque, que se utiliza especialmente en los relatos, con el valor de dicen que. Se trata de una forma anticuada que se conserva en el habla popular, si bien se encuentra aun en el habla de ancianos de nivel sociocultural medio, en el ambiente rural.
Una forma anticuada, muy generalizada en el nivel sociocultural bajo
haiga, correspondiente at presente del subjuntivo, en tercera persona: "Aunq1 haiga mucha gente, vua tener que esperar".
Otra forma muy frecuente en el NOA es Ia locuci6n verbal que con fr cuencia se emplea en los niveles socioculturales medio y bajo para pregu1 tar por el dfa en que se estii viviendo: ";.que dfa somos hoy?, zque som• hoy?" Para Ia cual proponemos dos interpretaciones: 1) el habtan~e atribu~ al verbo ser el valor de 'estar', de acuerdo con lo cual se completaria Ia idt de Ia siguiente manera: "t,en que dfa estamos hoy?'', y 2) Ia de una transp• sici6n de un plural mayestatico psiquico al verbo de Ia oraci6n, mientras verdadero sujeto gramatical, que responde a Ia realidad, se mantiene en si
gular en que dia. Respecto de los verbos es tambien interesante destacar el reemplazo c verbo soler por saber: "Se ir temprano para que no haya mucha gente". Su u se da en el habla cotidiana de las distintas provincias y muy frecuentemente
Ia regi6n que hoy nos ocupa. En relaci6n a las partfculas. observemos el uso de Ia preposici6n de, c verbos que no Ia rigen. En principio. se trata de verbos transitivos de leng1 entendimiento y voluntad, si bien ha alcanzado, asimismo. a otros verbos. I te uso, !lamado dequeismo, esta generalizado en todos los niveles a lo largo • noroeste argentino. Como ejemplo de esta penetraci6n, observemos el te: proporcionado por Susana Martorell de Laconi (1981): "El fen6meno deqm moen Salta", Cuademo ND 2, I.S.I.D., Salta, 1991, p. 7: "Una docente de sefianza media en una reuni6n gremial: -Yo lo que quiero decir con estc de que se ha creado una comisi6n para evaluar esta situaci6n. Tambien de mos considerar de que habfa una declaraci6n publica sobre el particular". todos modos, ya se registran antecedentes en los documentos judiciales del'
cum:lll en el siglo XVII. La construcci6n contraria es Ia que incluye casos de queismo, que se 1 duce por ausencia de Ia preposici6n de, regida generalmente por sustantiv~ adjetivos, como por ejemplo: "Tuvieron Ia impresi6n [] que no querian reci los./ No estoy seguro [] que sea asf', aunque tambien puede tratarse de ve1 que rijan preposici6n + que, como en: "Me en~ere de que est!\ enfermo." En relaci6n al uso de Ia partfcula que, observamos Ia construcci6n int~ gativa t,que no?, empleada con el prop6sito de lograr asentimiento para lo se acaba de decir. Tiene el valor de 't.no es cierto?', '~,no es verdad'?'.
ejemplo: "Este es el mejor zque no?" Un elemento que parece surgir entre las interjecciones pero que tom papel de vocativo en el uso argentino es che. Se observa su empleo en los niveles socioculturales, si bien se evita en el habla cui dada y es meno
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cuente en cualquier situacion lingiifstica de gente del estrato de superior a inferior. Se refieren a formas pronominales y verbales correspondientes a! voseo o al uso de usted. Por ejemplo: "Vamos, che, contestame rapido; Che, ustedes no caminen tan despacio". Vale Ia peila mencionar las partfculas de origen quichua jchuy! y jtuy!, que estan a flor de labios en los hablantes de todos los niveles sociocu!turales. Se utilizan para expresar Ia sensacion de frfo o de calor, y son comunes a todo el noroeste. Tambien aparece a menudo Ia forma zah?, en Salta y Jujuy, mientras en las otras provincias tiene mayor difusion el zno?: "z,Estas contenta, zah?; Ya paso todo, i no?" Conviene, igualmente, rescatar una forma de asentimiento: aha, que seemplea mucho en todos los niveles para asentir, sustituyendo a1 sf. Una inteljeccion que se da en especial en el interior de las provincias del noroeste es ojala, ojalita, variacion de ojalti, pero que se presenta con esta acentuacion grave, con el valor de una conjuncion adversativa: "Ojala tenga que trabajar mas, me voy a dar con el gusto de comprarme eso". "Ojala me enferme, voy a Uegar caminando".
dustria tecnologica es el principal motor de Ia economfa estadounidense, yes ta sedienta de personal tecnico altamente especializado, tanto en Ia fabrica cion de los hardware como en el desarrollo de software", "El chip animal' por ejemplo. Por otra parte podrfamos afirmar, con orgullo, que nuestra region tiene e privilegio de poseer, como peculiaridades lexicas un m1mero grande de indige nismos que nos son propios en su mayorfa .. Pues si bien se han difundido de quichua por todo el pafs, formas como cancha, choclo, cltacra, papa, cltirip. o palta, existen otras voces que son usadas solo en el noroeste, como chanca ca, 'tableta de miel de cafia', chuschar; 'tirar el pelo', chango, 'niiio, mucha cho', caschi, 'perro', mishi, 'gato', 'pal/ana, 'juego con cinco piedras peque iias', apaclteta, 'monton de piedras' y muchas otras que se utilizan solo en al guna de las provincias, si bien son conocidas en las otras. Por ej,: chipaco, 'bo llo con chicharron' en Santiago del Estero, cachi, 'pan' y 'vestido con mal gus to', o acullico 'manojo de hojas de coca que se mantiene masticando en Ia bo ca', en Salta. chilean, 'agua caliente con mafz tostado' o tingalabllche, 'tocar se el menton con el dedo fndice en Jujuy', pecan a, 'mortero de piedra', en Ca tamarca, guanquero, 'cole6pte_ro oscuro y pesado'. cltolo/-la. 'ordinario', e: Tucuman, mientras en Salta y Jujuy se le llama asf al indio.
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ELLEXICO Hablar dellexico significa referimos a los antecedentes del vocabulario de uso en Ia region. Por un !ado, su integracion a Ia Republica Argentina, Ia hace partfcipe de sus particularidades conjuntas, entre elias las lexicales, por lo que debemos reconocer que muchas de las formas del lunfardo son frecuentes en cualquiera de las provincias del NOA, en especial entre Ia gente de nivel sociocultural medio. Asf; mina, 'mujer', cana, 'policia', apoliyar, 'dormir' ,jiaca, 'pereza'; guita, 'dinero' y otras muchas. Pero tambien se han extendido por todo el pais los mismos extranjerismos. Desde los italianismos, a traves de Ia comida: ravioles, fwquis, pizza, agnolettis, capellettis, lasagna, etc., pasando por los galicismos, que pertenecen a fines del siglo XIX y comienzos del XX, y que estan tambien en Ia alimentacion con Iugar, tambien, en las costumbres sociales; creppe, fondant, champignon, champan, toilette, chauffer, garage, coiffeur. Asf se llega basta el ingles, que ya no solo incorpora diariamente nuevos vocablos a! espafiol, sino que a traves de Ia publici dad en los medios de comunicacion y Ia computacion, obliga a interpretarlo, por lo menos. Asf practicamente en toda Ia Argentina leemos, casi sin damos cuenta, construcciones sintacticas mixtas: "La magia de los chats". "La in-
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CONCLUSI6N Sin duda Ia cantidad de variaciones lingiifsticas que podemos encontrar e Ia regi6n del noroeste es muy grande. Sin embargo, es evidente que Ia coinci dencia de muchos de sus rasgos !leva a identificar el espafiol usado en su ex tension, como un todo que, aunque no completamente homogeneo, es diferen te del resto del pafs y ello lleva a caracterizarlo bajo una denominaci6n comur "el espaiiol del noroeste argentino".
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NOTAS l. La transcripci6n responde a Ia modalidad fonetica amplia y se cuidarfi de mat"Ct 6nicamente los casos de variaci6n vodlica, de sibilantes y el yefsmo, con el fin d que el lector pueda apreciar aproximadamente las peculiaridades de Ia rronunch ci6n norteiia de fa Argentina .
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VAR!EDADES REGIONAlES
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EL ESPANOL DEL CENTRO Magdalena Viramonte de
Avalo
Centro de Investigaciones Lingiifsticas Universidad Nacional de C6rdob:
BREVE INTRODUCCI6N HIST6RICA A Ia llegada de los espafioles, dos tribus parecen haber estado establecidas e1 el territorio cordobes: comeching0na y sanavirona; Ia primem, sobre Ia regi61 oeste y Ia segunda sobre Ia regi6n circundante a Ia capital; las Ienguas comechin gona y sanavirona, a pesar de Ia predominancia que parece haber. tenido Ia se gunda, desaparecieron prontamente seg\in se cree por influencia del quichua qm fue Ia lengua mayoritariamente hablada por Ia comunidad indfgena que lleg6 001 el fundador y se afinc6 en Ia zona Prueba de esta situaci6n seria el hecho de que s6lo quedan top6nimos como vestigios sanavirones y comechingones: Salsaca te, Anisacate, Calamuchita, Quilino. Esta situaci6n estl1 resumida en Ia opini61 de A. Catinelli cuando dice: ·:Podemos decir que antes que el espafiol hubo otn lengua importada en C6rdoba,la Iengua quechua" (1974: 40). Tambien, si de territorio cordobes se habla, hay que mencionar los vesti gios araucanos (hoy denominada, preferenternente, "mapuche"), hacia el su del mapa, que se evidencian en top6nimos del tipo Huinca Renanc6. La ciudad de C6rdoba fue fundada por Dn. Jer6nimo Luis de Cabrera e1 1573. Si bien Ia procedencia del fundador era andaluza, en general, "los colo nizadores del noroeste argentino fueron predorninantemente castellanos y rio janos" (N. Donni de Mirande: 92). Este dato no inv~lida I~ hip6tesis de Ia in
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fluencia meridional espanola en los rasgos del espanol de Cordoba y Io justifica Donni de Mirande asf: "En toda Ia region (del noroeste) Ia influencia meridional... debio haber sido sobre todo indirecta, mediante conquistadores y colonizadores de diversa procedencia peninsular pero que permanecieron cierto tiempo en America, en zonas donde predominaban los andaluces ... " (idem). AI promediar el siglo XVII vivian en Ia ciudad espafioles, criollos y mestizos. La economfa se robustecfa porque era Iugar de paso hacia el Alto Peru, Chile y Buenos Aires auilque tambien se cita el tnifico de mulas hacia Potosf. Sin embargo, enfermedades, epidemias, embates del rio Suqufa y del arroyo (hoy Ia Canada), empobrecieron Ia ciudad que volvio a tomar impulso cuando se incorporo al Virreynato del Rfo de Ia Plata, creado en 1773. La vida cultural de Cordoba siempre estuvo marcada por una marcha ininterrumpida de aparici6n de instituciones educativas: por ejemplo, Ia Escue! a de Letras de los jesuitas cuando el poblado tenfa unas sesenta viviendas, o su afamado Colegio de Montserrat y, sin duda alguna, su Universidad pionera, marcan Ia vida "docta", ratificada adem as en Ia literatura con las paginas del primer poeta Luis de Tejeda. En Ia· segunda mitad del siglo XIX comenzo el flujo inmigratorio que, en realidad, no ha dejado de existir si se tiene en cuenta que, luego de los momentos de mayor intensidad, en los que se asentaron en Ia ciudad, sobre todo, muchos itaIianos, se continua hasta hoy (v. gr. Ia inmigraci6n coreana que, en el rubro textil ha adquirido elliderazgo que en otras epocas tenfa Ia inmigraci6n sirio-libanesa).
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Una "zona de transici6n" EI espafiol que se habla en Cordoba se inscribe, por ser parte del espafiol de Argentina, en los grandes rasgos que se adjudican al espafiol del sur de Espana, esto es: yefsmo, seseo y debilidad de Is/. Sin embargo, es una zona que debe ser tratada con mucha atencion por cuanto, debido a su posicion geografica, esto es, de "centro", comparte su mapa lingufstico con las zonas delimitadas en su vecindad. En efecto, ya para Berta Vidal de Battini (1964: 82) Cordoba es region de transicion o de enlace "por participar de algunas de las caractensticas de las regiones circunvecinas" y le adjudica su noroeste a Ia Region del noroeste y el resto, a Ia region central. Posteriormente, en su articulo "Sobre Ia variacion diatopica en el espafiol de Ia Argentina" ( 1984: 43/46), Nelida Donni de Mirande divide a Cordoba dlindole el sud-este a Ia region litoral-pampeana, su centro y noroeste a Ia region cuyano-central y especificando que Ia ciudad de Cordoba podrla considerarse zona de transicion o de sistema fusionado Gunto al norte de Santa Fe y centro de Entre Rfos).
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Sumado a este criterio, tambien es interesante comprobar que cuando PampaAnin de Meriles y Silvia Barei (1985:14) delimitan las regiones literarias d-: Cordoba, Io hacen con una partici6n geografica en cuatro siguiendo los puntos cardinales y dejan a Ia ciudad capital en Ia linea divisoria entre el norte y el sur pero muy cercana allfmite de Ia region de traslasierra. A esa "zona de transicion" vamos a dedicar entonces nuestra atencion en estas pliginas por cuanto estimamos que esa. condici6n la hace apta para echar luz sobre las caracterlsticas mas relevantes def area en cuestion.
EL ESPANOL HABLADO EN LA CIUDAD DE C6RDOBA El espafiol hablado en Ia ciudad de Cordoba ha sido recientemente estudiado por Patricia Supisiche como becaria de Conicet, en el marco de un proyecto mayor del Centro de Investigaciones Lingiifsticas de Ia Universidad Nacional de C6rdoba, que tiene por objetivos finales cuestiones de educaci6n lingUfstica y para el cual se necesitaban lfneas de orientacion para Ia ensenanza de las normas lingUi"sticas. P. Supisiche ha podido comprobar, entre otros fenomenos, los siguientes, que nos parecen significativos para Ia descripci6n general que se trata en este volumen:
Aspectos fonetico-fonol6gicos • /r/ vibrante multiple tiene en los hablantes de Cordoba, dos realizaciones: Ia alveolar sonora y Ia fricativa asibilada. El caso es curioso: tornados tres niveles socioeducativos -alto, medio, bajo- Ia asibilada se presenta en los dos extremos (altolbajo); en el alto se comparte con Ia alveolar cosa que no ocurre en e1 bajo. Es decir que, lo que estli descripto, por ej., por Vidal de Battini como marca regional no es compartido por toda una franja media y por eso, Supisiche sugiere Ia presencia de un grupo que serla propulsor de un cambio ya que es el que estli modificando las realizaciones. • yefsmo con y sin rehilamiento En cuanto al yefsmo, se presenta tam bien un ca~o interesante: mientras el yefsmo es total, Ia variante rehilada no se presenta en el nivel socioeducativo bajo y en el nivel alto hay un porcentaje de 21% que no rchila. A
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esto habrfa que agregar que en Ia variante baja aparece un 25% de elision de lyl intervociilica ante Iii acentuada ( "cuchfo", "anfo") y conversion en semiconsonante (diptongo creciente) ante e, o, a, u toni cas: "cabeio", "repoio" , "zapaio" , "baruio". • aspiracion o elision de Is! El estudio de P. Supisiche atendio a Ia posicion final de palabra y encontro que Ia tendencia marcada es Ia de aspiraci6n pero se combina de manera diferente en cada uno de los niveles: en el alto, con Ia sibilante, en Ia del medio, con Ia sibilante y Ia elidida y en Ia baja solo con Ia elision. Este dato, confirmarfa Ia opinion de Donni de Mirande (1992: 403) "hoy parece en retroceso Ia elision, retroceso ligado sin duda a razones de desprestigio y rechazo social". M. Teresa Toniolo (M. T. Toniolo: 94) en un trabajo sobre aspiracion y elisi6n de -s en maestros de escuela de Ia ciudad de Cordoba afirma que los procesos de aspiracion y de elision son abundantes entre maestros jovenes de nivel medio y mas escasos en maestros adultos de nivel alto por lo que entiende que el freno del proceso lo llevarfa este grupo etario que, sin embargo, en menos de diez aiios dejara de trabajar y, por taqto, de "actuar como modelo lingtifstico".
Aspectos morfosintacticos
La caracterizacion morfosintactica de una lengua es un espacio Jo suficientemente sensible como para que concentre en sf elementos que arrojan Iuz muy informativa sobre ella P. Supisiche ha procurado abarcar varios datos que, a su juicio, eran en su conjunto sumamente utiles para Ia descripcion que se proponCa. As!, por ejeniplo, ha podido detectar: • subordinacion y nexos: Ia variante baja tiene un elevado porcentaje de ausencia de proposiciones subordinadas y, por consiguiente, de disponibilidad y variedad de nexos; • adverbios oracionales: su uso es muy escaso en el nivel socioeducativo bajo y cuando ello ocurre, es de preferencia en el habla femenina; • dequefsmo y quefsmo: el dequefsmo es de mucho menor porcentual en los niveles alto y bajo frente al medio y en todos los casos de aquellos dos niveles, ligados principalmente al verbo "decir". En cuanto ai quefsmo, aparece en las tres variantes pero -y esto es curioso porque contrasta con otros datos del espaftol de Argentina, v. gr. Rosario- disminuye en el nivel socioeducativo alto;
• contemplando el uso de modos y tiempos verbales, asf se presenta !a descripcion: - alta frecuencia del uso del presente superponiendose aun al futuro - uso exclusivo de perffrasis para el futuro ("voy air"); - tendencia al imperfecto de indicativo para el pasado (amaba, lefa, decfa), rasgo que es de suma importancia para Ia descripci6n que nos ocupa pues basta con mirar Ia descripcion del noroeste argentino para ver el contraste con el uso de perfecto (he amado, lefdo, dicho ); - debilitamiento en el uso del imperfecto de subjuntivo en favf)r del presente de subjuntivo ("pidio que le diga"); - baja incidencia porcentual en los niveles alto y mcdio del uso del condicional ("amarfa") y ausencia en el nivel bajo.
Aspecto Texico Cuando P. Supisiche aborda el nivel lexico, lo hace centr:indose en el analisis de los verbos de habla, en especial "decir" y su campo semantico y observa que Ia diferencia de Jexemas empleados, si se va del sociolecto alto a! bajo, disminuye en esta proporci6n: sobre el 100% del alto. 50'7r en el medio y 9% en el bajo.
Para integrar Ia descripci6n del lexico en el habla de
Cordob~
Uxico y lenguas indfgenas Decia T. Navarro Tomas (1948: 177) "El descubrimento nose contempl6 en realidad mlentras los seres y las cosas del Nuevo Mundo no se incorporaron a! caudal del idioma con denominaciones propias". Esas "denominaciones propias" fueron tomadas de variadas lenguas indfgenas como el arahuaco, talno, nahuatl, tupf-guaranf, quichua. Especialmente de esta ultima, el habla de Cordoba esta muy nutrida: yapa ("y de yapa, me dio miedo Ia cara"), pi rca (interesante este lexema que esta dando el verbo ''pirquear" entre los j6venes capitalinos que son asiduos a un Iugar de Ia sierra de Cordoba en el cual se reunen en el "boliche". del pueblo que tiene pirca alrededor, de donde "hacer pirca" o "pirquear"), quincho, pucara, vincha, ojota, humita, achura, pucho, sin dejar de mencionar el tan difundido y apreciado "mate". Tambien chucho, opa, guarango, pampa, puna, puma, cancha, condor y ni que decir de los alimentos papa, choclo, zapallo son palabras de uso corriente a! menos. como denomina-
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ciones de referentes que las Bevan como nombre propio como el caso de "Barrio pucara", "Pampa de Achala", "Quebrada de los condoritos". Sin embargo, aquellas lenguas mencionadas en primer Iugar, son tambien fuente de texico actual en Cordoba: canoa, iguana, hamaca, cacique, macana,chicle, tomate, cacao, tarnal, etc.
Uxico y lunfardo Es usual en el habla de Cordoba oi'r terminos provenientes del lunfardo: mina, cana, laburo, gil, luca, buli'n, en todos los niveles socioeducativos aunque en el alto s61o en situaciones informales para las cuales cl rasgo "expresividad" parecerfa requerir esas opciones lt!xicas. Esto se encuadraria en lo que B. Fontanella de Weinberg llamo "continuo post-lunfardo" (1977: 129).
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Respecto a Ia incidencia de la inmigracion italiana en Ia ciudad de Cordoba, N. Prevedello (1991) opina que provoco una ruptura en la continuidad historica de Ia lengua que "repercute en un am plio sector de Ia comunidad de hablantes que sufren las consecuencias del quiebre de Ia tradicion" (p. I0). La hip6tesis de Ia autora, a ese respecto, es que el inmigrante elabora una lengua de transicion, "dialecto convergente". que, como tal, carece de pasado y carecera de futuro. De esta manera, el espaiiol de Cordoba, se vio afectado en dos generaciones de hablantes ("inmigrantes de distintas epocas y sus hijos") por un corte en su historia "cuya gravedad solo se alcanza pensando que se trata de un detener el curso de Ia lengua en un amplio sector, que terminara incidiendo en Ia vida polftica y cultural de Ia ciudad'' (p. 30).
Uxico e ingles Uxico y humor En el nivel socioeducativo bajo se aprecia una tendencia a manifestar Ia superlatlvidad mediante el aumentativo -azo/aza mas "non on/a" lo que desemboca en lexemas del tipo "negrazononon", "negrazononona" lo que ha dado cabida a una caracterizaci6n estereotipada del humor cordobes (v.gr. Negrazon y Chaveta, de A. Cognini o expresiones del humor del Negro Alvarez).
Uxico e italianismos En un relevamiento de italianismos lexicos en el habla de C6rdoba (Trinidad Blanco de Garcfa: 1985 y 1987) fueron detectadas 315 entradas a las cuales se les adjudic6 tambien posiciones diastraticas. En 1987. en un estudio lexicognifico, pudo establecerse que el 83,80% de esos italianismos habi'a sido incorprado a los diccionarios argentinos (Blanco de Garcfa, T. y Viramonte de Avalos, M.: 1988) lo cual indica que son o han sido palabras de uso efectivo. Algunos ejemplos de lo que podria llamarse "ftalo-argentinismo" son: bancarrota, carroza, amarrete, chau, fest6n, logia, mostacho, nono, arpegio, arlequfn y los considerados diastraticamente bajos como afanar, amurar, apoliyar, bacan, bulfn, cachar, cana, sin olvidar los tan cotidianos en Ia ciudad y sus supermercados o restaurantes como iioquis, capeletis, aiiolotis, lasaiias, ricota, peceto, osobuco, etc.
En un trabajo inectito de Ana M. Morra de de Ia Peiia ("Anglicismos en el habla culta de Cordoba". 1992) se relevan las palabras inglesas incorporadas en Ia conversacion coloquial de hablantes de Cordoba, del nivel socioeducativo alto y de mas de 25 aiios. Respecto a Ia alimentacion se oye, por ej: lunch, hot dog, ice-cream, cocktail, on the rocks, grill, bar many, por cierto, Ia tan extendida sandwich. En el ambito del vestuario:jogging, top, bodie, slip, jumper, sweater, pullover, short. En. Ia peluquerfa (que muchos Haman "estilista", de stylist) se oyen comunmente, por ej .• brushing, slulmpoo. En Ia vida social, palabras como bridge, single, club, pool, shopping, disc jockey, pick up, charter, loby, baby sitter, pic nic,flash,film, video clip, lifting, peeling, etc. En el corpus de Morra de de Ia Peii.a figuran interesantes muestras oracionales: Je compramos una scooter para ir a Ia facu ese tipo esta mas out que ... hicimos un pool para llevar los chicos al colegio tengo que poner un spot en el living tiene un look muy sexy hay smog en el centro se hizo un corte punk horrible
ademas de un interesante caso "yo soy muy shoppinera" que demandarfa el estudio de las nuevas derivaciones morfologicas (por otra parte muy comunes entre los jovenes y Ia computaci6n: forma tear, resetear, etc.).
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Lexicografia cordobesa El lexiCo de C6rdoba ha sido recogido en tres oportunidades en Io que va del siglo, en cada caso configurando lo que tecnicamente se ha llamado "codi- _ ficaci6n lexica de subsistema" es decir, de regionalismos. En orden cronol6gico, P. Pedro Gren6n, 1929, Diccionario documentado de nuestra terminolog(a, J. Viggiano Esain, 1956, Vocabulario popular tradicional cordobis, A. Catinelli, 1985, El habla de Ia provincia de Cordoba. En los tres casos se observa un nftido criteria de valoraci6n de Io regional que sorprende sobre todo si se tiene en cuenta cuando escribe Grenon, afios en los que Ia oposici6n "castizo =bien=culto"/"habla regional=mal=vulgo" (Ursula K. de Mones, 1984) tenia efectiva vigencia. Para Catinelli, ellexico cordobes consta de tres elementos fundamentales: el peninsular, el indfgena y el extranjero.
Uxico en uso de hablantes cultos Una indagaci6n sobre el lexico de hablantes cultos, organizada en veintun dominios, por ejemplo, casa, vestuario, oficios, recreaciones, deportes, comerdo, etc. acaba de ser finalizada. Esta investigaci6n, con Ia autoria de A. Malanca, M. T. Toniolo, y E. Zurita, tiene como titulo "Lexico de habla culta de C6rdoba, Argentina" y responde a Ia propuesta de relevar el lexico de hablantes cultos de las principales ciudades de hispanoamerica y de Espana.
La conversaci6n en el habla de Cordoba: expresiones pragmaticas La denominaci6n "expresiones pragmaticas" fue propuesta por Isolda Carranza ("Las expresiones pragmaticas en Ia conversaci6n espontanea", Centro de Investigaciones Lingilfsticas, Universidad Nacional de C6rdoba, 1992) y llama asf a las formas lingilfsticas que seiialan tanto Ia actitud del sujeto hacia su emisi6n y bacia el interlocurtor como los Ifmites y Ia relaci6n entre las partes del texto. Justifica Ia denominaci6n en que el espaiiol, a diferencia de otras lenguas, emplea lexemas o combinaciones de lexemas y que elias se reJacionan siempre con el contexto (lingufstico y no lingilfstico), de donde "pragmaticas". En el nivel socioeducativo alto y adulto (muestra estudiada) se detectaron en conversaciones espontaneas las siguientes "expresiones pragmaticas": hueno, viste, mira, o sea, que se yo, no?, vos sabes, no sabes, te digo, te juro, me
entendes?, te das cuenta?, escuchame, mira vos, digamos, de pronto, eh, eM. ah, lo que pasa, ahora. Para Ia autora, en Ia conversaci6n cordobesa, esas expresiones son sei'iales defcticas: instruyen sobre Ia interpretaci6n del texto y sitUan a! texto en relaci6n a un antes o un despues textuales, a! rol discursivo del usuario y a Ia relaci6n social que se establece. Afirma tambien que se abren nuevas vfas de investigaci6n por cuanto estima esperable Ia _existencia de diferencias entre miembros de distintos grupos sociales.
Actitudes ante Ia lengua Un estudio realizado por Alicia Malanca, Nora Prevedello y M. Teresa Toniolo (1981: 33/47) sobre las actitudes del hablante cordobes indica que este se inserta en una lfnea tradicionalista aunque no necesariamente hispanista ("el hablante tiene clara conciencia de los caracteres que Ia distingue del espai'iol peninsular y proclama Ia necesidad de fundamentar Ia unidad idiomatica en Ia diversidad"). asf como en Ia lfne'a del respeto a Ia tradici6n idiomatica que "para nuestro hablante esta ligada a! prestigio de Ia cultura (no a regiones ni edad)" (p. 47). Si Ia indagaci6n sobre actitudes se centra en los adolescentes, se comprueba en ellos (M.Viramonte de Avalos, A.M. Carullo de Dfaz: 1993:28) un alto porcentaje de "desagrado" frente a Ia persona que habla mallo que revela que Ia conciencia lingilfstica adolescente esta preparada para el manejo de Ia norma social. Un alto porcentaje de ellos, al momento de "autocalificarse" se inclinan por juzgar de "regular" su modo de hablar pero al momento de revelar c6mo creen que los mayores juzgan su hablar, perciben un juicio mucho m:1s severo.
El voseo Las investigaciones realizadas al respecto en el habla de C6rdoba (A. Malanca y otros: 1985) que abarcaron encuestas de diferentes tipos (para comptetar, propuesta de uso de Ia lengua oral e ideal de Ia ensefianza escolar) arroj6 t:onclusiones muy interesantes entre las cuales puede citarse que si bien el voseo es generalizado, el tuteo no ha sido desplazado en forma radical: se mantietle en usos esporadicos, aparece como uno de los ideales en Ia ensei'ianza escolar yen usos con ciertas formas verbales (por ej. con presente de subiuntivo ).
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La lengua popular de los barrios de C6rdoba, retlejada en Ia literatura Azor Grimaut, periodista y escritor de vasta produccion publico muchos relatos sobre costumbre, folklore y habla popular cordobesa. En su libro de cuentos Duendes de Cordoba dice a! comenzar una de sus partes: "(Transcribo tres trabajos inspirados en temas de pueblo, en los que procuro reproducir lo mas aproximadamente posible, el "habla" de Ia gente criolla de algunos barrios con Ia clasica "economfa" de vocales, consonantes y, a veces, de sflabas enteras, que caracteriza su conversacion.)" En el cuento "Perros blancos y perros negros", escrito en 1968 y publicado dentro de su libro Cordobeseando (Direcci6n Municipal de Cultura. Cordoba, 1971) puede leerse el siguiente trozo: -Miacuerdo di una ve ques tabamo con "Calavera e Gaio" ... por come una sandia que los habfa salido cotas6n amarfo, atr:i de I Oservatorio, .... cuando sia lleg6 hasta nosotro y loj empes6 cornua ole un perro negro grandote. Vo sabf qu era de noche y ala sandia Ia h:ibiamo "catitiau" de Ia quinta di un gringo que tenfa un homo e lagrfo y una vaca "talquina" de Ia di ante, rna lechera que Ia Laitio. Gueno: en eso t:ibamo .... Calavera e Gaio los mir6 a nosotro ... ya Mbiamo caido en lo que estaba pensando. Manyai vo?
Hay en este trozo una serie de rasgos que caracterizan muy bien el socioIecto bajo cordobes: - aspiracion y elision de /sf (loj, habfamo ), - conversi6n de hiato ea en diptongo ia (rni acuerdo), - cerrazon de -o final (cornu), -cerrazon de-e en -i (di ante, di un gringo), - cafda de -b en posicion final de sflaba (oservatorio ), -cafda de -d intervocllica (cara e palo), -conversion de grupo act en ai y de eo en io (laitio), "Lacteo", -conversion de -b y -den -g (gueno, Iagrlo), -conversion de Ia terminacion verbal -as en -ai, - voseo pronominal y verbal.
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Sin duda que un analisis detallado dana muchas observaciones mas (entre elias, Ia de los proverbiales apodos cordobeses) pero las comentadas son rasgos muy tfpicos y por ello sobresalientes. por ejemplo, a Ia bora de imitar el hablar cordobes de este sociolecto. En una investigaci6n en marcha, bajo Ia direccion de M. T. Toniolo, sobre sociolectos no escolarizados, en villas de emergencia de Ia ciudad de Cordoba, se puede ya constatar que los fenomenos.arriba mencionados se mantienen. Un trozo de las transcripciones de ese trabajo (cedido generosamente para esta publicacion) se presenta asf: no no se haga problema. Pa que lo Jeian bien, tranquilo. Qui en noh dice qui no tenimo suerte que, que se interesen un poquito... Venir a verme pueden venir a c6nocerme... Si juera io ia ehtarfa pechando pa que ...
Aquf se constatan: aspiracion y elision de s, vacilacion en el timbre de las vocales, sustituci6n de f por aspiracion, traslado del acento ("conocerme") mostrando orfgenes de Ia region geografica denominada "tra~lasierra", fenomeno comun en los sociolectos bajos.
La tonada cordobesa Si bien el problema del origen de las tonadas sigue en pie de hip6tesis, Ia realidad entonacional de Ia provincia de Cordoba ha sido abordada por M. B. Fontanella de Weinberg (1971: 4), luego de haber sido presentada en sus grandes detalles por B. Vidal de Battini y posteriormente --centrandose en Ia capital- por Laura Peyrano (La entonacion en el habla de Cordoba (Argentina) desde una perspectiva integral, Cordoba, 1982, tesis de Jicenciatura, inedita), Respecto al origen, dice B. Bixio (1983:89) que a pesar de que los investigadores de Ia lengua no han Uegado a unidad de acuerdos, "por lo general, se acepta Ia teorfa del sustrato lingfifstico" y agrega que "ya han sido desterradas completamente las teorfas que apelaban a las influencias climaticas o a Ia raza para explicarla". Para Laura Peyrano el ritmo de Ia entonaci6n cordobesa es silabico, es un ritmo Iento ("mucho mas Iento que el de Buenos Aires o de Rosario, por ejemp1o") y tiene variaciones dentro del grupo f6nico. Coincide con B. Fontanella de Weinberg en distinguir cuatro niveles tonales en contraste (bajo, medio, alto, ex:traalto) de los cuales afirma que normal-
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CONCLUSI6N mente se oyen los dos primeros por Ia gravedad general que se observa en el tono: "s6lo cuando se alcanza un grado de gran expresividad (para expresar enojo, ira, desolaci6n, preocupaci6n, tristeza, alegrfa, etc.) Ia altura se eleva hasta el nivel/4f' (p. 113). Pero "el fen6meno mas notable de esta variedad regional es Ia presencia de un alargamiento o geminacion de Ia protonica que configura el cantito del cordobes" (p. 132). Es tambien opinion de Ia autora que el fen6meno de Ia tonada cordobesa tiene variaciones diastraticas ya que en las clases bajas se oye mucho mas acentuado yen las altas, mas atenuado.
Son abundantes los aspectos que podrfan ser abordados para integrar um descripci6n del habla de Cordoba, capital; muchos estan en proceso de investigaci6n; otros, esperan Ia circunstancia de tiempo de los investigadores o, sencillamente, esperan emerger como datos requeridos con urgencia por diversa! razones. Sin embargo, creemos que, en el contexte general de este libro, este esbozo provisional aportara Ia visi6n integradora primera, eshozo que, con el correr de los aiios, podra irse completando a medida que las in' c~tif!:c1ci<>nl"~ vayan aportando los datos hoy todavfa ausentes.
Estilo fonol6gico del habla de Cordoba
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En su Phonological Style in the Dialect of Spanish of Cordoba, Argentina, Carlos A. Yorio (Tesis doctoral, 1973), trata el tema de Ia naturaleza de Ia variacion estillstica en fonologfa y, consecuentemente, Ia variacion estilfstica y el cambio fonetico en el dialecto de Cordoba. Para C. Yorio, un cambio fonetico comienza con una regia opcional observable en un estudio sincronico y a Ia luz de esta afirmaci6n estudia vari()s procesos opcionales para las fonologfas de dos estilos en el dialecto de Cordoba a fin de poder establecer si las tendencias posibilitatfan cambios hist6ricos. Su conclusion es que el estudio revelarfa un cambio historico en marcha en las consonantes de silaba final (v.gr.ld//s//r/). Sin embargo, en otras variables anaIizadas, no parecerfa probable que se diera el cambio, a! menos en un futuro proximo, aunque agrega que Ia posible excepci6n podrfa ser -d final de palabra porque en su corpus "Ia regia que Ia borra es casi obligatoria (96.1 0% )". Mayores posibilidades de especulaci6n le permite el estudio del alargamiento de las vocales. Opina el autor que, de acuerdo a ciertas reglas una vocal se alarga cuando precede a una acentuada de Ia misma palabra y al rnismo tiempo, adquiere tono ascendente, mientras Ia acentuada mantiene el tono descendente. Puesto que las vocales no acentuadas son siempre de tono nivelado, la dislocaci6n de las curvas mel6dica y entonacional producida por Ia adici6n de este tono ascendente es verdaderamente notoria. Esta regia es practicamente obligatoria en el estilo conversacional de C6rdoba y para Yorio "es Ia caracterfstica mas sobresaliente de este dialecto espafiol". Por todo esto, concluye: "La idea de que variabilidad y heterogeneidad, aun en relaci6n a! cainbio hist6rico, no necesariamente implican cambio, parece haber sido confirmada por nuestros descubrimientos" (traduccion nuestra).
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EL ESPANOL CUYANO Liliana Cuba de Severino CONICET- Univen;idad Nacional de Cuyo
HABLAR COMO CUYANO Hablar espaii.ol como argentino, como hombre del interior, como cuyano, como mendocino, son expresiones cotidianas que reflejan Ia variaci6n que los propios hablantes nativos perciben en su Iengua. Reflejan el sentido de pertenencia de los miembros de una comunidad lingilfstica. Mas allli de las regiones que el dialect6logo establezca, Ia misma comunidad establece divisiones que corresponden a su percepci6n del habla. Cuando Beatriz Fontanella de Weinberg me pidi6 que escribiera un capitulo sobre el habla de Cuyo, mi primera pregunta fue, si existe tal unidad dialectol6gica. A fin de constatar si mendocinos, sanjuaninos y puntanos tienen conciencia de una manera de habJar propia de cuyanos, realizamos Ia siguiente experiencia. Lefmos a sujetos mendocinos, dos 'versiones de un cuento popular que recogi6 Berta Vidal de Battini ( 1980) a Io largo del pafs, y Ies pedimos que intentaran adivinar ellugar de origen del narrador. En el cuento se narra que el avestruz apuesta al sapo, por el que siente desprecio, a "quien ve primero Ia salida del sol". El avestruz se instal a en un alto mirando hacia el Este; el sapo torna Iugar en un bajo mirando Ia Cordillera de los Andes, a! Oeste. El sol se refleja en las cumbres antes de salir • y gana el sapo. Intente adivinar, lector, el origen de las dos versiones.
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(. .. )AI dfa siguiente han llegado muy temprano a ese Iugar, (,no?, los dos qui hacfan Ia apuesta. Cada uno tenia derecho de buscar ellugar que quiera. Ahi el suri si ha subido a un altito mirando al naciente, al Este, di ande sale el sol. El sapo si ha puesto en un montoncito de tierra mirando al poniente, al Oeste, para el !ado de Ia Cordillera. En cuanto empez6 a clariar, el suri para ver, saltaba y estiraba el cogote, que ya no daba mas. El saP<> 'taba quieto, pero en eso grit6: -"EI sol... el sol... ya to vi... ya lo vi...". Se da vuelta el suri y ve baiiadas con Ia luz del sol las cumbres de Ia Cordillera. Y giieno, le gan6 el sapo ...
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las fonetico-fonol6gicas o las morfosintacticas, que son descritas por los lingliistas, tal como veremos mas adelante. Este capitulo ha sido organizado de Ia siguiente manera: en el punto 2 delimitamos Ia region lingiilstica de Cuyo, en 3 nos referimos al estado actual de los estudios linglifsticos del habla de Ia zona cuyana, en 4 analizamos Ia actitud del hablante de Mendoza y San Juan ante Ia lengua, en 5 presentamos los principales estudios en marcha sobre aspectos fonetico-fonol6gicos, en 6 analizamos las caracterfsticas morfosintacticas mas sobresalientes y final mente en 7 hacemos una referenda a los estudios lexicos.
(pag. 421)
2)
LA REGI6N LINGUfSTICA DE CUYO (... ) AI otro dfa bien temprano se levantan. Entonce el avestruz se pone mirando pal naciente, pa abajo. Entonce el sapo se pone mirando pa arriba, pa Ia Cordillera adonde alumbra primero el sol. Claro, el avestruz tiene las patas largas y el cogote largo, y el sapo se pierde en el pastito, tan chato cornu es, y el avestruz creiba que ganaba lejos. AI rato no mas le grit6 el sapo: -"Mini, ya sali6 el sol 1" Y el avestruz mir6 a Ia Cordillera y lo vi do, claro, alumbrando las cumbres. Y claro el sapo to vido primero y le dice entonce el choique: -"Mi has ganado ..."
(pag.423) Tal como usted lector habra sospechado, los sujetos dijeron que ambos narradores eran de zona rural, y distinguieron entre Ia primera versi6n que correspondfa a un hablante del noroeste ("un nortefio, de Catamarca o mas a1 Norte"), y Ia segunda versi6n que pertenecfa a un narrador de Cuyo (" .. un cuyano seguro ... "). Algunos sujetos, al referirse a Ia segunda versi6n, fueron mas espedficos: "Es un mendocino, porque los sanjuaninos dicen churi en vez de choique". Los ftagmentos corresponden efectivamente a una catamarquena (Ramona Villafane de Coronel, 86 afios, de San Fernando del Valle de Catamarca) en el primer caso, y a un mendocino en el segundo (Rudecindo Gonzalez, 56 afios, de Ia Carrodilla, Godoy Cruz, Mendoza ). Por lo tanto, esta experiencia muestra que existe un hablar cuyano en Ia conciencia de los hablantes. El hablante nativo de una lengua es consciente del hablar del propio grupo y reconoce una variedad dialectal diferente. Esta opini6n intuitiva se basa especialmente en variaciones del lexico: suri I choique I churi, o en Ia entonaci6n, Ia "tonada" en el caso de acceder a una versi6n oral. Sin embargo, existen otras variaciones caracterfsticas menos evidentes al hablante comun, como
Un tema interesante en sociolingiifstica es determinar c6mo se constituyen los grupos, que variables sociolinglifsticas influyen en Ia delimitaci6n y estratificaci6n de una determinada comunidad lingiilstica y una determinada vanedad de lengua y habla. Con respecto a la delimitaci6n geograftca o diat6pica de Ia variedad cuyana, es interesante observar que no existen estudios que agrupen lingiifsticamente a Cuyo como Mendoza, San Juan y San Luis, y aun Ia experiencia empfrica, tal como acabamos de exponer, lo confirma: los sujetos encuestados no mencionaron Ia provincia de San Luis como probable origen del hablante cuyano. En efecto, creemos que el habla cuyana o Ia regi6n linglifstica cuyana, tal como propone Berta Vidal de Battini (1964, p. 80) abarca "solo a Mendoza y San Juan ... " (Ia autora incluye tambien Ia zona de Neuquen hasta Chos Mala! pero no conocemos estudios sobre la zona para confirmarlo). Yen efecto, razones hist6ricas, geograficas y culturales confirman esta delimitaci6n dialectal. Desde el punto de vista hist6rico, algunos autores (Gambier 1991, p. 139), hablan de Cuyo como regi6n desde Ia prehistoria si se consideran los primeros asentamientos humanos en las provincias de Mendoza y San Juan. Los estudios arqueol6gicos revelarfan una secuencia de Culturas desde las de cazadores y recolectores hasta los llsentamientos de familias agricultoras, cazadoras y transportistas recolectoras, que hablan de un pasado cortu1n remoto. En este desierto de Cuyo o "Tierra de las Arenas" habitaron dos tribus: huarpes y puelches antes de Ia unificadora conquista incaica y Ia posterior araucanizaci6n. En Ia epoca de Ia conquista y colonizaci6n espafiola perteneci6 a Ia Capitanfa Ge.neral de Chile y en 1776 pas6 a depender del Virreinato del Rfo de Ia Plata. En 1783, las ciudades cuyanas Mendoza, San Juan y San Luis formaron parte de Ia Intendencia de C6rdoba del Tucuman. Esta situaci6n se mantuvo
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orales y escritos, producidos por hablantes de diversas zonas de Cuyo, de diferente edad (primera, segunda y tercera generaci6n, desde los mas j6venes a los de mayor edad), de diferente sexo y nivel sociocultural (alto, medio y bajo). Las grabaciones abarcan hablas de diferentes registros segt1n Ia situaci6n comunicativa (formal e informal) y han permitido registrar, analizar y describir fen6menos de variaci6n sistematica menos evidentes para el hablante comiin. A este tipo de estudios, en Ia regi6n cuyana vamos a referirnos en las siguientes secciones .
ha~ta Ia Revoluci6n de Mayo de 1810. La uni6n de San Luis a Ia region de Cu-
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yo, por lo tanto, se debi6 a razones administrativas y no de cultura comun. Dos siglos de historia comun han consolidado Ia uni6n de las tres provincias. Sin embargo, sus diferentes historias culturales prehispanicas, diferente origen de los colonizadores y luego Ia diferencia en las corrientes inmigratorias que constituyeron el aluvi6n de finales del siglo pasado y primera mitad del presente siglo, influyeron en su lengua y han conformado dos subunidades: Mendoza y San Juan por una parte y San Luis por otra. Desde el punto de vista geografico, Ia zona de Cuyo que se extiende entre los 28- a los 37- de latitud sur y se encuentra vertebrada con las partes mas elevadas de Ia Cordillera de los Andes meridional, comparte caracterfsticas que han llevado al hombre cuyano a fmjar una cultura comun. El problema de Ia escasez de agua y los paisajes naturales hacen que Ia poblaci6n no este distribuida en forma uniforme. Hay zonas de oasis que concentran Ia poblaci6n urbana interconectada con Ia poblaci6n rural de agricultores y zonas de desierto, en donde viven puesteros criadores de cabras, poblaci6n rural con escasa densidad y muy bajo grado de conexidad con los centros urbanos. Esto ha formado una cultura de lucha contra Ia desertizaci6n y cuidado del agua que une los puebles mendocinos y sanjuaninos. Esa cultura o manera de ver el mundo y las experiencias de una hlstoria compartida se reflejan en el habla que, segt1n veremos a continuaci6n, presenta caracterfsticas propias que llevan a Ia denominacion comun de habla cuyana. Esta region, a su vez, forma parte de Ia region lingiifstica mas amplia del espaiiol de Ia Argentina Mediteminea.
Consideraremos Ia descripci6n de Berta Vidal de Battini en su libro El espaliol de Ia Argentina (1964) como punto inicial. En esta obra, orientada a Ia educaci6n, Ia autora condensa algunas de las principales caracterfsticas del habla de Ia zona: ... Son caracterfsticas de Ia region cuyana: una entonaci6n relativamente uniforme con una variante mendocina y otra sanjuanina muy semejantes: yefsmo general ( en el norte de San Juan una zona de II castellana); rr fricativa asibilada: aspiraci6n des final de palabra y de sflaba (a veces muy intensa): cierta unidad de texico con el espafiol de Chile, y semejanza, ya muy atenuada, en algunos de sus caracteres foneticos y morfo!6gicos. por su antigua dependencia colonial". {p. 80).
ACTITUD DEL HABLANTE CUYANO ANTE LA LENGUA
ESTUDIOS SOBRE EL HABLA DE CUYO El conocimiento intuitivo que tenemos los hablantes sobre Ia variaci6n del espai'iol en Ia Argentina ha sido confirmado en estudios descriptivos dialecto16gicos y sociolingiifsticos. El rastreo de Ia bibliograffa existente muestra que no existen estudios sistematicos que describan el babla cuyana en su totalidad, sino estudios parciales de determinados fen6menos, en algunos casos investigaciones aun en elaboraci6n, que igualmente citaremos a fin de mostrar el panorama actual de las investigaciones sobre el tema. Estas investigaciones han utilizado bases de datos que forman corpus estratificados de habla que reflejan Ia complejidad de los fen6menos estudiados. El corpus que han considerado los investigadores en Cuyo, en general, esta formado por registros de grabaciones de conversaciones espontaneas, encuestas y distintos tipos de textos · ~
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A fin de conocer Ia actitud del hablante cuyano frente a Ia lengua, se realizo una serie de estudios en Ia Universidad Nacional de San Juan yen Ia Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, referidos al hablante culto, en el marco del programa "Estudio del Espaiiol hablado en Ia Argentina Mediteminea (Malanca, A., 1985). Los artfculos: "Actitud del hablante culto mendocino ante su lengua" ,(Moreno de Albagli y col., 1985) y "Actitud del sanjuanino culto ante su lengua" (Garda Pareja y cols., 1985) son comparables, pues si bien no se llevaron a cabo en forma conjunta y los resultados fueron publicados por separado, sin embargo. en ambos se parti6 de una encuesta identica que se aplic6 a 250 hablantes nativos cultos de San Juan y a 300 de Mendoza, segiin una similar estratificaci6n previa por nivel sociocultural, edad y sexo. La encuesta estuvo organizada en cuatro series de preguntas que indagaban acerca del nombre que daban a nuestra lengua (preguntas I y 2), las in~titucio-
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nes que rigen Ia lengua y los posibles modelos lingiifsticos (preguntas 3 a 8), Ia actitud de los hablantes bacia Ia lengua oral y escrita en relacion con registros mas o menos formales (preguntas 9 y 10) y el modelo de lengua materna que debe enseiiarse en Ia escuela ( preguntas II a 17). • Con respecto al nombre de nuestra lengua se daban dos grupos de opciones, nombres que aluden a nuestro pasado hispanico , mas tradicionales (castellano, espaiiol) y nombres que se refieren a nuestra identidad como nacion, mas innovadores (idioma nacional e idioma argentino). Tanto en San Juan como en Mendoza se observan diferencias de opinion seg11n Ia edad del hablante. Los mayores de 56 aiios, tanto hombres como mujeres, se inclinan por los nombres tradicionales en ambas provincias. En el grupo intermedio (segunda generacion, de 35 a 55 aiios),los mendocinos de ambos sexos mantienen esta preferencia por castellano y espaiiol (68%) mientras los sanjuaninos muestran una diferenciacion por sexo: los hombres dividen sus opiniones entre los nombres tradicionales y los innovadores ( 49,99% en cada caso) y las mujeres, en cambio, se inclinan por idioma nacional y argentino ( 56,52%) . Esta tendencia innovadora en los hablantes sanjuaninos se incrementa en Ia franja etaria de los mas jovenes (20 a 34 aiios), ya que tanto hombres como mujeres prefieren los nombres que aluden a nuestra realidad nacional. Los hablantes mendocinos j6venes de ambos sexos, por el contrario, mantienen un equilibrio entre ambos tipos de denominaciones (63% en cada caso). Es interesante destacar que estas opiniones se refieren a! nombre que "deberia llevar nuestra lengua" ; cuando se les pregunt6 que nombre usan realmente, el 87% de cuyanos contest6 castellano. • En Ia segunda serie de preguntas, las que apuntan a determinar quien dicta las normas de correcci6n a! hablante argentino, los datos muestran que los hablantes mendocinos consideran que sonIa Academia espanola y argentina, los escritores y los hablantes cultos argentinos, si bien las mujeres y los j6venes sostienen Ia hegemonfa de Ia Academia Argentina de Letras. En San Juan se advierte una marcada preferencia por las normas que dicta Ia Academia Argentina en las tres generaciones y sexos y muy bajos porcentajes de preferencia por los usos de Ia gente culta de Ia propia regi6n, de alguna otra regi6n del pafs o de escritores consagrados. • Las preguntas por los posibles modelos lingiitsticos revelan que para los hablantes mendocinos no existe una region o generacion modelo. No .consideran el hablar de los locutores de los medios masivos de comunicaci6n como de mayor prestigio, salvo en el caso de los j6venes, ni valoran el habla de los doblajes de pelfculas como mejor ni peor, simplemen-
EL ESPANOL CUYANO
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te Ia consideran diferente (62%). Los hablantes sanjmminos consideran que si bien no existe una region que hable mejor, sf hay una gcneracion que utiliza con mas propiedad y correci6n el idioma: Ia intermcdia o segunda generacion. En los demas aspectos hay una total coincidencia con las opiniones de Mendoza. • Las preguntas que apuntan a conocer Ia actitud de los hablantes hacia Ia lengua oral y escrita en relaci6n con registros mas o menos.fonnales, revelan que los cuyanos de ambas provincias son tradicionalistas y rechazan tendencias nuevas que sugieren escribir como se habla; prefieren registros mas formales. Sin embargo, aceptan Ia inclusion de lo familiar, popular y min vulgar en Ia obra literaria. • Con respecto al modelo de lengua materna que debe enseriarse en Ia escuela, Ia opinion de los hablantes mendocinos esta dividida. El 50% opina que debe enseiiarse el modelo de lengua escrita y los restantes, con preponderancia de los mas j6venes, ambas modalidades, escrita y oral. En San Juan, el 45% prefiere el modelo de lengua escrita, el 25% Ia oral y el 30% ambas. Con respecto a las formas de tratamiento de segunda persona , el 58% de los hablantes mendocinos y el 45% de sanjuaninos esta a favor de Ia ensefianza del tuteo en Iugar del voseo pronominal y verbal, mas conservador en los hombres de segunda y tercera generacion que en las mujeres y en los j6venes. Con respecto a las formas de sujeto en segunda persona del plural, en cambio, prefieren ustedes a vosotros; Ia forma posesiva de ustedes es preferida a vuestra en todos los casos. • Las respuestas a las preguntas sobre que es hablar bien y mal muestran una actitud crftica negativa del cuyano hacia el habla de los argentinos en general. Como conclusion, advertimos que existe cierta unidad de criterios en los hablantes cuyanos de Mendoza y San Juan, que aparecen en general con actitudes conservadoras hacia Ia lengua, si bien se advierte una tendencia a innovar en las generaciones mas jovenes y en las mujercs.
DESCRIPCI6N DE LA VARIACI6N FONETICO-FONOL6GICA Con respecto a fenomenos fonetico-fonol6gicos, existen muy pocos estudios sobre el habla cuyana. Tal como seiialan algunos autores (Vidal de Battini 1964, Donni de Mirande 1985), uno de los fen6menos caracterizadores en Cuyo es el yefsmo, ya que en Ia variedad regional se iguala Ia realizaci6n de Ill y /y/.Otros fenomenos de variacion estudiados son realizaciones de /s/
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES EL ESPANOL CUYANO
y de lrl. Existen investigaciones terrninadas y otras en curso que analizan estos fen6menos.
.
'
Segt1n Brottier (1980, inedito) se registran en el habla culta de Mendoza cuatro variantes del fonema lyl: lyl fricativa palatal sonora "con un grado de estrechamiento que no llega a! rehilamiento ni ... ensordecimiento ... como se describe en el habla de Buenos Aires", lyl africada palatal sonora, con o sin momento fricativo; 1! I aproximante, "realizaci6n que tiene un grado menor de estrechamiento del canal supragl6tico, de tal manera que deja de percibirse clararnente el ruido de frotamiento ... menor tensi6n articulatoria" y lj I semiconsonante palatal que ocupa el semim1cleo anterior de Ia vocal m1cleo siilibico. Sus estudios muestran que Ia variante aproximante es caracterizadora del habla de Mendoza. AI considerar frecuencia y distribuci6n, observa que en posici6n inicial y tras nasal, Ia variante africada es Ia mas frecuente, le siguen en orden decreciente Ia fricativa y Ia aproximante; en posicion intervoca!ica, se da una preponderancia de fricativa, en segundo Iugar Ia aproximante y mfnima presencia de Ia africada. Finalmente, en Ia posicion forrnada por conjunci6n mas vocal y en diptongo inicial hay una presencia absoluta de semiconsonante. En estos resultados provisorios, Ia autora observa que a diferencia de lo observado en conversaciones espontaneas, en registros de pronunciacion cuidada como Ia lectura de palabras y de textos, se incrementa el m1mero de realizaciones africadas y disminuyen notablemente las aproximantes. Seglin este estudio, en Ia poblaci6n adulta de mayores de veinte afios, no se registra rehilamiento ni ensordecimiento como en el habla de Buenos Aires. Sin embargo, algunos estudiosos como Barb6n Rodriguez (1978), hablando de Ia expansion del rehilamiento de Buenos Aires hacia el interior, caracteriza a Mendoza como "zona de I'll'', y Donni de Mirande (1985) tambien habla de rehilamiento en Mendoza como un fen6meno en expansion. Creemos que el fen6meno de rehilamiento observado por estos autores, tal como aparece en numerosas muestras yen Ia investigaci6n de Brottier, se registra en el habla adolescente y desaparece con Ia adultez. En San Juan existe una investigaci6n en marcha, correspondiente a la tesis de doctorado de Rosa M. Sanou de los Rfos. En 1987 Sanou presenta su investigaci6n ;'Variaci6n sociolingiifstica en el yefsmo de San Juan" en Ia que trabaja con un corpus de lengua oral estratificado por nivel socioeducacional, edad y sexo. e1aborado en base a una entrevista que consta de una parte de conversaci6n semi-libre y otra de lectura (un texto y lista de palabras). Los resultados muestran que Ia poblaci6n sanjuanina es yefsta en todos sus niveles. No obstante, Ia autora sefiala que se registr6 un porcentaje relativamente bajo de realizaciones que implican Ia diferenciaci6n del fonema II/ . La variable (y)
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ofrece en esta comunidad variantes palatales: lyl no rehilada, lzl rehilada y Ill lateral, de las cuales lyl representa Ia norma local. Afirma que a pesar de esto, las otras dos variantes son las que conllevan un valor lingiifstico-social mayor que se evidencia en Ia variaci6n estilistica y estratificacion socioeducacional, con las cuales probaron estar correlacionadas. Con respecto a las realizaciones de Is/, tal como observa Donni de Mirande (1985), "...es mas un hecho que concieme a Ia variaci6n diastratica y diafasica que diat6pica". La autora afirma que en Cuyo, al igual que en el resto del pafs, en posicion explosiva se realiza como sibilante predorsodentoalveolar convexa. fricativa y sorda, yen cuanto a Ia Is/ implosiva, con aspiraci6n y perdida de -s final. En el estudio realizado por Moreno de Albagli y col (1984 ). "La -s implosiva o posapical mendocina", se parte de Ia hip6tesis de que en el habla mendocina Ia -s implosiva adopta distintas realizaciones que se vinculan con el contexto lingi.ifstico y sociolingiifstico en que son producidas. Desde el punto de vista lingiifstico, se distinguen las siguientes subvariables: /-s/ 1 en posicion interior de palabra, delante de 1 , 1-s/2 final de macrosegmento y 1-s/1 final de palabra en el interior del macrosegmento. Las variantes analizadas para (-s ) 1 fueron: I h 1 aspiraci6n articulada sin fricci6n, de timbre variable , a veces asimilada a Ia 1 siguiente, /hi aspiraci6n fortis, con fricci6n en Ia cavidad bucal y I • I sibilante predorsodentoalveolar Ienis. Las variantes para 1-s/2 fueron : I• I como en 1-sl 1 J01 elision completa y I ? I cierre glotal. Las variantes para 1-s/1: !•! - fh I - 101 y asimilaciones a Ia consonante siguiente con realizaciones de lxl y If/, por ejemplo I di• xustol (disgusto). En cuanto al estilo, se trabaj6 con cuatro grados de formalidad: conversaci6n espontanea con el encuestador, partfcipe o testigo, respuestas al cuestionario oral con los datos personales del informante, Jectura de un texto y lectura de palabras. A partir del analisis del material se deterrninaron tres clases de variantes con diferencias artieulatorias muy notables: s- 0 lsi sibilante; s- 1 /hi aspirada y s-2 10 I elidida. Se seleccion6 una muestra estratificada segtln variables de nivel socioeducacional , de edad y de sexo, de 90 informantes. Las conclusiones provisionales permiten al equipo de investigaci6n sefialar que Ia aspiraci6n y Ia elision son dos etapas sucesivas muy generalizadas en Ia conversaci6n espontanea y que decrecen conforme el estilo se haec mas formal ( por ejemplo en Ia lectura de palabras prevalece Ia sibilante). Con respecto a /r/ existen estudios en march a en Mendoza y en San Juan.
188
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EL ESPANOL DE LA ARGEJI!TJNA Y SUS VARJEDADES REGIONALES
En "Realizaciones de lrl en Mendoza" (Moreno de Albagli y cols. 1984) se parte de Ia hip6tesis de que en el habla mendocina se registran por lo menos tres variantes de Ia consonante alveolar vibrante multiple, sonora, oral (r): trl vibrante multiple, propia de Ia lengua general, descripta por Navarro Tomas y Quilis como perteneciente a Ia lengua estandar, If/ fricativa alveolar sonora asibilada, caracterizada como tfpica de Ia pronunciaci6n de Ia region andina y IJ.I fricativa alveolar alargada sonora. Se tuvieron en cuenta dos tipos de contextos lingiifsticos: 1) con respecto a Ia juntura: en posici6n inicial absoluta y en el interior del macrosegmento (inicial de palabra o interior); 2) con respecto al acento: en sflaba tonica y en sflaba atona (pret6nica o post6nica). El analisis del corpus estratificado permiti6 llegar a algunas conclusiones provisorias. Se observa que Ia realizaci6n fricativa, con o sin asibilaci6n atribuida a nuestra provincia en estudios generales (Donni de Mirande, 1985) noes Ia mas frecuente en el area urbana. Parecerfa que el al6fono vibrante multiple es indicador de prestigio -impuesto por los medios de comunicaci6n masiva y Ia escuela- ya que los informantes mas j6venes (primero y segundo cronolecto) y de los sociolectos alto y medio lo emplean por sobre las otras realizaciones, especialmente en registros mas formales. Sanou de los Rfos (1987) en "Variantes de (r) en San Juan", describe.Ja gama de variaci6n lingiifstica que existe en las realizaciones de hablantes nativos y residentes de San Juan, sobre un corpus estratificado por niveles socioeducacionales, sexo y edad, en conversaci6n semi-libre desarrollada en base a preguntas motivadoras, lectura de un texto y. de una lista de palabras. Observa que la variable (f) se manifiesta a traves de tres variantes principales: l) Ia I , I vibrante, 2) Ia I J I fricativa y 3) Ia IV asibilada, siendo el contraste mas importante el de asibiladas y no-asibiladas. La forma tfpicamente local y que constituye Ia norma es, segun esta autora, Ia asibilada: del total de casos registrados, el 80 % corresponde a esa variante. Las dos no-asibiladas, con s6lo el 20% representan solo formas marginales en San Juan. Sin embargo, Sanou aftrma que si bien las no-asibiladas son variantes secundarias, conllevan un valor lingUfstico de prestigio social " ... que se evidencia en el hecho de que en aquellas situaciones que requieren un estilo mas cuid~do su porcentaje aumenta de !Jianera considerable, de 16,4% en Ia conversaci6n a.35,5% en Ia leeturn. Por otra parte, tambien es una indicaci6n del prestigio lingUfstico-social que encierran el que sean notablemente mas utilizadas por los miembros del nivel socieoeducacional medio-alto, en tanto que practicamente no forman parte del sistema fonetico del nivel mas bajo". (p. 195). De las dos variantes no-asibiladas, Ia vibrante parece ser Ia mas identificada con Ia noci6n de prestigio o correcci6n. Existe una tradicional polaridad entre lrl, como Ia variante portena, y I J I asibilada, Ia provinciana. Segt1n este es-
EL ESPANOL CUYANO
J8Q
tudio, las informantes femeninas presentan mas realizaciones de IJ.I vibrante, es decir que prefieren una pronunciaci6n mas cuidada. Por otra parte, son los adultos los que presentan las cifras mas altas para las no-asibiladas, muy especial mente los de Ia clase media-alta (64,3%). Tambien son los que reflejan·un comportarniento mas diferenciado por estilos, asf por ejemplo se da un 28,2 % de no-asibiladas para Ia lectura. AI analizar Ia incidencia de Ia variante asibilada, Ia autora observa que: l) los j6venes de todos los grupos tienen los val ores mas altos, tanto en las cifras globales por edad como at combinarlas con estilo, sexo y nivel socioeducacional; 2) en el caso de los varones, existe una perfecta progresi6n lineal decreciente de los informantes mayores a los mas j6venes y 3) los resultados que consideran Ia edad y Ia clase socioeducacional conjuntamente repiten ese movimiento descendente (excepto los adultos de la clase media-alta). Por esta raz6n, Sanou cree que en San Juan se esta produciendo un cambio: las variantes no asibiladas estan perdiendo su valor lingiifstico-social, a la vez que esta en aumento el prestigio de Ia asibilada como forma tfpica regional. Con respecto a las vocales, existen estudios referidos al habla rural de Mendoza (Cubo de Severino, 1985). Los estudios muestran que los fen6menos de variaci6n observados se relacionan con las variables de nivel sociocultural y caracterizan en general el habla rural de las distintas zonas del campo cuyano y argentino. Se observan principalmente cuatro grupos de fen6menos: 1) modijicaci6n de una vocal en Ia articulaci6n (i.e. f6sf'ro, fonema fo/ relajado, inacentuado en posici6n post6nica), en Ia cantidad (i.e. kG: bra, alargamiento de Ia vocal tonica), en Ia intensidad (i.e. sientense, forma verbal con pronombre enclftico t6nico; mama, te/egrama, sandia, aerodr6mo, cambio de vocal acentuada); 2) perdida, reducci6n u omisi6n de una vocal (i.e. 'ta manana, 'perame, 'tudiaba, perdida de Ia silaba inicial; l'harina, m'hijo, reducci6n en dos vocales iguales concurrentes; hastuno, Ogenia, omisi6n de una vocal del diptongo descendente) ; 3) sustituci6n de una vocal por otra (i.e. tenimos, podimos, escuro, en contexto de una sola vocal; pior, cam bean, en contexto de dos vocales;jab/a, consonantizaci6n de lui; 4) adici6n de una vocal (i.e. asigW!, en posici6n inicial; piedrada. ca/ientito, por propagaci6n del diptongo; esc11endo, por analogfa con verbos regulares). Algunos de estos desplazamientos en el sistema fonol6gico de las vocales se dan con cierta frecuencia aun en habla urbana, segun se observa en Ia siguiente tabla:
/90
EL ESPANOL DE LA ARGE!VTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
TABLA I Variaci6n vocalica en habla urbana mendocina
I
Variantes Vocalicas
Nivel alto
Nivel medio
Nivel alto
sientense
85%
90%
95% 95%
autodr6mo
70%
80%
'penime, 'cequia
85%
95%
98%
l'harina
87%
90%
99%
calientito
52%
76%
88%
EL ESPANOL CUYANO
191
sustantivos femeninos terminados en -o, el comportamiento de las variables sexo, nivel sociocultural y edad de los hablantes, muestra que en todos los grupos se usan las dos variantes de genero. La variante en -o es levemente superior en los hombres, en hablantes de nivel medio y de mayor edad. Con respecto a los sustantivos masculinos terminados en -a, vemos que Ia variante femenina, integrada, es Ia mas frecuente. La variante masculina no presenta diferencias significativas en cuanto a\ sexo, es mas frecuente en nivel bajo yen hablantes de tercera generaci6n. En habla urbana, las frecuencias son similares en nivel bajo. De los mencionados, s6lo Ia forma el/la dfnamo se registra en nivel medio y alto. -
... tiene Ia forma de una batefta, asf, de un sarten.
- ... gente de muy mucha edad avamada ya. que no sufre Ia ca/(Jr u·emenda ... - ... es una color media tierra ... una color rosadita ...
DESCRIPCI6N DE LA VARIACI6N MORFOSINTACTICA La variaci6n morfosintactica ha sido estudiada por varios autores en investigaciones que abordan zonas incluidas en Ia regi6n cuyana.
~
Consideraremos en primer Iugar, algunas variaciones en el genera y el numero de los sustantivos, seg6n estudios realizados en habla rural mendocina, (Cubo de Severino, 1992, 1993) y observaciones asistematicas de su uso en habla urbana. A fin de facilitar Ia lectura citaremos ejemplos del corpus para acompaiiar Ia descripci6n correspondiente a cada variaci6n observada.
Genero de los sustantivos Se observan variaciones de altemancia de genero por sustituci6n paradigmatica y sintagmatica en las siguientes oraciones del corpus. -
(.lienen radio, qu6 emisora escuchan? ( encuestadora)
- Sf, 'el radio lo escuchamos a eso de las nueve ...a las cuatro escuchamos los comunicados y a Ia noche las radios chilena.v.
En las oraciones citadas -yen otras en las que aparecen un colitis, una hojaldre- se registran sustantivos terminados en -e y en consonanate que alternan el genero con moci6n del artfculo, sin rnodificar Ia terminaci6n. Son sustantivos que nose integran en el sistema de oposici6n masculino-o/femeninoa. Analizando Ia frecuencia relativa de aparici6n del fen6meno en habla rural mendocina, hemos observado que Ia variable 'sexo del hablante' no marca diferencias significativas. La variable 'edad' s6lo covarfa en el caso de los sustantivos calor y color de recci6n antigua femenina, ya que las forqtas femeninas son usadas s6\o por hablantes mayores de 55 afios. En el caso de la color su uso es exclusivo de ese grupo de edad, lo que permite predecir una pronta desaparici6n del fen6meno. En habla urbana, no hemos registrado ning6n uso de Ia color: La variable 'nivel sociocultural' covarla si agrupamos los sustantivos estudiados teniendo en cuenta "variante estandar/ no estandar". En efecto, las variantes no estandar son significativamente las mas frecuentes en todos los grupos de habla rural. Sin embargo, en hablantes de nivel alto, los usos estandar/ no estandar casi no presentan diferencias (52% y 48%) respectivamente. En habla urbana. por el contrario, las formas estandar se registran en e1 90% de los casos.
- .• el reuma es de frio ... a veces da reuma dolorosa.
- ... como e/ agua es tan escaso ...
En los enunciados citados -y en otros en los que aparece el/la dfnamo, unluna enema- observamos sustantivos asexuados que alteman su genero con moci6n del articulo. Son sustantivos que se integran en el sistema de oposici6n masculino-o/ femenino-a. Segun analisis de frecuencia en habla rural, en los
..l' agua es clarita ... ... El azticar esta cam...
... con el hacha bienfilnso. La usamos ...
192
EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
En los fragmentos citados, las marcas corresponden a sustantivos de un genera, no sexuados que comienzan con a- y suelen registrar variaciones de genero, se integren o no en el sistema de oposici6n masculino -o I femenino -a. Las variaciones se producen por moci6n del artfculo. Los sustantivos femeni-. nos agua, alma, arena, hambre, hacha, harina, apendicitis, asma, azucar. suelen Uevar adjetivo clasificador masculino cuando aparecen precedidos por el articulo "el"( 30%). No hemos registrado ning11n caso con articulo femenino y adjetivo en -o. La distribuci6n de las variantes de acuerdo con Ia edad, sexo y nivel sociocultural sugiere Ia coexistencia de dos tradiciones: en una de elias, el artfculo "el" arrastra Ia concordancia del adjetivo; en Ia otra, mas frecuente, se prefiere "la"y adjetivo femenino. Los datos, sin embargo, no nos permiten afirmar que exista real mente un cambio de gtnero, ya que tanto en Ia referencia pronominal y en Ia formaci6n del diminutivo como en los usos plurales se conserva el genero femenino en todos los casos. Esta variaci6n se da tanto en habla rural como en habla urbana mendocina La vacilaci6n en Ia elecci6n del artfculo se refiere tanto a sustantivos que comienzan con a- tonica como con a- atona.
1'.
... t,Necesita un lapicero?
... Pas:i el azucarero. ~·
Se registra, en habla rural y urbana, altemancia de genero con mocion de Ia terminaci6n en los dos sustantivos marcados, derivados con sufijos de dos terminaciones. La tendencia general en ambos casos es bacia Ia forma femenina (una lapicera, un azucarero, 81% ). Sin embargo, Ia variable 'edad' influye marcadamente en Ia elecci6n. El 90% de los usos en -ero registrados en el corpus corresponde a hablantes de mas de 56 afios. .. .Ia medica dijo... el doctor de Malargiie y fa doctora del Manzano di-
jeron... Algunos sustantivos como los citados, con genero motivado en los que el cambio de contordancia esta en correlaci6n con Ia informaci6n sobre el sexo del referente u otro aspecto del contenido, distinguen mediante palabras distintas (heter6nomos), por moci6n de morfos distintos o por moci6n del articulo, los generos masculino y femenino. Pertenecen a este grupo los sustantivos que designan ocupaciones, oficios, cargos y apelativos de persona y diferencian el sexo del referente por mocion del articulo y oposici6n morfematica. ... que no se me aparezca Ia tigra ...
EL ESPANOL CUYANO
193
Algunos nombres de animales sin distinci6n de sexo pasan a diferenciarlo desarrollando marcas de flexion: oposicion morfematica y moci6n del articulo. No se registra Ia forma tigresa, usado en otros lugares. ...primero Ia Rosario que tiene ...como veinticuatro (aiios) ... despues ... el Cecilio ... , despues el Carmen y otros tres ....
En el habla de Mendoza y San Juan, los nombres propios de persona, antrop6nimos, sefialan el sexo del referente mediante una marca de genero en todos los casos: moci6n de Ia terminacion y/o moci6n del articulo. El uso del artfculo con nombre propio aparece en el 100% de los h~blantes rurales y en 72% en hablantes urbanos. ... La cuchilla es mas grande, mas filosa tambien, es una herramienta para trabajar. Ahora el cllcltillo lo usamos para comer en Ia mesa, porque es mas manuable.
Hemos registrado algunas distinciones lexico-semanticas unidas a las terminaciones -o /-a, que varian en Ia comunidad y no siempre se mantienen . Ademas de cuchilla/cuchillo, ya citados, aparecen bolsa/holso, lefiallefio, lmertalhuerto. El comportamiento de las variables sociales muestra diferencias poco significativas en cuanto a! nivel sociocultural de los hablantes. La variable 'edad' covarfa solo en las oposiciones leno !lena, huertolhuerta, en las que Ia distinci6n semantica es casi exclusiva de hablantes de mas de 55 afios. 'La variable sexo marca diferencias significativas, ya que mientras las mujeres establecen las distinciones semanticas en el 80% de los casos, los hombres solo lo hacen en el 60%. Esta diferencia se mantiene en todas las oposiciones estudiadas. Las caracterfsticas de Ia variaci6n en el genero de los sustantivos, de las que citamos solo algunas por razones de espacio, muestran una tendencia central del grupo a crear Ia marca de genero por moci6n de Ia terminaci6n si el genero es relevante, y si no lo es, prefiere el procedimiento extemo de moci6n del articulo.
Numero de los sustantivos En Ia comunidad estudiada los sustantivos terminados en vocal tonica atternan cuatro formas de plural segt1n las terminaciones:-s, -es, -ses y -0 con diferente frecuencia segun su distribuci6n. En un estudio realizado en habla ru-
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EL ESPANDL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
EL ESPANOL CUYANO
ral mendocina, investigamos Ia alternancia de usos en una serie de palabras mediante encuesta semiestructurada y comprobamos los datos que aparecen en Ia siguiente tabla: TABLAD Numero de los sustantivos. Habla rural mendocina No 90 sustantivos
•S
aj{, ale{{, cafe,
X
-es
-ses
·0
X
X
c~p~jacarand4
'!11
...
195
La preferencia por una u otra variante seglln los grupos aparece en Ia siguiente tabla: TABLA III Formaci6n del plural en algunos nombres compuestos. Habla rural mendocina N" 90 hablantes
-s en segundo . elementos
-sen ambos elementos
·0
man(, menu, ombu, mb£. sofa
nivel alto
29%
4%
3%
nivel medio
20%
8%
6%
nivel bajo
17%
10%
5%
borcegui, esqui
X
domino, mam4 papa
X
X
pie, te
X
X
X
X
En general, las terminaciones de plural mas frecuentes en habla rural son las no estandar -0 (56%) y -ses (34%). Las variantes -s (16%) y-es (6%) son las menos usadas en este tipo de sustantivos. Los sustantivos terminados en consonante, en general , forman el plural con -es. Pero en palabras de origen extranjero, segun encuesta, alternan las formas -es /-0 en: cassette, club, d6lar; hall, Uder; pullover. restaurante, sandwich, short, vermouth, yogur, en las que casi no existe conciencia Iingtlfstica de vocablo extranjero. Otros sustantivos (petromax, carnet) alternan las formas -s :: -0, con previa perdida de Ia consonante final. No covarfan con las variables sociobiol6gicas y Ia variante mas frecuente en todos los grupos es -0. Los nombres compuestos alteman en algunos casos Ia pluralizaci6n del primero y segundo: segundo elemento, reflejando Ia mayor o menor cohesi6n entre sus componentes. Una tercera variante -0 deja sin marca de plural los dos elementos. investigamos mediante encuesta semiestructurada el uso de avemaria, bocacalle, botamanga, casaquinta, damajuana, guardamonte, media/una, padrenuestro y sordomudo. La variante de mayor uso es Ia que pluraliza solo el segundo elemento. Las frecuencias totales se distribuyen de Ia siguiente manera: -s en segundo elemento
-s en ambos elementos
60%
20%
~~--~-
primera generaci6n
22%
9%
2%
segunda generaci6n
20%
8%
6%
tercera generaci6n
24%
12%
5%
masculino
38%
9%
8%
femenino
28%
11%
6%
La variante -sen el segundo elemento (i.e. bocacalles) es Ia mas frecuente en todos los grupos. La variante -sen ambos elementos (i.e. bocascalles) es mas usual en hablantes de mas de mas de 55 afios, inusual en j6venes , sin diferencias significativas por sexo. Poco frecuente en nivel sociocultural alto. La variante -0 (muchas bocacalle) es poco frecuente en todos los grupos. Algunos nombres como escaleras, pantalones, que carecen de singular y designan unidades formadas por dos elementos alteman -s :: -0, con formaci6n de un singular. Cuando aparece Ia variante -s (presencia) para designar una unidad no existe oposici6n singular/plural. Seleccionamos para nuestra investigaci6n: alforjas, alicates, bombachas, ca/zoncillos, escaleras, pantalones, pinzas, tijeras. La variante -s (uso d~ plural) representa el 24% de Ia muestra y Ia variante -0 (presencia de singular y oposici6n singular/plural) representa el 76% por lo que es significativamente Ia mas frecuente. Todos los grupos prefieren 0. Teniendo en cuenta Ia edad, Ia mayor frecuencia de Ia forma singular se registra en los j6venes, mientras en los hablantes de mayor edad casi se igualan los valores de las dos variantes. El nivel sociocultural no marca diferencias significativas y el sexo sefiala mayor uso de -0 en hablantes femeninos. Si analizamos, en general,la preferencia por el procedimiento, altemancia y/o presencia/ausencia, para designar el plural. vemos Ia alta frecuencia de Ia
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
variante -0 en todos los fen6menos de variabilidad de ntimero. Esta es una caracterfstica del habla rural y el nivel bajo del habla urbana. Serfa interesante saber si Ia caracterfstica de los mendocinos que Ia gente comtin describe como "comerse las eses" se debe a variaci6n fonol6gica y preferenda porIa variante aspirada a final de palabra, o a Ia preferencia de -0 en las formas de plural.
197
EL ESPANOL CUYANO
una suave curva descendente desde el nivel sociocultural alto al bajo. Por otra parte, el habla de los hombres mantuvo porcentajes generales superiores (-a 40%) al de las mujeres (-a 20%). Dada Ia peculiaridad del fenomeno, ampliamos Ia encuesta y extendimos el universo a hablantes urbanos sanjuaninos y mendocinos. Los datos obtenidos aparecen en Ia siguiente tabla:
TABLAIV. Femenino de adjetivos de una terminaci6n en -E
,•ll
N"90
El articulo
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El estudio realizado en habla rural mendocina muestra, en general, pocas variaciones con respecto a los usos registrados en el espaiiol estandar. Las variaciones se refieren especialmente al uso de articulo con nombre propio y sobrenombre de personas, como ya dijimos y con nombres propios de animates. Esta forma se aplica a personas de menor o igual edad y jerarqufa que el enunciador, pues en los demas casos se utilizan formas de tratamiento ( don, doiia) .Su uso conlleva el significado de "trato solidario e indica que Ia persona aludida con el artfculo + el nombre es conocida por el enunciador, sin interesar si el oyente lo conoce o no. En habla urbana no se registra este uso, ya que el uso del artfculo ante nombre propio s61o aparece para indicar al oyente que la persona referida es de su conocimiento.
El adjetivo Las variaciones de genero y ntimero del adjetivo siguen las mismas pautas y frecuencias que las del sustantivo al que acompafian. S6lo seiialaremos algunas variaciones de g~nero en adjetivos de una terminaci6n que pasan a un sistema de dos terminaciones: -a::-o/-a; -0 :: -o/-a (i.e. trabajador viticolo, enfermera principala, maestra suplenta). El hablante rural, en todos los grupos de edad, nivel y sexo, tiende a marcar morfo16gicamente el sexo del referente animado. El uso de Ia tercera variante, sin embargo, presenta diferenciaci6n por grupos poblacionales. Para registrar esta variaci6n, que tambi~n se da en otras regiones del pafs, realizamos una encuesta en base a una selecci6n de adjetivos en -e propuesta por Sanchez LanzaMartino (1987): farsante, obediente, practicante, pudiente, suplente y vidente. Los resultados en habla rural muestran que Ia concordancia del adjetivo con el sustantivo en -a se registr6 solo en hablantes de primera y segunda generacion (jovenes y de edad intermedia), lo que hace pensar en un cambio en marcha. Sin embargo, no aparece como una variante prestigiosa ya que Ia frecuencia marca
nivel
-e
edad
-a
-e
-a
sexo
-e
-a
56% 44%
alto
80% 20% I generacion
42% 58%
femenino
medio
82% 18% 2 generaci6n
68% 32%
masculine 70% 30%
bajo
40% 60% 3 generaci6n
80% 20%
--·--
Tal como aparece en Ia Tabla IV, las tendencias generales de los grupos son similares en habla urbana. Por una parte, se observa un mayor uso de -e en los niveles socioculturales alto y medio, en Ia segunda y tercera generaci6n y en ambos sexos (superior en los hombres). Por otra parte se observa una tendencia al uso de -a en nivel bajo yen hablantes de primera generaci6n. Esto seiialarfa dos fuerzas en pugna: Ia de los jovenes, renovadora, que prefieren un femenino en -a y Ia de los de mayor prestigio y edad que prefieren Ia conservadora en -e. Los datos cuantitativos globales no permiten hacer una predicci6n, sin embargo, si distinguimos entre los resultados obtenidos por palabra, observamos que los adjetivos estudianta, practicanta y sirvienta (de uso frecuente como sustantivo) muestran un incremento notable en su uso, a diferencia de los restantes adjetivos encuestados. Las variaciones de ntimero en el adjetivo son rnfnimas. Se reducen a Ia altemancia en Ia distribuci6n de los alomorfos de plural en algunos sustantivos terminados en vocal-s:: -ses (iranfs/iranfes) y -0 en adjetivos de origen extranjero (estrech)
Variaciones en el verba Con respecto al estudio de variaciones en las formas verbales, en habla cuyana, solo conocemos proyectos en marcha, en Ia provincia de San Juan y de Mendoza, en el marco del "Estudio del espaiiol de Ia Argentina meditern1nea'' ya mencionado.
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EL ESPANOL DE LA ARGENTINA Y SUS VAR!EDADES REGIONALES
En el "Estudio del espaiiol hablado en San Juan: formas de preterito del Modo Indicativo" (Jaime de Arrieta, Stella y Mirta Cuadros de Besega, 1994), seg\1n consta en un informe inedito, el objetivo es "detectar las preferencias del hablante culto sanjuanino acerca de las formas verbales de Preterito del Modo lndicativo en lengua oral, determinar el valor temporal entre el preterito simple y el preterito compuesto y el valor aspectual entre el preterito imperfecto y el preterito simple". La conclusiones a las que arriban las autoras son las siguientes: 1) en el uso de las formas de preterito del Modo Indicativo en Ia ciudad de San Juan se ha producido un desplazamiento del preterito compuesto por el preterito simple ( 92%) 2) al comparar las tres formas de preterito del Modo Indicativo, registran un 56% de uso de preterito simple, un 38% de preterito imperfecto y un 6% de preterito compuesto. Por otra parte, destacan Ia funci6n pragmatica de Ia forma verbal elegida en una situaci6n comunicativa determinada y registran usos orales en los que el hablante usa formas de preterito y adverbios u otros indicadores de tiempo correspondientes al presente. Afirman, finalmente, que "Ia subjetivizaci6n conlleva el debilitamiento del valor semantico de las formas lingiifsticas en favor de nuevos valores pragmaticos". En Mendoza (Moreno de Albagli y col., 1994) se estudi6 Ia altemancia de perfecto simple y compuesto en textos orales y escritos, llegando a Ia conclusi6n de que cada forma tiene sus valores especfficos y atiende a necesidades determinadas. Ambas formas verbales son vitales en Mendoza, y no aparecen en contextos identicos ni por cotexto ( ya que el perfecto compuesto se extiende hasta el ahora de Ia enunciaci6n aunque no siempre se exprese explfcitamente) ni por contexto situacional (es decir, el espacio y el tiempo del discurso que supone un mayor compromiso personal y mayor subjetividad en el empleo del perfecto compuesto), ni aun por contexto mental (ya que en Ia mente · del hablante estan funcionando estructuralmente los dos perfectos y este escoge en cada caso el que mejor sirve a sus necesidades expresivas). El analisis de proporciones de uso muestra un 20% de uso de perfecto compuesto en corpus oral de conversaciones espontaneas y un 25% en corpus escrito de peri6dicos de Mendoza. Esta forma verbal tegistra un mayor uso en sociolecto alto, en tercera generaci6n y en hombres.
Pronombres El primer aspecto que abordaremos es el de los "Usos pronominales personales"(Cubo de Severino, 1989), de acuerdo con los resultados obtenidos en una investigaci6n con datos de un corpus representativo y estratificado por
edad, sexo y nivel sociocultural. En el corpus se han registrado algunas variaciones de caso, persona, ml ro y genero en el sistema pronominal. • En primera persona singular s61o observamos ciertos usos peculiare Ia forma de sujeto y Ia oblicua, que tienden a focalizar Ia informaci6 el enunciador que se convierte en tema, y son car:1cterfstic:1s del h coloquial: Yo, me parece que anda el conmigo Yo, el finado de mi abuelo lo ha visto ... Para mf, que estaba como loca
Tanto en los usos de yo por a mi con verbos de opinion. los de yo en coluto sin verbo o locuci6n para mi + subordinada, son rasgos que recen en hablantes de todos los niveles ,edad y sexo y at ocupar Ia I cion tematica constituyen un refuerzo afectivo de v;ran valor pragma • En Ia primera persona plural se presenta el caso de altemancia nos:. :: se, porIa no coincidencia de Ia persona de Ia forma objetiva con Ia bal desinencial. La variante no estandar los muestra mayor frecuenci hablantes de nivel bajo (52%) y escasa presencia en nivel alto t (18%) y Ia variante se solo se registra en un 2% de hablantes de nive! jo. La estandar nos, por lo tanto, es Ia mas frecuente. Otros aspectos pueden ser mencionados son, el uso de nosotros/nosotras a diferenci lo que ocurre en otras regiones del pafs en las que s61o se registra Ia rna masculina y el plural de modestia. • Con respecto a Ia segunda persona singular, el fen6meno de mayor 1 vancia es el voseo estudiado por diversos autores como forma de tt miento y en cuanto a Ia morfologfa del sistema pronominal y verbal. mo forma de tratamiento (Cubo de Severino, 1985: Jaime de Arrieta, Cuadros de Bessega, M. 1993), se advierte que tanto en San Juan cc en Mendoza, se usa exclusivamente el pronombre vos para tratami informal de segunda persona singular. No se registra el uso de tu. El sistema utilizado contempla usos simetricos y asimetricos de ~·o.< • ted, con variaciones seg\1n el tipo de relaci6n entre los interlocutore edad, el sexo y el nivel sociocultural. El vos en habla urbana cuyana ne un uso muy extendido y con tendencia a seguir creciendo En usc metrico vos-vos, se usa entre familiares, amigos, conocidos y aun de nocidos, variando su frecuencia de acuerdo con las variables ya men nadas. En el ambito familiar o primario es de uso absoluto entre espc y hermanos, y casi absoluto entre primos de igual cdad ( en segunc
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EL ESPAfilOL DE lA ARGENTINA Y SUS VARIEDADES REGIONALES
tercera generaci6n, nivel bajo se registra un 20% de trato simetrico UdUd. cuando el trato es discontinue). En las relaciones entre dfadas de parientes de diferente edad: padres-hijos, tfos-sobrinos, abuelos-nietos se observan diferencias seglln Ia edad y el nivel sociocultural det hablante.Los datos muestran Ia variaci6n desde un tratamiento asimetrico en el que predomina Ia noci6n de autoridad, correspondiente al grupo de mas edad, bacia un tratamiento solidario y familiar propio de Ia primera generaci6n. La variable sexo no muestra diferencias significativas en el ambito primario. En el ambito secundario, entre amigos, predomina el uso vos-vos entre conocidos alleman los usos simetricos. formales e informales (Ud-Ud.lvos-vos ) Las diferencias se registran en los grupos generacionales. Los amigos de Ia misma edad, usan vos-vos en un 80% en tercera generaci6n, 90% en segunda y 100% en los mas j6venes en Mendoza. En San Juan, 42% en tercera, 64% en segunda y 90% en primera. El trato con desconocidos en Ia calle (comerciantes, transeuntes, compafieros circunstanciales de asiento, mozos de restaurante) refleja un 100% de trato simetrico Ud.-Ud. cuando los desconocidos son mayores, que disminuye a 50% en el grupo de primera generaci6n cuando son desconocidos de Ia misma edad.En Mendoza, estos valores cambian de manera asistematica si el trato con desconocidos es en una fiesta en casa de un amigo. En e1 ambito terciario o laboral, en donde se establecen relaciones de dependencia, vemos un uso asimetrico en Ia relaci6n jefe-empleado, que es muy marcado en el nivel bajo, primera generaci6n y depende no s6lo de las diferencias de edad sino tambien de Ia ocupaci6n. En ambitos como Ia escuela, Ia iglesia y Ia milicia, el trato es generalmente pre-establecido, predominando el trato recfproco de respeto Ud.-Ud. Los aspectos morfosintacticos del voseo (Moreno de Albagli y cols., 1987; Jaime de Arrieta, S. y Cuadros de Bessega, M, 1992) en ambas provincias se registra con caracterfsticas similares. En el uso de las formas pronominales se evidencia el predominio de vos tanto en funci6n sujeto como en Ia de termino de preposici6n, en todos los sociolectos y cronolectos. En cuanto a las formas verbales, en el uso de lmperativo se registra un marcado predominio de Ia forma verbal voseante en todos los nive1es con porcentajes mas elevados en nivel bajo. En presente de lndicativo, se observa en general uria leve preferencia de las formas voseantes frente a las tuteantes, elegidas estas ultimas por los hablantes de nivel . medio. En presente de Subjuntivo, los porcentajes entre formas voseantes y tuteantes son equilibrados en los tres sociolectos en San Juan, los hablantes mendocinos, en cambio, prefieren el tuteo en los niveles alto
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y medio y voseo en el bajo. Los datos no permiten determinar si 1: racterfsticas fonematicas y acentuales de los verbos tienen inciden< las formas elegidas. En sfntesis, se puede afirmar que el voseo es un lidad en el uso de los hablantes cuyanos urbanos y un fen6meno q sigue extendiendo. Los estudios sobre el tema en habla rural( Cul Severino, L. 1990), en cambio, muestran que en el campo Ia exte del fen6meno es mas restringida, aunque tambien se observa Ia tend a un mayor uso de voseo, especial mente en las mujeres y en los ha tes de primera generaci6n. • Con respecto a Ia tercera persona, es importante destacar que se ml ne Ia distinci6n entre dativo y acusativo en masculino y neutro le(s), y nose registra lelsmo .La forma refleja si solo se ma en frase chas, consigo tambien es inusual. Otros aspectos del pronombre han sido estudiados en habla rural (el nombre sujeto explfcito. pronombres demostrativos y rosesivos. Cuho d verino, 1989, 1990).
ESTUDJOS SOBRE VARIACI6N LEXICA Un aspecto estudiado exhaustivamente por Cesar Quiroga Salcedo (l 1987, 1989, 1990 y 1991), Afda Gonzales de Ortiz (1987) y Vivtana G Pantano (1989), es el de Ia Onomastica cuyana: Toponimia y Antroponi Este equipo de investigadores, que ademas trabaja sobre folklore cuyanc iniciado un Diccionario de regionalismos de Ia provincia de San Juan Atlas lingilfstico de Cuyo. En el area de etnolingiifstica, realiza un estudi· tegral del dialecto huarpe-allentiac y Onomastica aborigen de Cuyo. Otros aspectos del texico han sido estudiados por Berta Vidal de B~ ( 1985) en su estudio sobre "El espafiol de Ia Argentina. Ellexico" y sus ol vaciones se extienden tambien a Ia zona de Cuyo. Abundancia de arcafsmc habla urbana, (saber por soler, pararse por ponerse de pie, pollera por fi zonzo por tonto. barrial por barrizal, monte por bosque, sentir por o{r, v~ por vez) y en habla rural (agora, ansina, aparencia, cencia, escrebir, esc medecina, mesmo, naide), indigenismos (camote, cacao, galp6n, cltacra cro, clulrque, anana; del mapuclte mal6n, coir6n, huemul, laucha, choi chingolo, Cuyo) y marinerismos (rancho, sucucho, tajamar, embarcadero cada, balde, roldana, mazamorra, chusma, broma, flete, rebenque y chic travesfa, zonda).
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Uxico y cultura
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Para tenninar, nos gustarfa volver a las intuiciones lexicas que, seg11n dijimos al comenzar el capftulo, penniten al hablante reconocer una variedad y mostrar como una palabra como choique se relaciona con un campo lexico es-pedfico y con Ia cultura de una region. Entre las practicas tradicionales del hombre de campo cuyano y de otras regiones argentinas, se encuentra Ia caza de guanacos y choiques. Este es un arte casi ritual. Por supuesto no nos referimos a Ia cai:a con armas de fuego sino a las boliadas. Nos parece ilustrativo tenninar el capitulo con este tema, porque resume Ia relaci6n entre lo que hace y dice el cuyano. Las tecnicas de adquisici6n (caza, pesca, crianza de animales, cosechas) que utiliza un pueblo son Ia uni6n de gestos y de instrumentos para lograr un producto final. A este nivel formarfan ellexico tecnico, en principio, todos los tenninos que nombren utiles o instrumentos, los verbos que correspondan parcial o total mente a una o varias acciones elementales (aprensi6n, percusion o traslaci6n y transmisi6n de Ia fuerza a Ia parte activa) y los sustantivos que nombren productos obtenidos. Lo que aparece a continuaci6n, por Jo tanto, es un vocabulario con demarcaci6n diat6pica, diastnitica y diatecnica: ellexico de los cazadores de guanacos y choiques en el Sur mendocino (Cubo de Severino, L., 1991). El orden de exposicion es onomasiol6gico, es decir, agrupando las entradas por materia. La relacion "palabras y cosas"es preferible al alfabetico en este contexto, porque permite que el sentido de los tenninos se comprenda por cotexto: 1) La presa. Nombre del animal adulto, de Ia cr[a, colectivo para designar el conjunto (tenninos del elemento natural): La cacerfa del guanaco y el choique aparece como una unidad para los puesteros mendocinos, ya que ambos animates salvajes tienen el mismo habitat y bajan de Ia cordillera de los Andes en Ia misma epoca, cuando Ia nieve les impide obtener alimentos. Por esta raz6n Ia actividad de caza incluye siempre ambas presas. El guanaco, mamlfero rumiante que habita en los Andes meridionales, es designado con ese nombre de origen quechua (wanaku) cuando es adulto. El cahorro o crfa se llama chulengo. Choique, es de origen mapuche, es Ia designaci6n mas frecuente para el avestruz americana, ave corredora de gran tamailo. Tambien hemos regist(l!do los terminos cheuque y choi, del mismo origen mapuche, si bien su uso es menos frecuente. Seg11n cuentan los cazadores, gente de otras provincias usan suri (noroeste y norte argentino) churi (San Juan), ambos terminos de origen quechua, y nandu (litoral) de origen guaranf. Esta terminologla, pues, traza lfneas geogn1ficas en el mapa de las principales lenguas autoctonas de nuestro pals. Re-
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conocen una variedad de avestruz petisa a Ia que Haman overo que esta casi extinguida. Cuando el choique es cachorro se llama charab6n, pich6n que aun no ha emplumado. Algunos informantes aseguran que el avestruz y el choique son animates diferentes: " ...porque el choique tiene tres dedos y el avestruz no, no se cuimtos tiene pero no son tres". Esta informaci6n, sin duda alude a diferencias con el avestruz africana que tiene dos dedos. Refiriendose al guanaco, el conjunto o manada es designado tropa o pino, El jefe del pifio se llama guanaco relincho o centinela y es el mas viejo de Ia manada. Su nombre se debe a que cuando hay peligro relincha para avisar a sus compafieros. Segl1n los informantes, el choique es mas solitario: " ...cuando andan en grupo es que son avestruces lobas o salvajes". El conjunto es llamado l'avestruzada. Se llama barato a los guanacos y choiques que se encuentran luego de finalizada Ia cacerfa y que son dejados para los nifios que se inician en Ia actividad.
2) El arte de cazar La cacerfa es un acto colectivo que se realiza entre los meses de mayo y agosto, cuando los puesteros han regresado de Ia veranada, es decir, el traslado del ganado a Ia cordillera en verano. Cazar es un acto masculino y en general solo los hombres hablan de el. AI preguntar sobre el tema a las mujeres, Ia respuesta es "eso lo sabe if', refiriendose al hombre de Ia casa. Sin embargo, todas las informantes conoclan el significado dellexico si se les preguntaba ( competencia pasiva). El acto se llama guanaquear, ira una guanaca'a o choiquia 'a o simplemente a una boliada. Es una diversion, un ritual y una forma de obtenci6n de alimentos, cuero y lana, en Ia que , tal como dicen, "mas vale mafia que fuerza". Mas alia de estos estudios que los lingOistas hacen sobre el habla de Cuyo, existe una serie de palabras, que se han convertido en sfmbolos del hablar mendocino. Son mendocinismos observados en el habla popular que se citan siempre cuando se intenta imitar el hablar de un mendocino. Fueron recogidos en el Boletfn de Ia Academia Argentina de Letras en marzo de 1950 y hoy, casi cincuenta afios despues, mantienen su vigencia: amogosarse: enmohecerse (ver mogo por moho) alcachofa: alcaucil aguaitar: espiar, mirar beteraba: remolacha cotudo, a: mendocino (proviene de Ia abundancia de coto en Ia regi6n. A veces es despectiv.o)
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cw1wte: hatata curado (estar): estar bebido chupino: angosto (ropa que queda chica) clwscmw: muchacha con cabello hirsuto o mal cortado chapecas: trenzas femeninas chayar (o challar): jugar con agua en carnaval choco: cachorro de perro embelequero: que se enlusiasma facilmente; que es amigo o buscador de no-
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vedades.
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entretencion: entretenimiento flojera: pereza, desgana frezada: frazada gallina: cobarde maleta: valija de colegiales peteco (llevar a ): llevar un nino sobre los hombros pando: poco profundo pororo: maiz frito (pochoclo en Buenos Aires) pillar: tomar a alguien de sorpresa payana: juego de nifios con piedras residencial: pensi6n, casa de huespedes sopaipilla: torta frita surtidor: canilla topar (una calle) : cortarse tema (femenino, Ia) (tener Ia tema, andar con Ia lema): idea fija
De Ia larga lista, s6lo cotudo ha dejado de usarse, y en su Iugar se prefiere menduco. Otros mendocinismos caracterfsticos, referidos a comidas son : tortitas, (en San Juan se llaman semitas, en La Rioja tortillas) , pasteles (empanadas fritas),; enjuegos infantiles: columpio (hamaca), maroma (sube y baja), en vestimenta: falda (pollera) y en designaci6n de lugares: .finca es propiedad rural (en Buenos Aires, es propiedad urbana).
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'' EL ESPANOL DE LA PATAGONIA
Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg CONICET- Universidad Nacional del Snr
INTRODUCCI6N
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Para analizar las caracterfsticas lingOfsticas de Ia Patagonia, resulta imprescindible observar en primer termino sus especiafes condiciones geogr:ificas y demograficas. La Patagonia constituye una vasta extension que comprende casi un 30% de Ia superficie total de Ia Republica Argentina y abarca cinco provincias. Sin embargo, sus habitantes apenas superan el 3% de Ia poblaci6n total del pafs. Su poblaci6n., por otra parte, presenta caracterfsticas muy dispares, tanto en lo que hace a sus zonas de asentamiento, como a su origen y conformaci6n. En efecto, Ia poblaci6n se concentra en determinados puntos, distantes entre sf muchas veces cientos de kil6metros. De tal modo, cerca del 70% de Ia poblaci6n vive en cuarenta y dos centros urbanos, mientras que el resto se halla disperso en Ia vasta extension patag6nica, en su mayor parte en establecimientos rurales ubicados al amparo de valles y cafiadones. Otra caracterfstica demografica, estrechamente ligada con lo ya apuntado, es Ia desequilibrada presencia de ambos sexos, ya que el predominio masculino es rasgo generalizado en tierras patag6nicas, que se acentt1a notablemente a medida que se avanza hacia el sur. Asf, segt1n el censo de 1970 Ia tasa general de masculinidad en Ia regi6n era de 115,7 hombres por cada I 00 mujeres, Ia que en Santa Cruz subfa a 139,3 yen Tierra del Fuego a 172,8. Tambien el porcentaje de ex-
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tranjeros es elevado, ya que en conjunto era del 15,8% yen Santa Cruz llegaba a! 28,24%. Las caracterfsticas demograticas sefialadas son el resultado, por una parte, de las especiales condiciones geograficas de Ia region -con grandes extensio-. nes de tierras aridas y un duro eli rna- y, por otra parte, de sus procesos de poblamiento. Asf, las poblaciones indfgenas originarias -relativamente dispersas yen gran parte nomades- fueron duramente acosadas (en algunos casos hasta el exterminio), y finalmente desplazadas en Ia mayorfa del territorio patagonico, por Ia colonizacion pastoril. basada en Ia crfa del ganado ovino, que constituye hasta el presente Ia actividad principal en Ia mayor parte de Ia region (Fernandez Garay, 1988-1989; Delahaye y Fernandez Garay, 1990). De estas caracterfsticas generales se apartan los grandes valles mas septentrionales -el del rfo Chubut y el de los rfos Negro, Neuquen y Limay- que, gracias al regadfo, han sido objeto de una intensa colonizacion agricola y dieron Iugar a importantes centros urbanos. Tambien constituyen excepciones los m1cleos urbanos cuya actividad central es Ia minerfa o el petrol eo -como Comodoro Rivadavia, Zapala, Plaza Huincul y Sierra Grande- o el turismo, como Bariloche o San Martin de los Andes. La ganaderfa ovina surgio a fines del siglo pasado como importante abastecedora de Ia industria textil europea. El incremento de esta actividad llevo a Ia regi6n a una destacada posicion dentro del mercado lanero nacional e internacional. Sin embargo, por las caracterfsticas extensivas de Ia explotaci6n, Ia actividad, aunque econ6micarnente exitosa, no signific6 un avance marcado en el poblamiento regional, debido a Ia escasa mano de obra que requiere y a que gran parte del personal empleado durante Ia esquila -Ia tarea de mayor requerimiento humano- tiene residencia permanente en Chile y cruza Ia cordillera s6lo para Ia epoca de Ia zafra. Estas condiciones favorecieron la baja densidad demogrlifica y el tfpico poblamiento disperso, con pequefios agrupamientos humanos en los cascos y puestos de los grandes establecimientos rurales. La provincia de Santa Cruz constituye el ejemplo mlis acabado de las consecuencias de este tipo de colonizacion ganadera. Asl el censo de 1895 mostraba que -dejando de !ado Ia poblaci6n indfgena, que no fue computada- apenas se superaban los 1.000 habitantes en toda Ia vasta extensi6n santacrucefia, con un marcado desequilibrio entre los sexos, dado que los hombres eran 748, casi dos veces y media con respecto a las mujeres, que solo sumaban 310. Este marcado desequilibrio perdur6 basta mediados del siglo XX, ya que el censo de 1947 revelaba que en Santa Cruz aun el numero de varones duplicaba al de las mujeres. En los ultimos afios,la erupci6n del volcan Hudson, que cubrio el territorio de Santa Cruz de un espeso manto de cenizas provoc6 gran mortandad de ovejas y favoreci6 el despoblamiento rural. ·
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La provincia de Neuquen tuvo un poblamiento peculiar, dado que en ella se pueden distinguir tres corrientes de poblamiento diferentes, que tienen importantes consecuencias lingiifsticas: por una parte, una corriente chilena, que bacia mediados del siglo pasado pobl6 los altos valles y los reparos cordilleranos; en segundo Iugar, una corriente mendocina que dio Iugar a Chos Mala!, Norquin y otras poblaciones del Noroeste neuquino; y, por ultimo, una corriente de origen bonaerense que avanz6 por Confluencia (actual ciudad de Neuquen) y se ubic6 en Ia region este de Ia provincia. A principios de nuestro siglo lleg6 el ferrocarril a Confluencia y se traslad6 Ia capital de Ia entonces gobernaci6n -hasta el momento Chos Mala!- a ese Iugar, lo que trajo como consecuencia el desplazamiento de buena parte de Ia poblaci6n argentina del interior de Ia provincia a esta ciudad, con el consiguiente aumento de Ia influencia chilena en el norte de Ia provincia. Caracterfsticas muy particulares en cuanto a su evoluci6n y poblamiento presentan los dos grandes valles que atraviesan de oeste a este Ia Patagonia septentrional y central. El valle del rfo Chubut fue poblado en Ia segunda mitad del siglo XIX por colonos galeses que canalizaron sus aguas para irrigar sus campos, asegurando de tal modo el resultado de sus actividades agrfcolas. Por otra parte, Ia canalizaci6n del rfo Negro comenzo en 1884 y adquiri6 un desarrollo importante a partir de 1910, con Ia construcci6n de las grandes obras de regulaci6n de los rfos Negro y Neuquen. El exito de Ia colonizaci6n del Alto Valle llev6 consigo el asentamiento de un numero importante de colonos, en su mayorfa de origen italiano y espafiol, y Ia consolidaci6n de un conjunto de centros urbanos que actualmente concentran a mlis del 30% de Ia poblaci6n patag6nica. Las actividades frutfcolas y vinfcolas de Ia zona posibilitan tareas no s6lo en el campo de Ia agricultura, sino tambien industriales, que han tenido como consecuencia esta concentraci6n poblacional, que se ve notablemente incrementada en Ia epoca de Ia cosecha, cuando afluyen trabajadores de otras parte del pafs y de Chile. Con respecto a Tierra del Fuego, Ia amplia mayorfa de Ia poblaci6n estli concentrada en dos reducidos centros urbanos, Ushuaia y Rfo Grande, que nuclean las actividades administrativas, industriales y comerciales, mientras que el resto de los habitantes se encuentra diseminado en el lirea rural, dedicados a Ia crfa del ovino y a actividades forestales. En este territorio se acent11a el desequilibrio demogrlifico tfpico de Ia Patagonia, ya que en 1947 habla 271 varones cada 100 mujeres, relaci6n que aun en 1960 era de 197 cada 100. En cuanto a Ia proporci6n de extranjeros, en 1947 constitufan las dos terceras partes de Ia poblaci6n, mientras que en 1960 llegaban aun casi a Ia mitad y en 1970 ascendfan al40%, en su amplia mayorfa chilenos.
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CONTACTO DEL ESPANOL CON LENGUAS INDIGENAS E INMIGRATORIAS
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Desde los primeros asentamientos en tierras patag6nicas de hablantes de espaiiol, este estuvo en contacto con lenguas indi'genas. Pese a que el panorama hist6rico de las lenguas indfgenas patag6nicas no resulta totalmente claro, es indudable que los principales contactos entre el espaiiol y las lenguas indfgenas se produjeron con el mapuche, el guenaken (o giiniinakiine), y las lenguas pertenecientes a Ia familia lingtii'stica chon. Esta, segun Jorge A. Suarez (1970), 1 quien ha realizado su clasificaci6n lingtiistica con una rigurosa metodologfa, estaba integrada por cuatro lenguas: reushen y tehuelche, habladas en territorio continental, y shelknam (tambit!n Hamada ona) y haush, que se hablaron en Tierra del Fuego. Las cuatro son lenguas independientes, aunque las dos primeras entre sf y las dos ultimas tam bien entre sf poseen una mayor cercani'a lingtifstica, probablemente debido a Ia contigtiidad geognlfica. De estas cuatro lenguas, el teushen se ha perdido a fines del siglo pasado y el haush en decadas recientes, mientras que del ona s6Jo quedan uno o dos hablantes con muy escaso dominio de Ia lengua. En cuanto al tehuelche, tambien se encuentra en un estado de perdida acelerado, pues hoy quedan menos de treinta hablantes, de los cuales s6lo seis son capaces de mantener una conversaci6n en su lengua materna (Fernandez Garay, 1988-1989). Dado que el guenaken tambien se ha extinguido, el mapuche o araucano es actualmente Ia unica lengua indfgena que se mantiene con cierta vi tali dad en Ia Patagonia argentina. Segl1n los datos del Censo Nacional del lndi'gena (1966-1967), existfan entonces unos 23.000 hablantes de mapuche, concentrados en su mayorla en las provincias de Neuquen (9.000), Rfo Negro (8.000) y Chubut (6.000). Quedan, asimismo, algunos hablantes en territorio pampeano, pero Ia lengua se encuentra allf en proceso de rapida desaparici6n. Tambien en algunas comunidades patag6nicas estudiadas, como el caso de Anec6n Grande (Rfo Negro), el mapuche se va perdiendo, ya que s6lo lo hablan con fluidez los hablantes mayores de cuarenta aiios (Fernandez Garay, 1980). En lo que hace a las lenguas europeas, Ia existencia de un elevado numero de inmigrantes europeos entre los pobladores de Ia regi6n ha hecho que exista una relativa concentraci6n geografica de hab1antes de determinadas lenguas, como los italianos en el Alto Valle y los alemanes y suizos en Ia regi6n cordillerana de Bariloche y San Martfn de los Andes. En general, Ia asimilaci6n lingtii'stica de los italianos radicados en Ia Patagonia fue rapida, al igual que en el resto del pafs, mientras que alemanes y suizos han sido mas conservadores de su Jengua materna.
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Con respecto a los ingleses propietarios y rnayordornos de estancias, su mantenimiento lingliistico se ha visto favorecido por el aislamiento de los establecimientos rurales patagonicos. Un caso especiallo constituyen los colonos galeses del Valle del Chubut, que han tenido un mantenimiento lingtifstico relativamente excepcional en el pais -caracterizado, en terminos generales, por una relativamente rapida perdida de lenguas inmigratorias-, ya que a ciento_ treinta aiios de Ia llegada de los primeros colonos a Ia Argentina, en 1865, Ia lengua galesa aun se mantiene y una parte de los miembros adultos de Ia comunidad tiene dominio activo de Ia misma (Glanzmann y Virkel, 1981).
CARACTERES DEL ESPANOL HABLADO EN LA REGI6N El territorio patag6nico, probablemente por su escasa poblaci6n y por Ia tardia instalaci6n de instituciones de enseiianza superior, es el menos estudiado desde el punto de vista Iingtifstico, entre las distintas regiones del pafs. Por Jo tanto, en muchos aspectos no podemos entrar en detalles y debemos limitar nuestro panorama lingUfstico a Jo hasta ahora conocido. Por haber sido poblada luego de Ia "conquista del desierto" a partir de Ia regi6n pampeano-bonaerense, y haber recibido Juego una corriente ininterrumpida de funcionarios, docentes y profesionales de ese origen, el habla de los grupos mas cultos de Ia Patagonia posee, en terminos generales, similares rasgos al espaiiol bonaerense. De esta consideraci6n general, se exceptUa Ia mayor parte de Ia provincia de Neuquen, que al haber sido colonizada por pobladores procedentes de Mendoza y Chile, posee caracteres lingufsticos diferentes al resto de Ia Patagonia y a Ia propia regi6n neuquina del sur y el este, que presenta caracteres tipicos del habla pampeano-bonaerense. Este tipo de Iengua no esta ausente en el resto del territorio patag6nico, ya que las diferencias que hemos apuntado como geograficas para Neuquen se perciben en otras partes como 'sociolingtifsticas, pues mientras los estratos medios y altos, como hemos seiialado, emplean an habla de tipo bonaerense, en los mas bajos se ubica un elevado mimero de migrantes chilenos y sus descendientes -tengase en cuenta, por ejemplo, que en 1947 Rfo Gallegos tenfa aun un 46% de poblaci6n extranjera, en su amplia mayorfa chilenos-, Jo que determina que en el habla de estos niveles se perciban rasgos tales como /y/ no rehilada, /rl y grupo /tr/ asibilados y aspiraci6n de /s/ intervocalica en final de palabra y final absoluta, como en [taholah] 'las olas'. Estas pronunciaciones alternan con las tfpicas del habla bonaerense en muchos hablantes y se acen-
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man a medida que descendemos en el nivel educacional y en el habla rural. Este tipo de pronunciaciones se encuentra en retroceso, porIa acci6n combinada de Ia escuela y los medios de comunicaci6n.
Rasgos fonol6gicos
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Realizacion de Is/. La rea!izaci6n de Is! es en el ambito urbano una sibilante de timbre siseante, similar a Ia bonaerense. En el ambito rural, y sobre todo en los niveles socioeducacionales mas bajos se oyen realizaciones de timbre ciceantes, conservaci6n, probablemente, de realizaciones similares existentes en territorio chileno, ya que estos pobladores son en su amplia mayorfa de ese origen. En cuanto a Ia lsi final de sflaba y palabra, se aspira generalmente en posici6n preconsonantica [kahko] 'casco', [dehde] 'desde', [lah kosa5 ) 'las cosas'. En posici6n final de palabra ante vocal, en el ambito urbano se realiza mayoritariamente como [ ~ ], aunque se oyen esporadicamente realizaciones aspiradas, que son predominantes en el habla rural [lahola5 ] 'las olas', [lohamo] 'los amos'. En posici6n final absoluta altema Ia realizaci6n sibilante con Ia calda de Is!, como se observa en los dos ultimos ejemplos. La perdida de lsi en esa posici6n aumenta a medida que bajamos en el nivel socioeducacional. Yelsmo. La regi6n patag6nica es yefsta, pronunciandose de igual modo el primer fonema de yema y llena, por ejemplo. En los hablantes urbanos de nivel medio-alto el fonema resultante tiene una realizaci6n rehilada I'll similar a Ia tradicionalmente caracterfstica del habla bonaerense. Sin embargo, difiere de Ia realizaci6n bonaerense, en que en muchos micleos urbanos patag6nicos -tal el caso de Trelew-2 el ensordecimiento ha avanzado muchfsimo menos que en Ia regi6n bonaerense, por lo que las realizaciones tipo g1 son muy escasas. En el ambito.rural y eri algunos hablantes urbanos de los niveles mas bajos se oyen muchas veces realizaciones debilmente rehiladas de tipo [ fy ), por influjo de Ia lyl no rehilada chilena. En el norte y oeste de Neuquen esta realizaci6n esta generalizada. Realizacion de li'l y ltrl. En el habla urbana Ia realizaci6n de li'l y ltrl es vibrante, similar a Ia bonaerense. En el habla rural, especialmente entre los descendientes de chi!enos se oyen realizaciones asibiladas de tipo [ f J y [ t'l Entre los grupos de origen mapuche Ia realizaci6n asibilada de [t~'] es somamente frecuente, ya que esa lengua posee un fonema africado lt1I, al que suele asimilarse Ia realizaci6n del grupo en espai'iol. En el norte y oeste de Neuquen las realizaciones asibiladas son las predominantes.
Realizaci6n de ldl. En los hablantes urbanos de nivel medio y medio-alto Ia ldl intervocalica se pronuncia con regularidad, pero a medida que descendemos en el nivel socioeducacional se hace mas irregular, altemando en los hablantes de nivel bajo -y en especial en los rurales- una realizaci6n muy relajada con Ia ausencia total, sobre todo en el sufijo -ado. Grupos cultos. Al igual que en el resto del pafs, vacila Ia realizaci6n de los llamados grupos consonanticos cultos en palabras como apto, objeto, ignorar, · etc. Tambien en este caso Ia presencia u ausencia de Ia consonante final de sllaba esta condicionada por el nivel socioeducacional. aumentando Ia ausencia o Ia confusi6n con otros fonemas [okxeto] 'objeto', a medida en que ~e hace mas bajo el nivel educacional.
Uxico Ellexico es quiza el componente de Ia lengua que mejor refleja Ia complejidad etnica y cultural del poblamiento de Ia Patagonia. Asf, en toda Ia regi6n, y particularmente en el centro-norte patag6nico, encontramos un rico vocabulario de origen mapuche, referido especialmente a caracterfsticas geograficas, habitaci6n, fauna y flora. Entre los primeros, figura malUn, 'Iugar en donde se acumulan las aguas y crece una abundante vegetaci6n herbacea'; menuco 'pantano reducido que contiene en su interior un dep6sito de agua', y mahuida 'sierra'. En toda Ia regi6n cordillerana patag6nica se emplea r.uca con el significado de 'choza de techo a dos aguas que llega hasta el suelo, reemplazando las paredes'. Para las denominaciones de plantas, tenemos, entre otras, coir6n, copihue, maiten, fiire, palque, panil, quillay, raul£; y entre los nombres de animates, huemul, laucha, loica, pilmaiquen, diuca y choique. En cuanto a los vocablos de origen hispanico, algunos han adquirido en tierras patag6nicas un nuevo significado, entre los que se destaca barda, termino muy usado en Ia Patagonia para designar una de las caracterfsticas del relieve frecuente en su territorio, ya que significa 'elevaci6n natural del terreno, mas precisamente lorna alargada, que no pasa generalmente, de 100m de altura'. Este valor semantico de las tfpicas bardas patag6nicas proviene metaf6ricamente de una de las acepciones del termino hispanico: 'cubierta de paja, espinos o broza, que se pone, asegurada con tierra o piedras, sobre las tapias de los corrales, huertas y heredades, para su resguardo'. Un texico especializado de gran desarrollo en la regi6n es el referido a Ia crfa de Ia oveja, la actividad ganadera por excelencia en tierras patag6nicas (Vidal de Battini, 1959). Este vocabulario es en su amplia mayorfa de origen
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hispanico, aunque Ia complejidad del poblamiento patag6nico tambien condicion6 Ia presencia de terminos de otros ongenes. Entre ellos, .encontramos pal abras indfgenas como las araucanas guata, 'panza, barriga', y coiron 'pasto'. Entre los terminos procedentes de otras lenguas europeas se destacan los an- . glicismos, introducidos por Ia presencia de propietarios y administradores de estancias ingleses y galeses. De tal modo se han generalizado en el habla rural los terminos linea (
I Toponimia
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En Ia toponimia patag6nica coexisten formas de origen hispanico, con indigenismos y terminos procedentes de otras lenguas europeas. Entre las designaciones de origen hispanico, se destacan dos por su importancia y antigUedad: el propio termino Patagonia y Trerra del Fuego, que se remontan a Ia expedici6n de Magallanes. Patagonia significa, originariamente, 'tierra de los patagones', utilizado este termino como designaci6n metaf6rica de los tehuelches, a partir del gig ante Patagon, personaje de Ia novela de caballerfa Primaleon (Lida, 1952 y 1953). El termino fue aplicado tambien al estrecho de Magallanes, que fue designado como Estrecho Patagonico, en una primera etapa. Trerra del Fuego debe su nombre a Ia gran cantidad de fogatas, que los indfgenas mantenfan permanentemente encendidas por razones de clima y por Ia dificultad de encender fuego en esas condiciones naturales, y que se divisaban desde el estrecho de Magallanes. En los siglos XVI y XVII surgen numerosos top6nimos hispanicos, entre los que podemos citar, San Julian, cabo Vfrgenes, golfo San Jorge, cabo Espiritu Santo, bahfa San Sebastian, cabo Blanco, etc. Los grandes rfos de Ia Patagonia, aunque han sido explorados mucho mas tarde, fueron tempranamente designados, al ser. descubiertas sus desernbocaduras, en Ia mayorla de los casos con nornbres descriptivos, como rio Colorado, rfo Negro o rfo GraTule. Otros recibieron nombres de caracter religioso o que aludfan a realidades hispanicas, como rfo Santa Cruz o rfo Gallegos. Algunos nos mantuvieron designaciones indfgenas como Chubut, termino cuya pertenencia lingUfstica y significado no han podido ser determinados en forma concluyente. Las designaciones de nos han pasado luego, en muchos casos, a
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nombrar poblaciones, como Rio Gallegos, e incluso provincias, como Rfo Negro, Santa Cruz o Chubut. Top6nimos hispanicos perduran en las islas Malvinas -junto con una amplia toponimia inglesa, anterior y posterior a Ia apropiaci6n britanica-. conservados desde Ia epoca del efectivo dominio colonial y criollo, entre los que podemos citar: Isla Soledad, Rincon de los Indios, Rincon Grande, Rincon del Moro, Rincon del Saino (sic), Orqueta (sic), Corral, Rancho y los hfbridos Second Corral, Large Corral y Mid Corral (Leguizam6n Pondal, 1956). Con Ia guerra de Malvinas, se agreg6 el top6nimo hispanico Puerto Argentino, para designar a Puerto Stanley. Una consideraci6n especial merece ei top6nimo Monte Dinero, sobre el estrech:o de Magallanes; en los mapas de los siglos XVIII y XIX figura como Monte Denero, por lo que se puede suponer que Ia forma original fue Monte de Enero y su versi6n actual se debe a un tfpico caso de etimologfa popular. Las expediciones inglesas a Ia regi6n dejaron como resultado numerosos top6nimos de ese origen; tales como Pzmta Dungeness (de Dungeness, condado de Kent, lnglaterra), is/as del A1io Nuevo (traducci6n del nombre originario New Year), Sandwich del Sur (de Sandwich, condado de Kent), Georgias del Sur (en homenaje al rey Jorge III), cuyo nombre originario asignado por un navfo espafiol fue Islas de San Pedro, y Orcadas del Sur (r su parte, encontramos entre otros Futa Michi, 'molle grande'; Mallin 'vega'; Pichi Leufii, 'rio chico, arroyo'; Chasico, 'agua salada'; el hfbrido Ch9ique Corral, 'corral del iiandtl'; Nire Huau, 'bajo del iiire' (planta); Nahuel Huapi, 'isla del tigre', etc. En Chubut existen tambien numerosos top6nimos de origen araucano, junto con otros tehuelches y guenaken; entre los top6nimos araucanos podemos citar, Plan cura, 'piedra blanca'; Charorruca, 'casa del iiandtl'; Pifquiniyeu,
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'Iugar del pilquin' (especie de ardillas); Pire Mahuida, 'sierra nevada'; Catan Lil, 'penasco agujereado'; Nahuelpan, 'cachorro de tigre'; Loncohuaca, 'cabeza de vaca'. Entre los tenninos de posible origen tehuelche encontramos: Genquel, Genoa, Cauquel y Coyle. El escaso estudio del tehuelche y el guenakenimpide en muchos casos Ia asignaci6n segura a una de esas Ienguas y una traducci6n exacta del top6nimo. 3 En Santa Cruz, Ia toponimia es casi exclusivamente de origen tehuelche. Entre estos terrninos, numerosos son compuestos de A ike, que significa 'paraje, Iugar'. Asf encontramos: Lay Aike, Corpen A ike, Kalienk Aike, Chon A ike, Camusu Aike (nombre de una de las ultimas reservas tehuelches existentes). Otros top6nimos del mismo origen son El Mtil, Pilque, Chapalala y Kerken . Entre los top6nimos araucanos de Santa Cruz, podemos mencionar Nires, Huiliches y el hibrido Choique A ike, 'Iugar de los iiandues', en que choique es termino araucano y aike, tehuelche.
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NOTAS I. Vease tarnbien Oairis (1983,1985).
2. Cornunicaci6n personal de Ana Virkel. 3. La publicaci6n de Ia tesis doctoral de Ana Fernandez Garay (Paris V, Sorbona, 1993), aun inedita, constituini, sin duda, un decisivo aporte en este aspecto. [Mientras este volumen estaba en prensa se acaba de publicar dicha tesis: Ana Fernandez Garay, El telmelche: descripdon de una lengua e11 v{as de exti11cion, Valdivia, Universidad Austral de Chile, 1998.]
'
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EL ESPANOL DE lA ARGENTINA Y SUS VAR!EDADES REGIONALES
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iNDICE Prologo................................................
7
Elena M. Rojas
Presentacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II
Elizabeth M. Rigatuso
lntroducci6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ...................... .
33
Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg
El espafiol bonaerense. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
37
Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg
El espafiol en ellitoral. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
63
Nelida E. Donni de Mirande
El espafiol del nordeste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 I ~
Ines Abadfa de Quant
El espafiol en el noroeste. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Elena M. Rojas
El espafiol del centro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Magdalena Viramonte de Avalos
Elespaiiolcuyano
* Las publicaciones incluidas en este Apendice Bibliognifico aparecieron despues de 1995. Escritas por disclpulas de Ia Doctora Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg, actualizan Ia bibliografia original que presenta esta autora.
~1.
179
Liliana Cubo de Severino
El espafiol de Ia Patagonia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Marfa Beatriz Fontanella de Weinberg
i Este libro se termin6 de imprimir en el mes de setiembre de 2000, en EDICIAL S.A., Rivadavia 739, Buenos Aires, Republica Argentina.
I