“AÑO DEL BUEN SERVICIO DEL CIUDADANO”
COLEGIO
: EX – 329 329
PROFESOR
: JOSÉ SALAZAR MILLA
CURSO
: Formación Ciudadana y Cívica
TEMA
: Ciudadanía y Valores Cívicos Democráticos
GRADO
: 1°
SECCIÓN
: “A”
ALUMNOS
: Lesly Argomedo Álvarez Maryori Rojas Rimac Piero Durán Bravo
PRESENTACIÓN
Este trabajo está hecho para aprender a ser un ciudadano ya que implica el esfuerzo de asumir la importancia de los valores cívicos y ciudadanos, y vincularlos con práctica cotidiana. La Educación Ciudadana busca la formación de futuros ciudadanos(as), que conozcan sus derechos, asuman deberes y desarrollen hábitos cívicos
INTRODUCCIÓN
Los valores son principios éticos y creencias profundas que son aceptados porque conducen a una vida feliz. La Ciudadanía es una capacidad para asumir nuestros derechos y responsabilidades de la ciudadanía. Es fundamental el desarrollo de los valores cívicos democráticos. Concepto de Ciudadanía confluyen dos aspectos:
“RACIONAL”: Implica que una sociedad debe ser justa.
“SENTIMENTAL”: Comprende lazos de permanencia
CIUDADANÍA Y VALORES CÍVICOS DEMOCRÁTICOS
CIUDADANÍA Ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano de ser miembro de una comunidad organizada. La Ciudadanía es aquella condición que adquiere un ser humano que lo acredita como parte de un país. El documento que certifica la ciudadanía es la nacionalidad, la cual se adquiere con solo nacer dentro del territorio del estado. Un ciudadano tiene entonces por defecto, derechos y deberes establecidos en un código de normas o carta magna de ese país. Tiene que por lo tanto adaptarse a todo el sistema político, jurídico y administrativo de esa nación que lo considera como ciudadano de esa nación. La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene hacia una sociedad determinada en la que participa. En la tradición occidental el ciudadano es un conjunto de atributos legales y a la vez un miembro de la comunidad política , como explica Isidore Cheresky.
Hasta hace relativamente poco, la influencia del derecho administrativo determinó el concepto de ciudadanía. Sin embargo, junto con los cambios de las dinámicas sociales se sobrevino la reorientación del concepto de ciudadanía, remontándose a modelos anteriores. Haber retomado modelos anteriores de la ciudadanía, donde la definición se paseaba por un vínculo político, es entender al ciudadano " por ser miembro de la comunidad política; el vínculo por la palabra y por la acción arrancaba a los individuos del dominio de las tareas privadas. La ciudadanía era en este sentido una actividad pública que tenía valor en sí misma y era
considerada incluso como la vida buena por oposición a la simplemente orientada a la satisfacción de necesidades .
Ser ciudadano es tener desarrollado el sentido de identidad y pertenencia en el lugar donde se interactúa socialmente en el hábitat donde se desenvuelven
los
individuos
con
responsabilidad,
derechos
y
obligaciones. En el Consejo Europeo se es cada vez más consciente de que términos como «ciudadano» y «ciudadanía» no son estables ni admiten una definición única. El término ciudadano puede definirse en términos generales como «una persona que co-existe en una sociedad». Esto no significa que la idea de ciudadano en relación con el Estado Nación ya no es pertinente o aplicable, sino que, como el Estado Nación ha dejado de ser el único centro de autoridad, ha tenido que darse una definición más general del concepto.
Este concepto más extenso de ciudadano y ciudadanía ofrece un posible nuevo modelo para analizar cómo vivimos juntos. Se trata, por tanto, de traspasar los límites de la noción de «Estado Nación» y de adoptar la de comunidad, que engloba el marco local, nacional, regional e internacional en el que viven las personas. Durante mucho tiempo se practicó lo que se llama voto censitario, que quiere decir que hay una
selección para determinar quiénes tienen el derecho al voto, según sus riquezas y su posición social (las mujeres debieron esperar mucho para poder votar).
CIUDADANOS COMUNES Y CORRIENTES O CIUDADANOS DE A PIE Con estas expresiones se pretende expresar que se está haciendo referencia a cualquier ciudadano o al conjunto total de ciudadanos de un país o de una región, independientemente del nivel de riqueza de los mismos, o de su nivel educativo, o de su posición social, o de su j erarquía profesional. Se señala así a ciudadanos o a residentes que no necesariamente desempeñan tareas de responsabilidad, y que no necesariamente tienen casa propia o vehículo propio; en definitiva, así se referencia a cualquier persona con una determinada nacionalidad, o a cualquier residente dentro de un país o grupo de países.
CIUDADANÍA ACTIVA La Ciudadanía activa se refiere a una filosofía adoptada por organizaciones e instituciones educativas que aboga por que los miembros de las empresas o el Estado tengan ciertas funciones y responsabilidades con la sociedad y el medio ambiente, aunque los miembros pueden no tener funciones específicas de gobierno. La Ciudadanía activa puede considerarse como una articulación del debate sobre los derechos frente a las responsabilidades. Si un cuerpo da derechos a las personas bajo su mandato, entonces esas mismas personas podrían tener ciertas responsabilidades para defender. Esto sería que un ciudadano activo es aquel que cumple con sus
derechos
y
responsabilidades de una manera equilibrada.
VALORES CÍVICOS Son aquellos valores considerados positivos para el sano desarrollo de una sociedad, y que toda la ciudadanía debería conocer, preservar y poner en práctica en su vida cotidiana. Existen numerosos tipos de valores, pero los cívicos dependen de su desarrollo en una comunidad , es decir, que deben ser transmitidos para que no se pierdan y para mejorar un civismo en común. De no respetarse o cultivarse, las consecuencias podrían derivar en un desorden social. Los valores por lo general van acompañados de una excelente actitud positiva. Los valores cívicos son aquellos valores que son considerados buenos para
una
sociedad.
Son
principios que ante la sociedad son importantes, los cuales por general todo ciudadano debe tener, cuidar y practicar. Los valores cívicos dependen de su desarrollo en la sociedad, se trasmiten dentro de las nuevas generaciones y a que si no es así, muchos de estos valores se perderán, y el civismo en la comunidad no existiría. Los valores cívicos en todo momento deben ser respetados, ya que si no es así puede que se transformen y pierdan respeto y autoridad. Lo cual conllevaría a un desorden social. Estos son algunos ejemplos de valores cívicos y sociales que puedes enseñar a los más pequeños en su día a día:
Tolerancia: Es la base de una sociedad
igualitaria
respetuosa
y
consiste
y en
aceptar todas las diferencias, aunque no nos gusten. Te proponemos que pasen un día con un amigo de otra cultura, aprendiendo el porqué de sus costumbres.
Cooperación: Ayudar a quienes más lo necesitan es un acto de altruismo que puede hacer del mundo un lugar mejor. Si te enteras de alguna campaña de ayuda a los demás, puedes llevar a tu hijo o hija y explicarle qué es lo que vais a hacer y cómo va a ayudar a otros.
Respeto y empatía: Para ponerse en el lugar de otras personas, entender su situación y respetarla en todo momento. Por eso, intenta hacerle ver que algunas de nuestras costumbres serían muy diferentes en otro país, y que aun así serían aceptadas.
Ahora que hemos visto las diferentes esferas en las que funcionan estos valores cívicos y sociales , podemos poner algunos ejemplos más concretos. Se nos ocurre que puedes trabajarlos en familia, para transmitir estos conocimientos a los más pequeños. En el caso de los microvalores cívicos podemos pensar en el respeto que nosotros mismos, como ciudadanos, tenemos hacia otra persona, etnia
o grupo social. Desde Oxfam Intermón, creemos que una ciudadanía cívica, activa,
informada y consciente del mundo que le rodea puede transformar el mundo, pero es necesario tener conciencia de ello. Por eso, trabajamos para que tú y a todos los que desean construir un mundo más justo, pongan su granito de arena mediante la adhesión a nuestras campañas.
Por tanto, debemos pensar en cultivar nuestros valores cívicos primero desde una perspectiva individual, es decir, educando y siendo conscientes de lo que podemos pensar y hacer nosotros mismos para poder construir una sociedad mejor. Con el paso del tiempo y de las generaciones, estos valores se irán inculcando y permitirán un desarrollo más justo y una mayor inclusión. Cuando una sociedad tiene estos valores muy desarrollados, no solo se nota en el comportamiento de las personas, sino en la propia legislación o en los avances que se realizan, por eso la educación en valores cívicos es tan importante.
VALORES DEMOCRÁTICOS LOS VALORES DEMOCRÁTICOS, SON UN CONJUNTO DE PRINCIPIOS QUE PERMITEN A CUALQUIER SOCIEDAD EJERCER A PLENITUD LA DEMOCRACIA, YA QUE ESTA ES LA ÚNICA FORMA PARA VIVIR PACÍFICAMENTE Y EN ARMONÍA. La democracia es mucho más que elegir a las autoridades cada cierto tiempo. La democracia es un sistema político, pero es, sobre todo, un modo de entender las relaciones sociales. Es un estilo de convivencia entre seres humanos que se respetan y que se reconocen con igual dignidad, iguales derechos e iguales deberes. Entender así la democracia supone un conjunto de valores éticos, que deben ser fomentados y practicados. Los valores democráticos se sustentan en tres principios
fundamentales: la igual dignidad de todos los seres humanos, la libertad intrínseca a toda persona y la fraternidad.
Para que una
sociedad
sea
verdaderamente democrática, esto es, para que no solo tenga un sistema político que se denomine democrático, debe vivir esos valores como actitudes fundamentales en todos los órdenes de la vida. Los valores democráticos deben practicarse a diario en el trabajo, en la escuela, en la calle. Allí donde haya dos personas interactuando, allí se muestra y practica la democracia o la antidemocracia. En este sentido, una sociedad democrática es aquella que ha aprendido a valorar la estabilidad, la paz, la legalidad, la necesidad de autolimitación, de cooperación y de tolerancia entre todos sus miembros. Un aprendizaje que lleva a reconocer que todos tienen derechos y obligaciones recíprocos, a asumir el valor de la pluralidad y la diversidad, así como a renunciar a dogmas y maniqueísmos políticos e ideológicos. El respeto al prójimo y el convencimiento de que la libertad de cada uno termina donde inicia la del otro son aspectos esenciales del sentir, pensar y hacer democrático. En El Salvador falta mucho para vivir democráticamente, porque no hemos aprendido los principios, los valores, ni las actitudes fundamentales de la democracia. Nos hemos quedado en la mera formalidad de elegir periódicamente a nuestras autoridades; autoridades que en la mayoría de las ocasiones actúan como verdaderos dictadores. Y de esto hemos tenido muestras recientemente. Las amenazas del presidente de la Asamblea Legislativa, Sigfrido Reyes, a la Sala de lo
Constitucional; la decisión del presidente Mauricio Funes de rechazar todas las ternas elaboradas por la sociedad civil para la elección de los comisionados del Instituto de Información Pública; y los despidos injustificados de funcionarios en las alcaldías por el cambio del partido al frente de los nuevos concejos… son todos
ejemplos claros de actitudes y acciones antidemocráticas a las que desgraciadamente estamos demasiado acostumbrados. No
sería
justo,
sin
embargo,
afirmar
que
nuestros
males
antidemocráticos provienen solamente de la clase política. Es la sociedad misma la que está falta de valores democráticos. Cuando surge un conflicto, en lugar de buscar resolverlo por la vía del diálogo, se intenta en primera instancia resolverlo por la fuerza o con abuso de poder. Los gobernantes se imponen sobre los gobernados, los padres se imponen sobre los hijos, los mayores sobre los menores, el patrón sobre el empleado, el hombre sobre la mujer… y así una lista interminable.
Fácilmente se convierte en enemigo al que piensa distinto; y cuando se tienen intereses contrapuestos, se forman bandos irreconciliables que solo buscan aplastar o aniquilar al contrario. Lo que se aprende desde muy pronto es que el que tiene más poder logra imponerse y defender sus intereses. Bien dice el dicho popular que “el que tiene más galillo traga más pinol”. Construir una democracia supone fomentar en la sociedad el
conocimiento y la práctica de los principios y valores democráticos. En El Salvador, es urgente iniciar esta tarea para salir de la polarización en la que nos encontramos y para garantizar que en el futuro tengamos políticos que en verdad actúen con talante democrático.
Los valores democráticos promueven nuestra convivencia como sociedad. Son características y cualidades que dirigen a nuestra sociedad para lograr que el proceso democrático se consolide y sea exitoso. Dentro de ellos encontramos:
Honestidad
Solidaridad
Responsabilidad
Pluralismo
Libertad
Justicia social
Tolerancia
Igualdad
Respeto
Bien común
Legalidad
Justicia Participación
Los valores son importantes porque suponen criterios previos que las personas consideran para actuar y de los que parten para orientar sus vidas. Las acciones de cada individuo reflejan sus valores, porque determinan su actuar de una manera u otra. Si estos valores son buenos, es decir cualidades consideradas positivas, una vez encarnados y puestos en práctica en sus vidas, se convierten en virtudes. En este contexto, los valores democráticos son aquellas características, cualidades, ideas y creencias aceptadas en una sociedad, como correctas, positivas y fundamentales para construir y vivir en una democracia. Estos valores constituyen el motor que debe guiar el obrar democrático.
BIBLIOGRAFÍA
Cheresky y otros, Ciudadanía, sociedad civil y participación política, Argentina, Mino y Dávila Editores (2006).
José
Carlos
Cano
Zárate, Ciudadanía,
participemos
activamente, SEP, INEA, México 2007)
Fragmento de Karen Shea, GLOSARIO DE TÉRMINOS DE LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA, Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) 2003.
Marshall, T.H. y Bottomore, Tom (1998): Ciudadanía y clase social , Alianza Editorial, Madrid.
Pye, L. (1969). Evolución política y Comunicación de masas. Buenos Aires, Argentina: Troquel.
CONCLUSIONES
1.
La expresión de pertenencia que una persona tiene hacia una
sociedad determinada viene a ser una condición que se le otorga a la persona como ciudadano y no puede llegar a ser arrebatada bajo ninguna circunstancia ni legal, ni moral. 2.
Los valores como seres humanos y ciudadanos deben estar siempre
presentes en nuestra vida cotidiana. 3.
La convivencia en paz se puede dar con los valores cívicos
democráticos, ya que hacen a la moral y a la sociedad como la humanidad respetuosa que el mundo desea ser. 4.
La convivencia puede pasar de bien a terrible si no se sigue de
manera correcta los valores descritos en el informe, estos valores sustentan una sociedad tranquila y estable.