Marco Económico Actual Maestro Alejandro Hidalgo Galván (Actividad 4) Los cuestionables resultados del modelo industrial exportador mexicano
1.
Lee detenidamente el siguiente planteamiento:
México ha invertido más de tres décadas en la aplicación del modelo industrial exportador (MIE), el cual no ha contribuido al crecimiento económico ni al incremento de los niveles de bienestar de la población, por el contrario, han exacerbado los niveles de concentración de la actividad industrial, de pérdida sistemática de los niveles salariales y de una muy marcada desarticulación de las cadenas productivas y de valor, lo que ha propiciado una mayor dependencia con el exterior, especialmente con los Estados Unidos. 2. Con
base en lo anterior, elabora una breve reflexión sobre la ne cesidad de realizar un
análisis retrospectivo y prospectivo crítico, que permita la construcción de alternativas de política industrial y económica para fomentar la inversión y revertir los efectos nocivos del MIE. Antes de que se aplicara el MIE en nuestro país, el modelo de Sustitución de Importaciones (ISI) por sus siglas en inglés imperaba en varios países de América Latina. A partir de fronteras cerradas se gestaron periodos importantes de estabilidad y crecimiento (Blecker, 2010). No obstante su éxito inicial y a partir de manejos macro -económicos inadecuados, la sustentabilidad de dicho modelo se agotó, trayendo consigo severos problemas de inestabilidad financiera y estructural en la región (Canfield 2012). Al término de la vigencia de este tipo de modelo económico, entro en vigencia el MIE (Modelo Industrial Exportador) que a pesar de tener más de 30 años de aplicarse, no ha traído ningún beneficio para el país. Carlos Canfield Rivera y Omar Jiménez Sandoval, profesores del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, señalan que ese modelo no ha podido frenar la pérdida del poder adquisitivo que experimenta el salario desde la década de los setenta. Tampoco las reformas asociadas al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) han tenido el impacto deseado en cuanto a la convergencia salarial entre México y Estados Unidos.
Mientras que en 1980 el salario manufacturero en México representaba 39 por ciento de las percepciones pagadas en el vecino del norte, en 2007 sólo fue de 17 por ciento. Los especialistas advierten que los salarios de los mexicanos son 53 por ciento menos que los de Estados Unidos hace 30 años. En el estudio Consolidación del mercado interior, la última llamada para México frente al siglo XXI, Omar Jiménez y Carlos Canfield puntualizan que el país ha ocupado 30 años en la aplicación del MIE, que se construye a partir de patrones de especialización productiva, escasa profundización tecnológica y desintegración de la producción nacional. Bajo ese esquema y con una mayor inversión en la mano de obra, según la teoría, el país generará una espiral virtuosa de incrementos salaria les, poder adquisitivo, fortalecimiento del mercado interno, crecimiento y, consecuentemente, bienestar para toda la población. Realidad Sin embargo, la realidad contradijo a la teoría, porque las remuneraciones al trabajo no crecieron, lo que se confirma con la pérdida de 75 por ciento del poder adquisitivo de los mini salarios de 1976 a 2010. Esa pérdida no sólo ha representado una reducción real del bienestar de las familias, sino también una pérdida efectiva de la demanda agregada de bienes y servicios con las respectivas oportunidades de inversión. Tanto la aplicación del modelo industrial exportador como la firma del TLCAN han generado un importante deterioro del entorno laboral mexicano, el cual hoy se caracteriza por mayor desocupación, informalidad, sobre calificación y mala calidad de los empleos generados. Esta "situación que en su conjunto ha producido una exclusión social, ya que la precarización del trabajo ha contribuido a polarizar a la población, donde una mitad se rige por relaciones salariales y la otra se encuentra relegada del mercado".
En su análisis, Canfield Rivera y Jiménez Sandoval plan tean que el gobierno y el sector privado deben darse cuenta de que el consumo representa una gran oportunidad para reestablecer el aparato productivo interno, ya que 86 por ciento del gasto privado se destina a la compra de bienes de origen nacional. Consideran que en el país aún hay márgenes de maniobra para mejorar las percepciones salariales. Por principio, una mayor racionalización de l os gastos de gobierno y un sacrificio en las utilidades coadyuvarían a de tonar el mercado interno a partir de incrementos en los salarios reales pagados en los sectores p úblico y privado. La política de cambio estructural (apertura al exterior, liberali zación de mercados internos y privatización de la economía) y la estabilización macroeconómica se consideraron en los noventa como la estrategia de transición adecuada para promover un crecimiento eficiente y competitivo de las empresas y la economía, tanto de México como de América Latina. La lógica del modelo es muy simple: la apertura al exterior permitiría que la competencia internacional obligue a las empresas a ser competitivas y el mecan ismo de precios de mercado favorecerá una asignación más eficiente de recursos y un patrón de especia lización en el comercio internacional basado en las ventajas competitivas (mano de obra) que genere un modelo industrial exportador como motor de c recimiento económicos sostenido en un marco de baja inflación (estabilidad de precios). Si bien México hizo acuerdos con el TLC, la competitividad no se alcanzó debido a la falta de enfoque de competitividad sistémica integral en toda la economía. El MIE es dinámico, aunque con bajo poder de arrastre porque esta desarticulado y concentrado en un solo mercado, hay pocas empresas y es de baja tributación. La razón fundamental es que se ha basado en una ventaja competitiva de mano de obra barata, importaciones también baratas y aranceles bajo por el TLC, lo cual da competitividad temporal, pero presenta límites al futuro que se sintetiza en la siguiente formula: Mano de obra barata + importaciones baratas + aranceles bajos = competitividad temporal.
Actualmente México se enfrenta a una paradoja de la competitividad, ya que a pesar de ser uno de los países más abiertos al mantener acuerdos económicos con 31 países de tres continentes, la baja competitividad del país la ubica en el lugar 43 de 59. El modelo funcionó durante 4 décadas, la economía creció y la industria alcanzo una fase superior, pero el modelo se agotó en 1976 y tuvo una crisis en 1982, por las siguientes razones: La sobreprotección excesiva, permanente e indiscriminada, lo que generó un
sesgo anti exportador La sobrerregulación de los mercados dio lugar a mon opolios, oligopolios e
ineficiencia en la asignación de recursos El fomento fue general, indiscriminado y permanente, gene rando empresas
poco competitivas en escala internacional. El sistema se basó en 3 pilares fundamentales: 1. La apertura comercial y financiera y la inversión extranjera 2. La liberación de los mercados internos 3. Una política de fomento industrial pasiva “la mejor política industrial es la que no existe” Por todo lo anterior, la política macroeconómica afecta de manera directa al sector productivo y externo de la economía, por lo que no es suficiente una macroeconomía con estabilidad de precios para generar un crecimiento competitivo con equilibrio externo. Es necesario avanzar en una etapa de la industrialización exportadora como la articulación de cadenas productivas que disminuyan el coeficiente de importaciones y generen un proceso de sustitución competitivo de importaciones esto pe rmitiría relajar la restricción de la brecha externa al crecimiento. Una de las propuestas para mejorar el panorama económico es la estrategia de industrialización abierta tridimensional (IAT) basada en tres pivotes:
El exportador
El de la sustitución competitiva de importaciones
Y el endógeno
La nueva economía mundial y de los negocios se caracteriza por la globalización de los mercados, la era de la información, del conocimiento y del cambio continuo, rápido e incierto. Estos 3 impulsores han creado la híper competencia global, en donde los países han tenido que abrir sus economías para participar en los mercados internacionales, al tiempo que defienden sus mercados internos. Esto ha generado un nuevo paradigma: la competitividad sistémica: empresa-industria-gobierno-país. La vieja economía se basaba en la producción masiva estandarizada, es decir, en economías de escala de producción y mínimo costos en un mercado interno con una red de distribución física. El mercadeo se sustentaba en el producto uniforme y estandarizado, el ciclo del producto era largo el precio se daba por el costo de la unidad más el margen de utilidad. La competencia era darwinista, o sea, el sistema de competencia tradicional entre empresas mediante precio y calidad con el objetivo de maximizar la participación en el mercado. Sin embargo, en las nuevas economías las cosas son distintas; a diferencia de la anterior, ahora hay un sistema de producción flexible y personalizada o mejor dicho economías de variedad y producto- servicio-solución integral al cliente. La naturaleza del mercado es global y en red, con un aumento considerable del comercio electrónico; el me rcado es variable y personalizado; el ciclo de vida del producto es corto, y el precio se basa en el valor percibido por el cliente
Para un mejor desarrollo México tiene que desarrollar políticas integradoras en todos sus niveles económicos, para que se incentive la modernización de las fases económicas, y que se pongan a la par de las prácticas internacionales, para que se incentiven los mercados y se deje de lado la dependencia de los productos externos a los que el país produce.
Bibliografía
Isabel Becerril. (2010). Fracasa el modelo industrial exportador del país. 25 de junio 2015, de Universidad Nacional Autónoma de México Sitio web: http://biblioteca.iiec.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=11428&Ite mid=146
Rene Villareal y Roció Ramos de Villareal. (Septiembre 2001). La apertura de México y la paradoja de la competitividad: hacia un modelo de competitividad sistémica. 27 de junio del 2015, de Bancomext Sitio web: http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/32/2/villa0901.pdf