Instituto Politécnico Nacional Escuela Superior de Economía “La técnica al servicio de la patria”
Escuelas filosóficas Realismo, racionalismo, positivismo, empirismo y Rene Descartes 13/noviembre/2013
1EM4 Gonzalez Santiago Juan Carlos Hernández Antonio Juan Carlos Hernández González José Antonio Jiménez Viveros Brenda Aylin Juárez Torres Nadia Adilene Limón Flores Brandon
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Índice 1. 2. 3. 4. 5.
Realismo Racionalismo Positivismo Empirismo Rene Descartes
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REALISMO.
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En la filosofía moderna el término realismo se aplica a la doctrina que manifiesta que los objetos comunes percibidos por los sentidos, como mesas y sillas, tienen una existencia independiente del propio ser percibido. En tal sentido, es opuesto al idealismo de filósofos como George Berkeley o Immanuel Kant En su forma extrema, conocida como realismo ingenuo, se piensa que las cosas percibidas por los sentidos son en rigor lo que parecen ser. En versiones más complejas, a veces denominadas como realismo crítico, se da alguna explicación de la relación entre el objeto y el observador que tiene en cuenta la posibilidad de que tengan lugar ilusiones, alucinaciones y otros errores de la percepción. En la filosofía medieval, el término realismo hacía referencia a una posición que consideraba las formas platónicas, o conceptos universales, como reales. Esta posición se llama ahora realismo platónico. En la filosofía de Platón, un nombre común, como cama, se refiere a la naturaleza ideal del objeto, sugerida por su definición, y esta naturaleza ideal tiene una existencia metafísica independiente de los objetos particulares de esta clase. Así, la circularidad existe aparte de los círculos particulares, la justicia, independientemente de los individuos o Estados justos particulares, y la idea de cama, independientemente de las camas particulares. En la Edad Media, esta posición fue defendida frente el nominalismo, que negaba la existencia de tales universales. Los nominalistas afirmaban que los muchos objetos llamados por un único nombre no comparten nada sino sólo dicho nombre. El término medio entre estas dos posiciones incluía El realismo moderado, que afirmaba que los universales existen en los objetos del mismo tipo pero no independientes de ellos, y el conceptualismo, que mantenía que los universales podrían existir con independencia de los objetos de un tipo particular, pero sólo como una idea de la mente, no como una entidad metafísica que existe en sí misma. La tesis fundamental de todo realismo se puede enunciar como sigue: «el objeto de conocimiento es independiente del sujeto de conocimiento».
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La razón por la que el término realismo se aplica a corrientes filosóficas muy diferentes entre sí, es la naturaleza del objeto. Puede ser material, pero también un objeto espiritual, una creación matemática, una idea, una teoría científica, etc. Análogamente, las posturas no realistas defienden que el objeto sólo existe en nuestra mente, o bien que ni siquiera tiene sentido hablar de que dicho objeto exista. Como posturas no realistas en algún sentido dado encontramos los idealismos, el instrumentalismo, el nominalismo (como una de las corrientes de la Escolástica), etc.
RACIONALISMO. El racionalismo es una corriente filosófica que surgió en el siglo XVII en la Europa continental y cuyo máximo exponente es René Descartes. Aunque encontramos ya desde los comienzos de la filosofía occidental rasgos racionalistas (metafísicos) en Parménides (él, si recordamos, afirmaba la plena racionalidad del mundo y de esa afirmación derivaba la NO existencia de movimiento /[flecha-diana]). Cabe destacar también el racionalismo gnoseológico de Platón (aunque él no creía que solo por medio de las ideas se pudiera alcanzar el conocimiento, así que no coincidía del todo con los preceptos racionalistas), posteriormente hacen diversas aportaciones Leibniz, Spinoza o Pascal y, por supuesto, el racionalismo de Descartes quien reía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias. También mantenía que solo por medio de la razón se podían descubrir certezas universales, es decir, verdades evidentes en sí mismas. Descartes defendía que estas verdades eran innatas (aquí está la relación con Platón cencía). Las obras de Descartes en las que expone sus argumentos son “El discurso del método” y “Meditaciones metafísicas”.
Existen cuatro (4) tipos de Racionalismo: todos ellos incluyen en sus preceptos que la única fuente de conocimiento válido es la razón. El primero de ellos es el Racionalismo epistemológico o gnoseológico que se entiende como la corriente opuesta al empirismo surgido en las islas británicas. -El segundo es el Racionalismo metafísico que afirma que la realidad es de carácter racional y está gobernada por un principio inteligible, accesible al pensamiento humano. También se le llama Racionalismo platónico (en el que el mundo de las ideas sería el mundo inteligible creado por la razón por medio de la dialéctica). También se le llama Racionalismo hegeliano (en el que la realidad coincide en último término con la autorrealización de la razón Espíritu). Hegel es el que llevará a cabo el desarrollo históracionalismo durante el siglo XIX dentro del idealismo alemán. Se opone al irracionalismo.
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-Así como el Racionalismo psicológico, que sería el tercer tipo según el cual la razón (entendida como pensamiento) es superior a la emoción y a la voluntad. Esta corriente se opone al motivismo. -Por último tenemos el Racionalismo religioso que niega el Teísmo (que exige que la religión sea revelada al creyente) explicando racionalmente aquellos fenómenos considerados milagrosos. (Por tanto los racionalistas religiosos creen que los principios religiosos son evidentes en si o innatos). Las características principales del racionalismo son: 1. Plena confianza en la razón humana a la que otorgan un valor extremo sosteniendo que es la única facultad susceptible de alcanzar el conocimiento ya que dicen que los sentidos nos engañan. 2. Los racionalistas defienden que la mente humana posee ideas innatas. En Descartes las ideas innatas y en particular la de Dios (Res Divina) garantiza y es el pilar desde el que construir con plena certeza todos los saberes, a partir de ellas por medio de un método se obtienen las demás.
3. Este método es de carácter matemático, es el deductivo, que persigue la unificación de todas las ciencias (creando una Mathesis Universalis). Esta ciencia sería universal y racional, válida para todo hombre. 4. El racionalismo basa la metafísica en la idea de substancia (aquello que existe en sí mismo) aunque no todos los racionalistas admitieron la existencia de las tres substancias propuestas por Descartes que son: La Res infinita (que se identificaría con Dios) la Res cógitans (que es el pensamiento del yo) y la Res extensa (que es lo material). 5. De esta premisa se deriva un dualismo mecanicista que concibe el mundo como una gran máquina (sin finalidad alguna) que se explica por choques de materia en el espacio y atracciones de fuerzas invisibles explicadas con la física.
POSITIVISMO La instancia antifilosófica más consistente de la modernidad procede de una interpretación ideológica de las ciencias que tomó el nombre de positivismo. El pensamiento de su fundador, Auguste Comte, influyó en gran medida en la visión del mundo que prevaleció en las naciones industrializadas y desarrolladas en buena parte del siglo XIX y, desde ellas, se extendió a otros países. Durante el siglo siguiente, esta doctrina fue reformulada de modo más preciso y sutil por el neopositivismo. Aunque algunas de las tesis centrales del positivismo y del neopositivismo han sido abandonadas, otros aspectos —particularmente su cientificismo y la negación de la metafísica— no están superados: siguen presentes, aunque no tanto en el ámbito de la filosofía académica como en la enseñanza de las ciencias, en el mundo cultural en general y en los medios de comunicación. Con el término “positivismo” se suele indicar una corriente de pensamiento de carácter filosófico-
cultural, dominante en Europa durante buena parte del siglo XIX, particularmente en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia. El movimiento alcanzó también Estados Unidos y América latina.
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Debe su nombre a Saint-Simon —que lo usó por primera vez en el Cathéchisme des industriels, publicado en 1823—, pero fue precisado y popularizado, sobre todo, por Auguste Comte (17981857), que es considerado el padre del positivismo. El término “positivo” tiene distintas acepciones. Significa lo que tiene su origen en un acto
institucional, divino o humano, que ha sido establecido; se opone, por tanto, a natural, estable o eterno y, en este sentido, se habla, por ejemplo, de derecho positivo, o de religión positiva. Según otra acepción, que sigue más de cerca la etimología (positum = “lo dado”, “el dato”), significa lo
dado en la experiencia y, en consecuencia, lo directamente accesible a todos. Comte asume este segundo significado: para él, positivo indica, sobre todo, lo que es “real” (opuesto a ficticio o
abstracto, o quimérico), lo observable, lo que puede controlarse experimentalmente, de manera que se sustrae a toda duda, es decir, lo “cierto”. En una tercera acepción, positivo significa también “fecundo”, “eficaz”, “útil”. Este significado es aceptado también por Comte: positivo es lo
útil, lo utilizable en beneficio del hombre, sobre todo, a través del dominio de la naturaleza. Finalmente, para el fundador del positivismo, el término positivo incluye el significado de “orgánico”, es decir, aquello que se puede relacionar en un conjunto dotado de unidad, de sistematicidad. Suelen distinguirse el positivismo científico y el filosófico. El primero sería un modo de entender la ciencia, que se limita a afirmar que el conocimiento científico debe atenerse exclusivamente a los “hechos” o fenómenos observables, a su descripción y a la formulación de las leyes que los
relacionan. Esta modalidad del positivismo no niega la metafísica, al menos explícitamente. El positivismo filosófico, en cambio, niega a priori la metafísica, al considerar que los hechos empíricos puros son la única base del conocimiento, vanificando la pretensión de ir más allá de lo empírico. «Todo lo que no es estrictamente reducible al simple enunciado de un hecho particular o general, no puede tener ningún sentido real o inteligible» [Comte 1965: 54]. Esta versión se centra principalmente en la doctrina de Comte, que marca el inicio de lo que propiamente se entiende por positivismo: el sistema que considera objeto de conocimiento únicamente los hechos de experiencia y sus conexiones; se debe abandonar, por tanto, la pretensión ilusoria de alcanzar la realidad en su esencia y en sus causas reales. El objeto de la ciencia no será ya la investigación de la causa, sino la determinación de las leyes invariables a las que están sometidas las realidades naturales. El positivismo limita el saber al estudio matemático de los fenómenos sensibles [Comte 1973: 188-189]. Por otra parte, el conocimiento de las leyes no tiene otro sentido que hacer posible la previsión racional de los hechos futuros, permitiendo el dominio sobre las cosas: conocer para prever y dominar. El propio Comte hace notar la filiación baconiana de estas ideas, al recordar la identificación que estableció el filósofo inglés entre ciencia y poder (scientia et potentia in unum coincidunt). La especulación positiva no pretende ser contemplación de la verdad, visión de las cosas, sino posesión de la ley de sucesión de los fenómenos para dominar el curso de los acontecimientos naturales. El único valor de la ciencia consiste, entonces, en proporcionar la base
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teórica para la acción del hombre sobre las cosas. En el positivismo, el conocimiento científico ha quedado reducido a técnica, a instrumento de poder [Comte 1973: 76-77].
EMPIRISMO Del término griego "empeiría" (experiencia). En un sentido amplio, es empirista to da teoría para la cual la experiencia, entendida como percepción, es el origen y límite del conocimiento: conocemos a partir de lo que percibimos y nada que no sea perceptible puede ser conocido. A lo largo de la historia se han dado muchas teorías empiristas, más o menos radicales; así, se puede hablar de la filosofía aristotélica como más empirista que la de Platón, o la de los filósofos atomistas más empirista que la de los pitagóricos. También en psicología encontramos corrientes con una clara vocación empirista, siendo seguramente el conductismo la más destacada de todas. En efecto, este paradigma de psicología muestra la huella del empirismo en, al menos, las siguientes tesis: La psicología como ciencia debe apoyarse por completo en la experiencia, y más exactamente en la percepción, lo que trae consigo, primero, la reivindicación del llamado "conductismo metodológico" y la crítica a la introspección, y, segundo, la consideración de que el objeto de la psicología debe ser algo dado también a la experiencia (ni la mente, ni mucho menos el alma): la conducta;lo que el sujeto es depende más de la influencia de algo exterior a él que de estructuras y de un dinamismo interno de carácter innato, tesis que le llevará al conductismo a subrayar la importancia de la experiencia, del aprendizaje y de la influencia del medio en la aparición de las habilidades, rasgos y comportamientos de los organismos, incluido el ser humano. En un sentido estricto llamamos "Empirismo" o "empirismo clásico", al que se desarrolla en las Islas Británicas en la Edad Moderna (fundamentalmente en el siglo XVIII), que se opone al racionalismo continental o racionalismo clásico, y que tiene como representantes más importantes a Locke (1632-1704, filósofo inglés), Hume (1711-1776, filósofo escocés) y Berkeley (1685-1753, filósofo irlandés). Este empirismo rechaza las tesis apriorísticas del racionalismo (las ideas innatas) al considerar que la mente es como un papel en blanco en el que va escribiendo la experiencia, rechaza la intuición intelectual de algo que no sea la propia mente, y acepta sólo la percepción como fundamento del conocimiento. A diferencia del empirismo del siglo XX, el empirismo clásico considera legítima tanto la percepción interna como la percepción externa. Frente al método deductivo propuesto por los racionalistas, los empiristas prefieren el método inductivo, y frente a la admiración racionalista por la matemática, los empiristas van a preferir las ciencias empíricas o ciencias naturales. En su versión más radical, la de Hume, defiende el fenomenismo: únicamente podemos conocer los fenómenos (fenómeno: la realidad en tanto que se presenta a los sentidos), pero no la realidad tal y como pueda ser en sí misma e independiente de nuestro psiquismo. Locke, uno de los iniciadores del empirismo moderno, es el primero en poner en cuestión el concepto de sustancia (la supuesta realidad que subyace o en la que descansan los fenómenos); no niega las sustancias, pero considera que de ellas no cabe tener una experiencia directa; las sustancias (incluso Dios) pueden conocerse por inferencias racionales. Por su parte, Hume establece como criterio para decidir la legitimidad de una idea que tenga como soporte la impresión (o sensación): el único ámbito del que cabe el conocimiento y la ciencia es el que se ofrece a la percepción, considerando que todo lo que podemos conocer se limita a la aparición de fenómenos, o la sucesión de un fenómeno tras otro, y nada más: ni la supuesta
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realidad que subyace en los fenómenos, ni las supuestas realidades trascendentes como el alma o Dios, ni tampoco los vínculos causales reales existentes entre las cosas. La filosofía de Hume tiene también gran relevancia en el estudio del psiquismo pues considerará este filósofo que la ciencia de la naturaleza humana es la ciencia más importante y debe desarrollarse antes que cualquier otra, por ser en cierto sentido la ciencia de las ciencias. Esta ciencia de la naturaleza humana no debe partir de principios a priori sino de la experiencia y la observación. En breve resumen, y por su importancia para el desarrollo de la psicología científica, vamos a destacar las siguientes tesis empiristas: La cuestión fundamental en la polémica racionalismo/empirismo se concentra en la pregunta ¿cómo se origina el conocimiento? El racionalismo considerará que gracias a las ideas innatas y a la intuición, siendo, por tanto, lo importante lo que la conciencia pone o incorpora. Por su parte, para el empirismo todo el conocimiento proviene de los sentidos, puesto que la mente es como "un papel en blanco" y no existen las ideas innatas, siendo lo más importante lo que la conciencia recibe. Asociacionismo. Los empiristas entenderán que los procesos mentales son consecuencia de la asociación de vivencias: creerán que en el mundo de la mente encontramos fuerzas semejantes a las presentes en el mundo físico, trasladando el mecanicismo y determinismo que Descartes propuso únicamente para el mundo físico al mundo de la mente. Los sentidos nos ofrecen sensaciones y éstas se transforman en ideas; por su parte las ideas se combinan y suceden siguiendo los llamados principios de la asociación (similitud, contigüidad y contraste); por ejemplo, por el principio o ley de la contigüidad, si varias ocurren frecuentemente juntas, una sola puede producir el recuerdo de las restantes. El asociacionismo estará presente después en varios modelos o movimientos psicológicos, como la primeras psicologías científicas (Wundt), Freud, Pavlov y principalmente en el conductismo, en éste caso en términos fisicalistas puesto que para este modelo lo que se asocia no son contenidos mentales sino estímulos y respuestas. Mecanicismo. Los empiristas tienden a dar explicaciones mecanicistas del ser humano, explicaciones que incluyen las siguientes tesis fundamentales:la mente y la conducta del hombre son un fenómeno natural más, por lo que pueden ser explicadas según las leyes naturales;determinismo: no existe el libre albedrío, por lo que la mente y la conducta se someten a leyes deterministas, ocurriendo de este modo que la conducta podrá predecirse por completo cuando se descubran las leyes que la rigen (como en el siglo XX afirmará de forma rotunda el conductismo);materialismo: toda la realidad es material, por lo que, de nuevo, la conducta humana es un fenómeno natural, y está determinada por las mismas fuerzas y leyes físicas que valen para el resto de la naturaleza;el representante más destacado del mecanicismo materialista fue Hobbes (1588-1679, filósofo inglés). Para este autor, los contenidos de la mente se rigen por las mismas leyes físicas que los movimientos físicos. Finalmente, cabe destacar también lo que algunos autores han llamado llamado hedonismo psicológico: de todas las acciones que puede realizar, el hombre escoge aquellas que tengan consecuencias más placenteras o menos dolorosas; esta tesis viene a ser expresión del característico sensualismo que recorre toda la filosofía empirista y expresa una visión ciertamente
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pesimista de la naturaleza humana al señalar que, en último término, toda acción humana busca el provecho propio (entendido como placer o satisfacción) siendo el hombre, por lo tanto, consustancialmente egoísta. Estas mismas ideas se pueden encontrar también en gran parte de la psicología científica en sus explicaciones de la motivación (el psicoanálisis con la referencia al principio del placer, el conductismo y las tesis de Skinner sobre los refuerzos y castigos como principios rectores del aprendizaje). REPRESENTANES DEL EMPIRISMO Tomas Hobbes Filosofo inglés, nacido en 1588. Estudio en Oxford y allí conocio la filosofía escolástica, que no logra interesarle. Su estadía en París, así como su contacto con varias personalidades filosóficas y científicas fueron decisivas para la formación de sus ideas filosóficas. Fue secretario de Bacon y testigo de la revolución y la restauración de su patria. Murió en 1679. Sus obras las escribió en latín y en inglés. De manera especial: De corpore, De homine, De cive, y el Leviatán, su obra cumbre, en la cual sostiene en filosofía el materialismo y el empirismo, en moral el utilitarismo y el despotismo en la política. La filosofía de Hobbes representa una reacción contra la libertad de conciencia de la Reforma que, según afirmaba, conducía a la anarquía. Supuestamente supuso la ruptura de la filosofía inglesa con el escolasticismo, estableció las bases de la sociología científica moderna al tratar de aplicar a los seres humanos, como autores y materia de la sociedad, los principios de la ciencia física que gobiernan el mundo material. Hobbes elaboró su política y su ética desde una base naturalista: mantenía que las personas se temen unas a otras y por esta razón deben someterse a la supremacía absoluta del Estado tanto en cuestiones seculares como religiosas. Según Hobbes, hay dos clases de conocimiento: el de hecho, "sentidos y memoria" y el conocimiento de la consecuencia que va de una afirmación a otra que es propiamente ciencia. Según él el conocimiento se funda en la experiencia, y su interés es la instrucción del hombre para la práctica. Su filosofía es empirista porque parte de los fenómenos tal y cual como son aprehendidos por los sentidos. John Locke Filósofo inglés, nace en Bristol en 1632 y muere en 1704. Estudió en Oxford filosofía, medicina y ciencias naturales. Conoció la filosofía de Descartes. Al contacto con la escolástica en Oxford, al igual que Hobbes, no demuestra ningún interés por ella. Emigró durante el reinado de Jacobo I, y participó luego en la segunda revolución inglesa de 1688. La obra más importante de Locke es "El ensayo sobre el entendimiento humano", publicada en 1690. Escribió también obras de política, "Tratado sobre el gobierno civil", "Cartas sobre la tolerancia", y algunos pensamientos sobre la educación.
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Para Locke, el origen del conocimiento es la experiencia. Sobre ello, afirma: Todo cuanto la mente percibe en sí misma o es objeto inmediato de percepción, de pensamiento o de entendimiento; a todo esto lo llamo idea. Para él, idea es todo aquello que pienso y percibo. La percepción puede ser de dos clases: Percepción externa mediante los sentidos o sensaciones, y percepción interna de estados síquicos o reflexión. Estas dos operan juntas. También hay dos clases de ideas: simples y compuestas. Las simples llegan directas de un solo sentido o de varios al mismo tiempo, así como pueden llegar tanto de la sensación como de la reflexión, o juntas. Las ideas complejas son el resultado de la actividad de la mente. Las ideas simples dejan huella en la mente, es ésta la razón por la cual no pueden cambiarse. Las ideas complejas están fundadas en la memoria. El empirismo de Locke limita la posibilidad de conocer, especialmente en lo que se refiere a la metafísica. Algunos filósofos han dicho que existen ciertos conocimientos en forma innata; es decir, que están en nuestra mente y no son fruto de la experiencia. Pero, según Locke, esto es una gran falsedad porque todo conocimiento se adquiere a través del uso de las facultades naturales. George Berkeley Filosofo y clerigo nacido en Kilkenny (Irlanda), en 1685. Vino a América con el propósito de fundar un colegio misionero en las Islas Bermudas. Cuando regresó a Irlanda fue consagrado obispo anglicano de Cloyne en 1734; desempeñó su cargo hasta que renunció a él en 1752, retirándose a Oxford, donde murió al año siguiente. Fue enterrado en esta ciudad, en la Catedral de Christ Church.Sus obras principales son: "Nuevos ensayos de una teoría de la visión", "Tres diálogos entre Hylas y Filonús", "Principios del conocimiento humano", "Siris".Berkeley parte de la doctrina establecida por Locke. No cree en las ideas generales, tampoco existe para él la materia. Aduce que todo el mundo material es sólo representación o percepción mía. Sólo existe el yo espiritual, del que tenemos una certeza intuitiva.La filosofía de Berkeley es sorprendente en el sentido de que una formulación abreviada de la misma la hace aparecer tan alejada de la concepción del mundo del hombre corriente, que atrae inevitablemente la atención.Los objetos, según Berkeley, del conocimiento humano son o ideas impresas realmente en los sentidos, o bien percibidas mediante atención a las pasiones y a la operaciones de la mente o, finalmente, ideas formadas con ayuda de la imaginación y de la memoria. Berkeley desarrolló su teoría filosófica como una respuesta al escepticismo y el ateísmo. Afirmaba que el escepticismo surge cuando la experiencia o las sensaciones se encuentran desligadas de los objetos, no dejando ningún camino posible para saber de ellos excepto a través de las ideas. A pesar de que su sistema tuvo pocos seguidores, sus críticas a los razonamientos sobre un m undo separado externo y al concepto de la materia fueron poderosas y han influido en los filósofos posteriores. David Hume
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Filósofo, historiador y economista escocés. Nació en Edimburgo (Escocia) en 1711. En su juventud se dedicó al comercio, pero luego se dedica a las letras y a la filosofía. A los veintitrés años escribe su primer trabajo filosófico. Murió en 1776. Sus obras más importante son: "Tratado de la naturaleza humana", "Investigación sobre el entendimiento humano", "Investigación sobre los principios de la moral". El punto clave del pensamiento de Hume reside en su teoría de la asociación de las ideas. Hume lleva a sus últimas consecuencias la dirección empirista iniciada con Bacon. Para él las ideas son copias borrosas y sin viveza de las impresiones directas. Según Hume, tanto la percepción como la reflexión nos aportan una serie de elementos que atribuimos a la sustancia como soporte de ellos. Pero no limita su crítica a las sustancias materiales sino al propio yo. Para Hume, el conocimiento no puede llegar a alcanzar una verdad metafísica. Tampoco acepta que existan ideas innatas, ya que todos los contenidos de la conciencia provienen de la experiencia. http://representantesdelempirismo.blogspot.mx/2009/04/representanes-del-empirismo.html Como hemos visto en el apartado anterior, los empiristas son una serie de autores que comparten una características comunes, lo que nos permite poder hablar de un movimiento filosófico. Sus características principales serían: •Interés por el tema del conocimiento. La teoría del conocimiento es el eje fundamental de la
filosofía en este periodo, como vimos también en el racionalismo. El tema se relaciona, evidentemente, con el desarrollo de la ciencia moderna, lo que obliga a la comparación entre los resultados que han obtenido las diversas ciencias y la propia filosofía. •Pero mientras que dicho interés por la ciencia en el racionalismo daba como resultado la
aplicación del método a través de la Razón, sobre la que teníamos una confianzaabsoluta, ahora, en cambio, el camino para llegar al conocimiento es nuestra experiencia. La experiencia es, por lo tanto, el criterio básico para obtener información, y la razón misma está supeditada a ella. •Como consecuencia de lo anterior, de aquello que no tengamos experiencia no podremos llegar a
saber nada, realmente. Por lo tanto esto implica la negación de la existencia delas ideas innatas, cuestión que era fundamental para los empiristas. Todo lo que conocemos tiene que proceder de nuestra experiencia. •¿Y si de algo no se tiene (ni se puede tener) experiencia alguna? Recordemos que para los
racionalistas las ideas fundamentales eran las ideas metafísicas, y de estas ideas parece que no podemos tener experiencia alguna (aunque este tema lo desarrollaremos luego detenidamente; en realidad, algunos de los autores empiristas también son metafísicos, como veremos). Pues la conclusión también está clara: hay que negar la Metafísica como conocimiento; al no poder remitir a experiencia alguna, las ideas metafísicas se revelan como ficticias, invenciones vacías de mentes que se dejan enredar por un uso excesivo del propio lenguaje.
RENE DESCARTES.
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Nació en La Haye (Turaine; Francia) el 31 de Marzo de 1.596 y murió en Estocolmo (Suecia) el 11 de Febrero de 1.650 a causa de una afección pulmonar. Su familia pertenecía a la rica burguesía y su madre murió cuando él tenía un año de edad. Fue educado en el colegio de La Flèche, regentado por los jesuitas y considerado uno de los más famosos de Europa; allí permaneció entre 1.604 y 1.615, estudiando a los clásicos. Como curiosidad digamos que, debido a su frágil salud, en el colegio tenía permiso para permanecer en la cama hasta las 11 h. de la mañana y conservó esta costumbre el resto de su vida. Se trasladó a Italia, donde permaneció de 1623 a 1624 y marchó a Francia, donde residiría entre 1624 y 1628. En este periodo, se dedicó plenamente a la filosofía y a realizar experimentos de óptica. En 1628, tras vender sus propiedades en Francia, partió a Holanda, donde vivió en diferentes ciudades, Amsterdam, Deventer, Utrecht y Leiden. Fue por entonces cuando escribió Ensayos filosóficos, que fue publicada en 1637. Ésta está compuesta de cuatro partes: un ensayo sobre geometría, otro sobre óptica, un tercero sobre meteoros y el último, el Discurso del método, que describía sus especulaciones filosóficas. A éste le siguieron, entre otros ensayos, Meditaciones metafísicas (1641; revisado 1642) y Los principios de la filosofía, (1644). El último volumen fue dedicado a la princesa Elizabeth Stuart de Bohemia, que vivió en los Países Bajos y con la que mantenía una gran amistad. Trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la ciencia, y en concreto de las matemáticas. Antes de configurar su método, la filosofía había estado dominada por el método escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema, Descartes estableció: "En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad, no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría. Por este motivo dudó de todo hasta haber establecido las razones para creerla. Partió de la Primera verdad o Cogito, ergo sum, "Pienso, luego existo". A partir del principio de que la clara consciencia del pensamiento prueba su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la realidad. Una clase era la sustancia pensante, o inteligencia, y la otra la sustancia extensa, o física. Su filosofía, también llamada cartesianismo, le llevó a elaborar explicaciones complejas y erróneas de diversos fenómenos físicos. Se aproximó a la teoría de Copérnico sobre el Universo, con su idea de un sistema de planetas giratorios moviéndose alrededor del Sol, renunció a esta teoría cuando fue considerada herética por la Iglesia católica. En su lugar ideó una doctrina de los vórtices o torbellinos de materia etérea, en la que el espacio estaba pleno de materia, en diversos estados, girando sobre el Sol. Su contribución más importante a las matemáticas fue la sistematización de la geometría analítica. Fue el primero que intentó clasificar las curvas conforme al tipo de ecuaciones que las producen, y contribuyó también a la elaboración de la teoría de las ecuaciones. Descartes fue el responsable de la utilización de las últimas letras del alfabeto para designar las cantidades desconocidas y las primeras letras para las conocidas. También inventó el método de los exponentes (como en x2) para indicar las potencias de los números. Además, formuló la regla, conocida como la ley cartesiana de los signos, para descifrar el número de raíces negativas y positivas de cualquier ecuación algebraica.
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En 1649 Descartes fue invitado a la corte de Cristina de Suecia en Estocolmo para dar a la reina clases de filosofía. Todo parecía irle bien si Cristina no hubiera insistido en hacer que le enseñara filosofía a partir de las cinco de la mañana en un aposento grande y frío. Descartes era demasiado bien educado para quejarse de esta desagradable circunstancia, aunque siempre odiaba el frío y rara vez se levantaba antes del mediodía. Después de tres meses de estas espantosas clases antes del amanecer, enfermó de gravedad y murió el 11 de febrero de 1650 de una enfermedad respiratoria, que probablemente fue pulmonía. Diecisiete años más tarde, su cadáver volvió a París, donde fue sepultado.