La Autoridad de su Palabra: ...Ven ...Ven sígueme Por:Hna. Rosario Inmenso de Quiroz Mateo 4:19-20 Lucas 4:16-22 Marcos 1:17 Hoy muchos tienen el puesto de líder, pero nadie los sigue, las personas que están a su alrededor no les reconocen ninguna influencia en sus vidas y autoridad sobre sob re ellos.
La revelación de quien llama Hay pocos líderes que impactan a sus seguidores, se guidores, en la mayoría de los casos las personas tienen sus propios intereses cuando siguen a algún líder. Cuando Dios nos llamo ¿cual fue nuestra motivación? Sinceramente, ¿era algo que anhelábamos fervientemente? ¿Cómo se deja todo y se sigue a Jesús? ¿Qué estaba queriendo decir Jesús cuando en Marcos 1:17 dijo a sus primeros discípulos: Sígueme? Por mucho tiempo no pude entender todo lo que significaba en ese contexto la palabra “sígueme”. Como podía ser tan impactante esa “palabra” que la persona deje lo que esta haciendo y responda a la invitación de ser un seguidor de otra o tra persona sin cuestionar e ir en pos de El inmediatamente. En Marcos 1:17 tenemos la historia poderosa del llamado de Pedro y Andrés que nos puede ayudar a entender mejor esta palabra. Recientemente escuché un poderoso mensaje de Gary Wilkerson donde explicó un poco de historia judía y que significaba “ven sígueme” de la boca de un maestro Rabino a un joven judío. Así que permítanme compartir un poco de historia En la cultura judía no había cosa más grande para un niño judío que llegar a ser un rabino, para esto asistían a la escuela, ese era su mayor sueño. A partir de los 6 años asistían al Beth Shema, allí aprendían el proceso de memorizar la Torah. En el primer día en la escuela, en una pequeña pizarra, el maestro les derramaba un poco de miel y luego les hacia llevar un poco de miel a su boca y declaraba esta sentencia “La Palabra de Dios no son solo reglas, sino una dulce manera de vivir”, vivir”, a otros les hacían recorrer con el dedo las palabras y luego lamerlo y les decían “la Palabra de Dios es mas dulce que la miel”. miel”. Este era el inicio y durante los 6,7 y 8 años debían memorizar todo el Pentateuco Muchos niños no podían lograrlo, a estos, el rabino se acercaba cariñosamente y le decía: d ecía: -nosotros estamos contentos de que hayas participado en nuestra escuela, pero, no tienes lo que se requiere para continuar, te falta habilidad, por tanto ve a casa de tu padre y aprende su oficio y se un buen hijo. SA L Í A QUE B R A NTA NT A D O, se decía así mismo: No importa la forma en que se lo dijera el SAL “-no puedo ser un rabino, no tengo la capacidad, no tengo la habilidad yo no tengo ese algo especial que se requiere”. Llegaba a la casa del padre y aprendía el oficio de el. Luego la escuela secundaria de 9 a 12 años era al Beth Mishra, en esta etapa no solo debían saber la Torah, sino la literatura de sabiduría y los Escritos proféticos; debían memorizar libros completos. Aproximadamente los que sobresalían de la primera etapa (Beth Shema) eran un 10% de los que comenzaban, comenzaban , eran fuertes y brillantes, los rabinos les
decían: -queremos que continúen su educación en nuestra escuela. Sin embargo, el Beth Mishra (segunda etapa) era mas exigente y en algún momento el rabino se acercaba a cada uno de los estudiantes que no alcanzan las metas para esa etapa y les decía: -sabes no lograste los objetivos trazados, no tienes lo que se requiere ve a casa y aprende el oficio de tu padre, se un buen pescador, se un buen carpintero se un buen hijo aprende el negocio de tu padre. El muchacho se iba con el corazón roto, diciéndose: -no califico no tengo la capacidad de responder a las demandas. No podían cumplir su sueño de ser algún día un Rabino, este era el llamado mas alto en el pueblo de Israel, mas buscado, el mas inteligente, mas espiritual, el mas poderoso. Pero el día que se encontraban con la frase “ve a casa” el sabia que no servia para ser un líder espiritual, nunca guiaría a otros. Llegamos a lo que seria el colegio desde los 12 a 15 años asistían al Beth Talmud tenían que aprender los comentarios a las escrituras que los rabinos habían escrito, los pactos, en total eran aproximadamente unas 15 000 mil paginas, 2´500,000 de palabras. Una pregunta para graduarse era: ¿hace 200 años el rabino Hillel dijo respecto a Levíticos Cáp. 11?... , ¿respecto a los animales dijo...? El joven debía responder sin dudar o no podría continuar. El adolescente que había llegado a este nivel y no respondía acertadamente, con dolor oía lo que por muchos años le habían dicho a sus otros compañeros ve a casa..... no tienes lo que se requiere. Una vez mas en este proceso selectivo de buscar lo mejor de lo mejor había un corazón roto, quebrantado. En este punto pensé que algunos de los discípulos aspiraron a la escuela , alguno tenia el corazón roto, por que en alguna etapa de su edad temprana escucho: “No tienes lo que se requiere ve a casa.” El camino del discípulo Si te graduabas del Bet Talmud estabas en camino a ser rabino. En Jerusalén habían como 10 a 12 rabinos en la época de Jesús, no eran muchos pues, para nombrar un rabino mayormente tenia que morir uno de ellos. Cuanto costaba ser un rabino, hoy no debería ser menor la exigencia para ser un siervo de Dios. Las aspiraciones de llegar a ser un rabino no se terminaban en el estudio del Talmud era el inicio de llegar a ser un discípulo. Cuando el joven judío se había graduado debía hacer esto: Debía observar a los rabinos, sus cualidades, su influencia, el respeto y autoridad que tenia reconocido, que fuera ardiente de espíritu y elegir uno de ellos y seguirlo. Durante 6 meses el estudiante lo seguía sin decir una palabra por las montañas, por todo lugar que fuera, donde y como se alimentaba . Luego de este tiempo se paraba y lo miraba y decía quiero ser tu telmita (seguidor tuyo o discípulo tuyo). El rabino le preguntaba ¿has memorizado las escrituras?, Luego el rabino lo observaba, el joven debía ser brillante y tener un carisma especial, luego decía: “ven sígueme” y se convertía en su maestro, le enseñaba como entrar a un debate, y por los siguientes 15 años seguía al rabino por donde quiera que el iba , el rabino tenia muchas conversaciones con su talmita; hay manuscritos antiguos que contienen conversaciones del rabino con su telmita. Ellos esperaban que cuando fuera tiempo de escoger un nuevo rabino algunos de estos estudiantes podría ser el nuevo rabino, pero no era suficiente que fueran grandes conocedores del Tanach ( texto de la Ley, Los Escritos y Los profetas) debían tener algo especial, era como un don especial, una gracia que hacia que le reconocieran autoridad, se llamaba “Smika” el asunto era si tenían algo extraordinario, algo especial, al go sobrenatural. Si tenían “Smika” le decía: -tu sueño se ha hecho realidad ahora eres un rabino. Su sueño se había hecho
realidad, aproximadamente a los 30 años podía estar cumpliendo su sueño. El resto de jóvenes se volvían escribas pero no calificaban para ser un rabino. Ahora bien antes del llamado de Pedro y Andrés, Jesús vino a Nazaret donde se había criado (Luc: 4:16-22) y entro a la sinagoga y se levanto a leer las escrituras como era su costumbre y después de la lectura todos lo admiraban, quien era su maestro o rabino, no era el telmita de nadie, por lo contrario, ellos trataban de identificarlo y uno de ellos dijo: “no eres tu el hijo de José y Maria” “ no eres tu un mensar esto quería decir: alguien de nacimiento dudoso, no eres tu un nacido ilegitimo, un “mensar” era un ciudadano de segunda clase . Nosotros por lo menos sabemos quien es nuestro padre, tu eres un mensar, eres un desechado. Sin embargo no podían negar la autoridad con que decía y hacia las cosas. En Mateo 13:54-56 su pregunta era ¿donde aprendió este todo lo que sabe? En la lectura de Isaías 61: 1-2 señala que era el día agradable para todo los mensar, que los quebrantados serian sanados, libertad a los marginados. Pero la pregunta crucial era de donde obtuviste tu autoridad, donde obtuviste tu “Smika”, tácitamente reconocieron que el tenia ese algo especial y extraordinario (Luc 4: 36).
El poder del llamado Ahora podemos entender a Pedro cuando escucha la palabra “ven sígueme”. Estaba frente al hombre que no solamente interpretaba las escrituras, sino que tenia autoridad, poder cuando el hablaba su “Smika” superaba la de todos los rabinos que podía haber admirado (Jesús tenia lo que se requería en abundancia), y le estaba diciendo sígueme, le estaba invitando a ser su telmita, su alumno, su discípulo. Pedro no duda, era la oportunidad de tener un maestro, alguien que le enseñara a lograr sus sueños. Jesús no estaba mirando sus limitaciones, no estaba mirando que no tenia tal vez buena memoria, que no tenia ese carisma que los hombres buscan en su propia sabiduría. Algún día el maestro le daría de su Smika y seria como Jesús, daría libertad a los cautivos, serian libres como El. Nada había a que aferrarse, el maestro de maestros lo había llamado. El le enseñaría a orar, amar a sus enemigos a predicar, a comprender la voluntad del Padre, a interpretar y cumplir las escrituras como Dios demandaba de cada judío. Amado pastor, hermano, laico que estas en este ministerio, sea cual sea el área en que estas sirviendo, la educación es importante tiene su merito y propósito. Pero lo primero es quien te llama, quien te ha dado la autoridad que tienes en el ministerio. Tal vez si te miras puedes ser de los que en algún momento de su vida alguien le rompió el corazón, te dijo que no sirves , ve a casa, etc. y estas sumido en tus propias redes . Tal vez no tienes un maestro a quien seguir o estas decepcionado de los lideres a ctuales te han puesto demandas muy altas que no puedes lograr. Este mensaje es para ti nace en el corazón de Dios y te dice: Ven sígueme. Yo seré tu maestro, tu guía, tu amigo. Jesús no necesita ver en ti lo que El requiere. El pone en ti lo que tu requieres en este santo ministerio cuando te invita a seguirlo