CÍRCULO DE POESÍA. ANTOLOGÍA EMERGENTE I ………………
MIGRACIÓN Y POESÍA Tema fundamental de nuestro tiempo, presentamos una selección de poemas sobre migración. Poemas escritos en otras épocas y en los días que corren, para dar cuenta de la situación humanitaria crítica de los migrantes; de su interminable travesía de incertidumbre y desasosiego, orillados a la más extrema temeridad. La presente muestra incluye poetas que dan voz a los desplazados, a las ciudades y sus poblaciones, y también poemas escritos por migrantes. Ocean Vuong Besando en vietnamita
Mi abuela besa como quien oye bombas estallar en el patio donde la menta y el jazmín alzan sus perfumes por la ventana de la cocina, como si en algún lugar, un cuerpo fuera destazado como si las llamas volviesen a través de las intrincadas caderas caderas de un jovencillo, como si al salir por la l a puerta, tu torso bailara de heridas abiertas. Cuando mi abuela besa, no hay largos besuqueos, ni música occidental de persecución de labios, besa como respirándote, su nariz compacta en tu mejilla para grabar tu aroma y hacer perlas de sudor gotas de oro en sus pulmones, como si al tenerte la muerte tomara también tu muñeca. Mi abuela besa como si la historia nunca acabara, como si en algún lugar
un cuerpo aún fuera destazado.
Versión: Esteban López Arciga
Daniel Rodríguez Moya ‘La Bestia’ (The American way of death)
Somewhere over the rainbow Way up high, There’s a land that I heard of
Once in a lullaby. E.Y. Harburg .
Pero el horrible tren ha ido parando en tantas estaciones diferentes, que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban, ni los sitios, ni las épocas. Dámas o Alo ns o.
Para Claribel Alegría
Tan filoso es el viento que provoca la marcha de la herrumbre
un cuerpo aún fuera destazado.
Versión: Esteban López Arciga
Daniel Rodríguez Moya ‘La Bestia’ (The American way of death)
Somewhere over the rainbow Way up high, There’s a land that I heard of
Once in a lullaby. E.Y. Harburg .
Pero el horrible tren ha ido parando en tantas estaciones diferentes, que ella no sabe con exactitud ni cómo se llamaban, ni los sitios, ni las épocas. Dámas o Alo ns o.
Para Claribel Alegría
Tan filoso es el viento que provoca la marcha de la herrumbre
sobre largos raíles, travesaños del óxido… Y qué difícil es ignorar el cansancio, mantener la vigilia desde Ciudad Hidalgo hasta Nuevo Laredo, sobre el ‘Chiapas‘Chiapas-Mayab’ que el sol inflama. i nflama.
Nadie duerme en el tren, sobre el tren. Agarrados al tren todos buscan llegar a una frontera, a un sueño dibujado como un mapa con líneas de colores: una larga y azul que brilla como un río que ahoga como un pozo.
Atrás quedan quedan los niños niños y su interrogación interrogación,, las manos destrozadas de las maquiladoras que en un gesto invisible dicen adiós, espérenme, es posible que un día me encarame a un vagón.
Queda atrás Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador, un corazón de tierra que late acelerado.
Las gentes congregadas muy cerca de la vía con un trago en la mano, el olor a fritanga y a tortilla como si fueran fiestas patronales, esperando el momento para subir primero, y no quedarse en el andén del polvo, montar sobre ‘La Bestia’, en el ‘Tren de la Muerte’ o esperar escondidos adelante, en los cañaverales, con un rumor inquieto. Y esquivar a la migra.
Después habrá silencio durante todo el día, un silencio asfixiante, como un arco tensado que no escogió diana y una tristeza de funeral sin cuerpo y paz de cementerio.
Es mejor no pensar en las mutilaciones, en la muerte segura que hay detrás de un descuido o en los rostros tatuados. Amenazan igual que los jaguares, aprovechan la noche y sus fantasmas y ya todo es dolor y más tragedia.
Es tan lenta la noche mexicana… Bajo la luna inquieta una herida de hierro y de listones traza un perfil oscuro, un reguero de sangre que seguir. El olor de la lluvia sobre la tierra seca se corrompe mezclado con sudor y gasóleo. Es agua que no limpia, que no calma la sed, que sucia se derrama entre las grietas de la vieja máquina, una oscura metáfora del animal dormido.
Escrito en un cartel: “Nuevo Laredo. ¡Lugar por explorar!” El coyote ya espera para cruzar el río, atravesar desiertos, y burlar el control, la border patrol, los perros, helicópteros, ¿aquello tan brillante es San Antonio?,
el sol de la injusticia que percute las sienes.
Sopla el viento filoso en la frontera y otro tren deja atrás el río Suchiate, los niños, las maquilas,
la arena de un reloj que se hace barro.
Transitan los vagones por los campos donde explotan las más extrañas flores. Pasan noches y días como sogas del tiempo en marcha circular. Cada milla ganada a los raíles aleja en la llanura otra estación del sur.
Marcha lenta la máquina con racimos de hombres a sus lados. El humo del gasóleo difumina un perfil que se pierde a lo lejos.
Ha pasado ‘La Bestia’ camino a la frontera.
Avanza hacia el norte
el viejo traqueteo de un tren de mercancías.
Marilyn Chin Cómo obtuve ese nombre
un ensayo sobre la asimilación
Yo soy Marilyn Mei Ling Chin y cómo amo la resoluta personalidad de esa primera persona del singular seguida por el indicativo superinflado de “ser” sin tal incierto “si-en-do” de “volverse”. Claro, mi nombre ha cambiado en algún lugar entre el océano y Angel Island, cuando mi padre en los años cincuenta tardíos y obsesionado con una rubia transliteró “Mei Ling” como “Marilyn.” Nadie optó por cuestionar su impulso inicial porque, sabemos, la lujuria llevó a los hombres a la grandeza: no fue la bondad, no fue la decencia. Y ahí estaba yo, extraña pequeña y rosa, nombrada por una mujer blanca y trágica muerta de tanto ginebra y Nembutales.
Mi madre no pronunciaba bien la “r”. Me llamaba “Mujé espectaculá númeo uno” para la brevedad: entonces, ella vivirá y morirá en su ignorancia sublime, rodeada por sus hijos amorosos y la deidad de la cocina. Mientras mi padre vacila, refinado en su costumbre de Hong Kong, jugador de azar, criminal fracasado que compró una cadena de restaurantes de Chop Suey en Piss River,Oregon, con dinero que había robado a Gucci. Nadie se preguntó por su integridad dadas sus hijas tan lindas y devotas y sus hijos tan brillantes e industriosos como si la piedad filial fuera el estándar por el que todos los terrestres son medidos.
***
Oh, ¡y cuán confiables son nuestras hijas y nuestros hijos cuán brillantes! Cómo hemos llegado a hacer tontos a los expertos en educación, demografía y estadística – no somos muy creativos pero aún entendemos. Por eso, somos para ser usados.
Pero eso de la “Minoría Modelo” es molesto. sabemos que están observando, así que nos negamos a atenderlos. Cañas de bambú, de bambú, de bambú, cañas. Mientras más al oeste vayamos, más al este; mientras cavemos hacia abajo, llegaremos a China. La historia ha vomitado en una playa negra y contaminada – donde la vida no depende de aquél tractor de color rojo o de si nuestro nuevo amante desde el último episodio de “Santa Bárbara” soplará sobre una vela aromática y nos llamará “perra.” Dios, Dios, ¿qué hemos hecho mal? ¡No tenemos recursos internos!
***
Entonces, una mañana redoliente de primavera el Gran Patriarca Chin miró desde su kiosco en el cielo y vio lo feos que eran sus descendientes. Uno tenía una cabeza cuadrada y una nariz sin puente y el otro el perfil largo y nudoso de una calabaza y el tercero era triste, y bruto,
y nunca habría de casarse. Y yo, su menos favorita, “ni medio hirviendo ni medio cocida,” una manzana salvaje gorda por mi sangre – demasiado incolora para pelear por el destino de mi gente. “Matar sin resistencia no es asesinato,” dice el proverbio. Así, espero mi muerte inminente. El hecho de que esta muerte es también metafórica es el testamento de mi letargo.
***
Aquí yace, pues, Marilyn Mei Ling Chin, que se casó una dos veces con tal y tal, Lee y Wong, nieta de jack “El Patriarca” y de la melancólica Suilin Fong, la hija del virtuoso Yuet Kuen Wong y de G.G. Chin el infame, hermana de una docena y prima de un millón, sobrevivida por todos y por todos olvidada. Ni blanca ni negra, ni querida ni exterminada, sólo otra que pasa en su propio jardín de bambú atendiendo sus poemas – cuando, un día, el cielo no fue piadozo
y un abismo se abrió donde ella estaba. Como los gemidos de una gran ballena blanca o las fauces del Godzilla metafísico, se la tragó entera. Ella no se movió ni se espantó, ni enloqueció con el concepto del final del mundo, sino que se quedó. Sólida como madera, un poco derruida, mordida, sorprendida, pero felizmente, por todas las cosas que le fueron brindadas y por todas las cosas que le quitaron.
Versión: Sergio Eduardo Cruz
Iván Vergara Un silencio atlántico
Mi padre cruzó un continente, se convirtió en indio posmoderno al entrar por la aduana del nuevo mundo, surcó presto su orientación de monte y perdida la esperanza tomó trenes,
autobuses para otras tierras, aviones erradicados por la peste y no era él
hoy mi padre yace en cama bajo el agobio de las horas extra, trajo un lastre de quinientos quince años con el cual descansar los pies y las manos y no sean él
yace mi padre en un techo de casa blanca con su cuerpo moreno asfixiado por la historia, con su cuerpo tallado por la vista de los volcanes y un indómito yacimiento de leyendas donde se escribe la historia de mi viejo, sobre una ladera marina y tintas de piedra
ha salido esta tarde y se ha tirado al río con el fardo absurdo de todo lo recorrido, ha ahogado a los peces contándoles la historia de un hombre y una mujer que se amaban como tierra blanca y fértil, yelmos recios de conquista
ha devorado al unísono dos continentes y se ha convertido en tierra submarina;
salió por la tarde un indio posmoderno y la noche recibió todas las almas, todos los llantos
por la noche un llanto de ultramar, por la mañana la tierra engreída, conmocionada por la espera que mueve valles, tumba ciudades, engendra mitos, y lo que se escucha entre las ruinas es un llanto que pierde a sus vástagos un padre indio que duerme en casa blanca con su corazón rebozando tierra, rebasando a las aves, resplandeciendo de nada absoluta nada
Luis Ángel Orellana Esquivel
Entre lágrimas y abrazos es difícil olvidar a mi viejecita que en mi casa tuve que dejar. Recuerdo aquella noche, lluvia y frio viajando en el tren, una pesadilla. Hice una fogata, da algo de calor. Extraño mi querido lugarcito, El Salvador, lo recuerdo con mucho amor. Patria, patria que me ha dado amor, me reconforta el anhelo de volver a verte sin embargo, tengo que huir de la muerte.
Rigoberto González Cosas que brillan en la noche
La corona de plata de Fulgencio -cuando ronca la luna, moneda de Judas, deslumbrando a los más pequeños metales que llamamos estrellas mi hebilla la punta de mis botas las piedras en mis riñones un arete una lagrima en la mejilla los caminos que se bifurcan en la cremallera la cuchilla de una navaja que se desenfunda la cuchilla de una navaja seduciendo una naranja la cuchilla de una navaja salivando la cuchilla de una navaja la palabra México la palabra migra
Versión: Tania Márquez Aragón
Mijail Lamas
Trenes
Atrás quedan los niños y su interrogación, las manos destrozadas de las maquiladoras que en un gesto invisible dicen adiós, espérenme, es posible que un día me encarame a un vagón.
Daniel Rodríguez Moya
I
Trepados a los árboles del joven verano escuchamos los trenes.
Andábamos con los oídos limpios y las piernas sucias de tanto correr entre los montes, con las manos ansiosas por llegar más alto.
Escuchamos los trenes que pasaban en dirección a la noche, iban cargados con la última luz del día y con la voz que se va.
Y ahora qué ganas de escapar en un silbido, de terminar allá donde inician las vías.
II
Deshojamos la rosa de un tiempo que creímos mejor, pero el camino que nos lleva a la noche no es el mismo.
Ya no pasan los trenes, ya no puedo escuchar su sonido a lo lejos.
III
Pero me aseguran que sí pasan los trenes, pero son fantasmas, un montón de fantasmas los que viajan en ellos.
IV
Se subieron al tren como decir que ya no volverán como mirar el fin donde inician las vías.
V
En el tren de los muertos el maquinista calla. Él sólo mira al frente buscando un horizonte que sabe imposible.
VI
Atrás queda el Suchiate, atrás Ciudad Hidalgo, pero ya no sabemos si pasaron Reynosa. Primero está la migra y luego están los narcos la mara la muerte. Por aquellos senderos siempre hay algo que perder.
…de Guatemala unos, otros de El Salvador… se van quedando. A unos la policía, a otros los zetas, nunca se sabe bien quién los detiene… Nadie averigua nada, los pobres no valemos…
VII
El trampa es el que sube a los cargueros, él salta a los vagones desde el sur. Huye de la miseria. Busca el norte que no es más que otra forma de nombrar a la muerte. Los han visto pasar mirando hacia las casas, deseando estar adentro. Ellos vienen de paso, están cansados
dice la madre al niño
que mira fascinado el paso del convoy. Ellos vienen de paso… pero el trampa no vuelve.
¿Alguien después de mucho, cuando los trenes pasan por los pueblos del sur, recordará sus nombres?
VIII
Alguna vez viajé en aquellos trenes con el funcionalismo agrietado, con los asientos rotos y en sus últimos días de pasajeros pobres, un poco menos pobres que los trampas del carguero.
Yo también esperé dos noches seguidas a que el convoy que va hacia el norte llegara, para subir de prisa y no dormir y mirar el desierto de Sonora demorarse en la ventana.
Afuera todo era incendio de azoteas y rostros que se quedan. No recuerdo a mis hermanos ni a mi madre junto a mí, sólo el letargo de la arena desde la ventana.
IX
Yo también trenes
y más trenes y ganas de cortar en dos la lejanía.
Yo también el viaje y en el pecho las ganas de partir, dejar atrás. Yo también esa fuga en que se pierde el nombre y la ciudad, los hermanos los padres los todos que sujetan.
Yo también solo, trepado en algún árbol, viendo partir en dos el mundo desde el andén de lo posible.
X
Aquí ya no hay más trenes, sólo un
montón de nombres que ya nadie recuerda, sólo un olor a cuerpos que se pudren.
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POESÍA ESLOVENA: TOMAŽ ŠALAMUN 22 Jul 2016
Presentamos, en versión de Pablo Juan Fajdiga, dos textos del poeta esloveno Tomaž Šalamun (1941-2014). Fue escritor en residencia en las universidades de Iowa, Harvard y Mississippi. Es uno de los grandes poetas eslovenos del siglo XX. Recibió la Golden Wreath que ofrece Struga Poetry Evenings en 2009.
Epitafio Cuando nombré a Dios comencé a hundirme. Aquí la sangre salpica de la herida. Aquí está cortado de tal modo que veo a través de TODO. El narciso es el más puro porque va quemando todo a la vez. Mi nombre escrito es un combate con las tinieblas.
Una cantina en Querétaro Veo un caballo que lanza un gemido cuando se encuentra con los ojos de otro caballo. Son hermanos, ángeles con manzana, membrana del subsuelo. El sol en vuestras crines es para ambos. ¿Por qué me rasgáis, potrillos celosos? ¿Por qué pataleáis como jenízaros? Los caballos son animales sagrados, ambos son César Vallejo. Porque a través de nosotros no corren cantidades, sino el espíritu y el fuego. ¿Es posible que el genio de un poeta muerto se divida en dos ríos y que se rasgue como un pañuelo? Son una sola figura y eso es pan para millones. Mis brazos son los dos del mismo largo. Mis piernas son para todos los pueblos del mundo. Mi beso no es cadena y mirad: este es el pneuma que respiraba Jacob Boehme, virginal, si bien lo llevo en el pecho, como llevan las mujeres del Karst agua en cántaros sobre la cabeza. Y si voy a tener que seguir escuchando los pequeños problemas burgueses del Concilio de Nicea y ser testigo de la matanza de cuadros probados en la guerrilla, tendrían que volver, potrillos, derecho a la oscuridad. En esta cantina son capaces de reventarlos con cuchillos mientras estoy
tranquilo tirando las monedas por mi copa de alma blanca
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POESÍA TURCA: DEFENSA CONTRA LA NOCHE DE FAZIL HÜSNÜ DAGLARCA 28 Jun 2016
Como muestra de solidaridad por lo ocurrido el día de ayer en Turquía, presentamos a Fazil Hüsnü Daglarca, poeta representativo de la poesía turca del siglo XX. En esta ocasión presentamos algunos textos de Fazil Hüsnü Daglarca (Estambul 1914 – 2008), uno de los más prolíficos poetas de la Turquía republicana con alrededor de 60 poemarios publicados. Fue laureado en las Struga Poetry Evenings con el Golden Wreath Award. La traducción corre a cargo de Adelmar Ramírez.
Defensa contra de la noche
Este hombre está muerto y ausente pero el tiempo no se desplomó en el suelo mucho rato. Le entregamos la vida de ese hombre a los árboles. ¿A quién le pertenece su corazón? Este hombre está muerto y ausente pero no podíamos apartarnos de su lado. En el interminable lamento de nuestras noches, ¿por qué esta palidez nunca disminuye? Este hombre está muerto y ausente pero el río aún no se atreve a decirlo, y su fe, como pájaros gloriosos, es capaz de llevárselo lejos.
Latitudes
Cierras tus ojos profundamente cuando yo abro los míos. Nuestras latitudes se cruzan en la misma estrella. Cuando cierro los ojos, hermano, tú abres los tuyos. Cuando nuestras manos esculpen el mármol de los cipreses, ni el mármol, ni el ciprés, nos familiariza. Nuestras latitudes se cruzan en la misma estrella. A la misma hora. Nuestras casas no están conscientes del gran tiempo. En la lejanía, los vientos más fríos se alzan, nuestras oscuridades se siguen la una a la otra. Nuestras latitudes se cruzan en la misma estrella,
y miramos el mismo cielo en la eternidad, sin embargo, no podemos vernos el uno al otro.
Donde todas las cosas callan
Hay veces en que todos recuerdan a los vivos como si estuvieran muertos. Así como el tiempo desaparece de lugares bulliciosos con multitudes. Alguien dice: “Satanás pasó” con una voz renovada en el miedo. Indigente, debo sufrir estas vastas soledades. Deseo que mi vida se destiña sobre un globo terráqueo para esforzarme por los silencios donde todas las cosas callan y ni siquiera Dios sobrevive.
Relativamente
De acuerdo a mí, la montaña es solitaria. Yo estoy desvelado de acuerdo a la montaña. Para la montaña yo estoy loco. Para mí
la montaña está hambrienta. Para la montaña yo estoy fuera de alcance. La montaña no llegará de acuerdo a mí.
Conversaciones con las montañas
Cargando las canciones oscuras de los pastores mis águilas se posan en la distancia insomnes y sin estrellas, mis álamos perduran La soledad aflige a la tierra sin cielo contrapuesto a amores perdidos en cementerios donde las grandes flores retoñan pesadas con salud y felicidad La voz que el viento acarrea la puedo escuchar ahora en la noche el pico invita a la ceguera
Traducciones: Adelmar Ramírez
POESÍA ITALIANA: GIORGIO CAPRONI 23 Jun 2016
Presentamos en versión del poeta Alfredo Soto (Mazatlán, 1992) un poema de Giorgio Caproni (1912-1990), poeta, crítico y traductor italiano. Tras la Segunda Guerra Mundial se dedicó principalmente a la docencia. Entre sus libros se encuentran Le stanze della funicolare (1952), Il muro de la terra (1975) y Conte di Kevenhüller (1986).
A mi hijo Attilio Mauro que lleva el nombre de mi padre
Llévame contigo, lejos …lejos… a tu futuro. Conviértete en mi padre, llévame de la mano a donde, seguro, se dirige tu paso de Irlanda, el arpa de tu perfil rubio, alto ya más que yo que me inclino
ya sobre la hierba. Conserva de mí este recuerdo vano que escribo mientras la mano me tiembla. Rema conmigo en los ojos dilatados de tu futuro, mientras oigo (no odio) oscurecido el sordo batir de percusiones, que rueda – como mi corazón: en nombre de la nada – la Dedicación.
A mio figlio Attilio Mauro che ha il nome di mio padre
Portami con te lontano …lontano… nel tuo futuro. Diventa mio padre, portami
per la mano dov’è diretto sicuro il tuo passo d’Irlanda l’arpa del tuo profilo biondo. alto già più di me che inclino già verso l’erba. Serba di me questo ricordo vano che scrivo mentre la mano mi trema. Rema con me negli occhi allargo del tuo futuro, mentre odo (non odio) abbrunato il sordo battito del tamburo che rulla – rulla – come come il mio cuore: in nome di nulla – nulla – la la Dedizione.
MANUEL BANDEIRA: PNEUMOTÓRAX 19 Abr 2016
Hoy, a 130 años del nacimiento del poeta, traductor y crítico brasileño Manuel Bandeira (18861968), presentamos Pneumotórax , leído por el propio Bandeira y seguido por el texto del poema y la traducción de Mario Bojórquez.
Pneumotórax
Febre, hemoptise, dispnéia e suores noturnos. A vida inteira inteira que podia podia ter sido e que não não foi. Tosse, tosse, tosse. Mandou chamar o médico: – Diga – Diga trinta e três. – Trinta e três… trinta e três… trinta e três… – Respire. – Respire. ………………………………………………………… – O – O senhor tem uma escavação no pulmão esquerdo e o [pulmão direito infiltrado. – Então, – Então, doutor, não é possível tentar o pneumotórax? – Não. – Não. A única coisa a fazer é tocar um tango argentino.
…
Pneumotórax
Fiebre, hemoptisis, disnea y sudores nocturnos. La vida entera que podía haber sido y que no fue. Tose, tose, tose. Mandó llamar al médico: -Diga treinta y tres. -Treinta y tres… treinta y tres… treinta y tres… -Respire. ……………………………………………………… Tiene usted una excavación en el pulmón izquierdo y el pulmón derecho infiltrado. -Entonces, doctor ¿no es posible intentar el pneumotórax? No. Lo único que nos queda por hacer es tocar un tango argentino.
Versión del portugués, Mario Bojórquez
POESÍA SUDAFRICANA: VONANI BILA 03 Ene 2016
Desde aquí expresamos nuestra solidaridad con el poeta Vonani Bila quien se debate entre la vida y la muerte por el reciente atentado en que recibió varios impactos de bala. Deseamos su pronta recuperación y justicia para su causa. Vonani Bila (1972) Poeta, editor y músico sudafricano, fundador y editor en jefe de la revista de poesía Timbila, es una de las voces más importantes de la black protest . En 2003 grabó su primer CD de música y poesía: Dahl Street, Pietersburg . Ha publicado diversos libros en inglés y tsonga, entre los que destacan: No Free Sleeping (1998), In the Name of Amandla (2004) y, recientemente, Bilakhulu! (2015). Los tres poemas siguientes son parte de In the Name of Amandla . La traducción es de Roberto Amézquita (1985).
Hija hermosa
Hija hermosa deja de caminar por la noche es muy oscuro no hay luz en esta tierra el sol ha muerto hace tanto serás punzada por espinas caerás en una donga[1] .
Hija hermosa esta mañana las águilas la descubrieron
tu pequeña amiga con su largo pelo de bronce la niña de ojos líquidos oscuros; canción de pájaro, líder del coro de la iglesia águilas la descubrieron esta mañana tirada en un charco de sangre falda desgarrada, un trapo la garganta estrangulada sus afilados, puntiagudos pechos ausentes niña virgen, ahora un frío cadáver ninguna sábana blanca, ninguna cobija para cubrir su cuerpo desfigurado.
Hija hermosa en el campo cerca de la oficina postal frente a nuestra casa grande ellos la cazaron como a una cierva partieron sus rodillas con acero para que así pudiera detener su galope cuatro de ellos soplaron y resoplaron como animales, encima de ella que venía de la fiesta aunque no muy borracha fue al club nocturno para bailar cuatro hombres le dieron aventón de la ciudad al suburbio
la acuchillaron, la apuñalaron varias veces con cuchillos de carnicero sus costillas fueron rotas con ladrillos cuatro de ellos tomaron su turno soplando y resoplando chillando como hienas mientras eyacularon cortaron su clítoris con unas tijeras dejaron un desarmador dentro, entre las piernas.
Khanyisa, Khanyisa ella quería ser doctora en el suburbio.
Hija hermosa yo escuché su grito dolorosamente: Ndza fa minoo! Ndza fa minoo!
ellos le rellenaron la boca con una tanga tintura de sangre y su toalla para que pudiera dejar de gritar entonces ellos cortaron su lengua convirtiéndola convirtiéndola en muda armas disparadas, cinco veces usaron balas y no balines para romper su cráneo se dispersaron en caterva este año nuevo, los matones
asesinaron a una estudiante
Hija hermosa deja de caminar por la noche es muy oscuro no hay luz en esta tierra el sol ha muerto hace tanto serás punzada por espinas caerás en una donga.
Beautiful Daughter Beautiful daughter Stop walking at night It’s too dark There’s no light in this land
The sun has long died be pricked by thorns You’ll be Fall into a donga
Beautiful daughter This morning eagles discovered her Your petite friend with brazen long hair The girl with dark-liquid eyes Song-bird, leader of the church choir Eagles discovered her this morning Lying in a pool of blood Skirt torn apart, a rag Her throat throttled Her sharp, pointed breasts missing
Virgin girl, now a frozen corpse No white sheet nor blanket To cover her disfigured body Beautiful daughter In the field near the post office Opposite our big house They chased her like a deer Crushed her knees with steel So she could stop galloping Four of them huffed and puffed like animals On top of her She was from the party – But not too drunk She went to the nightclub to dance Four men gave her a lift From town to township They stabbed, hacked her many times With butcher knives Her ribs were broken with bricks Four of them took their turn Huffing and puffing Crying like hyenas As they ejaculated They cut her clitoris with a pair of scissors Left a screwdriver inside, between her legs Khanyisa, Khanyisa She wanted to be a doctor in the township Beautiful daughter I heard her scream painfully Ndza fa minoo! Ndza fa minoo! They stuffed her mouth With a blood-tainted panty and a pad So she would stop screaming Then they cut her tongue Making her mute Guns fired, five times
They used bullets not pellets To crack her skull They drove away This new year Thugs killed a scholar Beautiful daughter Stop walking at night It’s too dark There’s no light in this land The sun has long died You’ll be pricked by thorns Fall into a donga Desembarque
Este barco se hunde tan bajo, tan hondo en el barranco.
El torbellino salvaje está tranquilo, el traicionero, furioso mar, está tan quieto.
Yo quiero saltar, aventarme, como un surfista y desembarcar.
Tiburones y cocodrilos, vienen, rasgan mi cuerpo en pedazos.
Este barco-amor es un naufragio
arruinado más allá de toda reparación.
Ship Out This ship is sinking, so low, deep into the ravines The wild whirlwind is quiet, The angry treacherous sea so still. I want to jump off, like a surfer & ship out. Crocodiles & sharks, come, tear my body into pieces. This love-ship is a wreck damaged beyond repair.
N. del T. [1] Donga o Saginay: Lucha tradicional de los Suri o Surma (Etiopía). Después de los días de lluvia y/o tras la cosecha, se da la lucha entre los hombres jóvenes de los Surma. El combate es con palos de madera de 240 cm aproximadamente. La donga es el ritu al por el que se obtiene una posición en la compleja jerarquía social surma además, el único modo para conseguir una esposa.
POESÍA PORTUGUESA DEL SIGLO XX: ANTONIO RAMOS ROSA 26 Oct 2015
Presentamos, en versión de Mijail Lamas, un poema del traductor, dibujante y poeta portugués Antonio Ramos Rosa (1924-2013). Fue un autor de una obra extensa e influyente en la poesía portuguesa contemporánea y a lo largo de su carrera publicó casi un centenar de libros. En su obra poética podemos encontrar una variedad de sonoridades y texturas que son resultado de sus múltiples exploraciones, en las que echó mano de un número ilimitado de recursos estilísticos.
Poema de un funcionario cansado
La noche me cambió los sueños y las manos me dispersó a los amigos tengo el corazón confundido y la calle es estrecha
estrecha en cada paso las casas nos engullen nos ocultamos estoy en un cuarto solo en un cuarto solo
con los sueños cambiados con toda la vida al revés ardiendo en un cuarto solo
Soy un funcionario apagado un funcionario triste mi alma no acompaña a mi mano Débito y Crédito / Débito y Crédito mi alma no baila con los números debo esconderla avergonzado el jefe me sorprendió con el ojo lírico en la j aula del patio de enfrente y me descontó de mi cuenta de nómina soy un funcionario cansado de un día ejemplar ¿Por qué no me siento orgulloso de haber cumplido con mi deber? Porque me siento irremediablemente perdido en mi cansancio Deletreo viejas palabras generosas Flor muchacha amigo niño hermano beso enamorada madre estrella música Son las palabras cruzadas de mi sueño palabras soterradas en la prisión de mi vida así todas las noches del mundo en una sola noche larga en un cuarto solo
POESÍA PERMUTANTE: FERNANDO PESSOA: ÁLVARO DE CAMPOS, DOS DEFUNCIONES 21 Oct 2015
Apenas hace unos días, en la entrega anterior de Poes ía p erm ut ant e , Mario Bojórquez nos recordaba la antigua controversia sobre las dos fechas de nacimiento que posee uno de los poetas creados por Pessoa, Álvaro de Campos. Este 21 de octubre, al cumplirse un año más de una de sus posibles defunciones, nuestro autor nos aclara algunas cuestiones en torno a las fechas de desaparición del poeta portugués. La muerte de Álvaro de Campos, a diferencia de la Alberto Caeiro (quien muere de tuberculosi s), sólo puede ser literaria. Tuvo, pues, dos muertes en literatura. La primera ocurre el 3 de febrero de 1935 cuando Fernando Pessoa agrega a esta fe cha en el manuscrito del poema “Regresso ao lar” la enigmática anotación: End of the book . Esta anotación indica que ha terminado el libro de versos de Álvaro de Campos, en otras palabras, que ha muerto ya para la literatura. José Saramago en su novela O ano da morte de Ricardo Reis , nos dice que a la muerte de Fernando Pessoa el 30 de noviembre de 1935, Álvaro de Campos ha vuelto a Escocia después de poner un telegrama a Reis donde le comunica la muerte del poeta y que el Doctor Ricardo Reis regresa a Lisboa para instalar un consultorio en el Largo Camões a unos pasos da Brasileira do Chiado. Es decir, para Saramago, Álvaro de Campos y Ricardo Reis siguen vivos en 1936. Después de ese final de libro ( End of the book ) Álvaro de Campos siguió escribiendo poemas, “Regresso ao lar” es un soneto, tan extraño como todos los de Álvaro de Campos: fragmentario, incoherente, grosero, pero bien medido y sin mucha importancia por su perfección técnica. Quizá es una parodia del poema del mismo nombre que ha escrito el siglo anterior el poeta Guerra Junqueiro y que concluye: Cántame cantigas para ver si alcanzo/Que mi alma duerma, tenga paz, descanso,/Cuando la muerte, me venga a buscar!
Regreso al hogar
Hace tanto que no escribo un soneto Pero no importa, escribo este ahora. Sonetos son la infancia, en esta hora En que mi infancia es, un punto prieto. Que en un inmóvil y fútil trayecto Del tren que soy y que me deja afuera El soneto alguien es, cual si viviera De hace dos días, todo, en mi proyecto. Gracias a Dios que todavía me sé Juntar catorce líneas por igual Y así saber quién va y quién se fue… Por fin… ¿quién se quedó? Y yo ¿quedé? No quiero mal saber ni saber mal Queda una mierda… ¡ay! si lo sabré…
3/2/1935
Fin del libro
Teresa Rita Lopes sigue este orden preciso, marca “Regresso ao lar” como el poema final de Álvaro de Campos y agrega a su antología un “post-scriptum” y un apéndice de “Esbozos”. El poema marcado como último de Fernando Pessoa, por él mismo, fue datado el 19 de noviembre de 1935, once días antes de morir el 30 de noviembre de 1935 en el Hospital de los franceses de Lisboa, Portugal, es probable que lo haya escrito en un bar de la Baixa:
Hay peores enfermedades que las enfermedades, Hay dolores que no duelen, ni en el alma, Pero que son más dolorosos que los otros. Hay soñadas angustias más reales Que las que la vida nos trae, hay sensaciones Sentidas sólo con imaginarlas Que son más nuestras que la propia vida. Hay tanta cosa que sin existir, Existe, existe, demoradamente Y demoradamente es nuestra y nosotros… Por sobre el verde turbio del amplio río Los circunflejos blancos de las gaviotas… Por sobre el alma el bosquejar inútil De lo que no fue, ni puede ser, y es todo. Dame más vino, porque la vida es nada. 19-11-1935 Un mes antes, el 21 de octubre de 1935, Álvaro de Campos escribe su último poema datado y referido por Pessoa, se trata de un poema bastante conocido y que Teresa Rita Lopes ha marcado con el número 225 en la edición de Poesíade Álvaro de Campos en Assirio & Alvim, Lisboa, 2002. Sin título, se le conoce por el primer verso: “Todas as cartas de amor são / Rídiculas.” Con este testamento lírico-irónico desaparece por segunda vez y para siempre ese torbellino que se llamó Álvaro de Campos a los recién cumplidos 45.
Todas las cartas de amor son Ridículas. No serían cartas de amor si no fueran Ridículas. También escribí en mi tiempo cartas de amor,
Como las otras, Ridículas. Las cartas de amor, si hay amor Tienen que ser Ridículas. Pero, al final Sólo las criaturas que nunca escribieron Cartas de amor Son Ridículas. Quién me diera el tiempo en que escribía Sin notarlo Cartas de amor Ridículas. La verdad es que hoy Mis memorias De esas cartas de amor Son Ridículas. (Todas las palabras esdrújulas, Como los sentimientos esdrújulos Son naturalmente Ridículas).
21/10/1935
Notas y traducciones del portugués, Mario Bojórquez.
UN POETA POLACO DEL SIGLO XX: MIRON BIALOSZEWSKI 07 Sep 2015
Presentamos un texto del poeta polaco Miron Bialoszewski (1922-1984), contemporáneo de Wislawa Szymborska, Zbigniew Herbert y Tadeusz Rozewicz.
Autorretrato sentido
Me miran, tengo pues un rostro.
De todas las caras conocidas la que menos recuerdo es la mía.
Mis manos de vez en cuando viven completamente aisladas. ¿Acaso hay que contarme con ellas? …………………………………………………….. ¿Dónde están mis fronteras? …………………………………………..
Me cubre, sin embargo, el movimiento o la vida a medias
Pero siempre repta en mí, llena o no llena, la existencia.
Llevo conmigo un cierto y propio lugar. Cuando lo pierda querrá decir que no existo. ………………………………………. No existo, pues no dudo.
POESÍA CHILENA: JAIME HUENÚN 31 Jul 2016
Presentamos una breve selección de textos del poeta chileno Jaime Huenún (Valdivia, 1967). Poeta y escritor mapuche-huilliche. Ha publicado Ceremonias (1999), Puerto Trakl (2001), Reducciones (2012) y Fanon city meu(2014). También ha editado las antologías 20 poetas mapuches contemporáneos (2003), La memoria iluminada: poesía mapuche contemporánea (2007) y Los cantos ocultos: poesía indígena latinoamericana contemporánea(2008). El 2003, obtuvo el Premio Pablo Neruda de Poesía; el 2005, la beca de la Fundación Guggenheim de Nueva York y el 2013, el premio a la mejor obra poética editada en Chile, otorgado a Reducciones por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura. El Fondo de Cultura Económica publicará en breve su libro La calle Mandelstam y otros territorios apócrifos.
De “Puerto Trakl”
“Y si vienes a morir a Puerto Trakl, no bebas de mi vino”, dijo el tabernero. Este bar no es la morgue de los ángeles ni el cementerio de los fantasiosos. Muchos hombres han cruzado el océano por un jarro de cerveza, por una copa de ginebra caliente. Nadie aquí tiene patria ahora y navegar cansa más que la nostalgia y el amor. Escucha, solo escucha el estruendo del oleaje, mientras el mirlo clama entre las ramas y el viento.
Como una manera triste de predecir miro el paso de las nubes sobre el puerto. Sé que mi suerte no está en ninguno de esos nimbos que regresan al mar movidos apenas por el viento de la literatura. “Profetizar me asquea”, podría decir y, sin embargo, allá va mi vida, sobrepasada por pájaros que llevan todo el tiempo del mundo entre sus alas.
Una mujer escrita en la arena, soñada por torvos marineros desaparecidos. La longitud de su pelo alcanza los oscuros ojos de los peces yacentes. El musgo de su sombra cubre las roídas murallas de los astilleros. “La felicidad es una sombra”, dice mientras la tormenta imaginaria inunda los quebrados ventanales del puerto.
De “Fanon city meu”
Vivir en Ciudad Fanon no era más que vaciarnos de sudor y de memoria. Era ir los viernes por la noche a los tambos cuzqueños olvidados y mercar allí, sin dios ni ley, los poderes infinitos de la coca. Con los chasquis bebíamos cachaza de favelas sitiadas por la DEA. Escribíamos después en las murallas: “Your name is puta$, your name is okaso”.
Seguimos el Sendero Luminoso convocados por los apus de los cerros de Ayacucho. Nos armamos con los rifles de Guzmán y huaracas que tejimos con pulido cuero andino. En la sierra se unieron a nosotros tribus campas, gente quechua y unos vagos morenos amazónicos que debían varias cuentas a la ley. Nos barrieron en El Yuro sin piedad, y dejaron nuestros cuerpos al arbitrio de las moscas,
al regalo de los buitres. Desde entonces caminamos sin destino por los guetos y las ferias de los zambos cimarrones. Y en las noches robamos las monedas a la sucia y fea fuente de las viejas utopías.
El Señor de los Cielos trajo el agua, la comida de los niños, medicinas. Su empleado Moctezuma diligente repartía las cajitas con regalos. Al final nos entregó cuarenta rifles con un sello grabado en las culatas. “Sean justos y disparen en mi nombre cada vez que mi gente se los pida”. Ahora somos su rebaño predilecto, una grey que no le falla ni le miente. Ahora somos una tropa fiera y santa, los guardianes bien templados de su honor.
De “La calle Mandelstam”
Sentimos el invierno en el estómago, y no podemos, como antes, mordisquear –con vano y fino orgullo – hierbas, cortezas y piedras en los ásperos caminos de la diáspora. La poesía nos dejó arrugas en los ojos y en la lengua, un huevo diminuto envuelto en un pañuelo y el humo del tren que parte hacia la nieve gris de la Revolución. Pero envejecer no es nada nuevo y viajar sólo es un modo –como lo son tantos otros – de imaginar bellos paisajes, mientras altos guardianes nos escoltan por largos y fríos andenes hacia la nueva felicidad.
Hemos sobrevivido a la clonación del terror, hemos sobrevivido a la musa del miedo que derrite la nieve y entibia los nidos de los mirlos hambrientos. Nos quedan sin embargo muchos, largos años
de tranquila miseria, de viajes sin retorno a una cueva vacía sin fogatas ni sombras. Sabemos por ahora –y siempre lo supimos – que en la casa ambulante del poeta proscrito montan guardia serena en vigilia y en sueño los dioses tutelares de la ruina y la cruz.
Voy sin prisa por la Calle de los Falsificadores, esperando que este tiempo se libere al fin de mí. Sigo rumbo por la Vía de los Locos y Asesinos manteniendo a duras penas la distancia y la razón. Mi destino, ya lo adviertes, es infame y perdulario, aunque en esta esquina roja solo cae lluvia gris.
Datos vitales Jaime Huenún (Valdivia, Chile, 1967). Poeta y escritor mapuche-huilliche. Ha publicado Ceremonias (1999), Puerto Trakl (2001), Reducciones (2012) y Fanon city meu (2014). También ha editado las antologías 20 poetas mapuches contemporáneos (2003), La memoria iluminada: poesía mapuche contemporánea (2007) y Los cantos ocultos: poesía indígena latinoamericana contemporánea (2008). Parte de su poesía ha sido traducida al inglés, alemán, francés, portugués, holandés, italiano y catalán. Ha sido
invitado a festivales poéticos en Estados Unidos, México, España, Argentina, Ecuador, Colombia, Perú, Nicaragua, Inglaterra, Irlanda y Alemania. El 2003, obtuvo el Premio Pablo Neruda de Poesía; el 2005, la beca de la Fundación Guggenheim de Nueva York; y el 2013, el premio a la mejor obra poética editada en Chile, otorgado a Reducciones por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura.
MEMORIAL DE AYOTZINAPA, DE MARIO BOJÓRQUEZ: PRESENTACIÓN EN BARCELONA 11 May 2016 Hoy, miércoles 11 de mayo a las 19:30 (CET), tendrá lugar en Barcelona, la presentación del más reciente libro del poeta Mario Bojórquez: Memorial de Ayotzinapa (Visor, 2016), del que publicamos aquí algunos poemas. La cita es en la librería La Impossible. Ubicada en: Calle. Provença 232. Barcelona, España.
MEMORIAL DE AYOTZINAPA I
—Le dije a mi nahual— Todas las formas están vacías apenas un relámpago atraviesa la piedra de moler y el río que corre abajo hacia la tierra honda es apenas el murmullo del agua. Todo está vacío.
II
Mi nahual respondió— Todo el tiempo rehuimos la visión de las cosas vacías. Todo el tiempo creemos que asimos la realidad intocada. Ve allá y recoge los huesos preciosos
para que los hombres vivan de nuevo, la vida está vacía como el pellejo de una fiera Junta los huesos y en un barreño muele los huesos para que los hombres puedan vivir.
III
Me dijo mi nahual— Ahora tendríamos que ir a buscar los huesos preciosos Están a flor de tierra casi insepultos Basta remover un poco el polvo y encontraremos los huesos calcinados 400 fosas hemos de escarbar hasta encontrarlos en Cerro viejo Con las uñas partiremos la tierra con las uñas y un poco de saliva
VI
Debo tomar ahora camino hacia el Mictlán lugar temible a donde van a dar las inocentes almas Ahí el Señor y la Señora del oscuro recinto me negarán los huesos Trampas para mi muerte me darán me darán la muerte como un regalo muy ansiado
VII
Me dijo mi nahual— No te aflijas con eso toma a 43 surianos del «río de las calabacitas» y condúcelos a «donde serena la noche» Ahí morirás para que todos vivan Sólo si mueres los dioses te darán un lugar para que nadie olvide un lugar para que la muerte sea memoria
alegre ahí donde la muerte ondea como una bandera de justicia Que no te aflija eso
XV
Éramos —le dije a mi nahual— 43 los del «río de las calabacitas» y yo, pero yo no cuento ni tú tampoco éramos, entonces, 43 los que cruzamos la noche
XXXII
Después ya no me acuerdo bien si yo iba en el piso de la camioneta empapado en mi propio rojo o en el de algún suriano El que estaba a mi lado ya no respiraba ni latía Pensé —es mi nahual— y sí era pero también era el que me estaba pateando las costillas lo miré sin ojos
ni cara Se asustó al verme Yo también era el desollado pero me dio más fuerte
Studio
POESÍA COLOMBIANA: MARÍA MERCEDES CARRANZA 10 Abr 2016
Presentamos un poema de María Mercedes Carranza (1945-2003), uno de los mayores mitos de la poesía colombiana moderna. Fundó y dirigó la Casa de Poesía Silva. Publicó los libros de poesía: Vainas y otros poemas (1973), Tengo miedo (1983), Hola, soledad (1987), Maneras de desamor (1993), El canto de las moscas. Versión de los acontecimientos (1997), Poesía completa y cinco poemas inéditos (2003). Puso fin a sus días en 2003.
Solo ante el peligro
Para hablar de ti no sirve un poema. Tal vez una vieja canción del Oeste, Una canción que diga de aquel hombre solo Que va por el mundo Jugando a los vaqueros. Una canción Que recuerde las ciudades Que el hombre lleva en la memoria, Donde siempre hubo un duelo, Un bar y una mujer. Una canción Que hable de los largos caminos Que nunca acaban Y el hombre en su caballo Hacia cualquier parte. Nadie sabe su nombre porque así Lo quiso él, aunque, con frecuencia, En las noches luminosas El hombre eche de menos una palabra Tierna y tal vez llore. Una canción que diga de la mujer Que en cada pueblo deja, Sentada en la barra de una cantina, Recordando al hombre Y sus borracheras de matón
Y sus agresivos momentos de soledad Y sus monólogos agrios con fantasmas Y su tierna intimidad al amanecer Y su incontenible ansiedad Por sentir el pie en el estribo, nuevamente. Una canción que hable de ti, Juan
SONETOS ÑEROBARROCOS DE LUFLORO PANADERO 10 Abr 2016
Presentamos cinco sonetos satírico-burlescos de Lufloro Panadero, Luis Flores Romero, pertenecientes al poemario Sonetos Ñerobarrocos. Luis Flores Romero (Ciudad de México, 1987) estudió Letras Hispánicas en la UNAM. Ha publicado ensayo y poesía en algunas revistas impresas y electrónicas. Es autor del poemario Gris urbano, publicado en 2013 por la UACM. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas durante los periodos 2010-2011 y 20112012, y del FONCA en el periodo 2015-2016. En redes sociales, con el heterónimo de Lufloro Panadero, comparte poesía satírica y burlesca.
Llora su ya pasada buena vida culinaria
En dos años de beca fue no poca mi tragazón vestida de elegancia; mi oficio era comer en abundancia,
era feliz mi tripa y más mi boca.
La beca se acabó. Cuánto me choca saber que hoy la comida sabe rancia; y aunque un huevo estrellado ya es ganancia, un buen bistec mi paladar evoca.
Hoy me cocinaré una pobre torta, pobre, pero tal vez me quede rica, y si no queda rica, no me importa:
el hambre iguala lo que se mastica, y la panza después todo lo aborta, y todo por igual se mierdifica.
Comparte un edicto para los buscadores de concursos literarios
Convocatoria de poesía. Premio. Podrá participar el más iluso, el masoquista, el más mamón, incluso el borracho, el quejoso y el abstemio
(en fin, todos los chairos de este gremio). Enviar un libro inédito y confuso a: Premio Regional “Divino Muso”, Casa de la Puñeta y del Bohemio.
Un texto digital más tres impresos. Quien triunfe, deberá ceder su obra (si usted perdió, no chille ni nos hable).
Flor natural y un monto de cien pesos. Si el poeta no asiste, no lo cobra. El falo del jurado es impelable.
Soneto de la apoteosis pozolística
Bendito el sacerdote, el Dios, el mito que originó la magia grano a grano; bendito el comensal que no es vegano y colma con la carne su apetito.
Bendito cada chile, y más bendito el cocinero con su sabia mano;
bendito muchas veces el marrano que es inmortal y mártir y exquisito.
Oh pozole, recíbenos, acábanos con tu porción porcina, con tus rábanos, y líbranos de todo cisticerco.
Señor, te pido por los de mi prole: concédenos un plato de pozole aunque venga después el mal del puerco.
Datos vitales Luis Flores Romero (Ciudad de México, 1987) estudió Letras Hispánicas en la UNAM. Ha publicado ensayo y poesía en algunas revistas impresas y electrónicas. Es autor del poemario Gris urbano, publicado en 2013 por la UACM. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas durante los periodos 2010-2011 y 2011-2012, y del FONCA en el periodo 2015-2016. En redes sociales, con el heterónimo de Lufloro Panadero, comparte poesía satírica y burlesca.
POESÍA PERUANA: MONTSERRAT ÁLVAREZ 06 Mar 2016
Presentamos un texto de la poeta peruana Monserrat Álvarez (Zaragoza, 1969). Publicó los poemarios Zona dark (1991), Underground (2000), Alta suciedad (2005). Nerópolis (2006). Es una de las voces más interesantes de la poesía peruana de los noventa. Nació en España y ha vivido en Paraguay.
Alta suciedad
En estas negras calles se trasnocha y se bebe aguardiente con las putas No me baño hace meses Sé que carezco de principios y que frecuento los abismos mientras vosotros yacéis en limpios, decentes lechos, entre lujosas sábanas, con la conciencia recta Pero más celeste en mi corazón que el vuestro En mi alma llevo versos, y no estiércol
POESÍA PORTUGUESA DEL SIGLO XX: CARLOS QUEIRÓS (1907-1949) 07 Sep 2015
Presentamos un provocador poema del autor portugués Carlos Queirós (1907-1949), en versión del poeta mexicano Mijail Lamas. Carlos Queirós es considerado un poeta del segundo modernismo portugués, a lado de figuras como José Régio, Adolfo Casais Monteiro y
Miguel Torga, entre otros. Podría considerarse a Queirós alumno directo de Fernando Pessoa, a quien conoció gracias a que era sobrino de Ofelia Queirós, la novia del poeta de los heterónimos. La obra de Queirós ha sido poco difundida dentro y fuera de Portugal.
Anti Soneto Para Mário Saa
Nuestro drama de portugueses, nuestro mayor drama entre los mayores de los dramas portugueses es este apego hereditario a la forma: Al modo de decir, en los puntos en las ii, las vírgulas exactas, las redondillas perfectas, la estilística, la estética, la bombástica, la llave de oro del soneto vacío que pone flaqueza de esclavitud dentro de lo que pensamos de lo que sentimos de lo que escribimos de lo que hacemos de lo que mentimos.
Anti-Soneto Ao Mário Saa
O nosso drama de portugueses,
O nosso maior drama entre os maiores Dos dramas portugueses, É este apego hereditário à Forma: Ao modo de dizer, aos pontinhos nos ii, Às vírgulas certas, às quadras perfeitas, À estilística, à estética, à bombástica, À chave de ouro do soneto vazio – Que põe molezas de escravatura Por dentro do que pensamos Do que sentimos Do que escrevemos Do que fazemos Do que mentimos.
Carlos Queirós, de Cadernos de Poesia
POESÍA Y RESISTENCIA: KATERINA GÓGU, POETA GRIEGA 05 Jul 2015
A propósito del NO a un nuevo “rescate económico”, logrado mediante un referéndum, Grecia y toda Europa viven momentos de gran intensidad política. En este contexto histórico: un poema que ejemplifica el carácter combativo, esperanzador y crítico del temperamento heleno. La versión a cargo de la traductora Virginia López Recio.
Katerina Gógu (1940-1993) nació en Atenas. Fue poeta y actriz con una sólida carrera fílmica. Su poesía se distingue por ser poco convencional y contestataria. Se suicidó a la edad de 53 años debido a una fuerte depresión. A su muerte se dijo que “Katerina Gógu hizo poesía en un momento en que otros hicieron relaciones públicas”.
[MIS AMIGOS SON]
Mis amigos son pájaros negros que se mecen en las azoteas de casas a punto de derrumbarse: Exarjia, Patisia, Mataxurguío, Mets. Hacen lo que deben. Vendedores a domicilio de recetarios y enciclopedias, hacen calles y unen desiertos. Intérpretes del cabaret de la calle Zenón, profesionales revolucionarios, en el pasado los acorralaban hasta corregirlos. Ahora toman pastillas y alcohol para dormir pero tienen sueños y no duermen. Mis amigos son tensas alambradas en las azoteas de casas antiguas: Exarjia, Victoria, Kukaki, Gizi. En ellas ustedes han puesto millones de pinzas de hierro, sus culpabilidades, decisiones de asambleas, vestidos prestados, señales de punta de cigarrillo, extrañas migrañas, silencios amenazantes, vaginitis.
Se enamoran de homosexuales, monedas que corren, retraso el teléfono el teléfono el teléfono, cristales rotos, la ambulancia, nadie. Hacen lo que se debe. Mis amigos viajan continuamente porque no les dejaron ni un sitio. Todos mis amigos pintan con color negro porque el rojo se lo destrozaron ustedes, escriben en lengua codificada porque la de ustedes solo sirve para halagar. Mis amigos son pájaros negros y alambradas en sus manos. En su garganta. Mis amigos.
POESÍA PORTUGUESA DEL SIGLO XX: JOSÉ GOMES FERREIRA (1900-1985) 22 Jun 2015
Presentamos un poema del poeta portugués José Gomes Ferreira (1900-1985), en versión del poeta Mijail Lamas (Culiacán, 1979). José Gomes Ferreira fue director de la revista Ressurreição, en donde trabajó junto a Fernando Pessoa. Su carrera poética empezó con su poema Viver sempre também cansa , escrito en 1931 y publicado en la
revista Presença. En 1948, publicó su primer libro, Poesia I. Activo políticamente durante toda su vida, su poesía combina un fuerte sentido de la imaginación y el compromiso social. José Gomes Ferreira (1900-1985)
Vivir siempre también cansa.
El sol es siempre el mismo y el cielo azul ahora es azul, nítidamente azul ahora ceniciento, negro, casi verde… Pero nunca tiene un color inesperado.
El mundo no se modifica. los árboles dan flores, hojas, frutos y pájaros como máquinas verdes.
El paisaje tampoco se transforma. No cae nieve roja, no hay flores que vuelen la luna no tiene ojos y nadie va a pintar ojos en la luna.
Todo es igual, mecánico y exacto.
Por otra parte los hombres son los hombres. Sollozan, ríen y beben sin imaginación.
POESÍA NORTEAMERICANA: FATIMAH ASGHAR 03 May 2015
Presentamos, en versión del poeta Joel David Jiménez, un texto de la poeta norteamericana Fatimah Asghar, aparecido en la revista Poetry en abril de 2015 y perteneciente a la antología The Break Beat Poets. Con una beca fullbright, Asghar creó el primer grupo de spoken word en Bosnia-Herzegovina. Su primer libro, Medusa, They Would Sing está a apunto de aparecer bajo el sello de YesYes Books. Actualmente vive en Chicago.
Plutón se caga en el universo
El 7 de febrero de 1979, Plutón cruzó la órbita de Neptuno y se convirtió en el octavo planeta del sol durante veinte años. Un estudio realizado en 1988 determinó que la ruta de la órbita de Plutón nunca podrá predecirse con exactitud. En 2006, etiquetado como “caótico”, Plutón fue destituido de su estatus de planeta.
Hoy quebré tu sistema solar. ¡Chin! La cagué. Las predicciones dijeron que se suponía que yo haría un infinito caminito alrededor del sol. Na. Yo caoseo de putamadre. Nadie me puede seguir. Los otros planetas piensan que estoy bien pinche loco. Piensan que soy una luna prófuga que corre en libertad. A la chingada con tu luna. A la chingada con tu sistema solar. A la chingada con tu tiempo. ¿Tu año? Tu año de mierda es un día para mí. Podría pasar todas las estaciones de tu año en mi cama. Pensando en anillos, en la vagina de júpiter sobre mí en nuestra boda. ¿Tu día? Es un pedo. Un esturnudo. Tu día entero es apenas el primer rayo de sol que se asoma en mi madrugada. Mi nombre es Infierno, perra. Yo soy el infierno, perra. Todo el frío que aún no sientes. Caos de resuputamadre. Y tú intentando darme orden. Me llamaste el noveno. En algún lugar, en el desmadre de los gráficos y las matemáticas y el compás, intentaron hacer que siguiera reglas. ¿Reglas? A la verga tus reglas. Neptuno alias la puta lenta. Me merezco toda la luz que he acumulado, y todo el cielo azul-oro que me plazca. Es el 7 de febrero de 1979 y mi piel es más cobre que cualquier cielo lo será jamás. Más metal. Neptuno alias la perra-chillona en mi retrovisor,
mis tenis para correr están listos y todo este cielo que es todo mío. A la chingada tu orden. A la chingada tu tiempo. Yo realineé el cosmos. Elijo todo el infierno que todavía tiene que sentir. Ahora todos tus hijos en la escuela, se confunden. Todos sus relojes: inservibles. Ellos ni siquiera saben qué chingaos hacer. Tienen que memorizar nuevas canciones y nueva mierda. Y de los otros planetas, me culeo a sus órbitas. Dejé como pendejo al cielo. Caos de su resuputamadre. Es el 7 de febrero de 1979. El cielo es azul-oro: la libertad de la posibilidad Hoy quebré tu sistema solar. ¡Chin! La cagué.
Pluto Shits on the Universe
On February 7, 1979, Pluto crossed over Neptune’s orbit and became the eighth planet from the sun for twenty years. A study in 1988 determined that Pluto’s path of orbit could never be accurately predicted. Labeled as “chaotic,” Pluto was later discredited from planet status in 2006.
Today, I broke your solar system. Oops. My bad. Your graph said I was supposed to make a nice little loop around the sun. Naw. I chaos like a motherfucker. Ain’t no one can chart me. All the other planets, they think
I’m annoying. They think I’m an escaped moon, running free. Fuck your moon. Fuck your solar system. Fuck your time. Your year? Your year ain’t shit but a day to me. I could spend your whole year turning the winds in my bed. Thinking about rings and how Jupiter should just pussy on up and marry me by now. Your day? That’s an asswipe. A sniffle. Your whole day is barely the start of my sunset. My name means hell, bitch. I am hell, bitch. All the cold you have yet to feel. Chaos like a motherfucker. And you tried to order me. Called me ninth. Somewhere in the mess of graphs and math and compass you tried to make me follow rules. Rules? Fuck your rules. Neptune, that bitch slow. And I deserve all the sun I can get, and all the blue-gold sky I want around me. It is February 7th, 1979 and my skin is more copper than any sky will ever be. More metal. Neptune is bitch-sobbing in my rearview, and I got my running shoes on and all this sky that’s all mine. Fuck your order. Fuck your time. I realigned the cosmos. I chaosed all the hell you have yet to feel. Now all your kids in the classrooms, they confused. All their clocks: wrong. They don’t even know what the fuck to do. They gotta memorize new songs and shit. And the other planets, I fucked their orbits. I shook the sky. Chaos like a motherfucker. It is February 7th, 1979. The sky is blue-gold: the freedom of possibility. Today, I broke your solar system. Oops. My bad.
HISTORIA FAMILIAR, UN POEMA DE MING DI 23 Dic 2014 Presentamos un poema de Ming Di (Río Yangtsé, China). Es poeta, editora y traductora. Ha publicado seis libros de poesía entre los que se encuentra Luna fracturada (2014) editado por Valparaíso Ediciones. Es cofundadora y editora de Poetry East West . Editora de la antología New Cathay: Contemporary Chinese Poetry . Obtuvo la Beca de la Fundación Henry Luce en 2013. Fue finalista del US National Poetry Out Loud en 2014. Su trabajo ha sido traducido al inglés, francés y español. Es coorganizadora del Festival Internacional de Poesía de Beijing.
HISTORIA FAMILIAR
Érase un árbol y mi familia, era una leyenda de bosques con diez soles arriba, que ardían en la noche. La abuela no podía dormir, así que cada noche
daba a luz un hijo hasta que no quedaran hojas para alimentarlos. Enloquecido, el abuelo perseguía los soles y disparaba a nueve de ellos, dejando uno
en el aire, para que contase la historia. Érase una historia y el sol bajó por un tronco y subió en la mañana, para ver a mi abuela,
la mujer echada ahí como una montaña. El abuelo enfureció y trató de matar al último sol, pero sufrió un golpe de trueno y murió. Se rompió el cielo, lloviendo
tristísimo en su duelo por diez mil años. Todos los hijos ahogados subieron a la superficie como nenúfares. La abuela subió tan alto que remendó el cielo
tapando el roto. El sol amaneció, siguiéndola, observándola con su ojo amarillo durante cinco mil años, día y noche brillando en la distancia.
La abuela se aburría. Ella moldeó arcilla para hacer humanos con rostros soleados y con ojos de estrellas germinando por doquier, arriba y abajo. Uno de ellos era mi padre
en la China Tang, un bastardo con muchos nombres. Era el borracho de Li Po cantando a una luna imaginada. Era el triste de Tu Fu lamentando el polvo.
Érase un Li Po y no había luna en absoluto. Imaginó una y un barco blanco apareció. Érase un Tu Fu y no había ningún río. Pintó uno
y el Río Amarillo empezó a fluir en la tierra central. Pintó otra vez
y el Yangtze comenzó a cruzar el cielo. Todos los ríos antiguos, arriba y abajo,
a un adiós de su mano corrieron hacia el Este, hasta el viento y los juncos ondeaban en una sola dirección. Por hastío cortó la tierra en campos cuadrados y cultivó arroz.
Érase un arrozal y mi madre bajaba por una escalera celeste, con flores de jazmín centelleando sobre ella. Mi padre intentó acercarse pero sin saber seguro qué nombre
utilizar. Dudaba. Mamá bajó a pie, con un largo vestido de hojas que seguía el rastro de la luna, mil años de estar sin nombre. Extendió
la mano, tan pálida, y tocó a mi padre —nunca lo conocí —que se murió en cuanto lo tocó mi madre. Y volvió a ser una piedra, inmortal.
Érase una piedra y la gente se aparea con sólo tocarse las manos o mirarse a los ojos. Nací de esta mujer que viene de la Luna —ella extendió la mano,
me prendió, un crisantemo, tan salvaje como lo salvaje —abrí mis ojos terrestres y la vi en mi propia luz subiendo de vuelta a las frías alturas.
Mi nombre es Sol-Luna en memoria de una luz de dos piedras distantes que se resisten una a la otra, negando el amor. Llego a un nuevo país y
veo las lápidas de mis padres por todas partes, mi sombra en el cielo. En la noche, mi madre también aparece ahí. Es abril,
el cielo es bajo y puedo sentir su respiración, pero no puedo verme a mí misma, mis pétalos amarillos. Escribo la palabra Sol, y ahí viene un Sol
de mi color. Escribo la palabra Luna, y ahí viene una Luna de mi ancestro solitario. Mi lenguaje de oráculo, mis palabras pictográficas —doy algunas
a América. Sucede un milagro— cada flor de cada árbol abre sus ojos y parece ver a mis padres, mis padres en mí—viven
en mi piel. Érase mi piel y hay una sombra. Érase una sombra y hay un árbol y luego luz. Siempre hay una sombra antes de que la luz aparezca. Traducción de León Blanco y Françoise Roy
POESÍA RUMANA: MARIN SORESCU 19 Ene 2015
Presentamos, en versión del poeta y traductor chileno Omar Lara, dos textos de uno de los mayores poetas rumanos del siglo XX: Marin Sorescu (1936-1996). Mereció distinciones como el Premio International de Poesía mística Fernando Rielo en 1983. En Austria se reconoció su obra con el Premio Internacional Herder.
Ajedrez
Yo juego un día blanco, El juega un día negro. Yo avanzo con un sueño, El me lleva a la guerra. El me ataca los pulmones, Yo pienso un año en el hospital, Hago una combinación brillante Y le gano un día negro. El juega una desgracia Y me amenaza con el cáncer (Que por ahora anda en forma de cruz), Mas yo le pongo por delante un libro Y lo obligo a una retirada. Le gano otras cuantas piezas, Pero mira, la mitad de mi vida
Está fuera de juego. Oh, le daré jaque a tu rey y perderás el optimismo, Me dice él. No es nada, bromeo yo. Pues hago el enroque de los sentimientos. Detrás de mí la esposa, los hijos, El sol, la luna y otros mirones Tiemblan ante cualquier jugada mía.
Yo enciendo un cigarrillo Y sigo la partida.
Ladrones
Tenía un poema que no me dejaba dormir Y lo mandé al campo Donde un abuelo. Después escribí otro Y se lo envié a mi madre Para que lo guarde en el desván.
Volví a escribir después unos cuantos
Y con el dolor de mi corazón se los confié a mis parientes, Los que me prometieron cuidarlos bajo palabra de honor.
Y así siempre, para cada nuevo poema, Se halló también un hombre que lo recibiera, Pues cada amigo mío Tiene a la vez un amigo, Tan bueno como para confiarle el secreto.
Así que ni siquiera yo mismo sé ahora Dónde se encuentra cierto verso Y en caso que me atraquen los ladrones, Por más que me torturen, Igual no puedo decirles gran cosa, sino Que ellos están en un sitio seguro, En este país.
POESÍA NORTEAMERICANA: DIANE DI PRIMA 15 Ene 2015 Presentamos, en versión de José Vicente Anaya, un texto de la poeta norteamericana beat Diane Di Prima (Brooklyn, 1934). Fue amiga de Allen Ginsberg y Jack Kerouac. En 1968 se mudó a San Francisco. Ha publicado más de cuarenta libros. En 2001 salió a la luz su Pieces of a Song: Selected Poems . En 2009 fue distinguida como Poet Laureate of San Francisco.
El día que te besé…
El día que te besé, la última cucaracha se murió. Las Naciones Unidas abolieron todas las cárceles. El papa admitió a Jean Genet como miembro del Colegio de Cardenales. La Fundación Ford, con gasto enorme, reconstruyó la ciudad de Atenas. El día que hicimos el amor, el dios pan volvió a la Tierra, Eisenhower dejó de jugar al golf. Los supermercados vendieron mariguana. Y Apolo leyó poemas en el parque Union Square. El día que retozaste en mi cuerpo las bombas se disolvieron.
POESÍA DE ESLOVENIA: Tomaž Šalamun 11 Ene 2015 La historia de Eslovenia es, como sabemos, parte de la dramática historia de la conflictiva zona balcánica. El nuevo Estado formado después de la II Guerra Mundial y el posterior desgajamiento de Yugoslavia, signaron hondamente los contenidos sociopolíticos y, por supuesto, artísticos y literarios de la Eslovenia de hoy. Luego de los años iniciales de posguerra y en medio de cambios revolucionarios -expresados en poesía con lenguajes directos, de compromiso, comunicativos, aunque hubo alguna reacción de corte intimista-, en los años 60 se origina la llamada “literatura del absurdo”. En ella se manifiesta -bajo la buscada influencia del arte y la cultura occidental- la falta de sentido del ser humano y del mundo; lo que importa a los poetas es la verdad interior, no la que se pueda percibir en lo externo. Pero sería Tomaz Salamun referencia de la poesía eslovena, recientemente desaparecido, el liberador total de los procedimientos metafóricos; es el primero “que se aventura a intervenir en el canon literario esloveno y derribarlo”. Su producción ha sido clasificada “bajo el modernismo” como la orientación literaria más importante del siglo XX, que incluye la aceptación de que “la poesía y la literatura están sometidas (también) al absurdo”. Mariluz Suárez Herrera
Me cansé…
Me cansé de la imagen de mi tribu y emigré. Con largos clavos me sueldo los miembros del cuerpo nuevo. De trapos viejos serán las entrañas. La pútrida capa de la carroña será la capa de mi soledad.
Me extraigo el ojo desde lo profundo del pantano. Con las planchas carcomidas del asco levantaré mi barraca. Mi mundo será un mundo de bordes agudos cruel y eterno
POESÍA NORTEAMERICANA ACTUAL: NATALIE DÍAZ 19 Ene 2015
Presentamos, en versión de Francisco Larios, textos de la poeta norteamericana Natalie Díaz. Fue jugadora profesional de basketball en Europa. Es miembro de la tribu india mojave. Por su trabajo ha merecido el Nimrod/Hardman Pablo Neruda Prize for Poetry. She lives in Surprise, Arizona. Ha publicado el poemario When My Brother Was an Aztec.
Alumno de primeras letras precisa examinación más minuciosa de la subyugación serafímica anglikana de una rezervación de indios salvajes
Los ángeles no vienen a la reservación. Murciélagos, talvez, o búhos, cuadraditos y moteados. También coyotes. Todos ellos significan lo mismo— muerte. Y la muerte come ángeles, supongo, porque nunca he visto a un ángel volar sobre este valle. ¿Gabriel? Nunca lo oí mentar. Aunque conozco a un tipo llamado Gabi—
pasó por aquí para un pow-wow y se quedó, típico indio. Seguro que tenía alas, si era un pajarito-de-celda. Vuela en carros robados. Dondequiera que llega, niños crecen como calabazas en los vientres de las mujeres. Como ya dije, ningún indio, que yo sepa, ha sido nunca o ha visto nunca un ángel. A lo mejor en un desfile de Navidad o algo así— la iglesia Nazarena hace uno cada diciembre; lo organiza la esposa del Pastor John. Por supuesto, el hijo del Pastor es el ángel—todo el mundo sabe que los ángeles son blancos. Basta de pensar en ángeles-digo. A los indios no les sirven. ¿Recuerdas lo que pasó la última vez que cierto dios blanco vino, flotando en el océano? La verdad, puede que haya ángeles, pero si hay ángeles allá arriba, viviendo en las nubes o sentados en tronos sobre el mar, cubiertos por mantos de terciopelo y anillos de oro, bebiendo whisky en copas de plata, nos conviene que sigan ricos y gordos y feos, y que se queden ahí-mismo, donde están—en sus lejanos cielos. Más te vale nunca ver ángeles en la rezer. Si algún día los ves, será porque te llevan en marcha forzada hasta Sión u Oklahoma, o algún otro infierno que habrán diseñado para nosotros.
Abecedarian Requiring Further Examination of Anglikan Seraphym Subjugation of a Wild Indian Rezervation
Angels don’t come to the reservation. Bats, maybe, or owls, boxy mottled things. Coyotes, too. They all mean the same thing— death. And death eats angels, I guess, because I haven’t seen an angel fly through this valley ever. Gabriel? Never heard of him. Know a guy named Gabe though — he came through here one powwow and stayed, typical Indian. Sure he had wings, jailbird that he was. He flies around in stolen cars. Wherever he stops, kids grow like gourds from women’s bellies. Like I said, no Indian I’ve ever heard of has ever been or seen an angel. Maybe in a Christmas pageant or something— Nazarene church holds one every December, organized by Pastor John’s wife. It’s no wonder Pastor John’s son is the angel—everyone knows angels are white. Quit bothering with angels, I say. They’r e no good for Indians. Remember what happened last time some white god came floating across the ocean? Truth is, there may be angels, but if there are angels up there, living on clouds or sitting on thrones across the sea wearing velvet robes and golden rings, drinking whiskey from silver cups, we’re better off if they stay rich and fat and ugly and
’xactly where they are—in their own distant heavens. You better hope you never see angels on the rez. If you do, they’ll be marching you off to Zion or Oklahoma, or some other hell they’ve mapped out for us.
Datos vitales Natalie Díaz nació en Fort Mojave, California. Está afiliada a la comunidad indígena del Río Gila. Jugó baloncesto profesional en Europa y Asia antes de regresar a Old Dominion University para completar su maestría en Bellas Artes (MFA). Publicó When My Brother Was an Aztec en 2012. Ha recibido el premio de poesía Nimrod/Hardman Pablo Neruda, la beca Louis Untermeyer, el premio Narrative, yla beca literaria Lannan. Vive en Mohave Valley, Arizona, donde trabaja en un programa de revitalización de su idioma ancestral, la lengua Mojave. Los poemas de esta muestra provienen de When My Brother Was an Aztec.
POESÍA ALEMANA: MICHAEL AUGUSTIN 11 Dic 2014
Presentamos, en versión del poeta Aureliano Carvajal (1986), algunos epigramas del poeta alemán Michael Augustin (Lübeck, 1953). Ha publicado varios libros de poesía entre los que destacan los siguientes traducidos al español: Un tal Koslowski y otras miniaturas (2005) y Valles apilados: Poemas y miniaturas(2007). Obtuvo los premios Friederich Hebbel Prize y Kurt Magnus Prize. Su poesía se ha traducido al español, inglés, polaco, italiano y griego.
Breves cortos clasificados
Los camaleones en toda época conservan el color de los camaleones
En la eternidad todo tarda ése tantito más
La grandeza es pequeñez inflamada
Si viertes los contenidos de un vaso medio lleno
y medio vacío juntos ahora tendrás un vaso completamente vacío y uno completamente lleno
En los agujeros del queso hay un constante olor a queso
Entre los asesinos el asesino del rey es rey
Para el cuchillo ahogado en sangre del asesino la ayuda llega demasiado tarde
Incluso en el mínimo común denominador
siempre hay espacio para dos
La sombra proyectada por la linterna está completamente convencida de que es ella quien proyecta a la linterna
Las escaleras no han podido decidir si dirigen hacia arriba o hacia abajo
El reloj es un dispositivo que nos permite virar el tiempo delante o detrás según nos plazca
POESÍA POLACA: TADEUSZ RÓZEWICZ 05 Ene 2015
Presentamos, en versión de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia, un texto del poeta polaco Tadeusz Rózewicz (1921-2014), referente de la poesía polaca del siglo XX. Publicó sus primeros poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Fue soldado del ejército polaco. Estuvo nominado al Premio Nobel en varias ocasiones. El poema pertenece al volumen “Siempre fragmentos. Poemas selectos”, publicado por bid & co editor en Venezuela.
Castigo
Ya hoy en este momento la vida sin fe es una condena los objetos se convierten en dioses el cuerpo se convierte en dios en un dios implacable y ciego que se traga a su fiel lo digiere y lo defeca
MEXICO CITY POETRY FESTIVAL: SUJATA BHATT 04 Nov 2014
Sujata Bhatt (India, 1956) participará en el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México. Algunos de sus libros son el multipremiado Brunizem (1988), Monkey Shadows (1991 ), Augatora (2000), The Colour of Solitude (2002) y Pure Lizard (2008) Obtuvo el Poetry Book Society. Presentamos, en versión de Mario Bojórquez, el siguiente poema.
SHÉRDI (CAÑA DE AZÚCAR)
La manera como aprendí a comer caña de azúcar en Sanosra: empleo mis dientes pelando la cáscara, la dura chaal a mordiscos arranco las tiras del blanco corazón fibroso —chupando fuertemente con mis dientes, aprieto, y el jugo se escurre.
En las mañanas de enero
el granjero corta verdes, tiernas cañas de azúcar y las lleva a nuestra puerta. Por las tardes, cuando los adultos se han dormido nos escapamos afuera llevándonos las largas, suaves varas. El sol nos calienta, los perros bostezan, los dientes se endurecen y nuestras quijadas se entumen; por horas chupamos el russ, el jugo pegajoso derramado en las manos.
Por eso esta noche cuando me pides que use mis dientes para chupar duro, muy duro, siento que me huele tu pelo a caña de azúcar y me imagino que te gustaría ser shérdi shérdi en los campos
las leves cañas se mecen y abren un camino frente a nosotros.
POESÍA RUSA: ANDREI RODIONOV 31 Ago 2014
Presentamos, en versión de la traductora Indira Díaz, un texto provocador de Andrei Rodionov: “Versos sobre las pussy riot”. Rodionov nació en 1971 en la ciudad de Mytishchi en la región de Moskovskiy. Es autor de cuatro libros de poesía que incluyen: Dobro Pozhalovat’ v Moskvu, 2003; y el más reciente Morro Kasl. Es vocalista del grupo Okraina y trabaja en las academias de teatro K. S. Stanislavskiy y V.I. Nemirovich-Dachenko además de ogranizar slams de poesía en Moscú. Rodionov, es una de las figuras contemporáneas más notables de la poesía, el arte, el teatro y la música rusa. En 2002 fue galardonado con el premio de Slam ruso. Continúa siendo una figura destacada en el desarrollo del movimiento ruso de lo denominado como slam poetry; en diciembre de 2010, fue curador del festival de poesía SlovoNova, organizó la primera final nacional de Slam de Rusia en Perm. Rodionov está interesado también en el video-poesía, que, gracias a sus esfuerzos, se ha convertido en una de las tendencias de moda en la poesía rusa.
Versos sobre las pussy riot
Enmascaradas, las chicas, cantaron en el coro de la iglesia Madre de dios, echa fuera a Putin En casa de Nadezhda Tolokonnikova, lloró un niño Y Dostoievsky no decidió que él llorara
la iglesia fue terrible como una misa-punk Y fueron llevadas a prisión vestidas hermosamente como hijas del zar nadie puede ver lágrimas bajo las máscaras
aunque todos lloraron en silencio, el aullido fue tremendo Y sólo a lo lejos. en un muro del kremlin Asociado a los secretos, A los que Fedor Mijailich miraba con aprobación, Putin lloró.
Стихи о Pussy Riot
Девочки пели в масках в церковном хоре Богородица выгони путина вон у Надежды Толоконниковой плакал ребенок а Достоевский не велел, чтобы плакал он
и храм был страшен как панк -молебен и их тогда отвели в тюрьму красиво одетых нежных царевен под масками слез не видать никому
все плакали тихо, но вой был жуток и лишь далеко в кирпичном кремле причастный к тайнам, плакал путин на что Федор Михалыч как раз положительно смотрел
POESÍA IRLANDESA: NUALA NÍ DHOMHNAILL 15 Ago 2014
Presentamos, en versión de Flora Button-Burlá, un texto de la poeta y ensayista irlandesa Nuala Ní Dhomhnaill (1952). Escribe en gaélico. Su primer libro fue An Dealg Droighin (1981). Su poesía ha sido traducida al inglés, entre otros, por Seamus Heaney y Paul Muldoon. Estamos ante una de las poetas irlandesas más significativas de nuestro momento.
Albada
A la mañana le da igual sobre qué amanece: sobre riñas de grajos en árboles frondosos; sobre ese dandi de los pantanos, el pato deslizándose garboso entre los carrizos; sobre la zancuda de blanca enagua que baila por la marisma; sobre el ostrero de puntitas a la bajamar.
Al sol le da igual sobre qué sale: sobre ventanas que dan a plazuelas dieciochescas; sobre enjambres de abejas bombardeando jardines suburbanos; sobre parejas de jóvenes que bostezan al unísono antes de hacerlo otra vez; sobre el rocío como sudor o lágrimas en los lirios y las rosas; sobre tus hombros desnudos.
Pero a nosotros no nos da igual que se acaben las horas de la noche; que debamos conformarnos con los hechos de hoy, inclinarnos y pegar de algún modo los fragmentos insignificantes de nuestras vidas, para que nuestros hijos puedan beber agua en tazones rotos, no en el cuenco de las manos. No nos da para nada igual.
Aubade
It’s all the same to morning what it dawns on – On the bickering of jackdaws in leafy trees; On that dandy from the wetlands, the green mallard’s Stylish glissando among reeds; on the moorhen Whose white petticoat flickers around the boghole; On the oystercatcher on tiptoe at low tide. It’s all the same to the sun what it rises on – On the windows in houses in Georgian squares; On bees swarming to blitz suburban gardens; On young couples yawning in unison before They do it again; on dew like sweat or tears On lilies and roses; on your bare shoulders. But it isn’t all the same to us that night-time Runs out; that we must make do with today’s Happenings, and stoop and somehow glue together The silly little shards of our lives, so that Our children can drink water from broken bowls, Not from cupped hands. It isn’t the same at all.
POESÍA MACEDONIA: NIKOLA MADZIROV 02 Jul 2014
Presentamos, en versión de Yolanda Castaño y Marija Petrovska, un texto del poeta, traductor y ensayista macedonio Nikola Madzirov (Strumica, 1973). Su primer libro, Encerrados en la ciudad (1999) fue distinguido como el mejor libro debutante de Macedonia. Mereció también el Premio Aco Karamanov y el Premio Hubert Burda para poesía de Europa del Este. Su libro Lo que dijimos nos persigue fue publicado por Pre-textos.
Meditaciones sobre el clima
Sé que mi voz está sujeta a los cambios atmosféricos, que mi llanto depende del territorio de los invasores. Que en el bolsillo trasero guardo un viejo recorte de periódico: un pronóstico del tiempo con fe de que se repita el arco iris otra vez como si fuese corona de espinas sobre el cerro despoblado. Sé que la misericordia se descascara como la corteza del árbol con que las antiguas tribus
construyeron sus naves una vez. La calma es un cinturón que mantiene erguida la historia. Es preciso a veces sentarse un rato a contemplar el cielo reflejado sobre una lata abierta en la orilla del mar.
UN POEMA DE DEREK WALCOTT 05 Jun 2014
Presentamos, en versión de Antonio Resines y Herminia Bevia, un poema de Derek Walcott (Santa Lucía, 1939), Premio Nobel de Literatura en 1992. El poema está incluido en el volumen El testamento de Arkansas, publicado por Visor en 1994. Hay críticos que sostienen que Walcott es el mayor poeta de lengua inglesa de nuestro tiempo.
LA LUZ DEL MUNDO
Kaya ahora, , necesito kaya ahora, Necesito Kaya ahora, Porque cae la lluvia.
—Bob Marley
Marley cantaba rock en el estéreo del autobús y aquella belleza le hacía en voz baja los coros. Yo veía dónde las luces realzaban, definían, Los planos de sus mejillas; si esto fuera un retrato Se dejarían los claroscuros para el final, esas luces Transformaban en seda su negra piel; yo habría añadido un pendiente, algo sencillo, en otro bueno, por el contraste, pero ella no llevaba joyas. Imaginé su aroma poderoso y dulce, como el de una pantera en reposo, y su cabeza era como mínimo un blasón. Cuando me miró, apartando luego la mirada educadamente porque mirar fijamente a los desconocdios no es de buen gusto, era como una estatua, como un Delacroix negro La Libertad guiando al pueblo, la suave curva del blanco de sus ojos, la boca en caoba tallada, su torso sólido, y femenino, pero gradualmente hasta eso fue desapareciendo en el atardecer, excepto la línea de su perfil, y su mejilla realzada por la luz,
y pensé, ¡Oh belleza, eres la luz del mundo! No fue la única vez que se me vino a la cabeza la frase en el autobús de dieciséis asientos que traqueteaba entre Gros-Islet y el Mercado, con su crujido de carbón y la alfombra de basura vegetal tras las ventas del sábado, y los ruidosos bares de ron, ante cuyas puertas de brillantes colores se veían mujeres borrachas en las aceras, lo más triste del mundo, recorriendo a tumbos su semana arriba, a tumbos su semana abajo.
El mercado, al cerrar aquella noche del Sábado, me recordaba una infancia de errantes faroles colgados de pértigas en las esquinas de las calles, y el viejo estruendo de los vendedores y el tráfico, cuando el farolero trepaba, enganchaba una lámpara en su poste y pasaba a otra, y los niños volvían el rostro hacia su polilla, sus ojos blancos como sus ropas de noche; el propio mercado estaba encerrado en su oscuridad ensimismada y las sombras peleaban por el pan en las tiendas, o peleaban por el hábito de pelear en los eléctricos bares de ron. Recuerdo las sombras.
El autobús se llenaba lentamente mientras oscurecía en la estación. Yo estaba sentado en el asiento delantero, me sobraba tiempo. Miré a dos muchachas, una con un corpiño y pantalones cortos amarillos, una flor en el cabello, y sentí una pacífica lujuria; la otra era menos interesante.
Aquel anochecer había recorrido las calles de la ciudad donde había nacido y crecido, pensando en mi madre con su pelo blanco teñido por la luz del atardecer, y las inclinadas casas de madera que parecían perversas en su retorcimiento; había fisgado salones con celosías a medio cerrar, muebles a oscuras, poltronas, una mesa central con flores de cera, y la litografía del Sagrado Corazón, buhoneros vendiendo aún a las calles vacías: dulces, frutos secos, chocolates reblandecidos, pasteles de nuez, caramelos. Una anciana con un sombrero de paja sobre su pañuelo se nos acercó cojeando con una cesta; en algún lugar, a cierta distancia, había otra cesta más pesada que no podía acarrear. Estaba aterrada. Le dijo al conductor: «Pas quittez moi a terre», Qué significa, en su patois: «No me deje aquí tirada», Qué es, en su historia y en la de su pueblo: «No me deje en la tierra» o, con un cambio de acento: «No me deje la tierra» [como herencia]; «Pas quittez moi a terre, transporte celestial, No me dejes en tierra, ya he tenido bastante». El autobús se llenó en la oscuridad de pesadas sombras que no deseaban quedarse en la tierra; no, que serían abandonadas en la tierra y tendrían que buscarse la vida. El abandono era algo a lo que se habían acostumbrado. Y yo les había abandonado, lo supe allí,
sentado en el autobús, en la media luz tranquila como el mar, con hombres inclinados sobre canoas, y las luces naranjas de la punta de Vigie, negras barcas en el agua; yo, que nunca pude dar consistencia a mi sombra para convertirla en una de sus sombras, les había dejado su tierra, sus peleas de ron blanco y sus sacos de carbón, su odio a los capataces, a toda autoridad. Me sentía profundamente enamorado de la mujer junto a la ventana. Quería marcharme a casa con ella aquella noche. Quería que ella tuviera la llave de nuestra cabaña junto a la playa en GrosIlet; quería que se pusiese un camisón liso y blanco que se vertiera como agua sobre las negras rocas de sus pechos, yacer simplemente a su lado junto al círculo de luz de un quinqué de latón con mecha de queroseno, y decirle en silencio que su cabello era como el bosque de una colina en la noche, que un goteo de ríos recorría sus axilas, que le compraría Benin si así lo deseaba, y que jamás la dejaría en la tierra. Y decírselo también a los otros.
Porque me embargaba un gran amor capaz de hacerme romper en llanto, y una pena que irritaba mis ojos como una ortiga, temía ponerme a sollozar de repente en el transporte público con Marley sonando, y un niño mirando sobre los hombros
del conductor y los míos hacia las luces que se aproximaban, hacia el paso veloz de la carretera en la oscuridad del campo, las luces en las casas de las pequeñas colinas, y la espesura de estrellas; les había abandonado, les había dejado en la tierra, les dejé para que cantaran las canciones de Marley sobre una tristeza real como el olor de la lluvia sobre el suelo seco, o el olor de la arena mojada, y el autobús resultaba acogedor gracias a su amabilidad, su cortesía, y sus educadas despedidas
a la luz de los faros. En el fragor, en la música rítmica y plañidera, el exigente aroma que procedía de sus cuerpos. Yo quería que el autobús siquiera su camino para siempre, que nadie se bajara y dijera buenas noches a la luz de los faros y tomara el tortuoso camino hacia la puerta iluminada, guiado por las luciérnagas; quería que la belleza de ella penetrara en la calidez de la acogedora madera, ante el aliviado repiquetear de platos esmaltados en la cocina, y el árbol en el patio, pero llegué a mi parada. Delante del Hotel Halcyon. El vestíbulo estaría lleno de transeúntes como yo. Luego pasearía con las olas playa arriba. Me bajé del autobús sin decir buenas noches. Ese buenas noches estaría lleno de amor inexpresable.
Siguieron adelante en su autobús, me dejaron en la tierra. Entonces, un poco más allá, el vehículo se detuvo. Un hombre gritó mi nombre desde la ventanilla. Caminé hasta él. Me tendió algo. Se me había caído del bolsillo una cajetilla de cigarrillos. Me la devolvió. Me di la vuelta para ocultar mis lágrimas. No deseaban nada, nada había que yo pudiera darles salvo esta cosa que he llamado «La Luz del Mundo».
The Light of the World
Kaya now, got to have kaya now, Got to have kaya now, For the rain is falling.
—Bob Marley
Marley was rocking on the transport’s stereo and the beauty was humming the choruses quietly. I could see where the lights on the planes of her cheek streaked and defined them; if this were a portrait you’d leave the highlights for last, these lights silkened her black skin; I’d have put in an earring, something simple, in good gold, for contrast, but she
wore no jewelry. I imagined a powerful and sweet odour coming from her, as from a still panther, and the head was nothing else but heraldic. When she looked at me, then away from me politely because any staring at strangers is impolite, it was like a statue, like a black Delacroix’s Liberty Leading the People , the gently bulging whites of her eyes, the carved ebony mouth, the heft of the torso solid, and a woman’s, but gradually even that was going in the dusk, except the line of her profile, and the highlit cheek, and I thought, O Beauty, you are the light of the world! It was not the only time I would think of that phrase in the sixteen-seater transport that hummed between Gros-Islet and the Market, with its grit of charcoal and the litter of vegetables after Saturday’s sales, and the roaring rum shops, outside whose bright doors you saw drunk women on pavements, the saddest of all things, winding up their week, winding down their week. The Market, as it closed on this Saturday night, remembered a childhood of wandering gas lanterns hung on poles at street corners, and the old roar of vendors and traffic, when the lamplighter climbed, hooked the lantern on its pole and moved on to another, and the children turned their faces to its moth, their eyes white as their nighties; the Market
itself was closed in its involved darkness and the shadows quarrelled for bread in the shops, or quarrelled for the formal custom of quarrelling in the electric rum shops. I remember the shadows. The van was slowly filling in the darkening depot. I sat in the front seat, I had no need for time. I looked at two girls, one in a yellow bodice and yellow shorts, with a flower in her hair, and lusted in peace, the other less interesting. That evening I had walked the streets of the town where I was born and grew up, thinking of my mother with her white hair tinted by the dyeing dusk, and the titling box houses that seemed perverse in their cramp; I had peered into parlours with half-closed jalousies, at the dim furniture, Morris chairs, a centre table with wax flowers, and the lithograph of Christ of the Sacred Heart , vendors still selling to the empty streets— sweets, nuts, sodden chocolates, nut cakes, mints. An old woman with a straw hat over her headkerchief hobbled towards us with a basket; somewhere, some distance off, was a heavier basket that she couldn’t carry. She was in a panic. She said to the driver: “Pas quittez moi à terre ,” which is, in her patois: “Don’t leave me stranded,” which is, in her history and that of her people:
“Don’t leave me on earth,” or, by a shift of stress: “Don’t leave me the earth” [for an inheritance]; “Pas quittez moi à terre , Heavenly transport, Don’t leave me on earth, I’ve had enough of it.” The bus filled in the dark with heavy shadows that would not be left on earth; no, that would be left on the earth, and would have to make out. Abandonment was something they had grown used to. And I had abandoned them, I knew that there sitting in the transport, in the sea-quiet dusk, with men hunched in canoes, and the orange lights from the Vigie headland, black boats on the water; I, who could never solidify my shadow to be one of their shadows, had left them their earth, their white rum quarrels, and their coal bags, their hatred of corporals, of all authority. I was deeply in love with the woman by the window. I wanted to be going home with her this evening. I wanted her to have the key to our small house by the beach at Gros-Ilet; I wanted her to change into a smooth white nightie that would pour like water over the black rocks of her breasts, to lie simply beside her by the ring of a brass lamp with a kerosene wick, and tell her in silence that her hair was like a hill forest at night, that a trickle of rivers was in her armpits,
that I would buy her Benin if she wanted it, and never leave her on earth. But the others, too. Because I felt a great love that could bring me to tears, and a pity that prickled my eyes like a nettle, I was afraid I might suddenly start sobbing on the public transport with the Marley going, and a small boy peering over the shoulders of the driver and me at the lights coming, at the rush of the road in the country darkness, with lamps in the houses on the small hills, and thickets of stars; I had abandoned them, I had left them on earth, I left them to sing Marley’s songs of a sadness as real as the smell of rain on dry earth, or the smell of damp sand, and the bus felt warm with their neighbourliness, their consideration, and the polite partings in the light of its headlamps. In the blare, in the thud-sobbing music, the claiming scent that came from their bodies. I wanted the transport to continue forever, for no one to descend and say a good night in the beams of the lamps and take the crooked path up to the lit door, guided by fireflies; I wanted her beauty to come into the warmth of considerate wood, to the relieved rattling of enamel plates in the kitchen, and the tree in the yard,
but I came to my stop. Outside the Halcyon Hotel. The lounge would be full of transients like myself. Then I would walk with the surf up the beach. I got off the van without saying good night. Good night would be full of inexpressible love. They went on in their transport, they left me on earth. Then, a few yards ahead, the van stopped. A man shouted my name from the transport window. I walked up towards him. He held out something. A pack of cigarettes had dropped from the pocket. He gave it to me. I turned, hiding my tears. There was nothing they wanted, nothing I could give them but this thing I have called “The Light of the World.
UN POETA TÁRTARO: MUSÁ DZHALIL 07 Abr 2014
Presentamos, en versión de Indira Díaz Hernández y Emira Khamatova, algunos textos del poeta tártaro Musá Dzalil (1902), pertenecientes a Los cuadernos de Moabit, escrito por un prisionero de los nazis en plena segunda guerra mundial. El cuaderno de Musá Dzhalil fue escrito en trozos de papel y con caracteres árabes, no obstante, en la portada puede leerse a lápiz, escrito en alemán (para no llamar la atención de los prisioneros de Hitler) “El diccionario de las palabras y oraciones alemanas, turcas y rusas. Musá Dzhalil 1943- 1944”.
Cuadernos de Moabit
Los cuadernos de Moabit, están conformados por dos cuadernos pequeños que contienen los poemas de Musá Dzhalil. El primero de estos cuadernos contiene 62 poemas y dos fragmentos; el segundo está compuesto por 50 poemas, 20 de ellos son los que evidentemente eran considerados con más importancia por el poeta, por lo que se repiten en ambos cuadernos. De esta manera el ciclo de Moabit consiste en 92 poemas y dos fragmentos. El primer cuaderno fue extraído de la cárcel de Moabit por un ex prisionero militar soviético de nombre Gabbás Shariyaov. Quién más tarde lo entregaría a otro prisionero militar de nombre Nigmat Teregúlov en el campo Le-Piui en Francia. En marzo de 1946 Nigmát Teregúlov llega a Kazán y entrega los cuadernos de Musá Dzhalil, a la viuda de Abdulla Alish, R. Túlpánova, que a su vez los entrega al presidente de la Unión de escritores de Tataria, A. Erikey. El cuaderno de Musá Dzhalil fue escrito en trozos de papel y con caracteres árabes, no obstante, en la portada puede leerse a lápiz, escrito en alemán (para no llamar la atención de los prisioneros de Hitler) “El diccionario de las palabras y oraciones alemanas, turcas y rusas. Musá Dzhalil 1943-1944”. En la última página el poeta dejó la siguiente voluntad:
“Para el amigo que sabe leer en tártaro y para quien lea este cuaderno” Musá Dzhalil nació en 1906. Tuvo dos residencias, una en Kazán y otra en Moscú. Es considerado como uno de los grandes poetas en su patria. En 1942, lucho en el frente y fue tomado como prisionero. Durante su estancia en prisión sufrió todo tipo de horrores, después fue conducido hacia Berlín en donde fue acusado de haber participado en la organización secreta que se encargaba de divulgar propaganda soviética y de nuevo fue encarcelado y condenado a pena de muerte. A su muerte el dejó 116 poemas escritos en la prisión. “Si este librito de poemas llegara a tus manos, cuídalo, guárdalo y después de la guerra i nforma de ellos en Kazán; sácalos a la luz como poemas del poeta muerto del pueblo tártaro. Ésta es mi voluntad”. Musá Dzhalil, diciembre de 1943. Del otro lado del cuaderno Dzhalil escribió la lista de hombres que fueron arrestados y ll evados a prisión junto con él, en total 12. “Ellos están acusados en descomposición de la legión tártara por divulgar propaganda soviética en organización de fugas colectivas” explicó el poeta. En el cuaderno está escrita la dirección de la familia de Dzhalil y de la unión de escritores en Moscú y Kazán. Musá entregó el segundo cuaderno escrito en caracteres latinos a su vecino de la prisión, al patriota belga André Timmermans. Timmermans logró mandarlo junto con otras cosas personales a su patria y después de la guerra ya en 1947 se lo entregó al consulado soviético en Bruselas. En el cuaderno también está escrita la dirección de Dzhalil y breves datos de él para los que hallen el cuaderno: “Musá Dzhalil, famoso poeta tártaro encarcelado y condenado a pena de muerte por política en Alemania. Desde la cárcel. Musá Dzhalil.” Estas palabras están escritas en ruso (en el caso de que el cuaderno pudiera ser encontrado por alguien que no sepa leer en tártaro) Dzhalil se ha expresado con mucho cuidado; especialmente por los asuntos de “política” es decir por la acusación en la actividad política contra el fascismo. El segundo cuaderno es más pequeño que el primero, la parte cosida contiene sólo 33 poemas, después de los cuales el poeta dejó una nota triste en la prisión- septiembre de 1942 -noviembre de 1943- escribió 125 poemas cortos y un poema largo: “Pero dónde escribirlos, mueren conmigo” después Dzhalil por lo visto logró conseguir unos papeles y escribió 17 poemas más. Las hojas no están cosidas sólo puestas al cuaderno.
Amor y resfrío
Recuerdo los años de juventud Las citas y los pleitos Mortalmente amé entonces A una belleza de contora Y como lo contara el poeta, alejándose de prosa Mi amor encendido con el fuego Dio flores en el frío. En aquella época pesqué el resfrío Y como si fuera un castigo Yendo a la cita Olvidé mi pañuelo, amigos
¡Adiós amor! ¡Murió el éxito! Estoy sentado y algo escurre de mi nariz, que como si fuera a propósito, Parece más honda que un pozo
¿Qué hago? ¿Qué invento? No es resfrío, sino un fenómeno natural “Alma mía” quiero decir, Pero digo “achú“
¿por qué aguardo los sufrimientos?
Empecé a apenarme, me estoy arrepintiendo Quiero pronunciar “amo” Pero no puedo- Y ahora entristecido hasta llorar me estoy limpiando la nariz Respiré muy apasionadamente Pero mi nariz implacable Silbó de la forma más desagradable
Amor y resfrío no quieren convivir Y a pesar de que no tengo la culpa Lo más conveniente sería ahorcarme
No esperaba este absurdo De nuevo me hace cosquillas la garganta “yo…. achú te….-achú“; ¿Qué se le puede decir así a una guapa?
Tomé de la mano a la chica Me puse valiente y me declaré Pero la burbuja -¡ojalá desapareciera!Empezó a inflarse bajo mi nariz.
Miré: la niña frunció la ceja Y entendí desde luego Que su amor como esta burbuja explotó para siempre en ese momento.
Y escuché contrayéndome de vergüenza “Sabes poco de amor, Antes de venir Debiste haber limpiado tu nariz”
Ella se fue ¡Qué vergüenza! Y yo con una mirada triste Me fui (estaba firmada la sentencia) Voy hacia el boticario por veneno
“¿Derramarás, linda, suficientes lágrimas Por mis sufrimientos?” Lleve a mi casa en una capsula La medicina contra el resfrío
Y desde aquel momento No he vuelto a verla, amigos Así me curé en la vida De dos enfermedades a la vez…
En húmeda prisión se está enfriando la sangre Y la tristeza hiere el corazón No, ahora ni siquiera con el resfrío Me encontrará de nuevo el amor Marzo 1943
Соңгы җыр
Җир йөзе шундый киң, Күңелле һәм якты! Тик төрмәм караңгы, Ишеге йозаклы!
Күктә бер кош оча Югары, югары! Мин ауныйм идәндә, Кулларым богаулы.
Тышта бер гөл үсә Яңгырга коенып; Мин кибәм, мин сулам Төрмәдә боегып.
Мин белзм: бик татлы Да яшәү тойгысы! Тик инде мин үләм, Бу җырым — соңгысы!…
1943, август
Última canción
¡Tierra!… ojalá pudiera descansar de la prisión Y estar al aire libre Pero cada vez se enfrían más las paredes bajo los gemidos La pesada puerta- con candado-
oh cielo que posees un alma con alas hubiera dado todo por alzar el vuelo pero mi cuerpo está al fondo de la fortaleza y mis manos prisioneras- en las cadenas
¡Cómo salpicar la libertad con la lluvia En la cara feliz de las flores! Pero la exhalación de mis débiles palabras se apaga ya, bajo las bóvedas de piedra
En los abrazos de la luz, Yo sé que dulce es el momento de ser Pero me estoy muriendo Y esta es mi última canción
Agosto 1943
A veces pasa que…
A veces el alma suele ser tan dura Que nada la puede herir, Ni el viento de la muerte Que es más frío que el hielo podría molestar los pétalos del alma
De nuevo está brillando mi mirada Con una sonrisa orgullosa Yo quiero, a pesar de todas las barreras Y olvidándome de lo mundano Escribir, escribir, escribir, de nuevo.
A pesar de que mis minutos están contados A pesar de que mis minutos estén contados A pesar de que me esté esperando el verdugo Y este cavada mi tumba Y esté listo para todo. Aún necesito Blanco papel y negra tinta
Noviembre de 1943
POESÍA DE CROACIA: LANA DERKAČ 03 May 2013
Presentamos como muestra de la poesía contemporánea croata, algunos poemas de la también narradora, dramaturga y ensayista Lana Derkač (1969). Autora de diversos poemarios, ha sido merecedora de los premios Zdravko Pucak y Duhovno hrasce. Ha participado en diferentes festivales poéticos y reuniones literarias en Croacia, Macedonia, Rumania, Malasia, Hungría, Polonia, India, México, Chipre, Bélgica, entre otros. Sus textos han sido traducidos a catorce idiomas.
¿Quién puso en fila los rascacielos?;
ME HE CONTAGIADO CON UNA BACTERIA RARA
Se descascara el mortero en las ciudades frondosas, y de él sale una bacteria desconocida. Igual que Teseo encontró el camino del laberinto. Con ella me alimento cada vez que compro un paquete pequeño de dátiles esparcidos en el Sahara. Y cuando mi garganta, en el momento de tragar, está rellena de arroz asiático. La consumo mientras el viento ayuda a la sombra del lado izquierdo del bosquecillo para que ofrezca a aquella del lado derecho
el baile celestial. Esta bacteria me saluda como picazón así que junto con la arena me ducho en el inmenso baño del Universo. Con una cuchara y un tenedor enorme mezcla los léxicos y los paisajes en mixtura diversa. Si me observo, siento que es más peligrosa que la venganza de Moctezuma. Se extiende más lejos que la maldición de Tutankamón.
Cuando surjo, gotas de agua brillan en las orejas; son aretes del Atlántico. Trataré de cambiarlos por los del Pacífico y otra vez no tendré paz. Reconozco, me contagié con una rara bacteria que de mí hace viajero constante. Me dispersa por todos lados del mundo, como si fuera una mina. Hasta acepto llevarla, así que soy una especie de mujer-bomba.
Me contagié con una rara bacteria cuando me corté en la intranquilidad y la cogí en vez del tétano.
Con las manos sucias me la embadurné por mi cuerpo en vez de la hepatitis. Por cuenta de ella espero si el muerto Miguel Ángel gritará al mercante sobre la mala circulación y el ciclón, quisiera saber cuál fue el nombre de trabajo de la creación del mundo, vivo sutilmente los momentos cuando la oscuridad borra los documentos de luz, toma el disco.
La bacteria con la cual me contagié está lista a escenificar el fin del mundo en mi cuarto en el que nadie ya hace días contesta al teléfono. Soy su rehén aunque me alegro cuando me lleva y traslada a lugares maravillosos de los cuales veo más clara el aura dela Tierra.
Sólo a veces me trae al mismo lugar como si devolviera las vueltas.
VUELOS
En algún lugar cayó un avión más.
En poco tiempo las hojas caerán de las ramas.
En el suelo del corredor cayó la lámpara de techo y el maestro trata de fijarla de nuevo. ¿Porqué lo hace? le pregunté. ¿Acaso no es otoño también para ella?
Un mosquito aterrizó sobre la pared del baño y ya levanté la mano y quise pegarle con un pedazo de papel. Pero pensé que ya pronto volaré a ciudad de México y a Guadalajara y, ¿qué ocurriría si los gigantes dedos de la tormenta aplastaran el avión? Bajé la mano, sin embargo, esta mañana ahogué una mosca en el borde de lavabo, y quisiera con happy end sobrevolar sobrevolar el Atlántico. El viento casero me trae una hoja de abedul a través de la ventana. El verano en Croacia no triunfará por mucho tiempo en las elecciones, y a causa de los cambios climáticos las coaliciones son cada vez más populares.
¡El frío llegará a ser presidente! presidente!
CUATRO GRADOS
Cuatro grados Celsius están reunidos El uno junto al otro y tiemblan como el yogur, huevo, mostaza y la leche en la dirección www.nuestro.refrigeradordezagreb.hr ** www.nuestro.refrigeradordezagreb.hr Y no nos llevamos el frío con nosotros a Bratislava ni cualquier otra cosa del refrigerador. Si a Dios le gustara el léxico moderno, estaría segura que primero al verano, y luego al otoño los declaraba un exceso tecnológico. Y que su Hijo diría: Cuando compras el periódico al azar, es como cuando las noticias te llegan por charter .
Cuando me confundo, trato en la calle sacar de la lata la mañana y espero la luz, como si ella fuera su primogénita.
Que con miedo apenas se asoma allá donde se encuentran los árboles desnudos, en la dirección www.amanecer.com Y cuando la oscuridad de nuevo los envuelve en un lienzo demasiado grande, como ilusionista, enmascarará estados completos, y no sólo la autopista.
En Bratislava emborrizo la pausa de nuestro guía por el Danubio mientras observo el agua a través de la ventana. Como si moviera la mano por el vidrio, y no la muevo. Como si quisiera enjuagar La tierna tez de la niebla, y ella se apega más y al río y a la ventana. Entonces el camarero trae la fuente con la sopa y toma el cucharón. Imagino como aquí en vez de él está Jesús y Él nos reparte el calor de la escudilla sin ni siquiera tomar la sopa.
* Hr – Hr – abreviatura abreviatura de Hrvatska, Croacia en el croata. (n. de t.)
LA CURACIÓN DE LA LLUVIA
El verano en la rosa modela sus orillas herméticas a pesar de que la lluvia dejó de caer y está en la clínica levantada por la sequía. En una clínica estable a la que desde hace semanas barre el polvo. Todo revuelto; porque el polvo de repente se convierte en limpiador. Se preocupa del orden de las camas del hospital que desordena y revuelve el viento.
Pero, y al viento habría que curarlo porque no está adaptado. Habría que preguntar sobre sus derechos en el sistema de salud celestial e inscribirlo en la lista de espera.
La hierba frente al departamento siquiátrico eligió la identidad de conquistador, y sedienta pero erguida se envalentona y parte a la batalla.
Se abate rápidamente y confirma que el imitador no deja las huellas como el emperador. No tiene fuerza porque hace ya mucho que la lluvia altanera no ha poseído la pradera. No tiene fuerza porque hace ya mucho que la lluvia no ha pulido humildemente sus verdes sables.
El verano como parturienta amamanta y mima a sincopizado ritmo. Omite la lluvia.
Cuando en el Adriático las gaviotas y las olas bailan el tango argentino, de manera inapercibida se mueva al menos la pierna de un paciente conectado a los prolongados cables de la muerte. Cuando él recibe la infusión de la música, al menos por un momento se para el reclutamiento de la muerte.
Pero la lluvia todavía tiene que superar la crisis, no ve ni siquiera que el cielo y el mar son reflejos del azul. Los puntitos en la pantalla de la televisión del hospital
tratan de borrarle la memoria. En la barata camisa de dormir de la Tienda China creí que todas son vibraciones del universo empezaron en la pequeña pantalla en la pieza del hotel en Županja*.
* Cuidad en Croacia, en la ribera del río Sava. (n. de t.)
LOS HINCHAS
I.
Mientras estamos parados en la pradera, los gorriones están en la espesura. Sus amplias masas se asoman a través del ramaje. Te parece que apoyan fuertemente. Siguen el fútbol. Luego piensas que son seguidores de Marx y Engels. Que trinan: ¡Gorriones de todos los países, júntense para que nosotros también comencemos a jugar fútbol!
Luego estás convencido de que leen la Biblia y empiezas a distinguir los salmos en su mudo idioma, y después oyes que mencionan a Moisés y el equipo elegido.
Ya no prestas atención a los pájaros. Alguien te corta la yema del dedo con el afilado tallo de hierba para que enrojezca como una fresa y en tu sangre que corre apoya su dedo cortado. Estás feliz. Eso significa que de verdad se te acercó. Tú te fraternizas con el Pan.
II.
Sin embargo, quizá el Pan se fraternizó contigo sólo por interés. Tenías que esperar, antes de ofrecérsela, si él te va a preguntar si le prestas la pelota para practicar para el campeonato europeo. La fiebre del fútbol es un verdadero desastre. Esa noche soñé al Pan, como a cada uno con el que se fraternizó, prestaba una pelota sin pagar intereses. Y las lleva, sin creerlo ni el mismo, alrededor de su cuello enhebradas en un enorme collar. La pradera es de vez en cuando el juez de fútbol. Garantiza por él y asegura
que en realidad, su estado juguetón es deformación profesional. ¡A la lucha! ¡A la lucha! grita la hierba
y se levantan sus sables. Pero es demasiado débil para chutar la pelota.
TSUNAMI
Dejo la taza del té justo en el momento cuando a la televisión la inundan las grabaciones del tsunami. Comentas: La muerte de nuevo es un laureado. Esta vez en Asia ha aplicado una de sus artes luchadoras. No estoy segura si las olas de la pantalla compiten por su premio o si en su forma homicida sólo bañan el Apocalipsis. Agrego: Las envía la muerte. Cada ola escapada es su carta y en verdad no sé qué dirán los grafólogos cuando reconozcan los recortes de su manuscrito. Hay mil combinaciones. A través de ellas se comunican las orillas. O orden y desorden. O las lengüetas de intranquilidad y el centro dela Tierra. Me preguntas: ¿ Puedes imaginar una sirena como en uniforme anuncia la guerra al fuerte vocerío de las olas
con su todavía más ensordecedor canto? Y Ulises la evita. ¿Puedes reconocer la arena que lleva la ropa de camuflaje y sabes que se le escapó el recuerdo de Hitler y las guerras mundiales?
Te aseguro: Dios desde el espacio sigue a todos los asesinos, también a las olas de hoy, ordenadas en la espuma. Y sin el telescopio esa espuma se divisa como maldito albor.
ANTES DEL LIBRO
Antes del libro la serpiente dejó su piel y el árbol engruesó. La copa desabrochó su sostén sin preguntar cómo reaccionaría San Leonardo mientras se empina hacia el sol del fresco en la capilla forestal. Habría que traer el agua y poner fuentes en la cascada, antes del libro. El río educó el cañón y hasta su embocadura, antes del libro, miles de veces enderezó su carácter. Y el cañón, amainaba el movimiento al inquieto río. Pero la creación del libro incluía y el Mediterráneo. Se bajó de los Alpes al olivar. Y ya antes del libro los pies de los árboles