Relación del Hombre con la sociedad
El ser humano, en cuanto a su naturaleza es un ser social, que necesita estar en un grupo para sentirse reconocido . La relación que existe es que el ser humano pasa a ser una agregación en la vida social, ya que dentro de de esta agregación debe adaptarse adaptarse a las formas y valores que la vida social le marca para una sobrevivencia y al mismo tiempo poderse multiplicar. Por lo consiguiente el hombre tiende a organizarse en grupos que llamaremos Sociedades para un fin. El ser humano es el que crea a una sociedad para que puedan tener una interacción entre estos dos. Dentro del hombre y la Sociedad tenderán a crearse muchos ámbitos de carácter social para una finalidad que será como resultado ciertos intereses a perseguir y lograr. Las primeras sociedades se construyeron bajo los siguientes principios. a) respeto y protección mutua b) medio de comunicación común c) cultura similar con todos sus símbolos y tradiciones, costumbres, etc. d) limite geográfico de dominio
La persona humana vive, trabaja, descansa, fomenta la cultura y los valores de su espíritu en estrecha colaboración con sus semejantes. Experimenta de modo innato una inclinación a la convivencia, “El hombre es un animal naturalmente civil”
Relación del Hombre con la sociedad
La persona humana vive, trabaja, descansa, fomenta la cultura y los valores de su espíritu en estrecha colaboración con sus semejantes. Experimenta de modo innato una inclinación a la convivencia, que hace decir a Aristóteles: “El hombre es un animal naturalmente civil”
Teoría de la naturaleza social del hombre, cuyo postulado defiende que: “La sociedad
tiene su fundamento inmediato en la naturaleza humana, y su fundamento mediato de dios, autor de la naturaleza”
Que el hombre es social por naturaleza se prueba de dos modos: 1. 2.
Existe en todos los individuos una fuerte tendencia a la unión con sus semejantes. Existe en los hombres una independencia reciproca para hacer posible la concusión de sus finalidades especificas.
Definición del bien común: el fin de toda sociedades el bien común, entendiendo éste como: “El objeto que aúna a los miembros de una sociedad, y determina los modos en que ésta ha de organizarse”.
En toda sociedad humana pueden distinguirse: Un bien común trascendente o externo Un bien común intrínseco o interno, y Los bienes particulares de los individuos que lo componen. El bien común trascendente es la finalidad última buscada por una sociedad. El bien común intrínseco es la adecuada ordenación entre las partes que componen esa sociedad. Permitiendo así alcanzar el fin trascendente o extrínseco. El bien particular es el bien que corresponde a cada uno de los individuos que componen esa sociedad.
“El bien común de la sociedad civil consiste en la estructuración de los medios que
permitan a los miembros de esa sociedad la obtención de su bien pleno y defin itivo, de su felicidad”
Lejos de ser un fin en sí misa, la vida social se dirige a un bien común y trascendente, que es Dios. Sólo Dios es el bien sumo y universal, el bien común en agrado máximo, al que estamos llamados todos los hombres, también el resto de los seres que pueblan el universo. (también llamado bien común temporal)
Definición: en bien común intrínseco de la sociedad civil se define como. “El c onjunto de
los medios y condiciones vitales y morales que toda sociedad debe procurar a sus miembros para que éstos puedan alcanzar su fin último personal”.
La autoridad es un elemento indispensable de toda sociedad, porqu e “las cosas que tienden a un fin de modo no necesario requieren de un gobierno que las dirija. Esto requiere tanto en la familia (autoridad paterna) como en la sociedad (jefe de estado), como en toda sociedad intermedia (el rector de la Universidad en Consejo de Administración de la empresa, etc.)
Si la autoridad responde a un orden fijado por Dios, la determinación del régimen y la designación de los gobernantes han de dejarse a la libre voluntad de los ciudadanos. Desde la filosofía griega se distinguen tres formas de gobierno: La monarquía, en la que el poder reside en un solo hombre, La aristocracia, en que la autoridad es ejercida por un grupo pequeño: los mejores; La democracia, que es el gobierno del pueblo por sí mismo.
Definición: se denomina al “conjunto de organismos y autoridades que tienen a su cargo el gobierno de la sociedad civil y la promoción de su bien común”
La nación y la patria son nociones afines a la de Estado, pero no idénticas. El fin del Estrado es procurar el bien común de la sociedad. La autoridad ha de procurar el conjunto de los medios y condiciones vitales y morales que los ciudadanos alcance su fin último personal. Con base en esa finalidad de la autoridad pública, los ámbitos de su actuación han de ser: 1. 2. 3. 4.
La moralidad pública La educación El respeto y apoyo a la familia La economía
Este principio se anuncia diciendo que el estado no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior privando de sus competencia, sino que más bien debe sostenerlo en caso de necesidades y ayudarlo a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común. De este tipo se desprenden los alineamientos de intervención del poder público:
1)
La misión del Estado es coordinar, no remplazar la actividad de los individuos, las familias o los grupos sociales. 2) El Estado debe promover y respetar iniciativa privada, sin pretender convertir todo en actividad pública.
Este principio reclama a la autoridad civil, empezando por los mismos individuos que integran el poder público, el empeño de alentar a los ciudadanos para contribuir todo el bien común de la sociedad. La solidaridad no es superflua, ni mucho menos un pretexto para abusar, en provecho propio, de la generosidad de los demás.
El estado debe hacer frente a una serie de necesidades económicas, y para ello recauda impuestos. El principio justificativo de los impuestos es, por ello, claro e inmediato: los impuestos se obtienen “de los ciudadanos”.
De ahí que la finalidad de los impuestos sea el bien común, y sólo éste. De dicha finalidad se deriva la obligación extracta de todo ciudadano de pagar los impuestos justos, es decir, aquellos verdaderamente orientados al bien común de la sociedad.
Una vez establecida aunque sólo a grandes rasgos el grado de licitud en lo referente a los destinos de los fondos públicos, resulta claro que la obligación de pagar impuestos es estricta. Tampoco obligan en conciencia los tributos manifiestamente abusivos, es decir, los que la autoridad fija previendo compensarse del fraude de los conyetuntes.
Que resulte licita la evasión fiscal de los impuestos abusivos y del porcentaje de la impositiva no destinada al verdadero bien común de la sociedad, no debe perderse de vista la distorsión social que representan dichas prácticas evasivas.
Sostienen situaciones o comportamientos sociales más o menos amplios de corrupción. Tal vez situaciones son el fruto, la acumulación y la concentración de muchas interrupciones personales previa, procedentes de quien genera la corrupción o la aprovecha, de quien pudiendo hacer algo para evitar, eliminar o, al menos, limitar determinados males sociales, omite hacerlo por pereza, miedo o encubrimiento.
No se trata aquí de las comisiones legítimas (por ejemplo, la que se otorga a un vendedor por la venta de un producto, o la propina que se da a alguien por un servicio), sino de
aquellas sumas de dinero que se ofrecen a funcionarios o con el fin de que proporcionen favores en algunas gestión, utilizando abusivamente las posibilidades de su cargo. Es el tipo de comisiones que suelen denominarse “mordida”, “coima” o “sobre”.
Los valores organizacionales son el conjunto de principios por los que se rigen los colaboradores y empleados de un grupo de personas. Estos trabajan juntos para conseguir el mismo objetivo, ya sea una empresa o una institución. Para que los valores organizacionales sean efectivos, los miembros del grupo deben ejercerlos por convicción propia y no por imposición, es decir, cada individuo tiene que estar convencido de que actuar bajo ciertas normas. Los valores organizacionales afectan o favorecen directamente el desempeño del grupo, ya que están relacionados con la construcción de un ambiente de trabajo sano que permita el desarrollo humano y profesional. Estos valores tienen el objetivo de motivar al personal a que dé lo mejor de sí mismo, de manera que pueda progresar y en consecuencia, la empresa prospere. Una compañía con los valores organizacionales adecuados y llevados a la práctica –idealmente- por todos, se convierte en una empresa con un nivel de competitividad difícil de igualar o superar, ya que sus logros están basados en principios sólidos y únicos. Los valores organizacionales son los que define una organización o empresa dentro de su política empresarial al igual que la misión (que es como nace) y la visión (que es hasta dónde quiere llegar, en que se quiere convertir con el tiempo). Los valores personales son los que tiene un individuo o persona, sus principios de vida: ¿qué es lo que quiere respetar?¿cómo se quiere comportar?¿dentro de qué parámetros quiere crecer y desarrollarse? Si los valores que rigen las acciones y actitudes de una empresa son practicados por todos sus integrantes, se logra un desempeño mayor al promedio y se consigue que los colaboradores:
• Tengan
sentido de pertenencia a la empresa, es decir, que se sientan parte de ella. • • • • •
Estén comprometidos con la calidad. Se responsabilicen de sus acciones y decisiones. Busquen su propio crecimiento y el de quienes lo rodean. Den lo mejor de sí mismos en beneficio propio y de la empresa. Estén orgullosos de su trabajo y de la compañía para la que trabajan.
Un desempeño óptimo es lo que se alcanza cuando los valores son el factor de unión entre los miembros de un grupo, por eso, las empresas que los ponen en práctica tienden a ofrecer la máxima calidad en sus servicios y productos
Cada empresa decide cuáles son los valores que guían sus acciones, pero en general, los valores organizacionales son: Rectitud Honestidad Trabajo en equipo Productividad Confianza Responsabilidad Eficiencia
Valores Organizacionales Honestidad: sinceridad y transparencia en todos nuestros actos. Trabajo de Equipo: fomentar el compañerismo, la humildad, la disponibilidad, y la comunicación entre todos los empleados de la empresa.
Lealtad: ser fiel a nuestra compañía y a nuestros valores organizacionales. Respeto: a nuestros grupos de interés (clientes, empleados e invitados) Eficacia: realizar nuestro trabajo eficientemente para lograr el objetivo deseado. Calidad: realizar las cosas bien y a la primera vez cumpliendo y excediendo las expectativas de los clientes.
Responsabilidad: cumpliendo con las funciones encomendadas en tiempo y forma Justicia: dar a cada quien lo que merece siendo prudente en actos y tomas de decisiones. Creatividad e innovación: fomentar un ambiente que propicie la generación e implementación de ideas y su reconocimiento, creando una organización capaz de responder a los cambios de entorno.
Orden y Limpieza: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar, con un ambiente de trabajo limpio y adecuado.