i
6 Dos patrones culturales medulares y la difusión de valores a través de su frontera1 INTRODUCCIÓN2
El estudio objetivo de lo que se ha venido llamando el carácter nacional requiere que se investiguen los valores que ejercen su influencia sobre as pectos importantes de la conducta. El estudio objetivo de los valores no es de por sí una fácil tarea. Su dificultad, sin embargo, puede ser evitada a tra vés del estudio del mismo fenómeno social en dos culturas diferentes. Al hacer esto, los valores prevalecientes en cada cultura pueden quedar con trastados. Es precisamente siguiendo esta línea de razonamiento que hace uno o dos años nos avocamos al estudio comparativo del concepto de “el respeto” en dos culturas distintas: la de México y la de los Estados Unidos de América. La palabra respeto fue seleccionada para el estudio porque, junto con las palabras amor, autoridad, amistady deber, es uno de los motivos cen trales que mantienen unida a la sociedad humana. Es más, había razón de pensar pensar en que que la relación re lación del del resp res peto es en cierta cierta for ma difer diferente ente - mane ma ne ras distint distintas as de sentir y actuar- en los Estados Unidos Unidos y en L atinoamérica. atinoamérica. A un c uando ua ndo la pala pal a bra br a e s pañ pa ño la r espet es petoo y la palabr pal abr a ing les le s a “res “re s pect” pec t” son s on idénticas en origen, muy semejantes en forma y similares en su definición 1Los estudios correspondientes a los capítulos 5 y 6 han sido realizados por los doctores Robert F. Peck, del Departamento de Psicología Educacional de la Universidad de Texas, y Rogelio Díazíaz- Guerrero, Guerrero, Jefe Jef e de la Sección Sec ción de de Psicolog Ps icolog ía Experim Ex perimental ental y Métrica Métrica de la Pers onalidad del Labo L abo ratorio de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. 2Estos estudios (caps. 5 y 6) fueron parcialmente subvencionados por la Hogg Foundation for Mental Health, de la Universidad de Texas, y por CISAC de Monterrey, N. L. Fueron presentados como ponencias en el VII Congreso Interamericano de Psicología. Se agradece la amplia cooperación brindada a esta investigación del licenciado Raúl Pous Ortiz, Director de la Escuela Nacional Preparatoria, y de los psicólogos Olga Loredo, Oscar de la Rosa, Mario Cicero, Ángel Vizcaíno y Roberto Moctezuma, Moctezuma, del doctor doc tor Luis Luis Gamiochipi y del profes or Rafael Navarro, Navarro, miembros miembros del cuerpo cuerpo de orientadores de la misma institución.
86
SEGUNDA PARTE
del diccionario, los patrones reales de conducta y las asociaciones con ceptuales ceptuales características c aracterísticas de de estos tér minos minos podr podr ían, seg ún pensamos, pensamos, dife rir significativamente en las dos culturas. En un principio, decidimos comparar dos centros urbanos bastante ale jados ja dos el uno del otro, otr o, la c iudad iuda d de Méx ico ic o y la c iudad iuda d de A ustin, usti n, T ex exas. as. Recientemente, sin embargo, con la ayuda y el apoyo de colegas en Mon terrey, México y Edimburgo, Texas, pudimos obtener los resultados de una investigación inves tigación idéntica idéntica a la anter anter iormente r ealizada de de estas estas dos áreas áreas fronte f ronte rizas, lo que nos ha permitido indagar la posibilidad de una difusión recípro ca de valores en la zona de transición de las dos sociedades. Numerosos hechos sugieren que tal difusión debería de estar presente y ser observable. Históricamente, Texas fue inicialmente habitada por mexica nos. La influencia de la herencia sociocultural mexicana es todavía bastan te pronunciada en el Valle del Río Grande, de Texas (Río Grande Valley), y se extiend ex tiende, e, aún con co n fu f uerza, hacia hacia el norte, norte, hasta San A ntonio. A demás, demás, y des de entonces, la emigración a través de la frontera ha continuado en ambas direcciones. Al presente, muchos mexicanos trabajan y viajan en los Estados Unidos, mientras que muchos norteamericanos participan en la actividad de México, especialmente en Monterrey. Es más, en otras partes de la Repúbli ca Mexicana la gente de Monterrey es a veces percibida como “americaniza da”. En forma semejante, el sur de Texas tiene un tanto del sabor y de la atmósfera del “viejo México” para la mayor parte de los norteamericanos. POBLACIÓN DEL ESTUDIO
Parcialmen Parc ialmente te porque son acces ibles ibles y cooperat cooperativos ivos,, pero también porque porque representan a los líderes futuros y son los formadores de la opinión de sus sociedades, estudiantes universitarios fueron seleccionados para el estudio. Más que otra cosa, debería esperarse que hubiese semejanza en su prepara ción intelectual y en su origen socioeconómico. Estas semejanzas podrían aun opacar las diferencias nacionales. Por lo tanto, las diferencias en valora ción que se encontrasen tendrían buena probabilidad de ser genuinas y, en todo caso, se deberían anticipar mayores diferencias si poblaciones no estu diantiles fuesen las que se compararan. Se diferenció a siete grupos distintos en la investigación, y éstos fueron tratados separadamente en el análisis. Helos aquí: á) Estudiantes de la Pre paratoria de la Universidad Nacional de México; 6) estudiantes de Norma! Superior Superior de una escuela cercana cer cana a la ciudad de Méx ico; c) estudian estudiantes tes del Ins Ins tituto Tecnológico de Monterrey y de una escuela preparatoria para mujeres en la misma ciudad; d) estudiantes de ascendencia mexicana en el Panamerican College, de Edimburgo, Texas; e) estudiantes de ascendencia anglosa jona jo na en el Panamerican College; f) estudiantes de nivel comparable a la Pre paratoria mexicana, de la Universidad de Texas, y g ) estudian estudiantes tes que tomabai to mabai un curso universitario de pedagogía en la Universidad de Texas. El numere exacto de cada sexo en cada grupo es mostrado en la tabla I.
86
SEGUNDA PARTE
del diccionario, los patrones reales de conducta y las asociaciones con ceptuales ceptuales características c aracterísticas de de estos tér minos minos podr podr ían, seg ún pensamos, pensamos, dife rir significativamente en las dos culturas. En un principio, decidimos comparar dos centros urbanos bastante ale jados ja dos el uno del otro, otr o, la c iudad iuda d de Méx ico ic o y la c iudad iuda d de A ustin, usti n, T ex exas. as. Recientemente, sin embargo, con la ayuda y el apoyo de colegas en Mon terrey, México y Edimburgo, Texas, pudimos obtener los resultados de una investigación inves tigación idéntica idéntica a la anter anter iormente r ealizada de de estas estas dos áreas áreas fronte f ronte rizas, lo que nos ha permitido indagar la posibilidad de una difusión recípro ca de valores en la zona de transición de las dos sociedades. Numerosos hechos sugieren que tal difusión debería de estar presente y ser observable. Históricamente, Texas fue inicialmente habitada por mexica nos. La influencia de la herencia sociocultural mexicana es todavía bastan te pronunciada en el Valle del Río Grande, de Texas (Río Grande Valley), y se extiend ex tiende, e, aún con co n fu f uerza, hacia hacia el norte, norte, hasta San A ntonio. A demás, demás, y des de entonces, la emigración a través de la frontera ha continuado en ambas direcciones. Al presente, muchos mexicanos trabajan y viajan en los Estados Unidos, mientras que muchos norteamericanos participan en la actividad de México, especialmente en Monterrey. Es más, en otras partes de la Repúbli ca Mexicana la gente de Monterrey es a veces percibida como “americaniza da”. En forma semejante, el sur de Texas tiene un tanto del sabor y de la atmósfera del “viejo México” para la mayor parte de los norteamericanos. POBLACIÓN DEL ESTUDIO
Parcialmen Parc ialmente te porque son acces ibles ibles y cooperat cooperativos ivos,, pero también porque porque representan a los líderes futuros y son los formadores de la opinión de sus sociedades, estudiantes universitarios fueron seleccionados para el estudio. Más que otra cosa, debería esperarse que hubiese semejanza en su prepara ción intelectual y en su origen socioeconómico. Estas semejanzas podrían aun opacar las diferencias nacionales. Por lo tanto, las diferencias en valora ción que se encontrasen tendrían buena probabilidad de ser genuinas y, en todo caso, se deberían anticipar mayores diferencias si poblaciones no estu diantiles fuesen las que se compararan. Se diferenció a siete grupos distintos en la investigación, y éstos fueron tratados separadamente en el análisis. Helos aquí: á) Estudiantes de la Pre paratoria de la Universidad Nacional de México; 6) estudiantes de Norma! Superior Superior de una escuela cercana cer cana a la ciudad de Méx ico; c) estudian estudiantes tes del Ins Ins tituto Tecnológico de Monterrey y de una escuela preparatoria para mujeres en la misma ciudad; d) estudiantes de ascendencia mexicana en el Panamerican College, de Edimburgo, Texas; e) estudiantes de ascendencia anglosa jona jo na en el Panamerican College; f) estudiantes de nivel comparable a la Pre paratoria mexicana, de la Universidad de Texas, y g ) estudian estudiantes tes que tomabai to mabai un curso universitario de pedagogía en la Universidad de Texas. El numere exacto de cada sexo en cada grupo es mostrado en la tabla I.
87
Tabla i. Respetar? Sujetos y tamaño de las muestras. Grupo
Hombres
Mujeres
Texas, estudiantes de pedagogía Texas, J únior College, Arts Arts and a nd Scien Sciences ces Edimburgo, anglosajones Edimburgo, latinos Monterrey Ciudad de México, Preparatoria Ciudad de México, Normal
36 176 100 100 114 216 114
228 164 99 99 86 82 200
264 340 199 199 200 298 298 314
Totales
856
958
1814
Toral
Un buen número de los estudiantes de la Un Universidad iversidad Nacional Nacional de México vienen de la provincia, de tal manera que nuestra muestra indudablemente incluyó algunos provenientes de los Estados del Norte de México. En forma semejante, semejante, los estudiantes estudiantes que que vienen vi enen a la Univer Universidad sidad de de Texas, T exas, lo hacen hace n tan to de todas partes del Estado como de muchas partes de los Estados Unidos. A lgunos lg unos de los incluido inc luidoss en este estudio es tudio indudable induda bleme mente nte v inier on de áreas re as fronterizas con México, aun cuando esto no fue investigado. De una u otra manera, tales factores tenderían a reducir las diferencias entre las muestras de la Universidad de México y la Universidad de Texas, y entre estas mues tras y las muestras fronterizas, tanto de Monterrey como de Edimburgo como se verá después. MÉTODO
Se elaboró una escala que contenía veinte posibles significados diferen tes, tes, que que podrían podr ían ser asociados asocia dos con la palabr palabraa resp res peto. Durante la estancia del doctor DíazDíaz- Guerrero Guerrero como co mo profesor profe sor visitante visitante del Departamento Departa mento de Psicolo Ps icolo gía de la Universidad de Texas, elaboramos este cuestionario, originalmente en el idioma inglés, y luego preparamos su versión española. Se hizo todo lo que estuvo de nuestra parte por obtener traducciones con significados semánticos idénticos, lo cual no siempre fue lo mismo que una traducción lingüística literal. Enseguida, se observa una reproducción, en pequeñ pequeño, o, del cuestionario utilizado en el es tudio, tudio, y en la página página 88, la ver sión inglesa del mismo. Respet espet ar : un est est udio d e signif signif icados
Nombre _____________________________ Edad ________________________________ Fecha Fecha ___________________ _________ ____________________ ____________ __ Escuela
Sexo Sexo ___________________ _________ ___________________ _____________ ____
88
SEGUNDA PARTE
La palabra "respetar" riene varios e imporranres significados. No rodo el mundo usa la palabra en la misma forma. Abajo hay una lisra de veinre diferentes formas en que la palabra "respetar" podría ser usada. Marque una cruz en aquellas afirmaciones que de acuerdo con lo que piense, representen usos apropiados de la palabra "respetar". En la afirmación donde según su criterio no implique el sentido de "respeto", deje el espacio en blanco. In s t r u c c io n es :
____ 1. ____ 2. ____ 3. ____ 4. ____ 5. ____ 6. ____ 7. ____ 8. ____ 9. ____ _10. ____ _11. ____ _12. ____ _13. ____ _14. ____ _15. ____ _16. ____ _17. ____ _18. ____ _19. ____ _20.
Admirar a alguien a quien consideramos superior. Reverenciar sumisamente a alguien. Temer a alguien. Amar a alguien. Tener la voluntad de tratar a otro con igualdad. Dar oportunidades a otro. Sentir afecto. Sentir admiración por alguien. Anticipar un cierto grado de protección de parte de la persona respetada. Anticipar la posibilidad de castigo de parte de la persona respetada. Sentir algo de acritud protectlva hacia la persona respetada. Tener aversión a alguien. Evitar atropellar los derechos de otro. Sentir el deseo de obedecer a alguien. Sentir como que se riene que obedecer a alguien, queriendo o no. Sentir que es un deber obedecer a alguien. Ser considerado de los sentimientos de otra persona. Ser considerado con las ideas de otra persona. No inmiscuirse en la vida privada de otro persona. Evitar interferir en la vida de otra persona. Respect : A St udy o f M eaning
Name _______________________________
Age _________________________________
Dare ________________________________
Sex _________________________________
College _____________________________ The word "respect" ha several important meanings. Nor everybody uses the word in the same way. Below is a list of 20 different ways in which the word "respet" might conceivably be used. Please place a check mark in front of those statements that seem to you ro represent appropriate uses of the word "respect". Where a statement does nor fir the meaning of "respect", leave the space blank. In st r u c t io n s :
____ ____ ____ ____ ____ ____
1. To look up ro somebody with admiration. 2. To look up ro somebody with awe. 3. To fear somebody. 4. To love somebody. 5. To be willing ro treat someone else on an equal footing. 6. To give someone else a chance.
CAPÍTULO 6. DOS PATRONES CULTURALES
7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. ____ 16. ____ 17. 18. 19. ____ 20.
89
To feel affection. To feel admiration for somebody. To anticipate a certain degree of protection from the respected person. To anticipate the possibility of punishment from the respected person. To feel a certain degree of protectiveness toward the respected person. To dislike somebody. To keep from trespassing on somebody else's rights. To feel you like to obey someone. To feel you have to ovey someone, whether you like it or nor. To feel it is your duty to obey someone. To be considerate of somebody else's feelings. To be considerate of somebody else's ideas. Nor to invade somebody else's privacy. To avoid interfering in somebody else's life.
La versión inglesa fue administrada a las muestras de Austin y de Edimbur go; la versión española fue utilizada en la ciudad de México y en Monterrey. Como se puede ver, se pidió a los estudiantes que simplemente pusie ran una cruz antes de cualquiera de los veinte posibles significados, que pu dieran considerar - de acuerdo con su punto de vista- como atributos o con notaciones de “el respetar”.3 Después de que los resultados de todas las muestras fueron tabulados, se aplicó la prueba estadística F para determinar si había alguna tendencia en algunas de las muestras a marcar consistentemente un mayor o menor número del total de reactivos. No existió semejante parcialidad en el núme ro total de respuestas para ninguna de las muestras, de tal manera que fue po sible establecer una comparación directa de los porcentajes de respuesta a cada reactivo del cuestionario. La tabla II ilustra el análisis estadístico que se aplicó a cada uno de los reactivos. Un análisis de variantes fue realizado en la computadora 1604, de la Universidad de Texas, usando un programa escri to especialmente para este estudio por el doctor Donald Veldman. La línea L, en la tabla II, muestra si existe un efecto linear significativo que diferen cie las siete muestras en una sola dirección; es decir, a partir de los estudian tes de preparatoria de la Universidad de Texas en un extremo a través de las muestras de la frontera hasta las muestras obtenidas en la ciudad de México en el otro extremo. (Véase la tabla de porcentajes o tabla III en donde están precisamente estos distintos grupos ordenados, que indican el porcentaje de respuesta afirmativa de cada uno de ellos para hombres y mujeres, y totales.) La línea C muestra hasta qué punto los grupos de mexicanonorteamericanos de Edimburgo y los de Monterrey combinados difieren significativamente de sus grupos “vecinos”, es decir, los anglonorteamericanos de Edimburgo, por una parte, y los estudiantes de la ciudad de México, por la otra. Las frecuen 3 El lector no interesado en estos aspectos estadísticos técnicos puede brincarse el siguiente párrafo y, sin perder nada de los hallazgos, proseguir la lectura del artículo a partir de “resultados". Encontrará posteriormente lo que significa en palabras claras el resultado de la aplicación de la técnica estadística del análisis de variantes a cada uno de los estímulos en las siete muestras distintas (/V. del A )
90
SEGUNDA PARTE
cias en la tabla de porcentajes o tabla III muestran el porcentaje total de res puestas al reactivo número 1. Tabla II. Análisis ilustrativo de variantes para el reactivo núm. 1. Variable 1: Admiración
Fuentes
Total Interceldillas Grupos Línea L linear Línea C cuadrática Esrudianres de pedagogía de la Universidad de Texas contra esrudianres de preparatoria de la Universidad de Texas Sexo Grupo por sexo Linear Cuadrática Esrudianres de pedagogía de la Universidad de Texas contra esrudianres de preparatoria de la Universidad de Texas Inrraceldillas
Sumas de los cuadrados
Grados de libertad
Cuadrados
Razón F
216.08 27.49 24.89 22.57 1.05
1399 13 6 1 1
0.15 2.11 4.15 22.57 1.05
15.54f 30.49f 165.90f 7.73f
0.72 1.32 1.27 0.59 0.15
1 1 6 1 1
0.72 1.32 0.21 0.59 0.15
5.31* 9.71 f 1.56 4.35f 1.11
0.06 188.59
1 1386
0.06 0.15
0.46
t P < 0.01. * P < 0.05.
Tabla III. Tabla de porcentajes.
Hombres Mujeres Torales
UT-Ed.
UT-As.
Ed-Ang. Ed-Mex.
92.0
86.0
89.0
89.0
80.0
60.0
49.0
77.85
98.0
87.0
96.0
85.0'
88.0
68.0
66.0
84.00
95.0
86.5
92.5
87.0
84.0
64.0
57.5
MTY MC-Prep MC-Norm. Torales
UTEd. = Esrudianres de pedagogía de la Universidad de Texas. UTAs. = Esrudianres de preparatoria (Junior College) de la Universidad de Texas. EdAng. = Esrudianres de preparatoria anglosajones de Edimburgo, Texas. EdMex. — Esrudianres de preparatoria mexicanonorreamericanos de Edimburgo. MTY = Esrudianres de preparatoria de Monterrey. MC. Prep. Esrudianres de preparatoria de la dudad de México. MC. Norm. Esrudianres de la normal de |a ciudad de México.
91
RESULTADOS Los patrones culturales medulares. A excepción de una de las conno
taciones de la palabra respetar, cuando menos una persona de cada grupo marcó todas las connotaciones. (Ni uno solo de los hombres de la Universi dad de Texas marcó el reactivo 12, “aversión”, como uno de los posibles sig nificados de respeto, y sólo cuatro mujeres de esta universidad lo hicieron.) Como se ve, las diferencias entre estos grupos son diferencias de grado y nun ca de desemejanza total. Sin embargo, el análisis de variantes mostró la exis tencia de importantes diferencias de grado, estadísticamente significativas, en tre los siete grupos, ¡en 19 de las 20 connotaciones! A fin de elaborar un cuadro claro del patrón medular de valores en las dos sociedades, se diseñó en primer lugar la tabla IV. Esta tabla muestra que los estudiantes de la Universidad de Texas, eligieron seis de los reactivos o connotaciones (1, 5, 6, 8, 17, 18) significativamente más a menudo que los estudiantes del área de la ciudad de México. Por el contrario, los estudian tes mexicanos marcaron significativamente más a menudo que los estudiantes de Austin los siguientes reactivos o connotaciones: 4, 7, 9, 11, 12, 13, 15, 16, 20. Además, los reactivos 2 y 3 fueron marcados mucho más a menudo por el grupo de Monterrey que por el grupo de la Universidad de Texas, por lo que, en una forma quizá marginal, pudiesen ser considerados como parte de la constelación mexicana. Si leemos las connotaciones sintetizadas de las dos mitades de la tabla IV, un contraste interesante en la relación de los patrones aparece. El patrón norteamericano (texano sería quizá un término más limitado, pero más a sal vo de críticas de generalización) describe la relación de respeto como una re lación entre iguales. Tal parece que se puede admirar y considerar a otra persona como superior, tal vez en un atributo específico, sin sentirse general mente inferior o subordinado. En verdad se da la sensación de seguridad y confianza en el énfasis de dar a otra persona “oportunidad” y en el ser con siderado de sus sentimientos y de sus ideas. Mucho menos a menudo que los mexicanos, los estudiantes texanos asocian el “respetar” con la idea de la obe diencia o de la protección. Muy raramente lo relacionan con aversión y con temor, en menos números que los estudiantes de Monterrey. De hecho, la re lación del respeto está mucho menos impregnada de emoción personal in tensa para los estudiantes texanos. Aun cuando la diferencia es sólo de gra do, sí parece existir un patrón consistente en el que hay relativamente un sentimiento impersonal Qdetached) ante el dar y recibir democrático entre iguales, cuando los estudiantes de Texas delinean la relación al respeto. El patrón mexicano aparece igualmente consistente y bastante diferen te. Pinta el respeto como una relación extremadamente íntima, que involu cra en alto grado fuertes sentimientos personales. Para algunos, parte de este sentimiento es negativo, en oposición a las muy positivas emociones de amor y de afecto que son ex presadas por los más. La protección recíproca de las personas en la relación del respeto es otro tema recurrente. Finalmente, hay preocupación considerable acerca de no interferir en la vida de las otras per
92
SEGUNDA PARTE
sonas o de atropellar sus derechos, quizá en peligro mucho más inmediato cuando la vida es tan cercana, cargada de emoción y tan íntimamente entre lazada. En general, el patrón tiende a estar dentro del modelo autoritario. La mayor parte de los mexicanos, por ejemplo, piensan que el respeto involucra un deber positivo de obedecer; de una tercera parte a la mitad de ellos, en contraste con los estudiantes norteamericanos, sienten que el respetar sig nifica que se tiene que obedecer a la persona respetada, queriéndolo o no. Así, en contraste con el patrón norteamericano, la may or parte de los mex i canos pintan a la relación del respeto como una intrincada red de deberes y dependencias recíprocas, engastada en un molde de jerarquías, con fuerte involucración emotiva para respaldarla y - a las veces- para atirantarla. Tabla IV. Respetan el parrón cultural medular en México y en Texas. E.U. (U. de Texas)
México
1. Admirar a alguien a quien consideramos superior. 2. Reverenciar (Monterrey solamente). 3. Temer (Monterrey solamente). 4. Amar. 5. Trarar a otros como iguales. 6. Dar oportunidades o otros. 7. Sentir afecto. 8. Admirar. 9. Anticipar protección de. 11. Sentir algo de actitud protecriva hacia. 12. Tener aversión.* 13. Evitar atropellar derechos. 15. Obediencia queriéndolo o no. 16. Deber de obediencia. 17. Considerado con los sentimientos. 18. Considerado con las ideas de los otros. 20. Evitar interferir en la vida de los otros. * Posteriormente se descubrió que lo mayoría de los sujetos mexicanos no sabian el significado de "tener aversión a alguien'.
Difusión de los valores a través de la frontera. Al hacer un análisis com
pleto de las respuestas de todos los siete grupos estudiados, un buen núme ro de interesantes resultados hacen su aparición en los grupos de las áreas fronterizas. Los diferentes patrones de connotación, se resumen en la tabla
CAPÍTULO ó. DOS PATRONES CULTURALES
93
V, con encabezados que, al pres ente, sólo pueden ser especulativos, pero que parecen razonables. El grupo número 1 consta de 5 connotaciones. La línea de división, esta dísticamente significativa en frecuencia de respuestas, cae en este caso entre las muestras angloamericanas y las muestras mexicanonorteamericanas. T odos y cada uno de los cinco reactivos fueron parte del patrón medular típicamen te mexicano descrito renglones arriba y en la tabla IV. A esta constelación de cinco connotaciones, la hemos designado tentativamente como valores cultu rales. El énfasis recae en la obediencia, en la anticipación de protección, en la preocupación de no invadir los derechos de la persona respetada y en el afecto hacia esa persona. Los mex icanonorteamericanos de Edimburg o han retenido estos valores mexicanos. El grupo número 2 incluye seis connotaciones en las cuales los mexicanonorteamericanos de Edimburgo responden como los anglonorteamericanos de allí y de Austin, y en los cuales difieren significativamente de los naciona les mexicanos. En estos valores “típicamente norteamericanos” de igualdad, consideración y admiración (y casi nunca aversión), podría decirse que los estudiantes mexiconorteamericanos de esta área de la frontera se han “aculturado” al patrón medular norteamericano. Si se consideran las diferencias, y aun las contradicciones implícitas en tre los valores del gr upo 1 y del g rupo 2, y el hecho de que los mex icanonor teamericanos de Edimburgo se adhieren a ambos, apenas podría sorpren dernos si tal grupo experimenta algunos de los mismos conflictos sociales y personales que experimentan los miembros de otros grupos nacionales que han emigrado a los Estados Unidos. Sea cual fuere la generación histórica a la que pertenecen, parecen estar en el proceso de encarar el problema de aculturación de la “segunda generación”, lo cual es bastante razonable. La siguiente constelación de connotaciones sugiere que ha habido una difusión recíproca de valores hacia ambos lados de la frontera, aun en la muy restringida área que ha sido explorada por este estudio. Del significado “mexicano” del respeto, el amar, el sentirse protectivo hacia y el evitar in terferir, los anglonorteamericanos de Edimburgo se semejan a los mexica nos en forma significativa, más que lo que se asemejan a los estudiantes de la Universidad de Texas. Tal vez hayan aculturado a la forma y punto de vista mexicana en estos aspectos, y vaya que son aspectos admirables. Por el contrario, en la conno tación de admiración, los estudiantes de Monterrey se asemejan más a los de los Estados Unidos que a los de la ciudad de México. ¿También acul turación? Finalmente, hay dos g rupos de connotaciones que muestr an un patrón interesante y único. Estas connotac iones son eleg idas mucho más a menu do por los individuos de las muestras de la frontera que por los individuos de las muestras medulares de la ciudad de México o de Austin. Es sólo en Monterrey, en el que un número apreciable de estudiantes asocia la idea de respeto con la de veneración sumisa y la de temor. En Edimburgo y en Monterrey existe también una incidencia significativamente más alta de
94
Tabla V. Difusión de valores.
I. México y
o) Valores "culturales". 7. Afecto. 9. Anticipar protección de. 13. Evitar atropellar derechos. 15. Obediencia, queriéndolo o no. 16. Deber de obediencia. b) Valores "difundidos”. 4. Amor. 1 1 Sentir algo de acritud protecriva hacia. 2 0 . Evitar interferir en la vida de los otros. .
Mexicanos en México y en los E.U.A.
Mexicanos, pero participados por los anglosajones de Edimburgo, que se han quizá "aculrurado" al. patrón mexicano en estos respectos.
II. Estados Unidos y
o) Valores "nacionales". 5. Tratar a otros como iguales. 6. Dar oportunidad a otros. 8. Admirar. 12. Tener aversión. 17. Considerado con los sentimientos. 18. Considerado con las ideas de los otros. b) Valores "difundidos". 1. Admirar a alguien a quien consideramos superior.
Norteamericanos, incluyendo los mexicononorteamericanos de Edimburgo que se han quizá "aculrurado” al parrón de los E.U.A. estos respectos.
Norteamericanos, pero participados por los sujetos de Monterrey que se han posiblemente "aculrurado al punto de vista" de los E.U.A. en esre aspecto.
III. Efectos de la frontera y
2. 3. 10. 14.
Reverenciar. Temer. Anticipar castigo de. Deseos de obedecer.
Monterrey (mujeres especialmente), no en los E.U.A. o en lo ciudad de México. Edimburgo y Monterrey, pero no en los E.U.A. y/o en la ciudad de México.
CAPÍTULO 6. DOS PATRONES CULTURALES
95
votos por la “anticipación de cas tig o” y por el “deseo de obedecer ”. Hay en esta constela ción una aura casi sadomasoquista. ¿Podría éste, ser un gr ano más de evidencia acerca del estrés aculturativo que se sufre en las zonas fronterizas? Quizá, pero esto debe mantenerse en el ámbito de la especu lación hasta que se obtenga mayor númer o de hechos. En todo caso - sea esto debido a los efectos aculturativos o a causas distintas- , en estos aspectos específicos los patrones socioculturales norteamericanos y mex icanos se pa recen entre sí, mucho más que lo que se parecen a los de cada una de las na ciones que yacen más allá de su frontera. RESUMEN
Al usar un cuestionar io acer ca de los varios posibles sentidos de la pala bra “res peto”, y al desarrollar y aplicar formas paralelas en español e inglés, dos patrones culturales medulares fueron descubiertos. Uno de ellos, tipifi ca a los estudiantes de la ciudad de México, y otro, a los estudiantes de la Universidad de Texas. El patrón norteamericano fue de un relativamente im personal y confiado “igualitarismo”. El patrón mexicano fue el de una apre tada red de altamente emotiva dependencia recíproca y de sentido del deber dentro de un patrón firme y autoritario. Cuando se añadió el análisis de las muestras obtenidas de la zona fronte riza (Monterrey en México, y Edimburgo en Texas), el análisis de las respues tas sugirió una considerable difusión de los valores a través de la frontera. El efecto más amplio parece ser el de una semiaculturación asimilativa de los mexicanonorteamericanos de Edimburg o al patrón norteamericano. Pero tam bién hay evidencia que sugiere un cierto grado de aculturación de los anglo norteamericanos de la frontera a los valores mexicanos. Un curioso fenóme no resalta, un “efecto de la frontera”, en el cual la gente de uno, o de ambos lados de la misma, resultaron ser más diferentes de cualquiera de los patro nes medulares, que éstos lo fueron entre sí. No podemos sobreenfatizar el que un buen número de las contestaciones de los estudiantes norteamericanos fueron las mismas que las que dieron los mexicanos, y viceversa. Las diferencias que se muestran en las tablas IV y V son sólo diferencias en los patrones modales de las dos culturales; son, sin embargo, diferencias reales y se asemejan además a otras descripciones que se han hecho de ambas culturas. Si los presentes hallazgos tienen algún va lor, es menos por su profundidad limitada, que por el hecho de que son en teramente objetivos en naturaleza, y por las fascinantes preguntas que pro vocan. Apuntan, además, en forma específica a otras áreas sobre las cuales se podrá intentar una investigación más profunda. El método desarrollado para esta investigación se puede fácilmente uti lizar en otras regiones o países. Puede, además, usarse en aquellos lugares en los que otros tipos más complejos de recolección de datos es imposible, y permite el análisis de gran númer o de respuestas a través de las computado ras electrónicas. Como método de encuesta, en gran escala, para suplementar-
96
SEGUNDA PARTE
se con técnicas de investigación profunda aplicables a pequeñas submuestras adecuadamente seleccionadas, indica promesa de ser útil en varios tipos de investigación transcultural. Dentro de sus limitaciones, nos provee con una forma totalmente objetiva de comparar los valores de los integrantes de dos o más culturas, midiendo así las semejanzas y las diferencias de las mismas. En el ejemplo en que se constituye el presente trabajo, nos ha provisto con una esclarecida visión inicial de diferencias culturales en ciertos valores y en cier tas facetas del carácter nacional de mexicanos y norteamericanos. Se podría, claro, utilizar el mismo procedimiento para medir muchos tipos de valores, tales como la “necesidad de superación”, valores económicos definidos, la tendencia afiliativa, y muchos más.
7 Respeto y posición social en dos culturas1 Estudios de Díaz- Guerrero,2A nderson y A nderson3y Madsen, et al.A han indicado que hay una definida diferencia en las anticipaciones interpersona les y en la interacción interpersonal, tanto en la familia, como en la socie dad misma, por lo que se refiere a las culturas mexicana y norteamericana. Los datos reportados por Díaz- Guerrero indican la clara tendencia en la cultura mexicana, que da la supremacía al hombre y la clara tendencia al autosacrificio de la mujer. Ha comparado, además, algunos de los presu puestos socioculturales de mex icanos y norteamericanos acerca de las rela ciones interpersonales. 1En la página 85, ve r las notas 1 y 2 del cap. 6. 2Díaz- Guerrero, R., “Neurosis and the Mexican family structure”, American Journa l of Psychiatry, 112, 6, 1955, págs. 411-417. “Mexican asumptions about interpersonal relations, etc”. A Review o f general s emantics, vol. XVI, num. 2, 1959. Differences in Mexican and U. S. national character and their implications for Public Health practice. Ponencia no publicada, representada en la Conferencia Hidalgo, Edimburgo, Tex.
3Anderson, H. H. y Anderson, G. L., “Cultural reactions to conflict: A study of adolescent children in four countries: Germany, England, Mexico, United States”, The Journal of Social Psychology, 50, 1959, páginas 47-55. “Cultural reactions to conflict: A study of adolescent children in seven countries.” En G. M. Gilbert (ed.), Psychological approaches to intergroup and international understanding: A sympo sium o f the T hird fnteramerican Congress o f Psychology. Interamerican Society of Psychology, Texas, 1966, págs. 27-32. A cros s- national study of teacher- child relations as reported by adoles cent children.
Documento presentado en el 5o. Congreso Interamericano de Psicología. Universidad Nacional A utónoma de México, México, diciembre de 1957. “Symposium on culture components as a significant factor in child development. Image of the teacher by adolescent children in seven countries", A merican Journa l of Psychiatry, 31,3,1961, págs. 481-492. 4 Madsen, W., Society and Health in the lower Rio Grande Valley. The Hogg Foundation for Mental Health, Universidad de Texas, Austin, Texas, 1961. Romano, 0.1 ., Donship in a Mexican- American community in Texas”, A merican A nthropolog ist, 62, 6, 1960, págs. 966- 976. Rubel, Arthur J., “Concepts of disease in Mexican- American culture", A merican A nthropologist, 62, 5, 1960, págs. 795-814.
97
98
SEGUNDA PARTE
Entre muchos otros interesantes datos, el trabajo de los Anderson - tan to publicado como no publicado- indica que los niños norteamericanos an ticipan una relación interpersonal no autoritaria, mientras que los ninos mexicanos a menudo anticipan y fácilmente encajan dentro de relaciones impregnadas de autoritarismo con personas mayores. En una serie de estudios antropológicos, Madsen, et al. se refieren una v otra vez a conceptos como el de “donismo” - el cultivo del don- , respeto para el anciano, predominancia del macho, etc., en la subcultura formada por los mexicanonorteamericanos. Recientemente, Peck y Díaz- Guerrero5han iniciado una serie de estudios acerca de la relación interpersonal conocida con el nombre de “respeto”, y la han investigado en muestras de mex icanos y norteamericanos. Han encon trado, desde luego, que estudiantes mexicanos y norteamericanos apareados en edad, sexo, grado académico y tipo de educación académica conceptualizan en forma extraordinariamente distinta la idea del respeto. Así, en una es cala de veinte preguntas, diseñada para obtener sus connotaciones de la idea de respeto, los sujetos mexicanos y norteamericanos difirieron en forma esta dísticamente significativa en diecisiete. Lo que implica el término respeto es, por lo tanto, bien diferente en las dos culturas. El siguiente paso que ahora reportamos, tiene que ver con la relación que existe entre el respeto y esa interesante construcción empírica Qconstruct) sociopsicológica llamada po sición social (status). Este interesante híbrido de la propia estima y deja inte racción interpersonal social ha sido considerado como una buena medida de lo que las sociedades y las culturas han definido tradicionalmente como o deseable Por lo tanto, aunque sabemos ahora que el respeto tiene diferente signifi cado en las sociedades que estamos es tudiando, podemos partir de la hipóte sis un tanto obvia, de que en ambas sociedades la persona que recibe respeto aumenta, por ese solo motivo, su posición ( status ) dentro de la sociedad. El iniciar la exploración transcultural de la relación entre respeto y posi ción social puede ser una importante avenida para desarrollar la compren sión de problemas de la sociolog ía internacional como uno - ínteresantisimocon el que el doctor Thomas Lagner se tropezó. El doctor Lagner6 estudio, en Nueva York, la ciudad de México y Tehuantepec, grupos de mujeres a fin de comprobar o desechar la hipótesis de que el status social está positiva mente relacionado con la disminución de síntomas neuróticos de tipo hipo condriaco. Pensaba, partiendo de los primeros estudios de Díaz- Guerrero, que dado el bajo status social de la mujer en México, comparativamente con la mujer norteamericana, y dada también la excepción del alto status social de la mujer en Tehuantepec, podría llegar con cierta facilidad a obtener datos que le permitiesen comprobar o desechar su hipótesis. Los resultados de su estudio comprobaron su tesis en general, pero quedó sorprendido y perple5Peck Roben y Díaz- Guerrero, R„Two Core- Culture patterns an d the diffusion o f valúes across their border. Presentado en el 7o. Congreso lnteramericano de Psicología. 6Lagner S. T„ Psycholophysiological symptoms and womens status m two Mexican communities. Original no publicado.
CAPÍTULO 7. RESPETO Y POSICIÓN SOCIAL
99
¡o de que, particularmente en la ciudad de México, no hubiese relación entre la mayoría de las afirmaciones de las mujeres en favor de la igualdad con el hombre y el númer o de síntomas. Uno de nosotros (Díaz- Guerrero) en cor ^es‘ pondencia con el doctor Lagner, le sugirió, antes de obtener los resultados del presente estudio, que la contestación al rompecabezas podría encontrar se en el hecho de que la afirmación de actitudes de igualdad con los hombres - como se percibe en la sociocultura norteamericana- bien pudiese no estar relacionada con un aumento del status dentro de la sociocultura mex icana. E presente estudio muestra, en efecto, que el respeto - un aumento en el presti gio social o status- puede ser dado a las mujeres de Méx ico simplemente por su edad o por la condición de la maternidad, o simplemente porque son mujeres y , a partir de los hechos reportados en este estudio, aun se podría inferir que la mejoría en status derivada de las anteriores actitudes de la sociocultura puede fácilmente entrar en conflicto con mejorías de status derivadas de las actitudes en favor de la igualdad, etcétera. Los sociólogos que, como dice Leonard Broom, están cada vez mas profundamente interesados en el estudio y la aplicación de construcciones científicas Qconstructs'), tales como la consistencia del status o la cristaliza ción del status (status cristalizatiorí), podrían extrañarse del uso que esta mos haciendo aquí del concepto de status. Sin embargo, aun cuando el cri terio que ellos utilizan para definir status es usualmente la ocupacion, grado de educación, la etnicidad, etc., no creo que se opong an al uso en estudios transculturales- de la idea, concepto y práctica del respeto, como criterio de status social. Hasta se podría especular acer ca de la relación que e respeto lleva con esa compleja construcción empírica a la que el sociologo llama con sistencia de status”. Nuestro plan, en este estudio, es el de analizar las frecuen cias con que los estudiantes, hombres y mujeres, de las culturas mexicana y norteamericana, consideran ciertos atributos de los individuos y ciertos pape les que desempeñan como merecedores de respeto. Asumimos, ademas, por la obvia importancia que implica el asumirlo, que quien recibe respeto en una sociedad automáticamente adquiere status o cierto grado de posicion social en la misma. , , Metodología. Este estudio está fundamentado en las respuestas hechas a un cuestionario por 298 estudiantes mexicanos y 340 estudiantes norte americanos. La muestra mexicana consistió de 298 estudiantes de las prepa ratorias de los cuales 216 fueron hombres y 82 mujeres. Los sujetos norteame ricanos provinieron del primero y segundo año del Colegio de Artes Liberales de la Universidad de Texas, y el grupo quedó compuesto de 176 hombres y 164 mujeres. La edad media de ambos grupos resultó también ser muy seme jante y los planes de estudio de los grupos comparados fueron también tan similares como es posible hallarlos en ambas culturas. El cuestionario consistió en una lista de sesenta tipos distintos de papeles o “roles”, como actividades profesionales, educacionales, papeles desarrolla 7
Broom Leonard, “Social differentiation and stratification”, Sociology today,problems and prospects, editado por Robert K. Merton, Leonard Broom y Leonard S. Cottrell, Jr. Basic Books, marzo 1960, págs. 429-441.
100
SEGUNDA PARTE
dos dentro de la familia o las instituciones civiles y religiosas y atributos de personas; como edad, sexo, etc. En la figura 1, vemos una copia (reducida en tamaño) del cuestionario utilizado. Los lectores pueden, al llegar a este cuestionario, realizar un interesan te experimento del conocimiento de su propia sociocultura. Pueden colocar antes de cada uno de los 60 estímulos del cuestionario, en el espacio en blanco que lo precede, las letras AR, si cree que en México los individuos o papeles descritos reciben alto respeto. Las letras RM, si cree que reciben en México respeto medio, y las letras PR, si cree que reciben poco respeto. Luego puede comparar sus resultados con los obtenidos en el presente estu dio, y hasta obtener su propia calificación como conocedor de la sociocul tura mexicana en este aspecto. Así, si acierta en 15 o menos estímulos del cuestionario, su conocimiento será bajo. Si acierta de 16 a 30, será regular. Si acierta de 31 a 44, será bueno, y si acierta de 45 a 60 de los estímulos, será muy bueno. Naturalmente, deberá comparar sus contestaciones con las de los hombres mexicanos o las de las mujeres mexicanas según su sexo. Pue de examinarse también, acerca de su conocimiento de la sociocultura norte americana, contestando al cuestionario, como cree que lo haría un estudian te norteamericano, y luego comparando sus respuestas con los resultados reales y siguiendo una vez más la escala de número de contestaciones y gra do de conocimiento a la que nos hemos referido renglones arriba. A nális is de los resultados . Se ha pensado que, a fin de hacer claramente comprensibles los resultados de esta comparación transcultural, se debería proceder en la siguiente forma. Primero presentar los resultados obtenidos en la cultura mexicana, a fin de obtener una idea global acerca de qué tipo de características humanas o el desempeño de qué papeles merecen respeto en esta cultura. En seguida, exactamente el mismo tipo de análisis se llevará a cabo con los resultados obtenidos en la cultura norteamericana y, final mente, se realizará la comparación transcultural para acentuar debidamen te las diferencias. A fin de cumplir con este programa y de realizarlo con la mayor validez y claridad posibles, hemos hecho dos cosas con los resulta dos. En primer lugar, hemos clasificado los resultados obtenidos en varias categorías, y, en segundo lugar, se ha tenido que hacer una decisión al res pecto de cómo cuantificar la gradación del respeto dentro de ambas culturas. Así, y puesto que encontramos una gran variación acerca de las frecuencias de respuesta afirmativa para cada uno de los estímulos del cuestionario, y que no existe ningún criterio preestablecido para clasificar estas frecuencias de afirmación positiva, se decidió dividir los estímulos en tres grandes cate gorías: 1. Estímulos que recibieron respuesta afirmativa y de modo significa tivo en más del cincuenta por ciento de los sujetos; 2. Estímulos que fueron contestados afirmativamente por la mitad o cerca de la mitad de los sujetos, y 3. Estímulos que obtuvieron contes tación, en forma significativa, dentro de menos del cincuenta por ciento de los sujetos. Para establecer las diferencias estadísticas de estos tres grupos, se utilizó el estatisticum X i cuadrada. V éase ahora la tabla I, pág ina 103 y ex pliquemos la for ma de leerla a fin
101
CAPÍTULO 7. RESPETO Y POSICIÓN SOCIAL
de conocer lo que podemos llamar el “cosmos del respeto” en la sociedad mexicana.8 ¿A quién se le concede respeto?*
Sigue uno'lisro de vorios y de muy diferentes tipos de gentes. Hacia algunos, usted probablem ente pen sará que es apropiado usar la palabra “respeto". H ada otros, puede pensar que es inapropiado. Coloque una cruz en el espacio enfrente de aquellos a los que la palabra "respeto" pudiera aplicar. Deje en blanco rodos los otros espacios. In s t r u c
c io n es ;
1 Sus iguales.
31
Sus jefes.
_____ _____ _____
2. Gente que trabaje bajo sus órdenes. 3. Sus condisa'pulos. 4. Su mamá. 5. Su o sus hermanos menores.
39 33 34 35 36
Sus profesores. Su papá. Su o sus hermanos mayores. Su o sus hermanas mayores. El poliao.
____ _____ _____
ó. 7. 8. 9.
37 38 39 40
Mujeres de edad avanzada. Mujeres maduras. Mujeres jóvenes. Muchachas.
_____ 10. Muchachos.
41
Niñas.
____ 11. Niños. _____ 12. Bebés (niños). 13 Primos de mayor edad. _ 14. Primos de menor edad. ____ 15. Tíos. ____ 16. Abuelos.
49 43 44 45 46 47
Bebés (niñas). Primes de mayor edad. Primas de menor edad. Tíos. Abuelas. Ministros.
48 49 50 51 59 .53 .54
Amigas de mayor Amigas de menor Vecinas de menor Vecinas de mayor Gente rica. Gente pobre. Limosneros.
_____
___
_____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____ _____
17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30.
Su o sus hermanas menores. Hombres de edad avanzada. Hombres maduros. jóven es.
Sacerdotes. Amigos de mayor edad. Amigos de menor edad. Vecinos de mayor edad. Vecinos de menor edad. La Constitución. Gente de clase media. Gente de clase polular. Licenciados. Ingenieros. Artistas. Escritores. Músicos. Obreros.
Figuro
_____ 55. 56 .57 .58 .59 60
edad. edad. edod. edod.
Doctores. Actores. Filósofos. Intelectuales. Obreros especializados. Sirvientes.
Cuestionario utilizado en el estudio.
* Este cuestionario ha sido desarrollado por el doctor Rogelio Díaz-Guerrero, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y por el doctor Roberr Peck, de la Universidad de Texas.
8 Recuérdese que este cosmos del respeto ha sido obtenido de una muestra bastante representativa de los estudiantes del seg undo año de la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México. Récuérdese, que ésta es su visión del respeto; pero recuérdese, además, que son los estudiantes, por lo general, las mentes más claras y que su visión del cosmos del respeto en la cultura mexicana bien pudiese ser la percepción más objetiva posible de la sociocultura mexicana en este respecto.
102
SEGUNDA PARTE
Se observa debajo del título de la tabla, en el centro, la afirmación: cate gorías cualitativas, e inmediatamente debajo de esta afirmación, las distin tas categorías cualitativas que hemos tenido en cuenta en el estudio. De la izquierda a la derecha, estas categorías cualitativas son: eda d y sex o, fam ilia inmediata, familia colateral, amigos, vecinos, ocupaciones, posición eco nómica y datos varios. Sobre el lado izquierdo de la tabla, en la parte supe rior, observamos la afirmación: categorías cuantitativas que se refiere a las divisiones, de alto respeto, de respeto medio y de poco respeto. Así, pues,
si queremos saber el grado de respeto que reciben las características de edad y sexo, veremos en la columna que se encuentra debajo de edad y sexo, y encontraremos que reciben alto respeto los hombres de edad avan zada, las mujeres de edad avanzada, las mujeres maduras, las mujeres jóve nes, las muchachas y los hombres maduros. Bajando verticalmente, vemos que reciben respeto medio: jóvenes, bebés (niñas), y que, siguiendo verti calmente hasta abajo, reciben poco respeto en la sociedad mexicana: niños, muchachos, bebés (niños). En esta misma forma se puede observar el gra do de respeto que recibe la familia inmediata que, como se ve, toda recibe alto respeto. Se podrá observar lo que sucede con la familia colateral, con los amigos, con los vecinos, con las ocupaciones, con la posición económi ca y con los datos varios. En la misma forma que se lee esta tabla I, página 103, que se refiere al “cosmos del respeto, como lo perciben los estudiantes varones mexicanos”, se lee la tabla II, página 104, que muestra el “cos mos del respeto para los estudiantes varones en la sociedad norteamerica na”, la tabla III, página 105, que muestra el “cosmos del respeto de acuerdo con las afirmaciones de las mujeres estudiantes en la sociedad mexicana”, y la tabla IV, página 106, en donde se observa el “cosmos del respeto de acuerdo con las afirmaciones de las mujeres estudiantes de la sociedad nor teamericana”. Las tablas V (pág. 110) y VI (pág. 113) contienen la comparación transcultural. Dado que éste es precisamente el aspecto más importante del pre sente estudio, se describirán estas tablas V y VI en la siguiente sección, don de se hace un análisis y una discusión de los resultados de la comparación transcultural. Comparación transcultural. Analicemos ahora las diferencias estadísti camente significativas en la comparación transcultural. En la tabla V, (pág. 110), tenemos la comparación de los estudiantes varones mexicanos con los estudiantes varones norteamericanos. En ella se ha hecho un esfuerzo por presentar todos los datos clasificados y valorados. Así, se observará que ade más de hacer las comparaciones dentro de las categorías cualitativas con las que nos hemos familiarizado, se indica, con un más o menos, a quién favore ce o a quién desfavorece la diferencia, e inmediatamente después del signo, la categoría cuantitativa a la que pertenece el dato en cada sociedad. Vemos así, claramente, que aun cuando, por ejemplo, en ambas sociedades se res pete altamente (AR) a los hombres de edad avanzada, tales son significati vamente más respetados en Méx ico ( + ) que en los Estados Unidos ( — ). También se observará que, en otros casos, como el de los jóvenes, a quienes
103 l§ o
^) i/i i/i ¿"=^ Q
to -S
2 (U D CUvQTi
o* — ' w ^ ^ /ci« «'□ /> § fb 25 o
c o o '! 1 21
fe i= -D 'O o
to -o
0) O a; “ £ -b _* O c o c _
O
(D 2 'S
D
11 Qj O
»_ o O D a
a t ■§ s
0; C «
o
O
O
a;
o
£ Sí
i/i 2
£o ^t? t> '.y ^ ai
oi/i -8 y £ & Qj o y 4?
O- lu/l 2 P .Si, O
o i/i -o a> o
LO O O T) ü| (D .Q — u c & a3 u _o
£ .9 0¿ úo £o l'ê í £ ? .y
S
LÎJ O S ¿ó O
§ 1?
C
>^x) 5~ o o1
Ç
8 g "8 ÿ g 12
> O .Oí
5
È
>
o
o g! tñ o iz
tj
< <
a;
_
~o
i/l o
O p T) c ï a
ÿ E ï
>
I QJ 0 &8 1 -8 8 Ö2o a; "Ü f- iM /ll £ c o O (1) £ "O "O _ ? eg •S 5 ° _-
ñ i/l o § o C U o C
Jx-D on O fri P ai
O -n Ü3 >.^ O /-i o en „
9 xi ¥
8 ‘o 8
o
° ’S
fa, G "o <
G T3 E (1) £ -o g 8 E -8 1 "8
<
fi fil
o
to ■ o i/oi c 8 -o 8 ¡1 >
cu T> O go o
8 S' = Ö C u a> ^
< d
<
<
l/l
LO
CD
(D
O
tu
O
3 i/i ^ -O O - O
W
CJi TD
_o >* . O
(D™ T) D .o o
^ sÜ s“ ■
8 -o
e-o
u
o o
~
u
D O " CÔ c i/i to O jQ N = TD
a S o
O; “ O
ai
8 -o
1|_ E ^ I E *8 I E *8
< *= < t= Oí
2 5 .g <ß 2 5 TJ i/l oE Su O u
C
r\ IO.Ü . P.
O ÍE ,5¿, Oí
o . o
c 'O P ° § G '8. i § e* O XÍ X ^-i Q_ ■O
¡8 viLu
o "O o N
to ^ C Q o O
§ "8
'8 O
?s
aCL i
o a¡
O o>
J
1 8 « -
ri
to
S o
i/i
Cô
■8 2 c 28
jr "8 ° i G
CO a; a3 D'
i/i a; c (U > '.o
o
n
o
o
-C
u to o 5 "O -C Ì u E o D o E X
i/i 2 v(U
9 c d) ^ a
o o to V C l in
to
C
a; t ci
O „ 8 - §2
£Z ^^ a; CD O
Bon
i S 2
S’ai ^ -S
^
P £-0
o dj >~ ■ o uo I M
QJ
d) S' E Si
104
c
I
s e n o r a v ( o n a c i r e m a e t r o n d a d e i c o s o l n e o t e p s e r l e d s o m s o C . I I a l b a T
Q . ^ C O 5 C QJ o' m .aj O & o -O o ~o u C o O ~w O 'O 4 — $ _o1 O UO C3n
o
O
! o .c
§ £ 1 £
O Qj
(U 73
Sc íoS 'gS cS ío. oc Soí SocDa pl *Cg uQ.t
e d s e r n a i d u r s e
D 0) D ul cr di
di
'.O .0
. ) s a i r o t a r a p e r p s a l
c 'O -Q
o .en
6
11 ^ 8
eain 2 Q) oíí1 o jg o a) "P o 0; vi O C
q:
^
Z¡
Ü
d> en
Xo)
U O uj dil ir l.
W en § (1) O “3 O o 8
8 i S i 1u eSn ' Oo ti= - & O ao & Ü3 c s < o
aS p l
Q; ai "O eOn ^o "OO en SL-o o o § E "§ § E "8 > > a; eOn O
o eon O
a;
U -§ >
Ta;D
<¿E 12 >
O £ X) C ¡o O ¡¿ £ 12 >
o £ -o £ § -S a;
Q;
■o ^
T)
eOnO c ^
o ca; ^-2
. o 2 .en o 2 .
E£ » £
d;
a»
"O
"O
EE t
E E Ü¡ < a;
"D *- T>»eOn eOn en 5 d en9 T> < u a ; o n O On S D D £ .O .O < < \=\=£ e ü £ e -8
O
w
r5 p
d; "° r¡ X ) 9 "D
O Offj O
| E "8 I G "8
o
.o
12! 1 $
"O o -S % ^3 Q j
U j
-o
o c g
o
E«E S a i
5 o ai o o •O T) O O en n a N _> D £ "O (D X ) ■ O■ o
X
ff
o
O <= o c
ú ) Cl O Qj
o
en u a; o C r
o
C
uo C uD
O \edn> Q eOn O en d_.> >C iC " C í ir O «C •“ !—QJ tnd) ^c
o o
a; T) Q_ dJ ií1 P a; c ce
cu
CL
O
Cl
105
a§
d)
— v c t
(D
cQ) i-g -O'O 'ffí co
O
o
u
o
O c O O
di u
Q . Q) U
O
o
s e t n a i d u t s e s e r e j u m ( a n a c i x e m d a d e i c o s a l n e o t e p s e r l e d s o m s o C . I I a l b a T
O o c o o
O a» T> a» & D Q_
c o
. ) s o i r o t a r a p e r p s a l e d
o o D (J)
lo lo -5-¿ ,Q=\ lo C U
a ¡
Q.
Q
j c .o O o
ai a;
o o
£ O Q; '□
t
o Q. "o un
O a; o "8 aj o R o o o c(U _-O
z a r c e o
o j3 a
^ O
C
i=
d> .^3 ^ O íó O tj fc CL < <
d e a d d r e s o d n a r a e d n o i n c m e e e V m
ud;
LoO %LT5 OlO^O _ JD
0
3
c
o
C
q
O
S ¡ "8 S i "S
>
1
81 «3
n
>
"O ^
o
£
e a d d; d d "O e r s o d a o n d r o o i g e e a> n m
(D
O ° -o .gi oe u ,S> o S d> £ £ cu <
G
< T3 O
f l
ai
o
a;
■O
T)
LO"O ^r o^9 cu o
e m A m
T3 O
HU Q; lí 1 TD -
w 2 w 2 2 £ o £
O _ _
£ £ I
£
«g .O O , o c S í 'O o ° § 5 £ i c £O '8. o fe cp X-
8! i
*
0) Q. o a]
o O "O O LO O o N Q; 3 N <*• D ■I o X
O o C X
LO LO
O O
o lo ^ 2 "O Q; O
i
Í £
^ ^ '.o :> :>
w
-C
U1 U
_c
£ a; a; o Uo
(U.1,0 u uD > D' > D
o o Qj X
a. d> LO C
c:
) ) s s o s o s s é ñ i é ñ o b i n n ñ e ( b i e ( N B B
o t e p s e r
106
— O lo D C
c: .0
O
s e t n a i d u t s e s e r e j u m (
#
D
È
a»
'O
. ) s a i r o t a r a p e r p s a l e d
a; i/l i/ l O" .Oí, D (U C 0) 5 o cu S 'Ô "Q oó'V . ir .O 'O
P Q Q
g
CU
OO iai/i o"O
O
cu
£ £u O ón
a;
§ vo c: O
>
cu "O
C fe O c fe o a;
ÿ E (U ÿ E í
>
a n a c i r e m a e t r o n
é
e
Q) "O i/i O
(D Q;
2 3 m m EC 00 o pO < < \zz £
d a d e i c o s a l
< d;
d;
0 -o^ a o o >Lt >
1 "8 f
E cu
CL
o t e p s e r l e d s o m s o C . V I
o
cu o.
a l b a T
3 i
o <0
a;
O fe O O fe O .S E "8 .5 E "8
§° 1 £ cu c
co i/l
o
~o T) O in O O X ^ in cu ^ Nc cu o CN (U (U Qj a » • üj «o O o o O ■R 2 o o 3 0, O O X X I e^ I "O o
0 v_
E o E i oE fe E fe o xai 2 o_ ^ X X
£
n e
8 ■o
E E «a; E c cu
o . o c o o ç
'O
ç-§£M
.!? a,
"8 e ê
t/i i/i OO
>
O) a» "O ~o o 28 o o
cu
T) 0 01 o §L§ o £07, E Oí O — g1g> . ^ S
>3
z¡ u
n 2 ^ 2 c CU
■o
o^.O 1o/1 o ° c ¡ 1 2 ‘8 E
c
a,
O ~o ¿i a» o
fe o ô 8 2 C 'o • ’.*£p} fe < 1 ¿i/ i e n __ .o Oí 'O o • Ç LZ ^ < O
2 c Ju 88 S
!
a & w a í c O OP QJ " a E_
£ _o 9.L cQ) C O
Q j
.§ u O
•dD; w DO CQj
O o
C u _c u o o
C u C u D
D
OO
IC 1C
1/1 to o O 1C IC c '' W1 l/l 'CU 'CU i5 O (U CU
CD CD
o o
C U 3? Q . CL) ui C CU <=
ce
QJ CL
CAPÍTULO 7. RESPETO Y POSICIÓN SOCIAL
107
se les da en México un respeto medio (RM) y un alto respeto (AR) en los Es tados Unidos, la diferencia estadística favorece a los Estados Unidos ( + ), sobre México ( — ). Observemos, pues, y discutamos ahora los resultados por categorías cua litativas. Veamos primero la categoría de edad y sexo. No ha dejado de sor prenderme encontrar en ella que los niños, los bebés varones, las mujeres jóvenes, las muchachas, los niños y los bebés hembras merecen menos res peto en los Estados Unidos que en México. De lo que sabemos acerca de la psicología infantil en los Estados Unidos se hubiese esperado lo contrario, particularmente por lo que se refiere a los pequeñuelos. Claro que nuestros datos son datos socioculturales conscientes, y la buena voluntad mostrada por los estudiantes varones mexicanos pudiera no representarse en buenas acciones. Pero siempre queda la impresión de que el problema pudiera ser mucho más complejo. Desde luego hay que recordar que el respetar en los Estados Unidos significa preponderantemente admirar a alguien a quien con sideramos superior, la voluntad de tratar a otros sobre bases de igualdad, el dar oportunidades a los otros, etc., mientras que en México, y de acuerdo con el estudio anteriormente mencionado,9respetar significa preponderantemente amar a alguien, sentir afecto por alguien, dar y recibir protección, etc., y los pequeñuelos tanto como las mujeres jóvenes y las muchachas, etc., podrían difícilmente provocar respeto tipo Estados Unidos, pero en cambio sí, y fácilmente, respeto al estilo de México. Pero quizá haya aquí aguas más profundas. Maslow y Díaz- Guerrero di cen: “El que visita a México pronto se da cuenta de que los niños mexicanos se comportan en forma distinta de los norteamericanos. La impresión general es de que los niños mexicanos se portan mejores, son más corteses... los niños mexicanos parecen resentir menos la autoridad, demandar menos... quejarse menos... llorar menos frecuentemente. .. Ríen más, y parecen go zarse a sí mismos más.. .”10 En la categoría de la familia inmediata, hermanos mayores, hermanas mayores y hermanos menores reciben más respeto en México que en los Es tados Unidos. En ambas culturas, claro, todos ellos reciben alto respeto, lo mismo que toda la familia inmediata. En México, y para los varones de este estudio, hay, ya lo hemos visto, en la categoría de edad y sexo, y lo veremos en otras categorías posteriormente, una decidida diferencia para adjudicar respeto a los extremos de la edad y, claramente, y por lo más independien temente del criterio de edad, aun cuando con una definida tendencia a aso ciarlo con edades tempranas hacia el sexo femenino. Por el contrario, en la mayoría de edad, la diferencia de las culturas parece favorecer la expre sión del respeto al sexo masculino en México. Por lo que se refiere a la familia colateral, abuelos, tíos y tías, poseedo res de alto respeto en ambas culturas, reciben diferencialmente mayor respe 9Peck, Robert y Díaz- Guerrero, R., Two Core-Culture pattems and the diffusion o f valúes across their border. Presentado en el 7o. Congreso Interamericano de Psicología. 10A. H. Maslow y Díaz- Guerrero. Delinquency as a Valué Disturbance, capítulo del libro Festchrift for Gardner Murphy, editores J. G. Pitman y E. L. Hartley, Harper Brothers, Nueva York, 1960.
108
SEGUNDA PARTE
to en México que en los Estados Unidos, y las primas de menor edad reciben, por lo tanto, definido mayor respeto en México que en los Estados Unidos. Las ligeras tendencias hacia lo masculino mayor edad y hacia lo femenino menor edad, en la expresión del respeto en México, se observan aquí una vez más. En la categoría de amigos, los de mayor edad, que son altamente respe tados en ambas culturas, reciben diferencialmente menos respeto en Méxi co que en los Estados Unidos. Esto va en contra de la actitud interpretativa general que hemos venido adoptando. No hay diferencias estadísticas para la población estudiada, en la catego ría de vecinos. En la categoría de ocupaciones, obreros y sirvientes, son altamente res petados en México, y sólo medianamente respetados en los Estados Unidos. Por lo que se refiere a los ministros protestantes, que reciben alto respeto en ambas culturas, son significativamente más respetados en los Estados Uni dos que en México. La categoría de posición económica nos da una serie de muy interesan tes resultados. La gente de la clase media, que es altamente respetada en am bas culturas, lo es significativamente más en México. Por lo que se refiere a la gente de la clase popular y a la gente pobre, son altamente respetadas en México, y sólo medianamente respetadas en los Estados Unidos, haciendo la diferencia estadística entre estos grupos todavía más significativa. Finalmente, la gente rica, que recibe sólo mediano respeto en ambas cul turas, recibe significativamente más respeto en México que en los Estados Unidos. Estas diferencias, por lo que se refiere a la percepción de la relación entre el respeto y la posición económica, junto con las diferencias observa das en relación con las ocupaciones de obrero y de sirviente e interesante mente en relación con la diferencia marcadísima respecto a los limosneros, y que también favorece a Méx ico, en donde hay alto respeto para los mis mos, mientras que en los Estados Unidos existe poco respeto para ellos, son de las más consistentes diferencias que se han encontrado en este estudio particular. Como veremos después, casi las mismas diferencias se observan entre las mujeres estudiantes mex icanas y las mujeres estudiantes norteame ricanas. Es aquí en donde quizá exista una de las más agudas diferencias en el pensar social del mexicano y del norteamericano. Ya habíamos indica do antes que con frecuencia en los Estados Unidos se puede llegar a tomar como sinónimos la caracterización de posición económica y de status. Es precisamente, pues, aquí, donde pueden interferir un gran número de fan tásticas contradicciones, que pudieran llevar a una comunicación bastante errónea, aun a sociólog os de ambas naciones. Hemos indicado con anterio ridad que el respeto se puede considerar como uno de los factores o ingre dientes que intervienen en la producción del status de un individuo en una sociedad determinada. De ser esto así, entonces la gente de bajo status socio económico en México puede tener alto status de respeto social. Esto sería ne tamente contradictorio en la sociedad norteamericana. En donde esta tremen da contradicción entre los sentidos que se dan a la idea de respeto en ambas
CAPÍTULO 7. RESPETO Y POSICIÓN SOCIAL
109
naciones, y en la aplicación del respeto mismo a los individuos pertenecien tes a las culturas, encuentra quizá su más aguda expresión, es en el alto res peto dado a los limosneros por el estudiante varón mexicano y el poco respe to que tales individuos reciben dentro de la sociedad norteamericana. E, in sistimos, en este estereotipo del limosnero, porque precisamente la idea de limosnero en México puede frecuentemente llevar los siguientes ingredien tes: personas que no tendrán nada dentro de la sociedad, que serían una es pecie de cero dentro de la misma, a no ser que reciban un algo de la mis ma sociedad, en términos cuando menos de respeto, etc. Al mismo tiempo, dentro del sentido norteamericano de respeto, que generalmente es dado por demostración de capacidad y de eficiencia, o de superioridad en alguna actividad, y frecuentemente dentro de una actitud en la cual se piensa, en efecto, que todos los seres humanos son iguales y tienen igual grado de opor tunidad, etc., el estereotipo de limosnero es el de individuos que no han apro vechado - como sería probablemente r acionalizada la situación- las oportu nidades que se le han dado para estar en estado de igualdad con los demás. El limosnero, pues, resulta ser una flagrante contradicción a los ideales nor teamericanos. Finalmente, en datos varios, encontramos que la Constitución es altamen te respetada en ambos países, pero significativamente más en México, y que, por el contrario, en México los “iguales” son significativamente menos respe tados que en los Estados Unidos. En este último caso, tenemos la reiteración de que, en efecto, los ideales socioculturales del norteamericano son demo cráticos y ponen su acento precisamente en la igualdad de los seres huma nos. Ciertos aspectos un poquito menos inmediatos a la vida diaria, como son los aspectos un tanto más filosóficos de la Constitución, reciben, quizá por el idealismo teórico del mexicano, mayor respeto en México que en los Es tados Unidos. Pasemos ahora rápidamente a la comparación transcultural de las muje res estudiantes de Méx ico y de los Estados Unidos (tabla VI, pág. 113). Encon tramos en ellas, en primer lugar, que la diferencia respecto a los jóvenes, en el área de edad y sexo, es la única que se mantiene de las que encontramos entre los varones. En este caso, como en el de los varones, los jóvenes en México reciben un respeto medio y, en los Estados Unidos, un alto respeto, de tal manera que la diferencia es definitiva y favorece diferencialmente a la edad juvenil, sobre los extremos de las edades, en los Estados Unidos. Por lo que se refiere a la familia inmediata, en las mujeres mex icanas sólo se encuentra la diferencia de mayor respeto a los hermanos mayores en rela ción con las mujeres norteamericanas. En la familia colateral, encontramos diferencias significativas que favore cen a las mujeres de los Estados Unidos, en relación con el respeto que se da a los primos y primas de menor edad. Pasando a la categoría de amigos, encontramos, una vez más, que la mujer norteamericana es definitivamente más activa en dar respeto, en esta área, que la mujer mexicana, de tal manera que los amigos de mayor edad, los amigos de menor edad y las amigas de mayor edad reciben respeto dife-
Tabla V. Comparación rransculrural (varones esrudianres de las preparatorias en México y los EU.). Méx.
Edad y sexo
+ o C. — R C.
Hombres de edad avanzada + — Jóvenes Niños + Bebés + (niños) Mujeres jóvenes + Muchachas + Niñas + Bebés (niñas) +
E.U. + o C. — Fomilio R C. inmediaro
AR — AR RM + AR PR — PR PR — PR AR — AR AR — RM AR — PR
Méx.
+ + o C. o C. — — Familia R C. R c. colateral
+ + o C. o — — R C. R
+ AR — AR
Abuelos Tíos Tías Primas de menor edad
E.U.
Méx.
E.U.
c.
Amigos
+ + o C. o C. — — R C. R C.
+ AR _ AR + AR — AR + AR — AR
Amigos de mayor edad
— AR + AR
C.
+ AR — RM
+ AR — AR
+ AR — AR
RM — PR
Méx. E.U.
Vednos
Hermanos mayores Hermanas mayores Hermanas menores
Méx. E.U.
+ + o C. o C. — — R C. R c. Ocupaciones Obreros Sirvientes Ministros protestantes
Méx. E.U.
+ + o C. o C. — — Posición R C. R C. económica + AR — RM + AR — RM
— AR + AR
Gente de clase media Gente de clase popular Genre pobre Genre rica Limosneros
Méx.
Méx.
EU.
+ + o C. o C. — — R c. R c. Daros varios
+ AR — AR
La Constitución Sus iguales
E.U.
+ + o C. o C. — — R c. R c. + AR — AR — AR + AR
+ AR — RM + AR — RM + RM — RM + AR — PR
AR = Alro respeto. RM = Respeto medio. PR = Poco respeto.
+
o — = Más o menos respero en lo culturo dodo. R C. C. = Categoría cuantitativa del respero en la cultura dada. Las diferencias en los culturas anotadas en la tabla son rodas estadísticamente significativas a la prueba de la X¡ cuadrada y a un nivel de 0.05 o más.
CAPÍTULO 7. RESPETO Y POSICIÓN SOCIAL
111
rencialmente mayor de parte de la mujer norteamericana que de parte de la mujer mexicana. En la categoría de vecinos, de nuevo las mujeres norteamericanas mues tran mayor respeto por las vecinas de mayor edad y por las de menor edad, que las mujeres mexicanas. En el área de ocupaciones, las diferencias son múltiples, y casi en to dos los casos favorecen a la mujer norteamericana que, aun cuando como la mexicana da alto respeto a la mayoría de las siguientes ocupaciones, les da significativamente mayor respeto. Las ocupaciones referidas son las de sacer dote, ministro, protestante, licenciado, ingeniero, artista, doctor e intelectual. En cambio, hay claras diferencias en el grado de respeto que reciben obreros y sirvientes, y éstos son a favor de la mujer mex icana. Al pasar a la posición económica nos encontramos con diferencias muy se mejantes a las que ya habíamos indicado para los varones. En este caso, la mu jer mex icana respeta significativamente más que la norteamericana a la gente de la clase popular, a la gente pobre, a la gente rica y a los limosneros. Finalmente, en los datos varios la norteamericana respeta significativa mente más a sus iguales y a sus condiscípulos que la mujer mexicana. Quizá no haya escapado a nadie, y es este punto uno de los resultados más nítidos de este estudio, que el estudiante varón mexicano de las prepa ratorias sea tan definitivamente más activo por lo que se refiere al designar quiénes deban recibir respeto, que el estudiante varón norteamericano. Y no es nada menos punzante el darnos cuenta de que, por lo que se refiere a las mujeres estudiantes, son las norteamericanas las que en forma definitiva pa recen establecer, activamente, en relación con las mexicanas, mayor núme ro de áreas en donde el respeto deberá ser concedido. Posteriores análisis intraculturales, en los que se compararán el hombre y la mujer de la cultura mexicana y el hombre y la mujer de la cultura norteamericana entre sí, nos indicarán en dónde existe, fundamentalmente, la diferencia. Los primeros re pasos de los datos parecen indicar, sin embargo, que la gran diferencia exis te entre la actitud extremadamente activa del varón mexicano al designar los entes de su sociedad que deben recibir respeto, y la actitud altamente pasi va de la mujer mexicana al respecto, mientras que en la sociedad norteame ricana, tanto el hombre como la mujer, parecen ser activos, si bien posible mente en forma diferencial de las áreas en donde el respeto deberá de con cederse. De todas maneras, y por lo que se refiere a la presente comparación transcultural de las mujeres mexicanas y norteamericanas, observamos que sus diferencias en relación con las características de edad y sexo y de fami lia inmediata son bastante pequeñas, y en donde se nota una gran actividad, y muy superior actividad de parte de la mujer norteamericana, es por lo que se refiere a algunos aspectos menores de la familia colateral, y, sobre todo, a los aspectos de s ocialización con individuos externos; como son los amigos en general, las vecinas, los vecinos y particularmente los personajes sig nifica tivos de la religión y de las profesiones. Esta diferencia a favor de la mujer norteamericana nos indica el alto grado de socialización que ésta ha alcanza do en relación con la mujer mexicana, que interesada fundamentalmente en
SEGUNDA PARTE
la familia inmediata y en los seres cercanos a ella, si bien no más en absolu to que la norteamericana, parece actuar alejada de todos estos otros persona jes ex ternos; como son amigos, vecinos, entes religiosos y profesionistas. Es ésta una interesante diferencia captada a través de este estudio de la adjudi cación del respeto en ambas culturas. En forma sucinta podemos decir, pues, que este estudio ha tratado de esclarecer, en primer lugar, las diferencias que existen en la adjudicación del respeto, en la sociedad norteamericana y la sociedad mexicana. Que en se gundo lugar esta diferenciación ha sido hecha a partir de datos obtenidos a través de un cuestionario, y que han sido aplicados a estudiantes de las prepa ratorias de México y de los Estados Unidos. En tercer lugar, que este trabajo ha demostrado, fuera de toda duda, que existe gran número de diferencias en la adjudicación del respeto en ambas culturas, y tanto para los hombres como para las mujeres. En cuarto lugar, se debe indicar que las diferencias por lo que se refiere a los varones estudiantes nos indican que el var ón mex icano ad judica respeto en forma difer encialmente mayor a los ex tremos de la edad cronológica, habiendo cierta tendencia a considerar a los varones de mayor edad como de más respeto, y a las mujeres de menos edad como recipientes de mayor respeto; además, que, por términos generales, el sexo femenino re cibe mucho mayor respeto de parte del varón mexicano que del norteameri cano. Por lo que se refiere a otro aspecto importante, como es el de la rela ción de la posición económica y la ocupación al respeto, se encuentra una definitiva tendencia que favorece al varón mex icano a respetar a las gentes de todas las clases sociales, haciéndose particularmente clara la diferencia en el respeto que se adjudica a la gente de la clase popular, a la gente pobre y a los limosneros, así como a ocupaciones de poca potencialidad económica; como son las de obreros y sirvientes, y que además, la gente rica en México parece recibir, en forma que en principio pudiera parecer contradictoria, pero que no lo es en el fondo, mayor respeto en México que en los Estados Unidos. En cambio, la diferencia favorece a los Estados Unidos cuando se trata de adjudicar respeto al hombre joven y a los iguales así como - en cierta forma inesperadamente- a los amigos de mayor edad. En quinto lugar, que en las mujeres se observa una interesante superio ridad en la adjudicación de respeto por parte de la mujer norteamericana, y que esta adjudicación parece caer fundamentalmente en aspectos de mayor socialización de la mujer norteamericana, que adjudica respeto cuando me nos en igualdad con la mujer mexicana a la familia inmediata, etc., pero que adjudica también respeto a personajes más lejanos del grupo social; como son amigos, vecinos y personajes en profesiones o en comando de las activi dades religiosas. En cambio, se observa que la actitud de respeto en relación con la posición económica sigue presentando la misma diferencia que pre sentaba entre los varones, y que la mujer mexicana también parece mostrar diferencialmente mayor respeto a la gente de la clase popular, gente pobre y limosneros, así como a obreros y sirvientes, que la norteamericana. En sexto lugar, que el respeto que hemos venido estudiando pudiera dar se en la sociedad norteamericana por lo que los individuos realicen o pro-
Comparación rransculrural (mujeres esrudianres de las preparatorias en México y los
Méx.
Familia inmediara Hermanos mayores
Familia colorerai. Primos menor edad Primos de menor edad
Posición económica
KDC
Sacerdotes Minisrros protestantes Licenciados Ingenieros Artistas Doctores Intelectuales Obreros Sirvientes
Gente de dase popular Gente pobre Genre rica Limosneros
Amigos Amigos de mayor edad Amigos de menor edad Amigas de mayor edad
Daros varios Sus iguales Condis a'pulos
= Alto respeto. RM = Respeto medio PR = Poco respeto.
AR
+
— = Más o menos respeto en lo cultura dada I C = Categoría cuantitativa del respeto en la cultura dado. Las diferencias en las culturas anotados en lo tabla son rodas estadísticamente significativas a lo prueba aaifroda y a un nivel de 0.05 o más.
114
SEGUNDA PARTE
duzcan, y que en la mexicana parece darse, a menudo, por los dictados mis mos de la cultura. COMENTARIOS POR R. DÍAZ-GUERRERO
En otros trabajos, unos publicados ,11 otro presentado oralmente12 y el fundamental por publicarse,13me refiero a lo que he venido llamando las pre misas socioculturales. Pienso que ellas son el motor máximo que, escondido en la urdimbre de la personalidad, determina las conductas verbales, y a me nudo las acciones que han llevado a variados autores a hablar de un carácter nacional. En esta ocasión, quiero hipotetizar la existencia de cuando menos dos premisas o presupuestos socioculturales en el mex icano que - según yo pienso- pudieran esclarecer su tipo de respeto. La primera de ellas sería: “Los valores ‘humanos’ son más importantes, cuando de respeto se trata, que los económicos”. Ahora bien, si la premisa norteamericana fuese la opuesta, me permitiría hasta hipotetizar que una de las graves dificultades que los norteamericanos tienen en hacer amigos inter nacionalmente resultaría de ella. A ún más, si tal premisa existiese, semiconsciente o aun inconscientemente, en la sociocultura norteamericana, nada me ex trañaría que el problema de la discriminación racial se ligase a la misma. Sin embargo, no creemos que se pudiese decir simplemente que el presupuesto sociocultural norteamericano sea de que: “Los valores económicos son más importantes que los valores humanos”, sino que, cuando menos, habría que añadir, ya qu esto lo han demostrado los dos estudios realizados por el doc tor Peck y el que esto escribe, que una profunda premisa sociocultural norte americana bien podría ser la de que “todos los seres humanos nacen iguales, tienen igual oportunidad y, por lo tanto, respetaremos sólo a los que aprove chando tales oportunidades se hagan económicamente fuertes”. Lo doloroso es que este hermoso idealismo de la igualdad pudiera ser el culpable, parcial mente, de conducir o provocar premisas o presupuestos socioculturales pare cidos a los de “los valores económicos son más importantes que los valores humanos”, y luego a la apariencia sociocultural externa que hace que motes de imperialistas del dólar, etc., parezcan venirles bien a los norteamericanos. Así pues, habría de contrabalancear constantemente los ideales de la igual dad con los ideales humanitarios, que siempre han implicado bastante de pro tección o paternalismo, y no solamente “social”, sino de persona individual humana a persona indiv idual humana. Respecto a esto, ojalá y México des arrolle finalmente una democracia en la que la igualdad crezca paralelamen te al sentido altamente valioso del respeto amoroso y de la recíproca protec 11Díaz- Guerrero, R., “Sy mposium on culture and child dev elopment”, The American Journal of Orthopsychiatry, 31, 3, 1961, págs. 518-520. 12Díaz- Guerrero, R., Differences in Mexican and U. S. national character and their implications for Public Health practice. Ponencia no publicada, presentada en la Conferencia Hidalgo, Edimbur go, Tex. 13Se intitula La sociocultura mexicana y está en preparación.