La entrada al terreno institucional Cristián Varela Introducción Cuan Cuando do un equi equipo po de inve invest stig igac ació ión n tien tiene e como como obje objeto to de es estu tudi dio o a una una institución ya no se trata simplemente de la relación entre el investigador y su obje objeto to,, sino sino de una una relac elació ión n part partic icu ular lar entr entre e grup grupo o e inst instit ituc ució ión. n. Consideradas así las cosas, un primer aspecto a tener en cuenta es que el equipo de investigación es un grupo atravesado por fuertes determinaciones institucionales institucionales su libertad de movimiento se !alla en muc!o restringida por los condicionamientos de la práctica que reali"a. Con lo cual !abría que decir que en una situación de este tipo se trata de la relación entre #por lo menos# dos instituciones$ la que investiga y la investigada entendiendo por la primera no sólo a aquella que encarga o reali"a la actividad, sino antes a%n al conjunto de supu supues esto toss y proc proced edim imie ient ntos os ac acad ad&m &mic icos os y cien cientí tí'c 'cos os inst instit itui uido doss que que constituy constituyen en el marco marco de esa actividad actividad.. (n paso más atrás se encuentra encuentra el conjunto #abierto e impreciso# de encargos y demandas sociales que orientan toda investigación. Investigar instituciones sin prestar atención a la dimensión social e institucional de la investigación forma parte de lo que Lourau )*++denomina los actos fallidos e la investigación. ues el equipo de investigación no es sólo un grupo de'nido en función de su tarea especí'ca, especí'ca, sino tambi&n un lugar de condensación de esas dimensiones sociales e institucionales. /n la medida en que &stas no se elucidan, se constituyen como presencias ausentes, ausentes, como como reali realidad dades es que integr integran an el campo campo de la invest investiga igació ción n pero pero sin ser atendidas como tales, siempre prontas, por lo tanto, to, a emerger como anali"adores anali"adores o actos fallidos de la investigación. La consideración de la dimensión institucional del equipo de investigación no debi debier era a llev llevar ar a dese desest stim imar ar la dime dimens nsió ión n prop propia ia de lo grup grupal al,, tamb tambi& i&n n implicada en la cuestión pues el equipo es tambi&n un grupo, entendido en t&rminos psicososiales. 0unque siempre atravesado por las determinaciones soci socio# o#in inst stit ituc ucio iona nale les, s, lo grup grupal al pose posee e su prop propia ia fant fantas asmá máti tica ca en tant tanto o encuentro de subjetividades singulares. 1i lo institucional está implicado en lo grupal, lo está más a%n en la dimensión del sujeto, pues si !ay subjetividad es porque !ay institución, por cuanto &sta es causa del sujeto psíquico. 2al como lo e3presa 4a5s )*+67-, la institución antece antecede de al sujeto sujeto tanto tanto lógica lógica como como crono cronológ lógica icame mente nte.. 8o tiene tiene se senti ntido do separar la dimensión de lo subjetivo de lo socio#institucional más que como recorte metodológico. 0islar el psiquismo y considerarlo como una realidad en sí misma, poner entre par&ntesis las relaciones sociales implicadas en toda subjetividad, es un ejercicio que tiene sentido sólo en función de una práctica clínica$ el psicoanálisis. /sa puesta entre par&ntesis es una regla de m&todo para el ejercicio de la cura, pero no debe confundirse lo que es una invención t&cnica con el estatuto propio de lo inconsciente. 9l )ello- es e'ca" en toda relación identi'caciones, proyecciones y transferencias abundan por doquier.
1i se considera una forma social determinada, por ejemplo el equipo de investigación, es evidente que ella implica un conjunto abierto #una trama# de determinaciones sociales, institucionales, grupales y subjetivas )en una enumeración que es sólo una concesión a los modos !abituales de discriminar realidades-. /stas determinaciones están siempre presentes, pero pasan a constituirse como una dimensión otra #negada, implícita, latente, inconsciente, desconocida# tanto más cuanta menor atención se les presta. or ejemplo, en la medida en que se sólo se preste atención a la forma equipo como realidad positiva, esas otras realidades se constituyen como campo de realidades negadas pero operantes. :ic!o de manera inversa, las implicaciones negadas, las implicaciones que no se anali"an, producen su propia e'cacia y pasan a actuar de una manera que resulta ;fallida< vis a vis los objetivos e3plícitos de la investigación y de los investigadores=*>. La e3periencia de supervisar las actividades de grupos que investigan instituciones nuestra cómo el momento de la entrada al terreno se constituye como lugar privilegiado para la ocurrencia de circunstancias fallidas que desorientan respecto de la tarea y que desorgani"an al equipo. /l propósito de este trabajo se orienta a ec!ar algo de lu" al respecto, de manera de brindar algunas se?ales de orientación para los equipos que se inician en la práctica de investigar instituciones. /l acceso al terreno Las resistencias organi"acionales. Los investigadores de terreno que se inician en la práctica de observar el funcionamiento o la vida social de una institución, suelen trope"ar con un primer obstáculo en las puertas mismas de la organi"ación no pocas veces ven trabado el acceso al campo por una serie inacabable de requerimientos burocráticos, inquisitorias, solicitudes de entrevistas, presentación de notas, etc. areciera que desde el momento en que se enuncia la intención de reali"ar una observación, la institución recurre a su fa" más defensiva, se muestra celosa de sí y !asta es posible percibir actitudes paranoides en las conductas de sus agentes. /stas manifestaciones de las resistencias de la organi"ación tambi&n pueden presentarse una ve" que el equipo !a logrado ingresar y se encuentra ya en tarea de observación$ los encuentros previamente acordados con autoridades y responsables se dilatan o suspenden, los miembros o empleados, que en un primer momento mostraron buena disposición, cambian de repente su actitud, etc. . @espuestas maníacas y depresivas. Arente a circunstancias de este tipo, es muy posible que los investigadores noveles e3perimenten la situación como un rec!a"o dirigido al propio grupo, como si se tratara de e3cluirlo, de impedirle la tarea es tambi&n posible que en su fuero íntimo cada investigador viva la situación como una cuestión personal. Como se verá más adelante no se trata de cuestiones personales, pero en la medida en que los investigadores lo tomen así, lograrán constituirla como tal y el problema se irá retroalimentando con las propias actitudes que el grupo devuelva a modo de respuesta. 1e sentirán e3cluidos y sus fantasías de rec!a"o derivarán en conductas regresivas de temor y culpa actuarán de manera temerosa como pidiendo
disculpas y deseando que la situación termine lo antes posible el grupo querrá !uir de a!í. B, por el contrario, esas misma fantasías podrán despertar conductas opuestas, tales como la insistencia algo obsesiva o la agresión mediante el contraataque la institución se le presentará al grupo como un poder al que !ay que vencer, y adoptará así conductas más o menos necias, obcecadas, como quien insiste en atravesar una pared por donde no !ay puerta. :ic!o en buen lenguaje leiniano el grupo corre el riesgo de caer en posiciones maníaco depresivas o bien en posiciones esqui"o paranoides. 0unque lograra acceder al campo, la observación estará ya viciada de entrada, disminuida, por el efecto de ceguera que produce en los observadores el estar mirando de manera temerosa o bien de manera temeraria. /l rec!a"o autocumplido. ero no siempre las fantasías del equipo se disparan como respuesta a las resistencias de la organi"ación. 0 veces los temores comien"an a operar antes de entrar al campo, en el momento mismo de la elección del lugar de observación. In!ibidos de antemano, los practicantes podrán verse impulsados a elegir terrenos donde el acceso es de por sí complejo$ instituciones totales, organi"aciones con tendencias sectarias, lugares desconocidos donde no se cuenta con contacto alguno, etc. 0 veces tambi&n esos temores los llevan a presentarse a las puertas de la institución en actitud más dispuesta al rec!a"o que a la aceptación. 2odo se desarrolla como si los practicantes estuvieran actuando en función de no iniciar la tarea. /n todas estas vicisitudes, que por supuesto no agotan la gama de las di'cultades de acceso al campo, está presente una misma concepción errónea$ la situación es vivida como una confrontación entre el yo de los investigadores y la institución, confrontación donde a veces el yo intenta vencer las resistencias de la institución, otras donde se siente atacado por ella, otras dónde de antemano se da por vencido. 0!ora bien, aunque este equívoco pueda entenderse como una desviación neurótica de los sujetos, como la manera en que ellos ven las cosas, al mismo tiempo no deja de ser una situación que promueve la institución=D>. Las fantasías inconscientes del observador /n tiempos del servicio militar obligatorio era costumbre que los viejos conscriptos recomendaran a los ingresantes dejar de lado toda reivindicación de !ombría al entrar al cuartel=E>, aludiendo con ello a la inutilidad de confrontar con la institución. ero nadie maneja su propio yo a voluntad ni puede desprenderse de &l para colgarlo en el perc!ero al ingreso del establecimiento. Los atributos del yo, susobjetos, las fantasías del sujeto, etc., estarán siempre en juego y estarán tanto más presentes cuanto más inconscientes sean. @esultaría e3tra?o, por ejemplo, que un acto de observación, de investigación, no estuviera ligado inconscientemente con un deseo de voyeur, con una fantasía de espiar lo que no debe ser visto. /n este sentido, la e3periencia de supervisar el trabajo de quienes se inician en estas prácticas demuestra cómo la presencia de esta fantasía, acompa?ada del esfuer"o puesto en reprimirla y del sentimiento de culpa por el deseo indebido, con'guran en conjunto una situación que conspira contra las capacidades del
observador, limitándolo, in!ibi&ndolo y llevándolo a sabotear el cometido que se propuso. /sto ocurre porque en el psiquismo del sujeto la escena institucional se liga inconscientemente con la escena familiar, por ser la familia la institución que lo constituye y la primera que transita. or lo tanto, todo encuentro con una institución es en un sentido un reencuentro, pues para el sujeto signi'ca ingresar en un orden de cosas respecto del cual posee de antemano una serie de supuestos supuestos no sólo fantaseados sino tambi&n reales, ya que de alguna manera sabe a donde ingresa. /ste saber es producto de la continuidad social que e3iste entre la organi"ación familiar que lo constituyó como sujeto y la organi"ación social con la que a!ora se vincula, siendo la primera de ellas el lugar donde se aprenden las reglas que se juegan en las demás instituciones. Bbservar una institución signi'ca #psíquicamente# ingresar al mundo de los adultos e intentar develar sus secretos. Implica, inconscientemente, ir al encuentro de la escena primaria de la que !abla Areud$ el acto se3ual de los padres, que es el acto fundacional de la institución familiar, siempre fantaseado pero nunca constatado inconscientemente fantaseado, omnipresente, pero vedado a la investigación empírica. (n paso más allá, investigar instituciones signi'ca levantar el manto miti'cador que oculta no sólo los orígenes reales de la organi"ación sino tambi&n su falta, sus fallas actuales, sus imperfecciones, sus intereses no confesados. La naturale"a de las instituciones Las instituciones se presentan siempre bajo un rostro ideali"ado que no coincide con su realidad concreta. Fos& Ingenieros las incluye dentro de la ley de la simulación en la luc!a por la vida sostiene que al igual que las especies !umanas y animales, se presentan como lo que no son y esto !ace a su supervivencia )Ingenieros, *+GE-. @en& Lourau, al descomponer a la institución en sus tres momentos dial&cticos, ubica en la dimensión universal lo que &l denomina la unidad imaginaria de la institución, reunida en torno a los ideales que promulga pero esta unidad, en tanto sólo imaginada, resultará siempre desmentida, negada, por la fragmentación que representan las realidades particulares de los distintos grupos e individuos esta negación que se veri'ca en acto en toda institución, se traslada al tercer momento, al de su organi"ación singular, material y concreta. :e manera que en la realidad cotidiana de la institución se veri'ca siempre una distancia entre los ideales promulgados y lo que a!í se !ace día a día )Lourau, *+7H-. :eleu"e y uattari )*+7E- de'nen a las instituciones como máquinas sociales que funcionan a condición de estar descompuestas esto es, funcionan siempre de manera imperfecta. or su parte, para Areud la institución es producto de una ilusión, es resultado de la creencia de los sujetos de ser amados por igual por un líder o entidad superior este supuesto, las más de las veces inconsciente, en el caso de la institución religiosa se e3presa claramente en la e3pectativa de los 'eles de no ser abandonados por dios.
0%n en lo que se conoce como teorías de la organi"ación, que se presentan como formas racionales de estudio de las mismas, como ciencias o t&cnicas con un objeto claro y delimitado, al !acerse !incapi& en la necesidad de de'nir la visión y misión de cada organi"ación, se cae sin quererlo en el reconocimiento de la dimensión imaginaria, proyectiva, del fenómeno institucional. :e !ec!o se está planteando que las organi"aciones no funcionan sino es en relación con una creencia, con un !ori"onte ine3istente al que !ay que imaginar y con el que !ay que comprometerse. :e manera que cualquiera sea la perspectiva desde donde se considere el fenómeno, con sólo a!ondar un poco en la cuestión, se verá que organi"aciones e instituciones son realidades que se enuncian a si mismas y se presentan ante los otros bajo una imagen que dista de su realidad actual. Brgani"ación e institución. 1in ser materia de este te3to, tal ve" convenga !acer una breve aclaración respecto de los t&rminos organi"ación e institución. ara el lenguaje corriente son t&rminos !omólogos y es en este sentido que aquí se los está utili"ando. /n lo que !ace al discurso teórico, las diferencias dependen en gran medida de los autores y las corrientes que se tengan en cuenta y, un paso más allá, del campo epist&mico desde donde se aborde la cuestión. /n t&rminos generales cabe decir que la institución como objeto es materia de preocupación de la 'losofía prácticamente desde sus orígenes, para luego pasar a incluirse dentro las ciencias sociales cuando &stas surgen a 'nes del siglo JVIII, principios del JIJ. Ligada a la Ailosofía, a la Iglesia, al :erec!o, a las Ciencias 1ociales, al /stado y a la cuestión política, la institución !a sido tema constante #transversal aunque obliterado# del pensamiento occidental. or su parte la preocupación por la organi"ación surge a partir de los estudios sobre laadministración que se inician a principios del siglo JJ, con 2aylor en los //.((. y Aayol en Arancia, en directa relación con los procesos de industriali"ación, por un lado, y de consolidación de la burocracia del /stado moderno, por el otro. /l avance de las ciencias físico naturales, especialmente la biología, dota luego al tema de la organi"ación de un estatuto de mayor cienti'cidad. Ainalmente, impulsado por el desarrollo de la organi"ación empresa y por la preeminencia que &sta cobra en el mundo contemporáneo, el objeto organi"ación tiende a instalarse como un objeto conceptual, a mitad de camino entre lo social y lo t&cnico, pero sustentado con los avances teóricos de la física, la bioquímica, la cibern&tica, y la comunicación. 1i se requiere una rápida distinción entre ambos t&rminos, convendría entender por institución a las formas y modos de relación entre los sujetos y con el mundo que toda sociedad establece y sanciona tanto e3plícita como implícitamente )vg. el derec!o, le educación, la religión, la familia, el modo de producción-. La e3istencia de la institución requiere de formas materiales, las que indistintamente pueden denominarse instituciones u organi"aciones )vg. un tribunal, una escuela, un templo, una familia, una empresa-. Con lo cual, las organi"aciones pasan a ser formas materiales que responden a un ordenamiento determinado en función de un objetivo y una racionalidad que las e3cede, los cuales se sit%an por fuera de ellas en un nivel que corresponde a la institución.
La falla institucional @etomando la cuestión del ingreso al campo de observación, cabe se?alar que ir al encuentro de una institución en particular, desconociendo la naturale"a de las instituciones en general, suele producir en primera instancia un tropie"o con el escalón, con el desfasaje, que e3iste entre lo que ellas son y lo que dicen ser. 0 veces ocurre que el equipo de practicantes se fascina con el !alla"go con el que !an trope"ado, con la falla que !an detectado, desconociendo que eso debe darse por sabido de antemano, que esa diferencia constituye un elemento que !ace, por así decirlo, a la naturale"a de las instituciones. 0unque con arreglo siempre en lo material, las instituciones son una 'cción, una invención social sustentada en una idea, una construcción !istórica cuya piedra basal es una analogía que se establece como un a priori con la realidad ya dada. 8ada aporta el descubrimiento de una distancia entre el ideal y la realidad institucional )salvo algo de narcisismo al yo de los investigadores que creen así situarse por encima de ella-. Kás a%n, en la medida en que se !aga e3plícito, ese descubrimiento conlleva el riesgo de enviar a los practicantes por una vía que pronto desembocará en la salida, por efecto del rec!a"o que efect%a la institución como mecanismo defensivo. /l ;saber no sabido< que los sujetos tienen sobre las instituciones del medio al que pertenecen, el !ec!o de poseer en sí los mismos supuestos que !acen a la e3istencia de las instituciones de su cultura por ser los sujetos producto de esas instituciones lleva a veces, no a trope"ar con la falla institucional, sino a buscarla para corroborar ese saber. uestos en posición de investigadores más cercanos al detective que al cientista, act%an orientados por la !ipótesis de que a!í !ay una falla a descubrir, una ;mentira< a denunciar, un secreto a develar. 1on las deudas del sujeto con la institución familiar, son las demandas y confrontaciones entonces no saldadas, las que a!ora bajo el rol de observador intentan solucionarse en un escenario despla"ado. 1erá siempre posible descubrir esa dimensión fallida de la institución, pero, nuevamente, el resultado será el ;descubrimiento de la pólvora<, como suele decirse, sin mayor bene'cio para ninguna parte. Las implicaciones del observador. Cuando los practicantes se !allan demasiado implicados con el ideal de la institución, suele producirse el efecto contrario, consistente en tender puentes sobre esa falla, cerrando los ojos a esa realidad, negando las evidencias que desmienten al ideal. :esde el momento en que los observadores se identi'can con la institución, adquieren sus ojos y, en consecuencia, los datos de la realidad tienden a ordenarse seg%n la visión que ella promueve comien"an a ver en ese campo sólo lo que la institución pretende mostrar, pasando por alto todo aquello que atenta contra el ideario, y sosteniendo lo fallido de la institución. /n función de mantener la consistencia entre lo que creen y lo que ven, no producirán otro material de observación que la información que se le brinda y e3pone. or estas ra"ones, los practicantes que se inician deben evitar elegir como objeto de estudio aquellas instituciones con las que mantienen vínculos de pertenencia o referencia, pues en ellas las implicaciones están por demás jugadas de entrada.
Btro efecto que producen las implicaciones #no anali"adas# de los observadores con la institución, con el imaginario de la misma, con su objeto, su misión o sus ideales, es la tendencia a pasar a la acción. /l observador implicado cae preso del furor curandis, de la fantasía de actuar dentro de la institución, ya se sumándose a las prácticas que &sta reali"a o bien tomándola como objeto de intervención para ;curarla<, en lugar de limitarse a observar. 8o se trata en estos casos de la observación participante, que es una t&cnica que requiere sus recaudos y condiciones, sino de la actuación de un impulso donde la tarea de observación es sobrepasada y sustituida por la acción. /ste impulso no es ajeno a las ansiedades que despierta en los sujetos la evidencia de las fallas institucionales y la di'cultad en aceptarlas. Kediante el pasaje a la acción se trata de resta?ar rápido las imperfecciones de la institución, imperfecciones que en %ltima instancia remiten a las fallas del propio sujeto que observa. /n la medida en que el deseo de curar est& presente como supuesto en los practicantes al momento mismo del inicio de la observación, ya durante los primeros contactos, se produce de entrada en ellos un desánimo por el !ec!o de no encontrar respuestas para esa intención. Viven la sensación de estar actuando sin demanda por parte de la institución, lo cual los desorienta porque pierden el !ori"onte de la tarea y quedan a la espera de un llamado que no llegará. /sto se traduce, nuevamente, en el sentimiento de ser rec!a"ados o bien en la sensación de estar invadiendo un territorio ajeno, con la culpa consecuente que esto implica. Mueda claro que en el caso de una práctica de observación, la demanda corre por cuenta de la institución de investigación o formación que encarga, promueve o legitima la tarea, y no de la institución que es objeto de estudio demanda a la cual el equipo de observadores debiera sumarse, aceptando ser los demandantes y no los demandados. Como se ve, es por efecto de la naturale"a misma del fenómeno institucional # y no por defecto subjetivo# que pueden producirse determinadas fantasías en el ánimo de los observadores$ voyeurismo,ilusión de descubrimiento, de detective, furor curandis, de invasión... . B, para decirlo con mayor precisión, la consideración de los problemas in!erentes a la entrada a la institución cobran una nueva dimensión si se piensa que es el encuentro con lo que aquí denomino la falla estructural de la institución lo que dispara dic!as fantasías, las que por supuesto se corresponderán con la fantasmática de cada equipo de observadores. roducto de esa naturale"a ;fallida< e3iste otro factor tambi&n de tipo estructural que provoca di'cultades vinculadas a las manifestaciones ya anali"adas. /l cerco institucional 2al como lo plantea Lourau )*+7H-, toda institución se de'ne por oposición a )uno- el conjunto del sistema social y )dos- al resto de las instituciones. /n este sentido una institución, una organi"ación, puede entenderse como un campo de condensación en el plano de los social donde se concentra un conjunto de discursos y recursos relacionados con su objeto y sus prácticas al tiempo que se e3pulsan o tiende a e3pulsarse de su seno todo aquello que no compete
directamente a ese objeto. (na institución no es un espacio abierto, no es por ejemplo una pla"a p%blica donde e3iste una considerable libertad para desarrollar distintas prácticas. /n una pla"a urbana se puede observar gente predicando o evangeli"ando, otros comerciando, otros !aciendo proselitismo político gente simplemente estando o paseando, algunos comiendo, otros jugando o practicando deporte... y a%n concertando el intercambio se3ual de manera lícita o ilícita. 0unque pueda considerarse a la pla"a p%blica como una institución, su dimensión instituida es lo su'cientemente amplia como para incluir en su interior a un variado conjunto de prácticas sociales. ero si las iglesias, partidos y empresas pueden e3tender sus prácticas a los espacios p%blicos, difícilmente aceptarán que sus propios establecimientos se vean invadidos por la gama de actividades que se observa en aquellos. :e'nirse por oposición )uno- al conjunto del sistema social, signi'ca incluir en su interior aquello que se adecua con su función principal, y con su cultura institucional, e3cluyendo lo que considera inadecuado. 1igni'ca además efectuar una torsión de aquellas realidades del sistema social que no pueden e3cluirse. La iglesia no puede prescindir del intercambio económico, pero la presencia del dinero en su interior estará altamente rituali"ada. La política, las creencias, la economía, la pedagogía...., esas grandes relaciones que toda sociedad ordena, sistemati"a, institucionali"a, cuando no puedan ser e3cluidas del interior de cada una de las instituciones, serán reapropiadas bajo un modo especí'co, particular$ sacrali"adas en la iglesia, ideologi"adas en el partido, vueltas rentables en la empresa. 2omando la e3presión de Lyotard )*+7+puede decirse que toda institución tiende a conformarse como una totalidad fragmentaria, como un fragmento que aspira a la totali"ación, dándole un sentido propio a las realidades sociales. :e'nirse por oposición )dos- a las demás instituciones signi'ca que cada organi"ación se dará una identidad propia, particular, basada en aquello que la diferencia de las otras organi"aciones similares. Cada iglesia, partido, club o empresa pondrá especial cuidado en diferenciarse de las demás entidades semejantes, al punto que no sería e3tra?o ver que el mayor esfuer"o est& puesto en incrementar la peque?a diferencia que la diferencia de las otras organi"aciones del mismo ;rubro<. /s en función de estas oposiciones que cada organi"ación tiende en su derredor un cerco, un límite tanto virtual como real, con el 'n de garanti"ar su integridad y evitar ser contaminada, desvirtuada,trabajada, por fuer"as ajenas. Castoriadis encuentra que e3iste una similitud entre el cerco que tiende en torno suyo la organi"ación social y la membrana que se establece en torno de la organi"ación biológica, cerco que en ambos casos regula el intercambio con el medio )Castoriadis, *+66-. or su parte, /lías Canetti )*+6E- plantea que las instituciones se constituyen lógica y cronológicamente a partir de las masascuando &stas son encerradas. 1i las masas son conjuntos sociales abiertos y más o menos espontáneos, con escasa o nula organi"ación y caracteri"adas por la incorporación no sólo irrestricta sino deseada de participantes #;la masa desea crecer<#, el pasaje a la forma institución se opera mediante su encierro en un espacio determinado, así como a trav&s de la
limitación del n%mero de sus integrantes. La !ipótesis del encierro en el origen de la institución es tambi&n la que sustenta Aoucault )*+N- a propósito del surgimiento del !ospicio y de la prisión modernos. 1e ve entonces en qu& sentido el ingreso al territorio de una institución estará siempre más o menos impedido o regulado, y cómo esto ocurre por efecto de un factor estructural de cercamiento propio de la naturale"a de las organi"aciones sociales. /n la constitución misma de una institución queda de !ec!o establecida la división entre un interior y un e3terior, entre los incluidos y los e3cluidos, delimitación que será materia constante de atención y perfeccionamiento y determinará la conformación de un clima, de una cultura propia. Interioridad O e3terioridad territorial por un lado, inclusión O e3clusión de personas por el otro. ert! y Kills )*+7D$ *N6- sostienen que Plas instituciones seleccionan y e3pulsan a sus miembros de acuerdo con gran variedad de reglas formales y códigos informales<. /n el orden de lo formal recurren para ello a la consideración de variables que van desde las más gruesas como edad, se3o y salud, !asta las más 'nas que se detectan mediante e3ámenes elaborados de !abilidades o aptitudes especiali"adas, de test de personalidad, etc. Las reglas formales suelen acompa?arse de criterios informales de admisión que no siempre se enuncian e3plícitamente$ recomendaciones de terceros, imagen personal, estilo de vida, etc. 0lgunas empresas, por ejemplo, deciden la incorporación de sus nuevos cuadros gerenciales despu&s de invitarlos a participar en una reunión informal donde se anali"an de manera vivencial las variables correspondientes a este segundo orden. /n una perspectiva ligada al análisis institucional y al psicoanálisis, /nríque" considera que toda organi"ación Pdesarrolla un proceso de formación y de sociali"ación de los diferentes actores, para que cada uno de ellos pueda de'nirse en relación con el ideal propuesto< sostiene que ;todo modelo de sociali"ación tiene por 'n seleccionar las QbuenasQ actitudes y por lo tanto juega un rol en el reclutamiento o en la e3clusión de los miembros de la organi"aciónP )/nríque", *++D$ EH-. /l observador institucional, antes de serlo, será observado, anali"ado, en función de los requerimientos formales e informales de la organi"ación. 1e comprende mejor, entonces, de qu& manera el acceso se ve restringido por un efecto de estructura. 0unque e3iste una diferencia cualitativa entre acceder al interior de una organi"ación para reali"ar una observación e ingresar a ella para integrarse a alguna de sus funciones, desde el punto de vista organi"acional esa diferencia suele resultar en principio borrosa$ la portera de una escuela dejará ingresar más o menos automáticamente a cualquier ni?o con aspecto de alumno. :e acuerdo con esta misma lógica, no pasará por el mismo trámite una estudiante de profesorado que requiera reali"ar una observación en el aula de una escuela, que un estudiante de sociología que pretenda observar la vida en un cuartel militar. La institución anali"a al observador y detecta en &l la presencia o ausencia de los códigos y variables que integran las funciones, el clima y la cultura organi"acional. /l yo del sujeto, que es tambi&n un decantado de instituciones,
resulta de !ec!o anali"ado por la institución a la que ingresa, a%n antes del análisis formal de su propuesta, intenciones, notas de presentación, credenciales etc. Los temores, fantasías y sentimientos que se despiertan en el sujeto cuando se sit%a en posición de observador son tambi&n efecto de este análisis. Cuando se trata de un equipo de observadores el efecto que a veces produce ese análisis es la disidencia interna. /l grupo es de !ec!o anali"ado, dividido, por efecto de la institución. 1i esta situación es vivida como una cuestión personal o grupal, no sólo se resiente y complica el proceso de observación, sino que los observadores dejan pasar de largo un e3celente material, pues aquello que les sucede !abla de la institución. 0sí, en ve" de vivir una situación de rec!a"o vinculándola con la propia !istoria afectiva, aquello que un buen observador debiera atender no debería ser la actuali"ación de sus vivencias infantiles, sino la constatación de que en esa organi"ación e3isten mecanismos que suscitan regresiones en los sujetos. La institución !abla en &l. 0 la manera de reglas de m&todo La claridad de la !ipótesis de trabajo. :e alguna manera, el encuentro con la institución produce una crisis en la persona del observador y en la grupalidad del equipo porque, como se vio, las instituciones implicadas en el yo # individual, grupal# son puestas de !ec!o en tela de juicio. /n consecuencia, la primer recomendación que cabe !acerle a los practicantes es que tengan claro su objetivo cuando entran en contacto con la institución. Cuánto más claro tengan el propósito que los lleva a ingresar a!í, menor será la posibilidad de entrar en confusión, pues la puesta en com%n del objetivo los prevendrá de las disidencias internas y de las crisis grupales. La aclaración del objetivo, su verbali"ación, y a%n su formulación bajo la forma de una consigna, producen además el bene'cio de servir como tarjeta de presentación ante la institución. Las prevenciones y suspicacias disminuyen cuanto más claros y compresibles sean los t&rminos con los que los e3tranjeros se presentan a las puertas de la ciudadela. Ray que tener presente que la institución territoriali"a un lugar y coloni"a una colectividad, un colectivo !umano que opera en la materialidad del espacio al tiempo que lo !ace en la subjetividad de las personas. 1e !an visto las di'cultades que plantea el acceso al espacio territoriali"ado, a!ora bien, el !ec!o de superarlas no supone directamente el acceso al grupo !umano. Ray una distancia entre ingresar a una institución y ser admitido por su gente, al punto que puede bien darse lo uno sin lo otro. 1e puede contar con la anuencia de las autoridades para estar en el lugar, pero al mismo tiempo ser rec!a"ados por la gente y viceversa. La congruencia de la consigna de presentación. /l acceso se verá siempre facilitado cuanto más se adecuen las prácticas de los observadores a las funciones !abituales de la institución un ejemplo de adecuación es el trabajo práctico de los estudiantes de pedagogía en el aula de una escuela. or lo tanto, conviene siempre que la consigna de presentación se articule en t&rminos que resulten comprensibles para la cultura organi"acional y, en la medida en que los observadores deberán interactuar con actores
institucionales de diferentes niveles y sectores, esa consigna debería articularse en un lenguaje accesible para todos. /l gerente de recursos !umanos de una planta fabril puede comprender bien las ra"ones que lleve a un equipo de practicantes de psicología a observar la actividad de los operarios, pero &stos no dejarán de preguntarse qu& tienen que !acer los psicólogos a!í, y a%n de recelar de su presencia. 8o siempre en la institución se decodi'ca la consigna en el sentido que el equipo intenta darle, pues la tendencia será la de asimilar la tarea de &ste a lo que resulta más frecuente en el lugar. La presencia de un antropólogo en un comedor popular posiblemente será asimilada a la de un trabajador social o a la de un voluntario. Insistir en lograr la decodi'cación correcta a veces oscurece la situación más de lo que la aclara. 1in embargo, en otras situaciones, el equipo deberá cuidar que su presencia no se asimile a alguna función que resulte persecutoria para la gente de la institución. /n la empresa, la presencia de psicólogos corre el riesgo de interpretarse como la de evaluadores o selectores de personal, con lo cual se generará una distancia que en nada ayudará a conseguir información con'able. 8o está demás agregar que la consigna, el modo de presentarse dentro de la institución, debe ser su'cientemente clara respecto de que no se está a!í para observar personas sino prácticas, rutinas, costumbres, modos de organi"ación, etc. 2ambi&n, y de alguna manera, en ella deben !acerse presentes los bene'cios que la tarea agrega a la institución en general, aunque sean difusos y care"can de aplicación inmediata. 0sí como el docente cuya aula es observada sabe que se trata de una práctica que en %ltima instancia redunda en bene'cios para la ense?an"a en general, todo equipo investigador # observador deberá saber presentar los bene'cios que su tarea aporta al campo donde act%a. /l objetivo del observador es producir información. 1i se tiene en claro que la tarea es observar, aunque se care"ca de un plan de acción detallado, resultará más sencillo decidir las acciones a reali"ar y aquellas que conviene evitar. /n principio puede decirse que al investigador le conviene guiarse siguiendo esa consigna, actuando de manera de acercarse a las fuentes de información y evitando las actitudes que lo alejen de ellas. Kuc!os practicantes creen que deben moverse dentro de la institución siguiendo el modus operandi de la disciplina que estudian o !an estudiado, pero a veces ese modo puede alejarlos del acceso de la información, por ejemplo si adoptan la distancia clínica del psicólogo o la observación no participante del psicólogo social en los grupos operativos. or otro lado, !ay que tener en cuenta que en este punto se ro"a la cuestión &tica pues las acciones del investigador están delimitadas por la &tica cientí'ca, al tiempo que lo están por la legalidad institucional. /l respeto de la &tica cientí'ca no suele crearle dilemas al investigador pero no ocurre lo mismo con el respeto de la legalidad institucional. Lapassade )*++*- cita más de un ejemplo en los que el investigador debe elegir entre respetar esa legalidad o ganarse la con'an"a de los sujetos siendo ;cómplice< de sus transgresiones. 1i las trasgresiones no suponen un delito ni atentan contra la &tica cientí'ca, en %ltima instancia el investigador estará eligiendo entre una actitud más conservadora que no ponga en riesgo su permanencia en la
institución, y una actitud que le permitiría acceder a mejor información, pero que pone en riesgo su permanencia en el campo. :onde fueres !a" lo que vieres. /n la institución se tiende a asimilar la presencia de los e3tra?os a lo que resulta más !abitual en ese campo por lo tanto, el equipo verá facilitada su tarea en la medida que asimile su presencia a los cánones institucionales. 8o se trata de mimeti"arse con el entorno, sino de facilitar el proceso de asimilación evitando los rec!a"os que podría producir una manera disruptiva de presentarse. /n el plano de las relaciones sociales, cuando las personas pretenden ser aceptadas por lo otros, adecuan su presencia a lo que suponen son las e3pectativas y supuestos de esos otros. /n el plano de las relaciones institucionales ocurre lo mismo, aunque a veces de manera más acentuada. /n suma, se trata de tomar conciencia que las relaciones sociales no son ingenuas, y de utili"ar en el plano institucional las mismas estrategias que muc!as veces se utili"an en las relaciones comunes y corrientes. La entrada al terreno es un proceso constante. 1obre todo por lo que tiene de entrada en con'an"a con la gente, la entrada a la institución no debe entenderse como un acto puntual, sino como un proceso. /ste proceso, por otra parte, debiera reali"arse de manera gradual. Sogdan y 2aylor recomiendan que en función del c%mulo de información que se recopila, ese proceso se realice de manera incremental, comen"ando por visitas breves de manera de no verse inundado por datos que luego, fuera del campo, no se sabrá cómo ordenar )S., 2., *+7H-. /l ingreso gradual elimina además el riesgo de despertar una sensación de invasión en el ánimo de los actores institucionales. /n realidad, el acceso al terreno es un proceso constante porque la institución en sí misma no es un territorio estático sino una realidad dinámica. Cambian las situaciones y relaciones internas y por lo tanto se modi'can las condiciones con las que se inició el trabajo. /l equipo puede !aber logrado la aceptación que esperaba y se mueve por el lugar como en su propia casa, pero la movilidad interna del personal puede enfrentarlo en cualquier momento con nuevos desconocidos que qui"ás interpreten equívocamente su presencia. /n este sentido los observadores deberán prevenirse del efecto de acostumbramiento y de la tendencia a la institucionali"ación de la que es objeto todo aquel que entra en relación con el lugar. 1eguramente cuánto más cómodos se sientan, más creerán o desearán formar parte de esa colonia, con el riesgo de p&rdida de la posición de observadores. /l recurso de los informantes institucionales. /l mantenimiento de una distancia óptima que impida perder la perspectiva de observación no debe ir en desmedro del bene'cio que produce el acercamiento a las personas que puedan servir de informantes. 1uele ser más rica la información que se obtiene a trav&s de c!arlas informales que las que brindan las entrevistas formales. /n Le sens pratique, Sourdieu sostiene que la mejor información sobre una fábrica se obtiene tomando un vino en el bar de la esquina con un operario. /l manejo de este recurso #sobre el que e3iste toda una literatura etnológica y de sociología de terreno# posee una dimensión política en relación con la
institución y requiere de un tacto en lo que !ace a las relaciones !umanas, que tal ve" desanimen a los practicantes noveles. ero si no desean desarrollar el recurso, les bastará simplemente con dejar que ocurra, pues de !ec!o la relativa permanencia en un espacio delimitado produce el establecimiento de la relación social, de la relación informal. /l sabio y el profano en la institución. Lapassade )*++*- recomienda mantener una postura ingenua respecto del saber en la interlocución que se sostiene con los actores institucionales. La deposición del rol del sabio por parte de los observadores produce de !ec!o el trasvasamiento de información desde la gente de la institución. /n realidad, si se va a!í a observar es para conocer lo que se desconoce no se trata por lo tanto de adoptar una falsa postura, sino de asumir la que situacionalmente corresponde. Muienes saben sobre esa institución son quienes la viven y le dan vida, de manera que, más acá y más allá de las t&cnicas especí'cas a las que recurra, el equipo observador sabrá sobre la institución ella en la medida en que interact%e en deponiendo su saber y su ansia de saber. Sreve conclusión 0ntes que un objeto pasible de estudio #de observación, de investigación, de análisis# lainstitución es una construcción social que sobredetermina a los sujetos, a los grupos y a las organi"aciones. /lla es una forma que conforma a las otras por lo tanto la e3terioridad que pude alegarse respecto de lo institucional es siempre más que relativa. /s cierto que !ay diferencias considerables entre pertenecer o no a determinada institución, pero se trata de diferencias de tipo y grado de implicación, no de una e3terioridad absoluta. 0sí como no !ay e3terioridad entre una institución y la sociedad en que ella e3iste, pues esa institución es una formación particular de esa sociedad, no puede !aberla entre los grupos e individuos de esa sociedad y la institución que toman como ;objeto<. (n paso más allá, !ay siempre continuidad, implicación, entre lo individual, lo grupal, lo institucional, lo social..., que son todas formas o momentos distintos de lo !umano. :e manera que lo planteado en estas líneas valen tambi&n para aquellas situaciones )raras ya en los tiempos que correnen que sujetos de una cultura estudian a sujetos de otra cultura )vg., la etnología-. :e esto se sigue que observar instituciones es observar lo !umano, por lo tanto es tambi&n observarse a uno mismo. /n esta relación especular !ay que conceder primacía a la institución$ así como ella nos constituye, y eso ocurre antes que tengamos conciencia, ella nos observa, investiga y anali"a de igual manera. 1i bien estamos !aciendo referencia a la institución en general, a ella en tanto ;universal<, debe considerarse que toda forma singular, cualquier institución, encierra en sí esa lógica universal. /n suma, los grupos no pueden anali"ar instituciones sin considerar en qu& ellas los anali"an. /ste aserto se avala en los desarrollos teóricos que !e intentado desplegar, pero antes en la e3periencia como analista institucional )sobre todo en los actos fallidos de esas e3periencias- y en la supervisión de los trabajos de los estudiantes y de los colegas que se inician.