UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
MAESTRÍA EN DOCENCIA PARA LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR - LETRAS CLÁSICAS
Práctica Docente | Dr. Porfirio Morán O. | Febrero 22, 2012
La didáctica grupal Reporte de la lectura del artículo “Apuntes para una didáctica grupal”, de Rafael Santoyo
Rafael Vázquez Velázquez En la enseñanza tradicional se pone mayor atención en los resultados que en los procesos de aprendizaje, lo que genera y perpetúa una serie de costumbres e ideas (currículum oculto) que inclinan el desarrollo del alumno hacia la competencia y la falta de comunicación. El texto de Rafael Santoyo propone aprovechar la situación de grupo para promover la comunicación entre los alumnos y entre los alumnos y el docente, a fin de derribar los elementos negativos del currículum oculto, mediante la interacción y el realce de los procesos en lugar de sólo enfatizar el resultado. Toda la circunstancia grupal es un ambiente idóneo para activar las habilidades sociales, la más sofisticada de las cuales es la comunicación. La confluencia presencial en el espacio del aula puede reflejarse en la convergencia de las metas individuales traducidas a una meta o conjunto de metas en común que, siendo asumida auténticamente por cada miembro del grupo, ayudará en el derribamiento de las barreras sociales (timidez, miedo, intolerancia) que la enseñanza tradicional haya preformado en él. Al considerar una didáctica grupal, el docente debe resistir la tentación de imponer su opinión o su “verdad”, y propiciar que la dinámica grupal se gestione a sí misma a partir del establecimiento y asunción de las metas y los objetivos por parte de todos los miembros del grupo. Asegurada esta instancia, el conglomerado irá adquiriendo su personalidad grupal; las decisiones serán una tarea que asuman con plena libertad y responsabilidad, y los problemas serán abordados de un modo más adecuado. Bajo este ambiente didáctico, el aprendizaje puede cobrar una doble dimensión: en cuanto al objeto de estudio, la sinergia intelectual le da al individuo una mayor gama de posibilidades de aproximación y apropiación de los contenidos, puesto que un grupo de cabezas piensa mejor que una sola. La segunda dimensión es la del desarrollo cabal de las capacidades de socialización del individuo, en virtud de la continua sucesión de situaciones de interacción interpersonal, desde las más emotivas (inseguridad, autopercepción, aversión, simpatía, etc.) hasta las más sofisticadas manifestaciones de la comunicación (claridad en el lenguaje, precisión, argumentación, negociación, etc.).
Comentario La didáctica grupal no es privativa de un paradigma educativo. Cualquier enfoque teórico puede servirse de las bondades que ofrece el aprovechamiento de la circunstancia colectiva en el salón de clases. Un aspecto mencionado por Santoyo es que, entendido como esta gestión grupal, el
aprendizaje, en cuanto cambio de conducta, se lleva a efecto de un modo más cabal precisamente por su naturaleza integradora y articulatoria de los miembros del grupo. Para los que ponen el acento en el carácter emotivo de los aprendizajes, la gestión del individuo a través de su participación en el grupo también supone la adquisición de capacidades no sólo intelectuales y operativas, sino incluso emocionales, lo cual interesa también a los que ven en el aprendizaje un proceso eminentemente social, porque puede incluso trastocar los esquemas del individuo en el plano ideológico, sin los cuales es casi imposible motivar la acción en cualquier plano de la vida. Sin embargo, para finalizar, no podemos soslayar la elevadísima dificultad que representa poner en marcha una dinámica grupal en nuestra realidad socioeducativa, toda vez que, por un lado, aquél currículum oculto que se menciona en el texto de Santoyo es en realidad un ideario firmemente arraigado en el suelo de la cultura de nuestro país y luchar contra el cual representa luchar contra toda una forma de vida padecida, aprobada y reproducida en todos los ámbitos de la vida nacional (el familiar, el laboral, el económico e incluso el ideológico); y, por otro lado, si hemos de considerar la dinámica grupal como se la propone en el escrito, no podemos tener minutos de trabajo como grupo o anécdotas aisladas de colaboración, sino que la dinámica del grupo debe ser una gestión continua, es decir, ininterrumpida porque, a pesar de que cada individuo va en pos de la consecución de sus propias metas, también ha acordado la persecución de otras tantas metas colectivas para las cuales aporta su trabajo y sus capacidades. No se debe entender a partir de lo anterior, que la didáctica grupal sea imposible, sino que el docente y las instituciones deberán estar plenamente convencidos de su viabilidad antes de lidiar con los alumnos y con los padres de familia, que apenas notan un cambio formal en la educación de sus hijos, se vuelcan irracionalmente contra tales modificaciones. La capacitación a nivel teórico y la planeación son, según lo entiendo, articulaciones de vital importancia para la implementación de una didáctica grupal.
