U.D. 6. Descubrimiento, Descubrimiento, colonización y administración administración de la América española. 1. Descubrimiento de América.
Causas.
Cristóbal Colón y el descubrimiento.
2. Conquista.
Pueblos precolombinos.
Fases de la conquista.
Causas de la conquista.
3. Colonización.
Los Justos Títulos.
Los indígenas: condición jurídica y trato hacia ellos.
Economía colonial. a) Las encomiendas. b) Agricultura y ganadería: haciendas y estancias. c) Comercio.
4. Gobierno y administración administración de América.
Desde la metrópoli.
Desde América.
5. Sociedad y cultura.
Los grupos sociales.
La actuación de la Iglesia en América.
Urbanismo colonial.
6. Consecuencias de la conquista: colonización o explotación. Primer Mapamundi. Juan de la Cosa (1501-1502)
1. EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. 1.1. Causas del descubrimiento. En los siglos finales de la Edad Media (ver U.D. 4) se generaron unas condiciones técnicas, económicas y políticas que fueron decisivas para que se produjeran los descubrimientos. a) Factores técnicos y científicos. El desarrollo de la cartografía, los instrumentos de navegación y técnicas náuticas, avance en la construcción naval con la aparición de la nao y de la carabela. No debemos olvidar tampoco que estamos en pleno auge de la cultura humanística la cual, entre otras cosas, animaba a la curiosidad científica e intelectual. b) Factores económicos. Desde el siglo XIV se produce un crecimiento del comercio internacional dentro de un sistema económico precapitalista, que aportó los capitales necesarios para el desarrollo de la actividad comercial; pero, sobre todo, fue la necesidad de buscar una nueva ruta hacia las Indias, en su comercio de las especias orientales y otros productos de lujo, en un momento en el que la tradicional ruta por Asia había quedado cortada con la expansión del Imperio turco en el Mediterráneo oriental (1453 conquista de Constantinopla), lo que hace que sea indispensable nuevas rutas hacia los mercados asiáticos. c) Factores políticos e ideológicos. El fin de la Reconquista en la península Ibérica se produjo dentro de un ambiente y espíritu de cruzada (ver UU.DD. 3 y 4); los reinos cristianos peninsulares habían nacido con un fin expansionista el cual no se paró con la conquista de Granada. La llamada Reconquista también fomentó la rivalidad entre Castilla y Portugal y la competencia entre ellos, la cual se extendió por el Atlántico. 1.2. Cristóbal Colón y el descubrimiento. Cristóbal Colón era un marinero genovés que en 1476 llegó a Portugal para ofrecer su proyecto de llegar a las Indias atravesando el Atlántico, dentro de la idea de esfericidad de la T ierra. Los portugueses, que a finales del siglo XIV se habían lanzado a la búsqueda de una ruta hacia las Indias por las costas africanas, lo rechazaron; y es que éstos, a finales del siglo XV están a punto de llegar a las tan deseadas Indias y, además, en el Tratado de Alcaçovas (1479) aceptarán la soberanía castellana sobre las Canarias, a cambio de que Castilla reconozca su exclusividad de control de los portugueses sobre la costa africana. Al no encontrar apoyo, se trasladó, en 1486, a tierras de la corona de Castilla. La oferta de Colón, aunque fue bien recibida en algunos sectores, particularmente en la costa suroccidental de Andalucía, no tuvo en principio mucha acogida. Pero los Reyes Católicos, y en particular la reina Isabel, accedieron finalmente, en abril de 1492, a firmar con el marino genovés las Capitulaciones de Santa Fe, que daban luz verde al proyecto de Colón. En ellas se concedían a Colón, entre otras cosas, los título de virrey, gobernador y almirante en las tierras descubiertas y el 10% de los beneficios que se obtuvieran en dichas tierras. El 3 de agosto de 1492 se hicieron a la mar las carabelas la Pinta, la Niña y la nao Santa María. El 2 de octubre llegaron a las Bahamas. Durante varias semanas exploraron esta isla y otras (Cuba y Santo Domingo). Colón estaba convencido de que las islas descubiertas estaban situadas frente a la costa asiática1 (Antillas = Ante-illas; indios aplicado a los indígenas americanos). Rápidamente, los RR.CC. Solicitaron del papa Alejandro VI que confirmara su soberanía sobre las tierras descubiertas. La bula Inter Caetera de 1493 entregaba a Castilla el derecho a tales tierras. Los portugueses no aceptaron ya que, según ellos, los RR.CC. habían violado el acuerdo de Alcaçovas. Un nuevo tratado, el de Tordesillas, firmado por portugueses y castellanos fijaba una nueva división, de ahí el derecho de Portugal al Brasil. (ver punto 3.1). Colón realizó otros tres viajes donde poco a poco se fueron viendo sus dotes como marinero y su falta de autoridad como gobernante, lo que motivó que los RR.CC. retiraran su confianza y comenzaran a enviar expediciones (viajes menores) con otros gobernadores y administradores ajenos al almirante. Colón murió en 1506 en Valladolid desprovisto del poder real. En 1513, otro marinero, Vasco Núñez de Balboa, atravesó el istmo de Panamá descubriendo el océano Pacífico y confirmando, definitivamente, que las tierras descubiertas por Colón eran, en realidad, un nuevo continente. La búsqueda de un paso hacia el oriente llevó a un portugués, Fernando de Magallanes, a organizar una expedición bajo patrocinio de Castilla. Ésta partió de Sevilla en 1519 y lograba regresar a Sevilla en 1522 sin Magallanes (muerto durante el viaje), y al mando de Juan Sebastián Elcano y 22 hombres más. La expedición resultó ser una hazaña indiscutible, pero una ruta inviable desde el punto de vista económico.
2. LA CONQUISTA. 2.1. Los pueblos precolombinos. A diferencia de los indígenas de las islas del Caribe, de población dispersa y en un estado de desarrollo muy atrasado, los pueblos precolombinos continentales, aztecas e incas, constituían civilizaciones avanzadas y sólidas. Ambas eran confederaciones de muchos pueblos que se extendían en una inmensa región. Eran sociedades agrarias que explotaban los recursos naturales de forma organizada y sistemática, especialmente el cultivo del maíz. Tenían soberanos con un poder absoluto, capitales densamente pobladas (Tenochtitlán los aztecas y Cuzco los incas) y una sociedad jerarquizada. Su cultura era refinada y compleja: conocimientos astronómicos, complejos sistemas de riego, un calendario exacto, una arquitectura monumental desarrollada y un sistema de creencias sólido. Sin embargo, ambos imperios se derrumbaron en un tiempo muy breve, sin ofrecer casi resistencia ante un número reducido de soldados españoles, y quedaron sometidos a la autoridad de los conquistadores. 2.2. Las fases de la conquista. Una vez conquistado el Caribe, entre 1492 y 1519, se inician una serie de expediciones que extenderán la conquista a tierras continentales americanas. a) La conquista del territorio azteca (1519-1522). Este territorio se extendería por gran parte de Mesoamérica. En apenas tres años Hernán Cortés conquistó este vasto imperio aprovechando las disputas internas. Poco después nacería el virreinato de Nueva España. b) La conquista del imperio inca. Este imperio se extendía desde Colombia a Chile. Francisco Pizarro aprovecharía aquí los enfrentamientos por el poder entre Huáscar y Atahualpa. Tras la toma de la capital, Cuzco, fundó Lima, que se convirtió en la nueva capital del virreinato del Perú. c) Desde Perú se llevaron a cabo nuevas expediciones: Diego de Almagro y Pedro de Valdivia (Chile) y Pedro de Mendoza por el Río de la Plata, donde en 1535 funda Buenos Aires. Se puede decir que hacia 1540 la conquista de América estaba concluida. El dominio no se extendió por las tierras frías del sur y las selvas del Amazonas, de difícil explotación.
2.3. Las causas de la conquista.
Las causas, no sólo de la conquista sino de su rapidez, son diversas.
Superioridad técnica de los españoles: armas de fuego, uso de caballos, organización y técnicas militares...
Disputas internas dentro de los dos grandes imperios que coincidieron con la llegada de los españoles: los pueblos bajo poder de Tenochtitlán vieron la posibilidad de liberarse del yugo y muchos apoyaron a Cortés; por su parte, Pizarro se vio beneficiado por el enfrentamiento que había opuesto a los dos aspirantes al trono: Huáscar y Atahualpa, que había dejado debilitado y dividi do al Estado inca.
Interpretación de la llegada de los españoles como apariciones terroríficas de los dioses, predichas en leyendas religiosas.
La mano dura y crueldad de los conquistadores sirvió para amedrentar a la poblaci ón indígena.
3. COLONIZACIÓN. 3.1. Los Justos títulos. Para entender el problema de los justos títulos debemos conocer primero qué eran. Los justos títulos eran los supuestos derechos que tenían los castellanos para colonizar el nuevo mundo, con la excusa de la evangelización y cristianización de los indígenas. Tras el descubrimiento de América los RR.CC., según la costumbre política de la época, se apresuraron a solicitar del Papa, la posesión de los territorios descubiertos. Por su parte el rey de Portugal, Juan II, declaró que los territorios descubiertos por Cristóbal Colón pertenecían a Portugal, alegando que sus derechos sobre la costa occidental de África darían a Portugal una proyección natural hacia occidente, en virtud del Tratado de Alcaçovas (ver punto 1.2.). Tal conclusión no fue tolerada por la corona castellana, que consideraba que el Tratado de Alcoçovas no decía nada respecto de las tierras occidentales. El derecho a descubrir, conquistar y colonizar el territorio de Indias a favor de Castilla, fue una cuestión legal que suscitó un problema jurídico especial, por el hecho de que las tier ras descubiertas no se encontraban deshabitadas. Así surgieron, con motivo del descubrimiento, los llamados problemas de los Justos Títulos , cuyas principales cuestiones eran: 1) ¿Cuál era el derecho de la monarquía castellana a hacerse con el dominio y propiedad de las nuevas tierras? (Justos títulos territoriales). 2) ¿Cuál era la condición jurídica de los naturales de las Indias? (Justos títulos personales). La primera cuestión se resolvió con el arbitraje del Papa Alejandro VI a través de una serie de Bulas conocidas como Bulas Alejandrinas o Inter Caeteras (1493) (ver punto 1.2.). En ellas se reconocía la soberanía de Castilla, pero para evitar conflictos con Portugal se fijaba una línea de demarcación norte-sur que separaba las zonas de influencia de ambas coronas (la línea se situaba 100 leguas (una legua eran 5,6 km) al oeste de las Azores y Cabo Verde, las tierras al occidente de dicha línea serían para Castilla y las del oriente para Portugal, lo que dejaba a Portugal sin parte en América). Los portugueses no quedaron conformes y una nueva comisión de límites acordó en el Tratado de Tordesillas (1494), en el cual se establecía una línea divisoria, situada 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, entre los dominios transatlánticos de uno y de otro reino. Así, Portugal tendría la soberanía sobre una parte del actual Brasil. 3.2. La situación jurídica y personal de los indígenas tras la conquista. La segunda cuestión era la condición jurídica de los naturales de las Indias. Se trataba de esclarecer las justificaciones morales para llevar a cabo un dominio de sobre esas gentes. Desde un principio Isabel la Católica reconoció a los indígenas como súbditos de la Corona de Castilla, lo que impedía su esclavización (al menos teóricamente). Por otra parte, con la firma de las Bulas Alejandrinas se había adquirido el compromiso de evangelizar a los "indios" en los preceptos de la Santa Fe Católica Romana. Sin embargo, los abusos de los conquistadores con los naturales fueron numerosos y cada vez más extendidos. No obstante, se intentó luchar contra los abusos a que se sometía a los indígenas por parte de la Corona. Los principales hitos en la legislación en defensa del indio son: las llamadas Leyes de Burgos (1512) que prohibían la esclavitud, y las Leyes Nuevas (1542), que entre otras cosas abolía la encomienda, aunque más tarde se volvió a reimplantar, hasta su definitiva abolición en el siglo XVIII. Pero, estas mismas leyes consolidaban la explotación económica de los indios al reconocer la validez de instituciones como la mita; y es que los intereses económicos, sobre todo mineros, eran muy poderosos.
El continente americano era una gigantesca extensión de tierras, con suelos fértiles y una gran población indígena, que suponía mano de obra barata. Los españoles se adueñaron del territorio americano obligando a los indios a trabajar en las tierras de cultivo, en las encomiendas, y en las minas, a través de la mita. Las consecuencias para la población indígena fueron brutales: la imposición de trabajos en minas y campos de cultivo en condiciones de esclavitud trajeron consigo una hecatombe demográfica. En las islas del Caribe la población indígena casi se extinguió y la población fue sustituida por esclavos negros, mientras en el continente, aunque el impacto fue también considerable, la población indígena consiguió sobrevivir. En esta hecatombe demográfica también fue importante la introducción de enfermedades europeas, que no existían en América, y para las cuales los indígenas no tenían defensas. No obstante, no debemos olvidar que la situación de los indígenas levantó un intenso debate entre teólogos y juristas a favor y en contra de la esclavización y el trato inhumano hacia los indígenas. Entre los que estaban a favor, destacó Ginés de Sepúlveda; entre los segundos, Bartolomé de las Casas. Por último, los monarcas castellanos protegieron legalmente los derechos de los indios pero la lejanía y, como hemos dicho anteriormente, la prioridad que se dio a la explotación de los recursos de América hicieron que l a protección quedara en nada. 3.3. Economía colonial. a) Las actividades agrarias. La propiedad de la tierra pasó mayoritariamente a manos de los colonos, y la encomienda fue el método de explotación agrario. Tiene su origen en los repartimientos de indios hechos por los primeros descubridores y constituyó una institución jurídica de gran importancia en el desarrollo de la colonización. La encomienda consiste en que los colonos españoles (encomenderos) recibían un grupo de indios (encomendados), a cambio de pagar un impuesto anual a la Corona por y cada indio entregado. El encomendero debía instruirlos en la religión cristiana a cambio de un impuesto en dinero, especie o trabajo personal que el indio libre debía pagar a la Corona. Así se salvaba el escollo legal de la prohibición de esclavizar a los indios, pero los abusos a que dio lugar esta institución fueron tan grandes que provocaron la denuncia de personajes como Bartolomé de las Casas. A partir de finales del siglo XVI la falta de mano de obra llevó a sustituir las encomiendas por el sistema de haciendas y plantaciones, grandes propiedades trabajadas por hombres libres, pero sobre todo indígenas, mestizos y esclavos traídos de África. Las haciendas eran explotaciones autosuficientes que incluían la producción agrícola y ganadera. Dentro de las actividades ganaderas se extendió la producción de especies traídas de Europa, y donde destacaron las grandes llanuras para pastos en el norte de México, Venezuela y la Pampa argentina. Estas extensiones recibían el nombre de estancias. b) Las actividades mineras. En los primeros tiempos, en las grandes islas del Caribe, los conquistadores se dedicaron a extraer la mayor cantidad de oro posible, sometiendo a los indígenas a trabajos forzosos sistemático. El resultado es que en pocos años se obtuvo todo el oro y para 1525 el ciclo de este metal había terminado. En el continente la plata americana resultó vital para sostener las guerras europeas (UU.DD. 7 y 8) de la monarquía hispánica a lo largo de los siglos XVI y XVII. Castilla se convirtió en la principal suministradora de plata para toda Europa. Por eso los reyes dieron prioridad absoluta a la extracción minera. La explotación de las minas se realizaba mediante la mita, forma de trabajo tomada del imperio Inca. En la colonización los españoles utilizaron este sistema y exigieron de las comunidades rurales un número determinado de mitayos (obreros) para trabajar en las minas de plata y mercurio. Las condiciones de trabajo fueron muy duras, en condiciones infrahumanas, y sin remuneración, a p esar de estar así estipulado. A mediados del siglo XVI se descubrieron las minas de plata de Potosí (Perú) y de Zacatecas (México). Las remesas de plata fueron considerables durante todo el siglo XVI, pero fueron disminuyendo a partir de la década de 1620. c) El comercio. El comercio entre Europa y América fue continuo y creció conforme avanzó el tiempo. Se basaba en el envío de materias primas desde América y la llegada de productos manufacturados desde la metrópoli, pero lo que jugó un papel destacado fue la plata, como ya hemos dicho anteriormente.
El envío de plata se convirtió en un problema estratégico ante la proliferación de la piratería. Para proteger los convoyes éstos se escoltaban con una serie de navíos de guerra que los aseguraban de los piratas. La creciente inseguridad en el Atlántico obligó a adoptar el sistema de convoyes a partir de mediados del siglo XVI. Las naos mercantes (flota) cargaban productos de consumo en Sevilla, allí se les unían los galeones (buques de guerra encargados de la escolta de la flota), que acompañaban a las naos hacia América. Desde América debían salir dos flotas cada año, una a Nueva España y otra hacia Portobelo, en el istmo de Panamá, ambas convergían en La Habana desde donde, cargadas de plata, volvían a la Península. Durante el siglo XVII se agudizó la tan temida penetración de comerciantes extranjeros (holandeses, ingleses y franceses) ante lo que las autoridades americanas poco podían hacer debido a las dificultades de controlar toda la costa y porque estos comerciantes traían productos necesarios para los colonos. Esto incrementó el contrabando y se inició una auténtica guerra comercial, promovida por las potencias europeas enemigas del imperio español, que perjudicaba los intereses de ésta. A lo largo del siglo XVIII, los reyes Borbones convirtieron la protección del monopolio comercial colonial en el eje de su política exterior. Intentaron estimular el comercio creando grandes compañías comerciales y se permitió la actividad privada. A pesar de todo ello a finales del siglo XVIII el control comercial de las colonias era ya muy precario: la Armada española no estaba en condiciones de proteger el circuito colonial frente al contrabando de otras potencias, además, dicho contrabando, era fomentado por los propios americanos conscientes del lastre que el monopolio de la metrópoli significaba para el desarrollo de las colonias am ericanas.
4. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA. 4.1. Desde España. El primer organismo de control fue de carácter económico: la Casa de Contratación (1503). Instalada en Sevilla, por su tradición comercial y por ser puerto seguro, tuvo como misión la organización y el control de todo el servicio de transporte y de viaje de pasajeros entre el viejo y el nuevo continente, así como la recaudación y la gestión de las rentas que sobre este tráfico correspondían a la Corona (el quinto real : el 20% de los beneficios del comercio americano, que iban a parar a las arcas reales). Todas las expediciones debían partir obligatoriamente de Sevilla (ver punto 3.3. c)) y todo lo procedente de América debía pasar por la Casa de Contratación. A principios del siglo XVIII, la Casa se trasladó a Cádiz: se disolvería en 1790, víctima de las ideas de la libertad de comercio propias de la época. El Consejo de Indias desempeñaba la función de un tribunal supremo para todas las causas civiles y criminales relativas a los reinos americanos, pero su función más importante era legislativa y política. Fue creado en 1524 por Carlos V, dentro de su modelo de organización política (ver U.D. 7). El período de mayor importancia del Consejo coincide con los siglos XVI y XVII. Con los Borbones uno de los secretarios de Estado estuvo destinado a la Marina y a América, recurriendo al Consejo sólo ocasionalmente. Desapareció en 1812. En principio, las leyes castellanas tenían vigencia en América, pero era tarea del Consejo adaptarlas a un medio muy diferente y, si se hacía necesario, crear otras nuevas. 4.2. Desde América. Una vez terminado el proceso de conquista, la América española quedó dividida en dos grandes virreinatos: Nueva España (1535), con capital en México (antigua Tenochtitlán), y Perú (1542), con capital en Lima. Los virreyes eran la máxima autoridad en América, por lo que eran dirigidos de entre miembros de la alta nobleza. Eran los representantes directos del rey en estos territorios, por lo que actuaban con gran autonomía (también debido a la enorme distancia entre Europa y América). En el siglo XVIII, ante la complejidad de controlar un territorio tan inmenso, los virreinatos se subdividieron. En 1717 se creó un tercer virreinato, el de Nueva Granada, cuya capital fue Bogotá. En 1776 se creó el virreinato de La Plata, cuya capital fue Buenos Aires. Por debajo de los virreinatos se encontraban las Audiencias, distritos en que se subdividía cada virreinato. Era a la vez órgano administrativo y tribunal de justicia. Así, entre sus funciones, se encontraban las de inspeccionar las ciudades y velar por la aplicación de las leyes continuado en cuanto más alejado de las grandes ciudades. La Corona de Castilla, a través del Consejo de Indias, hizo grandes esfuerzos para que los altos funcionarios de las Audiencias fueran jueces independientes respecto a los intereses locales. Los magistrados realizaron grandes esfuerzos para hacer aplicar las leyes. En general fueron desbordados por la amplitud de su tarea, muy difícil a causa de las distancias, el relieve, la imposibilidad de un control.
Cada Audiencia tenía jurisdicción sobre varias provincias. Éstas estaban dirigidas por gobernadores, que tenían funciones jurídicas y administrativas sobre sus provincias. El gobernador era el instrumento de control de la Corona: cada provincia nacida de la conquista se verá provista de un gobernador nombrado por el rey y dotado de poderes administrativos y de justicia, y muy a menudo de poder militar. A finales del siglo XVII 37 provincias eran administradas por un mismo número de gobernadores. A finales del siglo XVIII, cuando el control de América fue más difícil, los Borbones dentro de su reforma política-administrativa introdujeron la figura del intendente: funcionario real que tenía autoridad sobre un territorio. –
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En definitiva, Gobernadores, Audiencias y Virreyes, fueron los directos representantes de la España colonizadora. En las grandes ciudades y sus alrededores su influencia fue enorme. Pero la enorme amplitud del espacio americano limitó espacialmente esta influencia. De ahí la importancia del gobierno local. El gobierno local, tenía en el municipio la cédula básica de la sociedad colonial. Estaba formado por un cabildo o gobernador municipal, del que formaban parte, además de los alcaldes, los regidores y, el jefe de policía, el jefe de policía rural, el intendente (desde los Borbones), el secretario y notario y el heraldo público. El cabildo desarrollaba una actividad multiforme: la distribución de los productos alimenticios en situaciones de necesidad, la adjudicación de tierras, el control y gestión de los bienes comunales, la organización de la actividad artesanal, la elaboración de los estatutos de las corporaciones, la fijación de los precios y de los salarios …
Desde el siglo XVII se extendió la venta de los cargos municipales, al igual que en la Península, ante las necesidades económicas de la Corona, lo que dio pie a la aparición de una oligarquía municipal. Como en Castilla, en las ciudades más importantes había un corregidor, elegido casi siempre por los virreyes o las audiencias que representaba a la autoridad y actuaba de árbi tro en los conflictos locales.
5. SOCIEDAD Y CULTURA. 5.1. La organización social. La sociedad americana se caracterizó por el dominio de los colonos europeos. Otra de las características fue el mestizaje profundo entre colonos, indígenas y esclavos negros. Dentro de esta sociedad los blancos acaparaban el poder, los recursos económicos y el predominio social. En la cúspide estaban los españoles: virreyes, presidentes de audiencia, gobernadores, obispos..., es decir, aquellos que ocupaban cargos políticos y/o religiosos relevantes. Por debajo de ellos se encontraban los criollos, descendientes de antiguos colonos españoles nacidos ya en América; aunque detentaban cargos menores en la administración tenían un gran poder económico, pues poseían haciendas y negocios comerciales, pero se consideraban postergados por los españoles, por lo que a lo largo del siglo XVIII fue a rraigando en ellos una conciencia independentista.
La sociedad indígena quedó relegada a un segundo plano. Constituía la mano de obra en las actividades agrícolas y minera, principalmente. Sólo los caciques, los jefes de las tribus, mantuvieron su autoridad, ya que ayudaban a los blancos en el control de los indios. La población esclava negra comenzó a llegar cuando el descenso demográfico (ver punto 3.2.) fue una realidad. Fue empleada para sustituir a la población indígena en aquellos sitios donde ésta desapareció. Hasta el siglo XIX la esclavitud fue vista con naturalidad, no sólo por los españoles, sino por todos los blancos. A pesar de lo que se pudiera pensar, las protestas o revueltas sociales de cierta intensidad e importancia fueron escasas. No obstante, a lo largo del siglo XVIII, conforme creció la conciencia de discriminación sí que las hubo; la revuelta más importante se produjo en 1780 en Perú y Nueva Granada: Tupac Amaru. 5.2. La actuación de la Iglesia. La evangelización de los indios se convirtió en el principal motor y en la justificación de la conquista (ver punto 3.1.). La Corona de Castilla ejerció un control absoluto sobre la Iglesia americana. Nombraba directamente a los obispos sin admitir injerencia alguna de Roma. Pero, a pesar de todo, la acción evangelizadora recayó en las órdenes religiosas. Llevaron a cabo una labor de predicación y formación cultural decisiva, además, supieron fusionar las costumbres y la moral cristiana con las tradiciones indígenas. Tras la denuncia de de las Casas (ver punto 3.2.), y al comprobar que la Corona no tomaba medidas eficaces contra el abuso de los colonos, muchos frailes optaron por huir a zonas aún no controlada por los españoles. Surgieron así las reducciones: tierras donde los frailes construían, junto con los indios, poblados donde la tierra era común, enseñándoles las formas de cultivo europeas, y los intercambios se hacían por trueque con un sistema social igualitario y justo donde la fe católica era la base de todo. Dichas reducciones destacaron en Paraguay (actual región de Misiones). Estas organizaciones fueron criticadas por los criollos ya que, según ellos, hacían una competencia desleal; al final los criollos se salieron con la suya y, a mediados del siglo XVIII, cuando los jesuitas fueron expulsados las reducciones fueron atacadas y destruidas. 5.3. Cultura: el urbanismo colonial. La cultura europea desapareció casi por completo y fue sustituida por la cultura europea (por ejemplo, el castellano se difundió rápidamente). Pero, en el desarrollo de esta cultura, debemos destacar la expansión en la cultura urbana: se crearon ciudades donde los españoles se basaron en las pautas urbanísticas renacentistas y barrocas - de difícil aplicación en Europa - con planos cuadrangulares y una ordenación racional. Además se desarrolló una arquitectura colonial que es muy apreciable en muchos edificios donde se mezclan los estilos europeos (gótico, renacentista o barroco) con las peculiaridades locales; otro ejemplo son el desarrollo de las fortificaciones.
6. IMPACTO Y CONSECUENCIAS DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. El descubrimiento de América tuvo importantes consecuencias: Económicas. Toda Europa se vio involucrada en el descubrimiento debido a la redistribución de las nuevas mercancías en los circuitos comerciales europeos. La llegada del oro y de la plata americanos provocó una subida de precios como consecuencia de la mayor circulación de dinero: la Corona pagaba sus deudas a los banqueros y a los particulares extranjeros que exportaban productos a España con el oro y la plata americanos. La afluencia de oro y plata originará un aumento monetario que facilitará la aparición del capitalismo europeo y la instalación de manufacturas que acabarán con el gremio medieval. Sin embargo, en la península, sus consecuencias fueron terribles, la revolución de los precios por la llegada masiva de plata y oro originará una oleada inflacionista que acabará por arruinar a la artesanía y agricultura castellana y debilitará a los reinos de la Corona de Aragón. Con todo, se inició un periodo de expansión y crecimiento económico. La hegemonía comercial del Mediterráneo, tradicional en el periodo medieval, se trasladó al Atlántico. Sociales. La emigración a América, junto con las guerras de hegemonía en Europa, ocasionó un enorme impacto demográfico y durante el siglo XVII se producirá un descenso demográfico en Castilla y en la península. Los indígenas americanos sufrieron una gran mortandad debido a la difusión de enfermedades europeas desconocidas en el nuevo continente, como, por ejemplo, la viruela. Asimismo, se produjo un mestizaje étnico y cultural entre los nativos y los colonizadores.
Políticas. Creación de dos inmensos imperios coloniales: Portugal y España. La afluencia de metales preciosos permitió a la monarquía lanzarse a la conquista de la hegemonía mundial. Además, se sientan las bases del dominio europeo, del hombre blanco, sobre el resto de pueblos culturas y civilizaciones. Culturales. El descubrimiento de América fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia europea, dentro de un momento caracterizado por el Humanismo y el Renacimiento. La existencia de un nuevo continente (Vasco Núñez de Balboa, ...), la demostración de la esfericidad de la Tierra (viaje de Magallanes y Elcano, 1519-1522)... supusieron un cambio en la percepción del Mundo por parte del hombre. Los descubrimientos modificaron, y ayudaron a mejorar, campos como la cartografía o la navegación: se perfeccionaron instrumentos de navegación, cartas de navegación, el conocimiento de los vientos y de las corrientes marinas, la construcción naval... Además, se produjo un traspaso de la cultura, lengua y religión peninsulares a América. El descubrimiento del «nuevo» continente supone un cambio de pensamiento y pone fin a la Edad Media. CONCLUSIÓN: LA OBRA DE ESPAÑA EN AMÉRICA: ¿COLONIZACIÓN O EXPLOTACIÓN? La labor desarrollada por España en América ha suscitado muchas críticas. No cabe duda de que se buscaba, ante todo, la obtención de oro y de riquezas, y que para ello se utilizó, de forma masiva, mano de obra indígena. Así, la labor de España en América fue punto de partida de la denominada "leyenda negra". Pero también la presencia de España en América se tradujo en la difusión de las señas de identidad de los conquistadores, desde la religión, que se plasmó en una importante labor de evangelización, hasta la lengua. A mediados del siglo XVI se crearon en América las primeras universidades: México (1551) y Lima (1555). En 1538 se imprimió en México el primer libro aparecido en el nuevo continente. Asimismo fueron muchos los españoles que no tuvieron el menor reparo en casarse con indias, lo que dio lugar al mestizaje.
Esclavos en una ilustración del siglo XVII