SOCIOLOGIA MODULO 3 Y 4 La posición que ocupa el individuo dentro de la estructura social es llamada estatus. Macionis y Plummer “el estatus nos dice quiénes y qué somos en relación a otras consecuentemente qué es lo que esperan esas otras personas de nosotros”.
personas
y
El estatus nos confiere entonces una identidad social. todos los estatus que ocupa el individuo en un determinado período de tiempo le llamaremos “conjunto de estatus” estatus dominante el que mejor define la identidad social de una persona, teniendo gran influencia en su vida. También podemos diferenciar los estatus adscriptos son posiciones que una persona ocupa al nacer, o que le son adjudicados más allá de su voluntad. Por ejemplo el estatus de hombre o mujer o el estatus de hijo. de los estatus adquiridos. son posiciones que la persona adquiere por su propio esfuerzo, con mayor o menor grado de libertad. Como por ejemplo el estatus de ingeniero o de padre. Esta conducta esperada, que depende del estatus que tiene el individuo, recibe el nombre de rol. Un individuo tiene un estatus pero desempeña un rol. (Macionis y Plummer 2000:159) Hablamos de conjunto de roles para referirnos a la variedad de roles reunidos en un único estatus o posición social. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de conflicto entre rol. Pero el conflicto también puede originarse entre los roles de una misma posición social. A este tipo de conflicto le llamamos conflicto intrarol. El conjunto de estatus de este individuo es el siguiente: Jefe de área y profesor. A su vez, tiene dos conjuntos de roles. Si el individuo tiene dificultades para desempeñar su rol de jefe de área al mismo tiempo que su rol de investigador (por ejemplo, en el caso de que se vea obligado a aplicar procesos de trabajo que, según sus investigaciones, considere negativos) estaremos hablando de un conflicto entre roles. Si dicho individuo encuentra conflictivo ejercer su rol de jefe de área al mismo tiempo que su rol de compañero de trabajo (por ejemplo, porque le resulta difícil dar órdenes a sus subordinados, siendo que se siente amigo de los mismos) estaremos hablando de un conflicto intra-rol. Esta idea puede verse plasmada teóricamente en el teorema de Thomas, el cual afirma que una situación termina haciéndose real a partir de sus consecuencias. Thomas enuncia en 1928 que “si los hombres consecuencias”. 1
definen
sus
situaciones
como
reales,
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reales
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En “La construcción social de la realidad” (1966), Berger y Luckmann realizan un recorrido por la historia de las instituciones y su papel dentro de la sociedad. Dirán Berger y Luckmann, “Toda actividad está sujeta a la habituación. Todo acto que se repite con frecuencia, crea una pauta que luego puede reproducirse con economía de esfuerzos y que ipso facto es aprehendida como pauta por el que la ejecuta.” La propuesta de Berger y Luhmann se haya en la línea del Interaccionismo simbólico. Es Herbert Blumer quien acuña en 1938 el término interaccionismo simbólico, haciendo referencia a la idea de construcción social a partir de la interacción. De acuerdo al interaccionismo simbólico, las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. La Etnometodología estudia el cómo se va construyendo esa realidad. En otras palabras, como los individuos logran esos acuerdos y entendimientos en la interacción cotidiana. Para ello se vale de técnicas tales como el Análisis Dramatúrgico, aporte realizado por Erving Goffman, el cual implica estudiar la interacción social en términos de una representación teatral. Así la premisa para llevar a cabo este análisis es que una persona en la vida cotidiana se tiene que esforzar para crear unas determinadas impresiones sobre otras personas y así hacer creíble la imagen que quiere dar de sí misma (Macionis y Plummer 2000: 164), tal como un actor se esfuerza para hacer creíble su personaje. De esta forma para realizar dicho análisis nos concentraremos en ciertos elementos tales como: 1. 2. 3. 4. 5. 6.
El humor generado El lenguaje utilizado La actuación y el vestuario La comunicación no verbal (gestos, tono de voz, lenguaje corporal, expresiones) La vergüenza ante el error en la actuación y el tacto por parte del espectador Las maneras de comportarse (con soltura, formalmente, el estilo)
Dos o más personas, cada una de las cuales con una identidad reconocida por el resto, manteniendo algún tipo de vínculo o relación entre sí, forman un grupo social. El grupo social no es lo mismo que la categoría social. Una categoría agrupa individuos por alguna característica común (el sexo, la edad, la nacionalidad, etc.) pero no implica relación entre ellos. La categoría se utiliza principalmente para el análisis sociológico: hablamos por ejemplo de que “los padres solteros” tiene cierta conducta, pero no queremos indicar que forman un grupo relacionándose entre ellos. Tampoco el grupo social es lo mismo que una aglomeración.
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La red social es un entramado de vínculos sociales que une temporal o superficialmente a distintas personas entre sí.
Charles Cooley
distinguió además, dentro de los grupos sociales, los grupos primarios y los grupos secundarios. El grupo primario, afirmaba, es el pequeño grupo que contiene al individuo, estableciendo con él una relación personal y duradera. Cooley se detuvo a pensar en cuán importante es este grupo para el individuo, ya que aportaba un valor moral, otorgándole protección y afecto. Por el contrario, los grupos secundarios, aunque sean duraderos, no son permanentes. Las relaciones que establecen, más que afectivas son estratégicas: los integrantes del grupo están unidos porque mantienen una actividad o persiguen un interés común. También podemos hablar de grupo de referencia, término acuñado por
Samuel
Stouffer
para designar a aquél que sirve como punto de referencia a la hora de evaluar una situación o tomar decisiones. Y para terminar con nuestra clasificación de grupos hablaremos de ingroups y outgroups. ingroups son los grupos a los que nos sentimos pertenecientes, mientras que los segundos outgroups son los grupos con los cuales marcamos diferencias contundentes y que nos dan sentido como grupo. El liderazgo es parte sumamente importante en el funcionamiento de un grupo. Este puede ser ejercido con el fin de cumplir ciertos objetivos (liderazgo instrumental) o considerando el bienestar colectivo (liderazgo expresivo). El liderazgo también puede ser clasificado de acuerdo a quien toma las decisiones. Si el líder toma las decisiones toma solo las decisiones, apuntando a resolver problemas y pidiendo a sus subordinados que las acaten sin cuestionamientos, estamos hablando de un liderazgo autoritario. Si, por el contrario el líder busca opiniones en sus subordinados e intenta consensuar las decisiones, estamos hablando de liderazgo democrático. Este último, al tener más rasgos de liderazgo expresivo, puede ser menos efectivo a corto plazo pero genera mayor grado de implicancia en las decisiones por parte de los subordinados. Por último, el liderazgo laissez-faire (dejar hacer, en francés) corresponde a un líder que deja que el grupo se autorregule por sí mismo. Otro elemento investigado dentro de la dinámica de los grupos es el de la conformidad u obediencia. La mayoría de los estudios realizados en esta línea han demostrado que la presión de los grupos humanos tiene una influencia destacable en el comportamiento y actitudes de las personas, tanto en la adolescencia como en la etapa adulta. Las principales investigaciones al respecto han sido realizadas por Solomon Asch (1952) y posteriormente por su discípulo Stanley Milgram (1963) Georg Simmel, el tamaño del grupo y las relaciones que se generan dentro del mismo. 3
Cada integrante que se agrega a un grupo incrementa el número de relaciones dentro del mismo, hasta el punto en que se hace imposible mantener el grupo sin subdivisiones internas. A las asociaciones de personas que tienen unos objetivos determinados y que funcionan según un esquema preestablecido le llamamos organización formal. Estas se distinguen claramente de las organizaciones o grupos informales porque en ella las relaciones entre los miembros están reguladas de antemano, así como las tareas que cada uno debe realizar. Pensemos ahora en tres organizaciones formales distintas: Si ha arriesgado una respuesta habrá generado una clasificación de organizaciones formales similar a la propuesta por Etzioni (1975). Según Etzioni pueden distinguirse tres tipos de organizaciones formales, en base a las razones que hacen que las personas terminen perteneciendo a dicha organización. 1. Las organizaciones utilitarias, tales como una empresa comercial, son aquellas cuyos miembros trabajan a cambio de un salario. 2. Las organizaciones normativas son aquellas cuyos miembros participan motivados por razones de orden moral o ético, como por ejemplo organizaciones de voluntarios. 3. Por último, las organizaciones coercitivas, son aquellas cuyos miembros no participan voluntariamente sino contra su voluntad, como en el caso de cárceles u hospitales psiquiátricos. BUROCRACIA Una organización formal es una asociación de personas regidas por reglas de actuación precisas y expresamente diseñadas para conseguir unos objetivos específicos. Las organizaciones formales modernas se caracterizan por poseer una estructura racional y especializada de las distintas funciones y actividades a cumplir para el logro de objetivos precisos. Estas características son las que observa el sociólogo XX para definir el término burocracia.
Max Weber,
a principios del siglo
Con él hace referencia a organizaciones formales que están diseñadas de forma racional y según criterios de maximización de la eficiencia. Para este autor la burocracia es un ejemplo supremo de racionalidad en las relaciones sociales, de manera que burocracia y eficacia son para él casi sinónimos. Weber reconocía que la burocracia crea inconvenientes, pero creía que este era el precio por una organización racional y eficaz, que tiene las ventajas de: maximizar la efectividad con la que se consiguen las metas, maximizar la eficiencia para lograr el mejor resultado al más bajo costo y se controla la incertidumbre al regular a los trabajadores, a los proveedores y a los mercados. Las características que debe tener la burocracia “ideal” El tipo ideal de burocracia, definido por Weber, debería contener los siguientes rasgos: a) Jerarquía de oficios, es de tipo piramidal con una cadena de mando, en la que cada instancia supervisa y controla la inferior. 4
b) Existencia de reglas escritas que regulen y especifiquen las tareas de cada uno, lo que permite que el funcionamiento de la burocracia sea ordenado y predecible. c) Impersonalidad ante la toma de decisiones, de modo que los intereses y sentimientos personales quedan relegados a la vida privada. d) Especialización para las distintas tareas. El trabajo que debe ejecutarse se reparte en una división claramente establecida del trabajo. Los objetivos que se buscan con estas características es la máxima eficacia con el menor costo posible. Esto tuvo su correspondencia en el mundo laboral en las teorías del Taylorismo, en la organización científica del trabajo y en las cadenas de montaje de las fábricas de Ford (Fordismo). Limitaciones de la burocracia La forma de organización burocrática hace que una organización formal se diferencia de una informal. Tanto una empresa, como un hospital psiquiátrico o una ONG son organizaciones burocráticas, ya que, a fin de ser eficientes, se organizan según los rasgos anteriormente explicitados. Sin embargo, en el mundo real a esa estructura formal de la organización se le superpone otra estructura informal a partir de las lealtades personales que surgen en el seno de la organización. Si bien la organización informal puede ser beneficiosa para la organización, se debe ser cuidadoso ante el riesgo de que dicha estructura actúe en beneficio exclusivo de ciertos grupos. En primer lugar genera en los miembros un sentimiento de alienación (¿Recuerda que mencionamos este término cuando hablamos de Karl Marx?). Esto implica que los sujetos se sienten sólo una pieza del mecanismo, no tienen conciencia del proceso completo y finalmente deshumanizan su tarea. En segundo lugar, los miembros pueden caer en el denominado ritualismo burocrático, que se produce cuando olvida que las reglas y procedimientos que llevan a cabo son sólo un medio para lograr algo. En tercer lugar, a pesar de que la organización burocrática se establece para cumplir ciertos objetivos, una vez cumplidos busca otros para no desaparecer, conservando así cada miembro sus puestos. A esto se le llama inercia burocrática. Además se corre el riesgo de que una elite utilice los recursos disponibles para beneficio propio y para perpetuarse en el poder, emergiendo de este modo una oligarquía organizacional. Para contrarrestar estos problemas existe una tendencia a humanizar la burocracia. Esto implica procurar que las organizaciones se gobiernen más democráticamente, teniendo en cuenta el esfuerzo de cada miembro, valorando al individuo como ser humano y no sólo como un engranaje de la maquinaria. Japón, una potencia mundial a dado ejemplo acabado de humanización de las organizaciones. Una organización nunca opera en el vacío sino en un entorno que le influye sin que esta pueda evitarlo.
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Entre las variables de mayor influencia podemos resaltar: la tecnología, los acontecimientos políticos, la demografía, la economía y las otras organizaciones.
Control social, delito y desviación Cuando los miembros entienden que alguien transgrede estas normas culturales, decimos que ese sujeto ha adoptado una conducta desviada. Por lo tanto la desviación es eso: la transgresión a una norma cultural. Si la norma que se transgrede es una ley se hablará de delito. Algunas conductas desviadas generan en los miembros simples críticas. Pero otras, despiertan un rechazo más contundente e implican sanciones severas. A este tipo de desviaciones corresponde el delito, el cual puede analizarse desde múltiples perspectivas. En primer lugar podemos considerar que el delito surge en ciertos individuos como un instinto natural. Algo así como que ya se nace delincuente. Este enfoque biológico, que podemos ejemplificar con los estudios de Lombroso (1876), carece de sustento, aunque, como usted podrá observar, está presente en el sentido común de muchas personas. Lo criticable de este enfoque es que resta importancia al contexto social que enmarca a los individuos que cometen delito. En segundo lugar, el enfoque psicológico encuentra el origen del delito en ciertos problemas de personalidad del individuo. En otras palabras el delito sería resultado de una incorrecta socialización del individuo. Esta teoría pierde peso al comprobar que la inmensa mayoría de los individuos que cometen los delitos más graves tienen un perfil psicológico normal. Por último, el enfoque sociológico involucra al contexto social para comprender el origen de la desviación. De esta forma afirma que: Lo que se entiende como conducta desviada varía según cuáles sean las normas de la sociedad en que vivimos (usar minifalda puede ser bien visto en sociedades occidentales, mientras que puede verse como conducta desviada en sociedades musulmanas) Sólo cuando los demás lo definen así la conducta es desviada. (La conducta no es desviada per se) No todos tienen la misma capacidad para elaborar reglas en una sociedad. (En general, quien posee mayor estatus tiene más posibilidades de imponer normas y reglas). Tal como Durkheim lo observó, el desvío tiene la función de conservar el orden del sistema. La cultura implica un consenso acerca de lo que está bien y de lo que está mal, y el desvío, al mostrar lo que se considera mal, refuerza lo que se considera bien. Por lo tanto ayuda a consolidar valores y normas culturales. Robert Merton, por su parte, explicó la conducta delictiva relacionándola con la coyuntura social y las posibilidades que tienen los individuos de alcanzar determinados objetivos asociados al éxito. 6
Según Merton, los individuos buscan satisfacer ciertos objetivos culturales (tales como la riqueza o el prestigio). Si lo hacen a través de mecanismos legítimos y aceptados socialmente estamos hablando de conformidad. Si en cambio, utilizan mecanismos no convencionales hablaremos de innovación. También están quienes aceptan los mecanismos legítimos, pero no en búsqueda de aquéllos objetivos culturales, sino con el fin de vivir respetablemente. En ese caso hablaremos de ritualismo. Y si los individuos rechazan los mecanismos socialmente aceptables de conseguir los objetivos culturales, pero también rechazan esas definiciones culturales de éxito, hablaremos de retraimiento. La última posibilidad es la de aquéllos que rechazan los objetivos culturales y también los mecanismos de obtenerlos, pero proponen alternativas al orden y las normas sociales existentes: en ese caso se hablará de rebelión. Los rebeldes no son conformistas, sino todo lo contrario. La desviación desde el interaccionismo simbólico Una de las contribuciones más interesantes del enfoque del interaccionismo simbólico A la comprensión de la desviación es la teoría del etiquetaje. Según esta teoría la desviación y la conformidad se definen no tanto por las acciones de las personas como por la respuesta del entorno a esas acciones (Macionis y Plummer 2000: 212). Entendiendo así las cosas, la desviación sería siempre algo relativo, definiéndose como desviado o no según el contexto social. En otras palabras, la conducta se considera desviada sólo si los demás la juzgan así. Entendiendo así a la desviación, Howard Becker afirmó que la conducta desviada es la que es “etiquetada” así por los demás, de allí el nombre de la teoría. Edwin Lemert agregó además los conceptos de desviación primaria, para referirse a episodios de transgresión que generan poca reacción tanto en lo demás como en el transgresor y de desviación secundaria para referirse a episodios provocados por la reacción que los demás han tenido ante la primera transgresión. Imaginemos que un individuo se muestra alcoholizado en una fiesta familiar. Si el hecho no genera demasiada reacción ni afecta la mirada que el individuo tiene de sí mismo, hablaremos de una desviación primaria. Pero si este hecho provoca que sus familiares lo excluyan del círculo familiar y el individuo comienza a frecuentar bares para alcoholizarse tranquilo, este último acontecimiento forma parte de una desviación secundaria. Erving Goffman, por su parte, acuño el término estigma para hacer referencia a la marca social negativa que utiliza la sociedad para definir a un individuo. A través del estigma los demás explican todas las acciones del individuo estigmatizado, a tal punto que la persona termina actuando en función de su estigma, ya que le es muy difícil deshacerse del mismo y adquirir una identidad distinta. 7
Por ejemplo, si alguien es estigmatizado como ladrón y juzgado siempre en función de ese estigma, es posible que termine actuando como ladrón por ser la única estrategia que considera posible. Además, existe una tendencia a interpretar el pasado del individuo de acuerdo al estigma que tiene en el presente. Por ejemplo, cuando uno dice “ya me parecía que era ladrón” o “con razón siempre estaba mirando”. A esto se le llama etiquetaje retrospectivo. La conducta desviada desde la teoría del conflicto La teoría del conflicto trata de demostrar que la desviación refleja desigualdades sociales y de poder. Partiendo de la idea de que tanto las normas como las leyes no son neutrales sino que favorecen a las clases privilegiadas es lógico pensar que los oprimidos se resistan a las mismas, reaccionen y adopten conductas que los privilegiados considerarán “desviadas”. Y el individuo es etiquetado, tal como lo señala Spitzer, cuando amenaza el desarrollo del capitalismo. La teoría del conflicto insiste en que se debe prestar mayor atención a factores macro estructurales, tales como la distribución del poder y de la riqueza, a la hora de analizar la delincuencia. Si somos todos pobres, no notamos nuestra escasez de recursos. Pero cuando vemos a otros que tienen más sentimos la desigualdad. El delito se intenta prevenir, evitar o castigar. Al conjunto de medidas adoptadas para lograrlo se le llama sistema de control social. Los sistemas de control social son muy variados: familia, escuela y medios de comunicación y cumplen su labor de que el individuo acepte los valores y normas sociales de manera muy sutil, tanto que en ocasiones lo hace sin percatarse de ello. Las características centrales de los actuales sistemas de control tienen su origen en el siglo XVIII. Con la industrialización y el desarrollo de las sociedades modernas el control social se profesionalizó y burocratizó, y la administración central empezó a jugar un papel cada vez más importante. Actualmente podemos observar numerosos cambios tanto en las técnicas de control como en las formas de condena. Los circuitos cerrados de televisión son un claro ejemplo de cómo se ha complejizado la forma de controlar el delito. El control social se manifiesta en los valores y normas de convivencia que aporta la escuela en el proceso de socialización del niño. La socialización y el control social que ejerce la escuela se pone en evidencia en el posterior autocontrol que ejerza el individuo sobre sus actos.
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La escuela, como mecanismo de control social, ha sido criticada por imponer los valores dominantes y la obediencia a la autoridad, favoreciendo de esta forma a ciertas elites y obstaculizando cualquier forma de resistencia y rebeldía. Los medios como mecanismos de control social Los medios aportan al consenso sobre las normas y valores sociales. También son acusados de su supuesta tendencia a imponer a los grupos subordinados, los valores de las clases dominantes y de tender a favorecer un orden establecido Las críticas se fundamentan en la afirmación de que los medios pertenecen a grandes grupos financieros los cuales se han encargado de monopolizarlos y de que sólo puedan acceder a ellos o crear medios de comunicación las entidades o personas con su misma capacidad económica. La cárcel como mecanismo de control social Cuando todo el aparato anteriormente comentado de control social no cumple su objetivo y el individuo igualmente transgrede las normas, tiene lugar el sistema de sanciones. Dichas sanciones pueden ser aplicadas por el grupo, en el caso de desviaciones a normas sociales o por el Estado, en el caso de que la desviación constituya un delito. Por tanto, el estado hace uso de ciertos instrumentos, tales como multas o condenas con el fin de mantener el control social. Históricamente la condena responde a
4 razones:
1. El desquite: la sociedad debe imponer al delincuente un sufrimiento proporcional al que causó. 2. La disuasión: intenta desincentivar el crimen a través del castigo. 3. La rehabilitación: el propósito de reformar al delincuente y evitar la repetición del castigo. 4. La protección de la sociedad: lo que implica evitar que el delincuente vuelva a ser una amenaza para la sociedad. Resocialización o control social Por un concepto crítico de "reintegración social" del condenado. *Ponencia presentada en el seminario "Criminología crítica y sistema penal", organizado por Comisión Andina Juristas y la Comisión Episcopal de Acción Social, en Lima, del 17 al 21 de Septiembre de 1990.
Construcción Teórica.La reforma de los sistemas penitenciarios a la que asistimos en la mitad de los años 70 (piénsese en la reforma italiana o alemana occidental), sucedió bajo el signo de la resocialización o del "tratamiento" reeducativo y resocializador como finalidad de la pena.
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La emergencia del terrorismo y la reacción de los Estados frente a este fenómeno, han determinado en varios países europeos modificaciones al régimen carcelario y en la política de utilización de las cárceles, que con razón llevan el nombre de "contrarreformas". la creación de cárceles de máxima seguridad en el curso de la lucha contra el terrorismo, ha significado, por lo menos para un sector de las instituciones carcelarias, la renuncia explícita a objetivos de resocialización y la reafirmación de la función que la cárcel siempre ha ejercido y continúa ejerciendo: la de depósito de individuos aislados del resto de la sociedad y por esto neutralizado en su capacidad de "hacerle daño" a ella. Renacen de este modo concepciones "absolutas", retributivas de la pena o, entre las teorías "relativas", se confirma la de la prevención especial negativa. En realidad el reconocimiento del carácter contrafáctico de la idea de resocialización aparece a veces en la misma argumentación de los sostenedores de la nueva "ideología del tratamiento". En la teoría del castigo y/o de la neutralización se incurre en lo que en la filosofía práctica se denomina la "falacia naturalista": se elevan los hechos a normas o se pretende deducir una norma de los hechos. Con la nueva teoría de la resocialización, se incurre en la "falacia idealista": se coloca una norma contrafáctica que no puede ser realizada, una norma imposible. Para una política de reintegración social de los autores de delitos, el objetivo inmediato no es solamente una cárcel "mejor" sino también y sobre todo menos cárcel. Hasta que los no sean por lo menos simbólicamente derribados, las oportunidades de "resocialización" del condenado seguirán siendo mínimas. No se pueden segregar personas y pretender al mismo tiempo reintegrarlas. Pero el discurso es más amplio y se relaciona con el concepto mismo de "reintegración social", concepto que decididamente prefiero a los de "resocialización" y de "tratamiento". "Tratamiento" y "resocialización" presuponen en efecto, un papel pasivo del detenido y uno activo de las instituciones: son residuos anacrónicos de la vieja criminología positivista que definía al condenado como un individuo anormal e inferior que debía ser (re)adaptado a la sociedad, considerando acríticamente a ésta como "buena" y al condenado como "malo". Reintegración social (del condenado) significa, antes que transformación de su mundo separado, transformación de la sociedad que reasuma aquella p arte de sus problemas y conflictos que se encuentran "segregados" en la cárcel. También en este caso, la reinterpretación necesaria de los conceptos tradicionales es una consecuencia del punto de vista general que he definido anteriormente: reintegración, no "por medio de", sino "no obstante" la cárcel. Esto significa reconstruir integralmente, como derechos del detenido, los contenidos posibles de toda actividad que puede ser ejercida, aun en las condiciones negativas de la cárcel, a su favor. Por tanto, el concepto de tratamiento debe ser redefinido como "servicio". Otro núcleo es sin duda alguna el desarrollo de estrategias y prácticas eficaces de efectiva descarcelación con vistas a que se realicen las condiciones culturales y políticas que permitan 10
a la sociedad "liberarse de la necesidad de la cárcel" según una eficaz formulación con la cual se denominan también un movimiento de profesionales y científicos de Italia. Ellos representan una alternativa en relación con la práctica tradicional, correspondiente a la concepción correccionalista y "técnica" del tratamiento y de la resocialización, y al mismo tiempo una aplicación coherente del principio de la independencia funcional de penadisciplina y reintegración. Se deben promover oportunidades de reinserción "asistidas" en otro ambiente distinto al original. Hay infracciones realizadas por individuos normales e infracciones realizadas por individuos con "anomalías"; existen igualmente anomalías precedentes y subsiguientes a la infracción. Los dos puntos de referencia del concepto de "tratamiento", es decir, por una parte la disciplina penal y por el otro, los programas de resocialización y asistencia, son sometidos a una clara diferenciación funcional. En el primer caso, se trata de prácticas a las cuales es sometido el detenido y de cuales es "objeto", en el segundo caso -en la redefinición que sostenemos aquí-, se trata de servicios y oportunidades que se le ofrecen y de los cuales el detenido es sujeto, también en el sentido en que su contenido y ofrecimiento dependen de sus necesidades y de su demanda. Llamar con nombres distintos dos "cosas" entre ellas e irreconocibles. Exclusividad del criterio objetivo de la conducta en la determinación del nivel disciplinario y la concesión del beneficio de la disminución de pena y de la semilibertad. Irrelevancia de la supuesta "verificación" del grado de resocialización o de "peligrosidad". Los criterios de decisión deben ser objetivos y "judiciables". Es decir pueden concernir sólo a la verificación y valoración de la conducta. Se deben evitar criterios "subjetivos" correspondientes a la valoración de posiciones mentales del condenado y a la "peligrosidad". El principio de la no interferencia entre pena disciplina y reintegración social posibilita la superación de las dificultades y contradicciones que surgen cuando hay superposición entre estos contextos, respecto al "tratamiento" de los detenidos en espera de juicio definitivo. Los programas podrán diferenciarse teniendo en presente las necesidades y la demanda independientemente de la "gran división". Todos, en formas diversas son condicionados negativamente en su personalidad por las contradicciones de la cárcel: sobre todo por la contradicción fundamental entre "tratamiento" pena y "tratamiento" resocialización. La piadosa finalidad de la enmienda, del "reencuentro" consigo mismo por parte del individuo aislado (esta finalidad corresponde al origen de la concepción celular de la cárcel), se quería entonces sustituir por el reencuentro de la conexión entre la propia historia de vida y el contexto de los conflictos en la sociedad. La dimensión de esta extensión depende el éxito reintegrativo de la anamnesis, si "reintegración" no es sólo una transformación de las actitudes y del comportamiento del detenido. Valor absoluto y relativo de los roles profesionales. 11
Valorización de los roles técnicos y "destecnificación" de la cuestión carcelaria. La continuidad de los programas de intervención dentro y fuera de la cárcel, su doble dirección, dirigidos al detenido y a la sociedad, la rotación de los roles, la extensión potencialmente universal de las competencias por conocer, pensar y actuar en el ámbito de dicha estrategia, estos y otros aspectos del programa tienen una consecuencia que puede ser formulada con la etiqueta "destecnificación".
Destecnificación
significa en este contexto, algo muy diferente a "eliminación de los roles técnicos" de los operadores profesionales en la cárcel. "Destecnificación" significa entonces, algo que es compatible con la valoración de los roles técnicos. "Destecnificación" no de los operadores profesionales sino de la cuestión carcelaria misma. Como cada uno de los problemas cruciales de nuestra sociedad, que conciernen a todos, el problema de la cárcel y de la reintegración social no puede simplemente ser "delegado" o "reservado" a los técnicos. Sabemos que, en general, el modelo tecnocrático aplicado a los problemas más cruciales de la sociedad, frecuentemente está sólo en posibilidad de desplazar sus términos, de producir soluciones imaginarias, o sea la imagen de soluciones, la cual controla no tanto los problemas, como más bien, al "público" de la política y por tanto es útil sobre todo para la reproducción del "sistema" de las relaciones de poder y de la propiedad. La reproducción del sistema es en efecto el principal problema a cuya solución es funcional el modelo tecnocrático. En el modelo tecnocráctico el lugar de la solución del problema carcelario es, desde cuando la cárcel nació, la cárcel misma: sus instrumentos siguen siendo, con las "mejoras" de última hora, las técnicas tradicionales de la disciplina y del tratamiento, en las que la función de "resocialización" es siempre sacrificada o instrumentalizada a favor del orden interno y de la "seguridad" externa. La preocupación por la imagen reemplazo a las obligaciones de los funcionarios como representantes del pueblo, dado que se debía “modernizar” la imagen de los políticos. Es de esos años, precisamente, el término “farandulización” de la política. Si bien la entonces llamada Alianza surgió como un proyecto que pretendía cuestionar esas formas de “hacer” política, es notable como también sucumbió a ese estilo: recordemos la confusa presencia de Fernando de la Rua en el programa de Tinelli y la ridiculización de su figura, en el marco de una deteriorada economía. Se podría decir ahora, que se ha producido una “tinellización” de la política. ¿qué significa esto? Nuevamente se me aparece la idea de traspasar límites. De Angeli traspasa los límites, al estilo Tinelli, de la acción esperada de una entidad representativa de intereses sectoriales: adopta un estilo “espectacular”, con un lenguaje popular, accesible a todos.
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Se enfrenta al Gobierno, enfrenta su autoridad, enfrenta a la Justicia, propone “escrachar” diputados, corta rutas, viola la ley, tergiversa sentidos, viola normas institucionales que regulan una sociedad constituida democráticamente. Nos preguntamos ¿qué es “eso” que perdió la cultura? Desde la acción cultural que desarrolla a través de sus programas, Tinelli traspasa límites. Style. El “estilo Tinelli” se ha irradiado a múltiples esferas. Nuevos tiempos. En la actualidad, en un estilo característico de la cultura popular, Tinelli recupera rasgos de la cultura global contemporánea presentes también en otros formatos televisivos más potables, “menos tinellizados”, producidos para otros sectores sociales. Como señala el sociólogo norteamericano Daniel Bell, si un valor de la sociedad de consumo norteamericana se ha irradiado al mundo, ése es el éxito, que está asociado no sólo con la capacidad de acumular dinero sino con demostrar que se sabe gastarlo y gozar con él. Y agregamos nosotros: en ese goce, aparece el sexo en múltiples discursos y formas según las clases sociales y el capital cultural que las construya y las distinga. El dinero, en este caso, está destinado al mejoramiento del cuerpo femenino para tener éxito con los hombres, y los hombres destinarán el dinero para tener mujeres. Si el sexo es, como escribió Max Lerner –periodista del NYT en los años 60–, la última frontera de la vida norteamericana, entonces el motivo de la realización en una sociedad exitista halla su culminación en el sexo. El hedonista. Ahora, Tinelli traspasa los límites en función de un hedonismo sexista en lenguaje popular de la misma manera que otras sitcoms americanas lo hacen para las nuevas clases medias –las cuales encarnan, sostenidas en un discurso legítimo, el deber del placer–. Los caminos en la búsqueda de la felicidad constituyen la existencia humana, por eso son insondables e inseguros. Quizás la leve baja del rating de sus programas pueda pensarse en ese sentido. MODULO 4 EL PODER IMPERIAL La reina, que nunca en su vida mencionó la palabra droga, denunció ese imperdonable sacrilegio contra la libertad de comercio, y envió su flota de guerra a las costas de China. La palabra guerra tampoco fue mencionada a lo largo de las dos décadas que duró, con un par de interrupciones, la guerra del opio iniciada en 1839. Hubo una primera tregua, que se interrumpió en 1856, cuando la ciudad de Cantón fue bombardeada por orden de sir John Bowring, un devoto cristiano que siempre decía: «Jesús es el comercio libre, y el comercio libre es Jesús». EL PODER DIVINO El Banco Ambrosiano no era marxista. Conocido como la banca dei preti, el banco de los curas, el Ambrosiano no admitía accionistas que no fueran autizados. Esta no era la única institución bancaria ligada a la Iglesia. 13
También abasteció generosamente a la contra en Nicaragua, y en Italia a la logia P-2: estos masones se aliaron a la Iglesia, su enemiga de siempre, para enfrentar unidos al enemigo de ahora, el peligro rojo. El poder político Hace sesenta años, el escritor Roberto Arlt aconsejaba a quien quisiera hacer carrera política: -Usted proclame: «He robado, y aspiro a robar en grand»e. Comprométase a rematar hasta la última pulgada de tierra argentina, a vender el Congreso y a instalar un conventillo en el Palacio de Justicia. En sus discursos, diga: «Robar no es fácil, señores. Se necesita ser un cínico, y yo lo soy. Se necesita ser un traidor, y yo lo soy». Adhemar de Barros, conquistó al electorado del estado de San Pablo, el más rico del país, con el lema «Rouba mas faz», El roba pero hace. En Argentina, en cambio, aquel consejo no tuvo nunca éxito entre los candidatos, y en nuestros días sigue resultando imposible encontrar a un político que tenga el coraje de anunciar lo que robará, o que a viva voz confiese lo que ya robó, y no hay ningún saqueador de fondos públicos capaz de reconocer: «Robé para mí, robé para darme la gran vida». Si su conciencia existiera, y fuera capaz de tormento, el ladrón diría, en todo caso: «Lo hice por el partido, por el pueblo, por la patria». Es por amor a la patria, que algunos políticos se la llevan a su casa. Algunos quedan redondos, de tanto dar vueltas; produce tortícolis verlos girar, de izquierda a derecha, con tanta velocidad. ¡La educación y la salud, primero!, claman, como clama el capitán del barco: ¡Las mujeres y los niños, primero!, y la educación y la salud son las primeras en ahogarse. Estratificación En forma cotidiana percibimos que ciertas personas poseen una mejor condición social que otras. De esta manera, solemos decir que tal o cual individuo, o tal o cual familia, vive en la pobreza, o bien es de clase media o de clase alta. Esta clasificación la hacemos espontáneamente, sin pensar demasiado, teniendo en cuenta la ropa que los otros visten, los lugares que frecuentan, o incluso el lenguaje que utilizan. Este proceso que solemos hacer “naturalmente” puede ser comprendido desde la Sociología acudiendo a las teorías de la estratificación. En el material de estudio encontrará una definición sintética de este concepto. De cuerdo con Macionis y Plummer, debe entenderse por estratificación a “una clasificación o jerarquización de los individuos según la categoría a la que pertenecen (o se les asigna) (2000: 238)” Estatificar es jerarquizar, y jerarquizar supone ordenar por posiciones. 14
Macionis y Plummer, pag. 178). Para cada clasificación que realicemos estamos considerando la existencia de por lo menos una característica en común. Pero esto no es suficiente para hablar de estratificación: también debe establecerse una jerarquía entre categorías - siendo que la palabra jerarquía remite a una clasificación ponderada: de mayor a menor, de mejor a peor, y así sucesivamente. Características adicionales que son destacadas por Macionis y Plummer: 1. Cuando nos referimos a la estratificación siempre estamos hablando de la sociedad en su conjunto, y nunca de los individuos considerados aisladamente; las sociedades son las que se encuentran estratificadas. 2. La estratificación no se rige solo por criterios económicos, sino también por patrones culturales, políticos, etc. De esta manera, existe todo un sistema de creencias y valores (o ideología) que resguarda y da sentido a la estratificación. 3. Las personas pueden modificar su posición en un sistema de estratificación, pero la probabilidad y forma de lograrlo dependerá de las características de ese sistema antes que de las aptitudes o de la voluntad personal. 4. Los patrones de desigualdad tienden a perpetuarse; los hijos heredan en tanto estatus adscripto la posición de sus padres, y la sociedad legitima ideológica y culturalmente esas formas de desigualdad. 5. Todas las sociedades se encuentran sometidas a condiciones de desigualdad, por lo tanto siempre poseen un sistema de estratificación. Sin embargo, las formas de desigualdad y jerarquizacion varían entre una y otra. Ahora bien, estos sistemas se pueden distinguir mejor si se consideran dos aspectos variables: 1. El nivel de movilidad que posibilitan; 2. y el tipo de ideología que legitima la desigualdad y la estratificación en cada caso. El nivel de movilidad que posibilitan; Las sociedades en que las personas y sus sucesivas generaciones tiendan a permanecer en una posición a lo largo del tiempo; que en este sentido poseen una menor movilidad en su sistema de estratificación, se denominan cerradas. Lo contrario - una mayor probabilidad de que el sujeto ascienda o descienda en la escala social - lleva a pensar en sociedades abiertas. Si revisamos el texto, veremos entonces que los sistemas de castas y esclavista son sociedades del primer tipo, mientras que el segundo tipo pertenece al sistema de clases. El tipo de ideología que legitima la desigualdad y la estratificación en cada caso. Los criterios hace referencia al sistema de ideas que legitima la estratificación en cada sociedad. En el orden esclavista y de castas, la religión tiende a ocupar un lugar preponderante en tanto estructura ideológica y cultural que convalida la desigualdad y la dominación entre las personas. 15
Puesto que la fuerza ideológica que detentan estas sociedades (como sistema moral de valores y creencias) es muy grande, las personas no ponen en cuestión la posición que ocupan; para ellos ese es su lugar en el mundo. El sistema de clases permite la movilidad, pero no la garantiza; por esta razón, muchas personas tienden a sentirse frustradas y a experimentar lo que Merton denomino inconsistencia de estatus. ¿A QUÉ NOS REFERIMOS CON ESTRATIFICACIÓN? A la jerarquización de individuos dentro de una sociedad ¿QUÉ DEFINE LA ESTRATIFICACIÓN? ¿QUÉ ES LA MOVILIDAD?
Depende del sistema de estratificación del que hablemos
Es la posibilidad de pasar de un estrato a otro
¿CÓMO SE EXPLICA LA DESIGUALDAD? Depende del paradigma adoptado ¿SÓLO SE ANALIZA LA DESIGUALDAD A NIVEL PAIS?
No. También analizamos la desigualdad a
nivel global Como señala bien Luciana Díaz Frers: "Si lo que buscamos es corregir las injusticias basta revisar la Ley 20.628 de impuesto a las ganancias y descubriremos cuántos huecos tiene. Uno bien conocido es que la renta financiera esta exenta. Quien percibe ingresos por su trabajo, paga impuestos, pero quién cobra intereses por sus depósitos a plazo fijo o ganancias por la tenencia de títulos y acciones del Estado, no paga un peso". La movilidad vertical supone un cambio ascendente o descendente en la jerarquía que ocupa un individuo en la sociedad, favorecido usualmente por las capacidades adquiridas a lo largo de la vida (la competencia profesional y la educación, el patrimonio y el nivel de renta alcanzado) pero también por cuestiones de azar como una herencia. La movilidad horizontal es mas común, y remite al cambio de ocupación que experimenta el sujeto en el ámbito laboral. Esto, por supuesto, solo es válido si se trata de una movilidad hacia un puesto equiparable, que no suponga - por tanto - un salario o prestigio considerablemente mayor (o menor) que nos lleve re-categorizar la posición vertical del sujeto. Finalmente, la movilidad estructural nos lleva a pensar no tanto en cambios individuales en la jerarquía social, como sucede en el caso de la movilidad vertical u horizontal, sino en transformaciones que modifican la escala de estratificación de una amplia franja social debido a alteraciones en las condiciones generales del orden.
Estratificación Distribución de la sociedad en diferentes categorías. Hay tres formas de estratificación que el libro presenta: esclavitud, sistema de castas y sistema de clases.
Movilidad social Cambio en la posición social. Puede ser ascendente o descendente, intrageneracional o intergeneracional. Dependiendo del sistema de estratificación es factible o no la movilidad.
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Lo primero que debe atenderse es que aquí la forma de jerarquizar a los individuos tiene en cuenta lo que las personas “tienen” o “dejan de tener”. En el caso de la línea roja, se habla de “pobres o no pobres” de acuerdo al nivel de ingreso o salario; en el caso de la línea azul, se habla de “desocupados o de ocupados” según sea que los individuos se encuentre insertos o no en el mercado de trabajo formal. Estos son criterios presuntamente “objetivos” de clasificación.
Los datos muestran entonces un proceso de movilidad a lo largo del tiempo, que primero es ascendente y luego descendente; es decir, hay un cambio en la posición de muchos individuos que primero logran salir de la pobreza, pero que con el tiempo caen nuevamente en ella. A este tipo de movilidad la hemos llamado estructural, en el sentido que no se refiere a los individuos (por ejemplo, en su orientación meritocrática) sino a procesos sociales de gran envergadura. Si la movilidad fuera individual, no podríamos notar un cambio general de este tipo. Dos caras de una misma ciudad: la de los perdedores y la de los ganadores. Desde lejos no se ve La erradicación y “limpieza” de villas y barrios ubicados en el centro o sobre los márgenes del río o canales de la ciudad, así como los constantes procesos de indexación desmesurada de las tierras, los desalojos compulsivos, la inaccesibilidad a servicios públicos, la negación de derechos sociales básicos y los violentos episodios de represión son prácticas que históricamente acompañaron la configuración de la trama urbana de nuestra ciudad. La proliferación en los últimos años de políticas de viviendas sociales claramente segregadoras, alerta sobre la intencionalidad separatista y exclusógena del Estado provincial. Observando la fisonomía de las múltiples “aldeas” creadas para contener, esconder, apartar y distanciar a los pobres de la ciudad (que el propio discurso gubernamental denomina “ciudades-barrios”, Claramente las nuevas ciudades están diseñadas para reproducir la pobreza, la discriminación y el aislamiento de quienes portan el rostro de lo diferente y, por ende, de lo peligroso. Y para controlar lo peligroso, nada mejor que instalar instituciones de control social en el predio alambrado, es así que las familias trasladadas ni siquiera tienen que salir del perímetro, pues “el programa contempla la instalación de escuelas, postas sanitarias, posta policial y hasta corrales para los caballos”. No debemos olvidar que cada uno de los enfoques que presentaremos porta consigo una visión del mundo que por lo general esta vinculada a una tradición de pensamiento filosófica; esto significa que - al igual que los paradigmas que les dan sentido - cada teoría porta consigo una visión del mundo (del hombre, la cultura, etc.) que le otorga fortalezas para explicar 17
ciertas dimensiones de la realidad, pero que también supone debilidades y no le permite reconocer otras. Su uso estuvo asociado - en tanto forma de mirar y entender el orden mundial - a una coyuntura social específica: la existencia de los bloques socialistas y la etapa de la guerra fría. Otra forma de pensar esta misma estructura es nominar a los países como de renta alta, media y baja, tal como lo proponen Macionis y Plummer Podemos verlo en forma más clara en el caso de lo que se denomina la teoría de la modernización. Este enfoque no sólo tiende a olvidar las mutuas determinaciones que existen entre los países, sino que también asume una mirada etnocéntrica. Parte de la certeza de que la situación de bienestar y productividad que hoy poseen los países “desarrollados” esta asociada a su proceso de industrialización y, fundamentalmente, a los cambios que estas sociedades han logrado en sus patrones culturales, políticos y sociales. Por esta razón considera que los países “subdesarrollados” se caracterizan por presentar diferencias en sus matrices institucionales y en los ritmos de cambio de sus estructuras. El efecto de demostración, que versa mas o menos así: “para llegar hasta aquí, debes hacer exactamente lo que yo he hecho; debes imitarme porque poseo mas capacidad que tú, y mi posición aventajada es prueba de ello”. Los países “ricos” han obtenido sus beneficios a expensas de la explotación y colonización de aquellos países que hoy son pobres y se nominan como sub-desarrollados. Una visión completamente diferente la ofrece la teoría de la dependencia. En este caso, se considera que el desarrollo y la riqueza que han alcanzado ciertos países solo pueden ser explicadas de manera relacional, tendiendo en cuenta las prácticas históricas de colonización, explotación y dominación. André Gunder Frank, por ejemplo, sostiene que no debe hablarse de “retraso” (como lo hace la teoría de la modernización), ya que el bienestar alcanzado por muchos países esta relacionado con la menor prosperidad de muchas naciones en el mundo. En el mismo sentido, Immanuel Wallerstein propone una distinción entre países centrales, semi-periféricos y periféricos, de acuerdo con el papel que desempeñan en el sistema económico mundial.
Estratificación global: Nos referimos a la distribución de los países del mundo según sus características económicas (niveles de renta y su crecimiento) y dimensiones culturales.
Teoría de la modernización: Explica el porqué de la desigualdad a nivel mundial en base a dimensiones culturales y tecnológicas
Teoría de la dependencia.:
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Explica el porqué de la desigualdad a nivel mundial en base a los procesos de dominación mundial, considerando tanto el proceso de colonización como de pos-colonización
Manifiesto comunista, de Carlos Marx, que fue escrito originalmente en 1847: “Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes. Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente (…) Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesas. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza (…)” Movimientos sociales, naturaleza y conflicto - Emilio J. Seveso Zanín* Uno de los ejemplos más evidentes de la colonialidad latinoamericana ha sido declarado en el presupuesto que sostiene y convalida la "irrelevancia de la región en el sistema mundial". Una vieja usanza en la política exterior de los países centrales, y especialmente de los Estados Unidos, sobre los pueblos de la periferia: “mientras ésta se encuentre firmemente bajo el control de Washington (…) la región queda relegada a un segundo plano. Sin embargo, en cuanto despuntan algunos síntomas de rebeldía o de insubordinación, esta “irrelevante” región del planeta asciende al primer plano de las preocupaciones de Washington, desplazando rápidamente a otras supuestamente más importantes (Borón)".
Los bordes del centro América Latina ha sido el primer laboratorio de experimentación de neoliberalismo sustentado en la aplicación sistemática de ajustes, re-estructuraciones, y flexibilizaciones - y una de sus principales víctimas en los procesos de depredación y expropiación de valor. En este marco, “la naturaleza” ha sido resemantizada y codificada desde un horizonte de sentido que acentúa lo económico como dimensión esencial del bienestar humano, y el territorio y los recursos naturales han sobrevenido en esencia estratégica de la capacidad hegemónica (Ceceña 2). Las fuerzas militares se han configurado, por la misma razón, en la principal fuerza de choque del Sistema Imperial (2): "la guerra hoy es contra lo que no se somete, contra los pueblos, contra la autodeterminación y contra la dignidad de la diferencia, del ser libertario. Es contra todo lo no institucionalizado (Ceceña 1)".
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Por la misma razón, se ha intentado contener el desborde conflictual apelando a la legislación internacional y a la mediación de "organismos competentes en la materia", aduciendo que los pequeños estados no cuentan ni con los recursos ni con las capacidades suficientes para tomar decisiones en forma autónoma; argumento que por lo demás resulta completamente parcial. Finalmente, no resulta ajena la trivialización a la que han sido sometidas las reivindicaciones de los pueblos, su lucha por la conservación de los recursos y la exigencia de los derechos cívicos fundamentales. Naturaleza y conflicto: una lectura situada La profundización y arraigo del gran capital privado esbozan - pese a lo que se dice que se hace, y pese a lo que se dice que se dice - una fuerte instrumentación del modelo neoliberal que, afianzada en el lucro del capital financiero, crece en detrimento de los intereses mayoritarios en la nación, e incluso de algunos sectores de la burguesía nacional (3). En este punto, cabe recordar que tampoco se ha logrado articular una estrategia de demanda pública con fuerza suficiente como para presionar en la agenda de gobierno. Precisamente por ello, las políticas de Estado se han concentrado en planes sociales, empleo y salarios del sector público (salud, educación y burocracia, especialmente), en el equilibrio de la balanza fiscal, y en beneficios a la inversión de capital, que por ser los síntomas más evidentes de la crisis económica han sido atacados con mayor firmeza. Esto parece comenzar a contrastar, por otra parte, con el creciente número de protestas en torno a las problemáticas del medio ambiente, que denotan una creciente preocupación de las comunidades por el destino común que les toca vivir ante la profundización y extensión de las políticas neoliberales (4).
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