Perspectiva Psicodinámica de lo anormal Yara Vanessa Salgado Cosío
PERSPECTIVA PSICODINÁMICA PSICODINÁMICA Una de las principales perspectivas teóricas para el estudio de la conducta anormal es la perspectiva Psicodinámica cuyo representante es Sigmund Freud, ésta perspectiva, enfatiza en los determinantes inconscientes (procesos psíquicos) de la conducta. Las ideas de Sigmund Freud Freud respecto a los trastornos trastornos psicológicos y conflictos sobre el inconsciente forman parte de esta perspectiva. La principal característica o aportación para la descripción de la conducta es el aparato psíquico el cual sirve para describir el proceso de interacción entre las estructuras de la personalidad que yacen por debajo de la superficie de la conducta observable observable estas estructuras son: el ello, el yo y el superyó. La perspectiva psicodinámica se basa en la idea de que los pensamientos y las emociones son causas importantes de la conducta. Los enfoques psicodinámicos de la conducta suponen que en distintos grados la conducta que se observa (las respuestas manifiestas) es una función de los procesos intrapsíquicos (sucesos encubiertos). No todos los teóricos psicodinámicos psicodinámicos hacen énfasis en los mismos eventos internos ni las mismas fuentes de estimulación ambiental, pero si están de acuerdo con que la personalidad se forma de una combinación de sucesos internos y externos, con un énfasis en los internos. Sigmund Freud, el creador de la perspectiva psicodinámica creía que finalmente todas las conductas se podían explicar mediante los cambios corporales, sin embargo, ya que en su época se sabía muy poco sobre las relaciones entre cuerpo y la personalidad, dio poca importancia a los factores biológicos. No obstante impresionado por la teoría de Ch. Darwin sobre la importancia de las emociones, Freud dirigió su atención en la influencia que estas ejercían en el pensamiento. Freud creía que para entender la conducta era necesario analizar los pensamientos que la preceden y que se asocian con esta y, para comprender estos pensamientos, se deben explorar las emociones y sentimientos más profundos de una persona. Ya que los pensamientos y sentimientos no se pueden observar de forma directa los teóricos psicodinámicos deben inferirlos. Relacionan sus inferencias sobre los procesos internos de la conducta manifiesta. Además de la contribución de las teorías psicodinámicas a nuestra comprensión de la conducta humana, estas parecen tener una influencia especial, porque son los sistemas a partir de los cuales se desarrollaron varios tipos de psicoterapia. Aunque el análisis clínico como lo creó Freud casi no se utiliza en la l a actualidad, los elementos básicos y la teoría de los procesos básicos subyacentes han tenido
gran influencia en el desarrollo de todo el campo de la psicología.
De acuerdo con Rosenhan y Seligman (1989), existen siete criterios que pueden utilizarse para etiquetar el comportamiento como “anormal”:
1. Malestar o deterioro. Un individuo experimenta malestar personal o deterioro en su funcionamiento, lo que produce un riesgo de menoscabo físico o psicológico, o pérdida de la libertad para actuar. 2. Desadaptación. Un individuo actúa de tal forma que entorpece sus metas, no contribuye a su bienestar personal o interfiere mucho con las metas de otros y las necesidades de la sociedad. Una persona que bebe tanto que no puede mantener un empleo o que pone en peligro de la vida de otros debido a su intoxicación, manifiesta una conducta desadaptada. 3. Irracionalidad. Un individuo actúa o habla de manera irracional o incomprensible para otros. Un hombre que responde a voces que no existen en la realidad objetiva, se comporta de manera irracional. 4. Conducta impredecible. Un individuo que actúa de forma impredecible o errática de una situación a otra, como si experimentara una pérdida del control. Un niño que golpea su puño contra una ventana sin ninguna razón aparente, manifiesta una conducta impredecible. 5. Poca convencionalidad y rareza desde el punto de vista estadístico. Un individuo se comporta en formas estadísticamente raras y que violan las normas sociales o lo que es aceptable o deseable. Sin embargo, el simple hecho de ser poco común desde el punto de vista estadístico, no produce juicio psicológico de anormalidad. Por ejemplo, un nivel muy alto de inteligencia es sumamente raro, pero se considera indeseable, por lo que con frecuencia se califica como anormal. 6. Incomodidad del observador. Un individuo provoca incomodidad en los demás al hacerlos sentir amenazados o molestos de alguna forma. Una mujer que camina a la mitad de la calle, hablando en voz alta consigo misma, crea incomodidad en otros peatones que tratan de evitarla. 7. Violación de normas morales e ideales. Un individuo viola las expectativas de la forma en que nos debemos comportar, en relación con las normas sociales. Con este criterio, un individuo podría ser considerado anormal si no desea trabajar o no cree en dios. Este criterio de la anormalidad también es importante en situaciones legales. Para poder etiquetar una conducta como “anormal”, más de un indicador debe
estar presente y ser válido. Cuanto más extremos y preponderantes sean los indicadores, habrá mayo r confianza en el señalamiento de una condición como anormal. Ninguno de estos criterios es condición necesaria, compartida por todos los casos de anormalidad. También es verdad que ningún criterio por sí solo es condición suficiente para distinguir todos los casos de conducta anormal de aquellas variantes normales del comportamiento.
Los procesos psicológicos constituyen la causa fundamental de los problemas mentales y psicosomáticos. Las tres principales orientaciones teóricas que cubren de manera más completa el panorama de la psicopatología científica actual: perspectiva biomédica, conductual y cognitiva. MODELO BIOLÓGICO La perspectiva biológica, también llamada biomédica o médica, fisiológica o neurofisiológica. Trastorno mental. Enfermedad, igual a cualquier otra enfermedad física. Las alteraciones psicopatológicas se producen porque existen anormalidades biológicas subyacentes (genéticas, bioquímicas, neurológicas, etc.). El tratamiento deberá centrarse en corregir tales anormalidades orgánicas. Bases biológicas de la conducta anormal Comportamiento anormal. Enfermedad producida por el funcionamiento patológico de alguna parte del organismo. La cusa primaria de la conducta anormal o anormalidad mental, es la alteración (estructural o funcional) del cerebro. Los trastornos mentales están relacionados con las alteraciones del cerebro. Estas alteraciones pueden ser: · Anatómicas. El tamaño o la forma de ciertas regiones cerebrales puede ser anormal. · Bioquímicas. Los elementos bioquímicos que contribuyen al funcionamiento neuronal pueden tener alterada su función, por exceso o por defecto. Estas alteraciones pueden ser el resultado de factores genéticos, trastornos metabólicos, infecciones, alergias, tumores, trastornos cardiovasculares, traumas físicos, estrés, etc. Bus, distingue hasta tres tipos de enfermedad (de acuerdo a las causas del trastorno): Enfermedad infecciosa. Un microorganismo (virus) ataca a un órgano o a un sistema orgánico.
Enfermedad sistémica. Mal funcionamiento de alguna estructura o sistema orgánico. Enfermedad traumática. Puede ser algún tipo de golpe o secuelas de algún tóxico. Las explicaciones de tipo sistémico, comenzaron a causar más interés entre los investigadores, y comenzaron a entender la anormalidad como un problema bioquímico del sistema nervioso, y actualmente se ha encontrado que varias sustancias bioquímicas intervienen en muchos trastornos del comportamiento. Trastornos mentales orgánicos. Trastornos que tienen causas físicas muy claras por el mal funcionamiento cerebral, entre estos se encuentran enfermedades como el Alzheimer y/o demencia senil tipo Alzheimer. Trastornos mentales funcionales. Patrones de conducta anormales sin claros indicios de alteraciones orgánicas cerebrales. Aunque para este tipo de trastornos, los defensores del modelo biológico sostienen que existen disfunciones orgánicas en el cerebro en trastornos de ansiedad depresión y esquizofrenia. Las alteraciones en la actividad de los diversos neurotransmisores pueden asociarse a diferentes trastornos mentales. Predisposición genética. Sí un determinado trastorno ocurre con una relativa frecuencia en una familia con relación a la población general, quizás es porque alguno de los miembros de esa familia ha heredado una predisposición genética a padecerlo. Predisposición-estrés. Se presupone una vulnerabilidad orgánica asociada al efecto de agentes externos patógenos (modelo de diátesis-estrés). Postulados del modelo biológico El modelo médico de los trastornos psicopatológicos, se fundamenta en una serie de conceptos centrales que contribuyen a configurar los componentes básicos de su estructura: Signo. Indicador objetivo de un proceso orgánico anómalo. Síntoma. Indicador subjetivo de un proceso orgánico y/o funcional. Unidad mínima descriptible en psicopatología. Estos se pueden clasificar en: Primarios. Nos orientan hacia un diagnóstico determinado. Secundarios. No cumplen los criterios etiológicos o descriptivos de la entidad nosológica en la que se han identificado. Síndrome. Conjunto de signos y síntomas que aparecen en forma de cuadro clínico. Agrupamiento o patrón recurrente de signos y síntomas.
Enfermedad mental (entidad nosológica). Estructura totalizante en la que adquieren sentido los fenómenos particulares, y dota de recursos explicativos al médico para comprender desde los factores etiológicos del trastorno hasta la validez del pronóstico, aumentando, la eficacia del tratamiento. Discontinuidad entre lo normal y lo anormal. El trastorno mental, al ser considerado como una enfermedad, se clasifica y diagnostica de criterios categoriales