eCream• g n a r O Act. 5
A
l día siguiente de aquel episodio todo parecía haber vuelto a la normalidad, excepto la cara de Rei: la bofetada que le había dado había dejado una evidente señal roja. “Tiene la piel tan delicada…No debí dejarme arrastrar por la rabia”, me sentí culpable. «¿En qué estás pensando?» «Oh, en nada» Alejé aquel pensamiento concentrándome en Yukino que se había girado hacia mí. «No me lo estás contando todo» entrecerró los ojos mi amiga «Estás mirando a Asakawa, ¿ha pasado algo?» «No, en absoluto» mentí intentando parecer convincente. «De acuerdo, como quieras» lo dejó pasar «Deduzco que es inútil preguntarte por la capitana, ¿no?» «La capitana…» recordé sintiendo un pinchazo en el corazón «Me ha pedido que salga con ella» confesé «Me ha parecido sincera con respecto a sus sentimientos» A Yukino le cambió la expresión. «Eres realmente afortunada. Fujiwara es una chica que vale mucho» «¿Por qué estás dando por descontado que voy a aceptar?» «¡Porque serías una estúpida si no lo haces!» exclamó «¡Venga, Miyukichan! ¿No me vas a decir que prefieres al cretino de Yamato?» «No he dicho eso» me acerqué a ella «Yukino-chan, ¿te gusta la capitana?» «¡Claro que me gusta!» sus mejillas enrojecieron «Pero yo no tengo ninguna posibilidad con ella, así que, si está contigo, por lo menos sabría que está en buenas manos» me guiñó un ojo. «A veces no logro entenderte. ¿No quieres intentar decírselo?» «No, así está bien» apoyó el mentón en su mano «Siempre la he admirado de lejos, no me voy a declarar ahora precisamente cuando ha perdido la cabeza por ti» Dejé la conversación ahí y desvié la mirada de nuevo hacia Rei, que estaba concentrada escribiendo algo en su cuaderno. “¿Qué debo hacer?” me pregunté. Como si ella hubiese escuchado mis pensamientos, se giró hacia mí: sus ojos azules me penetraron hasta el 100
alma. Sentí que me faltaba el aire, igual que había pasado el día anterior. Cuanto más intentaba reprimir esos sentimientos, más turbada me sentía. «Hey, ¿Miyuki-chan?» me llamó de nuevo Yukino «¡Mira quién está fuera del aula!» Me giré hacia la puerta y vi a Misato, apoyada en el marco de la puerta, sonriéndome amablemente como era costumbre. «Parece que nos hubiera escuchado» rió incitándome a avanzar hacia ella. En ese momento tomé valor y me acerqué a ella. «Perdóname si te he molestado» dijo la capitana. «No te preocupes, estamos en el cambio de hora, tenemos todavía algunos minutos» me crucé con sus ojos color avellana, luminosos y atrayentes. «Quería preguntarte si este fin de semana estás ocupada» «El sábado tengo que ayudar en la pastelería, pero el domingo estoy libre» respondí de un tirón. «¿Te parece que nos veamos?» «¿Quieres decir nosotras dos… solas?» «Si quieres podemos invitar alguna amiga» rió «A mí me va bien cualquier propuesta. Me basta estar contigo» dijo con un tono tan dulce que me derretí al momento. “¿Por qué tengo tantos escrúpulos? Después de todo, hasta Yukino me ha dado su bendición, ¿no?”, pensé mirándola de arriba abajo. ¡Fujiwara era tan bella y fascinante! Tenía realmente muchas ganas de conocerla mejor. Mi boca se abrió para aceptar, pero antes de que pudiese responder, la imagen de Rei llenó mi mente. “¡Basta!”, bajé la cabeza, llevándome una mano al pecho. “Asakawa ha sido clara sobre lo que quiere de mí, pero yo no puedo…” «Miyuki, ¿está todo bien?» se preocupó la capitana al verme dudar. «Sí, claro» alcé la mirada clavando mis ojos a los suyos «Sería un honor salir contigo y conocerte mejor, Misato-san» respondí liberándome de todas las inseguridades que me habían invadido. «Me haces feliz» susurró ella, después se llevó el pelo detrás de la oreja y observé sus mejillas escarlatas. 101
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“Le gusto de verdad…” pensé sintiendo cómo mi pecho se agitaba mientras cogía de sus manos la nota con su número de teléfono y su email. «Escríbeme, por favor, así podremos quedar para el domingo, ¿ok?» me sonrió «Dudo que te vea en el entrenamiento de mañana al mediodía, ¿no?» «Estoy en las clases de cocina» le devolví la sonrisa «Lo siento» «Esperaré el domingo con impaciencia» me guiñó el ojo antes de irse. Finalmente volvía a respirar con normalidad. Cuando volví a entrar en clase, la profesora acababa de llegar, pero Rei no estaba en su sitio. “Tengo que olvidar lo que pasó ayer y pasar página”, me senté y me concentré en el presente. «Entonces, ¿qué ha pasado?» preguntó en un susurro Yukino inclinándose hacia mi pupitre. «Me ha pedido salir y…» le mostré la nota doblada «… este es su número de teléfono» «¡Diablos!» se sobresaltó «¡Una verdadera cita! Pero entonces… ¿estaréis juntas?» «¡No hables en voz tan alta!» la reprendí en voz baja mientras miraba a mi alrededor. «Perdóname, tienes razón» se controló «¡Es que estoy tan emocionada por ti!» «Te lo agradezco, pero todavía no sé cómo acabará todo, así que evitemos que circule el rumor, por favor» «¡Ok, jefa! Pero, que sepas que te llamaré y me tendrás que contar todos los detalles» «Ok, pero ahora, déjalo ya, me estas avergonzando» resoplé, después caímos ambas en una carcajada, que llamó irremediablemente la atención de la profesora. Rápidamente nos recompusimos, y mis ojos, sin quererlo, se posaron de nuevo en el pupitre vacío de Rei: aquel día no volvió a entrar en el aula, pero yo me auto impuse no preguntarme si se había alejado al ver la escena entre Misato y yo, o porque había sido llamada por el consejo estudiantil al ser la representante de la clase. 103
Mi mente y mi corazón, por primera vez, parecían no querer ponerse de acuerdo: besar a una chica y desearla, salir con otra chica y quedarse fascinada. Probablemente todavía no me habían quedado claros los mecanismos del amor. *** «¿Es verdad, entonces? ¿Saldrás con Misato?» me bloqueó Yamato a la salida del instituto, visiblemente desilusionado. «Sí, así es» confesé un poco incómoda, mientras Yukino, a mi lado, comenzaba a apurar el paso. «¡Oh, qué pena! No puedo declararle la guerra, la quiero mucho» resopló dándole una patada a una piedra. «¡Eres patético!» gruñó mi amiga arrastrándome por un brazo «Cómo si tu pudieras elegir con quién debe salir Miyuki-chan» «Es por culpa de lo que pasó el otro día, no me has perdonado, ¿verdad?» dijo sin aguantar más el chico y en ese momento decidí afrontarlo. «Debo hablar con él» dirigí una explícita mirad a Yukino. «¡Ok, ok!» se viró de espaldas, dándome un espacio de unos diez metros. Los días comenzaban a alargarse, pronto serían los exámenes y después rápidamente las vacaciones de verano. Muchos estaban buscando una persona con quien compartir ese periodo de relax y diversión, pero estaba segura de que esas no eran las intenciones de Yamato conmigo: sus ojos transparentaban algo más profundo de lo que quería hacerme creer. «Lo siento» le dije, él se encogió de hombro con una mueca. «Mis sentimientos no cambiarán así tan rápido, tú me gustas de verdad» dijo desconsolado «Sin embargo, esto… ¿puedo preguntarte si me estás rechazando porque… sí, en fin, porque prefieres las chicas antes que los chicos?» «En realidad no sé si puedo responderte sinceramente. No he salido con nadie antes» confesé «Pero no quiero darte falsas esperanzas» «Entiendo, ella te interesa de verdad, ¿es eso?» 104
«Siento curiosidad y… me gusta, sí» bajé la mirada sintiéndome bajo presión. «Claro, es normal, Misato es… una fuerza de la naturaleza. Nadie puede resistírsele» se entristeció aún más. «¿Podemos quedar como amigos?» «Eso no debes ni dudarlo» me sonrió finalmente. «Yamato, ¿puedo hacerte yo una pregunta?» lo miré decidida a los ojos «¿Por qué has dejado a Rei?» Él bajó la cabeza un momento antes de volver a cruzar mi mirada. «Le he dicho la verdad. Tú me gustas, Miyuki» confirmó lo que Rei le había dicho a Misato «Pero no es solo eso» Me quedé en silencio, sin saber muy bien si quería saber más sobre su relación con mi vieja amiga de infancia. «Estaba cansado de una relación como esa» dijo Yamato «He intentado preguntarle por qué se comporta de ese modo, pero ella…» «¿No ha querido responderte?» me salió de la boca sin pensar. «Dice que está hecha así» se encogió de nuevo de hombros metiendo las manos en los bolsillos de los pantalones «Le gusto como chico, pero no quiere comprometerse. Me ha dejado claro que no le importaba si me declaraba a otra chica y si rompíamos» Sin embargo, yo la había visto llorar en sueños y decir aquella frase «No me dejes…», ¿es posible que Rei le hubiese mentido? Me despedí de Yamato y de Yukino, que al final me habían acompañado a casa, y decidí que ya no me haría más preguntas sobre esa historia: si Asakawa quería vivir su vida de ese modo, yo no podía hacer nada. Pero aquel sábado ocurrió algo inesperado en la tienda de mis padres. Después de haberme levantado temprano para preparar los dulces del día, me puse a echar una mano en el mostrador, cuando una figura conocida apareció imprevistamente en el umbral de la puerta. «Buenos días, Miyuko-chan» me saludó la señora Ritsuko acercándose. Tras ella, Rei la seguía de cerca. «Hola…» dije quedándome parada mientras secaba un vaso. «¿Está tu madre por casualidad?» 105
«La voy a llamar enseguida» me di prisa en abrir la puerta del obrador. Mi madre, cuando supo que su amiga había ido a buscarla, se quitó el delantal, dio disposiciones a nuestras dos dependientas y se arregló rápidamente el cabello ante de entrar en la sala. «También está Rei, ¿verdad?» «Sí, también está su hija» «Bien, ¿os estáis llevando bien vosotras dos?» me cogió por un brazo. No tuve tiempo de responder, ya que en seguida se encontró en el otro lado del mostrador abrazando a Ritsuko. «Parece que quieran recuperar el tiempo perdido» escuché decir y me di la vuelta hacia Rei que se había sentado en el taburete frente a mí. «Ya» respondí como si tal cosa volviendo a coger el vaso y el trapo «¿Te puedo ofrecer algo?» pregunté mirando hacia otro lado. «Té y dos croissants pequeños de crema de naranja. Gracias» Le preparé lo que me había pedido y se lo serví intentando con todas mis fuerzas permanecer tranquila. «¿Quieres colocarte en una mesa? Estarás más cómoda» propuse. «No, estoy bien aquí» me miró y yo bajé inmediatamente los ojos volviendo a ordenar la vajilla. «¿Estás muy enfadada?» El corazón se me subió a la garganta al sentir cómo cambiaba el tono de su voz: parecía desolada. «No, ya no lo estoy y… disculpa por haberte dado aquella bofetada» alcé la mirada hacia ella, sintiéndome desarmada: sus ojos azules seguían confundiéndome. «Te puse entre la espada y la pared. Me lo merecí» rebatió mientras sus labios dibujaban una sonrisa. «De todas maneras, es agua pasada» me di prisa en responder «Intentemos llevarnos bien, al menos por ellas, ¿ok?» con un señal indiqué a nuestras madres. «Haré lo que pueda» bebió un poco de su té. «Gracias» esbocé una sonrisa: Rei y su imagen de delegada de clase sería, compuesta, calmada… Rei y su parte oscura, pasional… 106
Me quedé embelesada contemplando sus labios cerrándose al morder uno de los croissants rellenos de crema que había preparado con mis manos. Inevitablemente pensé en el momento en que su boca se había cerrado sobre mi pecho haciéndome perder el control. Me sonrojé y bajé la cabeza justo a tiempo para que Rei no notase mi turbación. «¿Saldrás con Fujiwara?» soltó de improviso. Abrí los ojos de par en par ante la sorpresa. «¿Por qué me lo preguntas?» «Curiosidad» respondió en tono apático. «Sí…» admití. Rei no replicó. Terminó su té, después se giró hacia su madre que todavía estaba charlando con la mía. «Según tú, ¿tendrán para mucho más?» «No lo sé, pero podemos intentar preguntárselo» apoyé su intento de cambiar de tema. “¿Será posible que le haya molestado saber que saldré con la capitana?” me pregunté y sentí que mi corazón se saltaba un latido. ¿Rei estaba celosa? Solo pensarlo me llenaba de una incomprensible excitación “¿Qué me sucede?” posé la mirada sobre mi compañera de clase, que me miraba perpleja. «Miyuki, ¿me has escuchado?» «Oh, no, lo siento… ¿qué decías?» volví a poner los pies en el suelo. «He dicho que tengo que comprar una cosa aquí cerca. ¿Puedes acompañarme?» arqueó una ceja. «¿A… acompañarte? Bueno… yo… esta mañana estoy trabajando y…» «No importa» se levantó del taburete «Iré sola» Sin darme cuenta, me quedé embobada mirándola mientras se ponía su bolso en bandolera sobre su vestido ligero de color azul. «Miyuki…» se acercó entrecerrando los ojos «¿Por qué me miras de ese modo?» me apartó un mechón de pelo de la mejilla y en un momento mi rostro prendió fuego «¿Qué tienes? ¿Te estás enrojeciendo?» rió divertida. 107
«Déjame» me separé. «Perdóname, es solo que…» inspiró «Eres realmente bonita» concluyó dulcemente. Ante aquellas palabras sentí de nuevo un pinchazo en el corazón, la respiración se me paralizó en los pulmones y cuando la vi salir por la puerta deseé solo una cosa: estar aún con ella, aunque fuera por pocos minutos. Me quité el delantal y la seguí. «Miyuki, ¿a dónde vas?» me llamó mi madre, al darse cuenta de que estaba casi corriendo hacia la salida de la pastelería. «Ah… mamá, vuelvo enseguida. Voy a acompañar a Rei a comprar una cosa» me justifiqué, impaciente por salir. «Está bien, pero no tardes. Tú fuiste la que pediste trabajar esta mañana, ¿recuerdas?» me dirigió una mirada. «Ok, volveré rápido» le aseguré girando el pomo de la puerta para salir corriendo detrás de aquella que se había convertido en una irresistible tentación. “Sí, así es. Estoy completamente loca”, apreté los dientes, estirando la zancada, hasta que divisé a Rei entre la gente que paseaba mirando los escaparates de la avenida «¡Eh, espérame!» la llamé. Ella se dio la vuelta hacia mí asombrada «Nos daremos prisa, ¿verdad? No tengo mucho tiempo» «Está bien» me sonrió «La tienda está a dos pasos» La seguí, aún con la respiración entrecortada por la carrera, y atravesé con ella el umbral de una adorable tienda llena de muñecas y accesorios. «¿Para quién es el regalo?» pregunté curiosa. «Es para una compañera del instituto que ha sido muy amable conmigo» respondió Rei caminando lentamente entre los estantes. «¿Una compañera del instituto?» repetí «¿Alguien del consejo estudiantil?» «¡Cuántas preguntas! ¿Estás celosa?» me dedicó una sonrisita. «¡En absoluto!» negué con demasiada decisión. Rei rió, después se detuvo frente a los pañuelos. «Este podría valer, ¿qué piensas?» señaló uno con un bonito dibujo de mariposas de colores. 108
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«Sí, no está mal…» sentí un imprevisto malestar en la boca del estómago «Ehm, ¿te molesta si echo un vistazo mientras tú te decides?» me alejé de ella. “¿Qué me sucede? ¿Por qué me siento tan fuera de lugar?” apreté los labios y tomé entre las manos un peluche en forma de tigre “Es más, si Rei tuviese que regalar a la chica misteriosa uno de estos, creo que me fastidiaría más aún” admití derrotada “Es inútil que me ilusione pensando que ella está celosa de mí, cuando es evidente que es al contrario” Vagué por la tienda intentando concentrarme en la decisión que había tomado con respecto a Rei, en el intento de recobrar un poco de lucidez. Debía hablar, no podía dejar las cosas así, en suspense. «Ya estoy, hecho. Podemos volver» Rei se puso a mi lado y en ese momento me di cuenta de que el pañuelo que me había enseñado minutos antes seguía en su sitio. «¿Qué has elegido al final?» le pregunté sobre ascuas. «Si me hubieses ayudado en la búsqueda, lo sabrías» respondió con su acostumbrado tono despegado. «¡Oh, eres imposible!» «¿De verdad? Te pido que me des un consejo y en lugar de eso, desapareces, ¿y soy yo la imposible?» «Me he distraído» mentí cruzando los brazos. «Imagino» rió. «Rei…» me salió de la boca su nombre sin el honorífico «¿Por qué lo has hecho?» le pregunté a quemarropa mientras la gente nos pasaba por los lados como un río desbordado. «¿Quieres saberlo ahora?» se puso seria de golpe, comprendiendo rápidamente a lo que yo me estaba refiriendo. «Sí» respondí sin darme importancia de donde estábamos. Ella se acercó a mi oído. «Porque soy la peor… te lo he dicho» rió maliciosamente. La miré a los ojos que se habían vuelto oscuros y profundos. «¿Qué significa? Sé clara» la enfrenté sin más rodeos. «¿Quieres que sea más clara que esto?» me cogió de un brazo y me 110
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atrajo hacia ella «¿Crees que besarte aquí delante de todos, podría ayudarte a comprender?» dijo con su habitual sonrisita mordaz. «¿Lo harías con sentimiento?» «¿A qué tipo de sentimiento de refieres?» su expresión se endureció. «Me estoy refiriendo a un tipo de sentimiento que… no se reduzca solo a encerrarse en algún sitio y hacer aquellas cosas» le solté sin reservas. «No me parecías tan apenada el otro día» me miró con reproche «Pero, dime, ¿tú en cambio con qué tipo de sentimiento lo harías? Porque si no me equivoco, tienes una cita con Fujiwara mañana, ¿o no?» me devolvió a su vez dejándome sin posibilidad de réplica «¿Ves? Es exactamente eso lo que no soporto» se acercó a mi rostro «La hipocresía» concluyó gélida. «¡Eres injusta! Si las cosas hubieran ido de otra manera entre nosotras, yo no habría aceptado salir con Misato-san» se me escapó sin pensar y rápidamente me arrepentí. «Ah, bien. ¿Fujiwara sabe que es tu segunda elección?» «Ella me gusta y… no hay nada de malo en conocer una nueva amiga» bajé la mirada sintiéndome culpable: mis palabras se estaban volviendo contra mí. «¿Una nueva amiga?» soltó en una carcajada Rei «Pero entonces… ¡mira que eres una ingenua! Porque serías una estúpida si creyeras que Fujiwara solo quiere de ti una simple amistad» se puso nerviosa «¡A ella le gustas ‘en aquel modo’, Miyuki!» «¡Déjalo ya!» levanté la voz, captando sin querer, la atención de los paseantes. Rei no dijo nada más, se cerró en un silencio glacial, mirándome con esa mirada que destruía más que mil palabras. «Ryo volvió a mí, y me pidió intentar retomar nuestra relación» retomó de golpe la palabra «Has hecho una óptima elección. De la dos, es seguramente Fujiwara lá más apropiada para ti» se acercó más a mi oído «Diviértete con ella mañana» susurró y me dio inmediatamente la espalda. «¡Eh, espera! ¿A dónde vas?» «A casa. Di a mi madre que me ha surgido un imprevisto» se alejó sin darse la vuelta. 112
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Volví a la tienda sola, atormentada por lo que había pasado. Las palabras de Rei me habían impactado. “¿Qué estoy haciendo?” me pregunté enroscándome en mi cama. En ese momento, llego un mensaje al móvil: era Misato que me pedía los detalles para el día siguiente. *** «¡Miyuki-chan!» corrió hacia mí Yukino al verme atravesar la reja del instituto. «Buenos días, siempre llena de energía desde primera hora de la mañana, ¿eh?» la saludé. «No se puede decir lo mismo de ti» se alarmó «Tienes una cara…» «No dormido mucho esta noche» «¡Oh! ¿Quieres decir que… en fin… tú y la capitana…?» balbuceó. «¡No! ¿Qué estás pensando?» la paré inmediatamente «En realidad… ayer no salimos juntas» «¿Qué? Pero, ¿por qué? Uff… ¡y yo que esperaba un encuentro picante!» «Yukino-chan, por favor, no es así en absoluto, créeme» apuré el paso hacia la entrada del edificio. «Ok, ok, solo estaba bromeando un poco» me alcanzó en las escaleras. «¿Se puede saber qué ha pasado?» «No me encontraba bien y lo he aplazado» «¡Qué excusa tonta!» me miró de reojo, pero yo fingí que no me había dado cuenta. Dejé la cartera en mi pupitre y esperé a que comenzase la clase. Yukino no me hizo más preguntas y como buena amiga, cambió de tema, mientras Rei, sentada en su sitio, no me dirigió ni una mirada en toda la jornada. Al final de la tarde, acabadas las clases, fui a ver a Misato al gimnasio para hablar con ella. Me sentía un gusano con respecto a ella, y era justo que le explicase cómo estaban realmente las cosas: necesitaba tiempo y aclarar mis sentimientos. 114
«He leído el mensaje en que me decías que me esperarías delante del gimnasio después de los entrenamientos. ¿Qué querías decirme?» me sonrió Fujiwara acercándose. «Perdóname por no haber ido ayer a la cita»» me incliné. «No lo sientas. Lo importante es que estés bien» me guiñó un ojo «Podemos salir otro día si quieres» «Bueno…» balbuceé mientras buscaba las palabras justas para no herirla. «¿Hay algo más?» se preocupó Misato «¿Te parece si hablamos mientras vamos a casa? En un momento todas mis compañeras saldrán de los vestuarios, no querría que nos interrumpiesen» «Está bien» asentí. Era cierto que la capitana me gustaba, pero por Rei sentía algo diferente… Simplemente debía admitir la verdad, esa verdad que me había golpeado en la cara y que me había hecho reflexionar y poner todo en duda. «¿Cómo van las clases?» me preguntó Misato intentando romper el silencio. «Bien, gracias, aunque espero con impaciencia las vacaciones de verano, necesito tener un pequeño descanso» «¡A quién se lo vas a decir!» rió la capitana mientras se llevaba el cabello detrás de la oreja, después de golpe se detuvo. «¿Qué ocurre?» me alarmé al ver el estupor dibujado en su rostro. «Pero entonces… es verdad que esos dos…» dijo débilmente con la mirada fija delante de ella. Me giré lentamente hacia esa dirección y algo dentro de mí se rompió: Yamato y Rei acababan de cerrar tras de sí la puerta de la ‘sala de los menesteres’. Fue un momento embarazoso encontrarnos los cuatro cara a cara. «Ryo, ¿es este el motivo por el que has faltado a los entrenamientos?» le reprochó Misato poniéndose seria. «He avisado al Míster. Tenía que resolver algo importante» se defendió el muchacho. «Claro. Puedo imaginarlo» rebatió la capitana con desprecio. 115
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Yo no logré decir una palabra. Mis ojos se habían quedado fijos en Rei que parecía reflejar mi mismo estado de ánimo. “¿Por qué?” me llevé una mano al pecho. El dolor me penetró tan profundamente que, por un instante, tuve miedo de caer al suelo y no levantarme más. «¿Podemos irnos, por favor?» le dije a Misato con un hilo de voz, aferrándome a su brazo. «Sí, en seguida nos vamos» me agarró la mano la capitana sacándome de allí. Al pasar junto a ellos, el aroma de Rei me inundó y por instinto, alcé mi mirada hacia ella: sus ojos, lejanos e inexpresivos, parecían haberme abandonado definitivamente, así como todos los buenos propósitos que me había impuesto. “¡Qué estúpida he sido al creer en ella…” apreté los dientes pensando en cuando me había acusado de hipocresía, haciéndome sentir culpable. «Miyuki, ¿estás bien?» preguntó preocupada Misato mientras aún me mantenía agarrada por la mano. «No mucho, lo siento» intenté recobrarme. «Te entiendo. Después de todo, Yamato se te declaró, te habrás quedado mal, ¿verdad?» «No, no es por eso» Misato se detuvo de golpe en mitad de la calle. «Entonces, ¿cuál es el problema?» me miró perpleja. «De verdad, no es por Yamato, es que… no entiendo a Asakawa» solté sientiendo cómo la rabia crecía en mi interior. «Tú no la conoces» se puso seria «Si quieres un consejo, permanece alejada de ella» «¿Alejada de ella? ¿Qué quieres decir?» «Las personas que tienen algo que ver con Asakawa acaban todas subyugadas por ella y víctimas de su egoísmo» reveló amargamente. «¿Quieres decir que… ha habido algo entre vosotras dos?» pregunté aguantando la respiración. «Nada de lo que imaginas…» me aseguró volviendo a ponerse en marcha «Digamos que el año pasado pasé por un momento particular y ella 117
estaba enterada. Esperé hasta el último momento poder llegar a ser amigas, pero… ella prefirió destruir todo lo que amaba, incluida mi relación con Ryo» apretó los labios. Bajé la cabeza apartando de mí el pensamiento de Yamato y Rei juntos, saliendo de aquella maldita estancia. «Miyuki, dejemos de hablar de ellos. Tienes algo que decirme y que hemos dejado en suspense, ¿no?» se detuvo delante de mí, parecía ansiosa. «Perdóname si ayer no salí contigo. ¡No quería rechazarte!» «Me has dicho que no te sentías bien. Te creo» se relajó de golpe y sus ojos se anclaron en los míos. Dentro descubrí una luz cálida y atrayente. «Misato-san, yo…» susurré barriendo de la mente todo los malos pensamientos, sintiéndome invadida cálidamente por aquella luz que ahora se irradiaba por todo mi cuerpo. «Entonces, ¿tienes algo que hacer el próximo domingo?» dijo sonriéndome dulcemente. «Para ser sincera, sí» llevé mis brazos alrededor de su cuello, dejando caer al suelo mi cartera «Debo salir con mi chica» me puse de puntillas y la besé. El tiempo pareció detenerse y también mi corazón: no era momento de hacerse daño y destruirse. Solo quería amar y ser amada. ***
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Orange Cream
escrito por Scarlett Bell con los dibujos de Aeryn Sun *** Traducción: Natalia Trujillo Rodríguez www.fanfiction.net/u/5685127/franchiulla *** Quality check: Gil Ionar de Souza Imawano www.facebook.com/groups/CitrusLatinos
CONTINUA... Todos derechos reservados al autor. Cada reproducción prohibida. Sustentas el proyecto leyendo los capitulo sobre el blog y inscribiéndote a la página facebook.
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