eCre Orang am• Act. 6
L
a noticia de que Fujiwara y yo nos veíamos se difundió por el instituto a la velocidad del rayo. Bastó que almorzáramos juntas tres días seguidos para que se crease un enorme rumor. «Debes pasar de eso» me sonrió Misato acercándome a los labios sus palillos que sujetaban un rollito «Pronto se cansarán, créeme» Abrí la boca y mordí el trozo de comida. «¡Está exquisito! Carne de cerdo, verduras…¿y?» «Sala de jengibre condimentando la pasta» «¿También esta la haces tú?» «Sí» me acarició con la mirada mi chica, dejándome, como de costumbre, sin palabras. «¡Oh, vaya! Capitana, ¿hay algo que no sepas hacer?» soltó Yukino sentada a nuestro lado «Todo esto es muy frustrante» suspiró mirando desconsolada su bento. «No digas eso, estoy segura que Miyuki te enseñará un montón de recetas fabulosas en el club de cocina» le guiñó un ojo Misato «¿Quieres probar?» le dijo amablemente y ella no se lo hizo repetir dos veces. «¡Eres tan generosa Fujiwara-san!» exclamó Yukino metiendo sus palillos en la sabrosa comida de la pantera de Iroku. «¡Oh, venga, Yukino-chan, no te atiborres de ese modo!» intenté pararla. «¡Ni lo intentes Miyuki-chan! ¡Tienes para ti todas las atenciones de la capitana, no puedes ponerte celosa si me ofrece un poca de su comida!» «Eres incorregible!» me pasé la mano por la cara, incómoda «Discúlpala, por favor» le dije a Misato. «¿De qué? Yukino-san está llena de vida, deberían ser así todas las chicas de nuestra edad» «¿Ves?» se enorgulleció mi amiga con las mejillas coloradas. Me centré en mi plato divertida: me gustaba la relación que se había creado entre las tres. Solo habían pasado tres semanas desde que Misato y yo habíamos empezado a salir y todo en mi vida había cambiado de golpe. Cuando la besé aquel día en la calle y ella me había atraído hacia ella, despreocupadas de quién nos pudiera ver, un enorme peso se había esfumado de repente de mi pecho. 124
«Eh, chicas, ¿puedo unirme a vosotras?» llamó nuestra atención el recién llegado. «Yamato, ¿qué haces aquí?» me sorprendí y lo miré de arriba abajo. «Me he quedado solo para comer. Mis amigos me han abandonado» me dijo mientras se sentaba entre Yukino y Misato. En realidad, había comprendido muy bien el verdadero motivo de su presencia. «He visto que aquí se reparte bento. ¿Puedo aprovechar también yo?» preguntó dirigiéndose a Misato que en un momento se puso seria. «Coge» le acercó la comida sin siquiera mirarlo a la cara. «Caray, pero ¿por qué no te pierdes por la escuela?» resopló fastidiada Yukino. «¡Yukino-chan!» le acarició la cabeza el chico «Te pones tan bonita cuando te enfadas» rió. «¡No me trates como a una estúpida!» se enfrentó a él, pero a pesar de esa cómica escena, me di cuenta de lo turbada que estaba Misato. «¿No deberías estar con Asakawa?» preguntó de sopetón la capitana. «Ehm… no, bueno… en realidad hace varios días que quiero explicarte cómo están las cosas, pero tú no haces sino ignorarme» replicó Yamato. «No tienes que explicarme nada. No tiene nada que ver conmigo» El silencio se hizo de improviso. Yukino me lanzó una mirada perpleja y yo me encogí de hombros sin saber qué posición tomar. «Y entonces, ¿por qué ya no me hablas?» insistió el chico poniéndose de golpe serio. «Porque no tengo nada que decirte» lo cortó secamente Misato. Yamato bajó la cabeza hacia la comida y decidió seguir comiendo en silencio. «¡Qué situación más embarazosa!» suspiró Yukino «¿Se puede saber qué sucede?» Ninguno de los dos respondió, ambos con la cabeza inclinada hacia sus platos. «Yamato-kun, ¿me puedes decir a mí cómo están las cosas de verdad con Asakawa?» pregunté captando de repente la atención de los tres. 125
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«Claro… Miyuki-chan. Verás, cuando nos encontramos en el gimnasio la última vez, Rei y yo acabábamos de arreglarnos» aprovechó la ocasión él. «¡Arreglaros, claro!» lo miró torvamente Misato. «¡Es la verdad!» «¡Eres el mentiroso de costumbre!» «Eh, chicos, por favor» intervine «¿Podemos hablar tranquilamente?» «Yo lo haré, pero si ya está convencida de que Rei y yo nos encerramos en la sala por otros motivos que solo hablar…» «¡Oh, oh!» balbuceó Yukino, poniéndose enseguida las antenas para escuchar un nuevo chismorreo. «¿Puedes culparme de eso?» se puso nerviosa Misato «Te has dejado manipular por esa bruja hasta ahora. Es normal que sea prevenida» sentenció. «No, eso no es verdad…» bajó la cabeza el chico «Fui yo quien se equivocó. Rei no tiene nada que ver» reveló dejándonos a todas en silencio. «¡No me digas!» replicó Misato desafiante. «Sí…» continuó él «Le pedí una cita, quería hablar en paz, pero dado que los dos llamamos la atención, al final optamos por encerrarnos en el único sitio en que nadie nos molestaría» Yukino emitió un suspiro de alivio, algo me decía que no hubiera querido cambiar de opinión sobre nuestra delegada de clase. Yo, por el contrario, sentí que algo se agitaba de nuevo en mi estómago. «Así que… ¿solo habéis hablado?» pregunté bajo la mirada asombrada de Misato que probablemente no se explicaba mi interés en esa historia. «Hablamos de nuestra relación, de lo que me había hecho tomar la decisión de cortar con ella y…» cruzó su mirada con la mía «Después de tu rechazo, Miyuki… volví sobre mis pasos» admitió dejando a Misato y a Yukino con la boca abierta «Estaba herido y quizás, como me ha hecho ver Rei, solo quería ser consolado» bajó la mirada, incómodo. «¿Lo ha hecho?» pregunté sintiendo cómo la sangre me hervía en las venas «¿Te ha… consolado?» «No, en absoluto» alzó la mirada enfrentándome «Rei estaba diferente a lo acostumbrado» 127
«¿Qué quieres decir?» lo apremié. «Estuvo amable… comprensiva» explicó «Me dijo que debía encontrar a una buena chica que estuviera conmigo del modo en que yo deseaba, después me doy las gracias por el tiempo que habíamos estado juntos. Nunca la había visto así» «¡Ryo! ¿No te avergüenzas de estar contando estas cosas especialmente a Miyuki? Solo hace dos semanas te le declaraste, ¿recuerdas?» intervino Misato irritada. «¿Qué tiene que ver? Miyuki ha decidido estar contigo. Ahora la considero una amiga» explicó dejándonos a todas perplejas. «Estás desesperado» sacudió la cabeza Misato volviendo a comer. «¿Por qué?» replicó el chico con expresión de quién cae de las nubes. «La capitana está diciendo que el tuyo es un comportamiento veleta» se anticipó Yukino «Dejas a la delegada, pruebas con Miyuki-chan, ella te rechaza y vuelves a tu ex. ¿No te parece una forma de actuar cuanto menos frívola?» «¿Qué debo hacer?» se empezó a poner nervioso Yamato «Si hubiera sido otro, no me hubiera dejado poner de lado y habría intentado conquistar a Miyuki-chan, pero tratándose de Misato… he tenido que dejarlo estar. ¡Nunca me enfrentaré a ella!» «Quizás porque Miyuki-chan no te gusta tanto como dices» insistió Yukino. «No soy el único que se comporta de ese modo. Hay quien ni siquiera tiene el valor de declararse para no herir a una amiga» exclamó dejándola sin posibilidad de réplica «Volví a Rei en un momento de debilidad. ¡De eso a ser frívolo hay un trecho!» se irritó. «Nadie quería ofenderte» dijo Misato fastidiada «En cualquier caso… mejor que las cosas hayan acabado así con Asakawa. Al menos, ahora estarás más presente y concentrado en los entrenamientos semanales» le lanzó una mirada. «Misato-chan, por favor, basta con las peleas. No puedo más» se acercó a la capitana «¿Podemos hacer las paces?» insistió el chico apenado. «Eres un pesado, ¿te lo han dicho alguna vez?» replicó Misato empujándolo lejos. 128
«Yo se lo repito a menudo» suspiró Yukino haciendo una mueca. *** Aquella conversación volvió a llenar mi mente durante el día e inevitablemente acabé observando varias veces a Rei que estaba tranquilamente sentada en su pupitre. “Estaría bien poder hacer las paces con ella como han hecho Fujiwara y Yamato esta mañana”, me atormenté. La imagen de nosotras dos, de pequeñas, jugando en un gran jardín se me apareció dejándome confusa. «Eh, Miyuki-chan, el timbre ha sonado» me sacó de mis pensamientos Yukino «¿Volvemos juntas a casa?» «Está bien. Misato me ha dicho que no la espere. Está comenzando con las pruebas de admisión en la Universidad» cerré mi mochila y seguía a mi amiga. El sol teñía de rojo los techos de las casas y en el aire se respiraba un intenso olor a flores. «Junio está a las puertas» suspiró Yukino «¿Qué haréis tú y la capitana en las vacaciones de verano?» «Aún no hemos hablado de ello» respondí neutra. «¡Eh, qué entusiasmo!» se paró delante de mí «Miyuki-chan, sé por qué estás así» «¿De verdad?» la miré perpleja. «Claro, es por lo de esta mañana» se puso seria «¿Por aquellos dos, no?» «¿Por casualidad has notado algo que se me ha escapado?» «Cuando Yamato se entrometía en nuestras conversaciones, siempre le creí un poco egocéntrico y fastidioso, pero ahora…» hizo una pausa «¡Me pone de los nervios! ¡Y lo que es peor es que la capitana parece condicionada por él!» «Efectivamente, no estás del todo equivocada» rezongué para mí. «Yamato siempre hace algo que fastidia a Fujiwara» continuó «Primero se metió con Asakawa para molestarla porque, como habrás notado, la delegada y la capitana no se soportan. Después lo probo contigo porque Fujiwara te había echado el ojo» 129
«En realidad, conocí primero a Yamato que a la capitana. Es más, fue él el que insistió para que me metiera en el equipo» «Quizás fue así… quizás no» entrecerró los ojos Yukino «Con todo el respeto, Miyuki-chan, a mí no me parece que a él le importéis tanto tú o Asakawa» «¿Estás acaso diciendo que la que le gusta realmente a Yamato es… Misato?» «A mí me ha dado esa impresión» confirmó Yukino «Siempre hace de todo para captar la atención de ella» «Bueno, hace dos semanas que no se hablaban. Quería solucionarlo. No es por defenderlo, pero quizás yo también lo hubiera hecho» «Ya, pero, ¿por qué lo ha tenido que hacer cuando estabais juntas? En fin, admito que también yo he estado estos días pegada a ustedes, pero… ¿por qué no ha podido esperar a los entrenamientos para hablar con ella?» «Parecía que quería nuestro apoyo» repliqué «De todos modos, Misato tiene un comportamiento extraño con él. Creo que… está celos de él» «También a mí me ha dado esa impresión» asintió Yukino «Y no me digas que esto no te fastidia» «No creo que pueda permitirme interferir en la relación que tienen, ¿sabes?» «El hecho de que sean amigos de la infancia no significa que tengan el derecho de hacer lo que quieran, y además… hay otra cosa que me preocupa…» dio una gran respiro mi amiga «Haciendo esos discursos estrafalarios y, sobre todo, apareciendo como la pobre víctima, Yamato podría meteros en problemas a ti, a la delegada y a la capitana» concluyó nerviosa «¿Qué quieres decir?» «Siempre está aireando sus cosas personales, cosa que no sería un problema si no envolviera a otras personas» hizo una pausa mirando a lo lejos «De esa manera os expone a las malas lenguas y al juicio de la gente. No nos olvidemos de cuántas fans exaltadas tiene Yamato, además de amigos estúpidos» Pensándolo bien, parecía la trama de una novela rosa, en la cual un conspirador demasiado ingenuo intentaba seducir un sueño inalcanzable… 130
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“¿Y si… también a Misato le gustara inconscientemente su mejor amigo?” reflexioné una vez en casa. Tenía una extraña sensación negativa que no reconocía como normales celos. “Se lo preguntaré” concluí mientras me quitaba la ropa sucia y la dejaba caer en el cesto de la ropa antes de entrar en el baño “Ciertas cosas es mejor saberlas inmediatamente”, me metí en el agua caliente, pensando que finalmente a la mañana siguiente me iba a poder dedicar a lo que más me hacía sentir bien en absoluto: preparar dulces para mi amada Paradiso. *** Aquel sábado fue mucho más que movido, no solo porque los fines de semana la pastelería era asaltada por los clientes, sino porque hubo una visita inesperada en el negocio. Vestida con un espléndido conjunto burdeos que dejaba generosamente descubierto su escote, bellísima y tan diferente a cuando vestía el uniforme de clase, hizo su entrada Misato. En un momento todos los ojos de los presentes se centraron en ella. «Buenos días, Miyuki» me sonrió y se acercó al mostrador y tres señores que estaban sorbiendo sus cafés se separaron de inmediato para dejarle espacio. «¿Qué haces aquí?» me sonrojé. «¡Sorpresa!» me guiñó un ojo. «Jolin, estoy impresentable» balbuceé mientras intentaba arreglarme el pelo y el delantal que había manchado sin querer con jugo de fruta. «Miyuki» dijo en voz baja «Sé que estás trabajando, te lo ruego, no te sientas incómoda o me harás sentir culpable por haber venido a buscarte» alargó los labios en una atrayente sonrisa que me derritió al instante. «Ok, ¿qué puedo ofrecerte?» susurré intentando de recomponerme. «Quiero tarta a la crema de naranja. Me han dicho que es una delicia» la señaló y me di prisa en cortarle un trozo, mientras mi madre y las otras chicas que trabajaban para nosotros se ocupaban de fabricar los dulces para los clientes. «Pero es… exquisita» hizo un sonido con la lengua abriendo los ojos de par en par. 132
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«Me alegro de que te guste» le serví una taza de café expreso. «Tendrás que pasarme la receta o quizás…» alzó la mirada encontrándose con la mía «¿Podrías enseñarme a hacerla?» «Con mucho gusto» asentí con la cabeza «¿Te inscribirás en el curso de cocina?» Misato se echó a reír. «Lo estaba pensando, ¿sabes? Al menos tendría la excusa para verte más a menudo» «Entonces, ¿qué te lo impide?» la instigué. «Lo sabes muy bien. Debo prepararme para los exámenes de tercer año y para las pruebas de la universidad en la que querría inscribirme» apoyó el mentón en su estilizada mano «Sigo siendo la capitana del equipo de baloncesto, querría ocuparme de las chicas hasta el final» «Eso no debería ser un problema para ti» «No lo sabría… si alguien me echase una mano» «Ah, ¡ni lo intentes!» le saqué la lengua y Misato se echó de nuevo a reír “¡Qué bella es!” me quedé observándola. Quién sabe si ella se daba cuenta de su encanto y de cómo la estaban mirando todos… incluida mi madre. «Miyuki, ¿todo bien?» «Oh, sí, mamá» me giré hacia ella «Acabo de terminar aquello que me habías pedido, está ahí, ahora estaba echando una mano en el mostrador» «Lo veo» escrutó a Misato de forma extraña «¿Esta bella señorita es una compañera del instituto?» «Ah, sí… ella es…» «Una placer, señora. Me llamo Misato Fujiwara» hizo una pequeña inclinación la capitana «Soy muy aficionada de su hija» dijo con tal dulzura que la habría abrazado delante de todos. Mi madre, por el contrario, no dijo nada, su rostro estaba imperturbable y mi corazón comenzó a latir más rápido: por un momento pensé que lo había comprendido todo, después, en cambio, la vi sonreír y de golpe la tensión se relajó. «El placer es mío, eres bienvenida» se giró hacia mí «¿Por qué no haces un descanso y vais a tu habitación? Te llevaré allí el resto del desayuno que ha pedido Fujiwara-san» dijo sorprendiéndome. 134
«No quiero molestar» se apresuró a decir Misato incómoda. «Ninguna molestia, es más…» suspiró mi madre «desde las cinco y media de la mañana esta bendita chica está en pie cocinando y corriendo de aquí para allá en la pastelería. Si logras que descanse un momento, te estaré agradecida» le guiñó un ojo apoyando una mano en mi hombro. «Si es así…» sonrió la capitana. Yo, en cambio, estaba nerviosísima. No había tenido tiempo de recoger mi cuarto. «Lo siento, encontrarás un poco de desorden» resoplé dándole paso por las escaleras que llevaban a la primera planta. «Da igual, estoy tan contenta» «También yo lo estoy, pero… estás tan guapa hoy y yo estoy hecha un desastre» La mano de Misato aferro la mía haciéndome sobresaltar. «¿De verdad… te gusto vestida así?» preguntó mientras sus mejillas se teñían de rojo. «Sí, claro» enrojecí yo también «Ven» le señalé que entrase. «Es un encanto, ¡me la imaginaba exactamente así tu habitación!» comentó. Metí rápidamente algunas ropas sucias en el armario y un instante después entró mi madre con dos trozos de tarta y dos tazas de humeante té. «Te ruego Fujiwara-san, como si estuvieras en tu casa» dijo haciéndole una pequeña inclinación. «Mamá» llamé su atención «¿Estás segura de que no me necesitas abajo?» «Está tu padre atrás echándonos una mano» me tranquilizó «Relájate un momento» me sonrió dejándonos solas. «Tu madre ha sido muy simpática. Ahora me siento un poco culpable por venir así de improviso» dijo mortificada Misato sentándose sobre el cojín frente a la mesita que está en el centro de la habitación. «No tienes que estarlo» me senté cerca de ella. «Pero, ¿de verdad estás despierta desde las cinco y media?» «Sí» cogí un trozo de tarta «Pero no estoy cansada» le guiñé un ojo. «Sé que teníamos que vernos mañana, pero tenía una cosa que decirte y… no quería esperar» bajó por un instante la mirada, nerviosa. 135
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«¿Algo que preguntarme?» la miré «También yo tengo cosas de las que hablar contigo, ¿sabes?» «Sobre la conversación de ayer, ¿no?» Asentí con la cabeza. «Bueno, creo que aparecieron cosas un poco… insólitas, ¿verdad?» empezó Misato antes de beber de su taza de té. «Eso parece» busqué en mi interior las palabras apropiadas «¿Qué querías decirme?» «¿Qué relación tienes con Asakawa?» me quedé helada «Ayer me pareciste demasiado preocupada por ella» dijo dejándome estupefacta. «Lo hubiera estado también si se hubiera tratado de otra chica» me di prisa en explicar «Es el comportamiento de Yamato lo que me deja perpleja. Si lo pensamos, hay muchas cosas que no me cuadran» Misato permaneció callada con la taza del té a medio camino. Apreté los labios y le revelé de un tiró todo lo que pensaba de aquella historia. La capitana me escuchó hasta el final sin interrumpirme. Estaba tan tensa que ni lograba mirarla a la cara. «¿Ryo interesado en mí?» soltó en una carcajada Misato «Miyuki, ¡eso es imposible! Hemos crecido juntos y te aseguro que él y yo ni siquiera nos hemos cogido de la mano cuando íbamos a la guardería» me tranquilizó. «Eso no tiene nada que ver, tú…. siempre estás conmocionada cuando se trata de él» apreté las manos sobre las rodillas «Podrías tener sentimientos de los cuales aún no te hubieras dado cuenta y…» «No, no los tengo» me interrumpió decidida «Entonces, ¿se trata de eso? ¿Has tenido la impresión de que podría sentirme atraída por él?» «Bueno… sí…» balbuceé «En todas las ocasiones su comportamiento es ambiguo. Parece querer siempre ser el centro de tu atención» rehuí otra vez su mirada. «No lo puede conseguir» dejó la taza de té en la mesita y se acercó «Porque toda mi atención está puesta en ti» dijo en un suspiró antes de cogerme el rostro con sus dos manos y besarme. «Misato…» me separé un poco para encontrar sus ojos, pero ella pegó de nuevo sus labios en los míos dejándome sin aliento. 137
«Me gustas, Miyuki» me miró intensamente «Solo tú» «Te creo» me hundí en su abrazo. «Entonces, si es de eso de lo que estabas preocupada, ¿Asakawa no tiene nada que ver?» preguntó de nuevo. «El hecho es que…» me separé de ella nerviosa, indecisa de si decirle o no la verdad sobre lo que había pasado verdaderamente entre Rei y yo «Mi madre y la madre de Asakawa son amigas desde jóvenes. Iban al mismo instituto y han mantenido buenas relaciones durante todos estos años» confesé finalmente. «¿Eso significa que también vosotras os conocéis desde cuando erais pequeñas?» se asombró Misato. «De cierta manera… Hemos pasado muchos años sin vernos. Al principio no la había reconocido» bajé la cabeza sintiéndome culpable por aquella media verdad «Sin embargo… no creo que ayer haya hecho nada malo» intenté defenderme. «No quería acusarte, perdóname» estrechó mis manos entre las suyas «Quizás te he parecido demasiado dura con Asakawa, lo siento» «En un cierto sentido, sí» volví a mirarla «Parece que la… odias» Misato se mordió el labio inferior y sus facciones se tensaron. «Un día te hablaré de ello, si quieres» dijo en un suspiro «Pero ahora, ¿qué te parece si acabamos el dulce y hablamos de otra cosa?» cortó en secó. Fujiwara se quedó haciéndome compañía hasta la hora del almuerzo, después se marchó. En apariencia estaba todo resuelto, pero ambas sabíamos que, de hecho, no era así. “Le he mentido… ¿se habrá dado cuenta?” me sentí un gusano por haberle escondido la verdad, aunque, a fin de cuenta, ¿de qué hubiera servido? Quería olvidar lo que había pasado con Rei en la terraza del instituto. No era necesario hacer sentirse mal a Misato confesándole cosas a las que yo ya no quería darles importancia. “Debo construir nuevos recuerdos con ella y dejar el resto fuera… incluido Yamato” me dije mientras pensaba en qué podría ponerme al día siguiente para salir con mi novia. En ese momento tocaron a la puerta. 138
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«Miyuki-chan, ¿puedo hablar contigo?» preguntó mi madre entrando en el cuarto. «Claro, siento lo de esta mañana. Os puedo echar una mano esta tarde si lo necesitáis, ya he acabado toda la tarea de la próxima semana» «No es necesario, pero si te apetece, puedes bajar a la tienda cuando quieras» dijo, después se sentó delante de mí, observándome con una expresión extraña. «¿Ha pasado algo?» me preocupé. «No, en absoluto. Debo hacerte solo una pregunta» se aclaró la voz «Me preguntaba si… Misato-san es solo una amiga o…» dejó la frase sin acabar partiéndome en pedazos. «Mamá, ¿qué me estás preguntando?» sentí la cara en llamas. «Sí, bueno, he tenido la sensación de que no era una simple amiga, ¿es así?» se esforzó en hablar tranquilamente, aunque se veía claramente que estaba pasando por una situación embarazosa. «Bueno… sí…» bajé la mirada no segura de qué decir. «Si así fuera, tienes buen gusto. Es una chica muy guapa, amable y educada» se apresuró a decir captando mi atención. «¿De verdad? Es decir, ¿por ti estaría ok?» balbuceé atemorizada del juicio imprevisto que iba a acontecer. «Claro que para mí está todo ok» sonrió «Es tu vida, hija mía, solo quiero que seas feliz y que estés con una buena persona, así que…» hizo una pausa «Invita a tu novia a casa nuestra siempre que quieras, ¡es bienvenida!» concluyó con una expresión tan tierna que se me llenaron los ojos de lágrimas. No sé cómo, pero me encontré entre los brazos de mi madre, aferrada a su cuello, feliz como no lo había estado en mi vida.
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Orange Cream
escrito por Scarlett Bell con los dibujos de Aeryn Sun *** Traducción: Natalia Trujillo Rodríguez www.fanfiction.net/u/5685127/franchiulla *** Quality check: Gil Ionar de Souza Imawano www.facebook.com/groups/CitrusLatinos
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