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«¿E
stás bromeando, verdad?» soltó de pie Misato dejando caer al suelo sus libros. «Por favor, no hagas esto…» le rogué que se volviera a sentar. Había ido a buscarla al jardín, sabía que tenía algo de tiempo para estudiar antes de los entrenamientos y yo entraría más tarde a la clase de cocina para poder hablarle de este espinoso asunto. «¡No puedes ir al balneario con aquellas dos!» se alteró «¡Busca una excusa que decirle a tu madre, te lo ruego!» «Sabes que no puedo hacerlo. Hace un año que proyectamos juntas este viaje» «Pero, ¿por qué exactamente con Asakawa?» se pasó una mano por los cabellos, nerviosa. «Te lo he dicho, Ritsuko y mi madre son amigas desde el instituto, se han puesto de acuerdo entre ellas» intenté explicarle. «Lo sé, pero eso no tiene nada que ver con nosotras» se mordió los labios. «Misato, ¿no te fías de mí?» la miré a los ojos. «No he dicho eso, es solo que…» rehuyó mi mirada «No me fío de Asakawa» «Entonces, podrías venir con nosotras, ¿qué te parece?» Ante esas palabras, alzó la cabeza con una expresión de asombro. «Eso es imposible. Asakawa y yo no haremos sino buscar cualquier pretexto para litigar, ¡lo sabes!» respondió fastidiada. «Rei me ha hecho una promesa y la está manteniendo, como ves. Incluso ha dejado de ir a la pastelería» dije estirando, cansada, los brazos «¿Qué más puedo hacer?» «¿Buscar una excusa y no ir?» insistió, después recogió sus libros y comenzó a caminar. «Espera» la agarré por un brazo. «Discúlpame, necesito pensar. Nos vemos esta tarde» dijo de un tirón y se dirigió a paso largo hacia el edificio. Cuando volví a clase de cocina apenas había comenzado. Saludé con cortesía y me puse el delantal. 232
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«Hey, ¿qué ha pasado?» me preguntó de repente Yukino preocupada. «Bueno…» balbuceé. Le conté todo mientras preparábamos el glaseado para poner por encima de los dulces que estaban cociéndose en el horno. Mi mejor amiga suspiró a mi lado. «¡Qué fastidio!» exclamó «Si pudiera, iría yo contigo al balneario para ejercer de árbitro, pero por desgracia no me es posible» «Me gustaría verte en esa tesitura» se me escapó una risa irónica. «De verdad, esas dos empiezan a cansarme. ¡No puedo verte más así!» exclamó mientras montaba enérgicamente a punto de nieve las claras con el batidor. «Calma, o las volverás locas» «No, serás tú la que te vuelvas loca si esas dos no se ponen de acuerdo» soltó. «En realidad, desde que hablé con ella, Rei se ha apartado» «¿De verdad? No estoy muy convencida» se encogió de hombros Yukino. «Podría…» farfullé «Podría decirle que invitase a Nishie-san…» murmuré. «¿Qué?» se sobresaltó Yukino «No sé si eres sádica, masoquista o ambas cosas. ¡Te meterás en un fregado, lo sabes muy bien!» gesticuló. «Me meteré de igual manera» suspiré ruidosamente «Así que mejor buscar la solución más indolora» concluí mientras pintaba los dulces, apenas sacados del horno, con el glaseado que habíamos preparado. Le escribí un mensaje a Rei antes de salir de clase, preguntándole si podíamos hablar; poco después respondió que me esperaría en la verja a la entrada de la escuela. Al final me convencí de que aquella sería la decisión justa. Estaba segura de que encontraría alguna manera para que mi madre y Ritsuko aceptaran la presencia de otras dos compañeras de escuela. Quizás había sido demasiado impulsiva, pero quería resolver rápidamente el problema: no tenía más ganas de pelear con Misato por causa de sus celos con respecto a Rei. Además de esto, no me sentía tranquila pensando que me quedaría sola en una habitación con ella… 234
“¡Mejor verla con otra en ese momento!”, me mordí el labio inferior apurando el paso hacia la entrada. Rei ya estaba allí esperándome, apoyada su espalda en el muro de entrada. «Hola, Miyuki» abrió los labios en una sonrisa y mi corazón dio un respingo. «Tengo que hablar contigo» bajé la mirada y le dije de un tirón lo que tenía en mente. «¿Quieres que invite a Nishie-san?» preguntó perpleja. «Sí, estaría bien si también viniera ella. También estará Misato y al menos…En fin, estaremos todas juntas y…» «¿No serías la tercera en discordia?» me miró fijamente cambiando de expresión. «Bah, no quería decir eso» rehuí de nuevo su mirada sintiéndome incómoda. «Comprendo» cortó Rei recuperando su rudo comportamiento «Se lo pediré» «Te lo agradezco» hice una pausa «siento no haber respondido tu mensaje el otro día» alcé la cabeza en ese momento cruzándome con sus ojos carentes de expresión. «No tienes que justificarte» respondió fría «Nos vemos mañana» concluyó mientras se marchaba. Me llevé una mano al pecho y me dirigí hacia el gimnasio. “¡Es la decisión correcta!”, me repetí dejando atrás las lágrimas. ¿En qué momento me he vuelto tan sensible para echarme a llorar por cualquier estupidez? “¡Ahora, basta ya, Miyuki!”, me eché la bronca mientras me paraba en la entrada del gimnasio. Poco después vi salir a Misato junto a su querido amigo de la infancia. «¡Miyuki!» vino hacia mí «Gracias por haberme esperado» sonrió contenta. «Nos vemos mañana» dijo Yamato alzando la mano, después se marchó a paso rápido. «¿Hacemos juntas un parte del camino?» le pregunté poniéndome a su lado. «Con mucho gusto, pero…¿hay algún problema?» se me adelanto ella «¿Es por lo que nos dijimos antes, verdad? Perdóname, es solo que no sabìa cómo tragar eso, intenta comprenderme» 235
«He encontrado la solución» dije en ese momento. «¿Cuál?» «He hablado con Rei, le he pedido que invite también a Nishie-san, la de tercero A» «¿Nishie-san…no es una de las chicas del consejo estudiantil?» «Sí, ella misma» «¿Y qué tiene ella que ver con Asakawa?» «Pues en verdad…se llevan muy bien. De un tiempo a esta parte están siempre juntas» «¡Magnífico!» suspiró aliviada Misato, después se recobró rápidamente «Perdóname, no debería alegrarme de este modo, ¿verdad?» «No, no deberías» la miré de reojo «Pero puedo entenderte» «Gracias…Miyuki» me acercó a ella «¿Has hecho todo esto por mí?» «Lo he hecho porque me parecía lo correcto. Espera, ¿no habrá problemas con tus padres, no? Sobre todo ahora que nos conocemos, e incluso me han invitado a almorzar» le sonreí. «¿Qué quieres decir?» preguntó perpleja Misato. «Bueno, vendrás también con nosotras, ¿no? Si está Nishie-san, tú y Rei no tendréis oportunidad de pelear» La expresión de Misato cambió. «Miyuki…yo…no puedo ir» se entristeció de repente. «¿Por qué? Mi dijiste que no tenías nada que hacer estas vacaciones» me detuve delante de ella, incrédula «¡No querrás dejarme sola con ellas!» «Te he dicho que la mejor solución era que no fueras» insistió soltándome la mano. «¿Se puede saber qué te pasa ahora? ¡Estabas tan contenta hace un momento!» comencé a ponerme nerviosa. «Bueno, saber que no estarás sola con Asakawa me alegró, ¡es obvio!» rebatió. «¡Oh, claro! ¿Así que tendré que pasar cuatro días con ellas sin ti? ¿Quieres explicarme el motivo?» «¡No hay nada que explicar!» escupió Misato dejándome sin palabras «Perdona, pero hoy no logramos entendernos» 236
«Ok» tomé aire «¿Me estás escondiendo algo?» le di en el blanco, haciendole perder de repente el color de la cara «Muy bien, parece que he acertado» clavé mi mirada en la de ella. Misato no respondió y yo me acerqué más sin desviar la mirada «Tomate el tiempo que quieras y cuando estés lista, llámame» le di la espalda yéndome. Ella ni siquiera intentó detenerme. Volví a casa desmoralizada. No me esperaba que Misato reaccionase de aquel modo. «Miyuki, ¿has vuelto?» escuché a mi madre llamarme. «Sí, soy yo» «Dúchate rápidamente y ven a comer» «Ok, está bien» le respondí apática subiendo las escaleras para ir a mi habitación. Me dejé caer por un momento en la cama con los brazos abiertos: no sabía qué pensar. Cuando entré en el comedor, mi madre me estaba esperando ya sentada a la mesa. «¿Papá también ha salido esta noche?» pregunté mientras me llenaba el plato. «Sí, dice que hay torneo de bolos» «Torno de bolos, ¿eh?» reviré los ojos «Apenas nos hemos mudado y ya…» «No digas nada más, por favor» me interrumpió mi madre «Siempre es igual, lo sabes» se giró hacia mí resignada «Cuando se le pase este enésimo apasionamiento, volverá a ser el de siempre» «Ya, pero ¿por cuánto tiempo?» la miré disgustada «¿No estás cansada de esta situación?» «Tesoro, llegados a este punto, ya no me interesa. Tú ya eres grande y el negocio está yendo muy bien incluso sin él» se encogió de hombros «Dentro de pocos días, nos marcharemos al balneario, solo quiero pensar en eso ahora» me sonrió. «Sí, tienes razón» le devolví la sonrisa, dejando escondido mi estado de ánimo real: no destrozaría las vacaciones de mi madre por culpa de los celos de mi novia, sobre todo visto el delicado momento por el que estaba pasando. Misato no me llamó esa noche y al día siguiente, en la escuela, me rehuyó. Le dejé su espacio, no la obligaría a hablar conmigo si no le ape237
tecía. La que me sorprendió fue exactamente Rei que me dio una cita en la terraza para hablarme. «Le pregunté a Nishie-san si quería unirse a la comitiva» me dijo agarrándose con una mano a la red de protección. «Ah, vale» sentí que mis piernas temblaban «¿Qué te ha dicho?» «Estaba feliz por habérselo pedido» miró hacia abajo con la mirada vacía «No se lo esperaba» «¡Bi-bien!» balbuceé sintiéndome, a mi pesar, inquieta «¿Así que vendrá?» «No, desgraciadamente no puede ir» se separó de la red aproximándose a mí «tiene que ir a Nagoya con sus padres, lo habían reservado desde hace tiempo» «Ah…» «Sin embargo, he encontrado otra solución a tu problema» me miró «Le diré a mi madre que yo no voy» dijo dejándome estupefacta. «¿Y con qué excusa?» pregunté sosteniendo su mirada vuelta indiferente como antes. «No te preocupes por eso» concluyó pasando por mi lado. «Rei, espera» la llamé. «No tenemos nada más que decirnos» dijo dándome la espalda y en ese momento el instinto actuó por encima: corrí hacia la puerta, deteniéndome delante de ella. «¡Eso no es justo!» exclamé «No quiero que renuncies a tus vacaciones por culpa de un capricho» «¿Un capricho?» me miró perpleja «¡Entiendo la reacción de Fujiwara, créeme!» «Te lo agradezco» sentí mi corazón encogerse «Sin embargo, yo no» la dejé sorprendida. «Entonces, ¿qué quieres que haga?» «Ven, y perdóname si te he puesto en un apuro pidiéndote que invitarás a alguien más» «Ningún problema, te lo repito, Nishie se puso muy contenta» dijo un poco incómoda. «Le gustas» se me escapó «Habrá pensado que es recíproco» 238
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Rei no respondió. «¿Va todo bien con ella?» pregunté, arrepintiéndome inmediatamente de esa pregunta estúpida. «¿Quieres ser mi confidente?» rió. «Después de todo, somos amigas de la infancia…¿no?» me esforcé en decir, ya metida hasta en el fondo en el agujero que yo me había construido con mis propias manos. «Es una buena chica» respondió clavando su mirada en la mía «Una persona que debe ser cuidada, como dices tú» «Bien» empecé a sentir el acostumbrado malestar en la boca del estómago. «Miyuki, solo la estoy ayudando con el trabajo en el consejo estudiantil. No te montes extrañas ideas, por favor» aclaró rápidamente. «Claro, y además…en fin, no es asunto mío» rebatí nerviosa. «Ahora tengo que volver» cortó seca Rei «Cuídate» hizo una pequeña inclinación y cerró la puerta tras su espalda, dejándome allí, sola, capturada una vez más por el cielo azul que se veía allá arriba. Me concedí la oportunidad de ocupar el ángulo preferido de mi amiga de la infancia: subí a la terracita y me eché boca arriba con los brazos tras la cabeza. Nubes blancas como nata se movían, se cruzaban y se alejaban, recordándome inevitablemente mi relación con las personas que tenía cerca. Aquella tarde recibí un mensaje de Misato. «Disculpa mi comportamiento de ayer, sé que me he equivocado. Si te va bien, podríamos vernos el sábado cuando salgas del trabajo» “¿El sábado? ¡Pero, nos marcharemos al día siguiente para el balneario!”, exclamé en voz alta llamando la atención de mis compañeros, que estaban limpiando la clase. “Así que ha decidido no venir”, dejé el móvil en la mochila, desilusionada con su comportamiento. “Faltan todavía cuatro días, ¿no quiere verme antes?”, me pregunté mientras terminaba de colocar las mesas. «Hey, princesa condiciada» se me acercó Yukino «¿Volvemos juntas a casa?» preguntó guiñándome un ojo. «Claro, como te costumbre, tienes un don para llegar en el momento oportuno» 240
Durante el trayecto, puse al día a mi amiga de las últimas novedades y también ella encontró extraño el comportamiento de Misato. «La capitana seguramente estará ocupada con los estudios y lo entrenamientos, sin embargo…» «Pero ya he empezado a conocerla. Hay algo que la atormenta y no sabe cómo decírmelo» «¿Cómo aquella historia de las galletas?» preguntó Yukino pensativa. «Sí…creo que sí» «Sabes, Miyuki-chan, si te dijese que la capitana no me gusta, mentiría…» hizo una pausa «Es guapa, fascinante y siempre es amable con todos» «Es verdad» le sonreí «El último es uno de sus mejores atributos» «Sin embargo…no sé si soportaría todos estos quebraderos de cabeza, como lo haces tú» se puso nerviosa «En fin, has dejado de lado tus sentimientos por Asakawa, la has tranquilizado, le demuestras continuamente cuánto te importa…Es irritante» «Oh, sí, realmente lo es» suspiré «¿Tú qué harías?» «Bueno, probablemente le daría unas bofetadas» dijo poniéndose la mochila a la espalda. «Es demasiada alta» «Encontraría la manera, créeme» soltó haciéndome reír «Espero que realmente tenga un buen motivo para comportarse de ese modo» concluyó deteniéndose ante la cancela de mi casa. «También yo lo espero, por su bien» «¿Sabes qué te digo?» su expresión se dulcificó «La delegada está cambiando. Se ha vuelto más radiante y disponible. Le ha venido bien enamorarse de ti» me guiñó un ojo haciéndose sonrojar. «No digas eso, te lo ruego» rehuí su mirada «Hey, Miyuki» me pasó una mano pro el pelo, despeinándome «Yo te apoyo, siempre y de todas maneras, ¡recuérdalo!» «¡Cómo lo olvidaría!» volví a cruzarme con sus ojos «Eres la mejor amiga que se pueda tener» apreté una de sus manos entre las mías, más tranquila. 241
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Yukino siempre sabía cómo darme ánimos. Esa noche dejé de lado los tormentos de esa última temporada, me dediqué a estudiar y a la cocina y me prometí a mí misma que no me haría más preguntas hasta que no llegase el sábado. Como imaginaba, Misato solo dio noticias a través de SMS y en la escuela solo nos vimos dos veces y corriendo. También en esos casos, fui yo la que tomé la iniciativa de saludarla. No es que me esperase algo diferente por su parte, pero también yo, como Yukino, esperaba que el comportamiento de la chica con la que había decidido estar tuviera una razón de ser, porque comenzaba a estar cansada de toda esa historia. Esperé tanto aquella tarde de sábado que cuando me encontré cara a cara con Misato mi estado de ánimo estaba increíblemente sereno. «¿Salimos?» dijo ella sería. «Claro, dame solo un minuto para cambiarme» desaté el delantal «Mientras, si quieres puedes tomar algo en la pastelería» «No, gracias. Te espero fuera» dijo saliendo del local. Me arreglé rápidamente y la seguí «¿Vamos a los jardines?» abrió camino. «Está bien» me puse a su altura «Estoy contenta de verte» dijo mirando su perfil. «También yo» «¿De verdad? No lo diría» suspiré «Tienes cara de…funeral» intenté pincharla, pero no sirvió para nada. Misato asintió con una sonrisa, después se puso seria. «Ya, aquí está bastante tranquilo» me hizo señas para que me sentara en un banco y la obedecí. Misato me dio la espalda por un momento, tomándose tiempo, después se giró hacia mí visiblemente ansiosa. Aquel día estaba vestida con una camiseta blanca, pantalones cortos y bonitos botines, un elegante colgante reposaba en su cuello. «Estás muy guapa vestida así» le dije intentando de nuevo romper el hielo y que se sintiera cómoda. «Gracias, también tú estás encantadora» me sonrió la capitana finalmente. 243
«¿De verdad lo piensas?» crucé las piernas «Ni siquiera me has cogido de la mano mientras veníamos hacia aquí» fingí estar ofendida. «Miyuki, ¿recuerdas a esa chica de la que te hablé?» soltó de pronto ignorando mis palabras. «Sí, claro» me puse recta de repente, comprendiendo finalmente lo que me esperaba. «Bien, llegados a este punto, tengo que hablarte de ella» entrecerró los ojos. «¿Por qué exactamente ahora?» comencé a sentirme inquieta. «Mañana irás al balneario con Asakawa» se acercó cruzando su mirada con la mía «¿Estará también Nishie-san con vosotras?» «No, no irá» «Entiendo» dijo entre dientes. «En fin, Misato, ¿quieres contarme qué está pasando? ¿Qué tiene que ver aquella chica?» comencé a perder la paciencia. «Ya llego…» hizo una pausa pasándose nerviosamente una mano por el pelo «Espero que no me juzgues por lo que voy a contarte» continuó «La chica por la que Rei y yo nos enfrentamos no era propiamente una chica…» dijo sin mirarme. «¿Quieres decir que…os enfrentasteis por un chico?» pregunté perpleja. «No, lo que intento decir es que…el año pasado no tuve una historia con una chica de nuestra edad, sino con una mujer adulta» finalmente puso sus ojos en mí. «Pero entonces…» la miré confusa «¿Qué tiene que ver Rei contigo si…?» me bloqueé de pronto y un flash me atravesó la mente: el día de la agresión, la expresión de Misato y su beso desesperado en la enfermería después de haber avisado a los Asakawa, después en la pastelería, incómoda delante de Ritsuko como nunca la había visto. «N-no, no puede ser…» sentí que el aire me faltaba «¿La muchacha misteriosa es…la madre de Rei?» me puse de pie, atónita. «Sí…es ella» se mordió el labio «Ritsuko Hino, Asakawa» confesó siguiendo recta en su sitio. 244
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Me llevé instintivamente una mano a la boca, sintiendo de repente nauseas, después, volví a sentarme como si toda mi energía me hubiese sido absorbida. «Yo…la amaba» «¿Te enamoraste de ella, de verdad?» pregunté incrédula. «Sé que podría ser mi madre, pero los cosas sucedieron así…» Me quedé por un largo tiempo mirándola: de repente Misato se me aparecía bajo una nueva luz. «¿Cómo os conocisteis? Nunca has sido amiga de Rei, que yo sepa…» intenté comprender algo de aquella inverosímil historia. «No, de hecho no. Al comienzo no sabía que era la madre de una compañera del instituto. Asakawa ya era popular en primero, pero no tenía mucha relación con ella» se cruzó de brazos «Después de un accidente durante un partido, comencé a hacer rehabilitación en un centro muy famoso, donde trabajan los mejores fisioterapeutas de la zona. Allí conocí a Ritsuko» explicó «Nos veíamos a menudo, teníamos los mismo horarios y hacíamos los mismos tipos de ejercicios porque también ella tenía un problema en un brazo y en el hombro debido a una dislocación» «¿Y así comenzasteis a conoceros?» «Sí, pero nuestra historia comenzó cuando nos volvimos a ver después de un tiempo. Yo había dejado de hacer terapia, mi codo ya estaba recuperado. Una día pasé por el centró a saludar y ella estaba allí, estaba acabando su último ciclo. Me quedé fascinada mirándola y en aquel momento pensé en lo hermoso que había sido verla a menudo…la había echado de menos» se puso nerviosa «Así, sin pensarlo mucho, me armé de valor y la invité a tomar un café. Ella aceptó» «Pero, ¿no sabía que ibas al instituto?» «No» torturó de nuevo sus labios «Me aproveche de que gracias a mi altura siempre la gente me da más años de los que realmente tengo…Le hice creer que estaba en último año de universidad» «Pero esto es…una telenovela» exclamé desconcertada. «Sí, de cierta manera» rió débilmente. «¿Sabías que estaba casada?» 246
Misato no respondió. «Así que, ¿querías solo divertirte?» la provoqué. «¡No es así!» se agitó «Desde el momento en que me di cuenta de que me había enamorado hice lo posible para convencerla de mis sentimientos. Quizás fue una locura, pero realmente yo quería algo más. No me importaba si teníamos que vernos a escondidas o ir a un hotel, yo…» «¡Por Dios, Misato, por favor!» la interrumpí «¡No quiero saber esos detalles!» me cubrí los ojos con una mano, sintiendo una violenta sensación de rechazo al pensar en Ritsuko y Misato juntas. «Perdóname» su voz tembló. «Dejando de lado la diferencia de edad, Ritsuko estaba casada…¿cómo pudo pasar?» «Un matrimonio de conveniencia no trae la felicidad. Ritsuko y su marido tienen vidas sentimentales separadas. Se pusieron de acuerdo solo por las apariencias y no creo que a él le hubiese importado tanto si no hubiese sido por…» se interrumpió. «¿Por…?» la incité. «Por tu querida amiga de la infancia» concluyo amargamente. «¿Y eso por qué? ¿Rei os descubrió?» sentí el corazón apretarse. «Sí…» separó los brazos que tenía cruzados sobre el torso «Un día me arrastró a un sitio aislado, en el instituto, y me exigió que dejara en paz a su madre. Si no lo hubiera hecho, lo habría contado todo y…en ese momento todo mi mundo se derrumbó» entrecerró los ojos, con expresión de sufrimiento «Ritsuko arriesgaba mucho más de lo que podría permitirse» «Claro, tú aún eras menor de edad…las consecuencias podrían haber sido desastrosas» sentí la garganta seca «¿Cuánto tiempo duró vuestra historia?» «Varios meses. Hasta que Asakawa se metió en medio» «¿Entonces ese es el motivo por el que sientes tanto rencor hacia Rei?» le pregunté asombrada «Pero, ¿no te das cuenta de que tenías una relación con su madre?» «¡Fue cruel!» se alteró. 247
«¿Cruel?» me puse en pie para acercarme a ella «Si yo hubiese estado en su lugar, habría hecho algo peor, ¿sabes?» la miré con desdén. «¿Peor que un chantaje?» se me enfrentó. «¿Viste cómo me enfrenté a los chicos que agredieron a Rei?» Misato se quedó en silencio. «Cada uno reacciona a su modo. Rei te amenazó, ¡yo probablemente te habría mandado al hospital!» la miré seriamente con los puños cerrados. «Sabía que me despreciarías por esta historia. Quizás no debería habértelo contado, pero seguramente Asakawa, si se quedaba sola contigo, habría utilizado esa carta» «Rei nunca me ha mencionado nada de esto. Yo creía de verdad en tu versión» rebatí «No es tanto el hecho de que hayas mantenido una relación con Ritsuko, sino...más bien…¿por qué has tenido que desacreditar a Rei?» «No la he desacreditado. Solo he dicho la verdad» se defendió. «¡No, eso no es así! ¡Me habías dicho que Rei te había arrebatado a la chica para divertirse con ella y después tirarla tras usarla! No es lo mismo» «Quizás tú malinterpretaste lo que dije» se enfadó Misato «¡Asakawa se metió en medio y me amenazó! Tuve que terminar con Ritsuko por su bien y mi corazón se rompió en pedazos…Fue terrible» Me quedé paralizada ante su revelación. Ya estaba claro que aquella herida aún seguía abierta en su corazón. «¿Aún estás enamorada de ella?» La capitana cambió su expresión. «Miyuki…» me agarró una mano «Ritsuko fue importante para mí, no puedo negarlo. Aun cuando la veo siento fuertes emociones…pero aquello es pasado. Eres tú mi presente» pronunció en tono solemne. «Perdóname» retrocedí «En este momento soy yo la que necesita un poco de tiempo» bajé la mirada sintiendo que mi cuerpo era invadido por demasiados sentimientos contradictorios. «¿Me estás dejando?» se alarmó «¿Es un hecho tan grave que haya tenido una relación con una mujer casada?» preguntó haciendo evidente algo de resentimiento. 248
«No, no se trata de eso» me giré hacia ella, decidida «¿Por qué me lo has escondido hasta ahora y has descargado sobre Rei una culpa inexistente?» «Asakawa pisotea los sentimientos de los demás sin preocuparse de las consecuencias, es egoísta y le da igual si las personas que la rodean sufren. Sin embargo, parece que eso no tiene importancia para ti, ¿no?» «Quizás tengas razón, la Rei de hace unos meses se asemeja bastante a tu descripción, pero, al menos, cuando la miro a la cara, sé a quién tengo delante» repliqué. «¿Piensas que ella ha cambiado y que no tiene esqueletos en el armario?» susurró con una expresión oscura en el rostro «Verás que te desilusionara más de lo que yo pueda haberlo hecho» concluyó en un tono que sonó como una amenaza. «No quiero hacer comparaciones entre las dos» retomé el control de la discusión «Lo importante es que me has mentido y cada vez que tenemos un problema, en vez de resolverlo rápidamente, pasan días» sentí la sangre subir a mi cabeza «¡No sé si te das cuenta de que apenas estamos comenzando nuestra historia, pero si te comportas así desde ahora…me pregunto qué sucederá cuando tengamos que enfrentarnos a problemas más serios!» me alteré dejándola sin réplica. Nos quedamos por varios minutos en silencio, ambas con la cabeza gacha y la mirada perdida en el vacío. La tristeza nos había sepultado y parecía imposible emerger de aquel estado, pero al final, fue Misato quien retomó la palabra. «Hagamos así, en estos días tendrás tiempo para aclararte las ideas» intentó coger mi mano entre las suyas, y esta vez se lo permití «Yo también haré lo mismo. Me has dejado ver lados de mi carácter que no te gustan. Tengo que comprender también yo cómo resolver las cosas conmigo misma» tomó un respiro «Miyuki, no quiero perderte» dijo en un suspiro mientras sus ojos se humedecían. «Está bien, hagamos eso» dije sintiendo también yo ganas de llorar «Ahora tengo que volver» «Ok, yo me voy a quedar un poco más, si no te importa» se giró hacia el otro lado. 249
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Me alejé. Cada paso que daba era una puñalada en el estómago. No podía creerlo aún: Misato y Ritsuko, Rei conociendo la historia… “¿Quién sabe cómo se habría sentido…?”, pensé golpeada por el sentimiento de culpa por haberla juzgado sin saber cómo habían ocurrido las cosas. Volví a la pastelería, retomé el trabajo a ritmo apurado hasta el cierre. «Miyuki, ahora puedes irte» me dijo mi madre al verme tan concentrada limpiando las vitrinas. «Ya casi he terminado» le respondí sin darme la vuelta. «Miyuki-san, puedo hacerlo yo si quieres» intervino Sakura, también ella preocupada por mí. «No, estad tranquilas, yo me encargo» insistí. Una hora después, estaba acabando con las mesas, la pastelería estaba cerrada y dentro solo quedaba yo. «Entonces, ¿quieres pararte ahora?» se acercó mi madre sujetando en las manos una bandeja con dos platos humeantes de ramen. «Oh, mamá, gracias. Realmente, empezaba a tener hambre» le sonreí secándome la frente con el dorso de la mano. «¿Ya has hecho la maleta? Por la mañana, Ritsuko pasará a recogernos pronto» «Lo sé» finalmente me senté «¿Comemos aquí?» «¿Por qué no? Solo estamos nosotras dos» me guiñó un ojo. «Papá no se ha dejado ver en todo el día» «Ya» se encogió de hombros «Lo importante es que no se salte los turnos a partir de mañana» «No, no lo hará» me puse nerviosa pensando en qué aspecto tendría su nueva conquista. «Miyuki, tesoro…¿hay algo que te preocupa?» «No, ¿por qué?» «Soy tu madre. Comprendo algunas cosas» «Mmm…» bajé la mirada y empecé a comer «¡Está buenísimo!» exclamé. «Entiendo, no quieres contármelo» buscó mis ojos «¿Se trata de Misato-san?» 251
«Bueno, en cierto modo» confesé «Pero de momento no quiero pensar en ello» «¿Acaso no estará celosa porque va a estar Rei-chan?» insistió. «¡Mamá, por favor!» me puse nerviosa «No me apetece hablar» «Ok, ok» suspiró «Podría darte un muy buen consejo, si eso» «¿Te estás divirtiendo?» alcé una ceja. «No, en absoluto, pero he tenido vuestra edad. Con el tiempo me di cuenta de que me habría gustado que alguien más adulto que yo me hubiera dado un buen consejo» «¿De verdad?» la miré mientras su rostro se dulcificaba aún más. «No sé qué habrá sucedido, pero creo que si os queréis de verdad, los problemas, al final, se resolverán de manera natural» me guiñó un ojo. «Sí, será así» le sonreí, feliz por tenerla siempre de mi parte. Logré relajarme y una vez en la habitación preparé la maleta calmadamente. “¿Quién sabe si Rei ya tiene todo listo?”, pensé y eché un rápido vistazo al reloj “¿Y si decide en el último momento no ir?”, sentí el estómago agitarse. Cogí rápidamente el móvil y le mandé un mensaje. «Hola. ¿Has acabado de preparar las maletas para mañana?» Esperé algunos minutos, después llegó su respuesta. «Pues la verdad, no…¿tú estás lista para ir a relajarte al balneario?» «Sí, todo listo. Llevo mudas, el beauty y un libro comprado hace algún tiempo. Sin embargo, lo primero que quiero hacer, nada más llegar, es hablar contigo de una cosa» «¿De qué se trata?» «No puedo escribírtelo por SMS. ¿Podemos hablar mañana cara a cara?» «Ok, pero…¿está todo bien?» «Sí, luego comprenderás» «De acuerdo, entonces hasta mañana» Cerré la conversación. Esa noche di vueltas en la cama. No lograba sacarme de la cabeza lo que me había dicho Misato esa tarde y aún más me atormentaba el pensamiento de cuánto había herido a Rei sin saberlo. 252
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“He sido cruel”, rezongué apretando a Tora-chan contra el pecho. El alba finalmente llegó y yo, con solo dos horas escasas de sueño, me encontré tambaleando de camino al coche. «Buenos días, Miyuki-chan» me sonrió Ritsuko «¿Todo bien? Tienes cara de cansada» comentó. «Sí, no he dormido mucho» dije intentando meter la maleta en el maletero del coche familiar de los Asakawa. «Ven, te ayudo» vino en mi socorro Rei. «Gracias» «De nada» se metió en el coche poco después, sin ni siquiera mirarme a la cara. “Comenzamos bien”, suspiré mientras la seguía y me sentaba en el asiento de atrás, a su lado. «Bien, chicas, ¡nos vamos!» exclamó Ritsuko contenta como una muchachita. Verla así, mientras bromeaba con mi madre y contaba chistes, me hacía parecer aún más increíble lo que Misato me había revelado el día anterior. Al final, sin ni siquiera darme cuenta, acabé por quedarme dormida profundamente. Cuando volvía a abrir los ojos, ya habíamos prácticamente llegado. Mi cabeza estaba apoyada en el hombro de Rei. «Oh, perdóname» me alejé aún medio dormida. «Miyuki-chan, ¿has descansado algo?» dijo Ritsuko mirándome por el espejo retrovisor. «Sí, perdonadme, estaba cansada. ¿Me he perdido mucho?» «Algo de chismes entre mujeres, ¿verdad, Eriko?» «Sí» rió mi madre «Sin embargo la pobre Rei ha estado todo el tiempo sin moverse para no incomodarte y no despertarte» me reprendió amablemente. «¿De…de verdad?» susurré de repente bastante incómoda «Perdóname» me giré hacia Rei. «De nada» entrecerró los ojos sin prestarme atención. “Desde aquel día…se ha vuelto tan fría”, me apoyé en un lateral del coche, mirando por la ventana. “Mucho más de lo que me esperaba”, me mordí el labio inferior sintiendo una vorágine abrirse en mi pecho: ¿por 254
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qué estaba tan mal? Después de todo, ¿no había sido yo la que la había alejado? «Esta es la habitación de las chicas» nos abrió la puerta el propietario dejando nuestro equipaje al lado del armario. A mí y a Rei nos llegó un sobresalto simultáneo. «Pero…es una habitación de matrimonio» miré la amplia cama flanqueada por paredes del color del papel de azúcar. «Sí, como le explique a su madre no tenemos habitaciones individuales. La alternativa a las habitaciones matrimoniales solo son mini habitaciones con futón» dijo el hombre de media edad, mirándonos perplejo «¿Queréis una de esas?» «¡Pero qué tontería!» intervino Ritsuko «Pensé que a vuestra edad cada una querría su propio espacio, pero al final, ¿no es algo exagerado para dos viejas amigas de la infancia?» «Claro, es solo que…» retomé la palabra «La habitación es tan grande y luminosa que me he asombrado. Solo fue eso» intenté desdramatizar. «Ah, ahora se explica todo» exclamó Ritsuko dándole un golpecito en el hombro a mi madre «Ven, Eriko, vamos a prepararnos, quiero darme rápidamente un buen baño antes de ir a comer» se alejó feliz como una niña de excursión. Mi madre la siguió después de haberme dirigido una última mirada. La puerta se cerró. «Podemos cambiar de habitación si quieres» dijo Rei valorando mi expresión. «No, no quiero cambiar de cuarto. Aquí está bien» me dejé caer en la cama. Nos quedamos por varios minutos en silencio, después Rei se acercó a su equipaje. «¿Te parece bien que coja esta parte del armario?» «Claro, pon las cosas donde quieras» dije estirando los brazos con los ojos puestos en el blanco techo. «Si no me hubieses mandado aquel mensaje ayer por la noche…no habría venido» dijo Rei mientras colocaba sus vestidos en las perchas y en los estantes. 256
«Lo sé, por eso te lo mandé» «¿De verdad?» se sorprendió «¿De qué querías hablarme?» continuó colocando sus cosas dándome la espalda. «Misato me dijo que tuvo una historia con tu madre» dije sentándome en la cama. Rei se tensó «¿Qué quieres saber?» «Querría conocer esa historia de tu boca» dije sintiendo un nuevo sentimiento aflorar. «¿Qué sentido tiene lo que me estás pidiendo?» se giró finalmente hacia mí, dejándome ver su cara imperturbable. «Para mí lo tiene» «No sé los detalles, pero…no creo que Fujiwara esté aún enamorada de mi madre» respondió inmóvil delante del armario. «No quiero que me digas si Misato y Ritsuko están aún la una enganchada a la otra» me di prisa en precisar «Quiero saber cómo lo descubriste y si es verdad que amenazaste a Misato» Los ojos de Rei se desorbitaron, después volvió a asumir la acostumbrada expresión indiferente de siempre. «Sí, es verdad. La amenacé» admitió. «¿Hay un motivo? Digo, además del hecho de que estabas herida, con razón, por su comportamiento» pregunté dejando de nuevo a Rei sorprendida. «Mi madre…ha tenido historias en el pasado» inclinó la cabeza por un momento «Pero con Fujiwara fue diferente» «¿Diferente?» «Sí, creo que realmente se enamoró de ella y que la situación se le escapó de las manos» continuó «Lo descubrí mientras discutía con mi padre» «¿Qué?» me sobresalté. «Sí…mi padre descubrió que Fijiwara iba al instituto conmigo y le dijo a mi madre que terminara aquella historia» tomó aire «Estaba preocupado de que se arruinase su reputación por culpa de la relación con una menor de edad» 257
«Claro, un escándalo de este tipo habría podido tener consecuencia para la empresa de tu padre» «Querrás decir…para las empresas» «¿Empresas?» la miré perpleja. «También mi madre está al frente de una gran sociedad, aquella que es dueña de Hino» «No lo sabía…» me llevé una mano al pecho «¿Así que te metiste en medio para evitar lo peor?» «Mi madre no estaba al corriente de la verdadera edad de Fujiwara. Cuando escuché la conversación entre mis padres, ella parecía verdaderamente asombrada ante esa revelación» explicó «Probablemente habría terminado igualmente con ella, pero…» «¿Quisiste intervenir igualmente para hacer la cosa más rápida?» «Sí» admitió bajando la mirada, dejando transparentar su sentimiento de culpa «Le dije a Fujiwara que si no dejaba inmediatamente a mi madre contaría todo y las consecuencias hubieran sido devastadoras» «Pero después de haberla incitado a alejarse, ¿qué sucedió?» le pregunté. «Fujiwara encajó mal el golpe, pero después de una semana volvió para decirme que había hecho lo que le había pedido. Le contó a mi madre que se había medio enamorado de una compañera del instituto» «Lo hiciste por tu madre…» me acerqué a ella «Nadie puede culparte por eso» «En realidad, sabes muy bien que Fujiwara no lo cree así» se cruzó con mi mirada, incómoda «Créeme, siento lo que ha pasado. Solo tiene un año más que nosotras y si me pongo en su lugar, seguramente yo me habría derrumbado. Enamorarse de una mujer adulta, casada…un amor imposible» «Quizás deberíais hablar» propuse «No creo que sirviera. Lo sabes, los sentimientos son siempre complicados» dijo con una sonrisa irónica. «Ya, eso es una de las primeras cosas que me dijiste» sentí que retrocedía hasta aquel día en que nos besamos por primera vez «¿Todavía lo crees?» 258
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«Lo creeré siempre» respondió seria «Eso no quita que en algunos casos valga la pena luchar» concluyó dejándome asombrada «Rei, yo…lo siento» balbuceé mortificada «No sabía cómo habían sido las cosas y…» «No lo podías saber» me interrumpió «Por eso no debes pedirme perdón» concluyó. «De acuerdo» desvié la mirada, sintiéndome, de todas maneras, culpable. «Bien» me devolvió una templada sonrisa «Voy a cambiarme» pasó por mi lado y entró en el baño de la habitación. De nuevo, el sentimiento de vacío se apoderó de mí: me parecía todo terriblemente inverosímil. Abrí las cortinas, y me perdí en el hermoso panorama que se veía: las hojas de los árboles apenas se movían, el sol acariciaba las colinas en el horizonte y, bajo la ventana, una enorme piscina termal excavada en las rocas recordaba en todo a un oasis de paz. Mi corazón, sin embargo, estaba en guerra, como siempre que me encontraba cerca de Rei. ***
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Orange Cream
escrito por Scarlett Bell con los dibujos de Aeryn Sun *** Traducción: Natalia Trujillo Rodríguez www.fanfiction.net/u/5685127/franchiulla ***
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