Nisbet, Robert. (1996). Status. En La formación del pensamiento sociológico 1. Amorrortu Editores, España.
El advenimiento de la clase. La idea de la “gran cadena” de Plantón se retoma por los filósofos europeos del Iluminismo, pero es al final de la edad media cuando las palabras “rango”, “ordenes” y “grados” se mencionan en el pensamiento moral y social. A mediados del siglo XVIII Hobbes hace referencia a las clases, pero Altusius hace crítica y en su teoría social incluye las gradaciones ordenadas como comunidad y corporación. Posteriormente Hume, Ferguson, Smith y Millars estudiaron la estratificación. Para el siglo XIX el industrialismo y la democracia revolucionaria toman importancia para explicar la estratificación. En 1834 Stuart Mill afirma que terratenientes, capitalistas y trabajadores son constituidos por Dios. Para el siglo XX Ostrogorski encuentra una “nueva especie de subordinación” subordinación” asociada al trabajo y la ley de la oferta y la demanda que marcaba estratos diferenciados por lo ingresos. Raymond Williams argumenta el advenimiento desde una perspectiva histórica desde las clases bajas, las clases superiores, las clases medias, las clases intermedias, las clases trabajadoras, las clases altas, los prejuicios de clase, la legislación de clases, la conciencia de clase, el conflicto de clase y la lucha de clases.
El modelo de clase. La clase terrateniente inglesa del siglo XVIII basada en el contexto económico de la industrialización, tomó importancia política, de administración local e incluso de justicia, sin que fueran reconocidos por la Constitución. La fuerza que ejercía era notable bajo el concepto de gentleman, ya que el soporte y monopolio político y económico definió la conducta y tendencias de la época. La misma estabilidad, permanencia y solidez orientaron
las preferencias, ocupaciones, educación y estilo de vida de una clase alta, consecuencia de la clase terrateniente.
El desafío a la clase. El modelo gentleman planteó interrogantes sociológicas que permitían suponer una diferencia entre clase social y status social. La movilidad y búsqueda de status se impuso sobre una clase social. La comunidad, la autoridad y la estratificación tenían componentes similares. Por otra parte la discusión tomó importancia cuando algunos como Tocqueville, no vieron posibilidad de ingreso a una clase conocida, sino a la individualización de la estratificación “a un tiempo más móvil, autónomo y diversificado”. Las críticas a esta modalidad surgieron de los filósofos conservadores como Burke, Coleridge, Carlyle, Bonald, Maistre y Balzac que argumentaron que la sociedad libre y estable estaba en el mantenimiento de las clases, mientras que el modernismo económico y político destruiría la sociedad. Contrario a las posturas conservadoras, el valor de la igualdad dejaría una sociedad estructurada, dominada y orientada.
El triunfo del status: Tocqueville. Tocqueville anticipa una competencia interminable por el símbolo del status. En sus letras conceptualiza la disolución de la clase social en sus componentes: poder, riqueza y estatus. El primero colocado en las masas y la burocracia centralizada, el segundo en la clase media creciente movida por el capitalismo y el status a sectores diversos y cambiantes.
Lejos de una pensable revolución marxista, Tocqueville argumenta que la sociedad democrática comercial no provocará el desequilibrio, pues cada uno procurará su propio beneficio como riqueza y status. No hay una clase definida hay individuos en actividad permanente sin reciprocidad, ni cooperación ni dependencia mutua. Es la atracción al dinero y el bienestar que proporciona, el motor de la acción capitalista. La democracia se preocupa por la realización individual pero ésta es frágil, por lo tanto la búsqueda incesante y obsesiva del status conduce a una insatisfacción permanente en el temor del descenso de una clase social. Aspecto que no ocurriría si todos conocen su clase social y destino. Posteriormente el autor reflexiona sobre sus experiencias en Estados Unidos, donde el ciudadano blanco no compite ni se siente subordinado entre los suyos pues mantiene cierto nivel de riqueza que lo uniforma, sin embargo cuando éste viaja a Europa se dota insaciablemente de lujos que lo supongan en otro status. Otro análisis que realiza es entre negros y blancos en Estados unidos, donde observa alejamiento y riña después de abolición de la esclavitud, bajo el argumento del status como dinamismo de las relaciones.
Nota de Le Play, Taine y Durkheim. Tanto Le Play como Tocqueville encuentran que después de la Revolución Francesa no hay clases, pero la necesidad de status ha provocado hábitos de desigualdad, entre las que se destacan la obsesión de nuevos ricos por atribuirse títulos de nobleza, órdenes de caballería, privilegios, prerrogativas y monopolios de exclusividad; en general conductas exacerbadas de sociedades aristocráticas. Taine por su parte expresa nostalgia por la Francia prerrevolucionaria en donde nadie aspiraba a un mejor camino, avanzar y triunfar. Donde no había lucha de status que intranquilizara la vida cotidiana. Para Durkheim el desarrollo social moderno “estiliza” las clases sociales y desaparece las desigualdades.
La cristalización de la clase: Marx. Según Marx el poder, la riqueza y el status tienen base clasista definida. El nuevo capitalismo sólo se favoreció la creación de nuevas clases: la burguesía y el proletariado, los cuales no han cesado sus antagonismos, pues únicamente los han simplificado y opuesto a condiciones de opresión y lucha. Los nuevos actores son ahora terratenientes y campesinos. La nueva burguesía controla los recursos y mercado y el comunismo se posibilita como una oportunidad del desarrollo universal por medio de la acción simultánea de las fuerzas productiva. El desarrollo del proletariado industrial puede llegar a la existencia nacional emancipada que “presupone el desarrollo universal de las fuerzas productivas”, pero la burguesía es causa de capital. De esta forma, la lucha de clases es el principio de la historia, de la dialéctica en la historia. Marx considera que el trabajo es crucial y por lo tanto su posición en la estratificación y las retribuciones del mismo, impactan el grado de poder, status y personalidad. De ésta forma la producción material condiciona también “el proceso de la vida social, política y espiritual”. A lo anterior, se suma la ideología de la clase social, entendida como el conjunto de representaciones mentales y como la expresión de las relaciones materiales. Por otra parte, las líneas y las lealtades de clase superan a los sujetos quienes establecen una rivalidad contra la otra pero de carácter político. Sin embargo, eso no necesariamente implica una conciencia de clase que requiere de un reconocimiento de la propia situación económica y política. Marx para ello propuso el comunismo como un proceso de conciencia y formación de clase, depositaria de la historia. La clase como Gesellschaft: Tönnies. Contrariamente a Marx que supone que la lucha de clases llevará a un orden superior, Tönnies piensa que sucederá exactamente lo contrario: la desorganización pondrá en peligro la existencia de la cultura. El desvanecimiento del gemeinschaft traerá consigo la lucha de clases y por lo tanto pone en riesgo la sociedad y su cultura. Gesellschaft (esencia
del modernismo) trae consigo el debilitamiento de las relaciones sociales y morales tradicionales y con ello la despersonalización, la pérdida de la identidad comunitaria y el egoísmo de la política y la economía. Es con el Gesellschaft aparecen distintos “estamentos” donde el factor económicocontractual es secundario. Ejemplo de lo anterior son el clero, el ejército, la medicina o bien, las cámaras de comercio en recuerdo de los terratenientes. Es claro que si la conciencia de clase es la clase, la conciencia del estamento es la conciencia de status. Igual que Marx, Tönnies encuentra un conflicto de clase pero sobre el sufragio político de los partidos con sus electorados bajo el supuesto que los pobres tengan intereses políticos comunes.
La clase frente al status. Weber. Es importante recuperar el concepto de societización donde clase, status y poder viven en el marco de una acción comunal. Para Weber el concepto clase es de interés económico. Requería ubicar un colectivo con posibilidades vitales similares, que estas posibilidades sea el interés económico y esté representada como mercado de trabajo o bienes. En este trabajo reconoce Weber que la clase no es de tarea comunal, pues los actores no comparten un sentimiento de unión. A diferencia de las clases, los grupos de status son amorfas y se basan en la usurpación, que es origen del honor de status. El status reclama la exhibición de un estilo de vida específico, que termina siendo un cerco para quienes desean ingresarlo. El concepto de status para Weber es amplio y posibilita como herramienta analítica, tanto para la religión, la economía, la educación y la conducta política.
La autonomización del status: Simmel.
La autonomización de Simmel es una representación de la evolución social que puede separarse de su origen y ser independiente en sí y para sí. En efecto el status se autonomizó. En el inicio se adhirió al poder y a la propiedad, posteriormente se desprendió de la clase o el gobierno; ahora tiene autonomía existencial. El otro concepto es la objetivación sujeta a la percepción subjetiva de dominación. Es la transformación de la actividad en objeto. Esta operación por tanto no compete solamente al ámbito privativo del arte, sino que también al del lenguaje, de la ciencia, la moral, las costumbres y las prácticas más íntimas y cotidianas, en general, a todas aquellas otras dimensiones de la vida dominadas por la economía monetaria y que son parte de la cultura objetiva.