(Momento mariano)
Monición: La vocación nos es dada por Dios creador que es el sembrador, nosotros no la elegimos sino la descubrimos; a lo largo de nuestra vida las experiencias que vivimos favorecen o perjudican su crecimiento, pero siempre está allí, latente, esperando ser nutrida y que llegue el tiempo oportuno op ortuno para comenzar a geminar y brotar. Como en toda cosecha la calidad de los nutrientes que la semilla reciba, la afectan, en su tamaño y fuerza para llegar a brotar. Con la semilla de la vocación pasa lo mismo, si en nuestra familia se crea un ambiente que favorezca el crecimiento de la vida cristiana, si se enraíza en el corazón de los hijos la fe, esperanza y caridad, si la voluntad de Dios guía nuestra familia y si la oración es una actitud constante, tendremos corazones jóvenes que con mayor facilidad puedan abrirse y darse con generosidad ante la llamada del Dios que se presenta en la historia.
Canto mientras se hace la procesión con la Imagen, luego de caminar un poco desde la entrada hasta donde se colocará a la imagen se dice: Primera Estación: Oración por las vocaciones a la vida laical. María madre de las vocaciones que supiste decir tu sí con tanto amor, enséñanos a responder valientemente a la llamada del Señor. Pide al Padre que santifique la vida familiar al hacer de Jesús parte de una familia y nos llame a vivir en comunidad entorno a él, que por tu intercesión nuestra familia crezca en un ambiente propicio para el surgimiento de las vocaciones de tu Iglesia. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Al terminar se continúa la procesión mientras se canta, y luego nuevamente se detiene la procesión y se dice: Segunda Estación: Oración por las vocaciones a la vida religiosa. Madre, pide a tu Hijo, Señor y dueño del campo, que suscite entre nosotros vocaciones a la vida consagrada. Que tu sí nos surja y nos interpele, que tu ejemplo nos convenza y nos decida. Bendice a todas las personas p ersonas que han consagrado su vida al servicio de la Iglesia, que a ejemplo tuyo vivan los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
(Se repite lo anterior hasta que la virgen se coloque en el lugar destinado a ella, previamente preparado)Canto: preparado)Canto:
Tercera estación: Oración por las vocaciones al ministerio ordenado. Madre, te confiamos nuestra vida, ponemos en tus manos nuestra vocación. Haznos dignos de tu Hijo, sé la Madre de nuestro sí. Pide al dueño de la mies que envíe operarios a sus campos, a los sacerdotes que ya están ejerciendo su ministerio sostenlos en sus debilidades y tropiezos, hazlos dóciles para que en medio del pueblo sean signo vivo del amor eterno del Padre. Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Canto Colocación de la imagen
Preces por las familias Padre. Tú santificaste la vida familiar, te pedimos por intercesión de María Santísima que bendigas a nuestras familias, que las llenes de tu amor y las hagas más unidas para que puedan servirte con generosidad en la vocación que tú les has regalado.
R/ Por intercesión de María, concédenos matrimonios santos. 1. Por los matrimonios de nuestra comunidad, para que la fidelidad en su vocación sea estímulo para las demás vocaciones. R/ 2. Por nuestras familias, para que cultivemos el amor a Dios y un deseo sincero de servirle. R/ 3. Por los padres de familia, para que cultivemos en los hijos el amor a Dios y un deseo sincero de servirle. R/ 4. Por nuestras comunidades parroquiales, para que promovamos las vocaciones a la vida laical, a la vida consagrada y al ministerio ordenado en nuestros adolescentes y jóvenes. R/ Siendo que el Señor siempre escucha a un corazón sincero, digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración por las vocaciones Canto final