NOMBRE: ELSAMIREYLLE ESCUTIA SANCHEZ MAESTRIA EN DOCENCIA BASADA EN COMPETENCIAS. COMPETENCIAS. TERCER CUATRIMESTRE. GRUPO SABATINO FECHA: 21 de junio de 2014 ENSAYO SOBRE LOS MODELOS DE EVALUACIÓN
MODELOS DE EVALUACION
Comenzaré diciendo que, antes de tomar esta materia, mi concepto de Evaluación era distinto al que hoy tengo. Al principio, consideraba a la evaluación como una comparación del resultado obtenido y los objetivos previamente establecidos. Es decir, involucraba analizar la información que tenemos sobre algo, procesarla para emitir un juicio de valor, analizar los resultados y tomar decisiones para mejorar. En este sentido, la evaluación tenía el objetivo de evolucionar evolucionar hacia algo más alto y no solo de corregir o castigar si no cumplíamos con los objetivos. Después de leer los diversos tipos de evaluación y los conceptos de diferentes autores, ahora considero a la evaluación, como un parámetro para entender un contexto global de alguna conducta o hecho hecho producido por alguien. Al realizar la lectura “Modelos Representativos de la evaluación educativa” me identifico con 2
tipos de evaluación: una clasificada como clásica y otra como alternativa. El primer modelo se refiere a la propuesta que hace Hilda Taba. Considero que este modelo mo delo es i muy completo, ya que su principal objetivo objetivo es “modificar las conductas de los alumnos” . Esto pudiera parecer “maquiavélico” “maquiavélico” a simple vista, pero el trasfondo no es “manipular” a nuestros
alumnos, sino detectar cuales son aquellas conductas que no permiten alcanzar los parámetros establecidos en el ámbito educativo y así poder ejercer acciones que las “adapten” o modifiquen.
A final de cuentas, el modelo presenta un sistema completo que no hace de lado la do la parte conductual. Esto rebasa por mucho a los modelos que simplemente se quedan en un resultado cuantitativo. En mi labor docente, lamentablemente, el peso de la evaluación cuantitativa supera en mucho a la evaluación cualitativa. El sistema nos pide que asignemos calificaciones a través de pruebas estandarizadas y que se basan en demostrar más conocimientos nemotécnicos que competencias conductuales. Esto genera un sesgo en el contexto educativo, ya que consideramos que el alumno que califica con un 10 es apto para desempeñar cualquier actividad profesional, sin tomar a consideraciones la parte conductual o el desarrollo de este tipo t ipo de competencias. El modelo de Taba llega a cubrir un poco estas carencias, desde el momento en que clarifica los objetivos y las conductas que demostrarán que se han cumplido o que representan un buen desempeño. No solo será importante saber, sino saber actuar con lo que sabemos.
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Además, buscará también evidenciar el desarrollo de las competencias en los estudiantes. Es decir, busca hacer tangible lo intangible, con productos específicos para cada conducta. Esto vuelve prágmatico el saber. Nuevamente hago un comparativo con las pruebas estandarizadas que utilizo en mi contexto laboral. Sabemos que el alumno ha adquirido el conocimiento, pues ya lo demostró en un examen escrito, pero no nos damos a la tarea de ver si realmente este conocimiento lo aprendió significativamente, generando una conducta distinta en él. Un ejemplo de ello se manifiesta cuando, a pesar de que nuestros alumnos ya han tomado un curso de “metodología de la investigación” y han comprobado a través de una prueba escrita que
saben sustentar una investigación y darle un formato escrito correcto (utilizar citas para las fuentes de investigación, redactar y sustentar una hipótesis, argumentar las conclusiones, etc), solo lo llevan a cabo para esa materia. Si se les pide realizar una investigación para otra materia, no aplican estos conocimientos y entregan trabajos deficientes. Es decir, aprendieron para pasar una materia, pero no para cambiar una conducta que pueda ayudarles a resolver problemas en otros ámbitos distintos. Y por último, este modelo no solo termina en arrojar un resultado (decir si el alumno aprendió y cambió su conducta) sino busca, además, la manera de corregir las fallas presentadas y encaminar los medios de evaluación para que realmente se genere ese aprendizaje significativo. Yo comulgo con esto porque, como ya lo mencioné, para mi, la evaluación no debería ser un instrumento para tachar, etiquetar o encontrar culpables de algo no aprendido, sino para evolucionar a lo esperado. Además este modelo propone también evaluar al contexto donde se desenvuelven mejor los alumnos para el aprendizaje. ii En nuestra realidad, rara vez volteamos a ver las condiciones que rodean a nuestros alumnos. Su contexto social, familiar, económico, psicológico o emocional no forma parte de los instrumentos de evaluación. Más de una vez me ha tocado ver que alguno de mis alumnos reprueba un examen, por el simple hecho de que el día de la aplicación, tenía un problema emocional, o había llegado tar de por haber tenido que cubrir una jornada extraordinaria en su trabajo.¡ Si bien es cierto que es un modelo completo, no deja de ser perfectible, y en la misma lectura nos menciona algunas de las áreas de oportunidad que se podrían presentar. Una de ellas es no poder evaluar de manera muy precisa algunas características como la creatividad. iii Así, buscando entre los otros modelos evaluativos, encontré uno que pudiera complementar al de Taba en este aspecto: El modelo alternativo de “ evaluación comunicativa”. Su autor Jesus Gallardo, argumenta: “hay evaluación si a través de la experiencia y comunicación,
se produce aprendizaje valorativo, con repercusiones individuales y colectivas, basado en datos e información objetivada” .
iv
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Entiendo esto como que si el conocimiento se puede transmitir, es significativo. La creatividad (que era el problema en el modelo de Taba) puede transmitirse, comunicarse a través de distintas expresiones, generando productos desde resolver problemas por vías no tradicionales, hasta una obra de arte. Y nuevamente, este modelo también evalua el contexto, tomando en cuenta incluso, la subjetividad, la axiología y la teleología, recordándonos que los seres humanos somos individuales y distintos y que las pruebas estandarizadas evalúan de forma general a quienes somos particulares. La manera de interpretar la información, asumirla e interiorizarla, dependerá de cada uno de nuestros estudiantes y es lógico también, pensar, que la manera de demostrar ese conocimiento será subjetiva, como particular es cada uno de ellos. No están tan mal las pruebas estandarizadas, sin embargo, merman mucho o sesgan los resultados. Calificamos al individuo comparándolo con otros que no son del todo iguales a él. A final de cuentas, parecería que buscamos fabricar profesionistas “ en serie” para cubrir la demanda de las empresas que “los compran” y no formar seres humanos capaces de ser
conscientes de la problemática que existe en su realidad, para generar soluciones benéficas a todos. Concluyo entonces: La evaluación no debería ser un fin, sino un medio. Incluir aspectos cuantitativos y cualitativos. Y debería ser una herramienta para entender el “por qué “ de las
conductas o resultados presentados por mis alumnos. Los datos que de ella surjan deberían permitirme entender y analizar todo el medio o contexto donde se desarrollo el sujeto evaluado y no nada más los objetivos cumplidos o no cumplidos. . i
Lectura Modelos de Evaluación. Formato digital. Pag. 77. Loc. Cit p. 78 iii Ídem p. 80 iv Ibid p. 97 ii
