Unidad 2. Ensayo. Tema:
Evaluación psicopedagógica de la discapacidad intelectual ligera y del retraso límite: elementos y modos de evaluación. Ángela María MUÑOZ SANCHEZ Remedios PORTILLO CÁRDENAS Universidad de Málaga. ENSAYO. El objetivo de las autoras de este estudio pretende, situar al lector frente a la toma de decisiones y conveniencia con respecto de la elección de la forma de evaluación psicopedagógica de los sujetos con discapacidad cognitiva, por parte de los orientadores, de acuerdo con la metodología empleada, para distinguir los que presentan capacidad intelectual límite de los que muestran discapacidad intelectual ligera, basadas en la aplicación del cuestionario “Método de asignación a grupos de necesidades educativas especiales”
dirigida a orientadores y orientadoras, así como a los instrumentos empleados en dicho diagnóstico. En este sentido, inician su informe, considerando la necesidad de recurrir a orientadores y orientadoras para realizar la evaluación a estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) y consecuentemente, proponer la modalidad adecuada de escolaridad requerida para ellos, sin dejar de lado las dificultades que se presentan, por el hecho de identificar como “discapacitados” a ciertos estudiantes que se sitúan en el rango de discapacidad intelectual ligera (DIL) o capacidad intelectual límite, por un lado, en cuanto a resultados de las pruebas, factores personales de los sujetos y a la propia decisión de los orientadores que los evalúan y por otro, que el rasgo “deficientes” como se les califica, genera un rechazo desde su entorno social y familiar, debido que no los considera como tal, consideración que enfrenta a los colegios con dicho señalamiento de “discapacidad ”. A mi manera de ver, el informe invita a tomar determinaciones determinaciones que podrían favorecer dichos diagnósticos de discapacidad metal, si previamente consideramos el papel preponderante o el peso porcentual del factor inteligencia en los criterios que soportan la “línea dura” de la APA a través del DSM-IV.TR, de la OMS en el texto CIE-10, o el documento de la Asociación Americana de Retraso Mental AAMR, muy a pesar que en las diferentes conceptualizaciones sobre la
inteligencia, el coeficiente intelectual (CI), no tiene el mismo significado ni componentes, con lo cual, se asigna el mismo nombre a la puntuación global obtenida de forma independiente, sin tener en cuenta la concepción teórica o el procedimiento para su obtención. Desde este punto de vista, quiero aportar que el hecho de dar significado a la evaluación psico- pedagógica de los estudiantes, basados en el “peso” de información que suministran los cuestionarios que evalúan la inteligencia, es una determinación apresurada, por cuanto hoy día existen grandes contradicciones, (p.e. De Zubiría 2006), que devela que los test de inteligencia sufren limitaciones graves, “ya que sobrevaloran el componente cognitivo del desempeño escolar, opacan las funciones motivacionales y afectivas, privilegian subprocesos cognitivos muy elementales ” y cometen “el gravísimo error…de auto llamarse test de inteligencia, sin serlo” . (El mito de la inteligencia, De Zubiría 2006) Ahora bien, otro tanto quisiera agregar, en cuanto que la preferencia de los orientadores y orientadoras en ciernes, por aprobar la evaluación del funcionamiento intelectual global y el funcionamiento intelectual específico con un 100% rotundo, es camino expedito para la desaprobación de dichos test, en la medida que asignan a la conducta adaptativa igual porcentaje (100%), y consolidan lo que al respecto opina Delfín MONTERO CENTENO, en su artículo:
La conducta adaptativa en el panorama científico y profesional actual 2006, “La adaptación es un elemento central de varias disciplinas. Algunas corrientes de la Antropología, por ejemplo, presentan a las culturas de las sociedades humanas como el medio que éstas emplean para superar con éxito las limitaciones que impone el hábitat. La conducta adaptativa puede igualmente ubicarse en el marco del proceso de socialización, dentro del cual los individuos de una sociedad adquieren las conductas y valores propios de ella. Este proceso es a menudo descrito dentro de ciencias como la Sociología –y también la Antropología-. Son los agentes y mecanismos de la socialización, como la familia por ejemplo, los que conducen a la adaptación del individuo a su entorno social y a distintos grados de conformidad o uniformidad en conductas, pensamientos y aceptación de determinadas normas”.
Debido a lo anterior, podría pensarse que quienes opinan desde esta posición, ven en el comportamiento adaptativo un medio para evitar sesgos en los procesos de evaluación en los cuales los test de inteligencia y rendimiento tienen gran protagonismo. Queda dicho así mismo, que la primordial razón de la evaluación de la conducta adaptativa es precisamente evaluar destrezas diferentes a las que se ponen en juego en los colegios y escuelas, Mercer (1973).
Pero la inquietud que restaría resolver frente a, ¿Cómo deben proceder los orientadores y orientadoras para incluir información necesaria dentro de la evaluación de la discapacidad de los estudiantes, como una herramienta valiosa, útil y determinante de dicho proceso? Creo que a través de la entrevista intra-familiar, a la mejor usanza de la anamnesis, mediante informes, por observación directa y a través de test; considerando que los orientadores y orientadoras en nuestro medio, no cuentan con la posibilidad de acceder a instrumentos científicos de medición por factores o restricciones económicas en las escuelas, la entrevista a través de la anamnesis adquiere una importancia relevante puesto que permite recopilar información para encuadrar la discapacidad ya sea en el marco de una situación de carácter biológica, psicógena, socioeconómica y cultural o pedagógica, que ahorraría tiempo y presupuesto. Es a partir de esta información que el orientador realiza los diagnósticos hipotéticos que finalmente comprueba por observación directa y corrobora a través de la aplicación de test . Por último, ha sido la intención de este ensayo fijar una posición aunque discreta, muy bien soportada, que me permite asegurar que los test de inteligencia no son una herramienta que decide significativamente en la evaluación de las discapacidades de los estudiantes, haciendo acopio de los aportes de Howard Gardner (1983), en que, a) L a inteligencia no es una: “existen múltiples y diversas especializaciones intelectuale s”, que por lo tanto, cuestiona la unidad del C . I. ; b) Refuta el valor escolar del intelecto, el C.I. representó una cualidad en las viejas escuelas memoristas, autoritarias y anti-creativas. ; C) Refuta el valor sociocultural del C. I. Abundan los profesionales con inteligencia académicaVerbal y son escasos los profesionales con inteligencia emocional.
Álvaro De Jesús castillo Agámez. Maestrante en Educación énfasis Psico-pedagogía.