recurso Mediación familiar: para la resolución lo conflictos familiares Carlos Abril Pérez del Campo
Trabajador S o c i a l . Psicólogo Clín ico. Trabajador Mediación Familiar de la UNAF Servicio
INTRODUCCIÓN Los cambios sociales operados durante últimos quince años nuestra sociedad ha sido significativos, orden proceso modificación de la mentalidad de la sociedad española en su conjunto. La familia como insti tución de la estructura social se ha visto afectada po r el proceso transformación social; no se puede negar actitudes y los comportami entos familiares familiares están perma nente cambio respecto de lo qu hace apenas unos años considera ba bajo concepto familia. Es innegable q u e este cambio m o d o definitivo, contribuido, reformas l e g a l e s introducidas nuestro ordenamiento jurídico y, entre e l l a s , solución judicial lo legisladores dado a l ruptura conyugal.
El hecho contemplar institutos jurídicos de la separación perspectiva «remedio y sanción» es lo qu el divorcio desde ha permitido articular posibilidad de la ruptura bajo presupuesto de mutuo consenso. experiencia experiencia acumulad a l largo estos años vigencia de la le y en los procesos separación divorcio, nos de muestran que el esfuerzo legislativo dotar a sociedad de un ins trumento jurídico, permitiera ruptura civilizada traumas, no se ha podido lograr en la mayoría de los casos. fracaso d e u chos mutuos acuerdos, prolongación litigiosa de los contenciosos, o no puede imputarse sólo a l imperfección de la arbitrio judi c i a l en su aplicación, sino bien a entidad conflicto que se juzga, que las razones últimas éstos, po r lo general, permanecen subyacentes y or tanto escapan a l solución judicial. embargo,
Y es que, en efecto, en la mayoría de los casos detrás de las posi ciones rígidas que los cónyuges mantienen en su confrontación litigiosa sobre materias tales como la custodia, pensiones, visitas, etc., lo que se esconde tras ellas son los verdaderos motivos que hacen que el conflicto subsista a pesar y por encima de las resoluciones ju d i c i a l e s , puesto que no existen ni pueden pue den existir respuestas judic jud icia iale le los problemas emocionales que en toda ruptura aquejan a sus pro tagonistas. Esta cuestión es la que desborda el quehacer judicial, no sólo en nuestro país, sino en todos aquellos en donde judicialmente se interviene con diferentes legislaciones, dando salida a la quiebra de convivencia familiar, y es —precisamente por e l l o — por lo que ace años en países países con tradic tra dición ión divo di vorci rcista sta como stados Unidos Unid os Canadá y más tarde en la Europa occidental, Francia, Inglaterra, Alemania, etc., etc. , surge la Media Me dia ción ci ón Familiar como una formula complementaría para la resolución de este tipo de conflictos fami liares.
Desde estos presupuestos de preocupación por la problemática familiar en el trance de la separación y/o el divorcio la Unión de Aso ciaciones Familiares, en adelante UNAF, creó un Servicio de Media ción Famili Fa miliar ar bajo el auspicio auspi cio y la subvención subve nción de la irecció ire cción n Gene ral del Menor de M . A . S . De una manera significativa la inquietud de UNAF está centrada en evitar o disminuir, a la pareja y sobre todo sus hijos, conflictos sobreañadidos en el momento de la ruptura convivencial. En esta comunicación vamos a tratar de exponer nuestro criterio sobre cuál es el marco en el que debe desenvolverse la Mediación Fa miliar como un instrumento eficaz para abordar este tipo de conflic tos familiares. Desarrollaremos esta comunicación en los siguientes apartados: . Funciones, características, objetivos y principios princi pios de de la Medi Me dia a ción Familiar. II. II. III. III.
Indicaciones y contraindicaci contrai ndicaciones ones en la Mediac Med iación ión Familiar. l proceso metod me todol ológ ógic ico. o.
I.
FUNCIONES, CARACTERÍSTICAS, OBJETIVOS PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR
Como en toda actividad qu comienza su andadura, Media ción Familiar está expuesta a que su verdadera razón de ser sea tergi diversas incluso contra versada utilizada como panacea para dictorias aplicaciones, de ahí la necesidad concretar aquellas fun ciones, objetivos, características principios que le son propios para el fin que persigue.
1.
Funciones
final finalida idad d eneral ener al ha Según el autor H. T O U Z A R D , la que se dirige la Mediación es contemplada fundamentalmente desde dos as pectos: aquella a la que hace mos referencia cuando tratamos resaltar función qu toda hacer nacer, renacer, un lazo qu anteriormente diación tiene no existía dentro el sistema relacional o se encontraba en trance extinción. Dimensión
Creadora/Renovadora:
Es indudable que la Mediación Familiar tiene en este sentido un doble pretensión, que se concreta en su faceta renovadora, por los es fuerzos dirigidos en un primer momento restablecer comunica ción entre pareja, qu frecuentemente se encuentra gravemente teriorada y, por tanto, hace imposible cualquier tipo intercambio constructivo. Y en su faceta creadora, cuando se dirige establecer un compromiso acción ulterior, para llevar a la práctica lo pactos qu hayan sido capaces alcanzar en orden al ejercicio de su responsabi lidad parental compartida. Incide en su carácter cuando lo que destaca es su posibilidad anticiparse a un preventivo conflicto en gestación, y a su carácter reparador, cuando lo que hace es responder a un conflicto existente. Dimensión
Preventiva!Reparadora:
Consideramos que la Mediación Familiar también incluye estos aspectos, puesto ue puede debe intervenir en todo momento en la que se necesaria a lo largo el proceso de la ruptura, es decir:
Antes de que se aya ini cia do el proceso judi ci al, cua ndo alg u no de los miembros de la pareja, o ambos, han tomado la decisión de separarse, pero no han iniciado ningún trámite l e g a l . A lo largo del del proceso j ud ic ia l y com o c ons ec ue nci a de u a de cisión conjunta y voluntaria de la pareja, que responde bien a su pro inici ativ a, o bien a la infor mació n reci bida de alg uno de sus abo gados o del juez que tramita el procedimiento; para lo cual sus letra dos solicitan una suspensión temporal con limitación del plazo, en el cual se llevará a cabo la Mediación (es así como viene haciéndose en alguno de los países en los que la Mediación Familiar está más im plantada). Después de la separación o del divorcio, cuando por parte de uno o ambos padres surgen incumplimientos o modificaciones de los efectos efectos de la resolución ju dic ial , que requi ere n un repl ant ea mie nto de situación familiar.
2.
Objetivos fundamentales
El objetivo esencial de la Mediación Familiar es el de ayudar a la pareja a elaborar por sí misma las bases de un acuerdo duradero y mut uam en te aceptado, tenie ndo en cuenta las las necesidade s de cada uno de los miembros de la familia, y —en especial— las de los hijos, con voluntad de corresponsabilidad parental. Las cuales se van a con cretar en el enunciado o redacción de un proyecto de acuerdo parentai o un inventario de los puntos en el que ambas partes manifiestan su aquiescencia (acuerdo parental incompleto), para lo cual es im prescindible:
A)
REDUCI REDUCIR R LOS CONFLICTOS
Uno de los principales objetivos que persigue el proceso de Me diación va encaminado a reducir los conflictos que la decisión de rup tura de la convivencia entraña, con el propósito de beneficiar a todos lo miembros de la unidad familiar. La decisión de la separación en sí ción, cólera, abatimiento, sentimiento de culpabilidad, etc.) muy di-
f í c i l e s de superar y que pueden tener efectos muy perniciosos en los
menores. WALLESTEIN
KELLY ( 1 9 8 0 ) , en su estudio longitudinal sobre las
familias en trámites de divorcio, afirman que los hijos son con fre cuencia testigos de un compo rt ami en to parent al que antes antes no habían visto nunca en la familia, asegurando que muchos niños «han conoci do la violencia por primera v e z » .
l ries go de qu e se pr odu zc an confl ictos es gr an de y el pap el de la M e d i a c i ó n es el de procurar disminuir el efecto negativo de tales con flic flicto toss ant es de qu e se cr oni fi que n, que es lo qu e pue de d ar luga r a li tigios interminables por la actitud de los afectados (aspecto preven tivo).
No se trata de negar los conflictos, como suelen hacer los afecta dos por por los mis mos , sino más bien utilizarlos de mane ra constructiv a, como impulsores de la reorganización familiar. Es decir, se trata de devolver a los individuos el papel de actores frente a la situación de su separación, desde la perspectiva de reconocer la verdadera naturaleza de su conflicto (su byace nte /i mpl íc it o) , y que va a per miti rle s ir en contrando progresivamente las soluciones más idóneas para los pro blemas que se han planteado como objeto del l i t i g i o (conflicto mani fiesto/explícito).
RESTABLECER LA COMUNICACIÓN
C o m o decí amos anter iorment e, la inco munic aci ón o la comu ni cación disfuncional entre la pareja está en la base del conflicto y éste no puede abordarse mientras ésta subsista. La Mediación ha de intentar neutralizar los obstáculos que impi den el dialogo productivo sobre las cuestiones en l i t i g i o , ya que la co municación de los cónyuges no termina con la sentencia de divorcio o de separación, sino que ha de continuar en relación a todas aquellas cuestiones que afecten a los hijos comunes; en interés de los menores, debe preservarse la relación personal entre uno y otro progenitor. La Mediación puede y debe ayudar a la pareja a elaborar nuevas formas de co mun ic ac ió n que les pu da n ser útile s en el futuro.
C)
IDENTIFICAR Y E CLARE CLARECER CER LOS PUNTOS ESPECÍFICOS DEL LITIGIO
La Mediación está orientada hacia los cometidos que hay que cu mp li r en el desa rrollo de la función pare ntal
Es imprescindible identificar bien los puntos que han de ser obje to de de bat e en la Me di ac ió n. Los proyectos oculto s, los mot iv os no declarados, deben emerger a la superficie; en caso contrario, la Me diación no podrá sobrevivir a los callejones sin a los que le con ducirá el ocultamiento de la realidad. Asimismo es necesario que a través de la Mediación la pareja dife rencie entr e aq ue ll as cue sti one s qu e afectan a su rol co nyuga l de aquellas otras vi ncul ada s a la función parent al. Porque con frecuencia se confu nde el inte rés que com o padr es tie nen pa ra con sus ijos , de aquel otro que tie ne su ori ge n en la confron tació n co nyuga l, fruto de resentimiento personal. De i g u a l manera, es objetivo de la Mediación Familiar contri buir a rebajar el án im o de confron tación y en fre nta mie nto excesi vos con que ge ne ral me nt e acud en las parejas a l i t i g i o y de la cual proviene n i nvar iabl eme nte las las posiciones de gana dor o perde dor en el conflicto por una actitud de participación y contribución en la cual no existen ni ganadores ni perdedores, sino que cada persona i m p l i c a d a en el conflicto gana y pierde algo en la resolución del mismo.
Características
Entre otras, la característica esencial de la Mediación Familiar es aquella que la det erm ina como una interve nción que tiene una natu raleza int ríns eca ment e rel acional. Por Por tanto , se realiza entre dos per sonas que cons ient en lib rem ent e en su part ici paci ón y de las las que de pe nde rá ex clu siv ame nte la sol ució n in l. Por último, el proceso se l l e v a a cabo con el apoyo de un tercero, que desempeña el papel de mediador y que está sujeto a unos princi pios y a un código deontológico, de los que hablaremos a continua ción.
Principios de la Mediación Familiar Los principios básicos que regulan esta intervención obligan al med iad or a mant ene r u na postura de impar cial idad , neu tral idad y confidencialidad. El mediador ha de ser imparcial ante la pareja; esa imparcialidad significa no tomar partido por uno u otro, reequilibrar el tiempo y la atención que ambos necesitan e igualar el poder qu e cad a uno ma n tiene ante su pareja. hace referencia al trabajo que el mediador tiene que hacer consigo mismo, frente a su propia historia, sus emociones, us valores personales e incluso sus prejuicios. neutralidad
Es por tanto de su ma impo rt an ci a a la ora de des emp eña r su func ión el ser capa z de reco noce r las re sona ncia s per sonal es que la si tuación concreta puede provocarle, ya que esto le va a permitir d i s tanc iars e y act uar en la forma má s id ón a par a que ello no rep erc uta sobre la pareja. Y por último, el principio de confidencialidad tiene su funda m e n t o en el com pr omi so que el me di ad or a dqu ie re y qu e le obl iga guardar secreto sobre el contenido de las entrevistas y de los eventua acuerdos que pudieran establecerse. Este compromiso de confi le dencialidad sólo puede romperse cuando ambos interesados lo auto ricen.
Código
deontológico
En la actualidad existe un código deontológico para la práctica de Mediación Familiar, elaborado en Europa por l a Asoci aci ón para la Pro moc ión de la Me di ac ió n Familiar, al que está acogido el Se rvi cio de Med ia ci ón Famili ar de la UNAF, UNAF, al ser mi mbr o de pleno dere ch de dicha Asociación.
Entre los criterios que se manejan, destacamos los referidos a la competencia formativa que todo mediador debe poseer según este có digo, y en el que se afirma textualmente que: «Ni ng un a pers ona podrá ejercer la función de me di ado r familiar:
Si no a adqu iri do prev iame nte compe te ncia téc nica com profesional de las ciencias humanas o jurídicas. Si no ha seguido una formación específica en Mediación Fa b) miliar en materia de divorcio o separación.» Y ademá s, debe estar comp rome tid o con una formación con ti nua someterse a una supervisión (Art. IV.C.d.). En los artículos V y VI de dicho código, se hace referencia a la ética del me dia dor famili ar y a los prin cipi os ant er ior men te cit ados diciendo entre otras cosas lo siguiente: «E mediador se abstendrá de ofrecer a los clientes otros servicios fuera de la Mediación Familiar, así como de presionar a las partes para obtener su adhesión.»
INDICACIONES CONTRAINDICACIONES DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR
II.
La filo filoso so ía qu e rige la Me di ac ió n res ulta tan atr ayente qu e pu ed dar lugar a una visión excesivamente optimista de la misma, llegando error de creer que la Mediación es la alternativa por excelencia para resolución de todos los pro ble mas o conflictos famili ares . Y a un qu es sería el fin a perseguir, no podemos perder el contacto con la rea lidad. Según Lisa P A R K I N S O N ( 1 ) , « l o s enfrentamientos que acompañan rup tur a conviv enci al tie nen raíces y profundas; exist en conflic tos est ructu rados e n los que ambo s cón uge s tie nen un a profu nda necesidad emocional de seguir peleando, porque su vida carecería de significado si uno de ellos renunciase a la lucha. En estos casos, inclu so los mediadores más expertos pueden fracasar al intentar resolver conflictos enmarañados a los que ninguna de las partes quiere poner fin».
Es por ello por lo que debemos reconocer con humildad que la Medi ación Familiar —co mo cualquie r esp eci alid ad— tiene sus sus l i m i taciones; ese ncialme nte, porque trabaja partie ndo de la libre v olu nta (1)
L l S A PARKINSON:
Mediación
en Familia:
Teoría
Práctica,
1990.
de las partes, y a l l í donde ésta esté mediatizada por alguna circunstan c i a , la mediación estará contraindicada. En este sentido, la Mediación Familiar no parece la solución más aconsejable para aquellos casos en los que: Alguno de los miembros de la pareja no ejerza control sobre su vo lunta d y, y, por ta nto, sean sean inca pa ces de asum ir com pr om iso s ad qui rid os o, incluso, incl uso, de ad quir quir ir co mp ro mi so alguno. al guno. s por esto esto por lo que no debe d ebe de inici ini ci arse ar se una Med Med n si se ti ene la certez cer tez a de que uno o ambos miembros de la pareja padecen comportamientos d i s funcionales funcionales tales tales com o alc oholismo , to xi com anías, etc. Tamp oc o s acons aco nsejable ejable la ed ón en todos aquellos supues tos en los que uno uno de d e los mi em s de d e la parej pa reja, a, o sus sus hijos, hij os, sean sean ob objet jet de vi olenci a familiar, fami liar, po porque rque las decisiones deci siones estarán inevit inev it ab lement condicionadas por el desequilibrio de poder que existe entre la pareja, llegando a influir en los acuerdos ac uerdos el emor emo r al otro, con el consiguiente riesgo para los miembros de la unidad familiar víctimas de la violencia el incremento de la probabilidad de incumplimiento de los acuerdos. La responsabilidad del mediador e x i g e en estos casos tomar las precau ciones necesarias para garantizar en todo momento la seguridad del su jeto que ha sido objeto de agresión durante la convivencia. Part endo de estas estas pr emisas, emi sas, es evi dente dent e que la ed n o su contraindicación requiere de un trabajo preliminar que verifique la pertinencia de la misma. El mediador debe asegurarse sobre la volun ta d con que acud e la par eja, la ac ept ac ió n y la firm firm za de su decisió deci sió sobre la ruptura y que ambos aprueban y respetan las reglas de la Me diación Familiar. Todo lo cual queda rá reflejado reflejado en un co mp ro mi so de intervención suscrito por el mediador y la pareja.
III.
EL PROCESO METODOLÓGICO
La Mediación Familiar, en su aplicación a la separación y al di vor ci o, s un proceso de interv int ervenció ención n estructura estr uctura do con una una met od l o g í a muy precisa.
Como es de sobra conocido no se trata de una terapia ni de un consejo conyugal, ni menos aún de un asesoramiento jurídico. La
Mediación se sirve de estos tres campos y se encuentra en su p u n t o intersección. Mediar supone ofrecer a las parejas en proceso de ruptura un espacio neutral y confidencial, bajo la presencia de una tercera persona imparcial cualificada , lo que les va a permi pe rmi tir ti r hace hacerr un a pausa en el conflicto par analizar y elaborar las decisiones adecuadas a la nueva situación familiar. El proceso de Mediación se desarrolla a lo largo de diez o doce entrevistas, con una periodicidad semanal y una duración aproxima da de hora y media. En dos etapas bien diferenciadas:
ETAPA DE PREMEDITACIÓN
trata de una fase preliminar cuya dur ac ió n osci la de un a a tres sesiones y en la que el me dia dor dir igi rá su inter ve nció n hacia: Establecer la credibilidad de la Mediación y del mediador. Crear un clima de confianza que permita el correcto desarro b) de las siguientes entrevistas. Explicar con claridad el proceso de Mediación, haciendo hincapié tanto en los objetivos que persigue, como en el papel que el mediador y los usuarios del servicio desempeñan. Establecer un vínculo de empatia. Evaluar si cumplen los criterios exigidos en el desarrollo de la inte rve nción , así como comp roba r el interés y la act itu d de la pareja frente a la Mediación, para determinar si están en condiciones de i n i ciar el proceso. Para poste riorm ent e cent rarse en: Con st at ar las razones que a un o y otro les ha mov id o a to ma decisi ón de la ruptur a, ofreciendo a ambos la posi bil idad de exp re sar éstas ante su pareja. Esto va a permitir que, en algunas ocasiones, se desvelen motivaciones desconocidas por uno u otro. Pro ce de r a la fir a de un do cu me nt o en el qu e se expr ese el b) cons ent imi ent o co mún para realizar la Me di ac ió n, y en el cual s contemplan entre otros los siguientes extremos:
La co nfi denci alid al id ad sobre el co ntenido nteni do de las las sesiones. sesiones. l li a de co op era ci ón y respeto sarrollar las entrevistas.
ut uo en el que se va n a de
El compromiso de ambos de suspender o no entablar acciones judiciales contenciosas mientras dure la Mediación. La co nfor mi da d de am bo s a faci litar to da la info rma ci ón y do cumenta ci ón ecesaria ecesaria para l l e g a r a un acuerdo. Por último, explorar los puntos de acuerdo, en caso de e x i s tir, y sus di ver genc ia s, co con n la fi alid alidad ad de di st ngui r entre los co nfli tos que permanecen ocultos de aquellos otros que son expresados ab ier ta mente por c ad a uno uno de los co mp onentes de la pareja.
ETAPA DE NEGOCIACIÓN
El objetivo de ésta es cambiar la naturaleza del conflicto y rees tructurarlo de manera que sea más productivo, para que los partici pa ntes pued n di scutir scut ir sobre las cuestio nes en las que ma nt enen su e l l a se van a considerar principalmente los siguien discrepancias. tes aspectos: Negociación acerca de la forma de compartir las responsabi lidades parentales. A lo largo de las entrevistas, los padres se irán acercando paso a paso a todo aquello que tiene relación con la vida cotidiana de sus hi j o s , como son los temas de la custodia, el tiempo que van a pasar con cada uno de los padres, las vacaciones, las relaciones con la familia ex tensa, escuela, la elección sobre su orientación educativa, tiempo li bre, salud, así como todos los valores y normas que los padres quieran tr ansmi ti r a sus sus hijos, med ia nte un pro yecto yecto pa rental om n. Negociación sobre las responsabilidades económicas, en el que se abordan los siguientes puntos: Contribución o aportación que cada uno de los padres debe hacer para cubrir las necesidades de sus hijos y, en su caso, la que pueda cprresponderle a un miembro de la pareja respecto del otro.
Reparto de los bienes gananciales. La mayoría de las parejas acude a la Mediación con una idea pre concebida sobre la manera en la que pueden conseguir satisfacer sus necesidades y defender sus derechos. Todo lo cual les va a atrincherarse en posiciones inamo vibl es , que representan ge ne ra lme n te los intereses de una sola parte, y detrás de las cuales se esconden sus preocupaciones, miedos e inseguridades.
Para hacerles s a l i r de estos posicionamientos rígidos e inmovilisel mediador debe de hacerles entrar en contacto con la base en que se sustentan, es decir, con sus emociones, miedos e incertidumbres. Cuestionando la creencia de que sólo existe una solución o dos contr adict orias , a que esto les im pi de centrarse en encont rar otras fórmulas que les permitan realizar sus deseos. Para ello es necesario que el mediador consiga: Crear una atmósfera que estimule la participación y coopera ción de los interesados, resaltando los intereses comunes a la pareja, al tiempo que se destacan los beneficios que para el conjunto familiar va representar el esfuerzo negociador de ambos. Desarro lla r una función cre ativ a en la que se ofrezcan nue va opciones que los participantes no han previsto, de esta manera el me dia dor se se convier te en una persona-recurso, que uti liza su exp eri enc ia para proponer soluciones diferentes a las contempladas hasta enton ce por los sujetos que median. Mantener en un nivel emocional bajo el dialogo entre la pare ya que una elevación de éste es a m e n u d o un obstáculo insupera bl para la negociación.
Otro aspecto importante de la mediación es el de descubrir el papel que juega o se hace jugar a los hijos en el conflicto de sus pa dres. El lugar del niño en la Mediación debe de estar omnipresente a lo largo de todas las entrevistas. Por e l l o , cuando concluyan éstas se le invitará a un a entrev ista, con el n de qu e sus padr es pu ed an infor marle sobre aquellos aspectos que le conciernen directamente, es de cir, dónde y con quién va a vivir, de qué manera y cómo va a relacio narse con el padre que no conviva, e incluso para demandar su opi-
nión respecto de otras cuestiones que también le atañen, distribución de su tiempo libre, la relación con su familia extensa etc., pero sin e x i g i r l e la responsabilidad de tomar decisiones que conciernen a los adultos, ya que es necesario que s i g a desempeñando el papel y ocu pando el espacio que le corresponde a un niño. Finalmente se procederá a la redacción de un acuerdo parental, que refleje con fidelidad las decisiones tomadas por los padres.
Retorno
al proceso
judicial
Para que el acuerdo parental adquiera legalidad, la pareja lo entregará a sus abogados, los cuales le darán forma jurídica para su prese ntació n y aproba ción por el Juzg ado. Co mo conclusió n, pode mos afirmar que aunq ue la Me di aci ón fa miliar es una práctica reciente en Europa, ya ha demostrado su efica en alg unos países de nuestr o Con ti ne nt e. Pero sobre todo, la Mediación familiar ofrece unas expectativas prometedoras, porque sus beneficios se extienden más a l l á del propio actu al confl icto familiar , ya qu e al ce ntr ar a la par eja pare nta l frente sus responsabilidades, elimina el riesgo de que los menores se con viertan en el centro del conflicto de sus padres y de que éstos los u t i l i cen como envite en sus luchas. Todo lo cual puede facilitar que el menor, en un futuro, pueda abordar con una mayor serenidad su pro vida conyugal y parental.