La República entre lo antiguo y lo moderno Liliana A. Demirdjian * c Sabrina T. González ** c
“Ninguna civilización - artefacto hecho por el hombre para albergar a sucesivas generaciones - hubiera sido posible sin un marco de estabilidad para facilitar el fluir del cambio. Fundamentales entre los factores estabilizadores, más resistentes que las costumbres, las maneras y las tradiciones, son los sistemas legales que regulan nuestra vida en el mundo y nuestros asuntos cotidianos con los demás !"rendt, #$$$% p. &'(.
)
a preocupación por la construcción de un orden estable es un dato insoslayable
en la tradición del pensamiento de la filosof*a pol*tica. +n segundo plano suele destinarse destinarse a la consideración consideración de las situaciones cr*ticas, cr*ticas, que por lo general son la antesala para la concepción, madurez y puesta en marcha de proyectos pol*ticos creados con el solo fin de atemperar los ánimos imperantes. s as* como, conforme lo seala heldon /olin, todo filósofo pol*tico se encuentra alguna vez interpelado por la siguiente pregunta% “01u2 tipo de conocimiento necesitan gobernantes y gobernados para que se mantenga la paz y la estabilidad3 !/olin, pp. #4-&(. +na respuesta posible a tal interrogante es la opción por un sistema republicano de gobierno. "s*, la noción de rep5blica aparece entre los clásicos de la antig6edad, el humanismo c*vico de la 7talia renacentista, el radicalismo ingl2s y el constitucionalismo constitucionalismo norteamericano !8argarella, #$$&% p.9:( como alternativa ante el dilema siempre acuciante que impone el dirimir una realidad caracterizada en t2rminos de orden y conflicto #. ;;4 * )icenciada en
uenos "ires. ?ocente e investigadora en la Facultad de uenos "ires. ?ocente e investigadora en la Facultad de
La filosofía política política moderna
Nos interesa interesa entonces hacer hincapi2 hincapi2 en la categor*a categor*a de rep5blica rep5blica como significante significante con la cualidad de adoptar diversos significados seg5n el conte@to en el que su fórmula se despliegue. n particular, al menos dos aspectos dotan a esta categor*a de un contenido propio que permite establecer un hilo conductor entre per*odos históricos históricos tan distantes. distantes. n primer primer lugar, la rep5blica es recuperada como parte de una tradición tradición de pensamiento pensamiento que encuentra encuentra en el carácter carácter mi@to del r2gimen un reaseguro de estabilidad alternativo a las formas simples de gobierno, como por eAemplo la monárquica. n segundo t2rmino, esta reedición no es mecanicista ni mucho menos lineal, sino que requiere de instituciones y condiciones materiales que adapten yBo trasciendan su diseo primigenio. n otras palabras, se trata de una rep5blica siempre renovada ante las e@igencias de cada realidad, seg5n las condiciones que está 5ltima imponga, tales como una mayor e@tensión territorial y un aumento demográfico considerable que se torna imperioso integrar dentro de un proyecto de pa*s. Custificar ambas afirmaciones nos impone circunscribir un recorrido, ante el peligro de disgregar disgregar la argumentación argumentación al punto punto de tornarla incomprensible incomprensible y por lo tanto absolutamente in5til. "simismo, sucede que es dif*cil escapar de la influencia de los dos grandes hitos de la tradición occidental% el modelo romano y el norteamericano. norteamericano.
=ara definir la historia de la antigua Doma de modo restringido, nos remitiremos a su transformación de ciudad-estado en 7mperio. odin y Gaquiavelo en lo que de esencial nos permita trazar una lógica argumental que nos conecte con los aos fundacionales del constitucionalismo norteamericano. n un segundo acápite daremos cuenta de la rep5blica posible que plasma El Fe deralista, considerado una de las fuentes de primer orden para una e@2gesis de la autista "lberdi en las Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina como modelo que reproduce la rep5blica restrictiva pautada en El Federalista, que encontrará en sus li;;& neamientos fundamentales e@presión institucional en el proyecto constitucional de #&;. eg5n lo e@puesto hasta aqu*, sólo nos resta e@plicitar que partimos del siguiente presupuesto básico% no e@iste proyecto institucional alguno que pueda ser considerado obAetivo ni mucho menos inocuoI siempre está inscripto dentro de una particular selección y distribución de premios y proscripciones, a las que nos referiremos brevemente en las conclusiones.
Un derrotero posible a partir de la noción de República n la antig6edad el concepto de rep5blica connotaba un signo de estabilidad definido en virtud de su carácter mi@to. lemento 2ste que implicaba la fusión de magistraturas, que tendr*an como cualidad incorporar a los sectores sociales fundamentales. "continuación consideraremos algunos de los principales cambios a tener en cuenta para entender por qu2 esta forma de gobierno se torna pasible de ser retomada ante diferentes situaciones de crisis. 7nicialmente cabe preguntarse por qu2 la rep5blica inaugura su tradición en Doma y no en 8recia. "nte tal interrogante, baste recordar que dentro del pensamiento griego la apro@imación anal*tica es siempre totalizante y subsume la posibilidad de lo diverso en la unicidad como lugar de la suma perfección. =or ello, 8recia no es el ámbito donde podrá concebirse una idea acabada de rep5blica como forma de organización de las magistraturas. =or el contrario, Doma facilitará la posibilidad de pensar lo dis*mil como lugar de la integración en vistas a la conformación de un orden. )a aceptación de lo diverso imprime al diseo institucional romano un modelo que e@presa en cada uno de los tres espacios p5blico-institucionales !el consulado, el senado y el tribunado de la plebe( la lógica de lo heterog2neo. ste entramado se amplifica y entra en crisis con el paso de la urbe al orbe. No obstante lo antedicho, resta e@plicar por qu2 "ristóteles merece ser mencionado entre los clásicos de la antig6edad. "l respecto, retomemos a "ristóteles cuando incorpora en La olítica a la politeia o meAor r2gimen posible como la fusión de dos reg*menes desviados% oligarqu*a y democracia. i bien "ristóteles no resuelve la fórmula republicana en el mismo sentido que Doma, proyecta la pluralidad y el inter2s material dentro de la tensión entre lo p5blico y lo privado. n continuidad con aquello que anticipáramos en la introducción, la estabilidad
de los reg*menes es el horizonte de la b5squeda que el fundador del )iceo emprende en su estudio de las diversas constituciones griegas. )a armon*a de las polis griegas se lograr*a con el desarrollo de un amplio sector medio que distendiera la tensión entre dos polos igualmente perniciosos para la ciudad% la e@cesiva posesión de bienes, y la e@trema pobreza. sta pugna entre ricos y pobres es ;;$ La República entre lo antiguo y lo moderno La filosofía política moderna
una distinción supuesta como natural, a partir de la cual se comprende por qu2 la igualdad es siempre un atributo del ciudadano, que se resuelve por lo tanto en el ámbito espec*fico de lo p5blico, pero que de ninguna manera implica o presupone condiciones de igualdad material entre los habitantes de la polis. Ja insertos en la e@periencia romana como momento fundacional respecto de la concepción del t2rmino rep5blica, es =olibio quien sienta escuela respecto de la tradición clásica, al e@plicitar que el ciclo de degeneración de los reg*menes es producto del carácter simple de los mismos. n tanto pensador de la historia y no mero compilador cronológico, =olibio aporta como originalidad una mirada griega sobre la realidad romana K. ólo desde tal perspectiva puede comprenderse una de sus afirmaciones más fuertes, la teor*a de los ciclos sempiternos ;, y la consecuente necesidad de estructurar un r2gimen mi@to que resuelva el dilema de la inestabilidad y genere estructuras de equilibrio. n concordancia con la tradición griega, =olibio distingue tres formas buenas y tres formas desviadas de reg*menes pol*ticos. n el primer caso sit5a entre los buenos reg*menes a la monarqu*a, la aristocracia y la democracia seg5n gobiernen uno, los meAores, o el pueblo. ntre los segundos -seg5n gobiernen uno, los ricos, o el populacho- nombra a la tiran*a, la oligarqu*a y la oclocracia 9. n este sentido, podemos sealar respecto de la ubicación de la democracia, que, en tanto para "ristóteles aparece como el primero de los gobiernos no rectos y en este sentido es contraparte de su construcción republicana, para =olibio el gobierno del pueblo ya se instaura como una forma buena de mandato. “staba persuadido de que toda especie de gobierno simple y constituida sobre una sola autoridad era peligrosa, !L( porque fomenta en s* mismo la causa de su destrucciónI del mismo modo cada especie de gobierno alimenta dentro de s* un cierto vicio que es la causa de su ruina. =or eAemplo, la monarqu*a se pierde por el reino, la aristocracia por la oligarqu*a, la democracia por el poder desenfrenado y violento !=olibio, #$'% p.;9&(. =ara =olibio, entonces, el gobierno de la rep5blica romana descansar*a en tres cuerpos, en los cuales los derechos están balanceados y distribuidos de tal modo, que de ninguno puede darse certidumbre respecto de si se está frente a un gobierno aristocrático, democrático o monárquico . l pasaAe entre las distintas formas de gobierno que propone =olibio responde a la siguiente secuencia% monarqu*a, tiran*a, aristocracia, oligarqu*a, democracia y oclocracia. sta 5ltima forma, la oclocracia, es concebida no como el poder del pueblo en el sentido positivo de la práctica participativa, sino en tanto e@presión del desprecio por la ley y la violenta movilización de las masas. )legado este punto en la trama de nuestro desarrollo, un segundo momento de refle@ión e@ige recurrir a la innovación que aporta el pensamiento ciceroniano. ;9: n !obre la República
pueblo no es todo conAunto de hombres reunido de cualquier manera, sino el conAunto de una multitud asociada por un mismo derecho, que sirve a todos por igual !
=ara finalizar este apartado nos parece imprescindible mencionar un contrapunto entre dos autores que comparten la misma 2poca del vieAo continente, ya que en ellos podemos ver dirimida la pol2mica entre la opción monarqu*aOo rep5blicaOdesde posturas divergentes% Cean >odin y Nicolás Gaquiavelo. n primer lugar, >odin es terminante y no acepta la posibilidad de e@istencia de una forma pol*tica mi@ta. )a razón de tal negación es interesante porque remite al concepto de soberan*a. n otras palabras, >odin dice que el t2rmino rep5blicaO implica una contradicción respecto del principio de indivisibilidad inmanente a la lógica soberana. “l principal atributo de la rep5blica -el derecho de soberan*a-, sólo se da y conserva en la monarqu*a. n una rep5blica sólo uno puede ser soberanoI si son dos, tres o muchos, ninguno es soberano, ya que nadie por s* solo puede dar ni recibir ley de su igual !>odin, #$$4% p. K&$(. n este sentido, >odin sostiene que sólo las tres formas simples de reg*menes pueden sustentar este principio esencial para la materialización de estados soberanos. ntre ellas opta claramente por la potestad regia, y retoma una visión anárquica y desventaAosa respecto de los gobiernos populares 4. "s*, >odin se pregunta% “0<ómo puede un pueblo, es decir, un animal de muchas cabezas, sin entendimiento ni razón, aconseAar nada bueno3 =edir conseAo al pueblo, como se hac*a antiguamente en las rep5blicas populares, significa tanto como pedir cordura al loco !>odin, #$$4% p. K&K(. n contrapunto con >odin, Gaquiavelo observa en los "iscursos sobre la
primeras d#cada de $ito Li%io el carácter c*clico en el que giran los reg*menes pol*ticos, y afirma% “+n pa*s podr*a dar vueltas por tiempo indefinido en la rueda de las formas de gobierno !Gaquiavelo, #$$4% p. ;(. "l igual que =olibio, Gaquiavelo establece el ritmo y las causas por las cuales ning5n r2gimen simple logra mantenerse a trav2s del tiempo. )a secuencia del pasaAe va de la monarqu*a a la tiran*a, de 2sta a la aristocracia, de aqu* a la oligarqu*a, que deviene en democracia, y finalmente 2sta resulta en un gobierno semeAante a la anarqu*a, especialmente una vez e@tinguida la generación que la hab*a organizado. " partir de la comparación entre las e@periencias de "tenas y sparta, Gaquiavelo afirma que la constitución de formas de gobierno simple produce inestabilidad. l diseo institucional que olón concibió para la primera ciudad y )icurgo definió para la segunda, condicionó el breve destino de la una y el largo camino recorrido por la otra. “ntre los que merecieron más alabanzas por haber dado constituciones de este tipo mi@to se encuentra )icurgo, que ordenó sus leyes de sparta de ma;9K nera que, dando su parte de poder al rey, a los nobles y al pueblo, duró mas de ochocientos aos, con suma gloria para 2l y quietud para su ciudad. ucede lo contrario con olón, el que dio leyes a "tenas, pues organizándolo todo seg5n gobierno e@clusivamente popular, lo construyó de vida tan breve que antes de morir vio cómo nac*a la tiran*a de =is*strato !L(I as* que, sólo por no haber incorporado a su gobierno el poder del principado y el de la nobleza, vivió "tenas muy breve tiempo en comparación con sparta !Gaquiavelo, #$$4% pp. ;-'(. Gaquiavelo rescata la e@periencia republicana seg5n la lectura que Eito )ivio hace de la historia romana. Nuestro autor hace hincapi2 en la incorporación del consulado, el senado y el tribunado de la plebe como instrumentos que operan a la manera de un resorte que proporciona estabilidad al r2gimen. n este sentido, sostenemos que Gaquiavelo hace una opción clara en favor de la rep5blica. i bien no desconocemos la disyuntiva e@istente en referencia a si hay continuidad o ruptura en la forma de interpretación de la relación entre El ríncipe y los "iscursos sobre la primera d#cada de $ito Li%io "iscorsi &, al respecto compartimos con "ntonio Negri la perspectiva que 2l asume entre las dos tradiciones% la italiana y la anglosaAona. “"nosotros, en contra de lo que ambas escuelas interpretativas sostienen, nos parece que la estrech*sima interdependencia de El ríncipe y los "iscursos sobre la primera d#cada de $ito Li%io, leAos de determinar la renuncia, com porta por el contrario la e@altación del principio republicano. )a absolutez de lo pol*tico, inventada en El ríncipe, es hecha vivir en la rep5blica% sólo la rep5blica, sólo la democracia es gobierno absoluto !Negri, #$$9% pp.$:-#(. =ara introducir el pró@imo apartado, baste mencionar que la revolución norteamericana rompe con el mito de la rep5blica del pequeo estado donde funciona la democracia directa. )a e@tensión territorial y la e@pansión demográfica redimensionan en diversos sentidos a las modernas rep5blicas.
La república como fórmula operativa de gobierno l resurgimiento de la noción de rep5blica -en las comunas de la 7talia renacentista, entre los constitucionalistas ingleses del siglo PQ77 e incluso entre los opositores al absolutismo franc2s- e@altó valores opuestos a los que se consideraban causantes de la corrupción y los males sociales en que devinieron las formas monárquicas.
La República entre lo antiguo y lo moderno La filosofía política moderna
b*a contribuir a mantener y desarrollar estas precondiciones, y apoyar la presencia de ciudadanos virtuosos, pol*ticamente activos !8argarella, #$$$% p.9K(. i bien, tal como propon*a "rtistóteles, el ciudadano encuentra sólo en la vida p5blica el espacio donde dirimir aquello que le atae como parte de la comunidad, dicha realidad, como Cano, presenta dos caras. "l rechazo de los reg*menes opresivos y la defensa de un orden pol*tico más abierto a la ciudadan*a, se contrapone una multiplicidad de estrategias de e@clusión para el acceso al t*tulo de ciudadano. "s*, los no-propietarios, los negros y las muAeres tienen denegado el derecho a deliberar sobre el bien com5n de aquella comunidad de la cual tambi2n forman parte.
quienes se preocupaban por conseguir un marco de estabilidad y autosuficiencia dado por ciudades que no fueran ni e@cesivamente grandes ni desmedidamente pequeas, los constituyentes americanos asociaban la magnitud a la posibilidad de dispersión de los intereses encontrados y al potencial de desarrollo económico. "s*, la sociedad norteamericana se construye baAo la 2gida de los colonos propietarios% “l espacio es el horizonte constitutivo de la libertad americana, de la libertad de los propietarios. !L( )a rep5blica e@pansiva será por tanto aquella que sepa trasladar los conflictos hacia la frontera, una frontera de apropiación siempre abierta !Negri, #$$9% p.#&9(. No es ocioso sealar que, a5n cuando se reconoce como origen de la legitimidad del poder al pueblo, 2ste es definido como un universal restringido -en los t2rminos que e@plicáramos al inicio de este apartado- y es convocado tan pronto como descartado como fuente de este poder constituyente. “
se deAa ver solamente respecto de la cuestión de la división de poderes - y los debates en torno a ella generados- o la virtud republicana !8argarella, #$$$(, sino que tambi2n es identificable en su posicionamiento favorable respecto de una rep5blica restringida. “Ray siempre en los stados personas distinguidas por su nacimiento, su riqueza o sus honores que si estuvieran confundidas como el pueblo y no tuvieran más que un voto como las demás, la libertad com5n ser*a esclavitud para ellas y no tendr*an ning5n inter2s en defenderla, ya que la mayor parte de las resoluciones ir*an en contra suya. )a parte que tomen en la legislación debe ser, pues, proporcionada a las demás ventaAas que poseen en el stado, lo cual ocurrirá si forman un cuerpo que tenga derecho a oponerse a las tentativas del pueblo, de igual forma que el pueblo tiene derecho a oponerse a las suyas. !L( ?e este modo, el poder legislativo se confiará al cuerpo de nobles y al cuerpo que se escoAa para representar al puebloI cada uno de ellos se reunirá en asambleas y deliberará con independencia del otro y ambos tendrán miras e intereses separados !Gontesquieu, #$$&% p.##:(. " fin de recapitular, Negri nos permite volver al tratamiento clásico de la rep5blica desarrollado en el apartado anterior, para consignar que la relación e@istente entre la constitución y el espacio en la revolución norteamericana marca un corte respecto del esquema polibiano de sucesión histórica temporal. +n orden constitucional que debe concebirse en t2rminos de espacio -no ya de tiempo- modifica incluso la concepción sobre el pueblo. ?esde una perspectiva clásica, un pueblo considerado como una masa indiferenciada permite, tal como lo registra =olibio, una relación un*voca entre la segmentación social y las formas de gobierno.
El caso argentino +n breve comentario acerca de los or*genes institucionales que conformaron el estado nacional argentino nos permite disentir con aquel lugar com5n que da por sentada la gravitación inmediata y consecuente importación de la autista "lberdi es desde entonces uno de los fundados profetas de la rep5blica posible, resumida por Culio "rgentino Doca durante su presidencia !#&&:-&'( como ideal de una generación baAo el lema paz y administraciónO. stas dos palabras implicaron en su conte@to imponer definitivamente el r2gimen de respeto a la otana, #$&'% p.9K(. n Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, "lberdi conAuga las libertades civiles con un estricto control del acceso a las funciones gubernamentales. Eomando como eAemplo la forma norteamericana de gobierno, y al parecer ignorando las diferencias estructurales entre ambos pa*ses, seala% “?e las tres formas esenciales de gobierno que reconoce la ciencia, el monár;94 La República entre lo antiguo y lo moderno La filosofía política moderna
quico, el aristocrático y el republicano, este 5ltimo ha sido proclamado por la
revolución americana como el gobierno de estos pa*ses. No hay, pues, lugar a cuestión sobre forma de gobierno !"lberdi, #$$#% p. #;9(. "hora bien, "lberdi retoma a los antiguos para definir restrictivamente qui2nes poseen facultades y aptitudes para decidir en las cuestiones de gobierno. “Eodo el 2@ito del sistema republicano !...( depende del sistema electoral. No hay pueblo, por limitado que sea, al que no pueda aplicarse la Dep5blica, si se sabe adaptar a su capacidad el sistema de elección o de sus leyes. " no ser por eso, Aamás habr*a e@istido la Dep5blica en 8recia y en Doma, donde el pueblo sufragante sólo constaba de los capaces, es decir, de una minor*a reducid*sima en comparación del pueblo inactivo !"lberdi, #$$#% pp. #':-#(. ?e esta manera, la fórmula alberdiana avala una distinción entre habitanteO y ciudadanoO que le permite propiciar un trasvase cultural. u proyecto de pa*s requer*a de determinados contingentes inmigratorios y del ingreso de elementos industriales y t2cnicos. n todo momento, para preservar la estabilidad del orden conseguido, se dan por sentado el resguardo de la propiedad y la toma de decisiones en manos de unos pocos.
Reflexiones finales Nuestro recorrido retomó la noción de rep5blica, dando cuenta sucintamente de su raigambre en la antig6edad clásica y de su reedición en los or*genes institucionales angloamericanos. Forma parte de una discusión posterior el planteo de sus cone@iones en t2rminos de semeAanzas y diferencias con tradiciones conservadoras, liberales y comunitaristas, desarrollo que e@cede las intenciones de este art*culo. Nos interesa simplemente remarcar que es cuando menos apresurado unificar las nociones de rep5blicaOy democraciaO, habida cuenta que la primera, en sus diferentes versiones, no cesó de remarcar un estricto respeto por la autoridad, y en este sentido no fue anti-Aerárquica ni mucho menos horizontal, al menos en sus comienzos.
efecto la conclusión formalista !y potencialmente pesimista( de Eocqueville o peor a5n la empalagosa utop*a e@pansiva de Rannah "rendtI olvidan !...( que la e@pansión, cuando el espacio salvaAe termina, se traduce en e@pansionismo e imperialismo !Negri, #$$9% p.#&;(. ;9$ La República entre lo antiguo y lo moderno La filosofía política moderna
Bibliografía "lberdi, Cuan >autista #$$#!sBd( Bases y puntos de partida para la organiza ción política de la República Argentina !>uenos "ires% ditorial =lus +ltra(. "rendt, Rannah #$$$ !#$'$( &risis de la República !Gadrid% Eaurus(. "rendt, Rannah #$$K !#$';( !obre la Re%olución !>uenos "ires% "lianza(. >odin, Cean #$$4 !#4'( Los seis libros de la República!Gadrid% Eecnos(. >oron, "tilio ". #$$' “ntrevista a Noam uenos "ires( "o 4 . >otana, Natalio D. #$&' !#$44( El )rden &onser%ador !>uenos "ires% Ryspam2rica diciones "rgentina(. >otana, Natalio D. #$$4 !#$&9( La tradición republicana !>uenos "ires% Ryspam2rica diciones "rgentina(. uenos "ires% =laneta ?e "gostini(. ?iamond, Gartin #$$' !#$';( “l Federalista en trauss, )eo y oron, "tilio ". !comp.( $eoría y Filosofía olítica( La tradi ción cl+sica y las nue%as fronteras !>uenos "ires% uenos "ires% Gio y ?ávila(. Ramilton, "le@anderI Gadison, Cames y Cay, Cohn #$$& !#4&:( El Federalis ta !G2@ico ?.F.% Fondo uenos "ires% diciones olar(. Domero, Cos2 )uis #$&4!#$'( l desarrollo de las ideas en la sociedad argentina del siglo PP !>uenos "ires% dición >iblioteca "ctual(. !?e( Eocqueville, "le@is #$$' !#&;( La "emocracia en Am#rica !G2@ico% Fondo de uenos "ires% "marrortu(. ;:
Notas #. l hecho que las mencionadas versiones encuadradas dentro de la tradición del republicanismo presenten diferencias entre s*, no invalida aquello que de com5n poseen en los t2rminos del presente estudio temático, es decir, su carácter mi@to como alternativas a formas simples de gobierno. K. =olibio de Gegalópolis, historiador griego deportado a Doma despu2s de la conquista de 8recia, escribió la primera historia apolog2tica de Doma anterior a la de Eito )ivio. ;. obre el carácter natural a partir del cual =olibio caracteriza los cambios c*clicos de los reg*menes al estilo antiguo ver "rendt, R., #$$K% pp. KK-;. 9. timolog*a del t2rmino oclocracia% TUhlos !multitud, masa, chusma, plebe(. .
sino compuesta de lo bueno y peculiar que halló en los meAores gobiernos, para que ninguna potestad saliese de su esfera y degenerase en el vicio connatural. n su rep5blica estaban contrapesadas entre s* las autoridades para que la una no hiciese ceder ni declinar demasiado a la otra, sino que estuviesen en equilibrio y balance !=olibio, #$'% p. ;9&(. Detomaremos esta cuestión al final del presente apartado a partir de la lectura que del mismo hecho realiza Nicolás Gaquiavelo en los "iscursos sobre la primera d#cada de $ito Li%io. '. n el ueo de scipión se consuma esta combinación entre pra@is y e@celencia en el eAercicio de la pol*tica, estrechamente relacionada con una cr*tica mirada sobre la moral romana a la que