1810- 1820: El problema fundamental de la vida Argentina fue el ajuste del nuevo país y
su organización. Había algunas contradicciones difíciles de resolver, que se plasmaron en la lucha entre la poderosa capital, Buenos Aires, que poseía el puerto y la aduana, y el resto del país que languidecía. Fue una lucha por la preponderancia política, pero era un conflicto derivado de los distintos grados de desarrollo económico. Solo a lo largo de setenta años y en medio de duras luchas pudieron encontrarse las fórmulas para resolver el conflicto. La oposición entre Unitarios y Federales era la oposición entre Buenos Aires y el Interior, entre el campo y la ciudad, ciudad, entre los grupos urbanos urbanos liberales y las masas rurales acostumbradas al régimen paternal de la estancia. Buenos Aires pretendía instalar un régimen régimen centralista, los pueblos del interior querían el Federalismo: la autonomía de las provincias, la formación de gobiernos locales encabezados por Caudillos. En 1816 se convocó a un Congreso en Tucumán con el objetivo de Declarar la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, debido a que el Rey Rey de España, Fernando VII, había vuelto a ocupar el trono como consecuencia de la caída de Napoleón Napoleón Bonapa Bonaparte, rte, en en 1815. 1815. También También era era función función del del Congreso Congreso definir una forma forma de gobierno. Pero en este último punto, los diputados no lograron ponerse de acuerdo. Algunos querían establecer una monarquía, otros una república federal. El congreso postergó postergó el problema, problema, mientras mientras crecía crecía la la tensión tensión interna interna entre entre el gobierno gobierno de Buenos Buenos Aires Aires y las provincias del Litoral, alineadas tras la política federalista de Artigas. La situación se agravó con la invasión de la Banda Oriental por los portugueses, promovida desde Buenos Aires, frente al cual Artigas combatía solo. En Enero de 1817 los portugueses ocuparon Montevideo. Mientras tanto, San Martín luego de cruzar la Cordillera de los Andes y de las Batalla de Chacabuco y Maipú, aseguró la independencia de Chile. Frente a las fuerzas del Litoral, El Directorio se veía cada vez más débil, Corrientes bajo la autoridad del caudillo Andresito, Entre Ríos bajo la de Ramírez y Santa Fe gobernada por López López,, formaban formaban un un bloque bloque con con la Banda Banda Oriental, Oriental, encabez encabezada ada por por Artigas. Artigas. En 1819, López sanciona una Constitución Federal con el objetivo de organizar institucionalmente su provincia, a lo que la provincia de Buenos Aires responde dictando, este mismo año una Constitución centralista. La reacción de las provincias contra la Constitución Nacional fue categórica. La crisis estalló. Las tropas entrerrianas y Santafecinas se dirigieron hacia Buenos Aires. Como el Ejército del Norte estaba en Córdoba, el Director Rondeau recurrió a la movilización de las milicias. Se enfrentaron en Cepeda en Febrero de 1820 las tropas del Litoral con las milicias de Buenos Aires, su derrota fue definitiva. Como consecuencia el Director Rondeau renuncia. Los vencedores exigieron la disolución del poder central y la plena autonomía de las provincias. provincias. También También Buenos Buenos Aires qued quedaa como como provincia provincia indepe independien ndiente, te, y su su primer primer gobernador Sarratea, firma con las provincias del Litoral El Tratado del del Pilar. En este se establece el federalismo y la libre navegación de los Ríos Paraná y Uruguay. Esto traería como consecuencia mejoras económicas para las provincias. Con el tratado del Pilar, termina la época de las provincias Unidas y comienza la de la desunión de las provincias. Cada una de ella buscó su propio camino. Situación de la Banda Oriental: Cuando Artigas fue derrotado por los invasores portuguese portuguesess en 1820 1820 en en la batalla batalla de Tacuaremb Tacuarembó, ó, buscó buscó el apoyo apoyo de de los caudillos caudillos del del litoral, sin lograrlo. Entonces desapareció de la escena política y la Banda Oriental quedó primero, primero, anexada anexada a Portugal Portugal y luego luego al imperio imperio de de Brasil, Brasil, cuando cuando este este se formó en en 1822. 1822. En 1825, un grupo de 33 orientales reunidos en Buenos Aires se sublevan contra el imperio de Brasil porque quieren que La Banda Oriental sea anexada a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Logran dicha anexión, razón por la cual los brasileños le declararon la guerra al gobierno de Buenos Aires (1825- 1827).
Anarquía del año 20: En Buenos Aires, luego de la derrota de Cepeda se llevó a cabo una dura lucha por el poder. poder. Hubo Hubo un día día en que que se sucedieron sucedieron tres gobern gobernadore adores. s. Pero Pero finalmente finalmente la la aparición aparición de las fuerzas de la campaña que mandaba Juan Manuel de Rosas permitido que el gobernador Martín Rodríguez pueda mantenerse en el poder desde fines de 1820 hasta 1824. Este fue un período de paz y progreso. Para intentar poner fin a la guerra civil, Rodríguez, luego de asumir el cargo, firma con Santa Fe el Tratado de Benegas, el cual establece: paz entre Buenos Aires y Santa Fe, Buenos Aires se compromete a asistir al Congreso de Córdoba para la organización Nacional Nacional y definir definir la la forma de gobierno gobierno.. En dicho Congreso Congreso había diferentes ideologías con respecto respecto a la forma de gobierno: gobierno: Bustos, caudillo cordobés, pretende un estado Federal El Litoral, una Confederación Buenos Aires, el centralismo. Buenos Aires reacciona retirando a sus diputados al ver que perdía el debate, debate, por por lo tanto tanto el el Congreso Congreso fracasa fracasa.. Las Reformas Rivadavianas: Tanto Martín Rodríguez, como su ministro Bernardino Rivadavia tenían como objetivo establecer la paz, administración y progreso, en este marco se estableció un plan de reformas, inspiradas por el ministro mencionado, que tendían a modernizar la administración y a ordenar la sociedad sociedad en todos los aspectos. aspectos. Estas se implementaron implementaron sin llegar a dictar una constitución provincial. Las Reformas fueron las siguientes: Ley de elecciones, que establecía el sufragio directo y amplio. Se suprimió el Cabildo Reorganizó la Justicia Ley de olvido, para frenar la lucha entre unitarios y federales Libertad de culto Intento de fomentar algunas industrias Se creó el Banco de Descuentos y la Bolsa de Comercio, para atraer capitales y obtener préstamos préstamos (La (La casa casa Baring Baring Brothers Brothers de Londre Londress otorgó otorgó un millón millón de libras esterlina esterlinas) s) Mejoramiento en el ganado y en los cultivos Abolición de privilegios para nobles y clero Reforma del ejército Creación de la Sociedad de beneficencia Creación de escuelas y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Ley de Enfiteusis: grandes extensiones de tierras del estado solían entregarse a personas poderosas. poderosas. Rivadavia Rivadavia elaboró elaboró un sistema sistema para entregá entregárselas rselas a pequeños pequeños colonos colonos que que quisieran vivir en ellas y trabajarlas, mediante el pago una reducida cuota de acuerdo con su valor. Así debían incorporarse a la explotación agrícola, en manos de pequeños propietarios, propietarios, las zonas zonas hasta hasta el el Río Salado Salado.. Mientras tanto, en 1822 las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Buenos Aires firman el Tratado del Cuadrilátero, que establecía una alianza ofensiva y defensiva entre las 4 provincias; la convocatoria a un Congreso para definir la forma de gobierno; la libertad de comercio y la Libre navegación de los Ríos. Era el triunfo del Federalismo. En el mismo año se produce el encuentro de los dos grandes jefes americanos, Bolívar y San Martín en Guayaquil, para acordar un plan de acción que acabara acabara con la dominación española en América. San Martín sin recursos militares y sin un estado que lo respaldara, cedió a Bolívar la dirección de la última campaña. El Congreso de 1824: Ante el fracaso del Congreso reunido en Córdoba, se decide la reunión de un Congreso en la Provincia de Buenos Aires. Gobernaba en Buenos Aires el general La Heras. Los problemas más urgentes era solucionar el conflicto con Brasil y organizar el país.
Para solucionar el último objetivo se sanciona la Ley Fundamental, que establecía la unión de las provincias argentinas y asegurar la independencia, reafirmando las autonomías provinciales. El Congreso se declaró Constituyente, pero la constitución debía ser aprobada por todas las provincias para entrar en vigencia. Mientras que no haya un gobierno Nacional, Buenos Aires se encargará de las relaciones exteriores. Además el Congreso decidió la formación de un ejército Nacional, a cargo del gobernador de Buenos Aires. En Diciembre de 1825 Brasil le declara la Guerra a las Provincias unidas del Río de la Plata. En 1826, el Congreso sancionó una Ley creando un poder ejecutivo nacional a cargo del Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue elegido para el cargo Bernardino Rivadavia. Rivadavia va a ser el primer presidente, durante su mandato Buenos Aires es nombrada Capital de la República. Luego, el presidente se dedicó a la organización de la guerra contra el Brasil, quien había bloqueado el puerto de Buenos Aires provocando una severa crisis económica. Preocupado por solucionar la situación interna Rivadavia creyó que necesitaba la paz a cualquier precio y mando a Río de Janeiro a Manuel José García para que negociara la paz, este reconoció los derechos brasileños de los territorios disputados; por el contrario Rivadavia creían que La Banda Oriental debía ser un estado independiente. En Buenos Aires, el Congreso realizó la Constitución de 1826, de carácter centralista, apenas más moderada que la de 1819, siendo rechazada por la mayoría de las provincias. Razón por la cual, volvió a desencadenarse la guerra civil. Ante esta situación, Rivadavia decidió presentar su renuncia en junio de 1827 y la provincia de Buenos Aires eligió entonces gobernador a Manuel Dorrego, a quien apoyaba Juan Manuel de Rosas, sostenido por las fuerzas de sus colorados del Monte. Este fue un gobierno moderado y eficaz. En 1828 se firma la paz con Brasil y se reconoce la independencia de la Banda Oriental, quien lo logra gracias al apoyo de Gran Bretaña, porque quería un puerto en el Río de la Plata que no fuera ni de Argentina ni de Brasil. Juan Lavalle, Caudillo Mendocino, perteneciente a la facción unitaria, entró en Buenos Aires, se sublevó contra Dorrego, lo persiguió con sus tropas y lo fusiló. A partir de este hecho el conflicto se hizo cada vez más violento. En este contexto llega Juan Manuel de Rosas a la política Argentina, en el año 1829, quien junto con López comienzan a operar contra Lavalle, que se hizo cargo del gobierno de Buenos Aires. Rosas logra vencer al caudillo mendocino. Dos meses después Rosas y Lavalle hacen un acuerdo en Cañuelas. En Diciembre 1829 Rosas es elegido gobernador de la Provincia de Buenos Aires por 3 años con Facultades Extraordinarias, que le permitían tener además de sus atribuciones ejecutivas, facultades legislativas y judiciales. Durante su gestión se caracterizó por restaurar el orden y la tranquilidad, el ordenamiento de las finanzas y el saneamiento de la administración. Aparte tuvo dos problemas importante para solucionar, uno fue la lucha contra la Liga del Interior del General Paz, que terminó en 1831 con su prisión y desmoronamiento de sus fuerzas y la concreción del pacto federal, logrado en el mismo año. Firmado primero por las provincias del Litoral y luego por todas las demás, fue la base de la organización nacional, basada en el federalismo como forma de gobierno de la Confederación Argentina. “Juan Manuel de Rosas, se distinguía por su personalidad peculiar. Su fuerte ascendiente sobre los hombres de la Campaña le proporcionaba una base para sus ambiciones; pero su claro conocimiento de los intereses de los propietarios de estancias y saladeros le permitía encabezar a los grupos más influyentes de la provincia y expresar con claridad la política que les convenía; esa fue precisamente la que puso en funcionamiento durante su gobierno provincial desde 1829 hasta 1832, y especialmente en el último año de su administración.” La situación política del país se definía, cada una de las tres grandes áreas económicas de la Nación contaban con una personalidad de peso para representarlas y dirigirlas. En el Interior, Quiroga se había consolidado; en el Litoral, López y en Buenos Aires Rosas.
En 1832, venció la vigencia de las Facultades Extraordinarias, Rosas pidió que le fueran renovadas hasta que terminara su mandato. La mayoría de la Sala de Representantes pensó que esto no eran necesario debido a la tranquilidad que reinaba en el país. Cuando a fines de ese mismo año terminó su mandato, la Legislatura volvió a elegirlo, pero sin otorgarle las Facultades, por tal motivo Rosas no aceptó el ofrecimiento, diciendo que prefería ocuparse personalmente de la expedición al desierto que hacía meses que estaba preparando. En este contexto se eligió como sucesor a Juan Balcarce. La usurpación de las Islas Malvinas: En los primeros días del gobierno de Balcarce, el 2 de enero de 1833 Gran Bretaña invadió las Islas Malvinas, que indudablemente pertenecen a la República Argentina, ya que fueron ocupadas por la Corona española en 1774, luego de 1810 pasaron a depender de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que estableció su soberanía en 1820, informándose a los gobiernos extranjeros. Por otro lado, la discusión con respecto a otorgarle o no las Facultades extraordinarias al por entonces gobernador, Juan Manuel de Rosas, provocó la división dentro de la facción federal en: Apostólicos o adictos a Rosas, el “Restaurador” y por lo tanto querían darle dichas facultades; y los Cismáticos o Lomos Negros, quienes no están de acuerdo con la política rosista, por lo tanto se niegan a darle las facultades. En 1833 Rosas organizó la campaña al desierto para reducir a los indios pampas y araucanos que asolaban las estancias y las poblaciones en busca de ganado, para después venderlo en Chile. El poderío indígena estaba en Neuquén y en la zona de la Cordillera. El mando general de la campaña fue confiado a Facundo Quiroga. Las poblaciones indígenas fueron acorraladas, sometidas o destruidas. Las tierras reconquistadas fueron distribuidas entre los vencedores, sus amigos y partidarios, con los que se consolidaron la posición económica y la influencia política de los estancieros del Sur. Mientras tanto, en Buenos Aires el reciente gobernador Balcarce decide anular las medidas rosistas. Al mismo tiempo, la división del partido y la tirantez se reflejó en los periódicos. Balcarce intentó reprimir el desenfreno, mandando a juicio a diversos periódicos, entre ellos al “Restaurador de las Leyes”, por las injurias y la violencia con la que se expresaban. Cuando los apostólicos se enteraron de la decisión tomada, estalló la Revolución de los Restauradores, porque creían que el juicio era un ataque directo a Rosas. Los Restauradores exigían la renuncia del Gobernador, esta se hace efectiva el 3 de noviembre y fue aceptada inmediatamente. La Legislatura eligió en su reemplazo al general Juan Viamonte. Para frenar los desmanes producidos por la agitación popular, decidió fundar la Sociedad popular Restauradora, un cuerpo de policía privado, luego denominado Mazorca. Posteriormente, sobre todo durante el Segundo Gobierno de Rosas, la Mazorca se convertirá en la severa policía de Rosas, ejecutora de una fuerte política represiva. La tensión política se agravó a mediados de año por la noticia del regreso de Rivadavia, los apostólicos creyeron que volvía un complot unitario, por eso Viamonte ordenó que Rivadavia volviera a España. Viendo la imposibilidad de poner orden, presentó su renuncia tras solo siete meses de gestión. El pueblo pedía que Rosas se hiciese cargo del gobierno, porque creían que era el único que podía poner orden y tranquilidad pública. La Legislatura le ofreció el cargo sin limitaciones, dándole las facultades extraordinarias. Pero Rosas se negó. El cargo fue asumido por el presidente de la Sala de Representantes, de manera provisoria, solo hasta que el Restaurador se decidiera a asumir el cargo. El éxito obtenido por el restaurador en la campaña aumentó aún más su prestigio político entre los propietarios bonaerenses, que incrementaron su patrimonio al incorporar nuevas tierras y se sintieron más seguros con la amenaza indígena bajo control. Rosas se alejó de la provincia pero no de los manejos políticos. Su mujer, Encarnación Ezcurra era su fiel representante y con el apoyo de la mazorca, conspiró contra los gobiernos de Balcarce, Viamonte y Maza que se sucedieron durante la ausencia del restaurador.
La agitación política conducida por Encarnación contribuyó de manera decisiva a crear un clima de gran inestabilidad favorable a los intereses de Rosas. En 1835 la tensión reinante volvió a hacer crisis cuando el general Facundo Quiroga es enviado como mediador entre los gobernadores de Salta y Tucumán, quienes tenían un entredicho personal y se acusaban mutuamente de “traidores a la causa Federal”. Cuando estaba en camino, el gobernador de salta fue asesinado, entonces Quiroga gestionó un acuerdo entre los representantes de las provincias enemistadas, solucionando el conflicto y se disponía a volver a Buenos Aires. El 16 de febrero al llegar a Barranca Yaco, Córdoba, fue asesinado por los hermanos Reinafé, sus acérrimos enemigos. El crimen conmovió al país entero; al llegar la noticia a Buenos Aires la Sala de Representantes exigió a Rosas que se hiciera cargo de la gobernación, sin ninguna limitación; se le ofrecía, no solo las facultades extraordinarias, sino también la suma de Poder Público, es decir el ejercicio del poder ejecutivo, legislativo y judicial sin ninguna restricción. Rosas creía que la organización del país tenía que basarse en la autonomía de las provincias y no debía establecerse ningún régimen que institucionalizara la nación. Así ocurrió durante los diecisiete años que duró la hegemonía de Rosas en Buenos Aires. Hubo durante este período una forma de unidad, que se denominó Confederación, la cual era una unidad de hecho lograda por la sumisión de los caudillos provinciales. El gobernador de Buenos Aires se encargaba de las relaciones exteriores, punto de apoyo para ejercer la autoridad, pero ese poder fue sustentado en su influencia personal y en el poder económico de Buenos Aires. Por una amplia mayoría de votos, expresados en la legislatura y a través de un plebiscito fue electo nuevamente Juan Manuel de Rosas, en marzo de 1835, esta vez con la suma del poder público. La hegemonía rosista se consolidó mediante la unificación ideológica del pueblo de Buenos Aires a través del uso obligatorio de la divisa punzó, del riguroso control de la prensa; y de una dura represión a la oposición ideológica y política realizada por la Sociedad Popular Restauradora, conocida como la "mazorca", encargada de la intimidación y la eliminación de los opositores. Durante el largo período rosista, la mazorca se cobró miles de víctimas. En 1835, Rosas sancionó la Ley de Aduanas, que protegía a las materias primas y productos locales, prohibiendo en algunos casos y gravando con altos aranceles en otros el ingreso de la mercadería importada que pudiera perjudicar a la producción nacional. La Ley favoreció a las provincias pero sobre todo a Buenos Aires que aumentó notablemente sus ingresos aduaneros. Todo producto argentino destinado al exterior debe pagar su tributo a Buenos Aires y todo producto extranjero destinado a cualquier parte del país deber pagar también a Buenos Aires. Mediante este procedimiento Buenos Aires puede estimular cierta actividad económica del interior y boicotear otra, determinando qué mercadería extranjera y de qué países de procedencia podrá consumir el interior. Quedaban en manos de Buenos Aires las llaves para favorecer o empobrecer a determinados grupos sociales de las provincias. En esta segunda gobernación Rosas: favoreció la venta o el otorgamiento de las tierras públicas que pasaron a manos de los grandes ganaderos. Otorgó opción de compra de tierras a los arrendatarios de contratos de enfiteusis facilitando así el acceso a la propiedad privada tanto al norte como al sur del río Salado. Rosas mantuvo durante gran parte de su mandato excelentes relaciones con los comerciantes británicos y su gobierno. Francia no había obtenido de Rosas un tratado comercial como el que Inglaterra había conseguido de Rivadavia. Los ciudadanos franceses no estaban exentos de hacer el servicio militar como los británicos. Rosas, además había encarcelado a varios franceses acusados de espionaje. Se produce un conflicto diplomático y las naves francesas que estaban estacionadas en el Río de la Plata, bloquearon el puerto de Buenos Aires a fines de marzo de 1838.
El bloqueo se mantuvo por dos años generando una obligada política proteccionista, más allá de la Ley de Aduana y produjo ciertas grietas en el bloque de poder. Los ganaderos del Sur de la provincia se rebelaron contra Rosas ante la caída de los precios de la carne y las dificultades provocadas por el cerco francés al puerto. Durante el bloqueo se reanudó la guerra civil. Lavalle, con el apoyo francés, invadió Entre Ríos y Santa Fe pero fracasó en su intento de tomar Buenos Aires por carecer de los apoyos necesarios y debió marchar hacia el Norte. En octubre de 1840, finalmente por tratado Mackau - Arana, Francia pone fin al bloqueo. El gobierno de Buenos Aires se comprometió a indemnizar a los ciudadanos franceses, les otorgó los mismos derechos que a los ingleses y decretó una amnistía. Concluido el conflicto con Francia, Rosas limitó la navegación de los ríos Paraná y Uruguay. Bloqueó el puerto de Montevideo y ayudó a Oribe a invadir el Uruguay y a sitiar la capital en 1843. Estas actitudes de Rosas afectaron los intereses de los comerciantes y financistas extranjeros. En 1845, el puerto de Buenos Aires fue bloqueado nuevamente, esta vez por una flota anglo-francesa. A pesar de la heroica resistencia de Lucio N. Mansilla y sus fuerzas, en la Vuelta de Obligado, una flota extranjera rompió las cadenas colocadas de costa a costa y se adentró en el Río Paraná. El bloqueo no sólo afectaba los intereses de los extranjeros, también perjudicaba a los estancieros del Litoral que no podían navegar libremente por el río Paraná y debían comerciar sus productos por el puerto de Buenos Aires, entre los afectados estaba Justo José de Urquiza, que gobernaba la provincia de Entre Ríos desde 1841 Los ingleses levantaron el bloqueo en 1847 mientras que los franceses lo hicieron un año después. La firme actitud de Rosas durante los bloqueos le valió la felicitación del General San Martín y un apartado especial en su testamento: "El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sur le será entregado al general Juan Manuel de Rosas, como prueba de la satisfacción que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla." Recién en 1850 quedaron normalizadas las relaciones con Inglaterra y Francia. Los bloqueos impusieron sacrificios a los sectores populares pero no tanto a los estancieros, financistas y grandes comerciantes. Estos grupos disponían de importantes reservas para sobrellevar los malos tiempos y de ventajas de todo tipo, entre ellas impositivas: "El dueño de una estancia de treinta mil cabezas de ganado que en el estado actual de nuestras fortunas figura entre los más ricos hacendados del país, podrá cancelar su cuenta corriente con el erario entregando el valor de cuatro novillos (...) La contribución anual de un propietario de primer orden iguala, pues, a la de un boticario, un fondero, o el empresario de un circo de gallos”
Por otra parte, durante este período se restringe el sacrificio de animales de manera que al finalizar los bloqueos, las estancias se encuentran con su ganado multiplicado y listo para ser exportado. Año tras año, argumentando razones de salud, Rosas presentaba su renuncia a la conducción de las relaciones exteriores de la confederación, en la seguridad de que no le sería aceptada. En 1851 el gobernador de Entre Ríos emitió un decreto, conocido como el pronunciamiento de Urquiza , en el cual aceptaba la renuncia de Rosas y reasumía para Entre Ríos la conducción de las relaciones exteriores. El conflicto era en esencia económico: Entre Ríos venía reclamando la libre navegación de los ríos, -necesaria para el florecimiento de su economía- lo que permitiría el intercambio de su producción con el exterior sin necesidad de pasar por Buenos Aires. Armado de alianzas internacionales, Urquiza decidió enfrentar al gobierno bonaerense. El emperador de Brasil, Pedro II proveería infantería, caballería, artillería y todo lo necesario, incluso la escuadra.
El ejército Grande de Urquiza, formado con los ejércitos de tres naciones, la Argentina, Brasil y Uruguay, era demasiado para las milicias de Rosas y su ejército de gauchos, peones y chacareros. Finalmente tras pocas horas de lucha todo terminó con la fuga de los rosistas, En la Batalla de Caseros resultaba triunfante el ejército Grande, con Urquiza a la cabeza. Rosas partió al exilio en Inglaterra a bordo de un buque de guerra británico, sus bienes fueron confiscados. El Salón Literario. La Generación del 37 En esos años el Romanticismo alcanzaba su apogeo en los ambientes cultos europeos y sus difusores entusiasmaban a la juventud con la exaltación de los sentimientos: el amor, el patriotismo, la libertad. Desde Europa llegaban libros, folletos, revistas, en su gran mayoría de origen francés, todos ellos con propuestas renovadoras en literatura, derecho, filosofía y política. Uno de los seguidores de esta corriente nueva fue un jóven argentino llama Esteban Echeverría, quien al volver de París se convirtió en el mentor de un grupo de jóvenes que tenían sus mismos gustos literarios y simpatizaban con las nuevas ideas, estos jóvenes pertenecientes a las mejores familias, con el tiempo tedrán relevancia política, podemos citar entre otros a Alberdi, Sarmiento, Cané, Tejedor. Aprovechando el ofrecimiento de un amigo librero uruguayo, llamado Marcos Sastre, en 1837 formaron en Salón Literario, reuniéndose periódicamente en su local para comentar las obras recién llegadas de Europa. Sus actividades fueron conocidas por el público mediante “La Moda” un folleto que salía periódicamente dedicado a comentar sobre música, artes, novedades de la sociedad porteña y novedades llegadas de Europa. Políticamente, la mayoría eran federales, pero no estaban de acuerdo con la política de Rosas por su personalismo, sus métodos, sus enfrentamientos con las potencias europeas. Al darse cuenta de que eran vigilados por la policía, decidieron constituirse en Sociedad Secreta, llamada Asociación de Mayo. Por ese entonces sus ideas políticas habían madurado, no eran ni unitarios ni federales, simplemente enemigos de la violencia y querían una organización del país liberal. Muchos asociados debieron abandonar el país y establecidos en Chile, Bolivia y Montevideo, fueron recibidos por unitarios allí exiliados; en algunos casos se aliaron con los extranjeros en contra de Rosas. Relaciones con Uruguay, Chile, Brasil: La República Oriental, luego se separarse de Argentina vivió un largo período de inestabilidad política y guerra civil. Su primer presidente fue Fructuoso Rivera, quien al terminar su mandato fue reemplazado por Oribe. Entre ellos estalló la lucha por el poder. Rosas apoyó a Oribe y Rivera fue apoyado por los exiliados antirrosistas. En torno a ellos surgieron dos partidos políticos antagónicos: Los Blancos, comandados por Oribe, simpatizaban por el federalismo y por Rosas; y los Colorados, dirigidos por Rivera, aliados a los exiliados antirrosistas. Esta guerra civil se prolongará durante muchos años. Con respecto a Chile, el conflicto se va a dar por la ocupación del Estrecho de Magallanes, que junto con Tierra del Fuego eran tierras pertenecientes a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Como era un lugar muy poco utilizado como ruta, Chile lo consideraba “tierra de nadie” y quiso adquirir derechos de primer ocupante. Cuando se supo en Buenos Aires que Chile se había establecido en el Estrecho, el gobierno protestó por la usurpación, dichas propuestas fueron rechazadas por Chile. El conflicto se extendió a 1881, durante la presidencia de Roca, nuestro país renunció a sus derechos, cediendo el Estrecho a Chile. Uno de los grandes problemas de Rosas fue detener el avance de Brasil hasta lograr el desmoronamiento del Imperio y el éxito de los movimientos separatistas en sus provincias del sur, Río Grande y Santa Catalina. Estas últimas recibieron apoyo de Rosas para poder llevar a cabo su independencia. Esto provocó que Brasil se alineara con los antirrosistas y se aliara más tarde con Urquiza para derrotar al rusismo en la Batalla de Caseros.
Por otro lado, al independizarse de España, Paraguay se separa del gobierno de Buenos Aires y cierra las fronteras a Buenos Aires. La actitud de Rosas fue la de no aceptar la independencia paraguaya. Con respecto al conflicto con la Confederación Peruano- Boliviana diremos que, el presidente de Bolivia soñaba con hacer de su patria el estado más poderoso de América. Por eso fue apoyado por Francia para invadir Perú, aprovechando la anarquía que reinaba en este país. Al concretarse la invasión se constituyó la Confederación Peruano – Boliviana. Luego, surgieron conflictos de límites con Chile, quien ayudado por Rosas le declara la guerra a la Confederación. Esta fue derrotada por el ejército chileno, la Confederación se disolvió y quedó concluido el conflicto. Francia, quedando sin aliada y con el objetivo de obtener territorio y libre comercio en América realiza el bloqueo a Buenos Aires. Francia le pide a Rosas, liberación de los presos políticos, que no haya franceses en el ejército argentino e igual trato que el que se le da a Inglaterra en cuestiones comerciales. El Bloqueo provoca como consecuencia, crisis económica y desarrollo de la industria interna. La crisis en la economía trae como consecuencia la sublevación de la provincia de Corrientes, quien busca la separación del territorio nacional, con la ayuda de Paraguay. En este contexto de crisis generalizada se cumple el mandato de Rosas. La Legislatura quiere renovarle el cargo y sus atribuciones. En estas circunstancias, Urquiza, gobernador de Entre Ríos, lleva adelante el Pronunciamiento, por el cual le pide la renuncia al gobernador de Buenos Aires. El distanciamiento entre Rosas y Urquiza tiene razones económicas, ya que el puerto solo beneficiaba a Buenos Aires y pretende la libre navegación de los ríos Paraguay y Uruguay; pero también tiene razones políticas como, la disconformidad de que Rosas mantenga la suma de poder público, detentando el poder absoluto y el manejo rosista de la política exterior de las provincias. A la vez la posición de Rosas de no dictar una Constitución que instituya una forma de gobierno definitiva para las Provincias Unidas del Río de la Plata. Rosas califica a Urquiza como traidor a la patria y este responde haciendo una alianza con Brasil y con los argentinos exiliados en Montevideo, para llevar a cabo una lucha contra Rosas y destituirlo. A la alianza entre Brasil, Uruguay, Corrientes y Entre Ríos se la llama Ejército Grande. Estos se encuentran con las milicias de Rosas en Caseros, quien es derrotado, renuncia a su cargo y se exilia en Inglaterra. Mientras, en Buenos Aires es designado López y Planes como gobernador provisorio y se le encomienda a Urquiza el manejo de las relaciones exteriores. A pesar de la victoria sobre Rosas, la posición de Urquiza era delicada porque se había enemistado con los federales y con los unitarios. Los primeros lo consideraron traidor a la causa federal; los unitarios suponían que Urquiza les entregaría el poder de Buenos Aires, como no lo hizo lo consideraron enemigo. Pero la cuestión más complicada para Urquiza fue la de organizar el país. Como primera medida intentó reconciliarse con los caudillos, invitándolos a olvidar lo pasado y a colaborar entre todos en la organización del país, sobre las bases federales. Instalado en su residencia de Palermo, se firma un protocolo entre las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Corrientes, en el que se establece que Urquiza se dedicará al manejo de las relaciones exteriores y se invita a las demás provincias a reunirse en San Nicolás para la organización nacional. El Acuerdo de San Nicolás fue firmado en mayo de 1832. Se establecía en el la vigencia del Pacto Federal, se convoca a un congreso Constituyente en la provincia de Santa Fe, al que cada provincia debía enviar 2 diputados, se expresaba la libre navegación de los ríos y la libertad económica; también se lo declaraba a Urquiza Director provisorio de la Confederación. Las cláusulas económicas y la igualdad de la representación, llevó a los porteños a rechazar el acuerdo y a que el gobernador López y Planes presente su renuncia. Urquiza disolvió la legislatura y se hizo cargo del poder y partió a Santa Fe a participar del congreso Constituyente, dejando a López como gobernador.
En su ausencia, en Buenos Aires estalló la Revolución del 11 de septiembre, que restauró las antiguas autoridades, declaró nulos los acuerdos de San Nicolás y declaró a Buenos Aires como provincia autónoma. Valentín Alsina fue elegido gobernador. El congreso de Santa Fe: El congreso constituyente se reunió el 20 de noviembre de 1852 y estaba integrado por dos representantes de cada una de las provincias, menos Buenos Aires. La Constitución de la Nación Argentina adoptó la forma de gobierno representativa, republicana y federal. Estuvo inspirada en el pensamiento francés y rescató de la Constitución de Estados Unidos el régimen presidencialista. También, el libro de Juan Bautista Alberdi, Bases y Puntos de partida para la organización política de la República Argentina fue de permanente consulta de los constituyentes, el texto de Alberdi proponía un ejecutivo fuerte, fomentar la inmigración Europea (gobernar es poblar) y alentar la inversión extranjera. El 1º de Mayo de 1853 fue firmada la Constitución y fue jurada el 9 de julio por todas las provincias, excepto la de Buenos Aires. Sancionada la Constitución, el país quedó dividido, ya que la misma no fue aceptada por Buenos Aires, que se separó del resto de la Confederación. En 1854 se dio este último su propia Constitución. Por su parte, la Confederación estableció su capital en Paraná y eligió presidente a Urquiza. Quien dictó la Ley de Derechos diferenciales, estableciendo un puerto en Rosario para la entrada y salida de mercaderías. Las mercaderías que llegaban directamente a la Confederación pagaban impuestos más bajos que las que pasaban por el puerto de porteño. Buenos Aires respondió a esta medida prohibiendo el pasaje por su puerto a los productos de la Confederación De esta manera se entabló una guerra económica entre ambos estados. La última, mantenía su antigua organización administrativa y la crecida recaudación de su aduana. La Confederación, en cambio sufría las consecuencias de la falta de recursos. Para solucionar la situación el gobierno hizo tratados comerciales con Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Brasil, estableciendo privilegios para la importación y exportación. El desarrollo de la producción de lana fue muy estimulado y se favorecieron la inmigración y la colonización. En 1853 comenzaron a fundarse colonias agrícolas atrayendo a familias europeas. Pero los resultados eran lentos y no solucionaban los problemas financieros de la Confederación. Un conflicto político en San Juan provocó que los dos estados movilizaran sus tropas. Buenos Aires declaró la guerra y le encargó a Mitre el mando del ejército. Los dos ejércitos se encontraron en octubre de 1859 en Cepeda, donde Mitre fue derrotado. Pocos días después, se firmó el Pacto de San José de Flores, que establecía la unión entre Buenos Aires y la Confederación; Buenos Aires aceptaba la Constitución del 53. Mientras tanto, la aduana porteña quedaba dentro de la jurisdicción nacional. Inesperadamente, un nuevo conflicto en San Juan hizo que Buenos Aires declarara nulo el pacto de San José de Flores y la Confederación respondió interviniendo la provincia de Buenos Aires. Esta vez, los ejércitos de Mitre y de Urquiza se enfrentaron en Pavón en 1861, resultando derrotada la Confederación. Mitre asumió provisoriamente el gobierno de la Confederación, fijó la capital de la república en Buenos Aires. En octubre de 1862 Mitre fue elegido presidente de la Nación. La unidad nacional quedaba consumada. Período de 1862 – 1880: Las presidencias Fundadoras del Estado Nacional Argentino. Entre 1862 y 1880 transcurre el período clave de nuestra historia. Tres personalidades se sucedieron en la presidencia: Mitre (1862- 1868), Sarmiento (1868- 1874) y Avellaneda (1874- 1880). Tuvieron objetivos comunes, por eso triunfó la política nacional que proyectaron. Se dedicaron a afianzar el orden institucional de la República unificada y desencadenaron un cambio profundo en la estructura social y económica de la nación. Su programa se caracterizaba por organizar un modelo de Estado Nacional fuerte, reconocido como autoridad suprema y legítima, por lo cual debía: Imponer su autoridad a los gobiernos provinciales, terminando con los caudillos federales. •
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Extender su autoridad a todo el territorio, terminando con las fronteras interiores que dividían a las zonas dominadas por indios y blancos Establecer el ámbito de su funcionamiento fijando la capital de la República Garantizar el orden jurídico mediante la vigencia de las instituciones constitucionales y la sanción de normas jurídicas básicas para toda la nación Civilizar siguiendo el modelo europeo (francés e inglés) o norteamericano, en el caso de Sarmiento. Fomentar la inmigración para poblar el desierto, acelerar el proceso civilizador y el desarrollo económico Educar a las masas para que pudiesen acceder al ejercicio de sus derechos; mientras tanto el poder debía ser ejercido por los grupos capacitados, la elite dirigente. Desarrollar la economía atrayendo capitales extranjeros Dar prioridad a las actividades agroganaderas destinadas a la exportación Promover obras públicas que asegurasen la unión y la rapidez de las comunicaciones: ferrocarriles, caminos, puentes, puertos.
- Con respecto al problema de la capital de la República, la Legislatura rechazó la propuesta de Mitre de Federalizar Buenos Aires, pero aceptó la ley de Compromiso, por la cual las autoridades nacionales podían residir en Buenos Aires durante 5 años. La cuestión en torno a la Federalización de Buenos Aires provocó la división de las ideas políticas argentinas entre Nacionalistas y Autonomistas. Los primeros, encabezados por Mitre tenía como proyecto la formación de la Nación argentina. Los autonomistas, al mando de Alsina querían que Buenos Aires conserve la hegemonía como controladora de las provincias. - Organización de la Justicia, se estableció la primera Corte Suprema de Justicia y tribunales Federales. Se realizaron los Códigos civil y penal. Labor Educativa: Se creó el Colegio Nacional Buenos Aires. - Sometimiento del Interior, se intervino en las provincias federales que se oponían a la hegemonía porteña y al proyecto de civilización que tenían los liberales. Para los hombres del interior, el acuerdo entre Urquiza y los porteños fue una alianza entre las regiones privilegiadas del país y poseedora de la llave de las comunicaciones. Contra esa alianza el caudillo riojano, Ángel Peñalosa, el Chacho, encabezó la última insurrección, pero las fuerzas nacionales lo derrotaron. Igual suerte tuvieron los federales de Entre Ríos encabezados por López Jordán cuando se sublevaron contra Urquiza y lo asesinaron en 1870. Para la centralización del poder político el uso de la violencia fue determinante. El gobierno nacional se fue imponiendo a través de la violencia organizada por sobre los poderes de las provincias, centralizando funciones como la recaudación impositiva, la emisión de moneda, la educación y la represión. -Se reorganizó el Ejército, federalizando a la Guardia Nacional, formada por ciudadanos voluntarios que recibían instrucción militar permanente. Sarmiento creó el Colegio Militar y modernizó el armamento. Su objetivo era la formación de un ejército profesional subordinado a la autoridad presidencial. También formó la escuadra nacional y la Escuela Naval Militar, con el objetivo de formar personal capacitado para afirmar la soberanía en el mar y costas patagónicas. -Obra migratoria: Llegaron casi medio millón de europeos, con ellos Argentina fue cambiando su fisonomía; los europeos impusieron su forma de vida y su régimen de trabajo, introduciendo una actividad desconocida por el Gaucho y el criollo: el desarrollo intensivo de la Agricultura. -Se tendieron las primeras líneas Férreas nacionales, con el objetivo de unir los puntos vitales del país: Buenos Aires, Rosario y Córdoba. El gobierno le encargó la obra a agentes capitalistas británicos, quienes aparte de condiciones favorables, obtuvieron una legua de tierra a ambos lados de la línea. Ese primer ferrocarril, hoy llamado Mitre, llegó a Córdoba, Tucumán, Salta, Jujuy, convirtiéndose en la espina dorsal del interior del país al servicio del puerto de Buenos Aires.
- Una vasta región del país estaba al margen de la autoridad del Estado y bajo el poder de los caciques indígenas. En 1870; Adolfo Alsina, ministro de Guerra de Avellaneda, intentó contener a los malones ordenando cavar una inmensa zanja que se extendía desde Bahía Blanca hasta el sur de la provincia de Córdoba. Pero fue inútil. Sólo la utilización del moderno fusil permitió al General Roca, sucesor de Alsina en el Ministerio, preparar una ofensiva definitiva. En 1879 encabezó una expedición al desierto y alejó a los indígenas más allá de Río Negro persiguiéndolos dentro de la Patagonia para aniquilar su poder ofensivo. La soberanía nacional se extendió sobre el territorio y pudieron habilitarse dos mil leguas para la producción ganadera, con lo que se dio satisfacción a los productores de ovejas que reclamaban nuevos suelos. Relaciones Exteriores: -Uruguay: Cuando en Argentina ocurrió la Batalla de Pavón, los Colorados quisieron apoderarse de nuevo del poder contando con el apoyo del gobierno argentino. Luego le pidieron ayuda a Brasil. Los brasileños hicieron un acuerdo con los argentinos para aceptar la acción de Brasil en Uruguay, quienes invadieron. El presidente de Paraguay acudió en ayuda del pueblo oriental y le declaró la guerra a Brasil, luego se apoderó de la ciudad brasileña de Matto Grosso. Pero Brasil entró en Montevideo y puso en el gobierno al partido Colorado. - Paraguay: este país era una potencia que a raíz de la política nacionalista aplicada por sus gobernantes había logrado una estabilidad social y una prosperidad económica que no tenía ningún otro país en Sudamérica. Los problemas empezaron cuando ayudó a los uruguayos invadidos por Brasil, y le declaró la guerra a los brasileños. Paraguay le pidió permiso al gobierno argentino para pasar por Misiones, nuestro gobierno negó el permiso, por lo que Paraguay le declaró la Guerra a Argentina, y se apoderó de Corrientes. Por esta razón Argentina, Brasil y Uruguay firmaron el Acuerdo de La Triple Alianza y combatieron contra el presidente paraguayo Solano López desde1865 hasta 1870 y lo derrotaron en una contienda que en Argentina fue muy impopular. La guerra significó el aplastamiento definitivo de Paraguay. Los vencedores, luego de la victoria no lograron ponerse de acuerdo en el reparto de los despojos. Brasil se apoderó de la tercera parte del territorio paraguayo y nuestro país renunció a sus exigencias. La guerra contra el Paraguay solo sirvió para que Brasil consolidara sus dominios sobre las selvas amazónicas. La guerra contra Paraguay respondió más a los intereses británicos de acabar con un modelo autónomo de desarrollo, que podía ser un mal ejemplo para los demás países sudamericanos. - conflicto de límites con Chile: este país inició en 1871 la ocupación de Santa Cruz. El conflicto llegó a su fin gracias al arbitraje de la Reina Victoria de Inglaterra. En 1871 durante la presidencia de Sarmiento, el país debió soportar una epidemia de fiebre amarilla que se desató en Buenos Aires, en los campamentos de prisioneros en el Paraguay. La peste provocó más de 20000 víctimas en pocas semanas y obligó a paralizar la función pública y a ordenar la evacuación de Buenos Aires. Pasado el estrago se debió vigilar el estado sanitario de la población, sobre todo en los populosos barrios del centro, en los que se habían multiplicado las casa de inquilinato, ocupadas por inmigrantes y carentes de toda norma de higiene. Luego de la Guerra de la Triple Alianza Argentina cayó en una gran crisis económica que obligó al presidente Avellaneda a ahorrar incluso “sobre el hambre y sed de los Argentinos”, inició una política de austeridad severa: rebaja de salarios, cesantías masivas de empleados públicos, atrasos en el pago de la administración, se suspendieron todas las obras públicas y solo se respetaron los gastos de defensa contra los indios- la zanja de Alsina- la construcción del Ferrocarril a Tucumán y los compromisos de la deuda externa. También se inició el proteccionismo de la naciente industria. Se abrieron talleres y fábricas de artículos que hasta el momento solo se recibían desde el exterior y se aumentaron los impuestos aduaneros para los productos extranjeros.
Economía: en los países industrializados que desarrollaban una gran industria textil preferían importar lana y cereales para alimentar a las grandes ciudades que se formaron en torno al desarrollo industrial. De esta manera, comenzamos a convertirnos en un país productor de materias primas, dentro de la división internacional del trabajo. Los ganaderos más progresistas habían comenzado a cruzar sus vacunos y sus lanares con reproductores de raza importados de Europa y a cercar sus campos para asegurar la cría y la selección. Ahora, unificada la nación, la economía del país adoptó la orientación agro- ganadera exportadora. Para dar este paso fue necesaria la apertura del país a la inmigración, a los que se les ofrecía facilidades para su incorporación al país, pero sin garantizarles la posesión de la tierra, así lo estableció la Ley de colonización de 1876. La consecuencia fue que los inmigrantes que aceptaron venir se reclutaron en regiones de bajo nivel de vida, especialmente españoles e italianos, y de poco nivel técnico. Los inmigrantes tenían pocas posibilidades de transformarse en propietarios y se ofrecían como mano de obra, en algunos casos yendo y viniendo a su país de origen. La corriente migratoria se fijó preferentemente en la zona litoral y en las grandes ciudades. Así comenzó a acentuarse la diferenciación entre el interior del país y la zona litoral. El fenómeno de la inmigración tuvo por finalidad aumentar la población, combatir el desierto y dotar al país de los recursos humanos capacitados para encarar la transformación económica. Los gobernantes preferían a los inmigrantes anglosajones, considerados los de mejores condiciones para el trabajo y la libre empresa. Sin embargo vinieron italianos y españoles. El estado no transformaron a los inmigrantes en poseedores de la tierra, solo se propuso un vasto programa de educación popular. La obsesión de Sarmiento fue alfabetizar a las clases populares, hacer de la escuela pública un crisol donde se fundieran los diversos ingredientes de la población del país. Para alcanzar ese objetivo fundó muchas escuelas nacionales y propició una ley para dar subvenciones a las provincias para que crearan las suyas. Hubo un crecimiento acelerado de la riqueza, pero esta se concentró en pocas manos. Los estancieros que tan fácilmente habían logrado grandes extensiones de tierra se volcaron a la producción intensiva de la lana que requería el mercado europeo. La política librecambista predominaba en perjuicio de las actividades manufactureras. La construcción de los ferrocarriles creó una importante fuente de trabajo para los inmigrantes y desencadenó un cambio radical en la economía del país. Eran empresas de capital inglés preferentemente y realizaron un gran negocio, porque recibieron muchas extensiones de campo a los costados de sus vías que agregaron a la explotación ferroviaria el negocio de tierras. Buenos Aires fue la principal beneficiaria de la nueva política económica. La ciudad se europeizó en sus gustos y en sus modas. El teatro Colón constituía el centro de la actividad social de una minoría rica que comenzaba a viajar frecuentemente a París. La Generación del 80 en Argentina: Entre 1880 y 1930: sorprendente expansión económica en la República Argentina, que se fue consolidando y que en 1880, con la federalización de la ciudad de Buenos Aires y la pacificación definitiva del país, se proyectó hacia el mundo, incorporándose al mercado internacional como gran proveedor de carnes, lanas, cueros y cereales. Pacificar el país, paz y administración, poblar el desierto, integración y progreso, civilización o barbarie, fueron algunas de las consignas que se popularizaron por aquellos tiempos, mientras al puerto de Buenos Aires arribaban barcos cargados con miles de inmigrantes, cumpliéndose de esta manera el proyecto de Alberdi y Sarmiento, quienes habían propiciado la inmigración europea, como forma de ocupar el territorio desierto y darle una dinámica social diferente al de las montoneras antes de Caseros. Paz significaba imponer definitivamente el régimen de respeto a la Constitución y a las leyes.
Administración significaba la promoción del desarrollo económico y la organización del estado para servir a la convivencia de la comunidad, especialmente a los grupos dominantes. La elite conservadora, que gobernó el país hasta 1916, tuvo una impronta liberal en su acción gubernativa. El general Roca llegó a la presidencia de la República con el prestigio de haber conquistado el desierto, por lo cual se incorporaron millones de hectáreas fértiles para las tareas de labranza, que fueron arrebatadas, por la fuerza, a las tribus indígenas que sucumbieron ante el avance del ejército argentino. El presidente supo que era indispensable modernizar al país. Para ello sancionó leyes siguiendo modelos europeos. Entre las principales acciones de gobierno ejecutadas durante la gestión presidencial de Roca están: La separación de la iglesia del Estado Sanción de la Ley de Educación Superior Firmó convenios de límites con Chile para demarcar fronteras Posibilitó las inversiones extranjeras adecuando la legislación vigente Consolidó el ejército Nacional A pesar del crecimiento económico, el carácter oligárquico en que cayó el modelo conservador liberal fue denunciado por la Unión Cívica Radical, surgida como partido político en 1891, luego del fracaso de la revolución 1890, que produjo la renuncia de Juárez Celman a la presidencia de la República. Pero en el terreno electoral, los vicios y las corruptelas más variadas obstruyeron la representatividad. Hubo compra de votos. Toda la historia electoral, desde Caseros hasta la Ley Sáenz Peña, es el relato de una prolongada falsificación. En 1912 fue sancionada la Ley de Sufragio universal y obligatorio. 1880-1916: República Conservadora: Política: Leyes Laicas Economía: inversiones extranjeras para el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Incorporación de tecnología (frigoríficos, ferrocarriles, puertos, urbanización). Estas condiciones fomentaron la inmigración. Sociedad: Cambios culturales por la inmigración. Generación del 80: En política: eran conservadores. El poder estaba en manos de la elite (Fraude electoral). Ideología: progreso ilimitado basado en la ciencia, la razón y la tecnología. Orden social y administración eficiente. Lema: Paz y Administración. Vínculos económicos con Europa: Comercio libre con Gran Bretaña. 1º Presidencia de Roca: 1880- 1886 Llega a la presidencia a través del PAN (partido único de militares y terratenientes). Se sancionaron leyes para la consolidación del Estado Nacional: unificación monetaria, organización del territorio nacional, Educación común, Registro Civil. Se fomentó la inmigración, expansión de los ferrocarriles, fomento de la actividad agrícola y ganadera, reforzó su poder con un ejército adicto, centralizó el poder del estado nacional, fraude electoral y represión. 1886- 1890: Presidencia de Juárez Celman (concuñado de Roca). Removió a gobernadores adictos a Roca Fue presidente y jefe del PAN (líder único, denominado Unicato) 1890: crisis económica por especulación desenfrenada y constante emisión de billetes (inflación) Surgimiento de la UCR, luego de la Revolución del Parque. El presidente Renuncia. UCR: grupo de jóvenes universitarios y profesionales liderados por Leandro N Alem. Querían: Sufragio sin fraude ni violencia, autonomía de las provincias, participación política. 1890-1892: Presidencia de Carlos Pellegrini. Amnistía para revolucionarios presos Elecciones libres de senadores en Buenos Aires Para solucionar la Crisis económica se suspenden obras públicas
1912: Ley Sáenz Peña de Sufragio Universal, secreto y obligatorio. Argentina en el mercado mundial y auge cerealero 1880 -1916: El sector agrícola en etapa de rápido crecimiento = auge agroexportador Compradores: Gran Bretaña, Alemania, Holanda, Bélgica. Frigoríficos = ayuda a la expansión Argentina en el mercado mundial Red ferroviaria y puertos = se extienden según las necesidades del modelo agroexportador. El aumento de la red ferroviaria provocó el surgimiento de muchos pueblos y ciudades. Avance de la agricultura y la ganadería vacuna en Buenos Aires = construcción de buques frigoríficos, se refinó el ganado, campos de invernada, cultivo de forrajes. La inmigración: 1880- 1914. Los miembros de la generación del 80 preferían inmigrantes de Europa del Norte (civilización) Corriente masiva de inmigrantes europeos para poblar el territorio. Causas: adelantos en la navegación, política de atracción de inmigrantes, políticos de los países expulsores, guerras, crisis económica, hambre, persecución política y religiosa, discriminación. La mayoría de los inmigrantes eran de origen Español e Italiano, hombres de entre 13 a 60 años, tenían poca especialización y dedicados al trabajo del campo. Se concentraron en la Región Pampeana. Modelo Agroexportador: Cambios en el campo: La estancia era la unidad económica, ahora surge la estancia Mixta (donde se combina la agricultura y la ganadería) a la que se le da un manejo empresarial. Muchas tierras fueron pobladas e incorporadas a la producción en forma de colonias agrícolas. Estas tierras fueron concentradas en manos de grandes propietarios o terratenientes, quienes formaron la Sociedad Rural con el objetivo de defender sus intereses. En las zonas más productivas se utilizan diferentes sistemas de alquiler de las tierras: La aparcería: usada para criar ovinos y para la agricultura. Era un contrato por el cual el productor compartía un porcentaje de las ganancias con el dueño de la tierra en que trabaja. Arrendamiento: los chacareros (clase media rural) explotaban parcelas por períodos cortos (2 o 3 años). Cuando termina el contrato debían irse a otras tierras. Si tenían buenas cosechas pagaban el alquiler y se quedaban con una ganancia. Si tenían malas cosechas se endeudaban y trabajaban como peones para pagar la deuda. El estanciero arrendador era como un empresario. Trabajadores rurales: Peones: trabajo permanente Braceros: trabajo temporal, durante la cosecha. Peones golondrinas: venían de Europa para trabajar temporalmente en la cosecha. Los ganaderos se dividen en: Criadores: vendían su producción a invernadores Invernadores: eran poderosos y estaban relacionados con los frigoríficos Cabañeros: importaban y reproducían animales de raza para mejorar el stock de vacunos. Terrateniente ausentista: dejaba sus estancias en manos de administradores y vivían en la ciudad. Transformaciones en las ciudades: Concentración urbana en las Buenos Aires y la Capital Federal por inmigrantes europeos e internos, quienes introducen cambios en los modos de vida y las costumbres. Esta concentración provoca el crecimiento de las ciudades, embellecimiento y modernización. Paralelamente, surgen los barrios periféricos y se producen mejoras en el transporte público (ferrocarriles, tranvía, ómnibus a caballo y posteriormente, taxis y autos) Al mismo tiempo, había espacios vacíos del territorio, como en el norte y la Patagonia. La sociedad en las ciudades:
Elite terrateniente: familias terratenientes que exportaban productos ganaderos. Estaban unidos por vínculos económicos, sociales y políticos. Clase media: eran en mayoría inmigrantes o descendientes de ellos. También había criollos. Se dedicaban al comercio, eran dueños de talleres, pequeños propietarios, empleados públicos, profesionales. Clase obrera: trabajaban en fábricas por un salario muy bajo. Había mucha mano de obra femenina e infantil. Vivían en situación de explotación (salarios bajos, no tenían leyes laborales que los protejan), para solucionar su situación se organizan dando origen al Movimiento Obrero, a través de la creación de asociaciones anarquistas y socialistas. Opositores al régimen Conservador: UCR: partido radical. Partido socialista Partido demócrata progresista Anarquistas Sindicalistas. UCR: integrantes de la clase media. Criticaban la concentración de poder, el fraude electoral, la desaparición de las autonomías provinciales. El partido socialista: integrado por mayoría extranjera, era un partido reformista que ejercía su acción a través del parlamento. Pedían: reivindicaciones o mejoras sociales y económicas para los obreros y la reforma del sistema político (democracia). Utilizaban la huelga como método de protesta. Estaban en contra de la violencia. Para ellos era de suma importancia el sufragio universal para poder llegar al poder. Anarquistas: también estaba formado primordialmente por inmigrantes. Su objetivo era la destrucción del estado, no querían participar en elecciones ni en el parlamento. Su acción se basaba en la huelga general, la movilización de obreros y el uso de la violencia. Sindicalismo: pensaban que los obreros se tenían que organizar en sindicatos para luchar por mejorar sus condiciones laborales, su método de lucha también era la huelga. Respuesta del estado ante la movilización obrera: Represión, leyes contra inmigrantes que alteraran el orden público (ley de Residencia y Ley de Defensa Social, la segunda especialmente contra los anarquistas). También se dictaron algunas leyes de mejora laboral, como la jornada dominical y la regulación del trabajo de mujeres y chicos. 1916- 1930: Etapa Radical.
Las guerras por la independencia:
En todos los casos fueron los sectores urbanos los que se movilizaron desde un principio y llevaron a cabo las luchas por la independencia. Las elites rurales se sumaron en forma tardía y esporádica, y en algunos casos adhirieron a la causa española. El primer estallido exitoso fue la Revolución de Mayo de 1810 en el Río de la Plata, que logrará la independencia definitiva en 1816. A medida que fueron expulsados los españoles, Gran Bretaña tuvo una mayor participación e injerencia comercial, con todos los nuevos países que se habían formado, comprando sus materias primas y vendiendo productos industrializados, desde textiles hasta máquinas y herramientas. Inmediatamente después de la guerra contra España, se inició una lucha interna y fratricida entre proteccionistas y librecambistas. En el Río de la Plata se denominaron y se constituyeron como Federales y Unitarios, y el resto de Sudamérica, como conservadores y liberales. El viejo orden colonial subsistió y el paradigma libertario, basado en el sistema republicano y democrático, proveniente de Francia y Estados Unidos, tardó en plasmarse. Las luchas entre unitarios y federales, en las provincias Unidas del Río de la Plata se profundizaron luego del fusilamiento del Coronel Manuel Dorrego, en 1828. En estos tiempos en las nuevas burguesías urbanas se había forjado un pensamiento republicano y democrático; en el interior los viejos patriciados rurales descreían del constitucionalismo liberal. En aquellos años de guerra civil en todo el continente americano el criollaje rural se había aglutinado en torno a un caudillo, generalmente un hacendado, quien les proporcionaba el sustento y seguridad. Estos tenían un sentimiento localista y provinciano. No había ley ni justicia, las disputas se resolvían con la espada y/o el fusilamiento, fue un largo período de anarquía. Entre 1820 y 1850 se agudizaron estos conflictos y las guerras civiles. El caudillismo fragmentó los territorios, y el desequilibrio económico y el desorden social y político se fueron incrementando. La anarquía se propagó por todos lados, a pesar de ello Inglaterra acrecentó su relación comercial con cada uno de los países que fueron surgiendo, luego de la ruptura del orden colonial, convirtiéndose en el principal comprador de la producción de materias primas de Iberoamérica; como así también en el primer abastecedor de manufacturas. El conservadurismo se consideró siempre indispensable en la política y el gobierno, sin ellos en el poder, se caía en la anarquía. Por eso, en toda América Latina durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, este preconcepto estuvo arraigado, por el cual el orden prevaleció a la libertad. En Argentina, el argumento que sustentó a Juan Manuel de Rosas, por más de veinte años en el poder, fue que el Restaurador era el único garante de un orden conservador, que avalaba un determinado clima social y de negocios, que sin su omnipresencia, el país descarrilaba hacia la anarquía y la desintegración. Por otro lado, los jóvenes de la Generación del 37 acusaron al gobierno de Rosas, de tiránico y de ser el obstáculo que retardara el progreso. En Europa se inició hacia 1848 un período de Revoluciones, que originándose en Francia se extendió por casi toda Europa. Siendo una acción conjunta entre la burguesía liberal y el proletariado urbano. En Febrero de 1848 estalló una Revolución en Francia como consecuencia de la desigual distribución de la riqueza, las miserables condiciones de trabajo y la ausencia de derechos políticos. La violenta asonada provocó la renuncia del Rey de Francia, Luis Felipe de Orleans, proclamándose la República y dictándose una Constitución. Estallaron casi simultáneamente conflictos sociales y políticos de envergadura en Viena, Roma, Praga y Berlín. El disconformismo de gran parte de la sociedad europea, debido a la escasez de alimentos y a humillantes condiciones laborales, que afectaban a sectores obreros urbanos, fueron detonantes para que las multitudes salieran a la calle, en forma violenta exigiendo cambios inmediatos al sistema laboral vigente hasta el momento y poniendo en duda al capitalismo monárquico absolutista. Pero el estallido fue sofocado y en pocos meses la primavera de los pueblos, como se denominó al proceso revolucionario europeo de 1848, concluyó, siendo restaurado el orden político y social.
El primer presidente en jurar por la Constitución Argentina fue Justo José de Urquiza, que gobernó el país entre 1854 y 1860. lo sucedió Santiago Derqui, quien luego de la Batalla de Pavón en 1861, se retiró del gobierno. El general Bartolomé Mitre aprovechó las circunstancias y en 1862 accedió a la presidencia de la República Argentina, sumando a Buenos Aires al resto de la Confederación. El largo período de enfrentamientos civiles post independentistas fue permeable al advenimiento de un Estado centralizado y fuerte, conducidos por líderes autocráticos que pospusieron los procesos institucionales y políticos al previo reacomodamiento económico, como sucedió con Roca en Argentina. El orden buscado presuponía un disciplinamiento social y político muy rígido, para poder adecuar las circunstancias a proyecto de Nación que se intentaba construir. El advenimiento de un período constitucional con democracias formales o restringidas, abrió paso a un proceso de pacificación y reordenamiento jurídico- político, que dio un importante impulso a buena parte de Latinoamérica ya que, fue necesario terminar con décadas de anarquía y guerra civil. Luego de la independencia de Estados Unidos en 1776 Gran Bretaña reforzó su presencia en las islas del Caribe y elaboró un proyecto estratégico de penetración comercial y/o militar en Sudamérica. Las revoluciones hispanoamericanas abrieron el continente al comercio británico. En 1822, Estados Unidos aceptó formalmente la independencia de las colonias españolas de América. El presidente Monroe estableció relaciones diplomáticas con las provincias unidas del Río de la Plata, Chile, Perú, Colombia y México. Luego de la crisis de 1930, ante el deterioro del modelo implantado por el Reino Unido, fue Estados Unidos quién subió al primer plano internacional, ocupando el lugar que antes tenía su madre patria. Hacia 1860 Latinoamérica intensificó su integración en el mercado mundial, en el mismo momento de la gran expansión del capitalismo, como producto del desarrollo industrial, ya no solo de Inglaterra, sino también de los países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia, que habían logrado una tardía Revolución Industrial. América Latina se incorporó al mercado mundial en desventaja y con dificultades, pero algunos países pudieron resolverlas, ofreciendo una producción de excelente calidad y a un precio razonable y competitivo. Son los casos de la banana, el café, el cacao y el azúcar, en el norte de Sudamérica y el Caribe. El guano, muy requerido como fertilizante en Europa, en Perú; la lana, los cueros y posteriormente, los cereales y las carnes en Argentina y Uruguay, y las frutas en Chile. En la medida que la región fue incorporando capitales que se invirtieron en infraestructura, para posibilitar el traslado de los productos hacia los puertos, la economía creció e incorporó mayor cantidad de mano de obra. El Porfiriato y la Revolución Mexicana: Un intento revolucionario llevó a Porfirio Díaz a la presidencia del país, quien gobernó tiránicamente, entre 1876 y 1911, dando origen al período del “Porfiriato”. Díaz fomentó la industria e intentó insertar a México en el mercado mundial, pero desde el punto de vista político, ejerció el poder en forma dictatorial, favoreciendo a los grandes propietarios de tierra que lo apoyaban y eliminando a sus adversarios. “Paz y polo” fue su frase favorita. Hacia 1910, comenzó a erosionarse su poder y un año más tarde fue depuesto por Francisco Madero, quien había escapado de la prisión, exiliándose en Texas, desde donde lanzó su proclama revolucionaria, instando al derrocamiento del gobierno de Díaz. Redactó el Plan de San Luis de Potosí, en el que propuso terminar con las reelecciones, y el retorno de las tierras a los campesinos de las que habían sido despojados. Luego de la Revolución y ante el exilio de Porfirio Díaz en Francia, asumió como presidente de México. El país se encaminó hacia un nuevo conflicto interno a causa de las insurrecciones de Orozco, Zapata y Pancho Villa. En 1913 fue asesinado Madero y la presidencia recayó en Victoriano Huerta, quien gobernó en un clima anárquico y de insurrecciones.
Fue sucedido por el jefe de la revolución constitucionalista, Venustiano Carranza, quien logró sofocar las insurrecciones agrarias de Zapata y Villa. En 1917, sancionó una Constitución progresista, en la cual se reducía la influencia de la Iglesia y se reconocía derechos a los trabajadores. Causas de la Revolución Mexicana: Los estados del Norte tuvieron que soportar un gran aumento de impuestos para financiar el aparato burocrático del estado. La concentración y el centralismo irritaron a los norteños, quienes adhirieron a la revolución desde un primer momento. Por otro lado, en el estado azucarero de Morelos la rebelión campesina liderada por Emiliano Zapata, exigía la devolución de tierras y la autonomía. En el norte del país, Pancho Villa, encabezaba un ejército de campesinos, que estaban en contra del centralismo de Díaz. Después de la caída del Porfiriato, la vieja elite terrateniente fue desplazada. Surgieron nuevas alianzas sociales entre militares, profesionales, empresarios y comerciantes, provenientes del norte. La Revolución mexicana puede dividirse en tres etapas: 1º- entre 1910 y 1920, se demuele el antiguo régimen del Porfiriato y se realiza la Constitución del 1917. 2º- , entre 1921 y 1940, donde se realizan las reformas más importantes, como el reparto de tierras agrícolas, la Creación del Banco de México, las esuelas agrícolas regionales y los créditos sociales para campesinos pobres. 3º- entre 1941 y 1970, fue un período de avance económico y estabilidad política, donde se consolida el sistema, se desarrolla la industria y el turismo, modificando la estructura social de México cuya economía creció, aunque la distribución de la riqueza fue inequitativa y restringida. A principios del siglo XX se podían distinguir siete modelos productivos exitosos en América Latina. 1. el Café de Brasil 2. la Expansión del cereal, la lana y la carne en la pampa húmeda de Argentina y Uruguay. 3. la explotación del azúcar, en Puerto Rico, Cuba y Perú. 4. la producción de Banana en Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua; Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador. 5. en Caucho en la Zona Amazónica de Brasil, Perú, Colombia y Ecuador. 6. El cobre en Perú y Chile. La Plata en Bolivia y México. El guano y el Salitre en Chile y Perú. 7. El petróleo de México, la cuenca de Maracaibo en Venezuela, Colombia y Perú. En 1930 se desarrollaron en América Latina grandes modificaciones en su estructura social. El crecimiento económico se había frenado abruptamente. En la Conferencia de Ottawa de 1932, se estableció que los miembros de la Commonwealth (asociación de antiguas posesiones del imperio británico, que como estados independientes y en forma voluntaria, establecieron entre sí una solidaridad económica) tendrían preferencias en todas las exportaciones británicas. Argentina y Uruguay fueron muy perjudicados ya que sus exportaciones de carne se redujeron a un tercio. El repliegue de Gran Bretaña posibilitó la expansión de Estados Unidos, que rápidamente quiso impulsar una política hacia todo el continente, tendría una consigna “América para los americanos”, a lo que Argentina contestó “América para la humanidad”. La incursión comercial y algunas veces militar de Estados Unidos en América Latina fue rápida y desprolija, tratando de facilitar el acceso al gobierno de grupos sociales, que ávidos de poder y riqueza les eran funcionales y así se fueron produciendo modificaciones políticas, culturales, económicas y sociales, que frenaron en crecimiento sostenido que habían tenido algunos países latinoamericanos, entre 1880 y 1930. La ruptura del sistema institucional, la consecuente irrupción de los militares al poder, la restricción de las libertades, la eliminación del adversario y el avasallamiento de los derechos y garantías, fueron los basamentos de una nueva ideología que propició la
eliminación de la democracia liberal, proponiendo el control absoluto del poder, concentrado en pequeños grupos y en algunos casos, en una sola persona. El 6 de Septiembre de 1930 se produjo el primer golpe de estado en Argentina, cuando fue derrocado el presidente constitucional Hipólito Yrigoyen. En casi todos los países de Latinoamérica, los militares, aliados a grupos conservadores, irrumpieron en el escenario político- institucional. Los golpes de estado en América Latina contaron siempre con la complicidad de sectores acomodados de la sociedad civil, que apoyaban a los facciosos, quienes se consideraban a sí mismo “Salvadores de la Patria”. El primer objetivo fue siempre controlar la red de telecomunicaciones, la radio, la televisión, las centrales eléctricas, los puertos, las terminales de ómnibus y ferrocarriles. Luego, se prohíbe el ejercicio libre de la política, se clausura el Parlamento y restringen todas la libertades. En la mayoría de los casos las policías federales y provinciales y la burocracia del estado apoyaron sin cuestionamientos a las nuevas autoridades surgidas por el golpe. La inestabilidad política observada en América Latina, a partir de los años 30, sobrevino simultáneamente a una fuerte presencia de Estados Unidos, quien utilizó diferentes formas de penetración. Los norteamericanos necesitaron menor mercado externo para colocar sus productos, fueron proteccionistas y apuntaron estratégicamente a introducirse en América Latina, comprando tierras, minas, alimentos, haciendas, etc. Asimismo, sus compañías se instalaron para satisfacer un mercado regional que había sido copado por intereses británicos desde las revoluciones de independencia. Entre 1910 y 1930, la situación político- institucional de América Latina tenía tres aspectos diferentes, según los países. 1. Democratización ampliada en Chile, Uruguay y Argentina (partido político UCR de Yrigoyen). 2. La Revolución Mexicana, por la cual se termina con el Porfiriato y triunfa un sector constitucionalista apoyado por los militares. 3. restauración conservadora y autoritarismo en Perú, Ecuador, Cuba, Costa Rica, Nicaragua, Santo Domingo; Panamá, Venezuela y Brasil. Con la restauración de la República, pesa el papel del ejército en las decisiones políticas. Estados Unidos penetró comercialmente y militarmente. Sus compañías automotrices, de telefonía, laboratorios, petroleras, de electrodomésticos, seguros, bancos y otras dedicadas a las plantaciones de café, tabaco y bananas fueron integrándose a todos los países del continente. Previamente dos acontecimientos en Europa provocaron modificaciones de importancia en Latinoamérica. 1º La Primera Guerra mundial (1914- 1918) 2º La Revolución Bolchevique en Rusia. (1917) La Primera Guerra Mundial tuvo efectos devastadores para algunos países de Latinoamérica. Argentina, Uruguay, Brasil y Chile tuvieron una importante disminución de sus exportaciones tradicionales. También se interrumpió abruptamente el ingreso de capitales. Las inversiones europeas, que habían tenido un ritmo ascendente desde 1880 se retiraron casi por completo y se cortó la afluencia inmigratoria europea y muchos de los que ya estaban radicados en estos países decidieron regresar a sus terruños, para luchar o para asistir a sus familias. La expansión económica de Alemania había producido inquietud en las empresas británicas. Asimismo, la presencia naval de Alemania en Medio Oriente, fue amenazante para Francia e Inglaterra. El 28 de Junio de 1914 fueron asesinados en Sarajevo, el Archiduque Francisco Fernando, heredero del imperio Austro- Húngaro y su esposa. Serbia había sido un territorio de permanentes tensiones entre Austria, Alemania y Rusia, y la muerte del Archiduque provocó un clima de rupturas tales que fue el detonante de la Primera Guerra. Rusia movilizó sus tropas hacia la frontera Occidental y Alemania le declaró la guerra a Rusia y a Francia, cuando aquella invadió Bélgica. Gran Bretaña se incorporó al conflicto como aliada de Francia.
Se conformaron dos bloques antagónicos: - el Imperio Austro- húngaro, Alemania y Turquía - Francia, Bélgica, Rusia, Montenegro, Serbia e Inglaterra. Japón que quería las posesiones alemanas en el Pacífico, apoyó a los ingleses. Fue una guerra de trincheras, donde los ejércitos casi no avanzaban ni retrocedían. Se inauguraron nuevas formas de combate: Globos aerostáticos dirigibles, el uso de gases venenosos, buques submarinos, la aviación. Las consecuencias inmediatas fueron la desaparición de los imperios Austro Húngaro, otomano y ruso y la irrupción de pequeñas naciones. Estados Unidos y Japón fueron los países más beneficiados y comenzaron a convertirse en potencias militares y económicas mundiales. En 1914 se inauguró el Canal de Panamá, una llave estratégica para el control de la navegación en el Caribe y Centroamérica. El 12 de octubre de 1916 asumió la presidencia de la Argentina, mediante el sufragio universal consagrado cuatro años antes por la Ley Sáenz Peña, Hipólito Yrigoyen. Con el se amplió la participación democrática. El ascenso de una Unión Cívica Radical al poder modificó el mapa electoral argentino. Amplios sectores de la población se incorporaron a la política. Los grupos medios urbanos, los pequeños y medianos agricultores de la Pampa Húmeda, fundamentalmente el sur de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, fueron atraídos por el partido radical, que había sido fundado por Leandro N. Alem en 1891. Por primera vez llegó al gobierno un hombre que no pertenecía al partido conservador. El primer gobierno de Hipólito Yrigoyen, se desarrolló entre 1916 y 1922. Durante el mismo se expandió el empleo público, se organizaron sistemas de protección social, se mantuvo la neutralidad durante la Primera Guerra mundial, y el gobierno apoyó a la reforma universitaria de 1918 iniciada en Córdoba. Los estudiantes universitarios iniciaron una lucha por la autonomía universitaria, el gobierno tripartito, la libertad de cátedra y finalizar con la influencia del clero en las altas casas de estudio. El régimen conservador se opuso al gobierno radical. En 1917 estalló la Revolución Rusa, en contra del sistema zarista de la dinastía Romanov. Causas: - La crisis económica por haber participado en la guerra Mundial - Las malas cosechas de 1916 - La situación de atraso económico, político y social que había en Rusia, donde todavía regía el zarismo. La imagen del Zar Nicolás II estaba muy deteriorada. Entre grandes movilizaciones sociales y huelgas generales, se instaló el Soviet de Comisarios del Pueblo y los Bolcheviques (partidarios de la dictadura del proletariado) accedieron al poder, liderados por Lenin, quien proclamó la hipótesis de la revolución mundial socialista. En febrero de 1917 se produjo la Revolución, comenzaron a levantarse campesinos agobiados, el proletariado industrial urbanos y los sectores medios de las grandes ciudades, primero en forma espontánea y luego con mayor organización. En octubre, cayó el Zar, accediendo al poder los Bolcheviques. En 1918 se formó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URRS). Sin embargo, la guerra civil siguió cuatro años más. La revolución Rusa conllevó a la instalación en el poder a nuevos sectores sociales, dando origen a un sistema de colectivización total de la economía, la eliminación de la propiedad privada y una estatización de los medios de producción, un modelos original de organización política, donde el poder quedó concentrado en la secretaría general del Partido Comunista, que fue durante seis décadas del proceso soviético, la columna vertebral y único partido de referencia, a la hora de grandes decisiones de la URSS. América Latina recibió la novedad de los acontecimientos en Rusia, en un momento de agitación social, manifestaciones obreras y en un clima donde el marxismo encontró eco favorable en algunos sectores gremiales, que la incorporaron a su política. Algunos partidos socialistas se dividieron formando partidos comunistas en varios países. Luego de la Revolución Rusa, el pensamiento marxista latinoamericano se irradió desde Argentina, en torno a la figura de Juan B. Justo y de Alfredo Palacios, el primer diputado
nacional socialista de América, quienes pensaban que el socialismo era el resultado necesario para el progreso político y el desarrollo democrático de las instituciones. Los locos años 20: En Argentina el presidente Yrigoyen, una vez concluido su mandato, fue sucedido por Torcuato de Alvear, perteneciente a la Unión Cívica Radical, que impulsó la creación de una empresa petrolera estatal, llamada Yacimientos Petrolíferos Fiscales, YPF. A su vez, logró consolidar la economía argentina dentro del modelo agroexportador y retomar la política inmigratoria. Argentina retomó el progreso, suspendido por la Primera Guerra Mundial. Argentina tenía un excedente de exportaciones con el Reino Unido y un excedente de importaciones con Estados Unidos. Esta circunstancia originaba un triángulo en los movimientos de capital. La crisis de 1930: La Gran depresión se sintió fuertemente en toda América Latina. La caída de la Bolsa de Wall Street, ocurrida en octubre de 1929 y la ola expansiva de la crisis del 30, dieron lugar a un reordenamiento de la economía mundial. Las causas de la recesión de los años 30, en Estados Unidos y Europa son múltiples. Pero en América Latina el agotamiento del modelo agroexportador de materias primas y productos agrícolas, orientado hacia el Reino Unido, se vio afectado. Consecuencias: desabastecimiento, inflación, desocupación, migraciones internas de importancia. El abrupto descenso de los negocios mundiales y la caída de los precios de las materias primas y alimentos, afectó a América Latina, puesto que al reducirse su cuota exportadora, bajó su posibilidad de adquirir bienes industrializados, procedentes de los países centrales. La crisis del 30 fue el final de una época. La relación bilateral de monopolio y privilegio que había ostentado el Reino Unido se fisuró y la presencia de Estados Unidos se hizo insoslayable. Cuando la crisis se expandió por Europa, en Alemania el partido Nazi se convirtió en el segundo partido político. El crack financiero de Wall Street produjo el derrumbe del precio de las acciones de las empresas más importantes de Estados Unidos. La retracción del crédito, la caída de los precios de las materias primas, la quiebra de miles de empresas, con su secuela de despidos masivos, la carestía de vida, la falta de alimentos e insumos básicos, provocaron una psicosis social. Los estados nacionales diseñaron entonces estrategias de salvataje con políticas activas y obras públicas, tratando de paliar los efectos devastadores de recesión. Algunos países como Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Venezuela, iniciaron un proceso de sustitución de importaciones, lo que dio lugar a un incipiente desarrollo industrial propio. En 1933 asumió como presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, quien aplicó una política económica basada en un importante protagonismo del estado dentro del mercado. A estas propuestas intervencionistas se las denominó New Deal o Nuevo Trato y se pueden agrupar en 5 puntos básicos: 1. fuerte presencia estatal de asistencia a los desocupados e indigentes 2. grandes inversiones en obras públicas, orientadas a ocupar mano de obra 3. garantía estatal de los depósitos bancarios 4. regulación de precios, por la cual el estado influía sobre el mercado en la elaboración de los precios relativos, de los productos industrializados, las materias primas y los alimentos. 5. incentivo estatal hacia pequeñas y medianas empresas, auxiliándolas, con créditos a largo plazo y mínimo interés. En el período que va desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta el comienzo de la segunda Guerra Mundial hubo un desplazamiento de los grupos más concentrados de poder, relacionados a la tenencia de la tierra y vinculados con los intereses comerciales de la corona británica y hacia nuevos grupos urbanos, que estaban vinculados con las fuerzas Armadas, quienes comenzaron a tener un protagonismo político, basados en un proyecto nacionalista, que fueron el antecedente de los populismos posteriores.
La paz de Versalles no había podido solucionar el problema de fondo en Europa. La economía de los países europeos centrales había colapsado. Entre 1920 y 1930, fueron surgiendo movimientos políticos nacionalistas, como el fascismo en Italia, fundado por Benito Mussolini, proponiendo la dictadura de un partido único, que exaltaba al estado nación por encima de todo. El pensamiento nacionalista conservador comenzó a tener auge luego del golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, siendo Leopoldo Lugones y José Evaristo Uriburu, sus más fervientes seguidores. Las ideas del fascismo y el nacionalismo se fueron propagando entre algunos jóvenes de las Fuerzas Armadas de Latinoamérica, quienes a mediados de los años 20, comenzaron con una prédica contra la democracia, la división de poderes y las libertades públicas. Creían en un orden jerárquico, donde un pequeño grupo de “iluminados” decidía por el conjunto de la sociedad. En España hubo un enfrentamiento entre nacionalistas y republicanos que derivó en la Guerra Civil española (1936-1939). La guerra civil española fue una tragedia internacional. Las consecuencias fueron el aislacionismo hacia el resto de Europa e Hispanoamérica. En Alemania el 30 de enero de 1933 fue elegido Canciller de Alemania Adolfo Hitler, jefe del partido Nacional Socialista. En poco tiempo logró disolver el parlamento, limitar la libertad de prensa, alejar de los puestos claves del estado a los opositores y concentrar todo el poder en sus propias manos. En 1934, luego del triunfo electoral de los nazis, Hitler fue proclamado Fuhrer del pueblo y del estado alemán. Rápidamente, comenzó un programa de desarrollo de la industria bélica, que irá en paralelo al concepto de “espacio vital”, por el cual Alemania debía expandirse, que al concretarse desencadenó la Segunda Guerra Mundial (1939- 1945). Alemania se había transformado en un estado totalitario que quiso imponer su voluntad y para ello no dudó en asesinar opositores, invadir países, experimentar con métodos aberrantes, con los prisioneros de guerra, todo tipo de ensayos de anatomía y el exterminio sistemático y masivo del pueblo judío. La ideología nazi se basó en la superioridad racial del pueblo ario. Con la derrota de la Alemania nazi, el suicido de Hitler en 1945 y la entrada de los Aliados a Berlín ocupando todo el país, se terminó la guerra en Europa. Sin embargo, la guerra siguió en el Pacífico y en Agosto de 1945, Estado Unidos lanzó 2 bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, para forzar al imperio japonés a capitular. El fin de la Segunda Guerra Mundial catapultó a los Estados Unidos como superpotencia mundial. América Latina, fue importante como proveedora de materias primas y alimentos, pasó a tener una relación de mayor dependencia con aquel país, que consolidó una influencia política, económica y militar. Hacia 1946 el mundo quedó dividido en dos enormes bloques. Uno capitalista, con epicentro en Washington y otro socialista con sede en Moscú. Comenzó así la etapa del mundo bipolar, que se denominó “Guerra Fría” y que perduró hasta 1989/90 con la implosión y derrumbe de la Unión Soviética. Volviendo a América Latina, luego de 1930, los militares accedieron al poder en Argentina, Brasil, Perú, Chile, EL Salvador, Honduras, Guatemala y Cuba. Las experiencias dictatoriales europeas se constituyeron en modelo, que algunos países latinoamericanos quisieron copiar, como en Nicaragua y República Dominicana. En otros países como Argentina, líderes populistas, provenientes de las FF. AA , que asaltaban el poder con golpes de estado, ocultaron sus gigantescas apetencias de riqueza y poder. En algunos casos el fascismo latinoamericano, superó al propio fascismo italiano. Estos líderes populistas tenían una figura carismática, que mediante la utilización de un lenguaje popular trataba de describir su propia acción política como la única con capacidad para expulsar los obstáculos y llevar al país hacia un futuro de grandeza y bienestar. Las dictaduras sucedidas en Iberoamérica durante el siglo XX lograron, en todos los casos, un efecto contrario al que ponderaban.
El poder estaba concentrado en un solo hombre o en un reducido grupo de personas y se ejerció por encima de la constitución y las leyes. Los gobiernos populistas surgieron entre 1930 y 1950. Este populismo favoreció una movilización de masas, en un proceso industrializador que desplazó a millones de personas, desde el interior a los grandes centros urbanos, donde sin ser comprendidos por la legislación vigente, ni tampoco por las corrientes políticas tradicionales y menos por los partidos de izquierda, encontraron en el discurso populista un refugio. Los líderes populistas tuvieron en común: - una estrecha relación con sus pueblos - una incuestionable capacidad pragmática para resolver los problemas políticos - la organización de movimientos políticos poli clasistas y verticales - estímulo a la sindicalización de los asalariados, quienes lograron reivindicaciones laborales como la reducción de la jornada de trabajo, vacaciones obligatorias y pagas, y la construcción de una extendida red de salud pública, sistema de jubilaciones y pensiones, salario mínimo, etc. - Mercado con intervención estatal - Obsesión por frenar la desocupación masiva. El recuerdo de la Gran Depresión estaba latente y nadie quería volver a revivir aquellos tiempos de crisis del 30. El departamento de EE UU no disimulaba su posición contraria, sobre todo al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando la URSS mostró su intención expansionista y hegemónica, en Europa Oriental, en Asia y en África. Los líderes populistas, fundamentalmente Juan Domingo Perón, fomentaron la tercera posición. Alejados del comunismo soviético y no alineados con EE UU. En este contexto se sancionó la Ley de Seguridad Nacional, por la cual se concedió al poder ejecutivo para reprimir a la oposición izquierdista. Entre 1950 y 1970, continuaron los gobiernos con programa y propuestas populistas. La irrupción de los militares en la política y en los gobiernos posibilitó el retorno del modelo del liberalismo económico, con sus propuestas del achicamiento del estado, privatización de empresas públicas y toma de créditos externos, para la modernización del sistema productivo. En 1973, los países que conformaron la OPEP (organización de países Exportadores de Petróleo) aumentaron el precio del crudo. El mismo se triplicó en poco más de un mes, y las economías más desarrolladas sintieron el impacto, disminuyendo su actividad, provocando desempleo e inflación. Al mismo tiempo se creó la Organización de Estados Americanos, que consagró la no intervención en los asuntos internos de cada país, la defensa de la democracia representativa y en el orden social la cooperación económica. Simultáneamente, se puso en ejercicio el plan de recuperación económica de Europa conocido como Plan Marshall, por el cual EE UU se comprometió a financiar, con créditos blandos, la reconstrucción de las ciudades e industrias europeas, que habían quedado destruidas por la Guerra. Pero la mirada de EE UU estaba puesta en los movimientos estratégicos que realizaba la URSS, que había consolidado, hacia 1950, un gran bloque territorial y económico. La década del 50: Durante los años cincuenta EE UU profundizó una política de amparo hacia los países de Europa Occidental, pero mantuvo una estrategia de dominación sobre América Latina, que se profundizó durante la etapa bipolar de la Guerra Fría. La creación de la llamada Escuela de las Américas, fundada en 1946 en Panamá, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional y Continental, impulsada y financiada por EE UU, para entrenar a las FF AA Latinoamericanas en técnicas de contrainsurgencia, guerra psicológica, inteligencia militar, técnicas de interrogatorio, etc. Estuvo orientada a profundizar su influencia, a partir de su relación con cientos de oficiales que pasaban por estos cursos de adoctrinamiento. La Escuela de las Américas fue la cátedra del odio al adversario y el desprecio a la democracia, a la tolerancia y a los derechos Humanos.
Los gobiernos latinoamericanos usaron a la policía y las FF AA para la persecución de la oposición , con la intención de despolitizar a la sociedad, se propuso un esquema elemental, donde el régimen elegía, en forma arbitraria, quienes eran los amigos y quienes los enemigos, a estos últimos se los persiguió, torturó, difamó y asesinó. Se tomaron un conjunto de medidas por las cuales el estado determinaba el formato moral e ideológico correcto, no permitiendo disensos, ni actitudes críticas, iniciándose una persecución implacable sobre políticas, artistas, catedráticos, militantes sociales, docentes, profesionales, etc. En Argentina se sancionó una nueva Constitución Nacional, por la cual se permitió la reelección de Juan Domingo Perón, quien había aplicado el 1º plan quinquenal, por el cual se establecieron objetivos macroeconómicos, que se estaban cumpliendo y ejecutando, como fueron la industrialización sustitutiva de exportaciones y la creciente demanda de bienes de consumo masivo en el mercado interno y una fuerte inversión en obra pública. Hacia 1950, los cambios provocados en la estructura social y económica argentina, por el peronismo, fueron notorios y a medida que los diferentes sectores del proletariado industrial y rural fueron accediendo a nuevas formas de bienestar, se fue consolidando un modelo típico de estado benefactor. A principios de los años 50 comenzó a dispersarse por América Latina una fuerte oleada anticomunista, que llevó a los diferentes gobiernos a adoptar prohibiciones, persecuciones, inspiradas en la actividad desplegada en EE UU. En 1952 en Argentina murió la esposa de Perón, quien se encaminaba hacia su segunda presidencia. Eva perón había sido una militante social en la lucha por mejorar la condición de vida de los más humildes, y con su temprana muerte, el segundo mandato presidencial del General Perón perdió un soporte importante. En 1953 falleció José Stalin, siendo reemplazado por Nikita Kruschev, Secretario General del partido comunista soviético. El estalinismo se había instalado en el gobierno de la URSS, a partir de la muerte de Lenin y si bien tuvo en su favor haber recuperado los territorios ocupados por los nazis y haber sido la columna vertebral del triunfo aliado, en la Segunda Guerra Mundial pesaba en su contra la feroz represión a los opositores, la sospecha de haberse apoderado del gobierno, ordenando el asesinato de todos los posibles candidatos a competir con el en el poder de la URSS, las purgas internas por las cuales instauró una dictadura, donde el culto a la personalidad del jefe supremo del estado fue exagerada. Asimismo, instauró un régimen totalitario. En la época del 70 los gobiernos militares de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay idearon el Plan Cóndor, para coordinar en conjunto la eliminación de opositores al régimen en el cono sur. En 1955 se agravó la crisis política en Argentina, que concluyó con la Revolución Libertadora, por la cual fue depuesto el General Perón, quien se asilaría en Paraguay primero y en España después. El gobierno surgido por el golpe de Estado de 1955, proscribió al peronismo. La sociedad argentina había quedado fragmentada en dos posiciones irreconciliables, los peronistas y los antiperonistas. Desde 1955 hasta 1983, ninguno de los gobiernos civiles, elegidos democráticamente, pudo terminar su mandato ya que fueron depuestos por los militares, que en la práctica se habían constituido como un partido político más. El peronismo proscripto se reorganizó en la clandestinidad, iniciando la resistencia peronista. Lo pasado pensado: Felipe Pigna . GOU: Grupo de Oficiales Unidos o Grupo de Obra de Unificación: logia militar nacionalista fundada en marzo de 1943 por oficiales del Ejército para conspirar contra la política del presidente Ramón Castillo. A los miembros del GOU les preocupaba la candidatura del terrateniente salteño Robustiano Patrón Costas a la presidencia, la persistencia del fraude electoral y la creciente influencia izquierdista en el movimiento obrero. Llegaron al poder el legaron al poder el 4 de Junio de 1943 a través de un golpe de Estado. 28 de septiembre de 1951: intento golpista contra Perón. Lo llevaron a cabo los militares, comandados por el general Benjamín Menéndez y los mayores Julio Alzogaray, Tomás Sánchez de Bustamante y Alejandro Agustín Lanusse. Querían impedir que Perón accediera a un 2º mandato presidencial. El golpe fracasó y sus líderes fueron encarcelados.
Julio de 1952: muere Eva Perón. El peronismo pierde vitalidad. Para muchos oficiales del ejército resultaba incomprensible que un gobierno de orden, salido de sus filas, hablara de luchas sociales contra los oligarcas y el capitalismo. Los opositores del gobierno eran: la gran burguesía y los grupos terratenientes. Ellos, se identificaban con el desarrollismo y el liberalismo ortodoxo. Creían que había que diferenciar Estado y Movimiento Obrero. El nuevo rumbo adoptado por el gobierno disgustó a los grupos e instituciones que lo habían acompañado en 1946: las Fuerzas Armadas, sectores del clero e intelectuales con tendencia nacionalista. 16 de junio de 1955: aviones de la Marina bombardearon la Plaza de Mayo al medio día, dejando un saldo de 360 muertos. A los implicados principales los metieron a prisión perpetua. Después desarmaron la marina. Por ejemplo, le quitaron las espoletas, que es lo que hace funcionar las bombas. A la infantería de Marina la redujeron al mínimo. Esa misma noche, grupos de peronistas, que veían detrás de la intentona e apoyo eclesiástico, quemaron las principales iglesias de Buenos Aires y la Curia Metropolitana. En 1955 la propia flota argentina bloqueó el Río de la Plata, porque en esa época el petróleo llegaba por mar. Los bombardeos de Junio eran el ensayo de un golpe de Estado. La sublevación estalló en Córdoba acaudillada por el General Eduardo Lonardi y fue apoyada por varias divisiones del Ejército y la totalidad de la Marina. La armada logró controlar el litoral marítimo y amenazó con bombardear la refinería de Petróleo de La Plata y la Ciudad de Buenos Aires si Perón no renunciaba. El presidente entregó el gobierno a una Junta de militares que negoció con Lonardi las condiciones de la renuncia. Jorge Julio Palma: contraalmirante retirado, único sobreviviente de la Marina que encabezó el golpe de 1955, la Revolución Libertadora. “…había que echarlo, volver a poner la Constitución del `53 y llamar a elecciones en el menor plazo posible. No había plan de gobierno. No se hizo nada para gobernar sino para liberar a las instituciones republicanas que estaban prácticamente destruidas. El 23 de Septiembre, mientras Perón partía hacia el exilio a bordo de una cañonera paraguaya, una multitud compuesta por sectores de clase media y alta colmó la Plaza de Mayo para aclamar al nuevo presidente provisional, el general Eduardo Lonardi, quien dijo desde los balcones de la Casa Rosada que no había “ni vencedores ni vencidos”. Al igual que en los golpes del `30 y `43, el alzamiento armado de septiembre de 1955, autodenominado Revolución Libertadora, fue llevado a cabo por una alianza integrada por civiles y militares nacionalistas y liberales. El golpe fue apoyado por la mayoría de los partidos políticos opuestos al peronismo, la iglesia, la Sociedad Rural, las cámaras empresarias, la banca, la embajada de los Estados Unidos. El General Lonardi pertenecía a la facción nacionalista. El plan de Lonardi y de su sector era rescatar la estructura política peronista y su base social fundando un “peronismo sin Perón”. Por eso no intervinieron la CGT y prometieron elecciones gremiales libres y la no proscripción del Partido peronista. Los sectores liberales no estuvieron de acuerdo con esta actitud conciliadora, quienes encabezados por el vicepresidente Isaac Rojas desplazaron al general Lonardi por el general Pedro Eugenio Aramburu, representante del sector liberal del ejército, el 13 de noviembre de 1955. Rojas siguió siendo vicepresidente. Erick Hobsbawm. Vista Panorámica del siglo XX:
La primera guerra mundial, marcó el derrumbe de la civilización (occidental) del siglo xix. Esa civilización era capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurídica y constitucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia, el conocimiento y la educación, así como del progreso material y moral. Además, estaba profundamente convencida de la posición central de Europa, cuna de las revoluciones científica, artística, política e industrial, cuya economía había extendido su influencia sobre una gran parte del mundo, que sus ejércitos habían conquistado y subyugado, cuya población había crecido hasta constituir una tercera parte de la raza humana (incluida la poderosa y creciente corriente de emigrantes europeos y sus descendientes), y cuyos principales estados constituían el sistema de la política mundial. Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mundial hasta la conclusión de la segunda fueron una época de catástrofes para esta sociedad, que durante cuarenta años sufrió una serie de desastres sucesivos. Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguieron dos oleadas de rebelión y revolución generalizada, que situaron en el poder a un sistema que reclamaba ser la alternativa, predestinada históricamente, a la sociedad burguesa y capitalista y, tras la segunda guerra mundial, abarcaba a más de una tercera parte de la población del planeta. Los grandes imperios coloniales que se habían formado antes y durante la era del imperio se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas. La historia del imperialismo moderno no había durado más que el lapso de una vida humana (por ejemplo, la de Winston Churchill, 1874-1965).
Pero no fueron esos los únicos males. En efecto, se desencadenó una crisis económica mundial de una profundidad sin precedentes que sacudió incluso los cimientos de las más sólidas economías capitalistas y que pareció que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido un logro del capitalismo liberal del siglo xix. Mientras la economía se tambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prácticamente entre 1917 y 1942, como consecuencia del avance del fascismo y de sus movimientos y regímenes autoritarios satélites. Sólo la alianza —insólita y temporal— del capitalismo liberal y el comunismo para hacer frente a ese desafío permitió salvar la democracia, pues la victoria sobre la Alemania de Hitler fue esencialmente obra del ejército rojo. Este período de alianza entre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo —fundamentalmente las décadas de 1930 y 1940— es el momento decisivo en la historia del siglo xx. En muchos sentidos es un proceso paradójico, pues durante la mayor parte del siglo —excepto en el breve período de antifascismo— las relaciones entre el capitalismo y el comunismo se caracterizaron por un antagonismo irreconciliable. La victoria de la Unión Soviética sobre Hitler fue el gran logro del régimen instalado en aquel país por la revolución de octubre, como se desprende de la comparación entre los resultados de la economía de la Rusia zarista en la primera guerra mundial y de la economía soviética en la segunda. Ahora bien, una vez que el capitalismo liberal había conseguido sobrevivir —a duras penas— al triple reto de la Depresión, el fascismo y la guerra, parecía tener que hacer frente todavía al avance global de la revolución, cuyas fuerzas podían agruparse en torno a la URSS, que había emergido de la segunda guerra mundial como una superpotencia. Es importante recordar que la repercusión más importante y duradera de los regímenes inspirados por la revolución de octubre fue la de haber acelerado poderosamente la modernización de países agrarios atrasados. Sus logros principales en este contexto coincidieron con la edad de oro del capitalismo. Hasta el inicio de los años sesenta parecían dos fuerzas igualadas. Aunque el hundimiento del socialismo soviético fue el acontecimiento más destacado en los decenios de crisis que siguieron a la edad de oro, serían estos unos decenios de crisis universal o mundial. La crisis afectó a las diferentes partes del mundo en formas y grados distintos, pero afectó a todas ellas, con independencia de sus configuraciones políticas, sociales y económicas, porque la edad de oro había creado, por primera vez en la historia, una economía mundial universal cada vez más integrada cuyo funcionamiento trascendía las fronteras estatales y, por tanto, cada vez más también, las fronteras de las ideologías estatales. En el decenio de 1980 y los primeros años del de 1990, el mundo capitalista comenzó de nuevo a tambalearse abrumado por los mismos problemas del período de entreguerras que la edad de oro parecía haber superado: el desempleo masivo, graves depresiones cíclicas y el enfrentamiento cada vez más encarnizado entre los mendigos sin hogar y las clases acomodadas, entre los ingresos limitados del estado y un gasto público sin límite. Los países socialistas, con unas economías débiles y vulnerables, se vieron abocados a una ruptura tan radical y al hundimiento. Ese hundimiento puede marcar el fin del siglo xx corto, de igual forma que la primera guerra mundial señala su comienzo. Cuando los años ochenta dejaron paso a los noventa se hizo patente que la crisis mundial no era sólo general en la esfera económica, sino también en el ámbito de la política. Las tensiones generadas por los problemas económicos socavaron los sistemas políticos de la democracia liberal, parlamentarios o presidencialistas, que tan bien habían funcionado en los países capitalistas desarrollados desde la segunda guerra mundial. Pero socavaron también los sistemas políticos existentes en el tercer mundo. Las mismas unidades políticas fundamentales, los «estados-nación» territoriales, soberanos e independientes, incluso los más antiguos y estables, resultaron desgarrados por las fuerzas de la economía supranacional o transnacional y por las fuerzas infranacionales de las regiones y grupos étnicos secesionistas. Algunos de ellos reclamaron la condición de «estados-nación» soberanos en miniatura. El futuro de la política era oscuro, pero su crisis al finalizar el siglo xx era patente. Más evidente aún que las incertidumbres de la economía y la política mundial era la crisis social y moral, que reflejaba las convulsiones del período posterior a 1950. Era la crisis de las creencias y principios en los que se había basado la sociedad desde que a comienzos del siglo xvx las mentes modernas vencieran la célebre batalla que libraron con los antiguos, una crisis de los principios racionalistas y humanistas que compartían el capitalismo liberal y el comunismo y que habían hecho posible su breve pero decisiva alianza contra el fascismo que los rechazaba. ¿Qué paralelismo puede establecerse entre el mundo de 1914 y el de los años noventa? Éste cuenta con cinco o seis mil millones de seres humanos, aproximadamente tres veces más que al comenzar la primera guerra mundial, a pesar de que en el curso del siglo xx se ha dado muerte o se ha dejado morir a un número más elevado de seres humanos que en ningún otro período de la historia. La mayor parte de los habitantes que pueblan el mundo en el decenio de 1990 son más altos y de mayor peso que sus padres, están mejor alimentados y viven muchos más años, aunque las catástrofes de los años ochenta y noventa
en África, América Latina y la ex Unión Soviética hacen que esto sea difícil de creer. El mundo es incomparablemente más rico de lo que lo ha sido nunca por lo que respecta a su capacidad de producir bienes y servicios y por la infinita variedad de los mismos. Pero predomina la desigualdad. La humanidad es mucha más instruida que en 1914. El mundo está dominado por una tecnología revolucionaria que avanza sin cesar, basada en los progresos de la ciencia natural que, aunque ya se preveían en 1914, empezaron a alcanzarse mucho más tarde. La consecuencia de mayor alcance de esos progresos ha sido, tal vez, la revolución de los sistemas de transporte y comunicaciones, que prácticamente han eliminado el tiempo y la distancia. El mundo se ha transformado de tal forma que cada día, cada hora y en todos los hogares la población común dispone de más información y oportunidades de esparcimiento de la que disponían los emperadores en 1914. Esa tecnología hace posible que personas separadas por océanos y continentes puedan conversar con sólo pulsar unos botones y ha eliminado las ventajas culturales de la ciudad sobre el campo. A diferencia del siglo xix que fue un período de progreso material, intelectual y moral casi ininterrumpido, es decir, de mejora de las condiciones de la vida civilizada, desde 1914 se ha registrado un marcado retroceso desde los niveles que se consideraban normales en los países desarrollados y en las capas medias de la población y que se creía que se estaban difundiendo hacia las regiones más atrasadas y los segmentos menos ilustrados de la población. En el siglo xx, las guerras se han librado, cada vez más, contra la economía y la infraestructura de los estados y contra la población civil. Desde la primera guerra mundial ha habido muchas más bajas civiles que militares en todos los países beligerantes, con la excepción de los Estados Unidos. No pasamos por alto el hecho de que la tortura o incluso el asesinato han llegado a ser un elemento normal en el sistema de seguridad de los estados modernos, pero probablemente no apreciamos hasta qué punto eso constituye una evidente interrupción del largo período de evolución jurídica positiva, desde la primera abolición oficial de la tortura en un país occidental, en la década de 1780, hasta 1914. Y sin embargo, a la hora de hacer un balance histórico, no puede compararse el mundo de finales del siglo xx con el que existía a comienzos del período. Es un mundo cualitativamente distinto, al menos en tres aspectos: En primer lugar, no es ya eurocéntrico. A lo largo del siglo se ha producido la decadencia y la caída de Europa, que al comenzar el siglo era todavía el centro incuestionado del poder, la riqueza, la inteligencia y la «civilización occidental». Los europeos y sus descendientes son una minoría en disminución que vive en unos países con un ínfimo, o nulo, índice de reproducción vegetativa y la mayor parte de los cuales —con algunas notables excepciones como la de los Estados Unidos (hasta el decenio de 1990)— se protegen de la presión de la inmigración procedente de las zonas más pobres. Las industrias que Europa inició emigran a otros continentes y los países que en otro tiempo buscaban en Europa, al otro lado de los océanos, el punto de referencia, dirigen ahora su mirada hacia otras partes. Australia, Nueva Zelanda e incluso los Estados Unidos ven el futuro en el Pacífico. Las «grandes potencias» de 1914, todas ellas europeas, han desaparecido, como la URSS, heredera de la Rusia zarista, o han quedado reducidas a una magnitud regional o provincial, tal vez con la excepción de Alemania. El mismo intento de crear una «Comunidad Europea» supranacional y de inventar un sentimiento de identidad europeo correspondiente a ese concepto, en sustitución de las viejas lealtades a las naciones y estados históricos, demuestra la profundidad del declive. Ya en 1914 los Estados Unidos eran la principal economía industrial y el principal pionero, modelo y fuerza impulsora de la producción y la cultura de masas que conquistaría el mundo durante el siglo xx. Los Estados Unidos, son la prolongación de Europa y se alinean junto al viejo continente para constituir la «civilización occidental». La segunda transformación: Entre 1914 y el comienzo del decenio de 1990, el mundo se ha convertido en una única unidad operativa. No sólo se han transformado algunas actividades económicas y técnicas, y el funcionamiento de la ciencia, sino también importantes aspectos de la vida privada, principalmente gracias a la inimaginable aceleración de las comunicaciones y el transporte. Posiblemente, la característica más destacada de este período final del siglo xx es la incapacidad de las instituciones públicas y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estar a la altura de ese acelerado proceso de mundialización. La tercera transformación, es la desintegración de las antiguas pautas por las que se regían las relaciones sociales entre los seres humanos y, con ella, la ruptura de los vínculos entre las generaciones, es decir, entre pasado y presente. Esto es sobre todo evidente en los países más desarrollados del capitalismo occidental, en los que han alcanzado una posición preponderante los
valores de un individualismo asocial absoluto, tanto en la ideología oficial como privada, aunque quienes los sustentan deploran con frecuencia sus consecuencias sociales. Una sociedad de esas características, constituida por un conjunto de individuos egocéntricos completamente desconectados entre sí y que persiguen tan sólo su propia gratificación, estuvo siempre implícita en la teoría de la economía capitalista. En la práctica, la nueva sociedad no ha destruido completamente toda la herencia del pasado, sino que la ha adaptado de forma selectiva.