LA RADIO EN LA EPOCA DE ORO Los años veinte fueron el escenario en el cual apareció el radio, aparato que cambiaría el destino de los músicos mexicanos para siempre. La época de oro de la radio en México, comprende el período de 1930 a 1950. Fue un período de confusión y de un gran avance técnico a pesar de la gran depresión económica y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Cuando nació la radio nunca se pensó en la importancia que tendría para la divulgación de la música. Primero sólo captaba dos estaciones experimentales, la CYX y la CYL, pero eso cambiaría pronto: el presidente Álvaro Obregón inauguró en el patio de la escuela de Minería la gran Feria Radioeléctrica. Los periódicos Universal y Excélsior instalaron sus estaciones transmisoras en la avenida Juárez 62, en ³La Casa del Radio´ del Universal Ilustrado, donde pronto comenzarían sus transmisiones. El 8 de mayo de 1923 el poeta Manuel Maples Arce con su poema de la radiofonía, alternando con Manuel M. Ponce y Andrés Segovia, inauguró la estación. La iniciativa privada sería la encargada de patrocinar a la naciente radio mexicana; Sanborn's hermanos, entre otros, comenzaron poco a poco a percatarse del potencial de los medios masivos de comunicación en cuanto a publicidad de cualquier tipo se refiere. Los programas de radio eran patrocinados por las agencias de publicidad las cuales tenían su propio propio departamento de prensa, su departamento de radio, su departamento de fotografía, etc., etc.; alquilaban tiempo en las radiodifusoras que era pagado por algunos de sus clientes, por ejemplo la Grand Albertaisen cuyas cuentas estaban a nombre de Compañía Cigarrera El Águila, Laboratorios Squib, Laboratorios Baloyan, El Centro Mercantil de Monterrey, General Electric, entre otros. La cigarrera El Buen Tono, dueña de la XE, que más tarde cambiaría para ser la XEB, se convirtió en una de las atracciones más grandes de la época. En 1930 nació la XEW, ³La Voz de América Latina desde México´, entre los artistas que inauguraron dicha estación estuvieron Agustín Lara, Jorge del Moral, Juan Arvizu, La Orquesta Típica Miguel Lerdo de Tejada, La marimba chiapaneca de los Hermanos Foquez y Alfonso Ortiz Tirado. Desde su primera transmisión, fue penetrando sistemáticamente todos los territorios del país. Gracias a ésta, el bolero mexicano tuvo un gran auge de 1930 a 1960 y logró traspasar fronteras y hacer famosos a Agustín Lara, Pedro Vargas, Pedro Infante, por mencionar sólo algunos.
La XEW daría cabida a todas las expresiones de la música popular de la época, desde los boleros románticos hasta los diversos géneros tradicionales de varios estados de la república, pasando por las rancheras y más tarde los géneros afroantillanos. Desfilaron los grandes nombres de aquellos tiempos: Lucha Reyes, el Trío Garnica Ascencio, Agustín Lara, Gonzalo Curiel, María Grever, los Hermanos Martínez Gil, Fernando Fernández, las Hermanas Águila, las Hermanas Landín y una ola de músicos tradicionales de diversas partes de la república que no tardarían en venir a la capital para probar fortuna: Los Costeños, Los Cancioneros del Sur, el Trío Calaveras, los Vaqueros y tantos otros. El bolero mexicano llegó hasta Colombia cuando en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos no podía enviar discos a América Latina, la XEW con su amplio catálogo de artistas cubrió a la perfección la falta de producciones discográficas. Por ese motivo, la XEW fue reconocida a nivel mundial como la radiodifusora más grande de toda América Latina. En esta época destaca la compositora Consuelo Velázquez una gran concertista de piano, capaz de hacer de su bolero Bésame Mucho (tal vez la canción más cantada de todos los tiempos) una versión ³mozartiana´, una barroca, impresionista, en tango, en clave o en lo que se le ocurra. Otro personaje importante es el músico poeta Agustín Lara, que no estudió en su vida una nota en una escuela, pero que con su talento fue capaz de transformar su tiempo y su espacio, México es uno a partir del Flaco de oro y otro después. En esos años, se transmitían los programas de otro gran personaje que cambiaría para siempre la historia de la canción mexicana: Crí-Crí. Con el paso de los años las campanas de identificación de la XEW, emitidas por un xilófono, dieron preámbulo a los más grandes locutores de la época quienes desde su cabina, sabían promover la cultura, la información y el esparcimiento. A la par de la historia de la radio surgieron los anuncios comerciales. Los locutores eran un elemento muy importante, a través de su voz la radio entraba en los hogares, eran su tarjeta de presentación; voces maravillosas que hacían suspirar a las adolescentes, quinceañeras que echaban a volar la imaginación en busca del hombre de sus sueños. Los locutores alimentaban fantasías y causaban decepciones, sobre todo cuando el dueño de la voz no correspondía a ese tono suave y varonil que arrancaba suspiros al escucharla. Es de suponer que en la época de oro de la radio, los locutores y sobre todo sus voces, se convirtieron en un elemento central, indispensable y enigmático en las radiodifusoras. La primera empresa que realizó los estudios de mercadeo y rating, que en aquel tiempo se le conocía como µencuesta casa por casa¶, fue la Colgate Palmolive.
Dichos estudios arrojaban como resultado que en la mayoría de los hogares de la capital del país sintonizaban la XEW, por lo que ambas empresas llegaron a un acuerdo de comercialización muy importante en aquellos años. Entre 1934-1958 poetas, literatos e intelectuales escribían guiones, radioteatros y µjingles¶ para µLa Voz de la América Latina desde México¶. Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Alfonso Reyes, Ángel Rabanal, Chucho Elizarrarás, Mauricio Magdaleno, Ricardo López Méndez, entre muchos otros elaboraban ingeniosos µjingles¶ que atrapaban la atención de los consumidores, y que con el paso de los años se convirtieron en clásicos. Uno de los ejemplos más notorios es el escrito por Fernando Gónzalez Oviedo: µMejor, mejora Mejoral. La radio juega un papel muy importante en la difusión de la música, pero también en la difusión de un nuevo fenómeno, la radionovela, que tiene sus mayores éxitos en la década de los cincuenta. En la década de los 30, la XEW producía y transmitía algunas radionovelas; pero su auge llegó a partir de 1941, gracias a la serie Ave sin nido, La vida apasionante de Anita de Montemar, protagonizada por Emma Telmo. En ese mismo año comenzó la transmisión de obras seriadas como: Lo que el viento se llevo, La vida de Gloria, La dramática historia de Francisca Velasco, Los tres Mosqueteros (segunda versión), La Región más Transparente, entre muchas otras. A partir de ese año la ³Catedral de la Radio´ comenzó a transmitir cinco radionovelas al día que cautivaban al público de la W, entre ellas una de las más famosas y representativas en la historia de este género: ³Chucho el Roto´. En los años 50 el éxito de las radionovelas era indudable. Era la µhora de la comedia¶, y las secretarias, amas de casa, telefonistas, obreras, etc. sintonizaban la estación para escuchar vidas de otros, que si bien no eran ciertas, arrancaban gritos, lágrimas, sollozos, lamentos, risas y demás sentimientos a la menor provocación. El valor cultural de las radionovelas o radio dramatizaciones era que tenían una función moralizante, es decir, al cierre de cada capítulo el radioescucha se quedaba con una moraleja que de una u otra forma adaptaba a su vida cotidiana, tal y como había adaptado las demás producciones de la W radio. Como era de esperarse, la estación XEW pronto tendría competencia, ya que se inauguró en 1938 la XEQ. Al principio, los programas eran en vivo y existían horarios de transmisión; más adelante los programas serían grabados y aparecerían los anuncios comerciales. En 1942 se inaugura Radio Centro. Las cadenas radiofónicas tendrían como pionera la ³Radio Continental´ y posteriormente ³La Cadena Azul´, formada por la XEQ y catorce estaciones de provincia.
A fines de los años cuarenta, la radio estaba exterminando la creación de música vernácula mexicana, ya que la producción masiva de canciones mexicanas, hizo que los compositores e intérpretes estuvieran más concentrados en ganar dinero. La crisis hizo que para los años cincuenta, al aparecer la TV, la radio sufriera un gran descenso de audiencia y las estaciones pasaran a ser hoy en día, la mayor parte de ellas, difusoras de material de moda netamente comercial. Hay que destacar la labor ininterrumpida de estaciones como Radio Educación, Radio UNAM, así como las pertenecientes al IMER, que se han preocupado por difundir la cultura universal en una u otra de sus facetas, y que a pesar de los desequilibrios económicos se mantienen en pie volviéndose verdaderos ³Oasis de la radio´ como dicta el eslogan de Radio Educación. De todos modos no hay que olvidar qué valiosas transmisoras han desaparecido. La radio dio a conocer a nivel masivo, incluso fuera de las fronteras mexicanas, a grandes músicos; nombres que hoy en día son leyendas: Pedro Infante, tal vez con Agustín Lara y Crí-Crí, encabezarían la interminable lista siguiéndole nombres como Jorge Negrete, Javier Solís, José Alfredo Jiménez, tríos como Los Panchos, Los Ases, Los Caballeros, Lucha Reyes, Pedro Vargas, Alfonso Esparza Oteo, Toña ³la Negra´, Tin Tan y su carnal Marcelo, Lorenzo Barcelata, Ricardo Palmerín, Guty Cárdenas, Manuel Esperón, Los cuates Castilla, Pepe Domínguez, ³Tata Nacho´, Pepe Guízar, Gonzalo Curiel, Joaquín Pardavé, Rafael Hernández, Gabriel Ruiz, Alberto Domínguez, María Grever, Consuelo Velázquez, Mariachi Marmolejo de Cirilo y ³Choncho´ Andrade, Mariachi Vargas de Tecalitlán, El ³viejo´ Elpidio, Los Cancioneros del Sur, Hermanos Martínez Gil, Los Costeños, Los Trovadores Chinacos, Ana María González, Marimba Chiapaneca, Amparo Montes, Elvira Ríos, Trío Calaveras, Fernando Fernández, Emilio Tuero, María Victoria, Antonio Badú, Ramón Armengol, Mario Ruíz Armengol, Miguel Pous, Armando Manzanero, Miguel Aceves Mejía, Rubén Fuentes, Tomás Méndez, Cuco Sánchez, Dámaso Pérez Prado, Luis Arcaráz, José Sabre Marroquín, y muchos más. sepiensa.org.mx/.../epoca _ oro2/oro2_2.htm .azc.uam.mx/.../tye/musicaycanciones.htm -
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