TEMA TEMA 10. LA LENGU LENGUA A CO COMO MO SISTEM SISTEMA. A. LA NO NORM RMA A LINGÜ LINGÜÍST ÍSTICA ICA.. LAS VARIE VARIEDA DADES DES SOCIALES Y FUNCIONALES DE LA LENGUA. Mariano del Mazo de Unamuno 1. Introducción y enfoque. 2. La lengua como sistema. sistema. 3. La norma lingüística. lingüística. 4. Las variedades sociales y funcionales de la lengua. 5. Aplicaciones Aplicaciones didácticas. didácticas. 6. Bibliografía. Bibliografía. 1. Introducción y enfoque. Puede parecer, erróneamente, que éste es un tema trivial y trillado, trillado, pero no es así, pues resulta esencial que un profesor de lengua tenga las ideas muy claras sobre la norma lingüística y las variedades variedades de la lengua y que tenga en cuenta cuenta que en la aplicac aplicación ión de la lingüísti lingüística ca a la enseñanza la prioridad no es tanto el conocimiento científico de la lengua como objeto de estudio cuanto el dominio de ésta como instrumento instrumento de comunicación. comunicación. Por ello, es obvio que nos encontramos ante un tema cuyas repercusiones didácticas son de la mayor importancia, pues tradicionalmente la noción de corrección lingüística ha sido uno de los ejes centrales sobre el que se ha articulado la enseñanza de la lengua y después, relegada esta cuestión, no ha dejado de ser objeto de discusión discusión en el ámbito docente. Una mala interpretación del estructuralismo, estructuralismo, que sostenía que la ciencia del lenguaje era descr descript iptiv iva a y no pres prescri cripti ptiva va,, llevó llevó en la década década de los los seten setenta ta a prete preteri rirr las cuest cuestion iones es norma normativ tivas as en la enseña enseñanza nza de la lengua lengua.. Este Este reducc reduccion ionism ismo o simp simplilista sta ha tenido tenido unas unas consecuencias negativas para nuestra disciplina, de las que todavía no nos hemos recuperado por completo. completo. Afortunadamen Afortunadamente, te, el giro giro hacia hacia el uso y el componente componente práctic práctico o propugnado propugnado de nuevo en la década de los noventa ha recuperado la corrección como una de las tareas esenciales de la clase de lengua. Aun así, estamos muy lejos de definir explícitamente que una de las labores fundamentales de la escuela es difundir y contribuir a fijar un determinado modelo de lengua común (o 'estándar') y de lengua culta. El enfoque didáctico de las cuestiones normativas, en relación con la noción de sistema y la variedad lingüística, como veremos más adelante, ha de considerar la complejidad de la cuestión en la ciencia del lenguaje, así como sus indiscutibles aplicaciones prácticas en el desenvolvimiento desenvolvimiento diario de cualquier hablante. Por otro lado, la variedad que todo sistema sistema lingüístico presenta no debe hacernos olvidar que existe, por un lado, un sistema más o menos unitario en cada sincronía, y, por otro, variantes con mayor o menor prestigio social, que el estudiante debe conocer y que forman parte parte de la competen competencia cia comunic comunicativ ativa a de cualquier cualquier hablante, hablante, competen competencia cia que el sistema sistema educativo debe mejorar. En este este tema tema no se pueden pueden analizar analizar todas las variedade variedadess sociale socialess y funcionales funcionales de la lengua, algunas de las cuales se estudian en otros temas, como el lenguaje literario o el periodístico, periodístico, sino sólo aquéllas que más relevancia sociolingüística sociolingüística presentan. 2. La lengua como sistema. sistema. Desde Saussure, e incluso antes, una de las definiciones que se han dado de la lengua es la de entenderla como un sistema de signos interrelacionados. Toda lengua es un sistema
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lingü lingüíst ístic ico o único, único, con con una cier cierta ta unidad unidad que le perm permite ite funci funciona onarr como como inst instrum rument ento o de intercomunicación entre sus usuarios y que refleja una realidad intersubjetiva que permite la comunica comunicación. ción. Ahora bien, bien, toda lengua es igualmen igualmente te un hecho hecho dinámico dinámico,, en permanent permanente e cambi cambio o y transf transform ormac ación ión y con una varia variaci ción ón que, que, si no se adopta adoptan n medid medidas as de polít polític ica a lingüística, lingüística, puede dar lugar a una fragmentación, fragmentación, como ha ocurrido con tantos idiomas a lo largo de la historia. Por tanto, en todo sistema puede haber simultáneamente tendencias centrífugas y centrípetas. La norma lingüística, la unificación ortográfica y las comunicaciones contribuyen a la nivelación; el aislamiento, la carencia de una norma unitaria y la falta de una tradición escrita propician la ruptura de la unidad del sistema. La noción de sistema lingüístico está ligada la idea de articulación, ya presente en Humboldt. Humboldt. Los elementos de un sistema lingüístico están articulados articulados y organizados en unidades distintivas distintivas que permiten combinar los signos más elementales para formar complejos mensajes. El signo lingüístico está doblemente articulado, en unidades como los fonemas y los monemas, y esta doble articulación, característica privativa de la especie humana, permite construir un número número ilim ilimititado ado de enunci enunciado adoss a parti partirr de un conjun conjunto to finit finito o de signo signoss y unidad unidades. es. Por consiguiente, una de las manifestaciones del hecho sistemático en las lenguas naturales es su carácter estructurado, estructurado, a partir de las relaciones y oposiciones que contraen entre sí las unidades del sistema. La relación que mantienen entre sí las unidades dadas en la lengua es de conjunción y disyunción de rasgos pertinentes o distintivos, que es el fenómeno que permite dar valor a los difer diferent entes es signo signoss fónic fónicos, os, léxi léxicos cos,, grama gramatic ticale ales, s, etc. etc. La presen presencia cia y ausenc ausencia ia de rasgos rasgos pertinentes es lo que garantiza la distintividad de las unidades discretas de la lengua. Por este motivo, la lingüística estructural sostiene que el valor de las unidades depende no sólo de sus aspectos positivos, sino también y muy fundamentalmente, de su posición en el sistema. Los signos se relacionan entre sí en dos ejes, el de la selección y el de la combinación y eso nos permite hablar de dos tipos de relaciones entre ellos: paradigmáticas paradigmáticas y sintagmáticas. Cualquier forma de hablar una lengua presenta multitud de variaciones: no todos los hablantes del español articulan exactamente igual todos los sonidos ni le dan el mismo matiz al signi signifificad cado o de una palabr palabra a ni se atien atienen en siemp siempre re a las las mism mismas as reglas reglas de forma formació ción n de oraciones. Pero podemos distinguir usos sistemáticos y otros puramente ocasionales, hechos que pertenecen a la lengua como sistema sistema y otros que forman parte del habla. De esta forma, se define también en lingüística lo sistemático como inmanente, en oposición a variante. Los rasgos distintivos de un fonema o de un lexema, que lo delimitan frente a otras unidades conexas, pueden presentar variantes articulatorias o contextuales que no alteran su valor y su funcionalidad comunicativa, comunicativa, por lo que, en un estado de lengua dado, serían sólo las invariantes fónicas o sémicas las que formarían parte del sistema sistema de la lengua, el resto serían entidades del habla. habla. Pero esta distinc distinción, ión, metodoló metodológicam gicamente ente utilís utilísima, ima, necesari necesaria a para explicar explicar cómo cómo las lenguas mantienen su unidad, tiene una validez no totalmente absoluta, pues es una noción con sus evidentes límites. El sistema es una abstracción, lo que observamos en los hechos brutos de lengua es siempre una realidad más heterogénea, con una evidente tendencia a la apertura y a la creativida creatividad, d, aunque aunque también también es cierto cierto que las lenguas lenguas -y no sólo sólo mediante mediante las polític políticas as normativizadorasnormativizadoras- disponen de múltiples mecanismos mecanismos para la nivelación. Esto nos lleva a entender que una lengua histórica, como sistema de signos, es una compleja realidad que funciona más como un sistema de sistemas que como un sistema único e indivisible. Por un lado, las entidades que dan soporte material y formal a las lenguas son de diver diversa sa natura naturalez leza a (fónic (fónica, a, léxi léxica, ca, morfo morfosi sintá ntáct ctica ica). ). Por otro, otro, toda toda lengua lengua presen presenta ta una indiscu indiscutibl tible e variedad variedad en distinta distintass situaci situaciones ones comunic comunicativ ativas, as, ámbitos ámbitos geográfic geográficos os y estrato estratoss socioculturales. Es decir, por un lado, hay un sistema fonológico, un sistema morfológico y
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sintáctico y un sistema léxico. Estos subsistemas están relacionados, pues ninguno de ellos podría articularse independientemente, aunque sus componentes pueden ser estudiados por separado con fines metodológicos. metodológicos. Cada sistema lingüístico en particular organiza sus propias estructuras relacionales entre los signos y de las posibilidades posibilidades universales, tanto sustanciales sustanciales como formales, formales, sólo selecciona selecciona una parte de las mismas, mismas, aquellas que tienen rendimiento funcional. funcional. En el plano fónico, el sistema fonológico de cada lengua se define por el conjunto de unidades distintivas (fonemas), que se establecen en función de las relaciones opositivas a partir de rasgos distintivos. En la realización de los mensajes lingüísticos sólo pertenecerán al sistema de la lengua las unidades fónicas que puedan modificar el significado de unidades mayores (monemas (monemas y palabras) y no las variantes que no afecten a la función distintiva. distintiva. El plano fónico no se agota en la palabra, sino que afecta a unidades superiores, suprasegmentales, donde donde el signo signo enunci enunciati ativo vo codif codific icado ado tendrá tendrá una norma norma de entona entonaci ción ón para para marca marcarr las las modalidades oracionales y las intencionalidades codificadas codificadas por el uso sistemático. Cada lengua tiene un sistema morfológico y gramatical, que es un conjunto de clases cerradas, igual que en fonología (y lo que es más problemático en el léxico). El sistema morfosintáctico de cada lengua establecerá los procedimientos, si los hubiere, de flexión y derivación, relaciones sintácticas funcionales, orden de palabras, etc. Desde un punto de vista generativista, las estructuras sintácticas de cada lengua serán la articulación particular de un sistema universal de reglas de generación de todas y sólo las oraciones gramaticales y bien formadas de dicha lengua, sistema de reglas que es una capacidad innata, objeto de estudio de la teoría sintáctica, la competencia lingüística. El léxico es el nivel menos estructurado, o, mejor dicho, la estructura más compleja, debido a la inmensa cantidad de unidades y a las mayores asimetrías en su estructuración. El sistema sistema léxico de una lengua presenta similitud similitudes es con la gramática, gramática, en cuanto a los principios de conjunción y disyunción de semas que permiten determinar los rasgos distintivos (semas) (semas) en los que se articulan las oposiciones y dimensiones de los distintos campos léxicos, léxicos, pero el léxico es una estructura llena de vacíos e intersecciones, en el que las unidades, definidas a partir de la forma lingüística, tienen una sustancia más compleja que la fónica y gramatical. Todo esto no impide hablar de la existencia de una estructura léxica sistemática e inmanente para cada lengua funcional existente en una lengua histórica. Es evidente que ninguno de estos sistemas puede funcionar de manera independiente. Todos se necesitan mutuamente para codificar mensajes lingüísticos y para utilizar el lenguaje en contextos particulares, en situaciones situaciones reales de comunicación. Pero, Pero, dado dado que la noción noción de sist sistema ema,, como como hemos hemos dicho dicho,, es una abstra abstracc cción ión,, no podemos podemos olvidar olvidar la importa importancia ncia teórica teórica del habla habla ni de la actuación, actuación, que son más dispersa dispersass y sobre las que podemos formular menos generalizaciones, pero que constituyen la realidad que estudiamos en cada mensaje en particular, en el primer caso como realización de la lengua, en el segundo como conducta o actividad observable en un acto comunicativo. La importancia de la noci noción ón de actu actuac ació ión n se comp compre rend nde e al repa repara rarr en el pape papell cent centra rall que que dese desemp mpeñ eña a la competencia competencia comunicativa, comunicativa, la adecuación sociolingüística, sociolingüística, discursiva, discursiva, etc. en el uso del lenguaje en contex contextos tos extra extrave verba rbales les determ determina inados dos y para para las las funci funcione oness semió semiótic ticas as que pueden pueden desempeñar las lenguas naturales. Hemo Hemoss vis visto que que la homo homoge gene neid idad ad de los los sist sistem emas as ling lingüí üíst stic icos os perm permitite e la inter intercom comuni unicac cación ión entre entre los los hablan hablantes tes,, pese pese a las difer diferenc encia iass que presen presentan tan las las dist distint intas as realizaciones. Pero esa homogeneidad, que permite hablar de una lengua histórica, como el catalán, el español, el inglés, no es completa, pues en cada lengua conviven distintas lenguas funcio funcional nales, es, esti estilos los,, varie variedad dades. es. Esas Esas vari varieda edades des pueden pueden ser ser diatóp diatópic icas, as, diastr diastráti áticas cas y
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diafás diafásica icas. s. Evide Evidente ntemen mente, te, entre entre todas todas las las form formas as de hablar hablar de una comuni comunidad dad hay un denominador común a diferentes hablantes y situaciones, la lengua estándar o común, que es la que permite permite la nivelac nivelación ión y, por tanto, la existen existencia cia de un subsistema subsistema en el que hay signos signos compartidos compartidos por los hablantes. Ese es el mecanismo de la comunicación y del mantenimiento de la unidad. A título de ejemplo podemos ver cómo la falta de esa lengua común propició, tras la caída del Imperio romano, la fragmentación del latín en la Edad Media. 3. La norma lingüística. lingüística. La principal tarea de la llamada gramática tradicional tradicional era la de prescribir usos correctos e incorre incorrectos ctos.. El cambio lingüísti lingüístico co pone en entredic entredicho ho la validez validez universa universall en el tiempo y en el espacio de un criterio de corrección que los hablantes no consideren sistemático. Dicho de otra forma, el carácter sistemático de una distinción o de cualquier rasgo lingüístico es el que determina su pertenencia a la lengua. Por este motivo, la lingüística estructural, desde sus inicios, se proclamó como descriptiva y no prescriptiva, ya que esta última actividad no tiene carácter científico. Las actitudes puristas, que, como tales sólo existieron entre algunos gramáticos del siglo XVIII reacios a aceptar la admisión de cualquier galicismo, ignoraban el carácter dinámico de la lengua y cayeron pronto en descrédito, pues demostraron que una norma académica no puede imponerse a un uso extendido y que una lengua culta puede seguir desarrollándose pese a la introducción de extranjerismos, cambios semánticos, morfosintácticos, etc. Pero Pero el lógi lógico co rech rechaz azo o del del puri purism smo o y la nega negaci ción ón del del cará caráct cter er cien cientí tífifico co de la prescriptividad no han de entenderse como una negación de la norma como entidad de la lingüística. Este punto de vista sería un grave error, de lamentables consecuencias para la normali normalizaci zación ón de un idioma, idioma, para su fijación fijación y sería sería una postura postura absurda absurda de planifi planificaci cación ón lingüística. Lo primero que debemos considerar es la complejidad del problema, que presenta diversas vertientes que deben ser analizadas por separado. En primer lugar, hay que distinguir entre las normas que el lingüista inventa -que son pura convención- y las reglas que el lingüista descubre o analiza, que son la descripción o explicación explicación de los diferentes usos sistemáticos sistemáticos que existen en una lengua. Entre las primeras podemos citar la norma ortográfica y entre las segundas la noción chomskyana de gramaticalidad. En segundo lugar, debemos subrayar que toda lengua de cultura necesita una norma para subsistir. En tercer lugar, que esa norma es varia variable ble en el tiemp tiempo, o, no es una real realida idad d inmuta inmutable ble,, como como tampoc tampoco o lo son son otras otras normas normas sociales, sociales, morales, costumbres, etc. En cuarto lugar, cabe subrayar que hay diversos criterios criterios de corrección, que deben ser argumentados para esgrimir la supuesta agramaticalidad de una oración (la autoridad, el criterio geográfico, el uso sistemático, etc.). En quinto lugar, hay que decir que en una lengua no hay una única norma, sino muchas normas, normas, según el tipo de escrito, escrito, según el área, según la situación comunicativa. Finalmente, hay que señalar que la corrección se corresponde en muchas ocasiones con el mayor o menor conocimiento que el hablante tiene del sistema de la lengua. Vamos a detenernos un poco más en la cuestión. La norma, según Coseriu, no es totalmente asimilable al sistema, pues se trataría de una cuestión próxima a la estadística, que tiene en cuenta más las realizaciones del sistema que las reglas del mismo como sistema de posibilidades. Aun así, el peso del uso extendido, ya desde Nebrija, es un criterio fundamental para determinar "cómo se dice" en una lengua tal o cual expresión, giro, etc. Si entendemos la norma en el sentido de normativizar y fijar una lengua, tenemos que atender a una norma artificial, la ortográfica, que trata de ser un modelo unitario para todos los
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habl hablan ante tes. s. La orto ortogr graf afía ía,, reci recien ente teme ment nte e actu actual aliz izad ada a en espa españo ñoll para para todo todo el domi domini nio o panhispánico (2000), es una convención imprescindible para garantizar la nivelación. Actúa también como modelo unificador y moderador de las diferencias de la lengua hablada. El ejemplo de la ortografía es revelador, pues no todas las normas son igual de eficaces, ya que una norma fonetista, como es el caso de la española, se revela como didácticamente más acertada y más fácil de generalizar. Chomsky introduce el concepto de gramaticalidad, noción en la que este autor distingue grados, de construcción sintáctica e interpretabilidad semántica. Esta noción de norma distingue las oraciones bien formadas de una lengua de las mal formadas, que el hablante, en el proceso de aprendizaje, va corrigiendo como consecuencia de la imitación. Así, en español, el orden de palabras, la correlación de tiempos, la concordancia, etc. serán rasgos de gramaticalidad que un hablante concreto conocerá peor o mejor, según su competencia lingüística. La norma norma fonétic fonética, a, la ortol ortologí ogía, a, tiene tiene menos menos prest prestigi igio o por lo que se refier refiere e a las variedades dialectales del español, que en el terreno hablado son aceptadas. No así para el aprendizaje de hablantes extranjeros. Aun así, existe en cada área del español un modelo de norma fonética con prestigio social. La norma semántica, aplicada al léxico, ha de tener en cuenta dos aspectos, lo que tradici tradicionalm onalmente ente se ha llamado llamado sentido sentido propio propio de las palabras, palabras, y la compati compatibili bilidad dad semántic semántica a (reglas de restricción selectiva en la gramática generativa). La primera se refiere al correcto entend entendimi imient ento o de las las dife diferen rencia ciass sist sistemá emátiticas cas que los los vocabl vocablos os tiene tienen n en el siste sistema ma y la segunda a sus relaciones sintagmáticas, sintagmáticas, a sus combinaciones en la cadena hablada. La norma semántica oracional sería una variante de la gramaticalidad, pues afecta a la buena formación de las oraciones. La norma morfológica tendría un aspecto fonético y otro relacionado con el conocimiento de las reglas de formación formación de palabras en una lengua. El hablar y escribir correctamente una lengua no sólo consiste en conocer bien la ortografía, el léxico o la gramática, también implica una adecuación del registro a la situación comunicativa. Por eso podemos hablar también de una norma sociolingüística y pragmática, que responde más a una convención social de los propios hablantes que al dictado de los gramáticos. Un aspe aspect cto o de la vari variab abililid idad ad de la norm norma a es la exis existe tenc ncia ia de dist distin inta tass norm normas as geográficas. No se puede decir que el mejor español sea el hablado en una zona determinada, ni que sea mejor el inglés hablado en tal país en comparación con otro, sino el hablado por los ciudadanos más cultos, es decir, los que mejor conocen el sistema. Muchas lenguas presentan una gran variedad geográfica, por lo que debemos aceptar que existen distintas normas locales en un idioma, sin más criterio que el de sistemático frente a asistemático. Ahora bien, para muchos hablantes, hay variedades locales de mayor o menor prestigio social y este hecho no lo podemos ignorar en una descripción descripción sistemática de una lengua natural. La norma, pues, es un concepto social e históricamente variable, variable, que depende en buena parte del uso que los hablantes de una lengua hagan del sistema. Pero esta visión de que la lengua la hacen los hablantes, la hace el pueblo, como se decía en el siglo XIX, también hay que someterla a revisión. Pues no todos los hablantes intervienen de la misma manera en todos los aspectos del sistema de la lengua. Veamos algunos ejemplos. En el léxico léxico coloquial y común, en la fonética articulatoria articulatoria y en el valor de las conjunciones más empleadas, el uso más extendido es el que determina históricamente la norma y a la larga, el sistema. Pero el valor de los cultismos, los usos literarios (que son particulares pero cuidadas transgresiones de la norma; son otra norma) y, sobre todo, el valor semántico semántico de los términos técnicos técnicos y científicos (que están codificados de otra forma, a partir de
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un apriorismo conceptual), no es materia en la que opinen todos los hablantes ni en la que la opinión de todos ellos cuente lo mismo. Finalmente, es cierto que en los criterios de corrección puede haber en ocasiones cierto subjetivismo, subjetivismo, que no siempre es fácil diferenciar diferenciar entre norma y estilo, lo que plantea dificultades en la enseñanza. Partiendo de un criterio científico, descriptivo, más que de norma académica, podemos decir que si bien no siempre es factible en lingüística hablar de usos lícitos e ilícitos, además del prestigio social, que puede ser importante para la vida social del estudiante, es preciso distinguir lo que existe en la lengua culta y lo que sólo se da en determinados ámbitos del idioma. Así, Así, algunas expresiones, expresiones, formas de hablar, sentidos sentidos figurados, etc. etc. no tienen por qué calificarse de alejados de la norma si alcanzan un uso sistemático, pero sí podemos decir que no pertenecen a la lengua culta. 4. Las variedades sociales y funcionales de la lengua. El sistema de la lengua, ya lo hemos visto, oscila entre la tendencia unitaria y la tendencia hacia la variación, que puede ser mayor o menor según los casos. De las tres variaciones que definen el diasistema: diatópicas, diastráticas y diafásicas, vamos a ocuparnos sólo de estas dos últimas. Es obvio que no es igual la lengu lengua a que emplea emplea un abogad abogado, o, un univer universi sita tario rio,, un estudiante, un agricultor o una persona sin estudios primarios. El nivel sociocultural de los hablan hablantes tes determ determina ina dife diferen rentes tes nivel niveles es de estra estratif tific icaci ación ón en una lengua lengua,, condi condici ciona ona las las variedades sociales de un idioma. Por otro lado, tampoco es igual la lengua que habla la misma persona en situaciones comunicativas formales que hablando con los amigos o su familia. Esta otra variación, que obedece a motivos funcionales, como la relación entre las personas o el tipo de discurso empleado condiciona los registros y las lenguas especiales. especiales. Por Por tant tanto, o, dent dentro ro de una una mism misma a leng lengua ua hist histór óric ica a pued puede e habe haberr rasg rasgos os fóni fónico cos, s, morfosintácticos morfosintácticos o léxicos propios de un nivel culto, medio o vulgar, por un lado. Y por otro, puede haber características características diferenciales diferenciales derivadas de las distintas funciones con las que se emplee el lenguaje. Así se define la noción de registro de habla, pues se trata de una variedad estilística que empleará cada hablante según la situación comunicativa en la que se encuen encuentre tre.. Los regis registro tros, s, que son son una modali modalidad dad funcio funcional nal adapta adaptada da a una serie serie de variantes, variantes, dependen del tema y de otras circunstancias circunstancias comunicativas, comunicativas, como el hecho de que se empleen bien en la lengua oral bien en la escrita; también están en función de las relaciones que se den entre las personas o el ámbito más o menos formal en el que se desenvuelva el discurso. Y también de otras convenciones sociales: es curioso que habitualmente hablando de fútbol se emplee una mezcla de la lengua culta con la jerga deportiva, de efecto caricaturesco. El registro no sólo depende del nivel socioeconómico de los hablantes, sino sobre todo del sociocu sociocultur ltural, al, pero, pese a la compleji complejidad dad de la sociedad sociedad española española de hoy, hay correlac correlaciones iones evidentes entre nivel cultural y riqueza idiomática, así como entre variedades sociolingüísticas sociolingüísticas y estratificación social. De esta manera, el fenómeno sociolingüísticamente relevante es que un hablante culto del españ español ol podrá podrá emplea emplearr disti distinto ntoss regis registro tros, s, entre entre ellos ellos las las jerga jergass urbana urbanas, s, con fines fines expresivos o estilísticos, mientras que determinados segmentos de la sociedad sólo pueden utilizar «códigos restringidos», esto es, usarán preferiblemente la jerga y los registros más familiares y coloquiales y desconocerán -o conocerán deficientemente- otros registros más formales, formales, necesarios para realizar realizar determinadas funciones sociales.
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A la hora de analizar las variedades sociales de una lengua es preciso establecer una disti distinc nción ión entre entre nivele niveless de lengua lengua,, soci socioli olingü ngüíst ístico icos, s, y regis registro tross del habla, habla, varie variedad dades es discursivas. Los primeros se refieren a una estratificación social existente en una comunidad lingüística, son subsistemas que funcionan como códigos relativamente independientes dentro del sist sistema ema lingü lingüíst ístico ico,, y que se corres correspon ponden den con con los usos usos sist sistemá emátiticos cos que hacen hacen los los hablantes según su nivel sociocultural o de acuerdo con otras diferencias que condicionan su saber y su conducta lingüísticos. Aun así, quizá sea exagerado hablar de sociolectos, dadas las intersecciones que se dan entre las diferentes hablas juveniles y la lengua coloquial, a lo sumo habría que hablar de rasgos diferenciadores y rasgos comunes de las jergas juveniles con las varia variante ntess más más próxi próximas mas,, como como el habla habla fami famililiar ar o la lengua lengua coloq coloquia uiall y los regis registro tross más más informales informales del español hablado en España. Las variedades sociales dependen, en última instancia, del grado de conocimiento que se tenga del sistema, y guardan una mayor correlación con una estratificación estratificación sociocultural sociocultural que con la pura estratificación socioeconómica. socioeconómica. En el español de hoy podemos distinguir un nivel lingüístico culto, caracterizado por un léxico rico y preciso, una sintaxis completa y correcta y una estructuración lógica, ordenada y cuida cuidada; da; un nivel nivel popula popular, r, que impl implica ica un menor menor conoc conocim imien iento to del siste sistema ma sin sin llega llegarr a la incorrección y un nivel vulgar, cuyo rasgo dominante es el desconocimiento de muchas de las normas del sistema, lo que genera un alto nivel de incorrección. Como intersección de estos estratos socioculturales de un idioma, tenemos el concepto abstracto de «lengua común», que es, justamente, el denominador común a todos los niveles del lenguaje, el código que permite la comunicación, la nivelación y la unidad entre todos los hablantes. Hay palabras que por su especialización o por sólo existir en la lengua escrita, pertenecen exclusivamente a un nivel lingüístico culto, pero que tienen su correlato en la lengua común o en los niveles popular y vulgar. Ese territorio territorio que no diferencia los diferentes niveles es la lengua común. La gama de lo culto a lo vulgar admite muchos matices. Por ejemplo, en el campo semántico de 'muerte', es éste lexema el que pertenece a la lengua común, mientras que habría una gradación de cultismo cultismo a vulgarismo vulgarismo en 'deceso', 'óbito', 'fallecimiento', 'fallecimiento', 'palmarla', 'espicharla', etc. Las variedades sociales implican que en todos los subsistemas de la lengua el grado de conocimiento que los hablantes tienen sobre el conjunto del sistema es muy desigual, lo que explica el carácter más conservador del léxico culto -pese a su creatividad-, menos sometido al dinamismo de la lengua que los niveles más populares y la inexistencia de determinadas construcciones sintácticas de la lengua culta en los textos orales y escritos de hablantes de un nivel nivel lingü lingüíst ístico ico más bajo. bajo. El aspec aspecto to fonét fonétic ico, o, sin sin embarg embargo, o, es difere diferente nte,, pues pues la norma norma ortológica está tan ligada al prestigio social como al conocimiento del sistema. Cuestión distinta, aunque relacionada con la anterior, es la variación funcional de la lengua. El español, como otros idiomas, posee una serie de convenciones sociales que regulan su uso en situaciones comunicativas diferenciadas, donde la primera gran traza distintiva que podemos formular es la que media entre formalidad formalidad y no formalidad. formalidad. Así, hemos de distinguir la lengua coloquial (que emplean hablantes cultos y no cultos, y que que tamb tambié ién n pres presen enta ta nive nivele less soci socioc ocul ultu tura rale les) s) de la leng lengua ua form formal al,, más más cuid cuidad ada, a, de determinados tipos de discurso. discurso. La leng lengua ua colo coloqu quia iall no debe debe conf confun undi dirs rse e con con la leng lengua ua popu popula lar, r, pese pese a sus sus concomitancias, porque se define, no por el nivel de sus hablantes, sino por las circunstancias del habla, que son el relajo y la confianza. Lo que más caracteriza la lengua coloquial es el particular particular uso de la sintaxis, que es entrecortada e incompleta, deja al contexto la interpretación del sentido y se caracteriza por la economía de medios. También, aunque menos, es un componente importante el léxico, creativo y expresivo, desenfadado y recurre con frecuencia a
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muchos de los mecanismos de la llamada función poética del lenguaje. La lengua coloquial, característica del discurso oral cotidiano en situación de cercanía, no es una lengua incorrecta (puede serlo sociolingüísticamente si se emplea en un ámbito inadecuado) ni se puede asimilar al vulgarismo, sino que es la manifestación más espontánea de la lengua para hablar, sin formalidad, formalidad, de lo cotidiano, lo familiar, en confianza. En la variedad funcional hablar de lengua común es hablar de un estilo más bien neutro, sin expresividad ni especialización. Es la lengua que se suele emplear en un informativo para hablar al gran público. El lenguaje presenta otras variedades funcionales para situaciones comunicativas muy diversas. La manifestación más elevada de la lengua culta es la lengua literaria. No es fácil trazar unos rasgos comunes a todas las manifestaciones lingüísticas lingüísticas de la literatura, literatura, ya que son muchas las variedades que la creación presenta, pero podemos decir que el lenguaje literario es el más cuidado, el más elaborado, el que más está destinado a perdurar, para lo cual se vale de la función poética del lenguaje con la finalidad de crear belleza y perdurar. El lenguaje científico persigue la claridad, la monosemia y la precisión exacta de un conocimiento que parte más del conocimiento conceptual que del lingüístico. Se vale de una sintaxis sintaxis lógica, monosémica y explícita y del recurso a los tecnicismos tecnicismos léxicos, mediante los que trata de establecer una relación explícita explícita y unívoca entre conceptos y términos. términos. El lenguaje jurídico y dentro de él el administrativo, que usa los tecnicismos propios del derecho, es un lenguaje yusivo, con rasgos de estilo conservadores y formularios, adecuado a las circunstancias circunstancias en las que se desenvuelven los actos jurídicos. jurídicos. El lengu lenguaje aje come comerci rcial al se atiene atiene igualm igualment ente e a unas unas conve convenci ncione oness que regul regulan an su actividad social. Usa sus propios tecnicismos, es un lenguaje formalizado como el jurídico y en él no tienen cabida ni la creatividad ni la expresividad, aunque no persigue el conocimiento, sino un fin práctico de relación social y primacía informativa. El lenguaje del periodismo es extremadamente extremadamente variado (dados los múltiples géneros que incluye), pero su característica esencial es la economía de medios en el plano informativo y el recurs recurso o a técni técnica cass de argum argument entaci ación ón filo filosóf sófic ica a o la manipu manipulac lación ión para para lograr lograr un efecto efecto persuasivo en la opinión. El lenguaje de la publicidad se mueve por una finalidad práctica: persuadir y llamar la atención. Para ello emplea todos los recursos disponibles: la función poética del lenguaje, la connotación, la combinación de lenguaje verbal e imagen, etc. El lengua lenguaje je filo filosóf sófico ico y ensayí ensayísti stico co tiene tiene eleme elemento ntoss comun comunes es con con algun alguno o de los los ya citados. El filosófico con el científico, aunque predomina el vocabulario abstracto y el carácter argumentativo. argumentativo. El ensayo es un escrito híbrido híbrido entre ciencia, filosofía filosofía y literatura. literatura. Pero dentro de las variedades funcionales destaca en el español hablado en España actualmente el empleo de jergas. Una jerga es una lengua de grupo, que se emplea con una finalidad críptica o como seña de identidad. Son muchos los colectivos que han usado jergas, desde las distintas profesiones (médicos, abogados, economistas), hasta los tecnócratas, el mundo de los toros o el fútbol, los delincuentes, etc... Pero de todas estas jergas la que más ha llamado la atención de lingüistas y sociólogos es la llamada jerga juvenil, cheli o lengua del rollo, cuyos límites, como los de todas las variedades sociales, son muy difíciles de establecer, ya que entre las distintas hablas del españo españoll de hoy se dan numero numerosas sas inter intersec seccio ciones nes,, trans transic icion iones es e interf interfere erenc ncias ias,, como como consecuencia del factor nivelador de los medios de comunicación comunicación social. Las Las actu actual ales es jerg jergas as juv juvenil eniles es urba urbana nass de nues nuestr tra a leng lengua ua,, refi refiri rién éndo dono noss casi casi exclus exclusiva ivamen mente te al españ español ol de Españ España, a, son son un conju conjunto nto de vari varieda edades des sociol sociolin ingüí güísti sticas cas empleadas sobre todo por los jóvenes en la vida cotidiana y en los registros menos formales. formales.
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Esta Estass jerg jergas as juve juveni nile less son son una una mezc mezcla la de dife difere rent ntes es habl hablas as:: hay hay expr expres esio ione ness procedentes del habla gitana, el caló, como 'chorizo', de 'chorar' (robar) o 'curro' (trabajo). Hay términos del argot castizo, madrileño especialmente, especialmente, como 'piño' (diente), derivado de 'piñón'. Y también de vocablos nacidos en el mundo de la droga, como 'colocarse' o 'chutarse'. Las actuales jergas son herederas de jerigonzas muy antiguas, como el habla de germanía, que ya está presente en Quevedo o en las novelas picarescas de Cervantes. Y también ha habido creación, innovación, mediante el recurso de deformar voces coloquiales o a través del empleo de térmi términos nos comunes comunes con con un senti sentido do nuevo nuevo,, como como en 'rollo 'rollo'' o 'punto 'punto'' (estad (estado o de máxi máximo mo bienesta bienestar). r). Aunque creación creación en sentido sentido estricto estricto ha habido habido menos de lo que habitualm habitualmente ente se cree, ya que con frecuencia se recurre a la recuperación de voces antiguas. Muchas palabras y expresion expresiones es de la jerga contemporáne contemporánea a estaban estaban ahí latentes latentes,, lo que no deja de ser un hecho hecho del máximo interés sobre la vida de las palabras. 'Guay del Paraguay' está documentado, como mínimo, a mediados de siglo, 'tronco' ya existía de antiguo en el castizo. Y 'cañón' (ponderativo de belleza) es un vocablo arcaico recuperado últimamente por las jergas juveniles de "niños bien". Algún tipo de variedad lingüística juvenil ha existido siempre. Pero como fenómeno nuevo que traspasa en el español de nuestros días las fronteras de grupos minoritarios o marginales, estos dialectos sociales empiezan a expandirse en la década de los setenta en los ambientes urbanos menos acomodados y menos convencionales. Lo que más destaca de la nueva nueva situa situaci ción ón es la capac capacida idad d de irrad irradiac iación ión y de difus difusión ión de estas estas hablas hablas.. Las jergas jergas urbanas, además, han aumentado el caudal léxico del argot tradicional, con una ampliación de campos semánticos y de expresiones. expresiones. Se la denominaba hace dos décadas "cheli" o "lenguaje del rollo", por el enorme valor polisémico polisémico que daba a este significante, auténtico comodín, que pese a sus significaciones significaciones más específicas específicas ('formas de vida' o 'relación sexual'), sexual'), era un lexema tan genérico como pudiera serlo 'cosa' en la lengua común. También fue conocido como lenguaje "pasota", porque su irrupción coin coinci cidi dió ó con con los los años años del del dese desenc ncan anto to,, époc época a en la que que ese ese habl hablar ar era era el cont contra rapu punt nto o desmi desmititific ficado adorr de los refere referente ntess de la genera generaci ción ón anteri anterior or y manif manifes estab taba a una visi visión ón más desengañada, cruda y descarnada de la realidad. Los límites de este dialecto social no son absolutamente precisos, pues muchas de sus variedades léxicas, fonéticas y sintácticas presentan múltiples intersecciones con otros registros, como el lenguaje coloquial y hasta con la lengua común. De ahí que no sea fácil elaborar un diccionario en el que quepa el cheli y sólo el cheli o que delimite el terreno exclusivo de las jergas. Un aspecto que debe subrayarse es que no hay una sola jerga juvenil en el español hablado en nuestro país, sino varias, en función del grupo social (más refinado o aburguesado, más ácrata, más marginal, más ligado a los mundos de la droga o la delincuencia, etc). La variedades sociolingüísticas de los jóvenes de la España actual no son las mismas en el medio urba urbano no que que en el rura rurall ni tamp tampoc oco o en los los secto ectore ress más más prol prolet etar ariz izad ados os o en los más más acomodados, aunque no podemos ignorar la existencia de un factor de nivelación de las hablas juveniles debido al poder difusor de los medios de comunicación social. Por eso es observable un denominador común de términos y expresiones que no son exclusivas de ningún ambiente en particular y son más propiamente "juveniles" o generacionales. Esta constatación nos obliga a hablar, pues, no de una única jerga juvenil, sino de una multiplicidad de jergas, con sus intersecciones intersecciones y sus incompatibilidades. incompatibilidades. Por ejemplo, en todas las jergas se empleará el adjetivo "guapo" o "guapa" para expresar no ya la belleza, sino la ponderación; así, "he pillado una moto guapísima". O se hablará de un "rollo malísimo" para designar algo negativo. Pero si emplea 'fetén 'fetén'' o 'moto 'motorol rola', a', 'super 'super-'-' ('Est ('Estas as vacaci vacacione oness he estado estado super supersol sola') a'),, lo normal normal es que
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pertenezca a una jerga "de niños bien" o "pijos", mientras que 'sobar' (en el sentido de dormir) o 'col 'colga garr un marr marrón ón'' indi indica ca la pert perten enen enci cia a de su usua usuari rio o a una una jerg jerga a soci social alme ment nte e meno menoss acomodada. Dentro de la jerga, pues, podemos distinguir también subsistemas subsistemas y variaciones. Sin embargo, hay términos que expresan ese denominador común juvenil urbano entre jergas "pijas" y marginales: 'pibe', 'pibita' serían términos sólo juveniles, como el 'cate'. Expresión de este lenguaje más infantil incluso que juvenil lo tenemos en 'molongui', derivado de 'molar'. Desde el punto de vista lingüístico es posible destacar algunas notas caracterizadoras de estas variedades juveniles del español. Respecto del nivel sintáctico observamos los mismos rasgos que se dan en el lenguaje coloquial: sintaxis entrecortada y sincopada, sobreentendidos, frases hechas, pero con una ause ausenc ncia ia de refr refran anes es y expr expres esio ione ness más más trad tradic icio iona nale les, s, lo que que pone pone de mani manififies esto to un componente de ruptura generacional y, sobre todo, de fuerte desarraigo, aspecto peculiar de las jergas urbanas actuales. Por lo que se refiere al nivel fónico hay que subrayar que la entonación es también un rasgo propio. Una persona que utilice habitualmente la jerga o que se valga de ella como registro más informal lo hará con una entonación particular, muy relajada y expresiva. Suelen ser comunes, pues, ciertos rasgos fónicos próximos al español meridional y al castizo madrileño, con una entonación enfática y deliberadamente alejada de la norma central del castellano. En cambio, pese a compartir buena parte de los vocablos de la jerga juvenil, el habla de los "pijos" o "niños bien", tiene otra entonación muy diferente, más afectada, con un énfasis en sentido contrario, donde destaca como elemento diferenciador el alargamiento de las eses. No obstante, lo más característico, lo más específico, de la jerga juvenil es el nivel léxicosemántico. Las características de la estructuración léxico-semántica de esta variedad lingüística son, en parte, comunes con el lenguaje coloquial, por lo que se refiere a la formación de palabras. Así, podemos hablar de la sufijación expresiva (-amen, 'muslamen', -ata, 'tocata', 'jubilata', 'drogata') o los acortamientos léxicos: 'chori', por 'chorizo'. Considerando que la naturaleza de lo designado por las unidades léxicas de una lengua no es uniforme, como tampoco lo es la relación entre los signos léxicos y la realidad, debemos notar que las jergas como el cheli refuerzan más la intuición, una mayor imprecisión conceptual en la denotación sistemática. De esta forma, el léxico jergal, como el coloquial, es más abierto, tiende más a la polisemia, a la diversificación de los sentidos de las palabras, mientras que un lenguaje culto, excepto el literario, no permite tanta creatividad. Así, es notorio que esta mayor imprecisión denotativa es más fácilmente observable en el lenguaje coloquial que en la lengua común y justamente la imprecisión, inexactitud y una delimitación no certera de los denotata es una de las notas definitorias de la codificación de los lenguajes más ligados a la cultura popular. Por otro lado, la frecuencia de términos pertenecientes a distintos campos semánticos (en el sentido más amplio de la expresión y no entendida en su restricta acepción de paradigma léxi léxico co conti continuo nuo,, tal como como lo define define la semán semántic tica a estru estructu ctural ral europe europea) a) puede puede ser ser una vía vía interesante para determinar la visión del mundo que tienen estas jergas juveniles. juveniles. Así, Así, una una de las las tare tareas as más más inte intere resa sant ntes es en el estu estudi dio o del del voca vocabu bula lari rio o de esta estass variedades es el de determinar qué campos léxicos son los que más abundan en las jergas juveniles del español. Constatamos que predominan los campos léxicos de objetos de la vida cotidi cotidiana ana,, el amor y el sexo, la droga, droga, los sentim sentimien ientos tos,, los los ponder ponderati ativos vos y, vocabl vocablos os de referencia genérica empleados como comodines. Es posible una caracterización semántica de las distintas "lenguas funcionales" en las que funcionan las jergas como una simplificación de los rasgos distintivos propios de los paradigmas léxicos más conceptuales de la lengua común. Así, por ejemplo, los vocablos que se refieren a los adjetivos calificativos presentan una mayor
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limitación limitación de diferenciaciones diferenciaciones conceptuales que en los registros menos menos informales. informales. Y también es relevante comprobar cuáles son todos los campos léxicos que no tienen su correlato en las jergas juveniles. Por todo ello entendemos que no son irrelevantes las preguntas siguientes: ¿De qué se puede hablar en cheli o en otras jergas? ¿Se puede comunicar todo en cheli o en el resto de las jergas? A la primera cuestión puede responderse que son muchos los aspectos de la vida cotidiana de los que es posible hablar mediante esta modalidad lingüística. Pero a la segunda de las interrogantes es preciso responder, evidentemente, de forma negativa, aunque sea preciso reconocer que ciertas actitudes vitales se comunican de forma más expresiva en la jerga que en otras variedades más formales formales del español. Por otro lado, hay que subrayar la inexistencia de variantes idiolectales en el uso de muchas jergas, pues son una manifestación de una cultura de grupo, en ocasiones tribal, con una mayor fuerza de la mímesis que de la creación individual, excepto en los casos en que los escritores escritores recurren a ella. Éste es un fenómeno común a otras jergas, como la de los políticos o los tecnócratas, que observamos en su 'discurso repetido', donde también puede constatarse una tendencia a la repetición y no a la originalidad individual. individual. Podemos hacer diversas interpretaciones sobre el significado significado y la funcionalidad sociales de las las jerga jergass juven juvenile iless urban urbanas as del españo españoll de las las últim últimas as década décadas. s. Una Una posibi posibililidad dad es entenderl entenderlas as como un signo signo de cripticis cripticismo, mo, de creació creación n de un código código propio propio que sirva sirva para no ser entendido por el mundo de los adultos. El léxico de la mayoría de las hablas que han convergido en la actual jerga juvenil, en principio era un vocabulario oculto sólo para iniciados. Pero esta interpretación sería válida para la jerga de los delincuentes o el mundo de la droga (que es, esta última, uno de los componentes de la jerga urbana actual). Pero ese cripticismo sólo existe en el léxico más marginal, pues la jerga se ha extendido notablemente y, al menos, su núcleo, ya no es tan ininteligible para un buen número de hablantes del español. Por otro lado, también cabe interpretarla como una manifestación de una personalidad sociológica, de grupo, grupo, como como unas unas señas señas de ident identida idad, d, que, que, evide evidente ntemen mente, te, son unas unas señas señas de ident identida idad d transitorias transitorias para muchos jóvenes -los menos 'pasaos', los menos marginales- hasta que llegan a la edad adulta. No podemos olvidar este fenómeno, que, como estilo, la jerga es una lengua de grupo o de 'basca' o 'peña', provisional para muchos estudiantes, del que quedan sólo residuos a medida que se integran en la sociedad. También es posible interpretar el habla juvenil como una volun voluntad tad de transg transgres resión ión,, como como la creac creación ión de una contra contracul cultur tura. a. Final Finalmen mente, te, una valor valoraci ación ón más más pesim pesimis ista ta de la jerga jerga es consi consider derarl arla a funda fundamen mental talmen mente te como como signo signo de marginación marginación y de código empobrecido. 5. Aplicaciones Aplicaciones didácticas didácticas La aplicación didáctica de este tema no se puede reducir a un bloque de contenidos del currículo oficial. La corrección ortográfica, gramatical, semántica, fonética y sociolingüística -en el plano oral y en el escrito- es la auténtica transversal transversal que lo recorre todo en la enseñanza de la lengua y, de hecho, la cuestión de la norma, las normas, lingüísticas y sociolingüísticas que exis existen ten en las las difer diferent entes es lengu lenguas, as, afecta afecta más a la didác didáctitica, ca, en senti sentido do genera general,l, y a la planificación planificación y normativización normativización que a la ciencia del lenguaje en sentido estricto. Habría que distinguir, por un lado, una norma lingüística que consistiría en emplear un leng lengua uaje je corr correc ecto to y una una norm norma a soci sociol olin ingü güís ístitica ca,, en adap adapta tarr el leng lengua uaje je a la situ situac ació ión n comunicativa. El problema con el que nos encontramos en este último caso es el de que los alumnos no dominen todos los registros y niveles sociolingüísticos sociolingüísticos del español. En las las zonas zonas urbana urbanass más más desfav desfavore oreci cidas das y, sobre sobre todo, todo, en las las margi marginal nales, es, nos pode podemo moss enco encont ntra rarr con con el fenó fenóme meno no de que que un ampl amplio io sect sector or de estu estudi dian ante tess sólo sólo sea sea
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competente lingüística y comunicativamente en la jerga y que posea un conocimiento más pobre de la lengua común y de otros registros más formales. Es imprescindible que la escuela enseñe las convenciones sociales que rigen el funcionamiento de una lengua, que se enfatice la conveniencia de adecuar el registro a cada situación comunicativa. Que todo hablante sepa cuándo se utiliza habitualmente cada registro y qué efectos de sentido y qué problemas implica no atenerse a estas reglas sociales. Evidentemente, cualquier hablante está en su derecho de transgredir si le place esa convención social (así lo hacen algunos escritores, como Umbral o Alonso de Santos). Pero si un estudiante opta por una determinada modalidad lingüística ha de ser conscientemente y porque puede elegir, no porque no sepa utilizar otro registro. El empleo de la jerga es una opción estilística que cada usuario del idioma puede emplear libremente. La escuela debe respetar la libertad lingüística de los alumnos como una manifestación más de la libertad de expresión. La escuela debe proporcionar información información sobre las convenciones sociales que rigen los usos idiomáticos. La escuela debe provocar la reflexión -y por tanto la consciencia- sobre la signifi significaci cación ón social social de los diferentes diferentes regist registros. ros. Las diferent diferentes es jergas, jergas, en su funcional funcionalidad idad comunicativa y dentro de los contextos y situaciones en que se dan, deben respetarse y aceptarse como una variedad más del uso de la lengua. La existencia de diversos registros ha de cons consid ider erar arse se en la ense enseña ñanz nza a de la leng lengua ua no sólo sólo a la hora hora de habl hablar ar del del tema tema correspondiente, sino como un hecho recurrente en todo tipo de actividades: análisis de textos, ejercicios lingüísticos, didáctica de la lengua oral, etc. La escuela debe partir de la realidad lingüística del alumno. Y ha de acercarle, desde la lengua común-media hasta los niveles más cultos, objetivo último y más ambicioso, de la educación lingüística. Si en su vida privada o en contacto con sus compañeros un estudiante denomina 'pibe', 'pibita, 'titi', colega', tía, 'rollo', 'compañera', 'mi chica', es algo absolutamente normal, que no hay por qué "corregir", pero ese mismo alumno ha de saber que si tiene que comparecer en un juicio o ante una oficina de la administración, ese no es el código que se emplea. Una de las finalidades de la escuela es la ampliar la competencia comunicativa de los estudiantes: enseñarles a distinguir y a utilizar los distintos registros registros de la lengua, enseñar a diferenciar y a usar los registros registros menos conocidos y a saber cuándo deben utilizarlos, el significado estilístico y sociolingüístico de cada variedad de uso de la lengua. Para propiciar este conocimiento de la importancia de los registros verbales en la enseñanza de la lengua, los docentes deben conocer bien el código del alumno. El profesor, en especial el profesor de lengua, necesita conocer las jergas de los alumnos, especialmente especialmente el léxico. Es evidente que las diferencias de usos lingüísticos entre profesores y alumnos pueden ser un factor de incomunicación, de incomprensión mutua entre profesores y alumnos. Y no ha de plantearse tanto el imponer o no imponer una norma como el garantizar el acceso a la lengua culta de todos los estudiantes, pues la libertad sólo se tiene cuando se conocen más niveles y registros. Para adecuar el registro a la situación comunicativa, es preciso, por tanto, que el alumno conozca el mayor número posible de registros. Quien no conoce más que el regi regist stro ro jerg jergal al y no es capa capazz de dese desenv nvol olve vers rse e en un regi regist stro ro está estánd ndar ar o en uno uno cult culto o difícilmente puede cambiar de registro. La escuela no debe aspirar a sustituir las variedades lingüísticas de los estudiantes por otras distintas, pero sí ha de perseguir la ampliación de las posib posibililida idades des expres expresiva ivass y comun comunica icativ tivas as median mediante te la práct práctic ica a de nuevo nuevoss regis registro tros, s, con con indicación expresa de las situaciones comunicativas en las que éstos son funcionales y con un estudio amplio del léxico, de la fraseología y de las convenciones que rigen el empleo de estos códigos. códigos. Todo Todo hablante hablante enriquec enriquecerá erá las posibili posibilidades dades comunica comunicativ tivas as conocien conociendo do el mayor mayor número posible de variedades sociales de una lengua. Integrarse en el mundo de la política, del fútbol, de los artistas, etc. requiere entre otras cosas conocer bien su fraseología específica, su léxi léxico co parti particul cular ar.. Y no digam digamos os la integr integrac ación ión social social de aquell aquellos os estudi estudiant antes es cuyo cuyo origen origen
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sociocultural pueda ser más marginal o simplemente presentar más carencias. Saber traducir del registro más usual al común, lo cual implica conocer las estructuras léxicas más frecuentes del vocabulario conceptual, es esencial para no limitar ni la competencia comunicativa ni la expansión social de los estudiantes. Bibliografía - Gómez Torrego, Leonardo. Manual del español correcto. correcto. Arco Libros, 1994. - Lázaro Carreter, Fernando. El dardo en la palabra. 1999. - Marsá, Francisco. Francisco. Diccionario normativo y guía práctica de la lengua española. Ariel lingüística. - Real Academia Española. Ortografía de la lengua española. Espasa-Calpe. 1992. - Real Academia Española. Diccionario Diccionario panhispánico de dudas. - Real Academia Academia Española. Nueva gramática gramática de la lengua española. Espasa-Calpe.2009. Espasa-Calpe.2009. - Revista Textos. "Los registros". Editorial Graó. Barcelona. 1999. - Seco Raymundo, Manuel. Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. EspasaCalpe. 1992. - Seco Raymundo, Manuel. Gramática esencial del español. Aguilar. 1972.
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