SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ESMERALDAS “LUIS VARGAS TORRES”
EXTENSIÓN LA CONCORDIA FACULTAD DE CIENCIAS AGRONÓMICAS Y AMBIENTALES ESPECIALIDAD AGRONOMÍA MAQUINARIA AGRÍCOLA SANTIAGO CARRILLO CUARTO CICLO “D”
CATEDRATICO: ING. ERICK TUFIÑO 24 DE MARZO DEL 2011
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
LABRANZA SECUNDARIA La labranza secundaria comprende todas las operaciones que se realizan en el suelo después de la aradura, antes de la siembra para preparar la cama de semillas, y después de la siembra para el control de malezas y adecuar el suelo para efectuar sistemas de riego por surcos. El resultado de la labranza secundaria depende en especial, de la calidad de la labranza primaria, del contenido de humedad del suelo en el momento de la labor y de la elección adecuada de la herramienta para efectuarla. Los principales objetivos de las labores secundarias o complementarias son la disgregación de los terrones y la nivelación de la superficie con el propósito de dar al suelo las condiciones más favorables para la germinación de las semillas. Estos requisitos se pueden obtener por la acción de elementos circulares y de dientes de acuerdo con su acción en el suelo. Para efectuar la labranza secundaria en forma adecuada, y bajo los requerimientos del suelo, del cultivo y de la humedad existente, existe una gran variedad de máquinas que se conocen con el nombre de rastras, cultivadores y rodillos cuyo diseño cumple acciones específicos. Para su adecuada selección es necesario considerar el diseño mecánico referido a la acción que ejerce en el suelo la herramienta. Considerando la acción que la herramienta realiza en el suelo y su diseño mecánico la selección posible se encuentra entre los siguientes
I.
LABRANZA ANTES DE LA SIEMBRA
1. Herramientas que roturan e invierten el perfil 1. Rastra de discos simples, 2. Rastra de discos de cuatro cuerpos y, 3. Rastra de discos offset.
2. Herramientas que roturan sin inversión del perfil 1. Cultivador de campo, 2. Rastra de dientes flexibles, 3. Rastra de dientes rígidos y, 4. Vibro cultivadores.
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
3. Herramientas que roturan y mezclan el perfil 1. Azadones rotativos o fresadoras y, 2. rastra de púas rotativas verticales.
4. Herramientas que compactan el perfil 1. Rodillos lisos, 2. Rodillos corrugados y, 3. Rodillos de barras.
5. Combinaciones de herramientas 1. De discos y dientes, 2. Discos, dientes y rodillos y, 3. Dientes y rodillos.
6. Herramientas para surcar y conformar el suelo 1. Surcadores de vertedera, 2. Surcadores de discos y 3. Formadores de platabandas.,
II. LABRANZA DESPUES DE LA SIEMBRA 1. Cultivadores rígidos y articulados y, 2. Surcadores para riego.
AGRONOMÍA “D”
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
LABRANZA SECUNDARIA ANTES DE LA SIEMBRA La labranza del suelo antes de la siembra comprende todas las operaciones de afinamiento y mullimiento de la capa superficial a profundidades de hasta 15 cm, realizadas después de arar con el principal propósito de crear la cama de semillas. La cama de semillas deberá ser de consistencia suelta, esponjosa y friable, de manera que el 50% de su volumen esté constituido por materias térreas, un 25% por espacios huecos capaces de permitir la circulación del aire, y un 25 % de conductos capilares aptos para la circulación del agua. Un suelo con una buena cama de semillas presenta una fragmentación que permite a las raíces que se extiendan fácilmente en cualquier sentido, por cuanto el aire y la humedad se encuentran uniformemente repartidos y en equilibrio en todo el horizonte. Cuando la cama de raíces es inadecuada, la estructura densa de las partículas impide a las raíces crecer o las obliga a doblarse restringiendo su desarrollo. El mullimiento y profundidad de la labor tiene importancia en relación con el tamaño de las semillas, de tal manera que se produzca el buen contacto de éstas con los pequeños agregados para lograr una germinación rápida y uniforme. El tamaño ideal de los agregados oscila entre los 2 a 5 mm. Siendo estos algo mayores en suelos húmedos y menores en suelos secos. Si las partículas resultan mu y finas sellan los poros no permitiendo la circulación del aire y el agua. Cuanto más pequeñas sean las semillas se deben sembrar a menor profundidad, y por lo tanto más fina deberá ser la superficie. En este caso están las semillas de hortalizas, forrajeras, remolacha y tabaco. Cada cultivo presenta requerimientos diferentes de aradura y afinamiento de la superficie. Cultivos como la papa y la remolacha son muy exigentes en profundidad, pero difieren en el mullimiento superficial. En papas los gránulos pueden ser grandes, pero en remolacha la superficie debe ser fina, firme y bien nivelada para lograr una buena relación suelo semilla. Con las operaciones de labranza secundaria, se produce un aumento de la densidad aparente. Por lo tanto, el suelo presenta una ligera compactación, pero el tamaño y separación de los agregados permitirá que las raíces se desarrollen en profundidad sin que encuentren terrones grandes ni bolsones de aire que impiden su desarrollo. (Figura1)
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
HERRAMIENTAS QUE ROTURAN E INVIERTEN EL PERFIL La acción que realizan estas herramientas es roturar e invertir el suelo mediante un conjunto de discos dispuestos en un eje común y que giran solidariamente al avanzar en forma inclinada respecto de la dirección de avance. Su nombre más conocido es rastras de discos.
Rastras de discos Con las rastras de discos es posible romper terrones con una ligera inversión y mezcla del perfil dejando el suelo más suave, nivelado y desmenuzable para realizar la siembra de inmediato si la humedad lo permite. (Figura 2).
HERRAMIENTAS PARA SURCAR Y FORMAR PLATABANDAS En un suelo que está listo para realizar la siembra, suele ser necesario regar para mejorar el contenido de humedad, o formar plataformas para realizar siembras sobre conformaciones especiales del suelo, como es el caso de algunas hortalizas.
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Cultivador de campo Con esta herramienta es posible trabajar en forma vertical un suelo que presente algún grado de dureza puesto que por su estructura esta herramienta es muy parecida a un arado de cinceles. Componentes del cultivador de campo Los componentes más importantes de un cultivador de campo son su bastidor o armazón, los vástagos y los escardillos. Bastidor o armazón El bastidor está formado por un marco de acero muy firme con dos o tres barras separadas entre 50 o 80 cm y anchos variables según modelo y potencia disponible de entre 2,5 a 7 m. Adosados a estas barras se distribuyen alternativamente una serie de vástagos. Vástagos. Cada vástago está construido de acero flexible, tienen forma de arco con un escardillo en la punta que trabaja en el suelo. Los vástagos van adosados alternativamente en el bastidos separados de 15 a 20 cm lo cual permite un flujo máximo de los residuos y una obstrucción mínima. Escardillos En el extremo inferior de cada vástago se ubica una punta de acero de muy buena calidad que presenta diferentes formas según las necesidades de la labor. Las puntas delgadas son para trabajar a mayor profundidad y l as aladas son más prácticas para eliminar malezas persistentes y para dejar la sementera más fina y mullida ( Figura 29 ).
Usos de los cultivadores de campo Esta herramienta se emplea por su diseño más fuerte y resistente que las rastras de dientes en las siguientes labores:
en suelos ya trabajados con una labor primaria para mullir su superficie, labranza secundaria con cobertura de los residuos, control de malezas, especialmente aquellas de propagación vegetativa, romper costras para permitir la absorción de agua y, romper terrones en barbechos.
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Rastras de dientes Las rastras de dientes son herramientas para realizar alisamientos del suelo, combatir malezas, romper costras superficiales de modo de preparar la superficie del modo más favorable para la siembra.
Componentes de las rastras de dientes Los componentes de las rastras de dientes varían según su diseño. Los más importantes son su bastidor, brazos en cuyo extremo llevan escardillos de las más variadas formas, y ruedas.
Armazón o bastidos Esta formado por perfiles de acero formando un marco con varias barras donde se montan los brazos con las puntas de rejas. El bastidor es fuertemente soldado para resistir las operaciones a alta velocidad y las vibraciones de los dientes.
Tipos de brazos y escardillos Los brazos de largos de hasta 95 cm se ubican en las barras separados entre sí desde 15 a 25 cm. La separación se regula soltándolos de su fijación y deslizándolos lateralmente.
Púas o escardillos El cada extremo de los brazos se coloca un escardillo o púa de acero de muy buena calidad, es intercambiable por el desgaste a que son sometidos. Tienen diferentes formas y tamaños los que pueden seleccionarse según sean las necesidades. Las de punta son para mayor penetración y las aladas para controlar malezas ( Figura 31 ).
Existen muchos diseños y tamaños de rastras de dientes. Las más comunes son:
rastra de dientes flexibles, rastra de dientes rígidos o de clavos, rastra de dientes de horquilla y, rastra de dientes rígidos motorizada.
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Rastra de dientes flexibles.
Su bastidor consta de tres o cuatro barras en la que van adosadas los dientes o púas flexibles en forma de S o C (Figura 32).
Los dientes en forma de S tienen mayor vibración, por lo tanto son mejores cuando se desea una labor más fina y suelta (Figura 33). Es posible regular la separación entre los dientes soltándolos de su fijación y deslizándoles en la barra. Las menores separaciones se usan cuando se desea ma yor mullimiento lo que también facilita el paso de los residuos
Profundidad de trabajo Las rastras de púas flexibles trabajan a profundidades de entre 5 a 15 cm en suelos que han sido anteriormente trabajados. La acción de penetración se regula variando la inclinación de las púas, mediante palancas o cilindros de control remoto, de manera que el ángulo de ataque de las púas sea de 15 grados para la menor penetración y 20 grados para la mayor penetración. Para controlar la uniformidad de la penetración, es mejor que la herramienta cuente con ruedas. Al variar el ángulo de ataque, la fuerza resistente del suelo genera deflexión de unos 8 cm, por lo cual el brazo cambia permanentemente de posición. En ningún caso la deformación debe ser mayor ya que aumenta considerablemente la resistencia del suelo (Figura 34)
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Rastra de dientes rígidos o de clavos. También es conocida coma rastra zig-zag. Está formada por un bastidor de perfiles de acero de varias barras soldadas para resistir las altas velocidades de trabajo, en forma de secciones de 1,5 a 2 m de ancho cada una. Adosados a las barras lleva convenientemente distribuidos y separados entre 10 y 20 cm dientes rígidos en forma rectangular. Cada sección tiene generalmente cinco barras con sus dientes escalonados para dejar paso a los residuos (Figura 35).
Cada diente está construido de acero de sección cuadrada de 1,5 2,5 cm de ancho y de 15 a 25 cm de largo, dispuestos de manera que su arista esté dirigida hacia adelante y de modo que queden en una línea de trabajo distinta de un diente contiguo, razón por la cual a esta herramienta se le llama zig-zag (Figura 36).
Profundidad de trabajo. Depende en primer lugar del tamaño y largo de los dientes, de su peso, su inclinación y de la velocidad. La inclinación de los dientes se puede variar entre 25 grados dirigidos hacia adelante, obteniéndose la máxima penetración y, 25 grados inclinados hacia atrás obteniendo mayor acción niveladora. En su posición vertical dan muy buen mullimiento. La regulación de la inclinación de los dientes se efectúa mediante palancas individuales en cada sección (Figura 37)
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Cuando se dispone de una rastra de varias secciones se puede usar de manera que las secciones delanteras trabajen con los dientes dispuestos hacia delante y las secciones traseras con los dientes dirigidos hacia atrás o volcada para obtener mejor nivelación.
Rastra de dientes de horquilla. Tienen un diseño muy similar a las rastras de dientes rígidos, pero éstos son más delgados y redondos con un diámetro de menos de 1 cm y de 25 a 30 cm de largo, dispuestos en una o dos barras paralelas. La acción vibratoria de los dientes ayuda a quebrar los terrones, desgarrar las malezas y romper costras superficiales. Este tipo de rastra se usa generalmente combinada enganchada detrás de otras máquinas en suelos livianos y donde se desee una labor blanda y plana.
Rastra de dientes rígidos motorizada. Este modelo de rastra es de tipo integral y es accionada por la TDF del tr actor. Esta formada por cuatro barras que cuelgan de una estructura provista de una serie de dientes del tipo púas. Mediante la TDF. Las barras se mueven de izquierda a derecha en forma oscilante, desde 10 cm la barra delantera, a los 30 cm la barra trasera. Este movimiento de vaivén facilita que el suelo sea trabajado cuatro veces, primero rompiendo los terrones y con los siguientes movimientos el suelo quede cada vez mas mullid (Figura 38).
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Los dientes pueden ser todos del mismo largo para obtener una labor mullida en todo el perfil, o de menor largo en la barra trasera para obtener una labor mullida en la superficie y más gruesa en profundidad ( Figura 39 ).
Vibrocultivadores El nombre vibro cultivador, de uso reciente, se está empleando para referirse a las herramientas cuyos elementos de penetración en el suelo vibra a su paso, ya sea por el diseño de sus púas de resorte, o que sus partes operativas están motorizadas. Estas últimas de mayor precio, realizan una labor de mejor calidad, sobre todo cuando es necesario establecer semillas pequeñas. Son muy parecidos a las rastras de resortes ya descritas, salvo que en algunos modelos se ha agregado un rodillo de barras para trabajar detrás de los resortes. Igual que las rastras de resortes, la mayor ventaja de los vibro cultivadores es su gran ancho de trabajo, por lo que resultan muy eficientes ( Figura 40 ).
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
HERRAMIENTAS ROTATIVAS QUE ROMPEN Y MEZCLAN EL SUELO Las rastras rotativas son aperos que se usan de preferencia después de la labranza primaria, y en algunos casos posterior a la siembra. Están formadas por elementos de acción rotativa que actúan por golpe y velocidad mediante cuchillas en forma de I o L accionados al ser arrastrados o mediante la TDF. Trabajan a altas velocidades, generalmente integrales al tractor. Sus cuchillas o dientes tienen una acción muy efectiva aflojando la superficie del suelo, arrancando malezas y mezclando el perfil.
Rastras rotativas por arrastre Los elementos de estas rastras están dispuestos en forma mu y similar a las rastras de tipo tándem en uno o varias ejes dispuestos uno detrás del otro, de manera que el suelo es trabajado dos veces. Existe una gran variedad de modelos, formas y combinaciones constructivas ( Figura 42 ).
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Rastra desterronadora de estrellas. Está formada por uno o varios cuerpos de azadas en forma de estrellas de 30 a 40 cm de diámetro, separadas entre sí de 10 a 15 cm. A1 girar penetran casi verticalmente en el suelo y salen apuntando hacia atrás, efectuando una acción que desmenuza y hace aflorar el ayudado por la velocidad. Si el suelo está duro se puede agregar pesó para obtener mejor penetración. Con las puntas inclinados hacia adelante tienen acción penetrante y inclinados hacia atrás su acción es de rodillo apisonador ( Figura 43 ).
Rastra desterronadora de paletas. Tiene un diseño casi igual que una rastra tipo tándem, por los discos han sido reemplazados por cuchillas de cuatro paletas de 30 cm de diámetro separadas entre unos 120 a 15 cm ( Figura 44 ).
Rastras rotativas accionadas por la TDF (toma de fuerzas)
Los elementos de acción de estas rastras son accionados por l a TDF. del tractor. Por su velocidad producen un mayor desmenuzamiento y esponjamiento del terreno ya que
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
actúan con mayor agresividad. Se usan cuando se requiera una preparación más intensa del suelo como es el caso de siembras de almacigueras u hortalizas en una solo pasada. La disposición de las cuchillas éstas pueden estar en un rotor horizontal, o púas verticales.
Rastra de rotor horizontal. Esta herramienta tiene un diseño muy parecido a un arado rotativo. También se le conoce con el nombre de fresadora. La principal diferencia radica en que ésta diseñada para operar en suelos livianos o previamente trabajados. Sus órganos de trabajo son una serie de cuchillas en forma de L; separadas entre 20 o 25 cm que van montadas en un rotor dispuesto horizontalmente y perpendicular al avance ( Figura 45 )
Acciones de las rastras rotativas en el suelo Las acciones que realizan en el suelo las rastras rotativas son:
Fragmentación. Su acción se ejerce principalmente por compresión de los dientes sobre los agregados y por fricción entre los agregados al desplazarse unos sobre los otros.
Proyección. Por efecto de la rotación los terrones son lanzados hacia atrás y fragmentados.
Enterrado. La acción de los rotores permite picar y enterrar residuos, mezclar e incorporar fertilizantes y materia orgánica.
Nivelado. Combinada con un rodillo de jaula permite lograr un micro-relieve uniforme y homogéneo facilitando la siembra de semillas pequeñas.
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
COMBINACIONES DE HERRAMIENTAS Bajo esta denominación se incluyen todas aquellas herramientas compuestas por un conjunto de diferentes unidades funcionales, compatibles entre sí y dispuestas en una secuencia lógica de manera tal que trabajen el suelo en diferentes modalidades, ya sea con pequeña inversión, penetración vertical y compactación simultánea. Son de reciente desarrollo bajo la idea de reducir costos, disminuir pasadas, mejor utilización de la potencia del tractor y evitar la compactación del suelo (Figuras 56).
Las combinaciones de muchos de estos aperos resultan complejas y difíciles de seleccionar. Su clasificación se hace atendiendo a diferentes criterios, por la forma o secuencia de trabajo de sus componentes, como puede verse en las figuras 57 y 58.
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
HERRAMIENTAS PARA LA LABRANZA DESPUÉS DE LA SIEMBRA
El nombre más empleado para nominar a estas herramientas es el de cultivador:
Tipos de cultivadores. Existe una gran variedad de tipos y formas de cultivadores. La forma de su tracción, animal o motorizada, su forma de montaje en los tractores y su forma constructiva, son factores a tomar en cuenta en su clasificación.
Cultivadores de tiro animal. En un marco en forma de triángulo y provisto de manceras para su dirección por un operario, se montan los escardillos. Enfrente hay una rueda que sirve de guía y control de la profundidad. Mediante una palanca se controla la inclinación de los escardillos (Figura 68).
Cultivadores motorizados mediante un tractor. Trabajar con cultivadores montados en un tractor resulta mucho más complicado que trabajar con otras herramientas de labranza. El tractor debe avanzar por entre las hileras sin dañar a las plantas y por lo tanto hay que tener presente dos situaciones que no se pueden omitir (Figura 69).
SANTIAGO. M. CARRILLO. A.
o o
CUARTO CICLO
AGRONOMÍA “D”
Trabajar con un tractor de trocha ajustable y neumáticos angostos y, cultivar por pasada el mismo número de hileras sembradas.
En la mayoría de los tractores es posible efectuar ajustes en su trocha de manera que pueden circular por entre las hileras. Estos ajustes, por diferentes métodos, es posible tanto en las ruedas traseras como en las delanteras. El ajuste de la trocha, más los neumáticos angostos evita que se dañen por este motivo las plantas de las hileras. Pueden ser dañadas por un mal ajuste del cultivador. En cada pasada se debe trabajar el mismo número de hileras sembradas, para una coincidencia entre lo sembrado y cultivado.
1. Cultivadores de montaje trasero. Se enganchan en los brazos del sistema hidráulico. Su posición resulta un tanto por que el conductor tiene que mirar constantemente hacia atrás para que no se acerquen los escardillos hacia las hileras (Figura 70).
2. cultivadores de montaje delantero. Se montan delante de las ruedas delanteras o entre las ruedas, en la parte central del tractor. Esta posición del cultivador tiene la ventaja que permite al operador controlar permanentemente el trabajo de los escardillos y la dirección de avance. Su instalación resulta un poco más complicada y demorosa que los de montaje trasero (Figura 71).