L EONID STEIN STEIN L A ESTR ESTRA A TEGI TEGIA A DEL DEL RIES RIESGO GO
Eduard Guf ufe eld Efim Laza Lazarev
ÍNDICE Primera Parte: Meteoro en el horizonte ajedrecístico 1.Al comienzo de la ruta
3 4
2.Hacia el título de maestro
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3.El camino hacia la cumbre
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4.Galones de gran maestro
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5.Nuevo asalto al olimpo
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6.En la élite mundial
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7.Caprichos de la aritmética de torneo
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8.Nuevos objetivos,descubrimientos y derrotas...
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9.Últimos éxitos
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Segunda parte: Partidas y finales selectos
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Cuatro entrevistas con Leonid Stein
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Índice de Aperturas
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Índice de Oponentes
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PRIMERA PARTE
METEORO EN EL HORIZONTE AJEDRECÍSTICO
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Capítulo Uno AL COMIENZO DE LA RUTA
EN EL CAMINO DEL AJEDREZ Leonid Stein nació el 12 de noviembre de 1934, en la pequeña población ucraniana de Kamenets-Podolsk (ahora en la región de Kamenets-Podolsky Jmelnitsky), en el río Smotrich, afluente del Dniéster. (La ciudad es conocida por los lectores rusos de la divertida narración infantil Vieja fortaleza, de Vladimir Beliavsky). Los padres de Stein, Zajar Lazarevich y Charna Abovna, tenían otro hijo, una niña cuatro años mayor que Leonid. La familia trabajaba duro, con unos modestos ingresos, gente sencilla. La salud del padre era delicada. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la ciudad nativa de Stein fue de las primeras atacadas por el ejército alemán. A duras penas consiguió la familia escapar, y tras largos avatares se estableció en Uzbekistán, cerca de Tashkent. En 1942, a la edad de 36 años, el padre de Stein murió de tifus. Su madre se convirtió así en el único sustento de la familia, educando ella sola a sus dos hijos. Finalizada la guerra, la familia regresó a Ucrania, estableciéndose en Lvov, donde la madre comenzó a trabajar como camarera en la barra de una cafetería escolar. Como recuerdan los amigos del futuro gran maestro, fue creciendo con aspecto enfermizo, un muchacho puros huesos, víctima de la desnutrición reinante durante los años de la guerra. Esa dura infancia no podía dejar de tener huellas en su vida futura. Privado de la fuerte guía de un padre, Leonid no gozó precisamente de la reputación de estudiante modelo, y aunque procuraba no disgustar demasiado a su madre y a su hermana con notas pésimas, rara vez las obsequiaba con un sobresaliente. Sus mediocres notas resultaban tanto más penosas cuanto que el muchacho estaba dotado de inteligencia natural, de excelente memoria y una rica imaginación. El problema era que no podía soportar el estudio de los libros de texto. La diligencia no se encontraba precisamente entre sus virtudes. Nunca se libró de esa época de la infancia que, en particular, se tradujo en una pobre educación ajedrecística. El carácter de su hermana, por el contrario, era más laborioso. Terminó la escuela con buenas notas, graduándose luego en medicina y actualmente ejerce su profesión de médico cerca de Moscú. Leonid, por su parte, no tenía buenas relaciones con las ciencias. No está claro qué hubiera sido de él, de no haber descubierto, a los diez años, un interesante juego que cautivó su interés. En poco tiempo se convirtió en uno de los mejores jugadores de ajedrez de su escuela.
EL JUEGO MÁS POPULAR En aquellos primeros años era difícil prever que, a pesar de su larga tradición ajedrecística, en Lvov iba a surgir toda una galaxia de grandes maestros eminentes. Hasta su absorción por la Unión Soviética, en Lvov el ajedrez se practicaba sobre todo en numerosos cafés, y sólo en el período de la posguerra se creó un verdadero club. Recordaremos los nombres de los entusiastas que crearon este centro de cultura ajedrecística en la ciudad. En primer lugar, tres de ellos: Mijail Antonovich Romanishin (cuyo hijo, Oleg, es ahora un gran maestro) era un veterano de guerra, y uno de los jugadores más fuertes de Lvov en la época que precedió al conflicto. Teodor Petrovich Kukich fue el primer director del club, y Pavlo Pavlovich Yatsino fue asistente del director y más tarde, director. La ciudad comenzó a albergar torneos. Un maestro bien conocido, Alexei Pavlovich Sokolsky, fue invitado a residir en Lvov de forma permanente. Impartió clases y pronunció conferencias en el club, y en 1949 publicó el libro Modernas A perturas de A jedrez, que inmediatamente se convirtió en la biblia del ajedrez. Pero, lamentablemente para Lvov, su único maestro de entonces se trasladó, en 1953, a Minsk, donde vivía el gran maestro Isaak Boleslavsky. Sokolsky solía entrenar a Boleslavsky, cuando éste competía en eventos internacionales. Con todo, Sokolsky dejó su huella en Lvov. Cuando Stein se convirtió en gran maestro, dijo que su primer mentor había sido Sokolsky. 4
En los años posteriores a la guerra, los jóvenes jugadores comenzaron a progresar rápidamente. Entre ellos podríamos destacar, por ejemplo, a los estudiantes Rafael Gorenstein, Viktor Kart, Nikolai Sazhaev e Iltizar Kutuev. El maestro Sokolsky, que había ganado el Campeonato de Ucrania en 1947 y 1948, alcanzando la Final del Campeonato de la URSS en 1949 y 1950, no siempre conseguía, a pesar de sus credenciales, proclamarse campeón de Lvov. En 1949, por ejemplo, ganó Gorenstein, mientras que Sokolsky sólo conseguía finalizar quinto. En 1948 Lvov albergó el primer campeonato de Ucrania por equipos, de la posguerra, con la participación de dos equipos locales. El primero, del área de los Cárpatos, encabezado por Sokolsky, consiguió un respetable tercer puesto, sólo tras los equipos de Jarkov y Kiev. El segundo equipo de la ciudad finalizó en séptima posición. La ciudad también fue nutriendo a la joven generación de ajedrecistas. Un club juvenil se inauguró en el Palacio de Pioneros. Las competiciones escolares por equipos comenzaron a ser una tradición, a fin de seleccionar los jóvenes jugadores más destacados. En uno de estos torneos, un flaco adolescente de vivos ojos negros llamó la atención, por su juego rápido y agudo. El niño de trece años y quinto grado fue admitido en el Palacio de Pioneros de Lvov. Allí, por primera vez, Leonid pudo ver un libro de ajedrez, aunque, a decir verdad, le interesó bien poco. Sólo el juego en sí le fascinaba. ¡Trece años! Hoy diríamos que ya era demasiado tarde para Leonid, puesto que a esa edad los adolescentes a menudo se convierten en maestros y grandes maestros internacionales. Pero en los días de Leonid los criterios existentes eran distintos.
MÁS VALE TARDE QUE NUNCA Al principio su ajedrez progresó lentamente. Leonid iba subiendo de nivel con confianza. En dos años alcanzó la primera categoría. En el favorable clima ajedrecístico de Lvov, Stein respiraba a gusto. Siempre había alguien con quien jugar, un lugar donde hacerlo, y alguien de quien aprender. Hasta podía abrir un libro, aunque fuese con apatía, pero sobre todo escuchaba las conferencias de Sokolsky conteniendo el aliento. El experto instructor comentaba la partida de un gran maestro con tal entusiasmo que los asistentes podían captar perfectamente los matices. El desenlace de las partidas se fue haciendo inteligible y lógico. El joven Stein seguía con particular emoción las batallas de doble filo, plenas de ataques y contraataques. Tales partidas le recordaban a sus novelas y películas de acción favoritas. ¡Presenciándolas se sentía en su elemento! Hizo varios amigos. Leonid era el más joven del “cuarteto de ajedrecistas” que se había ido destacando. Efim Rotstein era un año mayor. Boris Katalimov, dos años mayor, e Igor Semenenko, tres años mayor. Los torneos del Palacio de Pioneros ya no les bastaban. También jugaban en el club de la ciudad, y se encontraban con frecuencia en el apartamento de alguno de ellos, donde el tiempo volaba analizando partidas, o jugando partidas rápidas al atardecer, sólo interrumpidas por la insistencia de sus padres. Como puede el lector imaginar, esa era una “escuela” poco habitual. Pero pronto los cuatro chicos pasaron a codearse con los jugadores más fuertes de la ciudad. En 1949 tuvo lugar un torneo de clasificación para seleccionar a los mejores jugadores que debían representar a Lvov en el inminente campeonato de Ucrania por equipos. El primer puesto fue para el experimentado Viktor Kart. ¿Quién podía imaginar entonces que Viktor se convertiría en maestro, y que dedicaría toda su habilidad y talento a entrenar futuros grandes maestros, como Litinskaia, Romanishin, Beliavsky y Mijalchishin? De modo que Kart fue el líder del equipo de la ciudad. El miembro del cuarteto y amigo de Leonid, Semenenko conquistó el derecho a defender el segundo tablero, y el propio Stein se encontró luchando en el cuarto. El equipo, ciertamente, se había debilitado por la ausencia de Sokolsky, que no podía participar debido a que estaba jugando el 18º Campeonato de la URSS. A pesar de este hándicap, el equipo de Lvov consiguió superar las eliminatorias de cuartos de final y de semifinales, clasificándose para participar en la final, que debía celebrarse en 1950, con los ocho mejores equipos. El resultado de su equipo (empatado en el tercer puesto) dejó descontenta a la ciudad. Ceder las dos primeras plazas a los equipos de Kiev y Jarkov, plagados de estrellas, no era nada vergonzoso, ¿pero cómo podían haber permitido que un equipo tan modesto como el de Vinnitsa compartiese 5
con ellos el tercer puesto? Como a menudo sucede, el jugador más joven sirvió de cabeza de turco. El juego precipitado de Stein había arruinado el resultado del equipo. Tanto el futuro maestro de Kiev, V. Shianovsky, como M. Borsuk, de Vinnitsa, habían conseguido más puntos que Stein en el cuarto tablero (Borsuk llegaría a ser director del famoso centro de ajedrez Avangard , en Voroshilogrado). La secuencia final de Stein con Shianovsky incluso fue publicada en las revistas. Fue, en realidad, su primera partida publicada ( Shajmaty URSS , 1951, nº 3). Aunque no muestra las mejores cualidades de nuestro héroe, sí es característica del juego del joven Stein.
Shianovsky (Kiev) - Stein (Lvov) Leonid había sido cazado en una variante de la Defensa Alekhine en la que las blancas consiguen plantear un truco bien conocido: ¥c1-g5, y en respuesta a ...¥g7-f6, siguen con ¥g5h6, privando a las negras del enroque. Sigue la derrota de la defensa negra.
XIIIIIIIIY 9r+ +k+ r t0 9z ppz p w qp+p0 9 n snz p l vpv L0 9+ + + + 0 9 +Pz P +l+0 9+ + +N+ 0 9Pz P s NLz PPz P0 9t R +Q+Rm K 0 xiiiiiiiiy 12.c5
dxc5 13.dxc5 ¤d7 14.£a4! ¥e6 15.¥b5 £xc5 16.¤e4 £f5 17.¤xf6+ £xf6 18.¥xc6 bxc6 19.£xc6 ¦b8 20.¦ad1 ¦b6 21.£xc7 £d8 22.£xa7 £b8 23.¦xd7! ¥xd7 24.¦e1+ ¢d8 (o bien 24...¥e6 25.¦xe6+ fxe6 26.£g7) 25.£a5 ¢c8 26.¥f4! £b7 27.£c3+. Las negras se rindieron. El entrenador de ajedrez Viktor Kart, muy famoso en la Unión Soviética, recuerda: “Incluso entonces Stein nos sorprendía en sus partidas tanto por su talento como por su audacia. Planteaba sus posiciones con tanta rapidez, que nos parecía un clarividente. Un maestro normal sólo ve, en un momento dado, una parte del tablero, pero Stein podía captar todo el tablero, previendo de algún modo la estructura resultante en cada posición, tras una continuación posible. Cuando comenzaba a mostrarnos las variantes que había visto, parecía que las piezas se movían solas. Era evidente para todos que Stein tenía un don especial. Pero, por otra parte, era impaciente en extremo, absolutamente incapaz de obligarse a sí mismo a concentrarse sobre el tablero, así que muy a menudo tomaba decisiones imprudentes. Los jugadores expertos podían sacar partido a sus defectos, planteando trampas, y Leonid a menudo mordía el anzuelo. Recuerdo bien la dramática partida entre Stein y Borsuk del match con el equipo de Vinnitsa. La partida era muy importante para nosotros. Borsuk, un duro ex paracaidista, cayó en apuros de tiempo en tres controles de tiempo durante la partida. Stein sólo invirtió 20 minutos en todo el juego. En tan escaso tiempo de reflexión, dejó escapar varias posibilidades de ganar y, a la larga, para nuestra desgracia, sólo consiguió hacer tablas.”
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El mismo año Stein jugó en el Campeonato absoluto de Lvov, consiguiendo en torno al 50% de los puntos. Sólo necesitó 15 minutos para finalizar cada partida. Su amigo Semenenko jugó un ajedrez mucho más sólido, empató en el primer puesto, ¡y luego ganó el match de desempate, por 3-1! Los cuatro amigos consideraban el resultado de Semenenko como un logro propio. Pero él era el mayor. El siguiente era Katalimov. También se destacó en el mismo año, finalizando cuarto en el campeonato juvenil de Ucrania (el vencedor fue Yuri Kots, de Donetsk, más tarde dos veces campeón de Ucrania y otras dos finalista del Campeonato de la URSS). En el siguiente Campeonato de Ucrania por equipos, la formación de Lvov, liderada por Katalimov y Rotstein, consiguió ganar el primer puesto. La hora de Stein se acercaba. Lvov depositaba muchas esperanzas en él, no sin razón, estimando que su apresuramiento y sus impetuosos ataques eran la típico enfermedad de infancia, que todo el mundo supera.
¿DE QUIÉN APRENDER? “Bueno, chavales, no volveré a veros más en los torneos juveniles. He cumplido 18, y ya está bien.” Así decía adiós el candidato a maestro Boris Katalimov a sus compañeros del equipo ucraniano, que había finalizado segundo en el Campeonato Juvenil de la URSS por equipos, celebrado en Moscú. “Pero Lvov sigue estando bien para vosotros. El año que viene Lenny Stein tomará mi puesto. ¿No habéis oído hablar de él? ¡Pronto lo conoceréis! ¡Un talento natural! Nada de estudio. Ve todo en el tablero como si tuviera rayos X. Pero recordad: quede como quede en el Campeonato de la república, cuando forméis el equipo, dadle el tablero más bajo.” “¿Por qué?”, preguntó el entrenador del equipo, Yuri Sajarov. “Si el chico es tan bueno, dejémosle que lidere el equipo. ¿Por qué debilitar voluntariamente su potencial?”. Katalimov rió. “Sería asumir un riesgo táctico en nombre del equipo. Lenny todavía no tiene suficiente confianza para afrontar a fuertes oponentes. Pero, al mismo tiempo, puede machacar sin problemas a aquellos que no son tan fuertes.” A la primavera siguiente Sajarov se encontraba en Lvov, tomando parte en la semifinal del Campeonato de la URSS. En tanto que seleccionador del equipo juvenil ucraniano, quiso conocer a la joven estrella Leonid Stein. “Eso es fácil”, le dijo uno de los organizadores de la competición. “Puedes verlo a diario, porque es uno de los comentaristas.” Tras algunas rondas, Sajarov observó que mientras que los jóvenes comentaristas seleccionaban las partidas que mostrar a los espectadores, Stein, como regla general, elegía las de Simagin, Mikenas, Ragosin, Kopaev y otros “románticos”, con tendencia a los ataques y combinaciones. ¿Por qué no? ¡Era el estilo que más le gustaba a Stein! “¿Me permites, Lenny…”, le preguntó Sajarov, “…que, en tanto que futuro entrenador tuyo con el equipo de Ucrania, que te dé un consejo? ¿No podrías, para variar, comentar las partidas de Flohr, Aronin y Konstantinopolsky?”. “Sus partidas no son divertidas. Son áridas y aburridas”, le respondió el joven ajedrecista. “Obsérvalas con atención, y verás que tienen cosas interesantes. Presta atención a la habilidad con que estos maestros conducen las maniobras estratégicas, con qué elegancia defienden sus posiciones. Te guste o no, tendrás que jugar todo tipo de ajedrez, no sólo ataques y combinaciones. Se diría que no tienes habilidad para jugar ninguna otra cosa.” El prestigio de Sajarov como entrenador y, además, como líder del torneo, que acabó ganando, concedían cierto peso a sus palabras. Al despedirse, Stein le agradeció a Sajarov el consejo.
¡LO VE TODO! Pronto debutó Stein en el Campeonato Juvenil de Ucrania, que tuvo lugar en Jarkov, donde uno de los autores pudo conocerlo. ¡Sus partidas eran sorprendentes, sus jugadas se producían a la velocidad de un misil! Gastaba entre quince y veinte minutos en cada una de sus partidas, ganando a menudo de forma brillante. ¡Y cuán impresionante era al analizar sus partidas! Variantes de interés, emocionantes combinaciones, inteligentes ideas como pañuelos de seda que salen de la manga de un mago. “¡En el tablero lo ve todo!”, decían sus derrotados oponentes.
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“Pero no entiende todo”, añadía un experto entrenador de otras promesas ucranianas. Explicaba su conclusión. La “visión” de Stein, a la velocidad de la luz, y su cálculo de variantes no siempre estaban respaldados por evaluaciones correctas de las posiciones resultantes. Más allá de las variantes concretas, cuando se exhibían conocimientos, experiencia y lógica, el joven jugador a menudo no se sentía cómodo. Por esa razón jugaba tan rápido. ¿Quería pensar con el tiempo del rival? No, ¡sencillamente no conocía otra forma de hacerlo! Se daba por satisfecho con evaluaciones extraídas de las numerosas variantes que calculaba en un minuto. En la mayoría de los casos, confiaba en su intuición. “¿Sabes, Lenny?, has examinado toneladas de posibilidades”, razonaba con él Sajarov, al estudiar una partida que Stein acababa de finalizar un momento antes, “y no has elegido la mejor. No has sopesado todos los pros y los contras.” “¿Y qué?”, era la respuesta del perplejo joven. “Después de todo, he ganado.” “¡Pero sólo porque tu oponente se equivocó! De haber jugado correctamente, habrías conseguido un cero, en lugar de un punto.” Jarkov acogió el campeonato por equipos de la república. El equipo de Lvov, encabezado por Rotstein y Stein, era considerado el favorito. Sin embargo, en la fase final tuvieron que conformarse con el segundo puesto, tras el equipo de Kiev. A continuación, 11 jóvenes afortunados fueron elegidos para participar en el campeonato juvenil de Ucrania, que designaría quien acudiría a Leningrado, formando parte de la selección ucraniana, en el Campeonato de la Unión Soviética. Entre los once jugadores, había dos candidatos a maestro: el campeón del año anterior, Y. Kots, y E. Lazarev. El resto eran jugadores de primera categoría (“A”). No hay que sorprenderse porque un futuro gran maestro fuese un modesto jugador de categoría A, a los 17 años. Por entonces era mucho más difícil que ahora conseguir un alto rating. En las tres primeras rondas Stein sumó dos puntos y medio, pero a continuación perdió ante Georgi Kalashnikov, de Odesa. Tras esa derrota, Stein quedó tan deprimido que ni siquiera quiso analizar la partida, ofendiendo así a su contrincante. Más tarde, Kalashnikov (que ahora vive en Kiev, donde es candidato a maestro y doctor en medicina) y Stein se hicieron amigos. Más tarde, la suerte volvió a acompañarle a Stein, y en la séptima ronda superó claramente al propio Kots. El humor de Stein cambió de inmediato. Ahora, hasta la inmensidad del mar parecía estar a su alcance. Sajarov consideró que no era inoportuna una reprimenda a la joven promesa quien, según todos los indicios, iba a integrar el equipo de estrellas ucranianas. “No te emociones tanto. Has conseguido enredar a tus oponentes, metiéndoles en el tipo de juego que es tu fuerte, induciéndoles a jugar acelerados. En Leningrado tus rivales serán más fuertes. ¿Qué harás entonces? Incluso aquí… ¿Con quién juegas mañana?” “Con Lazarev. Tiene cinco y medio de seis, pero no le tengo miedo.” “Tu sabrás. Yo no lo sé. ¡En cualquier caso, no creo que consigas liarlo en una de tus partidas rápidas! ¡Apostaría lo que fuera!” Sajarov perdió la apuesta. La partida duró 34 jugadas, pero finalizó en media hora. La partida muestra el nivel de Stein por entonces, y es la única completa que se conserva de sus competiciones juveniles.
Lazarev - Stein Defensa francesa 1.d4 e6 2.e4 d5 3.¤d2 ¤f6 4.e5 ¤fd7 5.¥d3 c5 6.c3 ¤c6 7.¤e2 cxd4 8.cxd4 ¤b6 9.0–0 ¥d7 10.f4 g6 11.¤f3 £c7 12.a3 0–0–0 13.¥d2 ¢b8 14.b4 ¤c4 15.¥xc4 dxc4 16.£c2 ¤e7 17.¤g5 ¥e8 18.¤e4 ¤f5 19.¤c5 ¤xd4 20.¤xd4 ¦xd4 21.¥e3 ¥xc5 22.bxc5 ¦d3 23.£f2 ¥c6 24.¦fc1 ¦hd8 25.h3 c3 26.¦ab1 £a5 27.¦c2 £a4 28.¦bc1 £xa3 29.¢h2 £b4 30.¦e1 a5 31.£f1 a4 32.¦ce2 h5 33.¦b1 £c4 34.£c1 ¦d1 0–1 Tras haber vencido a ambos líderes, Stein ni siquiera pensaba que pudiese cometer nada erróneo en el tablero. Como consecuencia, finalizó en una respetable cuarta plaza (Lazarev y Rotstein compartieron el primer puesto), y no tenía dudas de que se había asegurado una plaza en el equipo.
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Pero el seleccionador dudaba, evaluaba, sopesaba… Por fin, recordando el consejo de Boris Katalimov, incluyó a Stein, pero en un tablero bajo, ni siquiera en el cuarto: en el sexto. No obstante, el entrenador estaba confuso. “Sí, Lenny tiene talento, pero es tan independiente… El equipo necesita un jugador muy distinto. Me preocupa que nos deje perdidos en Leningrado, ¡con su velocidad supersónica!”
UN PERDEDOR HABITUAL Por fin, Leningrado: el Campeonato de la URSS por equipos juveniles. ¡Las actuaciones en torneos de ese tipo suelen ser muy equívocas! Aquellos que dominan las competiciones de su edad normalmente se consideran futuras estrellas, si bien muy pocos justifican tales esperanzas. Entre los que tuvieron éxito en la competición, sólo Vasiukov (Moscú), Lutikov y Spassky (Leningrado), Polugaievsky (Federación de repúblicas rusas), y Gipslis (Letonia) consiguieron más tarde el título de gran maestro. Algunos jugadores escaparon a las predicciones de un gran futuro. En el equipo letón, por ejemplo, un pequeño chico moreno perdía partida tras partida en el cuarto tablero, consiguiendo sumar sólo tres puntos y medio en nueve rondas. Sus colegas lo maldecían en cada ocasión, porque sacrificaba peones y piezas en cada una de sus partidas, a veces seguramente con intención, pero otras sin razón aparente. ¿Quién era ese jugador, con tan pocas perspectivas de futuro? ¡Nada menos que el futuro campeón del mundo, Mijail Tal! Leonid Stein también recibiría “lo suyo”. “En casi cada equipo fuerte”, escribiría más tarde el maestro Evgueni Zagorianski en la revista Shajmaty URSS , “había un perdedor habitual, que minaba los esfuerzos de sus colegas. En el equipo ucraniano ese papel le correspondió a Stein. Este indudablemente dotado jugador asombraba a los espectadores con la rapidez de su juego. Tras alcanzar buenas posiciones de apertura, continuaba jugando a la velocidad de 60 jugadas por hora y, naturalmente, perdía todas sus partidas contra oponentes experimentados. Hay que esperar que la práctica de torneo consiga hacer que Stein juegue de forma má seria y cuidadosa”. Sus compañeros le suplicaban: “Lenny, juega más despacio, piensa más. De otro modo…” Pero no cambiaba su forma de jugar. Cierto que con su temeraria actitud, sumó un punto más que Tal. Pero el mal resultado de Tal no tuvo especial importancia para el equipo letón, puesto que finalizó en quinto lugar, ¡con 13,5 puntos menos que el cuarto! Pero los fallos de Stein fueron especialmente lamentables, ya que el equipo ucraniano sólo cedió medio punto a los campeones moscovitas. Un año más tarde se disputó el mismo tipo de torneo en Rostov sobre el Don. Stein, ahora promovido al segundo tablero, consiguió un resultado mucho mejor. Sin embargo, y dado que otros miembros del equipo eran nuevas incorporaciones, Ucrania sólo consiguió finalizar en cuarta posición.
ADIÓS A LA JUVENTUD En 1952 Leonid cumplió los 18 años. Había llegado la hora de decir adiós a los torneos juveniles, con su espíritu romántico y audaces esperanzas. ¿Se encontraba este joven, ya maduro pero engreído y fácilmente susceptible, lo bastante preparado para mayores empresas? Seguramente no. Los primeros éxitos le habían llegado muy pronto, con poco esfuerzo para conseguirlos. Sufrió relativamente pocos fracasos ante el tablero, de modo que los consideraba accidentales. Le parecía que todo se tornaría a su favor con el debido tiempo. Entretanto, sólo era un jugador de primera categoría, que tenía una gran confianza en sí mismo. Por otra parte, la familia andaba escasa de recursos. En consecuencia, tras haber finalizado siete grados en 1950, Leonid dejó el instituto, a pesar a las objeciones de su madre. Ingresó en una escuela técnica electromecánica, a fin de aprender una profesión y ponerse a trabajar lo antes posible. Le resultaba difícil estudiar. Después del primer año, Stein dejó la escuela técnica e ingresó en una escuela nocturna. Había perdido todo el año. Pero en culquier caso, su ajedrez estaba a punto de recuperarse. En la primavera de 1953 llegó a Kiev para disputar las semifinales del Campeonato de Ucrania. Allí no sólo consiguió la norma para candidato a maestro (experto), sino que finalizó en el primer puesto. ¡Un verdadero éxito! Su primera aparición en el Campeonato de Ucrania era muy esperada. Sin embargo, tuvo que postponerla durante cuatro años, porque en el otoño fue alistado en el ejército soviético. Su juventud había quedado atrás.
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Capítulo Dos HACIA EL TÍTULO DE MAESTRO UN HOMBRE EN UNIFORME El servicio militar le sirvió de gran ayuda a Stein. Adquirió concentración, una disciplina regular, puntualidad y precisión. Pronto se hizo soldado de primera y luego sargento. Primero sirvió en Azerbaiján, y más tarde en la región del Baikal. En julio de 1954 fue destinado a Barnaul para participar en el cuarto campeonato de Siberia y el Lejano Oriente. El torneo incluía campeones de las regiones krais (las extensas divisiones administrativas de Rusia) y de las repúblicas nacionales autónomas situadas en los vastos bosques subárticos de la Federacion Rusa. Este evento, que se convirtió en tradición, clasificaba a los tres primeros para la semifinal del campeonato de la Federación de repúblicas rusas. Entre los participantes en Barnaul se encontraban cuatro candidatos a maestro; el resto eran jugadores de primera categoría. Stein finalizó delante de todos ellos. Stein había depositado grandes esperanzas en la competición, sobre todo desde que se habían aprobado nuevas reglas para el desarrollo del Campeonato de la URSS. Antes había que pasar dos fases: cuartos de final y semifinales. El nuevo reglamento había dividido en dos el proceso, y diez vencedores del campeonato de la Federación Rusa eran invitados directamente a participar en la semifinal del campeonato, donde uno de ellos podría conseguir norma de maestro. Stein no tenía dudas de que podía conseguir todo esto. Stein nunca había jugado antes en un torneo tan fuerte como la semifinal del campeonato de la RSFSR, que tuvo lugar en Novosibirsk. Tres maestros bien conocidos participaban allí: A. Lutikov, V. Zurajov e I. Veltmander. El resto eran jugadores expertos, que también habían ganado torneos zonales como él. No había dudas en cuanto al primer puesto. Por entonces Anatoli Lutikov era imparable. Consiguió un brillante resultado, ganando once de las catorce partidas, y tablas en las otras tres. Stein sumó tres puntos menos, aunque eso le bastó para empatar en el segundo puesto con V. Lepijin de Barnaul, consiguiendo así pasaporte para la final. La norma de maestro estaba a su alcance, pero la final que comenzó en Leningrado, en la primavera de 1955, se desarrolló sin su presencia, porque por aquellas fechas Stein fue requerido para realizar sus deberes militares. Ciertamente, aquello le hizo daño a Leonid. Hay que decir que entretanto, Lutikov, jugando en su ciudad natal, sumó otro primer puesto, con un margen de punto y medio, por delante de Nikolai Krogius y Lev Polugaievsky. Los tres llegarían a convertirse en grandes maestros y estaban destinados a encontrarse más de una vez. En el verano de 1955 Stein viajó a Kaluga para tomar parte en el torneo panruso de jóvenes candidatos a maestros. El vencedor tendría derecho a disputar un match por el título de maestro. “Desfile de Fuerzas Jóvenes”, un artículo de la revista Shajmaty URSS , informaba de que “la competición atrajo a nueve candidatos a maestro y siete jugadores de primera categoría, con puntos suficientes para clasificarse como candidatos. El torneo llamó la atención del público local y produjo muchas partidas interesantes. Leonid Stein, de Chita, tomó la cabeza desde el comienzo y la mantuvo hasta el final… El vencedor consiguió un excelente resultado: 11 puntos de 15 partidas. Stein es un joven jugador que progresa rápidamente. Conduce sus partidas con asombrosa facilidad y rapidez. Nunca cae en apuros de tiempo. Por lo general, Stein busca luchas intensas”. Sigue una de las victorias de Stein sobre un candidato a maestro de Kaluga.
Goltsev – Stein Defensa India de Rey Russia 1955 1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 0 –0 5.¤c3 d6 6.¤f3 ¤bd7 7.0 –0 c6 8.e4 e5 9.h3 a5 10.¥e3 a4 11.£c2 £a5 12.¦ad1 £b4 13.¤e2 ¦e8 14.g4 h5 15.g5 ¤h7 16.¦fe1 exd4 17.¤fxd4 ¤b6 18.a3 £xc4 19.¤c3 £a6 20.f4 £a5 21.¥f1 d5 22.f5 c5 23.fxg6 fxg6 24.¤db5 d4 25.¤d6 ¦f8 26.¤cb5 10
dxe3 27.¥c4+ ¢h8 28.¥f7 ¤xg5 29.¥xg6 ¤f3+ 30.¢h1 ¤xe1 31.£xc5 ¦f1+ 32.¢h2 ¤f3+ 33.¢g2 ¦f2+ 0–1 Stein consiguió el derecho a disputar un match contra un maestro, pero lamentablemente el camino hacia ese match resultó ser largo. Por entonces el título de maestro se concedía, como regla general, por éxitos muy importantes en competiciones de ámbito nacional. En el mismo año 1955, tal honor sólo le fue concedido a cuatro jugadores: B. Gurgenidze, Y. Kotkov, Y. Randviir y M. Usachy, por sus éxitos en las semifinales del Campeonato de la URSS y otras competiciones al máximo nivel. Stein fue invitado al campeonato de las Fuerzas Armadas, al que llegó con sus nuevos galones de sargento. Se alegró de ver a Lutikov entre los participantes y poder, así, competir contra el formidable campeón de la RSFSR. Aunque la partida entre ellos se saldó a favor de Lutikov, Stein pudo vengarse de forma más que convincente, en el match adicional para el título del campeonato: 3,5-1,5. He aquí dos muestras de torneo.
Poltoranov – Stein Defensa India de Rey USSR 1955 1.d4 ¤f6 2.¤f3 g6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 0–0 5.0–0 d6 6.c4 ¤c6 7.d5 ¤a5 8.¤fd2 c5 9.a3 b6 10.b4 ¤b7 11.¥b2 ¥d7 12.£c2 cxb4 13.axb4 a5 14.bxa5 bxa5 15.¤c3 £c7 16.¤ce4 ¤xe4 17.¥xg7 ¤xd2 18.¥xf8 ¤xf1 19.¥xe7 ¥f5 20.e4 £xe7 21.exf5 ¤e3 22.fxe3 £xe3+ 23.¢h1 ¤c5 24.£b2 ¤d3 25.£b5 ¤c1 0–1
Lublinsky – Stein Ruy Lopez USSR 1955 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 f5 4.¤c3 ¤f6 5.¥xc6 bxc6 6.£e2 d5 7.exf5 ¥d6 8.¤xe5 0 –0 9.¤xc6 £d7 10.£e6+ ¢h8 11.£xd7 ¥xd7 12.¤d4 ¦ae8+ 13.¢f1 c5 14.¤e6 ¥xe6 15.fxe6 ¤g4 16.f3 ¦xe6 17.¤xd5 ¤xh2+ 18.¦xh2 ¥xh2 19.d3 ¥g3 20.¥d2 ¦f5 21.¤c3 ¦h5 22.¢g1 ¥e5 23.g4 ¦h3 24.¤e4 ¦xf3 25.¢g2 ¦f8 26.¦h1 ¦h6 27.g5 ¥xb2 28.¤xc5 ¦c8 29.¦b1 ¥a3 30.¥e3 ¢g8 31.d4 ¦b6 32.¦f1 ¦b2 33.¦f2 ¦xa2 34.¦d2 ¥c1 0–1 Durante su tercer año en el ejército, Stein estuvo destinado en la guarnición de Moscú, lo que le permitió tomar parte en buen número de competiciones en la capital. Su partida con E. Zagorianski, que abre el segundo capítulo del libro, constituye un ejemplo del nivel de juego que Stein poseía por aquellos tiempos. En 1956 defendió su título de campeón de las Fuerzas Armadas. Nada parecía poder impedir que ganase el campeonato por segunda vez consecutiva. Lutikov ya había dejado el ejército y no se veían rivales peligrosos para Stein, si bien tenía cierto respeto por los maestros Leonid Shamaev y Vladimir Soloviev. Shamaev era un experimentado luchador de Leningrado, mientras que Soloviev había conseguido notoriedad por haber ganado el Campeonato de Moscú en 1954 y seguía siendo una gran promesa. Sin embargo, no fue ninguno de estos dos jugadores los que disputaron el primer puesto a Stein.
Stein – Soloviev Defensa Siciliana USSR 1956 1.e4 c5 2.¤f3 d6 3.¥b5+ ¤c6 4.d4 cxd4 5.£xd4 ¥d7 6.¥xc6 bxc6 7.c4 ¥g4 8.£d3 ¤f6 9.0 –0 e5 10.¤c3 ¤d7 11.h3 ¥h5 12.b4 ¥e7 13.a4 0 –0 14.¥a3 ¥g6 15.b5 ¦e8 16.¦fd1 cxb5 17.cxb5 ¤f6 11
18.¦ac1 ¦c8 19.¤d5 ¦xc1 20.¤xf6+ ¥xf6 21.¦xc1 £a5 22.¦c4 a6 23.£d5 ¦d8 24.¥xd6 h6 25.¥c7 ¦xd5 26.¥xa5 ¦d1+ 27.¢h2 axb5 28.axb5 ¦b1 29.¥b4 ¥d8 30.¤d2 ¦b2 31.¥c3 ¦c2 32.¦c8 ¢h7 33.¦xd8 ¦xc3 34.b6 ¥xe4 35.¤xe4 ¦b3 36.¦d6 1–0 Al final del torneo Stein se encontraba luchando codo a codo con Eduard Chaplinsky, a quien conocía desde 1951, cuando Chaplinsky había encabezado con éxito el equipo juvenil de Moscú en el campeonato nacional. Eduard parecía tener un gran futuro ante sí, pero más tarde no cumplió con las expectativas que había despertado. Pero sí fue el héroe de este campeonato de 1956, al ganar el match adicional a ocho partidas que debió disputar con Stein.
¡VUELTA A CASA! En noviembre de 1956 Stein fue licenciado del ejército y regresó a Lvov, donde pudo volver a encontrarse con sus viejos amigos. Algunos, sin embargo, se habían ido. Igor Semenenko se había graduado, como ingeniero de radio, en una Escuela Politécnica, consiguiendo trabajo en una factoría de Kiev, como ayudante del ingeniero jefe. Poco después, Boris Katalimov también se marchó a Karaganda, tras licenciarse en geología en la universidad. Allí se proclamó campeón de Kazajstán, instalándose definitivamente en aquella república. Efim Rotstein seguía en la ciudad, aunque no por mucho tiempo. Tras graduarse en el departamento de mecánica de la Escuela Politécnica, encontró trabajo de ingeniero mecánico en Ivanovo-Frankovsk. De modo que el cuarteto ajedrecista se dispersó a los cuatro vientos. Stein también necesitaba ampliar su educación, pero debía esperar hasta el próximo verano, cuando comenzase el nuevo año académico. Entretanto, comenzó su carrera de entrenador en el club de oficiales de Lvov. Su objetivo inmediato era conseguir el título de maestro, para lo cual tenía que vencer en el Campeonato de Ucrania, en 1957. Había ciertos obstáculos para conseguir la inscripción. En la primavera Stein llegó a Kiev para tomar parte en la semifinal, con dieciocho participantes. Dos de los competidores eran maestros, E. Poliak e I. Pogrebisky, y el resto eran fuertes candidatos a maestro y jugadores de primera categoría. Hacía mucho que Stein no participaba en los campeonatos ucranianos, y se encontró por primera vez con muchos jugadores que le resultaban desconocidos. El torneo no fue fácil para él. Perdió cuatro partidas, pero pudo empatar en el segundo puesto con Lazarev, Pogrebisky y A. Kostuchenko, tras Yuri Nikolaievsky, lo que le permitía acceder a la final. Por primera vez desde la guerra, el Campeonato de Ucrania ofrecía la posibilidad de optar a norma de maestro. Para poder ofrecer tal posibilidad, los organizadores tuvieron que reclutar a fuertes jugadores, de fuera de Ucrania, dado que la república no contaba con el suficiente número de maestros. Los patrocinadores invitaron a dos eminentes ajedrecistas de Moscú: los grandes maestros Andrei Lilienthal y Salo Flohr. También consiguieron interesar al GM Efim Geller, de Odesa, quien, tras haberlo ganado en 1950, se había abstenido de participar en el campeonato de la república.
LOS APELLIDOS CORTOS ESTÁN DE MODA Tres grandes maestros, siete maestros y ocho candidatos a maestro tomaron parte en la final del campeonato ucraniano, que se celebró en Kiev, en mayo de 1957. ¡Nunca antes había jugado Stein un torneo tan fuerte! Por primera vez tenía la oportunidad de luchar por la norma de maestro, ¡nada menos que 10 puntos de 17 partidas! El comienzo fue deprimente. Su partida con Lilienthal constituyó su primera confrontación a un gran maestro. Stein planteó su favorita India de Rey con negras, pero se enfrentó a una variante poco conocida, perdió la presencia de ánimo, y sucumbió ante un ataque demoledor. La segunda ronda recompuso su espíritu. Estaba ansioso por jugar contra Sajarov, a quien Stein reverenciaba desde que era un muchacho. Pero el maestro de Kiev actuó por debajo de su nivel y Stein ganó. Siguió una serie de tablas (con Pogrebisky, Kots y Kogan, un candidato a maestro de Odesa). Pero, después de cinco rondas, sólo sumaba 2,5 puntos. Tenía el cincuenta por ciento, cuando necesitaba finalizar con más tres. Venció entonces a Kostuchenko, pero volvió a su sitio al perder con Nikolaievsky. Dos rondas más habían pasado sin que pudiese progresar hacia su meta. Realizó entonces un gran esfuerzo, y pudo ganar dos partidas consecutivas, sobre Shianovsky y Usachy. Una victoria más le situaría en la posición mágica de +3. Sin embargo, no lo consiguió. Empató con A. 12
Zemijovsky, y perdió con A. Makarov… Sólo quedaban cinco rondas, en las que necesitaba 3,5 puntos, ¡y sus siguientes rivales eran Flohr y Geller! Quizá debería tratar de hacer tablas con ellos y jugarse el todo por el todo en las tres últimas partidas, contra Zurajov, Lazarev y Bannik. Pero Stein no sabía jugar a tablas. Estuvo cerca de la proeza en su partida con Flohr, pero lo estropeó todo, cometiendo un grave error al final. El experimentado gran maestro trató de consolar a Stein, que comprensiblemente estaba desolado. “No se lo tome tan a pecho, joven. Conseguirá muchas victorias, si juega como lo ha hecho conmigo en la primera mitad de la partida. Además, los nombres cortos se están poniendo de moda en ajedrez. Hace poco que Lilienthal se me quejó de no llamarse sólo Tal. Y creo que pronto Bronstein se lamentará de no llamarse sólo Stein.” Ahora Stein necesitaba 3,5 de 4, comenzando por Geller, que conducía las piezas blancas. En esa partida, de repente surgió un rayo de esperanza. En un final más o menos igualado, Geller trató de forzar la victoria y le permitió a Stein conseguir su primer triunfo sobre un gran maestro, ¡y qué gran maestro: el tercer clasificado en el Torneo de Candidatos de 1956! ¿No estaba la norma a tiro de pájaro? Era penoso ver a Stein durante las partidas finales. Una derrota ante Zurajov y tablas en las dos últimas le hicieron retroceder hasta la décima posición en la tabla. Flohr y Geller compartieron el primer puesto, con 12,5 puntos. Sajarov fue el siguiente, con 11. Con 10,5 se colocaron Lilienthal, Kots, y dos jóvenes afortunados, que ascendían así a las “cumbres” del ajedrez: Nikolaievsky y Shianovsky. A Stein sólo le quedó la jocosa profecía de Flohr. ¿Tal vez no era un mal augurio?
“¡DEJO EL AJEDREZ!” Tal y como se había propuesto, en el verano Leonid ingresó en una escuela técnica mecánica. Pero los estudios no le resultaban fáciles: se había olvidado de muchas cosas durante su servicio militar. El invierno de 1958 estuvo lleno de contrariedades. Su escuela técnica no le permitía participar en la semifinal del campeonato ucraniano. En el calor del momento, Stein dejó la escuela y reanudó su trabajo de instructor de ajedrez. Jugó con éxito en el torneo de Chernovsky, abriéndose paso hacia la final, pero… Por orden del Comité de Deportes de Ucrania, Stein fue privado del derecho a competir en el Campeonato de la República, por haber violado la disciplina deportiva. Tal violación consistía en jugar a las cartas, un pasatiempo popular entre los participantes de la semifinal, al que se dedicaban en su tiempo libre, entre ellos Stein, para quien el castigo fue severo. Antes del comienzo de la final, Stein llegó a Kiev para solicitar indulgencia. Otros participantes en el torneo lo apoyaron, ¡pero fue en vano! El torneo se celebró sin él. Cuatro jugadores (A. Makarov, E. Gufeld, R. Gorenstein y M. Levin) consiguieron al mismo tiempo el título de maestro. “¡Ya es suficiente! ¡Dejo el ajedrez!”, informó Leonid a sus amigos en el otoño de 1958. “Seguramente he gastado demasiado tiempo y esfuerzos practicándolo. Dejo el trabajo de instructor de ajedrez y buscaré trabajo en la factoría.” Comenzó a trabajar como montador de metal, y no podía ni oír hablar de ajedrez. En la siguiente primavera, sin embargo, solicitó unas vacaciones a su cargo: “Me gustaría realizar un último intento. Va a jugarse una semifinal del Campeonato de Ucrania en Jarkov. Quizá pueda clasificarme, una vez más, para la final. Allí podré optar a la norma de maestro.” No puede decirse que en la semifinal de Jarkov jugasen ajedrecistas sobresalientes. Sólo un maestro, Andrei Makarov, participaba en el evento. Por entonces había pocos maestros en Ucrania, y su título le permitió a Makarov el acceso directo a la final. De modo que algunos candidatos a maestro y otros jugadores de primera categoría llenaban las tres plazas vacantes. ¿Acaso eran rivales de entidad para Stein, que había ganado ya a grandes maestros? Lo eran. Lo cierto es que cuatro incluso lo superaron, entre ellos no sólo Makarov, sino también Alexander Volchok, de Nikolaev, que había ganado el torneo, y Sergei Kviatkovsky. Leonid Stein, una vez más, se había quedado en blanco. ¿Qué había ocurrido? Se encontraba en un estado literalmente febril durante toda la competición. Fácilmente vulnerable y muy emocional, Stein a menudo se ponía nervioso en la dura atmósfera competitiva. Experimentaba con tal intensidad penas y alegrías, y sobre todo pasaba de unas a otras con tanta rapidez, que cada revés en un torneo lo dejaba tirado en la cuneta. Con jugadores tan vibrantes e impulsivos muchos acontecimientos dependen de la suerte. En Jarkov la fortuna le resultó adversa. Al irse parecía estar yéndose para siempre: 13
“Ahora he tomado mi decisión irrevocable: ¡dejo el ajedrez! ¡Basta ya! Todo está claro para mí. Pronto cumpliré veinticinco años, y la norma de maestro sigue tan lejana como las estrellas. ¡Éste ha sido mi último torneo!”
EL ÚLTIMO NÚMERO Una posibilidad afortunada es como el sol en un día nublado: ahora se oculta, ahora nos ilumina. A su regreso a Lvov, Stein seguía deprimido con los acontecimientos de Jarkov. Pero al leer el anuncio de la siguiente final del Campeonato de Ucrania, a disputarse en Kiev, descubrió que los hados le habían deparado dos regalos para él, regalos con los que, por supuesto, no contaba. Cuando los participantes en el campeonato de la república llegaron al club de ajedrez para el sorteo, en la ceremonia de apertura, se encontraron con que Gorenstein, de Lvov, no podía participar en el torneo. Los directores del torneo decidieron que el siguiente participante por derecho era Litvinov, de Odesa, al que se le asignó el último número, el 22, y a quien urgieron para que acudiese de inmediato a Kiev. Pero desde Odesa llegó un mensaje, diciendo que Litvinov tampoco podía jugar. ¿Qué había que hacer, entonces, con el número 22? ¡No había otros candidatos en la lista! Los organizadores estaban a punto de tachar el último número, cuando Yuri Sajarov propuso: “¿Por qué no incluir a Stein?” Inmediatamente se envió un telegrama a Lvov, invitando a Kiev al desafortunado ajedrecista. Se había perdido las dos primeras rondas. En la tercera se enfrentaba al candidato a maestro Korsakov, de Voroshilogrado… Lo que es difícil de conseguir se aprecia más. En aquel torneo Stein jugó, por primera vez, con cierta cautela. Atacaba con blancas, pero con negras no despreciaba las tablas. De modo que finalizó el campeonato… ¡como ganador de la medalla de bronce! Sólo el gran maestro Geller y el maestro Nikolaievsky le superaban en la tabla de clasificación. ¿La norma de maestro? ¡La consiguió de sobra, con punto y medio más de los requeridos! Su larga experiencia como candidato a maestro llegaba, así, a su fin. Lo mejor de todo es que había conseguido plaza para las semifinales del Campeonato de la URSS.
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Capítulo Tres EL CAMINO HACIA LA CUMBRE DÍAS DE UNIVERSIDAD El alto puesto de Stein no causó impresión en los círculos ajedrecísticos. Conseguir la maestría a los veinticuatro años no era ninguna hazaña, sobre todo teniendo en cuenta los considerables esfuerzos desplegados y la ayuda de la fortuna. Tampoco parecía que pudiese progresar mucho más. En realidad, sin embargo, el Campeonato de Ucrania no había producido un maestro “del montón”, como pronto se dieron cuenta los entrenadores. Sólo algunos maestros lucharon por una plaza en el equipo de Ucrania, que debía participar en la segunda Spartakiada de los pueblos de la URSS. El primer seleccionador, Efim Geller, era también el número uno de su equipo. Fue muy meticuloso al seleccionar la formación ucraniana. Las candidaturas de Nikolaievsky, Sajarov y Shianovsky eran incuestionables. Geller confió la última vacante del equipo a Stein. Muchos consideraron la decisión arriesgada: el flamante maestro no podía aportar el mismo nivel de experiencia que, por ejemplo, Bannik, Kots o Zurajov, ninguno de los cuales había sido incluido en el equipo. Pero el gran maestro Geller sabía lo que hacía. El maestro E. Poliak, entrenador de la sociedad Avangard, representante de todos los Sindicatos, prestó atención al talentoso Stein. Dijo que el jugador de Lvov necesitaba, antes que nada, apoyo. La dirección de Avangard trató al dotado ajedrecista con simpatía, creando todas las condiciones necesarias para el desarrollo de su talento. El propio Stein estaba ahora en condiciones de entender: si tienes un don divino y no lo nutres, el don eventualmente puede morir. Era difícil recuperar lo que se le había escapado durante tantos años. Y sólo podía recurrir a la ayuda de su nuevo entrenador esporádicamente, puesto que ambos vivían en ciudades distintas. El principal escollo de Leonid seguía siendo la ausencia de un estudio independiente de la literatura ajedrecística. Las competiciones, por consiguiente, fueron toda su escuela de la ciencia del ajedrez. Pero seguía atentamente lo que otros jugaban, observándolos analizar sus respectivas partidas. Si los grandes maestros se encontraban entre los jugadores, no necesitaba otros estudios. Stein se sentía feliz de respirar el mismo aire que sus colegas de equipo, durante las sesiones de entrenamiento encabezadas por Geller. De repente, el nuevo maestro asistía a estudios teóricos diarios dirigidos por uno de los más grandes jugadores del país, Geller, un participante en los torneos de Candidatos al título mundial, en 1953 y 1956. ¡Así que llegó la Spartakiada de Moscú! Stein no sabía adónde mirar. Botvinnik, Smyslov, Petrosian, Spassky, Tal, Keres y otras luminarias del juego se sentaban al mismo tiempo ante los tableros. Era la primera vez que Stein estaba rodeado por tales realezas del ajedrez. Se le asignó el papel de “reserva comodín” del equipo ucraniano, dispuesto a reemplazar a cualquier jugador en cualquier tablero. En las semifinales, sus más experimentados compañeros no necesitaron mucho al novato. Pero, con todo, sumó punto y medio de dos partidas. Tras este resultado, no le concedieron respiro en la final. Los demás jugadores descansaron, turnándose, y en las cuatro rondas decisivas Stein consiguió tres puntos para su equipo, que finalmente obtuvo la medalla de bronce. “En el joven maestro Stein se depositaron grandes esperanzas, y no ha sido en vano”, observó el anuario Shajmaty 1958-1959. “No sólo ha obtenido importantes resultados competitivos, sino que también ha exhibido admirables éxitos creativos. En sus originales partidas, muestra el deseo de imponer su propia táctica combativa a sus oponentes, desde las primeras jugadas.”
CAMPEÓN DE UCRANIA Llegó entonces la semifinal, en Tallinn, del 27º Campeonato de la URSS. Entre los participantes se encontraban Boris Spassky, Alexei Suetin, Aivar Gipslis, Iivo Nei y otros eminentes jugadores, de los cuales sólo tres se clasificarían para la final. Stein combinaba el papel de estudiante y de examinador. Empató en el 15
tercer puesto con el maestro estoniano Nei, cediendo sólo medio punto a Spassky y Suetin. ¿Un éxito? Desde luego, aunque no completo, puesto que sólo tres jugadores accederían a la final. Así pues, Stein y Nei tendrían que jugar un match de desempate a cuatro partidas. El match le probaría al maestro de Lvov lo duras que pueden ser las piedras en el camino del ajedrez. A Stein le bastaba con empatar el match, puesto que tenía mejores desempates. Después de dos partidas, el resultado era de 1,5-0,5 a su favor. Parecía fácil hacer unas tablas en las dos partidas restantes. Sin embargo, Stein perdió ambas. Por lo visto, con motivo de ese match sufrió un trauma, que más tarde se repetiría cíclicamente, en sus esfuerzos por superar los matches clasificatorios. Stein tuvo que esperar un año para tratar de alcanzar la final del campeonato soviético. Pero la vida ajedrecística proseguía, y en el verano de 1960 Stein tomó parte en el Campeonato de Ucrania, en Kiev. Geller, vencedor de las tres ediciones anteriores, no participaba. Así que el ansiado título estaba listo. Stein comenzó sumando cuatro victorias en serie. Pronto lideraba la clasificación, con ocho de nueve. Parecía que tenía en el bolsillo el primer puesto. Pero de pronto, perdió ante A. Novopashin, de Dniepropetrovsk, y luego ante Y. Sajarov, de Kiev. La derrota ante este último fue especialmente dolorosa, porque Leonid simplemente se dejó “colgado” un caballo. Después de disputadas 14 rondas, Stein y Sajarov compartían la cabeza, manteniendo ambos tal situación privilegiada hasta el final del torneo. ¿Quién era el campeón? Un match de desempate a seis partidas (el cuarto de ese tipo para Stein) decidiría el desenlace. Yuri Sajarov era un maestro consagrado, con mucha experiencia. No estaba claro cuál de los dos era más fuerte. ¿Y quién podría olvidar que nueve años antes, uno se había convertido en entrenador profesional, mientras que el otro sólo era un principiante? Durante la primera partida, Sajarov jugó de forma soberbia, y todo parecía dispuesto para que Stein cosechase un cero. Durante el aplazamiento sólo movía las piezas para sobrevivir, hasta que se llegó a un momento en que Sajarov tenía un peón extra y, en apariencia, una partida fácilmente ganada. Sin embargo, cuando Stein comenzó a analizar, ¡descubrió, con alivio, que podía conseguir tablas! Pero justo antes de llegar al siguiente control de tiempo, Sajarov cometió un burdo error, y el empate fue fácil para Stein. El error influyó notablemente en el transcurso de la segunda partida. Sajarov jugó muy por debajo de sus posibilidades. Stein, que disponía de ventaja decisiva en la tercera, también decidió que había llegado su turno. Esta vez un error suyo le permitió a su rival zafarse con tablas. Sajarov condujo con entusiasmo el cuarto asalto, ganando en la jugada 25. ¡2-2! ¿Se repetía la historia del match con Nei? No. Stein había aprendido aquella difícil lección. Puso todos sus sentidos en la lucha y, aunque experimentó algunas emocionantes aventuras ajedrecísticas, consiguió inclinar finalmente la balanza a su favor, ganando las dos partidas restantes.
EL REGALO DEL GRAN MAESTRO KOTOV Saltando de alegría, Stein viajó a Odesa para disputar la semifinal del Campeonato de la URSS. La nómina de participantes era aún más fuerte que el año anterior en Tallinn, dónde sólo había un gran maestro. Esta vez eran tres: Yuri Averbaj, David Bronstein y Alexander Kotov. Los maestros Evgueni Vasiukov, Semion Furman e Iivo Nei también eran unos formidables competidores. La lucha por entrar en la final resultó especialmente amarga, porque el Campeonato de este año sería, al mismo tiempo, torneo zonal de la FIDE. (El primer escalón en la lucha por el Campeonato del Mundo, compuesta de zonales, interzonales, Torneo de Candidatos y Final propiamente dicha del Campeonato. N. del T.) ¡Sus vencedores conseguirían el derecho a luchar por el Campeonato Mundial! Algo que sólo sucedía una vez cada tres años, y todo el mundo deseaba probar sus posibilidades, por pequeñas que éstas fueran. Es cierto que el número de plazas se había incrementado de tres a cuatro. A la larga, los grandes maestros demostraron que el título significaba algo. Averbaj se clasificó primero; Bronstein, segundo; Kotov, Furman y Stein empataron en el tercer puesto. Una vez más, tenía que procederse a un torneo de desempate para determinar quién sobraba. Stein ya había comenzado su preparación para el desempate, cuando los acontecimientos tomaron un giro inesperado: Alexander Kotov rehusó tentar su suerte, retirándose. La mejor explicación a su retirada, la aporta el propio Kotov en su libro En broma y en serio: “¿Cómo finalizaría esta vez una nueva prueba para Stein? Eliminar a un jugador de estos tres es asunto difícil. 16
Pero todo se resolvió tranquilamente. Uno de los tres se autodescartó… el autor de este libro. En primer lugar, porque era difícil jugar torneos consecutivos serios a los 48 años. En segundo lugar, porque me resultaba incómodo pensar que podía ser un obstáculo en el camino de un joven jugador de talento.”
¡EN LA FINAL! Stein finalizó el año 1960 con la moral elevada, dedicándole tiempo a otro “viaje de negocios”: el Campeonato de la URSS por equipos, en el que consiguió el mejor resultado en el segundo tablero, sumando seis puntos (de ocho) para el equipo ucraniano. A comienzos de enero de 1961 se produjo su debut en el 28º Campeonato de la URSS. No era su primera visita a la alta sociedad del ajedrez. Pero en cualquier caso, había una diferencia considerable. Si se juega por un equipo, uno no tiene que enfrentarse a todas las estrellas, pero aquí… ¿Qué podía esperar un novicio al enfrentarse a virtuosos como Petrosian, Geller, Smyslov, Spassky, Averbaj, Polugaievsky, Bronstein y Taimanov? Stein compartió sus intrépidos pensamientos a Gufeld, también clasificado para el evento: “Creo que terminaré entre los seis primeros.” “¿Empezando por la cola o por la cabeza?”, rió Gufeld. “Estás aquí por primera vez. Yo, por tercera vez. No puedes saber lo difícil que va a resultar esto, sobre todo para los debutantes. ¡No hay piedad!” “Es igual. Trataré de jugar lo mejor que pueda para conseguir norma de GM.” Por entonces, las palabras de Stein no se tomaban en serio. Después de doce rondas, Petrosian y Geller marchaban en cabeza, con 8,5 puntos. Polugaievsky y Stein les seguían, a un punto. Spassky y Smyslov venían a continuación, medio punto menos. “¡Creo que tratas de colocarte entre los seis primeros!”, le dijo Gufeld a Stein, antes del comienzo de la siguiente ronda. “¡Quizá incluso entre los cuatro primeros! ¡Me gustaría jugar en el Interzonal!” “¡Olvídate! ¡Tienes oponentes muy duros en las últimas rondas! Finalizar en la primera mitad sería todo un éxito para tu primer Campeonato. No te olvides de que mañana te enfrentas a Geller. Tuviste suerte, al vencer a Petrosian. Pero la fortuna no sonríe siempre.” Una vez más, Stein ridiculizó el escepticismo de uno de los autores del libro, destrozando a Geller en un estilo devastador. A la ronda siguiente, sin embargo, Stein perdió ante Furman. Dos rondas antes del final, Stein jugaba contra Bronstein e involuntariamente recordó la profecía de Flohr acerca de los nombres “acortados”. En apuros de tiempo, y en una posición difícil, el gran maestro perdió pieza. El Campeonato de Ucrania había reavivado las posibilidades de Stein de alcanzar el Interzonal. Si Stein y Spassky empataban su partida de la última ronda, ambos se clasificarían. Polugaievsky y Smyslov posiblemente se unirían a ellos, pero no jugaban entre sí, y sólo se encontraban a medio punto. Pero el recién llegado no estaba dispuesto a los compromisos. Luchaba por una victoria en la ronda final y el cuarto puesto. La partida resultó dramática. En el aplazamiento, Stein disfrutaba de un peón extra en el final. ¿Era bastante para ganar? El análisis demostró que era posible ganar, pero que resultaría complicado. Spassky simplificó el problema de Stein, al abandonar sin reanudar el juego. ¿Por qué? El lector encontrará la respuesta en los comentarios a la partida, en la segunda parte del libro. De modo que Stein compartió finalmente con Geller el tercer puesto, recibiendo ambos sendas medallas de bronce. El torneo Interzonal de Estocolmo les esperaba.
VENTANA A EUROPA Stein leía atentamente lo que destacadas autoridades del ajedrez escribían acerca de él. Consideraba que cada observación útil valía su peso en oro. “Deseo que el joven maestro amplíe su creatividad, diversificando sus sistemas de apertura, sobre todo con negras”, escribió Petrosian, el ganador del Campeonato. Geller fue más diplomático: “Stein es un maestro competente, que navega magníficamente en aguas turbias. Conoce perfectamente sus puntos débiles y tratará de corregirlos.” 17
Pensemos sólo en esto: Antes del torneo, Stein no era sino ¡uno más entre una legión de maestros! Ahora ¡había conseguido la medalla de bronce en el Campeonato de la URSS, una norma de gran maestro y el derecho a jugar en Estocolmo el Interzonal por el Campeonato del Mundo! Reconocidos expertos del ajedrez, como es lógico, escribían sobre él. De repente se había vuelto famoso. Pero el humor festivo de Stein no duraría mucho. Era tan ingenuo que pensaba que su buena fortuna proseguiría de forma natural. Sin embargo, una medalla de bronce en el presente torneo no garantiza una gran actuación en el siguiente. Había conseguido una norma de gran maestro pero, según las reglas, podía desaparecer sin dejar rastro, si en los tres años siguientes no conseguía una segunda. Un día participas en un Interzonal, pero juega mal y al día siguiente nadie te recordará. George Ilivitsky, por ejemplo, un maestro de Sverdlovsk, también había jugado en el Interzonal de 1955, pero nunca consiguió el título de gran maestro. ¡Cuánto talento tenía! ¡Cuántas esperanzas se habían depositado en él! Suele decirse, no sin razón, que a la vieja fama no le gusta la nueva. Stein tenía que acometer ahora el tipo de trabajo que antes consideraba aburrido. Estudió las partidas de sus futuros oponentes, pulió cuidadosamente su repertorio de aperturas, y pasó revista a los avances más significativos de las últimas competiciones. También tenía que jugar activamente aquel año. En Belgrado, por primera vez se le confió un tablero en el tradicional match estelar entre las selecciones de la URSS y Yugoslavia. A continuación, encabezó en Helsinki el equipo de la URSS en la 7ª Olimpiada Mundial de Estudiantes. Leonid aprendió mucho en las sesiones de entrenamiento dirigidas por el gran maestro, y reputado teórico, Yuri Averbaj. Stein tuvo un gran éxito en el torneo, sumando 9,5 puntos en 12 partidas. Su victoria contra L. Zinn (Alemania Democrática) fue considerada como la mejor partida del evento. Y lo más importante, tras dos años en los que había renunciado a participar, el equipo de la URSS recuperó el título mundial estudiantil. Stein regresó a casa con su primera medalla de oro. Después de aquello, Stein fue enviado a participar en un torneo internacional en Bucarest. El torneo no tenía especial relieve desde el punto de vista de los grandes nombres (pues no participaba ningún gran maestro), pero, pese a ello, ganar el primer premio era importante. Stein se las arregló para triunfar y, además, consiguió su norma de maestro internacional.
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Capítulo Cuatro GALONES DE GRAN MAESTRO FISCHER Y OTROS Estocolmo, 26 de enero de 1962. La ceremonia de apertura del Torneo Interzonal tiene lugar en un pequeño salón del Hotel Apollonia. Stein observaba a su alrededor con gran interés: ¡Los mejores del mundo hacían acto de presencia! Los más destacados grandes maestros extranjeros, con quienes tenía que competir en su lucha por el título mundial. El imponente sueco Gedeon Stahlberg, participante habitual en los interzonales, era el director del torneo en esta ocasión. Ahora se acerca el presidente de la FIDE, el abogado Folke Rogard, quien procede al emparejamiento. Stein tiene la suerte de sacar el número uno. A pesar de que el sorteo determina sólo el calendario de juego, lo cierto es que le complace ser el primero, aunque sólo sea formalmente… Entretanto, Rogard invita a la mesa a los tres norteamericanos. Pero sólo dos suben al estrado: Arthur Bisguier y Pal Benko. ¿Quién es el tercero, Robert Fischer? Leonid sabía que el gran maestro estadounidense de diecinueve años, toda una leyenda, había llegado a Estocolmo. Una vez más, Stein había mirado al vestíbulo con curiosidad: ¿Qué aspecto tendría el más fuerte de todos los participantes extranjeros? Pero Fischer no se encontraba allí. Resultó que estaba durmiendo plácidamente en su habitación del hotel. Arthur Turover, un millonario americano, que había patrocinado el viaje de Fischer, y que había viajado con él, ¡no se atrevió a despertarlo! De modo que el propio mecenas extrajo el número en su nombre: el 16. Los húngaros se acercaron entonces a la mesa: el veterano Gedeon Barcza y dos jóvenes jugadores, Istvan Bilek y Lajos Portisch. Este último ya había participado, con considerable éxito, en pruebas de importancia y estaba considerado un formidable competidor. Siguieron otros favoritos. El checo Miroslav Filip, que con su impresionante estatura parecía un jugador de baloncesto, también era un firme aspirante a los primeros puestos. El sobresaliente campeón yugoslavo Svetozar Gligoric, con aire de estrella de cine, estaba listo para el torneo. El número 23 fue extraído por el gran maestro islandés Friorik Olafsson. ¡No le gustó, pero no tenía más remedio que aceptarlo! En la primera ronda Stein descansaba y podía caminar por la sala de juego, observando las partidas y estudiando a sus futuros rivales. Comienza el torneo. ¡Todo el mundo está en su puesto, menos Fischer! Su oponente de turno, el maestro alemán Rudolf Teschner realiza la primera jugada: el peón dama avanza dos casillas, se levanta y comienza a pasearse entre las mesas. El reloj de Fischer está en marcha. Transcurre un cuarto de hora, y el norteamericano sigue sin aparecer. ¿Es posible que siga durmiendo? En ese momento un joven larguirucho aparece en el vestíbulo. “¡Sólo Dios sabe lo que pasa en Estocolmo!”, exclama, jadeando. “¡Es imposible encontrar un taxi en ninguna parte!” “Así que éste es el hombre”, piensa Leonid. “Basta con diez/quince minutos a pie para llegar al Kingzhallon del hotel Apollonia y él se queja de que no hay taxis… Veamos cómo juega.” La partida de Fischer de aquel día fue un tanto decepcionante. Ya en la apertura Teschner se esforzó por cambiar damas. Tras haber dejado escapar la iniciativa, buscó abiertamente cambios para conseguir tablas. Poco a poco, Fischer fue superándolo, consiguiendo por fin una posición ganadora. Pero repentinamente comete un burdo error y la partida finaliza en tablas. Mientras Teschner se congratulaba, Fischer estaba apenado. Aquella tarde las cosas no resultaron muy bien para algunos jugadores soviéticos. Petrosian, no obstante, tuvo suerte en su partida contra Olafsson: tras lograr una considerable ventaja, el islandés omitió el mate. Geller, por el contrario, debía haber vencido al colombiano Cuéllar. Sin embargo, se le olvidó dar un importante jaque con su dama y perdió.
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CONCEDIENDO VENTAJA Una vez finalizada la ronda, Stein se acercó a Geller. Fischer también se aproximó. En su deficiente ruso su madre (que antes de la Segunda Guerra Mundial había viajado de Estados Unidos a Moscú, para estudiar medicina, graduándose en el Instituto Médico- le había enseñado ruso) le propuso a Geller: “¡Juguemos un match de rápidas!” Aquel día Geller no estaba, obviamente, para fiestas, y al oír su propuesta no pudo por menos que sonreír, señalando a Stein, que permanecía tranquilamente sentado en el rincón: “¡Mejor juega con él!” Como Fischer no había asistido a la ceremonia de apertura, y Stein no había jugado en la primera ronda, no lo conocía físicamente. De modo que se presentaron. Creyendo que el novato, de quien nunca había oído hablar, no sería rival para él en Blitz, Bobby rehusó jugar, pero luego dijo: “De acuerdo. Jugaré con el Sr. Stein. Pero no gratis. Quien quiera jugar conmigo tiene que pagar. Sugiero una pequeña apuesta: diez coronas cada uno. Para igualar las posibilidades, puedo concederle ventaja al Sr. Stein: si consigue usted al menos dos puntos de cinco, el dinero es suyo.” Stein dudó. Se sentía incómodo jugando por dinero. Pero quería darle una lección al engreído norteamericano. “De acuerdo, contestó Leonid.” No habían pasado diez minutos cuando Fischer había perdido su primera partida. La segunda todavía la perdió antes. “¡Oh, Dios!”, dijo, sorprendido. “¡Le propongo jugar en igualdad de condiciones! Puesto que el desconocido se merecía respeto, Fischer comenzó a jugar de forma más cuidadosa, pero aun así no conseguía ventaja. En las jornadas siguientes con frecuencia volvería a invitar a Stein a disputar amistosos matches de Blitz. Los matches transcurrieron con diverso éxito para los contendientes.
COMIENZO Y ARREBATO La actuación de Stein en el torneo no fue un éxito. Le afectó la emoción de una competición tan importante. También la atmósfera ejerció mucha presión sobre él. Por entonces estaba vigente una regla discriminatoria, según la cual el torneo de Candidatos (en el que participarían ocho jugadores en total) no podía incluir más que a cinco representantes de un mismo país. ¿Qué significaba eso para el ciclo de Estocolmo? El derecho a jugar en la siguiente fase ya lo poseían Mijail Tal (el perdedor del último match por el Campeonato del Mundo), y Paul Keres (segundo clasificado en el anterior Torneo de Candidatos). Por consiguiente, sólo había tres plazas vacantes para los cuatro grandes maestros soviéticos que participaban en Estocolmo. Las otras tres restantes sólo podían ser cubiertas por los participantes extranjeros, incluso aunque finalizasen en la tabla de clasificación por debajo de los soviéticos. Así, Stein tenía que clasificarse entre los seis primeros, y además no podía permitirse ser el último de sus compatriotas. Durante gran parte del torneo parecía que no tenía posibilidades de poder lograrlo. En la tercera ronda perdió ante Geller, y en la quinta se produjo una curiosa situación. Llevó su partida contra Filip a una posición ganadora, pero estaba jugando rápido y entonces, como consecuencia de sus errores, Filip consiguió contrajuego y Stein se puso a reflexionar largamente en cada jugada. Cierto que tenía mucho tiempo a su disposición. Cuando le quedaban dos movimientos para alcanzar el control de tiempo, disponía de media hora. Buscaba la forma de ganar y no la encontraba. ¿Había tablas? Desde luego que sí. Incluso había varias formas de lograrlas. ¿Cuál debía elegir? ¿Quizá aún podía ganar? Stein se vio absorto en la evaluación de diversas variantes, y el tic-tac del reloj no cesaba de sonar… Las agujas avanzaban… ¡Y la banderita cayó! Un árbitro informó al atónito Stein de que había perdido la partida. “¡Me olvidé del reloj! ¡Yo, que estoy acostumbrado a tener todo el tiempo del mundo!”, explicó, conmocionado, a sus boquiabiertos amigos. Tras su derrota de la octava ronda ante Uhlmann, sus dos puntos de siete parecían no servir para nada… ¡Tres derrotas, cuatro tablas, ninguna victoria! La norma de gran maestro estaba fijada en 13 puntos (de 22 partidas). Eso significaba que tenía que conseguir 11 puntos de las 15 partidas restantes, contra algunos de los mejores del mundo. Para un maestro ordinario esa tarea habría sido totalmente imposible. Pero Stein, habituado a perder partidas cuando todo el 20
mundo esperaba que ganara, y a ganarlas cuando lo contrario era el caso, también había adquirido el hábito de superar barreras aparentemente infranqueables. Algo que también sucedió en Estocolmo. Cuando nadie creía ya en él o en su éxito, consiguió nada menos que 11,5 puntos sin darse un respiro, ¡y no en quince partidas, sino en catorce! ¡Una ronda antes de finalizar el torneo! Un sprint final memorable: ¡nueve victorias y cuatro tablas! Con esa diabólica escalada, Stein pudo colarse entre los seis primeros, a falta de la última ronda. Sólo Fischer, Geller y Petrosian le superaban. De vencer a Olafsson al día siguiente, se convertiría en candidato al Campeonato del Mundo. Lamentablemente, las fuerzas de un ser humano tienen un límite. En una aguda lucha, Stein perdió.
¿QUIÉN ES EL SEXTO? Empató en el sexto puesto con Gligoric y Benko. La cuestión es ¿quién sería el sexto clasificado para el Torneo de Candidatos? De no existir la discriminatoria regla “de los tres”, la respuesta a esa pregunta sería inmediata: había que jugar un match-torneo de desempate. Pero la regla cerraba el portal enfrente de Stein, debido a que sus tres compatriotas lo habían adelantado. En consecuencia, ¿habría un match entre Gligoric y Benko? No, debía procederse a un torneo triangular, ya que era necesario determinar un sustituto para el Torneo de Candidatos. Si, tras los resultados de este torneo adicional, Stein consiguiera, al menos, la segunda plaza, y uno de sus compatriotas renunciase a participar en la siguiente fase (por ejemplo, por enfermedad), entonces Stein podría reemplazarlo. Había un motivo más para que Stein jugase todo lo bien que supiese: aunque había logrado la norma de gran maestro internacional, tenía que esperar a su concesión oficial. Sin embargo, el sexto puesto en el Torneo Interzonal le concedería el título de forma automática. Leonid hizo dos tablas con Benko y venció en ambas ocasiones a Gligoric, de modo que se proclamó sexto. No obstante, fue Benko quien acudió a jugar el Torneo de Candidatos en la isla de Curaçao… A pesar de todo, Leonid fue recibido como un triunfador. Ya era gran maestro internacional. Algo que había sido especialmente gratificante, puesto que conseguido en una batalla con jugadores tan distinguidos como el Torneo Interzonal. El hecho de haber conseguido una plaza para el Torneo de Candidatos (por más que una formalidad aritmética le privase de participar( le rodeó de un halo adicional.
TRES PORQUE Con todo, Stein no estaba satisfecho. No sólo a causa de la injusticia de la “regla de tres”. No podía dejar de pensar en tres cuestiones. Número uno: ¿Por qué juego tan mal cada vez que comienzo un torneo importante (Campeonato de la URSS e Interzonal)? Número dos: ¿Por qué gané la partida decisiva en el Campeonato de la URSS y perdí la del Torneo Interzonal? Número tres: ¿Por qué en el Campeonato de la URSS conseguí el mejor resultado contra los seis primeros (gané a Petrosian, Geller y Spassky, y tres tablas), y en Estocolmo hice el peor (derrotas ante Geller y Filip, y cuatro tablas)? Stein no pudo encontrar, durante mucho tiempo, una respuesta a los dos primeros “porqués”. Preguntas de este tipo seguirían molestándole, en el futuro, después de algunos torneos. Lamentablemente, no tenía ningún experto a quien consultar en la esfera de la psicología deportiva, y esperaba que estos problemas se resolviesen por sí solos. El tercer “porqué” era otra cosa. Este problema era el que más le preocupaba. Sentía ya que era capaz de entrar a saco en el Olimpo. Sin embargo, era evidente que cuanto más cerca se encontraba de la cima, rivales tanto más difíciles tenía que superar. ¿Podía contar con el éxito, si no superaba a los más fuertes? Al reconsiderar sus partidas contra los favoritos, de Moscú y Estocolmo, no pudo dejar de prestar atención a una circunstancia. ¿Por qué le había ganado a Petrosian y Geller? Porque le habían dado la oportunidad de atacar a su rey. Esa había sido la razón decisiva. Spassky había perdido porque, con negras, se había jugado el todo por el todo. ¿Y en Estocolmo? Los mejores grandes maestros le concedieron muchas menos ocasiones de atacar a su rey. En relación con un año antes, ya conocían su estilo. Sólo Portisch fue imprudente y el castigo no se hizo esperar. Por aquella partida, precisamente, le concedieron a Stein el premio de belleza… 21
Nadie corría riesgos contra él. Por el contrario, Stein sí actuó más de una vez de acuerdo al principio o todo o nada. Así había perdido ante Uhlmann en la octava ronda. Del mismo modo se arriesgó en su partida siguiente contra Teschner, y éste pudo haberle vencido en una sola jugada. El juego azaroso, en este caso, resultó apropiado, pero en la partida con Olafsson le condujo al desastre. El recuerdo más doloroso, sin embargo, era el de su partida con Filip, donde había perdido por tiempo. ¿Por qué no había ganado? ¡Tenía una ventaja tan acusada! Sólo podía haber una respuesta: el problema era que no podía materializar su ventaja con un ataque directo al rey contrario. Tenía que haber exhibido una buena técnica y en este aspecto del juego, no siempre se sentía seguro. He aquí por qué había tenido que pensar tanto. Petrosian habría ganado aquella partida jugando a la ciega… En una ocasión el famoso gran maestro Siegbert Tarrasch había dicho, muy acertadamente: “Cuando se gana una partida perdida, eso es la felicidad, pero cuando se pierde una ganada, sólo es incompetencia.” ¿Cuál era la conclusión? ¡Tenía que ampliar su forma de jugar! Si agudizaba la espada del ataque, tenía que armarse de un buen escudo. Stein no era ya un joven que se desmoranaba si su posición dejaba de agradar a sus ojos. Ahora podía apretar los dientes y luchar por cada palmo de territorio, era capaz de ofrecer resistencia hasta el final. Podía situar su rey en posición peligrosa, sin miedo y sin dudas, como en su partida contra Bisguier. No importa lo bien que Geller hubiese jugado contra él, ¿acaso había empleado todos sus recursos defensivos? El ataque era una cuestión esencial para Leonid, y no sólo en ajedrez. Le gustaba el fútbol. Cuando en sesiones de entrenamiento, los ajedrecistas daban patadas a un balón, enfrentándose a un equipo aficionado, Stein, normalmente alineado como defensa, frecuentaba más a menudo la zona delantera que la suya propia. ¡Eso le costaba no pocos reproches de sus compañeros, porque su juego indisciplinado no le permitía regresar a tiempo para proteger la zona defensiva! Análogas situaciones le ocurrían también en el tablero. Cuando la posición requería paciencia, o incluso una larga lucha de maniobras pasivas, él, en cambio, seguía buscando un camino más rápido hacia su objetivo. Por otra parte, claro está que un correcto diagnóstico no garantiza un tratamiento eficiente. Así fue en el caso de Stein. Necesitó mucho tiempo para sobrepasar las barreras que se interponían en su camino hacia la cumbre. En cualquier caso, volvió a Lvov con tantos éxitos en su bolsillo, que difícilmente podía siquiera haberlos soñado tres años antes, cuando, como jugador de primera categoría, había acudido a Kiev para participar en el Campeonato de Ucrania.
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Capítulo Cinco NUEVO ASALTO AL OLIMPO EN EL CLUB DE LOS GRANDES MAESTROS En mayo de 1962, tras haberse asegurado de que los cinco grandes maestros soviéticos clasificados para el Torneo de Candidatos habían llegado a Curaçao, Stein se unió a los maestros y candidatos a maestro que debían participar en el nuevo Campeonato de Ucrania. Todo el mundo creía que conseguiría fácilmente el primer puesto, pero Gufeld le ofreció dura resistencia, y el flamante gran maestro sólo pudo asegurarse el campeonato en la última ronda, por medio punto de ventaja. Era su segundo título en el Campeonato de Ucrania. Pronto el destino fue ocupando su sitio en la vida de Leonid. Se enamoró de Liliya Kvecher, una estudiante de segundo año en el Instituto Politécnico, y la convirtió en su esposa. Stein dijo, en más de una ocasión, que esa había sido la mejor jugada de su vida… En otras palabras: aquellos fueron días inolvidables para él. Disfrutaba de un amplio e incuestionado reconocimiento. La alta sociedad del ajedrez le daba la bienvenida al círculo de los elegidos. Tenía especial amistad con Mijail Tal. Como muchos otros, estaba encantado con la calurosa generosidad y el intelecto enciclopédico del mago de Riga. Este último, a su vez, simpatizaba sinceramente con su nuevo amigo, y lo introdujo en su círculo de habituales. Tal ejerció su influencia, de hecho, para que Leonid se inscribiese como estudiante por correspondencia en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Lvov. Durante algún tiempo, los cambios en la vida privada de Stein, su alegría y la de los demás, le mantuvieron apartado de los quehaceres ajedrecísticos. En septiembre del mismo año, 1962, tomó parte en la semifinal del Campeonato de Riga, y aunque era el único gran maestro de los 18 participantes, sólo pudo finalizar tercero. Unicamente dos jugadores se clasificaban para la final. Vale la pena señalar aquí que los acontecimientos más o menos se desarrollaban, según el esquema del “programa Estocolmo”. Ya al comienzo, M. Klimenok, un desconocido pero agresivo maestro de Bielorrusia, venció al gran maestro en un devastador estilo. Stein sólo pudo ganar su primera partida en la cuarta ronda, luego cogió “carrerilla” y consiguió meterse en el grupo de cabeza. Sin embargo, en la última ronda volvió a perder, esta vez con el maestro L. Listengarten de Bakú, de modo que fue superado por los maestros Lev Aronin y Vladas Mikenas. En cualquier caso, había sido admitido directamente a la final del 30º Campeonato nacional. Pero eso no era un consuelo. Los seis grandes maestros conquistaron los seis primeros puestos, pero Stein se encontraba en la retaguardia de la columna. Entonces perdió con el maestro Bannik de Kiev. ¿Qué estaba pasando? Dos años atrás, con una nómina de participantes considerablemente más fuerte, su juego resultaba mucho más prometedor, aunque sólo era un maestro…
LECCIONES DE ESTOCOLMO Recordaba sin cesar las lecciones extraídas de Estocolmo. Los mismos errores se repetían una y otra vez. ¿Cómo erradicarlos? ¿No había que arriesgar tanto? En tal caso, el número de derrotas sería menor, pero también el de victorias, con lo cual el resultado sería el mismo. Quizá debería mostrar una razonable prudencia, recurriendo a métodos técnicos, para ganar partidas en las que antes estaba dispuesto a aceptar tablas, o quizá debería buscar más la lucha “cuerpo a cuerpo”. ¡Porque lo cierto es que ya tenía una buena experiencia en jugar ese tipo de posiciones! Así pues, decidió emplear esa táctica en todas las competiciones del año siguiente: en el match Yugoslavia - URSS, en la tercera Spartakiada de los pueblos de la URSS, y en la semifinal del Campeonato nacional, en Sverdlovsk. Le dio buen resultado, pues pudo constatar que el número de victorias no disminuía, ¡pero sí el de derrotas! Había aumentado el número de tablas, pero a costa de las partidas que en el pasado hubiera perdido. En los comienzos del 31º Campeonato de la URSS, celebrado a fines de 1963 en Leningrado (de nuevo, torneo clasificatorio para el Interzonal), Stein, como ya le había sucedido en otras ocasiones, no pudo conseguir su primera victoria, sino hasta transcurridas muchas rondas. El juego no le resultaba fácil y él no
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quería forzarlo. Cuando surgía una posición desfavorable, la defendía con mucha mayor tenacidad que antes. El resultado fue sorprendente: ocho tablas consecutivas. Consiguió la atención de los medios de comunicación por su pasividad. Un famoso periodista de ajedrez, se preguntó retóricamente en un boletín si Stein no se habría aficionado últimamente a las damas. ( Al juego. No es posible el doble sentido, como en castellano. N. del T.) El propio Stein no se sentía a gusto en ese inesperado papel de “rey de las tablas”. Sabía que el problema no radicaba en una supuesta indolencia, sino en no haber sabido encontrar una buena forma. ¿Qué pasaría si no la encontraba hasta el final del torneo? El camino era ahora mucho más complicado que tres años antes. Esta vez le bastaba con entrar dentro de los seis primeros, pero eso sólo le daría una plaza a una fase intermedia: un torneo zonal, por liga a doble vuelta, que determinaría los cuatro jugadores que se clasificarían para el Interzonal. Por fin, en la novena ronda venció a A. Novopashin. ¡Qué alivio! A partir de ese momento, las cosas empezaron a marchar sobre ruedas. Como en Estocolmo, Stein empezó a despachar a un rival tras otro, como si estuviera practicando tiro en una caseta de feria. Después de la 16ª ronda sólo tenía por encima de él a Ratmir Jolmov. Tenían que enfrentarse en la siguiente ronda. Fue una partida extraordinaria. En la apertura las piezas iban desapareciendo del tablero a velocidad meteórica. Los expertos eran unánimes en sus juicios: eran más que previsibles unas rápidas tablas, ¡ya que casi no quedaba nada con que jugar! Hasta ese día, el jugador de Lvov nunca había tenido interés en disputar una posición tan aburrida. Ni siquiera hubiera sabido cómo hacerlo. Pero esta vez todo el mundo vería a un nuevo Stein: un maestro hábil en posiciones técnicas. Tanto fue así, que hasta un virtuoso de las posiciones sencillas como Jolmov, en un final un tanto inferior, fue incapaz de resolver todos los problemas que su oponente consiguió plantearle. De modo que ambos se intercambiaron sus puestos, y antes de la última ronda Stein se había encaramado al primer lugar en solitario, con medio punto de ventaja sobre Spassky y Jolmov. De ese modo tenía garantizado un puesto entre los seis primeros, así que empezó a pensar en conseguir la medalla de oro del Campeonato. Podía conseguirla si derrotaba, con blancas, a Vladimir Bagirov, en la última ronda.
¿CÓMO PROCLAMARSE CAMPEÓN NACIONAL? Pero aquella tarde no le acompañó la fortuna. Una vez más, como en los viejos tiempos, no pudo controlar sus nervios, y jugó sin aliento. Más tarde, resultó que incluso un medio punto le hubiera reportado el campeonato, puesto que tanto Jolmov como Spassky habían hecho tablas en sus respectivas partidas. Pero Stein perdió. Afortunadamente, Jolmov y Spassky no pudieron superarlo en la puntuación, de modo que tenía la posibilidad de luchar por el título en el torneo de desempate, que se disputaría en Moscú a comienzos de 1964. Ya en la primera ronda, Spassky, a quien muchos consideraban el favorito, se apresuró a atacar la posición de Stein. Pero pronto resultó evidente que el asalto no estaba bien fundado. Una vez rechazadas las amenazas, Leonid asumió el contraataque, faceta en la que descollaba tanto como en el ataque. Pronto el rey blanco se vio acosado por las piezas negras y Spassky abandonó con el mate a la vista. En la siguiente ronda, Spassky consiguió, a duras penas, hacer tablas con Jolmov. Stein, por su parte, no pudo ganarle a Jolmov un final similar al que le había ganado un mes antes, en Leningrado. No había analizado con precisión la posición aplazada y, tras la reanudación del juego, optó por un plan que sólo conducía a tablas. En la segunda vuelta Spassky no consiguió vengarse. Por otra parte, en su jugada 60 el gran maestro de Lvov omitió una jugada que le concedía importantes posibilidades de victoria. A continuación, Spassky destrozó a Jolmov. Una vez más, todo se decidiría en la última ronda. A Stein le bastaban unas tablas con Jolmov. ¿Podría conseguirlas, con negras? De no ser así, los tres competidores tendrían idéntica puntuación y el torneo debería proseguir. ¿Cuántas veces había dejado escapar su oportunidad Stein en la última partida? Aquella tarde, sin embargo, jugó con tanta seguridad y eficiencia, que Jolmov, a quien sólo le servía la victoria, no pudo soportar la presión, jugó de forma errática, y se vio sometido a un formidable ataque. Tras evaluar sobriamente la posición, Jolmov propuso tablas, que Stein no vio razón alguna para rehusar.
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HACIÉNDOSE UN SITIO EN LA CIMA Los medios saldaron su deuda con el nuevo campeón de la URSS. Los especialistas no dejaron de percibir las modificaciones en su estilo de juego. Así, el periodista deportivo Viktor Vasiliev, escribió en el boletín del torneo, en vísperas del zonal: “Con su juego en el campeonato, Stein supo invertir por completo las opiniones que le señalaban como un especialista de las tablas, haciéndose notar como un dinámico representante de la tendencia combinativa. Ya en el match Yugoslavia - URSS, disputado en Rijeka en junio de 1963, según los entrenadores del equipo, no sólo había jugado mejor que ninguno de los miembros de su equipo, sino que también había exhibido un estilo universal. En el campeonato nacional Stein jugó muy suelto, con gran confianza en cada fase de la partida, y no evidenció puntos vulnerables… La actuación de Stein en el campeonato, y quizá incluso más en el torneo de desempate, reveló que el grupo de grandes maestros mundiales del máximo nivel está ahora más nutrido.” La siguiente competición del calendario era el torneo zonal. Antes de su comienzo, la Federación de Ajedrez de la URSS liberó a Smyslov de jugarlo, concediéndole de oficio una de las plazas para el Interzonal. Eso complicaba la tarea de Stein, porque ahora sólo quedaban tres plazas de los siete participantes. De acuerdo a la tradición, flojeó al comienzo del torneo: cinco tablas y una derrota ante Geller. Stein no tenía fuerza moral para quejarse de la derrota, porque Geller había jugado magníficamente, y el error decisivo del jugador de Lvov no era obvio. Pero tampoco le hacía las cosas más fáciles. Finalizada la primera vuelta, tenía 2,5 puntos. Bronstein, en cambio, sumaba 4,5. Seguían Jolmov (con 3,5), Geller y Suetin (con 3). Había dos jugadores empatados con él, ¡pero nadie por detrás! Como suele decirse, no había retirada posible. Hablando con franqueza, el tercer puesto era algo remoto. Pero dos victorias consecutivas al comienzo de la segunda vuelta le hicieron subir tan rápido, que ni siquiera las cuatro tablas de las últimas partidas pudieron alterar la situación. Tras un brillante sprint final, Spassky, con siete puntos, conquistó el primer puesto. A medio punto de distancia, Stein y Bronstein, conseguían también sus billetes para el Torneo Interzonal de Amsterdam. NERVIOS DE ACERO Y “EXHIBICIONES DE FUERZA” En el boletín del torneo, el maestro internacional Vassili Panov escribió: “El éxito de Leonid Stein no es una sorpresa. Es comprensible e incluso inevitable. ¡Hubiera sido un sinsentido que el campeón de la URSS no pudiese acceder al Torneo Interzonal! Sobre todo me han gustado las poderosas exhibiciones de fuerza del gran maestro de Lvov. Stein comenzó el campeonato con ocho tablas en serie, ¡y sólo después consiguió ganar la medalla de oro! El torneo zonal lo comenzó de forma más efectiva: ¡cinco tablas y una derrota! Sin embargo, consiguió integrar el trío. ¡Qué confianza en sí mismo y autocontrol! Eso me recordó una escena de Cyrano de Bergerac, en la que el poeta galo, enfrentado a un arrogante marqués, improvisa una balada y, durante la última, y previamente estipulada, estrofa, arrolla a su enemigo. ¡Exactamente como Stein! Tales nervios de acero y fe en sus propias posibilidades le garantizan muchos nuevos éxitos.” Stein leía estas líneas con una triste sonrisa. Sin duda eran halagadoras. ¡Y qué bien escritas! Pero… ¿Nervios de acero? Sabía mejor que nadie que eso no era cierto. ¿Poderosas exhibiciones de fuerza? Del mismo modo podría llamarse una “poderosa exhibición” al salto de una valla de dos metros que realiza alguien perseguido por perro rabioso… Sus demostraciones finales no eran la consecuencia de haberlo tenido todo bajo control, sino enormes esfuerzos por los que había tenido que pagar un alto precio. Por ejemplo: ¿Cómo debía evaluar su primera victoria en el zonal? En posición claramente ganadora, Stein había estropeado su juego a tal punto, que al final Suetin consiguió forzar tablas. ¿Y qué decir de sus tablas con Bronstein de la 12ª ronda? Ya en la apertura tenía Stein una gran ventaja, que podía haber explotado en diversas líneas. Pero eligió una opción azarosa y se encontró con un brillante contrajuego de su rival. ¿Y las tablas de la penúltima ronda con Jolmov, que sólo tenía medio punto menos, jugaba con blancas, y luchó desesperadamente por una victoria que le permitiese desbancar a Stein de una de las tres primeras plazas? Más de uno pensaba que Jolmov había conseguido ventaja decisiva, pero Stein consiguió encontrar, por enésima vez, una buena defensa… ¡Las tablas salvadoras, no obstante, estaban pendientes de un hilo! Durante el torneo Stein sufrió de insomnio. Se volvió desconfiado, irritable y, a veces, incluso cáustico. Decían que no tenía un carácter amable. No hay nada que hacer: es evidente que los grandes logros no se consiguen con facilidad. 25
En cualquier caso, las lecciones de Estocolmo no habían sido olvidadas. En las dos últimas competiciones Leonid Stein no sufrió reveses en las partidas finales y decisivas. Había enriquecido su arsenal creativo con nuevas formas de un ajedrez más alto, “aerobático”, tanto en el juego posicional como en la defensa. Preservando su fuerza de agresión, había disminuido el número de derrotas. Si en el 30º Campeonato del país, celebrado a finales de 1962, había perdido cuatro partidas, de un total de 19, en los seis torneos importantes que disputó a continuación, de un total de 63 partidas, sólo había perdido tres. Sólo había quedado sin respuesta uno de los “porqués”. Sus flojos comienzos de torneo se habían vuelto legendarios. Muchos especialistas creían sinceramente que Stein reservaba sus esfuerzos para su ilustre sprint final, que quizá ocultaba estratagemas tácticas de última hora… Sin embargo, Stein sabía mejor que nadie que sin resolver el problema del comienzo le resultaría difícil conseguir cualquier tipo de hazaña deportiva superior. Pero lo cierto es que no sabía cómo resolverlo.
EL MISMO COMIENZO, EL MISMO SPRINT El 20 de mayo de 1964 comenzó el Torneo Interzonal en Amsterdam. Cinco jugadores representaban a la Unión Soviética: Mijail Tal, Vassili Smyslov, Boris Spassky, David Bronstein y Leonid Stein. Lo mismo que en Estocolmo, sólo había tres plazas para ellos cinco, con destino al Torneo de Candidatos. Este evento todavía era más difícil para Stein que el de dos años antes. Porque tenía que superar no sólo a uno de sus compatriotas, sino a dos. Además, había que clasificarse entre los seis primeros, con una legión de fortísimos grandes maestros extranjeros. Aunque, por alguna razón, el campeón norteamericano Bobby Fischer había renunciado a jugar, su país estaba representado por importantes figuras, como Pal Benko, que había jugado en Estocolmo y aspiraba a participar en su tercer Torneo de Candidatos. Acompañándole, se encontraba un neófito en tales lides, que había que tener en cuenta: Larry Evans. El tercero, Samuel Reshevsky, era una leyenda viva del ajedrez. Saludaron a Stein con calurosos apretones de mano los yugoslavos Svetozar Gligoric y Borislav Ivkov, así como el húngaro Lajos Portisch, todos ellos peligrosos rivales. Por primera vez, Stein se encontraba con el pintoresco Bent Larsen, a quien muchos consideraban el más fuerte gran maestro extranjero, después de Fischer. La actitud hacia Stein también era diferente. Dos años antes, al comenzar el Interzonal, era un maestro desconocido, obligado a demostrar que su presencia en sociedad tan elitista no era accidental. Ahora gozaba de una gran reputación. ¡Campeón de la URSS era, por sí sola, una expresión de autoridad! Todo el mundo lo veía como un firme candidato a la lucha por los puestos superiores. Qué decir de Stein… Sentía que todo el mundo lo miraba con creciente atención, y que no podía controlar sus nervios. En la segunda ronda consiguió una posición prometedora contra Bronstein. Podía haberla consolidado, puesto que ya se había demostrado a sí mismo capaz de hacerlo. Sin embargo, quiso forzar el curso de los acontecimientos, sacrifició un caballo y, en un par de jugadas, pudo darse cuenta, con horror, de que se había equivocado. La segunda derrota siguió inmediatamente a la primera. ¡Hacía tiempo que Stein no defendía tan mal una posición, como la de su partida de la cuarta ronda ante Portisch! Después de ocho rondas, el total de sus puntos ascendía a 3,5. Se encontraba a años luz de los seis primeros y, desde luego, era el peor de los jugadores soviéticos. Sin embargo, el resultado de Stein no sorprendía a nadie, porque ya todos estaban acostumbrados a sus pésimos comienzos. Ahora todos esperaban su explosivo y rapidísimo sprint. Y, efectivamente, llegó. Uno tras otro fueron cayendo Gligoric, Benko, Evans, Ivkov, y hasta Larsen, en ese momento líder del torneo. ¡Cinco victorias consecutivas contra rivales muy cualificados! El torneo había empezado de nuevo para él en la novena ronda, a partir de la cual había conseguido ¡once victorias y dos tablas, en trece partidas! Antes de la última ronda, Stein tenía 16 puntos. Se encontraba empatado en el tercer puesto con Spassky y Tal, a medio punto de Larsen y Smyslov, y medio punto por delante de Bronstein. Se había asegurado una plaza entre los seis primeros, no sólo prácticamente, sino también teóricamente, porque sus más próximos seguidores, Ivkov y Portisch, se encontraba a punto y medio. De no haber sido por la famosa “regla de tres”, el campeón de la URSS se habría asegurado un puesto entre los candidatos al título mundial. Pero, puesto que existía, necesitaba superar a Spassky o Tal.
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UNA VEZ MÁS, “LA REGLA DE TRES” En tal dramática situación, sus nervios le abandonaron, de nuevo, a Stein. Durante su partida de la última ronda, contra el maestro internacional alemán Klaus Darga, jugó de forma demasiado académica, incluso crispada, y en la jugada 32 acordaron tablas. Aquella tarde recordó el aforismo favorito de Tartakower: “Si te arriesgas, puedes perder; pero si no arriesgas, ya estás perdido.” Stein no quiso especular en la última partida y perdió. No la partida, pero sí algo peor: su participación en el Torneo de Candidatos. Tal y Spassky arriesgaron y consiguieron ganar. Alcanzaron así a Larsen y Smyslov y compartieron con ellos el primer puesto. Stein, a sólo medio punto, fue quinto. Su clasificación formal para el Candidatos no le servía, como tampoco a Bronstein, sexto clasificado. Los dos visados faltantes les fueron entregados a Ivkov y Portisch, séptimo y octavo clasificados. La injusticia de la “regla de tres” resultó tan evidente para todos que el Congreso de la FIDE (en Wiesbaden, septiembre de 1965) la abolió. Pero a Stein no le sirvió de nada, porque su segunda tentativa de ingresar en el Olimpo había resultado infructuosa. Había tenido éxito en el tablero, pero tuvo que retirarse ante la barrera aritmética extradeportiva. También tenía cosas que reprocharse a sí mismo. Sí, en Amsterdam había jugado mejor que en Estocolmo. No obstante, ¡seguía sin saber cómo programarse para desarrollar todo su potencial en las rondas iniciales! Como también en la última y fatal jornada: Leonid ya había aprendido a no perder esa última partida, pero aún no había aprendido a ganarla cuando era necesario. Con todo, la impresión que dejó el campeón de la URSS fue notable. “Stein se quedó a una fracción de punto de la lista de candidatos”, escribió el árbitro principal, Salo Flohr. “Su enérgico juego ha conquistado la admiración de todos.”
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Capítulo Seis EN LA ELITE MUNDIAL SUPLENTE EN UN EQUIPO DE ENSUEÑO La reputación de Stein, de sus logros deportivos y creativos era tan alta, que fue invitado a integrar la selección de la Unión Soviética que participaría en la 16ª Olimpiada (o campeonato mundial de equipos nacionales), que tendría lugar en Tel Aviv, en noviembre de 1964. Jugadores de 50 países acudirían a Israel para competir: es decir, la flor y nata del ajedrez mundial. Sólo Fischer estaría ausente, para gran desilusión del equipo de Estados Unidos, probablemente con la única excepción de Reshevsky. Estos dos grandes maestros se habían peleado en 1961, a raíz de la interrupción de su match y, como consecuencia de un escándalo, tras la división del fondo de premios por decisión judicial… Desde entonces ninguno de ellos quería jugar en el mismo equipo que el otro. Los norteamericanos querían que Fischer jugara, pero éste, según decían, exigía el doble de honorarios que Reshevsky… Stein estaba muy sorprendido por la actitud del campeón estadounidense, que jugaba de tal modo con la reputación de su país. El propio Leonid consideraba un honor representar a la URSS en su equipo nacional. Incluso como primer reserva, a pesar de que era el campeón. La formación titular estaba compuesta por el campeón del mundo, Petrosian, los ex campeones Botvinnik y Smyslov, y el segundo clasificado en el Torneo de Candidatos, Keres. Spassky, uno de los héroes del Interzonal de Amsterdam, era el segundo reserva. Grandes maestros eminentes, como Tal, Geller y Bronstein no formaban parte del equipo… La división de los jugadores soviéticos en titulares y reservas era puramente formal. Sólo significaba en qué orden se alinearían los grandes maestros en tal o cual match. La fuerza del equipo soviético en las Olimpiadas radicaba en que no sólo presentaba grandes figuras en los primeros tableros, sino que contaba también con auténticas estrellas en los tableros reserva, de tal manera que éstos podían sustituir a los líderes y enfrentarse con garantías a cualquier rival. Este hecho le permitía al capitán del equipo distribuir de forma equitativa el número de partidas entre los seis jugadores. No era una sorpresa, por tanto, que los soviéticos hubiesen ganado todas las Olimpiadas. ( Desde la de Helsinki, 1952, primera participación de la URSS en las Olimpiadas ajedrecísticas. N. del T.) En Tel Aviv el papel del fuerte suplente fue especialmente importante, ya que el evento tenía un calendario muy apretado: cada día, por la mañana, se jugaría una sesión de cuatro horas para finalizar las partidas aplazadas. Luego, después de comer, cinco horas más de juego con la ronda habitual. Eso significaba que aquellos equipos que no tuviesen buenos sustitutos para sus líderes podían obligarlos a jugar hasta nueve horas diarias. El equipo de la URSS tenía una solución sencilla para el problema: aquellos que tuviesen que finalizar sus partidas aplazadas por la mañana, no jugarían por la tarde. El primer tablero de Alemania Federal, Wolfgang Unzicker, tuvo que jugar, por ejemplo, 18 partidas de las 20 totales. En el equipo soviético, en cambio, Botvinnik y Keres (los más veteranos) sólo jugaron 12, mientras que los demás jugaron 13. Stein no tuvo que realizar un esfuerzo especial para ganarse la confianza de sus compañeros de equipo, y en la fase final llegó a participar en importantes matches. Sobre todo después de que, en la quinta ronda de la fase final, la URSS perdiese ante Alemania Federal por 1-3, viendo amenazado así su primer puesto. Stein también había participado en aquel match y fue parcialmente responsable de la derrota, pues no había sabido materializar su ventaja contra el maestro H. Pfleger, y la partida había finalizado en tablas. En la sexta ronda los soviéticos aplastaron a los búlgaros, venciendo Stein a un fuerte maestro, N. Spiridonov. En la séptima ronda se produjo un duro encuentro con Yugoslavia. La victoria de Stein sobre Matanovic le permitió al equipo empatar el match, 2-2. Al final de la competición, todos los jugadores tuvieron una brillante actuación, destacando especialmente los primeros tableros. El match decisivo con el equipo de Estados Unidos tuvo un desenlace inmejorable: ¡4-0! Stein también puso aquí su granito de arena, al forzar la rendición del gran maestro Arthur Bisguier. En la siguiente ronda, otra convincente victoria sobre Argentina (3,5-0,5), venciendo Stein a Bernardo Wexler. En resumidas cuentas, el equipo de la URSS conquistó la medalla de oro. Leonid Stein, por su parte, consiguió un premio especial por el mejor resultado en el primer tablero reserva: 10 puntos de 13 partidas. La
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participación, al máximo nivel, en el mismo equipo liderado por varios campeones mundiales, resultó ser una maravillosa escuela para Stein.
DÉJÀ VU Hacía mucho tiempo que Stein no tenía un programa de competiciones tan intenso como a finales de 1964. En septiembre había jugado en Bakú, con la sociedad Avangard, la semifinal del Campeonato por equipos de la URSS. En octubre, la final del mismo torneo, en Moscú, y en diciembre participaba en el 32º Campeonato de la URSS. Aunque estaba verdaderamente cansado, no quería perderse el torneo. Además, el campeonato tendría lugar en la capital de Ucrania, ¡donde Leonid tenía tantos amigos! La historia volvió a repetirse. Comenzó con una derrota, sumando luego tres tablas consecutivas. En las doce rondas siguientes, ganó siete partidas e hizo tablas en cinco. Como ya era costumbre, en las dos últimas rondas, sólo medio punto… Como consecuencia, Stein sumó los mismos puntos que en el campeonato anterior, en Leningrado, donde había compartido el primero/tercer puesto. Pero en Kiev la recompensa para tal actuación fue más modesta: sólo el cuarto puesto. Stein no había jugado peor que el año pasado, ¡pero otros jugadores sí lo habían hecho mejor! Probablemente, existió cierta forma de justicia deportiva: si uno no avanzaba, otros lo superarían. El período de estancamiento, sin embargo, no duró mucho.
ASCENSIÓN SIN PRECEDENTES Durante los dos años que siguieron al 32º Campeonato de la URSS, Stein se encontraba en una forma tan soberbia que sus éxitos en torneo alcanzaron su punto culminante. El período más productivo de su carrera fue, aproximadamente, entre marzo de 1965 y junio de 1967. Durante esa época tomó parte en nueve competiciones: en tres de ellas fue el primero, una vez compartió el primer puesto, cuatro veces fue segundo, y el resultado menos afortunado fue un empate en el segundo/tercer puesto (¡aunque con el campeón mundial, Petrosian!). Tal estabilidad de resultados sólo es propia de los grandes jugadores en su momento de máxima plenitud. ¡Ni un solo resultado mediocre! Por otro lado, sus tres primeros puestos lo fueron en los torneos más prestigiosos de entonces: dos campeonatos de la URSS y el más fuerte torneo internacional. Para completar el cuadro, recordemos dos resultados más que le valieron al gran maestro de Lvov sendas medallas de oro: el Campeonato de Europa por equipos (1965) y la Olimpiada (1966). En junio de 1965 los seis equipos nacionales más fuertes de Europa competían en Hamburgo: URSS, Yugoslavia, Hungría, Alemania Federal, Rumanía y Holanda. El nivel de la competición difícilmente puede considerarse inferior al de las Olimpiadas, y la concentración de fuertes jugadores también era de primera magnitud, pues los equipos estaban compuestos de diez titulares y dos reservas. Stein jugó en el sexto tablero, siendo alineado en las diez rondas del certamen, y anotando siete puntos para su equipo. En el resultado global del torneo, el equipo soviético superó a los de Yugoslavia y Hungría en siete puntos. De Hamburgo Stein se dirigió a Moscú, donde estaba esperándole el equipo de Ucrania. Tenía que participar en la VIII Spartakiada de los Sindicatos. En el match con Moscú, Stein se enfrentó a Botvinnik. Jugando con blancas, el eminente ex campeón mundial estableció el control de todos los puntos estratégicos, de acuerdo a los principios de la ciencia ajedrecística. Pero entonces entró en escena la táctica, en cuyo terreno Stein podía exhibir toda su destreza. Los miembros de ambos equipos no podían creer a sus ojos: lo que en un momento parecía un final desesperado para Stein, se había convertido en un final ganado. Stein acabó ganando la partida y el equipo de Ucrania conquistó finalmente la medalla de plata, cediendo sólo ante la selección de las repúblicas rusas.
SEGUNDA MEDALLA DE ORO Al revisar las actuaciones de Stein en esos dos años, es fácil percibir que, a pesar de sus grandes éxitos, seguía conservando algunas de sus deficiencias deportivas, es decir, que ya se habían hecho crónicas. Ya en la primera ronda del 33er Campeonato de la URSS, que se inició en diciembre de 1965 en Tallinn, Stein perdió ante Sajarov. No era una derrota accidental. El maestro de Kiev se había preparado de maravilla para una apertura muy popular. Muy pocos jugadores podrían mantener el equilibrio ante tales sorpresas. 29
Después de cinco rondas, el jugador de Lvov sólo había conseguido medio punto. Pero entonces comenzó su legendario sprint. Alcanzó a Polugaievsky, el héroe de la primera fase del torneo. Luego lo derrotó en la partida entre ambos, y Stein lo superó. Manteniendo su imparable ritmo, incluso consiguió ganar brillantemente en la última ronda. Así, había conquistado su segunda medalla de oro en el Campeonato de la URSS. La clase de Stein era tan alta y sus victorias tan convincentes, ¡que hasta sus defectos comenzaban a parecerle a sus rivales una especie de virtudes!
BIENVENIDO A CUBA La 17ª Olimpiada de Ajedrez tuvo lugar en La Habana, capital de Cuba, en octubre-noviembre de 1966. Esta vez Stein era jugador titular (cuarto tablero). Los líderes del equipo eran Spassky, Petrosian y Tal. No podía dejar de apreciar la diferencia entre la organización de las dos Olimpiadas en que había tomado parte. Mientras que en la edición anterior, se habían dispuesto las condiciones básicas para que pudiera desarrollarse una producción creativa de ajedrez, esta vez todo estaba magníficamente organizado. Stein pudo conocer personalmente a Fidel Castro, presidente del Comité Organizador, quien no perdía la oportunidad de visitar el torneo, a pesar de sus múltiples obligaciones. Stein también conoció al legendario Che Guevara, un notorio aficionado al ajedrez. Se diría que toda Cuba estaba pendiente de la Olimpiada. La ceremonia de apertura, en el Palacio de Deportes, atrajo a 14.000 personas. Las partidas se desarrollaron en la cancha, de 1.000 metros cuadrados. Durante una de las recepciones promovidas por Fidel Castro, Stein volvió a encontrarse con Fischer. “¿Recuerdas, Bobby, nuestras partidas de Blitz en Estocolmo”, le pregunto Leonid. “¿No sería bonito volver a jugar ahora unas cuantas? “¿Por qué Blitz?, respondió Fischer. Juguemos mejor un match de verdad. Tú eres el campeón soviético y yo soy el campeón norteamericano. ¿No sería interesante un match así? Inmediatamente se pusieron a discutir las condiciones: jugar hasta que uno de los contendientes lograse seis victorias, sin tener en cuenta las tablas. Fischer cogió por el brazo al presidente de la Federación Cubana, José Luis Barreras, y lo acercó hasta Fidel Castro: “¿Podrían ustedes organizar nuestro match en Cuba?” “No me opongo a la idea. Garantizo todas las condiciones. ¿Cuándo quieren jugar?” “Inmediatamente después de la Olimpiada, sugirió Fischer. “¿Inmediatamente?”, preguntó Stein. “La Olimpiada” finaliza el 20 de noviembre, y el Campeonato de la URSS comienza un mes después. No puedo no jugar el torneo, porque es un zonal, y si no lo juego, pierdo mi oportunidad de luchar por el título mundial. Quizá el año que viene… “Sólo ahora”, insistió Fischer. No llegaron a un acuerdo. Pocos días después, Leonid se enteró, con sorpresa, de que Fischer había declarado en una entrevista: “Tengo la impresión de que los grandes maestros soviéticos rehúyen jugar matches conmigo.” Stein declaró a la prensa cubana que estaba dispuesto a jugar el match, pero sólo en una fecha conveniente para él. El equipo de Estados Unidos, encabezado por Fischer, luchaba con el de la URSS por el primer puesto, pero a la larga los jugadores soviéticos (que habían vencido a los norteamericanos en su match) consiguieron alzarse con la medalla de oro, superando a sus rivales en cinco puntos, siendo para éstos la medalla de plata. Stein ganó nueve partidas de doce. En la ceremonia de clausura, que fue una auténtica fiesta, el propio Castro concedió las medallas a los ganadores. Después se procedió a una exhibición de fuegos artificiales en la Plaza de la Revolución, seguidos de una gigantesca exhibición de simultáneas, un récord en la historia del ajedrez, en la que los participantes en la Olimpiada se enfrentaron a… ¡6.840 jugadores cubanos! Parecía un cuento de hadas… Al regresar de La Habana, Stein tuvo que “aterrizar” y apresurarse para participar, en Dniepropetrovsk, en la cuarta Spartakiada de Ucrania, en la que encabezaba el equipo de la región de Lvov. Fue el mejor primer tablero (con seis de siete), superando en medio punto a Geller. Avión de nuevo, y otra vez en acción. El 34º Campeonato de la URSS se iniciaba en Tbilisi, en 1966. En esta ocasión el torneo se desarrollaba en un escenario totalmente inédito para Stein.
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LA PRUEBA DE TBILISI El siguiente Torneo Interzonal tenía que celebrarse en Túnez al año siguiente. Además de Stein, había muchos famosos grandes maestros compitiendo por las cuatro plazas para el Interzonal, tantos que hasta el doble de plazas no garantizaría un lugar a cada uno de ellos. Entre los principales candidatos se encontraban viejos rivales de Stein: Smyslov, Geller, Bronstein, Jolmov, Polugaievsky y Taimanov, y además se habían incorporado nuevas figuras, como, por ejemplo, Aivar Gipslis, quien probablemente debía estar cansado ya de ser la sombra de Tal en su nativa Letonia. El comienzo de Stein prometía una actuación sensacional: dos victorias consecutivas, seguidas de unas tablas con Smyslov. De las seis veces que había participado en el campeonato nacional, nunca había tenido un debut tan bueno. ¿Sería, quizá, que ya se había curado de su mal endémico? En la cuarta ronda perdió con Geller. Se maldijo a sí mismo por esta derrota, no por el hecho de haber estropeado un buen comienzo, ni tampoco porque había perdido constantemente con Geller, sino porque, a pesar de haber sido siempre un gran luchador, en esta partida se había mostrado titubeante desde el principio, eligiendo una apertura que, en el mejor de los casos, sólo podría haberle reportado tablas. Estaba disgustado, y en las rondas siguientes Leonid comenzó a hacer tablas: una, dos, tres, cuatro. Una vez más, se puso en evidencia uno de sus persistentes defectos: la incapacidad para planificar adecuadamente una competición. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo difícil que le resultaba competir al máximo nivel sin un ayudante, que pudiese asistirle de forma permanente. En Lvov tenía muchos amigos sinceros, pero ninguno de ellos podía desempeñar ese papel. Hacía tiempo que, no sin razón, Geller le había recomendado que se trasladase a Kiev. Después del torneo, Leonid tendría que cruzar unas palabras con su mujer… Entretanto, un maestro local, Yuri Chikovani, le echaba una mano. Joven agradable y fuerte jugador, sinceramente abogaba por Stein e hizo todo lo que pudo por apoyarlo. Eran tiempos difíciles para Leonid. Luego mencionaría que no conseguía verse jugando a plena fuerza. Esto ya le había sucedido antes, pero entonces se habituaría al programa del torneo y comenzaba su sprint, marca de la casa. Esta vez había algo que no funcionaba. Sólo había podido vencer a Taimanov y Doroshkevich, y había perdido con Polugaievsky. En lugar de fraguar su éxito, sólo había hecho tres tablas en serie. Sin embargo, presintió que la facilidad y la fluidez volvían a su lado. Los planes correctos y las hermosas combinaciones surgían por sí solos, como por arte de magia. Cinco rondas antes del final, se encontraba detrás de Geller, Krogius y Taimanov, y le seguían Gipslis, Smyslov y Polugaievsky, dispuestos para el asalto final. Pero Stein ya había oído la campana, que en las pruebas atléticas anuncia la última vuelta a la pista.
¡LA TERCERA MEDALLA DE ORO! Una victoria instantánea sobre Bronstein, y ya no hubo forma de parar al gran maestro de Lvov. Sus rivales caían, uno tras otro, ¡y de nuevo Stein conseguía la ansiada medalla de oro! “Sólo un gran maestro muy fuerte puede ganar el Campeonato de la URSS. Pero para ganar tres campeonatos de los cuatro últimos, hay que ser un jugador verdaderamente excepcional. No es una casualidad que, además de Stein, sólo Botvinnik haya conseguido una hazaña así”, escribió el árbitro principal del Campeonato, Lev Abramov, en su última reseña del mismo. Aunque había conseguido la grandeza, nunca sobrestimó su éxito. Proclamarse campeón de la URSS, incluso por tres veces, no era un fin en sí mismo. No menos importante era el hecho de que no tenía mayores problemas para clasificarse de cara a los interzonales. Por entonces la famosa “regla de tres” había sido abolida. No había forma de saber si su tercera tentativa resultaría más afortunada. Por otra parte, Stein estaba de acuerdo con los especialistas en que haber ganado tres veces el Campeonato de la URSS no significaba, necesariamente, ser el jugador más fuerte del país. Había que pensar, por ejemplo, que no todos los mejores participaban siempre en la competición. Esa era, en realidad, la clave del asunto. Uno acaba tres veces primero del torneo pero, por ejemplo, el campeón del mundo no había participado en ninguna de las tres ediciones. ¿Y qué decir de Tal? Stein nunca lo había superado en ningún torneo. Además, Spassky, Keres, Geller y Bronstein habían conseguido mucho más que él, durante los mismos años, en el ruedo internacional.
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LA MADRE DE TODOS LOS TORNEOS ¡Por fin, surgía la maravillosa oportunidad de demostrar la propia fuerza, en liza con los mejores! Un gran torneo internacional de dieciocho grandes maestros, consagrado al 50º aniversario de la Revolución de Octubre, comenzaría en mayo, en Moscú. Tanto grandes estrellas extranjeras (Portisch, Gligoric y Filip, entre otros), como los más eminentes jugadores soviéticos (Petrosian, Smyslov, Tal, Spassky, Keres, Geller, Bronstein) tomarían parte en él. Antes de esta especie de madre de todos los torneos, Stein había tenido una gran actuación en un fuerte torneo, disputado en la ciudad yugoslava de Sarajevo, empatando en el primer puesto con el gran maestro Ivkov. Durante el sorteo, todo el mundo tenía la curiosidad de ver quién extraería el número uno. Hay algo simbólico en ese hecho y, además, desde el punto de vista práctico, una partida más con blancas tampoco estorba… Los últimos nombres se llamaron en orden alfabético. Stein era el último de la lista… Por fin, sólo quedaban dos jugadores: Filip y Stein. Dos muñecas se ofrecían a la vista del gran maestro checo. Tomó una de ellas, la abrió y: “Número diez…” Uno de los árbitros dijo, en broma: “Todo el mundo parece haber conspirado para concederle el número uno a Stein.” Stein sonrió: un buen augurio le levantó el ánimo. Comenzó con unas tranquilas tablas con Tal, luego superó a Bilek (con tranquilidad y consistencia, dejando a su oponente sin posibilidades). Siguieron dos tablas y, en la quinta ronda, un revés. Stein quería ganar, con negras, a Gheorghiu, entrando en una variante arriesgada y complicada. Pero el gran maestro rumano resolvió brillantemente sus problemas. Bueno, no era la primera vez que Stein se acercaba al ecuador de un torneo con una modesta puntuación. Tablas en la sexta y séptima rondas. Aunque Stein consideraba tal comienzo como “especial de la casa”, en cualquier caso estaba preocupado. ¿Qué pasaría si le esperaban otros platos? En Tbilisi había tenido que esperar mucho…
VENCIÓ Y CONVENCIÓ La confianza llegó después de la octava ronda. ¡Si había conseguido vencer fácilmente la defensa del “casi inexpugnable” Portisch, eso significaba que estaba en buena forma! Leonid jugó con inhabitual prudencia. Tras la derrota con Gheorghiu, había dejado de arriesgar, y no eludía las tablas. Sólo hubo una excepción con Gligoric. Stein siempre había jugado bien contra él, sin importar el color de las piezas. El yugoslavo volvió a perder. Cuando Stein llevaba blancas, sus ataques eran incontenibles. Y lo que es más gratificante: sus victorias estaban justificadas. Nada de errores mutuos, ni de apuestas azarosas. ¡Vaya partida que le ganó a Keres en la duodécima ronda! En la 14ª ronda, sin embargo, se produjo un pequeño borrón en su trayectoria. Consiguió superar a un oponente tan duro como Geller, y estaba preparando el ataque decisivo… Pero se apresuró en algún punto y dejó escapar el triunfo. ¡No importa! Un jugador de ajedrez no es una computadora. Lo mejor era olvidarlo, no perder en la ronda siguiente con Petrosian y tratar de vencer a Uhlmann con blancas. Eso fue exactamente lo que sucedió. ¡Demolió al gran maestro de Alemania Oriental en media hora! Ya era líder del torneo, con sus rivales siguiéndole a un punto entero de distancia. Una ventaja que mantuvo hasta el final. Rara vez sucede que todo se produzca en perfecta armonía: optimización de las propias cualidades, maravillosa forma deportiva, y el favor de los hados. Nada parecía interponerse en su camino, y todo parecía confirmar que no sólo era el campeón por el título conquistado. ¿Qué decían ahora los expertos? En el último número del boletín del torneo, el gran maestro Kotov escribía: “En el torneo Leonid Stein produjo muchos interesantes ejemplos de soluciones combinativas en agudas luchas ante el tablero. A mí, por ejemplo, me impresionó la rapidez con que encontró una interesante combinación, sacrificio de dama incluido, en su partida contra Gligoric. Sus ataques en las partidas con Uhlmann y Keres son dignos de recordar. Stein recibió un premio especial por el mayor número de victorias, y eso siempre pone en evidencia valor y espíritu emprendedor, multiplicados por la alta maestría. Leonid Stein se ha asegurado ya un lugar 32
entre los jugadores más fuertes del mundo. Sus recientes éxitos le han llevado hasta el pedestal del trono ajedrecístico. Después de su tercera medalla de oro en el campeonato nacional y sus victorias en Sarajevo y Moscú, muchos creen que será el gran maestro de Lvov quien compita con Petrosian por el máximo título, dentro de dos años.” No era una exageración. Si por entonces Stein sólo había ganado corazones, ahora también las mentes estaban convencidas. Por resultados y estilo se había hecho acreedor a su candidatura por el máximo título mundial. Entonces, en el verano de 1967, nadie tenía dudas de que en el siguiente Interzonal Stein conseguiría una de las seis plazas para acceder a los matches de Candidatos. En la atmósfera de expectación general ante nuevos y probables éxitos, la respiración no se hace más fácil, sino más difícil. Así sucede también cuando un escalador ha alcanzado una cumbre inaccesible, pero entonces ve ante sus ojos nuevas cimas que escalar.
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Capítulo Siete CAPRICHOS DE LA ARITMÉTICA DE TORNEO PRIMERA ADVERTENCIA SERIA Poco después de su triunfante torneo, en el verano de 1967, Stein volvió a jugar en Moscú, en la IV Spartakiada de los Pueblos de la URSS. Por primera vez se le otorgó el primer tablero del equipo ucraniano. Geller defendía el segundo tablero. En su nuevo papel de líder, Stein se sentía incómodo. Era necesario mantener su propio prestigio y, al mismo tiempo, liderar el equipo. Parecía cansado, incluso enfermo. Hay que decir, sin embargo, que el reconocimiento médico efectuado antes de la Spartakiada no reveló nada alarmante. Pero podía observarse claramente que no había conseguido descansar después del torneo, ni física ni psicológicamente. En la Spartakiada jugó como si estuviera tratando de batir un récord en levantamiento de pesas: se esforzó al máximo y el equipo siguió su ejemplo. Inesperadamente, los ucranianos se encontraron luchando por el título, sobre todo tras ganar cuatro matches seguidos en la fase final, incluidas luchas contra los equipos de Moscú y Leningrado. No obstante, para lograr la victoria final tenían que vencer a la Federación de repúblicas rusas por 7-3. Ahora, después de tantos años, parece increíble que el equipo de Ucrania se hubiese planteado seriamente aquel objetivo irreal. Los autores del libro eran entonces miembros del equipo (el gran maestro como jugador y el maestro como entrenador), y podemos dar fe de lo nerviosos que todos nos sentíamos aquel día. Bastaba con ganar el match por la mínima para asegurarnos la medalla de plata, lo que habría constituido la mayor hazaña del equipo ucraniano en todas sus participaciones en los campeonatos por equipos de la Unión Soviética. Pero nadie quería ni pensar en ello: pensábamos que podíamos conseguirlo todo. El talante general (o todo o nada) se le transmitió al primer tablero, quien en las últimas jornadas sólo había podido firmar tablas. Stein se arriesgó tanto contra Spassky, con blancas, como si tuviera que ganar en menos de veinte jugadas. Como consecuencia de ello, y como a menudo sucede, perdió. Él y todo el equipo tuvieron que contentarse con el viejo éxito de ocho años atrás: la medalla de bronce. Este relativo revés, aunque frustrante para Stein, no significaba gran cosa. El Torneo Interzonal era el verdadero acontecimiento del año, y esperaba afrontarlo en la mejor de sus formas. Pero, en cualquier caso, debía tomar nota de lo que había pasado en la Spartakiada, quizá una advertencia.
UN PERÍODO DE “VACÍO MENTAL” ¿Qué tipo de señal podía ser? Lo cierto es que no podía regular sus obligaciones creativas y la preparación deportiva para las competiciones más importantes. Como sabemos, Stein nunca había tenido un verdadero entrenador. Él mismo no sentía las fluctuaciones de la forma, o al menos no tanto como las percibían otros grandes maestros. Esta sabiduría le llegó mucho más tarde. En una ocasión Stein nos comentó lo mucho que le habían impresionado las sinceras revelaciones de Vassili Smyslov acerca de sus secretos para una longevidad deportiva. “Hace tiempo que me he dado cuenta”, decía el ex campeón del mundo, “de que en mi práctica de torneo no siempre experimento esa inquietud mental y espiritual que te permite tomar decisiones en el tablero rápida y fácilmente, cuando los logros deportivos y creativos se producen como por sí solos, sin el menor esfuerzo. Suele suceder lo siguiente: juegas lo mejor que puedes, y sin embargo nada funciona. Cuando era joven trataba de esforzarme al máximo ante el tablero, pero el resultado todavía era peor… Sólo más tarde me di cuenta de que hay una ley de la naturaleza, según la cual ¡el estado de un hombre está inevitablemente regulado por un ritmo concreto! Así que comencé a controlarme. Planifico mi calendario deportivo de manera que mis actuaciones en torneo coincidan con los esperados períodos de forma. Cuando presiento que se acerca un momento de presión, lo que yo llamo un ‘período de vacío mental’, procuro no jugar torneos. Si, de todos modos, tengo que hacerlo, en tales casos no me fijo objetivos muy ambiciosos. Me preocupo, sobre todo, de no vaciarme del todo…”
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“Bueno, no entendí todo eso a la primera”, admitió Stein, “en el sentido de que un jugador de ajedrez no es una máquina, capaz de funcionar siempre al mismo ritmo. Por lo tanto, es importante que la forma deportiva no me abandone…”
DRAMA EN TÚNEZ En la ciudad tunecina de Sousse la forma deportiva de Stein distaba de ser la que había exhibido, no hacía mucho, en Tbilisi y Moscú. Pese a todo, sí se aplicó a tratar de ganar casi cada partida, excepto dos del comienzo, que terminaron rápidamente en tablas. En la tercera ronda Stein venció a Gipslis, sin mayores problemas, tras introducir una innovación de apertura en la antigua Ruy López. En la sexta ronda superó claramente a Robert Byrne, aunque no con tanta facilidad como a primera vista pueda parecer. En la apertura se hizo con la iniciativa. Luego arriesgó, sacrificando un peón. Nadie podía predecir el resultado final, pero el gran maestro norteamericano cometió un error fatal. Esto, sin embargo, no afectó al condescendiente estado de ánimo de Stein. ¡Tales lagunas eran frecuentes en sus partidas! ¡Aquí había tenido la llamada suerte de los campeones! El duelo estelar llegó en la séptima ronda. Hacía mucho tiempo que Stein no jugaba tan mal como lo hizo contra Fischer. Ya después de la apertura, virtualmente no sabía qué hacer con las piezas negras. Su caballo, como si estuviera ciego, saltó a casi todas las casillas del flanco de dama, mientras que Fischer preparaba una fundada ofensiva en el flanco de rey. Cuando, en la jugada 29, el norteamericano sacrificó inesperadamente un alfil, las negras no supieron encontrar adecuada réplica. Una fútil resistencia se prolongó durante treinta jugadas más. En la ronda siguiente sucedió algo increíble. Stein había conseguido ventaja decisiva contra Hort, y la partida se aplazó en posición ganadora. Sin embargo, al reanudarse la partida (¡tras ser analizada en el hotel!), jugada a jugada, fue dejando escapar primero la victoria, y luego las tablas. En la novena ronda volvió a jugar sin éxito, esta vez contra Larsen. Experimentó, de nuevo, dificultades en la apertura. Tras una exhibición de ingenuidad, pero explotando la negligente conducción de Larsen de una posición ganadora, Stein, a expensas de una pieza, complicó tanto la situación que la partida se aplazó con posibilidades igualadas. Sin embargo, no jugó bien en la reanudación y no pudo salvar el medio punto. ¡Tercera derrota consecutiva! Tras una serie así de golpes, resulta difícil mantenerse en pie. En la siguiente ronda Stein superó fácilmente a Mecking, pero el día siguiente volvió a ser triste. El joven campeón de Túnez, Slim Bouaziz, un muchacho de 17 años, joven tanto por edad como por educación ajedrecística (incluido en el torneo como representante del país organizador), estaba regalando puntos a diestro y siniestro. Aquella tarde Stein se sintió muy cansado y ya después de la jugada 18 se encontraba en una posición dudosa. Así que propuso tablas, que Bouaziz aceptó encantado. Parecía que al campeón de la URSS le faltaba confianza en sí mismo. Su situación en el torneo era casi desesperada. Más de la mitad de los participantes lo adelantaban en la tabla, y el anhelado grupo de los seis primeros estaba tan distante como las estrellas… La mala racha aún no había terminado. Con dificultades venció al canadiense Duncan Suttles, en la duodécima ronda, pero la tarde siguiente perdió ante Gligoric. ¡Qué ironía del destino! El tanteo hasta ese momento entre ambos era de 7-0 favorable a Stein, con algunas tablas. Durante la 15ª ronda se enteró de que había sucedido algo inesperado. Fischer había sido expulsado del torneo por violación de la disciplina deportiva, y todos los resultados del gran maestro norteamericano se habían anulado. De ese modo, el número de ceros de Stein se reducía y además había un candidato menos para las seis primeras plazas. Por entonces Stein tenía tan pocos puntos que podríamos decir que en cualquier caso había perdido ya el tren. Con todo, hizo una tentativa desesperada para alcanzar a los líderes. Sus famosos sprints, cuando se arrastraba por la segunda mitad de la tabla, que de pronto le permitían incorporarse a los primeros lugares, vinieron a la mente de muchos. También aquí pudo superar a numerosos competidores, aunque con dos deslices en el camino. Después de sendas victorias sobre los grandes maestros húngaros Bilek y Barczay, como consecuencia de una lamentable omisión perdió ante su viejo conocido, Lajos Portisch. Entonces ganó tres partidas consecutivas, y tenía que vencer, en la última ronda, a Kavalek, para empatar en el quinto lugar con Portisch. Pero todo ese enorme esfuerzo fue en vano. Stein trató de jugar a ganar, con negras, pero en una aguda 35
posición no consiguió ver la continuación más favorable, de modo que pronto tuvo que contentarse con unas tablas. Así que empató finalmente en el 6º/8º puesto con Hort y Reshevsky, y este trío tendría que disputar la última vacante para los matches de Candidatos.
LA ARITMÉTICA, DE NUEVO… Las posibilidades del gran maestro soviético se estimaban, por unanimidad, mayores que las de sus adversarios, puesto que se hallaba en la cumbre de su fuerza, mientras que sus mejores momentos ya habían pasado para el veterano Reshevsky (56 años), y Hort, por el contrario, a sus 23, se consideraba demasiado inexperto. Sin embargo, una circunstancia agravaba la situación de Stein. En primer lugar, en caso de empate en el torneo triangular, se aplicaría el mejor cómputo Sonneborn-Berger, y tanto Reshevsky como Hort adelantaban a Stein por este concepto. Stein sólo tenía una opción: ganar en solitario el torneo de desempate que se celebraría en Los Angeles. Por cierto, que en 1976 la FIDE canceló este criterio, en las competiciones del ciclo por el título mundial (zonales e interzonales). Ahora, en caso de empate en el torneo adicional, se sigue jugando hasta que se produce un resultado, o bien el desenlace se decide por sorteo. Es difícil decir qué sistema es más objetivo, pero Stein finalizó en situación menos favorable. Mucho dependía del emparejamiento para determinar el calendario de las partidas. Con tres participantes en un torneo, el número más desfavorable es el 2, ya que el jugador con ese número está libre en la última ronda y está obligado a observar pasivamente el desarrollo de los acontecimientos, como si su destino lo decidieran sus oponentes. Stein fue quien extrajo el número dos.
TRAGEDIA EN LOS ANGELES Esas dos fruslerías (peor sistema de desempate y desafortunado número en el sorteo) le jugaron una mala pasada a Leonid. Dos rondas antes del final, marchaba en cabeza, con cuatro puntos de siete partidas. Reshevsky tenía 3,5 (de 7), y Hort 2,5 (de 6). ¿Cómo se había llegado a ello? El norteamericano, confiando en su mejor desempate, planificó todas sus partidas para conseguir tablas, y había tenido éxito. Sólo en la primera ronda estuvo a punto de perder con Stein, pero consiguió salvar medio punto. El gran maestro de Lvov le había ganado una partida a Hort, y las otras dos había terminado en tablas. Así que tenían que enfrentarse en la penúltima ronda por cuarta vez. Al gran maestro checoslovaco sólo le servía la victoria, pues de otro modo quedaría fuera de combate. Stein jugaba con blancas, y jugó con agresividad la apertura, pero en algún punto se precipitó, y Hort consiguió crear contrajuego. Pero toda la lucha seguía abierta y, de pronto, Hort propuso tablas. La oferta dejó a Stein sin aliento. ¿Qué significaba eso? Las negras tenían una buena posición, ¡y si Hort ganaba, incluso podía quedar primero! Unas tablas eran, definitivamente, inútiles. ¿Qué pasaría si Hort no pudiese resistir a Reshevsky, perdiendo en la última ronda? No, Leonid pensaba que era mejor encontrar una solución deportiva. ¿Pero cómo encontrarla en una posición así, en la que era más fácil perder que ganar? Stein declinó la oferta y perdió. En la última ronda Reshevsky y Hort hicieron tablas. Los tres tenían 4 puntos pero, por sistema de desempate, el gran maestro norteamericano consiguió clasificarse para la fase de Candidatos, a pesar de que no había ganado ni una sola de las ocho partidas. ¡Una burla nada deportiva del destino…! Así finalizaba el último intento de Leonid Stein en un Torneo Interzonal. En cada ocasión se encontró en su camino con distintas barreras que le cerraban el paso hacia la fase de Candidatos. Otros grandes maestros, sin duda inferiores a él, tanto en resultados en torneos importantes como en logros creativos, sabían superar fácilmente estos obstáculos aritméticos. ¿Por qué? Mientras buscaba respuesta a esta pregunta, los años iban pasando…
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Capítulo Ocho NUEVOS OBJETIVOS, DESCUBRIMIENTOS Y DERROTAS... VOLVER A EMPEZAR Stein sufrió este revés mucho más intensamente que ninguno de los anteriores. Esta vez estaba convencido de que podía aspirar al título mundial, e incluso había conseguido persuadir a los escépticos, con sus éxitos. Pero la normativa de la clasificación era implacable. No había más alternativa que comenzar otra vez, partiendo de cero. Su cuarta tentativa se iniciaría en la final del 37º Campeonato de la URSS, que debía celebrarse en Moscú, en el otoño de 1969. Cuatro plazas para el ciclo por el título mundial estarían en juego. Pero antes tenía que clasificarse para la final. ¡Stein no jugaba las semifinales desde hacía muchos años! Fue obligado a dar un paso atrás, es decir, a situarse en la línea de salida, como en otros tiempos. Entretanto, Spassky disputaba su segundo match por el campeonato mundial con Petrosian… Así pues, semifinal de Kiev. No era un torneo difícil para Stein, que ganó con autoridad. A continuación, la final. Quince grandes maestros y ocho maestros (cinco de los cuales pronto obtendrían el título de gran maestro: Yuri Balashov, Igor Zaitsev, Igor Platonov, Vladimir Savon y Vladimir Tukmakov) tomaban parte en la competición: ¡Un supertorneo! Petrosian acababa de entregar la corona ajedrecística a Spassky, tras haber “reinado” durante seis años. No necesitaba competir por una plaza para el Interzonal, sino que pretendía la medalla de oro del Campeonato. Aun sin contar con él, Stein tenía rivales más que suficientes, con aspiraciones a viajar a Palma de Mallorca, donde estaba programado el Interzonal: ex campeones mundiales, como Tal y Smyslov, viejos rivales de primera fila, como Geller, Polugaievsky, Taimanov, Gipslis, y muchos jóvenes ambiciosos.
NUEVO FRACASO El comienzo del torneo volvió a ser decepcionante. Ni una sola victoria en las diez primeras partidas: nueve tablas y una derrota ante Smyslov. Pero nadie le había tachado aún de la lista de aspirantes. Todo el mundo esperaba con interés qué tipo de sprint se sacaría esta vez Stein de la manga. Consiguió ganar dos partidas seguidas, a Kupreichik y Vasiukov. Sus siguientes rivales parecían intimidados a primera vista: Balashov, Tukmakov y Zaitsev… Sin embargo, las apariencias engañan. Resultó que los jóvenes habían aprendido a jugar bien, ¡desde que Stein no participaba en el Campeonato del país, en los últimos tres años! Sólo tablas. Por si fuera poco, con Balashov y Tukmakov, Stein se balanceó en la cuerda floja, ya que su posición dejó mucho que desear. Contra Zaitsev logró ventaja, pero no fue capaz de materializarla. En las cuatro rondas siguientes sólo consiguió tener éxito en su partida contra Furman. El resto de las partidas fueron tablas, y en una de ellas (contra Tal) estuvo a punto de perder. Por fin, a falta de tres rondas, Stein “explotó” con dos victorias a costa de Averkin y Zhujovitsky. Las tablas de última ronda, con Polugaievsky, acabaron situándolo en el sexto puesto… Petrosian ganó el Campeonato, mientras que Polugaievsky, Geller, Smyslov y Taimanov consiguieron los billetes para las Islas Baleares. Stein tuvo que conformarse con un conocido aforismo: “El ajedrez refina al hombre, pues está lleno de contrariedades.”
PASANDO PÁGINA Ahora había que esperar tres años más. Tenía tiempo suficiente para observar a su alrededor, para pensar… Aún no era un veterano: sólo tenía treinta y cinco años. Cierto que en el siguiente Interzonal tendría treinta y ocho. Pero para un jugador de ajedrez esos son años de primer orden creativo, con suficientes reservas para seguir desarrollando la propia maestría. Stein no veía ningún signo de retroceso en su progreso ni en su juego. Por el contrario, había conseguido dominar más facetas del ajedrez. Perdía, como antes, en raras ocasiones.
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Tras el revés de Sousse, había participado en una docena de distintas competiciones, jugando unas 120 partidas de torneo. Sólo había perdido cinco: ante Hort (en Los Angeles), ante Bobotsov (en el match Ucrania - Bulgaria), ante Darga y Ree (en Amsterdam) y, por último, en el Campeonato de la URSS, sólo había sucumbido ante Smyslov. Como contrapeso en la balanza, ¡había ganado más de cincuenta partidas! Seguía siendo capaz de remover cielos y tierra para conseguir su meta. Entretanto, se había producido buen número de cambios en su vida. Había conseguido su título en Periodismo, por la Universidad de Lvov, y se había trasladado a Kiev. Empezó a colaborar con más frecuencia con las publicaciones. El club de ajedrez de la sociedad Avangard le ofreció un interesante trabajo: dirigir una escuela para niños. Tras su graduación en el instituto, su mujer había comenzado a trabajar como ingeniero. Su hija Alla seguía los cursos de una escuela de música.
FRUSTRACIONES Y ESPERANZAS En la primavera de 1970, como integrante del equipo de la Unión Soviética, viajó a Belgrado, para participar en el Match del Siglo, entre la URSS y la selección del Resto del Mundo. Vencieron los jugadores soviéticos por 20,5-19,5. Leonid era el primer reserva, y su posibilidad de jugar en el match sólo se produjo en la cuarta y última ronda. El primer tablero de su equipo, Boris Spassky, que había sumado punto y medio (de tres partidas) contra Larsen, se encontraba enfermo. Stein tenía que jugar con negras, pero quería ganar a toda costa, y comenzó de forma agresiva. Larsen no consiguió descubrir los problemas que le planteaba su oponente. Stein jugó brillantemente la apertura. Destruyó el centro blanco y ya en el movimiento 17 pudo haber realizado una oscura, pero muy fuerte jugada, que hubiera colocado al primer tablero del Mundo al borde del abismo. Pero al gran maestro ucraniano le tentaba otra posibilidad, que le parecía más productiva. En resumidas cuentas, se equivocó en sus cálculos y acabó perdiendo. Más tarde, Stein se quejó de que estaba “quemado” por haber tenido que esperar tanto tiempo para jugar. Un mes más tarde el equipo de la URSS se desplazó a la ciudad austriaca de Kapfenberg, donde debía defender su título de campeón de Europa. Stein jugó en el noveno tablero y sumó cuatro puntos de seis. La segunda medalla de oro del campeonato continental pasó a integrar su museo casero. En agosto Stein encabezó el equipo de la sociedad Avangard, en el campeonato nacional por equipos, que se disputaba en Rostov sobre el Don. Su equipo tuvo una buena actuación, consiguiendo la medalla de bronce. Pero ¿qué le había sucedido al líder? ¡Sólo había ganado una partida, perdiendo nada menos que tres! Eso no le había ocurrido en mucho tiempo. Stein sintió, con cierta aprensión, que estaba perdiendo la forma, justo en vísperas del nuevo Campeonato de la URSS. Lamentablemente, la peor de sus premoniciones resultó ser cierta. En Leningrado luchó con uñas y dientes. Consiguió ganar ocho partidas, dos de las cuales (contra Tal y Polugaievsky) fueron distinguidas como las mejores del Campeonato, ¡pero también había perdido cinco partidas! En esta ocasión, había perdido tantos juegos como quince años atrás, en el Campeonato de Ucrania. Volvió a experimentar una sensación parecida a la vivida cuatro años atrás, antes de iniciarse el Interzonal de Túnez, y después en Los Angeles. Como diría Smyslov, “un período de vacío mental”. En fin, al año siguiente tendría que empezar, de nuevo, en las semifinales. Pero a veces la vida nos concede un golpe de suerte. Durante el torneo llegó un comunicado, según el cual el congreso de la FIDE, en la ciudad canadiense de Vancouver, había decidido replantear el procedimiento selectivo y poner en marcha no uno, sino dos interzonales. Eso significaba que el número de participantes sería incrementado, y que las puertas a dichas competiciones serían más amplias. A Stein le interesó especialmente este detalle: la FIDE había creado una comisión especial, que debía designar ocho grandes maestros con derecho a participar directamente en los interzonales, sin clasificación previa. El palmarés de Stein era tan impresionante que tenía todos los motivos del mundo para confiar en que sería uno de ellos…
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Capítulo Nueve ÚLTIMOS ÉXITOS LA SABIDURÍA DE LA EDAD A finales de 1971, Stein debía tomar parte en el Memorial Alekhine. Este torneo, lo mismo que el de las efemérides, que había ganado cuatro años antes, estaba diseñado sólo para grandes maestros. Desde luego, participarían los más fuertes del país: el vigente campeón del mundo, Boris Spassky; tres ex campeones mundiales: Vassili Smyslov, Mijail Tal y Tigran Petrosian; el nuevo campeón soviético, Vladimir Savon; y los mejores talentos jóvenes: Yuri Balashov, Anatoli Karpov, Vladimir Tukmakov. A ellos se unirían los famosos jugadores extranjeros Robert Byrne, Friorik Olafsson, Vlastimil Hort, Wolfgang Uhlmann y otros. Stein comprendió la gran influencia que los resultados de un torneo de tal categoría tendrían sobre las decisiones de la Comisión FIDE. Pero seguía sin sentirse en su piel, y temía ahogarse en las turbulentas aguas del torneo. ¿Qué podía esperar? La experiencia podría poner en evidencia el nivel de su maestría. El resto correspondía a la fortuna deportiva. En la primera ronda jugó valientemente contra Bronstein, y su coraje fue premiado con un punto entero. Las cuatro rondas siguientes sólo acarrearon sendas tablas. A continuación consiguió victorias relativamente fáciles contra el yugoslavo Parma, el húngaro Lengyel y el rumano Gheorghiu, que le situaron en cabeza después de la novena ronda. Pero entonces un “manchón”, tablas con Byrne y Balashov. Leonid presintió que ya estaba listo, por así decir, para perder una partida. Algo que resultó especialmente obvio en la duodécima ronda, antes de la cual marchaba en cabeza, con un punto de ventaja sobre Bronstein, Petrosian y Smyslov. La partida con Uhlmann estaba tomando un mal cariz. Después de 33 jugadas, Stein podía perfectamente rendirse, ya que no tenía compensación por el caballo perdido. Pero le quedaba una última trampa, que Uhlmann podía evitar en una sola jugada. ¡Hacía tiempo que Stein no recibía un regalo así! Sin poder creer lo que veían sus ojos, Uhlmann cayó en la trampa. Un punto en lugar de un cero, y la distancia entre él y sus seguidores se incrementó. En la siguiente ronda tampoco encontró su sitio en la partida. Era evidente que no estaba calculando bien las variantes del juego táctico en que le había metido Spassky. De nuevo, su posición estaba perdida. El campeón del mundo podía finalizar brillantemente la lucha. Pero de pronto, los acontecimientos del tablero dieron un vuelco inesperado y… ¡Tablas! Después de tales emociones, Stein no podía arriesgar más. Por otra parte, sus rivales tampoco se atrevían a embarcarse en una lucha intensa contra él, y no tenían nada que objetar a las tablas. Sin embargo, no prestó atención, en cierto modo, al joven Karpov, que estaba acelerando su ritmo en las últimas rondas. Antes de la última ronda, Stein lideraba el torneo, con medio punto de ventaja sobre el joven de veinte años. ¡Última ronda! Karpov gana rápida y brillantemente a Savon. Stein, por su parte, trata de vencer a Tukmakov, pero no tiene más remedio que conformarse con tablas. El torneo tiene dos vencedores. El Árbitro Principal, Alexander Kotov, escribiría en Shajmaty URSS : “Estamos un tanto acostumbrados ya a que, tras un modesto comienzo, Stein acelere y consiga el triunfo en la línea de meta. Aquí su táctica de torneo fue completamente distinta. ¿Por qué: fatiga o sobria evaluación de las propias posibilidades? Lo más probable es que se deba a la ‘sabiduría de la edad’, una original reestructuración y la búsqueda de senderos menos peligrosos. En cualquier caso, Stein sigue siendo un jugador del máximo nivel… En el Memorial Alekhine a menudo hemos visto cómo alteraba drásticamente sus esfuerzos creativos. En más de una ocasión logró ver, hasta en los más difíciles finales, la línea ganadora hasta su conclusión como, por ejemplo, en su partida contra Bronstein. Condujo hábilmente tanto el juego de ataque como el de defensa, y su partida contra Gheorghiu puede servir de ejemplo.” Sí, Stein había cambiado, era menos romántico y mucho más práctico. El hecho de que hubiese conseguido vencer en el torneo, a pesar de su visible baja forma, produjo especial impresión. Se diría que había estado desarrollándose, ante nuestros ojos, como un auténtico luchador de torneo, que había sabido cultivar su talento natural y enriquecerlo con la experiencia.
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ANTES DE LA ÚLTIMA TENTATIVA A comienzos de 1972, la Comisión de la FIDE designó a Stein entre los ocho jugadores seleccionados para participar directamente en los torneos interzonales. Eso era un reconocimiento y un buen progreso. No había necesidad de participar en el proceso de selección, a partir del Campeonato de la URSS. Su fortuna deportiva parecía retribuirle las deudas contraídas en Estocolmo, Amsterdam y Sousse. De esta forma, tenía la oportunidad de prepararse tranquilamente para el Torneo Interzonal, que debía disputarse en Brasil, a finales de julio de 1973. En la primavera le sucedieron muchas cosas agradables. Nació su segunda hija, Marinka. En marzo viajó, con Petrosian, a la ciudad de Las Palmas, en las Islas Canarias, lo que se tradujo en un nuevo éxito internacional. El gran maestro de Kiev se encontró allí con algunos jóvenes jugadores que participarían en el Interzonal, como Zoltan Ribli y Lubomir Ljubojevic. A ambos les ganó con rapidez y autoridad. Tenía la sensación de que su forma había mejorado sensiblemente, antes de su nueva tentativa en el Interzonal. Los resultados en el torneo entre las tres selecciones de la URSS, disputado en Moscú a finales de abril, confirmaron esa impresión. Stein jugó en el octavo tablero del primer equipo, y en cuatro partidas contra el gran maestro Gufeld y el joven maestro Sveshnikov se anotó dos victorias y dos tablas. Al recordar su actuación en el último año y medio, a partir del Memorial Alekhine, Stein observó, con placer, que en cinco torneos internacionales consecutivos, sólo había perdido una partida de un total de 74. Es cierto que sólo había ganado 28. El número de tablas había aumentado. Pero no estaba nada mal, porque el nivel de consistencia se había incrementado, y eso era lo principal para un torneo clasificatorio. Lamentablemente, Stein aún no había conseguido encontrar un entrenador permanente. Casualmente, esa fue la misma queja que oyó al gran maestro de Jarkov, Vladimir Savon, durante el torneo entre las tres selecciones, y ambos decidieron aunar esfuerzos desde ese momento. Se pusieron de acuerdo para ayudarse mutuamente en la preparación para el Interzonal de Brasil. Una nueva, y muy interesante cooperación creativa estaba naciendo. Al principio de julio, Stein fue de nuevo convocado para integrar la selección de la URSS en el Campeonato de Europa de equipos nacionales, a celebrarse en Inglaterra. Al finalizar este evento, tendría que volar directamente a Brasil, para el Interzonal. Antes de viajar a Moscú, desde donde el equipo de la URSS debía viajar a Inglaterra, Stein dirigió una sesión de entrenamiento con el equipo de Ucrania, que se preparaba para tomar parte en los Juegos de la Juventud de la URSS. En la mañana del 4 de julio de 1973, los jugadores de la URSS llegaron al aeropuerto. Leonid Stein no se encontraba entre ellos. Estuvieron esperándolo en vano: mientras se encontraba en el hotel, preparándose para el viaje, sintió dolor en el corazón… Los médicos no pudieron salvarle.
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SEGUNDA PARTE
PARTIDAS Y FINALES SELECTOS
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Partida nº 1 Zagoriansky - Stein Semifinal Campeonato de Moscú, 1956 Defensa India de Rey
9...e6 10.¥e2 exd5 11.¥xf6 ¥xf6 12.¤xd5
Esta vieja forma de jugar posiciones similares no les produce ningún beneficio a las blancas. Cierto que las blancas tienen un poderoso caballo centralizado y las negras un débil peón retrasado en d6, pero las negras cuentan con la pareja de alfiles, y su presión sobre el centro compensa, como mínimo, las posibilidades del otro bando.
Ésta es una de las primeras partidas del joven Stein contra un maestro. (Por cierto, el número de maestro en el país no superaba mucho al actual número de grandes maestros…). Su oponente de esta partida, el experimentado maestro Evgueni Zagoriansky es muy conocido en el mundo del ajedrez como un excelente escritor, autor, por ejemplo, de los populares libros Narraciones sobre Morphy, y de las selecciones de relatos Gran Partida, y El sol de algún otro. Por el tiempo en que se jugó la partida, la carrera ajedrecística de Zagoriansky ya había pasado sus mejores momentos, mientras que el candidato a maestro Leonid Stein se acercaba al ajedrez de máximo nivel. Estaba entonces prestando su servicio en el distrito militar de Moscú, y participaba regularmente en los torneos de la capital, aunque sin especial éxito. Sin embargo, incluso entonces su ajedrez evidenciaba ya rasgos característicos del futuro Stein, como en la partida que sigue.
12...£d8 Ciertamente, sería nefasto para las negras tomar en b2 con el alfil, después de 12...£xd2+ 13.¤xd2 ¥xb2, debido a 14 ¦ b1 y 15 ¤c7.
13.¥d3 ¥g7 14.0 –0 ¤d7 15.¦ad1 ¤f6 16.¤c3
Una silenciosa admisión de que el plan de apertura ha resultado un fiasco. Ahora las negras tratan de buscar la manera de hacerse con la iniciativa. 16...¤h5 17.g3 ¥h3 18.¦f2 ¥g4
Esta última jugada amenaza 19 ... calidad.
¥d4,
ganando
19.¦e1 a6 20.¥f1 £d7 21.¥g2 ¦ad8 22.£d3 £c8 23.¢h1
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6
Las blancas no consiguen encontrar un plan activo y tienen que ocuparse de expulsar al molesto alfil dama contrario, mediante ¤g1 y h3. Pero por temporal que sea la retirada del caballo blanco, lo cierto es que permite a las negras el tiempo preciso para emprender operaciones agresivas en ambos flancos.
La Defensa India de Rey era “denominación de origen” de los jugadores ucranianos, en las competiciones anteriores a la guerra, y había pasado, de generación en generación, como el testigo de un relevo. A Stein también le gustó durante muchos años, porque reflejaba su carácter. 5.¥g5 0–0
23...¤f6 24.¤g1 ¥d7! 25.h3
Un año después de esta partida, el gran maestro Evgueni Vasiukov descubrió, para las negras, una excelente posibilidad de contrajuego en esta variante: 5...h6! 6.¥h4 0–0 7.f4 c5 8.d5 b5! 9.cxb5 a6 10.bxa6 (pues, de otro modo, las negras recuperan el peón: 10.¤f3 axb5 11.¥xb5 ¤xe4!) 10...£a5 11.£d2 ¤xa6 , con juego activo por el peón sacrificado.
25 a4? conduce a la pérdida de un peón, después de 25...¤g4!, seguido de 26... ¥xc3 y 27... ¥xa4.
25...b5! 26.b3 Totalmente lamentable sería 26.cxb5 axb5 27.¤xb5? en vista de 27... £a6 ( 28.¥f1 ¤xe4 29.¦xe4 ¦xe4 30.£xe4? ¥c6).
6.f4 c5 7.d5 £a5 8.£d2 ¦e8 9.¤f3 9.¥d3 e6 10.¤ge2 exd5 , seguido de ...O-O y
26...b4 27.¤d1
...f5! habría sido más acorde con el espíritu de la posición. 42
XIIIIIIIIY 9 +qt r +k+0 9+ + +pv l 0 9p+l+ +p+0 9+ p z + +p0 9 p z + P z +0 9+Pz p +Nz PP0 9P+ + +L+0 9+ +Nt RQ+K0 xiiiiiiiiy
Una retirada obligatoria, ya que después de 27.¤d5 ¤xd5 28.£xd5 (o 28.cxd5 ¥b5!) 28...¥d4! 29.¦fe2 h6!, la dama blanca queda atrapada.
27...¥c6 28.¦fe2 h5!
XIIIIIIIIY 9 +qt rr+k+0 9+ + +pv l 0 9p+lz p n sp+0 9+ p z + +p0 9 p zP+Pz P +0 9+P+Q+ z PP0 9P+ +R+L+0 9+ +Nt R N sK0 xiiiiiiiiy
La combinación de las negras ha finalizado. Por el material sacrificado disponen de compensación más que suficiente. Antes o después, las negras crearán dos peones pasados, unidos y... ¡avanzados!
29.¤f3? 34.¤e3 ¥d4 35.¢h2 ¥xe3 Un error táctico, aunque era difícil prever la combinación de las negras. Había que reforzar la casilla e4, con 29. ¤f2.
Es una pena, por supuesto, desprenderse de tan poderoso alfil, pero Stein decide que así será más fácil materializar su ventaja en el final, forzando, en consecuencia, el cambio.
29...¤xe4!
Un plan penetrante y exquisito, basado no sólo en profundos cálculos, ¡sino también en la fantasía, la audacia y una evaluación sutil de la posición! Las negras no sacrifican dos piezas por torre, como a primera vista parece, sino la pieza entera, y sin que se perciban consecuencias forzadas evidentes, sólo con la idea de activar al máximo las fuerzas restantes.
36.¦xe3 £f5 37.¦e5 £c2 38.£e2 £xe2 39.¦xe2 ¥b5 40.¦e1 c4 Al evaluar el final emergente, resultó importante tener en cuenta que las piezas menores blancas no tienen tiempo para trasladarse del flanco de rey al de dama, por no hablar del rey, obligado a asistir, a distancia, como un testigo ocular de los acontecimientos decisivos.
30.¦xe4 ¦xe4 31.¦xe4 d5!!
Ésta es la clave de la combinación de Stein, que también puede llamarse sacrificio posicional de pieza.
41.¦c1 a5 42.¢g1 cxb3 43.axb3 a4 44.bxa4 ¥xa4 45.¤e5 c2 46.¥f3 b3! Lógicamente, a Stein no le seducía recuperar de inmediato la pieza, con 46...¦d1+ 47.¥xd1 cxd1£+ 48.¦xd1 ¥xd1 49.¤d3 b3 50.¢f2 , variante que prolongaría la lucha. En lugar de esta prosaica línea, encuentra una elegante y resolutiva combinación.
32.¦e1 Malo era 32 cxd5 ¦xd5, seguido de ...¦xd1!
32...dxc4 33.£f1
47.¤c4 ¥c6!
El arrogante peón es invencible: 33.£xc4? ¥xf3 34.¥xf3 £xh3+, con destrucción total.
Una pieza negra se ocupa eficazmente de dos contrarias, eliminando los obstáculos que se enfrentan al peón pasado.
33...c3
48.¥e2 ¥b5! 49.¤b2 ¥xe2 50.¢f2 ¦d1! 0 -1
43
Partida nº 2 Usachy - Stein Kiev 1957, Campeonato de Ucrania Defensa Holandesa
de Rey con el fianchetto de rey blanco, puesto que ya se ha jugado …f7-f5. Al presentir inmediatamente el peligro, Usachy emprende simplificaciones.
11.dxe5 dxe5 12.¥h6 ¥xh6 13.£xh6 e4 14.¤d4 ¤e5 15.£c1
El rival de Stein en esta partida, Mark Usachy, actualmente un bien conocido director de torneos, era uno de los mejores maestros ucranianos, y miembro de la selección de la república. Al prepararse para este importante duelo deportivo con uno de los líderes del momento (Usachy tenía 6 puntos de 9), Stein se abstuvo de plantear su favorita India de Rey, considerando que su oponente seguramente la esperaba. Leonid optó por una rara apertura, a fin de sorprender a su adversario, un diestro jugador en las maniobras posicionales. Las previsiones del joven candidato a maestro estaban completamente justificadas. Por otra parte, la adopción de esta defensa puede haber sido realizada bajo la influencia de las dos anteriores Indias de Rey, en las que Stein había sido claramente derrotado.
Invitando a las negras a realizar nuevos cambios: 15…¤xc4 16.¤xe4!, pero Stein no tiene la menor intención de destruir su fuerte cuña de peones.
15...¥d7 16.b3 ¦ae8 17.¤c2 ¤h5 18.¦d4 ¥c8 19.¦fd1 ¤g4
XIIIIIIIIY 9 +l+rt rk+0 9z ppw q + +p0 9 +p+ +p+0 9+ + +p+n0 9 +Pt Rp+n+0 9+Ps N + P z 0 9P+N+Pz PLz P0 9+ Q wR+ m K 0 xiiiiiiiiy
1.d4 f5 2.c4 ¤f6 3.¤c3 g6 20.¦f1?
Incluso en la Defensa Holandesa, Stein prefiere la Variante Leningrado, más cercana en espíritu a la India de Rey.
Las blancas aún no están sometidas a un grave peligro, de modo que necesitaban recurrir al sorprendente “movimiento de péndulo”. No hay que decir que 20.h3 sería malo, a causa de 20 … ¤xf2. Sin embargo, las blancas tenían otras jugadas a su disposición. Por ejemplo: 20.e3, 20 ¤e3, o incluso 20.£g5. Cierto que después de ésta última tendrían que tener en cuenta posibles sacrificios en f4 o f2. Pero si las blancas jugasen activamente, los sacrificios resultarían prematuros. Ahora los dos tiempos perdidos se harán sentir sobre la posición blanca.
4.g3 ¥g7 5.¥g2 0 –0 6.¥g5 Las blancas aplican un plan que dista de ser el más peligroso para las negras. Su principal inconveniente radica en que las negras no tienen dificultades para realizar el programado avance central …e7-e5. La continuación principal aquí es 6.¤f3 d6 7.0–0 ¤c6 8.d5
6...c6 7.£d2 d6 8.¦d1 £c7 9.¤f3 ¤bd7 10.0–0
20...f4! Dado que las blancas han retrasado el desarrollo de su flanco de rey, no pueden pensar en 10 d5, que sería replicada con 10…¤b6 11.b3 cxd5 12.cxd5 (pero no 12.¤xd5? ¤fxd5), y 13 … cxd5 es un error, a causa de 13 … ¥ c3!) 12 … ¤e4! 13.¤xe4 fxe4 14.¤d4 ¤xd5 15. ¥xe4 ¤c3!, y las blancas sufren pérdidas materiales.
El desenlace de esta partida es extraordinario. Las negras atacan cuatro veces (!!) la casilla f4, hasta que el refugio del rey blanco salta en pedazos.
21.¤xe4
10...e5 Como consecuencia, se ha producido una estructura de peones favorable a las negras, más ventajosa todavía que en las habituales de la India 44
XIIIIIIIIY 9 +l+rt rk+0 9z ppw q + +p0 9 +p+ +p+0 9+ + + +n0 9 +Pt RNz pn+0 9+P+ + z P 0 9P+N+Pz PLz P0 9+ Q w +Rm K 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9 + +r+ m k0 9z pp+ + +p0 9 + + + +0 9+ +Lw q + 0 9 +P+ s n r t0 9+P+ s N + 0 9P+ +Pz P +0 9w Q + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
21...c5!
33...¤f4!
Separando la torre blanca con el caballo. Esto tenía que hacerse para expulsar al caballo de e4, sacrificando el propio caballo en g3 y mate en h2. Al protegerse de esta amenaza, Usachy decide, a su vez, sacrificar calidad y capturar otro peón.
La cuarta y concluyente visita al punto f4. Ni siquiera el cambio de damas puede salvar a las blancas de las consecuencias mortales de este golpe.
34.¦e1
22.¦d5 ¥f5 23.¦xc5 £e7 24.¦xf5 gxf5 25.¤c3 fxg3 26.hxg3 f4!
O bien 34.£xe5+ ¦xe5, y después de la inmediata …¦e5-g5+, las blancas reciben un mate lineal, o pierden pieza.
Este peón sigue el feroz camino de su predecesor… No es posible 27 gxf4, por 27 … £h4!
34...¤xd5
27.¤d5 £e5 28.gxf4 ¦xf4!
Ahora 35.cxd5 se contestaría con 35 … ¦g8+ 36.¤g2 £xa1 37.¦xa1 ¦hg4! 0–1
Menos preciso sería 28...¤xf4. Por ejemplo: 28...¤xf4 29.¤xf4 ¦xf4 30.¤e3! Ahora, en cambio, 29.¤xf4 sería fatal para el rey blanco, dado que el caballo jaquea lateralmente.
Partida nº 3 Stein - Flohr Kiev 1957, Campeonato de Ucrania Defensa Caro-Kann
29.¤de3 ¦e4! 30.¤xg4 ¦xg4 31.¤e3 ¦h4 32.¥d5+ ¢h8!
Los grandes maestros moscovitas Salo Flohr y Andrei Lilienthal participaron en el Campeonato de Ucrania fuera de concurso. Ambos habían dejado atrás las cimas de sus brillantes carreras, pero seguían conservando una notable fuerza práctica, multiplicada por la experiencia. Especialmente reseñable fue, por ejemplo, que el veterano Flohr, de 48 años, empató con Geller en el primer puesto del campeonato. Para un debutante de 22 años, esta partida fue un serio examen. Resultó, además, ¡muy característica del joven Stein! La búsqueda a toda costa de la iniciativa, impulsos impacientes, temeridad, ingenuidad táctica… Y lo peor: falta de autocontrol en los momentos críticos de la lucha. Aunque Stein perdió esta partida, el juego da fe de su capacidad creativa, ya que la primera parte es
Aun estando tan cerca de conseguir el objetivo, hay que ser extremadamente preciso. En caso de 32...¢f8 33.¦d1 y las blancas resisten de algún modo. La jugada de Stein priva a las blancas de esta posibilidad defensiva: 33.¦d1 ¤f4! (pero no la inmediata 33 …¦g8+ 34.¢f1 £xd5? 35.£a1+ ¦g7 36.£xg7+!, y ganan blancas) 34.£d2 ¦g8+! 35. ¦f1 ¤xd5 36.£xd5 £xd5, con jaque mate.
33.£a1
45
11.¥b4?!
extraordinariamente interesante y plena de emociones, ya que ambos contrincantes dejan escapar su ocasión.
Los signos de calificación a esta jugada son un tanto subjetivos. La belleza y profundidad de la idea de las blancas merecen dos signos de admiración, pero ¿había una necesidad real de arriesgar tanto, puesto que las blancas disponían de una sencilla y sólida continuación?
1.e4 c6 2.d4 d5 3.¤c3 dxe4 4.¤xe4 ¤d7 5.¥c4 ¤gf6 6.¤g5 e6 7.£e2 La amenaza es 8.¤xf7! La teoría de aperturas recomienda proteger el punto e6, bien con 7 … ¤ b6, bien con 7 … ¤d5. En ambos casos tienen una fuerte posición, aunque un tanto restringida, en el espíritu de la variante elegida.
11...c5!
La variante principal. El caso extremo ocurriría si 11...£xb4 12.¤xf7!! (ahora sin reservas) ¢xf7 13.£xe6+ ¢g6 14.¥d3+ ¢h5 15.£h3++. Ahora las blancas tienen dos piezas atacadas, y la batalla apenas acaba de comenzar.
7...£e7 El lector no encontrará esta jugada en ningún libro de referencia sobre aperturas. El experimentado gran maestro trata de confundir a su joven oponente, quizá de incitarlo a producir reacciones desmedidas… En cualquier caso, esta jugada también sus virtudes, pues aunque estorba el desarrollo de su flanco de rey, prepara el enroque largo.
12.dxc5 bxc5 13.¥xc5!!
XIIIIIIIIY 9r+ +kv l r t0 9z pl+nw qpz p 0 9 + +ps n p z0 9+ L v + N s 0 9 +L+ + +0 9+ + +N+ 0 9Pz PP+Qz PPz P0 9+ K mR+ +R0 xiiiiiiiiy
8.¥d2 b6 9.0 –0–0 ¥b7 10.¤1f3
XIIIIIIIIY 9r+ +kv l r t0 9z pl+nw qpz pp0 9 p zp+ps n +0 9+ + + s N 0 9 +Lz P + +0 9+ + +N+ 0 9Pz PPv LQz PPz P0 9+ K mR+ +R0 xiiiiiiiiy
La jugada consecuente e incuestionable. Ahora el repetido sacrificio es la continuación más fuerte y las negras tienen que aceptarlo. 13...¤xc5
14.¤e5
Segundo sacrificio de pieza, cuya aceptación resulta peligrosa. 14.... hxg5? 15.¥b5+ ¤fd7 16.¤xd7 ¤xd7 17.¦xd7 £xd7 18.¥xd7+ ¢xd7 . Las negras tienen tres piezas por la dama, pero puesto que sus efectivos están descoordinados, las blancas pueden crear diversas amenazas. Por ejemplo: 19.¦d1+ ¥d6 (malo es 19...¢c8? 20.£c4+; 19...¢e7 20.£b5 ¥d5 21.¦xd5! exd5 22.£b7+;, o bien 19...¢c7 20.£e5+ ¢b6 21.¦d7 ¦c8 22.£e3+! ¢c6 23.¦xf7 , con un poderoso ataque) 20.£e5 ¥d5 21.£xg7 ¦hf8 (21...¥f4+ 22.¢b1 ¢e7 23.g3 ¦hg8 24.£d4!, seguido de c4) 22.£xg5, con iniciativa de las blancas.
10...h6 Es probable que sea más prudente 10 … O-O-O, pero incluso entonces, tras 11.¤e5, las blancas se apoderan con firmeza de la iniciativa. Flohr echa leña al fuego. Con la retirada natural, 11.¤e4, las blancas preservarían (como es fácil de comprobar) una concreta ventaja posicional. Pero eso no le bastaba a Stein, y ya en esta fase del juego opta por un oscuro plan ofensivo, que implica un repetino sacrificio de pieza. Su justificación posicional radica en el retraso del desarrollo negro. Nos preguntamos si una computadora podría demostrar, con variantes específicas, que la combinación es o no correcta. 46
¥xh8+ ¢g8, y aunque las negras están, por el
14...¤fd7!
momento, con calidad y dos peones menos, inevitablemente ganarán el caballo del rincón y, una vez resguardado su rey, consiguen buenas posibilidades de contraataque, gracias a sus dos alfiles. Es cierto que en lugar de 22 ¥xh8+, las blancas podrían continuar el asalto sin dos piezas, a base de 22 ¤e5+ ¢f6 23 ¦hf1+, con divertidas variantes:
Flohr encuentra el mejor plan defensivo.
15.¤gxf7 ¤xe5 16.¤xe5! Seguramente mejor que tomar la torre. Ahora las blancas tienen dos peones por la pieza, y amenazan jaque no sólo en b5, sino también en h5. Sin embarg, los recursos defensivos están lejos de haberse agotado.
a) 23 … ¢xe5 24 £h3! ¥d5 25 £c3+ ¢d6 26 £xh8 £g7 27 £xg7 ¥xg7 28 c4 a6 29 ¦f7 ¥e5 30 cxd5 axb5 31 dxe6+ ¢xe6 32 ¦h7, y las blancas tienen ventaja. b) 23 … ¥f5 24 £f7+ ¢xe5 25 ¦de1+! ¢d6 (25 … ¢e4? 26 ¦xe4+) 26 ¦d1+ ¢e5 27 ¦de1+, con jaque perpetuo.
16...£g5+ El jaque salvador, en el momento preciso.
XIIIIIIIIY 9r+ +kv l r t0 9z pl+ + z p 0 9 + +p+ z p0 9+ n s N s q w 0 9 +L+ + +0 9+ + + + 0 9Pz PP+Qz PPz P0 9+ K mR+ +R0 xiiiiiiiiy
Stein, sin embargo, se decanta por otra continuación de ataque.
20.¥b5+ ¢e7 21.¤xg6+ ¥xg6 22.£xc5+ Parecía que después de 22 £xg6 las blancas ganarían, gracias a la fuerte amenaza 23 ¦hf1, pero las negras podrían sobrevivir con la misma maniobra, 22 … £g5! y, tras el cambio de damas, la pieza extra asegura ventaja en el final.
17.f4!
22...¢f7
A expensas del peón, las blancas distraen a la dama negra de la casilla h5, ganan un tiempo y, además, abren la columna f para la torre.
23.£c6 £e4!
¡Vaya un tipo “afortunado” este Stein! ¡Cada jugada suya se encuentra con una respuesta única de las negras!
17...£xf4+ 18.¢b1 ¥e4!!
24.£d7+ ¢g8 25.¥d3 £g4 26.h3 £g5 27.£xe6+ ¥f7 28.£c6 ¦b8 29.£c7 ¦b6
La sólida réplica de un gran maestro, habituado a rechazar los ataques del mismísimo Alekhine. Ésta es la única posibilidad que permite a las negras mantenerse a flote.
XIIIIIIIIY 9 + + v lkt r0 9z p Q w +l+ 0 9 r t + + z p0 9+ + + w q 0 9 + + + +0 9+ +L+ +P0 9Pz PP+ +P+0 9+K+R+ +R0 xiiiiiiiiy
19.£h5+ g6 La siguiente continuación se sugiere por sí sola: 20.¤xg6 ¥xg6 21.£xg6+ £f7 (21...¢e7 22.¦hf1!) 22.¥b5+! ¢e7 23.£g3, con las irresistibles amenazas 24 £c7+ y 24 ¦hf1! Las negras pierden después de 24 … ¥xc2+ 21 ¢xc2 £xc4+ 22 ¢ b1 £e4+ 23 ¢a1 £f5 24 £xf5 exf5 25 ¤xh8. Flohr, sin embargo, tenía preparada una fantástica defensa: 20 … £g5!!, sin miedo a perder una torre con jaque doble después de 21 ¥ b5+ ¢f7 22
Se diría que Stein ha sacado el máximo partido posible a su radical actuación. Tiene tres peones por pieza y además el rey negro sigue necesitando un refugio, aunque por ahora se encuentra a 47
Ganando la torre después de 34 ¥xf1 ¥xa2+! Las blancas se rindieron.
cubierto del asalto directo. Las posibilidades agresivas de las blancas, no obstante, no han sido del todo agotadas. Pero tampoco hay que menospreciar las posibilidades de contrajuego de las negras. Por ejemplo: 30 £xa7 permitiría a las negras intercambiar el lenguaje de las amenazas. 30 … £f6 31 c3 ¥c5! 32 £a5 £c6, cortando a la dama blanca del flanco de rey, con idea de seguir a base de … ¢g8-g7 y … ¦h8-a8. Más fuerte es 30 ¦hf1! Ahora es malo 30 … £d5?, por 31 ¦xf7! £xf7 32 ¥c4 ¦e6 33 £c8, y las blancas ganan. 30 … £g7 se contesta con 31 b3, con las amenazas 32 ¦xf7 y 32 ¥c4, y si 31 … ¥a3, entonces 32 £c8+, con posible repetición de jugadas. En caso de 30 … ¥xa2+!, las blancas no deben responder 31 ¢xa2? £a5+ 32 ¢ b1 ¦xb2+!, que conduce a la pérdida de la dama, sino 31 ¢a1!, con la amenaza 32 ¥c4+! A 31 … £a5 las blancas responderían con 32 ¦xf8+! ¢xf8 33 £c8+ ¢g7 34 £g4 £g5 (de otro modo, repetición de jugadas) 35 £xg5+ hxg5 36 ¢xa2, y las blancas no deberían perder el final, con dos peones por la calidad. Por último, 30 … ¦f6 31 ¦xf6 £xf6 32 £xa7 ¢g7 33 ¦f1 £e6 34 b3 obliga a las negras a entrar en una hermosa variante: 34 … £e7 35 £d4+ ¢g8 36 ¦xf7! ¢xf7 37 ¥c4+ (pero no 37 £xh8 £e1+ 38 ¢ b2 ¥g7+!) 37 … ¢g6 38 ¥d3+, con jaque perpetuo desde las casillas d3, c4 y b5. Las tablas quizá hubieran sido el desenlace natural y una justa recompensa a la inventiva exhibida por estos dos luchadores, pero ¡Stein buscaba la victoria!
Partida nº 4 Stein - Osnos Tallinn 1959 Semifinal 27º Campeonato de la URSS Defensa Siciliana
1.e4 c5 2.¤f3 d6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 ¤c6 6.¥g5 e6 7.£d2 ¥e7 8.0 –0–0 ¤xd4 9.£xd4 0 –0 Las variantes con enroques opuestos siempre ocuparon un lugar privilegiado en el repertorio de aperturas de Stein.
10.f4 Otra continuación popular es 10 e5.
10...£a5 11.¥c4 Uno de los planes más agresivos. Otra posibilidad es 11.e5 dxe5 12.£xe5, que se ha jugado a menudo. Aquí hay que tener cuidado con la trampa 12…£b6?, por 13.¤a4! £c6 (13....£f2 14.¦d2!, con “jaque mate” a la dama) 14.¥b5 £xg2 15.¦hg1, y las blancas ganan pieza. Es cierto que las negras no tienen por qué morder el anzuelo, y pueden pasar tranquilamente a un final, con 12 … £xe5, o incluso con 12 … b6. Por aquellos años a Stein no le gustaba desprenderse de la dama.
30.¥c4?
11...¦d8 12.¦hf1
Esta jugada permite a las negras hacer algo con lo que no podían soñar desde hace mucho tiempo: movilizar su torre de rey.
Dado que las negras han tomado medidas contra el avance e4-e5, las blancas preparan ahora la ruptura f4-f5, sobre todo porque las negras han debilitado su casilla f7, que se encuentra en el punto de mira del alfil blanco.
30...¦h7! 31.¦hf1 ¦f6 32.¦xf6 £xf6 Las negras han consolidado su posición, conservando el peón de a7. Ha llegado el momento de que las blancas se despierten y comiencen a pensar en ofrecer una tenaz resistencia, con 33 £c8! El gran Siegbert Tarrasch observó en una ocasión que la maldición de una mala jugada es que, inevitablemente, acarrea otro error.
12... ¥d7
En la partida Suetin - Pomar (La Habana, 1969), las negras respondieron enérgicamente a las intenciones blancas: 12...h6 13.¥h4 e5 14.£d3 exf4 15.¦xf4 ¥e6 (hubiera sido suicida 15 … g5?, por 16 e5!, con la amenaza £g6+) 16.¥xe6 fxe6, pero la posición negra resultante es muy dudosa.
33.¦f1?? £xf1+ 0 –1
13.f5! 48
XIIIIIIIIY 9r+ t r +k+0 9z pp+lv lpz pp0 9 + p zps n +0 9w q + +Pv L 0 9 +Lw QP+ +0 9+ N s + + 0 9Pz PP+ +Pz P0 9+ K mR+R+ 0 xiiiiiiiiy
Partida nº 5 Stein - Sajarov Kiev 1960 Match por el Campeonato de Ucrania Defensa Petrov En el Campeonato de Ucrania de 1960, Stein empató en el primer puesto con el maestro Yuri Sajarov, que participaba en torneos de ese nivel nada menos que desde 1940. Esta partida fue la segunda del match de desempate (la primera había finalizado en tablas), y le permitió a Stein cobrar ventaja. Tras ganar el match por 4-2, Stein se proclamó, por primera vez, campeón de Ucrania.
13...b5?
Un avance prematuro, que les permite a las blancas ejecutar un golpe táctico, sin perder tiempo en retirar el alfil. En cualquier caso, resulta ya difícil encontrar una buena respuesta para las negras. Por ejemplo: si 13...¦ac8 14.¥b3 exf5 15.exf5 ¥xf5, y ahora 16.¤d5!, ganando pieza. Quizá sólo 13 … e5, seguido de 14 … ¥c6, presionando sobre el peón e4, merezca consideración, pensando en el plan complementario …b7-b5-b4.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤f6 Sajarov era un maestro de marcado talante agresivo, y un sistema de apertura tan apacible no era, desde luego, de su gusto. Lo cierto es que había preparado una novedad para las negras y ardía en deseos de plantearla.
14.fxe6!
3.d4 exd4 4.e5 ¤e4 5.£xd4 d5 6.exd6 ¤xd6 7.¤c3 ¥f5
¿Para cambiar los alfiles? No. Stein sacrifica pieza. Su objetivo es la casilla f7.
La sorpresa consistía, precisamente, en esta última jugada. Normalmente, el caballo podía desarrollarse con ganancia de tiempo, 7...¤c6, pero después de 8.£f4 ¥f5, las blancas contaban con una jugada muy efectiva 9.¥b5! (amenazando, entre otras cosas, 10 ¤d4 o 10 ¤e5), que por entonces atemorizaba a los partidarios de la Defensa Petrov.
14...bxc4 15.¦f5 £b4 16.¥xf6! Sellando la “ofrenda sacrificial”. La insípida recaptura de pieza, 16 exd7 ¦ab8!, sería bien recibida por parte de las negras.
16...¥xf6 17.exf7+
8.¥g5!
Ésta es la clave del ataque blanco. De pronto, el rey negro se encuentra en apuros, y no tardará en quedarse sin protección.
Confrontado a la novedad teórica, Stein, sin profundizar demasiado en las sutilezas de la posición, realiza una directa y agresiva jugada, que implica el sacrificio del peón de c2. Sajarov pareció sorprendido por el giro de los acontecimientos, pues seguramente al preparar la partida se había detenido en planes menos apremiantes, en los que habría detectado algunas ventajas para las negras. Inmediatamente después de esta partida, la escaramuza entre los alfiles de dama llamó la atención de distinguidos jugadores. En el 28º Campeonato de la URSS, un reputado teórico, G. Borisenko empleó la misma variante, con negras, contra Bronstein. Si había descubierto un secreto, éste permaneció oculto, pues el experimentado
17...¢f8 A cualquier otra jugada seguiría la misma combinación.
18.¦xf6! ¥g4 19.¦xd6! ¦db8 El final, con dos peones menos, era lamentable para las negras, pero el medio juego sólo conduce al mate. 20.¦f1 £xb2+ 21.¢d2 £b7 22.£c5 £e7 23.¤d5 £g5+ 24.¦f4! 1 –0
49
14.£b3 ¥g4 15.h5 ¥xf3 16.gxf3 ¤e5 17.¥e3!
gran maestro fue el primero en apartarse de la ruta, jugando 8.£e5+!y después de 8…£e7 9.¤d5 £xe5+ 10.¤xe5 f6 11.¤f3 ¢d7 12.¥c4, las blancas consiguieron una apreciable ventaja en el final. Así, la jugada 7 … ¥ f5 pasó de moda.
¡De nuevo se amenaza el salto del caballo, en dos jugadas, a g6! Las negras se resignan a entregar calidad.
8...f6 9.¥f4
17...¦f7 18.¤f4 £e8 19.¥d4 ¦d8
XIIIIIIIIY 9 + r tq+ m k0 9z ppz p l vrz pp0 9 + n s p z +0 9+ + s n +P0 9 + L v N s +0 9+Q+ +P+ 0 9Pz PP+ z P +0 9+ K mR+L+R0 xiiiiiiiiy
A costa de un tiempo, las blancas han logrado crear un sustancial debilitamiento en el campo enemigo, que más tarde jugará un papel decisivo.
9...¤c6 Tras larga reflexión, Sajarov no se aventuró a aceptar el sacrificio de peón. ¿Por qué? He aquí la variante principal, calculada por Stein, con una anticipación de 12 jugadas: 9...¥xc2 10.¦c1 ¥g6 11.¥b5+! c6 12.0–0! ¤xb5 13.¤xb5 cxb5 14.¦fe1+ ¥e7 15.¦xe7+ ¢xe7 16.¦c7+ ¤d7 (o bien 16...¢e8 17.£e3+ ¢f8 18.£e6! con mate) 17.¥d6+ ¢e8 18.£e3+ ¤e5 (Si 18...¢f7 19.£b3+ y las negras están mate en dos) 19.¤xe5 £xd6 20.¤f7+!, y las blancas ganan Con todo, las negras tenían la posibilidad de plantear una buena defensa que, por lo visto, escapó a la atención de ambos contrincantes. A 16 ¦c7+ podía haber seguido 16 … £xc7! 17 ¥xc7 ¤c6, y las negras quedan con dos torres por la dama, sin estar claro que el ataque blanco pueda conducir a la victoria.
20.¥h3! Seguía siendo prematuro 20.¤g6+ ¢g8, y en caso de 21.¥xe5 fxe5, no es posible jugar 22.¤xe5?, debido a 22 … ¥g5+! Tan pronto como el alfil blanco llegue a e6, las negras sufrirán pérdidas materiales.
20...£b5 23.¤d5!
21.¥e6
£xb3
22.axb3
¢g8
La forma más rápida de ganar. Las blancas fuerzan las piezas enemigas a una situación prácticamente de Zugzwang.
10.£a4! Una sutileza más: después de 10 £d2, las negras podrían enrocar largo. Ahora, en cambio, están obligadas a buscar refugio en su debilitado flanco de rey, exponiéndose al ataque blanco.
23...¢f8
24.¤xc7 ¤c6 25.¥c5 f5 26.¤d5!
1-0
Es fácil comprobar que las negras no sólo se quedarán con calidad menos, sino que sufrirán pérdidas materiales más importantes. Después de lo relativamente mejor, 26… ¦f6 27.¤xf6 gxf6 28.¦hg1 ¤f7 29.¦xd8+ ¤cxd8 30.¥xe7+ ¢xe7 31.¥xf5, las blancas tendrían dos peones de ventaja, además de la calidad. Su triunfo en el Campeonato de Ucrania jugaría un papel importante en el destino deportivo de Stein. No sólo porque consiguió el título honorífico de campeón de la república, sino porque este torneo sirvió de punto de partida a la racha victoriosa que le llevó, sin interrupción, a la semifinal y final del Campeonato de la URSS, y luego al Torneo Interzonal, donde conseguiría el
10...¥e7 11.0–0–0 0–0 12.¤d5 ¢h8 13.h4! Con la amenaza h4-h5 y ¤f3-h4. En su resistencia, las negras consiguen eliminar uno de los caballos blancos, pero el otro rápidamente se apresta a reemplazarlo, aunque por una ruta diferente. 13... ¥d7
Expulsando a la dama blanca de la cuarta fila, para apoderarse de la casilla g4.
50
8.0–0
título de gran maestro y el reconocimiento mundial.
En la partida Nei - Taimanov (31º Campeonato de la URSS, 1963), las blancas jugaron una continuación mejor fundada: 8.h3 ¤h7 9.g4, y después de 9 … f5 10.gxf5 gxf5 11.exf5 ¥xf5 12.¥e3 ¤a6 13.£d2 £f6 14.0–0–0 ¤b4 15.¦dg1 ¢h8 16.¤h2 ¤c2 17.¤g4 ¥xg4 18.£xc2 ¥f5 19.¥d3, consiguieron el control de la casilla e4. El duelo Donner - Kavalek (XX Olimpiada, Skopje, 1972) tuvo un emocionante desarrollo: 8.¤d2 a5 9.¤f1 ¤c6 10.g4 ¤h7 11.h4 f5 12.gxf5 gxf 5 13.exf5 ¥xf5 14.¤g3 £d7 15 ¥ b3 ¤ b4 16 ¦c1 e4 17 ¦g1, y el debilitamiento h7-h6 resultó ser un factor negativo.
Partida nº 6 Krogius - Stein Kiev 1960 Campeonato de la URSS por equipos, Ucrania - Rusia Defensa India de Rey Ésta fue la primera partida de Stein que se hizo muy conocida, y fue publicada por numerosas revistas de ajedrez. Aunque ya tenía 25 años (¡una edad muy respetable para un jugador de ajedrez, a juzgar por los promedios actuales!), sólo en este encuentro con un fuerte maestro, Nikolai Krogius (futuro gran maestro), tuvo éxito Stein en crear una brillante obra de arte ajedrecístico. Así, la presente partida resultó ser un original punto de inflexión para una impresionante labor creativa que alcanzaría las cumbres del ajedrez.
8...¤h7 9.¤e1 ¤d7 10.¤d3 f5 11.f3 Ahora están claras las líneas maestras de la batalla: las blancas actúan en el flanco de dama, las negras en el de rey. También son posibles otras continuaciones, como 11 f4, o incluso 11 exf5 gxf5 12 f4. ¿Cuál es la mejor? ¡Es cuestión de gustos!
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 0 –0 5.¥e2 d6 6.¤f3 e5 7.d5 Por aquellos años el arma principal contra la “magia negra” de la India de Rey, había sido diseñada por Tigran Petrosian, y muchos jugadores de tendencia estratégica la habían adoptado. Antes de enrocar, las blancas tratan de reagrupar sus fuerzas, a base de ¥ c1-g5 y ¤f3-d2, a fin de neutralizar el planeado avance negro … f7-f5.
11...f4 12.b4 ¦f7 “Las negras contemplan el siguiente reagrupamiento”, escribió Stein en sus comentarios a la partida (Shajmaty Ezgehodnik, 1960), “… ¥f8, ¦g7, g6-g5, y el caballo de h7 reforzando la ofensiva, saltando a g5. Ésta es la razón por la que las blancas fuerzan sus operaciones en el flanco de dama.”
7...h6
13.c5 ¤df6 14.c6 bxc6 15.dxc6 ¥e6
XIIIIIIIIY 9rs nlw q r tk+0 9z ppz p +pv l 0 9 + p z n spz p0 9+ +Pz p + 0 9 +P+P+ +0 9+ N s +N+ 0 9Pz P +Lz PPz P0 9t R L vQm K +R0 xiiiiiiiiy
La situación del tablero ha cambiado un poco: la casilla d5 se ha convertido en la manzana de la discordia.
16.b5 ¿No están las blancas demasiado obcecadas, en su deseo de acelerar la ocupación del campo enemigo? Las negras no pueden preparar rápidamente … d6-d5, de modo que parece más apropiado para las blancas realizar la maniobra £d1-e1, y ¥ e2-d1-b3. Al trasladar su caballo de d3 a d5, las blancas debilitan la casilla c5. Pero, durante mucho tiempo, las consecuencias de tal debilitamiento no serán evidentes.
Entonces el método para contrarrestar el sistema de Petrosian no se encontraba lo bastante elaborado, y Stein reacciona de forma un tanto primitiva, para no entrar en debates teóricos, en los que suponía que su rival era superior. Más adelante, el método defensivo más idóneo para las negras es dejar, por el momento, el alfil blanco en g5, para expulsarlo más tarde, con … h7-h6 y … g6-g5.
16...¥f8 17.¤b4 51
XIIIIIIIIY 9r+ w q l vk+0 9z p p z +r+n0 9 +Pz pls npz p0 9+P+ z p + 0 9 N s +Pz p +0 9+ N s +P+ 0 9P+ +L+Pz P0 9t R L vQ+Rm K 0 xiiiiiiiiy
De otro modo, tras …h5xg4, se amenazaría un jaque mortal en la columna h. 23...hxg4
24.¢g2 ¦af8 25.¥d2?
Un fenómeno muy conocido: cuando la situación se agrava en agudeza, el defensor pierde los pedales. Si las blancas se hubiesen dado cuenta aquí de que, para proseguir el ataque, las negras necesitaban avanzar su peón de g6, apoyado por su dama, entonces, con 25 ¦h1!, no habrían permitido la invasión decisiva del ejército negro. Esto podría darle a las blancas la posibilidad de defender con éxito su posición y, quizá, de salvar la partida.
17...d5! “Iniciando una combinación extraordinariamente complicada, que no puede evaluarse con precisión.” (L. Polugaievsky, Shajmaty URSS , 1960). Se trata de una típica combinación liberadora: aquellos que juegan la India de Rey conocen el papel del alfil de casillas negras, y a fin de abrir una diagonal para esta pieza, ¡uno no suele reparar en una nimiedad como un peón! Ésta es una consideración general, que explica el plan de Stein. Pero también tenía una idea concreta, relacionada con un sacrificio de material mucho más pródigo.
25...£h6!
26.¦h1 £g7
Ahora el “tanque” se retira y prepara una emboscada, dando paso a la infantería. Durante tiempo indefinido, la amenaza es … fxg3, dado que no hay clavada ya sobre la diagonal c1-h6.
27.gxf4 exf4 28.¦d1 g5! 29.e5 Para afrontar … gxf3+ y la avalancha … g5-g4. En búsqueda de protección, Krogius recurre a ingeniosos contragolpes tácticos. Lamentablemente, las negras pueden salir al paso de sus intenciones.
18.¤bxd5 ¥c5+ 19.¢h1 ¤h5 20.£e1
XIIIIIIIIY 9r+ w q +k+0 9z p p z +r+n0 9 +P+l+pz p0 9+Pv lNz p +n0 9 + +Pz p +0 9+ N s +P+ 0 9P+ +L+Pz P0 9t R L v Q wR+K0 xiiiiiiiiy
29...£xe5
30.fxg4
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 9z p p z +r+n0 9 +P+l+ +0 9+Pv lNw q p z 0 9 + + z pP+0 9+ N s + + 0 9P+ v LL+K+0 9+ +Rw Q +R0 xiiiiiiiiy
20...¤g3+! La compensación por el segundo sacrificio no resulta evidente. La dama negra no da mate sobre la columna h. Sin embargo, se incorpora al meollo de los acontecimientos, y tras ella, como si se tratase de la infantería tras los tanques, seguirán otras fuerzas de ataque. ¿Qué decir de la pieza de ventaja de las blancas? Su papel sigue siendo modesto.
Las blancas no temen la variante 30 … f3+ 31.¥xf3 £xe1 32.¦hxe1 ¦xf3 33.¦xe6 ¦f2+ 34.¢h1 ¦8f3, porque con 35 ¥ e3! refutan todas las amenazas. Pero Stein había previsto otra forma de conseguir su objetivo.
30...£xe2+!! El tercero y decisivo sacrificio, tan efectivo como inesperado. Tras su aceptación, con 31 ¤xe2, después de 31 … ¥ xd5, la residencia del rey
21.hxg3 £g5 22.g4 h5 23.g3
52
10.e5 ¤d7 11.d4 f6
blanco es pasto de las llamas: si 32 ¢h3, 32 … ¤f6, con la amenaza 33 … ¦h7++, y en caso de 32 ¢f1, 32 … f3! inmediatamente decide la lucha.
Nadie sino Aaron Nimzovich recomendaba minar la cadena de peones, no por el vértice, sino por la base. En este caso, el consejo parece muy apropiado. Después de 11 … cxd4 12 cxd4 ¥ a6, en respuesta a las actividades rutinarias del oponente en el flanco de rey (h2-h4, ¤d2-f1-h2g4, ¥ c1-g5, etc.), las negras podrían emprender enérgicas medidas en el otro sector del tablero. Aunque las blancas, en tal caso, seguirían conservando mejores posibilidades, los acontecimientos no se producirían con tanta facilidad. Al exponer la columna e en esta partida, las negras permiten que su oponente se haga fácilmente con la iniciativa.
31.£xe2 f3+ 32.£xf3 ¦xf3 33.¦hf1 ¥xg4 34.¤e4 ¥h3+ 35.¢h2 ¦xf1 36.¦xf1 ¥xf1 37.¤xc5 ¦f2+ 38.¢g1 ¦xd2 39.¤xc7 ¥h3 40.a4 ¦g2+ 41.¢h1 ¤f6 42.a5 ¤g4 43.¤e4 ¦e2 0–1 En cualquier torneo en que se concediese el premio de belleza esta partida sin duda lo habría ganado. Partida nº 7 Stein - Sokolsky Odesa, 1960 Semifinal del 28º Campeonato URSS Defensa India de Rey
12.exf6 £xf6 13.¤b3! Esta jugada fue como un trueno en un día de sol para el maestro Sokolsky. Esperaba 13.£e2, que era entonces la continuación más popular, a lo que pensaba responer 13… ¥b7! En caso de 14.£xe6+ £xe6 15.¦xe6 cxd4, las negras estarían más que bien. Si las blancas no toman en e6, seguiría 14 … ¦ae8, y luego …e6-e5. Se diría que las negras deberían proseguir con su plan, incluso tras la jugada textual, 13 … c4 14 ¤ bd2 e5! Sin embargo, después de 13 … c4, las blancas disponen de una poderosa jugada intermedia, 14 ¥g5! Podría seguir: 14 … £f7 15 ¤ bd2 e5 16 dxe5 ¤xe5 17 ¤xe5 ¤xe5 18 f4! ¥g4 (o bien 18 … ¤c6 19 ¤xc4!) 19 £a4 ¥d7 20 £a3 ¤c6 21 £d6, con ventaja decisiva de las blancas. 14 … £f5 15 ¤ bd2 ¥ b7 16 ¤f1! también sería favorable a las blancas. Si, en posiciones similares, las negras no consiguen realizar el avance … e6-e5, prácticamente están condenadas, pues deben multiplicarse para proteger sus numerosos puntos débiles.
El eminente teórico de ajedrez, mentor y fuerte maestro Alexei Sokolsky, finalista en numerosas ocasiones del Campeonato de la URSS, fue uno de los primeros entrenadores del joven Stein. Que el alumno supere al maestro no es la primera vez que ocurre: siempre ha sucedido y seguirá sucediendo…
1.¤f3 d5 2.g3 ¤f6 3.¥g2 g6 4.0 –0 ¥g7 5.d3 Durante toda su vida tuvo inclinación Stein por los sistemas indios, con ambos colores. En realidad, no sólo le gustaban, sino que los jugaba con la precisión de un reloj. 5...0–0
6.¤bd2 c5 7.e4 e6
En la muy conocida partida Botvinnik - Donner (Leiden,1970), las negras plantearon una mayor lucha por la casilla e5: 7...¤c6 8.c3 b6 9.¦e1 dxe4 10.dxe4 ¤g4 11.¥f1 (11 e5!?) 11 … ¤ge5 12 £c2 ¥ b7 13 ¤xe5 ¤xe5 14 f4 ¤d7 15 ¥g2 £c7 16 ¤f1 ¦ad8 17 ¥e3 c4, con posibilidades equilibradas.
13...¥a6 14.¥e3 ¥c4
8.¦e1 ¤c6 9.c3 b6
14 … c4 hubiera sido más tenaz. Ahora las blancas incrementan su ventaja, abriendo columnas.
Un momento crítico. Las negras permiten el peligroso avance e4-e5, en la esperanza de conseguir oportunidades de contraataque. 9 … dxe4 10 dxe4 ¤g4 es una posibilidad asociada a un plan menos apremiante, que sigue el modelo de la partida Botvinnik - Donner, en liza por la casilla e5.
15.dxc5 ¥xb3 16.axb3 ¤xc5 17.¤g5! Creando numerosas amenazas tácticas, implicando la principal un sacrificio de dama. Otros peligros inmediatos surgen con 18 ¥ xc5 y 18 b4. 17...¦fe8 53
27... ¥xg7
Neutralizando la amenaza 18 ¥ xc5, que se replicaría con 18 … £xg5! Pero la ofensiva blanca sigue expandiéndose.
28.¦xg7+ ¢h8 29.¦c7! £e5
Amenazando no sólo 30 ¦xc6, sino también 30 ¥ g7, seguido de 31 ¤f6+!
18.b4 ¤b7 30.¥f4 £f5
XIIIIIIIIY 9r+ +r+k+0 9z pn+ + v lp0 9 p zn+pw qp+0 9+ +p+ s N 0 9 P z + + +0 9+ P z L v P z 0 9 P z + P zLz P0 9t R +Qt R K m 0 xiiiiiiiiy
No se puede consentir que el caballo llegue a f6.
31.¦xc6 ¦d8 32.h4 b5 33.¦c7 Las blancas cuentan con ventaja posicional y material, de modo que la resistencia de las negras es meramente formal. 33...e5
34.¥g5 ¦d7 35.g4
19.¥xd5!
Más fácil era la inmediata 35 ¦c5!
Proponiendo a las negras que elijan entre alfil y dama. El primer plato es de difícil digestión: 19…exd5 20.£xd5+ ¢h8 21.¤f7+ ¢g8 22.¤h6+ ¢h8 23.¥g5!, ganando.
35...£xg4
36.¦c5 £e2 37.¦xe5 £xb2 38.¥f6+ ¢g8 39.¤g5 £c1+ 40.¥f1 ¦f7 41.¤xf7 ¢xf7 42.¥g5 £xc3 43.¦xb5 £a1 44.¦b6 £d4 45.¦f6+ 1 –0 Partida nº 8 Stein - Petrosian Moscú, 1961 28º Campeonato de la URSS Defensa Francesa
19...¦ad8 20.¥xc6! ¦xd1 21.¦exd1 ¦b8 22.¦xa7 Tampoco era malo 22.¤xe6 (22 … ¢h8 23.¦xa7 £xe6 24.¦xb7 ¦xb7 25.¦d8+ ¥f8 26.¥d4+ ¢g8 27.¥xb7, seguido de ¥d5!). Ahora, con torre, alfil y dos peones (además de juego activo) por la dama, las blancas deben ganar.
A la larga, los protagonistas de esta partida serían también los héroes del torneo. Tigran Petrosian ganó la medalla de oro. Stein, a su vez, debutante en la final del Campeonato, podía festejar su primera tentativa con la medalla de bronce y el viaje al Torneo Interzonal. En esta partida le inflige al vencedor del Campeonato su única derrota. El invencible Petrosian rara vez había perdido de la forma que lo hizo en esta partida.
22...¤d8 23.¥g2 h6 24.¤e4 £f5 25.¦dd7 ¥e5 26.¥xh6 ¤c6
XIIIIIIIIY 9 r t + +k+0 9t R +R+ + 0 9 p zn+p+pv L0 9+ + v lq+ 0 9 P z +N+ +0 9+ P z + P z 0 9 P z + P zLz P0 9+ + + m K 0 xiiiiiiiiy
1.e4 e6 2.d4 d5 3.¤c3 ¥b4 4.e5 ¤e7 5.a3 ¥xc3+ 6.bxc3 c5 7.£g4 ¤f5 Aquellos que aman el juego intenso, suelen sacrificar los peones de g7 y h7, mediante 7 … cxd4 8.£xg7 ¦g8 9.£xh7 £c7, con juego extremadamente agudo. Fiel a su estilo, sin embargo, Petrosian prefiere una continuación menos arriesgada y… menos activa.
27.¦g7+! Con este sacrificio de calidad, las blancas desnudan por completo al rey enemigo. Como consecuencia, las dos piezas menores resultan más fuertes que la dama negra.
8.¥d3 h5 9.£f4 ¤c6 Un momento curioso. ¿Por qué rehusó Petrosian jugar 9 … £h4, considerada por entonces la mejor 54
Después de 15...h4 16.¤xf5 exf5 17.¥f3 ¥e6 18.a4!, la ventaja blanca es evidente.
opción? Hay que tomar en consideración que, antes de esta partida, Petrosian se encontraba en el grupo de cabeza, con 3,5 puntos. Stein, en cambio, no mostraba nada especial, con dos de cuatro y una partida aplazada en posición perdida. Ciertamente, Petrosian contaba con dominar esta partida. Después de 9...£h4 10.¤f3 £xf4 11.¥xf4, sólo tenía que sufrir en un final inferior, mientras que, con las damas sobre el tablero, tenía compensación suficiente por la seria iniciativa de las blancas. El gran maestro quizá esperaba, en su fuero interno, que el joven e inexperto debutante (notorio, además, por su impaciencia) se sintiese deslumbrado por algún espejismo, sobrestimando sus posibilidades…
16.fxg3! Esta jugada abre la columna para las torres, creando la amenaza concreta 17 h4!, y 18 £d1, ganando un peón. Las negras no tienen elección.
16...h4
XIIIIIIIIY 9 r t q wk+ t r0 9z pp+l+pz p 0 9 + +p+n+0 9+ +pz P + 0 9 +pz P + p z0 9z P P z + P z 0 9 +Pw QL+Pz P0 9+Rv L +Rm K 0 xiiiiiiiiy
10.¤e2 ¤ce7 11.¤g3 ¤g6? Ahora las negras exceden el límite permisible de riesgo. Tras haber invertido cinco valiosos tiempos en las maniobras de caballo, se retrasan sensiblemente en desarrollo. Sí, la dama blanca tiene que retirarse, pero es un consuelo menor. Stein pensaba que las negras se disponían a enrocar largo, a base de 11 … ¥ d7, o precedido de 11 … c4. Ahora difícilmente llegarán a tiempo de coger el tren.
17.¥g4! El título de la película Solo para elefante con orquesta viene de pronto a la mente ( Los autores hacen referencia al protagonismo del alfil, cuya etimología nos lleva hasta el elefante, que era la pieza original del juego. N. del T.) Hablando en general, Stein poseía un don para realizar jugadas aparentemente modestas, que daban paso a una formidable ofensiva, con pocos medios sobre el tablero. Más tarde, resulta que será el alfil el primer escalón hacia la victoria blanca.
12.£d2 ¥d7
XIIIIIIIIY 9r+ w qk+ t r0 9z pp+l+pz p 0 9 + +p+n+0 9+ p zpz Pn+p0 9 + P z + +0 9z P P zL+ s N 0 9 +Pw Q P zPz P0 9t R L v K m +R0 xiiiiiiiiy
17...hxg3 18.hxg3 £e7 19.a4! ¥xa4 Prácticamente, ésta podría ser la mejor forma de plantear resistencia. Aunque el alfil se retira del “servicio activo”, las negras se facilitan la posibilidad de incorporar la torre dama a la defensa de la séptima fila.
13.¦b1! ¡El quid de la cuestión! Vassili Panov, que comentó la partida en el boletín del torneo, decía: “La situación de las negras es muy peligrosa. El rey negro tiene que permanecer en el centro por dos razones: el enroque corto es posible, pero no deseable, mientras que el largo es deseable, pero no es posible.” Por ejemplo: 13 … £c7 14 £g5! Esta variante constituye una ilustración vívida de los defectos de la maniobra …¤e7-g6. 13...¦b8
20.¦a1 b5 21.¥a3 £d7 22.¦f2 ¦b7 23.¦af1 £d8 Se diría que las negras tienen todo protegido. No salva 23 … .£c8, debido a 24 £g5!, con la amenaza de sacrificio en g6 (24 … ¦h6 25 ¥ h5!), ni tampoco 23 … ¤f8 24 ¦xf7 £xf7 25 ¦xf7 ¦xf7 26 ¥ xf8, seguido de 27 ¥ xe6 y 28 ¥ xd5.
14.0–0 c4 15.¥e2 ¤xg3 55
XIIIIIIIIY 9 + q wk+ t r0 9z pr+ +pz p 0 9 + +p+n+0 9+p+pz P + 0 9l+pz P +L+0 9v L P z + P z 0 9 +Pw Q R tP+0 9+ + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
incursiones no conseguían compensar el debilitamiento de la columna c. Unas rondas antes, en el mismo torneo, se había jugado la siguiente variante: 13.exd5! ¤xd5 14.¤e4 ¤f6 15.¥c2 ¤b4 16.¤xf6+ ¥xf6 17.¥e4 ¤d5 18.£c2 h6 19.¤e5 ¥b7 20.£e2, con una iniciativa que se expande rápidamente.
12.¤f1 ¦e8 13.¤g3 Es curioso observar los traslados simétricos de los caballos blanco y negro, en uno y otro flanco. Pero el caballo negro de b6 es pasivo, mientras que su homónimo de g3 está vivo y listo para actuar. La prioridad de su agenda es 14 ¤h5, lo que obliga a las negras a debilitar su flanco de rey, lo que es más que bienvenido para el alfil dama blanco.
24.£d1! Esta discreta retirada de dama oculta una peligrosa amenaza: 25 ¦xf7! ¦xf7 26 ¦xf7 ¢xf7 27 £f3+! ¢e8 (o 27 … ¢g8 28 ¥ xe6+) 28 Axe6 £c7 29 ¥ d6 £ b7 30 ¥ xd5, con un asalto decisivo. Al intentar protegerse de esta amenaza, las negras debilitan la octava fila.
13...g6 14.¥h6 ¥b7 Si consideramos esta jugada fuera de todo el plan negro, parece deficiente, pues el alfil apunta al peón blanco de e4, que se encuentra sólidamente protegido. Sin embargo, ya en este punto de la partida y tras larga reflexión, Efim Geller encontró una línea estratégica de contrajuego bien calculada, en la que este alfil desempeña un importante papel. Por otra parte, las negras tenían que liberar la casilla c8 para su torre. Así que hay que concluir que el alfil debe desarrollarse por b7.
24...¦h6 25.¥c1 ¦h7 26.¥xe6 1-0 La pieza solista ha interpretado su papel hasta el final. Después de 26 … fxe6 27 £g4, toda la banda irrumpe a un tiempo para el glorioso broche final. Partida nº 9 Stein - Geller Moscú, 1961 28º Campeonato de la URSS Apertura Ruy López
15.£d2 ¤a5 16.¥c2 ¤ac4 17.£c1 ¤d7 Geller se atiene a su plan, y no se deja tentar por la posibilidad táctica 17 … exd4 18 cxd4 c5, debido a 19 b3 ¤a5 20 dxc5! dxc5 21 e5!, con lo que la posición se abre en favor de las blancas, puesto que sus piezas están mejor situadas.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 0 –0 8.c3 d6 9.h3 ¤d7 10.d4 ¤b6 Por aquellos días este sistema de defensa era muy popular, pero pronto desapareció de la práctica de los grandes torneos, porque ofrecía muy pocas posibilidades a las negras. Las negras tienen que invertir mucho tiempo en la coordinación de sus piezas y, entretanto, las blancas consiguen preparar una excelente posición de ataque.
18.b3 ¤cb6 19.£d2 exd4 Esta entrega del centro fue criticada, de forma unánime, por todos los comentaristas de la partida. Pero esta concesión en el centro forma parte, también, del plan de las negras, planteando complejos problemas a las blancas. Aparentemente, las negras aún no han cometido ningún error.
11.¤bd2 ¥f6 En la década de los cincuenta, el emplazamiento del caballo en b6 estaba relacionado con el juego táctico en el flanco de dama: 11...exd4 12.cxd4 d5 13.e5 ¥f5, con ulteriores incursiones de caballo a b4 y c4. Luego resultó que tales
20.cxd4 c5 21.¦ad1 ¦c8 22.¥b1 cxd4 23.¤xd4
56
XIIIIIIIIY 9 +rw qr+k+0 9+l+n+p+p0 9ps n p z l vpv L0 9+p+ + + 0 9 + N sP+ +0 9+P+ + s NP0 9P+ w Q P zP+0 9+L+Rt R K m 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9q+n+r+kv l0 9+l+ +p+p0 9p+ z p +pv L0 9+p+ t r + 0 9 + +P+ +0 9+Pt R + N sP0 9P+ w Q P zP+0 9+L+R+ m K 0 xiiiiiiiiy
23...¦c5!?
29...¦5e7
La estrategia de las negras no es en absoluto trivial. En una forma inversa (en relación con la habitual), doblan torres en la columna e, llevarán su dama a a8, creando así un cuádruple ataque al peón de e4, que con la ayuda del caballo (una vez trasladado a c5( será quíntuple. El peón de d6 puede quedar bien protegido por el caballo desde la casilla c8. Ahora vemos con qué profundidad han diseñado su plan el gran maestro Geller, cuántos detalles ha tomado en consideración. Sin embargo, es una operación que implica muchas jugadas, y además tiene el inconveniente de que la dama quedará completamente alejada del flanco de rey, y de que el caballo de c8 será pasivo. En este momento Geller podía haberse quedado a medio camino de su plan, simplificando el juego con 23 … d5! Pero no pretendía conseguir esta posición para cambiar piezas y, una vez más, puede verse en esta lucha el deseo de un maestro famoso de superar a un joven debutante.
¿Qué otra cosa puede hacerse? Se amenazaba 30 ¦c7. 29 … d5 no es posible, a causa de 30 f4! Si 29 … ¦c5, en busca de cambios, las blancas pueden emprender un ataque con sacrificios: 30.¦xc5 dxc5 31.¤f5! Por ejemplo: 31 … ¥xe4 32.£d8! ¥c6 (32 … £c6 33 ¦d7!) 33.£xe8+! ¥xe8 34.¦d8 f6 (o bien 34...£c6 35.¦xc8! £d7 36.¤d6!) 35 ¦xe8! ¢f7 36 ¤d6+! Stein mostró estas hermosas variantes, una vez finalizada la partida.
30.¦cc1 ¥e5? Sólo ahora cometen las negras un error fatal, subestimando la fuerza de la ofensiva blanca. Como señaló Simagin, tenían que haber jugado 30 … d5, aún a expensas del peón. Después de 31 exd5 ¤d6!, las piezas negras se activarían, con perspectivas de alcanzar un final feliz.
31.f4 ¥f6 32.f5!
XIIIIIIIIY 9q+n+r+k+0 9+l+ t rp+p0 9p+ z p l vpv L0 9+p+ +P+ 0 9 + +P+ +0 9+P+ + s NP0 9P+ w Q +P+0 9+Lt RR+ m K 0 xiiiiiiiiy
24.¦e3 £a8 25.¤f3! ¤c8 26.¤h2
XIIIIIIIIY 9q+n+r+k+0 9+l+n+p+p0 9p+ z p l vpv L0 9+pt r + + 0 9 + +P+ +0 9+P+ t R N sP0 9P+ w Q P zPs N0 9+L+R+ m K 0 xiiiiiiiiy
Finalmente, Stein ataca al rey contrario: ¡Su objetivo favorito! No le preocupa debilitar la casilla e5, porque las negras tienen muchos puntos vulnerables.
Las blancas se dirigen a la zona abandonada por las fuerzas negras. Ya no es posible 26 … d5?, en vista de 27 b4! y 28 exd5.
32... ¥e5
¦xe5
26...¥h8 27.¤g4 ¤e5 28.¤xe5 ¦cxe5 29.¦c3 57
33.¥f4 £a7+ 34.¢h2 £b6 35.¥xe5
¿No sería mejor incorporar la dama a la defensa, con 35 … dxe5? La respuesta es no. Stein tenía reservado un efectivo golpe final: 36 ¤h5!
Naturalmente, a 7 … dxc3 seguiría 8 £d5.
36.£h6 ¢h8
¡He aquí el trabajo casero de Spassky! Stein esperaba la 9...£xc7 10.cxd4 ¥d6 (o bien 10...¦d8 11.£c2! ¤xd4 12.¤xd4 ¦xd4 13.¥e3 ¦b4 14.¥d3, con clara ventaja blanca) 11.¤c3 ¥f5 12.¦e1, como sucedió en la partida Kupper Paoli (Amsterdam, 1954). En su opinión, las negras no tenían compensación suficiente por el peón. ¡Pero Spassky se dispone a sacrificar, no uno, sino dos peones! Ya después de la partida se enteró Stein de que la jugada no era una novedad, puesto que se había empleado en partidas por correspondencia. Tenía que resolver el difícil problema ante el tablero. Tener peones de ventaja está bien, ¿pero qué hacer con las demás piezas negras, que se incorporarían rápidamente a la batalla? ¿Había que tratar de mantener a toda costa la ventaja material, o buscar cambios por razones de seguridad? La elección de Stein fue cuestión de principios.
8.exd6 0–0 9.dxc7 £f6
O bien 36...£d8 37.¦f1 £e7 38 ¦c7!, ganando el alfil (o mate).
37.¦f1 d5 Demasiado tarde…
38.exd5 ¦e3 39.£h4 39 ¦f4!, con la amenaza fxg6, hubiera sido suficiente. 39... ¥xd5
40.fxg6 fxg6 41.¥xg6 ¦e7 ¥e8 1–
0 Partida nº 10 Stein - Spassky Moscú, 1961 28º Campeonato de la URSS Apertura Ruy López
10.¥xc6 bxc6 11.cxd4 ¥d6 Euwe recomendaba 11...¥b6, preservando la casilla d6 para la dama. Pero entonces, después de 12.¦e1 ¥f5 13.¤c3 ¦fe8 14.¤xe4 ¥xe4 15.¥g5 £d6 (en caso de 15 … ¥ xf3, la situación sería similar a la que se produce en la partida) 16.¥d8 ¥xc7 17.¥xc7 £xc7, las negras difícilmente tienen contrajuego alguno con el que compensar el déficit del peón.
Esta partida era de vital importancia para Stein. La última ronda tenía que decidir la plaza vacante para el Torneo Interzonal, y esa plaza sería para el vencedor de esta partida. En caso de empate, ambos contendientes tendrían que disputar un match de desempate. De modo que el valor de cada jugada era increíblemente alto, con las consideraciones deportivas muy por encima de todas las demás.
12.¦e1! En la partida Shmit - Nielsen (Correspondencia, 1954-56), las blancas optaron por una línea más “sólida”: 12.¤c3 ¥f5 13.¥e3 ¥xc7 14.¦c1, pero después de 14... ¤xc3 15.¦xc3 ¥e4!, las negras trasladaron el alfil al punto fuerte d5, consiguiendo una posición muy prometedora. ¿Quizá Spassky había depositado sus esperanzas en este tipo de acontecimientos? Stein, sin embargo, concibió un brillante plan, que pondría en evidencia la frágil estructura negra, mediante un elegante ataque táctico.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 ¥c5 Así pues, Boris Spassky es el primero en arrojar el guante, invitando a su oponente a jugarse el todo por el todo. Por supuesto, es consciente de los riesgos que implica esta vieja variante, pero la había jugado con éxito en muchas ocasiones y este factor juega a favor de Stein, puesto que desaparece el elemento de posible sorpresa. Por esta razón, las blancas renuncian también a la precaución, optando por la línea principal, en espera de conseguir ventaja. También esto era un riesgo grande, ya que Spassky podía haber preparado alguna trampa precisamente en esta variante. Dejemos las especulaciones. ¡El guante ha sido recogido!
12...¥f5 13.¤c3 Stein comprendió que no debía consentir el traslado del alfil a e4, a cambio de nada. De ahí que luche por esta casilla, sin dar tregua a su rival.
4.c3 ¤f6 5.d4 exd4 6.e5 ¤e4 7.0 –0 d5 58
13...¦fe8 14.¤xe4 ¥xe4
El cambio de alfiles incrementaría posibilidades de tablas de las negras.
A primera vista, se diría que las negras han logrado su objetivo: ahora tomarán el peón de c7, y luego seguirán con …¦ad8, con contrajuego asegurado.
las
27...h6 28.¥c1 ¥b6 29.¦c2 ¦d5 30.¦b2 ¥c7 31.¥e3 ¢d7 32.¦b5! Stein decide pasar a un final de alfiles, a lo que Spassky no tiene nada que objetar, dado que prefiere luchar contra un peón de torre que de caballo.
XIIIIIIIIY 9r+ +r+k+0 9z p P z +pz pp0 9 +pv l q w +0 9+ + + + 0 9 + P zl+ +0 9+ + +N+ 0 9Pz P + P zPz P0 9t R L vQt R K m 0 xiiiiiiiiy
32...¦d3!
33.¦b4 h5
Si el rey negro o la torre abandonan la columna d, seguiría 34 ¦g4 g5 35 h4, creando debilidades en el flanco de rey.
34.¦d4+ ¦xd4 35.¥xd4 g6 Muchos comentaristas expresaron la opinión de que las negras habían dejado escapar la posibilidad de tablas, con 35 … g5. Sin embargo, no se indicaron variantes concretas. ¿Qué dice el análisis? Las blancas avanzan su peón pasado hasta el límite, haciendo que el rey negro deje de controlar el punto d5. Desde allí, el rey blanco penetra en la posición negra y alcanza el peón de f7, más o menos del mismo modo que sucede en la partida.
15.¥g5! Parece que las blancas pueden sacrificar una pieza, debido al hecho de que el extraviado peón de c7 puede costarle caro a las negras.
15...¥xf3 No servía 15 … £g6, por 16 ¥d8!
16.¦xe8+ ¦xe8 17.£xf3!
36.¥c3 ¢c6 37.h3 ¢d5 38.¢f1 ¢c4 39.¥d2 ¥d8 40.¢e2 g5
En caso de 17 … £xg5, sigue 18 £xc6 y las negras pierden en el acto. Por lo tanto, tienen que entrar en el final, con peón menos.
Si las negras no tocan este peón, las blancas distraen al rey negro de e4, con el avance a4, y luego fuerzan la penetración de su propio rey, vía f3-f4-f5.
17...£xf3 18.gxf3 ¥xc7 La situación se ha aclarado: las blancas tienen una gran ventaja. Pero ¿basta para ganar? Los dislocados peones de su flanco de rey le plantean a las blancas dificultades técnicas. Por si fuera poco, Spassky va a ofrecer una fuerte resistencia.
41.f4! 1–0 La última jugada, antes del aplazamiento. Spassky guardó bajo sobre 41 … g4, pero antes de la reanudación informó a los directores del torneo de que abandonaba. Esta decisión causó sorpresa y fue muy criticada. Muchas publicaciones ajedrecísticas sometieron variantes demostrando que las blancas sólo podían ganar tras una larga y difícil tarea. Por otro lado, casi cinco años después, cuando Spassky ganó su match de Candidatos contra Tal, el gran maestro David Bronstein recordó, en el diario Izvestia, los reveses anteriores de Spassky, incluida esta fatal partida: “Considerando lo desesperado de su posición, Boris no se molestó en estudiar los intrincados secretos de la misma, admitiendo su derrota sin reanudar el juego. A pesar de que, por
19.¦c1 ¥b6 20.¦xc6 ¥xd4 21.¥e3 ¥xb2 22.¥xa7 ¦e1+ 23.¢g2 ¢f8 24.¦c7 ¢e8 25.¥e3 ¦d1 26.a4 ¥d4! Ahora queda claro que la ruta hacia la coronación del peón no será un camino de rosas. Las negras han dispuesto todas sus piezas para que actúen con la máxima eficiencia.
27.¥g5!
59
cierto, su posición, distaba de estar perdida.” La conclusión general era que Spassky se había rendido no sólo prematuramente, sino también en vano. El entrenador de Spassky, Igor Sajarovich Bondarevsky aclaró el asunto. En su libro Spassky alcanza el Olimpo (Kaluga, 1966), rechaza todos los análisis previos sobre el final, demostrando que las blancas ganaban sin dificultad, y concluía: “Así pues, la posición de Spassky es absolutamente desesperada y sólo podía esperar un milagro jugando este final.” Está claro que hasta los grandes maestros más destacados consideraban ingenuo esperar algún tipo de milagros, jugando contra Stein. Por consiguiente, a Spassky sólo puede reprochársele que no le haya dado a Stein la oportunidad de mostrar los resultados de su análisis. Porque, actuando como lo hizo, dio lugar a dudas en cuanto a la legitimidad del resultado de esa partida decisiva. ¿Cómo se conseguía la victoria? Ésta es la posición final de la partida.
y realizar su cambio, mediante … g4-g3. Entonces, el rey blanco se dirige, vía d5, hacia el peón de f7 (habiendo situado previamente el alfil en e3 y el peón en a7, obligando al rey negro a una permanente vigilancia del peón, en b7). En el momento en que el alfil negro se encuentra en f8, sería prematuro jugar ¥e3-c5, pues una vez que el alfil negro se desplaza, si se juega ¢d5-d6, sigue … ¥f8+, obligando a retroceder al rey blanco. La única peculiaridad técnica de este final radica en que las blancas deben realizar una jugada de espera (cuando su rey se halla en d5 y el alfil negro en f8), a fin de permitir que el alfil llegue a c5 y, después de … ¥f8-e7, penetrar con el rey por d6, cuando, al no disponer las negras de ningún jaque que haga retroceder al rey blanco, están perdidas. El final de esta partida tiene un valor didáctico, y su apertura ha sido una permanente referencia en los libros teóricos. Partida nº 11 Stein - Zinn Helsinki, 1961 VII Campeonato Mundial de Estudiantes Ataque Indio de Rey
XIIIIIIIIY 9 + l v + +0 9+ + +p+ 0 9 + + + +0 9+ + + +p0 9P+k+ z Pp+0 9+ + + +P0 9 + L vKz P +0 9+ + + + 0 xiiiiiiiiy
1.¤f3 d5 2.g3 c5 3.¥g2 ¤c6 4.0 –0 e5 5.d3 ¥e7 6.¤bd2 ¤f6 7.e4 ¥g4 Lothar Zinn, que por entonces era el campeón de Alemania Oriental, puede que no haya elegido el mejor sistema defensivo contra esta apertura. El desarrollo similar del alfil dama sólo se ha empleado cuando el centro está cerrado, y las negras tienen que tomar medidas contra la ruptura temática f2-f4. En este caso las negras pierden un tiempo, aunque durante una larga fase del juego, no tenga mucha importancia.
Las blancas juegan 42 hxg4 hxg4 43 a5! Ahora, si 43 … ¢b5 44.¢d3 ¥h4 45.¥e1, el rey blanco penetra a través de e4, o bien (en caso de … f7-f5), a través de d4, hacia los peones negros. 43 … ¢d5 sería más resistente. Algunos comentaristas creían que, durante su análisis, Spassky había omitido esta posibilidad de crear un fortaleza (que podría construirse, por ejemplo, en caso de 44.¢d3? f5 45.a6 ¢c6 46.¥e3 ¥a5!!, y las blancas no pueden progresar. 47 Rc4 se contestaría con 47 … ¥e1 48.a7 ¢b7 49.¢b5 g3!, y las blancas deben entregar todos sus peones por el alfil). En realidad, Spassky había llegado a la conclusión de que la blancas podían, sencillamente, continuar con 44 a6 ¢c6 45 f5!, llevando luego el rey hacia el peón de g4 (45 … ¢ b6 es imposible, a causa de 46 ¥a5+). Para salvar este peón, las negras tendrían que preparar
8.h3 ¥e6 9.£e2 dxe4 10.dxe4 0 –0 11.c3 ¤d7 12.¤c4 b5? Esta impulsiva reacción al salto de caballo blanco, demuestra, una vez más, que las negras desconocían las peculiaridades de este sistema. Cuando las blancas avanzan el peón b en la Defensa India de Rey, normalmente tienen tiempo para consolidar su dominio del territorio ocupado. Por esa razón, en situaciones análogas, las negras realizan una jugada preventiva …a7-a5, para impedir el avance b2-b4, antes de jugar … ¤d7c5. Con los colores invertidos, la diferencia radica 60
en un detalle. Un jugador adepto a la India de Rey (como es el caso de Stein) tiene todo un tiempo en reserva. En algunos casos, eso tiene mucha importancia. Y eso puede traducirse en que lo que era bueno para las blancas, puede no serlo para las negras, dado el déficit de ese tiempo. Al invertirlo en un movimiento en el flanco de dama, las negras pierden la lucha por el control del punto fuerte d5. Lo correcto era 12 … £c7, preparándose para ofrecer resistencia. 13 ¤g5 no sería entonces peligroso para las negras, ya que permitiría cambiar el alfil y consolidar la cadena de peones: 13 … ¥xg5 14.¥xg5 ¤b6 15.¤e3 f6 16.¤d5 £f7!, recuperando el control de la casilla d5.
Esta jugada marca el comienzo de una bien calculada operación, que reportará ganancia de material a las blancas.
13.¤e3 c4 Las negras no tienen tiempo para jugar …¤ b6, ya que tienen atacado el peón de b5.
A cualquier sitio que se retire la dama, 20 £ b4 gana un peón. 19 … ¦xe7 20 ¥ xc7, seguido de 21 ¦xd4, también es malo para las negras, que ensayan su última posibilidad.
14.¦d1
19...£xf4
17...exd4 Ahora las negras pierden, sin remedio, un peón. Pero 17...¦ab8 tampoco serviría, debido a 18.¤f5 ¥f6 (o bien 18...¥d6 19.¥h6!) 19.£g4 ¢h8 (las amenazas eran 20 ¤xg7 y 20 ¥ h6) 20.d6 £d8 21.¥e3 a6 22.¥a7 ¦c8 23.¤e7!, ganando calidad.
18.£xe7 ¦ae8 19.¥f4!
XIIIIIIIIY 9 + +rt rk+0 9z p +nw Qpz pp0 9 + + + +0 9s np+P+ + 0 9 +pz p q w +0 9+ P z + P zP0 9Pz P + P zL+0 9t R +R+ m K 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9r+ w q r tk+0 9z p +nv lpz pp0 9 +n+l+ +0 9+p+ z p + 0 9 +p+P+ +0 9+ P z N sNz PP0 9Pz P +Qz PL+0 9t R L vR+ m K 0 xiiiiiiiiy
Según la lógica de combinaciones similares, esta escaramuza de damas “locas” podría haber finalizado con 20 £xf8+, después de lo cual las blancas pasan a un final con calidad de más. Las negras contaban precisamente con eso. Por ejemplo: 20 … ¢xf8 21 gxf4 d3, y su peón pasado y protegido, les concedería contrajuego. Podría seguir 22 a4 ¤ b3 23 ¦a3 ¤dc5! 24 axb5 d2 25 ¥ f3 ¤d3, etc. Pero las intenciones de Stein eran completamente distintas.
14...£c7 En la prensa se recomendó 14...£b8 15.¤d5 ¥d8, al menos para evitar la apertura de líneas en el centro. Pero entonces, después de 16 ¥e3, las negras simplemente no tienen espacio para jugar.
15.¤d5 ¥xd5 16.exd5 ¤a5 Aunque las blancas han conseguido ventaja posicional, tras obtener un poderoso peón pasado en el centro, la lucha pasa ahora del plano estratégico al táctico, donde las negras tienen esperanzas de poder pescar en río revuelto. Sin embargo, ¡precisamente en este tipo de situaciones es donde Stein se sentía como pez en el agua!
20.£xd7! £f6 21.¦xd4 ¦e2 22.¦f4 £b6 El poderoso peón pasado blanco decide la suerte de la lucha. Stein materializa fácilmente su ventaja.
23.b4! ¤b7 24.a4 ¤d6 25.axb5 ¤xb5 26.£c6 ¦c2 27.£xb6 axb6 28.¦xc4 ¦xc3 29.¦c6 f5 30.¥f1 ¦xc6 31.dxc6 ¤d6 32.¦d1 ¦c8 33.¥c4+ ¢h8 34.c7 g6 1 –0
17.¤d4!
61
Partida nº 12 Stein - Tal Moscú, 1961 Campeonato de la URSS por equipos Defensa Siciliana
dos piezas. Pero el maestro de Lvov optó por otro plan.
12.¥xf6 gxf6 13.£f4 ¥e7 14.£g4!
XIIIIIIIIY 9r+ +k+ t r0 9+l+ v lp+p0 9p+ z ppz p +0 9w qps n + + 0 9 + N sP+Q+0 9+Ls N + + 0 9Pz PP+ z PPz P0 9+ K mRt R + 0 xiiiiiiiiy
El estilo creativo del primer Stein era tan romántico que en los pasillos del torneo se le llamaba el nuevo Tal. De modo que había gran interés por ver el duelo entre los dos líderes de los equipos Avangard y Daugava. Si no revelásemos el color de las piezas con que jugaba cada uno, podríamos pensar que ¡el “viejo” Tal era el conductor de las piezas blancas!
1.e4 c5 2.¤f3 d6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 a6 6.¥g5 ¤bd7 7.¥c4 £a5 8.£d2 e6 9.0–0–0 b5 10.¥b3 ¥b7 11.¦he1 ¤c5
“Me enteré de esta jugada”, le confesaría Stein a su rival, después de la partida, “por uno de tus artículos”. Tal no tuvo motivos para preocuparse por su recomendación, porque resultó más que efectiva en manos de Stein.
Se requeriría un libro para comentar en detalle las cinco/seis jugadas precedentes. En realidad, constituyen uno de los numerosos esquemas de la Siciliana, en los que las negras tienen un juego libre de piezas y peones, a cambio de varias debilidades, siendo la principal su propio rey. Pero en una confrontación marcadamente concreta, “jugada-a-jugada”, todas las consideraciones generales permanecen entre bastidores, y los jugadores deben ocuparse de controlar un laberinto de variantes, en el que resulta muy fácil extraviarse… En este momento Tal descarta las continuaciones menos agresivas, pero más sólidas, 11 … ¥ e7 u 11 … ¦c8. Prefiere crear la amenaza … b5-b4, apuntando al peón de e4. Hasta dónde sabemos, la jugada 11 … ¤c5 se introdujo, por primera vez, en la partida Ivkov Petrosian (Bled 1961), tres meses y medio antes de la presente partida, aunque ya había sido examinada en estudios teóricos. Borislav Ivkov realizó una tentativa por refutar en el acto la novedad, sacrificando dos piezas: 12.e5 dxe5 13.¥xe6!? (13.¦xe5 ¤xb3+ 14.¤xb3 £c7 , o 14 cxb3 0-0-0 no aportan nada positivo a las blancas) 13 … fxe6 14 ¤xe6!, pero después de 14 … ¤cd7 15 ¥xf6 ¤xf6, para sorpresa de todos, la partida finalizó pacíficamente, pese a que quedaba mucho juego en el tablero. Más tarde, Paul Keres demostró que las negras podían haber refutado la combinación de Ivkov, mediante el avance 14 … b4! En cualquier caso, Tal, que también había jugado en Bled, no tenía nada contra la posibilidad de que Stein sacrificase
14...0–0–0 Más tarde, en las revistas de ajedrez, hemos podido leer que 14 … ¦f8 (protegiendo el punto g7) habría sido mejor. En el flanco de dama, como demostrará Stein, la vida del rey negro tampoco va a ser fácil. Del comentario anterior se induce que Tal estaba preparado para lo que iba a producirse en el tablero. En cualquier caso, el enroque largo tenía buen aspecto para las negras. ¿Qué debían hacer las blancas? Las continuaciones tranquilas no prometían gran cosa, dado que hasta las negras están listas para una confrontación dinámica. Se requerían medidas enérgicas. ¿Podrían tomarlas las blancas?
XIIIIIIIIY 9 +kt r + r t0 9+l+ v lp+p0 9p+ z ppz p +0 9w qps n + + 0 9 + N sP+Q+0 9+Ls N + + 0 9Pz PP+ z PPz P0 9+ K mRt R + 0 xiiiiiiiiy 15.¥d5!
62
25.¢b1 ¤a4
Más flojo era 15 ¤d5, debido a 15 … ¦he8! De los dos alfiles negros, el de casillas blancas es mucho más importante en esta posición, porque es uno de los mejores defensores de su majestad. Stein era especialmente consciente de este tipo de detalles. Además de una valoración estratégica, la jugada textual requirió un profundo cálculo táctico, ya que a cambio las negras pueden atacar el peón de a2.
XIIIIIIIIY 9 + + + +0 9+ k mr+p+p0 9pt rNz p p z +0 9w Q +P+ + 0 9n+q+ + +0 9+ + + + 0 9 P zP+ z PPz P0 9+K+Rt R + 0 xiiiiiiiiy
15...b4 16.¥xb7+ ¢xb7 17.¤d5!
XIIIIIIIIY 9 + r t + r t0 9+k+ v lp+p0 9p+ z ppz p +0 9w q n sN+ + 0 9 p z N sP+Q+0 9+ + + + 0 9Pz PP+ z PPz P0 9+ K mRt R + 0 xiiiiiiiiy
Tal se lanza a un desesperado contraataque, planteando, al mismo tiempo, una trampa: 26.¦d4 ¤xb2 27.¦xc4? ¤xc4+!, y las posibilidades de las negras serían ya preferibles.
26.¦d4! Fuerte, y sin embargo…
26...¤xb2 27.¢c1
Un típico sacrificio de pieza, que en esta situación contiene un matiz adicional: en caso del inmediato ataque 17 … ¦hg8, Stein tenía preparado un golpe devastador, 18 ¤c6, ganando en el acto.
Una decisión muy elegante. El caballo negro queda atrapado en su propia trampa.
27...£c5 28.¦e3 ¢b7 29.¦c3 ¦b5!
17...exd5
Tal busca con ingenio una salida. Ahora, 30 ¦xc5 dxc5! le permitiría seguir luchando. Pese a todo, Stein encuentra el camino más corto hacia la victoria.
¿Había otra elección? a) 17...¥f8 18.£h5! exd5 19.£xf7+ ¦d7 20.£xd5+, con ataque irresistible. b) 17...h5 18.£g7 exd5 19.exd5 ¦he8 20.£xf7 £c7 21.¤c6! ¥f8 22.¦xe8! c) 17...b3 18.axb3 £a1+ 19.¢d2 £xb2 20.¤c3, y ahora no resultaría 20 d5 21.exd5 f5 22.£f3 ¤e4+ ,debido a 23.¦xe4!, ganando.
30.£a3! £xa3 31.¦xa3 ¦xd5 La desesperación del condenado.
32.¤a5+! 1–0
18.exd5 ¦d7 19.¤c6 £xa2!
Partida nº 13 Stein - Portisch Estocolmo, 1962 Torneo Interzonal Defensa Siciliana
No entraba en el estilo de Tal aferrarse a una pieza extra y someterse a una defensa miserable, tras 19 … £c7 20 £xb4+ ¦c8 21 £c4!, de modo que devuelve todo el material sacrificado por las blancas, aun quedando con peón menos y una posición ruinosa. Pero tiene éxito en crear un ingenioso contrajuego.
Tras un mal comienzo, Stein sólo tenía cinco puntos (de diez) antes de iniciarse esta partida. Su adversario se encontraba en el grupo de cabeza. Pero el joven maestro consiguió crear una pequeña obra de arte ajedrecístico. Esta partida recibió el primer premio de belleza, y fue publicada en todo el mundo.
20.£xb4+ ¢c7 21.¤xe7 ¦b8 22.£a3 £c4 23.¤c6 ¦b3 24.£a5+ ¦b6 24 … ¢ b7 se replica con 25 ¦e8! y jaque mate.
63
1.e4 c5 2.¤f3 e6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 a6 5.¥d3 ¤f6 6.0–0 £c7 7.¤d2
jugar así, ya que después de la inmediata 11...0–0 ¤d5, y ahora un seguiría 12.e5! dxe5 13.fxe5 ¤d5, sacrificio standard concluiría el juego: 14.¥xh7+! ¢xh7 15.¤g5+, con inmediata victoria, ya que la torre de f1 integra los efectivos de ataque.
Ciertamente, este desarrollo del caballo no es mejor que el habitual, ¤c3. Sin embargo, hay que decir que el plan implementado por las blancas era relativamente nuevo, y no es una casualidad que el meticuloso y bien entrenado Lajos Portisch no pueda imaginar todas las sutilezas de la apertura.
12.fxe5 dxe5 Al considerar la posición del tablero, Stein escribió lo siguiente, al comentarla para la revista Nauka i Zhizn (Ciencia y Vida): “La fase de desarrollo de la apertura ha finalizado claramente favorable a las blancas, ya que tienen mejor estructura de peones y buenas perspectivas de ataque.”
7...¤c6 8.¤xc6 bxc6 Otras posibilidades son inferiores: 8...£xc6 9.e5!, 9.e5!, o bien bien 8...dxc6 9.f4 ¥c5+ 10.¢h1 0–0 11.e5 ¤d5 12.¤e4, 12.¤e4, y, en ambos casos, el peón de e5 obstaculiza la libertad de movimientos de las negras.
13.¤h4 0–0 14.¤f5 ¥e6
9.f4 ¥c5+
Algunos comentaristas especulaban con la posibilidad del inmediato cambio de alfil por caballo. Vassili Panov todavía fue más explícito, al escribir: “Habría que tener la paciencia de un ángel, para dejar el caballo blanco en posición tan privilegiada.” Sin embargo, en caso de 14...¥xf5 15.¦xf5 (pero no 15 exf5, 15 … e4!) 15...¤e8 16.£g4, las negras tampoco podrían salir airosas de las dificultades. Por ejemplo: 17.¥c4+ ¢h8 18.£h5 (amenazando mate en dos), o bien 16 … £e7 17.¥c4 ¤d6 18.¥h6! ¤xf5 19.exf 5 £f6 20.¥g5 £d6 21.¦d1 ¥d4 22.c3, 22.c3, y las blancas ganan.
Este jaque natural es la primera razón de las dificultades que van a experimentar las negras. Stein calificaba a esta jugada de “imaginaria ganancia de un tiempo”. Correctamente asumía que el alfil debía estar situado en e7 para cumplir con sus funciones defensivas. Por otra parte, podemos añadir que la casilla e5 hubiera preservado al caballo, en la variante 9 … d5 10 e5 ¤d7. También es cierto que, después de 9 … d5, las blancas conservaban la iniciativa mediante 10.£e2 ¥e7 11.b3 0–0 12.¥b2, 12.¥b2, pero no sería tan peligrosa como en la partida.
Ahora 10 … d5 no sería favorable, debido a la continuación 11.e5 ¤d7 12.£g4!
15.£e2 a5 16.¥c4! Para consolidar su posición, las negras tendrían que recolocar su caballo, y jugar …f7-f6. Tras haber descifrado las intenciones de su oponente, Stein comienza a impedirlas.
11.¤f3
16...¢h8 17.¥g5 ¤d7?
10.¢h1 d6
XIIIIIIIIY 9r+l+k+ t r0 r0 9+ q w +pz pp0 pp0 9p+pz pps pps n +0 9+ l v + + 0 9 + +Pz P +0 9+ +L+N+ 0 9Pz PP+ PP+ +Pz P0 P0 9t R LQ+R+K0 L vQ+R+K0 xiiiiiiiiy
Stein consideraba que esta jugada constituía el error decisivo, porque el caballo abandonaba las obligaciones defensivas para con su rey. Creía que sólo 17 … ¤g8 podía sostener la posición, aunque fuese una defensa pasiva.
18.¦ad1 Stein se encuentra en su salsa. Todas sus piezas están activadas a su máximo potencial. ¿Qué debían hacer las negras? En caso de 18 … ¥xc4 … ¥xc4 19.£xc4 f6 20.¥h4! ¥b6 21.¦d6, 21.¦d6, tendrían una posición penosa. Pero, en su búsqueda de contrajuego, Portisch cae ante un impresionante ataque.
11...e5
Se ha producido la reacción en cadena, tras una jugada defectuosa. d efectuosa. Las negras estaban e staban obligadas a 64
18...¤b6
forma muy paciente, algo que no resultaba demasiado de su gusto.
XIIIIIIIIY 9r+ + t r k0 k m0 9+ q w +pz pp0 pp0 9 np+l+ n sp+l+ +0 9z p l v pNv p zNv L 0 9 +L+P+ +0 9+ + + + 0 9Pz PP+Q+Pz PP+Q+Pz P0 P0 9+ +R+R+K0 xiiiiiiiiy
10...¤xd4 11.£xd4 £c7 12.£h4 dxc4 13.¥xc4 ¦d8 14.¦fd1 ¥d7 15.¦ac1 ¥c6 16.¥d3 Poco a poco, la iniciativa de las blancas se va acentuando. Las negras tienen que tomar medidas defensivas.
16...£e7 17.¤e2 h6 18.¤d4 ¥e8
XIIIIIIIIY 9r+ t rl+k+0 rl+k+0 9+p+ w qpz qpz p 0 9p+ v lps lps n p0 p z0 9+ + + + 0 9 + N s + Q0 Q w0 9+P+Lz P + 0 9Pv L + PPz P zPz P0 P0 9+ RR+ R tR+ m K 0 xiiiiiiiiy
19.¤xg7!! ¥xc4 Capturar el caballo conduciría a un rápido mate: 19...¢xg7 20.¥f6+ ¢g8 21.£f3 £c8 22.£g 3+ ¥g4 23.¦f5!, y las negras no tienen defensa.
20.¥f6!! ¥e7 Se amenazaba un mate en dos: 21.¤f5+ ¢g8 22.¤h6++, 22.¤h6++, y 20 … ¤d7 se refutaba con 21 ¦xd7.
Las amenazas amena zas blancas blanc as parecían pare cían haberse haberse reducido reducido y era tiempo tiempo de pensar en mostrar alguna actividad. acti vidad. En respuesta a la redisposición del caballo ( ¤d4f3-e5), Stein pensaba doblar sus torres en la columna d.
21.£f3 1–0 A 21 … ¢g8 seguiría 22 ¤h5 (también era posible 22 ¤e8) 22...¦fc8 23.£g3+ ¢f8 24.£g7+ ¢e8 25.£g8+ ¥f8 26.¤g7++. 26.¤g7++. Las negras se rindieron.
19.¦c2 ¥a3 20.¥a1 ¦d7 21.¤f3 ¦ad8
XIIIIIIIIY 9 + rl+k+0 r tl+k+0 9+p+rw qpz qpz p 0 9p+ +ps n p0 p z0 9+ + + + 0 9 + + + w Q0 Q0 9v lP+Lz lP+Lz PN+ PN+ 0 9P+R+ z PPz PPz P0 P0 9v L +R+ m K 0 xiiiiiiiiy
Partida nº 14 Bisguier - Stein Estocolmo, 1962 Torneo Interzonal Gambito de Dama
1.d4 ¤f6 2.¤f3 c5 Stein no tenía miedo de arriesgados sistemas de este tipo, confiando en su habilidad táctica. Además, necesitaba ganar esta partida… Pero, lamentablemente para él, el gran maestro norteamericano, en lugar de la crítica 3 d5, que daría lugar a un juego agudo, prefirió una continuación menos comprometedora y sin pretensiones.
El primer momento crítico de la partida. La continuación lógica 22.¤e5 ¦d5 23.¥d4 conducía a una lucha relativamente apacible, aunque más rica que antes en contenido. Después de 23 … ¥d6, por ejemplo, las blancas podrían jugar 24 f4. La retirada del caballo permite a las negras el avance …e6-e5. Aparentemente, las blancas siguen conservando alguna ventaja posicional.
3.c4 cxd4 4.¤xd4 e6 5.e3 d5 6.¤c3 ¤c6 7.¥e2 ¥d6 8.0 –0 0–0 9.b3 a6 10.¥b2 Las negras tienen problemas con el desarrollo de sus piezas, y por eso Stein es obligado a jugar de 65
22.¦cd2?!
29.£xf6 ¦xd2, ¦xd2, y las negras conseguirían compensación más que suficiente a cambio de la dama. Ahora se amenazaba un mate en dos.
¿Qué era esto? ¿Un desliz o una astuta trampa? La respuesta 22 … ¥ b4 promete ganancias materiales a las negras, pero al mismo tiempo tendrían que pagar un alto precio, en forma de un rey “desnudo”. El ataque blanco parecía ominoso. ¿Valía la pena arriesgarse tanto? Por otra parte, ¿cómo ganar, si no se incurre en riesgos?
25...¥c3!! ¡La esencia de la sorprendente y maravillosa idea de Stein! A primera vista, las negras no creaban ninguna amenaza directa, sólo se protegían. Sin embargo, encerraban una sutil, 26 … £f6!, refutando el asalto blanco y manteniendo todas sus bazas sobre la columna d. Lo cierto es que, durante mucho tiempo, ninguna de las tres piezas blancas concentradas en esa columna puede moverse. Por lo tanto, las negras pueden permitirse el lujo de proteger primero a su rey, y sólo después comenzar a recoger la cosecha. Como el más minucioso análisis post mortem demostró, sólo en una de todo el conjunto de posibles variantes tenían las blancas b lancas posibilidades de tablas: 26 £h7+ ¢f8 27 £h6+ ¥g7 28 £h4! Ahora, en la curiosa posición que se ha producido, a cualquiera de los dos adversarios le resultaría difícil mejorar su situación. Sería peligroso para las negras jugar 28 … £a3 (amenazando 29 … ¦xd3) 29 h3 ¥c3 30 £h6+ ¢e7? (después de 30 … ¢g8 o 30 … ¥g7, las tablas serían el resultado más probable), dado que las blancas dispondrían del molesto ataque 31 ¤h7!, seguido de 32 £f8++. Como descubrió entonces el maestro Oleg Moiseev, la continuación más fuerte para las negras, 28 … £c5 (con la misma amenaza 29 … ¦d3!) obligaría a las blancas a encontrar la jugada única 29 £g3!, ya que 29 h3 £c3! También conduciría a la victoria negra. En tal caso, las negras difícilmente tienen nada mejor que 29 … ¦xd3 30 ¤h7+ ¢g8 31 ¤f6+, con jaque perpetuo. ¿Es de extrañar que, ante el tablero, Bisguier, que contaba ya con la victoria, no pudiese ver nada de eso y perdiese rápidamente?
¥b4! 22... ¥b4! Que sea lo que Dios quiera… Las negras juegan con fuego, pero la partida bien valía la pena de jugarse.
23.¥xf6 gxf6 Por supuesto, 23 … £xf6?? estaba fuera de cuestión, a causa de 24 £xh6.
24.£xh6 Ambos contrincantes buscaban esta posición. Las blancas ya habían ganado un u n peón, y amenazaban amenazab an mate en dos. Las negras contaban con la “mortal” clavada sobre la columna d. A simple vista, la posición negra parecía desesperada. Los testigos presenciales contaban que en ese momento muchos periodistas se apresuraron a informar a sus editores: “Stein ha cometido un grave error y va a perder la partida.” Todo el mundo, en el torneo, incluido el propio Bisguier, estaban de acuerdo con ese veredicto. ¡Stein era el único en creer que las negras tenían ventaja!
XIIIIIIIIY 9 + rl+k+0 r tl+k+0 9+p+rw qp+ qp+ 0 9p+ +pz p Q0 Q w0 9+ + + + 0 9 l v + + +0 9+P+Lz PN+ PN+ 0 9P+ t R PPz P zPz P0 P0 9+ +R+ m K 0 xiiiiiiiiy
26.h4? £f6 27.£h7+ ¢f8 28.£h5 £h8! Esta paradójica retirada asegura el camino más corto hacia la victoria.
24...f5 25.¤g5
29.¤h7+ ¢g8 30.£g5+
¿Había alguna jugada mejor? No. Después de 25.¤e5, 25.¤e5, las blancas perderían: 25 … [¥xd2 26.¦xd2 (o bien 26.¤xd7 ¥xd7 27.¦xd2 ¥b5!) 26...¦d5 27.¤g4 ¦xd3! 28.¤f6+ £xf6
31.¥xf5+!, La última posibilidad: si 30 … ¢xh7 31.¥xf5+!, y con tres peones por pieza, las blancas podrían seguir oponiendo resistencia. 66
30...£g7! 31.¦c2 £xg5 32.¤xg5 ¦xd3 0 –1
A medida que la presión de las piezas blancas aumenta, las negras se van quedando sin jugadas útiles.
Partida nº 15 Stein - Parma Lvov, 1962 Match URSS - Yugoslavia Defensa Siciliana
17.¥c4! Tras un eficiente reagrupamiento de piezas, Stein se dispone a sacrificar calidad en f6.
Stein participó en numerosos matches amistosos contra la selección de Yugoslavia y, por lo general, con éxito. Esta partida se disputó en la primera ronda y tres días antes a Stein se le había concedido el título de gran maestro internacional. De modo que éste era su debut con su nueva categoría profesional.
17...exf4? En posiciones similares este cambio sería bueno para las negras, si estuvieran en condiciones de ocupar e5 con un caballo. Como ese no es aquí el caso, la entrega de la casilla d4 al caballo blanco resultará un factor decisivo.
1.e4 c5 2.¤f3 d6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 a6 6.¥g5 e6 7.f4 £b6
18.¥xf4 ¤g6 19.¥g5 ¥c8 Resulta que a la proyectada 19 … ¤e5 de las negras, seguiría 20 ¥ b3! y el caballo negro tendría una magnífica posición en el centro pero… ¡nada que hacer! Entretanto, el rey negro afronta serios problemas.
Tratando de entrar en la Variante “Camaleón”, 8 £d2 £xb2 ( A esta variante se la conoce normalmente como Gotemburgo, o “del peón envenenado”. N. del T.) Stein, sin embargo, se desvía del debate teórico, optando por una continuación menos habitual.
20.£g3 ¥e6 21.¥xf6 ¥xf6
8.¤b3 ¤bd7
En caso de 21...¥xc4 22.¤xc4 £xc4 23.¥xe7, las negras pierden el peón de d6.
Por entonces también se había jugado 8 … £e3+, con idea de trasladar la partida al final. 9.£f3 £c7
22.¤d5 ¥xd5 23.¥xd5 ¦ad8 24.c3 ¢h8 25.¤f3 £e7 26.¦d1 £c7 27.¤d4
Las negras proyectaban realizar el avance … b7 b5, pero las blancas se anticipan a la idea.
Las blancas lo tienen todo dispuesto para el asalto decisivo. Las negras no pueden hacer otra cosa que esperar humildemente el desarrollo de los acontecimientos.
10.a4 b6 En este momento el jugador yugoslavo podía haberse aventurado en interesantes complicaciones, con 10 … ...¥e7 11.¥d3 h6 12.£h3 (si 12 ¥ h4, entonces sería posible12 … ¤xe4!) 12 … ¦g8 13 ¥ h4 g5! Al dejar escapar esta oportunidad, las negras caen gradualmente en una posición pasiva.
27...¦f8
XIIIIIIIIY 9 + r t r t k m0 9+ q w +pz pp0 9pz p p z l vn+0 9+ +L+ + 0 9P+ s NP+ +0 9+ P z + Q w 0 9 P z + +Pz P0 9+ +R+R+K0 xiiiiiiiiy
11.¥d3 ¥b7 12.0 –0 ¥e7 13.£h3! Impidiendo 13 … 0–0, a causa de 14.e5! dxe5 15.fxe5 £xe5 16.¥xf6 ¤xf6 17.¦xf6. Para enrocar en tales circunstancias, las negras están obligadas a debilitar su estructura de peones.
28.¦xf6!
13...e5 14.¦ae1 0 –0 15.¢h1 ¦fe8 16.¤d2 ¤f8
La espada de Damocles finalmente corta la posición negra. El sacrificio de calidad no es que 67
Partida nº 16 Gligoric - Stein Lvov, 1962 Match URSS - Yugoslavia Defensa India de Rey
conduzca inmediatamente al mate, pero provoca múltiples debilidades en el enroque enemigo.
28...gxf6 29.£f2 ¢g8 30.¦f1! La renuncia a la captura ilustra la fuerza de la posición blanca. Stein no tiene por qué apresurarse, pues el peón negro no se va a escapar y siempre resulta útil mejorar al máximo la posición de las piezas.
Esta partida fue distinguida como la más interesante de todo el match. Se trata de una lucha que, aunque no exenta de errores, se caracteriza por el interés de todas sus fases: en la apertura, en el medio juego y, sobre todo, en el final, donde Stein se las arregla para inclinar la balanza a su favor, con ayuda de una increíble idea, casi digna de un estudio artístico.
30...¦de8 31.¤f5 £d8 32.£g3?! Stein estaba con apuros de tiempo. Simple y fuerte es h4. 32...¢h8
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 0 –0 5.¥g5
33.¤xd6?
c5
Otra vez 33.h4! con gran ventaja.
Más tarde, los adeptos a la India de Rey llegaron a la conclusión de que el temprano desarrollo del alfil dama blanco debe combatirse con el ataque … h7-h6, pidiendo definiciones al alfil. Entonces, según el nuevo emplazamiento del alfil, las negras pueden diseñar un plan coherente. 6.d5 d6 7.¥d3 e6 8.dxe6
33...¦e7
XIIIIIIIIY 9 + q w r t k m0 9+ + t rp+p0 9pz p N s p zn+0 9+ +L+ + 0 9P+ +P+ +0 9+ P z + Q w 0 9 P z + +Pz P0 9+ + +R+K0 xiiiiiiiiy
Aquí era objetivamente más fuerte 8.£d2 exd5 9.exd5, seguido del plan ¤e2, 0-0 y f2-f4. Sin embargo, el plan elegido por Gligoric tampoco carece de veneno. La idea incluye un tema psicológico latente: parece que las negras ya tienen la iniciativa, y contemplan la casilla d4 con voracidad, subestimando a veces las posibilidades de ataque enemigas. Así sucederá en esta partida.
34.¦xf6? Esta jugada podría haber costado a las Blancas su ventaja. Podrían haber considerado 30. ¤c4
8...fxe6 La partida tomaría un cariz completamente distinto con 8 … ¥ xe6 9 £d2!, y las negras tendrían, en principio, más dificultades para crear contrajuego.
34...¦xe4?? Si las Negras hubiesen jugado 34... ¦d7, entonces después de 35.e5 £e7! la posición se vuelve confusa , quizás con mejores posibilidades para las Negras.
9.¤ge2 ¤c6 10.0 –0 h6 No es lo mismo que las negras realicen este avance diferido, porque ahora implica un serio riesgo. En opinión de Mark Taimanov, era mejor hacer retroceder al alfil con la maniobra … ¤c6e5-f7. También merecía atención otro plan para liberarse de la molesta clavada: … ¦f8-f7 y … £d8-f8, preparando contrajuego sobre las casillas negras.
35.¤xf7+! ¦xf7 36.¦xf7 ¦e5 37.c4 £e8 38.¦f1 £xa4 39.£c3 £e8 40.¥f7 £f8 41.¦f5 £d6 42.h3 1 –0
11.¥d2 68
También era posible la alternativa 11.¥h4. Después de 11 … g5 12.¥g3 ¤g4 13.£d2, seguido de f2-f4, el debilitamiento de la posición en torno al rey negro podría resultar un factor decisivo. Pero también la retirada de Gligoric le concede a las blancas buenas perspectivas de mantener intacta la amenaza f2-f4-f5, sin debilitar el punto e3.
¿Sacrificio de peón? Nada de eso. Una hermosa trampa, que incluye sacrificio de dama en la variante 22.¥xf5 gxf5 23.¦xf5? £xf1+! 24.¢xf1 ¦xf5+ 25.¢e2. Todo esto no sería temible para las blancas, de no ser por el oculto golpe concluyente: 25 … e4, y las negras ganan la dama, si no dan mate. Además, después de 22 … d3, las negras amenazan ganar pieza.
11...e5
22.¥xf5 gxf5 23.¥g5 ¦6f7 24.¦h3
Antes o después, había que realizar esta jugada, pero ahora el caballo blanco consigue llegar a d5, y si se cambia, la diagonal b1-h7 se abre, con peligrosas consecuencias para las negras, lo que pone al descubierto los defectos de la jugada … h7-h6.
Ahora las blancas tienen ya que buscar contrajuego, pues los peones negros se precipitan hacia sus casillas de coronación. Ahora amenazan £c2-d1xh5, ¿pero es una amenaza real? Después de 24 … d3! 25.£d1 £xc5+ 26.¥e3 £xd5 27.£xh5, las negras consiguen defenderse del mate, aunque seguramente el jaque perpetuo es el desenlace más previsible. En busca de la victoria, Stein desdeña la fuerza de los peones blancos y reordena la situación de su dama.
12.¤d5 ¤d4 13.¤xd4 cxd4 14.f4 ¤xd5 15.exd5 ¥f5 16.£c2! £d7 17.fxe5 dxe5 18.¥e4! La indolente actuación de las negras en la apertura ha permitido que sus dos peones pasados se encuentren sólidamente bloqueados, y la avalancha de peones blancos en el flanco de dama resulte casi imparable. Sin embargo, ¡la esperanza es lo último que se pierde! En esta difícil posición, Stein descubre el único plan que le permite plantear una vehemente resistencia.
24...£e8 25.d6! £e6 26.£d1 f4! 27.£xh5 £f5
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 9z pp+ +rv l 0 9 + P z + +0 9+ P z p zqv LQ0 9 + p z p z +0 9+ + + +R0 9Pz P + +Pz P0 9+ + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
18...¦f6 19.¦f3 ¦af8 20.¦af1 h5
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 9z pp+q+ v l 0 9 + + t rp+0 9+ +Pz pl+p0 9 +Pz pL+ +0 9+ + +R+ 0 9Pz PQv L +Pz P0 9+ + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
Tras haber consolidado su flanco de dama, a costa de un peón, las negras tratan de poner en marcha todos sus peones. La hermosa variante que sigue puede confirmar la seriedad de sus intenciones: 28.b4 d3 29.¢h1 (no es posible jugar 29 b5 de inmediato, a causa de 29 … e4!, amenazando 30 … £xc5+) 29 … d2 30 b5 e4 31 c6 (o bien 31 ¦xf4 d1£+!) 31 … e3 32 d7 f3! 33 ¦hxf3 e2!, y las negras ganan. La posición obliga a las blancas a realizar una jugada forzada.
21.c5
Es probable que Gligoric se precipitase con este tentador avance. Hubiera sido más prudente precederlo de la jugada preventiva 21 a4!, ya que
28.g4
¥xe4 22.£xe4 ¦xf3 23.gxf3 £xa4 24.£xg6
parece peligroso para las negras. Stein caza al vuelo la oportunidad que se le presenta.
No es la mejor elección. Las blancas tendrían mejores posibilidades en el final que resulta de 28.¥e7 £xh5 29.¦xh5, si bien hay que tomar en
21...£b5! 69
consideración el posible sacrificio de calidad: 29 … ¦xe7 30.dxe7 ¦e8, en cuyo caso sería difícil contener a los peones negros. Ahora Stein consigue un raro tesoro: ¡tres peones pasados y unidos!
Stein había cometido un grave error. Tenía que haber jugado 42 … ¢f7!, perdiendo el control del peón h, pero ocupándose de un sector más importante del frente. En tal caso, podían haberse producido estas variantes:
28...£e4 29.¥h4 ¡Todos contra el peón f , puesto que se trata del enemigo número uno! Si 29 ¥e7, entonces 29 … f3! ganaría al instante. 29...f3
30.¥f2 ¦f4 31.¦h4 ¥f6 32.g5 ¦xh4 33.¥xh4 ¥d8 34.¥f2
a.
43.c6 bxc6 44.bxc6 ¥b6! 45.c7 ¢e6 46.¦g6+ ¢d7 47.¦g7+! ¢c6! (Pero no 47...¢c8, por 48.¥g3!, con la amenaza 49.d7+!)
b.
43.h7 ¢e6! 44.¦g8 d2 45.¦g1 ¦h8 46.¥e3 ¥a5 47.¦d1 ¦xh7; 43.¥e3 ¢e6 44.h7 ¥f6 45.¦g8 ¦f7! 46.¦e8+ ¢d5, y en todas las variantes citadas, sólo las blancas podrían perder.
c.
Los seis movimientos anteriores han sido casi forzados para ambos bandos, pero ahora ha llegado el momento de que las negras tomen una decisión. Hallándose en (para él) inusuales apuros de tiempo, a Stein se le escapa por dos veces consecutivas la continuación más fuerte.
Después de que Stein hubiese empujado impulsivamente su rey en la dirección errónea, Gligoric podía haberlo castigado con 43 c6! bxc6 44 bxc6, y los peones serían imparables. Por ejemplo: 44 … ¥ b6 45 c7! ¥xf2 46 d7, ganando. Habían transcurrido cinco horas de juego, y Stein tenía que realizar la jugada secreta.
34...£f5 La jugada 34 … ¦f7 refutaría básicamente la amenaza g5-g6 y amenazaría, al mismo tiempo, 35 … Axg5! Ahora, 35 g6 se replicaría con 35 … Tg7, y 35 h4 (o 35 Rh4), sencillamente con 35 … d3.
43...f2!
35.¢h1 ¢g7?
Gligoric subestimó, en su análisis casero, esta brillante jugada. Se había concentrado, sobre todo, en la posibilidad 44...¦f6, tratando de controlar la formación de peones pasados y unidos. Entonces no tendría sentido 45.¢g2, a causa de 45 … ¦g6+, cuando sería imposible 46.¢xf2, por 46 … ¥h4++! Pero sí era viable h2-h4-h5, y sólo en ese momento, ¢g2. El secreto de la posición, que se revela tras 44 … ¥ f5!, radica en el hecho de que ningún bando puede mostrarse activo sin ser castigado por ello. Por ejemplo: después de la correcta 45 b7!, es imposible 45 … d2?, debido a 46 ¥ xd2 ¥ xd2 47 ¦xf2!, y la repetición de jugadas parece ser el único resultado lógico: 45 … ¥ d8! 46 ¢g2 ¦g8+ 47 ¢h3 ¦f8!, con tablas.
Este peón es la clave de la defensa negra.
44.¦f1 44.¥a5!
Todavía no era tarde para jugar 35 … ¦f7 o 35 … d3!, pero la presión del reloj se hace notar.
36.£h6+ ¢g8 37.¦g1 £g6 38.£h3 £g7 39.b4! Mientras las negras marcaban el compás de la lucha, las blancas se han ocupado de reforzar su posición, consiguiendo activar sus peones del flanco de dama. Los peones pasados negros se encuentran, al mismo tiempo, estrictamente vigilados. 39...d3
40.b5 e4 41.£h6! £xh6 42.gxh6+ ¢h7? 43.¥e3?
45.c6?
Lo más probable es que en este punto ambos contrincantes ni siquiera se hubiesen dado cuenta de que habían superado el control de tiempo, y proseguían jugando febrilmente, más allá de las 40 jugadas requeridas.
Podemos entender a Gligoric: sería difícil de creer que este poderoso avance no sólo no pudiese asegurar el triunfo, sino que incluso dejase escapar las tablas. 70
45...bxc6 46.bxc6 ¥b6!
Este método defensivo, introducido por Vassili Smyslov, era por entonces muy popular. La idea subyacente es jugar …¦f8-e8, sin temor a ¤f3g5.
¿Cuál es la diferencia entre esta posición y la que podía haberse producido tras 43 c6!? ¿Cuán importante era el hecho de que el peón negro hubiese ocupado el lugar del alfil blanco en f2, y que la torre blanca se hubiese desplazado de g1 a f1? Resulta que a 47 c7 hubiera seguido 47 … ¥ xe3, y si 48 d7, entonces 48 … ¦g8!!, cuando, gracias a la amenaza de mate, las negras tendrían un tiempo de ventaja.
10.d4 ¦e8 11.¤bd2 Aquí Stein también jugó, en ocasiones, 11 ¥ e3, con idea de desarrollar el caballo por d2. En tales casos solía no tocar estas piezas durante un buen rato, preparando un avance o el cambio de peones. Después de 11 … ¥ f8, en su partida contra Smyslov (28º Campeonato de la URSS, 1961), jugó 12.¥c2 ¥b7 13.dxe5 ¤xe5 14.¤d4 ¤g6 15.a4 c5 16.¤f5, pero las negras consiguieron un juego excelente con 16 … d5. Contra Gligoric (match URSS - Yugoslavia, 1965), Stein mejoró la línea: 12.¤bd2 ¤a5 13.¥c2 c5 14.a3 c4 15.a4 ¥d7 16.£e2 £c7 17.¦a2, con ventaja blanca. Naturalmente, no es posible responder a 11 ¥e3 con 11 … ¤xe4?, debido a 12 ¥d5 exd4 13 ¥xc6 dxe3 14 ¦xe3, y las negras sufren pérdidas materiales.
47.¥xb6 axb6 48.¦xf2 ¿Sería posible que Gligoric hubiese previsto mucho más allá que su rival?
XIIIIIIIIY 9 + + t r +0 9+ + + +k0 9 p zPz P + P z0 9+ + + + 0 9 + +p+ +0 9+ +p+ + 0 9P+ + t R P z0 9+ + + +K0 xiiiiiiiiy
11...¥f8 12.¤f1 ¥d7 Stein también estaba habituado a luchar contra 12 … ¥ b7, con la continuación casi forzada 13.¤g3 ¤a5 14.¥c2 ¤c4 15.a4 d5! Su partida contra Spassky (Interzonal de Amsterdam, 1964) siguió así: 16 exd5 exd4 17.¦xe8 £xe8 18.£xd4 ¥xd5, y la partida pronto finalizó en tablas. En su importante partida contra Reshevsky (Los Angeles, 1968), Stein aplicó una novedad: 16 b3 dxe4 17.¤xe4 ¤xe4 18.¦xe4!? En la primera ronda del match Reshevsky contestó con 18 … f5, obteniendo un juego inferior. En la tercera ronda igualó las posibilidades mediante 18 … ¥ xe4 19 ¥ xe4 ¤ b6! La evaluación actual establece que las blancas consiguen ventaja en la variante con 15 b3 ¤ b6 16 a4!
48...e3!! “Una jugada de rara belleza” (Yuri Averbaj). Si hubiese premios de belleza no sólo para las partidas, sino también para las jugadas más brillantes, entonces este paradójico contragolpe de Stein hubiese ganado sin discusión uno de esos premios. ¿Acaso no es un tema nuevo y original para los compositores de estudios? El resto es evidente.
49.¦xf8 d2 50.c7 d1£+ 51.¢g2 £g4+ 52.¢f1 £c4+ 53.¢g2 e2 54.¢f2 £e6 55.¢e1 £xd6 56.¦h8+ ¢g6 57.¦g8+ ¢h5 0 –
13.¤g3 ¤a5 14.¥c2 c5
1
Partida nº 17 Stein - Spassky Erevan, 1962 30º Campeonato de la URSS Apertura Ruy López
Antes o después, por lo visto, las negras no pueden prescindir de esta continuación. Por ejemplo, en la partida Vasiukov - Kristiansen (Reykjavik, 1966), después de 14 … g6 15 b3 ¥g7 16.¥e3 £e7 17.£d2 ¢h7 18.¦ad1 ¦ad8 19.c4!, y el caballo negro se quedó desplazado del juego.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 0 –0 8.c3 d6 9.h3 h6
15.d5 ¤c4
71
XIIIIIIIIY 9r+ w qr+k+0 9+ +lv lpz p 0 9 n s p z +n+0 9z p p zPz pNz Pp0 9 + +P+ z P0 9+ P z +N+ 0 9 P zL+ z PK+0 9t R L vQt R + 0 xiiiiiiiiy
Puesto que, de todos modos, este caballo debe salir de la banda, es mejor situarlo en b6, antes que las blancas jueguen b2-b3, porque caso de que esta jugada se realice, el caballo tendría que retirarse vía b7, desde donde sus perspectivas de juego dependen de que la maniobra … c5-c4 y … ¤ b7-c5 sea posible. La continuación 15 … g6 16 b3 ¥g7 17 ¤h2 ¤h7 favorece a las blancas. Tan pronto como las negras jugasen … ¤a5-b7, las blancas respondería con b3-b4! No obstante, en la partida Stein - Geller (37º Campeonato de la URSS, Moscú 1969), las negras consiguieron defenderse después de 18.¥e3 £h4 19.¤f3 £e7 20.£d2 h5!
Un momento decisivo de la batalla. Si las blancas se mostrasen indecisas, entonces las negras podrían reestructurar sus efectivos, a base de … ¤g6-f8 y … g7-g6, consolidando su posición. Si 25 ¤g3, entonces 25 … ¥ g4! Si el caballo de f3 se desplazase, los peones de h4 y g5 perderían su soporte, y el primero de ellos sería capturado con jaque. ¿Significa esto que el ataque blanco se ha paralizado?
16.¤h2 a5? Las negras deberían haber erradicado la incursión del caballo rival a f5, con 16 … g6!, y en caso de 17.b3 ¤b6 18.f4, podrían haberse defendido con 18 … exf 4 19.¥xf4 ¥c8!, con el subsiguiente emplazamiento del caballo en e5, vía d7.
25.¤h2!
17.a4!
Al sacrificar los peones h4 y g5, las blancas, con esta jugada, ¡pretenden incorporar el rey al ataque!
Un golpe oportuno, que paraliza el juego negro en el flanco de dama. Spassky probablemente esperaba 17 ¤f5, a lo que podía responder con 17 … ¥xf5 18.exf5 ¤b6 19.¥e4 ¤xe4 20.¦xe4 £d7 21.g4 £b7!
25... ¥xf5
17...¤b6 18.axb5 ¥xb5 19.¤f5!
Las negras no tenían alternativa, pues de otro modo pierden el peón de h5.
El error de las negras en la apertura ha tenido serias consecuencias. Ahora Stein podrá poner en práctica su tema favorito: el ataque al rey.
26.exf5 ¤xh4+ 27.¢h3! ¥xg5 28.¥xg5 £xg5
19... ¥d7
20.g4
A primera vista se diría que las blancas se han quedado sin nada. Pero Stein había calculado con profundidad y precisión.
El asalto parece llevarse a cabo con la facilidad de una canción. Spassky decide contrarrestar el ataque con todas sus fuerzas, y trasladar el caballo a g6. Stein no tiene nada que oponer.
29.¦g1 £f6 Spassky trata de negociar una salida con una pieza. En la línea principal el ataque sería devastador: 29...£f4 30.£xh5 £xf2 31.¤g4! £xc2 32.¤h6+ ¢h8 33.¤xf7+ ¢g8 34.¤h6+ ¢h8 35.¦xg7! ¢xg7 36.¦g1+, con mate forzado.
20...¤h7 21.¢g2 ¥e7 22.¤f3 ¤f8 23.h4 ¤g6 24.g5! h5
30.£xh5 El caballo se ha metido en la boca del lobo.
30...¤xd5 31.£xh4 ¤f4+ 32.¢g4! 72
XIIIIIIIIY 9r+ +r+k+0 9+ + +pz p 0 9 + p z q w +0 9z p p z p zP+ 0 9 + + s nKw Q0 9+ P z + + 0 9 P zL+ z P N s0 9t R + + t R 0 xiiiiiiiiy
los aficionados de ajedrez corrientes. Tales comentarios, por ejemplo, los escribió, a propósito de esta partida, para la popular revista de Riga Shajmaty (1964, nº 3). A continuación se incluyen fragmentos del mencionado artículo (en cursiva).
1.c4 c5 2.¤c3 g6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 ¤c6 5.¤f3 a6 Una jugada de (semi)espera, típica de muchas variantes de la Apertura Inglesa. Las negras aún no han decidido el lugar por el que desarrollarán su caballo rey, temiendo 6 h4 en caso de 5 … ¤h6, y 6 d4, si 5 … ¤ f6.
Un elemento esencial de toda la combinación, que había que tener presente antes, pues de otro modo las negras sólo habrían tenido que pagar una parte del precio. ¡El rey blanco está trabajando duro!
6.0–0 ¤h6 Ahora 7 h4 no es tan peligroso, y controlando el avance d4 las negras obtienen una posición confortable.
32...£xh4+ 33.¢xh4 f6 La batalla está finalizando. Las negras han sufrido serias pérdidas materiales, pues los dos peones no pueden compensar a las piezas. El resto no es más que una materialización técnica de la ventaja.
7.¦b1 ¤f5 8.a3 ¦b8 9.b4 cxb4 10.axb4 b5 11.cxb5 axb5
34.c4 ¢f7 35.¢g4 ¦ab8 36.¦gb1 ¦h8 37.¤f3 g6 38.¤h4 gxf5+ 39.¤xf5 ¢e6 40.¦xa5 ¦bg8+ 41.¢f3 ¦g5 42.¤g3 f5 43.¦a6 1–0
La breve escaramuza del flanco de dama ha conducido a una psoición casi simétrica. La única diferencia radica en la situación del par de alfiles. Las blancas tratan de que esa diferencia se traduzca en su favor, y al jugar…
Partida nº 18 Stein - Novopashin Leningrado, 1963 31º Camponato de la URSS Apertura Inglesa
12.e3
XIIIIIIIIY 9 r tlw qk+ t r0 9+ +pz ppv lp0 9 +n+ +p+0 9+p+ +n+ 0 9 P z + + +0 9+ N s P zNz P 0 9 + P z P zLz P0 9+Rv LQ+Rm K 0 xiiiiiiiiy
Este torneo abrió una brillante página en la biografía deportiva de Stein, al empatar en el primer puesto con Boris Spassky y Ratmir Jolmov. Tras el desempate, consiguió ganar, por primera vez, la medalla de oro del Campeonato de la URSS. En la partida con el maestro Arkadi Novopashin (Dniepropetrovsk) pueden percibirse ciertas novedades en el estilo de Stein, sobre todo la ampliación de su repertorio de aperturas, una clara tendencia a implementar nuevas ideas creativas… A Stein no le gustaba comentar partidas y nos ha legado muy pocos casos de este tipo. Por lo general, sus comentarios eran estrictamente profesionales, lacónicos, hasta podríamos decir mezquinos en su discusión de variantes. Pero había excepciones. Eso sucedía cuando no se dirigía al cerrado círculo de sus colegas, perfectamente capaces de leer entre líneas, sino a
Restringen la movilidad del caballo de f5.
12...e5? Una decisión sólo justificada si las negras consiguen resistir el avance d2-d4. 12...0 –0 13.d4 e6 (13...d5? 14.¤xd5! £xd5 15.¤e5) 14.£c2 d5! igualaba, aproximadamente, el juego, ya que ni 15.¤xb5 ¥a6 , ni 15.¤xd5 £xd5 16.¤g5
73
¤cxd4 17.exd4 ¤xd4 18.£c7 £e5 tendrían mucho sentido. Podemos añadir que las negras no han conseguido neutralizar el avance d2-d4, lo que ha justificado que los autores hayamos puesto un signo de interrogación a 12 … e5.
desatar las manos del peón d4. ¡Un instructivo método técnico!
18...¤e5 18 … ¤ce7 se habría encontrado con la molesta réplica 19 g4.
13.d4!
19.¤xe5 dxe5 20.¥g5
La premisa de este inesperado sacrifición de peón es el hecho de que el rey negro aún no haya enrocado. De no haber sido por esta circunstancia, no habría habido ningún sacrificio, y el plan de Novopashin se habría revelado correcto. Ahora las negras se enfrentan a un dilema: ¿tomar o no tomar el peón sacrificado? Así es como responde Stein a la pregunta: Las negras no deberían capturar el peón: 13 … exd4 14.exd4 ¤cxd4 15.¤xd4 ¤xd4 16.¦e1+ ¤e6 17.¥f4 , seguido de 18 ¤d5, con posición dominante. Podrían citarse algunas variantes más. Por ejemplo: si 15 … ¥xd4, entonces 16.¥f4 ¦b6 (o bien 16...d6 17.¦e1+ ¢f8 18.¤e4, con las amenazas 19 g4 y 19 ¤xd6) 17.¤d5 ¦c6 18.¦e1+ ¢f8 19.£xd4 ¤xd4 20.¥h6+ ¢g8 21.¤e7+ £xe7 22.¦xe7 ¦e6 23.¦be1 ¦xe1+ 24.¦xe1 ¤e6 25.¦c1 ¥a6 26.¦a1, y las blancas ganan el alfil. O bien 14 … ¤fxd4 15.¤xd4 ¥xd4 16.¦e1+ ¢f8 17.¥xc6 ¥xc3 (17...dxc6 18.¥h6+ ¢g8 19.£xd4!) 18.¥h6+ ¢g8 19.¥d5 ¥xe1 20. £d4 ¥c3 21. £xc3 £f8 22. ¥xf8 ¢xf8 23. £xh8+ y mate en un par de jugadas.
Véase la nota a la 15ª jugada blanca.
20...f6 Stein no escribió comentarios a esta jugada. Nos gustaría incluir aquí un suplemento a sus notas. Las negras podían haber ofrecido mayor resistencia, sin encerrar a su alfil y, lo que es más importante, de no haber debilitado su casilla e6, con 20 … £ b6! Puede que Novopashin hubiese descartado esta jugada natural, debido a 21 d6. Pero entonces podía haber jugado 21 … f6! y 22 … ¦d8, sitiando al peón de d6. En tal caso, las blancas habrían experimentado algunas dificultades para materializar su ventaja.
21.¥c1 El alfil ha regresado para un breve descanso, tras haber contribuido notablemente a la posición blanca. 21...£b6
XIIIIIIIIY 9 r tlt r +k+0 9+ + + v lp0 9 q w + p zp+0 9+ps NPz pn+ 0 9 P z + + +0 9+ + + z P 0 9 L v + P zLz P0 9+R+Q+Rm K 0 xiiiiiiiiy
13...exd4 14.exd4 0 –0 15.¥g5 Típica maniobra, con idea de provocar bien una nueva debilidad (15 … f6 16 Af4), bien, como sucedió en la partida, que el alfil negro ocupe una mala posición. 15... ¥f6
22.¤c5 ¦d8 23.¥b2
16.¥f4 d6 17.¤e4 ¥g7 18.d5
Para liberar la gran digonal a1-h8, las blancas realizan este avance restrictivo, y con un juego casi obligado consiguen un fuerte peón pasado en el centro. Ahora está claro por qué Stein había provocado que el alfil negro se situase en f6: el caballo blanco consiguió así la oportunidad de “liberar” la diagonal a1-h8 de su molesta presencia, a fin de
23...¥f8 Si las negras hubieran conseguido situar su caballo en c4, su posición habría sido perfectamente defendible. Pero no se puede conseguir este objetivo de inmediato. Si 23 … ¤d6, entonces las blancas responderían 24.f4 ¤c4 25.fxe5 ¤e3 26.£f3 , con un ataque demoledor. 74
Las negras esperan la natural 24.¦c1 ¤d6 25.¤e6 ¥xe6 26.¦c6 £a7! (¡casilla a2!) 27.dxe6 ¤c4 28.¥c3 ¤d2! Pero Stein no piensa proteger ni desplazar el caballo atacado, ya que ha descubierto un plan efectivo contra la proyectada transición del caballo negro a c4.
(35...¦d7 36.¥d5!) 36.£b6. Sin embargo, la posición blanca es tan fuerte, que forzar los acontecimientos no es cuestión prioritaria.
32.h5 ¢h8 33.hxg6 hxg6 Vale la pena notar que 33...¦xa1 34.¦xa1 ¥xd5 35.¥xd5 ¦xd5 no serviría de ayuda, a causa de 36.£b3! (pero no 36.¦a6 ¥xc5!). Ahora, si 36 … £d6, entonces 37 ¤e4 y 38 ¤xf6!, mientras que 37 ¦a6 castigaría 36 … £c6. Está claro que la retirada de torre permitirá a la dama invadir f7.
24.£f3! Las blancas ganan, así, un importante tiempo, ya que el inmediato traslado del caballo no es posible.
34.¦ac1
24...¥e7 Las blancas relevan a la dama de su papel en la defensa del caballo, enviando a ambos a la ofensiva.
Era demasiado peligroso desprenderse del alfil de casillas negras: 24...¥xc5 25.bxc5 £xc5 24 g4 (como mínimo), y 25 £ xf6.
34...¦a7 35.£e4 ¢g7
25.¦fe1 ¤d6 26.¥c1!
XIIIIIIIIY 9 + r t l v +0 9t rl+ + m k 0 9 q w + p zp+0 9+ps NPz p + 0 9 P z +Q+ +0 9+ + + z P 0 9 + + z PL+0 9+ R tR+ m K 0 xiiiiiiiiy
Regresando a su primer empleo. El alfil acabará pereciendo, pero el Caballo, el baluarte negro, también sucumbirá.
26...¤c4 27.¥e3 ¤xe3 Lamentablemente, forzado. La dama negra está condenada a sufrir, ya sea un ataque descubierto, ya un ataque doble, con ¤c5e6. Por ejemplo: 27 … £g6 28 ¤e4 £a6 29 ¦a1, tomando a continuación el peón f6.
36.¤e6+! 1–0
28.£xe3 ¥d6 En este momento las negras perdieron por tiempo, sin realizar la forzada 36 … £xe6, a lo que habría seguido 37.£e3! £a6 38.¦c7+ ¢g8 39.£e4 f5 40.£h4, con ataque de mate.
Desde luego, 28 … ¥b7 es imposible, ya que 29 ¤ xb7 gana, como mínimo, la calidad. Los apuros de tiempo, especialmente graves para mi oponente, relegado a una estrategia pasiva, influyeron sobre el ulterior transcurso de la partida. 28 … ¥ f8 habría sido más preciso.
Partida nº 19 Spassky - Stein Moscú, 1964 Torneo de desempate, Campeonato de la URSS Defensa Grünfeld
29.¦a1 ¥b7 30.h4! El debilitado flanco de rey negro atrae este tipo de avances como si tuviera magnetismo.
30...¥f8 31.¦ed1 ¦a8
Esta partida se disputó en la primera ronda del torneo “adicional”, del 31º Campeonato de la URSS. Como resultaría más tarde evidente, tuvo una influencia decisiva sobre la competición y su desenlace.
La posición negra es desesperada. La manera más fácil de ganar era: 32.¤xb7 £xb7 33.d6 ¦xa1 34.¦xa1! (34.£b3+ £f7 35.¥d5 ¦xd1+ 36.£xd1 ¦xd6 37.¥xf7+ ¢xf7 , con buenas posibilidades de tablas) 34...£f7 35.¦a7 £e6 75
10...c5 11.h5 ¤xb3 12.axb3 cxd4 13.cxd4 ¥d7!
Los comentarios de Leonid Stein fueron publicados en la revista Shajmaty URSS , y se incluyen aquí en cursiva.
Una recomendación de los autores de la monografía ‘Defensa Grünfeld’ (Kutianin y Estrin). Al crear la amenaza 14 … Ab5, las negras consiguen un juego cómodo. En la partida Spassky - Suetin, las negras siguieron con 13 … ...¥g4? , y después de 14.f3 ¥d7 15.hxg6 hxg6 16.¥e3 ¥b5 17.¤c3 £d7 18.£d2 , quedaron en una posición muy difícil, ya que 14 f3 resulta ser una jugada útil para las blancas, en conexión con la posibilidad ¢ f2.
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 d5 Al comentar esta partida en el boletín del torneo, el gran maestro Simagin observaba: “Una curiosa decisión. El ‘clan’ de los partidarios de la India de Rey disminuye visiblemente. Hasta Stein rehúsa jugarla en este caso. Claro que, con su elección de apertura, plantea una desagradable sorpresa psicológica a su oponente.” Esta evaluación requiere ser clarificada. Stein nunca renegó de la India de Rey, pero comprendió que con una sola defensa en su arsenal no iría muy lejos. Por consiguiente, de cuando en cuando ampliaba su repertorio con otros sistemas que guardasen cierta afinidad con aquella. Esta elección de apertura, en particular, no pudo sorprender a Spassky, puesto que un mes antes le había planteado la Defensa Grünfeld, en el Campeonato propiamente dicho. En aquella partida el futuro campeón del mundo jugó 4 ¤f3 ¥g7 5 ¥g5, pero no consiguió nada especial, y la partida pronto finalizó en tablas. Esa es la razón por la que Spassky regresó a su arma favorita contra la Grünfeld, con la que, por cierto, había conseguido numerosas victorias.
14.hxg6 hxg6! Simagin escribió: “Sin temor a la apertura de la columna h. Muchos jugadores tímidos habrían optado por 14 … fxg6?, quedando en posición inferior.” ¡Una pertinente observación!
15.£d3 Una jugada responsable, realizada por las blancas tras larga reflexión. Sin embargo, era preferible 15 ¥e3. Añadiremos que el cambio que se sugiere por sí solo, 15 ¥h6 ¥xh6 16 ¦xh6, actuaría como un bumerang para las blancas, después de 16 … ¢g7 y 17 … ¦h8.
4.cxd5 ¤xd5 5.e4 ¤xc3 6.bxc3 ¥g7 7.¥c4 0–0 8.¤e2 ¤c6
15...£b6!
La jugada de Simagin le asegura a las negras suficiente contrajuego.
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9z pp+lz ppv l 0 9 q w + +p+0 9+ + + + 0 9 + P zP+ +0 9+P+Q+ + 0 9 + +Nz PP+0 9t R L v K m +R0 xiiiiiiiiy
9.h4 Los libros de referencia sobre aperturas no aprueban este avance, pero en la práctica Spassky demostró, en más de una ocasión, la efectividad de su ataque.
9...¤a5 10.¥b3 En la partida Spassky - Sajtar (Bucarest, 1953), se jugó 10 ¥ d3, pero después de 10 … c5 11.¥e3 cxd4 12.cxd4 ¤c6 13.e5 £a5+ , seguido de … ¦d4, las negras consiguieron una clara ventaja. En el 25º Campeonato de la URSS, en su partida con Suetin, Spassky también aplicó la jugada textual. En mi opinión, la retirada del alfil a b3 no le concede ningún beneficio a las blancas.
Un momento interesante. Las blancas podían haber continuado ahora con 16 £g3, después de lo cual las negras podían elegir entre 16 … f5 y la más aguda 16 … ¦ fc8! Por ejemplo: 17 £h4 ¦ xc4? 18 ¦ xc1 £b4+ 19 ¦c3! (era malo 19 ¢ f1, por 19 … ¥ b5) 19 … ¥ b5, con la iniciativa por la calidad sacrificada. Hubiera sido un error 19 … ¥ xe4, en vista de 20 ¤ xd4 £ xc3+ 21 ¢e2 £ xd4 22 £h7+ ¢ f8 23 £h8+. 76
Con todo, las blancas deberían haber jugado 16 £g3, aunque las negras tuviesen un juego adecuado. Como explicó Simagin, Spassky había descartado 16 £g3 a causa de 16 … f5, y Stein, sin embargo, pensaba continuar con 16 … ¦fc8 y sacrificar calidad. Aparentemente, primero Spassky lamentó no haber previsto la respuesta de su oponente, pero el análisis conjunto tras la partida lo persuadió de que las dos variantes le concedían suficiente contrajuego a las negras.
conduciría a un final en el que las blancas podrían oponer una fiera resistencia. El examen a las posibilidades negras debería suplementarse con otra jugada, 25 … £a4!, que también crearía fuertes amenazas.
26.¢f2 Si 26 bxa5, entonces 26 … £b5+ 27.¢f2 ¦f8 28.£h4 £xc5+! (esta jugada no hubiera sido posible, de haberse jugado 25 … £ b5+), y las negras capturan tranquilamente el alfil.
16.¥d2 ¦fc8 17.¦a5 Fue a causa de esta maniobra por lo que Spassky declinó trasladar su dama a g3. El objetivo de la jugada textual es impedir … ¥ d7-b5, y consolidar luego la posición con el enroque corto. Si las negras invierten un tiempo en jugar … a7-a6, entonces las blancas podrían bloquear la columna c, por donde le llegarán sus mayores preocupaciones al rey blanco. 17... a6 18.¦c5 ¦xc5 19.dxc5 £c7 20.¥c3 e5 21.b4 ¦d8 22.£g3?
26...axb4 27.¥xe5 ¥xe5 28.fxe5 £d4+ 29.¢f3 29 £e3 tampoco le concede esperanzas a las blancas.
29...£d3+ 30.¢f4 £d2+
XIIIIIIIIY 9 + r t +k+0 9+p+ +p+ 0 9 + + +p+0 9+ P z P z + 0 9 p z +Pm K +0 9+ + + w Q 0 9 + q w +P+0 9+ + + +R0 xiiiiiiiiy
Era preciso jugar 22 0-0. Ahora la posición blanca es lamentable. Obviamente, Spassky sobrestimó sus posibilidades, pues seguía buscando un juego activo cuando la posición obligaba a ofrecer una tenaz defensa. 22... ¥b5
23.f4 £d7 24.¢f2 ¥xe2 25.¢xe2
XIIIIIIIIY 9 + r t +k+0 9+p+q+pv l 0 9p+ + +p+0 9+ P z p z + 0 9 P z +Pz P +0 9+ L v + Q w 0 9 + +K+P+0 9+ + + +R0 xiiiiiiiiy
31.¢g4 A 31 £e3 seguiría, naturalmente, 31 … g5+! 31...¦d4!
Impreciso sería 31 … ¦d3, a causa de 32 £h2!
32.¦f1 ¦xe4+ 33.¢h3 £h6+ 0 –1 Partida nº 20 Stein - Spassky Moscú, 1964 Torneo Zonal Apertura Ruy López
25...a5! Con exf4 26.£h3 £xh3 27.¦xh3 ¥xc3 28.¦dxc3 , las blancas conservarían algunas posibilidades de tablas. Es interesante notar que 25...£b5+ 26.¢f2 ¦d3 27.£h4 ¦xc3 28.£d8+ ¥f8 29.¦h8+! ¢xh8 30.£xf8+ ¢h7 31.£xf7+ ¢h6 32.£f8+ ¢h5 33.£h8+ ¢g4 34.£xe5 ¦c2+ 35.¢g1 ¦c1+ 36.¢h2 ¦h1+! 37.¢xh1 £f1+ 38.¢h2 £xf4+
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 0 –0 8.c3 d5
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XIIIIIIIIY 9r+lw q rk+0 r tk+0 9+ p z lpz l vpz pp0 pp0 9p+n+ s n +0 9+p+pz p + 0 9 + +P+ +0 9+Lz P +N+ 0 9Pz P P z PPz P zPz P0 P0 9t RNv RNv LQt LQt R K m 0 xiiiiiiiiy
La continuación más popular, que sustituyó a 11 … ¤f6, la jugada de Marshall. Stein había jugado el Marshall, tanto con blancas como con negras. Por ejemplo, en su partida con Bertok (Torneo Interzonal, Estocolmo, 1962), ensayó 11 … ¤ b6. Es cierto que no consiguió nada especial. Después de 12.d4 ¥d6 13.¥g5 £d7 14.¦e1 ¥b7 15.¤d2 ¦ae8 16.¥h4 ¦xe1+ 17.£xe1 ¦e8, ¦e8, el gran maestro yugoslavo podía haberle creado serios problemas pro blemas a las negras 18.£f1!. Afortunadamente para Stein, siguió con 18.£f1!. 18.£d1 ¤d5 19.¥g3 ¤f4 20.¥xf4 ¥xf4 21.¤f1 g6, g6, y en esta confusa posición ambos contrincantes acordaron tablas.
El Ataque Marshall, que debe su nombre a la famosa partida Capablanca - Marshall (Nueva York, 1918). Durante largo tiempo se empleó, por parte de las negras, desde la perspectiva de jugar “a ganar”, es decir, o bien conseguían un fuerte ataque a cambio del peón, bien el ataque se empantanaba (como, por cierto, sucedió en la primera partida en que se empleó este gambito). Con el tiempo, se llegó a una valoración distinta y más sutil de la variante. Los grandes maestros comenzaron a sacrificar el peón con intenciones más modestas y más realistas. Dicho en otras palabras, “para matar el color” (es decir, para privar a las blancas de su iniciativa natural), fijándose como meta unas tablas en el final resultante. Pero en esta partida las “posibilidades equilibradas” no le satisfacían a Spassky, que tenía que librarse no sólo de su penosa situación deportiva en el torneo, sino también de una desagradable presión psicológica: un pobre tanteo con su difícil rival. En las cinco partidas anteriores que había disputado con Stein, ¡había perdido tres veces y hecho tablas en las dos restantes! El director del torneo, Vladas Mikenas, escribía en la revista de Riga Shajmaty :
12.d4 También se han jugado en torneo 12.¥xd5 cxd5 13.d4, y 13.d3, con juego cómodo, en ambos casos, para las negras.
12...¥d6 13.¦e1 £h4 14.g3 £h3 15.¥e3 ¥g4 16.£d3 16.£d3 ¦ae8 Todo esto formaba parte del contrajuego más analizado para las negras (en comparación con otras posibilidades, como 16 … f5, 16 … ¤xe3 y 16 … g5!?). Tras haber movilizado su ejército con la mayor rapidez, las negras amenazan ahora emprender acciones agresivas, a base de … ¦e8e6, … f7-f5, etc.
17.¤d2 ¦e6
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 rk+0 9+ + +pz pp0 pp0 9p+pv lr+ lr+ +0 9+p+n+ + 0 9 + P z +l+0 9+Lz PQv PQv L Pq0 P zq0 9Pz P N s P z P0 P z0 9t R + R t K m 0 xiiiiiiiiy
“Antes de la cuarta ronda, el entrenador de Spassky, gran maestro Bondarevsky, estaba obviamente nervioso, aunque trataba de disimularlo. “Hoy se producirá un gran cambio. Boria ganará. ¡Esto no volverá a ocurrir!” Así tranquilizaba Bondarevsky a sus amigos. Entretanto, ¡Stein y Spassky habían realizado diecisiete jugadas en un minuto!”
Ésta era la posición a la que habían llegado los jugadores en un minuto. Pero la última jugada de Spassky confundió tanto a Stein que, según el director del torneo, V. Mikenas, ¡estuvo pensando su respuesta durante 52 minutos! Una meditación tan prolongada causó asombro en el centro de prensa. ¿Es que acaso no había visto esta posición en el tablero, mientras se preparaba para la
9.exd5 ¤xd5 10.¤xe5 ¤xe5 11.¦xe5 c6 78
a) 21 … g5 22 ¦xa6! gxf4 23 ¦xe6 fxg3 24 hxg3 ¥xg3 25 £g2; b) 21 … ¢h8 22 ¤c4! ¤xc3 23 ¤xc3; c) 21 … ¦fe8 22 ¦xh6 23 ¥xd5 cxd5 24 £f2 f5 25 fxg5 f4 26 gxf4 h6 27 c4! hxg5 28 ¦xd6 ¦xd6 29 fxg4 £h3 30 cxd5.
partida? Tenía que saber, por supuesto, que Spassky ya había jugado así contra Novopashin, en el Campeonato de la URSS de 1963, ganando en la jugada 22... He aquí cómo concluyó aquella bien conocida lucha: 18.a4 bxa4!? (la novedad de Spassky, cuya idea radica en desviar a la torre de la primera fila) 19.¦xa4 f5 20.f4 ¥xf4! 21.¥f2 ¦xe1+ 22.¥xe1 ¦e8, ¦e8, y las blancas se rindieron. Los especialistas inmediatamente emitieron su veredicto: la primera causa de esta rápida derrota había sido el avance 18 a4. Pocas rondas después, las blancas trataron de enmendar la variante, en la 19.a4, con partida Suetin - Geller: 18.£f1 £h5 19.a4, idea de reforzar la, para Novopashin fatal, primera f5, la fila. Después de 19 … bxa4 20.¦xa4 f5, ofensiva negra no pareció tan intimidatoria, ya que la torre de e1 estaba protegida. Suetin prosiguió con 21 c4, y después de 21 … f4 (si el caballo se retira, ganaría 22 c5!), se inició una escaramuza cuerpo a cuerpo. Tras cierto número de errores mutuos, la partida finalizó en tablas, en 86 jugadas. Stein se disponía a seguir el rumbo de la partida Suetin - Geller cuando de pronto, y para su disgusto, descubrió un matiz que se le había escapado durante la preparación: 18.£f1 £h5 19.a4 ¥h3!, ¥h3!, y el alfil negro comienza a atacar la dama blanca. ¿Podría eso traducirse en tablas inmediatas? Le llevó mucho tiempo a Stein resolver el problema. Encontró la forma de trasponer a la partida Suetin - Geller, mediante una inversión de jugadas.
20...f4!? Al percibir algo anormal, Spassky es el primero en desviarse del sendero recorrido. Proyecta atacar al rey blanco, incluso sin damas. Por ejemplo: 21.¥xf4 £xf1+ 22.¦xf1 ¥xf4 23.gxf4 ¥h3!, ¥h3!, con impresionantes amenazas.
21.£xh3 ¥xh3 También aquí, 22.gxf4 ¦g6+ 23.¢h1 ¥g2+ 24.¢g1 ¥e4+ 25.¢f1 ¥d3+ le concedería a las negras una evidente ventaja.
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 rk+0 9+ + + z pp0 pp0 9p+pv lr+ lr+ +0 9+ +n+ + 0 9R+ z P p z +0 9+Lz P L v Pl0 P zl0 9 P z N s P z P0 P z0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy 22.¦xa6!
18.a4 bxa4
Un sacrificio de pieza meticulosamente calculado, que permiten las peculiaridades de la posición.
Spassky prosiguió con la jugada que había empleado contra Novopashin. Más tarde llegó a la conclusión de que era más fuerte 18 … £h5, jugándola contra Tal, en su match de 1965. Posteriormente, Tal y Gutman analizarían la continuación 18 … f5, tratando de demostrar que le concedía a las negras un juego igualado.
22...fxe3 23.¦xe3!
En caso de 23.fxe3 ¥e7 24.¦xc6 (24.e4 ¥g5!) 24...¦xc6 25.¥xd5+ ¦e6, ¦e6, las blancas conseguirían hasta un total de cuatro peones pasados y unidos por una pieza, pero las negras quedarían con dos fuertes alfiles.
19.¦xa4 f5 20.£f1!
23...¦xe3
Evitando la fatal 20 f4? Stein sugirió apartarse de la ruta marcada por Suetin y Geller, con 20 … £h5. De ser así, tenía intención de plantear una nueva jugada, 21 f4, neutralizando la ofensiva negra. La partida podría haber derivado a una de estas variantes:
O bien 23...¤xe3 24.¦xc6!, y aunque por el momento las negras tienen torre y alfil de ventaja, tienen que devolverlo todo, quedándose sin peones.
24.fxe3 79
La posición negra es problemática. Las blancas amenazan con recuperar la pieza de tres formas diferentes (¦xe6, ¥xd5, y e3-e4). Sólo hay una defensa contra tales amenazas.
No sólo para darle amplio espacio al rey, sino con intención de jugar … g5-g4 y … ¥ g2-f3, g2-f3, creando una amenaza de mate en tres.
31.g4
24...¥e7! 31 h3 habría sido más simple, obligando a las negras a forzar tablas: 31 … ¥e3 y 32 … ¦f2+, con jaque perpetuo.
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 rk+0 9+ + v l pp0 p zp0 9R+p+ + +0 9+ +n+ + 0 9 + P z + +0 9+Lz P P z Pl0 P zl0 9 P z N s + P0 P z0 9+ + + m K 0 xiiiiiiiiy
¥e1 31... ¥e1 Spassky realiza la última tentativa para ganar. Si 32 b5, entonces 32 … ¦f2+ 33.¢g1 ¦b2 34.¢f1 ¥d2 35.c4 ¥f4!, ¥f4!, y el rey se acercará luego al centro.
32.d5! ½–½ En este momento Stein propuso tablas. Existía la opinión generalizada entre los periodista de que, incluso aquí, las negras conservaban mejores posibilidades, continuando con 32 … ¦d8 33.d6 ¥f4. En ¥d2, o bien 33.¦c5 ¥d2 34.¢f3 ¥f4. cualquier caso, los tres peones blancos pasados y unidos merecían seria consideración, y Spassky, sabiamente, renunció a quemar las naves. Tablas. Ambos rivales estaban visiblemente contrariados por el desenlace deportivo de la partida. Cada uno creía que había obtenido una pobre recompensa por los esfuerzos desplegados. El verdadero premio les fue concedido al final del torneo, cuando ambos, junto con David Bronstein, ganaron las plazas para el viaje al Interzonal de Amsterdam.
25.¦xc6 Es sorprendente que una jugada tan natural no sea la mejor. Un año después, en la partida Parma Spassky (Match Yugoslavia - URSS, Vrnjacka Banja 1965), se jugó 25 e4! ¥g5 26.exd5 ¥xd2 27.dxc6+ ¢h8 28.¦a1 g6 29.¥d5, 29.¥d5 , y con cuatro peones por la pieza, las blancas consiguieron mejores posibilidades. Después de 29 … ¥e3+ 30.¢h1 ¦f2 31.c7 ¦xb2 32.¦e1, 32.¦e1 , había que jugar 32 … ¥xd4, devolviendo la pieza, a causa de la amenaza 33 c8£ +. +. La partida siguió con 33 cxd4? ¦c2!, y Spassky se las arregló para hacer tablas, sin un solo peón. Sin embargo, Parma podía haber forzado la victoria con 33.g4! ¥xg4 34.cxd4 ¦c2 35.¦e7 ¥h3 36.¢g1 ¦d2 37.¥e6! Después de esta última partida, la jugada 18 … bxa4 fue arrinconada indefinidamente.
Partida nº 21 Stein - Gligoric Amsterdam, 1964 Torneo Interzonal Apertura Ruy López
25...¥g5! 26.¥xd5+ ¢h8 “Una asombrosa posición”, escribió Igor Bondarevsky, “las blancas tienen cuatro peones de más, pero no pueden mantener su ventaja.”
Antes de esta partida, la situación de Stein en el torneo no era precisamente envidiable: 3,5 puntos de 8. Pero su convincente victoria sobre el gran maestro yugoslavo fue el comienzo de una serie de cinco partidas ganadas consecutivas. Como consecuencia de ello, Stein se incorporó al grupo de cabeza.
27.¥g2! Una fundada retirada a tiempo. La tentativa de preservar la pieza le costaría cara: 27 ¤f3! ¥ e3+ e3+ 28 ¢h1 ¦h8 29 ¤g1 ¦a1!
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 0 –0 9.h3 ¤b8
27...¥xe3+ 28.¢h1 ¥xg2+ 29.¢xg2 ¥xd2 30.b4 g5!
Esta paradójica continuación, concebida nada menos que hacia 1910 por el original maestro 80
húngaro Gyula Breyer, no fue en sus inicios debidamente apreciada. Sólo muchos años más tarde pudieron darse cuenta los jugadores de que la textual no es inferior a ningún otro movimiento en esta posición, y que está relacionado con un plan muy coherente de reestructuración armónica de las piezas. La pérdida de dos tiempos no tiene una repercusión evidente sobre el juego, ya que las blancas también tienen que invertir tiempo en el desarrollo de sus piezas del flanco de dama.
La decisión más lógica. Más tarde, sin embargo, Stein comenzaría a optar, también, por un plan más restringido, a base de 10 d3.
Más tarde se emitió la opinión de que hubiera sido más fuerte 12 … ¤df6, pero en tal caso las blancas conseguirían buen juego 13.¤xe7+ £xe7 14.¦e2! (peor sería 14.¦xe4 ¤xe4 15.¥d5 ¥f5 16.£f3 ¥g6 17.¥xe4 exd4), y mediante £ d1-e1 (e incluso, caso necesario, f2f3), las blancas recobrarían el peón con la iniciativa. Gligoric decidió que lo mejor era ser prudente, rehusando el sacrificio. Al mismo tiempo, su intención era eliminar de inmediato el caballo blanco, si éste osaba instalarse en f5, en cuyo caso las blancas quedarían con la pareja de alfiles. Un poco más tarde se descubrió que la mejor forma de oponerse a los planes blancos era 11 … ¦e8 12 ¤f5 ¥ f8, seguido de … g7-g6.
10...¤bd7 11.¤h4
12.¤f5
Durante mucho tiempo la continuación principal había sido 11 c4, contra lo que las negras no consiguieron encontrar un antídoto, hasta la partida Gligoric - Petrosian (Los Angeles, 1963), que siguió así: 11 … c6 12.c5 £c7 13.cxd6 ¥xd6 14.¥g5 exd4 15.¥xf6 gxf6! 16.¤xd4 ¤c5 17.¤f5 ¥xf5, y resultó evidente que las blancas no pudieron explotar las debilidades del enroque negro. En la séptima ronda del mismo Interzonal, Stein ensayó 15.£xd4 contra Pachman, pero después de 15 … c5 16.£e3 c4 17.¥c2 ¦e8 18.¥xf6 ¤xf6 19.e5 ¥b4 20.¤c3 ¥b7 , tampoco logró nada especial, y pronto el juego derivó hacia las tablas. Antes de su partida con Gligoric, Geller y Tal le aconsejaron a Stein ensayar la entonces poco conocida 11 ¤h4, que ambos habían analizado durante el torneo de La Habana, en 1963. La especulación de que pudiera resultar una sorpresa se vio confirmada, ya que el yugoslavo estuvo pensando su respuesta durante 40 minutos.
Efim Geller recomendó 12.dxe5 dxe5 13.£f3! Por ejemplo: 13 … ¤xe4 14.¤f5 ¥xf5 15.£xf5 ¤f6 16.¦xe5, con iniciativa de las blancas.
10.d4
12...¥xf5 13.exf5 exd4 14.cxd4 d5 Mejor hubiera sido emprender acciones en el flanco de dama, con 14 … c5! Por ejemplo: 15.¤c3 c4 16.¥c2 b4, y las negras se apoderan de la casilla d5 (Penrose - Unzicker, Berlín Oeste, 1965). O bien 15.dxc5 dxc5 16.£xd8 ¥xd8 17.¥e3 ¦c8 , con final igualado.
15.¤c3 ¦e8 16.£f3 c6 17.¥c2 ¥d6 18.¥g5 ¤bd7
XIIIIIIIIY 9r+ w qr+k+0 9+ +n+pz pp0 9p+pv l n s +0 9+p+p+Pv L 0 9 + P z + +0 9+ N s +Q+P0 9Pz PL+ z PP+0 9t R + R t K m 0 xiiiiiiiiy
11...¤b6 En la partida Simagin - Estrin (Campeonato de Moscú, 1961), donde por primera vez se planteó la jugada 11 ¤h4, las negras aceptaron valientemente el sacrificio de peón, pero pronto tuvieron ocasión de lamentarlo: 11...¤xe4 12.¤f5 ¤ef6 13.£f3 ¦b8 14.¥g5 g6 15.¤xe7+ £xe7 16.¤d2 ¥b7 17.£g3 ¢g7 18.£h4 h5 19.¤f1 £e8 20.f4 e4 21.f5, con un fuerte ataque de las blancas.
19.g4! Stein lanza un ataque en el flanco de rey que a las negras les cuesta mucho rechazar.
19...h6
81
27.¥xe4 dxe4 28.£xe4 ¤f6 29.£f3 cxd4 30.¥xd4 ¦b8
Un momento que se presta al debate. Por un lado, las negras crean un objetivo de ataque (ruptura en g5), propiciando el avance de los peones blancos. Por otro lado, ¿había algo mejor? Vladimir Simagin, y después Alexander Nikitin recomendaron 19 … £ b6, con idea de responder a 20 ¥xf6 con 20 … gxf6!, pero Geller precisó que a una tan artificial maniobra activa, las blancas responderían tranquilamente 20 ¥e3, prosiguiendo su asalto, sin obstáculos. Esta última opinión nos parece la más fundada.
A las negras les gustaría jugar aquí 30 … ¤h7, pero el alejamiento del caballo del centro podría tener graves consecuencias después de 31 ¦d1!
31.g5! La espada de Damocles, que ha estado pendiente sobre la posición del rey negro, finalmente cae… 31...¤h7
32.gxh6 ¥f8 33.¥xg7 ¥xg7 34.£g3 £d5+ 35.¢h2 £e5 36.¦g1 £xg3+ 37.¦xg3 ¤f6 38.¦xg7+ ¢f8
20.¦xe8+ £xe8 21.¥d2 £d8 22.¢g2 £b6? Esta injustificada “salida de tono” fue criticada, de forma unánime, por todos los comentaristas. Lo correcto era 22 … ¤h7!, pues las negras deben disponerse a asumir una defensa pasiva, tal y como requiere la posición.
La materialización de los tres peones de ventaja seguía presentando algunas dificultades técnicas, puesto que los peones están aislados y doblados. Pero Stein encuentra un exquisito juego combinativo que resolverá el problema.
23.¥e3!
39.¤c5 ¦b5
Pronto quedará claro que los contragolpes negros serán repelidos sin problemas, y que la ruptura g4g5 será inevitable.
XIIIIIIIIY 9 + + m k +0 9+ + +pt R 0 9p+ + s n P z0 9+rs N +P+ 0 9 p z + + z P0 9+ + + + 0 9Pz P + P z K m0 9+ + + + 0 xiiiiiiiiy
23...b4 24.¤a4 £d8 25.h4! ¤e4!
XIIIIIIIIY 9r+ w q +k+0 9+ +n+pz p 0 9p+pv l + p z0 9+ +p+P+ 0 9Nz p P zn+Pz P0 9+ + v LQ+ 0 9Pz PL+ z PK+0 9t R + + + 0 xiiiiiiiiy
40.¤e6+! Los peones blancos serán más fuertes que el caballo negro.
Cuando la lucha estratégica está perdida, es preciso recurrir a las trampas tácticas. Si ahora 26.¥xe4 dxe4 27.£xe4 £xh4 28.¦h1, con idea de regalarse el peón c6, entonces seguiría 28 … ¤f6! Pero las blancas no muerden el anzuelo.
40...fxe6 O bien 40...¢e7 41.h7 ¦b8 42.¤g5, etc.
41.fxe6 ¤d5 A 41 … ¦f5 seguiría 42 ¦f7+, con variantes similares: 42 … ¢e8 43 h7!, o bien 42 … ¢g8 43 h7+ ¢h8 44 e7!
26.¦h1 c5 Con la misma idea de pescar en río revuelto. Este sacrificio de peón sólo distraerá un momento a las blancas de su plan básico.
42.¢g3 ¦b6 43.¦d7! ¢g8
82
En caso de 43 … ¦xe6, 44 h7! Ahora el juego se encamina hacia un final de torres fácilmente ganado.
16 £d2 ¥ b7 17 ¦ad1 £e7, con posibilidades recíprocas (Vasiukov - Gufeld, 1964).
11.¤bd2
44.¦xd5 ¦xe6 45.b3 ¢h7 46.¦a5 ¢xh6 47.f4 ¢g7 48.¢g4 ¦c6 49.h5 ¢h7 50.¢g5 ¢g7 51.f5 ¦d6 52.¦c5 ¦d2 53.h6+ ¢h7 54.¦c7+ ¢g8 55.f6 1 –0
La tentativa de trasladar la lucha al flanco de dama no da resultado: 11.a4 ¥b7 12.axb5 axb5 13.¦xa8 ¥xa8 14.¤a3 £b6 15.¥a2 ¥c6 16.¤c2 £a7, y en su momento las negras podrán efectuar el proyectado avance … d6-d5 (Keres - Scholl, Amsterdam, 1971).
Partida nº 22 Stein - Evans Amsterdam, 1964 Torneo Interzonal Apertura Ruy López
11...£c7 12.¥c2 Las blancas no deberían apresurarse a aflojar su control del punto d5. Si, en caso de 12 ¤f1, las negras jugasen 12 … c4, entonces después de 13.dxc4 bxc4 14.¥c2 ¥b7 15.¥g5, seguido de la maniobra ¤f1-e3-f5, el segundo jugador tendría problemas.
Esta partida contra un conocido gran maestro norteamericano fue la primera de la nueva serie de cinco victorias, entre las rondas 17 y 21. ¡Vale la pena señalar la marcada repercusión de un éxito sobre el carácter emotivo de Stein, y su traducción en resultados deportivos!
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 0 –0 9.h3 ¤b8 10.d3
12...¤c6 13.¤f1 d5 14.¤e3 dxe4 Una decisión impetuosa. Lo correcto era 14 … d4!, y la posición negra no sería inferior.
Stein no se permitió repetir la continuación 10 d4 y 11 ¤h4, planteada en su partida con Gligoric, porque era obvio que Larry Evans se habría preparado adecuadamente contra ella. En consecuencia, Leonid optó por un juego de desarrollo más restringido, con el centro de gravedad puesto en la transición de la apertura al final. Según Anatoli Karpov, con la textual las blancas dejan escapar una parte de su ventaja de apertura. Pero Evans debía demostrarlo ante el tablero.
15.dxe4 Mediante un rodeo, el juego, de pronto, ha revertido a la variante 9 … ¤a5 10 ¥c2 c5 11 d4 £c7 12 ¤ bd2 ¤c6 13 dxc5 dxc5 14 ¤f1, si admitimos que las blancas han realizado aquí su segunda jugada consecutiva (15 ¤e3!). Por supuesto, este tiempo extra resulta muy útil a las blancas, que ya están apuntando a las casillas clave d5 y f5. 15...¦d8
10...c5
Si el caballo blanco siguiese en f1, las negras podrían conseguir contrajuego: 15 … ¥e6 16 ¤e3 ¦ab8! 17 £e2 c4!, después de lo cual, en muchas variantes, disponen del ingenioso recurso táctico … ¤c6-d4. Ahora 15 … ¥e6 le permitiría a las blancas elegir entre buen número de saltos de caballo: 16 ¤f5, 16 ¤h2 y 16 ¤g5. Al no haber realizado aún el avance … c5-c4, las negras tienen dificultades para defender su posición.
En la Variante Breyer, si las blancas avanzan el peón a d4, las negras toman el control del peón e4, a base de … ¥c8-b7. En caso de que el avance sea d2-d3, las negras no tienen por qué actuar del mismo modo, ya que disponen de numerosas posibilidades. Como regla general, su plan consiste en realizar el avance … d6-d5 y las blancas, por su parte, se preparan para darle la bienvenida al nuevo “huésped” central. El plan relacionado con un juego activo en el flanco de dama, a base de … a6-a5-a4, también merece atención. Por ejemplo: 10 … ¤d7 11 ¤d2 a5 12 ¤f1 a4 13 ¥c2 ¦e8 14 ¤g3 d6 15 ¥h6 ¥f8
16.£e2 g6 17.a4 ¦b8 18.axb5 axb5 19.¤g5! h6
83
XIIIIIIIIY 9 rlt r tlt r +k+0 9+ q w lp+ l vp+ 0 9 +n+ s npz npz p0 p0 9+pz p p z N s 0 9 + +P+ +0 9+ P z N s +P0 9 PL+Qz P zL+Qz PP+0 PP+0 9t R L v R t K m 0 xiiiiiiiiy
28 …¦xa8 podría haber prolongado la resistencia, pero no habría salvado la partida. Por ejemplo: 29.¥xg6 £g7 30.¥e3 c4 31.£g4! ¥c8 32.£e4, y la dama blanca penetraría en el campo negro, con amenazas decisivas. La desprotegida torre de d8 permite a las blancas rematar la lucha con un golpe táctico.
29.¥xg6 £g7 30.¥e3 c4 A 30 … ¦c8, las blancas replicarían con 31 £g4.
20.¤d5!
31.¥f7+!
Un golpe típico en este género de posiciones.
¡Un remate heterodoxo!
20...¤xd5 21.exd5 hxg5
31...¢xf7
En caso de 21...¦xd5 22.£f3 (la debilidad de f7 se hace sentir) 22… ¥e6 23.¤xe6 fxe6 24.£e4!, 24.£e4!, y las blancas ganarían en el acto. Las pérdidas materiales son inevitables para las negras después de 21...¥xg5 22.¥xg5 hxg5 23.dxc6 £xc6 24.£xe5 ¥b7 25 ¥b4! 25 ¥b4!
Tampoco serviría de mucho 31 … ¢f8, a causa de 32 ¥ c5+, c5+, mientras que situar al rey en la columna h perdería de inmediato, debido al jaque en h4.
32.£c7+ ¢g6 33.£xd8 ¥c6 34.¥d4 £f7 35.£d6 1–0 Partida nº 23 Stein - Larsen Amsterdam, 1964 Torneo Interzonal Defensa India de Rey
22.dxc6 £xc6 23.£xe5 ¥b7 24.£g3 Aquí las negras podrían responder a 24 ¥ e4 e4 con 24 … £f6.
24...£f6
A falta de tres rondas para el final, Bent Larsen, junto con Vassili Smyslov y Boris Spassky, marchaba en cabeza, seguido ese trío por Leonid Stein y Mijail Tal, a medio punto. La importancia de esta partida, por tanto, era más que evidente.
XIIIIIIIIY 9 r t r t +k+0 9+l+ v lp+ lp+ 0 9 + + w qp+0 qp+0 9+pz p + p z 0 9 + + + +0 9+ P z + QP0 Q wP0 9 PL+ P zL+ z PP+0 PP+0 9t R L v R t K m 0 xiiiiiiiiy
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 0 –0 5.¤c3 d6 6.¤f3 ¥g4 Bent Larsen tenía, en general, una interpretación muy peculiar de las jugadas de apertura. También en este caso, en fase muy temprana de la partida, crea una situación extraordinaria. Stein es obligado a adoptar un papel para él inusual: el de mero intérprete de los fundamentos del ajedrez.
25.¦xe7 El comienzo de un calvario para las negras. 25...£xe7
7.h3 ¥xf3 8.¥xf3 £c8 9.¥g2 c5 10.d5 ¤a6 11.0–0 ¤c7 12.¥d2!
26.¥xg5 f6 27.¥f4 ¦a8
O bien 27...¦bc8 28.¥xg6 £g7 29.¦a7!
Anticipándose a la inminente apertura de la columna b, las blancas encontraron el emplazamiento exacto para este alfil.
28.¦xa8 ¥xa8
84
12...a6 13.a4 b5 14.b3 ¦b8 15.£c2 bxc4?
Continúa la misma seudoactividad, que sólo juega en favor de las blancas. Un buen consejo para las negras sería impagable en esta posición.
Demasiado optimista. Como pronto se pondrá en evidencia, las blancas tienen mejores posibilidades de controlar la columna abierta. Un plan que implica preservar la tensión tensió n entre peones, en el flanco de dama, a base de 15 … £d7, seguido de … ¦ b8-b7 y …¦f8-b8, merecía consideración.
20.exf5 £xf5 21.¤e4 ¥d4 22.¥h6 ¦fe8 23.¢h1 Las blancas se preparan para una ofensiva de peones en el flanco de rey, de modo que hay que tomar medidas.
16.bxc4 £f5 Larsen trata de simular actividad, invitando a su oponente a un juego agudo. Stein aceptó el reto, ya que había desarrollado su posición sobre un sólido fundamento. Por supuesto, no había necesidad de una transición al final: 17.£xf5 gxf5 18.¦ab1 ¦b4! 19.¦xb4 cxb4, cxb4, seguido de … a6-a5 a6-a5 y situando uno de los caballos en c5.
23... ¥g7
24.¥xg7 24.¥xg7 ¢xg7 25.f4 ¢g8 26.¢h2!
Stein está irreconocible en esta partida, actuando con la maestría del más diestro jugador posicional. Al no definir la dirección principal de su ataque, las blancas se reservan la posibilidad de actuar en ambos flancos. También disponen de la idea de activar el alfil, vía h3-h4 y ¥ g2-h3. g2-h3. Las expectivas de las negras se ven, así, reducidas a cero.
17.e4 £e5 La dama negra desafía el peligro, pues a primera vista no parece difícil rodearla y capturarla. El sino de la partida, sin embargo, se decidirá en la columna b.
26...h5 27.h4 Esta jugada sirve a dos propósitos: amenaza 28 h3, y se anticipa a la posibilidad de que las ¥ h3, negras compliquen el juego con 27 … ¦xb1 28 ¦xb1 h4!
18.¦ab1 Las blancas amenazan, de forma simultánea, encerrar a la dama contraria mediante 19 ¥ f4 f4 £h5 (pero no 19 … £d4?, por 20 ¤e2 y “mate a la dama negra) 20 g4 £h4 21 ¥ g3 g3 £h6 22 f4!, etc.
27...¤f6 28.¤xf6+ £xf6 29.£a4! Durante la partida, Larsen debe haber lamentado, más de una vez, ¡haber prescindido tan pronto de su alfil de casillas blancas!
18...¤d7 Rechazando la amenaza antes mencionada, pero esta jugada sigue sin resolver la tarea principal: la neutralización de la columna abierta. A las negras les falta justo un tiempo para ocupar el puesto avanzado que necesitan desesperadamente (…¦d8-d4).
29...¦xb1
30.¦xb1 e5 31.dxe6 £xe6 32.£c6 ¦e7 33.¦b7 £d7
XIIIIIIIIY 9 + + +k+0 9+Rs nqt nqt r + 0 9p+Qz p +p+0 9z P p z + +p0 9 +P+ z P P0 P z0 9+ + + z P 0 9 + + +Lm K0 K0 9+ + + + 0 xiiiiiiiiy
19.a5! Un típico método técnico: las blancas no sólo se aseguran un fuerte control para el futuro, sino que, por el momento, privan al caballo negro de toda actividad. De no ser así, las negras podrían sacrificar con éxito la calidad: 19 … ¦ b4 20 ¤e2 a5!
En sus años mozos, Stein difícilmente habría cambiado damas en una posición así. Después de 34 £f3, seguido de ¥ g2-h3 g2-h3 y f4-f5, o £f3-c3, ¡se
19...f5?!
85
d7 no en dos jugadas (…¤c6-b8-d7), sino en cuatro (…¤c6-a5-c4-b6-d7). Para completar el cuadro, hay que decir que, como contrapeso, logra impedir el avance c3-c4, el fantasma que persigue a los defensores de la jugada 9 … ¤ b8. Por otra parte, las blancas pueden explotar la pérdida de cuatro tiempos de las negras, en su maniobra para recolocar el caballo en d7. Así comenzó la búsqueda de nuevas armas de apertura. En este caso, tenemos a un bien conocido teórico, Aleksandar Matanovic, que prefiere volver al desarrollo del alfil por d7. Pero eso no soluciona los problemas del caballo dama. Hay que concluir, por tanto, que la maniobra … ¤a5-c4-b6-d7 era relativamente mejor.
hubiera dedicado a practicar la caza de un indefenso rey!
34.¦b6! Sencillo y consistente.
34...£xc6 35.¦xc6 ¤e8 36.¥d5+ ¢f8 37.¦xa6 ¦e2+ 38.¢g1 ¢e7 39.¦a7+ ¢d8 40.¦f7 ¤c7 41.¥c6! 1 –0 Partida nº 24 Stein - Matanovic Tel Aviv, 1964 XVI Olimpiada Apertura Ruy López
14.b3 Esta partida fue publicada en el libro Olimpiadas de Ajedrez, de Yuri Averbaj y B. Turov, con los comentarios incorporados de Stein (aquí en cursiva), en el capítulo titulado “Partidas comentadas por los jugadores del equipo soviético”.
Dado que seguía siendo posible el salto a c4, las blancas deciden restringir de inmediato la esfera de actividad del caballo.
14...g6 Todo esto se ha jugado en más de una ocasión. Añadiremos que el plan con 14 b3 se jugó, por primera vez, en la partida Geller - Ivkov (La Habana, 1963), donde el juego prosiguió así: 14...g6 15.¥g5 ¥e6 16.¤e3 ¦ad8 17.¦c1 ¤h5 18.b4!, con iniciativa de las blancas.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 0 –0 9.h3 ¤a5 10.¥c2 c5 11.d4 £c7 12.¤bd2 ¥d7 Por entonces esta continuación era muy popular entre los jugadores yugoslavos.
15.¥g5
13.¤f1 ¦fe8
Ahora se amenazaba 16 ¤e3, de ahí que las negras traten de cambiar alfiles.
Más preciso es 13 … ¤c4. El problema del caballo dama para las negras, en esta variante de la Ruy López, es muy complicado. En el sistema Breyer, que ya hemos debatido, al comentar la partida Stein - Gligoric, este problema se resuelve con la mayor sencillez: el caballo se traslada a d7, vía b8. ¿Adónde se dirige el caballo desde la casilla de banda a5? De permanecer en c6, las blancas pueden ganar un tiempo con el avance d4-d5. El caballo no tiene nada que hacer en b7 (salvo, quizá, en el caso en que, tras el cambio en e5 y el avance … c5-c4, pueda instalarse en c5). Así nació la idea de trasladar el caballo a b6, vía c4, ya que desde esa casilla puede controlar el punto d5 y, caso necesario, retirarse a la buena casilla d7. En los años cincuenta los jugadores yugoslavos, encabezados por Gligoric, a menudo emplearon este plan, desarrollando el alfil por b7. A diferencia del sistema Breyer, el caballo llega a
15...¤h5
15 … ¢g7 tampoco lograría la igualdad. La partida Keres - Zuidema (Beverwijk, 1964) siguió: 16 ¤e3 ¥ e6 e6 17 £d2 ¤g8 18 ¥ xe7 xe7 £xe7 19 dxe5 dxe5 20 ¤xe5. En opinión de Keres, las blancas podían haber mejorado su juego con 18 ¤f5+!
16.¥xe7 ¦xe7 17.¤e3 ¤f6 No era bueno 17 … ¤ f4, en vista de 18 h4, seguido de g2-g3, y la ventaja blanca resultaría evidente. Si 17 … ¤f4, sería posible la inmediata 18 g3! ¤xh3+ 19 ¢g2, con las amenazas 20 ¤d5 y 20 ¦h1! 18.¦c1 86
Una tentativa desesperada por crear complicaciones. Las blancas ejecutan, por fin, su tan esperada incursión por la columna a , y aunque las negras obtienen suficiente compensación por la dama, su posición resulta indefendible.
La amenaza 19 b4 era desagradable para las negras, de modo que se anticipan, retirando el caballo.
18...¤b7 A pesar de la ausencia de debilidades en la posición negra, es difícil ver cómo podrían mejorar su juego. Hasta el final de la partida, las negras no consiguen utilizar adecuadamente su caballo dama, que permanece en b7.
33.¦a8 £xa8 34.¦xa8 ¦xa8 35.exf5 ¦e5
XIIIIIIIIY 9r+ + +n+0 9+n+l+ m kp0 kp0 9 + p z +p+0 9+p+Pt rP+ rP+ 0 9 Pps P zps N Q w +0 9+ P z N s +P0 9 +L+ +P+0 9+ + + m K 0 xiiiiiiiiy
19.b4 c4 Obligado. Las blancas tienen el control del centro y ahora emprenden operaciones en el flanco de dama.
20.a4 ¦ae8 Un intento más por complicar la lucha, pero las blancas disponen de un camino recto hacia la victoria.
20 … ¦ee8 era mejor, manteniendo la segunda torre en el flanco de dama. Añadiremos que el error de las negras podría ser ya decisivo, puesto que permite a las blancas el control de la columna a.
36.¤g4 ¦ae8 37.f6+ ¢f7 38.¤h6+ ¤xh6 39.£xh6 ¢xf6 40.£xh7 1 –0
21.axb5 axb5 22.¦a1 ¥c6 23.¦a6 £c8
Partida nº 25 Stein - Peterson Kiev, 1964-1965 32º Campeonato de la URSS Gambito de Dama
Desde luego, luego , no era posible 23 … ¤ xe4, debido deb ido a 24.d5 ¤xc3 25.£d2 , ganando pieza.
24.d5 ¥d7 25.¤h2 ¢g7 26.£f3 ¦f8 27.¦ea1 ¤g8 28.£g3 ¢h8 29.f4!
En este Campeonato de la URSS Stein finalizó cuarto y, aunque no consiguió ninguna medalla, sí ganó varias partidas brillantes. La siguiente, contra el bien conocido maestro de Riga, Andrei Peterson, fue una de ellas (los comentarios de Stein, publicados en la revista Shajmaty URSS , se incluyen en cursiva).
XIIIIIIIIY 9 +q+ t rnm rnm k0 k0 9+n+lt rp+p0 rp+p0 9R+ z p +p+0 9+p+Pz p + 0 9 Pp+Pz P zp+Pz P +0 9+ P z N s QP0 Q wP0 9 +L+ +Ps N0 N0 9t R + + m K 0 xiiiiiiiiy
1.c4 c5 2.¤f3 ¤c6 3.¤c3 ¤f6 4.e3 e6 5.d4 d5
Por inversión de jugadas se ha llegado a una de las variantes de la Defensa Tarrasch. Las negras, sin embargo, prefieren una posición del Gambito de Dama Aceptado.
La señal de ataque. A pesar de la igualdad material, la posición negra está objetivamente perdida, por la mala situación de sus piezas. p iezas.
6.a3 cxd4 7.exd4 ¥e7 8.¥d3 dxc4 9.¥xc4 0 – 0 10.0–0 b6 11.¦e1
29...exf4 30.£xf4 ¦fe8 31.¤f3 ¢g7 32.¤d4 f5 87
jugar …£d7-f5, la posición negra sigue pareciendo defendible. El tiempo perdido por las blancas en la jugada 19 le permitió a las negras consolidar un tanto su defensa, y requeriría demasiados esfuerzos romperla.
11 d5 no ofrece perspectivas, debido a 11 … exd5 12.¤xd5 ¤xd5 13.¥xd5 ¥b7 , con posibilidades equilibradas. 11...¥b7
12.¥a2
A 12 £d3 podía seguir 12 … ¤a5, y las blancas tienen que retroceder con su alfil de casillas blancas, ya que se amenazaría 13 … ¥ xf3.
23...h5
Malo sería 23...f6 , considerando 24.¦xe8+ ¦xe8 25.¤xd5! fxg5 26.¤f6+ ¢h8 27.£g3! £d8 28.¤xe8 £xe8 29.d5 , con posición ganadora.
12...¦c8
Una jugada mecánica. 12 … £d6 habría encajado mejor en el espíritu de la variante elegida, con presión sobre el peón dama aislado (13 ¥ g5 ¦ad8). Las negras dan un rodeo, permitiendo a las blancas el reagrupamiento de sus piezas: £d3, ¥ g5, ¦ad1.
24.£f4 ¢g7 25.¤f3 f6 26.¦c1 ¦c8 Un grave error, originado por los apuros de tiempo. Había que jugar 26 … ¥ a6, incorporando a la acción al “dormido” alfil.
13.£d3 ¦c7 14.¥g5 ¦d7 15.¦ad1 £c8
27.¤b5 ¦xe1+ 28.¦xe1 ¤d8 29.¤d6 ¤e6
Las negras han perdido un tiempo valioso, y ahora experimentan dificultades.
Única, ya que se amenazaba 30 ¤e8+.
30.£g3 ¦c6
16.¥b1 g6 17.¥a2 ¦e8 18.£e3 ¦dd8 19.h3
XIIIIIIIIY 9 + + + +0 9z pl+q+ m k 0 9 p zrs Nnz pp+0 9+ +p+ +p0 9 + P z + +0 9z P + +Nw QP0 9 P z + P zP+0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy
Aquí debía haberse jugado 19 £ f4. 19...¤d5
20.¥xd5
En posiciones de este tipo, los caballos a menudo son más eficaces que los alfiles, como demostrará esta partida.
20...exd5 21.£f4 ¥xg5 22.¤xg5 £d7
XIIIIIIIIY 9 +qt rr+k+0 9z pl+ +p+p0 9 p zn+ +p+0 9+ +p+ s N 0 9 + P z Q w +0 9z P N s + +P0 9 P z + P zP+0 9+ +Rt R K m 0 xiiiiiiiiy
31.¤h4 Los caballos blancos crean irresistibles amenazas. 31...¤f8
32.¦e7+ 1–0 Partida nº 26 Lutikov - Stein Kiev, 1964-1965 32º Campeonato de la URSS Apertura Ruy López
23.£h4
Con el talentoso maestro Anatoli Lutikov, de estilo agresivo, Stein tenía una vieja cuenta que saldar. En fecha tan remota como 1955, Stein había perdido con él el campeonato de las Fuerzas Armadas, en el que ambos habían empatado en el primer puesto. Más tarde, Stein ganó un desempate y la medalla de oro.
Una nueva imprecisión. Después de 23 D f6 las negras tendrían mayores dificultades que en la partida. Stein probablemente fue aquí demasiado autocrítico. Después de 23 £f6 ¥ c8, con idea de 88
Desde entonces se habían enfrentado en numerosas ocasiones, y tales batallas, por lo general, tuvieron un interesante desarrollo. La siguiente partida, embellecida por un sacrificio de dama, no fue una excepción. (En cursiva, los comentarios de Stein en el boletín del torneo.)
razón recomendaba Stein 16 b3 como una jugada vital para las blancas.
16.¤g4 Esta especulativa incursión de la caballería sólo conduce a una pérdida de tiempo.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 0 –0
16...h5 17.¤e3 Las blancas disponían también de otra jugada, 17.¤gh2, con idea de jugar, después de 17 … exd4 18.¤xd4 ¥f6 19.¤hf3, y en caso de 17 … ¥f6, cerrar el centro con 18 d5, cuando resultaría problemático para las negras ejecutar el avance … f7-f5, pues su flanco de rey quedaría debilitado.
El orden de jugadas más preciso. Las negras no quieren revelar sus intenciones. Eventualmente, pueden decantarse por el agudo Ataque Marshall. Hay que notar que la declaración de Stein estaba generalmente aceptada por entonces. Anatoli Karpov, en su libro Partidas Selectas, 1969-1977 expresaba una opinión diferente, en sus comentarios a la jugada 7 … d6: “Después de 7 … 0-0, las negras deberían tener en cuenta 8 a4.” Sólo después de 8 a3, jugaba 8 … 0-0. Éste, por supuesto, era un detalle más, pero resulta ilustrativo en cuanto a las evaluaciones cambiantes del ajedrez moderno.
17...exd4 18.¤xd4 Merecía atención 18 £ xd4.
18...¥f6
En la partida anterior Tal - Stein, las negras ensayaron 10 … A f6, y después de 11.a4 ¥b7 12.axb5 axb5 13.¦xa8 £xa8 14.d5 ¤a5 15.¥c2 .¥c7 16.¤a3! , las perspectivas de Tal parecían mejores. Por consiguiente, las negras optaron por una línea diferente, poco conocida.
¡Un momento crucial! Como consecuencia de su superficial 16ª jugada, las blancas no sólo han dejado escapar sus ventajas de apertura, sino que también se han quedado con difíciles opciones. Aparentemente, con la jugada normal en esta posición, 19 b3, podrían equilibrar el juego. También podrían inclinarse por complicaciones combinativas, después de 19 ¤df5. Lutikov un tercer camino, que también conduce a una difícil posición.
11.¤bd2 ¤a5 12.¥c2 c5 13.¤f1
19.¤b3
La peculiaridad de la disposición negra tenía en cuenta, sobre todo, una circunstancia, gracias a la cual toda tentativa de las blancas por explotar el confinamiento de las piezas menores negras en el flanco de dama, a base de 13 d5, se enfrentaría a la réplica 13 … f5! Ahora 14 d5 podría resultar molesto para las negras. 13...cxd4 14.cxd4 ¦c8 15.¤e3 g6
Vale la pena señalar que Lutikov estuvo considerando esta jugada durante toda una hora. Había estado sopesando las consecuencias del sacrificio de caballo y, en última instancia, lo descartó, acertadamente (según luego pudo comprobarse). Por ejemplo: 19.¤df5 gxf5 20.¤xf5 ¦c5! 21.£xh5 ¦xf5 22.£xf5 ¤e5, o bien 22 exf5 ¦e8, y el ataque no consigue su objetivo. Lutikov declinó también 19 b3, debido a 19 … ¦e8, con presión sobre e4, aunque después de 20 ¥ b2! sería peligroso jugar 20 … ¥xe4 21.¥xe4 ¦xe4 22.¤d5!, con compensación suficiente por el peón. La jugada de la partida es menos prometedora.
8.c3 d6 9.h3 ¤d7 10.d4 ¥b7
Obligado. Permitir la entrada del caballo en f5 sería extremadamente desagradable. Nótese que, a pesar del original juego de apertura, las negras no han igualado por completo la posición, y las blancas podían haberse asegurado una pequeña ventaja posicional, con 16 b3. Nos gustaría añadir que, en caso de 16 d5, el problema del caballo dama negro quedaría resuelto, sencillamente con 16 … ¤c4! Por esta
89
XIIIIIIIIY 9 +rw q r tk+0 9+l+n+p+ 0 9p+ z p l vp+0 9s np+ + +p0 9 + +P+ +0 9+N+ s N +P0 9Pz PL+ z PP+0 9t R L vQt R K m 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9r+ + +k+0 9+lw q +p+ 0 9 R t +rv lp+0 9+N+ + +p0 9L+p+p+ +0 9+ +nv L +P0 9P+ +Rz PP+0 9+ +Q+ m K 0 xiiiiiiiiy
19...¤c4! 20.¤xc4 bxc4 21.¤d4 ¦e8 22.b4?! d5!
31...£xb6!
Con el sacrificio de la dama, las negras asumen un ataque decisivo.
Las negras podían haber ganado un peón, mediante 22 … cxb3 23.¥xb3 ¤c5 , pero la debilitada posición de su rey y la disponibilidad de las columnas abiertas le concedían alguna compensación a las blancas.
32.¥xb6 ¦xb6 33.¤c7 ¦xa4! 34.£xa4 ¦b1+ 35.¢h2 ¥e5+ 36.g3 e3! 37.f3 ¥xf3 38.£e8+ ¢g7 39.¤e6+ ¢f6 Era imposible capturar el caballo, a causa del jaque perpetuo, o la pérdida del alfil.
23.¦b1 dxe4 24.¥a4
XIIIIIIIIY 9 +rw qr+k+0 9+l+n+p+ 0 9p+ + v lp+0 9+ + + +p0 9Lz Pps Np+ +0 9+ + + +P0 9P+ + z PP+0 9+Rv LQt R K m 0 xiiiiiiiiy
40.¦g2
XIIIIIIIIY 9 + +Q+ +0 9+ + +p+ 0 9 + +Nm kp+0 9+ + v l +p0 9 +p+ + +0 9+ +nz plz PP0 9P+ + +Rm K0 9+r+ + + 0 xiiiiiiiiy
24...¦e7! Rechazando la amenaza ¤e6.
40...¤f2! 0–1
25.¥e3 ¤e5
Aquí Lutikov aplazó la partida, escribiendo la jugada secreta 41.£d8+ , pero se rindió sin reanudar el juego, en vista de la variante 41 … ¢xe6 42.£e8+ ¢f6 43.£h8+ ¢f5 44.£c8+ ¢g5 45.£d8+ ¢h6 46.¦g1 ¤g4+ 47.hxg4 ¦b2+ , seguido de mate.
Era malo 25...¤b6 , debido a 26.¤c6 £xd1 27.¤xe7+ ¥xe7 28.¥xd1!
26.b5 axb5 27.¤xb5 ¤d3 28.¦e2 ¦a8 29.¤a7 £c7 Impidiendo 30 Cc6.
Partida nº 27 Gheorghiu - Stein Mar del Plata, 1965 Defensa Nimzoindia
30.¦b6 ¦e6 31.¤b5
En el verano de 1965 Leonid Stein, junto con el gran maestro Yuri Averbaj, tomó parte en dos torneos internacionales, en Sudamérica. En la ciudad argentina de Mar del Plata Stein finalizó 90
segundo, detrás de Najdorf, mientras que Averbaj fue tercero. En Río de Janeiro, Averbaj conquistó el primer puesto, siendo Stein de nuevo segundo. En el primero de estos torneos, Stein jugó una notable partida, en razón de las interesantes escaramuzas tácticas en la apertura.
Ahora esta jugada sigue siendo mala, aunque no es fácilmente refutable. Tampoco era mejor 8.¥b5+ ¥d7 9.¥xd7+ ¤bxd7 10.e5 cxd4 11.exf6 dxc3 12.fxg7 ¦g8 13.¤e2 ¦xg7 14.¤xc3 £h4+ 15.¢f1 ¥c5!, con ataque de las negras, como sucedió en la partida Antoshin Simagin (28º Campeonato de la URSS, 1960). Relativamente mejor era 8 dxc5 ¥ xc5 9 ¥ g5!
1.d4 ¤f6 2.c4 e6 3.¤c3 ¥b4 4.f3 Por aquellos años el gran maestro rumano solía emplear este poco conocido sistema contra la Defensa Nimzoindia, con el que, más de una vez, logró cazar a sus desprevenidos oponentes. Pero aquí se enfrentaba a la oposición adecuada.
8...cxd4 9.£xd4 £e7 10.¥f4 ¤c6 11.¥b5
XIIIIIIIIY 9r+l+k+ t r0 9z pp+ w qpz pp0 9 +nv l n s +0 9+L+pz P + 0 9 + Q w L v +0 9z P N s +P+ 0 9 P z + +Pz P0 9t R + K m N sR0 xiiiiiiiiy
4...d5 Más sólido es 4...c5 5.d5 ¥xc3+ 6.bxc3 £a5 7.¥d2 d6, con juego contra los peones paralizados del flanco de dama. Stein prefería una variante más dinámica.
5.a3 ¥d6!?
11...0–0!
Idea de Simagin. Otras continuaciones conocidas (5 … ¥xc3+ y 5 … ¥e7) son menos arriesgadas, pero también menos prometedoras.
Una gran sorpresa para las blancas. Aparentemente, Florin Gheorghiu había asumido que esta jugada no era posible, debido a la pérdida de una pieza tras 12 ¥ xc6 bxc6 13 0-0-0, y a cualquier respuesta de las negras, las blancas tomarían el caballo o el alfil, atacando la dama. Pero Stein había preparado un sorprendente contragolpe.
6.e4 La reacción más natural contra la jugada negra: un “tenedor” de peón. Sin embargo, las blancas podían optar por 6.¥g5, y sólo a continuación, avanzar e2-e4. En la partida Lutikov - Simagin (27º Campeonato de la URSS, 1960), el inventor de la variante, en respuesta a esta jugada no encontró nada mejor que 6 … [¥e7, con la trampa 7.e4? dxe4 8.fxe4 ¤xe4! 9.¥xe7 ¤xc3, etc. Pero después de 7.e3! 0–0 8.¥d3 b6 9.£c2 ¤bd7 10.¤ge2 c5 11.cxd5 exd5 12.0–0 ¥b7 13.¤g3 g6 14.¦ae1, las blancas consiguieron un buen juego.
12.¥xc6 Las blancas no tienen elección, puesto que el peón de e5 está atacado. 12... ¥c5!!
Esta inesperada jugada intermedia no sólo salva la pieza, sino que, a costa de un peón, le concede a las negras una iniciativa.
6...c5!
13.¤xd5 ¤xd5 14.£xd5 ¦d8 15.£e4 bxc6 16.¤e2
Iniciando una lucha cuerpo a cuerpo en el centro.
7.cxd5
Sería muy arriesgado capturar un segundo peón, ya que las blancas están muy retrasadas en desarrollo, que ahora tratan de acelerar. Si 16.£xc6, entonces 16 … ¥b7 17.£b5 ¦ab8 18.£e2 £e6, seguido de la amenaza 19 … ¥a6, con un rápido y gradual ataque.
Desde luego, no era posible 7 e5, en vista de 7 … cxd4! (8 .£xd4 ¤c6).
7...exd5 8.e5?
91
XIIIIIIIIY 9r+lt r +k+0 9z p + q wpz pp0 9 +p+ + +0 9+ l v P z + 0 9 + +Qv L +0 9z P + +P+ 0 9 P z +N+Pz P0 9t R + K m +R0 xiiiiiiiiy
de la Ruy López. En primera instancia, su plan funcionó de maravilla.
1...e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.¥xc6 dxc6 6.d3 ¤d7 7.¤bd2 ¥e7 En opinión de Botvinnik, era mejor fianchettar el alfil.
8.¤c4 ¥f6 9.0–0 0–0 10.b4 El comienzo de un plan bien fundado. Desde b2 el alfil atará las piezas negras a la defensa de su peón de e5, mientras que los peones blancos tratarán de paralizar el flanco de dama. La continuación habitual, 10 b3, contiene objetivos más modestos.
16...¥a6! 17.¥e3 ¦d5 18.f4 ¦ad8 El principal inconveniente de la posición blanca radica en su incapacidad de enrocar. Por otro lado, tampoco pueden conseguir evacuar artificialmente a su rey del centro. Por ejemplo: 19.¢f2 ¦d3!
10...£e7 11.a4
19.¥xc5 £xc5 20.b4 £b6 21.¦f1 ¦d2! 1 –0
Protegiendo indirectamente el peón de b4, y con idea de jugar a4-a5, que resultaría muy molesto para las negras.
Partida nº 28 Botvinnik - Stein Moscú, 1965 VIII Spartakiada de los Sindicatos Apertura Ruy López
11...¦e8 El peón de b4 comienza a causarle problemas a las negras, que hasta ahora no han podido situar el alfil en la gran diagonal.
El match entre las selecciones de Moscú y Ucrania tuvo lugar en la primera ronda de la fase previa, de la cual sólo un equipo se clasificaba para la final. El resultado de esta partida entre los primeros tableros era de capital importancia para el desenlace de la competición. Los ucranianos ganaron 3-1 y se aseguraron un puesto en la final, donde conquistaron la medalla de plata y su líder tuvo buena culpa del éxito del equipo. Por aquellos años, el patriarca del ajedrez soviético seguía manteniéndose en una gran forma, como demostró en la primera parte de esta lucha. Jugando con negras, Stein cayó bajo una fuerte presión del ex campeón del mundo…
12.¥a3 b5? Las razones psicológicas que movieron a Botvinnik a elegir la apertura se justifican con increíble rapidez: Stein se impacienta y recurre a medidas radicales, en una posición en la que, por el contrario, debería proceder a una reestructuración gradual. La mejor forma de oponerse a la amenaza directa b4-b5 era 12 … £e6, con idea de jugar … ¤d7-f8-g6. Si las blancas impidieran esta maniobra con 13 ¥ b2, entonces sería posible jugar 13 … b5, y el peón de c6 no quedaría ya tan indefenso. Por ejemplo: 14 ¤a5 c5!, y las piezas negras se incorporan a la batalla.
1.e4 En las competiciones por el campeonato del mundo, Mijail Botvinnik sólo muy rara vez empleó aperturas abiertas, ni con blancas, ni con negras. En otros torneos sí se permitía este “lujo”, pero apenas en aquellos casos en los que buscaba jugar determinada variante concreta contra un rival también definido. Aquí, obviamente, pretendía plantear a su emotivo oponente un marcado juego en una de las variantes del cambio
13.¤a5 £d6
92
XIIIIIIIIY 9r+l+r+k+0 9+ p zn+pz pp0 9p+pw q l v +0 9s Np+ z p + 0 9Pz P +P+ +0 9v L +P+N+ 0 9 +P+ z PPz P0 9t R +Q+Rm K 0 xiiiiiiiiy
Un pequeño logro: la posición del rey blanco se ha debilitado. Aunque la posición de Botvinnik sigue siendo, objetivamente, mejor, ahora se verá obligado a resolver algunos problemas.
26...£h3 27.¥d2 ¦g6 Ahora las negras tienen otro peón débil en f4, pero por el momento controla la casilla g3. Stein comienza a forzar los acontecimientos, pues comprende que es su mejor posibilidad práctica.
28.¥xf4 exf4 29.¦g2 h5! 30.£e5 hxg4 31.£xf4 bxa4!
14.c4!
XIIIIIIIIY 9r+l+ +k+0 9+ p z +pz p 0 9p+p+ +r+0 9s N P z + + 0 9pz P +Pw Qp+0 9+ +P+P+q0 9 + + +Rz P0 9+ + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
En esta jugada radica la diferencia. Ahora …c6-c5 estaba fuera de cuestión, ya que las blancas conseguirían bloquear por completo los peones doblados negros.
14...¤f8 15.c5 £e6 En este momento, puede decirse que las negras tienen una difícil posición, si no perdida. Pero el camino hacia la victoria es largo. Entretanto, Stein comienza a buscar algunas posibilidades tácticas que, naturalmente, sólo pueden presentarse en el flanco de rey.
Este peón ha estado atacado durante una veintena de jugadas, y en ningún momento podían las negras capturarlo, puesto que entregaban al caballo enemigo el punto fuerte de a4. Pero ahora las consideraciones en torno a casillas fuertes y débiles resultan irrelevantes. Cuando la batalla del flanco de rey se encontraba en su apogeo, hace su irrupción en escena un peón pasado, precisamente en la zona en que las blancas se sentía totalmente seguras, lo que tiene ciertas repercusiones sobre la partida… Vale la pena observar que en su momento las blancas no quisieron evitar esta captura, jugando axb5, para no desdoblar los peones negros, y que en las seis últimas jugadas no tuvieron tiempo para hacerlo, ya que las negras habían ido creando una progresiva tensión.
16.¦e1 ¦d8 17.£c2 ¤g6 18.¦ac1 ¤h4 19.¤xh4 ¥xh4 20.¥b2 Una medida preventiva contra …f7-f5. Más tarde serán las blancas quienes busquen abrir líneas para tratar de explotar las debilidades del campo negro. Pero por ahora Botvinnik considera importante anular el posible contrajuego de su oponente.
20...¦e8 21.¦e2 £g6 22.f3 ¦e6 Con el propósito de liberar, de una vez por todas, a sus piezas más poderosas de la humillante tarea de proteger al perpetuo hándicap que constituye el peón de c6.
32.¦g3?
23.¥c3 £h5 24.£b2 ¥g5!
Como explicó Botvinnik, no pudo elegir de inmediato entre las dos jugadas 32 fxg4 y 32 Dxc7, de modo que optó por expulsar primero a la dama negra y pensar a continuación sobre el dilema que se la había planteado. Como luego se demostraría, resultó que la primera jugada dejaría escapar la victoria: 32.fxg4 £xg2+! 33.¢xg2 ¦xg4+. Lo correcto era 32.£xc7! Por ejemplo: 32 … gxf3 33.¦xg6 fxg6 34.£g3 £xg3+
Con ayuda de una sutileza táctica (no era posible 25.¥xe5 ¦xe5 26.£xe5, a causa de 26 … ¥e3+!), Stein ha conseguido reagrupar sus fuerzas para poner en marcha un contrajuego.
25.¦f1 ¥f4 26.g4
93
35.hxg3 ¥d7 36 ¦a1, o bien 35 … ¥g4 36.¤xc6, y el peón d avanzaría. Con todo, las negras podrían seguir ofreciendo resistencia durante un tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que Botvinnik se encontraba en apuros de tiempo. La posición negra pasa, de pronto, de perdida a ganada, gracias precisamente al peón de a4.
esperaban que la partida finalizase en unas rápidas tablas, que Stein no arriesgaría, y que trataría de conseguir los puntos que necesitaba contra rivales menos fuertes. No estaba claro, sin embargo, que Polugaievsky, que se encontraba en una forma espléndida desde el comienzo del Campeonato, se conformase con un pacífico desenlace. Después de las primeras jugadas, el telón fue alzándose poco a poco. La elección de Stein era difícil para las negras, pero conducía a una variante de intensa lucha, lo que significaba que estaba dispuesto a plantear una dura batalla al líder, para acercarse a él.
32...gxf3! 33.¦xg6 fxg6 34.¦xf3 £g4+ 35.£xg4 ¥xg4 36.¦g3 ¥d7 37.¦g2 ¦f8 38.¤c4 ¥h3 39.¦f2 ¦d8 40.¦f3 ¥e6 41.¤a3 ¥b3 42.¢f2 ¦b8 43.¦g3
XIIIIIIIIY 9 r t + +k+0 9+ p z + p z 0 9p+p+ +p+0 9+ P z + + 0 9pz P +P+ +0 9s Nl+P+ t R 0 9 + + m K P z0 9+ + + + 0 xiiiiiiiiy
6.¥d3 Las blancas también estaban de talante agresivo. Los acontecimientos evolucionarían de forma más tranquila en la línea 6.¥e2 0–0 7.¤f3, seguido de ¤f3-e1-d3 y b2-b4. Pero Polugaievsky difiere el enroque, dejando por el momento su rey en el centro. Antes, sin embargo, de emprender operaciones activas en “su” legítimo flanco de dama, está obligado a tomar medidas contra la ruptura temática de las negras, … f7-f5.
43...¥f7! La última sutileza táctica: las blancas no pueden proteger el peón de b4 con 44.¤c2, a causa de 44 … a5! 45.bxa5 ¦b2!
6...0–0 7.¤f3 ¤e8 8.h3 ¤d7 9.a3 g6 10.¥h6 ¤g7 11.g4
44.¢e3 ¦xb4 45.¦g1 ¦b2 46.¦b1 ¦a2 47.¦b8+ ¢h7 48.¤c4 ¥xc4 49.dxc4 a3 0 –1
Las blancas han llevado a cabo su plan de apertura. Ahora el avance … f7-f5 requerirá una larga y paciente elaboración, tiempo que emplearán las blancas para activar sus fuerzas en el flanco de dama.
Cuando el peón b avanzó, imprudentemente, en la apertura hasta b5, ¡ni siquiera podía soñar con su increíble carrera!
11...¤f6 12.¤e2 Anticipándose a los acontecimientos futuros, las blancas se proponen controlar la casilla f5, situando su caballo en g3.
Partida nº 29 Polugaievsky - Stein Tallinn, 1965 33º Campeonato de la URSS Defensa Benoni
12...¢h8 13.¤g3 ¤g8 14.¥e3 a6! A Stein no le gustaba 14...f5, debido a 15.gxf5 gxf5 16.exf5 ¤xf5 17.¤xf5 ¥xf5 18.¥xf5 ¦xf5 19.¤d2!, y las blancas tienen un excelente juego sobre casillas blancas, y se disponen a enrocar largo. Por consiguiente, Stein decide tomar él mismo la iniciativa en el flanco de dama.
Antes de esta ronda, Polugaievsky marchaba en cabeza del torneo, ¡con 8 puntos de 10 partidas! Stein era segundo, pero a punto y medio de distancia. Si Polugaievsky ganaba, el problema del futuro campeón habría quedado resuelto. Por esta razón, la importancia deportiva de esta confrontación era enorme.
15.£c2
1.d4 ¤f6 2.c4 c5 3.d5 e5 4.¤c3 d6 5.e4 ¥e7
También las negras han conseguido algunos logros. Si las blancas inician sus operaciones en el flanco de dama, mediante 15 b4, la respuesta 15
Jugar a ganar contra Polugaievsky, con negras, es una tarea verdaderamente ingrata. Muchos 94
… cxb4 16 axb4 f5 abriría el juego en ambos sectores. Aunque, tras múltiples cambios en f5, las blancas quedarían con un buen alfil contra el “malo” de las negras, el rey de Polugaievsky se encontraría entonces bastante más expuesto que su colega negro, a cubierto en h8. Más tarde Polugaievsky diría que, en cualquier caso, debería haberse atenido a dicho plan, consecuencia lógica de su planificación de apertura, en lugar de permitir que su rival fuese el primero en lanzarse a la ofensiva.
¡Una brillante idea! Su esencia consiste en realizar concesiones en el flanco de rey, sacrificando incluso un peón, a fin de obstaculizar las peligrosas operaciones de las negras contra el rey. Por otra parte, las blancas tratarán de compensar el dominio enemigo, utilizando la columna abierta “graciosamente” facilitada por las negras. 25...£e8
26.¦b1 ¤f6
Las negras no pueden proteger, simultáneamente, la columna b y el peón f5. Stein opinaría luego que 26...¦xb1 27.¦xb1 ¤f6 hubiera sido más preciso, pero que, de todos modos, se le había escapado esta posibilidad.
15...b5! 16.b3 ¥d7 17.¢e2 ¦b8 18.¦hg1 £e8 19.¦ab1 ¥d8 20.¤d2
XIIIIIIIIY 9 r t l vqt rnm k0 9+ +l+ps np0 9p+ z p +p+0 9+pz pPz p + 0 9 +P+P+P+0 9z PP+Lv L N sP0 9 +Qs NKz P +0 9+R+ + t R 0 xiiiiiiiiy
27.¦xb8 £xb8 28.¦b1 £c8 De no ser por la columna abierta, las blancas habrían tenido que cambiar en f5, abriendo a las piezas negras todas las puertas y ventanas de la posición, o bien entregar un peón sin compensación alguna.
29.£b2! fxg4?
Todo el plan de apertura de las blancas ha resultado un auténtico fiasco, y ahora deberán asumir la defensa en ambos flancos. Para lograr un éxito total, Stein tenía que realizar la ruptura … f7-f5.
Esto denota ya cierta confusión. Al aceptar el sacrificio de peón, las negras pierden el contrajuego que podían haber creado con 29 … h5 o 29 … fxe4 30 ¥c2 h5!
20...¥h4!
30.h4 ¤gh5 31.¤f1
Al cambiar su “mal” alfil por el activo caballo blanco, las negras finalmente consiguen la posibilidad de realizar la ruptura en el flanco de rey, que debe resultar efectiva, por cuanto el rey blanco se encuentra en una posición dudosa.
Las negras tienen una difícil posición: la invasión sobre la columna b es inminente. En situaciones de este tipo, hay que sacrificar algo para complicar el juego. 31 … ¤xe4 32.¥xe4 ¥f5 era posible, con una bonita celada: si 33 Dc2?, entonces 33 … ¥xe4 34.£xe4 ¦xf1!, y las negras hubieran ganado. Sin embargo, con 33 ¢d2! las blancas habrían parado el ataque. Stein prefirió un sacrificio de calidad.
21.¦bf1 £e7 22.¤f3 ¥xg3 23.fxg3 bxc4? ¡Lamentable precipitación! Stein quería reforzar la efectividad de su incursión en el flanco de rey, abriendo de antemano una columna para su torre en el flanco opuesto. Pero al hacerlo subestimó las posibilidades ocultas de su rival para conseguir antes el dominio de la columna. La continuación más consistente era 23 … f5!, que habría planteado a las blancas problemas muy difíciles.
31...¤g8 32.£b6 ¦f6!
XIIIIIIIIY 9 +q+ +nm k0 9+ +l+ +p0 9pw Q p z r tp+0 9+ p zPz p +n0 9 +P+P+pz P0 9z P +Lv L P z 0 9 + +K+ +0 9+R+ +N+ 0 xiiiiiiiiy
24.bxc4 f5 25.¤h2!
95
Como quedaría luego demostrado, ésta es la oportunidad más efectiva de plantear resistencia.
Pero, en apuros de tiempo, las blancas deciden, antes que nada, evitar el jaque.
33.¥g5?
38.¢g2! £c2!
La incitación tiene éxito. Polugaievsky es tentado por el cebo. Es cierto que, tras ganar calidad, las posibilidades de las blancas son mejores, pero en apuros de tiempo será difícil encontrar el camino correcto, en el laberinto de complicaciones resultante. Más sencillo era 33 £ b8!, con una gran ventaja posicional en la última fase.
Con su bandera a punto de caer, Polugaievsky probablemente sólo esperaba 38 … ¤xe4, a lo que pensaba responder 39 £d8+. ¡Pero Stein demostró, una vez más, la verdad de la sentencia “la amenaza es más fuerte que su ejecución”!
39.¦b2? Una desconcertante posición resultaría después de 39.£d8+ ¥e8 40.¦b8! £xe2+ 41.¢g1 £xc4 42.£xd6 £d4+ 43.¢g2 £xe4+ 44.¢h2, cuando las negras dispondrían ya de ventaja material, pero estarían obligadas a defenderse de las amenazas de mate. Tendrían que jugar, por tanto, 41 … £c4 42 £c7 £d4+, forzando las tablas.
33...£f8!
34.¥xf6+! £xf6 35.¢e1 £f3 36.¥e2 £c3+! Stein se orienta a la perfección en apuros de tiempo. ¿Quién no estaría tentado de tomar el peón e4 y, al mismo tiempo, atacar la torre? Pero después de 36 … £xe4 37 ¦ b3!, el peón negro de d6 quedaría indefenso, y luego caería también el de e5.
39...£xe4+
40.¢g1 £d4+ 41.¢g2 ¥f5! El último acto de este pequeño drama ajedrecístico: la ejecución del rey.
37.¢f2 Una tácita propuesta de tablas, 37 … £d4+ 38 ¢e1 £c3+, con jaque perpetuo. Muchos se habrían contentado con salvar así una partida tan difícil, pero Stein decidió arriesgar hasta el final.
42.¤d2 £e3 43.£d8+ Ésta fue la jugada secreta de Polugaievsky. La reanudación de la partida no fue larga.
XIIIIIIIIY 9 + + +nm k0 9+ +l+ +p0 9pw Q p z +p+0 9+ p zPz p +n0 9 +P+P+pz P0 9z P q w + P z 0 9 + +Lm K +0 9+R+ +N+ 0 xiiiiiiiiy
43...¤g8 44.¥f1 £xg3+ 45.¢h1 £f2 La amenaza era 46 … ¤g3++.
46.¥g2 ¤f4 0 –1 El curso de esta partida, por sí mismo, ilustra un pensamiento bien conocido de Enmanuel Lasker, acerca de la saludable fuerza que a veces supone correr un riesgo extremo con el fin de conseguir el objetivo prefijado.
37...¤gf6!? Sólo tras el análisis post-mortem conjunto, se puso de evidencia que las blancas podían haber obtenido buenas posibilidades de ganar, con 38.£d8+ ¥e8 39.£e7!, paralizando las piezas negras con la amenaza de jaque en f8. Si, entonces, 39 … ¤xe4+? 40.¢g2 perdería de inmediato. Si 39 … £d4+, entonces 40.¤e3! ¤xe4+ 41.¢g2. Por ejemplo: 41 … ¤hf6 42.£f8+ ¤g8 43.¦b7, seguido de mate. Más resistente sería 41 … ¤ef6, pero las blancas seguirían con 42.¦b3! £d2 43.£f8+ ¤g8 44.£f2, con la amenaza 45 ¤xg4!
Partida nº 30 Jasin - Stein Tallinn, 1965 33º Campeonato de la URSS Defensa Siciliana
Al término de la competición, Stein pudo incluso superar al héroe inicial, Polugaievsky. Su victoria de la 17ª ronda sobre el maestro internacional de Moscú, Abraham Jasin, le consolidó en el liderato de la prueba, dos rondas antes del final,
96
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9+lw qnv lpz pp0 9p+ z pp+ +0 9+p+ +Pz P 0 9 + Q wP+ +0 9+ N s L vL+ 0 9Pz PP+ + z P0 9t R + +R+K0 xiiiiiiiiy
consiguiendo así su segunda medalla de oro en el Campeonato de la URSS.
1.e4 c5 2.¤f3 d6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 a6 6.¥e2 e6 7.f4 ¥e7 8.¥f3 0 –0 9.0–0 £c7 10.¢h1 ¤c6 11.g4 Un plan extremadamente agresivo, muy empleado en la práctica de torneo. El alfil dama blanco puede ser desarrollado también por b2. 11...¤xd4 15...¤e5!
Otra posibilidad es 11...¤d7 12.g5 ¦e8 13.b3 b5!, como se jugó en la partida Velimirovic Jansa (Sombor, 1972). Ahora, la tentativa blanca de explotar de inmediato el debilitamiento de la gran diagonal blanca, mediante 14.¤xc6 £xc6 15.e5 £xc3 16.¥d2 £d4 17.¥xa8, condujo a un juego agudo en el que las negras quedaron con un peón a cambio de la calidad. En la partida antes mencionada, se jugó 14.¥b2 ¥b7 15.¥g2 ¥f8, con intensa lucha.
Esto parece un tanto arriesgado, ya que debilita el punto f6, que puede ser ocupado por un peón blanco. Pero Stein lo había calculado todo con absoluta precisión.
16.f6 Si las blancas postergasen este avance, las negras podrían elegir entre 16 … ¦fc8 (para responder a 17 f6 con 17 … ¥f8), y la más agresiva, 16 … £c4, seguida de … b5-b4.
12.£xd4 ¤d7 13.g5 b5 14.f5?
16...gxf6 17.gxf6 ¥xf6 18.¥h6
Las blancas se precipitan en el ataque, en detrimento de las exigencias de la posición. Sólo puede entregarse una casilla central tan importante, como e5, a cambio a alguna compensación concreta. Jasin confiaba en el avance f5-f6, destruyendo el refugio del rey negro, pero al mismo tiempo se le escapó un detalle oculto. ¿Cuál era el camino correcto? La partida Velimirovic - Ribli (XXII Olimpiada, Niza, 1974) prosiguió así: 14.a4 ¥b7! 15.axb5 axb5 16.¥e3 ¥c6, y resultó que las operaciones blancas en el flanco de dama sólo habían beneficiado a las negras. Hay que admitir que el modesto desarrollo 14 ¥e3 habría sido más apropiado, incluso aunque entonces, tras 14 … ¥ b7, las negras desplieguen cómodamente sus fuerzas, y comiencen a preparar el avance … e6-e5. Es posible que todo el plan blanco no esté justificado y no es por casualidad que la primera jugada imprecisa constituya un error decisivo.
Si, ahora, 18 … ¦fe8 (18 … ¤d7 perdería de inmediato: 19.¦g1+ ¢h8 20.£xf6+!, con mate en dos), entonces 19.¥h5!,con amenazas decisivas. Por ejemplo: 19 … £e7 20.¦xf6 £xf6 21.¦g1+ ¢h8 22.¥g5! £g7 23.¥h4 £h6 24.£e3!!, con un brillante mate final, coronado por un sacrificio de dama. ¿Quizá Stein había omitido algo, al jugar 15 … ¤e5?
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9+lw q +p+p0 9p+ z ppv l L v0 9+p+ s n + 0 9 + Q wP+ +0 9+ N s +L+ 0 9Pz PP+ + z P0 9t R + +R+K0 xiiiiiiiiy 18...¢h8!
14...¥b7 15.¥e3
En sus partidas, más de una vez Stein había sacrificado deliberadamente calidad por un peón, o incluso sin compensación visible, como es aquí el caso. Era capaz de percibir sutilmente y evaluar factores dinámicos de la lucha, concediéndoles siempre preferencia sobre los cálculos materiales. 97
En esta posición Stein tuvo que sopesar las equivalencias posicionales, antes de realizar el sacrificio de calidad. Factores como la pareja de alfiles, su fuerte caballo central, la insegura posición del rey blanco (sólo protegido por el débil peón e4) ¡eran más que suficiente compensación!
Grave error, en apuros de tiempo, con el que las blancas pierden en el acto. Era mejor 30 Cg3!
30...¥e3! ¡Un golpe letal! A 30...¥f6 las blancas habían preparado una astuta combinación: 31.£xh7+! £xh7 32.¤xh7 ¦xg2 33.¦xg2 ¢xh7 34.¦xe6, pasando a un final con torre contra alfil y caballo, en el que no le resultaría nada fácil a las negras imponerse, en vista de la escasez de material. Ahora esta combinación no resultaría, pues el peón de e6 seguiría en pie.
19.¥xf8 ¦xf8 20.¦ad1 ¦d8 21.¥g2 ¥g7 Lo primero y más importante es desclavar el caballo, amenazándose ahora 22 … ¤c4.
22.£f2
31.¥xb7 ¥xg5 32.£e4 d5 33.£xe6 £xb7 34.¦g1 d4+ 35.¦gg2 ¦f8 36.h4 ¦f1+ 37.¢h2 ¥f4+ 0–1
Al abandonar la presión sobre la casilla d6, las blancas liberan a la torre negra. 22...¦g8
Partida nº 31 Korchnoi - Stein Tallinn, 1965 33º Campeonato de la URSS Defensa India de Rey
23.£h4
Las blancas sobrestiman el valor de su posición. Más prudente era 23 ¦d2, evacuando la casilla d1, bien para la segunda torre, bien (en caso de …b5 b4) para el caballo. En este caso, las negras no conseguirían nada con 23 … ¤c4, por 24 £xf7!, cuando las blancas devolverían la calidad, pero con intereses. Sin embargo, es posible afirmar que la posición de las negras es prácticamente ganadora. 23...f5!
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.f3 0 – 0 6.¥e3 e5 7.d5 ¤h5 8.£d2 f5 9.0 –0–0 ¤d7 10.¥d3 fxe4 11.¤xe4 ¤f4 Análogos métodos de transición para las negras, de la primera fase al medio juego, eran característicos del estilo de Stein. A la menor oportunidad, trataba de emprender un contrajuego activo, incluso a costa de serias concesiones posicionales, por no hablar de sacrificios materiales. Desde luego, no tenía miedo al riesgo.
24.¦de1 ¤c4 25.¦f2
Las negras amenazaban también 25 … b4 26 ¤d1 ¤d2!, con ataque doble.
25...¤xb2 26.¤e2 ¤c4 27.¤g3 ¥d4 28.¦fe2 fxe4 29.¤xe4
12.¥c2 ¤f6 Parece ser que más tarde Stein desaprobó sus logros estratégicos en esta fase de la partida. En cualquier caso, en su partida contra Hort del Triangular de desempate (Los Angeles, 1968), prefirió otro plan: 12...¤b6, y después de 13.b3 a5 14.g3 ¤h5 15.g4 ¤f4 16.¤e2 a4 17.¤2c3 ¥d7 18.¢b2, podía haber jugado (en lugar de 18 … ¤c8 19.h4!, como sucedió en la partida) … £d8-b8-a7, con buenas perspectivas de contrajuego.
A 29 ¥ xe4 era fuerte 29 … ¤e5!, con las amenazas 30 … ¤f3 y 30 … ¦g4! 29...£g7
30.¤g5
XIIIIIIIIY 9 + + +rm k0 9+l+ + w qp0 9p+ z pp+ +0 9+p+ + s N 0 9 +nv l + Q w0 9+ + + + 0 9P+P+R+Lz P0 9+ + t R +K0 xiiiiiiiiy
13.¤c3 b5!?
98
XIIIIIIIIY 9r+lw q r tk+0 9z p p z + l vp0 9 + p z n sp+0 9+p+Pz p + 0 9 +P+ s n +0 9+ N s L vP+ 0 9Pz PLw Q +Pz P0 9+ K mR+ s NR0 xiiiiiiiiy
Es evidente que uno de los caballos se encuentra en baja forma. ¿Se preparaba algún tipo de sprint en la carrera? ¿Cuál haría mejor marca?
17.b3 Las blancas tenían que protegerse contra un eventual avance … e5-e4, que plantearía un ataque de rayos X sobre la casilla b2, y a lo largo de toda la diagonal a1-h8.
17...¥b7
Una de las más famosas jugadas de la carrera de Stein. La primera impresión es: ¿Cómo pueden las negras entregar un peón por “nada”, sin preparar siquiera el sacrificio con … a7-a6, y sin obtener la menor compensación táctica ni estratégica? Si examinamos detenidamente la idea, queda claro que Stein no sólo se ha creado problemas a sí mismo, sino también a su oponente. No hay que decir que el sacrificio es muy arriesgado. Por otra parte, Korchnoi era por entonces un virtuoso de la defensa, cuando contaba con ventaja material y era especialmente hábil cuando alguien entrega algo a cambio de una vaga iniciativa. En tales casos, sabía cómo rechazar, una tras otras, todas las amenazas, hasta que podía asumir el contraataque, dejando a su oponente de turno escaldado para mucho tiempo. Teniendo en cuenta esa destreza de Korchnoi, resulta que la partida no sólo tiene un interés puramente ajedrecístico, sino también psicológico: ¿cuál de los dos diamantes estaba mejor tallado?
Stein se halla en su elemento. Sólo al precio de un peón, disfruta de contrajuego a todo lo largo y ancho del tablero. Después de 17 … c7-c6, la diagonal h1-a8 también se abriría. Pero las blancas tampoco han agotado sus recursos.
18.¤b1 Las blancas tienen que gastar un precioso tiempo para regresar con el caballo de banda y aproximarlo al centro.
18...c6! Sacrificando otro peón.
19.dxc6 ¥xc6 20.£xd6 £e8 21.¦e1 ¦f7 22.¥d2 ¥f8 23.£d3 Hubiera sido muy peligroso mostrar excesivo “apetito”: 23.£xe5 ¦e7 24.£c3 ¦xe1+! 25.¥xe1 ¥b4 26.£xb4 ¦xb4 27.¥xb4 ¤g4! 28.fxg4 ¥xh1 29.gxh5 £e3++, ganando.
14.¤xb5?! En caso de 14 cxb5 a6, y sería más fácil para las negras desarrollar su contrajuego. Sin embargo, merecía consideración 14.g3 ¤4h5 b6 cxb6 15.¤e4, devolviendo el material.
23...e4! 24.£c3 A 24 fxe4 seguiría 24 … ¤g4! Las blancas seguirían entonces 25.¤f3 ¤f2 26.£e2 ¤xh1 27.¦xh1, obteniendo tres peones por la calidad, y la posibilidad de consolidar su modesta ventaja. Korchnoi, sin embargo, no quería ceder ni la más mínima parte de su botín, esperando conseguir más. El precio que va a pagar será más alto que sus ambiciones.
14...¥a6 15.¤a3 La primera consecuencia del Gambito Stein nos recuerda la famosa sentencia de Tarrasch: “Der Springer am Rade ist immer zu Schade” (el caballo en la banda siempre es siniestro. No puede conservarse el juego de palabras, o ripio Rade / Schade en castellano. N.D.T.)
24...¥g7! Tras haber completado su tarea en una diagonal, el alfil regresa a su posición anterior. Parece que, aun habiendo visto la maniobra, Korchnoi subestimó su fuerza.
15...¦b8 16.g3 ¤4h5
99
25.¤h3
XIIIIIIIIY 9 + +rw qk+0 9z p +n+ +p0 9 + + +p+0 9+ + + z P 0 9 +P+L+ +0 9+P+ +rz PN0 9Pv L + + z P0 9+K+ t R +R0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9 r t +q+k+0 9z p + +rv lp0 9 +l+ s np+0 9+ + + +n0 9 +P+p+ +0 9+Pw Q +Pz PN0 9P+Lv L + P z0 9+Nm K R t +R0 xiiiiiiiiy
33...¦xe4!
34.¦xe4 ¦f1+ 35.¦e1 36.¢a1 ¦xh1 37.¦xh1 £xh3
Se diría que las blancas han superado todos los escollos, debido a la clavada sobre la columna e. Pero ahora las diagonales jugarán un papel primordial.
El resto es evidente y no requiere comentarios.
38.¥d4 £g2 39.¦g1 £d2 40.¥xa7 ¤e5 41.¥c5 ¤d3 42.¥a3 ¤b4 43.¥xb4 £d4+ 44.¢b1 £xg1+ 0–1
25...¤g4!
Ahora, después de 26.£a5 ¦xf3, las amenazas de las negras se multiplicarían. Por ejemplo: 27.£xa7 e3! 28.¥c3 ¦f2!, o bien 27.¤g5 ¦f5 28.£xa7 ¦xg5! 29.¥xg5 £e5 30.¥d2 £b2+ 31.¢d1 ¦a8 32.£b6 ¦xa2, ganando.
Partida nº 32 Stein - Pelikan Mar del Plata, 1966 Defensa Siciliana
26.fxg4
Era el segundo año consecutivo que Stein participaba en este torneo. Y de nuevo volvía a conseguir el segundo premio, esta vez tras Vassili Smyslov. Esta exquisita miniatura es una de sus victorias en el certamen.
La única forma de ofrecer alguna resistencia es entregar la dama.
26...¥xc3 27.¤xc3 ¤f6 28.g5 ¤d7 29.¤xe4
1.e4 c5 2.¤f3 ¤c6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 g6 5.¤c3 ¥g7 6.¥e3 ¤f6 7.¥c4 d6
Las blancas tienen dos piezas menores y tres peones por la dama. Desde un punto de vista puramente aritmético, parece suficiente compensación. Pero el factor material no ha jugado un papel decisivo en esta partida, y las negras conservan una formidable iniciativa. 29...£f8
£f5+
Si las negras querían evitar el Ataque Rauzer, relacionado con el plan f2-f3, £d1-d2, 0-0-0, y ataque a la bayoneta en el flanco de rey, entonces deberían haber jugado ahora 7 … £a5, forzando prácticamente 8 O-O. El propio Stein solía emplear este esquema con negras. La jugada 7 … d6, empleada por Jiri Pelikan, también tenía como objetivo esquivar el Ataque Rauzer, pero de distinta forma.
30.¥c3 ¦f3 31.¥b2 ¦e8!
Si, ahora, 32.¤f6+ ¤xf6 33.gxf6, entonces 33 … ¦xf6! 34.¥xf6 ¥xh1, etc.
8.f3 £b6!?
32.¢b1 ¥xe4! 33.¥xe4
Después de 8 … 0-0 se plantearía el Ataque Rauzer. Ahora las blancas no pueden jugar 9 ¥ b3, debido a 9 … ¤g4! Las alternativas son bien proteger el peón de b2 con 9 ¥ b5, o bien sacrificarlo. Stein se decantó por esta última posibilidad.
9.¤f5 £xb2 10.¤xg7+ ¢f8 11.¤d5 ¢xg7 100
XIIIIIIIIY 9 r t +r+ +0 9z pp+ +p+ 0 9 + p zlw Qpm k0 9+ +Ns n +p0 9 + L vPz P +0 9w q + + + 0 9P+P+ +Pz P0 9+R+ +Rm K 0 xiiiiiiiiy
La variante principal, que ha sido jugada una y otra vez con distintos resultados, es 11...¤xd5 12.¥xd5 ¢xg7.
12.¦b1 £a3 13.£d2 h5 ¡Una debilidad forzada! En caso de 13...¦d8 14.¦b3 £a5 15.¥h6+ ¢h8! (pero no 15 … ¢g8? 16 ¤xe7+!) 16.¤xf6 £xd2+ 17.¥xd2 exf6 18.¥xf7, las blancas obtienen un mejor final (Bronstein - Stein, 33º Campeonato de la URSS, Tallinn, 1965).
¿Acaso las negras esperaban la variante “cooperadora” 21.fxe5 ¥xd5 22.exd5 dxe5 23.¥xe5?
14.0–0 ¦b8?
XIIIIIIIIY 9 r tl+ + t r0 9z pp+ z ppm k 0 9 +nz p n sp+0 9+ +N+ +p0 9 +L+P+ +0 9w q + L vP+ 0 9P+Pw Q +Pz P0 9+R+ +Rm K 0 xiiiiiiiiy
21.£g5+! 1–0 Partida nº 33 Eliskases - Stein Mar del Plata,1966 Defensa India de Rey
Muchas páginas memorables en la historia del ajedrez están asociadas con el nombre del gran maestro austriaco Erich Eliskases. Entre otras cosas, Eliskases tomó parte en el torneo internacional de Moscú, 1936 y fue analista de Alekhine en su segundo match con Max Euwe. Después de la Olimpiada de 1939, decidió quedarse en Buenos Aires, y durante muchos años fue uno de los más fuertes jugadores de Argentina, tomando parte en el Torneo Interzonal de 1952. El joven Mecking fue alumno suyo. Naturalmente, Stein estaba muy interesado en enfrentarse a un jugador tan experimentado. Se incluyen en cursiva los comentarios de Stein.
El mal menor era 14 … ¥e6, devolviendo inmediatamente el peón.
15.¤xe7! La idea de la combinación es la desviación, con el objetivo de capturar la dama: 15 … ¤xe4 16.¦b3 £a4 (la casilla a5 no está protegida) 17.¥b5 £xa2 18.¥d4+, o bien 18 £c3, y las negras no disponen de defensa satisfactoria contra 19 ¦a1!
15...¥e6 16.¤d5
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.f3
Las blancas no sólo han recuperado el peón, sino que también han arruinado la posible defensa negra.
El Sistema Sämisch es una de las pruebas más difíciles para la Defensa India de Rey.
16...¤a5
5...0–0 6.¥e3 b6 7.¦c1
Sólo hay una posibilidad de prolongar un poco más la resistencia: 16...¥xd5 17.¥xd5 ¤xd5 18.exd5 ¤e5, aunque, también en tal caso, las blancas conservarían un fuerte ataque: 19.¥d4 f6 20.f4 ¤g4 21.h3 ¤h6 22.f5!, abriendo el flanco de rey negro.
No es una buena jugada. La habitual, 7 ¥ d3, parece más fuerte. Al veterano Eliskases, que jugaba la apertura de acuerdo a la vieja moda, la última jugada de Stein, por lo que se ve, le resultó un poco desconcertante. De otro modo, no se le hubiera escapado que lo más fuerte era 7 ¥ d3, que impedía la inmediata 7 … c5 por 8 e5! Esa secuencia y la amenaza ¥ d3-e4 hubieran sido,
17.¥d4! ¤xc4 18.£g5! ¤e5 19.£xf6+ ¢h6 20.f4 ¦he8 101
entonces, ganadoras para las blancas. De ahí que las negras tendrían que optar por 7 … a6 o 7 … ¥ b7.
Está claro que el peón de d4 era intocable: 17.£xd4? ¤xe4! Pero ahora sí pretenden capturarlo y desenredar la madeja de sus piezas.
7...c5 8.¤ge2 ¤c6 9.g3 e5!
17...d3! 18.£xd3 b5 19.¤f4?
Sin el menor problema, las negras llevan a cabo la idea principal del sistema que empieza con 6 … b6.
Un error crucial. 19 ¤d4 concedería una oportunidad de resistir.
19...¥f5!
10.dxe5
La casilla e4 está indefensa. Después de caer este peón, se abren nuevas líneas decisivas para el ataque.
Las blancas tienen ya dificultades. A 10 d5 seguiría 10 … ¤d4, y a 10 dxc5, 10 … bxc5, seguido de … ¤c6-d4. La captura en e5 busca el cambio de damas, en caso de 10 … dxe5, pero con el rey blanco atascado en el centro, las negras no están por la labor de las simplificaciones.
20.£f1 ¥xe4!
XIIIIIIIIY 9r+ w qr+k+0 9+ + +pv lp0 9p+ z p n sp+0 9+p+ + + 0 9 +P+ls N +0 9+P+ +Pz P 0 9P+ + + z P0 9+ R tLm KQs NR0 xiiiiiiiiy
10...¤xe5 11.¤g1 Demasiado pasivo. Después de 11 ¤ f4, las blancas temían la variante 11 … g5 12 ¤ fd5 g4, pero eso es, precisamente, lo que debían haber jugado, ya que después de 13 f4 ¤ f3+ 14 ¢ f2, las cosas no hubieran sido tan malas para sus intereses. Ahora las negras consiguen una gran ventaja en desarrollo.
21.¤ge2
11...¦e8 12.¥e2 a6 13.£d2 ¥e6 14.b3 ¤c6 15.¥d1
La captura del alfil conducía a una inmediata derrota: 21 fxe4 ¤ xe4, amenazando 22 … ¤ xg3+ y 22 … £a5+.
XIIIIIIIIY 9r+ w qr+k+0 9+ + +pv lp0 9pz pnz pls np+0 9+ p z + + 0 9 +P+P+ +0 9+Ps N L vPz P 0 9P+ w Q + P z0 9+ R tLm K N sR0 xiiiiiiiiy
21...¥b7 22.¤d5 ¥xd5 23.cxd5 ¤xd5 24.b4 ¤xb4 25.¥b3 ¤d3+ El resto es evidente.
26.¢d2 ¤xc1 27.¤xc1 ¦c8 28.£d3 £f6 0 –1 Partida nº 34 Stein - Birbrager Moscú, 1966 Campeonato de la URSS por equipos Defensa Caro-Kann
Las blancas pretenden completar su desarrollo con ¤g1-e2, seguido de 0-0. La posición exige que las negras actúen enérgicamente.
15...¤d4!
¡Esta miniatura nos recuerda a los grandes maestros del siglo XIX! El primer tablero del equipo Mehnat de Uzbekistán, maestro Isaac Birbrager, jugó impetuosamente la apertura, permitiendo a su formidable rival de Avangard plantear un sacrificio de torre y alfil.
Con el sacrificio del peón, las negras se apoderan firmemente de la iniciativa.
16.¥xd4 cxd4 17.¤ce2
102
Grave y decisivo error. Las negras tenían que haber cambiado damas, aunque en tal caso la ventaja blanca resultaría también abrumadora. La aceptación del sacrificio de torre conduce a una rápida derrota.
Los comentarios de Stein, publicados en la revista Nauka i Zhizn (Ciencia y Vida, 1970, nº 10) se incluyen en cursiva.
1.e4 c6 2.d3 Lo normal es 2 d4. La jugada elegida muestra el deseo de las blancas de apartarse inmediatamente de los senderos trillados. Stein a menudo jugó así contra la Defensa CaroKann, con idea de plantear un Ataque Indio de Rey, en el que la jugada …c7-c6 no siempre es útil.
13.£xb7 ¢d8 14.¤gf3 ¥d3 15.¥f4 Las severas pérdidas materiales no descorazonan a las blancas, que siguen su consistente plan, cuyo objetivo final es un ataque de mate.
15...£xf1+ 16.¢d2 £xf2+ 17.¢xd3 ¤xe6
2...d5 3.¤d2 dxe4
Más resistente era 17 … ¤ba6, pero incluso en este caso, después de 18 ¢c4!, el mate estaba a la vista. Es una pena que las negras no consumen la partida permitiendo la efectiva jugada de rey a c4. Después de esta jugada de problema, surgiría la amenaza 19 ¦d1, seguida de 20 ¤xc6+ ¢e8 21 £xa8+! ¤xa8 22 ¦d8++! Dado que el propio Birbrager era un maestro en composición ajedrecística, se dio cuenta rápidamente de que no recibiría precisamente una mención honorífica de su equipo por un remate así. Quizá por esa razón, prefirió un final más prosaico… En cualquier caso, el conocido compositor de problemas rehusó ser coautor de una hermosa partida.
En mi opinión, este cambio es un error, ya que eliminar la tensión central sólo puede servir a los propósitos de las blancas. 3 … g6 o 3 … ¤ f6 son preferibles.
4.dxe4 ¤f6 5.¤df3 ¥g4 6.g3 ¥h5? Esto ya es un grave error. Ahora las blancas consiguen una posición muy superior con jugadas sencillas. Era obligada la continuación 6 … ¥ xf3, que conduciría a un juego igualado.
7.e5 ¤d5 8.e6! Un sacrificio típico en posiciones similares, bloqueando el flanco de rey negro.
18.¤xe6+ ¢e8 19.£c8+ ¢f7 20.¤fg5+! 1–0
8...f6
Las blancas pueden dar mate, tanto a partir de 20 ¤eg5+! como de 20 ¤e5+! Estas soluciones “duales” no estropean el valor de la combinación. A 20 … ¢g6 sigue 21 £e8+ y 22 £h5++. Tampoco salva 20 … fxg5, pues el mate es inevitable: 21 ¤ xg5+ ¢ f6(g6) 22 £e6++.
Después de esta jugada, las negras tendrán un juego difícil. Todavía peor hubiera sido aceptar el sacrificio de peón: 8 … fxe6, en vista de 9.g4 ¥g6 (o 9...¥f7) 10.¤e5.
9.g4 ¥g6 10.¤d4 ¤c7 11.c3 £d5 Partida nº 35 Stein - Rodríguez La Habana, 1966, XVII Olimpiada Apertura Ruy López
XIIIIIIIIY 9rs n +kv l r t0 9z pps n p z p zp0 9 +p+Pz pl+0 9+ +q+ + 0 9 + N s +P+0 9+ P z + + 0 9Pz P + P z P z0 9t R L vQm KLs NR0 xiiiiiiiiy
En La Habana Stein obtuvo su segunda medalla de oro en un Campeonato Mundial por equipos, como integrante del equipo de la URSS. Jugó en el cuarto tablero y totalizó 9 puntos de 12 partidas, con el segundo mejor resultado individual en su tablero, sólo superado por el holandés Kiik Langeweg, si bien éste había competido en la final
12.£b3! 12...£xh1? 103
B (puestos 15-28) y, por tanto, ante oponentes más flojos. Esta partida se disputó en el encuentro URSS Cuba, que ganaron los soviéticos, por 3,5-0,5.
aspiraciones negras. Pero en esta situación concreta, no le reporta a las negras ningún particular beneficio, ya que las piezas blancas están magníficamente dispuestas. Lo que no puede decirse, desde luego, del alfil negro de g6.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 0 –0 9.d4
19.exd5 ¤xd5 20.£f3 ¥f8 21.¥g5 f6 22.¥b3!
Una antigua variante, que en los últimos tiempos está viviendo una segunda juventud.
Stein no piensa retirar su alfil de g5, ya que ha descubierto la forma de encadenar continuas amenazas, mientras prepara el remate decisivo.
9...¥g4 10.d5 También eran muy populares las líneas aún más aguda derivadas de 10 ¥ e3, pero a Stein no le gustaban, prefiriendo resolver la tensión central. Este pequeño detalle arroja alguna luz sobre la evolución gradual en las preferencias creativas de Stein.
22... ¥f7
23.¦ad1! ¤b6
XIIIIIIIIY 9 +rt r l vk+0 9+ q w +lz pp0 9ps nn+ z p +0 9+p+ z pNv L 0 9 + + + +0 9+Lz P +Qs NP0 9Pz P + P zP+0 9+ +Rt R K m 0 xiiiiiiiiy
10...¤a5 11.¥c2 c6 12.h3 Más adelante, Stein jugaría de distinta forma: 12.dxc6. Su partida con Geller, del 39º Campeonato de la URSS (1971), prosiguió así: 12 … £c7 13.¤bd2 £xc6 14.h3 ¥e6 15.¤g5 ¥d7 16.£e2 h6 17.¤gf3 ¦fc8 18.¤f1 ¥e6, y las blancas no consiguieron nada.
“Aparentemente, las negras tienen una posición aceptable. Sin embargo, tras el inesperado sacrificio de pieza que sigue, quedan indefensas: la situación de las piezas negras carece de armonía.” (Yuri Averbaj).
12...¥h5? La inhabitual variante de apertura, que la teoría no consideraba peligrosa para las negras, seguramente resultó una sorpresa para el jugador cubano, que pronto descubre que no estaba familiarizado con sus sutilezas. En comparación con la partida Stein - Geller, antes mencionada, las negras tienen un defecto básico: su alfil dama queda cortado, durante algún tiempo, de la lucha por el centro. En otra partida Stein - Geller (Kislovodsk, 1966), después de 12...¥xf3! 13.£xf3 cxd5 14.exd5 ¦c8, las negras consiguieron un juego satisfactorio. En opinión de Geller, era más fuerte 14 … ¤c4, que ya se había jugado nada menos que en la partida Yates - Rubinstein (Hastings, 1922). La idea es presionar sobre d5, mediante la maniobra …¤c4-b6.
24.¤h6+ gxh6 25.¥xf6 El sacrificio blanco tiene un carácter posicional, con el que no pretenden inclinar radicalmente la balanza en su favor. Su objetivo es destruir la cobertura de peones del rey negro, lo que les permitirá lanzar un poderoso ataque. 25... ¥xb3
O bien 25...¤c4 26.£g4+ ¥g6 27.¥xc4+ bxc4 28.¥xd8 (mejor que 28 £xc7+ £f7) 28 … ¤xd8 29.¦d7 £c5 30.¦ed1, con fuerte presión.
26.£g4+!
13.dxc6 £c7 14.¤bd2 ¤xc6 15.¤f1 ¦ac8 16.¤g3 ¥g6 17.¤h4 ¦fd8 18.¤hf5 d5
Un sutil jaque intermedio. Antes de capturar, las blancas quieren llevar el rey negro a f7, cuando, después de 27 ¥ xd8 y 28 axb3, les resultará más fácil desplegar su ataque.
Un momento típico: en posiciones análogas, el avance textual representa el no-va-más de las
26...¥g7 104
f , desde donde puede controlar casillas más importantes que desde e2. Después del match Petrosian - Spassky, el desarrollo del caballo por h3 se hizo muy popular. Me parece, sin embargo, que no le reporta particulares beneficios a las blancas.
Este emplazamiento de alfil le permitirá a las blancas ganar un tiempo para incorporar su caballo a la batalla.
27.¦xd8+ ¦xd8 28.¥xd8 £xd8 29.axb3 ¢h8 30.¦d1 £e8 31.¤h5 Si, ahora, 31 … £g6, entonces 32.£xg6 hxg6 33.¤xg7 ¢xg7 34.¦d6, ganando uno de los caballos.
5...e6 En la partida Taimanov - Jansa (Copenhague, 1965), las negras se atuvieron a otro plan: 5...d6 6.d3 ¤f6 7.0–0 ¦b8 8.¤e2 ¥d7 9.f3 b5 10.¤f2, con juego complicado.
31...¥f8
XIIIIIIIIY 9 + +qv l k m0 9+ + + +p0 9ps nn+ + z p0 9+p+ z p +N0 9 + + +Q+0 9+Pz P + +P0 9 P z + P zP+0 9+ +R+ m K 0 xiiiiiiiiy
6.0–0 ¤ge7 7.d3 0–0 8.¥e3 b6 9.£d2 d5 Una jugada imprecisa, después de la cual las blancas podían haber logrado mejores perspectivas, a base de 10.exd5 exd5 11.¥g5 f6 (de otro modo, 12 ¤ f4) 12.¥h6 ¥xh3 13.¥xh3. Si 10 … ¤xd5 11.¤xd5 exd5 12.¤f4 ¤e7 13.d4 , las negras quedarían peor. Había que jugar 9 … ¥ b7, completando el desarrollo.
32.¦d6!
10.¥h6 d4 11.¥xg7 ¢xg7 12.¤e2 Una incursión decisiva. 32...¤c8
12 ¤b1 y, una vez que la dama se retire, ¤d2. A esto podría seguir 12 … e5 13.f4 f6 14.¤a3 ¥e6 15.¤c4 b5 16.fxe5 fxe5 (16...bxc4 17.exf6+ ¦xf6 18.¦xf6 ¢xf6 19.£h6! ) 17.¦xf8 £xf8 18.¤g5 (18.¦f1 £c8 19.£g5 ¥xh3 20.£f6+ ¢g8 21.£f7+ conduciría a tablas por jaque perpetuo) 18 … ¥g8 19 ¤a5, con juego agudo. En posiciones similares, con peones bloqueados en e4 y e5, los caballos en e2 y e7 (que no están situados de la mejor forma posible, puesto que no pueden acceder al centro) restringen la actividad de las piezas pesadas sobre la columna e. La cuestión es a dónde evacuarlos, a qué casilla que ofrezca ventajas concretas o, al menos, ninguna desventaja evidente.
33.¤f6 1–0 Partida nº 36 Taimanov - Stein Tiflis, 1966-1967 34º Campeonato de la URSS Defensa Siciliana
Después del torneo, Stein dijo, en una entrevista, que durante mucho tiempo había tenido una fuerte sensación de desánimo y que sólo tras esta partida, disputada en la novena ronda, pudo recuperar la confianza en sí mismo. Los comentarios de Stein (de la revista Shajmaty URSS ) se incluyen en cursiva.
12...e5!
1.e4 c5 2.¤c3 ¤c6 3.g3 g6 4.¥g2 ¥g7 5.¤h3
El cambio de alfiles de casillas negras no beneficiaría a las blancas, teniendo en cuenta los alfiles que quedan en el tablero, así como los caballos de e2 y e7. Las negras podrían jugar … f7-f6 y … g6-g5, liberando la casilla g6 para su caballo. La misma maniobra, por parte de las blancas, deterioraría considerablemente, sin embargo, las casillas negras de su campo.
Por aquellos días Mark Taimanov practicaba a menudo esta poco ortodoxa jugada. La 15ª partida del match Spassky - Petrosian (Campeonato del Mundo, 1966), que también se convirtió en objeto de estudio, tuvo el siguiente desarrolló: 5 d3 d6 6 ¤h3 ¤f6 7 O-O ¥ g4 8 f3 ¥ xh3 9 ¥ xh3 0-0, con ventaja mínima de las blancas, debido a la pareja de alfiles. La idea subyacente en la jugada textual es trasladar el caballo a f2, tras el avance del peón
13.f4 f6 14.fxe5 105
XIIIIIIIIY 9 + r t r t +0 9z p + + m kp0 9 p znw qlz p +0 9+ + s n p z 0 9 + +P+ +0 9+ Q wP+ z P 0 9P+ +Ns NLz P0 9+ R tR+ m K 0 xiiiiiiiiy
Un grave error. No hay que eliminar la tensión central, dejando, al mismo tiempo, la importante casilla f5 al caballo enemigo. Mejor hubiera sido 14 c3. Después de la textual, la ventaja negra es incuestionable.
14...¤xe5 Naturalmente, no 14 … fxe5, en vista de 15 ¤g5!
15.¤f2
XIIIIIIIIY 9r+lw q r t +0 9z p + n s k mp0 9 p z + p zp+0 9+ p z n s + 0 9 + p zP+ +0 9+ +P+ z P 0 9Pz PPw QNs NLz P0 9t R + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
22...¤d4!
El triunfo de la estrategia sobre casillas negras. Puede afirmarse que la posición blanca es desesperada.
23.¤xd4 Las blancas se desprenden, por fin, del caballo, pero para ello han tenido que debilitar su centro y flanco de dama. Así pues, el precio por este cambio ha sido demasiado alto.
De no jugarse así, el caballo negro llegaría a e3.
23...£xd4 24.£xd4 ¦xd4
15...g5!
¡Nimzovich se hubiera sentido feliz contemplando las piezas bloqueadoras negras!
Sellando la ventaja. Los caballos blancos han quedado ahora fuera de juego. Este elegante método técnico vale la pena que se incluya en los manuales de ajedrez.
25.¦c2 ¦f7 26.¢f1 f5! 27.exf5 ¥xf5 28.¢e2 ¤g4 29.¦b2 ¤xh2 Las negras tienen un peón de ventaja y mejor posición. El resto, como suele decirse, es mera cuestión de técnica.
16.b4 Las blancas tratan de crear contrajuego, pero resulta que la apertura de líneas sólo favorece a las negras. ¿Qué otra cosa pueden hacer las blancas? La tentativa de incorporar a la acción al torpe caballo, mediante métodos tácticos, 16 g4 (si 16 … ¤xg4, entonces 17.¤xg4 ¥xg4 18.e5!) se refutaría con 16 … ¥xg4! 17.¤xg4 ¤xg4 18.e5 ¤xe5 19.¥xa8 £xa8, y las negras asumen la ofensiva.
30.¢e3 ¦a4 31.¥e4 ¥xe4 32.¤xe4 ¤g4+ 33.¢d2 ¤f2 34.¤xf2 ¦xf2+ 35.¢c3 ¦a3+ 36.¦b3 ¦axa2 37.¦b5 ¢g6 38.¦d5 ¦f5 39.¦d6+ ¦f6 40.¦d7 ¦g2 41.d4 ¦xg3+ 0 –1 Partida nº 37 Stein - Jolmov Tiflis, 1966-1967 34º Campeonato de la URSS Apertura Ruy López
16...cxb4 17.£xb4 ¤7c6 18.£b2 £d6 19.¦ac1 ¥e6 20.c3 dxc3 21.£xc3 ¦ad8! 22.¦fd1
Siempre ha resultado difícil, incluso para los campeones del mundo, vencer al gran maestro Ratmir Jolmov, a quien algunos medios de comunicación habían calificado como “defensa central”, gracias a sus habilidades para contener el juego del rival. 106
En esta partida de la 12ª ronda, Stein toma riesgos en plena apertura, tras haber sacrificado un peón por la iniciativa.
el sacrificio implicaba mucho riesgo”, escribió el entrenador Alexander Koblents en la revista Shajmaty URSS .
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥xc6
8...¥xf3
La antigua Variante del Cambio había vuelto a ponerse de moda, tras la Olimpiada de La Habana, donde se habían introducido nuevas ideas y donde las victorias de Fischer sobre Portisch, Gligoric y Jiménez habían causado especial impresión. Ninguna de estas partidas se prolongó más allá de 35 jugadas.
La partida Pirc - Mestrovic (Sarajevo, 1967) siguió así: 8...¥d6 9.¤bd2 ¤e7 10.£b3 0–0–0 11.dxe5 ¥xe5 12.¤xe5 £xe5, y aquí las blancas podían haber capturado simplemente el peón, 13.£xf7!, en lugar de 13 ¦e1.
4...dxc6 5.0–0 ¥g4
Las negras han aceptado el desafío. Todavía no era tarde para cambiar damas, pero Jolmov confiaba en su habilidad defensiva.
9.£xf3 exd4 10.cxd4 £xd4
En las tres partidas mencionadas los oponentes de Fischer prefirieron 5 … f6, y la respuesta en todos los casos fue 6 d4! La teoría moderna asume que las negras deben responder 6 … ¥ g4, dejando para más tarde la protección directa del peón e5. Por ejemplo: 7 c3 ¥ d6!, seguido de … £ d8-e7.
11.¤c3! El sacrificio de peón fue realizado en el estilo de Morphy, no en el de Andersson. Las blancas no buscan variantes concretas, sino que desarrollan con naturalidad sus piezas, como si nada hubiera pasado. ¿Cuál era la compensación por el sacrificio? Sólo mejor desarrollo y juego más abierto. Más que suficiente.
6.h3 h5 Desde hacía mucho tiempo se sabía que el cambio en f3 no proporcionaba nada bueno a las negras. Por ejemplo: 6...¥xf3 7.£xf3 £d7 (o bien 7...£ f6 8.£g3 ¥d6 9.d4, como en la partida Sanguinetti Matanovic, XV Olimpiada, Varna, 1962) 8.d3 ¤e7 9.¤c3 ¤g6 10.¥e3 ¥d6 11.¤e2 0–0 12.¤g3 ¤f4 13.d4 ¤e6 14.dxe5 ¥xe5 15.¤f5!, con clara ventaja de las blancas (Bernstein - Steiner, Groninga, 1946). Ahora sería peligroso para las blancas tomar de inmediato el alfil, permitiendo la apertura de la columna h.
11... ¥d6
12.¥f4
Todas las piezas blancas se incorporan a la acción con fuerza y efectividad. ¡Pero las negras disponen de numerosos recursos defensivos! 12... ¥xf4
13.£xf4 £d6 14.e5 £h6 15.£b4!
b6
7.c3
15...0–0–0 16.¤e4! parecía peligroso, ya que las negras podían organizar un asalto en el flanco de dama.
Las blancas podían optar también por el siguiente plan: 7 d3 ¤f6 8 ¤ bd2 ¤e7 9 ¦e1 ¤g6 10 d4!
16.f4 a5 17.£a3 ¤e7 18.¦ad1 c5 ¿De qué otra forma podía prepararse el enroque corto? Si 18 … £e6, seguiría 19 ¤e4, y ahora sería imposible 19 … 0–0, debido a 20 ¤g5, que ganaría el caballo.
7...£f6 Merecía consideración 7...£d3 8.¦e1 ¥xf3 9.£xf3 £xf3 10.gxf3 0–0–0, llevando el juego a un final complicado.
19.¤e4 0–0
8.d4!
Devolviendo el peón, pero poniendo el rey a cubierto. Era peligroso aferrarse a la ventaja material. Por ejemplo: 19...£c6 20.£f3 0–0 21.f5!, con poderosas amenazas.
“Hay que reconocerle a Stein el valor que se merece! En una partida tan importante se mentaliza para sacrificar un peón, a pesar de que 107
20.¦d7 ¤f5 21.¤g5 h4 22.¦xc7 ¦ad8 23.£f3 ¤d4 24.£g4 ¦de8
XIIIIIIIIY 9 + + +k+0 9+ + t Rrz p 0 9 + + + +0 9z ppz pq+ z P 0 9 + + + +0 9+P+ + w QP0 9P+ + +Pm K0 9+ + + + 0 xiiiiiiiiy
¡Se amenazaba f4-f5!
25.¢h2 f6 26.exf6 ¦xf6
XIIIIIIIIY 9 + +r+k+0 9+ R t + p z 0 9 p z + r t q w0 9z p p z + N s 0 9 + n s P zQz p0 9+ + + +P0 9Pz P + +Pm K0 9+ + +R+ 0 xiiiiiiiiy
38.g6! Forzando un ataque de mate, al no ser posible 38 … ¦xe7, por 39 £ b8+.
38...¦f8 39.£c7 £d4 40.¦f7 ¦e8 41.¦f4 £e5 42.£f7+ ¢h8 43.¢h1! 1 –0
La ventaja posicional de las blancas es evidente. Las negras tienen numerosas debilidades, aunque hasta ahora todas ellas han estado protegidas. ¿Pero cuánto tiempo más podrán seguir estándolo?
Partida nº 37 Mestrovic - Stein Sarajevo, 1967 Defensa Siciliana
27.¦c8!
Al sumar ambos 10,5 puntos en 15 partidas, Leonid Stein y Borislav Ivkov compartieron laureles en el torneo internacional que se celebró en esta ciudad yugoslava. Varios grandes maestros se encontraban entre los participantes. Esta partida fue la más corta de la competición. Los comentarios de Stein se reproducen en cursiva (publicados en la revista Nauka i Zhizn, Ciencia y Vida).
Al cambiar su torre activa, Stein tenía la oportunidad de apoderarse de la única columna abierta (e) para su segunda torre, hasta entonces pasiva.
27...¦xc8 28.£xc8+ ¦f8 29.£g4 ¤f5 29 … ¦e8 no serviría de mucho, debido a 30 £d7!
1.e4 c5 2.¤f3 g6
30.¦e1 £f6 31.£h5 ¤h6 Las negras están obligadas a retirarse a esta fea casilla, ya que si 31...£h6 32.£e2!, las piezas blancas penetran en campo enemigo.
Stein jugaba la Variante del Dragón de diversas formas y estilos, incluido el fianchetto acelerado, que trata de provocar que las blancas incurran en acciones prematuras.
32.¦e4! b5
3.d4
No era posible 32...£xb2, a causa de 33.£g6, con mate.
La partida Spassky - Stein (VIII Spartakiada de los Sindicatos, 1965) resultó interesante, desde el punto de vista de la apertura: 3.h4?! ¥g7 4.h5 ¤c6 5.¤c3 e6 6.d3 d5 7.¥g5 £b6, y la lucha asumió un carácter afín a la que se produce en la Variante Cerrada.
33.b3 £f5 34.£xh4 ¤f7 35.¦e7 ¤xg5 36.fxg5 £d5 37.£g3 ¦f7
3...¥g7 4.¤c3
108
XIIIIIIIIY 9r+lw q r tk+0 9z p + +p+p0 9 +p+ +p+0 9+ + z p + 0 9 L v p z +n+0 9+L+ + z P 0 9Pz PPs NQz P l v0 9t R + R t +K0 xiiiiiiiiy
Si lo desearan, las blancas podrían pasar a la Defensa India de Rey, mediante 4 d5, como fue el caso en la conocida partida Tal - Benko (Torneo de Candidatos, Yugoslavia 1959).
4...cxd4 5.¤xd4 ¤c6 6.¥e3 ¤f6 7.¤xc6 bxc6 8.e5 ¤g8 Con la continuación elegida las blancas no pueden esperar ventaja, ya que su peón de e5 necesita ser protegido. A 9 f4 seguiría 9 … ¤h6, con juego satisfactorio.
Por un momento parece como si las negras se hubiesen extraviado, ya que a 20 … ¦e8 seguiría 21 ¤f1!, o incluso 21.f3 c5 22.¥xc5 ¥b7 23.¤e4!,y las piezas negras quedarían atascadas en el flanco de rey… Pero Stein, una vez más, había calculado con precisión.
9.¥d4 £a5 10.¥c4 Las blancas sacrificaron un peón para mantener una iniciativa que se desvanece. Una idea lógica, teniendo en cuenta que las negras están un poco retrasadas en desarrollo.
20...c5! 21.£f3
10...¥xe5 11.0–0 ¤f6 12.¦e1 d6 13.£e2
No era bueno 21.¥xc5 , debido a 21 … ¥b7+ xe4+. 22.f3 ¥xg3. Si 22 ¤e4, entonces 22 … ¥
XIIIIIIIIY 9r+l+k+ t r0 9z p + p zp+p0 9 +pz p n sp+0 9w q + l v + 0 9 +Lv L + +0 9+ N s + + 0 9Pz PP+Qz PPz P0 9t R + R t K m 0 xiiiiiiiiy
21...cxb4 22.£xa8 £g5 23.¤f3 £h5 24.¤h4 g5 25.f3 ¥xg3 0 –1 El alfil blanco, que tanto tiempo había estado encerrado en la “jaula”, por fin queda libre. Las blancas sólo pueden evitar el mate a costa de grandes pérdidas materiales. Partida nº 39 Stein - Portisch Moscú, 1967 Defensa Caro-Kann
Las blancas han sacrificado un peón, con vistas a mantener la iniciativa, pero hasta ahora no han conseguido nada concreto. Su última jugada es un error. Lo correcto era 13.¥xe5 dxe5 14.£e2 ¥f5 15.¥b3 e4 16.£c4 0–0 17.£xc6 , como en la partida Tringov - Stein, jugada más tarde en el mismo torneo.
1.e4 c6 2.d3 d5 3.¤d2 g6 4.¤gf3 ¥g7 5.g3 ¤f6 Parecía atractivo el plan 5 … dxe4 6 dxe4 b6! Por ejemplo: 7 ¥ g2 ¥ a6!
13...¤g4!
6.¥g2 dxe4
Con este sorprendente golpe, las negras no sólo destruyen todas las esperanzas de las blancas, sino que asumen el ataque.
Ahora entregar el centro no parece totalmente apropiado.
14.¥b3 ¥xh2+ 15.¢h1 e5 16.¤e4 0 –0
7.dxe4 0–0 8.0–0 ¤a6
Ahora las negras cuentan con ventaja material y la iniciativa.
Es difícil para las negras desarrollar sus piezas del flanco de dama sin que interfieran unas con otras. Esa es, de hecho, una de las ideas en que se basa el sistema elegido por las blancas. El intento de forzar
17.¥c3 £d8 18.g3 d5 19.¤d2 d4 20.¥b4 109
XIIIIIIIIY 9r+ + +k+0 9z pp+qz pr+p0 9 +p+ +p+0 9+n+ t Rl+ 0 9n+ + + +0 9+Nz P + P z 0 9Pz P + P zLz P0 9t R L v +Qm K 0 xiiiiiiiiy
una solución “directa” condujo a ventaja blanca en la partida Gufeld - Kolarov (Odesa, 1968): 8...¥g4 9.h3 ¥xf3 10.£xf3 ¤bd7 11.£e2 e5 12.a4 £c7 13.¤c4, pues las blancas cuentan con la pareja de alfiles en una posición abierta.
9.e5! ¤d5 10.¤b3 Quitándole la casilla c5 al caballo negro de a6.
10...¥g4 El alfil no disponía de un lugar apropiado y seguro a lo largo de toda la diagonal, y aquí tampoco lo tendrá durante mucho tiempo.
Portisch parece haber conseguido activar sus piezas, y rechazado a las blancas, pero con un sutil sacrificio de peón Stein restablece la coordinación de sus efectivos.
11.£e2 £c8 12.¦e1 ¤ac7 13.¥d2 f6
22.¥f4! Si el siempre equilibrado Lajos Portisch pierde aquí la paciencia, eso significa que la posición es bastante incómoda para las negras y ahora se deteriorará aún más.
Invitando a tomar en b2. Sin embargo, las negras declinan razonablemente la oferta, en vista de 22 … ¤xb2 23.¤c5! £c8 24.£e2 b6 25.£xb2 bxc5 26.¦xc5, y su posición sería ruinosa.
14.exf6 ¥xf6
22...¦d8 23.¤c5 ¤xc5 24.¦xc5 ¤c7 25.¦e5 ¤e6
Las negras podrían haber evitado la creación de numerosas debilidades sobre la columna e, con 14 … exf6, pero entonces sus piezas resultarían aún más torpes. Por lo tanto, Portisch asume a conciencia algunos puntos vulnerables en su retaguardia, contando con la posibilidad de obtener contrajuego a lo largo de la columna f . Esa es una de las formas relativamente aceptable de luchar en posiciones inferiores.
O bien 25...¤d5 26.¦d1!
26.¥h6 £d6 27.£e2 ¤g7 28.¦e1 ¥d3 29.£g4 ¥f5 30.£c4 La posición blanca mejora por momentos, y Portisch decide realizar una combinación “simplificadora”, con la que sólo consigue acelerar su derrota.
15.c3 ¦f7 16.£e4 ¥f5 17.£c4 ¤b6 18.£f1!
30...£xe5?! 31.¦xe5 ¦d1+ 32.¥f1 ¥h3
Stein maniobra diestramente y va reduciendo de forma gradual la esfera de actividad de las piezas negras. Ahora planea jugar 19 h3 y 20 ¤fd4!
XIIIIIIIIY 9 + + +k+0 9z pp+ z prs np0 9 +p+ +pv L0 9+ + t R + 0 9 +Q+ + +0 9+ P z + P zl0 9Pz P + P z P z0 9+ +r+Lm K 0 xiiiiiiiiy
18...¤a4? 18...¥e6 (con la amenaza de capturar la dama, con 19 … ¥c4) habría estado más en el espíritu de la arriesgada, pero activa táctica adoptada por Portisch. Por ejemplo: 19 ¤e5 (peor era 19 ¤a5 ¥d5!) 19 … ¥xe5 20.¦xe5 ¤c4 21.¦e4 ¤xd2 22.¤xd2 ¥d5, y aunque las negras conservarían sus crónicas debilidades de peones, sus piezas disfrutarían de mayor libertad.
33.¦xe7!
19.¥c1 £d7 20.¤e5 ¥xe5 21.¦xe5 ¤b5 110
Una sencilla pero eficaz refutación de la tentativa negra. Stein traslada el juego a un final elemental ganado.
partida las negras jugaron peor: 15 … e6 16 ¦cf1!).
14.¦b3 ¤e4
33...¦xf1+ 34.£xf1 ¥xf1 35.¦xf7 ¢xf7 36.¢xf1 ¤f5 37.¥e3 a6 38.¢e2 h5 39.¢d3 b5 40.¢e4 ¢e6 41.h3 a5 42.¥c5 a4 43.¥f8! 1–0
Ya era tarde para jugar 14...d5, debido a 15.¥f4 16.¤e5!
15.¤xe4 ¥xe4 16.d5! La amenaza 44 g4 no deja resquicio alguno de salvación. Esta partida de la octava ronda abrió paso a una serie victoriosa de partidas, que situó a Stein en cabeza de este gran torneo internacional.
Traspasando la línea de demarcación, lo que, en estructuras de este tipo, significa que las blancas se han apoderado de la iniciativa.
16...¥xf3 17.exf3 Sutil. Parece ser que Filip esperaba 17 ¥ xf3, a lo que pensaba seguir con la maniobra …¤c6-e5-c4, con lo que los alfiles blancos quedarían restringidos. Ahora, sin embargo, son bien activos y las blancas rápidamente emprenderán la apertura de líneas en el flanco de rey.
Partida nº 40 Stein - Filip Moscú, 1967 Apertura Inglesa
1.g3
17...¤e5 18.f4 ¤c4
En una época Stein no quería ni oír hablar de aperturas como ésta. Empezó a jugarla, porque le permitía plantear su formación favorita, con el fianchetto del alfil rey. En este caso, pronto dará lugar a una variante simétrica de la Apertura Inglesa.
XIIIIIIIIY 9 r t q w r tk+0 9+ + z ppv lp0 9 + p z +p+0 9+p+P+ + 0 9 P zn+ z P +0 9+R+ + z P 0 9 + + z PLz P0 9+ L vQ+Rm K 0 xiiiiiiiiy
1...g6
2.¥g2 ¥g7 3.¤f3 ¤f6 4.0 –0 0–0 5.d3 d6 6.c4 c5 7.¤c3 ¤c6 8.¦b1 ¦b8 9.a3 a6 Hasta este momento las negras no tenían que meditar sus respuestas, realizando sus jugadas de forma automática. En sistemas abiertos una táctica así hubiera conducido a la pérdida de una pieza o incluso al mate, pero en posiciones cerradas puede seguirse por un rato esta “estrategia del espejo”, sin detrimento alguno para la propia posición.
19.f5! 19 … gxf5 sería posible 20 g4!, con inmediato traslado de la torre de b3 al flanco de rey. Filip no se permite aceptar el sacrificio, pero eso no le ahorra dificultades.
10.b4 cxb4 11.axb4 b5 12.cxb5 axb5 13.d4! ¥f5?
19...¦a8 20.fxg6 hxg6 21.h4! ¦a1 22.h5 ¥f6
“¡Basta de simetría!”, decidió el gran maestro Miroslav Filip. Se equivocó. Puede que tuviera miedo de la variante 13...d5 14.¤e5, pero en tal caso las negras podrían haber jugado 14 … ¤xe5 15 dxe5 ¤g4. La partida Larsen - Ivkov (Palma de Mallorca) siguió 14 ¥f4, cuando sí resultó peligroso mantener la simetría: 14 … ¥f5? 15.¥xb8 ¥xb1 16.¤e5, con ventaja blanca. Ivkov respondió 14 … ¦b6, y las blancas no consiguieron nada. A 15 £ b3 era posible 15 … ¥f5 16 ¦ bc1 e6, con igualdad (aunque en la
Parece como si cualquiera que haya dicho “a1” tuviese que proseguir con “b2”. Pero a 22 … ¥ b2, las blancas, además de la buena y natural respuesta 23 £c2, podrían realizar un sacrificio de pieza: 23 hxg6! Por ejemplo: 23 … ¦xc1 24.£h5 ¦xf1+ 25.¥xf1 fxg6 26.£xg6+ ¢h8 27.¥d3.
23.hxg6 fxg6 24.£g4 ¢g7 25.¥e4 £e8 111
33...¦xb1+
25 … ¤e5 26 ¥h6+ ¢xh6 27 £xh6+ ¢g7 28 ¦xa1 ¤f3+ 29 ¦xf3 ¥xf1 30 £g4! conducía a la pérdida de un peón.
36.£d4+ 1–0 Si 36 … ¢g5, entonces 37 £e3+, ganando la torre.
26.¥b1 ¤e5 27.£e4 ¦h8 28.¥b2 ¦a8
XIIIIIIIIY 9r+ +q+ t r0 9+ + z p k m 0 9 + p z l vp+0 9+p+Ps n + 0 9 P z +Q+ +0 9+R+ + z P 0 9 L v + P z +0 9+L+ +Rm K 0 xiiiiiiiiy
Partida nº 41 Gligoric - Stein Moscú, 1967 Defensa India de Rey
1.d4 ¤f6 2.c4 g6 3.¤c3 ¥g7 4.e4 d6 5.¤f3 0–0 6.¥e2 e5 7.d5 Esta línea de apertura ya se ha comentado, a propósito de la partida Krogius - Stein, en la que se jugó 7 … h6. Aquí Stein opta por un plan diferente.
29.¥xe5! Esta captura revela una profunda comprensión de la posición. En la situación así creada, la existencia de alfiles de distinto color crearán las mejores condiciones para las blancas, con lo que su ataque adquirirá un carácter decisivo. 29... ¥xe5
34.£xb1 ¢xf6 35.£e4 £f7
7...a5 Para situar el caballo en c5. El inconveniente de este plan radica en el hecho de que permite a las blancas preparar un ataque en el flanco de dama, con ganancia de tiempo: a2-a3, b2-b3, ¦a1-b1 y b3-b4. Con 7 … ¤ bd7 las blancas no dispondrían de esa posibilidad.
30.¦c1 ¦a1 31.¦c7 ¥f6 32.¦f3
Las piezas blancas se han situado en posiciones ideales. Sólo se requiere jugar ¢g1-g2 para emprender un asalto directo. Pero las negras precipitan el desenlace.
8.0–0 ¤a6 9.¥g5 h6 10.¥h4 g5 11.¥g3 ¤h5 12.¤d2 ¤f4 13.¥g4 Puesto que las negras han situado sus peones en casillas del mismo color, este método técnico es muy útil para las blancas. La casilla f5 será vulnerable después del cambio de alfiles, y si la negras realizan el avance …f7-f5, el caballo blanco podrá confortablemente instalarse en e4.
32...¦h6?
XIIIIIIIIY 9 + +q+ +0 9+ R t p z k m 0 9 + p z l vpt r0 9+p+P+ + 0 9 P z +Q+ +0 9+ + +Rz P 0 9 + + z P +0 9t rL+ + m K 0 xiiiiiiiiy
13...¤c5 14.f3 c6! Esta jugada es una recomendación de Tigran Petrosian. Las negras quieren iniciar un contrajuego en el flanco de dama, sin permitirle a las blancas controlar la casilla b5.
El final del juego se habría postergado con 32 … ¦f8 o 32 … £f7.
15.£c2 cxd5 16.cxd5 b5! Las negras han conseguido la meta propuesta. Dado que era imposible jugar 17 ¤xb5 por 17 … £ b6!, las blancas tienen que reconciliarse con la idea de entregar espacio en el flanco de dama.
33.¦xf6! Un elegante sacrificio de calidad, cuya meta es privar al rey negro de su principal defensor. Ahora no es posible 33 … ¦xf6, a causa de 34 £d4+.
17.a4
112
(o bien 27.£d1 ¢h7 28.¤xg4 ¦c1!) 27 … f5!, las negras se desprenderían de sus debilidades en el flanco de rey, dado que sería imposible jugar 28.¤xf5 ¦xf5 29.exf5 ¤h3! Más fuerte sería 25.¢h1 ¥h6 26.¤f5 ¥g5 27.¦ff1 (27 … ¤h3! era la amenaza latente). Por ejemplo: 27 … ¤h3 28.£e2 ¤f4 29.£d2.
Una medida contra el avance de los peones negros. Si 17 a3, era posible 17 … a4!, bloqueando el flanco de dama blanco.
17...bxa4 18.¤c4 h5 19.¥xc8 ¦xc8 20.¤xa4 £c7 De este modo no se cede el punto fuerte de c5. Pero ahora las blancas volverán su vista hacia el flanco de rey.
25...gxf3 26.¢h1
XIIIIIIIIY 9 +r+ t rk+0 9w q + +pv l 0 9 + p z + +0 9z p +Pz pN+p0 9N+ +Ps n +0 9+ + +p+ 0 9 P z Q w R tPz P0 9t R + + +K0 xiiiiiiiiy
21.¤e3 £a7 22.¥f2 El maestro internacional Oleg Moiseiev recomienda 22.¤xc5 ¦xc5 23.£d2, seguido de ¥g3-f2 y ¤e3-f5. Sin embargo, las negras no han abierto en vano líneas en el flanco de dama, donde las blancas tienen la debilidad de b2. Así que era posible 23 … ¦b8 24.¥f2 £c7 25.¢h1 (no 25 ¦fc1, por 25 … ¤e2+!) 25 … ¦b3!, y si 26 ¦fc1, entonces 26 … ¤d3! Sólo acciones enérgicas, apoyadas en motivos tácticos, podrían compensar a las negras de los serios desequilibrios de su posición en el flanco de dama.
Gracias al sacrificio de calidad, Gligoric esperaba controlar todos los puntos clave del flanco de rey: 26 … fxg2+? 27.¦xg2! ¤xg2 28.£xg2 f6 29.¦g1, con ataque.
22...¤cd3 23.£d2 ¤xf2 24.¦xf2
26...£xf2!
XIIIIIIIIY 9 +r+ t rk+0 9w q + +pv l 0 9 + p z + +0 9z p +Pz p p zp0 9N+ +Ps n +0 9+ + s NP+ 0 9 P z Q w R tPz P0 9t R + + m K 0 xiiiiiiiiy
Una refutación inapelable. Las negras no ganarán calidad (puesto que las blancas disponen en cartera de un jaque en e7), pero sí forzarán cambios ventajosos, cuando en un tablero desierto, el caballo de a4 y la actividad de la torre negra se harán sentir.
27.£xf2 fxg2+ 28.£xg2 O bien 28.¢g1 ¤h3+ 29.¢xg2 ¤xf2 30.¤e7+
24...g4!
¢h7 31.¤xc8 ¤xe4!
Las blancas han conseguido liberarse de uno de los molestos caballos negros, pero a costa de su alfil de casillas negras. Como compensación por sus debilidades en las casillas blancas, las negras han logrado contrajuego en las casillas de color opuesto, amenazando introducir en la lucha su alfil, vía h6. Pero ¿no podrán la blancas impedirlo, ocupando el puesto avanzado de f5? Stein había preparado un golpe para tal eventualidad.
28...¤xg2 29.¢xg2 Gligoric rehúsa recuperar la calidad, ya que después de 29.¤e7+ ¢h7 30.¤xc8 ¦xc8 31.¢xg2 ¦c2+, y 32 … ¥h6, nadie querría estar en el lugar de las blancas.
29...¦c2+ 30.¢f3 ¦b8! Una rara situación, en la que el poderoso caballo de f5 no hizo nada bueno por su bando en toda la partida. También aquí, a 31 ¦g1 habría seguido 31 … ¦b3+ 32.¤c3 ¦cxb2! 33.¦xg7+ ¢f8, y las negras recuperarían el caballo de c3.
25.¤f5? Svetozar Gligoric omite la idea de su oponente. Después de 25.fxg4 ¥h6 26.£e1 hxg4 27.¢h1 113
31.¢e3 ¦b3+ 32.¤c3 ¦bxb2 33.¦a3 ¦xh2 34.¢d3 ¦h3+ 35.¤e3
15.¤xd4 c5 16.¤e2 d4. Esa es la razón por la que Stein cambió de arma.
El caballo regresa, pero la partida ya está perdida.
13...¤xd4 14.¤xd4
35... ¥h6
Después de 14 cxd4 a5, las negras tienen contrajuego en el flanco de dama.
36.¤cd1 ¦b1 0–1
Después de esta victoria, Stein tomó el mando de la clasificación, y ya no lo dejó hasta el final del torneo.
14...£d7 Ahora Paul Keres sigue también el ejemplo de su oponente, desviándose de la muy analizada continuación 14 … ¥xd4 15 cxd4 f4. La idea del gran maestro estoniano parece clara a primera vista: proteger el alfil y preparar el avance normal … c7-c5. En busca de un juego activo, las blancas, como luego se pondría de evidencia, tendrán que prestar atención a la debilidad de su peón avanzado de e5.
Partida nº 41 Stein - Keres Moscú, 1967 Apertura Ruy López
Cuatro años más tarde, los periodistas le preguntaron a Stein cuál consideraba que era su mejor partida. Leonid respondió que recordaba ésta con especial satisfacción.
15.f3
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¤xe4 ¡Qué caprichosas son las modas en ajedrez! En una ocasión este sistema fue condenado al olvido. Pero la Variante Abierta, reforzada por nuevas ideas, vuelve a aparecer, una y otra vez, en los torneos importantes.
Era tentador hacerse con la pareja de alfiles, tras 15.¤xe6, pero ¿qué hacer con el peón atacado, después de 15 … £xe6? En caso de 16.¥f4 g5! 17.¥xe4 dxe4 18.¥xg5 £xe5 19.g3 e3!, las posibilidades de las negras no serían inferiores. Entretanto, Stein impide el inmediato avance … c7-c5, forzando la retirada del caballo a dicha casilla.
6.d4 b5 7.¥b3 d5 8.dxe5 ¥e6 9.c3 ¥c5
15...¤c5
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9+ p zq+ z pp0 9pv l +l+ +0 9+ps npz Pp+ 0 9 + N s + +0 9+ P z +P+ 0 9Pz PL+ +Pz P0 9t R L vQ+Rm K 0 xiiiiiiiiy
Otras posibilidades para las negras son 9 … ¥ e7 y 9 … ¤c5.
10.¤bd2 0–0 11.¥c2 f5 Una antigua jugada, que la teoría no reconoce como la mejor en esta posición, recomendando, en su lugar, 11 … Af5.
12.¤b3 ¥b6 13.¤fd4! 16.¢h1!
Una intrincada “esgrima” de apertura se pone en marcha. Durante mucho tiempo, la teoría consideraba aquí 13 a4 como la jugada más fuerte, y fue precisamente a causa de ella que las negras comenzaron a descartar 11 … f5. Sin embargo, varios meses antes de esta partida, Nei, en su partida contra Suetin, demostró que 13 a4 era inocua, debido a 13 … £d7, consiguiendo excelente juego después de 14.¤bd4 ¤xd4
“Qué profunda penetración en los misterios que la posición contiene”, escribió el gran maestro Evgueni Vasiukov en el boletín del torneo. “Stein aparta su rey de la diagonal g1-a7, donde se encontraba incómodo. Además, en caso de … f5-f4, las blancas podrán jugar ¦g1, seguido de g2-g3.” Añadiremos que la sutileza del plan de Stein se pondrá de manifiesto en la inesperada entrega del 114
peón de e5, cuya esencia saldrá a la luz en la jugada 19.
24 ¦e1!, amenazando f3-f4, y a … f5-f4, las blancas replicarían b3-b4!
16...¤b7?
20...¢h8 21.¦e1
Keres se muestra impaciente por realizar el avance … c7-c5 lo antes posible, y no teme situar a su caballo en un dudoso “establo”. Simagin recomendó jugar aquí 16 … ¦ae8, sin revelar la razón.
Ahora las negras no tienen compensaciones por las deficiencias de su posición. Cierto es, sin embargo, que no resulta fácil para las blancas materializar su ventaja. En primer lugar, es preciso quebrar la falange de peones negros.
17.¥e3! c5 18.¤xe6 £xe6
21...¦a7
22.£e2! b4 23.cxb4 cxb4 24.¥xb6 £xb6 25.¦ad1 £c5 26.¥d3!
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9+n+ + z pp0 9pv l +q+ +0 9+pz ppz Pp+ 0 9 + + + +0 9+ P z L vP+ 0 9Pz PL+ +Pz P0 9t R +Q+R+K0 xiiiiiiiiy
Los peones negros recordaban a los temibles dientes de un tiburón. Stein asume los deberes de un experto dentista.
26...£b6 27.¥b1 29.£xd5 ¤c6
£c6
28.£d2
£xa4
XIIIIIIIIY 9 + + t r k m0 9t r + + z pp0 9p+n+ + +0 9+ +Qz Pp+ 0 9qz p + + +0 9+ + +P+ 0 9 P z + +Pz P0 9+L+Rt R +K0 xiiiiiiiiy
Hasta ahora no estaba claro por qué es mala la retirada de caballo a b7. Las negras han alcanzado su modesto objetivo y hasta parece que han conseguido contrajuego. ¿Cómo protegerían las blancas su peón de e5? Aquí Keres debe haber esperado 19 ¥ f4 o 19 f4, lo que le permitiría preparar el avance … d5-d4 mediante 19 … ¦ad8. El gran maestro Simagin escribiría más tarde, en Shajmaty URSS , que la inmensa mayoría de los grandes maestros habría jugado 19 f4 sin dudarlo.
30.¥xf5! Una pequeña combinación. Ahora no son posibles ni 30 … ¦xf5 31.£d8+, ni 30 … ¤e7 31.£c5! Las blancas ganan un peón, y la posición negra se viene abajo como un castillo de cartas.
19.a4!! En una ocasión Tarrasch dijo que un sacrificio de peón solía ser más profundo que un sacrificio de pieza. Esta sorprendente jugada de Stein ilumina como un rayo todos los defectos en la disposición de piezas y peones negros. Si 19 … £xe5!, entonces 20.¦e1! £d6 21.axb5 axb5 22.¦xa8 ¦xa8 23.¥xf5, y los alfiles blancos se disponen a entrar en acción. La inclusión de las jugadas 20 … ¥c7 21 ¥g1! no cambiaría las cosas. ¡Este era el momento en que se plasma la idea de la jugada 16! El caballo de b7 jugaría un pobre papel en las variantes citadas.
30...£b5 31.£d6 Aquí existía la posibilidad de llevar el juego a un final, pero Stein decidió que el ataque le permitiría regresar antes a casa. Desde luego, tenía razón. 31...£b8
32.£xc6 ¦xf5 33.e6 ¦e7 34.¦d7 ¦e8 35.¦b7 £c8 36.¦c7 £b8 37.£d7 ¦g 5 38.f4 ¦g6 39.f5 ¦g5 40.f6! 1 –0
19...¤a5 20.¥f2! Otra jugada muy fina. A 20 … ¤c4 Stein había preparado un sacrificio de peón: 21.b3! ¤xe5 22.¦e1!, o incluso 22 axb5 axb5 23 ¦xa8 ¦xa8 115
Partida nº 42 Stein - Uhlmann Moscú, 1967 Defensa Francesa
convincentes (por ejemplo: no está claro cómo dar mate después de 17 … £c5. Si 18.¥xg6, 18 … hxg6 19.¤xe6 £xf2+!), de modo que prefirió desplegar la lucha en ambos flancos.
Según se indicaba en el boletín, Stein sólo había invertido 35 minutos en toda su partida de la penúltima ronda. Con su victoria pudo superar en un punto entero a sus inmediatos rivales, lo que prácticamente le aseguraba el primer puesto en este torneo excepcionalmente fuerte.
17.a4
1.e4 e6 2.d4 d5 3.¤d2 c5 4.¤gf3 cxd4 5.exd5 £xd5
A 17 … b4 resultaría decisivo 18.¤xe6! fxe6 19.£xe6+ ¦f7 20.¥c4 Ahora la variante no parecía tan evidente.
Tratando de apoderarse de la casilla c4 para el alfil.
17...bxa4
Una variante muy arriesgada para las negras. La rápida incorporación de la dama al fragor de la batalla le permitirá a las blancas desarrollar sus piezas menores, ganando así una sustancial ventaja de apertura. Pero las negras esperaban poder rehacerse de los tiempos perdidos, gracias a su sólida estructura de peones.
18.¦xa4 ¤h5!
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9+lw q l vp+p0 9p+ +p+p+0 9+ + + +n0 9R+ s N + +0 9+P+L+ +Q0 9 L vP+ z PPz P0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy
6.¥c4 £d6 7.0 –0 ¤f6 8.¤b3 ¤c6 9.¤bxd4 ¤xd4 10.¤xd4 ¥e7 11.b3 Hasta aquí ambos grandes maestros han seguido un camino bien conocido. La partida Tal Uhlmann, del mismo torneo, se había jugado precisamente así, pero ahora prosiguió así: 11 … 0–0 12.¥b2 e5 13.¤b5 £xd1 14.¦fxd1, y las negras perdieron el final en docena y media de jugadas. Así que Wolfgang Uhlmann trató de reforzar su defensa.
Si las blancas permiten que su rival juegue … Ae7-f6, su ventaja disminuiría. Por consiguiente, Stein se decide, sin dudarlo, por un sacrificio de caballo (a pesar de que aquí parece un tanto precario), a fin de mantener el ataque al rey contrario.
11...a6
19.¤xe6! fxe6 20.£xe6+ ¦f7 21.¥c4
Teniendo en cuenta el molesto salto de caballo de Tal a b5…
Si ahora 21 … ¥f6 (esperando 22.¥xf6 ¤xf6 23.£xf6? £xc4!), las blancas realizarían una hermosa jugada intermedia, 23 Tb4! Por ejemplo: 23 … ¦ b8 24 ¦xb7! ¦xb7 25 £xf6 £xc4 26 ¦e8+, con mate. Más fuerte era 21 … ¥c5 22.¥e5 £e7! 23.£xe7 ¥xe7 24.¦d1 ¥c6, y las negras defenderían su terreno. Sin embargo, Uhlmann comete un burdo error y pierde de inmediato.
12.¥b2 0–0 13.£f3 £c7 14.¦fe1 b5 15.¥d3 ¥b7 16.£h3 g6 Las negras han conseguido desarrollar sus piezas, pero ese proceso requirió tanto tiempo, que, entretanto, las blancas se las han ingeniado para crear amenazas concretas, lo que ha obligado a un considerable debilitamiento en la posición del rey negro. Ahora merecía atención 17.£h6, con idea de responder a 17 ... ¤g4 con el notable golpe 18.¤f5!! A 17 ... ¦ad8 sería posible el sacrificio de dos piezas: 18 ¥xg6! hxg6 19 ¤xe6! Al joven Stein sin duda le hubieran gustado estas ideas, pero al maduro gran maestro no le resultaron
21...£f4? 22.£xf7+! £xf7 23.¦xe7 1 –0
116
Partida nº 43 Stein - R. Byrne Sousse, 1967 Torneo Interzonal Defensa Francesa
XIIIIIIIIY 9r+ +k+ t r0 9+ +n+pz p 0 9 p z +p+ z p0 9z pP+pz Pn+ 0 9 +qz P N s +0 9v L + + + 0 9 +P+ z PPz P0 9t R +Q+Rm K 0 xiiiiiiiiy
1.e4 e6 2.d4 d5 3.¤c3 ¥b4 4.e5 c5 5.a3 ¥xc3+ 6.bxc3 £c7 7.¤f3 ¤e7 8.a4 b6 9.¥b5+ Un conocido método táctico, cuya idea es impedir … ¥ c8-a6.
17.c3!
9...¥d7 10.0–0
Las blancas sacrifican peones a elección del consumidor. Tomar cualquiera de ellos no plantea especial peligro. Lo mejor sería eliminar el peón de b5, ya que después de 17 … £xc3, las blancas se apoderarían de la columna abierta c, a costa de dos peones: 18.¤e2 £c4 19.¦c1 £xb5 20.¤c3, etc. (también es digna de tener en cuenta 19 ¦ b1), lo que combinado con la presión sobre la diagonal a3-f8 podría concederle a las blancas suficiente compensación por las pérdidas materiales.
Una decisión discutible. Más fiable era 10 ¥ d3, contentándose con haber desviado al alfil dama enemigo. Ahora las blancas quedarán con un peón débil en b5, que requerirá protección. Cierto que, en posiciones favorables, también puede convertirse en un engañoso cebo…
10...¥xb5 11.axb5 a5! Bien jugado. El peón retrasado se convierte en pasado. ¿Valía la pena capturarlo al paso, desprendiéndose así de la debilidad de b5? Lo cierto es que las blancas habían aceptado el cambio de alfiles sólo para crear un puesto avanzado en el flanco de dama, tratando de dificultarle a las negras la tarea de buscar refugio para su rey. Así que Stein descarta la captura.
17...g6? Pero aquí el gran maestro norteamericano vacila, postergando la aceptación del sacrificio por un movimiento, pero… precisamente ese valioso tiempo le permitirá a su oponente desplegar una peligrosa iniciativa.
12.¤g5 h6 13.¤h3 ¤d7 14.¤f4
18.£f3 £xb5
Se amenaza 15 £g4, con peligrosas consecuencias. Las negras tienen que actuar con energía.
Ahora el peón resulta estar envenenado. Las blancas han tenido éxito en preparar el formidable avance c3c4, en relación con la amenaza sobre la columna b.
14...cxd4 15.cxd4 £c4
19.g4!
Ahora el rey negro está destinado a permanecer largo tiempo en el centro, pero a cambio los peones blancos quedan en estado de alerta. Dado que la posición es semiabierta, queda por ver cuál de esos triunfos prevalecerá sobre el otro.
Abriendo paso a su caballo, vía f4-g2-e3, con ganancia de tiempo. 19...¤e7
16.¥a3 ¤f5
20.¦fc1 ¦c8 21.¦ab1 £c4
O bien 21...£a4 22.¥d6!
22.¤g2 ¦c6? Como si la fatalidad lo persiguiera, Robert Byrne decide reforzar la protección del peón de b6, a fin de liberar al caballo de sus obligaciones defensivas, pero subestima el ataque de las 117
blancas. ¿Cómo tenía que haber jugado? Boris Spassky recomendó 22 … £c6 en el boletín del torneo, a lo que A. Jasin propuso 23 £e2!, insistiendo en la preparación del avance c3-c4, por lo que sugería otra jugada defensiva: 22 … b5. Estamos de acuerdo con su conclusión de que, en tal caso, las blancas tendrían que trabajar mucho para demostrar la corrección de su sacrificio de material en la apertura.
Esta jugada le permite a las blancas efectuar el avance d4-d5 con ganancia de tiempo, pero Stein prefiere otra continuación.
13.dxe5 dxe5 14.¤h2 En caso de que la torre negra se sitúe en d8, la dama se desplazaría no a e2, sino a la más activa f3. Luego seguiría ¤h2-g4, para provocar el cambio de una de las piezas negras que protegen el punto d5.
23.¤e3 £a4 24.¦a1 £b5
14...¥e6
XIIIIIIIIY 9 + +k+ t r0 9+ +ns np+ 0 9 p zr+p+pz p0 9z pq+pz P + 0 9 + P z +P+0 9v L P z N sQ+ 0 9 + + z P P z0 9t R R t + K m 0 xiiiiiiiiy
También es posible el siguiente plan: 14...c4 15.¤df1 ¥c5 16.£f3 ¤e7 (Sajarov - Suetin, Moscú, 1966, Campeonato de la URSS por equipos), incorporando más tropas a la defensa de la casilla d5.
15.£f3 ¦ad8 16.¤df1 g6 El futuro ganador de dos torneos interzonales, pero entonces sólo un debutante brasileño de 15 años, comete un error que debilita la posición de su rey. Era mejor 16...c4 17.¤e3 £a5, amenazando 18 … ¤d4. La partida Bagirov Kolpakov (Leningrado, 1969) siguió así: 18.¦f1 b4 19.¤f5 ¥xf5 20.exf5 e4 21.¥xe4 ¤e5 22.£e2 bxc3 23.bxc3 ¦fe8 24.¥c2 ¤d3!, con buen juego para las negras.
¿Qué otra cosa, si no? Después de 24 … ...£b3 25.c4 ¦xc4 (25 … dxc4 26 ¥xe7!) 26.¦xc4 dxc4 27.£a8+, y todo habría terminado.
25.c4! 1–0 Esta decisión no puede considerarse prematura, ya que después de 25 … dxc4 26.¦cb1! y 27 ¥xe7, las blancas ganarían una pieza como mínimo, y en caso de 25 … £a6, 26 cxd5, la posición negra quedaría hecha pedazos. Spassky mencionó cifras curiosas: el campeón de la URSS había invertido 1 hora y 17 minutos en toda la partida, mientras que su oponente necesitó 2 horas y 11 minutos. Incluso en una competición tan importante, ¡Stein seguía asombrando a todo el mundo con su velocidad de juego!
17.¥h6 Las blancas desarrollan su alfil dama, ganando un tiempo y conectando las torres. Ahora las negras quedan privadas de la posibilidad táctica relacionada con la indefensión de la torre de e1.
17...¦fe8 18.¤e3 18...¤d4! Este pertinente sacrificio es la mejor posibilidad relativa de las negras, aunque, tras la apertura de líneas, tendrán que mantenerse a la defensiva. Pero en una posición abierta dinámica, sus oportunidades de defensa activa son mejores.
Partida nº 44 Stein - Mecking Sousse, 1967 Torneo Interzonal Apertura Ruy López
19.cxd4 cxd4 20.¤f5! La forma más enérgica de devolver la pieza. Es cierto, sin embargo, que Mecking puede conseguir contrajuego, gracias a su activa dama y al fuerte peón de d4. Pero una ligera imprecisión y el peón se convertirá en una debilidad, y la actividad de la dama puede distraerla del principal teatro de operaciones.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 0 –0 9.h3 ¤a5 10.¥c2 c5 11.d4 £c7 12.¤bd2 ¤c6
118
20...¥xf5
21.exf5 £xc2 22.¦xe5 ¥f8?
Éste fue el gol que Stein le metió al “Pelé” del ajedrez.
XIIIIIIIIY 9 + r trv lk+0 9+ + +p+p0 9p+ + s npv L0 9+p+ t RP+ 0 9 + p z + +0 9+ + +Q+P0 9Pz Pq+ z PPs N0 9t R + + m K 0 xiiiiiiiiy
24...¥g7 25.¤xf6+ ¥xf6 26.£xf6 hxg6 Después de 26 … fxg6, las negras perderían inmediatamente un peón: 27 ¦xe8 y 28 £xd4.
27.¦ae1 La forma más precisa de materializar la ventaja: las piezas blancas dominan toda la posición.
27...¦f8
XIIIIIIIIY 9 + r t r tk+0 9+ + +p+ 0 9p+ + w Qp+0 9+p+ t R + 0 9 + p z + +0 9+ + + +P0 9Pz Pq+ z PP+0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy
Aquí se produce el ligero error, ¡sólo perceptible a un ojo bien entrenado en táctica! Desde luego, era difícil para las negras encontrar el camino de juego correcto. La estimación comparativa de todas las variantes requeriría un gran trabajo de cálculo. En el boletín del torneo se recomendó 22...¥d6, sin señalar variante alguna. Consideremos una posible continuación: 23.¦xe8+ ¦xe8 24.¥g5! ¦c8 (24 … f6 25 £ d5+!) 25 Cg4! Af8. Las negras están peor. Más agudo sería 22...£xb2 23.¦ae1 ¥d6, y ahora 24 fxg6 (con idea de plantear una combinación tras ¥xe5 25.¦xe5! ¦xe5 26.£xf6 ¦e1+ 27.¤f1 ¦xf1+ 28.¢h2!, ganando) no da resultado, en vista de 24 … ¦xe5!, y el plan de las blancas quedaría refutado, ya que el alfil negro controla la casilla h2. 24 ¦xe8+ ¦xe8 (24 … Cxe8 25 £c6!) 25.¦xe8+ ¤xe8 26.£e4! tiene un magnífico aspecto, al no permitir que la dama negra entre en la columna e. Ahora, después de 26 … ¤c7 27.g3!, con la amenaza 28 ¤g4 (o bien 26 … ¤g7 27.f6 ¤e6 28.g3! d3 29.¤g4, y las blancas crearían peligrosas amenazas). Pero si el formidable caballo se desvía, con 26 … £a1+! 27 ¦f1, entonces aquí 27 … ¤g7 le concedería a las negras esperanzas de rechazar todos los ataques.
El final de damas, con peón menos, sería desesperado para las negras: 27...£c8 28.¦xe8+ ¦xe8 29.¦xe8+ £xe8 30.£xd4. Pero ahora la lucha tampoco se prolongará.
28.¦5e4! ¦d5 No salvaría 28 … £d2, a causa de 29 ¦h4! £xe1+ 30 ¢h2, seguido de mate.
29.¦h4 ¦h5 30.¦xh5 gxh5 31.¦e5 ¦c8 32.¦g5+ 1–0 Partida nº 46 Damjanovic - Stein La Habana, 1968 Memorial Capablanca Defensa Siciliana
23.fxg6! ¥xh6 Aparentemente, Mecking contaba con 24 £xf6 hxg6, con una satisfactoria posición para las negras. Por ejemplo: 25.¦xe8+ ¦xe8 26.£xd4 ¥g7 27 ¦e8, recuperando el peón. Por supuesto, no era bueno 23...¦xe5 24.£xf6 £xg6 25.£xe5 £xh6 26.¤g4!, o bien 23...£xg6? 24.¦g5!
En este torneo Stein empató en el segundo puesto con Suetin, a medio punto de Jolmov. Una de sus partidas más interesantes fue la que ahora comentaremos, contra el gran maestro yugoslavo Mato Damjanovic. El plan de apertura por él elegido podría llamarse “la insensatez de los valientes”.
24.¤g4!
1.e4 c5 2.¤f3 ¤c6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 d6 6.¥g5
119
Este plan fue inventado en los años treinta por el conocido teórico Vsevolod Rauzer. Su idea básica era modesta: evitar la Variante del Dragón. Pero más tarde se ha ido empleando con otras ideas y la jugada de Rauzer ha pasado a formar parte de todo un sistema de ataque, asociado con el enroque largo. Stein lo practicó más de una vez con blancas. ¿Pero cómo combatirlo?
hizo que las blancas se planteasen la posibilidad ¥ g5xf6 y ¤c3-d5!
8...a5 9.¥b5 ¤g4? En este punto recordamos una de las sentencias semi jocosas de Stein: “Ahora la Siciliana, con negras, vive una crisis: si arriesgas, pueden darte mate. Si no arriesgas, te encontrarás en un final con peón menos. Así que… ¡es mejor arriesgar!”
6...¥d7
10.h3
¤e3 11.£e2 ¤b4 12.¥d3 h6 13.¥h4 g5 14.fxg5
Esta jugada no debe considerarse de forma aislada, sino en conexión con todo el plan de apertura. En la presente partida Stein trataba de acelerar el desarrollo de su flanco de dama, presintiendo el deseo del rey blanco de refugiarse en aquel flanco.
Esta decisión dista de ser indiscutible. El gran maestro Ivkov recomienda la sólida 14 ¥ g3!, conservando una duradera ventaja de apertura. 13...hxg5
7.f4
15.¥xg5
XIIIIIIIIY 9 +rw qkv l r t0 9+p+lz pp+ 0 9 + p z + +0 9z p + + v L 0 9 n s +P+ +0 9+Ns NLs n +P0 9Pz PP+Q+P+0 9t R + K m +R0 xiiiiiiiiy
En esta posición se han empleado las siguientes continuaciones: 7 ¥xf6, 7 ¥e2 y, sobre todo, 7 £d2, después de la cual las blancas enrocan largo, sin tener en cuenta las preparaciones de su rival. Stein solía responder a ese plan con 7 … ¤xd4 8.£xd4 £a5. Su partida con Bronstein (Riga, 1968, Campeonato de la URSS por equipos) siguió así: 9.¥d2 e5 10.£d3 £c7 11.¥g5 ¥e7, con intensa lucha, en la que las posibilidades de las blancas son superiores.
7...¦c8
15...¤g4!
Más tarde, Stein rechazó esta continuación. En su partida contra Polugaievsky (Riga, 1968), jugó 7...¤g4, y después de 8.¤b3 £b6 9.£e2 ¤d4! 10.£d2 ¤xb3 11.axb3 £e3+ 12.£xe3 ¤xe3 13.¢d2 ¤xf1+ 14.¦hxf1 e6, y obtuvo un mejor final. Sin embargo, resultó que las blancas disponían de una clara refutación a la jugada 7...¤g4: 8.¤db5!, con la amenaza 9 ¤xd6+! En caso de 8 … £ b6 9 £d2 e6 10 0-0-0!, las negras tienen que entregar el peón d6, pues 10 … ¤f2?? 11.£xf2! perdería pieza (11 … £xf2?? 12.¤c7++). Y a 8… f6, sería fuerte 9.f5! En consecuencia, el orden correcto de jugadas es 7...£b6! 8.¤b3 ¤g4, trasponiendo a la partida Polugaievsky - Stein.
El caballo negro regresa de su peligrosa incursión, sano y salvo, habiendo obtenido como recompensa el fuerte punto central e5. Lo principal es que las blancas se enfrentan a numerosos problemas, siendo el principal dónde resguardar el rey. En caso de 16.0–0–0 ¤e5, las negras tendrían buenas perspectivas con el avance … a5-a4-a3, que en combinación con … ¥ c8-b7, completaría sus planes de apertura. Después de 16 a3 ¤xd3+ 17 £xd3 £ b3 18 ¦f1 ¤e5, seguido de … ¥ d7-e6, y el rey blanco tendría que permanecer durante algún tiempo en la insegura zona central. En opinión del gran maestro Jolmov, expresada en los boletines soviéticos sobre el Campeonato Mundial (Petrosian - Spassky, Moscú, 1969. N. del T.), era mejor 16 0-0!, lo que obligaría a las negras a demostrar la corrección del sacrificio.
8.¤b3! Una excelente respuesta al plan de las negras, privándolas del contrajuego táctico relacionado con …£d8-b6. Esta última jugada, por cierto,
16.¥b5? ¤xc2+! 17.£xc2 ¥xb5
120
Explotando el error de su rival, las negras recuperan el peón con ventajas posicionales. Aunque para conseguir la victoria tendrán que exhibir gran ingenio.
Por fin encuentra el rey blanco un lugar relativamente seguro. Pero las negras ya han acumulado suficiente ventaja para ganar la partida.
18.¤d4 ¥d7 19.£d2 ¥g7 20.¤d5
26...¥e5 27.¦fe1 f5 28.¦d3 ¢f7 29.g4 ¤f2 30.¦f3 ¤xh3 31.¤b6 ¥f4+ 32.¢b1 ¥c6 0 –1
Los dos enroques presentan inconvenientes. A 20 0-0 son posibles tanto 20 … £ b6 21 ¤ce2 e5, como sencillamente 20 … ¤e5! Después de 20 O-O-O ¤e5 21 ¢ b1 ¤c4, seguido de … a5-a4 y … £d8a5, difícilmente puede nadie envidiar la posición blanca. Por consiguiente, el primer jugador provoca una crisis, atacando el peón de e7.
En esta desesperada posición, las blancas perdieron por tiempo. Partida nº 47 Stein - Haag Tallinn, 1969 Defensa Caro-Kann
20...¦c4! 21.¥xe7
XIIIIIIIIY 9 + q wk+ t r0 9+p+lv Lpv l 0 9 + p z + +0 9z p +N+ + 0 9 +rs NP+n+0 9+ + + +P0 9Pz P Q w +P+0 9t R + K m +R0 xiiiiiiiiy
El primer torneo internacional que se celebró en la capital de Estonia (que ya se ha convertido en una tradición) constituyó todo un éxito para Stein. Los “anfitriones”, Paul Keres e Iivo Nei, compitieron duramente con el líder por el primer premio, pero finalmente sólo pudieron quedar a medio punto de distancia. El rival de Stein en esta partida es un conocido maestro internacional húngaro.
En caso de que el caballo de d4 se retirase, seguiría 21 … ¦xe4+.
1.e4 c6 2.d3 d5 3.¤d2 g6 4.g3 ¥g7 5.¥g2 e5 6.¤gf3 ¤e7
21...£xe7!
“Los jugadores ucranianos creen que los caballos no deben desarrollarse por la segunda o séptima filas”, fue un toque de humor de la revista 64, al comentar esta jugada. Desde luego, en esta partida, había fundamento para el chiste, puesto que el caballo de e7 queda pobremente situado.
Las negras entregan la dama, pero a un alto precio.
22.¤xe7 ¦xd4
7.0–0 0–0 8.b4
Si las blancas defendiesen el caballo con 23 £g5, entonces 23 … ¦xe4+ 24.¢f1 (a 24 ¢d2 seguiría 24 … ¥h6!, y si 24 ¢d1, entonces 24 … ¤f2+ 25 ¢c2 ¦e2+!) 24 … ¥f6! 25.£xa5 ¢xe7, y las negras tendrían tres piezas menores por la dama y dos peones. En términos formales, el material no sería equivalente, pero en la práctica y en tal posición, sería suficiente para crear un ataque decisivo al rey blanco. 23 £e2 ¢xe7 24 0-0 ¤e5 tendría consecuencias similares. Por consiguiente, Damjanovic prefirió entregar la dama, optando por una transición al final.
El plan favorito de Stein en este sistema. Una de sus ideas consiste en dominar espacio en el flanco de dama, de paso que se libera la casilla b2 para el alfil.
8...a5 9.bxa5 ¦xa 5 La partida Stein - Hort (Los Angeles, 1968) siguió así: 9...£xa5 10.¥b2 d4 11.a4 £c7 12.c3, con iniciativa de las blancas. Stein pensaba que la captura de torre era más fuerte, pero seguía evaluando la posición como favorable a las blancas.
23.£xd4 ¥xd4 24.¤d5 ¤f2 25.¦f1 ¤xe4 26.0–0–0
10.¥b2 £c7 11.£e2 121
Al afrontar una fuerte presión sobre su peón de e5, las negras tienen que tomar una decisión sobre la tensión central.
Esta jugada conduce al cambio forzado del peón negro de e5 por el blanco de d3, que resulta favorable al primer jugador. La partida podría, en esta línea, seguir el curso de la variante 15 … f6. En tal caso, a la retirada del caballo, las blancas realizarían el avance d3-d4. Pero los acontecimientos no serían tan rápidos.
11...d4 Esta puede ser la peor forma de defender la casilla e5. Después de 11 … ¤d7, sin embargo, las blancas podrían jugar 12 Te1, y las negras tendrían que solucionar los mismos problemas. A 11 … f6, las blancas utilizarían el avance 12 d4! para minar el centro. Lo más sencillo era 11 … dxe4 12 dxe4 b6, con idea de … ¥ c8-a6, aunque eso no solventaría todas las dificultades de las negras. En realidad, cuando el centro está cerrado, las dificultades se multiplican. En todos los casos guardarían relación con el caballo de e7, tan restringido en su movilidad que más que ayuda representa un obstáculo para las negras.
16.¤cxe5! f6 17.¤c4! ¥xc4 18.dxc4 ¦xc4 19.¤d2 ¦a4
XIIIIIIIIY 9 n s + r tk+0 9+ q w n s l vp0 9 +p+ z pp+0 9+p+ + + 0 9r+ +P+ +0 9+ L v + P z 0 9P+Qs N P zLz P0 9t R + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
12.c3! dxc3 13.¥xc3 ¦a4 14.¤c4
Hagamos un balance de resultados. Las blancas tienen dos alfiles y un mejor desarrollo. La estructura de peones negros está cortada y las dos partes están mal coordinadas. El caballo de e7 carece de perspectivas. La evaluación de la posición no deja lugar a dudas.
Parecía que las negras estaban obligadas a continuar con 14 … ¤d7, cuando 15 d4 conseguiría, sin la menor duda, ventaja para las blancas. Pero el maestro húngaro encontró un curioso medio de complicar la lucha.
14...b5!
20.¤b3 ¤a6 21.¦fd1 c5 22.£e2 c4 23.¤d4 £b6 24.¦ab1 ¤c7 25.¥b4 ¦e8
XIIIIIIIIY 9 n sl+ t rk+0 9+ q w n spv lp0 9 +p+ +p+0 9+p+ z p + 0 9r+N+P+ +0 9+ L vP+Nz P 0 9P+ +Qz PLz P0 9t R + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9 + +r+k+0 9+ n s n s l vp0 9 q w + p zp+0 9+p+ + + 0 9rv Lps NP+ +0 9+ + + z P 0 9P+ +Qz PLz P0 9+R+R+ m K 0 xiiiiiiiiy
Defensa indirecta del peón de e5. Si 15 ¤cxe5, entonces 15 … f6! y el caballo blanco recibiría “mate” en el centro del tablero. ¿Estaría el caballo obligado a retirarse? 15.£c2!
26.¤xb5! Una resolutiva combinación final.
26...¤xb5 27.£xc4+ ¢h8 28.£f7 ¤c7
Haag trató de superar sus problemas por medios tácticos, pero en ese terreno Stein era todo un maestro. Si la torre se aleja, entonces seguiría 16 ¤cxe5!, y ahora 16 … f6 no serviría, a causa de 17 £ b3+!
Esperando prolongar la resistencia en un final con peón menos, después de 29.¥xe7 £e6!, pero las blancas no tenían la menor intención de tranquilizar a las huestes enemigas…
15...¥e6
29.¥d6! 1–0 122
11...exd5 Partida nº 48 Stein - Furman Moscú, 1969 37º Campeonato de la URSS Defensa Siciliana
Tampoco Furman se anda con contemplaciones, ya que la fórmula intermedia, 11...¤xd5 12.exd5 e5, permitiría a las blancas conseguir una clara ventaja posicional, sin el menor riesgo, mediante 13 a5!
1.e4 c5 2.¤f3 e6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 a6 5.¤c3 £c7 6.g3 b5
12.exd5+
Un agudo plan de apertura. Las negras emprenden operaciones activas en el flanco de dama, cerrando los ojos ante el de rey. Una continuación más sólida (y menos ambiciosa) es 6 … ¤f6, seguido de … ¥ f8-e7, y … 0-0. Stein la conocía perfectamente, ya que la había jugado tanto con blancas como con negras. Semion Furman, un experto en el laberinto teórico de las aperturas, trata de llevar el juego a las posiciones que mejor conoce.
¢d8 13.¥g5
Hasta ahora, las blancas no han planteado ninguna amenaza directa, de modo que las negras pueden elegir entre diversas continuaciones. En primer lugar, ¿quizá podrían desarrollar su flanco de rey? Por el momento, no. 13 … ¥e7 14.¤f5 ¦e8 15.¤xg7 ¦g8 16.£d4!, y todo habría terminado. ¿Qué sucede si preparan este desarrollo quitándole al caballo la casilla f5, a base de 13 … ¥c8? Esta jugada se vería, un año después, en la partida Quiñones - Higashi (XIX Olimpiada, Siegen 1970), que siguió: 14.¥xf6+ gxf6 15.£h5 ¦a7 16.¦e4 ¥g7 17.¦ae1, y las blancas consiguieron un ataque decisivo. Furman optó por un plan para evacuar su rey hacia el flanco de dama.
7.¥g2 ¥b7 8.0 –0 ¤f6 9.¦e1 Las negras experimentan ciertas dificultades en el desarrollo de sus piezas. A 9 … ¥ e7 resultaría desagradable 10 e5! (10 … ¥ xg2 11 exf6).
13...¤bd7 14.£e2 ¢c8
9...d6 10.a4
XIIIIIIIIY 9r+k+ v l r t0 9+lw qn+pz pp0 9p+ z p n s +0 9+ +P+ v L 0 9Pz p N s + +0 9+ + + z P 0 9 P zP+Qz PLz P0 9t R + R t K m 0 xiiiiiiiiy
En previsión de los acontecimientos futuros, resulta útil minar el flanco de dama negro.
10...b4 Las negras invitan a su oponente a realizar el típico sacrificio de caballo en el centro. Stein puede haber pensado por un momento: “¿Y si Furman sabe algo…?”
11.¤d5!
Se diría que las blancas pueden jugar 15.£e8+ £d8 (malo sería 15...¤xe8 16.¦xe8+ £d8 17.¦xd8+, y las blancas recobrarían la pieza, con un peón de ventaja) 16.¥xf6 ¤xf6 17.£xf7, y no habría nada envidiable en la posición negra. Sin embargo, disponían de un inesperado recurso: 16 … gxf6 17.£xf7 ¤e5, y las blancas tendrían que retirarse sin haber conseguido nada. Stein evaluó correctamente la posición, encontrando una continuación fundamental que, de forma forzada, conduce (¡en 15 jugadas!) a un final favorable a las blancas.
El reto es aceptado. En numerosas líneas de la Defensa Siciliana este sacrificio no depende de la sólida base de las variantes forzadas, sino de las consideraciones generales, que tienen en cuenta la considerable revaloración de las piezas blancas, así como buen número de deficiencias en el campo negro. Las blancas sólo obtienen un peón por la pieza sacrificada, pero continúan la movilización de sus fuerzas como si nada hubiera pasado. Esto da lugar a que las negras lleguen a creer que podrán rechazar todas las amenazas y preservar la pieza, o bien devolverla a cambio de una sólida compensación posicional.
15.c3! 123
Incorporando a la acción, de inmediato, a la torre dama.
trasladar el juego al final, porque en caso de 22 … ¢d8 23.£g7, ni siquiera llegarían a él…
15...b3
22...£d7! 23.£xd7+ ¢xd7 24.¦b7+
A fin de mantener cerrada la columna c, las negras entregan un segundo peón. Pero las blancas no lo tomarán con el caballo, destinado a mayores empresas.
La torre ha alcanzado su objetivo, penetrando en campo contrario.
24...¥c7
XIIIIIIIIY 9r+ + + t r0 9+Rv lk+p+p0 9p+n+ z p +0 9+ +L+ + 0 9P+ + + +0 9+ P z + P z 0 9 P z + P z P z0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy
16.¤c6! ¥xc6 17.dxc6 ¤e5
XIIIIIIIIY 9r+k+ v l r t0 9+ q w +pz pp0 9p+Pz p n s +0 9+ + s n L v 0 9P+ + + +0 9+pz P + P z 0 9 P z +Qz PLz P0 9t R + R t K m 0 xiiiiiiiiy
Las blancas sólo siguen teniendo dos peones por la pieza, pero su combinación prosigue.
18.¦a3!
25.¥g2!
Una nueva amenaza: la torre tiene b7 como objetivo. Si las negras capturan en c6, entonces la columna e y la diagonal para el alfil de g2 se abrirían. Por ejemplo: 18 … ¤xc6 19.¥xf6 gxf6 20.£e8+, ganando. O bien 18 … ¥e7 19.¦xb3 ¤xc6 (esperando 20.¥xc6 £xc6 21.£xe7? ¦e8! , que resultaría favorable a las negras) 20.£f3! d5 21.¥xf6 gxf6 (21...¥xf6 22.¥h3+! ) 22.£xd5. Furman encuentra, de nuevo, la forma de resistencia más tenaz, incorporando finalmente a la acción las piezas del flanco de rey.
Se amenaza un jaque mortal desde d1, contra el que sólo hay una defensa única. 25...¦ad8
Después de 25...¦hd8 26.¦d1+ ¢c8 27.¦xd8+ ¢xb7 28.¥xc6+, o bien 27 … ¤xd8 28.¦xc7+!, las negras afrontarían pérdidas. Ahora, a 26 ¦d1+ sería posible contestar 26 … ¢c8!, un truco táctico que habría salvado a las negras.
26.¥h3+! ¢d6 27.¦d1+ ¢c5
18...d5 19.¦xb3 Las negras salvarían los muebles después de 19.£xe5 £xe5 20.¦xe5 ¥xa3.
Una curiosa situación. Hasta ahora, las blancas no han podido tomar nada. Sin embargo, la combinación no ha finalizado.
19...¥d6 20.¥xf6 gxf6 21.¥xd5 ¤xc6
28.b4+ ¢c4 29.¥f1+!
¡Obligado! En caso de 21...¦a7 22.¦b7 ¦xb7 23.cxb7+, las blancas podrían, si lo desearan, tomar otro peón (el cuarto) por la pieza, preservando el fuerte peón pasado de b7, o bien continuar su ofensiva con f2-f4. 22.£g4+
Este alfil ha estado realizando un gran trabajo. Al bloquear la primera fila, las blancas tienen, por fin, la oportunidad de eliminar ambas piezas menores negras. 29...¢b3
Si 29...¢xc3 30.¦c1+!
La combinación blanca se va inexorablemente desvelando. Ahora las negras están obligadas a
30.¦xc7 ¦xd1 31.¦xc6 ¢xa4
124
37...¢b4 38.¥e4 ¦a3 39.¥b7 ¢c5 40.h4 ¢d4 41.¦f5 ¦e7 42.h5 ¦e5 43.¦f4+ ¢c5 44.h6 1–0
XIIIIIIIIY 9 + + + t r0 9+ + +p+p0 9p+R+ z p +0 9+ + + + 0 9kz P + + +0 9+ P z + P z 0 9 + + z P P z0 9+ +r+Lm K 0 xiiiiiiiiy
Partida nº 49 Stein - Kupreichik Sochi, 1970 Torneo del Komsomol Defensa Grünfeld
En este torneo experimental, por sistema Scheveningen, patrocinado por el Comité Central de la organización Komsomol, siete grandes maestros compitieron con siete jóvenes maestros. Entre los “examinadores” Stein fue el segundo mejor (8,5 de 14), detrás de Tal. Todos los estudiantes se beneficiaron de las “lecciones”, pues los siete (Alexander Beliavsky, Rafael Vaganian, Gennadi Kuzmin, Vladimir Tukmakov, Vitaly Zeshkovsky, Viktor Kupreichik y Mijail Podgaiets) llegarían a obtener luego el título de gran maestro. El oponente de Stein en esta partida fue uno de los héroes del torneo, pues sumó 7,5 puntos en sus 14 partidas contra grandes maestros. El talentoso jugador de Minsk tenía la reputación, por derecho propio, de ser un ajedrecista sumamente creativo, con visión combinativa y un agudo estilo de ataque. Sólo la inestabilidad deportiva de sus actuaciones mantuvo congelado su progreso durante cierto tiempo. Los comentarios de Stein (del boletín Jugadores soviéticos aspirantes al Campeonato del Mundo) se incluyen en cursiva.
Es hora de tomarse un respiro. Una serie de jugadas forzadas de las blancas, con las correspondientes respuestas únicas de las negras, que se han prolongado durante docena y media de movimientos, se han traducido en un final en el que la ventaja de las blancas es evidente. Hasta ahora sólo tienen un peón por la calidad, pero que la ventaja se incremente sólo es cuestión de tiempo. En tales posiciones no hay que apresurarse a recoger las merecidas ganancias.
32.¢g2! Era difícil resistir a la tentación de tomar el peón con jaque, pero después de 32.¦xa6+ ¢b3 surgirían algunas dificultades técnicas. Por ejemplo: 33.¦xf6 ¢xc3 34.b5 ¦e8 35.¢g2 ¦ee1!, ¡y el alfil quedaría atrapado! Las blancas querían preservar, por tiempo indefinido, sus dos peones pasados y unidos, y las negras sólo podrían impedir que así fuera, a costa de perder sus peones del flanco de rey.
32...a5 33.bxa5
1.c4 g6 2.d4 ¤f6 3.¤c3 d5 4.cxd5 ¤xd5 5.g3 ¥g7 6.¥g2 ¤b6 7.¤f3 0 –0 8.0–0 ¤c6 9.e3
Los matices tácticos también contribuyen a la causa blanca. Así, 33 … ¢xa5 era imposible, debido a 34 ¦a6++.
9 d5 es más frecuente, pero, en mi opinión, esta tranquila jugada plantea problemas más complejos a las negras. Actualmente, esta opinión sería discutible. En principio, ambas continuaciones son equivalentes.
33...¦hd8 34.¦xf6 ¦8d7 35.a6 Tres peones por la calidad sí son ya suficiente ventaja para ganar. 35...¦c1
9...e5
36.¥d3!
La teoría considera que este avance favorece a las blancas, y el resultado de la presente partida pare confirmarlo. Quizá por eso, V. Hort recomienda aquí 9 … ¥ f5. Más tarde, Hort cambió su recomendación, en favor de 9 … e5. Hay otras dos posibles continuaciones: 9 … a5 y 9 … ¦e8.
Un habitual motivo táctico. El alfil es intocable, a causa de 37 a7!
36...¦xc3 37.¥xh7 Los peones blancos son imparables.
125
10.d5
¦f7 18.¦fd1 ¥e6, las blancas no consiguieron nada concreto.
La partida Debarnot - Hort (Las Palmas, 1975) siguió así: 10.dxe5 ¤xe5 11.¤xe5 £xd1 12.¦xd1 ¥xe5 13.h3 c6, con un buen final para las negras.
14...¤ac4 15.¥c5 ¦f7
XIIIIIIIIY 9r+lw q +k+0 9z pp+ +rv lp0 9 n s + p zp+0 9+ L vPz p + 0 9 +n+ + +0 9+ N s +Nz P 0 9Pz P + P zLz P0 9t R +Q+Rm K 0 xiiiiiiiiy
10...¤a5 Aquí vienen a la mente las palabras de Tarrasch: “Un caballo en la banda siempre es una vergüenza.” La retirada más natural, 10...¤e7, estaba, hasta entonces, plenamente justificada. Por ejemplo: 11.e4 ¥g4! 12.£b3 c6 13.¥e3 cxd5 14.exd5 ¦c8 15.¤d2 ¤f5!, con buen juego para las negras. O bien 12.£b3 c6 13.¥e3 cxd5 14.exd5 ¦c8 15.¤d2 ¤f5! 16.¥xb6 axb6 17.£b4 ¤d4, con posibilidades igualadas (Ree Timman, Wijk aan Zee, 1975).
16.b3! En la partida Gligoric - Savon (Skopje, 1968), después de 16.¤d2 ¥f8!, el caballo negro consiguió reforzar su posición en la casilla de bloqueo d6, y el cambio de alfiles de casillas blancas hizo más fácil la defensa de las negras. En este caso, sin embargo, el caballo quedará bajo la influencia del alfil blanco.
11.e4 c6 Ahora, después de 11...¥g4 12.b3!, al caballo negro le resultaría más difícil entrar en el juego eu después de 10 … ¤e7. A 12 … c6 era posible jugar 13.¥a3 ¦e8 14.d6!, y las negras tienen una posición muy restringida.
16...¤d6
12.¥g5
En lugar de 16 … ¤d6, se sugería por sí sola la jugada 16 … ¦c7, de forma que a 17 ¥ b4, las negras podrían contestar 17 … a5, pero entonces las blancas conseguirían ventaja con 18.¤b5! (Por ejemplo: 18 … ¦d7 19.bxc4 axb4 20.£b3 , y el debilitamiento de la diagonal a2-g8 resulta un factor decisivo).
Siempre es útil para las blancas provocar el avance …f7-f6, a fin de restringir la actividad del alfil rey contrario. La variante 12 … £d6 13.dxc6 £xd1 14.¦fxd1 ¤xc6 15.¤d5 ¥g4 16.h3 ¥xf3 17.¥xf3 ¤d4 18.¥g2 le concedió a las blancas una estable ventaja posicional, gracias a la pareja de alfiles y, naturalmente, no le interesaba a mi rival. Isaak Boleslavsky recomendaba 12 d6 (si 12 … ¤ac4, entonces 13 b3! ¤xd6 14 ¥a3, ganando calidad), a lo que podría seguir 12 … ¥g4 13.b3 ¤c8 14.¥a3 £d7 15.£d3 b6 16.h3 ¥xf3 17.¥xf3 c5, con posibilidades mutuas.
17.a4 ¥g4 Las negras no pueden evitar el hostigamiento de su caballo de b6, ya que a 17 … a5 seguiría 18.¥xd6 £xd6 19.¤b5 , no es posible 19 … £xd5 20.£xd5 ¤xd5 , debido a 21.¤xe5 .
18.a5 ¤bc8
12...f6 13.¥e3 cxd5 14.exd5
En caso de 18 … e4, las blancas jugarían 19 axb6 f5 20 ¦ xa7 ¦c8 21 ¤a4, con ventaja.
Aquí era posible apoderarse de la casilla d5 con el caballo: 14.¥xb6 £xb6 15.¤xd5. Sin embargo, después de 15 … £d8, las negras estarían bien, ya que su caballo podría regresar de a5 a c6, y los dos alfiles serían una buena reserva para el futuro. Por ejemplo, en la partida Portisch - Schmidt (Bath, 1973, Campeonato de Europa de equipos nacionales), después de 16.¦c1 ¤c6 17.£b3
19.h3 ¥xf3 20.¥xf3 f5 21.¥g2 La posición negra parece atractiva, pero en realidad es inferior. Ni siquiera puedo decir en qué momento cometió un error Kupreichik. Tal vez sea consecuencia de una desfavorable variante de apertura. 126
Lo más probable es que 10 … ¤a5 sea la causa de sus dificultades.
31.fxe4 ¤e3
21...¦c7
A 31 … £e3, podría seguir tanto 32 ¦ xf5 como 32 £h4.
¿Tal vez sea mejor la inmediata 21 … e4? 22.¥b4
32.¦f3 ¤xg2 33.£f6 ¦c7 34.¦d3! 1 –0
e4 23.¦c1 ¤e7 24.£d2
Partida nº 50 Stein - Karpov Riga, 1970 38º Campeonato de la URSS Apertura Ruy-López
24 ¥ xd6 no daría resultado, debido a 24 … ¦ xc3.
24...¦ac8
XIIIIIIIIY 9 +rw q +k+0 9z ppt r n s l vp0 9 + n s +p+0 9z P +P+p+ 0 9 L v +p+ +0 9+Ps N + P zP0 9 + Q w P zL+0 9+ R t +Rm K 0 xiiiiiiiiy
Esta partida corresponde a la primera ronda del Campeonato en que hizo su debut el joven Karpov. No mucho antes, había conseguido el título de gran maestro en el torneo internacional de Caracas, en el que también había participado Stein. En aquel torneo la partida entre ambos había finalizado en tablas. Éste era, por tanto, su segunda confrontación ante el tablero.
1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6 5.0 – 0 ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 0 –0 9.h3 ¤b8 10.d3
Un fuerte peón pasado y los dos alfiles auguran el éxito a las blancas. Entretanto, las negras han consolidado un tanto su posición, creando una situación tal que conducirá a la ganancia forzosa del peón d5: 25 … ¥ xc3 y a continuación (cuando el alfil blanco aparezca en c3), … ¤d6-b5. ¿Cuán real era esta amenaza? Habiendo sopesado sus consecuencias, Stein asesta un golpe importante a su enemigo.
Stein empleó este sistema contra la Variante Breyer en más de una ocasión.
10...c5 11.¤bd2 h6 La partida Stein - Evans (nº 23) siguió con 11 … £c7. Anatoli Karpov, en su libro Partidas Selectas, 1969-1977 explicaba así su elección: “Las negras realizan una útil jugada de espera, esperando qué acciones decide tomar su oponente. Si las blancas deciden preparar una ofensiva en el centro, mediante el avance d3-d4, entonces resultará apropiado jugar … ¥d7 y …¤ bd7.”
25.f3! Ahora la posición negra salta en pedazos. Lo más resistente, en este momento, era 25 … exf3, pero Kupreichik optó por una variante forzada, cuyo objetivo es ganar un peón central. Sin embargo, al proceder así no se había dado cuenta de que los dos alfiles desplegarían una extraordinaria actividad en posición abierta.
12.¤f1 ¤c6 13.¤g3 Justo en el momento en que las negras regresan con su caballo a c6, era posible realizar el plan con 13.d4! Entonces las negras no podrían reaccionar “conforme a Breyer”, es decir, … ¥d7 y …¤ bd7. La partida Tal - Tukmakov (Moscú, 1971) siguió así: 13 … ¥d7 14.dxe5 dxe5 15.¤e3 c4 16.¥c2 ¥e6 17.£e2 £c7 18.g4, con iniciativa de las blancas.
25... ¥xc3
26.¦xc3 ¦xc3 27.¥xc3 ¤b5 28.¥a1 £xd5 29.£g5! 29.£b2 se insinuaba por sí sola, pero entonces las negras podrían defenderse con 29 …¤c3 30.¦c1 £d4+ 31.¢h1 ¤ed5 . 29...£c5+ 30.¢h2 ¤d5 Las negras no han permitido que la dama ocupe la gran diagonal, pero no pueden evitar la apertura de líneas en la posición.
13...¦e8 14.a4 ¥d7 15.¥e3
127
Con esta jugada Stein comienza a implementar su plan, para cuya realización siempre le faltará un tiempo, a saber, llevar su caballo a h2 o d2, para seguir con el avance f2-f4. ¿Podría acelerar esta operación? Como indicó Karpov, en caso de 15.¤h2 ¥f8 16.f4, sería posible jugar 16 … c4! 17.dxc4 bxc4 18.¥xc4 exf4 19.¥xf4 £b6+ 20.¢h1 £xb2, con posición favorable a las negras. Para anticiparse a este jaque sobre la diagonal, era preciso desarrollar el alfil por e3. En lugar de este plan, las blancas disponían de otras y mejores posibilidades. La redisposición de sus piezas, a base de 15.¤h2 ¥f8 16.£f3, con las amenazas 17 ¤h5 o 17.axb5 axb5 18.¦xa8 £xa8 19.¥xh6!, e incluso 15 d4!, con juego activo en ambos casos.
Una sorpresa muy desagradable para las blancas, que se ven obligadas a cambiar su alfil por un caballo en malas condiciones, puesto que tienen casillas negras debilitadas en su campo. Es cierto que, a cambio, pueden ganar un peón, pero eso sería un pobre consuelo por una posición ruinosa.
21.¥xf6 £xf6
XIIIIIIIIY 9r+ +rv lk+0 9+ +l+pz p 0 9p+n+ w q p z0 9+p+p+ + 0 9P+ +P+ +0 9+ + + s NP0 9 P zLs N P zP+0 9t R +Qt R K m 0 xiiiiiiiiy
15...¥f8! Explotando el hecho de que el alfil de e3 bloqueala columna e, las negras, sin mayores dificultades,preparan la ruptura …d6-d5, sin preocuparse acerca de la seguridad de su peón e5.
22.axb5! El grado de descuido exhibido por Stein en la primera fase de esta partida es comparable al mismo grado de energía que despliega, una vez confrontado a su difícil situación. Si 22 exd5, de inmediato, entonces 22 … Cb4, con diversas amenazas, entre ellas un sacrificio de dama. En caso de 23.¦xe8 ¦xe8 24.axb5 ¥xb5 25.¦b1 ¤xd5 26.¥b3 £xf2+! 27.¢xf2 ¥c5+ 28.¢f3 ¦e3+, con mate en no más de cuatro movimientos (variante señalada por A. Karpov). Por consiguiente, Stein trata primero de abrir la columna a, pero las negras no le siguen el juego.
16.¤d2? Ésta era la última posibilidad de volver al buen camino, realizando el avance 16 d4, con juego igualado.
16...¤a5 17.¥c2 d5! Hay que admitir que el plan de las blancas, en relación con la ruptura f2-f4, no sólo ha sido un fiasco, sino que ha permitido a las negras la reacción idónea de su falange de peones.
22...¤b4! 23.bxa6 Un peón así parece tener todos los triunfos para convertirse en dama, si las negras se descuidan. También puede ser eliminado en el acto, sin que la posición se resienta…
18.d4? En este caso no podemos decir “más vale tarde que nunca”, pues el mal menor era 18 f4, a lo que Karpov pensaba responder 18 … d4 19 cxd4 exd4 20.¥f2 ¤c6, con ventaja posicional de las negras, aunque tal ventaja sería insuficiente para ganar la partida. En cualquier caso, todas las piezas blancas han sido redispuestas para efectuar el avance del peón f, mientras que para el avance textual están mal situadas, sobre todo el alfil de e3 y el caballo de d2. Por esta razón es por lo que la posición blanca ha pasado de ser un poco inferior a casi irrecuperable.
23...¦xa6?
Esta dudosa decisión resulta ser un error que deja escapar la ventaja de las negras, que deberían haber infligido un duro golpe a las debilitadas casillas negras del rival: 23...¥c5! 24.¤f3 £g6! (se amenazaba 25 … £xg3) 25.¤e2 dxe4! Sólo entonces sería apropiado ocuparse del peón de a6, una vez preservadas las posibilidades reales de ganar la partida.
24.¦xa6 £xa6 25.¥b1
18...cxd4 19.cxd4 exd4 20.¥xd4 ¤c6! 128
25 ¤f3, oponiéndose al avance del peón d4, sería una forma más realista de igualar. Ahora que la posición podía haberse vuelto a igualar, surge un nuevo intercambio de golpes emocionantes. 25...d4!
preocuparse por conseguir tablas (aunque no son difíciles). Ahora, la tarea corresponde a las negras.
33.¦xd6 ¥xf3 34.gxf3 ¦b8 35.¦d2 El éxito de las blancas es puramente simbólico: se aseguran un peón de ventaja en el final de torres.
26.¤e2 d3 27.¤f4!
Este salto parece ser una jugada puramente posicional (había que controlar al peligroso peón), pero también contiene ocultas ideas combinativas. De haberlas previsto las negras, hubieran jugado 27 … ¥ b5, con una defensa excesiva de su importante peón.
35...¢h7
36.¢g2 ¢g6 37.¢g3 ¢f5 38.h4 ½ –
½
Partida nº 51 Stein - Averbaj Riga, 1970 38º Campeonato de la URSS Apertura Inglesa
27...¥d6
XIIIIIIIIY 9 + +r+k+0 9+ +l+pz p 0 9q+ v l + p z0 9+ + + + 0 9 n s +Ps N +0 9+ +p+ +P0 9 P z N s P zP+0 9+L+Qt R K m 0 xiiiiiiiiy
Esta partida sirve para ilustrar el tipo de evolución que había experimentado Stein a lo largo de su carrera. Ahora estaba dispuesto a disputar un final hasta el último peón, nada menos que contra toda una autoridad en la materia, exhibiendo, además, una notable técnica y un destacado pensamiento práctico. Los comentarios de Stein y del maestro A. Geller se incluyen en cursiva.
28.¤xd3
1.g3 d5 2.¥g2 e5 3.d3 ¤c6 4.¤f3 g6 5.c4
Una elegante combinación de cambio, que elimina la cuña negra.
Las blancas deciden pasar a una estructura característica de la Apertura Inglesa.
28...¤xd3 29.¥xd3 £xd3 30.¤f3!
5...dxc4 6.£a4 ¥g7 7.£xc4 ¤ge7 8.0 –0 0–0 9.¤c3 ¥e6 10.£h4
XIIIIIIIIY 9 + +r+k+0 9+ +l+pz p 0 9 + l v + p z0 9+ + + + 0 9 + +P+ +0 9+ +q+N+P0 9 P z + P zP+0 9+ +Qt R K m 0 xiiiiiiiiy
Las negras han salido bien de la apertura y Stein comienza a intensificar su juego. Lo habitual en este tipo de posiciones es 10 £a4, preparando operaciones en el flanco de dama, un plan natural derivado de las características objetivas de la posición. Las blancas no tienen nada que hacer en el flanco de rey.
10...¤f5 Pero la reacción al “intimidador” desplazamiento de Stein deja mucho que desear. Después de la posible 10 … f6, el emplazamiento de la dama en h4 no parece apropiado. En cualquier caso, puede ser fácilmente expulsada de allí. Las negras prefieren la jugada textual, posiblemente subestimando las perspectivas de las blancas en la siguiente fase del juego. La psicología también juega aquí su papel, dado que Averbaj es uno de los mayores especialistas en
¡Una posición pintoresca, que podría interesar a los compositores de estudios artísticos! Las negras no pueden conservar su ventaja de la pareja de alfiles. Por ejemplo: 30 … £a6 31.e5!, o bien 30 … £xd1 31.¦xd1 ¦e6 32.e5!
30...¥b5 31.£xd3 ¥xd3 32.¦d1 ¥xe4 Omitiendo la posibilidad táctica 32...¦d8 33.¦xd3 ¥h2+, y son las blancas quienes han de 129
finales, y quizá no pudo resistir la tentación de cambiar damas.
el tablero. Sólo tras muchas jugadas se pondrá en evidencia que su temor no era en vano.
11.£xd8
16.¤xd7 ¦xd7 17.¥e3
En sus años jóvenes, Stein, por lo que sabemos, habría regresado a a4. Pero cuando se jugó esta partida ya se sentía preparado para disputar un mejor final.
Basado en la fuerza de los dos alfiles, aunque en línea con la misma idea, hubiera sido preferible 17 Ad2. La posición sigue teniendo un carácter cerrado, y las piezas blancas carecen de espacio. Lo más desagradable para las negras era la siguiente combinación: 17.¥xe7 ¤xe7 18.¥xb7 ¦b8 19.¥f3 ¦xb2 20.¤a4 ¦c2 21.¦fc1 ¦xc1+ 22.¦xc1 c6 23.¦b1.
11...¦fxd8 A 11...¦axd8 habría seguido 12.¤b5 ¦c8 (si 12...¦d7, entonces 13.¤g5) 13.¤g5 ¥d7 14.¥xc6 bxc6 15.¤c3 , con gran ventaja posicional.
17...¦b8 18.¦fc1 ¤d4 19.¢f1 c5 20.¦ab1 b6 21.b4 cxb4 22.¦xb4 ¦c8 23.¦bb1 ¦dc7 24.¥d2
12.¤g5 Para materializar su ventaja, las blancas deben expulsar a los caballos negros. Debemos añadir que tal ventaja en ese momento de la partida no es evidente. Sólo puede hablarse de la consolidar la superioridad, ya que las negras, una vez explotado magníficamente el error contrario en la jugada 17, habían reorganizado muy bien sus piezas y la ventaja posicional de las blancas estaba a punto de evaporarse en los cambios. La cuestión era si los cambios favorecerían a las negras. El análisis demostró que debía cambiarse una de las torres, preservando la otra para proteger los peones del flanco de dama.
12.¤b5 no daría nada después de 12 … ¦dc8!
12...¥d7 13.¤ge4 Aun sin damas, la presión de las blancas en el flanco de dama seguía siendo válida. Yuri Averbaj tenía que resolver el complicado problema de la defensa, y acabó cayendo en apuros de tiempo.
13...¤fe7 Tratando de asegurar la defensa de la diagonal h1-a8 y, al mismo tiempo, anticipándose a la amenaza ¤d5, pero en el futuro se dibujan nuevas preocupaciones para las negras.
24...¤ef5?
14.¥g5 h6
Un error, en apuros de tiempo, que permite a las blancas cambiar ambas torres, después de lo cual surge una crisis en el flanco de dama. 24...¥f8 25.e3 ¤e6 26.¤b5 ¦d8 propiciaba mejores posibilidades de defensa. Una buena observación. Sólo añadiremos que las negras no dispondrían de esta posibilidad, en caso de haber retirado el rey a f8, en la 15ª jugada, por no decir nada de los peligros a que se encontraría expuesto el rey negro, bajo el ataque de las piezas blancas.
XIIIIIIIIY 9r+ t r +k+0 9z ppz pls npv l 0 9 +n+ +pz p0 9+ + z p L v 0 9 + +N+ +0 9+ N sP+ z P 0 9Pz P +Pz PLz P0 9t R + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
25.e3 ¤e6
15.¤f6+ ¢h8 Merecía atención 15 … ¢ f8. A primera vista, el jaque parece una nadería, pero es una jugada significativa: en el final es más útil para el rey estar cerca del centro. Pero Averbaj, por lo visto, no confiaba mucho en esta regla, quizá porque aún quedaban muchas piezas sobre 130
XIIIIIIIIY 9 +r+ + m k0 9z p r t +pv l 0 9 p z +n+pz p0 9+ + z pn+ 0 9 + + + +0 9+ N sPz P P z 0 9P+ v L P zLz P0 9+Rt R +K+ 0 xiiiiiiiiy
1.d4 c5 2.d5 ¤f6 3.¤c3 d6 4.e4 g6 5.¤f3 ¥g7 6.¥e2 0–0 7.0–0 ¤a6 8.¥f4 ¤c7 9.a4
Al eliminar todas las piezas pesadas, las blancas obligan al oponente a debilitar la base de su cadena de peones, en el flanco de dama. Como consecuencia de ello, la cadena se resquebraja.
El plan elegido por Stein fue sometido a prueba en la famosa 32ª partida del match por el Campeonato del Mundo (Baguio, 1978), entre Karpov y Korchnoi. Después de 9 … b6 10.¦e1 ¥b7 11.¥c4! ¤h5 12.¥g5, las negras no consiguieron igualar el juego.
compatriota Rafael Vaganian, que tras su victoria en el torneo conquistó el título de gran maestro, y Lubomir Ljubojevic. Otros viejos rivales, como Ivkov, Benko, Matulovic, Damjanovic, se clasificaron a continuación. Pero esta partida demostró que también los nuevos talentos tenían que aprender del experimentado luchador de torneo.
26.¤b5!
26...¦xc1+ 27.¦xc1 ¦xc1+ 28.¥xc1 a6 29.¤c3 ¤c5 30.¢e2 ¢g8
9...¥g4 10.¦e1 a6
Esto lleva a la pérdida de un peón, pero parece que ya era imposible salvar el final. Para ser honestos, hay que decir que las negras habían estado sometidas a unos tremendos apuros de tiempo.
Quizá en esta posición no haya que apresurarse a realizar esta jugada. Puesto que las negras no van a realizar rápidamente el avance … b7-b5, no conseguirán ninguna compensación por la débil casilla b6. La forma más sencilla de continuar era 10...¥xf3 11.¥xf3 ¤d7, con adecuado desarrollo.
31.g4
¤d6 32.¥c6 ¥f8 33.¤d5 f5
11.¤d2 ¥xe2 12.£xe2 ¦e8
A 33 … b5 sería decisivo 34.¥a3 ¤cb7 35.¤c7 .
Ahora todo está claro. Ljubojevic incurre en un error típico en jóvenes e inexpertos jugadores en materia de estrategia: ha mezclado dos planes. Al jugarse … a6, hay que proseguir con el plan en el flanco de dama, a base de 12 … b6 13 ¤c4 ¦ b8, e incluso … £d8-d7, con idea de realizar el avance … b7-b5. En caso de e4-e5, las negras deben prepararse para responder … ¤f6-e8. Las negras, sin embargo, deciden realizar una ruptura en el centro.
34.gxf5 gxf5 35.¤xb6 Un peón decisivo.
35...e4 36.d4 ¤d3 37.¥d2 ¤b5 38.¥b7 ¤b4 39.a4 ¤d6 40.¥a8 1 –0 Aquí las negras realizaron la jugada 40 … a5, pero no consiguieron pulsar el botón a tiempo, así que cayó su banderita y perdieron la partida por tiempo. En cualquier caso, eso no influyó sobre el desenlace, ya que tras 41.¥xb4 axb4 42.a5 , las blancas ganan rápidamente.
13.a5 e6 Característico del estilo creativo de Ljubojevic: a la continuación natural, 14.¤c4, había preparado una operación táctica, 14 … ¤fxd5 15.exd5 exd5, recuperando la pieza. Cierto que las blancas podrían sacrificar la dama con 16.£xe8+ ¤xe8 17.¤xd5, obteniendo una poderosa posición de ataque (además de torre y caballo) como compensación. No era posible 17 … ¤f6?, en vista de la sencilla combinación 18.¥g5 h6 19.¥xf6 ¥xf6 20.¦e8+! £xe8 21.¤xf 6+. Sin embargo, tras 17 … h6, no todo estaría tan claro.
Partida nº 52 Stein - Ljubojevic Vrnjacka Banja, 1971 Defensa Benoni
El torneo internacional de esta ciudad yugoslava le reportó a Stein el tercer premio. Allí tuvo que competir con dos estrellas en alza: su 131
XIIIIIIIIY 9 + + v l +0 9+ps n +k+ 0 9ps N p z +pz p0 9z P +P+p+ 0 9 L vP+n+ +0 9+ +N+ + 0 9 + + z PPz P0 9+ + +K+ 0 xiiiiiiiiy
A Stein tampoco le gustaba otra posibilidad táctica: 14.¥xd6 £xd6 15.e5 £d8 16.exf6 exd5!, y las negras se harían con la iniciativa. Por esa razón, efectúa una jugada práctica de consolidación
14.£d3 exd5 15.exd5 ¤h5 16.¥e3 f5 17.¤c4 £f6 18.¥d2 ¦ad8 19.¤a4 ¦xe1+ 20.¦xe1 £f7 21.¤ab6 h6?
XIIIIIIIIY 9 + r t +k+0 9+ps n +qv l 0 9ps N p z +pz p0 9z P p zP+p+n0 9 +N+ + +0 9+ +Q+ + 0 9 P zPv L P zPz P0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy
31.¤c8! La amenaza f2-f3, ganando el peón de d6 obliga a retirarse al caballo negro, lo que corta el camino del rey hacia los peones del flanco de dama. Mientras que las negras preparan la ruta para su rey, las blancas consiguen mejorar sustancialmente su posición. 31...¤e8
32.f3 ¤4f6 33.¤f4 ¤d7 34.¤e6 ¥e7 35.¢e2 ¤e5 36.¤b6 g5
Era necesario 21 … ¤f6.
22.b4! Un cuadro habitual: al defenderse de una amenaza en determinada posición, a veces hay que permitir una debilidad en otro punto.
Iniciando una ofensiva en el flanco de dama. Puesto que las negras no tienen contrajuego, deberán asumir una defensa a ultranza.
37.g3 ¤f6 38.¤d4! ¢g6 39.¤c8 ¥f8 40.¤e6!
22...cxb4 23.¥xb4 ¥f8 Nada bueno resultaría del salto 23 … ¤f4, a causa de 24 £f3.
Las maniobras de las blancas, con retiradas y regresos de los caballos, producen una gran impresión artística. Ahora las negras están indefensas.
24.¤e3 ¤f6 25.c4 ¦e8 26.¤c2 Stein acepta con agrado el cambio de las piezas pesadas, porque después le resultará más fácil penetrar con sus piezas menores en el campo enemigo para atacar los peones débiles. Ljubojevic no percibe esta sutileza y en realidad le sigue el juego a las blancas.
40...¤xc4 41.¤xf8+ ¢f7 42.¤xd6+ ¤xd6 43.¥xd6 ¤xd5 44.¥c5 g4 45.fxg4 fxg4 1 –0 Partida nº 53 Stein - Keres Pärnu, 1971 Apertura Inglesa
26...¦xe1+ 27.¤xe1 £e8 28.¢f1! £e4?
El torneo conmemorativo del 75º aniversario del Club de Ajedrez de Pärnu (Estonia) contó con participantes muy fuertes. Debería bastar con mencionar el hecho de que Keres y Tal finalizaron a medio punto de distancia del vencedor, Stein, quien no perdió ni una sola partida. El ganador, por otra parte, dio una auténtica exhibición ante jugadores del calibre de Bronstein y Lutikov. La siguiente partida, jugada al final del torneo, decidiría el primer puesto.
Error decisivo. “Con las damas sobre el tablero, había más posibilidades de defensa”, escribió Vaganian en 64. “En ésta y en la siguiente fase de la partida, Stein jugó brillantemente, exhibiendo una notable técnica.”
29.£xe4 ¤xe4 30.¤d3 ¢f7
132
1.c4 ¤f6 2.¤f3 g6 3.¤c3 d5 4.cxd5 ¤xd5 5.£a4+ c6
Paul Keres también decide, por tiempo indefinido, evitar la apertura de líneas. Ahora no le gustaba 13 … f5, a causa de 14 Ce5!
Más fuerte era 5...¥d7, y si 6.£d4, entonces 6 … ¤f6,y en caso de 6.£h4, 6 … ¤f6 7.¤e4 ¥g7 8.¤xf6+ ¥xf6, y las negras tendrían un buen desarrollo.
14.0–0–0 ¥b7 15.h4 ¤c7 Entretanto, las negras han conseguido desarrollar sus piezas menores, pero apenas pueden soñar con conectar sus torres. Las blancas, por su parte, preparan una ruptura en el centro.
6.£d4! ¤f6 Si 6 … f6, 7 e4! y la posición no parece atractiva para las negras. Ahora perderán el derecho a enrocar.
16.¥h3 ¤e6 17.¥e3 ¢e8 Merecía atención 17 … ¦c8, y sólo después de 18 ¢ b1 debería seguir la jugada de la partida.
7.£xd8+ ¢xd8
XIIIIIIIIY 9rs nlm k l v r t0 9z pp+ z pp+p0 9 +p+ s np+0 9+ + + + 0 9 + + + +0 9+ N s +N+ 0 9Pz P P zPz PPz P0 9t R L v K mL+R0 xiiiiiiiiy
18.¦he1 ¦d8 19.d5! cxd5 20.exd5 ¤c7? Keres deja escapar la posibilidad de plantear un problema complicado a su rival, mediante 20 … ¤dc5! Esta jugada crearía la amenaza de ganar el peón de d5, con 21 … ¥xc3. Las blancas no conseguirían nada con 21 dxe6 ¦xd1+ y 22 … ¥xf3. Tampoco estaría claro 21 ¤d4, por 21 … ¥xd5! Eso deja como prácticamente única a la continuación 21 ¥xc5, con las siguientes variantes: a) 21 … ¤xc5 22 ¤ b5! (¡se amenaza mate en una!) 22 … ¤a6 23 d6! e6 24 ¤e5!, favorable a las blancas; b) 21 … bxc5 22 ¥f1 a6 (no sería bueno 22 … ¤c7, por 23 d6!) 23 ¥c4!, y el ataque blanco sería muy fuerte; c) 21 … ¥xc3! 22 bxc3! bxc5 (peor sería 22 … ¥xd5, a causa de 23 ¦xd5! ¦xd4 24 ¥xd4, con dos piezas por torre, o bien 22 … ¤xc5 23 d6! e6 24 ¤e5!, con un fuerte ataque de las blancas) 23 c4, y las blancas conservarían la ventaja, aunque el cambio de un par de piezas menores alivia la tarea defensiva de las negras.
¿Tan peligroso resulta para el rey permanecer en el centro, tras el cambio de damas? Como regla, no suele ser peligroso en el final. ¡Pero la posición del tablero todavía no ha llegado al final! Existen suficientes unidades de combate para considerar esta posición como un medio juego, incluso sin damas, entre cuyas posibilidades existe, desde luego, la de un ataque al rey.
8.e4 ¥g7 Más lógica era la tentativa de realizar más cambios, con 8 … ¥ h6!
21.¥f4! ¦c8
9.d4 ¦f8 10.h3 b6 11.g4 h5
XIIIIIIIIY 9 +r+kt r +0 9z pls nnz ppv l 0 9 p z + +p+0 9+ +P+ z Pp0 9 + + v L P z0 9+ N s +N+L0 9Pz P + P z +0 9+ K mRt R + 0 xiiiiiiiiy
Este avance de peón pone en evidencia lo difícil que resulta para las negras encontrar un plan de juego razonable. Ahora las blancas podían haberse apoderado de la iniciativa, mediante 12.e5 ¤e8 13.gxh5 gxh5 14.¦g1. Stein, sin embargo, prefiere reforzar tranquilamente su posición y ganar espacio.
12.g5 ¤e8 13.¥f4 ¤d7
133
22.¦xe7+!
La estructura de peones en el centro le permite a las blancas ejercer presión sobre la columna e. Si las negras avanzaran …e6-e5, tendrían problemas con el peón aislado de d5. Las blancas sólo deben mantenerse alerta en cuanto a las posibilidades de contrajuego asociadas con la semiabierta columna f , o con los ataques de los caballos negros.
Este sacrificio de torre es otro argumento de peso para demostrar que el medio juego se hallaba en su apogeo. Aun sin damas, las blancas conducen una eficaz ofensiva contra el rey enemigo. 22...¢xe7
23.d6+ ¢e8 24.dxc7
13...a6
Ahora, a 24 … ¥ xf3 no sólo la burda 25 ¥ xd7+ llevaría a la victoria, sino también la elegante 25 ¦e1+!, que forzaría el mate aún más rápidamente.
Malo sería 13...£xb2?, debido a 14.¤b5 ¥b8 15.¦b1 £xa2 16.¦a1 £b2 17.¦a4!
24...f5 25.gxf6 ¤xf6 26.¥xc8
14.a3 £c7
Aquí también servía 26 ¦e1+!
Las negras efectúan esta jugada sin relación con plan alguno, ya que pronto la dama volverá a d8, y de allí se desplazará a b8… Merecía atención la maniobra de alfil con destino al flanco de rey, por el trayecto … c8-d7-e8-h5.
26...¥xc8 27.¦d8+ ¢f7 28.¤g5+ ¢g8 El rey negro por fin halla un cómodo refugio, pero con cierto retraso.
29.¥d6 ¦e8 30.¤d5! 1 –0
15.¦c1 ¥d7 16.¦e1 ¦ae8 17.h3 £d8 18.¥g5 £b8 19.¦c2 ¢h8 20.¦ce2
Partida nº 54 Stein - Doroshkevich Rostov sobre el Don, 1971 Campeonato de la URSS por equipos Defensa Francesa
Por su parte, las blancas reestructuran con mucho sentido sus efectivos. Ahora, por ejemplo, se disponen a jugar ¥ d3-b1 y £d1-d3, pasando a las acciones concretas. ¿Qué han conseguido, entretanto, las negras? Sus piezas están desarrolladas, pero eso es todo. No está claro cómo pueden reforzar su posición y, como es bien sabido, cuando no hay buenas jugadas, es muy posible que la próxima sea mala…
En la última ronda el equipo de la Sociedad Avangard aplastó al Trud por 7-2, y ese triunfo significaba el tercer puesto y la medalla de bronce para el equipo de Stein y sus integrantes. El duelo en el primer tablero fue la batalla culminante del match.
20...¥f4
XIIIIIIIIY 9 q w +rt r k m0 9+p+l+ z pp0 9p+n+ps n +0 9+ +p+ v L 0 9 + P z l v +0 9z P N sL+N+P0 9 P z +Rz PP+0 9+ +Qt R K m 0 xiiiiiiiiy
1.e4 e6 2.d4 d5 3.¤d2 ¤f6 4.e5 ¤fd7 5.¥d3 c5 6.c3 ¤c6 7.¤e2 £b6 8.¤f3 cxd4 9.cxd4 f6 10.exf6 ¤xf6 11.0 –0 ¥d6 12.¤c3 0 –0 13.¥e3 La teoría de aperturas estimaba que esta posición era favorable a las blancas. La partida Geller Uhlmann (Skopje, 1968) prosiguió así: 13.¥e3 ¥d7 14.a3! £d8 15.h3 ¦c8 16.¦e1 ¢h8 17.¦c1 £e8 18.¦c2 a6 19.¦ce2 ¦c7 20.¥c1, y las negras no consiguieron contrajuego. Esta evaluación también fue confirmada por la partida Karpov - Hort (Budapest, 1973): 13 … £d8 14.¥g5 ¥d7 15.¦e1 £b8 16.¥h4 a6 17.¦c1 b5 18.¥b1 ¥f4 19.¥g3!, y las blancas establecieron un firme control del punto e5.
21.¥h4! En el lugar de las blancas muchos jugadores habrían cambiado con gusto esta pieza, para desarrollar el juego sobre casillas negras. Pero Stein previó lo que tenía in mente su rival y decidió… ¡no oponerse a sus intenciones! 134
29...¦e7
21...g5?
XIIIIIIIIY 9 q w + r t +0 9+p+lt rk+ 0 9p+ +p+ +0 9+ +p+ w QN0 9 + + + +0 9z P N sn+ +P0 9 P z + P zP+0 9+ + t R K m 0 xiiiiiiiiy
¡La suerte está echada! Doroshkevich decide jugar de forma agresiva, entregando su peón g a cambio del blanco de d4. Sin embargo, y como demostrará Stein, el cambio no es equivalente.
22.¥xg5 ¥xg5 23.¤xg5 ¤xd4 24.¦e5! ¤c6
XIIIIIIIIY 9 q w +rt r k m0 9+p+l+ +p0 9p+n+ps n +0 9+ +pt R N s 0 9 + + + +0 9z P N sL+ +P0 9 P z + P zP+0 9+ +Qt R K m 0 xiiiiiiiiy
La única defensa, pero que parece suficiente.
30.¤xd5! Incursión sobre todos los frentes. Las blancas no permiten que el rey negro se escape por e8.
30...£d6 31.¤df6 e5 32.¦e3!
25.¤xh7!
Las negras se han estado defendiendo con gran tenacidad, conservando su torre extra. Las amenazas directas de mate han sido rechazadas. Sin embargo, Stein sigue conduciendo su posición de forma intuitiva, considerando que, puesto que el rey negro está tan restringido, las blancas acabarán encontrando algo concluyente. ¡Y ese “algo” ha sido descubierto! Ahora las blancas amenazan 33 £g7+ ¢e6 34 £g6!, con la doble amenaza de un jaque descubierto y la “tranquila” 35 ¦xd3. Si las negras se protegen de una de esas amenazas, con 32 … ¥d5, defendiendo el caballo de d3, entonces las blancas dispondrán de una variante “eco” de problema, 33 £f5!, con la amenaza mortal del mismo jaque descubierto, pero ahora vertical, no horizontal. Por último, el caballo de d3 no puede moverse, a causa de 33 £g7+ ¢e6 34 ¤f4+, con mate.
¡Un golpe devastador! Las blancas entregan, a elección del rival, una torre y un caballo. En ambos casos, al rey negro le esperarían tiempos duros. ¿Quizá podría intentar la huida hacia el flanco de dama? 25...¤xe5
La idea de la combinación de Stein radica en que después de 25...¤xh7 26.£h5 ¦e7, el otro caballo entraría en la batalla con gran fuerza: 27.¤xd5! Si 27 … ¦ef7, entonces 28.¤f6! ¤xe5 29.¥xh7 ¢g7 30.£g5+ ¢h8 31.£h6!, y sigue mate. ¡Una hermosa variante! Tampoco salvaría 27 … ¦g7, por 28.¦g5! £e8 29.¥g6 ¦xg6 30.¦xg6, con fortísimas amenazas.
26.¤xf6 ¤xd3 26 … ¦xa6 27 £h5+ ¢g7 28 ¦xe5! conduciría a un rápido mate. Ahora, sin embargo, no era tan fácil conducir el ataque, pues no hay mate forzado.
32...¦c8
33.£g7+ ¢e6 35.¢h2 £c6 36.¦xd3 1 –0
34.£g6!
¦c1+
En esta desesperada posición las negras perdieron por tiempo.
27.£h5+ ¢g7 28.£g5+ ¢f7 29.¤h5! El ataque blanco requiere la mayor precisión. De momento, las blancas tienen una torre menos, la otra atacada, y si no pasa nada especial, el rey negro conseguirá escapar. De momento, amenazan mate en una. 135
Partida nº 55 Stein - Polugaievsky Leningrado, 1971 39º Campeonato de la URSS Apertura Inglesa
10...£c7 En caso de 10...£a5 11.£xa5 ¤xa5 12.¤e1!, seguido de ¤d3!, y las negras tendrían dificultades para defender su peón de c5.
En este torneo se había establecido un premio a la mejor partida. El jurado, sin embargo, consideró que no una, sino dos partidas eran acreedoras a dicho premio. “Estas partidas”, escribió el Árbitro Principal del Campeonato, maestro internacional Mijail Yudovich, “no tienen efectos espectaculares, pero encantan por el poder de su lógica, por una consistencia de acero en el desarrollo de los planes estratégicos, y su precisión en la materialización de la ventaja conseguida”. Ésta es una de esas partidas, jugada en la primera ronda.
11.d4 ¥d7
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9z ppw qlz ppv lp0 9 +n+ +p+0 9+ p z + + 0 9Q+ z P + +0 9+ P z +Nz P 0 9P+ +Pz PLz P0 9+Rv L +Rm K 0 xiiiiiiiiy Prácticamente forzado, pero aquí el alfil le quita una casilla importante a su dama, como será notorio después de la siguiente jugada blanca.
1.¤f3 ¤f6 2.g3 g6 3.¥g2 ¥g7 4.c4 0 –0 5.¤c3 d5 6.cxd5 ¤xd5 7.0 –0 ¤xc3 Las negras se desprenden de los problemas derivados del caballo, permitiéndole así a las blancas reforzar su centro y entregándole la semiabierta columna b. Pero en caso de 7...¤b6 8.d3 ¤c6 9.¥d2 h6 (impidiendo £d1-c1 y ¥d2h6) 10.¦c1 e5 11.¤e4, surgiría una posición bien conocida de la Defensa Siciliana, con los colores cambiados. El tiempo extra le permitiría a las blancas apoderarse de la iniciativa. Quizá las negras deberían jugar antes 7 … c5.
12.¥f4! £c8 La tentativa de liberarse a base de 12...e5 se encontraría con un duro correctivo: 13.¤xe5 ¤xe5 14.£d1, y las negras tienen que devolver la pieza, sin haber solucionado sus problemas del flanco de dama.
13.£a3 cxd4 14.cxd4 Los pequeños inconvenientes de apertura aún no se han convertido en tareas insolubles para las negras, aunque están consiguiendo que su solución sea más difícil. Aquí había que tomar medidas, antes que nada, contra la amenaza 15 d5! ¿Pero cómo? 14 … ¤xd4 conduciría a la pérdida de la calidad. A 14 … ¥xd4, las blancas podrían sacrificar con éxito un peón, 15.¤xd4 ¤xd4 16.¥e5! ¤c6 17.¥a1, y sus alfiles “barrerían” todo el tablero. Por otra parte, 14 … e6 sería muy pasiva.
8.bxc3 c5 9.¦b1 ¤c6 Después de esta jugada natural, resulta que a las negras no les será fácil desarrollar su flanco de dama. Hubiera sido mejor 9 … Cd7, seguido de … £c8-c8, … ¦a8-b8, … b7-b6 y … ¥c8-b7. Por cierto que el propio Polugaievsky había jugado así contra Portisch, en Budapest (1969). Es posible que la apertura de aquella partida no le hubiera satisfecho, optando en ésta por un plan diferente, en el que su alfil dama sería desarrollado más modestamente por d7.
14...¥f5?
10.£a4!
Ésta no era la mejor solución. Lo correcto hubiera sido 14 … ¥ e6!
En la conocida partida D. Byrne - Averbaj, del match URSS - Estados Unidos (1954), se jugó 10 c4 b6!, y las negras solucionaron satisfactoriamente sus problemas del flanco de dama.
15.¦bd1 e6 Se diría que las negras han resuelto satisfactoriamente el problema del avance d4136
Partida nº 56 Stein - Tal Leningrado, 1971 39º Campeonato de la URSS Apertura Catalana
d5… Pero Stein percibió un defecto sustancial en la estructura negra: el alfil de f5 estaba desconectado del flanco de dama, sobre cuya zona habían estado golpeando todo el tiempo las blancas. Había que restringir la movilidad del alfil en el centro y, desde luego, no podía permitírsele llegar a e4.
1.c4 ¤f6 2.g3 e6 3.¥g2 d5 4.¤f3 ¥e7 5.0 –0 0–0 6.d4 c6 7.£c2 b6 8.¦d1 ¥b7 9.¤c3 ¤bd7 10.b3
16.¤e5 ¤xe5 17.dxe5
La peculiaridad del orden de jugadas adoptado por las blancas consiste en que el principal propósito del avance b2-b3 es proteger al peón de c4, quedando pendiente de decidir el desarrollo del alfil de c1, según el rumbo que tomen las acciones de las negras.
Amenazando, al mismo tiempo, 18 e4 ¥ g4 19 f3 ¥ h5 20 g4, que obligaría a las negras a entregar un peón, con … g6-g5.
17...h6 18.h4 £c4 19.¦fe1 ¦fd8 20.¦c1 £b5
XIIIIIIIIY 9r+ t r +k+0 9z pp+ +pv l 0 9 + +p+pz p0 9+q+ z Pl+ 0 9 + + v L P z0 9w Q + + z P 0 9P+ +Pz PL+0 9+ R t R t K m 0 xiiiiiiiiy
10...¦c8 11.e4 c5! ¿Valía la pena tomar el peón de e4? A 11...dxe4 12.¤xe4 c5, las blancas dispondrían del interesante golpe 13.¤fg5! Después de 11...¤xe4 12.¤xe4 dxe4 13.£xe4 ¥f6 (o bien 13...¥a8 14.£e2 c5 15.d5! ) 14.¥f4! ¥a8 15.¦ac1 c5 16.d5, con iniciativa de las blancas. Tampoco sería mejor para las negras 13...¦e8 14.¥f4 ¥a8 15.£e2 ¤f8 16.h4! , jugado en la partida Smyslov Damjanovic (Cienfuegos, 1973). Así pues, la jugada de la partida parece objetivamente la mejor, y el valor de todo el plan negro dependerá de la evaluación de sus consecuencias.
21.£c5! Esta fuerte jugada pone de manifiesto que las negras no han resuelto sus problemas en el flanco de dama, abandonado sin remisión por su alfil. 21...£xc5
22.¦xc5
12.exd5 exd5 13.dxc5 Tras el cambio de la única pieza capaz de proteger el flanco de dama, las perspectivas de las negras son desoladoras.
La partida Stein - Lengyel (Memorial Alekhine, 1971) siguió así: 13.¥b2 £c7 (o bien 13 … dxc4 14 d5!, un sacrificio de peón muy prometedor) 14.¤xd5 ¤xd5 15.cxd5 ¥xd5 16.dxc5 ¥xf3 17.¥xf3 ¤xc5 18.£f5!, con clara ventaja blanca. Vale la pena señalar que la partida sólo se prolongó una jugada más: 18 … ¦fd8? 19.¥d5!, y las negras se rindieron, pues su dama está cazada.
22... ¥f8
23.¦c7 ¥b4 24.¦ec1 ¥a3 25.¦f1 ¦ac8 26.¦xb7 ¥c5 27.¥xh6 El resto es cuestión de técnica.
27...¥g4 28.¦e1 ¦b8 29.¦xb8 ¦xb8 30.¦c1 ¥d4 31.e3! ¥b2 32.¦b1 ¥e2 33.¥f4 ¥c4 34.a4 ¦b4 35.¥c6 ¥d3 36.¦d1 1 –0
13...dxc4
137
XIIIIIIIIY 9 +rw q r tk+0 9z pl+nv lpz pp0 9 p z + n s +0 9+ P z + + 0 9 +p+ + +0 9+Ps N +Nz P 0 9P+Q+ z PLz P0 9t R L vR+ m K 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9 +rt r +k+0 9z pl+nv lpz pp0 9 + + s n +0 9w qPz p + + 0 9P+p+ v L +0 9+ N s +Nz P 0 9 +Q+ z PLz P0 9t R +R+ m K 0 xiiiiiiiiy
A 13 … ¤xc5 era posible 14 ¤g5!
Un ingenioso sacrificio de peón, puramente posicional.
Lo peor podía haberse evitado con 17 … a5, con idea de 18.¤d2 ¥xg2 19.¢xg2 £b7+ 20.¢g1 ¤b6!. Pero Tal consideraba que 18.¤d2 ¥xg2 19.¤xc4 no era peligroso para él, a causa de 19 …£b4 y la dama se retiraría con ganancia de tiempo, por lo que las blancas perderían pieza…
14...bxc5 15.b5!
18.¤d2!
La idea de las blancas guarda relación con el razonamiento de que si consiguen situar su caballo en c4, entonces su mayoría de penes en el flanco de dama sería un factor decisivo en la batalla. ¿Podrían las negras impedir la realización de este plan? Mijail Tal encontró dos “contraplanes”. Uno de ellos, relacionado con un sacrificio de dama: 15 … ¥xf3 16.¥xf3 ¤e5!? 17.¦xd8 ¤xf3+ 18.¢h1 (la guinda estaba en que no era posible 18 ¢g2, en vista de 18 … ¤e1+!) 18 … ¦cxd8, con lo que habría surgido una interesante posición, en la que a las blancas les resultaría difícil realizar su pequeña ventaja material. Por ejemplo: 19.£e2 ¦d3 20.£xe7 ¦e8 21.£xc5 (o bien 21.£xa7 ¦e1+ 22.¢g2 ¦g1+ 23.¢h3 g5!) 21...¦e5! 22.£xc4 ¦e1+ 23.¢g2 ¦g1+ 24.¢h3 g5 25.¥xg5 ¤xg5+ 26.¢h4 ¤f3+. La opinión de ambos jugadores acerca del sacrificio estaba dividida. Stein creía que tendría posibilidades de ganar la partida. Tal deseaba haber efectuado el sacrificio, que había descartado, renunciando a uno de sus métodos predilectos de conducir la lucha, sólo porque había encontrado otro camino que le pareció más prometedor.
Según palabras de Capablanca, una “pequeña combinación” (tan efectiva como, a menudo, suelen serlo las “pequeñas combinaciones”).
14.b4!
18...¥xg2 Las negras ya no tienen elección.
19.¤xc4 £b4 20.¤a2! ¡Ésta es la sutileza que se les había escapado a las negras! Ahora están obligadas a devolver la pieza, si no quieren perder la dama.
20...¥e4 21.¤xb4 ¥xc2 22.¤xc2 La lucha cuerpo a cuerpo ha terminado y el balance indica que la idea del sacrificio de peón, emprendido por las blancas en la jugada 14, ha tenido un total éxito. Stein ha conseguido una evidente ventaja posicional y ahora comienza la fase de realización técnica. 22...¤b6
23.¦xd8+ ¥xd8 24.¤2e3 ¤xc4 25.¤xc4 ¤d5 26.¦d1 ¤b6 27.¤d6 ¦a8 28.a5 ¤a4 29.¤c4 ¤c3 30.¦e1 Después de 30 … ¥ f6, seguiría 31 b6 y el peón corona. Por esta razón, Tal prefiere entregar pieza por dos peones, lo que sólo consigue retrasar la derrota por unas jugadas.
15...£b6 16.¥f4 ¦fd8 17.a4 £a5?
30...¥xa5 31.¤xa5 ¤xb5 32.¦e5 ¤d4 33.¦xc5 1–0 138
Partida nº 57 Stein - Parma Moscú, 1971 Memorial Alekhine Gambito de Dama
¦ad8 16.£b5 ¥xf3 y 17 … ¤d4! En caso de 15 h3 ¥ h5! (pero no 15...¥xf3 16.exf3 ¤f6 17.f4 ¦ac8 18.¦e1 £xe1+ 19.£xe1 ¦xe1+ 20.¦xe1, como en la partida Reshevsky - Ivkov, Palma de Mallorca, 1970, donde las blancas quedaron mejor), y las negras tienen un juego activo.
Al referirse a los vencedores del torneo, Anatoli Karpov y Leonid Stein, el Árbitro Principal, Alexander Kotov, escribió en la revista Shjamaty URSS que había visto a Stein bajo una nueva luz: ahora no sólo atacaba con bravura, sino también con gran técnica. Kotov consideraba que esta partida era un perfecto ejemplo del nuevo y muy refinado juego de Stein.
13...¥e6 ¡Esto ya parece ilógico! Nada se oponía al inmediato desarrollo del alfil por e6, así que ¿por qué perdieron un tiempo, llevándolo a g4? La jugada h2-h3 no es peligrosa para las blancas, puesto que además impide el salto de caballo …¤f6-g4! Más consistente era 13...¥xf3 14.¥xf3 £d7 15.¥g2 d4! 16.¥g5 ¤e4! 17.¥xe7 £xe7, y tras haber recuperado la casilla d4, las negras estarían muy bien. Ahora este punto clave pasa a ser dominio exclusivo de las blancas, sin oposición alguna.
1.c4 c5 2.¤f3 ¤c6 3.¤c3 ¤f6 4.g3 e6 5.¥g2 ¥e7 6.0–0 0–0 7.d4 d5 8.dxc5 ¥xc5 9.cxd5 exd5 Por inversión de jugadas, esta partida ha desembocado en la variante principal de la Defensa Tarrasch.
14.¤d4 ¤e5 15.b3 £d7 16.¤xe6
10.¤a4 ¥e7 11.¥e3
Un método muy conocido para materializar la ventaja. En lugar de jugar contra un peón aislado, que las negras no tendrían ningún problema en proteger, las blancas prefieren quedarse con los dos alfiles y perspectivas de minar el débil par de peones, con e2-e4! Después de esta ruptura, las negras se quedarán con uno de los peones aislado, pero en peores condiciones. También era bueno 16 ¢h2, manteniendo en cartera todas las posibilidades.
El plan basado en la lucha por las casillas d4 y c5 fue introducido, por primera vez, por Richard Réti contra el propio inventor de la defensa (en el torneo de Pistyan, 1922). Las blancas pretenden cambiar los alfiles de casillas negras, mediante ¥ e3-c5, para poder, así, establecer un firme control del punto d4. Siegbert Tarrasch reaccionó contra esta idea de la forma más sencilla: 11 … bc6, pero después de 12 ¤d4 (¡ganando un tiempo!) 12 … ¤xd4 13 ¥ xd4 ¥ b7 14 ¤c3 £d7 15 £ b3 ¦ad8 16 ¦fd1, Tarrasch tuvo que defender su posición sin grandes esperanzas de igualdad. Desde entonces había transcurrido medio siglo, y buen número de partidarios de la Variante Tarrasch han desarrollado distintas formas de combate contra el plan de Réti. Parma elige uno de los mejores.
16...fxe6 Es obvio que, después de 16 … £xe6, la debilidad de d5 sería manifiesta, al carecer ahora del apoyo del alfil de casillas blancas. 17.¤c5 ¥xc5 18.¦xc5 b6 19.¦c3 ¤f7 20.£c2 ¦ac8 21.¦c1 ¤d6 Las negras apelan a una ingeniosa defensa, neutralizando la columna e. Lo principal es que previenen el molesto avance e2-e4!
11...¦e8
A fin de responder a 12.¥c5 con 12 … ¥xc5! 13.¤xc5 £e7!, con ataque doble sobre c5 y e2. Por lo tanto, las blancas deben proteger antes la casilla c5.
22.¥f4 ¦xc3 23.£xc3 ¦c8 24.£b2 ¤f7 Las negras se complican la vida, al no cambiar torres. Después de 24...¦xc1+ 25.£xc1 ¤fe4, las posibilidades de juego activo de las blancas se verían reducidas.
12.¦c1 ¥g4 13.h3 Ahora, después de 13.¥c5 ¤e4! 14.¥xe7 £xe7, no sería bueno 15.£xd5?, en vista de 15 … 139
25.¦d1
35.e4!
Las blancas prefieren renunciar a la columna e, pero a fin de mantener la torre activa para el apoyo del avance e2-e4, en torno al cual gira toda la lucha.
Durante quince jugadas las negras han conseguido neutralizar este golpe, pero ahora no han podido controlarlo, posiblemente a causa de la amenaza 36 ¦c1, que las blancas han estado preparando. Es probable que en este momento el gran maestro yugoslavo lamentase no haber aprovechado la ocasión de cambiar torres.
25...£c7
26.g4 h6 27.¥g3 £c5 28.¦f1
Para contestar a 28 … £c2 con 29 £a3!
35...£e8
28...a5 29.e3
Un nuevo chispazo táctico. Las blancas responden al golpe contrario con sus mismas armas.
Esta jugada no debe considerarse una renuncia al plan e2-e4, sino sólo que el plan se ha postergado. Una vez anulado el ataque sobre el peón a7 (29 … £c2 30 £a3), las negras obligan a las blancas a tomar medidas similares con su peón de e2. Por otra parte, resulta útil liberar una casilla adicional para la dama blanca. 29...£c3
36...exd5 Una vez más, las negras tienen un peón aislado en d5. Pero ahora no se trata de una debilidad formal, sino real, un peón que las negras están condenadas a perder. Como pequeña consolación, podrían capturar, a cambio, el peón blanco g.
30.£e2! ¤e4 31.¥h2 £c6 32.h4
Con el plan inmediato 33 ¥ xe4 dxe4 34 ¦d1, en previsión de 34 … ¤g5. 32...¤f6
36.exd5!
37.£d3 £e6 38.g5! hxg5 39.hxg5 ¤e4 40.¥h3!
33.¥f4 £c2?
Los alfiles blancos comienzan a “echar humo” sobre las diagonales abiertas. Ahora no servía 40 … £c6, debido a 41 ¦c1 £ b7 42 ¦c7!
Si uno pudiera ponerse en el lugar de las blancas, tendría la sensación de que las acciones de las negras responden a impulsos accidentales. A la larga, eso ha arruinado su posición, que podría haber sido tenazmente defendida. Esta irreflexiva jugada ha sido la gota que colma el vaso, inclinando la balanza a favor de las blancas. Era preciso optar por 33 … e5 34 ¥ g3 e6, y aunque los alfiles blancos seguirían siendo peligrosos, también los caballos negros tienen algo que decir en la lucha.
Jugada única, pero suficiente, que elimina toda tentativa de contrajuego. Las blancas entregan su peón de g5, pero penetran en el flanco de dama.
34.£a6 £c6
44...¦e8 45.¥e3 ¤exg5 46.¥xb6
40...£g6 41.£xd5 ¦d8 42.£e6!
42...£xe6 43.¥xe6 ¢f8 44.¥c4! Amenazando 45 ¥ c7 y 45 ¥ e3. 44 … ¤fd6 se contestaría con 45 ¥ d5!
XIIIIIIIIY 9 +r+ +k+0 9+ + +nz p 0 9Qz pq+ps n p z0 9z p +p+ + 0 9 + + v LPz P0 9+P+ z P + 0 9P+ + z PL+0 9+ + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
El resto no requiere comentarios.
46...a4 47.¥c5+ ¢g8 48.f4 ¤e4 49.¦e1 axb3 50.axb3 g5 51.¥d5 ¤f6 52.¦xe8+ ¤xe8 53.fxg5 ¢g7 54.¥xf7 1 –0
140
Partida nº 58 Sigurjonsson - Stein Reykjavik, 1972 Defensa Siciliana
Ahora la posición pasa de igualada a inferior para las blancas, que se han creado voluntariamente debilidades en su campo.
12...¤xd3 13.cxd3 ¥b7 14.£b3 ¦c8 15.¥e3 1.e4 c5 2.¤f3 d6 3.¤c3 a6 4.d4 cxd4 5.¤xd4 ¤f6 6.f4
XIIIIIIIIY 9 +rw q r tk+0 9+l+ v lpz pp0 9pz p p zps n +0 9+ + + + 0 9Pz P +Pz P +0 9+Qs NPv LN+ 0 9 + + +Pz P0 9t R + +R+K0 xiiiiiiiiy
Desviándose de las líneas principales de la Variante Najdorf (6 ¥e2, 6 ¥c4, 6 ¥g5), las blancas alivian, en cierto modo, los problemas de apertura de su oponente.
6...¤bd7 No hay que decir que 6...¤c6 era un error, debido a 7.¤xc6 bxc6 8.e5!, con lo que las blancas conseguirían ventaja. En principio, la respuesta correcta parece 6 … £c7, que impide no sólo el avance e4-e5, sino también el desarrollo del alfil blanco por c4.
Aquí era muy desagradable para las negras 7.¥c4! Por ejemplo: 7 … £c7 8.£e2 e6 9.f5 (Stanciu Gheorghiu, Bucarest 1973).
La posición blanca parece satisfactoria. Sin embargo, su debilitada retaguardia constituye una deficiencia estratégica. Por otro lado, las blancas tienen varias casillas débiles desde el punto de vista táctico. ¿Cuáles? El caballo de c3 y el peón de b4, lo que resulta evidente hasta para el ojo más inexperto. Pero eso no es todo. Resulta que también es vulnerable la casilla d4, y… ¡hasta el peón de h2! ¿Qué le parece a usted?
7...e6
15...d5!!
La forma más simple de anular 8 e5, debido a 8 … dxe5 9.fxe5 ¤g4 10.£e2 £c7 11.¥f4 f6! La apertura de líneas iniciada con f2-f4 no le ha reportado nada a las blancas, y Sigurjonsson procede a un desarrollo básico de piezas.
Si las blancas no tuviesen las debilidades mencionadas, este avance podría considerarse un burdo error posicional: las blancas contestan e4e5, ganando un tiempo, y luego sitúan un caballo en d4, encerrando en una jaula el alfil de b7. El peón de d3 jugaría un importante papel, privando a las piezas negras de las casillas e4 y c4. Pero todo esto no pasa de ser un debate académico…
7.¤f3
8.¥d3 ¤c5! Utilizando el bloqueo blanco de la columna d, las negras comienzan a pensar en hacerse con la iniciativa. Si ahora 9 e5, seguiría 9 … dxe5 10 ¤xe5 ¤d5! Por otra parte, las negras se reservan la posibilidad de conseguir la pareja de alfiles en el momento oportuno.
16.e5 No había nada mejor.
16...d4!
9.0–0 ¥e7 10.a4 0 –0 11.¢h1 b6 Gracias al inofensivo juego de apertura de las blancas, las negras han podido desplegar cómodamente sus fuerzas, evitanto todo tipo de ataques sicilianos.
La inteligente estrategia de Stein se pone de relieve en la variante 17 exf6 ¥ xf6!, cuando recuperaría cómodamente la pieza, en vista del ataque doble. Este método corriente no es más que un eslabón de la cadena combinativa que las negras van a lanzar sobre todo el tablero.
12.b4?
17.¤xd4
141
Todavía peor era 17.¥xd4 ¥xf3 18.exf6 ¥xf6! 19.¥xf6 £xf6.
La amenaza era 35...¤h2+ 36.¥xh2 ¦f2++
35.¥xd4 ¦d3+ 36.¢e2 ¦xd4 37.e5 c3 38.¦c1 ¦d2+ 39.¢f3 ¦d3+ 40.¢g2 ¤e3+ 41.¢f2 ¤f5 0–1
17...¤g4 18.¥g1
XIIIIIIIIY 9 +rw q r tk+0 9+l+ v lpz pp0 9pz p +p+ +0 9+ + z P + 0 9Pz P N s P zn+0 9+Qs NP+ + 0 9 + + +Pz P0 9t R + +Rv LK0 xiiiiiiiiy
Partida nº 59 Stein - Smyslov Moscú, 1972 Olimpiada de la URSS Apertura Inglesa
Stein formó parte, invariablemente, del equipo ucraniano en todas las competiciones de la URSS, desde 1959. Entre sus participaciones se cuentan tres Spartakiadas de los Pueblos de la URSS, y el campeonato que dio lugar al gran nombre de Olimpiada de todas las Repúblicas. Esta competición se iniciaba a nivel de clubs, sociedades deportivas, empresas e instituciones educativas, finalizando en un gran acto en el que tomaban parte los equipos de todas las repúblicas. Actuando en el segundo tablero, Stein aportó una significativa contribución al éxito de su equipo, que le valió la medalla de bronce. La partida que sigue fue disputada con el equipo que resultaría campeón.
18...¤xh2! Ha llegado la hora del peón h2. Un golpe contundente en el flanco de rey.
19.¦fc1 A 19.¥xh2 seguiría, naturalmente, 19 … £xd4. En caso de 19.¢xh2, 19 … ¥xb4! La cadena negra se extiende con el mayor dinamismo, gracias a la repentina amenaza 20 … £h4++. Una variante adicional de la combinación era 19.¤xe6 £xd3 20.¦fc1 £h3!, forzando el mate o la ganancia de dama. El mal menor era 19.¦fd1 ¤g4 20.¤f3, y como resultado de toda la combinación, las negras tendrían que contentarse con una ventaja posicional, difícil de predecir si bastaría o no para ganar. La jugada textual, en cambio, asume la pérdida de un peón, sin compensación alguna.
1.c4 ¤f6 2.¤c3 e6 3.¤f3 b6 4.e4 ¥b7 5.£e2! ¡Nueva evolución del estilo creativo de Stein! Durante muchos años prefirió variantes y métodos claros en la apertura, que trasladasen el centro de gravedad de la lucha al medio juego e, incluso, al final. Ahora, sin embargo, nos encontramos ante una original novedad. Antes se había jugado en esta posición 5 d3 y 5 e5. Stein planeaba crear un poderoso centro de peones, mediante d2-d4, de modo que sitúa su dama en e2, sin importarle el hecho de que bloquee momentáneamente la salida del alfil rey. ¿Por qué no jugar 5 £c2, con la misma idea? En tal caso las negras responderían 5 … d5! Ahora este avance es imposible, y las negras deberán resolver nuevos problemas. El parecido entre la novedad de Stein y la famosa invención de Chigorin contra la Defensa Francesa (1 e4 e6 2 £e2!) es sorprendente. El trabajo creativo de Stein estaba muy influenciado por las tradiciones de la escuela rusa de ajedrez, sobre todo Chigorin y Alekhine. Hay que añadir que, tres años después de esta partida, el joven jugador de Lvov, Oleg
19...¤g4 20.¤e4 ¥xb4! En recompensa a su ingenio y sobresaliente imaginación, las negras han obtenido un peón extra y ventaja posicional. Stein bromearía luego: “En estas posiciones, soy especialmente fuerte.”
21.¤g5 £d5 22.¤gf3 £xb3 23.¤xb3 ¥d5 24.¤fd2 ¥c3 25.¦ab1 b5 26.axb5 axb5 27.¤e4 ¥xe4 28.dxe4 ¦c4 29.g3 h5 30.¢g2 ¦d8 31.¦c2 ¥xe5! Ganando un segundo peón. El resto es fácil.
32.¦xc4 bxc4 33.¤a5 ¦d2+ 34.¢f3 ¥d4! 142
Romanishin, desarrolló otras ideas de Stein (5 d3, seguido de ¥ d3-c2 y d2-d4). El relevo de generaciones continúa.
deteriorar la estructura de peones blancos con 11 … ¥ xf3.
11.h5!
5...¥b4 La continuación principal y más consistente, relacionada con el sacrificio del peón.
Las negras dificultan el avance d2-d4, pero ahora se verán obligadas a desprenderse de su alfil de casillas negras, y el juego derivará hacia las nuevas líneas de la variante. Esto era lo que pretendía Stein. Sólo después de los matches de Candidatos de 1974, se llegó a la conclusión de que las negras deberían haber jugado 5 … c5. Por ejemplo: 6.e5 ¤g8 7.d4 cxd4 8.¤xd4 ¤c6.
11...¥xf3 El juego de Smyslov también es consistente, en su deseo de destruir el centro enemigo. Quizá fuese más prudente 11 … h6.
12.£xf3 dxe5 Ahora 12 … h6 no sería fiable, en vista de 13.£g4 ¤f5 14.¥d3!
6.e5 ¤g8 7.d4 d6 8.a3 ¥xc3+ 9.bxc3 ¤e7
XIIIIIIIIY 9rs n q wk+ t r0 9z plz p n spz pp0 9 p z p zp+ +0 9+ + z P + 0 9 +Pz P + +0 9z P P z +N+ 0 9 + +Qz PPz P0 9t R L v K mL+R0 xiiiiiiiiy
13.h6! Los alfiles necesitaban diagonales abiertas. Si ahora 13 … g6, entonces 14 dxe5, y sería dudosa 14 … ¤xe5, a causa de 15 £f6, mientras que otras respuestas se enfrentarían a 15 ¥ g5! Ésta es la razón por la que las negras no disponen de elección posible.
13...gxh6 14.¥xh6 exd4 16.¦xh7 ¤f5 17.¥xd4 c5
10.h4! Existe la impresión de que las blancas están desafiando los principios clásicos del juego de apertura. Sus piezas no están desarrolladas, el centro no es estable, el rey sigue en su casilla inicial, las torres no están conectadas, y ahora el peón de banda, cual soldado indisciplinado, emprende una arriesgada misión en solitario… Todo esto es correcto sólo para un bando: para las blancas. ¿Qué decir de las negras? Tampoco ellas han movilizado todas sus fuerzas. Si las blancas comienzan a organizar su campo, entonces las negras no irán a remolque. Pero Stein trata de explotar sus principales bazas: la ventaja de espacio y presión sobre casillas negras, con ayuda del intrépido avance de peón. En la batalla que va a desplegarse, confía en la fuerza de sus dos alfiles.
18.g4!
15.¥g7
¦g8
XIIIIIIIIY 9r+ w qk+r+0 9z p +n+p+R0 9 p z +p+ +0 9+ p z +n+ 0 9 +Pv L + +0 9z P P z +Q+ 0 9 + + z PP+0 9t R + K mL+ 0 xiiiiiiiiy
Se ha puesto en marcha una feroz batalla. Stein se encuentra en su elemento: ha completado la movilización de sus fuerzas, sin por ello interrumpir la lucha.
18...cxd4 19.gxf5 e5
10...¤d7!
Las negras “remiendan” las casillas negras, tras haber cambiado uno de los fuertes alfiles blancos. Pero ahora surgen debilidades en la zona de casillas blancas… 19...¤e5 20.£e4 dxc3 (con
Vassili Smyslov inmediatamente detecta una deficiencia en el plan de las blancas, amenazando 143
XIIIIIIIIY 9 + +k+r+0 9z pQ+n+p+R0 9 p zq+ + +0 9+ + +P+ 0 9 +r+ + +0 9z P + + + 0 9 + + z PL+0 9+ +R+ m K 0 xiiiiiiiiy
la trampa 21.¦d1? c2! 22.¦xd8+ ¦xd8) no daría resultado, a causa de 21 ¦a2!, ganando, como señaló el propio Stein.
20.£d5! ¦f8 21.cxd4 ¦c8! Smyslov conduce la defensa con ingenio. Era peligroso capturar el segundo peón sacrificado, debido a 22 dxe5 ¦c5!
22.¦d1 28.£xc6
También era posible 22 c5, con la amenaza 23 ¥ b5. Pero Stein prefiere incorporar primero la torre inactiva al campo de batalla. 22...£e7
Ya en este momento podía las blancas haber jugado como lo harán en el turno siguiente.
23.¥g2
28...¦xc6 29.¦h8 Ya era hora de ocuparse del rey. Si 23 … exd4+, Stein pensaba contestar con 24 ¢f1!, retirándose y atacando al mismo tiempo.
Un elegante golpe táctico. Las blancas ganan pieza. 29...¦cg6
30.fxg6 ¦xh8 31.¥c6 ¦g8 32.¥xd7+ ¢e7 33.¥f5 fxg6 34.¦d7+ ¢f6 35.¥d3 ¦a8 1 –0
23...¦g8!
Liberando la casilla f8 para el rey, lo que podría ser útil en la variante 24.¢f1 ¤f6! 25.£b5+ ¢f8 26.¦h3 exd4 27.¦xd4 ¦c5, y las negras se apoderan de la iniciativa. Ambos eminentes rivales conducen la partida con gran habilidad, hasta convertirla en una auténtica obra de arte ajedrecístico.
Partida nº 60 Stein - Ribli Las Palmas, 1973 Defensa India de Rey
1.c4 g6 2.d4 ¤f6 3.g3 ¥g7 4.¥g2 0 –0 5.¤c3 d6
24.£b7!
Podría pensarse que Stein estaba jugando contra… el joven Stein. Pero luchar contra su arma predilecta, es decir, la India de Rey, era para Stein más fácil que luchar contra cualquier otra defensa. Eso era evidente. No sólo porque conocía todos los detalles del sistema, sino porque sentía perfectamente el alma de tales posiciones.
Devolviendo el peón de c4. Stein ya había previsto aquí la combinación final, con sus ideas de clavada y desclavada.
24...¦xc4 25.dxe5 £xe5+ 26.¢f1 £b5 27.¢g1! Hasta ahora todo ha sido forzado, pero aquí parece que las negras tuviesen un respiro. Había más de una forma de prevenir la amenaza 28 £a8+. ¿Cuál de ellas elegir? Si, por ejemplo, 27 … Tcg4, entonces después de 28.£c8+ ¢e7 29.¦xf7+! (también era posible 29.¦xd7+ £xd7 30.¦xf7+! ) 29...¢xf7 30.¦xd7+, las blancas ganarían en el acto. 27 … ¦xg2+! 28.¢xg2, o 28 £xf5, con un peón por la calidad y un rey blanco sin cobertura, habría permitido a las negras prolongar la resistencia. Smyslov optó por un tercer método.
6.¤f3 ¤c6 7.0–0 a6 8.h3 ¦b8 9.e4 b5 10.cxb5 axb5 En la carrera de Stein ya se había producido antes esta posición. Con blancas, aquí intentó diversas líneas. Por ejemplo, la partida Stein - Gufeld (37º Campeonato de la URSS, 1969) continuó así: 11.e5 ¤d7 12.exd6 cxd6 13.¥g5 h6 14.¥e3 b4 15.¤d5 ¥b7 16.¦c1 e6 17.¤f4 ¤e7, con posibilidades igualadas. 11.¦e1
27...£c6? 144
¤d7
XIIIIIIIIY 9 r tl+ t r +0 9+ +nz ppv lk0 9 +nz p +pz p0 9w q p z + + 0 9 p z P zP+ +0 9+P+ v LNz PP0 9P+ w QNz PL+0 9+ R tR+ m K 0 xiiiiiiiiy
No está claro por qué las negras han realizado tales esfuerzos para avanzar … b7-b5, si no querían seguir avanzando el peón. Después de 11 … b4 12 ¤d5 sería discutible, en vista de 12 … ¤d7, y el caballo blanco no debe sentirse muy cómodo en d5. En caso de 12.¤a4 ¤a5 13.b3 ¥b7, las negras desarrollarían fácilmente sus piezas. Lo cierto es que tampoco Zoltan Ribli estaba jugando esta variante por primera vez, pues ya la había empleado contra Vaganian, en Atenas (1973). En aquella partida, las blancas respondieron tranquilamente, 12.¥e3, y después de 12 … ¤a5 13.b3 c5!, se llegó a un equilibrio aproximado.
Esta jugada casi puede considerarse ya un error decisivo, aunque no resulta evidente. Pero incluso después de la relativamente mejor, 18...cxd4 19.¤fxd4 ¤xd4 20.¥xd4!, seguiría siendo difícil para las negras defenderse, pues … ¥c8-b7 no es posible, porque pierden un peón. Las blancas, por otro lado, amenazan con atacar mediante ¦c1-c4, o bien ¤e2-f4-d3, por no mencionar otras posibilidades.
12.¥g5! Un detalle esencial, que modifica la evaluación del plan negro. Ahora, 12 … ¤a5 13.b3 c5 permitiría a las blancas jugar 14.£d2, con la desagradable amenaza 15 ¤d5!
19.e5!
12...h6 13.¥e3 ¤a5
La cadena de peones negros va a ser destrozada, tanto en el centro, como (debido a la apertura de la diagonal a1-h8) en el flanco de rey.
El joven ajedrecista húngaro aún no se había dado cuenta de que la situación había cambiado, en relación con su partida contra Vaganian, y continúa jugando la misma línea. De no haber sido así, podría haberse detenido a tiempo, y con 13 … e5 hubiera cambiado el curso de la batalla de forma drástica.
19...¦d8
¿Qué otra cosa jugar? 19...cxd4 20.¤exd4 ¤xd4 21.¤xd4 ¤xe5 22.f4, y 23 ¤c6 (o 20 … ¤cxe5 21 ¤xe5 ¤xe5 22 f4) conduciría a la pérdida de calidad, sin compensación alguna. Después de 19...dxe5 20.dxe5 (20 dxc5 £a6 no estaría claro) 20...¤xe5 21.¤xe5 ¤xe5 22.¦xc5 £a6 23.¥f4!, las negras quedarían en una miserable posición.
14.b3 c5 15.£d2! ¢h7 16.¦ac1 La clave. Tras obligar a las negras a proteger su peón de h6, con ganancia de tiempo, las blancas, en relación con la partida Vaganian - Ribli, parecen haber jugado dos veces seguidas, lo que les permite asumir la iniciativa.
20.exd6 exd6 21.¤g5+! hxg5 22.¥xc6 cxd4 23.¤xd4 ¤e5
16...¤c6 17.¦ed1
Existe la impresión de que las negras pueden conseguir contrajuego, ya que a 24 ¥ g2 seguiría 24 … g4! Después de 24 ¥ xg5, las negras no deben permitir que llegue a e7, pero pueden atacarlo con 24 … f6 y luego capturar el peón de h3 con el alfil.
Los peones negros del flanco de dama son inestables, lo que obliga a las negras a crearse debilidades.
17...b4 18.¤e2 £a5
24.f4! Procediendo al asalto inmediato. En caso de 24 … gxf4 25.gxf4 ¤d7 26.¥g2, las negras tendrían una posición difícil. 145
24...¥xh3!
Partida nº 61 Ljubojevic - Stein Las Palmas, 1973 Defensa India de Rey
Un ingenioso intento de complicar la partida. Después de 25 fxe5 dxe5, las negras tendrían cierto contrajuego por la pieza, pero hay que recordar, en tales casos, que el ajedrez no es las damas, es decir, que no es obligada la captura inmediata…
Ésta fue la última partida que ganó Stein en un torneo internacional. Tuvo lugar dos rondas antes del final, y prácticamente le aseguraba a Stein un empate en el primer puesto con el ex campeón mundial Tigran Petrosian, que había finalizado con éxito el torneo.
25.£h2! Bajo el lema “¡Al enemigo ni agua!”
1.b3 e5 2.¥b2 d6 3.e3 ¤f6 4.c4 g6 5.d4 ¥g7 6.¤c3
25...g4
XIIIIIIIIY 9 r t r t + +0 9+ + +pv lk0 9 +Lz p +p+0 9w q + n s + 0 9 p z N s P zp+0 9+P+ v L P zl0 9P+ + + w Q0 9+ R tR+ m K 0 xiiiiiiiiy
6 dxe5 ¤g4 7 ¤f3 ¤c6, etc., no era peligroso para las negras.
6...exd4 7.£xd4 Las blancas juegan la apertura de forma un tanto desafiante. Sin embargo, este tipo de posiciones eran muy del agrado de Stein.
7...0–0 8.¤f3 ¤bd7! Una profunda comprensión de la posición. ¿Quién se resistiría a jugar 8 … ¤c6, ganando un tiempo, sobre todo teniendo en cuenta que la jugada es perfectamente válida y garantiza al menos la igualdad? ¡Pero la jugada de Stein es más fuerte! El caballo dama se trasladará a una mejor posición (c5), y la dama blanca tendrá que abandonar el centro, en cualquier caso.
26.¥g2! En estas situaciones Stein no tenía igual. En un complejo laberinto de variantes era capaz de encontrar el mejor o más rápido camino hacia la victoria. Después de 26 fxe5 dxe5 27.¤f3 ¦h8! y 28 … ¢g8, las blancas tendrían que resolver muchos problemas para materializar su ventaja. El caballo negro había estado atacado durante cinco jugadas, pero Stein no lo captura... ¡aunque sí lo cambia para preservar el ataque!
9.¥e2 ¤c5 Se amenazaba 10 … ¤fe4!, ganando pieza. Las blancas podían anticiparse con 10 £d2 o 10 ¤d5, lo que habría conducido a una rápida igualdad. Pero Lubomir Ljubojevic lucha por conseguir la iniciativa.
26...¥h6 27.¥xh3 gxh3 28.£xh3 ¢g7 29.¤c6 ¤xc6 30.¦xc6 £xa2 31.¥d4+ ¢h7 Las negras han conservado la pieza e incluso ganado un peón, pero ya no pueden salvar la partida.
10.¦d1?
XIIIIIIIIY 9r+lw q r tk+0 9z ppz p +pv lp0 9 + p z n sp+0 9+ n s + + 0 9 +Pw Q + +0 9+Ps N P zN+ 0 9Pv L +Lz PPz P0 9+ +Rm K +R0 xiiiiiiiiy
32.g4! La culminación de la prolongada ofensiva blanca. La amenaza g4-g5 resulta decisiva, y las negras sólo podrán retrasar el desenlace. 32...£e2
33.¦cc1 £e6 34.¦e1 £d7
Tampoco salvaría 34...£d5, por 35.¥f6!
35.£h4 ¢g8 36.£xh6 1 –0 146
Planteando la trampa 10 … ¤fe4? 11.£xg7+! ¢xg7 12.¤xe4+ y 13 ¤xc5, lo que dejaría a las blancas con tres activas piezas menores por la dama. La jugada blanca parece fuerte, desde un punto de vista posicional, pues impide …c7-c6. Sólo tiene un inconveniente: que puede refutarse por medios tácticos.
las negras, preparando esta combinación, pues ésta fue consecuencia lógica de toda la lucha de la apertura, en la que la exhibicionista dama blanca fue el centro de la atención. Vale la pena notar que, a su regreso a Kiev, Stein escribió en la Sportivnaia Gazeta (Diario Deportivo) lo siguiente: “Ljubojevic pierde su presencia de ánimo en posiciones que no son estereotipadas. Si alguien abre el juego con b2-b3, debe estar preparado para afrontar la India de Rey. Pero el yugoslavo, no familiarizado con estas transformaciones, omitió un golpe típico de la India de Rey ya en la 11ª jugada, después de lo cual todo estaba visto para sentencia.” Vayamos a los hechos:
10...¤g4! 11.£d2
XIIIIIIIIY 9r+lw q r tk+0 9z ppz p +pv lp0 9 + p z +p+0 9+ n s + + 0 9 +P+ +n+0 9+Ps N P zN+ 0 9Pv L Q wLz PPz P0 9+ +Rm K +R0 xiiiiiiiiy
12.0–0 En lugar de esto, las blancas podían haberse rendido sin remordimientos. ¿Pero quién quiere ser la víctima de una miniatura de once jugadas?
Otras retiradas no serían mucho mejores, dadas las circunstancias. La dama blanca puede quedar atascada en la jungla de piezas. Por ejemplo: 11.£d5 se combatiría sencillamente con 11 … c6 12.£xd6 £xd6 13.¦xd6 ¥xc3+ 14.¥xc3 ¤e4! También era posible 11 … ¥e6 12.£g5 ¥f6 13.£f4 g5 14.£g3 ¥xc3+ 15.¥xc3 ¤e4! Más tenaz sería 11.£f4, aunque también entonces, después de 11 … f5!, resultaría muy peligrosa la amenaza 12 … Ce4! Por ejemplo: 12.£g5? ¥f6 13.£f4 g5 14.£g3 ¥xc3+ 15.¥xc3 ¤e4! ganaría al instante. 12 ¤d4 se encontraría con 12 … ¥e5 13 £f3 ¤e4!, y las blancas sufrirían pérdidas materiales. La extraviada dama blanca serviría de motivo, como vemos, a numerosas posibilidades tácticas, de ahí que Ljubojevic prefiriese retirarla a puerto seguro, aunque tampoco aquí encontrará la paz el “hijo pródigo”.
12...¤xd1
13.¥xd1 ¥g4
Las blancas no tienen compensación alguna por calidad y peón de desventaja. La partida no se prolongará mucho.
14.h3 ¥xf3 15.¥xf3 a5 16.¤d5 c6 17.¥xg7 ¢xg7 18.£d4+ f6 19.¤f4 £e7 20.¢h1 ¦fe8 21.£d2 £xe3 22.£xd6 £e5 23.£d2 ¦ad8 24.£xa5 ¤e4 25.¤e6+ £xe6 0 –1 En muchas publicaciones, los periodistas que escribieron acerca del torneo de Las Palmas, calificaron a esta partida, como si se hubiesen puesto de acuerdo, el canto del cisne de Stein. Partida nº 62 Sveshnikov - Stein Moscú, 1973 Torneo de las tres selecciones URSS Defensa Siciliana
11...¤xf2!! No ha habido fuente de información que, al publicar esta partida, no decorase esta jugada con los dos signos de admiración. Por supuesto, la combinación de las negras no es complicada, pues si 12 ¢xf2, 12 … ¥xc3, y sea cuál sea la pieza que tome el alfil, sigue 13 … ¤e4+, ganando la dama. Sólo merecía, en realidad, un signo de admiración. El segundo le fue adjudicado, debido al sutil juego precedente que habían desplegado
En la sexta y última ronda del torneo, la primera selección jugaba contra la selección juvenil. En el octavo tablero un joven maestro de Cheliabinsk, Evgueni Sveshnikov (que pronto se convertiría en gran maestro) se enfrentaba a Stein. Esta partida, disputada el 29 de abril de 1973, resultó ser la última partida de torneo de Leonid Stein.
147
1.e4 c5 2.c3 d5 3.exd5 £xd5 4.d4 e6 5.¤f3 ¤c6 6.¥b5 ¤f6 7.0 –0 ¥e7 8.¥g5?
XIIIIIIIIY 9r+ + t rk+0 9z pp+ v lpz p 0 9 + + +qz p0 9+ + v L + 0 9 +Lz pn+ +0 9+ P z +P+l0 9Pz P +Q+P+0 9t RN+R+ m K 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9r+l+k+ t r0 9z pp+ v lpz pp0 9 +n+ps n +0 9+Lz pq+ v L 0 9 + P z + +0 9+ P z +N+ 0 9Pz P + P zPz P0 9t RN+Q+Rm K 0 xiiiiiiiiy
18...dxc3! Una pequeña combinación que permite conservar la ventaja material: 19.fxe4 ¥g4 20.£c2 ¥xd1 21.£xd1 £b6+ 22.¥d4 cxb2 23.¥xb6 bxa1£ 24.¥d4 ¦ad8! (aún más fuerte que 24 … ¥c5), y las negras ganan.
Es difícil decir si se trata de un sacrificio de peón o de una omisión. Más tarde, en el Campeonato de la URSS de ese mismo año, Sveshnikov, en la misma posición contra Averkin, optó por 8 c4 £d8 9 dxc5, y después de 9 … ¤d7 10 a3 ¤c5 11 ¥ c2 £xd1 12 ¦xd1, consiguió un final ligeramente superior. También son posibles las continuaciones 8 ¥ e3 y 8 dxc5.
19.¤xc3 ¥c5+ 20.¥d4 ¤xc3 21.bxc3 ¦ac8 22.g4 h5 23.¥d3 £g5 24.¢h2 hxg4 25.£e5 £xe5+ 26.¥xe5 ¦fe8 27.¥f5 ¦c6 28.f4 ¦h6 29.¥d7 ¥f2! 0–1
8...cxd4! 9.£e2
Esta partida requiere un talante especial para reproducirla. Es difícil de creer que nunca más volveremos a ver a Leonid Stein ante el tablero… Para terminar la segunda parte del libro, nos gustaría mostrar a los lectores varios finales y remates de las partidas de Stein, ejemplos de su trabajo creativo a lo largo de los años. Sus brillantes dotes combinativas, y la sutil maestría con que era capaz de jugar los finales, están perfectamente reflejadas en estas posiciones.
Si 9 cxd4, entonces 9 … ¤xd4! 10 ¤xd4 £xg5 (pero no, ciertamente, 10 … £xd4?, por 11 ¥ c5+!).
9...h6 10.¥h4 0 –0 11.¦d1 e5 12.¥c4 £d6 13.h3 Las blancas no han conseguido nada y están obligadas a gastar tiempo en medidas profilácticas. Ahora trataban de bloquear el par de peones negros centrales, mediante ¥ h4-g3, pero Stein repele fácilmente esta maniobra.
Kolterman - Stein Kirovogrado, 1958 Spartakiada de Ucrania
13...¥f5 14.¥g3 ¤e4 15.¥h2 £g6!
En este momento las blancas podían conseguir ventaja posicional. Pero es el turno de las negras, y Stein sacrifica una torre.
Entregando un peón central, Stein apunta al flanco de rey enemigo.
XIIIIIIIIY 9 +r+ t rk+0 9z pps n + l vp0 9 + +p+p+0 9+ N s p z +q0 9 +P+ + +0 9z PP+ + z Pl0 9 +Qs N P z P z0 9+ R t R t K mL0 xiiiiiiiiy
16.¤xe5 ¤xe5 17.¥xe5 ¥xh3 También era posible 17...¥h4, para contestar a 18.¥xd4 con 18 … [¥xh3, con estas posibles variantes: 19 f3 ¥f2+!, o 19 g3 ¦ae8!, o aun 19.£f3 ¤g5 20.£e2 ¦ae8 21.¥e3 ¥xg2 22.¢xg2 £e4+, recuperando la pieza con intereses. No obstante, el experimentado gran maestro se guió por el principio “dejemos que las cosas caigan por su propio peso”.
18.f3 148
22...¦xf2
Los comentarios de Mijail Tal y Leonid Stein, de la revista letona Shajmaty nº 3, 1964, se incluyen en cursiva.
La idea de la combinación era un tanto vaga. Una de sus principales premisas era la situación del alfil en h1, donde le quitaba una casilla de escape a su rey.
XIIIIIIIIY 9r+ + +k+0 9z pp+lv l p zp0 9 q w +p+ +0 9+ +r+ + 0 9 + p zRv L +0 9z PQ+ + z P 0 9 P zP+ z P P z0 9+ + t RNm K 0 xiiiiiiiiy
23.¢xf2 e4! Esta “tranquila” jugada crea una fuerte amenaza a lo largo de la diagonal g1-a7, que resulta imposible de neutralizar sin importantes pérdidas materiales.
24.¤cxe4 ¥d4+ 25.¦e3 ¤d5! 23.£xd5!
Ahora, en caso de 26.¦ce1, Stein tenía previsto seguir con 26 … ¤xe3 26.¦xe3 ¦f8+ 27.¤f3 (28 Af3 se encontraría con la misma respuesta) 28 … ¥g4! 29 ¤ed2 £xh2+, ganando. ¡Todo un calidoscopio de clavadas!
Un sacrificio posicional de dama por una torre, un alfil, y (en perspectiva) un peón, lo que, en rigor, debería considerarse, en la mayoría de los casos, no tanto un sacrificio como un cambio. Pero en esta situación concreta Stein tenía que sopesar la debilidad de su flanco de dama.
26.cxd5! ¦xc2 27.¦xc2 exd5 28.¤f6+ Este caballo no tenía mejor puerto. Si 28.¤c3, 28 … £f5+, o bien 28.¤d6 £e5!, lo que le costaría más material a las blancas.
23...exd5 24.¦xe7 ¥f5 25.¥e5 ¦c8 Defensa activa. También era interesante 25 … Ag6, con idea de cambiar torres (¦e8). Pero también en este caso, las blancas, con 26 c3!, mantendrían una formidable iniciativa. Después de esta jugada podrían producirse las siguientes variantes: 26 … ¦e8 27.¦xe8+ ¥xe8 28.¥xd4 £d8 29.¦e5! ¥g6 30.¤e3 ¥e4 31.f3! ¥xf3 32.¤f5 ¥e4 33.¤xg7 ¥g6 34.¤e6 £d7 35.¤f4 , o bien 26 … d3 27.¥d4 £xb2 28.¦xg7+ ¢f8 29.¦ee7 ¦e8 30.¦xb7 £xa3 31.¦xa7 £d6 32.¦gd7 .
28...¥xf6 29.¤f3 La partida pasa ahora a una nueva fase en la que, a pesar de la relativa igualdad material, las negras disfrutan de considerable ventaja posicional, que pronto transformarán en un ataque decisivo. 29...£f5 30.¦d2 g5 31.¥g2 ¥g4 32.¦ed3 ¥d8 33.¦xd5 ¥b6+ 34.¢f1 £b1+ 35.¤e1 h6 36.¦e5 £a1 37.¥d5+ ¢f8 38.¦e4 ¥f5 39.¦ee2 ¥h3+ 40.¥g2 ¥g4! 41.¦f2+
26.c3!
Las blancas tienen que entregar una torre, ya que 41 ¦e4 £f6+ todavía era peor.
Las blancas aseguran una activa y, al mismo tiempo, sólida posición para su alfil. Añadiremos que la precipitada 26.¦xg7+ ¢f8! Sólo obraría a favor de las negras: Stein tenía que tener en cuenta el importante detalle de que había entregado su dama.
41...¥xf2 Las blancas se rindieron, pocas jugadas después.
Stein - Klovan Leningrado, 1963 31º Campeonato de la URSS
26...dxc3 27.¥xc3 ¦c4! Amenazando 28 … ¦g4 y, por tanto, forzando prácticamente a las blancas a tomar en g7. La picardía táctica de la defensa negra radica en que después de 28 ¤e3 ¦e4 29 ¥ d4, existía la
Esta partida se jugó en la undécima ronda. Stein sólo tenía, en ese momento, 5,5 puntos de 10. ¡Tenía que ganar! Así que decide arriesgar… 149
posibilidad de jugar 29 … ¦xe7! 30 ¥ xb6 axb6, y los alfiles de distinto color le aseguran su recompensa a las negras.
Lo mejor era 29 … ¥ c6, consolidando un tanto la posición.
30.cxb3 axb3 31.£h7
28.¦xg7+ ¢f8 29.¤d2 ¦g4 30.¦c7 ¥e4! 31 £h5! todavía era más fuerte.
Impidiendo la maniobra ¤d2-f3-d4. Parece que la ofensiva ha llegado a punto muerto.
31...f5 32.¥xd5 exd5 33.£g6+ ¢e7 34.£f6+ ¢e8 35.e6! 1–0
Stein - Krogius Kiev, 1964 32º Campeonato de la URSS
Stein - Padevsky Sofía, 1965 Match Bulgaria-Ucrania
XIIIIIIIIY 9 +r+k+ +0 9+ +lv lp+ 0 9 + +p+ +0 9+q+nz P p z 0 9pz p +N+ t r0 9+ + + + 0 9Pz PP+ +Lz P0 9+Kw QR+Rv L 0 xiiiiiiiiy
XIIIIIIIIY 9l+ + + m k0 9+ + w qr+p0 9 + + z p L v0 9+pz p p zR+ 0 9 + +p+Q+0 9+ +P+ + 0 9 P zP+ +Pz P0 9+ + + m K 0 xiiiiiiiiy
En esta situación, con amenazas recíprocas, es difícil inclinarse por uno de los bandos. Las blancas no pueden jugar 27 ¤xg5, en vista de 27 … ¦g4!, y si 28 ¥ xd5, entonces 28 … ¥ xg5! Tras haber sopesado los pros y los contras, las blancas han encontrado una operación táctica que plantea problemas muy complicados a su oponente. Los comentarios de Stein (de la revista Shajmaty Riga, nº 6, 1965) se incluyen en cursiva.
Esta posición se produjo después de que el gran maestro búlgaro hubiese tomado el peón de e4, esperando, sin duda 27 dxe4. De pronto, sin embargo, las blancas realizan un sacrificio “intermedio”: 27.¦xf6! £xf6 El rey negro recibiría un hermoso mate después de 27...¦xf6 28.£c8+ ¦f8 29.¥xf8 £b7 30.£e8! £c6 31.£xe5+!
27.¤d6+! ¥xd6 28.£xg5!
28.£c8+ ¦f8 29.¥xf8 £c6 30.£d8 ¢g8 31.¥d6+!
Por el momento las negras tienen pieza de más, pero una torre, un alfil y, lo que es más importante, el punto f7 se encuentran atacados. Por otra parte, Nikolai Krogius se encontraba en apuros de tiempo.
La elección del lugar fue determinada por la necesidad de conseguir la casilla e6 para la dama. Aquí la existencia de alfiles de distinto color facilita el ataque de las blancas, pero ejecutarlo con éxito requiere un arte exquisito.
28...¥f8 Después de 28...¦f4 29.¦xf4 ¤xf4 30.¦xd6 ¤xg2 , las blancas optarían por el jaque perpetuo: 31.£g8+ ¢e7 32.£g5+. Las negras deberían haber aceptado esta posibilidad.
31...¢f7 32.£e7+ ¢g6 34.£xe5+ ¢g6 35.h4!
33.£e6+
¢g7
La amenaza era 36 h5+ ¢f7 (o bien 36 … ¢h6 37 ¥ f8++) 37 £e7+, y mate a la siguiente. La dama negra es obligada a abandonar su control de la casilla e4.
29.£xh4 b3? Esta jugada pierde en el acto. Tampoco era bueno 29...¤c3+ 30.¢a1 ¤xd1 , a causa de 31.£h5!
35...£d7 36.dxe4 150
Sólo ahora realizan ahora las blancas esta esperada captura. Con dos peones de más y ataque, Stein pronto se impone.
explota sutilmente sus posibilidades en esta fase final del juego, que dista de ser simple.
21.¦d1!
36...c4 37.¥e7! £c6 38.£f5+ ¢g7 39.£f8+ ¢g6 40.£g8+ 1–0
Las blancas no tienen prisa por recuperar el peón, y deciden intensificar la presión de forma progresiva. Los comentarios en cursiva son de Stein, publicados en la revista Shajmaty Riga (nº 7, 1967).
El mate es inevitable.
Ustinov - Stein Moscú, 1965 VIII Spartakiada de los Sindicatos URSS
21...¤d5 22.¤c5 ¥xh3
XIIIIIIIIY 9 + + t rk+0 9+l+ + t rp0 9p+ z pp+ +0 9w q p z n sp+n0 9 +P+ + +0 9+Ps N +P+ 0 9P+Nw QL+Pz P0 9+ +Rt R +K0 xiiiiiiiiy
En todo el juego precedente las negras habían invertido mucho tiempo, y sólo les quedaban unos dos/tres minutos para realizar las diecisiete jugadas restantes. Encontrar una buena jugada en la situación creada es todo un desafío. A pesar de su peón de menos, las blancas están mejor. Aquí merecía atención 22 … ¦g3, pero después de la jugada textual la pieza extra pasa a tener un papel destacado en la partida, y las blancas consiguen ganar el juego de la forma más rápida posible.
Tras sacrificar los peones de d6 y e6, las negras forzaron un ataque de mate:
27...£d8! 28.£xd6 30.¦xe6 ¦d7!! 0 –1
£g5
29.¥f1
23.gxh3 ¦xh3 24.¤xc6!
¤xf3
Aparentemente, David Bronstein cometió un error de cálculo en los apuros de tiempo, depositando sus esperanzas en la línea 24 … ¤e3 25 ¦c3 ¦g3+! Sin embargo, las blancas podían jugar mejor: 25.¤xe5 ¤xc2 26.¦d7 ¢g8 27.¥c4, y aunque se ha restablecido el equilibrio material (torre y dos peones por dos piezas), las blancas tienen un ataque decisivo. Tampoco estaba descartada la posibilidad 24 … ¤xc6 25 ¦xd5 ¤ b4!, pero Stein vio más lejos.
Una combinación basada en el tema de la desviación: 31.£xd7 ¤g3+! 32.hxg3 £h5++
Stein - Bronstein Tiflis, 1966-67 34º Campeonato de la URSS
XIIIIIIIIY 9r+l+ m k +0 9z p + +pz pp0 9 +p+ s n +0 9+ + s n + 0 9N+ s N + +0 9+ + t r +P0 9Pz PR+L+P+0 9t R + + m K 0 xiiiiiiiiy
24...¤xc6 25.¤d7+! Resulta que a 25 … ¢e7 seguiría 26.¦xc6 ¢xd7 27.¦c5, conservando la pieza extra.
25...¢g8 26.¦xc6 ¤b4 27.¦c7 ¤xa2 Las negras toman otro peón, por si les sirve de algo. Sin embargo, las fuerzas blancas deciden el juego en su favor, dado que el caballo contrario no tiene tiempo para llegar a la casilla clave del tablero.
Las negras tienen un peón de ventaja, pero sus piezas carecen de coordinación, y su flanco de dama está subdesarrollado y debilitado. Stein
28.¥c4 ¤b4 29.¤e5 h6 30.¥xf7+ ¢h8 31.¦dc1 151
También era posible 31 ¦ xa7, pero en este momento no tendría mayor significación.
Stein - Kavalek Caracas, 1970
31...¦g3+ 32.¢h2 1 –0
XIIIIIIIIY 9 +nt r l v k m0 9+l+ +pz p 0 9p+qz prs n p z0 9z Pp+ z pN+ 0 9 + +P+ +0 9+Pz P +Qs NP0 9 +L+ z PP+0 9t R L vR+ m K 0 xiiiiiiiiy
Stein - Hartoch Amsterdam, 1969
XIIIIIIIIY 9 n s + + t r0 9z p r t + k m 0 9 +pw qLz p +0 9+pt R l vP+p0 9 P z p zP+pz P0 9z P +P+ z P 0 9 L v Q w +K+0 9+ R t + + 0 xiiiiiiiiy
La posición de las negras es un tanto restringida, pero parece perfectamente defendible. Sin embargo, en apenas una docena de jugadas Stein lleva las piezas negras a una posición ¡casi de ahogado! Este final de partida es un ejemplo de estudio de cariz posicional.
Las blancas no pueden tener indecisiones, ya que se amenaza 36 … ¥ xg3. Si pierden un tiempo protegiendo el peón (con, digamos, 36 £f2), entonces las negras podrían asumir una contraofensiva con 36 … ¤a6 37 ¦5c2 c5!
25.c4! Lo primero es apoderarse de la casilla d5. 25...¤e7
36.¦xe5!
Después de 36 … fxe5 37 £g5+, las negras, antes o después, recibirían mate.
¿Quizá el mal menor fuese el sacrificio de calidad, mediante 25 … ¥ c4 26 ¥ xc4 £xc4? No, también en este caso había detectado Stein una matiz táctico: 27 ¥ b7 £c7 (no era mejor 27 … £ b5) 28 ¤xh6!! Como es fácil comprobar, en caso de 28 … gxh6 29 ¥ xe6, y después de 28 … ¦e7 29 ¥ g5, o 29 … d5 30 exd5 ¦d6 31 ¥ xg5! ¥ xd5 32 ¥ xd5 ¦xd5 33 ¦xd5, y las negras sufrirían pérdidas material, sin compensación suficiente.
37.¦c5 £d6 38.e5! £d8 39.exf6+ ¢f8
26.¤e3
A 39 … £xf6 seguiría 40 £f4!, con ataque doble sobre c7 y d4. En caso de 39 … ¢xf6, sería mate inmediato con 40 £g5++.
Este caballo deja su poderoso puesto para invadir otra importante casilla.
40.£f4 ¤a6 41.¥xd4!
26...bxc4 27.bxc4 £c8 28.¥d2 ¤g6 29.¤d5 ¤xd5 30.cxd5 ¦f6
El prólogo a una combinación de diez jugadas, que conduce al mate, si las negras no asumen fuertes pérdidas materiales.
36...£xe5
El segundo sacrificio de calidad, que gana un tiempo. Las últimas jugadas de la partida ilustran la ventaja de los dos alfiles sobre… ¡las dos torres!
Esta seudoactiva jugada sólo consigue acelerar la derrota, puesto que la torre queda cortada del amenazando flanco de dama. Pero incluso después de 30 … ¦e7, las blancas mantendrían una gran ventaja.
41...¤xc5 42.¥xc5+ ¢e8 43.£e5 ¦hh7 44.¥d7+! 1–0
31.£b3! Un golpe decisivo. Después de la redisposición de piezas diseñada por las blancas, las negras sufrirán
Sin esperar por el desenlace de la combinación (45 £e6++), las negras se rindieron. 152
Refutando la amenaza 31 … £g6, con 32.¤e4! ¤xg2 33.¤f1!, pero los problemas surgen por otra parte.
inevitables pérdidas materiales. El principal objetivo del ataque es el alfil de b7.
31...¤f4 32.¦dc1 ¦g6 33.¥d1
31...£h4
Completado el plan proyectado, la partida está, prácticamente, liquidada. A cualquier sitio que se retire la dama, será objeto de nuevos ataques.
Ahora, a 32 ¥f1 seguiría 32 … £h2+, y a 32 ¥h1, 32 … ¤h3+! Las blancas tienen que entregar una pieza, sin que por eso ceda el ataque contrario.
33...£d7 34.¥g4 £e7 35.¤f5 £g5 36.¥xf4 £xf4 37.£xb7 1 –0
32.¢e3 ¦xg3 33.¥h1 La fase final de la lucha se inicia con equilibrio material. Pero las negras materializan con energía su ventaja posicional.
Ésta fue la única derrota del vencedor del torneo.
Vaganian - Stein Riga, 1970 38º Campeonato de la URSS
33...¦xg1
XIIIIIIIIY 9 +r+ w qk+0 9+ + +r+ 0 9 p z p z +n+0 9+ +Pz pn+ 0 9 + +N+ +0 9+ +Q+Pz P 0 9 P z + +L+0 9t R + +Rm K 0 xiiiiiiiiy
34.¦xg1+ ¢f8
Aquí, el alfil blanco es peor que un peón, ya que no participa en el juego. Después de 35.¥g2 £h7 (con la amenaza 36 … ¦c2) 36.¥f1 ¦c2 37.¥d3, se produciría un curioso final: 37 … f8 ¦xd2 38.¥xh7 ¦e2++.
35.¦c1 Esto pierde al instante, pero no hay salvación. 35...¤xd5+!
36.£xd5 £h6+ 37.¢e2 ¦xc1 38.£a8+ ¢g7 39.£b7+ ¢f6 40.£d5 ¦c2+ 0 –
27...¤xg3!
1
“Aparentemente, la posición blanca es sólida. Pero con un inesperado sacrificio de pieza, el gran maestro ucraniano comienza un victorioso asalto”, comentó Mijail Tal en los boletines del torneo.
Marovic - Stein Erevan, 1971 Match URSS-Yugoslavia
XIIIIIIIIY 9 + + + +0 9z p + p z +p0 9 + k m l v +0 9z p + + +p0 9 +rz PK+ +0 9z P + + z P 0 9 L v + + t R0 9+ + + + 0 xiiiiiiiiy
28.¤xg3 ¤f4 29.£d2 Era preciso proteger la segunda fila. Si, por ejemplo, 29.£e4, entonces 29 … ¦g7 30.¢f2 ¦xg3! 31.¢xg3 £g7+.
29...¦g7 30.¢f2 Tampoco servía de gran cosa 30.£f2 ¢h8 31.¦fe1 £g8 32.¢h2 £h7+ 33.¢g1 ¦cg8, con una pintoresca concentración de piezas negras en todas las líneas y casillas.
A pesar de los peones extra de las negras, el camino hacia la victoria parece técnicamente complicado. Incluso antes del aplazamiento de la partida, Stein encontró una variante forzada, que incluía el sacrificio de un peón y una pieza, pero como consecuencia del cual ganaba un tiempo decisivo para imponerse en un final de peones calculado con precisión.
30...£f6! Stein podía visualizar este tipo de tranquilas jugadas, que crean amenazas cruciales a distancia. 31.¦g1
153
37...h4! 38.gxh4 ¥xd4! 39.¦d2 e5 40.¥xd4
¦xa7 ¥c6 26 ¤e7+ ¢h8 (o bien 26 … ¢f8 27 £ b1!) 27 £h5, con la concluyente iniciativa de las blancas. ¿Pero era eso todo? En lugar de contestar a esta pregunta, Stein ideó una hermosa combinación de seis jugadas, con sacrificios basados en la restringida posición de la dama negra, que, en última instancia, es obligada a retirarse bajo la mortal amenaza de un rayo X sobre la gran diagonal.
¿Con qué pieza hay que tomar el alfil? Si 40 … exd4, hay que suponer que el experto yugoslavo no caería en la trampa 41 ¦xd4? ¤c5!, y que seguramente jugaría 41 ¦f2!, cuando los dos peones de ventaja en el final de torres no garantizan la victoria. Si 40 … ¦xd4+ 41.¦xd4+ exd4 42.¢xd4, se produciría un final de peones de tablas. Por ejemplo: 42 … h5 43 a4 a6 44 ¤c4! ¢e5 45 ¢c5 ¢f4 46 ¢ b6 ¢g4 47 ¢xa5! ¢xh4 48 ¢xa6 ¢g5 49 ¢ b7, y tablas. Stein deslumbró a su rival con su última jugada en el control de tiempo.
25.¦e4! £b5 26.¦a5! £b7 La torre blanca estaba lista para el ataque al rey.
27.¤f6+ ¢h8 28.¦h4 ¥c6 Si 28...£c7 29.£d2! y la partida no puede salvarse ya. Quizá un sacrificio de dama podría prolongar la resistencia: 28...£xg2+ 29.¢xg2 ¥c6+ 30.¤d5, etc.
40...¢e6!! Esta jugada, digna de un estudio artístico, le concede a las negras un tiempo decisivo en el final de peones. En un final de torres tampoco tendrían posibilidades de tablas las blancas, ya que las negras aún cazarían otro peón.
29.£c1 g5 30.¦xg5! ¤xg5 31.¦xh6+ ¢g7 32.£xg5+ ¢f8 33.¦h8+ 1 –0 Las negras se rindieron, en vista de que a 33 … ¢e7 sigue 34 £e5++.
41.h5 ¦xd4+ 42.¦xd4 exd4 43.a4 ¢f6 44.¢xd4 ¢g5 45.¢e5 En realidad, este estudio tendría que acabar así: 45 ¢c5 ¢xh5 46 ¢ b5 ¢g4 47 ¢xa5 h5 48 ¢a6 h4 49 ¢xa7 h3 50 a5 h2 51 a6 h1£, y a las blancas les faltaría justo un tiempo para hacer tablas. 45...¢xh5 46.¢f5 a6 0–1 A esta partida se le concedió, por unanimidad, el premio al mejor final del torneo.
Stein-Tarve Pärnu, 1971
XIIIIIIIIY 9 r t r t +k+0 9z p +l+pz p 0 9 + +n+ z p0 9+ +N+ + 0 9 P zq+ + +0 9+ + + z P 0 9 + + z PLz P0 9t R +Qt R K m 0 xiiiiiiiiy En esta posición nada hacía presagiar una rápida derrota de las negras en su flanco de rey. Por el contrario, los principales acontecimientos parece que tendrán lugar en el centro o en el flanco de dama. La variante que llamaba la atención era 25 154
CUATRO ENTREVISTAS CON LEONID STEIN Nos gustaría finalizar este libro con las propias palabras de nuestro héroe, en las que expresa sus pensamientos sobre su juego favorito, acerca de sus colegas ajedrecistas, y con respecto a sí mismo. He aquí algunos fragmentos de las conversaciones de Stein con periodistas de distintas publicaciones de ajedrez.
KIEV, 1962 Esta entrevista fue publicada en el periódico Molodz Ukrainy (Juventud ucraniana), tras el regreso de Stein de su primer torneo interzonal. - ¿Está usted satisfecho de su actuación en Estocolmo? - Totalmente. He conseguido el título de maestro internacional y eso ya supone una promoción. Es cierto que no me he ganado el viaje al Torneo de Candidatos, pero, francamente, no tengo derecho a quejarme por ello. ¿Es que acaso debo considerarme un serio aspirante al campeonato mundial? Todavía tengo mucho que aprender en ajedrez… - ¿A quién considera su entrenador? - Desde joven me han fascinado las partidas de Alexander Alekhine. En la medida de mis posibilidades, trato de imitar el estilo de aquel gran virtuoso del ataque. - ¿Qué otros intereses tiene, al margen del ajedrez? - Me gusta leer buenos libros. A menudo voy al teatro. También soy muy aficionado a los deportes, y suelo acudir a presenciar los buenos partidos. - ¿Qué deportes le atraen en especial? - Para practicar, prefiero la natación. En tanto que espectador, me gustan las competiciones de equipo, especialmente el baloncesto.
BELGRADO, 1970 En ocho años Stein se había convertido ya en un renombrado gran maestro. Como miembro el equipo de la URSS, participaba en el Match del Siglo entre las selecciones de la URSS y el resto del mundo, en Belgrado. Después del match, los periodistas yugoslavos les plantearon cuatro preguntas a todos los participantes. He aquí las respuestas de Stein (del libro Match del Siglo): - ¿Qué es el ajedrez para usted, qué es lo que más le gusta del ajedrez? - Siendo un arte, el ajedrez tiene mucho en común con otros deportes. Me atrae la lucha, el aspecto psicológico del juego. - ¿Cómo evalúa los resultados deportivos y creativos del match? - El Match del Siglo es un acontecimiento sin precedentes en la historia del ajedrez. Entre las mejores partidas del encuentro, señalaría Geller - Gligoric (primera ronda) y Larsen - Spassky (segunda ronda). No diría que se produjeron demasiadas novedades. Lo cierto es que es muy difícil encontrar algo nuevo en estos días, y cuando parece que es nuevo, resulta que es algo que había sido olvidado. - ¿Cuál es su mejor partida, de todas las que ha jugado hasta ahora? - En mi práctica del ajedrez he jugado muchas partidas interesantes. Recuerdo con especial placer la que jugué con Keres, en el torneo internacional de Moscú, 1967. - ¿Cuál es su opinión acerca del actual sistema de competiciones para el campeonato del mundo? - El sistema actual no es bueno, en mi opinión. El campeonato del mundo debería disputarse cada dos años y el aspirante oficial al título debería resultar de un torneo de candidatos.
155
MOSCÚ, 1971 Esta entrevista con uno de los dos vencedores del Memorial Alekhine fue publicada en la revista 64 (1971, nº 52). - ¿Pensaba usted, antes del torneo, que finalizaría en el primer puesto? - El sueño de poder ganar el torneo nunca dejó de estar presente en mi cabeza. Pero tenía miedo de fallar en algún momento, de modo que me situé un objetivo más modesto: finalizar entre los tres primeros. Creo que conseguí mi objetivo. Todo fue sucediendo fácilmente, por encima de mis expectativas, incluso sin mayores dificultades. Me resultó fácil jugar, sin esfuerzo, sin apuros de tiempo. Hablando en general, me gusta participar en torneos donde las fuerzas de los jugadores sean aproximadamente iguales. En torneos así nunca suelo fallar. En competiciones con fuerzas más dispares, por alguna razón siempre me encuentro con alguien más flojo con quien perder. Y resulta difícil recuperar después de una derrota así. - Pero en este caso, han sido otros quienes han tenido que tratar de recuperar el terreno perdido, cosa que sólo han conseguido en la última ronda. - Sí, esa es la razón por la que sentí cierto descontento. Tenía energía suficiente para imprimir velocidad, para acelerar, varias rondas antes del final. Tanto más cuanto que sabía que mi objetivo inicial estaba ya cubierto. Tenía un punto de ventaja y debería haber jugado de forma más agresiva, antes que limitarme a marcar el compás. - Sin embargo, muchos piensan que la suerte siempre ha estado de su parte en los torneos… - No tengo nada que reprocharle a nadie, pero ¿por qué nadie se ha fijado en aquellos torneos en los que la suerte me dio la espalda? ¿Por qué nadie ha mencionado mi mala suerte en tales ocasiones? Sólo mi familia y mis seguidores se han dado cuenta de ello. Lo que me parece evidente es que no habría que prestarle tanta atención a la “buena” o “mala” suerte en ajedrez. Si quisiera, podría contarle buen número de casos en los que la suerte me fue adversa y más bien favoreció a mis oponentes. Un hombre no es un coche. No puede rendir todo el tiempo en la misma medida. Por eso es por lo que es tan importante la buena forma deportiva. Esta vez la forma me ha acompañado, eso es lo que más me ha ayudado. - Consiguió usted no perder ni una sola partida, pero desde afuera parece que quizá haya sido demasiado conciliador… - Normalmente, rara vez consigo evitar perder al menos una partida. A causa, precisamente, de que mi carácter no es precisamente amistoso. Si se trata de estilo, soy más un jugador táctico que posicional. Me gusta, como suele decirse, divertirme en el tablero. Así que me resulta difícil encontrar una explicación a tantas tablas. Algunas incluso cortas. - ¿Cómo explica el gran número de tablas “de gran maestro” en el torneo? - En primer lugar, a causa del hábito que se adquiere cuando casi siempre juegas tratando de clasificarte para algo. La costumbre de aspirar a ser seleccionado, de buscar un resultado predeterminado, de ahorrar la propia energía, son cuestiones todas que se convierten en una segunda naturaleza. Es difícil desprenderse de estos hábitos, incluso en una competición que se presume tan creativa en principio, como el Memorial Alekhine. Probablemente, también el hecho de que los resultados del torneo influirán considerablemente sobre la propia carrera deportiva, todo esto desfilaba por la mente de los grandes maestros. - En cualquier caso, hay jugadores que actúan mucho mejor en torneos internacionales como éste que cuando se trata de torneos clasificatorios… - ¿Yo, por ejemplo? Tiene usted toda la razón. La definición “sin suerte” resulta un tanto bochornosa. Yo mismo he comenzado a explicarme mis reveses en los ciclos por el campeonato mundial como pura contingencia. Estos períodos concretos de mi carrera ajedrecística han sido, por alguna razón, los más frustrantes. En dos ocasiones perdí mi plaza para el ciclo de Candidatos a causa de la regla que limitaba el número de representantes del mismo país. Incluso hoy día no puedo recordar, con calma, el año 1967. En aquel año había ganado un importante torneo internacional, dedicado al 50º aniversario de la revolución de octubre. Fue el año de mi ascenso más marcado, el de mis más ambiciosos sueños. De repente, en el Torneo Interzonal, en Sousse, jugué tan mal, en tan baja forma, que nada funcionaba, y aun así conseguí obtener la plaza clasificatoria. Luego en el triangular de desempate, sin haber perdido ni una sola partida, fui superado sólo por la famosa tabla de desempates técnicos. 156
- ¿Quizá esa crisis ya se ha cerrado? - Me gustaría creer que es así. Probaré de nuevo mi fortuna en el próximo ciclo por el campeonato mundial. Espero que, a los 37, no todo esté perdido…
LAS PALMAS, 1973 En su último torneo internacional, Stein empató en el primer puesto. Al final del torneo, concedió una entrevista a la prensa española (que también fue publicada en la revista Shajmaty, 1973, nº 17). - ¿Qué espera del próximo Torneo Interzonal, en Brasil? - Acudiré allí con intención de ganar. Siempre he jugado a ganar, nunca he acordado tablas sin lucha. Por eso me ha resultado sorprendente que en este torneo algunos jóvenes jugadores me hayan propuesto tablas ya en la décima jugada. Hay que luchar. - ¿Concentra usted sus esfuerzos en cada momento decisivo de la partida, o sólo en las partidas importantes? - ¿Por qué en una sola? Para mí todas las partidas son importantes. Siempre me entrego por completo. - ¿Contiene su juego algún rasgo específico? - Creo que tengo mi propio estilo. - ¿Podría usted nombrar al jugador más destacado, al mejor del mundo? - Es muy difícil responder a esa pregunta, ya que tal jugador aún no ha surgido. Cada época tiene su propio genio. - ¿Puede mencionar algún otro país, además de la URSS, que esté contribuyendo, de manera especial, al desarrollo del ajedrez? - En mi opinión, hay pocos países así… ¡Pero sí podría decir que el ajedrez está a punto de conquistar el mundo entero!
157
Índice de Aperturas (Los números se refieren a las páginas)
Benoni, Defensa 94,131 Caro-Kann, Defensa 45,102,109,121 Catalana, Apertura 137 Dama, Gambito de 65,87,139 Francesa, Defensa 54,116,117,134 Grünfeld, Defensa 75,125 Holandesa, Defensa 44 India de Rey, Defensa 42,51,53,68,84,98,101,112,144,146 Indio de Rey, Ataque 60 Inglesa, Apertura 73,111,129,132,136,142 Nimzoindia, Defensa 90 Petrov, Defensa 49 Ruy Lopez, Apertura 56,58,71,77,80,83,86,88,92,103,106,114,118,127 Siciliana, Defensa 48,62,63,67,96,100,105,108,119,123,141,147
158
Índice de Oponentes (Los números se refieren a las páginas)
Averbaj 129 Birbrager 102 Bisguier 65 Botvinnik 92 Byrne, R 117 Bronstein 151 Damjanovic 119 Doroshkevich 134 Eliskases 101 Evans 83 Filip 111 Flohr 45 Furman 123 Geller 56 Gheorghiu 90 Gligoric 68,80,112 Goltsev 10 Haag 121 Hartoch 152 Jasin 96 Jolmov 106 Karpov 127 Kavalek 152 Keres 114,132 Klovan 149 Kolterman 148 Korchnoi 98 Krogius 51,150 Kupreichik 125 Larsen 84 Lazarev 8 Ljubojevic 131,146 Lublinsky 11 Lutikov 88 Marovic 153 Matanovic 86 Mecking 118 Mestrovic 108 Novopashin 73 159
Osnos 48 Padevsky 150 Parma 67,139 Pelikan 100 Peterson 87 Petrosian 54 Poltoranov 11 Polugaievsky 94,136 Portisch 63,109 Ribli 144 Rodríguez 103 Sajarov 49 Shianovsky 6 Sigurjonsson 141 Smyslov 142 Sokolsky 53 Soloviev 11 Spassky 58,71,75,77 Sveshnikov 147 Taimanov 105 Tal 62,137 Tarve 154 Uhlmann 116 Usachy 44 Ustinov 151 Vaganian 153 Zagoriansky 42 Zinn 60
160