FORRAJES ALTOANDINOS I. GRAMÍNEAS (Zea m ayz) 1. MAÍZ FORRAJERO O CHALA (Zea
El cultivo del maíz como forraje ha prestado un gran beneficio a la zootecnia, poniendo a disposición de los criadores una masa de excelente forraje verde o para ensilar, sobre todo en zonas de cuencas lecheras en donde se requiere de un forrraje de alto rendimiento debido al alto costo de la tierra. Sin embargo, la producción continuada del maíz chalero sin ninguna rotación representa un gasto muy fuerte para la fertilidad de la tierra. Existen difundidas hoy en día, diversas variedades híbridas forrajeras, dando lugar a la falta de producción de grano debido a la esterilidad de estos híbridos, permitiendo una elevada concentración de los principios nutritivos especialmente en azúcares y un considerable desarrollo vegetativo que puede llegar hasta los 4 metros de altura. Aunque la cantidad de de forraje que se puede puede obtener obtener en una hectárea hectárea varía varía según el suelo, suelo, el clima, la variedad y época de corte, se estima que el rendimiento está en un rango de 8 a 10 T.M. /Ha de materia seca. Tratándose de un forraje suculento la producción por hectárea puede llegar a 50 T.M. /Ha de forraje verde. El maíz verde constituye el forraje ideal para el ensilado. Siendo muy rico en sustancias azucaradas se encuentra en condiciones de poderse conservar fácilmente en cualquier tipo de silo, con tal de que esté partido lo cual facilita una distribución homogénea de los jugos azucarados azucarados que se desprenden desprenden de los tejidos tejidos y que facilitan facilitan las fermentaciones fermentaciones más adecuadas para una buena conservación de la materia orgánica y prestando a todo el conjunto una buena apetitosidad. Características químicas y nutritivas El maíz verde que es de uso inmediato presenta un contenido en materia seca notablemente inferior al del maíz forrajero cosechado para ensilado. En el maíz verde, el contenido de materia seca oscila de 12 a un 14 % en la recolección precoz sobre terrenos frescos, al 18 a 20 % cuando se trata de una recolección tardía sobre terrenos secos; en el maíz-silo, la materia seca oscila del 25 al 35 %. Es de indicar que la principal razón por la cual se cultiva este vegetal es con la finalidad de obtener un forraje destinado al ensilado. En términos generales se considera que el forraje de maíz verde presenta un elevado contenido en fracciones no nitrogenadas y es pobre en proteínas, pobre en minerales sobre todo en calcio y fósforo, y no tan rico como podría esperarse en vitaminas a excepción de beta carotenos (pro vitamina A) y a diferencia de la mayor parte de los restantes forrajes verdes, el herbaje de maíz puede contener vitamina antirraquítica “D” en una cantidad tanto mayor cuanto más tarde tenga lugar el corte.
Usos Resulta muy agradable al ganado vacuno el forraje verde del maíz, debido a su sabor dulzaíno. Sin embargo, presenta dos defectos: en primer lugar, el de ser muy pobre en proteína digestible (1 a 1.2 %) y en segundo lugar el de tener una elevada humedad (85 – 90 %) por lo tanto un valor nutritivo débil. El maíz ensilado constituye un excelente forraje para el ganado vacuno y ovino, pudiéndose igualmente utilizar, aunque en dosis más pequeñas, para el ganado caballar que no se encuentre sometido a trabajos pesados. Es de indicar que la acción laxante de este alimente resulta beneficioso sobre la regulación intestinal. Se puede remediar el inconveniente de su valor nutritivo mezclando este forraje con hierba o henos de leguminosas (alfalfa, trébol) o asociándolo con alimentos concentrados ricos en proteínas. Ganado vacuno Conviene utilizarlo especialmente en la alimentación de las vacas lecheras como ensilado ya que la presencia del ácido acético y del ácido butírico incrementará la formación de materias grasas de la leche. Se entiende que su administración debe darse con una fuente de proteínas (alfalfa o concentrados) para equilibrar la ración. Para el ganado vacuno destinado al matadero, se considera como el mejor de todos los ensilados conocidos sobre todo el maíz ensilado bien maduro, es decir, con grandes cantidades de panojas y con una fuerte proporción de granos. Ganado ovino Sin duda alguna, el maíz ensilado es el forraje que más se adapta a la alimentación de los corderos evitando el estreñimiento y otros problemas (cólicos y diarreas) que con frecuencia padecen. 2. AVENA FORRAJERA (Avena
sativa)
La avena forrajera, quizás constituye la única especie bastante rústica de excelentes cualidades productivas, con un ciclo vegetativo corto (a los 90 días de haberse establecido la siembra ya puede utilizarse en un primer corte o en su defecto utilizarse para pastoreo), es excelente para el ensilaje lo que hace pensar en una solución al abastecimiento necesario en cantidad y calidad de forraje verde en épocas de escasez sobre todo en zonas alto-andinas en donde prospera bien. Su rusticidad se traduce en que no es muy exigente en suelos; tolera la sequía; es resistente a las fuertes heladas, características fundamental que asegura la inversión; proporciona un forraje sin mayores problemas fitopatológicos y entomológicos (ataques de enfermedades e insectos). Con una distribución pluviométrica (lluvias) uniforme durante la estación lluviosa, la avena forrajera responde con altos rendimientos (se estima que se obtiene 25,000 K por Ha de avena forrajera en “punto de leche”).
Características químicas y nutritivas Se afirma que el porcentaje de proteína bruta es alto en la fase del desarrollo del tallo, para disminuir en una forma sensible hasta el momento de la floración quedando a partir de este momento constante. Por lo tanto diremos que la digestibilidad de la fracción proteica es tanto más elevada cuanto más joven es la planta. En definitiva se puede establecer que en el ciclo fisiológico de la avena forrajera hay 2 estadíos: a) En el curso de los cuales la planta segada puede proporcionar un forraje excelente, y este periodo coincide con la iniciación de la floración, es decir cuando el 20 % aproximado de la avena se encuentra ya en flor y es cuando el porcentaje de proteína bruta es todavía alto. Si por motivos inherentes al curso de la estación, a la organización de los trabajos de la granja o de la explotación agrícola; no hay posibilidad de proceder a la recolección del forraje en este momento, será una buena medida esperar hasta: b) Que se inicie el endurecimiento de los cariopsides o “punto de leche” ya que se ha
comprobado que el porcentaje de proteína bruta denota un ligero aumento (8 % de proteína bruta sobre materia seca) y que la lignina disminuye con la maduración del grano, fenómenos que se explican con la necesidad que tiene la planta de movilizar durante este periodo a todas sus sustancias nutritivas. Usos Se utiliza generalmente en estado fresco; es cuando se encuentra en su forma más apetitosa y de mejor rendimiento. Se puede establecer un rendimiento como forraje:
Estos periodos del primer y segundo corte, así como su ciclo vegetativo en sí, están sujetos a variaciones por efecto de las diferencias climatológicas.
La avena forrajera constituye una hierba muy apetitosa para todos los animales y en particular para el ganado bovino lechero y de matadero. Cuando la producción sobrepasa las necesidades, se puede transformar en heno o, mejor, se ensila. En esta última forma, las pérdidas inevitables oscilan entre 20 % y 40 %, según las técnicas que se usen.
Como cultivo asociado, la avena tiene una doble función; en siembra con leguminosas por ejemplo alfalfa. La avena proporciona un microclima favorable para la alfalfa, defendiéndola principalmente de las heladas; y además se tiene forraje verde en corto tiempo proporcionado por la avena hasta que llegue el tiempo de corte de la alfalfa, que se hará mucho después. En el Altiplano es difícil destinar el cultivo de la avena hacia la obtención de semillas, debido a las predominantes características del medio ambiente. Se observa que el forraje que se obtiene proviene de un solo corte, quedando aún una cantidad apreciable de tallos y hojas que posteriormente se secan y constituyen lo que es el rastrojo, que muy bien puede emplearse para el pastoreo de animales que no tienen incrementadas exigencias nutritivas. Aunque, últimamente se aprecia una marcada inclinación por la introducción de forrajes exógenos. La avena aún ocupa el primer lugar. 3. CEBADA FORRAJERA ( H o r d e u m
v u l g a r e)
Todas las variedades de cebada para grano pueden cultivarse como hierba de pasto o como forraje para ser utilizado en verde fresco, como heno o forraje para ensilar. Por su precocidad y relativa resistencia al frío es conveniente adecuar su cultivo a épocas y zonas en donde se eviten los crudos inviernos. Y para un mejor rendimiento puede cultivarse asociada a una leguminosa, preferentemente trébol. Para la utilización de la cebada forrajera deberá rigurosamente cosecharse antes de la floración de la espiga, debido a que las aristas se tornan duras provocando daños a las mucosas bucales y la garganta por irritaciones mecánicas. El peligro es tanto más grave por el hecho de que en las pequeñas lesiones se instalan con facilidad esporas, especialmente de actinomicetos, que se encuentran presentes en las aristas. Aunque, la cebada forrajera como todos los cereales menores son relativamente pobres en proteínas, se puede conseguir un nivel apropiado si el corte se realiza en las primeras fases de crecimiento, sobre todo para la obtención de heno, el cual se presta bastante bien a su desecado y proporciona un heno tierno y agradable para el ganado. Usos Además de su utilización como heno que es la forma en que mejor se acomoda, la cebada se puede utilizar como forraje verde, pero desfortunadamente su periodo de utilización no pasa de 10 días, si se quiere que el forraje no pierda su característica de suculencia y apetitosidad. Para ensilado se aconseja adicionar melaza en una cantidad de 20 K por tonelada con la finalidad de mejorar la calidad del ensilaje, teniendo la precaución de prensarlo bien para eliminar totalmente el aire.
Finalmente, el heno obtenido a partir de un cultivo mixto de cebada y leguminosa resulta más adaptado al ganado vacuno lechero que cuando se trata de un heno solamente a base de cebada. En lo que al Altiplano respecta, es el cultivo más difundido, pero su orientación es para la obtención del grano, utilizándose únicamente la paja que queda después de la cosecha del grano. 4. TRIGO FORRAJERO ( Tr i t i c u m
sativum )
La hierba de trigo, aun no siendo tan productiva como el maíz o el sorgo, posee un cierto valor que se puede resumir en los siguientes puntos: 1. Vegeta perfectamente durante el invierno (abril) y la primavera (agosto), denominándose por esta razón, trigo de invierno y primaveral respectivamente. 2. Resiste, mejor que la avena y cebada, las heladas invernales. 3. Puede proporcionar una excelente producción con sólo un abonado a base de abonos químicos, mientras que otras gramíneas proporcionan una más elevada productividad cuando el terreno recibe además estiércol (maíz, sorgo, etc.) 4. Pueden pastarse moderadamente sin mucho perjuicio para el rendimiento de grano. Dicho pastoreo beneficia a veces el rendimiento de grano, pues impide el encamado. Debe cuidarse de no hacer pastar los cereales cuando el campo está demasiado húmedo, pues las pisadas del ganado causarían perjuicio a las cosechas. El trigo forrajero puede ser sembrado en cultivo aislado, asociado con otras plantas o bien para proteger los cultivos de leguminosas, en efecto presenta con respecto a las restantes gramíneas, menos riesgo de asfixia por las leguminosas con las cuales se encuentra. Las variedades de trigo que se adaptan mejor a la formación de pastos son las precoces, más altas y de desarrollo rápido inicial Usos Aparte de su utilización como hierba de pasto. Se puede confeccionar heno, que difiere muy poco del que se obtiene de cereales análogos. Para el heno, se debe cortar el trigo cuando las hojas están todavía verdes, con el objeto de favorecer la apetitosidad; el momento más indicado será cuando los granos se encuentren en la fase de madurez lechosa. Como en todos los pastos o forrajes de gramíneas se da una pobreza relativa en su contenido proteínico, por lo que el trigo empleado en verde, o como heno, deberá ser facilitado a los animales previamente mezclado con henos de leguminosas o de concentrados proteicos.
5. SORGO FORRAJERO ( So r g h u m
v u l g a r e)
Se trata de un cultivo que prospera en zonas cálidas en donde la humedad es insuficiente debido a su particular resistencia a la sequía. Otras de sus cualidades son su rápida vegetación y precocidad, que le permiten afrontar las exigencias de un clima árido. La existencia de numerosas variedades de sorgos y las formas sumamente variadas de las cuales citan numerosos autores, no han permitido establecer una clasificación agronómica clara y completa, sin embargo se han establecido diversas categorías en base a sus principales productos y usos, así como por las características distintivas de las plantas, distinguiéndose por lo tanto: a) Sorgos forrajeros b) Sorgos semillas c) Sorgos dulces (Sorghum saccharatum) d) Sorgos escoba (Andropogon exiguum) Evidentemente que este sistema de clasificación presenta una base científica bastante limitada. En efecto la presencia de elevados porcentajes de azúcar en los tallos no excluye la producción de un excelente forraje, unida a una cosecha elevada en semillas. El sorgo tiene una pronunciada tendencia a producir ácido cianhídrico o prúsico (HCN). El envenenamiento por esta sustancia constituye un problema cuando el ganado pastorea sorgo cuyo crecimiento se ha retardado por la sequía o las temperaturas bajas. Se han realizado cruzamientos para obtener un bajo contenido de HCN, así se han obtenido híbridos como resultado del cruce con el Sudan grass a variedades conocidas como “TURDAN” Y “SORDAN” las que además exhiben otras características como su gran
desarrollo vegetativo (precocidad), vigorosidad, gran rendimiento (en buenas condiciones producen hasta 7 cortes al año). En nuestro país, el cultivo del sorgo en sus formas híbridas ha dado excelentes resultados en la costa norte (Piura). Usos Ya sea en forma de forraje verde, ensilado o de heno, el sorgo constituye un buen alimento para el ganado vacuno lechero o carnicero, así como para el ganado ovino y el ganado equino. 6. PASTO OVILLO ( D ac t i l i s
g l o m e r a t a)
Es conocido también como “pata de gallo”, “orchard grass”, “grama en jopollos”, etc. Se
trata de una gramínea que vegeta bien sobre suelos de poca fertilidad, es una planta perenne de larga vida, que se desarrolla en los suelos más diversos formando unas matas compactas y densas, perfectamente delimitadas; resulta por lo tanto, mejor no cultivarlas
en semillas puras a causa de los espacios vacíos que deja entre planta y planta sin formar un césped uniforme. Es preciso resaltar, su resistencia al frío y su mínima necesidad en agua, es decir su marcada resistencia a la sequía. El primer año no produce más que unas plantas foliosas, delgadas y muchas de ellas estériles, raramente con tallos. En el segundo año, las matas se hacen más numerosas, pero el mejor rendimiento tiene lugar durante el tercer año. La siega no debe tener lugar más que antes del periodo de la ANTESIS (estado de desarrollo floral cuando el polen es esparcido) porque los tallos se vuelven leñosos. En el momento del primer corte, la altura de la planta debe oscilar entre 0.60 a 0.80 m y la del retoñado de 0.30 m. Por la gran variedad de estirpes que posee esta forrajera es conveniente elegirla de acuerdo a las características de la región en donde se pretende introducir. Usos Solamente en los recientes años el pasto ovillo ha recibido mucho énfasis como un pasto cultivado, debido a su característica de adaptación a un amplio rango de condiciones ambientales, esto adicionado a su tolerancia a la sombra por lo tanto, prospera bien en zonas de foresta en donde no es posible el cultivo de otros recursos agrícolas. Por sus características de crecimiento el orchard grass se acomoda bien a los sistemas de pastoreo, mucho mejor si se trata de un sistema de pastoreo rotacional que si se trata de un pastoreo continuo. En el Altiplano, en la actualidad es la que mejores resultados a brindado como forrajera o pasto asociado a trébol o alfalfa. 7. RAY GRASS ( L o l i u m
perenne)
Es una especie perenne de vida corta que tiene gran importancia. Resiste perfectamente los rigores del invierno, así como la sequía, pero prefiere climas húmedos y tierras fértiles bien irrigadas. Tiene un amplio margen de adaptación a los suelos. El vallico o ray-grass se desarrolla en matas planas dilatadas, pero apretadas; forma numerosos tallos subterráneos terminados por un conjunto de hojas densas; de los entrenudos parten delgados estolones, unas veces ascendentes y otras casi horizontales, formando en conjunto una matacompleja. Esta característica es la que permite obtener, con una siembra densa un césped compacto y aplastado, en donde se desenvuelven difícilmente las malas hierbas. Esta planta nace y crece muy rápidamente, obteniéndose su mayor rendimiento en el curso de los dos primeros años, pasados los cuales va declinando poco a poco.
Como planta forrajera para corte, el vallico inglés exhibe un rendimiento menos considerable que el de otras gramíneas, resultando el más adecuado para el pastoreo. Sobresale para este uso y se prefiere a cualquier otro tipo de hierba. El pastoreo favorece considerablemente el desarrollo y aumenta también la duración y el rendimiento. Sin embargo, no hay que demorar demasiado el pastoreo ya que el ganado no la ingiere a gusto cuando comienzan a brotar los primeros tallos ya que éstos se secan, disminuyendo considerablemente el valor nutritivo del forraje. Usos El vallico es desde el punto de vista nutritivo, un buen forraje y un excelente heno. Contrariamente a lo comprobado en otras gramíneas, no pierde sus cualidades nutritivas, aun cuando sea segado con algún retraso. El vallico italiano (Lolium multiflorum) es otra especie de rápido crecimiento (se estima que ninguna gramínea forrajera tiene un desarrollo tan rápido como el vallico italiano) y el forraje obtenido se consume en verde; si es abundante favorece la secreción láctea. En el altiplano es cultivado principalmente como pasto asociado al trébol con buenos resultados, sobretodo en la alimentación de vacas lecheras. II. LEGUMINOSAS 1. ALFALFA (Medicago
sativa)
Conocida como la “REYNA DE LAS PLANTAS FORRAJERAS” es indudablemente la más
notable entre las plantas forrajeras y universalmente reconocidas como una de las más nutritivas y adaptadas a la alimentación de todas las especies animales, particularmente para el ganado vacuno. Las enormes superficies de terreno consagradas en el mundo al cultivo de la alfalfa se deben -aparte de la excelente calidad del forraje- a la gran resistencia que ofrece a la sequía y al frío, a la rápida recuperación vegetativa, precocidad de su crecimiento y facilidad con que se recupera después de cada corte. Se trata de uno de los forrajes más estudiados, por lo tanto, existen numerosas variedades que se adaptan a las condiciones más diversas de clima y suelos. Características de cultivo La alfalfa es una planta vivaz, vigorosa, capaz de vivir muchos años (se estima que puede llegar a vivir hasta más de 20 años). Su raíz pivotante, en terrenos permeables, sanos y sin interrupciones de capas compactas, puede alcanzar hasta 8-10 metros de profundidad. Este considerable aparato radicular, aparte de garantizar una resistencia a la sequía, aporta un considerable incremento en la fertilidad en la capa arable del terreno agrícola, debido a los elementos absorbidos como nutrientes en las capas profundas, los cuales quedan en los tallos, raíces y hojas. Es necesario indicar, que al momento de la siembra se le adiciona como inoculante un fijador de nitrógeno el RIZOBIUM, bacteria que sobre las raíces toma libremente el nitrógeno atmosférico no solo para satisfacer sus propias necesidades sino para cubrir las necesidades del cultivo asociado o de rotación.
Cabe volver a señalar, que esta planta soporta la sequía mucho mejor que cualquier otra leguminosa forrajera, debido a que las raíces se desarrollan en profundidad. Si el tiempo se mantiene seco durante muchas semanas, cesa en su crecimiento, aparentemente se seca superficialmente; al aparecer las lluvias recupera nuevamente su desarrollo vegetativo. Sin embargo, el tiempo húmedo no le es muy favorable y el rendimiento resulta inferior en los años muy lluviosos, al igual que en las regiones aquejadas de elevadas precipitaciones anuales. Por tal motivo no se puede cultivar con éxito en las regiones con precipitaciones elevadas, aun cuando el terreno sea favorable, ya que en este caso puede existir el riesgo de quedar sofocada por las malas hierbas y la excesiva humedad. Es poco sensible al frío (resistente al frío) perjudicándole únicamente las temperaturas inferiores a los -25 °C, cuando la planta no se encuentra cubierta por la nieve, aunque se han reportado que el Medicago falcata (flores amarillas) ha sobrevivivo a temperaturas de -27 °C en Alaska. Y como máximas temperaturas, ésta puede alcanzar hasta 60 °C. La alfalfa no produce bien sobre suelos ácidos, requiriendo en estos casos de la adición de limo (calcium). Siendo la alfalfa una planta calcícola suele ser relativamente tolerante a suelos alcalinos, pero no produce bien sobre suelos altamente alcalinos. En resumen diremos que la alfalfa se adapta bien a un amplio rango de condiciones climáticas y de suelos. La alfalfa como planta perenne puede producir en buenas condiciones hasta 8 cortes al año. Características químicas y nutritivas Las variaciones de la composición química se hallan siempre ligadas a la relación ponderal entre tallos y hojas de la planta, a sus diferentes estados de desarrollo vegetativo, y por último a la materia seca que contiene. Lógicamente se entiende que los valores de las proteínas y de los carotenos contenidos en las hojas son muy diferentes en grado superior de los valores de los tallos. En lo que respecta a las proteínas, es posible que el rango varíe entre 13 a 26 % en base seca dependiendo de los diferentes estados vegetativos de la planta. La digestibilidad de la proteína es muy elevada y puede alcanzar el 80%. En relación a sus aminoácidos presenta cantidades bastante elevadas y equilibradas en aminoácidos esenciales. Únicamente la metionina y la cistina no se encuentran más que en proporciones muy limitadas. Sin embargo, esta situación no ocasiona inconveniente alguno en los rumiantes probablemente debido a que esta carencia está compensada por la síntesis llevada a cabo por las bacterias del rumen. Las materias grasas se hallan contenidas en la alfalfa en proporción bastante reducida: 0.5 a 0.8 en la alfalfa fresca, de 2 a 2.5 % en el heno, y de 4 a 5 % en el heno ensilado (ensilado de baja humedad) este alto contenido de grasa bruta en el ensilado se debe a que en la extracción de los lípidos se encuentran además de los pigmentos, los ácidos
orgánicos que se han formado en el transcurso de la fermentación y que difieren de los lípidos propiamente dichos. La alfalfa puede ser considerada de entre todas las plantas forrajeras administradas al ganado como la más rica en CALCIO (una media del 0.5 % en estado verde y de un 2 % en heno). El contenido en fósforo es relativamente elevado (0.1 % sobre la hierba verde y de 0.4 % sobre el heno) y se entiende que a medida que madura la planta disminuye en porcentaje el fósforo que contiene. Las vitaminas, que la alfalfa encierra en cantidades elevadas, contribuyen igualmente a elevar el valor de esta leguminosa forrajera para la alimentación del ganado. La vitamina A (carotenos) y las del complejo B se encuentran ampliamente representadas. La vitamina A se encuentra en los vegetales bajo la forma de carotenos (pro vitamina A), que sirven para la síntesis de la vitamina A en el organismo animal. La administración de la alfalfa ya sea en estado verde o deshidratada en la ración alimenticia, asegura un buen aporte en vitaminas. No solo las mencionadas, sino también vitamina K y E. Usos Es utilizada en la alimentación de todas las especies animales bajo diferentes formas debido a su alto valor nutritivo, apetitosidad y su característica acción estimulante: Como pasto. La alfalfa no debe ser estrictamente considerada como una hierba de pasto, debido a ciertos inconvenientes, a veces muy graves, que pueden afectar a los animales y que especialmente son debidos a los tiernos retoños, ricos en agua y humedecidos por el rocío. Entre estas afecciones, la más corriente es el TIMPANISMO (o meteorismo) que se manifiesta sobre los terrenos húmedos o después de lluvias recientes. El ganado vacuno y lanar son los que están más expuestos a esta enfermedad, que dicho sea de paso puede evitarse con un adecuado manejo. En la zona de Arequipa y Tacna, es frecuente observar un sistema de pastoreo restringido en el que se limita el consumo a un área dada por el radio formado por el animal, soga y estaca. Pero el problema más serio por la que no es considerada como hierba de pasto es debido a sus características morfológicas y fisiológicas, ya que el pastoreo tiende a destruir las yemas de la corona de donde nacen los nuevos brotes, reduciendo de esta forma el material vegetal disponible. Como forraje. Si es recogida seca (no humedecida) y ligeramente henificada la alfalfa constituye un verdadero recurso en la alimentación del ganado y permite al ganadero poder alimentar a sus animales, especialmente al ganado vacuno y lanar, con una hierba abundante, jugosa, sustancial, durante una buena parte de la temporada. Como ensilaje. Es muy difícil de conseguir un buen ensilaje de la alfalfa debido a sus reducidos valores en azúcares fermentecibles y al contenido muy elevado en proteínas y sales minerales. A no ser que se adopten técnicas y/o se empleen ciertos aditivos que permitan provocar artificialmente un medio adecuado y así obtener un buen ensilado.
La alfalfa ensilada, sobre todo bajo la forma prehenificada, resulta muy apetitosa para el ganado y puede ser considerada, bajo todos los aspectos, como un excelente forraje. Como heno. El sistema más corriente del que se sirven los agricultores para la conservación de la alfalfa consiste en la transformación en HENO; de esta forma se obtiene uno de los productos más nutritivo y apetitosos para el ganado. La condición fundamental para conseguir del heno el máximo de su valor nutritivo descansa en elegir el mejor momento para llevar a efecto el corte. La alfalfa deberá ser segada cuando una parte de las plantas comienzan a florecer (del 1 % al 10 % de floración). Numerosas yemas se encuentran en vías de formarse sobre la corona y es justamente este momento en que hay que llevar a cabo el segado para conseguir un heno excelente, rico en hojas y muy apetitoso para el ganado; la cantidad de celulosa, que constituye la parte menos nutritiva y que puede, por otro lado, disminuir la digestibilidad de las restantes fracciones alimenticias, se encuentra todavía en débil cantidad. Según el método tradicional el momento más oportuno para el corte de la alfalfa es cuando aproximadamente la décima parte de las plantas se encuentran ya florecidas y aparecen nuevas yemas sobre la corona; se vigilará que las operaciones de corte tengan lugar en el transcurso de la tarde, es decir, cuando una buena parte del agua absorbida durante el día por la planta se ha evaporado a través de la hojas. Si se retarda el corte, sin tener en cuenta que el heno pierde sus cualidades nutritivas, se corre el grave riesgo de que se desprendan muchas hojas. Por lo tanto, es necesario cortar la hierba a tiempo, desde el momento en que comienzan a aparecer las yemas florales, ya que paralelamente a la disminución de la proteína tiene lugar un aumento de la celulosa. Es importante tener en cuenta ciertos puntos fundamentales que se han de seguir en la preparación del heno. a) La siega se lleva a cabo siempre durante un tiempo seco y la hierba no debe encontrarse impregnada de humedad; estas condiciones permiten, por otra parte, un secado más rápido. b) Las hozadas se deben dejar siempre sobre el terreno y bajo ningún pretexto deben ser desparramadas. Se vuelven (voltean) después de un primer henificado de la hierba, abriéndolas delicadamente sin fuertes sacudidas, lo que permite de esta forma que el heno se pueda secar de una manera uniforme. c) Una vez conseguido el secado y procediendo con el mismo cuidado se forman montones. En el transcurso de esta nueva operación, es preciso vigilar siempre para que el heno no esté sometido a la acción demasiado violenta de los rayos solares y que las hojas se conserven intactas en todo lo posible.
d) En el momento de practicar el entrojado del heno, se recomienda espolvorearle con sal de cocina a razón de 1.5 a 2.0 K por cada 100 K, lo que facilitará la conservación durante un tiempo mayor de su color verde y resultar más apetitoso para el ganado. Como harina. Es costumbre triturar el heno para conseguir una harina quepueda ser más fácilmente utilizada en la preparación de mezclas de alimentos concentrados, aunque en la actualidad existen métodos de deshidratación rápida que permiten preservar las cualidades y cantidades de nutrientes con un porcentaje mínimo de pérdidas. La harina de heno permite proporcionar a los cerdos y aves en general un producto que proviene de henos de gran calidad, y que al mismo tiempo sean foliosos, tiernos y con unas buenas características (color y olor); son, por lo tanto, henos que provienen de hierbas jóvenes y secadas en las condiciones más favorables. En el Altiplano, la alfalfa es el forraje que tiene más influencia en el incremento de la producción animal, ya sea como único cultivo o asociado a dactilis con resultados asombrosos. Como alfalfa deshidratada. Con esta denominación se califica al producto obtenido mediante aparatos especiales que permiten reducir en un tiempo brevísimo la humedad de la alfalfa que llega a contener menos de un 8 % de agua. Este rápido secado artificial permite un porcentaje mínimo de pérdidas de orden cualitativo y cuantitativo, que se presenta durante el desecado natural de la alfalfa. Existen diversos sistemas de deshidratación, uno de los más empleados consiste en: segar la alfalfa fresca con un contenido de humedad no mayor de 60 %, luego secada artificialmente a una temperatura de por lo menos 100 °C por un período no mayor de 40 minutos, siendo por último molida y ensacada. Una buena alfalfa deshidratada debe estar razonablemente libre de otros cultivos, malas hierbas y hongos. Las cantidades de proteína y fibra de los productos de la alfalfa dependen casi enteramente de los porcentajes relativos de tallos y hojas respectivamente. Se ha estimado que el contenido de pigmentos de la alfalfa deshidratada es 10 veces mayor que el del maíz amarillo, así también por cada miligramo de caroteno hay 2.1 a 2.9 mg de xantófilas además de 1.0 a 1.3 mg de tocoferol y aproximadamente 1 microgramo de vitamina K. Los procesadores de la alfalfa usan grasas para prevenir el polvo y disminuir las mermas en el producto. Una limitación en el uso de la alfalfa deshidratada en dietas de alta energía es su bajo contenido en energía metabolizable. En nuestro país su elevado costo es también limitativo. Por las razones expuestas se recomienda su uso en un nivel de 1 a 5 % de la dieta de aves, sobre todo como un corrector para satisfacer las exigencias nutritivas de estos animales. La ALFALFA es utilizada en la alimentación de diferentes especies animales, como forraje es insuperable en la alimentación de vacas lecheras, y puede tomarse como tipo de
comparación para otros alimentos. Como se puede comprender, a pesar de sus excelentes cualidades nutritivas, no se le puede considerar como alimento exclusivo. Un alimento constituído exclusivamente por heno de alfalfa es un típico ejemplo de ración desequilibrada por exceso de proteínas y de calcio y relativa escasez de fósforo, por lo tanto, puede ser antieconómico. En animales rumiantes jóvenes, que se comportan como monogástricos la alfalfa constituye el alimento por excelencia. La alfalfa en el Departamento de Puno es considerado como un excelente recurso para reforzar la alimentación en los pastizales alto-andinos, aunque hay que reconocer; que su establecimiento es lento y puede desanimar en el primer año en el que no se consigue un rendimiento que justifique la alta inversión de su instalación. Para las condiciones del Departamento de Puno, los trabajos de investigación indican, que las variedades que más se recomiendan son “Wairau” (una variedad proveniente de Nueva Zelandia) y “Cancreep”, esta última es una variedad rizomatosa de Australia. Si estas variedades reciben adecuada fertilización, la vida productiva de la alfalfa es bastante extensa y la más alta producción forrajera se alcanza cuando la raíz ha completado su crecimiento (más o menos a los 6 años). La preferencia por estas variedades radica en su superior crecimiento otoñal que exhiben y su buena resistencia a las heladas. Además se recomiendan variedades como: Ranger, Buffalo, Caliverde y Ladak, sobre todo esta última por su extremada resistencia al frío, aunque su rendimiento no es tan alto y su recuperación después de cada corte es lento. La alfalfa constituye en la actualidad el mejor recurso forrajero que puede ser cultivado en asociación con Dactilis glomerata, Phalaris arundinacea o Pheum pratense; siempre y cuando se cultive en campos de suficiente humedad (al momento de la siembra), con suficiente materia orgánica, suelo fértil y pH neutro. 2. TREBOL ( Tr i f o l i u m
amabile)
De las 300 especies que se reportan del género Trifolium, el T. amabile o trébol silvestre, conocido en el altiplano como “layo” es la especie más difundida en todo el Altiplano Peruano-Boliviano, crece en forma silvestre, desde el nivel del lago (3,800 m.s.n.m.) hasta cerca de los 4,500 metros sobre el nivel del mar, prospera fácilmente en suelos con bajo contenido de humedad y con pH de 6.0 a 7.2. Como la mayoría de las leguminosas, esta planta requiere de la presencia de bacterias simbióticas fijadoras de nitrógeno del género Rhizobium, las que se instalan en las raíces formando nódulos en donde sintetizan compuestos orgánicos nitrogenados a partir de los carbohidratos del huésped y del nitrógeno elemental del aire, la mayor parte del nitrógeno fijado por las bacterias simbióticas se sintetizan en compuestos orgánicos, de los nódulos parte hacia otros tejidos de la planta huésped, donde es empleado en la formación de proteínas. Es de indicar que a esta especie perenne se le puede encontrar en casi todo el departamento de Puno, produciendo hierbas tiernas y delicadas que vegetan muy bien en temporadas libres de heladas, esta plantarara vez sobrepasa los 15 cm de altura y presenta flores carmesí de aproximadamente de 4 a 5 mm de longitud, es de indicar que
esta planta conocida como “layo” puede ser considerada como una forrajera de mediano volumen, pero de calidad apreciable que prospera en asociaciones con: Calamagrostis, Hipochoeris, Alchemilla, Muhlenbergia (pastos nativos) etc. Aunque se ha descubierto que en algunas especies de trébol existe una sustancia estrogénica llamada CUMESTROL, la cual fue la causante de un menor índice en la fecundación de ovejas, no se ha podido aún determinar su presencia en el “layo”. Es necesario señalar, que por su elevada digestibilidad y apetitosidad característica, así como su riqueza en proteínas digeribles, hacen que esta planta pueda ser considerada como una de las más apropiadas para su cultivo en zonas de condiciones difíciles como el Altiplano. Otras especies que se pueden introducir en el Altiplano, pero que requieren de mejores condiciones son: el trébol blanco (T. repens), trébol rojo (T. pratense), trébol híbrido ó Alsike (T. hybridum) son plantas que requieren de mayores estudios de entre las 300 especies que comprenden el género Trifolium.