Educación para una Cultura de Paz
Erwin Silva
Instituto “Martin Luther King”, UPOLI Grupo Cívio Ética y Transparencia, E y T
Educación para una Cultura de Paz
Erwin Silva
Instituto “Martin Luther King”, King”, UPOLI Grupo Cívico Ética y Transparencia, E y T 2010
Educación para una Cultura de Paz
Créditos © Erwin Silva © Instituto “Martin Luther King”, UPOLI © Etica y Transparencia Autor y corrección de textos:
Erwin Silva
Edición al cuidado de:
Denis Alberto Torres
Ilustración de portada:
Título: “Ave”. Autor: Brenda Santos. Año: 2008. Técnica: óleo sobre tela. Dimensiones: 30 x 50 cms.
Fotografía de portada:
Edward Dávila.
Diseño Gráco:
Francis Mejía
Impreso en Complejo Gráco TMC, 2010. Managua, Nicaragua.
ISBN: 978-99964-0-015-5
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Educación para una Cultura de Paz
Índice Presentación Dr. Roberto Courtney
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Introducción
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1. Introducción sobre la Historia de la Cultura de Paz: 1.1 Período de formación: 1986-1999 1.2 La normativización: 1999-2000 1.3 La universalización: 2001
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2. Conceptos fundamentales de la Educación para una Cultura de Paz: 2.1 El concepto de cultura 2.2 Elementos y bases de una cultura de paz. 2.3 Democracia 2.4 Derechos Humanos 2.4.1 La Declaración Universal de los Derechos Humanos: un texto jurídico y ético político trascendente para la humanidad. 2.4.2 La Educación en Derechos Humanos 2.5 La Violencia. 2.6 La No Violencia: 2.7 El conicto. Tipología del conicto. Resolución pacíca de los conictos. 2.8 La Paz 2.9 El Derecho Humano a la Paz 3. 4. 5. 6.
Cultura de Paz y educación ambiental Cultura de Paz y Género Bibliografía sobre Cultura de paz Anexos
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19 19 20 21 25 30 37 73 75 78 88 91 97 113 117 127
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Presentación Se ha armado que la democracia es la casa natural de la paz. Lo anterior adquiere una condición de objetividad, solo allí donde se conciben ambos conceptos de manera integral y se transforman en una vivencia cotidiana en nuestras sociedades. La historia contemporánea demuestra que el escalamiento de los conictos a la violencia organizada, se dan en menor escala, bajo regímenes democráticos, pues la democracia tiene los mecanismos institucionales para canalizar y superar pacícamente los conictos. Los procesos eleccionarios en nuestro país, particularmente de autoridades nacionales, en cuanto medios de ejercicio real democrático de la ciudadanía y como competencia pacíca de propuestas, proyectos y programas diferentes, es algo logrado hasta hace algunos años, ya que en otros contextos de nuestra historia se dirimieron a través de la guerra, golpes militares, revoluciones o fraudes electorales. El Grupo Cívico Ética y Transparencia surgió en 1996 como una expresión institucional nicaragüense en la posguerra, con el propósito de aportar desde una perspectiva nacional al desarrollo cívico ciudadano, a la construcción democrática y a garantizar elecciones libres y transparentes, para consolidar la paz en nuestro país. Ética y Transparencia entonces, no reduce su accionar a la observación electoral, de suyo fundamental para garantizar el respeto a la voluntad soberana del pueblo en momentos decisivos para su futuro, como son los cambios de gobiernos nacionales, regionales y municipales. También forma parte de sus principios, objetivos y misión, aportar al fortalecimiento de una mentalidad y comportamiento crítico, pacíco y democrático, conscientes que en nuestra
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sociedad aún imperan fuertes rasgos de una cultura de violencia, autoritarismo, exclusión e intolerancia. Tenemos la convicción que en la superación de la polarización política, el desarrollo democrático limitado y la tendencia al ambiente de violencia, exclusión e intolerancia, la educación juega un papel fundamental para dicho cambio. Es por ello que nos complace auspiciar la presente obra “Educación para una Cultura de Paz”, dirigida al sistema educativo nicaragüense, elaborada por el Instituto “Martin Luther King” de la Universidad Politécnica de Nicaragua, en la persona del Lic. Erwin Silva, Docente Investigador de dicha Institución. El Instituto “Martin Luther King”, es una entidad académica reconocida mundialmente, pionera en la promoción de una cultura de paz, a nivel nacional, regional e internacional. Pero también, es un organismo que acompañó en su génesis, el surgimiento del Grupo Cívico Ética y Transparencia. Con la UPOLI nos unen vínculos importantes de intercambio y colaboración. Con la obra que hoy sale a luz, el cuerpo docente de los tres subsistemas educativos, que imparten la asignatura de Cultura de Paz y materias anes, cuentan con un instrumento apropiado, accesible y didáctico para su función pedagógica, cotidiana y trascendental de sembrar en la mente de las presentes y futuras generaciones, los baluartes de la paz, la justicia, la honradez y la libertad. Contiene un recorrido conceptual del paradigma de la Cultura de Paz y una pequeña selección de documentos ociales fundamentales, que han generado organismos internacionales como la ONU, UNESCO, conferencias regionales y mundiales, así como dirigentes de dichos organismos y especialistas sobre el tema.
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Nos congratulamos en ser parte de este proyecto editorial y esperamos con ello, acompañar al Instituto “Martin Luther King” de la UPOLI, en los nuevos logros que estamos seguros, depara su futuro. Dr. Roberto Courtney Director Ejecutivo Grupo Cívico Ética y Transparencia.
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Introducción Uno de los propósitos fundamentales de este libro es el de llevar a las manos de los profesores de Cultura de Paz del nivel universitario y de otros niveles, una guía sencilla de los conceptos elementales del nuevo paradigma de la Cultura de Paz como una nueva cultura de convivencia democrática y de tolerancia. Cabe recordar que para el futuro de todos los pueblos de la Tierra la Cultura de Paz es la única cultura posible. Los profesores son actores determinantes en la construcción de una Cultura de Paz que supere denitivamente la cultura de violencia que hemos vivido los nicaragüenses casi por dos siglos tras una cadena de guerras civiles y desencuentros entre nosotros mismos. Se nos impone como un deber conjurar los horrores de la violencia y la guerra en un país de pobres y de una cultura política con rasgos pre modernos y atrasada. Por lo que nos toca decir que es por medio de la educación que alcanzaremos el desarrollo y le daremos el nombre de paz a todos los valores de la democracia, los cuales son la libertad, la igualdad y la justicia. También es propósito de la presente publicación presentar de forma didáctica el proceso de elaboración del concepto de Cultura de Paz en el curso histórico, o sea desde sus inicios, allá por el año 1986 a nuestros días cuando ha logrado ser un concepto universal y aceptado en la Organización de Naciones Unidas. Los conceptos que docentes y alumnos deben comprender y asimilar, según el orden planteado en este libro son los de: cultura de paz, democracia, derechos humanos, violencia y no violencia, el conicto y la paz.
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Se suma a esto la evolución histórica y normativa de la educación en derechos humanos y de la educación ambiental y género, por considerar que éstos son cimientos de una nueva cultura de paz que arraiga en nuestro país. Acompaña a este libro una bibliografía somera de títulos dedicada a los temas y componentes de la cultura de paz que permitirá al docente de esta materia profundizar con más lecturas su cátedra de Cultura de Paz en esta Universidad Politécnica de Nicaragua, que tiene integrado en sus documentos y estatutos, particularmente en su Misión que: “Forma profesionales, académicos y especialistas en las distintas áreas de conocimiento, con creatividad, capacidad innovadora y pensamiento crítico y valores espirituales, éticos y morales. Fomenta el espíritu emprendedor y competitivo en el contexto nacional e internacional; el compromiso hacia la integralidad y el desarrollo humano y sustentable. Así mismo fomenta la integridad de la creación, la construcción de una cultura de paz y el respeto a la igualdad de las personas, sin discriminación en razón de género, credo, condición económica y social”. Completa este libro una colección de documentos sobre Cultura de Paz que el profesor deberá compartir y analizar con sus estudiantes a n de que se adentren en este ámbito y puedan en sus vidas ser capaces de la tolerancia, la libertad y la paz. Erwin Silva
Docente Investigador Área de Educación para la Paz y los Derechos Humanos Instituto de Investigaciones y Acción “Martin Luther King” Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI).
12 de Diciembre del 2010.
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1. Introducción sobre la Historia de la Cultura de Paz
1.1 Período de Formación: 1986-1999 Cultura de Paz es un nuevo paradigma de la convivencia y la solidaridad humana cuyo creador en América Latina fue Felipe Mc Gregor. A él le debemos los primeros usos del término quien lo dene frente a la cultura de violencia.1 Pero, empleando las mismas palabras de Mac Gregor puede decirse que la guerra no es el enemigo, el enemigo de la paz es la violencia y por un imperativo moral, a este esfuerzo de no usar la violencia para la solución de conictos, se le llama Cultura de Paz.2 1986, Año Internacional de la Paz, es una fecha para una referencia en el proceso de universalización del concepto Cultura de Paz, dato que también sirve para enmarcar la aparición de un libro magistral y clave “CULTURA DE PAZ” del lósofo y sacerdote peruano, Felipe Mac Gregor Rodino (1914-2004) quien fue el impulsor de esta iniciativa de educación y de este concepto que hoy estudiamos para transformarnos en seres más armónicos, democráticos, libres y críticos. Hay que decir que la primera formulación de lo que será admitido como concepto de paz y de cultura de paz en el 1 2
Felipe Mac Gregor: Cultura de Paz. 3ª.ed.Ministerio de Educación- Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Lima Perú, 1989. Felipe Mac Gregor. Reexión sobre el Perú. Ponticia Universidad Católica. Fondo Editorial, 2002.pp.36-37.
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seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU), está en la Declaración de Yamoussukro, Costa de Marl, África, 1 de Julio de 1989. La Declaración de Yamoussukro sobre la Paz en la Mente de los Hombres, empieza por donde debe empezar, en la mente de los hombres, donde se construyen los baluartes de la paz. Sin embargo, su nueva visión de la paz, compromete a citar que la paz es esencialmente reverencia por la vida y que no solo signica el n de los conictos armados. Aun más, la paz es una asociación armoniosa entre la humanidad y el medio ambiente. Conforme con las recomendaciones del Congreso que emitió esta Declaración, sostiene que se construye una nueva visión de la paz, basada en los valores universales del respeto a la vida, la libertad, la justicia, la tolerancia, los derechos humanos y la igualdad entre los hombres y las mujeres. Seguido, en el orden de aparición de documentos originarios que contribuyen en la construcción del concepto de Cultura de Paz es la Declaración de Sevilla de 1989, conocido como el Maniesto de Sevilla3. Este texto producido por cientícos de varias especialidades y distintas partes del mundo entre los que estaban Santiago Genovés, Federico Mayor Zaragoza, contiene cinco proposiciones y una conclusión sobre la violencia. La primera es que incorrecto. En esta Declaración se sostiene que la guerra no está determinada por los genes ni por tener cerebros violentos o por instinto o porque tengamos una naturaleza proclive sino que la guerra es una construcción social. 3
El Maniesto de Sevilla se elaboró en 1986 pero fue adoptado por la UNESCO en 1989.
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Santiago Genovés, uno de los rmantes de este Maniesto dice que la guerra es cosa de unos 7.000 años a nuestros días o sea cuando los seres humanos comenzaron a ser sedentarios con la agricultura4. Para S. Genovés el hombre no era violento desde sus orígenes debido a que estaba ocupado en recolectar, cazar, creando herramientas, procreando y vivía en relaciones de cooperación. En dicha conclusión se dice:”proclamamos que la guerra y la violencia no son una fatalidad biológica. Podemos poner n a la guerra y a los sufrimientos que conlleva. No con esfuerzos aislados sino llevando a cabo una acción común. Si cada uno de nosotros piensa que es posible, entonces es posible. Si no, no vale la pena intentarlo. Nuestros antepasados inventaron la guerra. Nosotros podemos inventar la paz. Todos nosotros, cada uno en su sitio, tenemos que cumplir nuestro papel.” En la evolución histórica del concepto de Cultura de Paz, que de por si indica que están implicadas la ética y la cultura, nos encontramos con que una vez que el propio concepto ha llegado la ONU, ésta se da a la tarea de contribuir con la creación y la aplicación de programas, estrategias y proyectos de diferentes duración. Entre estos, los Programas Nacionales de Cultura de Paz, del año de 1992, dirigidos a los esfuerzos del mantenimiento de la paz por las Naciones Unidas. Una personalidad importante del asentamiento, diseminación y de la planetización del paradigma de la cultura de paz es Federico Mayor Zaragoza ,quien fue Director General de la UNESCO y hoy co-presidente de la Alianza de Civilizaciones y Presidente de la Fundación Cultura de Paz ,cuyo objetivo es el tránsito de una cultura de guerra a una cultura de paz. La extraordinaria labor 4
Santiago Genovés. Expedición Económica.
a la violencia. México. Fondo de Cultura
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de Federico Mayor Zaragoza continúa su promoción de la Cultura de Paz en plano universal y gran parte de la adopción y de las acciones de la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), durante una década fueron de los más productivos para el concepto de esta nueva cultura que rechaza la violencia como modo de vida. También la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), dedicaron su trabajo a una Estrategia de Término Medio 1996-2001, donde se concibe que el mayor desafío del n del siglo XX es empezar la transición de una cultura de guerra a una cultura de paz. De igual manera la UNESCO establece un proyecto interdisciplinario entre varios sectores que incluyen la educación, la cultura, las ciencias sociales, la comunicación, los que deben contribuir coordinadamente a esta tarea de construir una cultura de paz. En 1997, reconociendo la importancia de la UNESCO en las experiencias con la cultura de paz, la Asamblea General de la ONU, establece una agenda con un ítem especial: “Hacia una Cultura de Paz” y esto conduciría en breve a declarar el Año 2000 como Año Internacional de la Cultura de Paz. El Maniesto 2000 es el legado de ese año tan importante en el desarrollo histórico normativo de la Cultura de Paz.
1.2 La normativización 1999-2000 En este período el concepto y la denición misma de Cultura de Paz se plasman o diríamos se objetivan en varios documentos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre ellos la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (1999)A /RES/53/243
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En el artículo 1 de esta Declaración se dene que: “Una cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, comportamientos, tradiciones y estilos de vida basados en:
a) El respeto a la vida, el n de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación; b) El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna en los Estados, de conformidad con la Carta de la Naciones Unidas y el derecho internacional. c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales; d) El compromiso con el arreglo pacíco de los conictos; e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y protección del medio ambiente de las generaciones presente y futuras; f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo; g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres; h) El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión ,opinión e información; i) La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; Y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz.”
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En esta misma Declaración que dene y norma lo que es en esencia la cultura de paz como única cultura posible vincula el desarrollo pleno de una cultura de paz a la promoción del arreglo pacíco de los conictos, a la promoción de la democracia y los derechos humanos, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, a la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico y social sostenible, igual que a la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y el respeto, la promoción y la protección de los derechos del niño.
1.3. La universalización Como una fase del mismo desarrollo histórico normativo de la Cultura de Paz, podemos ubicar como punto de partida que en el año 2000, en el alba de la nueva centuria y de milenio, la ONU dentro de sus acuerdos globales, proclama y difunde los siguientes documentos que dan un paso a la planicación de la idea de cultura de paz: 1. Metas del Desarrollo del Milenio - Septiembre de 2000 2. Año el Diálogo entre Civilizaciones – Septiembre de 2000 3. Década Internacional por una Cultura de Paz y No Violencia contra los niños del mundo. 2001-2010 – Noviembre de 2000. En Septiembre de 2001, la ONU establece el Día Internacional de la Paz para que cada 21 de ese mes, se celebre mundialmente la paz. En el 2005, por medio de la Resolución A/RES/60/11 la ONU y su Asamblea General adopta el texto “Promoción de la comprensión religiosa y cultural de armonía y cooperación”.
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2. Conceptos fundamentales de la Educación para una Cultura de Paz.
Para la exitosa enseñanza y aprendizaje del complejo tema de la Cultura de Paz, es necesario desde el principio asimilar el concepto y la denición de la misma y por supuesto, tener una imagen de sus áreas, elementos y valores. El concepto de cultura de paz es universal y trans disciplinario.
2.1 El concepto de Cultura Una denición clásica y comprensiva es la que ofrece Edward B. Tylor en su obra “La Cultura Primitiva” es todo un complejo inclusivo el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualquier otra capacidad y hábito adquirido por el hombre en cuanto que es miembro de la sociedad. Debemos estar claros que esta es una denición etnográca de cultura. Otra dimensión de la cultura es la axiológica en la que se dene como un conjunto de valores y símbolos que se transmiten y se viven en un determinado tiempo y en una sociedad determinada.
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2.2 Elementos y bases de una Cultura de Paz Cultura de guerra y violencia
Cultura de Paz y No Violencia
Creencia en el poder basado en Educación para una Cultura la fuerza de Paz Tener un enemigo
Tolerancia, solidaridad y comprensión internacional
Gobierno autoritario
Participación democrática
Secretismo y propaganda
Libre ujo de información
Armamentismo
Desarme
Educación para la guerra
Educación para una Cultura de Paz
Explotación de la gente
Derechos Humanos
Explotación de la Naturaleza
Desarrollo Sostenible
Dominación Masculina
Igualdad de hombres y mujeres
*Fuente: Douglas Roche. El derecho humano a la paz.
Fundamentados en la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz de 1999, encontramos que son ocho las bases de una cultura de paz claramente denidas como se anotó en el cuadro anterior que hacen notar los contrastes entre ambas culturas que son aprendidas en la sociedad y que constituyen modos de vida. Pero, hay que recordar aquí mismo que la cultura de paz es también un conjunto de valores o sea tiene una dimensión axiológica que comprende un plexo de valores constitutivos que la hacen universal o global. Esos valores son: libertad, igualdad, justicia, solidaridad y paz. La paz se entiende hoy no solo como un estado de felicidad o calma interior sino como paz de la mente, paz con los otros y paz entre las naciones.
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2.3 Democracia Esta forma política con más de dos mil quinientos años de historia fue creada en el mundo occidental por los griegos. Es este pueblo antiguo pero trascendente para la cultura occidental, el que le da existencia a la democracia, desde el demos; el pueblo a una manera de gobernarse en el que los cargos eran totalmente efímeros, de corta duración para evitar las tiranías y la corrupción. La democracia griega fue una democracia directa basada en el principio de legitimidad. Un lósofo político griego como Platón concibe la democracia como una forma imperfecta de gobierno, licenciosa y corruptible por ser un régimen de multitudes. Pero pese a esa concepción pesimista, la democracia sobrevivió en la teoría política y en la realidad histórica y social. Al menos esto es lo que se extrae del Libro VIII del diálogo La República. Pero en los tiempos de la modernidad la democracia es una superación del absolutismo de los monarcas europeos que concentraban el poder en una sola persona. Así que democracia pasa a ser un gobierno de poderes separados donde el soberano es el pueblo y no el rey. En ese tiempo de revolución, siglos XVII y XVIII, nacieron los partidos políticos en su conguración moderna lo mismo que el Estado de Derecho como estado de leyes, donde impera como norma suprema la Constitución Política. La democracia en la época contemporánea se construye sobre la legitimidad y sobre el derecho. Bien dice Giovanni Sartori, lósofo político italiano que la democracia moderna es un sistema de control y de limitación del poder. Sartori denomina a la democracia como el gobierno del pueblo sobre el pueblo.5 5 Giovanni Sartori. La democracia en 30 lecciones .Taurus, México, 2009.
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En el siglo XX, la democracia se extendió por muchos países del mundo como democracia representativa o popular, de algún se invocaba el poder del pueblo. Lo cierto es que en nuestros días la democracia se presenta como un derecho universal que se encuentra consignado en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948). Artículo 21 que tiene claramente expresado el derecho de elegir o ser electo por medio de procedimientos que son elecciones periódicas y el sufragio universal. La democracia según esta Declaración tiene por base la voluntad del pueblo. Además la democracia típica, representativa y procedimental hoy día es complementada con el carácter de participativa considerándose que este rasgo le da cauce a las expresiones del pueblo y a formar parte de las decisiones del gobierno. Aunque se habla de la democracia representativa, participativa, directa y otros adjetivos, lo real es que la democracia es el régimen que permite el desarrollo y la paz. Es más, la democracia debe entenderse como un aprendizaje, puesto que nadie nace demócrata sino que se hace demócrata en sociedad, por la cultura y la educación con la que se forma a los ciudadanos. El aprendizaje de la democracia es una pedagogía de la paz. Esta armación la basamos en un libro de Federico Mayor Zaragoza.6 De tal manera es la democracia que se aprende y se transmite, y en lo fundamental, se es demócrata porque primero uno es el individuo y es enseñado a ser un ciudadano demócrata en el sentido de pertenencia a lo político. 6 Federico Mayor Z.aragoza – La Nueva Página. Galaxia Gutemberg. Barcelona, 1994.pp.
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La democracia tiene dentro de su praxis una dimensión individual y otra colectiva. En la parte individual el ciudadano se forja o le forjan la idea y la práctica de democracia. Sin embargo, es la educación la herramienta principal la que forma, construye al ciudadano democrático, crítico y libre. La educación es la que da al individuo el conocimiento como poder de sus derechos humanos y sus libertades fundamentales. La democracia en su aspecto colectivo es cuando ésta se ejerce en conjunto con las otras personas en el régimen, para decidir el futuro de la sociedad en la que se vive y perfeccionar la forma política en que tienen su asiento el poder y a la vez los límites de ese poder que son todos los derechos humanos universales. Otra forma de ver la democracia es concebirla como un instrumento para vivir bien y en paz tal como la estudia Norbert Bilbeny. Para éste lósofo político catalán, los valores principales de la democracia son la libertad y la igualdad, siendo la libertad el valor primordial sobre el que se levanta la democracia que tiene a la paz como n incondicional.7 La democracia sirve para esto: para vivir bien y en paz. Pero, agregaríamos, que no es cualquier paz la que deseamos y debemos construir; la paz positiva, que es ausencia de toda violencia es la que se constituye en meta de un buen gobierno y de una sociedad armónica. Una sociedad democrática escoge el diálogo para resolver los conictos de toda índole y tolera el debate y la disensión. En una democracia también se discute, la democracia es en el fondo la cultura democrática y ésta es parte esencial de la cultura de paz.
7 Norbert Bilbeny. Democracia para la diversidad. Barcelona, Editorial Ariel, 1999.
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Así que la aspiración pedagógica y ética es la de formar ciudadanos democráticos que respondan a los retos políticos de la sociedad en la que se vive. En nuestro caso, la sociedad nicaragüense ayuna de democracia por decenas de años, requiere de unos hombres y mujeres libres, en principio, de cualquier tentación autoritaria. Si bien es cierto que la democracia es cosa del individuo como persona de derechos, esta persona tiene la calidad del ciudadano y está siempre en un proceso sociopolítico que le obliga a convivir pacícamente y otra serie de acciones como elegir, ser electo, representar participar, opinar y decidir sobre el presente y futuro de su propia sociedad. La democracia es el ejercicio de la ciudanía. De ahí que la educación para una cultura de paz supone, al menos, cinco temas estratégicos en la formación de los ciudadanos democráticos: a) La educación para la ciudadanía democrática se funda en los valores propios de la democracia, cuales son la libertad y la igualdad. La libertad tiene manifestaciones concretas: Libertad de conciencia, libertad de expresión, libertad de asociación. La libertad es un derecho humano fundamental asociado al derecho a la vida y la seguridad. b) La educación para la ciudadanía democrática se basa en la conciencia, la protección y la defensa de todos los derechos humanos universales. c) La educación para la ciudadanía democrática se ejerce como individuo con el título de ciudadano, es decir como sujeto de todos los derechos civiles y políticos y las libertades fundamentales. d) Las instituciones de educación deben tener como función la educación para la democracia. Estas transmiten el conocimiento de la democracia, desarrollan las capacidades y las habilidades para ser un ciudadano
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demócrata, orientado por los valores de libertad, justicia, paz y el principio de igualdad. De modo que la educación para una ciudadanía democrática tiene la característica de ser medio y n de la misma, por cuanto devienen y se reeren a un marco pedagógico y normativo que procura ciudadanos responsables, comprometidos y solidarios.
2.4 Derechos Humanos Al abordar los derechos humanos como un componente de una educación para una cultura de paz debemos saber, en primer lugar, qué son estos derechos, cómo estudian en su aparición histórica, cuáles son sus características y qué valores comportan, cuáles son los enfoques más adecuados para enseñarlos. La educación en y para los derechos humanos es vital en la asunción de una educación del ciudadano democrático y pacíco porque éstos son instrumentos jurídicos internacionales respaldados por los todos los estados que conforman la Organización de Naciones Unidas y, además están integrados en la mayoría de las Constituciones Políticas de los Estados Miembros. En nuestro país, la promoción y la enseñanza de los derechos humanos y la Constitución Política se debe hacer por ley. La Ley 201, Ley de Promoción de los Derechos Humanos y de la enseñanza de la Constitución Política del diecinueve de Septiembre de mil novecientos noventa y cinco. Por esta razón, y otras en los sistemas de la educación nicaragüense se han acogido los derechos humanos como un tema transversal en los anteriores programas y hoy en el curriculum nacional básico. Los derechos humanos se enseñan con un enfoque apropiado que no los desligue de la responsabilidad ni de
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los textos aprobados por la comunidad de estados de las Naciones Unidas. De aquí que el enfoque de la enseñanza de los derechos humanos debe ser ético y jurídico, que se eduque a la personas con valores y con un cuidado ético y a la vez empoderándolas con los instrumentos jurídicos internacionales sobre derechos humanos cuyo desarrollo ha sido progresivo y universal. Pero, al enseñar los derechos humanos estos deben ser denidos como un conjunto de principios y valores necesarios para la convivencia pacíca y la autorrealización de los individuos. Los derechos humanos se poseen en base a los principios de igualdad y no discriminación. Igual es necesario al momento de la educación en derechos humanos saber que éstos tienen un vínculo estrecho y necesario con la democracia y el Estado de Derecho. Recordemos aquí una armación sintética del lósofo nicaragüense Alejandro Serrano Caldera que “Los Derechos Humanos son la base de la Democracia y del Estado de Derecho.” 8 Muchos son los nombres conceptos de estos derechos llamados humanos por el mero hecho de que son los seres humanos los que los poseen en términos de su cualidad humana. También se le denomina derechos básicos, derechos fundamentales, derechos naturales, derechos morales, subjetivos, según sea la doctrina losóca o jurídica que los fundamenta. En todo caso, los derechos humanos son conquistas históricas que se han alcanzado por medio de revoluciones sociales, por la lucha de algunas personalidades en el establecimiento y la defensa de un derecho o varios derechos especícos, la praxis de los movimientos sociales 8
Alejandro Serrano Caldera. Estado de Derecho y Derechos Humanos. UNAN, León, Editorial Universitaria.
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y de las acciones consecuentes de las organizaciones políticas y sociales. Otros pensadores y académicos los denominan exigencias históricas, prerrogativas, facultades o condiciones necesarias para el sostén de dignidad humana. Para el estudio los derechos humanos éstos se clasican en varias generaciones, según el orden de aparición en la historia.9 La primera generación, surge al impulso del pensamiento de los lósofos ilustrados europeos ingleses y franceses y de aquellas trascendentes revoluciones sociales de los siglos XVII y XVIII en Inglaterra y Francia y, por supuesto, de la Revolución Norteamericana de 1776. Esta primera generación de derechos que se conoce bajo el nombre de los derechos civiles y políticos está orientada por el valor libertad y corresponden más al individuo como persona de derechos y podemos decir más, son los primeros límites al poder y sobre todo un valladar contra el absolutismo y los autoritarismos de toda laya. Entre estos derechos están el derecho a la vida, la seguridad y la libertad. La ONU consagró los derechos civiles y políticos en un Pacto de Derechos Civiles y Políticos en el año de 1966. El Estado de Nicaragua es parte de ese Pacto y de otros documentos jurídicos sobre derechos humanos. El artículo 46 de la Constitución Política y sus reformas dice qué instrumentos de derechos humanos deben respetarse y exigirse. Dicho artículo constitucional establece que:
9
Erwin Silva. Derechos Humanos. Historia. Fundamentos y Textos. Nos-Otros, UPOLI, Imprimátur, Managua, 2004.pp.23-29.
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Educación para una Cultura de Paz “En el territorio nacional toda persona goza de la protección estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes de la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y protección de los derechos humanos y de la plena vigencia de los derechos consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas; y en la Convención Americana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.”
Esto signica que los derechos humanos contemplados en los instrumentos internacionales tienen rango constitucional. La segunda generación de derechos humanos es conocida como de los derechos económicos, sociales y culturales y es una gama de derechos sostenida por el valor y el principio de igualdad entre todos los seres humanos. Estos derechos son colectivos. También están consignados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del año de 1966 que la ONU proclamó en conjunto con el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Estos dos Pactos más la Declaración Universal de Derechos Humanos forman un bill, una Carta Internacional de Derechos Humanos. La tercera generación de derechos humanos se les denomina los derechos de solidaridad o de los pueblos y son: el derecho al patrimonio común de la humanidad, el derecho al desarrollo. El derecho a un medio ambiente sano y físicamente equilibrado, el derecho a la paz y el derecho a la asistencia humanitaria.
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Aunque debe advertirse que estos derechos de solidaridad no tienen un pacto especíco, solo anteproyectos de pactos, como el de Karel Vasak. Estos derechos son reclamables frente al Estado y el titular puede ser un Estado. Las características de los derechos humanos son las siguientes: 1. Universales: Porque pertenecen a todo ser humano y en términos de igualdad. 2. Indivisibles: Porque forman un todo. 3. Interdependientes: Porque se relacionan, apoyan y complementan unos con otros.10 Hay que agregar que los derechos humanos además de ser instrumentos jurídicos internacionales están respaldados por la Organización de Naciones Unidas y por la Organización de Estados Americanos (OEA). Los instrumentos jurídicos que respaldan y protegen los derechos humanos en el Sistema Interamericano son: la Carta de la OEA, la Convención Americana de Derechos Humanos y la Carta Democrática. Realmente hoy día los derechos humanos están protegidos por el Sistema universal de la ONU y el Sistema Interamericano de la OEA, que tiene órganos especícos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En el más alto nivel del sistema universal de protección de los derechos humanos se encuentra el Consejo de Derechos Humanos como órgano subsidiario que depende de la Asamblea General de la Organización de las Naciones 10 Declaración y Programa de Acción de Viena.1993.Parte I .Artículo 5.
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Unidas, para este tema vital de la convivencia de la humanidad y de cualquier sociedad que se precie de ser civilizada.11 2.4.1 La Declaración Universal de Derechos Humanos: un texto jurídico y ético político trascendente para la humanidad La Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada y adoptada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948, es un texto jurídico y ético político de los más trascendentes en la historia de la humanidad. Esta resolución que se constituye en un código ético global contiene los principios y valores universales y necesarios para la convivencia pacíca de la sociedad, igual que la de los pueblos y de los estados entre sí. Los valores de la libertad, la justicia y la paz son la base para el reconocimiento de la dignidad inherente a toda persona humana y los principios de igualdad y no discriminación rigen en una democracia fundamentada en el Estado de Derecho. El reconocimiento de la dignidad humana ha dicho Miquel Martínez Martin y Elena Noguera Pigem – se concreta en el rechazo a toda forma de violencia e instrumentalización del ser humano. El ser humano es un n en si mismo y no un medio según la proposición del lósofo alemán Inmanuel Kant. La Declaración Universal en si misma prevé que debe existir un Régimen de Derecho que haga posible y real la protección de los derechos catalogados a n de no vernos compelidos “al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión” como se sostiene en el Preámbulo. 11 Cfr. www.nu.org
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Aún más, la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), concibe dentro de su propia proclama, la promoción de los derechos humanos y libertades fundamentales mediante la enseñanza y la educación. La Declaración Universal es un ideal común de la humanidad. El texto está compuesto de un Preámbulo y de 30 artículos. Del artículo 1 al 21 se enuncian los derechos civiles y políticos, orientados por el valor libertad y del articulo 22 al 28 los derechos económicos, sociales y culturales sustentados por la igualdad. En particular el artículo 26.2 de la DUDH presenta el objetivo de la educación como un derecho básico y es “el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales, favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”. La Declaración Universal es un ideal común de la humanidad pero a 60 años de su proclamación muchos de esos derechos no se han alcanzado y en numerosos países y regiones del mundo se continua violando de una manera brutal los derechos humanos básicos y ha reaparecido el genocidio, las desapariciones forzosas no han cesado y se traca con personas y se esclavizan inmigrantes se asesinan mujeres y se abusa de los niños, se persiguen y se encarcelan opositores en las democracias y aun se viven conictos donde las partes contendientes no trepidan en segar vidas en serie y hay masacres de indígenas, se arrasa con los recursos naturales de los pueblos originarios, dejándolos con escasas posibilidades de supervivencia. Sin embargo, y pese a todos los impasses con la realidad que sufren los derechos humanos, la DUDH es un “documento viviente”, tal como lo denominó alguna vez
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las Naciones Unidas y no ha estado exento del debate ni del señalamiento de incompleta, pero aun así, en su brevedad y su solemnidad, es de una impresionante actualidad y el punto de partida de la evolución normativa e institucional de todos los derechos humanos reconocidos posteriormente en sesenta años de progresiva instauración. La DUDH conforma en los inicios del desarrollo histórico de los derechos humanos, el Bill of Human Rights o sea la Carta Internacional de Derechos Humanos junto al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y los Protocolos Facultativos u Opcionales del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Aunque debo señalar que este año de 2008 se cumplen seis décadas de la adopción de dos instrumentos jurídicos internacionales de derechos humanos: La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Mayo,1948), proclamada antes de la DUDH por la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, datada del 9 de Diciembre de 1948. En relación a esta última, recordemos que la humanidad venía de la experiencia de las matanzas y el exterminio en Auschwitz, Treblinka y Dachau, lo mismo que de experimentar los horrores de las bombas atómicas que U.S.A lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki. A estas alturas del tiempo cuando el referente de la Declaración Universal se observa como símbolo y un documento constitutivo y cuando muchos de los derechos humanos pasan por los procesos de generalización e internacionalización, se puede armar positivamente que también se incorporan en las constituciones políticas de los estados miembros de la ONU. En nuestro caso, el artículo 46 de la Constitución Política vigente se reconoce y se consignan los derechos humanos
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consagrados en declaraciones, pactos y convenciones de orden universal y regional que se deben respetar, promover y proteger. Si solo contamos con los instrumentos nuevos a partir del año 2001, nos encontramos verdaderos documentos que en pie de igualdad, incluyen nuevos sujetos y derechos y que contemplan desde la diversidad cultural y la bioética a los derechos de los trabajadores migrantes, de los derechos de los pueblos indígenas a la democracia y la cultura de paz. Lo cierto es que la Declaración de Derechos Humanos ha posibilitado la evolución de una amplia gama de derechos humanos hoy considerados todos universales, indivisibles e interdependientes. Quisiera únicamente describir algunos de los mayores textos jurídicos de derechos humanos que ha aprobado la Organización de Naciones Unidas y sus organismos especializados tanto como el status de estos documentos que el Estado de Nicaragua ha suscrito y raticado.
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Año
Instrumentos (universales y regionales)
Se aprobó por unanimidad en la 31ª Conferencia General de la UNESCO cuando recién habían ocurrido los acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001.
Declaración Universal 2001 de la UNESCO sobre la diversidad cultural
2001
Suscripción / Ratifcación
Aprobada en sesión plenaria de la Organización de Estados Americanos, el 11 de Septiembre de 2001. En este texto se reconoce el derecho a la democracia y la promoción y la protección de los derechos humanos así como también se considera a la democracia indispensable para el ejercicio de las libertades fundamentales.
Carta Democrática Interamericana
Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de 2002 discriminación contra todas las personas con discapacidad Ratifcada por el Estado de Nicaragua por Convención Interamericana 2002 decreto número 47-2003- 9 de Junio de contra el Terrorismo 2003. Convención Internacional sobre la protección de Entró en vigor el 1 de Julio de 2003 hasta 2003 todos los trabajadores que el estado número veinte la ratifcaran. migratorios y sus familiares Declaración Universal 2005 sobre Bioética y Derechos Humanos
Aprobada por aclamación en la 33ª. Conferencia General de la UNESCO, el 19 de Octubre de 2005
Convención sobre la Aprobada en la Conferencia General de la protección de la diversidad 2005 UNESCO , en su 33ª. reunión, en París el de las expresiones 20 de Octubre de 2005 culturales Convención sobre los 2006 derechos de las personas con discapacidad
Adoptada por la Asamblea General de la ONU en la Resolución 61/106 del 13 de diciembre de 2006. Nicaragua la ratifcó el Protocolo Facultativo de dicha Convención el 7 de Diciembre de 2007.
Convención Internacional Adoptada por la Asamblea General de la 2006 para la protección contra ONU en la resolución 61/177 del 20 de las desapariciones forzosas Diciembre de 2006 Se aprobó el 13 de Septiembre de Declaración Universal de 2007. Entre los estados del mundo que 2007 Derechos de los Pueblos propiciaron esta Declaración estuvo indígenas Nicaragua.
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De aquellos años (1945-1946) cuando el mundo era un escenario de escombros y de imágenes apocalípticas propios de una guerra total, surgió el trabajo de una pequeña comisión por mandato de la ONU de elaborar un documento que incorporara los derechos humanos y este comité estuvo integrado por facilitadores y académicos de Estados Unidos de América, Mrs. Eleanor Roosevelt, Robert P. Humphrey, (Canadá), René Cassin, (Francia), Charles H. Malik, (Líbano) y P.C. Chang, (China) . Se sabe que en los días de la elaboración del texto de la Declaración Universal se presentaron deliberaciones y debates intensos y profundos sobre posiciones losócas, entre derecho natural y positivismo, por ejemplo, liberalismo y marxismo; diferencias que por momentos parecían insalvables, fueron superadas magistralmente por estos intelectuales para darnos el texto de la DUDH, que luego la propia señora Roosevelt que presidía el comité referido llamaría la “Carta Magna de la humanidad”. Desde entonces las exigencias llamadas derechos humanos se establecen en una lista de facultades y prerrogativas imprescindibles para la paz sostenible y democrática, para la educación de las generaciones sucesivas en los altos valores de la libertad, la justicia y la paz. Este catálogo de derechos como he dicho se ha ampliado y sigue creciendo al extremo que se piensa ya en una cuarta generación de derechos humanos, debido a múltiples factores que ya ha anotado Jack Donnelly en su libro “Derechos Humanos Universales”. Estos factores señalados son: “el cambio de ideas acerca de la dignidad humana, el ascenso de nuevas fuerzas políticas, los cambios tecnológicos, las nuevas técnicas de represión y hasta los triunfos pasado de los derechos humanos.” A la par se han generado los sistemas internacionales y regionales de protección de los derechos humanos basados en instrumentos universales o de las regiones respectivas y un desarrollo acelerado de todo un componente nuevo
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de la educación en valores que es la educación en y para los derechos humanos. En el caso de América Latina, el sistema interamericano tiene el respaldo de tres documentos claves para el funcionamiento sistémico de los derechos humanos en esta región sufrida y avasallada por las intervenciones militares extranjeras, por las dictaduras y hundida en el endeudamiento y en la pobreza. Estos textos son: la Carta de la OEA, la Declaración de Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana de Derechos Humanos del año de 1969 y hoy se agrega la Carta Democrática de la OEA aprobada en el año 2001. A esto hay que agregar que las instancias que protegen los derechos en América Latina son la Comisión de Derechos Humanos (CDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) existe desde 1979, éste con sede en Washington, USA. El Estado de Nicaragua es parte de la Convención Americana de Derechos Humanos (1969) y ha aceptado el fuero de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. La combinación de la producción de los instrumentos de los derechos humanos, la conciencia universal y creciente de esos mismos derechos básicos y el establecimiento de los sistemas de protección han convertido a los derechos humanos en una especie de ética mundial. Los derechos humanos son en la actualidad un núcleo axiológico mínimo con una constelación de valores que apelan y soportan la dignidad intrínseca de toda la familia humana. De modo que cuando han transcurrido sesenta y dos años del inicio de una sorprendente e inventiva evolución de los derechos humanos, debemos tener siempre presente la Declaración Universal como un documento histórico pero vigente pese a sus detractores o a los escépticos que no luchan y suspenden sus juicios ante un instrumento que pensado por algunos responde todavía y en el porvenir a la más vieja y profundamente deseada de las utopías: la paz.
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2.4.2 La Educación en Derechos Humanos Nicaragua es un Estado Miembro Original de la Organización de las Naciones Unidas desde 1945 y como tal ha suscrito y raticado al momento unos treinta de los mayores instrumentos jurídicos internacionales sobre Derechos Humanos, lo que hace que el Estado nicaragüense haya contraído obligaciones ineludibles, compromisos éticos y políticos con el concierto de los Estados del mundo y de las personas y los ciudadanos de nuestro país según fuentes documentales de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO). Entre los documentos de derechos humanos rmados por Nicaragua están los siguientes: La Carta de Naciones Unidas de 1945, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención Americana de Derechos Humanos, la Convención de los Derechos del Niño. Esto indica que como Estado hemos sido actores y sujetos de los grandes tratados de derechos humanos y parte de la evolución de sus normativas; por esta razón está dentro de las expectativas y las exigencias de esta sociedad que construye la democracia y el Estado de Derecho, la vigencia plena y la observancia de los derechos básicos y las libertades fundamentales. De igual manera el Estado y la Sociedad Civil se obligan a desarrollar la educación en derechos humanos como una modalidad de formar ciudadanos libres, democráticos y pacícos con un sistema de valores tales como justicia, libertad, paz, democracia y desarrollo, en base al
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principio de igualdad, transmitidos por el testimonio y la praxis humanística de los maestros que son los agentes principales de los cambios. De ahí que ante la necesidad de educar a las generaciones presentes y futuras en una cultura de paz que tiene como eje fundamental los derechos humanos, debemos constatar cuáles son nuestros compromisos con la comunidad mundial y nacional en materia de la educación en derechos humanos a n de asumir una ética global frente a una crisis global. Además, es necesario establecer el estado de los avances en el tema que nos ocupa sobre todo en los ámbitos legal, curricular y pedagógico por medio del análisis y la síntesis de los textos jurídicos internacionales y regionales de derechos humanos, las declaraciones, de los planes de acción mundial y de los programas de educación secundaria, primaria y universitaria relativos a la formación cívica y moral de los educandos nicaragüenses. También, como lógico complemento de esta investigación se incluirán algunas notas sobre los logros y la relevancia desde el punto de vista constitucional y de las modicaciones curriculares en el sistema educativo de Nicaragua. De tal manera que la promoción de los derechos humanos por medio de la educación es un deber del Estado y un derecho de la sociedad recibir esta enseñanza por lo que este estudio está dirigido a retroalimentar y mejorar las acciones que ejecutan los organismos de protección y promoción de los derechos humanos así como de las instituciones de educación del país. El tema de la educación en derechos humanos posee ya una amplia codicación conceptual de la que se ocupan muchos académicos, pedagogos e instituciones del mundo por lo que trataremos de estudiar algunos de estos conceptos y
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autores pertinentes y actuales con el propósito de contribuir a fortalecer los conocimientos en nuestros destinatarios que son principalmente los estudiantes, los maestros, los especialistas de metodología y los ciudadanos en general. Los conceptos fundamentales que utilizamos para el presente estudio son los de educación en derechos humanos, educación en valores y valores. En primer lugar, apuntamos el concepto de Andrés Domínguez Vial que dene la educación en derechos humanos como una educación para la realización de la dignidad humana. Esta noción nos parece muy válida porque los derechos humanos derivan de la dignidad inherente de la persona humana y ésta o sea la dignidad se soporta en una serie de condiciones que realizan a la persona en la esfera de lo social y lo cultural. Esto indica que la dignidad humana ha de construirse de la vida, la libertad, el trabajo, la justicia, la solidaridad y la paz. Otro concepto válido para los nes de la presente investigación es el que nos vierte José Bonifacio Barba que estima la educación en derechos humanos es una educación para la realización de los valores. También sumamos a esta reseña la denición de Abraham Magendzo Kolstrein que entiende la educación en derechos humanos como una modalidad de la educación en valores. En resumen puedo sostener que el concepto de educación en derechos humanos tiene muchas deniciones relevantes pero las más operativas son las que nos precisan que ésta es una educación en valores. Yo personalmente deno la educación en derechos humanos como una educación para la realización de la paz.
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Las razones fundamentales para explicitar esta denición son en primer lugar, el hecho de considerar la paz un bien de toda la humanidad y una aspiración y un ideal de todos los individuos y los pueblos. El otro elemento es que la paz es holística y el sujeto que se educa en y para la paz se educa para la realización del supremo valor de la paz. Vale decir paz consigo mismo, con los otros, con la naturaleza y el cosmos. Es válido por tanto, anotar aquí el concepto de paz que se concibió en el Congreso Internacional sobre la Paz en la Mente de los Hombres, Yamoussukro, Costa de Marl en 1989, y en cuya Declaración se proclama que “Paz es reverencia por la vida. Paz es la más preciosa posesión de la humanidad. Paz es más que el n conicto armado. Paz es un modo de conducta. Paz es el más profundo compromiso con los principios de la libertad, la justicia, igualdad y solidaridad entre todos los seres humanos. Hoy se considera que la paz es un derecho inmanente de todo ser humano y de toda nación y como “objeto de la educación en la esfera de los derechos humanos”. De tal manera que en mi denición y mi concepto educar en derechos humanos es educar para la paz por cuanto la vigencia, la observancia y el cumplimiento de los derechos humanos es vivir el valor universal y fundamental de la paz. Educación en derechos humanos en términos comunes es un proceso de transmisión y de testimonio de los valores universales de los derechos humanos, de capacitación y de conocimiento de los instrumentos jurídicos internacionales y regionales sobre derechos humanos.
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La Educación Derechos Humanos. Autores y conceptos Al estudiar el concepto o bien la etimología latina del término educación, educere, signica además de conducir o inducir, extraer y en este sentido encontramos que hay algo de socrático o semejante a la mayéutica también cuando pensamos la noción de educación en relación con la educación en valores que sería no sólo transmitir valores sino crear nuevos valores. Recurriendo a otras deniciones del concepto se da ésta que sostiene que “la educación es fundamentalmente un medio o que constituye ineludiblemente, un n en cuanto se dirige al ser humano como el n del desarrollo. Es un derecho o una inversión.” Referimos el concepto de educación porque ésta es y el derecho a la educación debe considerarse las bases para el desarrollo de una educación derechos humanos. Al menos así lo arma la Declaración nal de la Conferencia Mundial sobre la Educación en el siglo XXI, París, 1998 que dice en uno de sus considerandos que: “La educación es uno de los pilares fundamentales de los derechos humanos, la democracia, el desarrollo sostenible y la paz, por lo que deberá ser accesible para todos a lo largo de toda la vida.”
La Educación en Derechos Humanos como una modalidad de la educación en valores. De tal manera que podemos entender- si relacionamos y deducimos del anterior acápite - que la educación en derechos humanos tiene un carácter de educación en valores. Abraham Magendzo, un experto en la enseñanza de los derechos humanos sostiene por igual que “Educar en y para los derechos humanos es sin duda alguna educar para los valores”.
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Igualmente Jorge Vargas Osorio ve la educación en derechos humanos como una educación valoral o como una modalidad de educación en valores, dado que los derechos humanos son categorías éticas que expresan valores y deseos de realización humana. Por su parte, el Doctor Carlos Tünnermann Bernheim, teórico e historiador de la educación superior, sostiene que los derechos humanos son un referente valórico y ético y concibe “la educación para los derechos humanos como un elemento catalizador, que debe impregnar la totalidad del quehacer educativo, como consecuencia del reto, del desafío, que para la educación signifca asumir los Derechos Humanos”. Y agrega que, “La enseñanza de los Derechos Humanos deber ser de carácter interdisciplinario y polinizador”. La Educación en Derechos Humanos en los instrumentos jurídicos internacionales sobre derechos humanos. Las Recomendaciones de las Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO. El punto de partida de los mandatos, las obligaciones o las orientaciones para desarrollar una cultura de los derechos humanos es la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 que hoy se considera como un código de ética global. Con esta Declaración puede hablar de un primer fundamento ético y legal para la educación en derechos humanos. De la visión y los objetivos mismos de este texto tan importante para la convivencia humana se pueden derivar las metas y los ideales de los derechos humanos que son la esencia de una educación valoral. En el artículo 26 .2 se dice que: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá
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la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”. Otro documento que por su amplitud es clave citar aquí es la Declaración sobre el fomento entre la juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión entre los pueblos de 1965. De este puede extraer el
principio I: “La juventud debe ser educada en el espíritu de la paz, la justicia, la libertad, el respeto y la comprensión mutuos, a n de promover la igualdad de derechos de todos los seres humanos y de todas las naciones, el progreso económico y social, el desarme y el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.”
Los propósitos de la educación y de la educación en derechos humanos fueron enriquecidos con la adopción del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del año de 1966 que en su Artículo 13 dice literalmente: “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educación. Convienen en que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Convienen así mismo en que la educación debe capacitar a todas las personas para participar efectivamente en una sociedad libre, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos nacionales, étnicos o religiosos, y promover las actividades de las Naciones Unidas en pro del mantenimiento de la paz”.
En 1989, se adopta la Convención de los Derechos del Niño que es digámoslo así un instrumento de derechos
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humanos con una validez universal para los seres humanos que están en la principal fase de desarrollo físico, psíquico, mental y social. Los niños y niñas del mundo tienen en esta Convención, un documento protector de sus derechos que deben ser aprendidos y vivenciados por todos y en lo fundamental por las familias, los maestros y los trabajadores de los medios de comunicación social. En el Artículo 29 se acuerda que: “Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a: a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades; b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de Naciones Unidas; y d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena.” Ahora bien, como la evolución de los derechos humanos ha ampliado el catálogo de derechos y de igual forma el número de instrumentos jurídicos internacionales, nos encontramos con la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, 1965, que en su Artículo 7 dice: “Los Estados se comprometen a tomar medidas inmediatas y ecaces, especialmente en las esferas de la enseñanza, la educación, la cultura y la información, para combatir los prejuicios que conduzcan a la discriminación racial y para promover la comprensión, la tolerancia y la amistad entre las naciones y los diversos grupos raciales o étnicos, así como para propagar los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas, de la Declaración Universal de
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Educación para una Cultura de Paz Derechos Humanos, de la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación y de la presente Convención”.
De tal manera que la educación en general y la educación en derechos humanos es un importante medio para combatir y superar los prejuicios raciales o bien la discriminación por la pertenencia a grupo racial. Más adelante, en 1989, se adopta la Convención número 169 de la O. I. T, relativa a los Pueblos Indígenas Indígenas y Tribales en Países Independientes, Arto. 31, en la
que se demanda: “Deberán adoptarse medidas de carácter educativo en todos los sectores de la comunidad nacional, y especialmente en los que estén en contacto más directo con los pueblos interesados, con objeto de eliminar los prejuicios que pudieran tener con respecto respecto a esos pueblos. A tal n, deberán hacerse esfuerzos por asegurar que los libros de historia y demás material didáctico ofrezcan una descripción equitativa, exacta e instructiva de las sociedades y culturas de los pueblos interesados.”
En otros instrumentos internacionales de derechos humanos como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer
de 1979 y que fuera raticada por Nicaragua en el año de 1981, en su Parte III, Artículo 10, obliga a los Estados Parte a tomar medidas en la educación en términos términos de igualdad entre hombres y mujeres y dice: “Los Estados Parte adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer, a n de asegurarle la igualdad de derechos con el hombre en la esfera de la educación y en particular para asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres:
c) La eliminación de todo concepto estereotipado de los papeles masculino y femenino en todos los niveles y en
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todas las formas de enseñanza mediante el estímulo de la educación mixta y de otros tipos de educación que contribuyan a lograr este objetivo y, en particular, mediante la modicación de los libros y programas escolares y la adaptación de los métodos de enseñanza.” enseñanza.” Por otra parte la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ha emitido numerosas recomendaciones y declaraciones donde se plasman algunas obligaciones y deberes para los Estados en materia de la enseñanza de los derechos humanos, entre éstas están la Recomendación relativa a la Educación para la Comprensión Internacional, la Cooperación, la Paz y Educación relacionada con los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, 1974.
En lo fundamental esta Recomendación llama a los Estados Miembros a tomar algunas medidas para asegurar que los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial sean “parte integral del desarrollo de la personalidad de cada niño, adolescentes, jóvenes y adultos y la aplicación de esos principios en la conducta cotidiana educativa de todos los niveles en todas sus formas.” En 1983, en París, se celebró la Conferencia Intergubernamental sobre Educación para la Comprensión Internacional y la Paz Paz en relación con los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales y la Cooperación recomienda que la visión sostenida por la Recomendación del año de 1974 incluya al sistema educativo en todos sus niveles, educación superior s uperior y la no formal. Otro documento clave es la Declaración sobre los Principios
Fundamentales
relacionados
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con
la
Educación para una Cultura de Paz Contribución de los Medios de Comunicación de Masas para fortalecer la Paz y la Comprensión Internacional, para la Promoción de los Derechos Humanos y para combatir el Racismo, el Apartheid y la y la Incitación a la Guerra, (1978) que en lo esencial
orienta a cambios conductuales por la vía de los medios de comunicación que juegan un enorme papel en los esfuerzos de consolidación de la paz paz y de la eliminación de los prejuicios raciales. También es muy importante realizar un breve recorrido por las grandes líneas de las recomendaciones emanadas de los congresos mundiales sobre educación en los derechos humanos, por ejemplo, el que se realizó en Viena en 1978, denominado precisamente Congreso Internacional sobre la Enseñanza de los Derechos Humanos y que fue organizado por la UNESCO, máxima casa de la cultura mundial y que según muchos investigadores i nvestigadores y especialistas entre ellos Janusz Symónides, con éste se inaugura una serie de congresos dedicados a este tema de la educación en derechos humanos. Aquel Congreso dirigido a educadores, empleados de gobierno y activistas se efectuó para discutir cuestiones relativas al desarrollo de la enseñanza de los derechos básicos. En lo particular, el Congreso resolvió que la educación de derechos humanos debe basarse en los principios de la Carta de Naciones Unidas, en la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos de esta naturaleza. Como es lógico cada congreso de esta índole representa un avance en términos no sólo de los tópicos que se tratan sino también de una gama de experiencias, medios y métodos y técnicas de enseñanza de derechos humanos. Este es el caso de Congreso Internacional sobre la
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Enseñanza de los Derechos Humanos. Información y Documentación de 1987, organizado por UNESCO y se ocupó de cuestiones tales como el material audiovisual en la educación en derechos humanos, de la capacitación y la protección de los profesores, de la investigación en derechos humanos y de la información y la documentación en el tema de derechos humanos. En 1990 se realizó la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos en Jomtien, Tailandia Tailandia,, aunque no es especícamente un evento de la UNESCO es considerada hoy uno de los hitos signicativos en la historia de estos congresos mundiales sobre educación por sus análisis y su Declaración de la que hoy retomamos el Artículo 1. que dice: “Satisfacción de las necesidades de aprendizaje básico. 1. Cada persona – niño, joven o adulto – deberá contar contar con posibilidades educativas educativas para para satisfacer sus necesidades de aprendizaje básico. Estas necesidades abarcan tanto las herramientas esenciales para el aprendizaje (como la lectura y la escritura, la expresión oral, el cálculo, la solución de problemas) como los contenidos mismos del aprendizaje básico (conocimiento teóricos y prácticos, valores y actitudes), actitudes), necesarios para que los seres humanos puedan sobrevivir, sobrevivir, desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad, participar plenamente en el desarrollo, mejorar la calidad de su vida, tomar decisiones fundamentales y continuar aprendiendo (...) 2. La satisfacción de estas necesidades conere a los miembros de una sociedad la posibilidad y, a la vez, la responsabilidad de respetar y enriquecer su herencia cultural, lingüística, espiritual común, de promover la educación de los demás, de defender la causa de la justicia social, de proteger el medio ambiente y de ser tolerante con los sistemas sociales, políticos y religiosos que dieren de los propios, velando por el respeto de los valores humanistas y de los derechos humanos
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comúnmente aceptados, así como trabajar por la paz y la solidaridad internacionales en un mundo interdependiente”. Seguido en el desarrollo y la evolución de estos eventos internacionales educativos promocionados por la UNESCO, se produce el Congreso Internacional sobre Educación para los Derechos Humanos y la Democracia efectuado Montreal, Canadá, en 1993. Este Congreso emitió lo que se denominó Declaración y Programa de Acción. De ese documento extraemos su propósito, objetivos, recomendaciones y acciones referidas a la enseñanza de los derechos humanos para para conocer y fundamentar nuestra tesis de que la educación en o para los derechos humanos también es una educación para la paz en un sentido holístico. Dentro de los objetivos de aquel signicativo Congreso estaba el de introducir la educación para la democracia como un aspecto complementario para impulsar la educación en derechos humanos. El Plan de Acción se dirigió a diversos actores tales como la familia, los grupos, organizaciones no- gubernamentales e individuos y recomienda la participación esencial del Estado. Y, Y, además pide del Estado una voluntad política para construir una sociedad democrática sostenible. El Plan de Acción de dicho Congreso establece las siguientes acciones para los cometidos propuestos: -
la enseñanza de los derechos humanos y la democracia en el curriculum de todo los niveles del sistema escolar
-
educación para los derechos humanos y la democracia en entornos no formales
-
educación en derechos humanos y la democracia en contextos especícos y situaciones difíciles.
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Además el Congreso le encarga a la UNESCO la responsabilidad especial de asegurar la calidad de las publicaciones en esta materia de enseñanza de los derechos humanos. Uno de los últimos hitos importantes en esta área de educación en derechos humanos es la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos realizado en Viena en 1993. El resultado de esta Conferencia fue la Declaración y el Programa de Acción de Viena. Precisamente en el parágrafo 33, se dice “La Conferencia mundial de Derechos Humanos reitera el deber de los Estados, explicitado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en otros instrumentos internacionales de derechos humanos, de encauzar la educación de manera que se fortalezca el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La Conferencia destaca la importancia de incorporar la cuestión de los derechos humanos en los programas de educación y pide a los Estados que procedan en consecuencia. La educación debe fomentar la comprensión, la tolerancia-, la paz y las relaciones de amistad entre las naciones y entre los grupos raciales o religiosos y apoyar el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas encaminadas al logro de esos objetivos. En consecuencia, la educación en materia de derechos humanos y la difusión de información adecuada, son de carácter teórico o práctico, desempeñan un papel importante en la promoción y el respeto de los derechos humanos de todas las personas sin distinción alguna por motivos de raza, sexo, idioma o religión y debe integrarse en las políticas educativas en los planos nacional e internacional. La conferencia observa que la falta de recursos y las inadecuaciones institucionales pueden impedir el inmediato logro de estos objetivos.”
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Y por supuesto la Conferencia Mundial enfatiza en la importancia de incorporar como tema los derechos humanos en los programas educativos. Especícamente los parágrafos 78-82 de la Declaración en referencia se titula - La Educación en materia de Derechos Humanos y que por la importancia de sus líneas orientadoras plasmadas transcribimos literalmente: “78. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos considera que la educación, la capacitación, la información pública en materia de derechos humanos son indispensables para establecer y promover relaciones estables y armoniosas entre las comunidades y para fomentar la comprensión mutua, la tolerancia y la paz. 79. Los Estados deben tratar de eliminar el analfabetismo y deben orientar la educación hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos pide a todos los Estados e instituciones que incluyan los derechos humanos, el derecho humanitario, la democracia y el imperio de la ley como temas de los programas de estudio de todas las instituciones de enseñanza académica y no académica. 80. La educación en materia de derechos humanos debe abarcar la paz, la democracia, el desarrollo y la justicia social, tal como se dispone en los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, a n de lograr la comprensión y sensibilización de todos acerca de los derechos humanos con objeto de aanzar la voluntad de lograr su aplicación a nivel universal. 81. Habida cuenta del Plan de Acción Mundial para la educación en pro de los derechos humanos y la democracia, adoptado en marzo de 1993 por el Congreso
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Internacional sobre la educación en derechos humanos y la democracia de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura, y otros instrumentos de derechos humanos, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos recomienda que los Estados elaboren programas y estrategias especícos para ampliar al máximo el nivel de educación y difusión de información pública en materia de derechos humanos, teniendo particularmente en cuenta los derechos humanos de la mujer. 82. Los gobiernos, con la asistencia de organizaciones intergubernamentales, instituciones nacionales y organizaciones no gubernamentales, deben fomentar una mayor comprensión de los derechos humanos y la tolerancia mutua. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos destaca la importancia de intensicar la Campaña Mundial de Información Pública realizada por las Naciones Unidas. Los gobiernos deben emprender y apoyar actividades de educación en materia de derechos humanos y difundir efectivamente información pública sobre esta cuestión. Los programas de servicios de asesoramiento y asistencia técnica del sistema de los Estados relacionados con las Naciones Unidas deben poder atender inmediatamente las solicitudes de actividades educacionales y de formación en la esfera de los derechos humanos y con la educación especial en lo que respecta a las normas contenidas en los instrumentos internacionales de derechos humanos y en el derecho humanitario, así como su aplicación, destinada a grupos especiales como fuerzas militares, fuerzas del orden, policía y personal de salud. Debe considerarse la posibilidad de proclamar un decenio de las Naciones Unidas para la Educación en Derechos Humanos a n de promover, alentar y orientar estas actividades educacionales. ” Razones también especiales nos comprometen a citar por su pertinencia, la Declaración de los Principios de la
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Educación para una Cultura de Paz Tolerancia del 16 de Noviembre de 1995, proclamada
por la UNESCO y que en el Artículo 4, Educación, dice: “4.1 La Educación es el medio más ecaz para prevenir la intolerancia. El primer paso en la educación para la tolerancia es enseñarle a los individuos cuáles son sus derechos y libertades con el n de asegurar el respeto y la igualdad en la protección del derecho de los otros. 4.2. Nos comprometemos a apoyar e implementar programas de investigación social y de educación para la tolerancia, derechos humanos y no violencia. En consecuencia es necesario acordar una atención especial para la capacitación de los profesores, de los programas de enseñanza, del contenido de los manuales y de los cursos y de otros tipos de materiales pedagógicos y que comprenden también las nuevas tecnologías educativas, a n de formar ciudadanos solidarios, responsables, abiertos a otras culturas, capaces de apreciar el valor de la libertad, respetuosos de la dignidad de los seres humanos y de sus diferencias y capaces de prevenir los conictos o de resolverlos por medios no violentos.” Por último mencionaremos algunos documentos y eventos que han incidido o están determinando líneas de acción en materia de la enseñanza de los derechos humanos universales. Ejemplo de esto es la Década y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la Enseñanza de los Derechos Humanos (1995-2004), decenio que fue proclamado por la Asamblea General de la ONU en Diciembre de 1994. Algunos aspectos del Plan de Acción que debía tener expresiones nacionales y locales son: 1. la designación de puntos focales para la enseñanza de los derechos humanos 2. identicación de la necesidad de puntos focales para la
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educación en derechos humanos, desarrollo de un plan nacional y un informe para el Alto Comisionado para los Derechos Humanos 3. establecer centros nacionales de recursos y capacitación de derechos humanos. (11) Otro hito importante sobre todo para las mujeres del mundo es la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres, efectuada en Beijing en 1995. En su Plataforma de Acción se rearma la importancia de asegurar la universalidad de los derechos humanos parágrafo 69 dice: “La educación es un derecho humano y constituye un instrumento indispensable para lograr los objetivos de la igualdad, el desarrollo y la paz. La educación no discriminatoria benecia tanto a las niñas como a los niños y, de esa manera, conduce en última instancia a relaciones más igualitarias entre mujeres y hombres.”
En cuanto a tratados regionales como el Protocolo de San Salvador, adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969 podemos citar su Artículo 13: Derecho a la Educación: “1. Toda persona tiene derecho a la educación. 1.1 Los Estados Partes en el presente protocolo convienen que la educación deberá orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y el sentido de su dignidad, y deberá fortalecer el respeto por los derechos humanos, el pluralismo ideológico, las libertades fundamentales, la justicia y la paz.” Por último, se puede mencionar la Carta Democrática Interamericana de la OEA del 2001 que concibe a la educación como un factor importante para el fortalecimiento de la democracia, la gobernabilidad y de la acción de las organizaciones de la sociedad civil.
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La Educación en Derechos Humanos en la legislación interna. En lo que toca a la legislación, las directrices, orientaciones o sugerencias para la educación en derechos humanos en Nicaragua, nos encontramos con tres documentos fundamentales y normativos que nos sirven de referencia obligatoria para poder concluir sobre los progresos de la educación en derechos humanos y que son: -
La Constitución Política de Nicaragua
-
Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos
-
Ley de Promoción de los Derechos Humanos y de la Enseñanza de la Constitución Política.
En la Constitución Política de Nicaragua de 1987, vigente y sus reformas nos encontramos con algunos artículos que son determinantes para traerlos a la referencia y para articular un punto de partida de las orientaciones que pueden tenerse como documentos autoritativos para la inserción de los contenidos de derechos humanos como enseñanza particular. En primer lugar, en el Artículo 46. Cn. Se dice literalmente lo siguiente: “En el territorio nacional toda persona goza de la protección estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes de la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y protección de los derechos humanos y de la plena vigencia de los derechos consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre; en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la Organización de las Naciones Unidas; y en la Convención
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Americana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.” Del Artículo anterior se deduce que los derechos humanos han adquirido un rango constitucional al incorporarse como parte de la ley de leyes que es nuestra Constitución Política. Y lo otro es que, en la gama de los derechos económicos, sociales y culturales está el derecho a la educación y por supuesto de ello se inere que la educación también ha de ser en derechos humanos o para lo que consigna el Título VII, Artículo 116 Cn. que literalmente dice: “La educación nicaragüense tiene como objetivo la formación plena e integral del nicaragüense; dotarlo de una conciencia crítica, cientíca y humanista; desarrollar su personalidad y el sentido de su dignidad; y capacitarlo para asumir las tareas de interés común que demanda el progreso de la nación; por consiguiente, la educación es factor fundamental para la transformación y el desarrollo del individuo y la sociedad.” En ambas citas puede comprenderse con una simple hermenéutica que hay un soporte legal nacional e internacional para la educación en derechos humanos. En cuanto a la Ley de Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, Ley 212, del año de 1996, ésta es muy explícita en su Capítulo III, Objetivos Fundamentales, Artículo 4 que cito textualmente: “La Procuraduría debe contribuir, con las Instituciones Estatales y la sociedad civil, a garantizar dentro de un Estado de Derecho, la seguridad de las personas y los derechos humanos incorporados en el Artículo 46 de la Constitución Política.
El n fundamental de la Procuraduría será coadyuvar para lograr una sociedad más libre y más justa, que posibilite el desarrollo de mejores valores morales y políticos, por lo
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que deberá auspiciar la educación, la defensa, promoción y divulgación de los derechos humanos en su sentido más amplio, para ello deberá promover la participación de todos los sectores sociales.” Y, en lo se reere a las atribuciones véase lo que dice el Capítulo V de esta misma Ley, en su Artículo 18. 1, sostiene que entre éstas se contempla: 1. “Promover en la ciudadanía el estudio y la educación, de la Constitución Política y los Derechos Humanos” Esta referencia es clara en cuanto a que desde el punto de vista institucional los aparatos del Estado y sus funcionarios han de contribuir a la formación de los ciudadanos todos en el tema de los derechos humanos y su correlato en la Constitución Política. Pero el instrumento especíco de promoción de los derechos humanos por medio de la educación es la Ley 201 cuyo título evidencia toda la forma de conocer los derechos y libertades. La Ley de Promoción de los Derechos Humanos y de la Enseñanza de la Constitución Política fue dictada en Septiembre de 1995. Y contiene solo nueve artículos que por su brevedad, transcribimos: “Artículo 1. La Constitución Política y los Derechos
Humanos serán materia obligatoria en la educación preescolar, primaria, educación media y técnico vocacional. Artículo 2. El Texto de la Constitución Política y los
instrumentos jurídicos internacionales de Derechos Humanos raticados o posteriormente raticados a la vigencia de la presente ley, constituirán la base fundamental de dicha enseñanza. Artículo 3. Declárase día de la Constitución Política de
Nicaragua, el primer día de Septiembre de cada año y las escuelas y colegios del país dedicarán ese día al estudio y enseñanza de la Constitución Política.
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Educación para una Cultura de Paz Artículo 4. La presente ley regirá para las escuelas o centros
militares y policiales dedicados a la formación de cuadros de dirección y mando. En los cuarteles o establecimientos militares. En los cuarteles o establecimientos militares y policiales, la tropa recibirá instrucción sobre la Constitución Política y los Derechos Humanos conforme a los programas y textos correspondientes elaborados en coordinación con el Ministerio. Artículo 5. Corresponde al Ministerio de Educación
elaborar los programas, metodología educativa y los textos progresivos de la materia sobre la Constitución Política y los Derechos Humanos para estudio en los niveles de preescolar, primaria, educación media y técnico vocacional. En las Regiones Autónomas, los programas y textos serán elaborados también en las lenguas o idiomas de dichas regiones en coordinación con las autoridades educativas de las Regiones Autónomas. Las instituciones de Educación Superior podrán elevar en base mínima a lo indicado en el Artículo 2 de esta Ley, y los Centros Militares y Policiales conforme el Artículo 4. Artículo 6. Los medios de comunicación, como parte
de su función social para contribuir al desarrollo de la construcción de la nación, tienen la responsabilidad de establecer acciones de divulgación y programas que promueven la enseñanza de la Constitución Política y de los Derechos Humanos. Artículo 7. El sistema educativo nacional dispondrá de un
término de ciento ochenta días, a partir de la entrada en vigencia de la presente ley para preparar las condiciones del inicio de la enseñanza de la materia de la Constitución Política y de los Derechos Humanos; y noventa días adicionales para el inicio en rme de los cursos respectivos. A iguales términos se sujetarán las instituciones castrenses y de orden público.
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Educación para una Cultura de Paz Artículo 8. El Ministerio de Educación velará por el
cumplimiento de la presente ley. Igual responsabilidad tendrán los Ministerios de Defensa y Gobernación por lo que corresponden a las instituciones militares y de orden público. Las Universidades, dentro del marco de su autonomía, promoverán el cumplimiento de la presente ley en la enseñanza superior. Artículo 9. La presente ley deroga cualquier disposición
que se le oponga, y entrará en vigencia a partir de la fecha su publicación por cualquier medio de comunicación social, sin prejuicio a su posterior publicación en la Gaceta, Diario Ocial.” De esto se deduce que la incorporación de los contenidos fundamentales de los derechos humanos y que en nuestro caso cobran un rango constitucional con lo que declara el Arto. 46 de la Constitución Política, deben ser enseñados en los distintos niveles educativos y los subsistemas educativos incluyendo militares y policías, exceptuando la educación superior que promoverá este tipo de formación acorde con la ley referida en razón de su autonomía. Es importante señalar aquí que en Nicaragua desde hace unos 110 años no existe una Ley General de Educación, prácticamente del tiempo del Presidente José Santos Zelaya a nuestros días. Según el Carlos Tünnermann Bernheim esto es increíble que la única ley que se conoce en esta materia es la Ley Fundamental de Instrucción Pública del 6 de Octubre de 1894. Al momento sólo existen dos proyectos de ley, uno presentado por el Ministerio de Educación y otro, por el sindicato de maestros ANDEN. Hoy todavía no se ha promulgado esta ley que es necesaria para la modernización del sistema educativo y la creación de una normativa que permita a la educación nacional funcionar dentro de un marco jurídico completo y exible y de algunos principios básicos para la orientación en general de la educación nicaragüense.
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Lo único con que contamos es la Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior o Ley 89 del año de 1990. (13) La Ley General de Educación está en un proceso de debates y dictámenes desde 1997. Se espera que este año de 2004 se apruebe esta Ley tan importante para la articulación del sistema educativo nicaragüense. Análisis de los cambios y de la gestión curricular en materia de la educación en derechos humanos en Nicaragua. “Estrategia Nacional de Educación” y el Plan Nacional de Educación” 2001- 2010. En cuanto a los cambios y la gestión curricular es positivo para los nes de un análisis que se someta a consideración la Estrategia Nacional de Educación, 1999, que por lo que dice en su presentación inicial involucró al sector educativo de todos los subsistemas y niveles lo mismo que a los especialistas y estudiosos del tema, produciendo un documento histórico por el consenso logrado y que dentro de sus alcances corresponde a un Plan de Estado Nación. En este texto de capital importancia en su Parte IV y V se encuentran la visión y la misión del Sistema Educativo Nacional y de la Educación Superior. Además se plasman unos principios y estrategias educativas suplementarias que implementan toda la gran estrategia nacional y que son como sigue:
La Visión y la Misión del Sistema Educativo Nacional dice: Visión de la Educación “Los nicaragüenses construimos un sistema educativo de excelencia que forma ciudadanos productivos, competitivos y éticos que, como agentes de cambio,
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propician el desarrollo sostenible en armonía con el medio ambiente e impulsan el aprendizaje permanente para concurrir e interactuar en el contexto internacional en una Cultura de Paz y de Justicia; que se sustente en los más altos principios de eciencia y en valores cívicos, morales, culturales, equidad de género y de identidad nacional.” Misión de la Educación “Formar al ciudadano mediante un proceso educativo de calidad integral, equitativo y permanente conforme a los preceptos que establece la Constitución Política de Nicaragua.” Principio No. 2 “La educación es creadora y forjadora de la personalidad del ser humano. Forma valores sociales, ambientales, éticos, cívicos, humanísticos y culturales que fortalecen la identidad nacional. Rearma el respeto a las diversidades religiosas, políticas, étnicas, culturales, psicológicas y de género, así como el derecho de los demás a la convivencia pacíca. En este sentido, contribuirá a crear y fortalecer la identidad de Centroamérica mediante l a participación activa en los trabajos de la coordinación Educativa y Cultural de Centroamérica. Objetivos: 1 “Fortalecer el conocimiento y la práctica de valores en el comportamiento y convivencia de los nicaragüenses, contribuyendo a la construcción de un Estado democrático, promotor del respeto a los derechos humanos, la justicia social, con enfoque de género, y el desarrollo de una cultura de paz frente a la polarización política y la violencia generalizada.”
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Como estrategia especíca se plasma la siguiente: 1. Reforzamiento de la formación en valores, con el desarrollo y la vivencia de programas y el involucramiento de la familia y la comunidad. En este caso en lo que se reere a la visión se busca la formación de ciudadanos éticos que se logra por medio de una Cultura de Paz. Este concepto último tiene por eje los Derechos Humanos y estos pueden ser concebidos como un sistema de valores implícitos en los instrumentos jurídicos de Derechos Humanos. Además se establece el tipo de valores en que los ciudadanos nicaragüenses han de ser formados. Estos valores son cívicos y morales en primer lugar o sea valores éticos y políticos. En lo que atañe a la misión se consigna claramente que el objetivo es la formación de ciudadanos conforme a los preceptos de la Constitución Política que equivale a decir en toda la gama de derechos, garantías y libertades así como en los deberes prescritos por el texto constitucional. En lo que se reere al Plan Nacional de Educación 2001-2010, hallamos que en su Parte III. A. Diagnóstico a lo interno del sistema educativo, relativa a la Formación Integral, dice lo siguiente: “Una de las mayores preocupaciones del sistema educativo ha sido la formación en valores; al respecto se han tomado iniciativas y se han hecho esfuerzos en el ámbito de los tres subsistemas. Valores como la democracia, derechos humanos, cultura de paz, medio ambiente, interculturalidad, civismo y género, entre otros, son enfocados tanto a nivel de aulas de clase como en celebraciones de efemérides nacionales, campañas ambientales, certámenes cívicos y culturales. (...)
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Existe consenso general en los tres subsistemas educativos de que la educación en valores es un factor fundamental en la consolidación de sistemas políticos, democráticos, cívicos, pluralistas, participativos y con un alto contenido de justicia social.” Estos documentos denotan que existe en el nivel de las modicaciones curriculares y normativos, unas estrategias y planes en donde se explicita que los valores de los derechos humanos y de la cultura de paz así como la creación de una cultura cívica y democrática, claves en la formación de ciudadanos libres, pacícos y democráticos. La Educación en Derechos Humanos en el sistema educativo nicaragüense. Al referirnos a este aspecto de la Educación en Derechos Humanos en nuestro sistema educativo, debemos anotar algunas consideraciones sobre los procesos que han respaldado la existencia y el desarrollo de la educación en derechos humanos. En primer lugar, hay que contemplar que en 1990 se inicia la pacifcación del país como consecuencia de los Acuerdos de Esquipulas II y da comienzo la democratización del país. El resultado de la paz y la democracia ha hecho que nuestra vida social gire en torno a los valores tales como libertad, justicia, solidaridad, igualdad, desarrollo y que los nuevos sujetos de la democracia que ya no son sólo los partidos políticos, tengan reivindicaciones sobre algunos derechos humanos en particular. También es notorio que una vez que empezado a establecerse la democracia, al menos esta democracia procedimental o representativa, se hayan operado cambios en el modelo educativo y esto indica que se producen transformaciones curriculares.
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Así que entre 1990 y 2004 se han dado cambios que van desde las normativas, a los contenidos y los textos. Por ejemplo si extraemos algunos temas y puntos del documento denominado “Lineamientos del Ministerio de Educación en el Gobierno de Salvación Nacional” en donde hallamos que en dos de sus principios losócos de aquella política educativa se sostiene lo siguiente: 1. Rescatar el verdadero sentido de la formación plena e integral
“La educación del individuo no se agota con la transformación de conocimientos, con el aprendizaje de técnicas o habilidades diversas. Una Educación Integral debe atender al individuo entero: a sus dimensiones materiales, morales y espirituales, y a su vocación trascendente. Elemento fundamental de esta Educación es ser humanizante, es decir, que lleve a las personas a trascender y vencer su propio egoísmo. La Educación debe inculcar en los educandos un creciente aprecio por la dignidad inviolable de todo ser humano, dignidad que acompaña al hombre de su concepción en el vientre materno hasta la tumba, y que es independiente, y superior, al caudal de sus bienes, a su raza, ideología política, sexos, nacionalidad. (...)” 2. Educar para la democracia y la paz.
La nueva Educación debe promover individuos capaces de actuar y decidir responsablemente en el medio democrático. Debe ser una Educación para la libertad y la paz, donde los educandos aprendan en virtud del diálogo y el respeto mutuo. Y en lo que atañe a la Transformación Curricular se armaba como una adición la asignatura de Formación Cívica con énfasis en derechos humanos.
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Los cambios en la parte normativa son en el orden: 1. Los instrumentos internacionales de derechos humanos ratifcados por Nicaragua:
Convención relativa a la lucha contra la discriminación en la esfera de la enseñanza. 1980 • • • • •
Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial. 1978. Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y culturales. 1980. Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. 1981. Convención de los derechos del niño. 1980. Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. 1995.
2. La Legislación Nacional y otras medidas gubernamentales en materia educativa.
• • • • •
Art. 46 de la Constitución Política. Ley de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Código de la Niñez y la Adolescencia. Estrategia Nacional de Educación, 1999. Plan Nacional de Educación, 2000.
Educación General Básica
Como sabemos desde 1990, data en que se inicia el proceso democrático se observan cambios dirigido a la formación en valores. En 1993 también se verica una Reforma Educativa con al menos tres grandes líneas que son: la Transformación Curricular, la Autonomía escolar,
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que sigue todavía criticándose como privatización de la educación y el tercer gran eje que es la Formación en Valores. Por primera vez se aplican los temas transversales tales como educación para la paz y la democracia, educación en derechos humanos, medio ambiente y otros temas relacionados con el trabajo, paz y sexualidad. El tema de los derechos humanos se abordaba en los programas de Moral, Cívica y Urbanidad. Del año 2000 en delante ha habido una cantidad de progresos en este proceso de educar en derechos humanos de los grados segundo al sexto. Igualmente se inició proceso de validación de las denominadas Guías didácticas de derechos humanos para los profesores que estuvieran de 2º a 6º Grado. Los contenidos especícos que se impartían eran los que podemos llamar teóricos o que obedecen a la teoría general e historia de los derechos humanos y sobre los derechos de los niños y los adolescentes. Los ejes estudiados eran persona, familia, comunidad y escuela. Importante es señalar que a nales del 2000, en lo se reere a la formación docente en las Escuela normales del país se abordaban los contenidos de derechos humanos tales como denición y características e historia de los derechos humanos al mismo tiempo que los derechos de la niñez en nuestro país. En el año 2003 según el Informe Anual de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos “Una de las acciones de mayor trascendencia en este componente, (de Educación y Capacitación) ha sido el posicionamiento de las Guías Didácticas sobre derechos humanos, las que han sido elaboradas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y de la PD a través del Procurador Especial de la Niñez. Los sectores a quienes han sido dirigidas
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principalmente a maestros y maestras de educación primaria y miembros de las comisiones municipales de la niñez y la adolescencia.” (14) Esto indica que el año 2004 se han implementado en las aulas estas Guías Didácticas cuyos contenidos esenciales versan sobre los derechos humanos universales Educación secundaria.
En lo que se reere al subsistema de educación secundaria también como resultado de la Reforma Educativa iniciada en 1993, se establecen modicaciones curriculares que implantan los contenidos de derechos humanos en los programas de Formación Cívica y Social. Los aspectos en que los docentes tenían que formarse eran concepto, evolución y tipología de los derechos humanos así mismo los sistemas de protección internacional y los derechos humanos en Nicaragua. Educación Superior.
En cuanto a la educación superior o universitaria debemos anotar que éstas por regirse por la autonomía que les conere la propia Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior, han introducido paulatinamente los contenidos de derechos humanos en sus programas de educación, de tal manera que a la fecha, que comienzan por los Seminarios de Formación Integral que combina Género, Medio Ambiente y Derechos Humanos que se imparten a los alumnos de todas la carreras de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua desde el año de 1998. En la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), por medio de la asignatura de Cultura de Paz, se enseñan algunos contenidos de derechos humanos.
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En la Universidad Politécnica de Nicaragua por ejemplo se enseñan Derechos Humanos en la carrera de Derecho o Ciencias Jurídicas, y de otra forma a través de la asignatura de Cultura de Paz, hay una unidad temática de Derechos Humanos y Democracia y a partir de 2003, se ha introducido especícamente los Seminarios de Derechos Humanos para todas la carreras de la UPOLI. Así mismo, la Universidad Politécnica de Nicaragua desde el año 2003, ha realizado un Programa de Educación y Capacitación en Derechos Humanos en conjunto con la Embajada de Dinamarca y la Academia de Policía, de un número mayor de 70 talleres de derechos humanos, estado de derecho y derecho de las mujeres para toda la Policía Nacional y en todo el país, de igual manera Cursos de Postrado para los Ociales Superiores de esta institución. En el Sistema de Educación Policial orientado a nuevos Policías, Subociales y Ociales los Derechos Humanos se estudian como objeto de asignatura, como tema de cursos y como temas especícos. En el caso de la Ocialidad Superior se les instruye en Derechos Humanos en el Curso de Postgrado de Administración Policial, en el que se desarrolla un módulo sobre Derechos Humanos y Función Policial. En todo caso la encargada de determinar, y educar en derechos humanos es la Academia Walter Mendoza Martínez que es un instituto de estudios superiores y la forma de abordar la temática en DH es por medio de lo que denomina eje transversal. Estos son solamente algunos ejemplos tomados de la información disponible sobre la incorporación de los contenidos de derechos humanos en el pensum de las carreras universitaria. Pero, nos encontramos al momento que derechos humanos es un tema de estudio y formación valoral en el sistema
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de la educación nicaragüense aunque no de una forma integral que comienza en los años noventa. Igualmente, el Ejército Nacional de Nicaragua cuenta con estudios de derechos humanos en su curriculum. Del año 2007 se estableció un nuevo Curriculum Nacional Básico que comprende los derechos humanos como un contenido esencial de la formación de los ciudadanos. Existe realmente un cuerpo de tratados internacionales sobre derechos humanos y de recomendaciones, planes y programas de acción que respaldan e instan la implantación de la educación en derechos humanos en los respectivos estados miembros de la Organización de Naciones Unidas. Igualmente se ha promulgado un conjunto de leyes nacionales, partiendo de la Constitución Política, que orientan u ordenan incluir los temas de derechos humanos en la educación formal. Se han operado cambios curriculares en nuestro sistema educativo desde 1990 hasta el año 2000 como puede verse en los lineamientos, planes y estrategias que mandan estudiar o educarse en derechos humanos. Pueden constatarse modicaciones o cambios curriculares en la formación docente de los subsistemas de educación general básica y de secundaria. Que se han elaborado y revalidado las Guías Didácticas de Educación en Derechos Humanos como textos ociales para la educación en derechos humanos en nivel de educación primaria y secundaria. Los textos educativos incorporan los principales temas de los derechos humanos tales como: concepto de los derechos humanos, evolución histórica de los derechos
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humanos, características de los derechos humanos, sistemas de protección de los derechos humanos, derechos de los niños y de los jóvenes y los derechos fundamentales contemplados en la Constitución Política. De igual modo se han incluido el tema de género y democracia. Los valores y principios que se instauran son: libertad, justicia, paz, igualdad, tolerancia, respeto a la diversidad étnica y cultural, solidaridad y participación.
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Instrumentos jurídicos internacionales relativos a la educación en derechos humanos. Convención, Pacto o Protocolo
1. Carta de la Organización de Naciones Unidas 2. Declaración Universal de Derechos Humanos 3. Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza. 4. Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial 5. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. 6. Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la mujer. 7. Protocolo de San Salvador, adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos. 8. Convención de los Derechos del Niño. 9. Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países Independientes. 10. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. 11. Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad. 12. Carta Democrática Interamericana
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Suscripción Ratifcación
1945 1948 1960
1965
1978
1976
1980
1979
1981
1988 1989
1990
1989
1994
1999
2001
1995
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1. Declaraciones y Programas de la UNESCO relativos a la educación en derechos humanos. Declaraciones, Programas y Congresos
Adopción
1. Recomendación relativa a la Educación para la Comprensión Internacional, a la Cooperación, la Paz, y Educación relacionada con los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales.
1974
2. Conferencia Intergubernamental sobre Educación para la Comprensión Internacional y la Paz
1974
3. Declaración sobre los Principios Fundamentales relacionados con la Contribución de los Medios de Comunicación de Masas para fortalecer la Paz y la Comprensión Internacional, para la Promoción de los Derechos Humanos y combatir el Racismo, el Apartheid y la Incitación a la Guerra.
1978
4. Congreso Internacional sobre la Enseñanza de los Derechos Humanos. 5. Congreso Internacional sobre la Enseñanza de los Derechos Humanos, Información y Documentación. 6. Congreso Internacional sobre la Educación para los Derechos Humanos y la Democracia. 7. Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos
1978 1987 1993 1993
8. Declaración y Programa de Acción de Viena
1993
9. Declaración de los Principios de la Tolerancia
1995
10. Década y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la Enseñanza de los Derechos Humanos.
1995 2004
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2.5 La violencia Para el análisis y el estudio comprensivo de la violencia es necesario tener una aproximación a lo que comúnmente llamamos violencia en el acontecer cotidiano porque esta resulta ser la más visible. Además, hay que tener a la mano los que dicen los estudios de la paz realizados por los grandes investigadores del mundo y de las instituciones consagradas a estas búsquedas y construcciones epistemológicas.12 Y es que denominamos violencia a todo acto de fuerza que somete al otro a nuestra voluntad y que en último caso lleva a la eliminación física del otro. La violencia lastima y daña. Esta vía se cree que es la más rápida y económica de resolver los conictos. Sin embargo, a lo largo de la historia humana que puede ser concebida como una historia de luchas sangrientas e interminables ha demostrado ser la violencia un aprendizaje pero de todas formas superable. De tal manera que la violencia no es una fatalidad ni estamos condenados a ella, la violencia es una cosa de la cultura. Johan Galtung quien ha sido uno de los más destacados estudiosos de la paz y ha propuesto uno de los mayores enfoques teóricos sobre la paz y la violencia dene tres tipos de violencia que forman un triángulo. Estas son:
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Ejemplos de estas los constituyen el PRIO de Noruega. El Peace Research Institute es una de las instituciones de investigaciones de la Paz en el mundo.
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Violencia directa
Violencia estructural
Violencia cultural
La violencia directa directa es aquella en la que hay un actor o emisor y un receptor de las consecuencias de los actos violentos. Esta es la violencia física que implica el daño, el trauma, las heridas y la muerte. La violencia estructural es estructural es la que se vive en una sociedad soc iedad y es de la estructura misma de la sociedad y producto de la política y la economía y se maniesta en la represión represión y la explotación. Aunque no es visible como las heridas o la muerte causadas por la violencia directa o física los individuos la sufren y la experimentan en la miseria, la enfermedad o la exclusión. La violencia cultural está cultural está detrás de las anteriores y es toda simbólica, proviene de la religión, el lenguaje, la ciencia y el derecho, la educación e incluso inc luso del arte.13 Así que no hay violencia sino violencias que aparecen en una sociedad, una cultura o una cosmología. La violencia es un concepto polisémico y ha cobrado nuevas signicaciones como los de violencia de género y violencia doméstica hoy imprescindibles.
13 Johan Galtung. Peace by peacefully means: peace and conict, conict, development development and civilization. PRIO, Oslo,1996.p.2
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Se entiende por violencia de género todos género todos aquellos actos contra las mujeres que tienen como resultado un daño o un sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, así como las amenazas, la coacción y la privación arbitraria de la libertad, tanto en la vida pública o privada. La violencia doméstica, doméstica, que ocurre en el hogar, y es protagonizada por familiares, cualquier acto de agresión que tiene como resultados daños físicos, sexuales, psicológicos e incluyen las amenazas de estos actos, la coacción y la privación arbitraria de libertad en la vida pública y privada. Es la violencia que ocurre en el hogar y es protagonizada por familiares. Ha habido y hay apologistas de la violencia y se ha esgrimido la violencia como remedio para para otros males como el terrorismo y esto es parte de todavía todavía de los paradigmas paradigmas políticos y de los modos de vida en la actualidad. El uso de la violencia no solo ha sido pensado como medio para sostenerse en el poder en el sentido maquiavélico del término sino que también ha sido teorizada, por ejemplo, Georges Sorel y defendido por los marxistas como la única vía para derrumbar el sistema capitalista14. Algunos estudiosos del problema de la violencia como Vicent Martínez Guzmán consideran la violencia una patología social15.
2.6 La No Violencia De este lado, la no violencia y la paz han tenido sus avatares avata res tanto en la antigüedad como en la modernidad y algunas de estas magnícas personalidades han ofrendado sus vidas por demostrar que sus métodos son efectivos y reales para resolver las graves crisis de la humanidad. 14 Georges Sorel – Reexiones Reexiones sobre la violencia. 15 Vicent Martínez Martínez Guzmán. Filosofía Filosofía para hacer hacer la paces.Antrazyt, paces.Antrazyt,
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De igual modo los profetas de la no violencia como Henry David Thoreau, León Tolstoi, Mahatma Gandhi, Lanza del Vasto y el Reverendo y Doctor, Martin Luther King jr.; han mostrado que la no violencia es para los valientes y no una cubierta para los cobardes. Mahatma Gandhi dijo una vez que la no violencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su disposición, más poderosa que cualquier arma de destrucción inventada por el ingenio del hombre16. La no violencia para Gandhi es el ahimsa, palabra del sánscrito que signica precisamente no violencia y que es extensiva de no perjudicar, perjudicar, no causar daño o angustia a ninguna entidad viviente. Gandhi sostuvo que la no violencia no es solamente una virtud personal sino también una virtud social que puede ser cultivada como las otras virtudes. Personalmente puedo presentar la aportación de la no violencia según Gandhi como: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Principio universal Virtud personal y social Abstención de toda forma de explotación Poder Ley de nuestra especie Valentía Verdad
Mohandas K. Gandhi a quien alguna vez se le llamó “peregrino de la no violencia” es el maestro y el pensador de la no violencia auténtico en la escena contemporánea. contemporánea. 16 Gandhi.All men are brothers. Autobiograph Autobiographical ical Reection Reections. s. Continuum. New York.1980.p.77
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Lo importante del legado de la losofía de la no violencia de Gandhi es que está al alcance de todos: los niños, los jóvenes, los adultos e incluso un hombre decrépito pueden tenerla como instrumento. A esto hay que sumarle que las campañas de Gandhi, quien hizo una revolución sin armas e independizó a la India del colonialismo inglés, la parte integrante de su doctrina llamada satyagraha satyagraha que consiste en la congruencia entre los nes y los medios en todos los momentos de la resistencia pacíca activa. Satyagraha Satyagraha signica sostener la verdad con toda la fuerza. Otro profeta de la no violencia fue el Reverendo Martin Luther King jr. quien aprendió muchísimo de Gandhi al punto de que es un mártir de evangelio de la no violencia fundamentado en el mensaje de Jesucristo. Después de su su muerte se logró el reconocimiento efectivo de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos de América. América. Así mismo sus sermones y libros contienen los principios de la no violencia, especialmente en su texto “My pilgrimage to nonviolence” que fue publicado en Nueva York York en 1958. 1958. De este libro podemos reproducir aquí los seis principios princ ipios de la noviolencia que se derivan de la obra del propio Martin Luther King y que son, a saber: 1. La no violencia es el modo de vida de gente valiente. 2. La no violencia violencia busca ganar amistad y comprensión. comprensión. 3. La no vviolencia iolencia busca derrotar a la injusticia no a la gente. 4. La no violencia sostiene que el sufrimiento voluntario puede educar y transformar. 5. La no violencia elige el amor en lugar del odio. 6. La no violencia cree que el universo está del lado de la justicia.
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A decir verdad los profetas de la no violencia son pocos pero nos han dejado los métodos y algunos teóricos políticos o escritores como Gene Sharp han llegado a enumerar más de 100 técnicas no violentas para superar el mal, la injusticia y las dictaduras.17 La cuestión un está en que la no violencia se estima como un credo y como un conjunto de métodos. Entre las técnicas no violentas que apunta Gene Sharp están el boicot, boicot al consumo, c onsumo, las protestas, la desobediencia civil, la no cooperación, las huelgas de hambre, la guerrilla del teatro, descubrir a los agentes secretos, mercados alternativos, la literatura y los discursos que llaman a la resistencia y otros que pueden verse en el libro de Sharp que ya indicamos.
2.7 El conicto. Tipología del Conicto. Resolución pacífca de los Conictos. En lo que atañe al conicto es muy importante que lo abordemos desde tres puntos de vista: la naturaleza del conicto, los modelos del análisis del conicto y las técnicas de resolución pacíca de conictos. Igualmente, debe considerarse asumir las causas de la crisis y los conictos pero desde una perspectiva donde se vean las causas, el problema, las maneras de administrarlo y el diseño del cambio y el resultado deseado. En primer lugar es clave entender que en realidad la prevención y la solución pacíca de los conictos es la parte medular de la cultura de paz porque en un sentido orgánico se busca el máximo de equilibrio que da la paz en las personas y las sociedades. Casi puede decirse dec irse que en la resolución pacíca de conictos es donde radica el mayor mayor 17 Gene Sharp: Sharp: métodos de la no violencia
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esfuerzo de la cultura de paz que por supuesto parte del análisis del conicto. El conicto debe concebirse como natural y social y en cierto modo un fenómeno que constituye de por si un área de estudio especial para los investigadores de la paz, los psicólogos, profesores, los administradores, políticos y sindicalistas, entre algunos de los profesionales que obligatoriamente deben estar capacitados para asumir y enfrentar las experiencias y la situaciones conictivas. Siempre surgirá un conicto pero de la manera efectiva o la estrategia para de manejarlo y transformarlo dependerá la paz. El conicto es esencia una contradicción, un choque de intereses y voluntades o valores, una controversia o una disputa por algún bien o algún valor que conduce a la violencia. Johan Galtung, uno de los padres de los estudios de la paz, describe el conicto en un ciclo vital que aparece, se amplía, llega a su clímax y luego desaparece. Este ciclo va de las actitudes a la conducta y de ésta a la contradicción.18 No violencia Conducta (violencia física o verbal) (B)
(A) actitudes
(C) Contradicción
(Odio, desconanza y apatía) Empatía 18
(Bloqueo, obstrucción) Creatividad
Johan Galtung. Conict Transformation by peaceful means.( The Transcend Method).United Nations.2000.p.13.
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O como la sumatoria de elementos tales: Conicto es = A+ B+C De tal manera que se entiende el conicto de forma que el conicto tiene una solución en que prima la empatía, la no violenta y creatividad. En relación a los tipos de conictos debo decir que existen muchas tipologías o clasicaciones relevantes. Por esta razón aquí utilizaré solo dos en el orden, la que elabora Christopher W. Moore y que es la siguiente: a) Conictos sobre los datos: estos tienen como causas la carencia de información y la información defectuosa. b) Conictos de intereses: Estos ocurren en situación de competencia, los intereses sustantivos en conicto. c) Conictos estructurales: Son los que tienen como causas los patrones de interacción o de interacción destructivos. d) Conictos de valores: Acontecen cuando hay diferencias de criterio al evaluar las ideas, los comportamientos, o en las diferencias en las formas de vida, ideología, religión o valores. e) Conictos en las relaciones: Se producen por una alta intensidad emocional, percepciones equivocadas, malentendidos o comportamientos negativos.19 Quiero al mismo tiempo presentar la estructura del conicto conforme un texto muy asequible de John Paul Lederach, un especialista norteamericano del tratamiento y de la transformación de conictos y que además cuenta en su haber acciones concretas de reconciliación al n de la más reciente guerra civil en Nicaragua de 1980-1990.20 19 20
Christopher W. Moore. El proceso de mediación. Granica, Barcelona, 1986. John Paul Lederach .Enredos, Pleitos y Problemas. Ediciones CLARA-SEMILLA, Guatemala. 1992. Cap.I.p.34-36.
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Para comprender el proceso del conicto que Lederach propone un esquema que aquí reproduzco para nes prácticos y didácticos: Personas
Proceso
Problemas
Literalmente Lederach dene los aspectos de cada ángulo así: 1. Personas - Tomar en cuenta: • las emociones y los sentimientos • la necesidad humana de dar explicaciones, de justicarse, desahogarse, de ser respetados y mantener la dignidad. • las percepciones del problema • la forma en que lo sucedido afecta las personas. 2. Proceso - Tomar en cuenta • el proceso que el conicto haya seguido hasta el momento • la necesidad de un proceso que parezca justo a todos los involucrados • la comunicación, y el lenguaje con que se expresan • lo que hace falta para establecer un diálogo constructivo 3. • • •
Problema – Tomar en cuenta los intereses y la necesidades de cada uno las diferencias y valores esenciales que los separan las diferencia de cada uno en cuanto al procedimiento a seguir.
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Y para completar transmitiré la visión de John Paul Lederach sobre el conicto por considerar que es una contribución a la educación contemporánea para la paz.21 Lederach sostiene que el conicto es un elemento clave y fundamental y lo dene así: “El conicto es fundamentalmente la interacción de personas con objetivos incompatibles”. Y agrega que “el conicto está relacionado con la percepción de incompatibilidad, de escasez de recursos o recompensas, y con la interferencia del otro” 22 Pero lo cierto es que el conicto tiene una perspectiva creativa, y que somos co-partícipes en el conicto y que co-operamos en el proceso. Para contribuir a comprender los conictos, por ejemplo, en las escuelas se deben dramatizar o representar conictos porque esto desarrolla tres capacidades: la observación, la comprensión de los conictos y la creación de alternativas a los conictos.23 Lederach desde su concepción natural, dinámica y social del conicto ve el conicto como una necesidad para la vida humana y que puede ser productivo o destructivo según sea la manera de regularlo. También Lederach relaciona valores y conicto estimando como un valor principal la realización humana. Los valores que estima Lederach se deben ligar a los conictos son: 1. Auto-determinación. Esto se reere a la libertad de que el individuo participe en su propio destino. 2. Interdependencia. Con esto se introduce el valor justicia. Este valor arma la buena relación. Todo indica que somos mutuamente dependientes. 21
John Paul Lederach. El abecé de la paz y los conictos. Libros de la Catarata.2000. p.55-65. 22 J.P Lederach .op. Cit.p.57 23 J.P. Lederach.op.cit.p.70
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3. Igualdad. Este cualica a la justicia y la interdependencia e implica que esta última se fomenta. La igualdad traduce la justicia. 4. Apoderamiento. Como el poder es central en todo conicto. Si hay un desequilibrio de poder en el conicto signica que muere la libertad, la justicia y la autorrealización humana. 5. Vulnerabilidad. Esta es un riesgo pero signica estar abierto en nuestra sensibilidad y e respeto a los demás 6. Concienciación. Esto quiere decir llegar a ser consciente de si mismo y del papel que desempeñamos en el mundo que nos rodea. También se denomina a esto empatía como “la capacidad de participar en los sentimientos y percepciones de otros” 24 Por otra parte, la teoría del conicto nos remite a una serie de autores que son como los exponentes de una historia que según Luis Alberto Padilla empieza por Adam Smith (1793-1790), pasa por Karl Marx (1818-1883), Max Weber, Ralph Dahrendorf hasta llegar a Peter Wallensteen.25 Este apartado solo cumple la misión de informar sobre el modelo que se deduce de estas teorías del conicto. Así, Padilla ubica al economista inglés Adam Smith como uno de los precursores de la teoría del conicto, resumiendo las ideas centrales en que el individuo es el elemento esencial de las relaciones sociales y éste busca la realización de sus intereses personales. A esto se suma que “En una sociedad caracterizada por la conictividad o sea en la (competencia permanente), inter-individual el mercado debe funcionar como regulador o factor de resolución de conictos.” 26 24 25
26
J.P. Lederach. Op. cit. pp. 61-64. Luis Alberto Padilla. Teoría de las relaciones internacionales. La investigación sobre la paz y el conicto. Instituto de Relaciones Internacionales y de Investigaciones para la Paz. Serie Cooperación y Paz. vol. IV. Guatemala. 1992. pp. 207-244. Luis Alberto Padilla. Op. Cit. p. 207.
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En tanto Karl Marx que crea una sociología del conicto “considera erróneo basarse en los individuos para formular una teoría económica, ya que esto supone ignorar la forma como la conducta individual se encuentra determinada por las fuerzas colectivas.” “Otra diferencia radica en la importancia que Marx le asigna al estudio del conicto, que es su herramienta principal en el análisis del cambio social, ya que para Marx - como se recordará- “la lucha de clases es el motor de la historia”. Como se sabe esta teoría del conicto se basa en una concepción del mundo, en el materialismo dialéctico que a su vez constituye un basamento de una teoría social, el materialismo histórico y de la teoría económica (economía política). Esto quiere decir que hay una metodología que lo comprende todo en movimiento y en contradicción y de esto se deriva que la teoría revolucionaria marxista persigue la transformación del mundo pero que lo ve todo con el prisma de la dialéctica y de la oposición de los contrarios. Mientras que Max Weber, gran sociólogo alemán contemporáneo y creador de paradigma sociológico de la racionalización del comportamiento, también piensa que el poder como el conicto juega un papel en la sociedad. Weber es de la teoría que articula consenso y conicto. La razón está en que la autoridad se legitima sobre la base del consenso. El poder no solo puede basarse en la fuerza sino que tiene que buscar su legitimidad que únicamente halla en el consenso. Max Weber considera los conictos como inherentes, propios de la vida social. Pero cree que el orden social es obtenido, es logrado por medio de normas y órdenes que emana de las personas o grupos poderosos. Ralph Dahrendorf, cientíco social alemán, analista de sociología política y del conicto, inuido por Marx y Weber,
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destaca que una sociedad es una estructura relativamente estable pero también es un sistema dinámico gracias al consenso de sus miembros. Toda sociedad está sujeta al cambio, por lo tanto, experimenta el conicto social, y es así como, tanto el conicto como los elementos de la estructura contribuyen al cambio. Para R. Dahrendorf hay en una sociedad, dominantes y dominados y sus intereses son diametralmente opuestos y estos se encuentran siempre en conicto. En cambio en la teoría de Peter Wallensteen se dene el conicto como “una situación social en la cual un mínimo de dos partes pugnan al mismo tiempo por obtener el miso conjunto de recursos” 27 Wallensteen dene pues el conicto (militar, por ejemplo) en base a las incompatibilidades que son: la geopolítica, el poderío militar, la ideología y la economía. De modo que la formación de la paz es la superación de las incompatibilidades y éstas últimas poseen tres elementos básicos conforme lo que anota Luis Alberto Padilla y que se denominan: 1. Objetivos que se excluyen mutuamente, 2. tiempo escaso y 3. recursos escasos.28
27 Peter Wallensteen. Un marco teórico para la resolución de conictos” Estudios Internacionales, IRIPAZ, Guatemala, 1990, p. 83. 28 Idem. p.89.
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Los conceptos básicos de la Teoría del Conicto son29: Incompatibilidad (principios)
Formación del Conicto (actores) Comportamiento (destructivo o constructivo) Formación de la Paz (Negociación, Issues)
Compatibilidad (Acuerdos)
Otra parte importante de la visión del conicto la constituye la prevención y la resolución pacíca de los conictos por lo que es vital y estratégico conocer y aplicar uno o varios métodos para resolver creativamente y de forma no violenta los conictos que surjan en nuestra sociedad, entre nuestros pueblos o bien entre nuestras familias o grupos sociales. El abordaje del fenómeno del conicto puede ser sistémica y porque no holística. De tal manera que además de estudiar la estructura del conicto se debe concebir el proceso del conicto en forma dinámica y posible de solución. Uno de los eminentes conictólogos es Dudley Weeks que ha proporcionado un libro donde se enumeran y explican los pasos que habrán de seguir los creadores de paz que son aquellas personas que se dedican a la resolución efectiva de los conictos sean cuales fueren. Tomaré como ejemplo aplicable los pasos de la solución de conictos elaborada ya por Dudley Weeks, quien establece 29
Peter Wallensteen. Concepts in Conct Theory. Op.cit.p.121
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ocho pasos para resolver conictos, a continuación los detallo: 1. Crear una atmósfera efectiva 2. Claricar las percepciones 3. Enfocarse en el individuo y compartir sus necesidades 4. Construir un poder positivo 5. Mirar al futuro, aprendiendo del pasado 6. Generar opciones 7. Realizar acciones posibles y especícas que conduzcan al éxito 8. Efectuar acuerdos mutuos y benécos30 Con respecto a los modelos de resolución de conictos son muchos y exitosos en la mayoría de los casos. Los hay también que nacieron al calor mismo de los grandes y graves conictos que han acontecido en numerosos países como en Nicaragua misma. Tal es el caso de John Paul Lederach (1955), un sociólogo norteamericano que en un tiempo de guerra (19811990) estuvo en Nicaragua y contribuyó a la solución del conicto del gobierno sandinista con las etnias de la Costa Caribe nicaragüense, lo que constituyó para él un gran aprendizaje. Lederach como hemos visto es un cientíco que analiza el conicto desde sus causas y estructura y más aun, nos provee de un esquema de la dinámica de los conictos y las soluciones posibles.
30
Dudley Weeks. Eight essentials steps to Conict resolution. Putnam’s Sons New York, 1992. pp. 71-223.
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2.8 Paz La paz tiene una historia en Occidente que empieza en cada matriz cultural con unos signicados diferentes pero que pasa como con los caminos convergentes, al nal, encontramos que en cada pueblo y cada cultura, ha desarrollado un concepto de la paz.31 Y esto construye puentes para el diálogo inter religioso por la paz y la cultura de paz global. Con los núcleos axiológicos de las religiones de libro o las así llamadas religiones fundamentales e históricas, con solo ellas, bastaría para hacer todos los tipos de paces posibles sobre la Tierra y más aun, resolver el agobiante hambre de la humanidad. Las religiones son modos de compasión, de amor al prójimo, de comportamientos racionales con nuestros congéneres, de relaciones armónicas e interdependientes con la Naturaleza. En la Grecia antigua, por ejemplo, Eirene es la paz y una divinidad y esta paz se asocia con la armonía personal o sea el estar bien consigo mismo. La paz es un intermedio entre dos conictos. En cambio la Pax romana es la ausencia de conictos bélicos, la paz impuesta por el imperio romano a los pueblos conquistados y sometidos a tributos que es más bien una paz política basada en el poder de las armas. Los romanos son los que sostenían que si quieres la paz debes prepararte para la guerra “si vis pacem para bellum” decían. Para los antiguos judíos Shalom es la paz que tiene varios signicados, entre ellos, la justicia y el bienestar, vale decir es construir en cierto modo la paz.
31
Historia de la Paz. Tiempos, Espacios y Actores: Granada. España. 2000.
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En el periodo del orden feudal en Europa se auspiciaba la doctrina de la Guerra Justa y la sujeción al poder del Emperador y del Papa. A esto se le denominó Pax Ecclesiae. Para los hindúes y en general la gente que vive el brahmanismo, la idea de paz es Shanti, la paz interior, la paz de la mente. En todo caso el concepto de paz ha discurrido por avatares que hoy hacen que ésta sea considerada en su polisemia. Es realmente a partir de las investigaciones sobre la paz (peace research) que la paz se entiende no solo como paz negativa o ausencia de guerra sino como paz positiva. Paz positiva signica ausencia/ reducción de toda violencia32. Esta concepción de paz positiva se liga al desarrollo y al desarme. Este concepto de paz positiva elaborado por Johan Galtung viene desde 1959 cuando se crea el Peace Research Institute of Oslo en Noruega. Igualmente puede sostenerse que la paz es un objeto de estudio científco y a él se dedican cientos de investigadores, cientícos sociales, pedagogos, institutos y centros de investigación en todos los continentes. Las diferencias esenciales entre la paz negativa y la paz positiva son las siguientes: La paz negativa tiene por características la ausencia de violencia, es pesimista, curativa y la paz no se alcanza por medios pacícos sino que se logra por medio de pactos y armisticios.
32
Johan Galtung - op. cit. p. 9
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En tanto la paz positiva signica una ausencia de toda violencia, promueve la integración estructural, es optimista, preventiva y se alcanza por medios pacícos. Aunque debemos decir que no hay una paz perfecta ni perpetua como hubiese querido Inmanuel Kant, la paz siempre pertenece al futuro, se hace y se construye como un proceso individual y colectivo en el que necesariamente es la participación la acción decisiva de alcanzarla. La paz no puede considerar solamente como develación de los mecanismos de dominación o de la situación de explotación o de exclusión sino como recuperación de todos los derechos humanos, la paz como vértice de la cultura de paz, hemos dicho ya, se funda sobre los cimientos de los derechos humanos universales que se tienen por ser humanos y porque son parte constitutiva de nuestra dignidad. Vicens Fisas es quien ha dicho también la paz no tiene nada que ver con el status quo, lo dice de la siguiente forma: “No tiene nada que ver con el mantenimiento del status quo, tan lleno de injusticias y desigualdades, o la docilidad y resignación de quienes sufren las consecuencias de ello, y sí, en cambio, con el desenmascaramiento de los mecanismos de dominación, con la rebelión de quienes se las ha usurpado el derecho a tomas decisiones, a la recuperación de la dignidad y con los procesos de cambio y transformación, a nivel personal, social y estructural, que están implícitos en el traspaso de una cultura de violencia a una cultura de paz”.33
Como se ve durante siglos vivimos bajo el concepto de paz negativa que entraña solamente la ausencia de guerra, 33
Vicen Fisas. Cultura de paz y gestión de conictos. Barcelona, Icaria, 1998. p. 19.
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incluso uno de los grandes pensadores como Baruch Spinoza pensaron así. En la actualidad el concepto que debemos admitir y transmitir es el de paz positiva, por varias razones. Primero, en el empeño de construir una cultura de paz debemos recurrir al basamento de una teoría contemporánea de la paz, por nuestra experiencia constante de la guerra civil en nuestro país. Debemos conjurar las guerras porque ellas nos han dejado en este estado de postración económica y social del que ha sido difícil salir a una alternativa de democracia, justicia, paz y desarrollo. En segundo término, podemos plantar la semillas en nosotros y en los otros con valores fundamentales y tal como podemos deducir de la lectura de algunos de los textos capitales de Johan Galtung, los valores de una cultura de paz son o serían: la empatía, el diálogo, la no violencia, la creatividad, la imaginación, la solidaridad, la integración, la participación, el conocimiento y el desarrollo. En tercer lugar, el gran desafío de nuestra sociedad igual que la de Centroamérica, es transitar de una vieja e inoperante cultura de violencia y guerra a una cultura de paz positiva que nos ofrece los frutos del desarrollo humano, la democracia y la paz en el sentido de recrearla cada vez en un ciclo permanente como un modo de mejorar la sociedad y las personas.
2.9
El derecho humano a la paz
La paz como un derecho tiene una breve pero intensa trayectoria de discusiones en la Organización de Naciones Unidas, que se remontan al año de 1997 cuando en la UNESCO se comienza a considerar la paz como un derecho humano. Pero, en el ámbito de los teóricos e investigadores nos encontramos con Karel Vasak quien ha propuesto para entonces un proyecto de protocolo para
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los derechos humanos de la tercera generación conocidos como los derechos de solidaridad o de los pueblos y que son: el derecho a un medio ambiente sano y físicamente equilibrado, el derecho al desarrollo, el derecho al patrimonio común de la humanidad, el derecho a la asistencia humanitaria y por supuesto, el derecho humano a la paz, es un derecho-síntesis. Al estudiar el derecho a la paz se establece que es una aspiración legítima de los individuos el derecho a vivir en paz así como los pueblos desean experimentar la paz y es también una aspiración que en los momentos actuales que se junta al derecho a la seguridad y el desarrollo (humano y sostenible). Si tenemos una visión sistémica de los derechos humanos, nos damos cuenta inmediatamente que el derecho a la paz, la paz misma es el centro, principio y resultado, es proceso y construcción que requiere de valor y de valores, de esfuerzo y tolerancia. Es un derecho humano vivir sin violencia. En la esfera de la Organización de Naciones Unidas y de sus documentos normativos, hallamos que la paz se descrito “como orden social, como garantía principal y también como ideal, como objeto del derecho a la educación, como desiderátum de la seguridad internacional y de sus medidas efectivas, como antípoda del crimen internacional de agresión, como bien indivisible e inseparable de la seguridad, como derecho inmanente de toda nación y todo ser humano, como aspiración de la humanidad, derecho sagrado de los pueblos y obligación de los Estados, como elemento esencial del derecho al desarrollo, como objeto de la educación en la esfera de los derechos humanos, y nalmente, como razón de una nueva cultura sustitutiva de la cultura de guerra y violencia dominante”.34
34
Asdrúbal Aguiar. Perles éticos y normativos del derecho humano a la paz. Revista de la Facultad de Ciencias Jurídica y Políticas, No. 110. Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1998.
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Además debe entenderse el derecho humano a la paz tal como es, un fundamento necesario de una Cultura de Paz. En la historia del debate y la instauración del derecho humano a la paz debemos citar los principales hitos que sustentan este derecho de solidaridad. Lo primero es que la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, contempla en su Preámbulo los valores que hace explícitos de la libertad, la justicia y la paz. Y, en su artículo 28, prevé el derecho de toda persona a un orden social e internacional de protección de los derechos proclamados en dicha Declaración. Seguido puedo citar la Declaración sobre el fomento entre la juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión entre los pueblos (1965), donde se prescribe la obligación de los Estados en cuanto al deber de educar a la juventud en el espíritu de la paz. Lo mismo encontramos en el Artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales del año de 1965,en el cual se dice que se debe capacitar a todas las personas para participar en u a sociedad libre, tolerante amistosa y comprensiva. Así mismo en la Declaración sobre la preparación de las sociedades para vivir en paz (1978), se ve como el derecho humano a la paz cobra la dimensión humana, individual y colectiva. En 1984, la Asamblea General de la ONU adopta una declaración nueva conocida como Derecho de los Pueblos a la Paz. El derecho la paz lo considera un derecho sagrado de los pueblos y toca al Estado su realización y estaba dirigida a prevenir un estallido nuclear. Federico Mayor Zaragoza, ex director de la UNESCO, merece una mención especial en el trabajo de la aprobación y proyección del derecho humano a la paz por cuanto
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su lucha y su denodado trabajo, marcó una parte de la historia de este camino hacia la consagración de este derecho que en nuestros días sigue su ruta.35 Para 1997, la UNESCO y algunos expertos discutieron junto a Federico Mayor Zaragoza, el derecho humano a la paz como fundamento de una cultura de paz. Este evento se efectuó en Las Palmas, Canarias. De esto saldría la Declaración de Oslo que anota el concepto de paz de la siguiente forma: la paz, bien común de la humanidad, es un valor universal y fundamental al que aspiran todos los seres humanos y todos los pueblos del mundo y en particular los jóvenes del mundo. O sea que sin distingos de razas, ideas, lenguas o sexos se tiene el derecho inherente a vivir en paz. Puedo agregar más documentos a este recorrido reriendo la Resolución 50/173 de la Asamblea General de la ONU, de 1995, el Decenio de la Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos, hacia una cultura de paz, que arma debemos educarnos para la paz y en la comprensión internacional. Sin embargo, en 2006 la Declaración de Luarca, (Asturias, España), que es más una declaración de actores independientes y no de la ONU, se detallan y se esclarece todo lo que debe contemplarse a la hora de consagrar el derecho humano a la paz. Es la sociedad civil española la que en este caso contribuye a esta denición del derecho a la paz. Esta Declaración contempla la dimensión individual y colectiva del derecho humano a la paz. La propia Declaración establece que las personas, los grupos 35 En Santiago de Compostela, España, Diciembre de 2010, se realizará un Foro Mundial en que una de sus acciones lleva al tratamiento, discusión del derecho humano a la paz.
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y los pueblos tienen el derecho inalienable a una paz justa, sostenible y duradera. Siguiendo las huellas de estas Declaraciones en relación al derecho humano a la paz, nos encontramos con que el 2 de Junio de 2010, rman personalidades e instituciones internacionales la Declaración de Barcelona. Lo que suscriben es ni más ni menos que un documento que se constituye en un proyecto cuyo contenido avanza comprendiendo a las víctimas de la agresión, la xenofobia como sujetos que padecen la violación del derecho a la paz.
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3. Cultura de Paz y Educación Ambiental La educación ambiental como parte de la educación en valores se conforma con el devenir histórico en una estrategia de la supervivencia humana ante todos los desafíos de la crisis del ambiente que se plantean hoy en el planeta Tierra. La Educación Ambiental es también considerada un componente esencial de la moderna educación para la paz. Siendo como se estima en la Declaración de Río Janeiro sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, en su Principio 25 que “La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e inseparables”, concibo personalmente que la educación ambiental conuye con los otros tipos de educación (en derechos humanos, para el desarrollo sostenible y otras que le acompañan) a ser una actividad fundamental para la construcción de una Cultura de Paz global. Podemos, por tanto, considerar que la guerra es un estado catastróco para el ambiente y el desarrollo humano y sustentable. Desde ambos dominios sea el de los valores o el de la paz, la Educación Ambiental tiene espacios de intersección y por supuesto, una historia y un desarrollo normativo en el plano internacional que es siempre necesario recordar, puesto que su desenvolvimiento signica también una evolución de la conciencia humana de la relación vital y única de los seres humanos con respecto al medio ambiente y la naturaleza. Además de que al impulso de cada evento y cada convención han generado la creación de programas, instituciones y movimientos en pro de la defensa o la conservación del medio ambiente y la naturaleza.
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La siguiente exposición se basa en los textos e instrumentos que se produjeron en la Organización de Naciones Unidas y sus organismos especializados y en las cumbres internacionales sobre el medio ambiente y la naturaleza de 1972 a la fecha. Lo mismo que en la Constitución Política de Nicaragua y en parte de la legislación ambiental nicaragüense y las leyes relativas a la educación en general. La primera cita obligatoria y que constituye un hito para el desarrollo histórico de la Educación Ambiental es: Declaración de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, Estocolmo, Suecia,5-16 de Junio de 1972, dice en su Principio 19: ”Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes, como a los adultos y que presente la debida atención al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y el mejoramiento del medio en toda su dimensión humana. Es también esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al deterioro del medio humano difundan, por el contrario, información de carácter educativo sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo, a n de que el hombre pueda desarrollarse en todos los aspectos.”
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Como puede verse, en primer lugar, la recomendación inicial sobre la implantación de la educación ambiental es de 1972 y de esos años a nuestra fecha, se produjo y se ha producido una cantidad de declaraciones, convenciones y protocolos, que dejan ver los avances en materia de contenidos y metodologías de la Educación Ambiental, así como de la progresiva instauración normativa, y de los que solamente expondremos algunos de los más signicativos para la historia de la Educación Ambiental. Pero, los problemas ambientales se agravan y no todas las sociedades y pueblos adoptan la Educación Ambiental ni ésta por si sola logra superar toda la problemática mundial cuando el cambio climático está en marcha y como advertía hace poco tiempo, el Secretario General de la ONU, BanKi Moon, a menos que se llegue a un acuerdo sobre el control de emisiones de los gases de efecto invernadero, cientos de millones de personas padecerán por falta de agua y de alimentos y se desatará la violencia.36 Esto lo dijo esta personalidad a propósito de que el Protocolo de Kyoto vence en el 2012 por lo que urde adoptar un nuevo protocolo. Sin embargo, hace mucho tiempo se dice que la Educación ambiental es un elemento fundamental para enfrentar la crisis ambiental del mundo. Este texto llama a integrar como hoy se hace en muchos estados que la educación ambiental está integrada al curriculum nacional como un eje transversal o como un tema en la educación superior en combinación con prácticas de conservación, protección de la naturaleza y el medio ambiente. Así también con la creación de un marco global para la Educación Ambiental de la Carta de Belgrado de 1975, se adelanta en la Educación Ambiental y por primera vez se provee de metas, objetivos, destinatarios (sectores) y las directrices básicas para los programas de la EA. Por 36 Ban Ki Moon: Remarks to Global Environment Forum. http://www.un.org
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considerar extensa la Carta, extraeremos los Objetivos de la Educación Ambiental: Participación. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su sentido de responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar atención a los problemas del medio ambiente para asegurar que se adopten medidas adecuadas al respecto. Carta de Belgrado, 1975. 1.
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Toma de conciencia. Ayudar a las personas ya los grupos sociales a que adquieran mayor sensibilidad y conciencia del medio ambiente y en general y de los problemas Conocimientos. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir una comprensión básica del medio ambiente en su totalidad, de los problemas conexos y de la presencia y función de la humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica Actitudes. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir valores sociales y un profundo interés por el medio ambiente que los impulse a participar activamente en su protección y mejoramiento. Aptitudes: Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir las aptitudes necesarias para resolver los problemas ambientales. Capacidad de evaluación. Ayudar a las personas y a los grupos sociales a evaluar las medidas y los programas de educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos, sociales, estéticos y educativos. Participación. Ayudar a las personas ya los grupos sociales a que desarrollen su sentido de responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar atención a los problemas del medio ambiente para asegurar que se adopten medidas adecuadas al respecto.
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Un hito importante lo constituirá posteriormente el evento intergubernamental realizado por la UNESCO en cooperación con el PNUMA, en Tbilisi, (1977), en lo que era la antigua Unión Soviética y en el que se acuerda incorporar la educación ambiental a los sistemas de educación formal y no formal. Tbilisi deja unas metas para la educación ambiental y son: Alcanzar una conciencia clara de la interdependencia económica, social, política y ecológica de las áreas urbanas y rurales • Proveer a todas las personas de oportunidad para adquirir conocimientos valores y actitudes con el propósito desarrollar habilidades para la protección del medio ambiente. • Crear nuevos modelos de conductas hacia el ambiente de parte de los individuos y los grupos y desde la sociedad como un todo. En 1982, por Resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU se proclama solemnemente la “Carta Mundial de la Naturaleza”, texto que rearma la consciencia de que “La especie humana es parte de la naturaleza y la vida depende del funcionamiento ininterrumpido de los sistemas naturales que son fuente de energía y materias nutritivas”. Y, en materia de educación ambiental o enseñanza ecológica según sus propios términos, en su apartado III. 15 dice: Los conocimientos relativos a la naturaleza se difundirán ampliamente por todos los medios, en especial la enseñanza ecológica, que será parte integrante de la educación en general.
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Después surge en Moscú, 1987, una propuesta de una estrategia internacional para la acción en el campo de la educación ambiental para la década comprendida entre 1990 y 1999. En esa reunión se mencionó como causas principales de los problemas ambientales a la pobreza y el aumento de la población. Posterior a los eventos de Tbilisi y Moscú se organizó la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, Brasil en 1992, donde se emitieron documentos claves como la Agenda 21 que contiene las tareas que habían de desarrollarse hasta el siglo XXI. En su capítulo 36 se establecen tres áreas de programas que son: a) la reorientación de la educación hacia el desarrollo sostenible b) el aumento de la conciencia del público y c) el fomento de la capacitación.37 Seguido podemos contabilizar algunos otros congresos regionales como el de Guadalajara, México, efectuado en 1992 donde se estableció que la educación ambiental es eminentemente política y un instrumento esencial para alcanzar una sociedad sustentable. En Junio de 1992, se emite la Convención sobre la Diversidad Biológica en Río de Janeiro la que es raticada por el Estado de Nicaragua en 1995. En su artículo 13 Educación y conciencia pública los estados: Las partes contratantes: a) Promoverán y fomentarán la comprensión de la importancia de conservación de la diversidad biológica y de la medidas necesarias a esos efectos, así como su propagación a través de los medios de información, y la inclusión de esos temas en los programas de educación.
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Joy A. Palmer: Environmental Education in 21 rst Century. Routledge.New York.1998.
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En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1998, los Estados Partes deciden y convienen el denominado Protocolo de Kyoto con el n de promover el desarrollo sostenible y que procura cumplir los compromisos cuanticados, delimitación y reducción de las emisiones antropógenas, dióxido de carbono, gases de efecto invernadero en el periodo 2008 – 2012. En ese texto hallamos que en su Artículo 10 inciso (e) se dice que las partes del Protocolo: Cooperarán en el plano internacional, recurriendo, según proceda, a órganos existentes, en la elaboración y la ejecución de programas de programas de educación y capacitación que prevean el fomento de la creación de capacidad nacional, en particular capacidad humana e institucional, y el intercambio o la adscripción de personal encargado de formar especialistas en esta esfera, en particular para los países en desarrollo, y promoverán tales actividades y facilitarán en el plano nacional el conocimiento público de la información sobre el cambio climático y el acceso del público a esta- Se deberán establecer las modalidades apropiadas para poner en ejecución estas actividades por conducto de los órganos pertinentes de la Convención, teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 6 de la Convención;(…) Llegado el año de 2002, se abre el siglo XXI con la magna Cumbre Mundial de Johannesburgo en cuya “Declaración de Johannesburgo sobre el desarrollo sostenible desde nuestro origen hasta el futuro”, se rearma el compromiso con el desarrollo sostenible y con la construcción de una sociedad mundial humanitaria equitativa y generosa según las propias palabras del texto en mención.
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Pero algo más, extraordinario y profundo la Declaración adiciona a los niños del mundo, quienes les han dicho a los representantes en la Cumbre que “el futuro les pertenece”. Los niños son en realidad nuestro futuro común para los cuales hay que crear un mundo nuevo y mejor donde haya esperanza. Así mismo entra en juego la realidad de la globalización y la potenciación y emancipación de la mujer y la igualdad de género. El compromiso de esta productiva y signicativa declaración de principios va más allá buscando a través de la unión de esfuerzos “salvar nuestro planeta, promover el desarrollo humano y lograr la prosperidad y la paz universales”. La Declaración de Johannesburgo resume los pasos de la Cumbres sobre el problema del deterioro ambiental que van de Estocolmo a Rio Janeiro y de esta a Johannesburgo, lo que indica que implícitamente debe darse una importancia estratégica a educación ambiental como instrumento para el desarrollo sostenible y al Programa 21 y los objetivos del desarrollo del Milenio. Para el año 2003, se establece el texto de la “Carta de la Tierra” que tuvo en su día el apoyo de la UNESCO. Como puede verse desde el texto mismo esta Carta contiene unos valores básicos y unos principios que dan fundamento a una ética para la comunidad mundial. “La Tierra es nuestro hogar” dice la Carta y “La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado”. Estos principios están regidos bajo la égida de la responsabilidad universal y en materia de educación establece como un principio: 14. Integrar en la educación formal y en el
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aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible. a) Brindar a todos, especialmente a los niños y los jóvenes, oportunidades educativas que les capaciten para contribuir activamente al desarrollo sostenible b) Promover la contribución de las artes y las humanidades, al igual que las ciencias, para educación sobre la sostenibilidad. c) Identicar el papel de los medios masivos de comunicación en la toma de conciencia sobre los retos ecológicos y sociales. d) Reconocer la importancia de la educación moral y espiritual para una vida sostenible. También integra esta “Carta de la Tierra”, un principio que diríamos muy importante y es que alienta a promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz y reconoce que “la paz es la integridad creada por las relaciones correctas con uno mismo, otras personas, otras culturas, otras formas de vida y con el todo del cual somos parte”.38 Esto equivale a estimar la paz desde un punto de vista integral o holístico en un mundo interdependiente y una naturaleza interrelacionada con los seres humanos. Dale T. Snauwert ha dicho que la “Carta de la Tierra” comprende no solo los valores de una ética mundial sino también el marco para una pedagogía de la paz.39 Útil comprensión cuando buscamos referentes para la educación ambiental. La “Carta de la Tierra” se constituye pues, en una declaración de principios y valores universales que busca construir una 38 Carta de la Tierra. 39 Dale T. Snauwert: The Cosmopolitan Ethics of the Earth Chart: A Framework for a Pedagogy of Peace. InfactisPax. Vol. 2. Number(1)2008:88-13.
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sociedad global, sostenible, justa, democrática, no violenta y pacíca en el único hogar que tenemos: La Tierra. Década por una educación para la sostenibilidad 20052014: En el año 2002 se aprueba por la Asamblea General de la ONU la Resolución 57/254 que decide incluir el tema titulado “Década de las Naciones Unidas de la Educación para el desarrollo sostenible”.
Esta década tiene su estrategia y su plan de aplicación y comprende como su nombre indica un período de diez años contados de 2005 en adelante en el cual los Estados Miembros de la ONU, como en el caso de Nicaragua, deben asumir compromisos muy serios con la comunidad y la organización internacional en materia de educación para el desarrollo sostenible. Esto quiere decir que no solo nos educamos para el desarrollo, sino para formarnos en una educación ambiental para el desarrollo sostenible. Se dene la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) como “Una educación que permite a los educandos adquirir las técnicas, las competencias prácticas, los valores y los conocimientos necesarios para garantizar el desarrollos sostenible”.
Marco jurídico, ético y pedagógico de la educación ambiental en Nicaragua En nuestro país la Educación Ambiental es de aparición tardía incluso respecto de otros países centroamericanos donde ésta se implantó hace más de treinta años. No es sino hasta en el año 2003 que se formularon y legislaron los “Lineamientos estratégicos de una educación ambiental”, uno de cuyos principios fundamentales concibe la E.A como un derecho y un deber de todos los nicaragüenses.40 40 Acuerdo Presidencial, Número 19-2003.República de Nicaragua.
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Pero es lógico que empecemos por el orden y esto es por la Constitución Política vigente y sus reformas que en su artículo 60 literalmente dice: “Los nicaragüenses tienen derecho de habitar en un medio ambiente saludable. Es obligación del Estado, la preservación, conservación y rescate del medio ambiente y de los recursos naturales”. Y luego en el artículo 116: “La educación tiene como objetivo la formación plena e integral del nicaragüense, dotarlo de una conciencia crítica, cientíca y humana; desarrollar la personalidad y el sentido de dignidad y capacitarlo para sumir las tareas de interés común que demanda el progreso de la nación, por consiguiente, la educación es factor fundamental para la transformación y el desarrollo del individuo y la sociedad”. Además se cuenta con una Ley General de Educación en su Titulo I, capítulo 2, Artículo 3, arma que: “La Educación Nacional se basa en los siguientes principios: (…) b) “La Educación es creadora en el ser humano de valores sociales, ambientales, éticos, cívicos, humanísticos y culturales, está orientada al fortalecimiento de la identidad nacional. Rearma el respeto a las diversidades religiosas, políticas, étnicas y culturales, psicológicas, de niños y niñas, jóvenes y adultos que apuntan al desarrollo de capacidades de autocrítica y crítica, de participación social desde el enfoque de una ciudadanía formada en el respeto a la dignidad humana”. Y, en los Fines de la Educación la misma Ley dice: Arto.4 (f): “ La adquisición de compromisos de conservación, protección y mejoramiento del medio ambiente, el uso racional de los recurso naturales, de prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica de defensa del patrimonio de la nación”.
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En otra parte denida como de los Objetivos de la Educación dicha ley procura: Arto. 5: (g) “Formar ciudadanos y ciudadanas productivas, competentes y éticos que propicien el desarrollo sostenible en armonía con el medio ambiente y respetando la diversidad cultural y étnica”. Por último en términos de la Ley General de Educación (2006) en su Título V, Capítulo I, Artículo 100, contempla como un derecho de los estudiantes: “Formarse en el respeto y defensa del principio de la libertad basada en la verdad, la moralidad, la justicia, derechos humanos, cooperativismo, respeto al Medio Ambiente, así como en Educación Vial y prevención de desastres naturales”.
Otra documento que fortalece el marco legal de la educación ambiental es la ley 217 la Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales (1996) que dene en su Artículo 5 , la educación ambiental como : “Un proceso permanente de formación ciudadana, formal e informal, para la toma de conciencia y el desarrollo de valores, conceptos y actitudes frente a la protección y el uso sostenible de los recursos naturales y medio ambiente”.
En su sección VI “De la educación, divulgación y desarrollo cientíco y tecnológico” esta Ley General es muy clara cuando sostiene en sus artículos 34-37; lo siguiente: Arto. 34: “El Sistema Educativo Nacional y los medios de comunicación social, promoverán la Educación Ambiental que permita el conocimiento del equilibrio ecológico y su importancia para el ambiente y la salud y que de pautas para el comportamiento social e individual con el n de mejorar la calidad ambiental”. Arto. 35: “Las autoridades educativas deben concluir en los programas de educación formal y no formal, contenidos y
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metodologías, conocimientos y hábitos de conducta para la preservación y protección del ambiente”. Arto. 36: “Para la obtención del grado académico o bachillerato se exigirá un número mínimo de horas de práctica o servicio ecológico, de acuerdo al reglamento que el Ministerio de Educación al efecto emita”. Arto 37: “Las autoridades encargadas de promover el desarrollo cientíco y tecnológico del país, con colaboración del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales en consulta con sectores de la Comunidad Cientíca y la sociedad civil, elaborarán, actualizarán y pondrán en ejecución un Programa Nacional de Ciencia y Tecnología Ambientales para el Desarrollo Sostenible en la forma y plazo, que se establezca en el reglamento.” A estos instrumentos habría que agregar que en Nicaragua existe una “Ley Especial de Delitos contra el Medio Ambiente y los Recursos Naturales”, (Ley 559, 2005) y la Ley 195, Ley que instaura la Semana del Medio Ambiente y los Recursos Naturales. De ahí que una propuesta de Educación Ambiental para Nicaragua, tiene sucientes leyes para educar a los ciudadanos partiendo de este marco jurídico, ético y pedagógico que contiene los principios y valores básicos de una ética ambiental que propicia un cambio radical de actitudes en relación con la Naturaleza y pasar así a una nueva visión de la realidad donde nos veamos como parte de la Vida una, somos una red vital. En el fondo la concepción de objetividad ha llevado a considerar a los otros y la naturaleza como objetos y esta objetividad oprime y permite la sobre explotación seres humanos y naturaleza.
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Una propuesta base de los cambios éticos y ecológicos ecoló gicos que deseamos está en manos de la educación que debe ser una educación ambiental para el desarrollo sostenible. La educación ambiental que necesitamos se instituye desde un orden político democrático que viva el imperio de la ley y tenga en consecuencia un enfoque ético y jurídico. Los valores éticos y las leyes que complementan la enseñanza. Esta educación se sostendrá sobre la voluntad de vida de los moradores de la Tierra, porque donde el individuo o la sociedad se encuentren está siempre en la Tierra, deben por ello, ser responsables y respetuosos de todas las formas de vida. Una educación ambiental que recurra a las disciplinas más variadas para ayudar a salvar el planeta. Ha llegado el momento en que la humanidad de todos los colores, credos, cosmovisiones y culturas c ulturas nos encontramos ante uno de los desafíos más grandes y es evitar una catástrofe ambiental global. Aun tenemos tiempo, pero la esperanza se diluye en medio del consumismo de algunas sociedades y la rapiña inmisericorde sobre los recursos naturales nitos que se tienen a la vista sin que haya jueces ni autoridades para detenerla. Al aparato ético jurídico y pedagógico podemos agregarle las metodologías de educación ciudadana ci udadana y popular que se requieren en esta sociedad urgida de un comportamiento racional en relación con el medio ambiente y los recursos naturales. Nicaragua es un país empobrecido por las guerras y las pretensiones y las acciones de algunos políticos y las élites económicas a quienes todavía no les cabe la idea de proyecto de nación y de futuro. También También Nicaragua es pobre porque sus habitantes carecen de acceso a la educación y al no tener la educación básica siquiera, se convierten en reos de la pobreza que a su vez los lleva al consumo de
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lo que tienen a la mano: aguas, bosques, suelos, peces, animales en peligro de extinción. De tal manera que este círculo vicioso entre pobreza y deterioro ambiental solo puede ser superado con conciencia creciente de que somos medio ambiente, que somos naturaleza, por medio de una educación ambiental, reexiva, dialogal, comunicativa y creativa. O sea ir de la educación a la conciencia y de ésta a la acción. Por estas razones digo que una educación ambiental es procesal y a lo largo de la vida, lo que lleva a pensar y proponer que nuestra E.A en la educación formal en la educación superior debe estar fundamentada en: • Bases constitucionales: La Constitución Política, leyes generales, reglamentos y lineamientos, políticas, relativos a la educación ambiental. • Historia del ambiente. Sensibilización e interpretación del medio ambiente • Teoría de la Cienci Cienciaa y la Tecnolo ecnología: gía: Miradas crític críticas as desde la Ética • Instrumentos jurídicos internacionales: Declaraciones, Protocolos, Convenciones sobre el Medio Ambiente y los Recursos Naturales. • Nuevas tecnologías de información y comunicación aplicadas a la educación ambiental. En el juego de relaciones entre la Educación Ambiental y la Cultura de Paz, tenemos que la EA como componente de la educación para la paz, contribuye de un modo determinante en el aspecto fundamental de crear una conciencia de respeto y veneración a todos las formas de vida en el planeta tal y como lo contempla la Declaración de Yamossoukro. Yamossoukro. Una de las paces que los seres humanos debemos guardar es precisamente una nueva relación armónica con la naturaleza puesto que en ella vivimos y de ella nos sustentamos. De tal manera que de su
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cuido y de la sostenibilidad que podamos darle depende nuestra vida y la de las futuras generaciones. Aunque esto parezca simple es el principio de vida y renacimiento de la Naturaleza. Dada la problemática compleja que se vive en esta hora de emergencia planetaria, debemos preservar y valorar tanto la diversidad biológica como la diversidad étnica y cultural. La educación ambiental debe llevar a la gestión ambiental y a reivindicar los derechos humanos de la tercera generación entre los que están la paz y el derecho a un medio ambiente físicamente sano y equilibrado. Solo cuando existan personas conscientes y educadas educadas para para relacionarse en una arte combinatoria de mente, cuerpo y espíritu pacícos, nos acercaremos a la concreción de una Cultura de Paz.
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4. Cultura de Paz y Género Al considerar este tema de Género indisolublemente ligado a la construcción real de una Cultura de Paz es necesario distinguir distin guir,, en primer lugar, lugar, la distinción distinci ón sexo-género sexo-gén ero siendo siend o lo primero una función biológica natural y la segunda una construcción social e histórica que tiene sus implicancias éticas, sociales, políticas y jurídicas. En segundo lugar, se debe pensar sobre los roles masculinos y femeninos en conjunción con la construcción de la paz y en tercer lugar la paz femenina o como se dice hoy pensar la paz en clave de género. Al igual debe estimarse vinculado el tema del desarrollo humano y sostenible. sos tenible. Pero, es obligatorio que todo análisis de la cuestión de género se inicie desde la cultura que cada cual vive si no, no se encuentran explicaciones satisfactorias para los problemas que se experimenten con el género inclusive los de orden teórico. La cultura occidental se ha construido sobre una fórmula binaria discriminatoria de civilización y barbarie, que de suyo también es una construcción del poder que levanta las dicotomías y las divisiones entre las gentes, los pueblos, las personas y los individuos y podemos decir entre los sexos. La historia de la sexualidad de Occidente nos muestra las diversas prácticas sexuales que han existido, y ello es prueba de lo que ha estado al margen de la hishistoria y las visiones que hemos tenido desde este lado de la geografía y la cultura41. No es arbitrario ni atrabiliario decir que el rol subordinado de la mujer a un segundo plano, colocada como un ente 41 Michel Foucault. Foucault. Historia de la Sexualidad. Sexualidad. Siglo XXI editores.Vo editores.Vols-1-3 ls-1-3
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sujeto de una doble explotación económica y sexual en la historia fue y ha sido una realidad. La historia es una transmisión y es una tradición que nos enseña cuanto de dominación han sufrido las mujeres y todos aquellos seres humanos que por una u otra razón no calzan con la representación de los exclusivos roles masculinos y femeninos en nuestra cultura. De la antigua sociedad de las polis griegas a las ciudades del imperio romano y de estas a los tiempos actuales la explotación y la dominación masculina sobre las mujeres y la discriminación de otras opciones de género, no han cesado, aun cuando los movimiento feministas han luchado luc hado por la igualdad a lo largo de caso tres siglos que podemos cifrar con las reinvindicaciones de los movimientos movimientos de la mujeres en la Revolución Francesa de 1789. Pero, puedo agregar lo que dice María Izilda S. de Matos que desde la II Guerra Mundial, hay un marcado crecimiento de la visibilidad de la mujer y concretamente conc retamente a partir de los años 60 los investigadores comenzaron a cuestionar cuestio nar sobre esos nuevos agentes sociales, las mujeres.42 Según esta autora crece también la presencia de la mujer en los escritos es critos académicos y se expanden los estudios que incorporan a la mujer y acontece el surgimiento del género. Agrega la escritora mencionada que en 1975, la ONU instituyó el Año Internacional de la Mujer y que en 1995 las mujeres discutieron su situación en la Conferencia de Beijing. Para los años 70 en Brasil, por ejemplo, reaparecen los temas como violencia, sexualidad, contracepción, aborto, la doble jornada y la ciudadanía de las mujeres. O sea que en estas décadas del 60 y del 70 las mujeres entran en escena y se examinan mitos y estereotipos y se dan corrientes de interpretaciones y se ve a la mujer en su papel activo. 42
María Izilda Izilda S. de Matos. Matos. De De la invisibilidad al género: género: odisea odisea del pensamientorecursos y posibilidades de las ciencias sociales contemporáneas. En: ALTERNATIVAS. AL TERNATIVAS. Año 10 - no. 26 - Julio - Diciembr Diciembre. e. Editorial Lascasia Lascasiana, na, Managua, 2004. pp. 9-28
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Lo que se puede recuperar de todas estas tendencias y transformaciones es la categoría de género que es muy útil para el análisis histórico. La masculinidad se ha visto por la ciencia y la cultura en general como asunto de factores celulares y hormonales, sin embargo, masculinidad es algo más que genética y secreciones, es una construcción social e histórica que concede el dominio, el papel activo, la fuerza, la virilidad y la protección a los hombres, conriéndoles a la mujer el rol pasivo. Al menos estas son las representaciones que hemos tenido del modo de ser hombre y de ser mujer. Los seres humanos que se mueven en el espectro hacia cualquiera de los polos de este ser, son discriminados o excluidos. Leonardo Boff, un teólogo y pensador brasileño dice que todo ser humano es entero pero inacabado y que esto marca un modo de ser y se pregunta “¿En consecuencia, de esa comprensión debemos entonces admitir que cada uno es hombre y mujer simultáneamente? ¿No seríamos entonces andróginos? Sí y no”. Y avanza diciendo “Masculino/femenino no son identidades en si mismas o partes de un todo mayor. Son principios. (…). Masculino y femenino como principios signican un juego de relaciones que continuamente construyen lo humano en forma de hombre y de mujer” 43.
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Leonardo Boff. En: Alternativas. Año 10.No 26- Julio-Diciembre, Editorial Lascasiana. Managua, 2004. pp. 94-97
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Género y Desarrollo La relación fundamental de Género y Desarrollo es un eje no solo de los estudios de género o de políticas públicas como suele decirse hoy, sino que ambas son categorías que tienen una incidencia directa en el desenvolvimiento de una sociedad. Hace varios años que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) los estima como partes de sus índices de desarrollo humano. Aun más, el concepto género es central en las ciencias sociales. El aporte de las mujeres a la economía del país o del globo es indudable y cuanticable, lo que en realidad constituye una contribución al crecimiento y el desenvolvimiento de la sociedad. La verdad es que género y desarrollo interactúan en la sociedad en que se vive y esto conduce a pensar que es el desarrollo humano un estado de evolución social y humana con equidad y justicia para los hombres y mujeres del planeta. Por todo esto y en nombre de la igualdad que predican los derechos humanos fundamentales y de la equidad de género debe emplearse siempre el enfoque de género en todas las materias que se enseñan en los sistemas educativos nacionales para alcanzar la paz, que es paz con el otro y con la otra y tener un sentido de la justicia.
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116.117.118.119.120.121.-
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ANEXOS
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CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS Firmada en San Francisco, Estados Unidos el 26 de junio 1945 entrada en vigor: 24 de octubre de 1945, de conformidad con el artículo 110 Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos
a preservar a las generaciones venideras del agelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha inigido a la Humanidad sufrimientos indecibles, a rearmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en 1a dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional, a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad, y con tales fnalidades
a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos, a unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, a asegurar, mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará; la fuerza armada sino en servicio del interés común, y a emplear un mecanismo internacional para promover el progreso económico y social de todas los pueblos, hemos decidido aunar nuestros esfuerzos para realizar estos designios
Por lo tanto, nuestros respectivos Gobiernos, por medio de representantes reunidos en la ciudad de San Francisco que han exhibido sus plenos poderes, encontrados en buena y debida forma, han convenido en la presente Carta de las Naciones Unidas, y por este acto establecen una organización internacional que se denominará las Naciones Unidas.
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CAPITULO I PROPOSITOS Y PRINCIPIOS Artículo 1
Los Propósitos de las Naciones Unidas son: 1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal n: tomar medidas colectivas ecaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacícos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz; 2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal; 3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y 4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes. Artículo 2
Para la realización de los Propósitos consignados en el Artículo 1, la Organización y sus Miembros procederán de acuerdo con los siguientes Principios: 1. La Organización esta basada en el principio de la igualdad soberana de todos sus Miembros. 2. Los Miembros de la Organización, a n de asegurarse los derechos y benecios inherentes a su condición de tales, cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con esta Carta. 3. Los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacícos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia.
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4. Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas. 5. Los Miembros de la Organización prestaron a ésta toda clase de ayuda en cualquier acción que ejerza de conformidad con esta Carta, y se abstendrán de dar ayuda a Estado alguno contra el cual la Organización estuviere ejerciendo acción preventiva o coercitiva. 6. La Organización hará que los Estados que no son Miembros de las Naciones Unidas se conduzcan de acuerdo con estos Principios en la medida que sea necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales. 7. Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará; a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII.
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Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Aprobada en Londres el día 16 de noviembre de 1945 y modicada por la Conferencia General en sus reuniones 2 a, 3a, 4a, 5a, 6a, 7a, 8a, 9a, 10a, 12a, 15a, 17a, 19a, 20a, 21a, 24a, 25a, 26a, 27a, 28a, 29a y 31a. Los gobiernos de los Estados Partes en la presente Constitución, en nombre de sus pueblos, declaran: Que, puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz; Que, en el curso de la historia, la incomprensión mutua de los pueblos ha sido motivo de desconanza y recelo entre las naciones, y causa de que sus desacuerdos hayan degenerado en guerra con harta frecuencia; Que la grande y terrible guerra que acaba de terminar no hubiera sido posible sin la negación de los principios democráticos de la dignidad, la igualdad y el respeto mutuo de los hombres, y sin la voluntad de sustituir tales principios, explotando los prejuicios y la ignorancia, por el dogma de la desigualdad de los hombres y de las razas; Que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua; Que una paz fundada exclusivamente en acuerdos políticos y económicos entre gobiernos no podría obtener el apoyo unánime, sincero y perdurable de los pueblos, y que, por consiguiente, esa paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad. Por estas razones, los Estados Partes en la presente Constitución, persuadidos de la necesidad de asegurar a todos el pleno e igual acceso a la educación, la posibilidad de investigar libremente la verdad objetiva y el libre intercambio de ideas y de conocimientos, resuelven desarrollar e intensicar las relaciones
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entre sus pueblos, a n de que éstos se comprendan mejor entre sí y adquieran un conocimiento más preciso y verdadero de sus respectivas vidas. En consecuencia, crean por la presente la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con el n de alcanzar gradualmente, mediante la cooperación de las naciones del mundo en las esferas de la educación, de la ciencia y de la cultura, los objetivos de paz internacional y de bienestar general de la humanidad, para el logro de los cuales se han establecido las Naciones Unidas, como proclama su Carta.
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Bases Esenciales para la paz (1949) 290 (IV). Bases esenciales de la paz
La Asamblea General
1. Declara que la Carta de las Naciones Unidas, que es el pacto de paz más solemne de la historia, establece los principios fundamentales necesarios para una paz duradera; que el menos precio de esos principios es la cuasa principal de que continúe la tención internacional; y que es urgentemente necesario que todos los Miembros actúen en conformidad con estos pricipios y con el espíritu de cooperación sobre la cual se fundaron las Naciones Unidas; Invita a todas las Naciones
2. A abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza en oposición a la Carta; 3. A abstenerse de toda amenaza y de todo acto que, directa o indirectamente, tienda a menoscabar la libertad, la independencia o la integridad de cualquier Estado, o a fomentar las discordias civiles y a subvertir la voluntad del pueblo en cualquier Estado; 4. A cumplir de buena fe sus acuerdos internacionales; 5. A prestar a todos los órganos de la Naciones Unidas la más amplia cooperación y a permitirles libre acceso para el cumplimiento de las tareas a ellos conadas en virtud de las disposiciones de la Carta; 6. A promover, en reconocimiento de la primordial importancia de preservar la dignidad y el valor de la persona humana plena libertad para la expresión pacíca de la oposición política, plena posibilidad para el ejercicio de la libertad religiosa y pleno respeto para todos los demás derechos fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos del Hombre; 7. A promover, en el campo nacional y mediante la cooperación internacional, los esfuerzos para lograr y mantener niveles de vidas más altos para todos los pueblos;
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8. A eliminar los obstáculos que impiden a los pueblos el libre intercambio de informaciones e ideas, esencial para la comprensión y la paz internacional; Invita a todos los Miembros
9. A participar plenamente en toda la obra de las Naciones Unidas; Invita a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad
10. A ampliar progresivamente su cooperación y a restringir el empleo del veto, a n de hacer, del Consejo de Seguridad un instrumento más ecaz para el mantenimiento de la paz; Invita a todas las Naciones
11. A resolver por medios pacícos las controversias internacionales y a cooperar a los esfuerzos de las Naciones Unidas para resolver los problemas pendientes; 12. A cooperar al logro de la reglamentación internacional efectiva de los armamentos de tipo corriente; y 13. A convenir en el ejercicio de la soberanía nacional conjuntamente con otras naciones, en la medida necesaria para lograr un control internacional de la energía atómica que haga efectiva la prohibición de las armas atómicas y asegure el empleo de la energía atómica únicamente para nes pacícos. 261a. sesión plenaria. 1° de diciembre de 1949.
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Declaración sobre la Preparación de las Sociedades para la paz. (1978). 33/73. Declaración sobre la preparación de las sociedades para vivir en paz La Asamblea General, Recordando que en la Carta los pueblos de las Naciones
Unidas proclamaron que estaban resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y que uno de los propósitos fundamentales de las Naciones Unidas es el de mantener la paz y la seguridad internacionales, Rearmando que, con arreglo a la resolución 95 (I) de 11 de diciembre de 1946 de la Asamblea General, los actos de planificar, preparar, iniciar o librar una guerra de agresión son crímenes contra la paz, y que, con arreglo a la Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, de 24 de octubre de 197071 , y a la Definición de la agresión, de 14 de diciembre de 197472 , la guerra de agresión constituye un crimen contra la paz, Rearmando el derecho de las personas, los Estados y toda la humanidad a vivir en paz, Consciente de que, puesto que las guerras comienzan en
la mente de los hombres, es allí donde debe construirse la defensa de la paz, Reconociendo que la paz entre las naciones es el valor supremo de la humanidad, que aprecian en el más alto grado todos los principales movimientos políticos, sociales y religiosos, Guiada por el elevado objetivo de preparar a las sociedades para las condiciones de su existencia común y su cooperación en paz, igualdad, confianza mutua y comprensión, y de establecer esas condiciones, Reconociendo la función esencial de los gobiernos, así como de las organizaciones gubernamentales y no
71 Resolución 2625 (XXV), anexo. 72 Resolución 3314 (XXIX), anexo.
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gubernamentales, tanto nacionales como internacionales, los medios de información publica, los procesos educativos y los métodos de enseñanza, en el fomento de los ideales de paz y comprensión entre las naciones, Convencida de que, en la era del progreso científico y tecnológico moderno, los recursos de la humanidad, su energía y su talento creador deben destinarse al desarrollo económico, social y cultural pacifico de todos los países, fomentar la aplicación del nuevo orden económico internacional y ponerse al servicio del mejoramiento del nivel de vida de todas las naciones, Subrayando con suma preocupación que la carrera de armamentos, en particular en la esfera nuclear, y el perfeccionamiento de nuevos tipos y sistemas de armas basados en los principios y adelantos científicos modernos amenazan la paz mundial, Recordando que, en el Documento Final de su décimo período extraordinario de sesiones 73 , los Estados Miembros de las Naciones Unidas reafirmaron solemnemente su decisión de seguir haciendo esfuerzos colectivos encaminados a fortalecer la paz y la seguridad internacionales y eliminar el peligro de la guerra, y convinieron que, a fin de facilitar el proceso de desarme, era necesario tomar medidas y aplicar políticas destinadas a fortalecer la paz y la seguridad internacionales y a crear confianza entre los Estados, Rearmando los principios que figuran en la Declaración
sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, de 14 de diciembre de 196074 , en la Declaración sobre el fortalecimiento de la seguridad internacional, de 16 de diciembre de 1970 75 , y en la Declaración sobre la Afirmación y Consolidación de la Distensión Internacional, de 19 de diciembre de 1977 76 , Recordando la Declaración sobre el fomento entre la juventud de los ideales de paz, respeto mutuo y comprensión entre los pueblos, de 7 de diciembre de 1965 77 , Recordando asimismo la Declaración Universal de Derechos Humanos, de 10 de diciembre de 1948 78 , y el Pacto Internacional 73 Resolución S-10/2. 74 Resolución 1514 (XV). 75 Resolución 2734 (XXV). 76 Resolución 32/155. 77 Resolución 2037 (XX). 78 Resolución 217 A (III).
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de Derechos Civiles y Políticos, de 16 de diciembre de 196679 , y teniendo presente que en este ultimo se establece, entre otras cosas, que toda propaganda en favor de la guerra estará prohibida por la ley, I Insta solemnemente a todos los Estados a que en sus actividades se guíen por el reconocimiento de la importancia y la necesidad supremas de establecer, mantener y fortalecer una paz justa y duradera para las generaciones presentes y futuras y, en particular, a que observen los siguientes principios: 1. Toda nación y todo ser humano, independientemente de su raza, convicciones, idioma o sexo, tiene el derecho inmanente a vivir en paz. El respeto de ese derecho, así como de los demás derechos humanos, redunda en el interés común de toda la humanidad y es una condición indispensable para el adelanto de todas las naciones, grandes y pequeñas, en todas las esferas. 2. Una guerra de agresión, su planificación, preparación o iniciación son crímenes contra la paz y están prohibidos por el derecho internacional. 3. De conformidad con los propósitos y principios de las Naciones Unidas, los Estados tienen el deber de abstenerse de hacer propaganda en favor de las guerras de agresión. 4. Todo Estado, actuando con espíritu de amistad y de buena vecindad, tiene el deber de promover la cooperación general mutuamente beneficiosa y equitativa con otros Estados en lo político, lo económico, lo social y lo cultural, independientemente de sus sistemas socioeconómicos, con miras a asegurar su existencia común y su cooperación en paz, en condiciones de compresión mutua y de respeto por la identidad y diversidad de todos los pueblos, y el deber de adoptar medidas conducentes al estímulo de los ideales de paz, humanismo y libertad. 5. Todo Estado tiene el deber de respetar el derecho de todos los pueblos a la libre determinación, la independencia, la igualdad, la soberanía, la integridad territorial de los Estados y la inviolabilidad de sus fronteras, inclusive el derecho a determinar el rumbo de su desarrollo, sin injerencia o intervención ajenas en sus asuntos internos.
79 Resolución 2200 A (XXI), anexo.
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6. Un instrumento básico del mantenimiento de la paz es la eliminación de la amenaza que entraña la carrera de armamentos, así como los esfuerzos encaminados a un desarme general y completo, bajo un control internacional eficaz, inclusive las medidas parciales encaminadas a ese fin, de conformidad con los principios convenidos en las Naciones Unidas y en los acuerdos internacionales pertinentes. 7. Todo Estado tiene el deber de desalentar todas las manifestaciones y prácticas de colonialismo, así como de racismo, discriminación racial y apartheid, por ser contrarias al derecho de los pueblos a la libre determinación y a otros derechos humanos y libertades fundamentales. 8. Todo Estado tiene el deber de desalentar la promoción del odio y los prejuicios contra otros pueblos por ser contrarios a los principios de coexistencia pacifica y cooperación amistosa. II Exhorta a todos los Estados a que, para aplicar los principios enunciados supra: a) Actúen en forma perseverante y consecuente, respetando debidamente los derechos constitucionales y la función de la familia, las instituciones y las organizaciones interesadas, con miras a: i) Asegurar que sus políticas pertinentes para la aplicación de la presente Declaración, inclusive los procesos educativos y los métodos de enseñanza, así como las actividades de los medios de información, tengan un contenido compatible con la tarea de preparar para una vida en paz a sociedades enteras y, en particular, a las generaciones jóvenes; ii) Desalentar y eliminar, en consecuencia, la incitación al odio racial, a la discriminación nacional o de otro género, a la injusticia, o la promoción de la violencia y la guerra; b) Desarrollen distintas formas de cooperación bilateral y multilateral entre si, así como en las organizaciones internacionales, gubernamentales y no gubernamentales, con vistas a realzar la preparación de las sociedades para vivir en paz y, en particular, intercambiar experiencias sobre proyectos acometidos con esa finalidad; III 1. Recomienda que las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales competentes emprendan la acción adecuada para aplicar la presente Declaración;
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Declara que la aplicación plena de los principios
consagrados en la presente Declaración requiere una acción concertada por parte de los gobiernos, las Naciones Unidas y los organismos especializados, en particular la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, así como de otras organizaciones internacionales y nacionales interesadas, tanto gubernamentales como no gubernamentales; 3. Pide al Secretario General que se mantenga al tanto de los progresos hechos en la aplicación de esta Declaración y que presente informes periódicos al respecto a la Asamblea General, el primero de ellos en su trigésimo sexto periodo de sesiones a mas tardar.
„ 85a. sesión plenaria 15 de diciembre de 1978
33/74. No injerencia en los asuntos internos de los Estados La Asamblea General, Recordando sus resoluciones 31/91 de 14 de diciembre de
1976 y 32/153 de 19 de diciembre de 1977, relativas a la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, Tomando nota de los informes del Secretario General 80 en que se exponen las opiniones de los Estados Miembros sobre los medios que permitirían conseguir un mayor respeto del principio de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, 1. Exhorta a todos los Estados a que acaten las disposiciones de las resoluciones 31/91 y 32/153 de la Asamblea General, en que se denuncian todas las formas de injerencia en los asuntos internos o externos de los Estados y se insta a todos los Estados a que, en consonancia con lo dispuesto en la Declaración sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas81, tomen medidas para prevenir toda acción o actividad hostil o agresiva desarrollada dentro de su territorio y dirigida contra la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de otro Estado;
80 A/32/164 y Add.l, A/32/165 y Add.1 y 2, A/33/216 y Add.l . 81 Resolución 2625 (XXV), anexo.
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Educación para una Cultura de Paz 2.
Rearma que una declaración sobre la no injerencia
en los asuntos internos de los Estados seria una contribución importante a una mayor elaboración de los principios encaminados a fortalecer la cooperación equitativa y las relaciones amistosas entre los Estados basadas en la igualdad soberana y el respeto mutuos; 3. Toma nota de que varios Estados Miembros han expresado su apoyo a la preparación de tal declaración; 4. Considera que la expresión de nuevas opiniones facilitaría la elaboración de los principios y disposiciones de una declaración sobre la no injerencia en los asuntos internos de los Estados; 5. Pide al Secretario General que invite una vez mas a los Estados Miembros, en especial a los que aún no lo hayan hecho, a expresar sus opiniones sobre la cuestión de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados y que informe al respecto a la Asamblea General en su trigésimo cuarto periodo de sesiones. 85a. sesión plenaria 15 de diciembre de 1978
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Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz 1
La Asamblea General
Rearmando que el propósito de las Naciones Unidas es el
mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales,
Teniendo presentes los principios fundamentales del derecho
internacional establecidos en la carta de las Naciones Unidas,
Expresando la voluntad y las aspiraciones de todos los pueblos de
eliminar la guerra de la vida de la humanidad, y especialmente, de prevenir una catástrofe nuclear mundial,
Convencida de que una vida sin guerras constituye en el plano
internacional el requisito previo primordial para el bienestar material, el orecimiento y el progreso de los países y la realización total de los derechos y las libertades fundamentales del hombre proclamados por las Naciones Unidas, Consciente de que en la era nuclear el establecimiento de una
paz duradera en la Tierra constituye la condición primordial para preservar la civilización humana y su existencia,
Reconociendo que garantizar que los pueblos vivan en paz es el
deber sagrado de todos los pueblos,
1. Proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta tienen el derecho sagrado a la paz; 2. Declara solemnemente que proteger el derecho de los pueblos a la paz y fomentar su realización es una obligación fundamental de todo Estado; 3. Subraya que para asegurar el ejercicio del derecho de los pueblos a la paz se requiere que la política de los Estados esté orientada hacia la eliminación de la amenaza de la guerra, especialmente de la guerra nuclear, a la renuncia del uso de la fuerza en las relaciones internacionales y el arreglo de las controversias internacionales por medios pacícos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas; 4. Hace un llamamiento a todos los estados y a todas las organizaciones internacionales para que contribuyan por todos los medios a asegurar el ejercicio del derecho de los pueblos a la paz mediante la adopción de medidas pertinentes en los planos nacional e internacional. 1 Proclamada por Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, mediante Resolución 38/11, el 12 de noviembre de 1984.
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ACUERDO DE ESQUIPULAS II Procedimiento para establecer la paz frme y duradera en
Centroamérica
Guatemala, 7 de agosto de 1987 PREÁMBULO Los Presidentes de las Repúblicas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, reunidos en la ciudad de Guatemala el 6 y 7 de agosto de 1987, alentados por la visionaria y permanente voluntad de Contadora y el Grupo de Apoyo en favor de la paz, robustecidos por el apoyo constante de todos lo gobernantes y pueblos del mundo, de sus principales organizaciones internacionales y en especial de la Comunidad Económica Europea y de Su Santidad Juan Pablo Segundo; inspirados en Esquipulas I, y juntos en Guatemala para dialogar en torno al plan de paz presentado por el Gobierno de Costa Rica, hemos acordado: -
-
Asumir plenamente el reto histórico de forjar un destino de paz para Centroamérica. Comprometernos a luchar por la paz y erradicar la guerra. Hacer prevalecer el diálogo sobre la violencia y la razón sobre los rencores. Dedicar a las juventudes de América Central, cuyas legítimas aspiraciones de paz y justicia social, de libertad y reconciliación, han sido frustradas durante muchas generaciones, estos esfuerzos de paz. Colocar al Parlamento Centroamericano como símbolo de libertad e independencia y de la reconciliación a que aspiramos en Centroamérica.
Pedimos respeto y ayuda a la comunidad internacional para nuestros esfuerzos. Tenemos caminos centroamericanos para la paz y el desarrollo, pero necesitamos ayuda para hacerlos realidad. Pedimos un trato internacional que garantice el desarrollo para que la paz que buscamos sea duradera. Reiteramos con rmeza que paz y desarrollo son inseparables. Agradecemos al presidente Vinicio Cerezo Arévalo y al noble pueblo de Guatemala haber sido la casa de esta reunión. La generosidad del mandatario y el pueblo guatemaltecos resultaron decisivos para el clima en que se adoptaron los acuerdos de paz.
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PROCEDIMIENTO PARA ESTABLECER LA PAZ FIRME Y DURADERA EN CENTROAMÉRICA Los Gobiernos de las Repúblicas de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, y Nicaragua, empeñados en alcanzar los objetivos y desarrollar los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la Organización de los Estados Americanos, el Documento de Objetivos, el Mensaje de Caraballeda para la Paz, la Seguridad y la Democracia en América Central, la Declaración de Guatemala, el Comunicado de Punta del Este, el Mensaje de Panamá, la Declaración de Esquipulas, y el proyecto de Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centro América del 6 de junio de 1986, han convenido en el siguiente procedimiento para establecer la paz rme y duradera en Centroamérica. a) Diálogo
1. Reconciliación nacional
Realizar urgentemente en aquellos casos donde se han producido profundas divisiones dentro de la sociedad, acciones de reconciliación nacional que permitan la participación popular, con garantía plena, en auténticos procesos políticos de carácter democrático, sobre bases de justicia, libertad y democracia y, para tal efecto, crear los mecanismos que permitan, de acuerdo con la ley, el diálogo con los grupos opositores. A este n, los Gobiernos correspondientes iniciarán el diálogo con todos los grupos desarmados de oposición política interna y con aquellos que se hayan acogido a la Amnistía. b) Amnistía En cada país centroamericano, salvo en aquellos en donde la Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento determine que no es necesario, se emitirán decretos de amnistía que deberán establecer todas las disposiciones que garanticen la inviolabilidad de la vida, la libertad en todas sus formas, los bienes materiales y la seguridad de las personas a quienes sean aplicables dichos decretos. Simultáneamente a la emisión de los decretos de amnistía, las fuerzas irregulares del respectivo país, deberán poner en libertad a todas aquellas personas que se encuentren en su poder.
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c) Comisión Nacional de Reconciliación Para la vericación del cumplimiento de los compromisos que los cinco Gobiernos centroamericanos contraen con la rma del presente documento, en materia de amnistía, cese del fuego, democratización y elecciones libres, se creará una Comisión Nacional de Reconciliación que tendrá las funciones de constatar la vigencia real del proceso de reconciliación nacional, así como el respeto irrestricto de todos los derechos civiles y políticos de los ciudadanos centroamericanos garantizados en este mismo documento. La Comisión Nacional de Reconciliación estará integrada por un delegado propietario y un suplente del Poder Ejecutivo, un titular y un suplente sugerido por la Conferencia Episcopal y escogido por el Gobierno de una terna de Obispos que deberá ser presentada dentro del plazo de quince días después de recibida la invitación formal. Esta invitación la formularán los gobiernos dentro de los cinco días hábiles siguientes a la rma de este documento. El mismo procedimiento de terna se utilizará para la selección de un titular y un suplente de los partidos políticos de oposición legalmente inscritos. La terna deberá ser presentada en el mismo plazo anterior. Cada Gobierno Centroamericano escogerá, además, para integrar dicha comisión, a un ciudadano notable que no pertenezca ni al gobierno ni al partido de gobierno, y a su respectivo suplente. El acuerdo o decreto en que se integre la respectiva Comisión Nacional, será comunicado de inmediato a los otros Gobiernos Centroamericanos. 2. Exhortación al cese de hostilidades Los gobiernos hacen una exhortación vehemente para que, en los Estados del área que actualmente sufren la acción de grupos irregulares o insurgentes, se concierte el cese de las hostilidades. Los gobiernos de dichos Estados se comprometen a realizar todas las acciones necesarias para lograr un efectivo cese del fuego dentro del marco constitucional. 3. Democratización Los gobiernos se comprometen a impulsar un auténtico proceso democrático pluralista y participativo que implique la promoción de la justicia social, el respeto de los Derechos Humanos, la soberanía, la integridad territorial de los Estados y el derecho de todas las naciones a determinar libremente y sin injerencias externas de ninguna clase, su modelo económico, político y social, y realizarán, de manera vericable, las medidas conducentes al
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establecimiento y, en su caso, al perfeccionamiento de sistemas democráticos, representativos y pluralistas que garanticen la participación de partidos políticos y la efectiva participación popular en la toma de decisiones y aseguren el libre acceso de las diversas corrientes de opinión a procesos electorales honestos y periódicos, fundados en la plena observancia de los derechos ciudadanos. Para efectos de vericar la buena fe en el desarrollo de este proceso de democratización, se entenderá que: a) Deberá existir completa libertad para la televisión, la radio y la prensa. Esta completa libertad comprenderá la de abrir y mantener en funcionamiento medios de comunicación para todos los grupos ideológicos y para operar esos medios sin sujeción a censura previa. b) Deberá manifestarse el pluralismo político partidista total. Las agrupaciones políticas tendrán, en ese aspecto amplio acceso a los medios de comunicación, pleno disfrute de los derechos de asociación irrestricto de la publicidad oral, escrita y televisiva, así como la libre movilidad para los miembros de los partidos políticos en función proselitista. c) Asimismo, los Gobiernos Centroamericanos que tengan en vigencia el estado de excepción, sitio o emergencia, deberán derogarlo, haciendo efectivo el estado de derecho con plena vigencia de todas las garantías constitucionales. 4. Elecciones libres Creadas las condiciones inherentes a toda democracia, deberán celebrarse elecciones libres, pluralistas y honestas. Como expresión conjunta de los Estados centroamericanos para encontrar la reconciliación y la paz duradera para sus pueblos, se celebrarán elecciones para la integración del Parlamento Centroamericano, cuya creación se propuso mediante la “Declaración de Esquipulas”, el 25 de mayo de 1986. A los propósitos anteriores, los mandatarios expresaron su voluntad de avanzar en la organización de dicho Parlamento, a cuyo efecto la Comisión Preparatoria del Parlamento Centroamericano deberá concluir sus deliberaciones y entregar a los presidentes centroamericanos el respectivo proyecto de Tratado dentro de 150 días. Estas elecciones se realizarán simultáneamente en todos los países de América Central en el primer semestre de 1988, en
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la fecha que oportunamente convendrán los presidentes de los Estados centroamericanos. Estarán sujetas a la vigilancia de los Órganos Electorales correspondientes, comprometiéndose los respectivos Gobierno extender invitación a la Organización de los Estados Americanos y a las Naciones Unidas, así como a Gobiernos de terceros Estados, para que envíen observadores que deberán constatar que los procesos electorales se han regido por las más estrictas normas de igualdad de acceso de todos los partidos políticos a los medios de comunicación social, así como por amplias facilidades para que realicen manifestaciones públicas y todo otro tipo de propaganda proselitistas. A efecto de que las elecciones para integrar el Parlamento Centroamericano se celebren dentro del plazo que se señala en este apartado, el tratado constitutivo correspondiente deberá ser sometido a la aprobación o raticación en los cinco países. Luego de efectuadas las elecciones para integrar el Parlamento Centroamericano, deberán realizarse, en cada país, con observadores internacionales e iguales garantías, dentro de los plazos establecidos y los calendarios que deberán proponerse de acuerdo a las actuales Constituciones Políticas, elecciones igualmente libres y democráticas para el nombramiento de representantes populares en los municipios, los Congresos y Asambleas Legislativas y la Presidencia de la República. 5. Cese de la ayuda a las fuerzas irregulares o a los movimientos insurreccionales Los gobiernos de los cinco Estados centroamericanos solicitarán a los gobiernos de la región y a los Gobiernos extrarregionales que, abierta o veladamente proporcionan ayuda militar, logística, nanciera, propagandista, en efectivos humanos, armamentos, municiones y equipos a fuerzas inrregulares o movimiento insurreccionales, que cesen esa ayuda, como un elemento indispensable para lograr la paz estable y duradera en la región. No queda comprendida en lo anterior la ayuda que se destine a repatriación o, en su defecto, reubicación y asistencia necesaria para la reintegración a la vida normal de aquellas personas que hayan pertenecido a dichos grupos o fuerzas. Igualmente solicitarán a las fuerzas irregulares y a los grupos insurgentes que actúan en América Central, abstenerse de recibir esa ayuda, en aras de un auténtico espíritu latinoamericanista. Estas peticiones se harán en cumplimiento de lo establecido en el Documento de Objetivos en cuanto a eliminar el tráco de armas, intrarregional o proveniente de fuera de la región, destinado a
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personas, organizaciones o grupos que intenten desestabilizar a los Gobiernos de los países centroamericanos. 6. No uso del territorio para agredir a otros estados Los cinco países que suscriben este documento reiteran su compromiso de impedir el uso del propio territorio y no prestar ni permitir apoyo militar logístico a personas, organizaciones o grupos que intenten desestabilizar a los Gobiernos de los países de Centro América. 7. Negociaciones en materia de seguridad, verifcación,
control y limitación de armamento
Los gobiernos de los cinco Estados centroamericanos, con la participación del Grupo de Contadora, en ejercicio de su función mediadora, proseguirán las negociaciones sobre los puntos pendientes de acuerdo, en materia de seguridad, vericación y control, en el proyecto de Acta de Contadora para la Paz y la Cooperación en Centroamérica. 8. Refugiados y desplazados Los gobiernos centroamericanos se comprometen a atender con sentido de urgencia los ujos de refugiados y desplazados que la crisis regional ha provocado, mediante protección y asistencia, especialmente en los aspectos de salud, educación, trabajo y seguridad, así como a facilitar su repatriación, reasentamiento o reubicación, siempre y cuando sea de carácter voluntario y se manieste individualmente. También se comprometen a gestionar ante la Comunidad Internacional ayuda para los refugiados y desplazados centroamericanos, tanto en forma directa, mediante convenios bilaterales o multilaterales, como por medio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y otros organismos y agencias. 9. Cooperación, democracia y libertad para la paz y el desarrollo En el clima de libertad que garantiza la democracia, los países de Centroamérica adoptarán los acuerdos que permitan acelerar el desarrollo, para alcanzar sociedades más igualitarias y libres de la miseria.
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La consolidación de la democracia implica la creación de un sistema de bienestar y justicia económica y social. Para lograr estos objetivos los gobiernos gestionarán conjuntamente un apoyo económico extraordinario de la Comunidad Internacional. 10. Verifcación y seguimiento internacional
a) Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento Se creará una Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento, conformada por los Secretarios Generales, o sus representantes, de la Organización de los Estados Americanos y de las Naciones Unidas, así como por los Cancilleres de América Central, del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo. Esta Comisión tendrá las funciones de vericación y seguimiento del cumplimiento de los compromisos contenido en este documento. b) Respaldo y facilidades a los mecanismos de reconciliación y de vericación y seguimiento. Con el objeto de fortalecer la gestión de la Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento, los gobiernos de los cinco Estados centroamericanos emitirán declaraciones de respaldo a su labor. A estas declaraciones podrán adherirse todas las naciones interesadas en promover la causa de la libertad, la democracia y la paz en Centroamérica. Los cinco gobiernos brindarán todas las facilidades necesarias para el cabal cumplimiento de las funciones de vericación y seguimiento de la Comisión Nacional de Reconciliación de cada país y de la Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento. 11. Calendario de ejecución de compromisos Dentro del plazo de quince días a partir de la rma de este documento, los Cancilleres de Centroamérica se reunirán en calidad de Comisión Ejecutiva para reglamentar, impulsar y viabilizar el cumplimiento de los acuerdos contenidos en el presente documento; y organizar las comisiones de trabajo para que a partir de esta fecha, se inicien los procesos que conduzcan al cumplimiento de los compromisos contraídos dentro de los plazos estipulados, por medio de consultas, gestiones y demás mecanismos que se estimen necesarios. A los 90 días, contados a partir de la fecha de la rma de este documento, entrarán a regir simultáneamente en forma pública los compromisos relacionados con amnistía, cese del fuego, democratización, cese de la ayuda a las fuerzas irregulares o a los
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movimientos insurreccionales y no uso del territorio para agredir a otros Estados, como se dene en el presente documento. A los 120 días a partir de la rma de este documento, la Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento analizará el progreso en el cumplimiento de los acuerdos previstos en el presente documento. A los 150 días, los cinco Presidentes centroamericanos se reunirán y recibirán un informe de la Comisión Internacional de Vericación y Seguimiento y tomarán las decisiones pertinentes. DISPOSICIONES FINALES Los puntos comprendidos en este documento forman un todo armónico e indivisible. Su rma entraña la obligación, aceptada de buena fe, de cumplir simultáneamente lo acordado en los plazos establecidos. Los presidentes de los cinco Estados de la América Central, con la voluntad política de responder a los anhelos de paz de nuestros pueblos, lo suscribimos en la Ciudad de Guatemala, a los siete días del mes de agosto de mil novecientos ochenta y siete. OSCAR ARIAS SÁNCHEZ Presidente República de Costa Rica JOSÉ NAPOLEÓN DUARTE Presidente República de El Salvador VINICIO CEREZO ARÉVALO Presidente República de Guatemala JOSÉ AZCONA HOYO Presidente República de Honduras DANIEL ORTEGA SAAVEDRA Presidente República de Nicaragua
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DECLARACION DE YAMUSUKRO SOBRE LA PAZ EN LA MENTE DE LOS HOMBRES Yamusukro, Côte d’Ivoire, 1º de julio de 1989 I La paz es esencialmente el respeto de la vida. La paz es el bien más preciado de la humanidad. La paz no es sólo el término de los conictos armados. La paz es un comportamiento. La paz es una adhesión profunda del ser humano a los principios de libertad, justicia, igualdad y solidaridad entre todos los seres humanos. La paz es también una asociación armoniosa entre la humanidad y el medio ambiente. Hoy en día, en vísperas del siglo XXI, la paz está a nuestro alcance. ** * El Congreso Internacional sobre la Paz en la Mente de los Hombres, reunido por iniciativa de la UNESCO en Yamusukro, corazón del Africa, cuna de la humanidad y, sin embargo, tierra de sufrimientos y de desarrollo desigual, ha congregado a hombres y mujeres de cinco continentes, consagrados a la causa de la paz. La creciente dependencia mutua entre las naciones y la conciencia cada vez mayor de la seguridad común son signos que permiten abrigar esperanzas. Algunos países han anunciado y adoptado medidas de desarme que contribuyen a aojar las tensiones. Se ha avanzado en la solución pacíca de los litigios internacionales. Los mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos suscitan mayor reconocimiento. No obstante, el Congreso también observó la persistencia de diversos conictos armados en el mundo. Existen igualmente otras situaciones conictivas, como el apartheid en Sudáfrica, la falta de respeto a la integridad de los países, el racismo, la intolerancia, la discriminación, en especial con respecto a la mujer, y sobre todo las presiones económicas en todas sus formas. Además, el Congreso comprobó que han surgido nuevas amenazas, no militares, a la paz. Entre ellas guran el desempleo,
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las drogas, la falta de desarrollo y la deuda del Tercer Mundo derivadas especialmente del desequilibrio entre los países industrializados y los países en desarrollo, y de las dicultades de los países del Tercer Mundo para que se reconozca el valor de sus recursos; por último, los daños causados al medio ambiente por la actividad humana, como el deterioro de los recursos naturales, los cambios climáticos, la deserticación, la destrucción de la capa de ozono y la contaminación, que ponen en peligro las diversas formas de vida en la tierra. El Congreso insistió en la necesidad de suscitar conciencia sobre estos problemas. ** * Los seres humanos no pueden trabajar para un futuro que son incapaces de imaginar, y por esta razón el Congreso se abocó a congurar un porvenir que pudiera merecer la conanza de la humanidad. La humanidad sólo puede asegurar su futuro mediante una cooperación que respete la primacía del derecho, tome en cuenta el pluralismo, vele por una mayor justicia en los intercambios económicos internacionales y se apoye en la participación de toda la sociedad civil en la construcción de la paz. El Congreso arma que los individuos y las sociedades tienen derecho a un medio ambiente de calidad, elemento fundamental de la paz. Por otra parte, la humanidad dispone actualmente de nuevas tecnologías cuyo uso ecaz depende, sin embargo, de la paz, puesto que deben servir a este n y los benecios resultantes sólo pueden garantizarse plenamente en un mundo pacíco. Por último, el Congreso reconoce que la violencia en los seres humanos no resulta de una determinación biológica y que éstos no están predestinados a comportarse naturalmente de manera violenta. La búsqueda de la paz es una aventura estimulante. Así pues, el Congreso propone un nuevo programa que permita adoptar medidas concretas y ecaces, que favorezca nuevos puntos de vista y métodos en la cooperación, la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación, y que tome en cuenta las tradiciones culturales de las diferentes regiones del mundo. Estas actividades deberán ejecutarse en cooperación con las organizaciones y organismos internacionales, entre ellos, la Universidad de las Naciones Unidas, la Universidad para la Paz de Costa Rica y la Fundación Internacional Félix Houphouët-Boigny para la Paz, de Yamusukro.
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De conformidad con su Constitución, la UNESCO ha asumido un compromiso en la causa de la paz. La paz es también el objetivo de Yamusukro. El Congreso celebrado en esta ciudad conrma las esperanzas de la humanidad. II PROGRAMA PARA LA PAZ El Congreso invita a los Estados, a las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, a las comunidades cientícas, educativas y culturales del mundo y a todos los individuos a: a) contribuir a la construcción de una nueva concepción de la paz, mediante el desarrollo de una cultura de la paz, fundada en los valores universales del respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la tolerancia, los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres; b) suscitar una mayor conciencia del destino común de la humanidad para favorecer la aplicación de políticas comunes que garanticen la justicia en las relaciones entre los seres humanos y una relación armoniosa entre la humanidad y la naturaleza; c) incorporar en todos los programas de enseñanza elementos relativos a la paz y los derechos humanos, con carácter permanente; d) alentar actividades coordinadas en el plano internacional, con miras a administrar y proteger el medio ambiente y procurar que las actividades llevadas a cabo bajo la autoridad o la supervisión de cualquier Estado no perjudiquen la calidad del medio ambiente de los demás Estados ni la biosfera. El Congreso recomienda a la UNESCO que contribuya en todo cuanto sea posible a los programas en favor de la paz. Recomienda en especial que se examinen las siguientes propuestas: 1. Que se preste atención a la Declaración de Sevilla sobre la Violencia (1986), primera etapa de un importante proceso de reexión que tiende a refutar el mito de que la violencia humana organizada obedecería a una determinación biológica. Es necesario difundir dicha Declaración, con las observaciones adecuadas, en el mayor número posible de idiomas. Este proceso de reexión podría estar seguido de
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Educación para una Cultura de Paz
un seminario interdisciplinario dedicado al estudio de los orígenes culturales y sociales de la violencia. 2. Que se fomente la enseñanza y la investigación en el ámbito de la paz. Esta actividad debería basarse en un enfoque interdisciplinario y apuntar al estudio de las relaciones entre la paz, los derechos humanos, el desarme, el desarrollo y el medio ambiente. 3. Que se prosiga el establecimiento del Programa Internacional de Educación sobre el Medio Ambiente (UNESCO-PNUMA), en cooperación con los Estados Miembros, en particular a n de poner en práctica la Estrategia internacional de desarrollo de la educación y formación ambiental para el decenio de 1990. Esta Estrategia debe tomar plenamente en cuenta la nueva concepción de la paz. 4. Que se emprenda, con la Universidad de las Naciones Unidas, un estudio sobre la creación de un instituto internacional de educación para la paz y los derechos humanos, destinado en particular a capacitar al futuro personal directivo, mediante un sistema de intercambios, actividades docentes y pasantías. 5. Que se prepare una recopilación de textos procedentes de todas las culturas, donde se destaquen las convergencias sobre los temas de la paz, la tolerancia y la fraternidad. 6. Que se elaboren medidas para reforzar la aplicación de los instrumentos internacionales de las Naciones Unidas, y en particular de la UNESCO, actuales y futuros, relativos a los derechos humanos, la paz, el medio ambiente y el desarrollo, y de los que incitan al uso de los mecanismos jurídicos, del diálogo, de la mediación y la solución pacíca de los litigios.
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Educación para una Cultura de Paz El Manifesto de Sevilla
Difundido por decisión de la Conferencia general de la UNESCO en su vigesimoquinta sesión París, Francia, el 16 de noviembre de 1989 Esta información es dada por:
INTRODUCCION
Convencidos de que es responsabilidad nuestra como investigadores en diversas disciplinas llamar la atención sobre las actividades más peligrosas y más destructivas de nuestra especie, a saber la violencia y la guerra; reconociendo que la ciencia es un producto de la cultura que no puede tener carácter denitivo o abarcar todas las actividades humanas; agradecidos por el apoyo que hemos recibido de las autoridades de Sevilla y de los representantes españoles de la UNESCO; nosotros, los universitarios abajo rmantes, originarios del mundo entero y representantes de las disciplinas pertinentes, nos hemos reunido y hemos logrado el siguiente maniesto sobre la violencia. En este maniesto, impugnamos cierto número de presuntos descubrimientos biológicos que han sido utilizados por personas, incluso en nuestros respectivos ámbitos, pasar justicar la violencia y la guerra. Puesto que la utilización de estos “descubrimientos” ha creado un China de pesimismo en nuestras sociedades, proclamamos que la denuncia pública y reexionada de tales manipulaciones constituye una contribución importante al Año Internacional de la Paz. UNESCO Unidad Cultura de Paz (CPP) Comunicación e Información 7, place de Fontenoy 75352 París 07 SP FRANCIA Tfo: (+33 1) 45 68 12 19 Fax: (+33 1) 45 68 55 57 e-mail:
[email protected] Internet: www.unesco.org/cpp
El mal uso de hechos y teorías cientícos con el n de legitimar la violencia y la guerra, sin ser un fenómeno nuevo, está estrechamente asociado al advenimiento de la ciencia moderna. Por ejemplo, la teoría de la evolución ha sido “utilizada” para justicar no sólo la guerra, sino también el genocidio, el colonialismo y la eliminación del más débil. Explicamos nuestro punto de vista en forma de cinco proposiciones. Somos perfectamente conscientes de que, en el marco de nuestras disciplinas, se podría hablar de muchas otras cuestiones que también atañen a la violencia y la guerra, pero nos ceñiremos voluntariamente a lo que consideramos una primera etapa esencial.
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Educación para una Cultura de Paz
PRIMERA PROPOSICION CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que hemos heredado de nuestros antepasados los animales una propensión a hacer la guerra. Aunque el combate sea un fenómeno muy expandido en las especies animales, en las especies vivas sólo se conocen algunos casos de luchas destructoras intra-especies entre grupos organizados. Y en ningún caso implican el recurso a utensilios usados como armas. El comportamiento predador que se ejerce con respecto a otras especies, comportamiento normal, no puede ser considerado como equivalente a la violencia intra-especies. La guerra es un fenómeno especícamente humano que no se encuentra en los demás animales. El hecho de que la guerra haya cambiado de manera tan radical a lo largo de los tiempos prueba claramente que se trata de un producto de la cultura. La liación biológica de la guerra se establece, principalmente, a través del lenguaje que hace posibles la coordinación entre los grupos, la transmisión de la tecnología y el uso de utensilios. Desde un punto de vista biológico, la guerra es posible pero no tiene carácter ineluctable como lo demuestran las variaciones de lugar y de naturaleza que ha sufrido en el tiempo y en el espacio. Existen culturas que desde hace siglos no han hecho la guerra y otras que en ciertos periodos la han hecho con frecuencia y luego han vivido en paz durante mucho tiempo. SEGUNDA PROPOSICION CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que la guerra o cualquier otra forma de comportamiento violento está genéticamente programada en la naturaleza humana. Aunque los genes están implicados a todos los niveles del funcionamiento del sistema nervioso, son la base de un potencial de desarrollo que sólo se realiza en el marco del entorno social y ecológico. Aunque indiscutiblemente varía la predisposición de los individuos a sufrir la huella de su experiencia, no obstante, sus personalidades son determinadas por la interacción entre su dotación genética y las condiciones de su educación. Con excepción de algunos raros estados patológicos, los genes no producen individuos necesariamente predispuestos a la violencia. Pero el caso contrario también es cierto. Aunque los genes estén implicados en nuestro comportamiento, ellos solos no pueden determinarlo totalmente.
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TERCERA PROPOSICION CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que a lo largo de la evolución humana se haya operado una selección en favor del comportamiento agresivo sobre otros tipos. En todas las especies bien estudiadas, la capacidad para cooperar y cumplir funciones sociales adaptadas a la estructura de un grupo determina la posición social de sus miembros. El fenómeno de “dominación” implica lazos sociales y liaciones; no resulta sólo de la posesión y la utilización de una fuerza física superior, aunque pone en juego comportamientos agresivos. Cuando, por la selección genética, se han creado articialmente tales comportamientos en los animales, se ha constatado la aparición rápida de individuos no hiperagresivos; ésto permite pensar que en condiciones naturales la presión en favor de la agresividad no había alcanzado naturalmente su nivel máximo. Cuando tales animales hiperagresivos están presentes en un grupo, o destruyen la estructura social, o son eliminados de ella. La violencia no se inscribe ni en nuestra herencia evolutiva ni en nuestros genes. CUARTA PROPOSICION CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que los hombres tienen “un cerebro violento”; aunque nuestro aparato neurológico nos permite actuar con violencia, no se activa de manera automática por estímulos internos o externos. Como en los primates superiores y contrariamente a los demás animales, las funciones superiores neurológicas ltran estos estímulos antes de responder. Nuestros comportamientos están modelados por nuestros tipos de condicionamiento y nuestros modos de socialización. No hay nada en la siología neurológica que nos obligue a reaccionar violentamente. QUINTA PROPOSICION CIENTIFICAMENTE ES INCORRECTO decir que la guerra es un fenómeno instintivo o que responde a un único móvil. El surgimiento de la guerra moderna es el punto nal de un recorrido que, comenzando por factores emocionales, a veces cualidades instintivas, ha desembocado en estos factores cognoscitivos. La guerra moderna pone en juego la utilización institucionalizada de una parte de las características personales tales como la obediencia ciega o el idealismo, y por otras aptitudes sociales tales como el lenguaje; nalmente implica planteamientos racionales tales como la evaluación de las cosas, la planicación y el tratamiento de la información.
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Educación para una Cultura de Paz
Las tecnologías de la guerra moderna han acentuado considerablemente el fenómeno de la violencia, sea a nivel de la formación de los combatientes o en la preparación psicológica a la guerra (de la población). Debido a esa ampliación, se tiende a confundir las causas y las consecuencias. CONCLUSION Como conclusión proclamamos que la biología no condena a la humanidad a la guerra, al contrario, que la humanidad puede liberarse de una visión pesimista traída por la biología y, una vez recuperada su conanza, emprender, en este Año Internacional de la Paz y en los años venideros, las transformaciones necesarias de nuestras sociedades. Aunque esta aplicación depende principalmente de la responsabilidad colectiva, debe basarse también en la conciencia de individuos, cuyo optimismo o pesimismo son factores esenciales. Así como “las guerras empiezan en el alma de los hombres”, la paz también encuentra su origen en nuestra alma. La misma especie que ha inventado la guerra también es capaz de inventar la paz. La responsabilidad incumbe a cada uno de nosotros.
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Educación para una Cultura de Paz
DECLARACION SOBRE EL PAPEL DE LA RELIGION EN LA PROMOCION DE UNA CULTURA DE PAZ Barcelona, España, el 18 de diciembre de 1994
Nosotros, los participantes en la reunión “La contribución de las religiones a la cultura de la paz”, organizada por la UNESCO y el Centro UNESCO de Cataluña, que se celebró en Barcelona del 12 al 18 de diciembre de 1994, Profundamente preocupados por la situación actual del mundo, así como por la intensicación de los conictos armados y la violencia, la pobreza, la injusticia social y las estructuras de opresión, Reconociendo que la religión es importante en la vida humana, Declaramos lo siguiente: NUESTRO MUNDO 1. Vivimos en un mundo en el que el aislamiento ya no es posible. Vivimos en una época caracterizada por la movilidad sin precedentes de los pueblos y el cruzamiento de las culturas. Somos todos interdependientes y compartimos la responsabilidad ineludible del bienestar del mundo entero. 2. Hacemos frente a una crisis que puede llevar al suicidio de la especie humana, o bien deparamos un nuevo despertar y una nueva esperanza. Creemos que la paz es posible. Sabemos que la religión por sí sola no resuelve todos los males de la humanidad, pero que tiene un papel indispensable que desempeñar en este crítico momento. 3. Somos conscientes de la diversidad religiosa y cultural de nuestro mundo. Cada cultura es en sí misma un universo, que sin embargo no es cerrado. Las culturas dan a las religiones su lenguaje y las religiones ofrecen a cada cultura su signicado esencial. La paz no será posible sino reconocemos el pluralismo y respetamos la diversidad. Buscamos una armonía que es la esencia misma de la paz. 4. Entendemos la cultura como un modo de ver el mundo y de vivir en él. Ello supone cultivar los valores y formas de vida que reejan la visión del mundo propia de cada cultura. Por consiguiente ni el signicado de la paz ni el de la religión pueden reducirse a un único y rígido concepto, al igual que
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una sola lengua no puede transmitir toda la gama de la experiencia humana. 5. Para algunas culturas, la religión es una forma de vida que impregna toda la actividad humana. Para otras, representa la más alta aspiración de la existencia. Otras aún creen que las religiones son instituciones portadoras de un mensaje de salvación. 6. Las religiones han contribuido a la paz del mundo, pero también han sido causa de división, odio y guerras. Con demasiada frecuencia, los creyentes hemos traicionado los elevados ideales que nosotros mismos habíamos predicado. Nos sentimos obligados a un acto de arrepentimiento sincero y mutuo perdón, personal y colectivo, de unos a otros y a la humanidad en general, a la Tierra y a todos los seres que la pueblan. LA PAZ 7. La paz presupone la plena preservación del amor, la compasión, la dignidad humana y la justicia. 8. La paz entraña la comprensión del hecho de que todos somos interdependientes y estamos relacionados los unos con los otros. Individual y colectivamente, somos responsables del bien común, que incluye el bienestar de las generaciones futuras. 9. La paz nos exige que respetemos la Tierra y todas las formas de vida, especialmente la vida humana. Nuestra conciencia ética nos obliga a poner límites a la tecnología. Debemos concentrar nuestros esfuerzos en la eliminación del consumismo y la mejora de la calidad de la vida. 10. La paz es un viaje, un proceso que no tiene n. COMPROMISO 11. Debemos estar en paz con nosotros mismos, tratar de conseguir la paz interior mediante la reexión personal y el crecimiento espiritual, cultivando una espiritualidad que se concrete en la acción. 12. Nos comprometemos a sustentar y fortalecer el hogar y la familia como viveros de la paz En hogares, en las comunidades, naciones y en el mundo entero:
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13. Nos comprometemos a resolver o mitigar los conictos sin recurrir a la violencia, y a prevenirles a través de la educación y la búsqueda de la justicia. 14. Nos comprometemos a contribuir a la atenuación de las escandalosas diferencias económica que existen entre diversos grupos humanos, y a la erradicación de otras formas de violencia y de amenazas contra la paz, como el derroche de los recursos, la extrema pobreza, el racismo, los terrorismos de todas las clases, la indiferencia hacia el prójimo, la corrupción y la delincuencia. 15. Nos comprometemos a superar todas las formas de discriminación, *Colonialismo, explotación y dominio, y a promover instituciones basadas en la responsabilidad compartida y la participación. Los derechos humanos, entre los que guran la libertad religiosa y los derechos de las minorías, deben ser respetados. 16. Nos comprometemos a garantizar una educación para todos que sea verdaderamente humana, una educación para la paz, la libertad, los derechos humanos y una formación religiosa que promueva la apertura de espíritu y la tolerancia. 17. Nos comprometemos a promover una sociedad civil que respete el medio ambiente y la justicia social. Este proceso deberá indicares en el plano local, para pasar después a los planos nacional y transnacional. 18. Nos comprometemos a trabajar por un mundo sin armas y a desmantelar las industrias bélicas. RESPONSABILIDAD RELIGIOSA 19. Nuestras comunidades creyentes tienen la responsabilidad de fomentar una conducta inspirada en la sabiduría, la compasión, el afán de compartir, la caridad, la solidaridad y el amor, que guíe a todos por los caminos de la libertad y la responsabilidad. Las religiones deben ser una fuente de energía liberadora. 20. Hemos de tener siempre presente que nuestras religiones no deben identicarse con los poderes políticos, económicos o sociales, sino que han de mantenerse libres para trabajar por la justicia y la paz. No debemos olvidar que los regímenes políticos confesionales pueden ocasionar graves daños a los valores religiosos y a la sociedad. Debemos distinguir entre el fanatismo y el fervor religioso.
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21. Debemos favorecer la paz combatiendo las tendencias, tanto individuales como comunitarias, a asumir, e incluso a enseñar, que hay quienes son indiferentemente superiores a los demás. Reconocemos y alentamos a todos aquellos que buscan la paz por medios no violentos. Repudiamos los asesinatos cometidos en nombre de la religión. 22. Promoveremos el diálogo y la armonía entre las distintas religiones y en el interior de cada una de ellas, reconociendo y respetando la búsqueda de la verdad y de la sabiduría en las religiones que no sean la nuestra propia. Dialogaremos con todos, estableciendo una sincera y amistosa colaboración con quienes comparten este peregrinaje que es la vida. LLAMAMIENTO 23. Arraigados en nuestra fe, edicaremos una cultura de paz basada en la no violencia, la tolerancia y el diálogo, el entendimiento mutuo y la justicia. Exhortamos a las instituciones de la sociedad civil, al sistema de las Naciones Unidas, a los gobiernos, a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, a las empresas y a los medios de comunicación a reforzar su compromiso en pro de la paz y a escuchar el clamor de las víctimas y los desposeídos. Exhortamos a las diferentes religiones y tradiciones culturales a colaborar en esta tarea y a ayudarnos a difundir el mensaje de la paz. Firman los presidentes de la sesión
JOAQUIM XICOY, Presidente del Parlamento Catalán FEDERICO MAYOR, Director General de la UNESCOy los participantes
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Declaración sobre la contribución de las mujeres a una cultura de paz (Cuarta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer) Beijing, China, 4-15 de septiembre de 1995 En el umbral del siglo XXI, un movimiento dinámico hacia una cultura de paz obtiene su inspiración y su esperanza de las percepciones y acciones de las mujeres. Es importante sacar fuerzas de la diversidad cultural y volver a denir el concepto de seguridad de forma que abarque la seguridad ecológica, económica, social, cultural y personal. Es primordial sustituir las relaciones desiguales entre los géneros por una igualdad auténtica y práctica entre hombres y mujeres para que las democracias puedan ser realmente participativas. El nuestro sigue siendo un planeta armado y belicoso. Simplemente en la primera mitad de este decenio, más de noventa conagraciones de diversos tipos se han cobrado un gran número de vidas humanas, han retrasado el desarrollo social y económico y han reducido los recursos mundiales. Las mujeres siguen sufriendo violaciones sistemáticas de sus derechos humanos y permaneciendo, en buena medida, excluidas de los procesos de adopción de decisiones. En situaciones de guerra y ocupación militar, las mujeres son, hasta un grado alarmante, el blanco y las víctimas de atrocidades y agresiones. Para combatir la guerra como expresión suprema de la cultura de violencia tenemos que resolver problemas como la violencia que se ejerce contra las mujeres en el hogar, los actos y reejos de agresión e intolerancia en la vida cotidiana, la trivialización de la violencia en los medios de comunicación, la gloricación implícita de la guerra en la enseñanza de la historia, el tráco de armas y de drogas, el terrorismo y la negación de los derechos humanos fundamentales y las libertades democráticas. Una cultura de paz exige que hagamos frente a la violencia de la penuria económica y social. La pobreza y las injusticias sociales, como la exclusión y la discriminación, repercuten con especial fuerza en las mujeres. Es indispensable corregir las asimetrías agrantes de riqueza y oportunidades dentro de cada país y entre los distintos países para atajar de raíz las causas de la violencia en el mundo.
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La igualdad, el desarrollo y la paz están inextricablemente unidos. No puede haber paz duradera sin desarrollo, del mismo modo que no puede haber un desarrollo sostenible sin una plena igualdad entre hombres y mujeres. El nuevo milenio ha de representar un nuevo comienzo. Hemos de esforzarnos por evitar la violencia en todos los niveles, examinar alternativas a los conictos violentos y forjar actitudes de tolerancia e interés activo hacia los demás. La sociedad humana tiene capacidad para afrontar los conictos de modo que se conviertan en parte de una dinámica de cambio positivo. Siempre y cuando se lleven a cabo con la plena participación de las mujeres, las acciones para poner n a una cultura omnipresente de violencia no están fuera del alcance de las poblaciones y los gobiernos del mundo. Los esfuerzos por alcanzar una cultura de paz deben basarse en la educación; como se arma en la Constitución de la UNESCO: Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz.
Las niñas y mujeres constituyen una gran mayoría de los excluidos de la educación en todo el mundo. Garantizar la igualdad de acceso y de oportunidades entre los sexos en materia de educación es un requisito previo para lograr los cambios de actitudes y mentalidades de los que depende una cultura de paz. La igualdad en la educación es la clave para cumplir otros requisitos de una cultura de paz, entre ellos los siguientes: el pleno respeto de los derechos humanos de las mujeres; la liberación y utilización del potencial creativo de las mujeres en todos los aspectos de la vida; la coparticipación en el poder y la igual participación en la adopción de decisiones por parte de mujeres y hombres; la reorientación de las políticas sociales y económicas para que las oportunidades sean las mismas y se establezcan modelos nuevos y más equitables de relaciones entre los géneros, todo lo cual presupone una reforma radical de las estructuras y los procesos sociales. La capacidad de dirección de las mujeres debe aprovecharse plenamente y en benecio de todos para avanzar hacia una cultura de paz. Su participación históricamente escasa en el gobierno ha dado lugar a una deformación de los conceptos y a una limitación de los procesos. En ámbitos como la prevención de los conictos, el fomento del diálogo intercultural y la reparación de la injusticia socioeconómica, las mujeres pueden generar enfoques innovativos y sumamente necesarios para la edicación de la paz.
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Las mujeres aportan a la causa de la paz entre los pueblos y las naciones experiencias, competencias y perspectivas diferentes. La función que cumplen las mujeres de dar y sustentar la vida les ha proporcionado aptitudes e ideas esenciales para unas relaciones humanas pacícas y para el desarrollo social. Las mujeres se adhieren con menos facilidad que los hombres al mito de la ecacia de la violencia y pueden aportar una amplitud, una calidad y un equilibrio de visión nuevos con miras al esfuerzo común que supone pasar de una cultura de guerra a una cultura de paz. Con este fn, los abajo frmantes nos comprometemos a :
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apoyar los esfuerzos nacionales e interna-cionales para garantizar la igualdad de acceso a todas las formas de oportunidades de aprendizaje, con objeto de facilitar el acceso de las mujeres al poder y a la adopción de decisiones;
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propiciar una educación de adecuada calidad que enseñe los derechos humanos de hombres y mujeres, las aptitudes para la resolución no violenta de los conictos, el respeto del medio ambiente natural, el entendimiento intercultural y la conciencia de la interdependencia mundial, que son componentes fundamentales de una cultura de paz;
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fomentar nuevos enfoques del desarrollo que tengan en cuenta las prioridades y perspectivas de las mujeres;
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oponernos al uso abusivo de la religión y de prácticas culturales y tradicionales con nes discriminatorios;
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procurar reducir las repercusiones directas e indirectas de la cultura de guerra en las mujeres, en forma de violencia física y sexual o de abandono de los servicios sociales en favor de gastos militares excesivos;
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favorecer la libertad de expresión de las mujeres y su participación en los medios de comunicación, así como el empleo de un lenguaje y unas imágenes no sexistas;
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fomentar el conocimiento y la observancia de los instrumentos normativos internacionales sobre los derechos humanos de niñas y mujeres y difundirlos ampliamente para mejorar el bienestar de todos, hombres y mujeres, sin olvidar a los grupos más vulnerables de las sociedades;
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prestar nuestro apoyo a las estructuras gubernamentales e intergubernamentales y a las asociaciones de mujeres y
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ONG’s empeñadas en el desarrollo de una cultura de paz basada en la igualdad entre mujeres y hombres. •
Las signatarias apelamos a las mujeres y a los hombres de buena voluntad y de distintos orígenes culturales, diferentes creencias religiosas y diversa procedencia étnica y social a que se unan a nosotros en un esfuerzo mundial por edicar, en la solidaridad y la compasión, una cultura de paz en el ámbito doméstico y en la esfera pública.
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Unicamente juntos, hombres y mujeres a la par y como compañeros, podemos superar los obstáculos y la inercia, el silencio y la frustación y lograr la perspicacia, la voluntad política, las ideas creativas y las acciones concretas necesarias para una transición mundial de una cultura de violencia a una cultura de paz.
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No hay otra cultura posible que la cultura de la paz Federico Mayor Zaragoza Majestad, Excelentísimos Señores Jefes de Estado, Excelentísimos Señores Jefes de Gobierno, Excelencias, Colegas, amigos, señoras y señores: “Preservar a las generaciones venideras del agelo de la guerra” es el compromiso solemne que “los pueblos de las Naciones Unidas” suscribieron en junio de 1945. pocos meses después, convencidos de “que la paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad” y no “exclusivamente en acuerdos políticos y económicos entre gobiernos”, representantes de cuarenta y dos Estados, congregaron en Londres, rmaron hace hoy cincuenta años la Constitución de la UNESCO. Nuestra Organización emergió de entre los horrores y las cenizas de la peor guerra que ha conocido la humanidad, con una misión bien denida: contribuir a edicar la paz y el bienestar general de la humanidad mediante la cooperación de las naciones del mundo en las esferas de la Educación, la Ciencia, la Cultura y la Comunicación. “La dignidad del hombre exige la difusión de la cultura y la educación a todos para la justicia, la libertad y la paz. Por tanto, “todas las naciones tienen deberes sagrados que cumplir”. Son estas palabras las que emplea la Constitución: “Deberes sagrados” por parte de las naciones que hablan en los sistemas democráticos, en nombre de los pueblos. El poeta norteamericano Archibald Mac Leish, uno de los redactores de la Constitución de la UNESCO, resumió el cometido de la nueva Organización en la famosa frase, tan repetida y siempre válida: “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz” ¡Hermosa manera de anticiparnos que nuestro reto principal es construir una cultura de paz! Estos postulados fundamentales y visionarios son los que hoy día nos congregan. Debemos examinar con sentido crítico el pasado y reiterar nuestro compromiso con el futuro, a n de volver a fundar la UNESCO sobre las mismas bases de hace medio siglo, con la misma emoción e igual voluntad de cambio, pero con una lectura fresca de sus enunciados y dispuestos a enfrentar con osadía la maravillosa aventura del porvenir. Volver a las fuentes y meditar sobre los motivos por los que fue creada la Organización, para con mayor determinación que nunca, reemprender el camino de la paz y la concordia.
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Debemos revivir ahora con más fervor los principios que inspiraron nuestra Constitución, reconociendo que existen realidades distintas. Vivimos bajo otros signos, bajo otros riesgos y peligros. Las respuestas tienen que ser también distintas y representan un reto a nuestra imaginación. Para aprender a vivir juntos y en paz necesitamos desaprender todo aquello que ahora impide que lo hagamos. Hay que desaprender el individualismo exagerado, el materialismo sin sentido, la competitividad deshumanizada, el consumismo y el despilfarro como vicios. Y volver a encontrar la esencia misma de la convivencia comunitaria, de la armonía con la naturaleza y con nuestros semejantes. Esta capacidad de aprender y desaprender toda la vida, nos da la posibilidad de recticar en el camino y abrir nuevos espacios de participación y creación. Que la acumulación de bienes materiales y artefactos no cierre el espacio a nuestros sueños. Porque cuando la realidad, por abundancia o escasez, nos impide soñar, surge la tentación de la evasión, de la indiferencia, del sueño cticio de la droga. Quizá el secreto esté en volver a una cultura de la austeridad, de la felicidad en la sencillez. Debemos entonces, estar alertas frente a algunos riesgos que pueden empobrecer esas razones. El desarrollo cientíco y tecnológico es necesario, pero no suciente sino va acompañado de una vocación humanística, solidaria, ética. Su incidencia exagerada en la vida humana puede ser negativa. Los ordenadores y la electrónica pueden acumular y ordenar los datos y la información. Sin duda, contribuyen al progreso de la humanidad, pero ¿quién cuidará y ordenará nuestros sentimientos, quién aliviará nuestras angustias, quién alimentará nuestros sueños si no es con el contacto de otros? No podemos prescindir de la dimensión humana de la vida en comunidad; todo lo que nos aísle y nos aleje de esa relación, va en detrimento del ser humano como persona. La vida nos ha sido dada no sólo para vivir sino, lo que es importante, para convivir, convidar y compartir. Hemos sustituido la letra por el número, la palabra por la cifra y el por qué por el cuánto. Las redes de información son estupendas herramientas, si dejamos tiempo para pensar, para ser nosotros mismos, para adquirir experiencia propia, para que la información devenga conocimiento y la palabra en signicado. Más que nunca, la paz debe construirse desde la propia creación de la vida; más que nunca debemos luchar para que el principio inalienable del derecho al derecho sea una realidad al alcance de todos los ciudadanos; más que nunca la violencia y la corrupción deben ser descartadas por la sociedad en su conjunto; más que nunca todas las fuerzas y actores sociales –civiles, militares,
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eclesiástico- deben unir sus fuerzas, su talento y su imaginación para hallar nuevas soluciones a los nuevos problemas, que no se resolverá con otra fuerza que la del espíritu; más que nunca, en esta simbólica transición, debemos abandonar la inercia y a rutina, debemos dejar de ser espectadores para convertirnos en inventores, actores y diseñadores de nuestro propio destino; más que nunca tenemos que compartir bienes de toda índole e ideales, para que la UNESCO se instale como misión en todos los pueblos, en todo el pueblo; más que nunca tenemos que tener el coraje de aplicar a tiempo las medidas apropiadas a los problemas que los grandes recursos tecnológicos permiten hoy diagnosticar. Buscar sin cesar hasta hallarlas y abordarlas, las causas económicas, sociales, ideológicas y políticas de la discriminación, de las humillaciones, de las desigualdades profundas que pueden empujar a la rivalidad y la confrontación. El nuevo esplendor de la vida en la Tierra pasará por una gran alianza entre cultura y naturaleza, en la cual el conocimiento y la sabiduría popular deberá adquirir un papel más protagónico, a la par de los inmensos progresos cientícos y tecnológicos. En esta perspectiva, la UNESCO debería ir siempre adelante en el siglo próximo, como “conciencia crítica y ética de la humanidad”, como institución comprometida con causas y razones y no simplemente con funciones o tareas; centrada en una visión realista del futuro que abra de forma permanente caminos de diálogo y progreso. Con capacidad de anticipación, de análisis y de previsión, de prospectiva en suma, ligada a la esencia misma de su función: ser un foro intelectual para crear un futuro común a la altura de la dignidad humana. Nos aproximamos al n del presente siglo, uno de los más violentos en la historia de la humanidad. Entre dos guerras de los Balcanes, hemos presenciado dos conagraciones de alcance mundial y decenas de conictos regionales y locales. Ha sido pues, un siglo que ha vivido bajo el signo trágico de la violencia. Pero la buena semilla que existe en la especie humana ha hecho también brotar la esperanza del futuro: la conciencia del destino común que debemos enfrentar como sociedad planetaria, la percepción de que somos ciudadanos del mundo, con derechos y deberes que se desprenden de tal condición. En los albores de un nuevo siglo y de un nuevo milenio asumamos con esclarecida responsabilidad, esa ciudadanía, que en nada se contrapone a nuestra ciudadanía de nacimiento. Bien al contrario,
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la enriquece y complementa. Uno de los dilemas que debemos superar es precisamente la aparente contradicción entre lo global y lo nacional. Respetar la diversidad, salvaguardarla, fomentarla. Suprimir las diferencias no es sólo peligroso en términos culturales, de homologación y uniformización. Lo que es peor es que estemos creando un mundo indiferente. Sólo se puede aspirar a la universalidad si se es profundamente local. Cuanto más generosos seamos en el ámbito universal y más respetuosos con los “otros”, más fortaleceremos nuestra identidad nacional. Ya lo dijo A. Machado: “describe bien tu aldea y será universal”. Y un viejo adagio nos recuerda: “En el principio era la comarca, el mundo nos ha dado por añadidura”. Altos muros que nos parecían inexpugnables fueron demolidos por el ariete formidable de la indeclinable vocación humana por la libertad, la dignidad y la armación de la identidad cultural. Pero las asimetrías en la distribución de la riqueza entre las naciones y en el interior de ellas, las que se dan en la generación y el uso del conocimiento y la información, las que proceden de las diferencias étnicas y religiosas, han erigido nuevos muros entre los pueblos y entre los diferentes sectores de una misma nación. Para combatir el racismo, la xenofobia, la discriminación, hay que educar con el ejemplo. Los niños no adoptarán actitudes según lo que les decimos sino según lo que hacemos. Juventud, deporte, actividades musicales, competición noble, aprender a ganar y a perder. Todas estas actividades, con frecuencia denominadas extraescolares, deben ahora pasar a formar parte, junto con una “historia desarmada”, del núcleo principal de una nueva pedagogía –y no hay más pedagogía que la del amor- que constituya una especie de insumo general para todos los niños y jóvenes del mundo. Termina un siglo de progreso inigualable, junto a una desigualdad también inigualable. Una nueva bipolaridad ha sustituido a la anterior. Es el abismo entre sociedades cada vez más empobrecidos; entre países ricos que exportan consumismo y países pobres que hacen frente a su deuda externa a costa de incrementar su deuda social interna. Sólo una auténtica solidaridad humana sería capaz de tender un puente generoso sobre esa bipolaridad, que engendra exclusión y marginación de amplios sectores. Si somos capaces de describir la pobreza crítica, seamos también capaces de describir la riqueza crítica y esforcémonos por superar ambos extremos. No hay nada que más abone a la cultura de violencia que la pobreza y la exclusión. La cultura de paz requiere un nivel de calidad
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de vida adecuado para todos y convivencia solidaria. Cultura de paz de legar un planeta vivible a las generaciones futuras. La Cultura de paz por la cual abogamos tiene como referente el desarrollo humano duradero, el respeto a los derechos humanos, la tolerancia y la adhesión a los principios de democracia, justicia y libertad. Bien dice el Informe de la Comisión Mundial sobre Cultura y Desarrollo que “el desarrollo disociado de su contexto humano y cultural es crecimiento desprovisto de alma”. Para construir una cultura de paz tenemos que devolver a la ética todo su valor, de suerte que sean sus principios los que inspiren nuestras decisiones y no los mecanismos de mercado ni los resultados de las encuestas de opinión, puesto que en última instancia lo que realmente importa no es el “mercado libre” sino la gente libre. Ética signica congruencia entre lo que predicamos y lo que hacemos; entre lo que proclamamos y lo que realmente motiva nuestras acciones. Es lo contrario a la dualidad moral… y también no guardar silencio. No guardar silencio “pudiendo haber hablado, debiendo haber hablado, y alto, entonces”, ha escrito José Luís Tejada. “Debí gritar al ver que amenazaban el alba pero tuve pena y miedo”. Que la preocupación por los décits económicos no nos hagan olvidar que la raíz de los problemas que nos aquejan son décits espirituales, de justicia, de ética. Cultura de paz es, pues, “cultura de cambio”, “cultura de vida”, e implica una lucha sin cuartel contra la pobreza, la exclusión y los prejuicios. Es la única batalla que vale la pena librar con todas las fuerzas del espíritu, porque la pobreza, la exclusión y los prejuicios son el terreno fértil de los conictos, la violencia y los extremismos. En resumen, signica la humanización efectiva de la especie humana ¡Cómo no compartir el pensamiento de Carlos Fuentes cuando nos dice: “Las sociedades se empobrecen cuando excluyen, se enriquecen cuando incluyen”! El siglo XXI puede ser el siglo de la “justicia y dignidad” que proclama nuestra Constitución. El siglo XXI será el siglo de la paz o no será el siglo del desarrollo centrado en el ser humano, o no será un siglo propicio para los vuelos de la imaginación y la creatividad, o no será el siglo de oro de la solidaridad y el amor, o no será el siglo de los reencuentros y de la inclusión de los excluidos, o no será el Para que el siglo XXI sea, para que esté a la altura de nuestros sueños y de nuestras esperanzas, para que sea la utopía posible, tenemos que ser audaces. Porque nos atrevemos a cambiar o no será No hay otra cultura posible que la cultura de paz. En Copenhague aprendimos que no habrá verdadera paz a menos que las personas tengan seguridad en sus vidas cotidianas. La seguridad humana es la nueva seguridad mundial. La paz es una idea, un ideal, y por consiguiente, hay
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que tomarse el trabajo de construirla cada día. Así nos lo dijo en esta misma sala Yitzhak Rabin, al recibir el premio de la paz Félix Houphouë-Boigny en 1993: “La paz será construida despacio, día a día, a través de modestas acciones y de incontables detalles espontáneos. Será construida paso a paso, por el pueblo”. El siglo XXI será si somos capaces de derrumbar los muros que obstaculizan el tránsito hacia un nuevo proyecto de civilización y que subsisten en cada uno de nosotros. El siglo XXI será si somos capaces de superar las nuevas barreras como las que impiden el pleno y justo desenvolvimiento igualitario de las mujeres; las que frenan la legítima aspiración de protagonismo de los jóvenes; las que discriminan a las minorías étnicas y las condenan a una vida miserable y sin horizontes. Ya nos lo había advertido en la Primera reunión de la Conferencia General de la UNESCO el delegado de la India, Sri Sarvapalli Radhakrishnan, con las siguientes palabras: “El papel de la UNESCO no es solamente propiciar una serie de ajustes, sino crear las posibilidades para un nuevo modo de vida, para nuevas concepciones y para una nueva losofía que inspire a la humanidad… Lo relevante hoy en día no son las escuelas, las bibliotecas, los talleres, las fábricas sino el hombre. Si nosotros queremos crear una nueva comunidad, es al hombre a quien debemos recrear”. Si somos capaces de superar la exclusión y si lo impregnamos de cultura de paz, el nuevo siglo será propicio para dar a la humanidad “una segunda oportunidad sobre la tierra” para usar las palabras nales de “Cien años de soledad”. La oportunidad de un nuevo Renacimiento. El siglo XXI no es nuestro; pertenece a las generaciones futuras. Bien dice por eso el poeta guatemalteco Otto René Castillo: “Y es que adentrarse uno a su tiempo, es sufrir mucho de él. Pero es bello amar al mundo/ con los ojos de los que no han nacido todavía”. Debemos prepararlo. Y preparar el siglo XXI es, al mismo tiempo, reinventar la UNESCO. Finalmente, ¿quién mejor que la UNESCO para llevar al seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1999 la propuesta de saludar el advenimiento del siglo XXI como el siglo de la cultura de paz ? Mientras no seamos capaces de invertir en la paz más que migajas de lo que invertimos en la guerra, no sembraremos la semilla de la concordia y del desprendimiento en la mente de todos los niños del mundo. Los graneros de la paz están casi desiertos porque un miope enfoque de la gobernabilidad, impide ver más allá de los acontecimientos cotidianos.
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Todos los hombres y mujeres de buena voluntad deben saber en este n de milenio que sólo si cambiamos de rumbo y compartimos y amamos y seguimos unos valores comunes, podremos mirar sin avergonzarnos a los ojos de nuestros hijos. Los diseños del desarrollo se han establecido en función del crecimiento económico y de la creación de la riqueza material, asimétricamente distribuida. El triunfo de la democracia –que signica gobierno por todos, por el pueblo- consistirá en dar a todos las mismas oportunidades, consistirá en desmontar la estructura bipolar que acumula progresivamente riqueza en un extremo y pobreza en el otro. No hay paz duradera sin desarrollo. No hay desarrollo sin paz. No hay democracia estable sin paz y desarrollo: he aquí los ejes de la actividad de la UNESCO y de todo el sistema de las Naciones Unidad, especialmente si éstas emergen como la “sociedad de los espíritus”, que soñara Paul Valéry. Salvador Espriu, el gran poeta catalán ha escrito: “en la innita tristeza de la guerra sin victoria entre hermanos”. Hoy, lo que sucede es que todos los habitantes del planeta somos ya hermanos. Si la paz es el gran destino humano, la cultura de paz deberá ser la fuente de inspiración de una nueva dinámica de civilización. De nosotros, de nuestra imaginación, dependerá que sea nuestra mejor herencia para las generaciones futuras. El mañana no está escrito. Nuestro futuro no está predeterminado. Está en nuestras manos. El progreso común de la humanidad puede alcanzarse pero no se instaurará sin la acción concertada, solidaria, perseverante del conjunto de la comunidad de naciones. Lo que hemos conseguido –y rindo tributo a los más esforzados Estados Miembros, comisiones nacionales, organizacioes no gubernamentales y personal de la Secretaría- ha sido importante en los planos de los acuerdos internacionales, de la promoción de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación; en la creación de una conciencia global. El balance de los intangibles es particularmente relevante. En fechas recientes, las grandes alianzas conseguidas en Jomtien y Nueva Delhi a favor de la educación; el compromiso de las mujeres por la cultura de paz, rmando una declaración con motivo de la Conferencia de Naciones Unidas en Beijing; la reunión de representantes de distintas religiones en Barcelona, proclamando que ningún acto de violencia puede fundamentarse ni justicarse por motivos religiosos; la implicación de las fuerzas armadas en defensa de la paz…. son frutos de una pródiga siembra. La única cosecha que con toda seguridad no se recoge es la que no se planta.
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Todos los diferentes, todos unidos en la más obstinada repulsa de la violencia, todos diferentes, todos unidos para provocar una inmensa movilización a favor de la paz y la justicia. Inspirados en los mismos principios de hace cincuenta años, abrimos con esperanza la puerta a los próximos cincuenta, convencidos – como entonces- de que el más bello homenaje que podemos rendir a los muertos de todas las guerras es preservar la vida de sus descendientes. París, 16 de noviembre de 1995.
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Declaración de Principios sobre la Tolerancia. (1997)
A
NACIONES UNIDAS
Asamblea General Distr. GENERAL A/51/201 10 de julio de 1996 ESPAÑOL ORIGINAL: INGLÉS
Quincuagésimo primer período de sesiones Tema 113 b) de la lista preliminar*
CUESTIONES RELATIVAS A LOS DERECHOS HUMANOS: CUESTIONES RELATIVAS A LOS DERECHOS HUMANOS, INCLUIDOS DISTINTOS CRITERIOS PARA MEJORAR EL GOCE EFECTIVO DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS LIBERTADES FUNDAMENTALES Nota del Secretario General 1. En su resolución 49/213, de 23 de diciembre de 1994, la Asamblea General, tras recordar su resolución 48/126, de 20 de diciembre de 1993, en virtud de la cual había proclamado 1995 Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, pidió a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que preparara para el nal del Año una declaración de principios y un programa de acción, como complemento del Año, y se los presentara en su quincuagésimo primer período de sesiones. 2. El Secretario General tiene el honor de presentar a la Asamblea General una carta dirigida a él por el Director General de la UNESCO (véase el anexo), a la cual adjunta un informe denitivo sobre el Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia que incluye una Declaración de Principios sobre la Tolerancia y un Programa de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia (1995), aprobados por aclamación el 16 de noviembre de 1995, por la Conferencia General de la UNESCO en su 28ª reunión (25 de octubre a 16 de noviembre de 1995). El informe debería ser útil para los Estados Miembros en el debate sobre las líneas de actuación para el futuro señaladas por la UNESCO
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en el Plan de Acción de Seguimiento para el fomento de la tolerancia, la paz y la solidaridad entre los pueblos del mundo. Anexo Carta dirigida al Secretario General por el Director General de la UNESCO La Conferencia General de la UNESCO, en su 28ª reunión (25 de octubre a 16 de noviembre de 1995), aprobó una Declaración de Principios sobre la Tolerancia y un Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia. Considero que esta Declaración constituye un hito en el avance de la comunidad mundial hacia la denición tanto del concepto como del papel de la tolerancia en los planos internacional y estatal, en la sociedad civil y en la educación. Fue redactada mediante extensas consultas con los Estados miembros y aprovecha las contribuciones de diversas reuniones sobre la tolerancia celebradas a lo largo del año. En ella se recuerdan los instrumentos pertinentes de derechos humanos y se trata la intolerancia en sus múltiples formas, incluida la violencia, el terrorismo, la injusticia y la exclusión. El Plan de Acción de Seguimiento señala líneas de actuación para el futuro, entre ellas iniciativas educacionales, actividades de toma de conciencia pública, programas de integración y desarrollo social y la continua movilización del sistema de las Naciones Unidas para la promoción de la tolerancia, la paz y la solidaridad entre los pueblos del mundo. El artículo 6 de la Declaración proclama el 16 de noviembre Día Internacional para la Tolerancia. Esta fecha, aniversario de la rma de la Constitución de la UNESCO, podría servir como ocasión anual para debatir cuestiones de tolerancia y para acontecimientos especiales conexos, tanto en establecimientos de enseñanza como en un ámbito público más amplio, en cooperación con los medios de comunicación. La Conferencia General decidió someter el Plan de Acción de Seguimiento y la Declaración de Principios sobre la Tolerancia a la consideración de la Asamblea General en su quincuagésimo primer período de sesiones. Cabe esperar que en ese período de sesiones, la Asamblea, al tratar el Año, también examine la marcha futura de la campaña de tolerancia, de conformidad con su resolución 49/213.
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Es por lo tanto un privilegio para mí hacerle llegar la Declaración de Principios sobre la Tolerancia y el Plan de Acción de Seguimiento aprobados por la Conferencia General de la UNESCO. Desearía contar con la cooperación de las Naciones Unidas para conseguir la distribución más amplia posible de estos documentos, en especial la Declaración, a través de todos los cauces adecuados. Los desafíos planteados por la intolerancia cada vez mayor en todas las regiones exigen una acción conjunta y coordinada de las organizaciones intergubernamentales, gubernamentales y no gubernamentales. (Firmado) Federico MAYOR
APÉNDICE I Informe Denitivo sobre el Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia: Declaración de Principios sobre la Tolerancia y Plan de Acción de Seguimiento PARTE I: INFORME DEFINITIVO 1. La proclamación de un Año para la Tolerancia en 1995 fue propuesta por vez primera en la resolución 5.6 de la 26ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO, en la que se invitaba al Director General a que “examine”; en consulta con las Naciones Unidas, los medios apropiados para declarar el año 1995, en que se celebra el cincuentenario de la UNESCO, Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, y preparar una declaración sobre la tolerancia que se podrá examinar y tal vez aprobar en esa oportunidad”. 2. En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 48/126, proclamó 1995 Año de la Tolerancia y designó a la UNESCO organismo coordinador encargado de la celebración del Año. 3. En abril de 1994, el Director General inició una consulta intergubernamental enviando una circular (CL/3341) a los Secretarios Generales de las Comisiones Nacionales para la UNESCO. Se recibieron unas 40 respuestas, en las que se proponían actividades concretas en el plano nacional en los ámbitos de la educación, la ciencia, las ciencias sociales, la cultura y la comunicación.
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4. A nes de 1994, el Director General de la UNESCO hizo un llamamiento al mundo entero en pro de la tolerancia en forma de Declaración en vísperas del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia. Pidió que se acabara denitivamente con el arcaísmo que representa la cultura de guerra, que ha de ser al n sustituida por una cultura de paz. Condenó “la puricación étnica, el terrorismo, los extremismos culturales y religiosos, el genocidio, la exclusión y la discriminación”, e hizo una apología del diálogo y la no violencia, presentados como los mejores métodos para resolver los conictos que surgen naturalmente en las sociedades humanas. Esta declaración forma parte de una serie de llamamientos en pro de la tolerancia y la no violencia formulados por el Director General en relación con el Año. 5. El Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia se inició ocialmente el 21 de febrero de 1995 en una conferencia de prensa conjunta del Secretario General y el Director General de la UNESCO celebrada en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. 6. De conformidad con su mandato de organismo coordinador para el Año, la UNESCO preparó para 1995 un programa diversicado de reuniones, conciertos, emisiones de radiodifusión, festivales, publicaciones, exposiciones y otros acontecimientos especiales en todas las regiones del mundo sin excepción. El programa de actividades del año comprendía conferencias regionales y nacionales, la creación de premios y programas culturales, festivales cinematográcos y dramáticos, literatura infantil, concursos de ensayo y carteles, artículos de revista, antologías de citas sobre la tolerancia, una guía de la UNESCO para la enseñanza de la tolerancia e intervenciones especiales de los Embajadores de Buena Voluntad de la UNESCO para la tolerancia. Un ejemplo de éstas fue el Concierto para la Tolerancia que dio en París el 14 de julio de 1995 el músico francés Jean-Michel Jarre, que reunió a 1.200.000 espectadores. El anexo I del presente documento contiene el programa de actividades. 7. El Día Internacional de la Familia y el Día Mundial de la Libertad de Prensa de 1995 se dedicaron al tema de la tolerancia. En su 146ª reunión, el Consejo Ejecutivo de la UNESCO creó dos premios nuevos: el Premio UNESCOMadanjeet Singh de Fomento de la Tolerancia y la No Violencia y el Premio UNESCO de Literatura Infantil y Juvenil en Pro de la Tolerancia. 8. Además de las actividades públicas, la UNESCO creó sistemas de intercambio de información e inició investigaciones y estudios de determinación de necesidades y prioridades,
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entre ellos la evaluación de los métodos más ecaces para hacer frente al aumento de la intolerancia. Se puso de maniesto que el principio de la tolerancia está en el centro mismo del complejo edicio de instrumentos internacionales en los que se establecen los derechos fundamentales y la igualdad de todos los miembros de la familia humana. El Plan de Acción de Seguimiento del Año prevé la continuación y la ampliación de estas actividades. 9. En el transcurso del Año, se celebraron en Turquía, Brasil, la República de Corea, Italia, Túnez, la India y la Federación de Rusia conferencias regionales de conformidad con la resolución 27 C/5.14 de la UNESCO. Estas reuniones constituyeron acontecimientos especiales para movilizar a las comunidades cientíca y cultural en pro de la causa de la tolerancia y reejaron un alto grado de compromiso de las esferas políticas. Las conferencias fueron distinguidas con la presencia personal o el envío de mensajes de las más altas autoridades políticas de los países huéspedes. 10. A lo largo de estas reuniones, complementadas mediante la celebración de amplias consultas con todas las delegaciones permanentes y observadores de la UNESCO en julio de 1995, la Secretaría preparó una versión denitiva de la Declaración de Principios. La Declaración, junto con el Plan de Acción de Seguimiento del Año, se debatió y aprobó por aclamación de la Conferencia General el 16 de noviembre de 1995, quincuagésimo aniversario de la UNESCO. La Declaración instituye la celebración anual en esa fecha del Día Internacional para la Tolerancia. 11. Al aprobar la Declaración de Principios y el Plan de Acción de Seguimiento, los 185 Estados miembros de la UNESCO se comprometieron a “fomentar la tolerancia y la no violencia mediante programas e instituciones en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación” (Declaración de Principios, art. 5). 12. La Asamblea General de las Naciones Unidas señaló también el n del Año con una sesión plenaria especial celebrada el 20 de noviembre de 1995. En el debate hicieron uso de la palabra 21 oradores. Uno de ellos propuso que se convocara una conferencia mundial con el objetivo de reducir el odio. 13. Por el presente documento se presenta a la Asamblea General de conformidad con su resolución 49/213 el texto de la Declaración de Principios y el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia (1995).
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PARTE II: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS SOBRE LA TOLERANCIA** Los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, celebrando en París, del 25 de octubre al 16 de noviembre de 1995, la 28ª reunión de la Conferencia General, Preámbulo Teniendo presente que la Carta de las Naciones Unidas declara “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del agelo de la guerra, ... a rearmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana ... y con tales nalidades a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos”, Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, aprobado el 16 de noviembre de 1945, se arma que la “paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”, Recordando asimismo que en la Declaración Universal de Derechos Humanos se arma que “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión” (artículo 18), “de opinión y expresión” (artículo 19) y que la educación “favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos y religiosos” (artículo 26), Tomando nota de los siguientes instrumentos internacionales pertinentes: -
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, La Convención sobre los Derechos del Niño,
** Proclamada y rmada el 16 de noviembre de 1995.
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La Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, el Protocolo de 1967 y los instrumentos regionales, La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, La Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, La Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y de discriminación fundadas en la religión o en las creencias, La Declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas, La Declaración sobre las medidas para eliminar el terrorismo internacional, La Declaración y Programa de Acción de Viena de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, La Declaración de Copenhague sobre el Desarrollo Social y el Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, La Declaración de la UNESCO sobre la raza y los prejuicios raciales, La Convención y la Recomendación de la UNESCO relativas a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza,
Teniendo presente los objetivos del Tercer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, el Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos y el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo, Teniendo en cuenta las recomendaciones de las conferencias regionales organizadas en el marco del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, de conformidad con la resolución 27 C/5.14 de la Conferencia General de la UNESCO, la Declaración de Barcelona sobre el Papel de la Religión en la Promoción de una Cultura de Paz, aprobada el 26 de diciembre de 1994, así como las conclusiones y recomendaciones de otras conferencias y reuniones organizadas por los Estados Miembros en el marco del programa del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia, Alarmada por la intensicación actual de los actos de intolerancia, violencia, terrorismo, xenofobia, nacionalismo agresivo, racismo,
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antisemitismo, exclusión y discriminación perpetrados contra minorías religiosas, étnicas y lingüísticas, refugiados, trabajadores migrantes, inmigrantes y grupos vulnerables de la sociedad, así como por otros actos de violencia e intimidación contra personas que ejercen su derecho de libre opinión y expresión - todos los cuales constituyen una amenaza para la consolidación de la paz y de la democracia en el plano nacional e internacional y un obstáculo para el desarrollo, Poniendo de relieve las responsabilidades de los Estados Miembros en el desarrollo y estímulo del respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción de raza, sexo, lengua, religión o incapacidad, así como en el combate contra la intolerancia. Adopta y proclama solemnemente la siguiente Declaración de Principios sobre la Tolerancia Resueltos a adoptar todas las medidas positivas necesarias para fomentar la tolerancia en nuestras sociedades, por ser ésta necesaria para la paz y el progreso económico y social de todos los pueblos, y con tal nalidad, declaramos lo que sigue: Artículo 1 Denición de la tolerancia 1.1 La tolerancia es el respeto, la aceptación y el aprecio de la riqueza innita de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la apertura de ideas, la comunicación y la libertad de conciencia. La tolerancia es la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino una obligación política. La tolerancia es la virtud que hace posible la paz y que contribuye a la sustitución de la cultura de guerra por la cultura de paz. 1.2 La tolerancia no es concesión, condescendencia ni indulgencia. Ante todo, la tolerancia es el reconocimiento de los derechos humanos universales y de las libertades fundamentales de los demás. En ningún caso puede utilizarse para justicar el quebrantamiento de estos valores fundamentales. La tolerancia han de practicarla los individuos, los grupos y los Estados. 1.3 La tolerancia es la responsabilidad que sustenta los derechos humanos, el pluralismo, la democracia y el estado de derecho. En torno a ella se articulan las normas armadas por el conjunto de los instrumentos internacionales relativos
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a los derechos humanos. 1.4 Practicar la tolerancia no signica renunciar a las convicciones personales ni atemperarlas. Signica que toda persona es libre de adherir a sus convicciones individuales y aceptar que los demás adhieran a las suyas propias. Signica aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son. Artículo 2 Nivel estatal 2.1 La tolerancia en el nivel estatal exige que haya justicia e imparcialidad en la legislación, en la aplicación de la ley y en los procesos judiciales. Exige también que toda persona pueda disfrutar de oportunidades económicas y sociales. La exclusión puede conducir a la frustración, la hostilidad y el fanatismo. 2.2 A n de instaurar una sociedad más tolerante, los Estados han de raticar las convenciones internacionales existentes en materia de derechos humanos y, cuando sea necesario, elaborar una nueva legislación para garantizar la igualdad de trato y oportunidades a todos los grupos e individuos de la sociedad. 2.3 Para que reine la armonía internacional, es esencial que los individuos, las comunidades y las naciones acepten y respeten el carácter multicultural de la familia humana. Sin tolerancia no puede haber paz, y sin paz no puede haber desarrollo ni democracia. 2.4 La intolerancia, es decir, el rechazo de la diferencia, puede revestir la forma de la marginación de grupos vulnerables y de su exclusión de la participación en la esfera social y política, así como la violencia y la discriminación contra ellos. Como lo conrma el artículo 1.2 de la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, “todos los individuos y los grupos tiene derecho a ser diferentes”. Artículo 3 Dimensiones sociales 3.1 En el mundo moderno, la tolerancia resulta más esencial que nunca. Nuestra época se caracteriza por una movilidad cada vez mayor, la comunicación, la integración y la interdependencia, la gran amplitud de las migraciones y del desplazamiento
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de poblaciones, la urbanización y la transformación de los modelos sociales. Como todas las partes del mundo se caracterizan por su diversidad, la intensicación de la intolerancia y de las disensiones representa una amenaza potencial para todas las regiones. Esta amenaza es universal y no circunscribe a un país en particular. 3.2 La tolerancia es necesaria entre los individuos, así como dentro de la familia y de la comunidad. El fomento de la tolerancia y la inculcación de actitudes de apertura y solidaridad han de tener lugar en las escuelas y universidades, mediante la educación no formal, y también en el hogar y en el lugar de trabajo. Los medios de comunicación han de desempeñar una función constructiva, facilitando un diálogo y un debate libres y abiertos, difundiendo los valores de la tolerancia y poniendo de relieve los peligros que representa la indiferencia al auge de grupos e ideologías intolerantes. 3.3 Como se arma en la Declaración de la UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, es preciso adoptar medidas, donde hagan falta para garantizar la igualdad en dignidad y derechos de los individuos y grupos humanos. A este respecto se debe prestar especial atención a los grupos raciales o étnicos socialmente desfavorecidos para protegerlos con las leyes y medidas sociales en vigor, especialmente en materia de vivienda, de empleo y de salud, respetar la autenticidad de su cultura y sus valores, y facilitar su promoción e integración social y profesional, en particular mediante la educación. 3.4 A n de coordinar la respuesta de la comunidad internacional a este reto universal, se deben realizar y crear, respectivamente, estudios y redes cientícas apropiadas, que comprendan el análisis, mediante las ciencias sociales, de las causas fundamentales y de las medidas preventivas ecaces, así como la investigación y la observación destinadas a prestar apoyo a los Estados Miembros en materia de formulación de políticas y acción normativa. Artículo 4 Educación 4.1 La educación es el medio más ecaz de prevenir la intolerancia. La primera etapa de la educación para la tolerancia consiste en enseñar a las personas los derechos y libertades que comparten en común, para que puedan ser respetados. 4.2 La educación para la tolerancia ha de considerarse como un imperativo urgente; por eso es necesario fomentar métodos
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sistemáticos y racionales de enseñanza de la tolerancia que aborden los motivos culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos de la intolerancia, es decir, las raíces principales de la violencia y la exclusión. Las políticas y los programas educativos deben contribuir al desarrollo del entendimiento, la solidaridad y la tolerancia entre los individuos, y entre grupos étnicos, sociales, culturales, religiosos y lingüísticos, así como entre las naciones. 4.3 La educación para la tolerancia ha de tener como objetivo contrarrestar las inuencias que conducen al temor y la exclusión de los demás, y ha de ayudar a los jóvenes a desarrollar sus capacidades de juicio independientes y de razonamiento ético. 4.4 Nos comprometemos a apoyar y ejecutar programas de investigación en materia de ciencias sociales y educación para la tolerancia, los derechos humanos y la no violencia. Esto implica que se conceda una atención especial al mejoramiento de la formación del personal docente, los planes de estudio, el contenido de los manuales y de los cursos y de otros materiales pedagógicos, como las nuevas tecnologías de la educación, con el n de formar a ciudadanos atentos a los demás y responsables, abiertos a otras culturas, capaces de apreciar el valor de la libertad, respetuosos de la dignidad y las diferencias de los seres humanos, y capaces también de prevenir los conictos o resolverlos por medios no violentos. Artículo 5 Compromisos para la Acción 5.1 Nos comprometemos a fomentar la tolerancia y la no violencia mediante programas e instituciones en los ámbitos de la educación, la ciencia, la cultura, publicaciones y redes de investigación, campañas de información pública, y programas para la tolerancia y la no violencia. Artículo 6 Día Internacional para la Tolerancia 6.1 A n de hacer un llamamiento a la opinión pública, poner de relieve los peligros de la intolerancia y rearmar nuestro apoyo y acción en pro del fomento de la tolerancia y de la educación para ésta, proclamamos solemnemente Día Internacional para la Tolerancia el 16 de noviembre de cada año.
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APÉNDICE II Resolución 28 C/5.6 de la Conferencia General de la UNESCO Declaración de Principios sobre la Tolerancia y Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia La Conferencia General, Habiendo examinado el documento 28 C/26 “Aplicación de la Resolución 26 C/5.6 relativa a la aprobación de una Declaración sobre la Tolerancia y propuestas acerca de un Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia: Informe del Director General”, Recordando la Decisión 146 EX/5.4.2. en virtud de la cual el Consejo Ejecutivo decidió examinar en su 147ª reunión el documento presentado por el Director General a la Conferencia General y comunicar a ésta un addendum con las observaciones que se hubiesen formulado al respecto, Tomando nota de la resolución 49/213 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 1. Agradece mucho al Director General sus esfuerzos en apoyo del programa del Año para la Tolerancia, comprendidos sus discursos y llamamientos públicos; 2. Invita al Director General a: a) Proseguir sus esfuerzos actuales para fomentar el espíritu de tolerancia y no violencia, comprendida la propuesta al Consejo Ejecutivo y a la Conferencia General de cuántas acciones estime apropiadas para contrarrestar las manifestaciones de violencia y odio; b) Proseguir, en estrecha cooperación con los Estados Miembros, el Secretario General de las Naciones Unidas, los órganos competentes del sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, sus esfuerzos de promoción de los proyectos en curso del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia y de establecimiento del programa de seguimiento; c) Estudiar la posibilidad de crear una red de investigación y formación multidisciplinaria en materia de lucha contra la intolerancia, la discriminación y la violencia en los centros de investigación y universidades del Mediterráneo y el Mar Negro
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que participaron en la celebración de coloquios, conferencias y otras manifestaciones en el marco del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia; d) Estudiar la posibilidad de conar al Comité Consultivo sobre Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia la tarea de evaluar las actividades llevadas a cabo en la UNESCO para aplicar el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia; e) Facilitar recursos nancieros y humanos adecuados para la ejecución del Plan de Acción de Seguimiento; 3. Invita a los Estados Miembros a proseguir este plan en forma permanente incorporando sus componentes fundamentales en sus sistemas educativos mediante instrumentos normativos; 4. Decide declarar el 16 de noviembre Día Internacional de la Tolerancia, que se celebrará cada año a partir de 1995; 5. Insta a los Estados Miembros a aportar planes y propuestas para la observancia y la celebración de ese Día, tanto en los establecimientos de enseñanza como entre el público en general; 6. Aprueba el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia (1995) y la Declaración de Principios sobre la Tolerancia; 7. Decide, de conformidad con la resolución 49/213 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, presentar el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia y la Declaración de Principios sobre la Tolerancia a la Asamblea General de las Naciones Unidas en su quincuagésimo primer período de sesiones. APÉNDICE III Resolución 5.62 De la Conferencia General de la UNESCO: aplicación de la Declaración de Principios sobre la Tolerancia La Conferencia General, Considerando que la UNESCO, en virtud de las responsabilidades que le conere su Constitución en los ámbitos de la educación, las ciencias naturales y sociales, la cultura y la comunicación, tiene el deber de señalar a la atención de los Estados y pueblos
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los programas relacionados con todos los aspectos de la cuestión esencial de la tolerancia y la intolerancia; Teniendo presente la Declaración de Principios de la UNESCO sobre la Tolerancia, proclamada el 16 del mes de noviembre de 1995, 1. Insta a los Estados Miembros: a) A que el 16 de noviembre de cada año celebren el Día Internacional para la Tolerancia con la organización de acontecimientos y programas especiales para difundir el mensaje de la tolerancia entre sus ciudadanos, en cooperación con los establecimientos de enseñanza, las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, y los medios de comunicación de todas las regiones; b) A comunicar al Director General toda información que deseen compartir, incluyendo en ella los conocimientos procedentes de la investigación o del debate general público de las cuestiones de la tolerancia y el pluralismo cultural, a n de que se comprendan mejor los fenómenos vinculados y el antisemitismo, y las medidas más ecaces para tratar estos problemas; 2. Invita al Director General: a) A difundir lo más ampliamente posible el texto de la Declaración de Principios y, a tal efecto, a publicarlo y distribuirlo no sólo en las lenguas ociales de la Conferencia General, sino también en el mayor número posible de otras lenguas; b) A crear un instrumento apropiado de coordinación y evaluación de las acciones emprendidas para apoyar la promoción de la tolerancia y de la educación para ésta dentro del sistema de las Naciones Unidas y en cooperación con otras organizaciones asociadas; c) A comunicar la Declaración de Principios al Secretario General de las Naciones Unidas, pidiéndole que la presente como convenga a la Asamblea General de las Naciones Unidas en su quincuagésimo primer período de sesiones, de conformidad con la resolución 49/213 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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Declaración universal sobre la democracia Declaración aprobada al concluir la 98ª Conferencia Interparlamentaria (El Cairo, 11 a 15 de septiembre de 1997)
El Consejo Interparlamentario, Rearmando el compromiso de la Unión Interparlamentaria
en favor de la paz y del desarrollo y convencido de que el fortalecimiento del proceso de democratización y de las instituciones representativas contribuirá en gran manera al logro de este objetivo, Rearmando también la vocación y el compromiso de la Unión
Interparlamentaria de promover la democracia y el establecimiento de sistemas pluralistas de gobierno representativo en el mundo, y deseoso de reforzar la acción continua y polifacética que desarrolla al respecto, Recordando que cada Estado tiene derecho soberano a elegir y
determinar libremente, conforme a la voluntad de su población, sus propios sistemas político, social, económico y cultural, sin injerencia de otros Estados en estricta conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, Recordando también la Declaración Universal de Derechos
Humanos aprobada el 10 de diciembre de 1948, así como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, aprobados el 16 de diciembre de 1966, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, aprobada el 21 de diciembre de 1965, y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada el 18 de diciembre de 1979, Recordando además la Declaración sobre los Criterios para Elecciones Libres y Justas aprobada en marzo de 1994, en la que
se conrma que, en cualquier Estado, la autoridad del gobierno sólo puede fundarse en la voluntad del pueblo expresada en elecciones auténticas, litres y justas,
Visto también el Programa de Democratización presentado el 20
de diciembre de 1996 por el Secretario General de las Naciones Unidas en el quincuagésimo primer período de sesiones de la
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Asamblea General de las Naciones Unidas, Aprueba la Declaración Universal sobre la Democracia que gura a continuación e insta a todos los gobiernos y los parlamentos a que se inspiren en su contenido. Primera parte – Principios de la democracia 1. La democracia es un ideal universalmente reconocido y un objetivo basado en valores comunes compartidos por los pueblos que componen la comunidad mundial, cualesquiera sean sus diferencias culturales, políticas, sociales y económicas. Así pues es un derecho fundamental del ciudadano, que debe ejercer en condiciones de libertad, igualdad, transparencia y responsabilidad, con el debido respeto a la pluralidad de opiniones y en interés de la comunidad. 2. La democracia es tanto un ideal que se ha de tratar de alcanzar como un modo de gobierno que se ha de aplicar conforme a modalidades que reejan la diversidad de experiencias y de particularidades culturales, sin derogar principios, normas y reglas internacionalmente admitidos. Así pues, es un estado o una condición constantemente perfeccionado y siempre mejorable, cuya evolución depende de diversos factores políticos, sociales, económicos y culturales. 3.
Como ideal, la democracia trata fundamentalmente de mantener y promover la dignidad y los derechos fundamentales del individuo, garantizar la justicia social, facilitar el desarrollo económico y social de la colectividad, reforzar la cohesión de la sociedad, impulsar la tranquilidad nacional y crear un clima propicio para la paz internacional. Como forma de gobierno, la democracia es el mejor modo de conseguir esos objetivos; es también el único sistema político capaz de corregirse a si mismo.
4. El logro de la democracia supone una auténtica asociación entre hombres y mujeres para la buena marcha de los asuntos públicos, de modo que tanto los hombres como las mujeres actúen en igualdad y complementariedad, obteniendo un enriquecimiento mutuo a partir de sus diferencias. 5. El estado de democracia garantiza que los procesos de llegada al poder y de ejercicio y alternativa en el poder permitan una libre competencia política y surjan de una participación popular abierta, libre y no discriminatoria, ejercida conforme al dominio de la ley, tanto en la letra como en el espíritu.
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6. La democracia es inseparable de los derechos enunciados en los instrumentos internacionales mencionados en el preámbulo. Por consiguiente, esos derechos deben aplicarse de modo efectivo y su ejercicio correcto ha de estar acompañado de responsabilidades individuales y colectivas. 7. La democracia se funda en la primacía del derecho y en el ejercicio de los derechos humanos. En un Estado democrático, nadie está par encima de la ley y todos los ciudadanos son iguales ante la ley. 8. La paz y el desarrollo económico, social y cultural son tanto condiciones como frutos de la democracia. Existe una auténtica interdependencia entre la paz, el desarrollo, y el respeto al estado de derecho y los derechos humanos. Segunda parte – Elementos y ejercicio del gobierno democrático 9. La democracia se basa en la existencia de instituciones bien estructuradas y que funcionen correctamente, así como en un cuerpo de normas y reglas y en la voluntad de toda la sociedad, plenamente consciente de sus derechos y responsabilidades. 10. Las instituciones democráticas tienen por función mediar en las tensiones y mantener el equilibrio entre las aspiraciones competidoras que son la diversidad y la uniformidad, tanto en lo individual como en lo colectivo, con objeto de reforzar la cohesión y la solidaridad sociales. 11. La democracia está basada en el derecho de todas las personas a participar en la gestión de los asuntos públicos; por ello requiere la existencia de instituciones representativas en todos los niveles, y en particular el Parlamento, representativo de todos los componentes de la sociedad y dotado de poderes y medios para expresar la voluntad del pueblo legislando y controlando la acción gubernamental. 12. El elemento clave del ejercicio de la democracia es la celebración a intervalos periódicos de elecciones libres y justas, que permitan la expresión de la voluntad popular. Estas elecciones deben celebrarse sobre la base del sufragio universal, igual y secreto, de modo que todos los votantes puedan elegir a sus representantes en condiciones de igualdad, apertura y transparencia, que estimulen la competencia política. Por ello, los derechos civiles y políticos son primordiales, y en particular los derechos a votar y a
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ser elegido, los derechos de libertad de expresión y reunión, el acceso a la información y el derecho a organizar partidos políticos y realizar actividades políticas. La organización, las actividades, la gestión nanciera, la nanciación y la ética de los partidos deben estar debidamente reglamentadas de modo imparcial para garantizar la integridad de los procesos democráticos. 13. Una de las funciones primordiales del Estado consiste en garantizar a sus ciudadanos el goce de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. La democracia va así unida a un gobierno ecaz, honrado y transparente, elegido libremente y responsable de su gestión. 14. Ser responsable ante los ciudadanos, elemento primordial de la democracia, se aplica a todas las autoridades públicas, elegidas o no, y a todos sus órganos sin excepción. Esa responsabilidad se maniesta por el derecho del público a estar informado de las actividades del gobierno, a dirigirle peticiones y a buscar reparación por intermedio de mecanismos administrativos y judiciales imparciales. 15. La vida política en su conjunto debe estar marcada por una sensación de ética y transparencia, motivo por el cual se deben elaborar y aplicar las normas y los procedimientos correspondientes. 16. La participación individual en los procesos democráticos y en la vida pública en todos los niveles debe estar reglamentada de modo equitativo e imparcial, evitando toda discriminación y el riesgo de intimidación por parte de responsables estatales y no estatales. 17. Las instituciones judiciales y los mecanismos de control independientes, imparciales y ecaces son la garantía del estado de derecho, fundamento de la democracia. Para que esas instituciones y mecanismos puedan cuidar plenamente del respeto de las normas, mejorar la equidad de los procedimientos y reparar las injusticias, es preciso que todas las personas tengan acceso a recursos administrativos y judiciales sobre la base de la igualdad y del respeto a las decisiones administrativas y judiciales por parte de los órganos estatales, los representantes del poder público y cada miembro de la sociedad. 18. Si bien la existencia de una sociedad civil activa es un elemento primordial de la democracia, la capacidad y la voluntad de las personas de participar en los procesos democráticos y
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de elegir las modalidades de gobierno no pueden darse por sentadas. Por ello es necesario establecer condiciones que lleven al ejercicio auténtico de los derechos de participación, eliminando a la vez los obstáculos que eviten, obstaculicen o inhiban dicho ejercicio. Por consiguiente, es indispensable fomentar permanentemente y de modo particular la igualdad, la transparencia y la educación, y eliminar obstáculos tales come la ignorancia, la intolerancia, la apatía, la falta de opciones y alternativas auténticas, y la ausencia de medidas destinadas a corregir los desequilibrios o la discriminación de carácter social, cultural, religioso y racial, o basada en el sexo. 19. Para que el estado de democracia sea duradero se necesita un clima y una cultura democráticos nutridos constantemente y reforzados por la educación y por otros medios culturales y de información. Por ello, una sociedad democrática debe comprometerse en benecio de la educación en el sentido mas amplio del termino, y en particular de la educaci6n cívica y la formación de una ciudadanía responsable. 20. Los procesos democráticos se ven impulsados por un entorno económico favorable; por consiguiente, en su esfuerzo general de desarrollo, la sociedad debe comprometerse a satisfacer las necesidades económicas fundamentales de los mas desfavorecidos, logrando así su plena integración en el proceso democrático. 21. El estado de democracia supone la libertad de opinión y de expresión, lo que implica el derecho a expresar opiniones sin interferencia y a buscar, recibir e impartir información e ideas por cualquier medio informativo y sin consideración de fronteras. 22. En las sociedades tanto homogéneas coma heterogéneas, las instituciones y los procesos de la democracia deben favorecer la participación popular para proteger la diversidad, el pluralismo y el derecho a ser diferente en un clima de tolerancia. 23. Las instituciones y los procesos democráticos deben impulsar también la descentralización del gobierno y la administración, que es tanto un derecho como una necesidad, y que permite ampliar la base de la participación pública.
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Tercera parte – Dimensión internacional de la democracia 24. La democracia debe ser también reconocida como un principio internacional, aplicable a las organizaciones internacionales y a los Estados en sus relaciones internacionales. El principio de la democracia internacional no signica sólo la representación igual o equitativa de los Estados; se extiende también a sus derechos y deberes económicos. 25. Los principios de la democracia deben aplicarse a la gestión internacional de los problemas de interés mundial y del patrimonio común de la humanidad, en particular el medio ambiente humano. 26. En interés de la democracia internacional, los Estados deben cuidar de que su conducta se ajuste al derecho internacional, abstenerse del recurso a la amenaza o el empleo de la fuerza y de cualquier conducta que ponga en peligro o viole la soberanía y la integridad políticas y territoriales de otros Estados, adoptando las medidas necesarias para resolver sus diferencias per medios pacícos. 27. Una democracia debe defender los principios democráticos en las relaciones internacionales. En ese sentido, las democracias deben abstenerse de toda conducta no democrática, expresar su solidaridad con los gobiernos democráticos y los actores no estatales, como son las organizaciones no gubernamentales que trabajan en favor de la democracia y los derechos humanos, y extender su solidaridad a todas las víctimas de violaciones de los derechos humanos en manos de regímenes no democráticos. Con objeto de fortalecer la justicia penal internacional, las democracias deben rechazar la impunidad por los crímenes internacionales y las violaciones graves de los derechos humanos fundamentales y apoyar la creación de un tribunal penal internacional permanente.
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A
NACIONES UNIDAS
Asamblea General Distr. GENERAL A/RES/53/243 6 de octubre de 1999
Quincuagésimo tercer período de sesiones Tema 31 del programa
RESOLUCIONES APROBADAS POR LA ASAMBLEA GENERAL
[sin remisión previa a una Comisión Principal (A/53/L.79)]
53/243. Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz A DECLARACIÓN SOBRE UNA CULTURA DE PAZ La Asamblea General, Recordando la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los
propósitos y principios enunciados en ella,
Recordando también que en la Constitución de la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se declara que “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, Recordando además la Declaración Universal de Derechos
Humanos1 y otros instrumentos internacionales pertinentes del sistema de las Naciones Unidas, Reconociendo que la paz no sólo es la ausencia de conictos,
sino que también requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos, 1 Resolución 217 A (III).
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Educación para una Cultura de Paz Reconociendo también que el nal de la guerra fría ha ampliado
las posibilidades de reforzar una cultura de paz,
Expresando profunda preocupación por la persistencia y la
proliferación de la violencia y los conictos en diversas partes del mundo, Reconociendo la necesidad de eliminar todas las formas de
discriminación e intolerancia, incluidas las basadas en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la propiedad, las discapacidades, el nacimiento u otra condición, Recordando su resolución 52/15, de 20 de noviembre de 1997,
en que proclamó el año 2000 “Año Internacional de la Cultura de la Paz”, y su resolución 53/25, de 10 de noviembre de 1998, en que proclamó el período 2001-2010 “Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo”, Reconociendo la importante función que sigue desempeñando la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en la promoción de una cultura de paz,
Proclama solemnemente la presente Declaración sobre una
Cultura de Paz con el n de que los Gobiernos, las organizaciones internacionales y la sociedad civil puedan orientar sus actividades por sus disposiciones a n de promover y fortalecer una cultura de paz en el nuevo milenio: Artículo 1
Una cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en: a) El respeto a la vida, el n de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación; b) El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente jurisdicción interna de los Estados, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional; c) El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales; d) El compromiso con el arreglo pacíco de los conictos; e) Los esfuerzos para satisfacer las necesidades de desarrollo y
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protección del medio ambiente de las generaciones presente y futuras; f) El respeto y la promoción del derecho al desarrollo; g) El respeto y el fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres; h) El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información; i) La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones; y animados por un entorno nacional e internacional que favorezca a la paz. Artículo 2
El progreso hacia el pleno desarrollo de una cultura de paz se logra por medio de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida propicios para el fomento de la paz entre las personas, los grupos y las naciones. Artículo 3
El desarrollo pleno de una cultura de paz está integralmente vinculado a: a) La promoción del arreglo pacíco de los conictos, el respeto y el entendimiento mutuos y la cooperación internacional; b) El cumplimiento de las obligaciones internacionales contraídas en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional; c) La promoción de la democracia, el desarrollo de los derechos humanos y las libertades fundamentales y el respeto y cumplimiento universales de éstos; d) La posibilidad de que todas las personas a todos los niveles desarrollen aptitudes para el diálogo, la negociación, la formación de consenso y la solución pacíca de controversias; e) El fortalecimiento de las instituciones democráticas y la garantía de la participación plena en el proceso del desarrollo; f) La erradicación de la pobreza y el analfabetismo y la reducción de las desigualdades entre las naciones y dentro de ellas; g) La promoción del desarrollo económico y social sostenible; h) La eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer promoviendo su autonomía y una representación
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i) j) k) l) m) n)
equitativa en todos los niveles de la adopción de decisiones; El respeto, la promoción y la protección de los derechos del niño; La garantía de la libre circulación de información en todos los niveles y la promoción del acceso a ella; El aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de los asuntos públicos; La eliminación de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia conexas; La promoción de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad entre todas las civilizaciones, los pueblos y las culturas, incluso hacia las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas; El respeto pleno del derecho a la libre determinación de todos los pueblos, incluidos los que viven bajo dominación colonial u otras formas de dominación u ocupación extranjera, como está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y expresado en los Pactos internacionales de derechos humanos2, así como en la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales contenida en la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, de 14 de diciembre de 1960. Artículo 4
La educación a todos los niveles es uno de los medios fundamentales para edicar una cultura de paz. En ese contexto, es de particular importancia la educación en la esfera de los derechos humanos. Artículo 5
Los gobiernos tienen una función primordial en la promoción y el fortalecimiento de una cultura de paz. Artículo 6
La sociedad civil ha de comprometerse plenamente en el desarrollo total de una cultura de paz.
2 Resolución 2200 A (XXI), anexo.
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Educación para una Cultura de Paz Artículo 7
El papel informativo y educativo de los medios de difusión contribuye a promover una cultura de paz. Artículo 8
Desempeñan una función clave en la promoción de una cultura de paz los padres, los maestros, los políticos, los periodistas, los órganos y grupos religiosos, los intelectuales, quienes realizan actividades cientícas, losócas, creativas y artísticas, los trabajadores sanitarios y de actividades humanitarias, los trabajadores sociales, quienes ejercen funciones directivas en diversos niveles, así como las organizaciones no gubernamentales. Artículo 9
Las Naciones Unidas deberían seguir desempeñando una función crítica en la promoción y el fortalecimiento de una cultura de paz en todo el mundo. 107a. sesión plenaria 13 de septiembre de 1999
B PROGRAMA DE ACCIÓN SOBRE UNA CULTURA DE PAZ La Asamblea General, Teniendo en cuenta la Declaración sobre una Cultura de Paz aprobada el 13 de septiembre de 1999, Recordando su resolución 52/15, de 20 de noviembre de 1997, en que proclamó el año 2000 “Año Internacional de la Cultura de la Paz” y su resolución 53/25, de 10 de noviembre de 1998, en que proclamó el período 2001-2010 “Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo”, Aprueba el siguiente Programa de Acción sobre una Cultura de Paz: A. Objetivos, estrategias y agentes principales
1. El Programa de Acción constituiría la base del Año Internacional de la Cultura de la Paz y del Decenio Internacional de una
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Educación para una Cultura de Paz
2. 3. 4. 5.
6. 7. 8.
cultura de paz y no violencia para los niños del mundo. Se alienta a los Estados Miembros a que adopten medidas para promover una cultura de paz en el plano nacional, así como en los planos regional e internacional. La sociedad civil debería participar en los planos local, regional y nacional a n de ampliar el ámbito de las actividades relativas a una cultura de paz. El sistema de las Naciones Unidas debería reforzar las actividades que realiza en pro de una cultura de paz. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura debería mantener su función esencial en la promoción de una cultura de paz y contribuir a ello de forma signicativa. Deberían fomentarse y aanzarse las asociaciones entre los diversos agentes que se indican en la Declaración para un movimiento mundial en favor de una cultura de paz. Una cultura de paz se promovería mediante el intercambio de información entre los agentes sobre sus iniciativas a este respecto. La ejecución ecaz del Programa de Acción exige la movilización de recursos, incluidos recursos nancieros, por parte de los gobiernos, las organizaciones y los particulares interesados.
B. Consolidación de las medidas que adopten todos los agentes pertinentes en los planos nacional, regional e internacional
9. Medidas para promover una cultura de paz por medio de la educación: a) Revitalizar las actividades nacionales y la cooperación internacional destinadas a promover los objetivos de la educación para todos con miras a lograr el desarrollo humano, social y económico y promover una cultura de paz; b) Velar por que los niños, desde la primera infancia, reciban instrucción sobre valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que les permitan resolver conictos por medios pacícos y en un espíritu de respeto por la dignidad humana y de tolerancia y no discriminación; c) Hacer que los niños participen en actividades en que se les inculquen los valores y los objetivos de una cultura de paz; d) Velar por que haya igualdad de acceso de las mujeres, especialmente de las niñas, a la educación;
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Educación para una Cultura de Paz
e) Promover la revisión de los planes de estudio, incluidos los libros de texto, teniendo en cuenta la Declaración y el Plan de Acción Integrado sobre la Educación para la Paz, los Derechos Humanos y la Democracia3 de 1995, para lo cual la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura prestaría cooperación técnica si así se le solicitara; f) Promover y reforzar las actividades de los agentes que se indican en la Declaración, en particular la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, destinadas a desarrollar valores y aptitudes que favorezcan una cultura de paz, incluidas la educación y la capacitación en la promoción del diálogo y el consenso; g) Reforzar las actividades en marcha de las entidades pertinentes del sistema de las Naciones Unidas destinadas a impartir capacitación y educación, cuando corresponda, en las esferas de la prevención de los conictos y la gestión de las crisis, el arreglo pacíco de las controversias y la consolidación de la paz después de los conictos; h) Ampliar las iniciativas en favor de una cultura de paz emprendidas por instituciones de enseñanza superior de diversas partes del mundo, incluidas la Universidad de las Naciones Unidas, la Universidad para la Paz y el proyecto relativo al Programa de universidades gemelas y de Cátedras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. 10. Medidas para promover el desarrollo económico y social sostenible: a) Tomar medidas amplias basándose en estrategias adecuadas y objetivos convenidos a n de erradicar la pobreza mediante actividades nacionales e internacionales, incluso mediante la cooperación internacional; b) Reforzar la capacidad nacional para aplicar políticas y programas destinados a reducir las desigualdades económicas y sociales dentro de las naciones, por medio, entre otras cosas, de la cooperación internacional; c) Promover soluciones efectivas, equitativas, duraderas y orientadas al desarrollo para los problemas de la deuda externa y el servicio de la deuda de los países en desarrollo, por medio, entre otras cosas, del alivio de la carga de la deuda; 3
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Actas de la Conferencia General, 28a. reunión, París, 25 de octubre a 16 de noviembre de 1995, vol. 1: Resoluciones, resolución 5.4, anexos.
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d) Reforzar las medidas que se adopten a todos los niveles para aplicar estrategias nacionales en pro de la seguridad alimentaria sostenible, incluida la formulación de medidas para movilizar y aprovechar al máximo la asignación y utilización de recursos obtenidos de todas las fuentes, incluso gracias a la cooperación internacional, como los recursos procedentes del alivio de la carga de la deuda; e) Adoptar más medidas para velar por que el proceso de desarrollo sea participativo y por que los proyectos de desarrollo cuenten con la plena participación de todos; f) Incluir una perspectiva de género y el fomento de la autonomía de mujeres y niñas como parte integrante del proceso de desarrollo; g) Incluir en las estrategias de desarrollo medidas especiales en que se atiendan las necesidades de mujeres y niños, así como de grupos con necesidades especiales; h) Reforzar mediante la asistencia al desarrollo después de los conictos los procesos de rehabilitación, reintegración y reconciliación de todos los involucrados en el conicto; i) Incluir medidas de creación de capacidad en las estrategias y proyectos de desarrollo dedicados a la sostenibilidad del medio ambiente, incluidas la conservación y la regeneración de la base de recursos naturales; j) Eliminar obstáculos que impidan la realización del derecho de los pueblos a la libre determinación, en particular de los pueblos que viven bajo dominación colonial u otras formas de dominación u ocupación extranjera, que afectan negativamente a su desarrollo social y económico. 11. Medidas para promover el respeto de todos los derechos humanos: a) Aplicar cabalmente la Declaración y Programa de Acción de Viena4; b) Alentar la formulación de planes de acción nacionales para promover y proteger todos los derechos humanos; c) Fortalecer las instituciones y capacidades nacionales en la esfera de los derechos humanos, incluso por medio de instituciones nacionales de derechos humanos; d) Realizar y aplicar el derecho al desarrollo establecido en la Declaración sobre el derecho al desarrollo5 y la Declaración y Programa de Acción de Viena; 4 A/CONF.157/24 (Parte I), cap. III. 5 Resolución 41/128, anexo.
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e) Lograr los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos, 199520046; f) Difundir y promover la Declaración Universal de Derechos Humanos a todos los niveles; g) Prestar más apoyo a las actividades que realiza la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el desempeño de su mandato establecido en la resolución 48/141 de la Asamblea General, de 20 de diciembre de 1993, así como las responsabilidades establecidas en resoluciones y decisiones subsiguientes. 12. Medidas para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres: a) Integrar la perspectiva de género en la aplicación de todos los instrumentos internacionales pertinentes; b) Intensicar la aplicación de los instrumentos internacionales en que se promueve la igualdad entre mujeres y hombres; c) Aplicar la Plataforma de Acción de Beijing aprobada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer 7 con los recursos y la voluntad política que sean necesarios y por medio, entre otras cosas, de la elaboración, la aplicación y el seguimiento de los planes de acción nacionales; d) Promover la igualdad entre mujeres y hombres en la adopción de decisiones económicas, sociales y políticas; e) Seguir fortaleciendo las actividades de las entidades pertinentes del sistema de las Naciones Unidas destinadas a eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra la mujer; f) Prestar apoyo y asistencia a las mujeres que han sido víctimas de cualquier forma de violencia, incluso en el hogar, el lugar de trabajo y durante los conictos armados. 13. Medidas para promover la participación democrática: a) Consolidar todas las actividades destinadas a promover principios y prácticas democráticos; b) Hacer especial hincapié en los principios y prácticas democráticos en todos los niveles de la enseñanza escolar, extraescolar y no escolar; 6 7
Véase A/49/261-E/1994/110/Add.1, anexo. Informe de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing, 4 a 15 de septiembre de 1995 (publicación de las Naciones Unidas, No. de venta: S.96. IV.13), cap. I, resolución 1, anexo II.
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c) Establecer y fortalecer instituciones y procesos nacionales en que se promueva y se apoye la democracia por medio, entre otras cosas, de la formación de funcionarios públicos y la creación de capacidad en ese sector; d) Fortalecer la participación democrática por medio, entre otras cosas, de la prestación de asistencia electoral a petición de los Estados interesados y de conformidad con las directrices pertinentes de las Naciones Unidas; e) Luchar contra el terrorismo, la delincuencia organizada, la corrupción, así como la producción, el tráco y el consumo de drogas ilícitas y el blanqueo de dinero, por su capacidad de socavar la democracia e impedir el pleno desarrollo de una cultura de paz. 14. Medidas encaminadas a promover la comprensión, la tolerancia y la solidaridad: a) Aplicar la Declaración de Principios sobre la Tolerancia y el Plan de Acción de Seguimiento del Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia8 (1995); b) Apoyar las actividades que se realicen en el contexto del Año de las Naciones Unidas del Diálogo entre Civilizaciones, que se celebrará en 2001; c) Estudiar más a fondo las prácticas y tradiciones locales o autóctonas de solución de controversias y promoción de la tolerancia con el objetivo de aprender de ellas; d) Apoyar las medidas en que se promueva la comprensión, la tolerancia y la solidaridad en toda la sociedad, en particular con los grupos vulnerables; e) Seguir apoyando el logro de los objetivos del Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo; f) Apoyar las medidas en que se promueva la tolerancia y la solidaridad con los refugiados y las personas desplazadas, teniendo en cuenta el objetivo de facilitar su regreso voluntario y su integración social; g) Apoyar las medidas en que se promueva la tolerancia y la solidaridad con los migrantes; h) Promover una mayor comprensión, tolerancia y cooperación entre todos los pueblos, por medio, entre otras cosas, de la utilización adecuada de nuevas tecnologías y la difusión de información;
8 A/51/201, apéndice I.
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Apoyar las medidas en que se promueva la comprensión, la tolerancia, la solidaridad y la cooperación entre los pueblos y entre las naciones y dentro de ellas. 15. Medidas destinadas a apoyar la comunicación participativa y la libre circulación de información y conocimientos: a) Apoyar la importante función que desempeñan los medios de difusión en la promoción de una cultura de paz; b) Velar por la libertad de prensa y la libertad de información y comunicación; c) Hacer uso ecaz de los medios de comunicación en la promoción y difusión de la información sobre una cultura de paz contando con la participación, como corresponda, de las Naciones Unidas y de los mecanismos regionales, nacionales y locales pertinentes; d) Promover la comunicación social a n de que las comunidades puedan expresar sus necesidades y participar en la adopción de decisiones; e) Adoptar medidas acerca del problema de la violencia en los medios de información, incluidas las nuevas tecnologías de comunicación, entre otras, la Internet; f) Incrementar las medidas destinadas a promover el intercambio de información sobre las nuevas tecnologías de la información, incluida la Internet. 16. Medidas para promover la paz y la seguridad internacionales: a) Promover el desarme general y completo bajo control internacional estricto y efectivo, teniendo en cuenta las prioridades establecidas por las Naciones Unidas en la esfera del desarme; b) Inspirarse, cuando proceda, en las experiencias favorables a una cultura de paz obtenidas de las actividades de “conversión militar” realizadas en algunos países del mundo; c) Destacar la inadmisibilidad de la adquisición de territorios mediante la guerra y la necesidad de trabajar en pro de una paz justa y duradera en todas las partes del mundo; d) Alentar la adopción de medidas de fomento de la conanza y actividades para la negociación de arreglos pacícos de los conictos; e) Tomar medidas para eliminar la producción y el tráco ilícitos de armas pequeñas y ligeras; f) Apoyar actividades, a los niveles nacional, regional e internacional, encaminadas a la solución de problemas
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concretos que se produzcan después de los conictos, como la desmovilización y la reintegración de excombatientes en la sociedad, así como de refugiados y personas desplazadas, la ejecución de programas de recogida de armas, el intercambio de información y el fomento de la conanza; Desalentar y abstenerse de adoptar cualquier medida unilateral que no esté en consonancia con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas y diculte el logro pleno del desarrollo económico y social de la población de los países afectados, en particular mujeres y niños, impida su bienestar, cree obstáculos para el goce pleno de sus derechos humanos, incluido el derecho de todos a un nivel de vida adecuado para su salud y bienestar y el derecho a los alimentos, la atención médica y los servicios sociales necesarios, al tiempo que se rearma que los alimentos y los medicamentos no deben utilizarse como instrumento de presión política; Abstenerse de adoptar medidas de coacción militar, política, económica o de cualquier otra índole, que no estén en consonancia con el derecho internacional y la Carta y cuyo objetivo sea atentar contra la independencia política o la integridad territorial de los Estados; Recomendar que se dé la consideración adecuada a la cuestión de las repercusiones humanitarias de las sanciones, en particular para las mujeres y los niños, con miras a reducir al mínimo las consecuencias humanitarias de las sanciones; Promover una mayor participación de la mujer en la prevención y la solución de conictos y, en particular, en las actividades en que se promueva una cultura de paz después de los conictos; Promover iniciativas de solución de conictos como el establecimiento de días de tranquilidad para llevar a cabo campañas de vacunación y distribución de medicamentos, corredores de paz para permitir la entrega de suministros humanitarios y santuarios de paz para respetar el papel fundamental de las instituciones sanitarias y médicas, como hospitales y clínicas; Alentar la capacitación en técnicas de entendimiento, prevención y solución de conictos impartida al personal interesado de las Naciones Unidas, las organizaciones regionales pertinentes y los Estados Miembros, previa petición, cuando corresponda. 107a. sesión plenaria 13 de septiembre de 1999
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A/RES/55/47
Naciones Unidas
Asamblea General
Distr. general 22 de enero de 2001
Quincuagésimo quinto período de sesiones
Tema 33 del programa
Resolución aprobada por la Asamblea General [sin remisión previa a una Comisión Principal (A/55/L.43/Rev.1 y Add.1)]
55/47. Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo, 2001-2010 La Asamblea General, Teniendo presente la Carta de las Naciones Unidas, sobre todo
los propósitos y principios que guran en ella, y especialmente su empeño en preservar a las generaciones venideras del agelo de la guerra, Recordando la Constitución de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en la que se declara que puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz,
Recordando también sus anteriores resoluciones sobre una cultura
de paz, en particular la resolución 52/15, de 20 de noviembre de 1997, en la que se proclamó el año 2000 Año Internacional de la Cultura de la Paz, y la resolución 53/25, de 10 de noviembre de 1998, en la que se proclamó el período 2001-2010 Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo,
Rearmando la Declaración1 y el Programa de Acción2 sobre una
Cultura de Paz, reconociendo que sirven, entre otras cosas, de base para la celebración del Decenio y convencida de que la celebración efectiva y fructífera del Decenio en todo el mundo promoverá una cultura de paz y no violencia que beneciará a la humanidad, en particular a las generaciones futuras,
1 Resolución 53/243 A. 2 Resolución 53/243 B.
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Educación para una Cultura de Paz Tomando nota del informe del Secretario General sobre el
Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo3,
Tomando nota también de la resolución 2000/66 de la Comisión
de Derechos Humanos, de 26 de abril de 2000, titulada “Hacia una cultura de paz” 4, Haciendo hincapié en la importancia particular que tienen el
período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para el seguimiento de la Cumbre Mundial en favor de la Infancia, que se celebrará en Nueva York en 2001, la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se celebrará en Durbán (Sudáfrica) en 2001, y el Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos, 1995-2004, para el Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo, 2001-2010, Teniendo en cuenta la iniciativa “Maniesto 2000” de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en la que se promueve una cultura de paz y que, hasta la fecha, ha recibido más de sesenta millones de rmas de apoyo de todo el mundo, 1. Reconoce que el objetivo del Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo es fortalecer más el movimiento mundial en pro de una cultura de paz después de la celebración del Año Internacional de la Cultura de la Paz en 2000; 2. Toma nota con satisfacción de que los Estados Miembros, el sistema de las Naciones Unidas y la sociedad civil se han mostrado activos en los planos nacional, regional y mundial durante el Año Internacional de la Cultura de la Paz y, a este respecto, reconoce que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura habrá de ejercer las funciones de coordinación durante el año; 3. Invita a los Estados Miembros a que hagan más hincapié en sus actividades de promoción de una cultura de paz y no violencia y a que las amplíen, en particular durante el Decenio, en los planos nacional, regional e internacional, y 3 A/55/377. 4 Véase Documentos Ociales del Consejo Económico y Social, Suplemento No. 3 (E/2000/23), cap. II, secc. A.
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a que velen por que se promueva la paz y la no violencia a todos los niveles; 4. Acoge con satisfacción la creación de comités nacionales y mecanismos de coordinación nacional en más de ciento sesenta países con motivo de la celebración del Año Internacional de la Cultura de la Paz, subraya la importancia de que sigan participando de cerca en la consecución de los objetivos de la Declaración1 y el Programa de Acción2 sobre una Cultura de Paz y en la celebración efectiva del Decenio, y alienta a que se establezcan órganos de esa índole en los demás países; 5. Designa a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura organismo rector del Decenio que coordinará las actividades de las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas para la promoción de una cultura de paz y servirá de enlace con las demás organizaciones interesadas en esa cuestión; 6. Reconoce la función importante que desempeñan los órganos competentes de las Naciones Unidas, sobre todo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Universidad para la Paz, en cuanto a promover más una cultura de paz y no violencia, en particular mediante actividades especiales durante el Decenio en los planos nacional, regional e internacional; 7. Pide a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que difunda ampliamente, en diversos idiomas, la Declaración y el Programa de Acción y los documentos conexos, sobre todo durante el Decenio; 8. Exhorta a los órganos competentes de las Naciones Unidas, en particular a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, a que promuevan la educación académica y no académica a todos los niveles para fomentar una cultura de paz y no violencia; 9. Invita a la sociedad civil local, regional y nacional a que amplíe su ámbito de actividades para promover una cultura de paz y no violencia, mediante una colaboración y un intercambio de información que contribuyan a crear un movimiento mundial en pro de una cultura de paz, y alienta a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, a que promuevan los objetivos del Decenio aprobando un programa de actividades propio que complemente las iniciativas de
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los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones regionales y mundiales; 10. Subraya la importancia que tienen los medios de difusión y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para promover más una cultura de paz y no violencia, especialmente entre los niños y los jóvenes; 11. Pide al Secretario General que en su sexagésimo período de sesiones, que se celebrará en 2005, le presente un informe sobre la celebración del Decenio hasta mediados de éste y sobre la aplicación de la Declaración y el Programa de Acción, teniendo en cuenta las opiniones de los Estados Miembros y en consulta con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y otros órganos competentes del sistema; 12. Invita a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, a que facilite al Secretario General información sobre la celebración del Decenio y sobre las actividades realizadas para promover una cultura de paz y no violencia; 13. Decide dedicar un día de las sesiones plenarias de su sexagésimo período de sesiones a examinar el tema, lo que incluirá el análisis de los progresos logrados en la aplicación de la Declaración y el Programa de Acción, así como en la celebración del Decenio hasta mediados de éste, con la participación de todos los interesados, según proceda; 14. Pide al Secretario General que le presente un informe sobre la aplicación de la presente resolución en su quincuagésimo sexto período de sesiones; 15. Decide incluir en el programa provisional de su quincuagésimo sexto período de sesiones el tema titulado “Cultura de paz”.
74a. sesión plenaria 29 de noviembre de 2000
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Educación para una Cultura de Paz
La Carta de la Tierra PREÁMBULO
Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magníca diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este n, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras. La Tierra, nuestro hogar La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos nitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado. La situación global Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los benecios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conictos violentos se maniestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad
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global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables. Los retos venideros La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se reere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimento de una sociedad civil global, está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas. Responsabilidad Universal Para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal, identicándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en donde los ámbitos local y global, se encuentran estrechamente vinculados. Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de anidad con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza. Necesitamos urgentemente una visión compartida sobre los valores básicos que brinden un fundamento ético para la comunidad mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con una gran esperanza, armamos los siguientes principios interdependientes, para una forma de vida sostenible, como un fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones transnacionales.
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PRINCIPIOS I . RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA 1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad a. Reconocer que todos los seres son interdependientes y que toda forma de vida independientemente de su utilidad, tiene valor para los seres humanos. b. Armar la fe en la dignidad inherente a todos los seres humanos y en el potencial intelectual, artístico, ético y espiritual de la humanidad. 2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor. a. Aceptar que el derecho a poseer, administrar y utilizar los recursos naturales conduce hacia el deber de prevenir daños ambientales y proteger los derechos de las personas. b. Armar, que a mayor libertad, conocimiento y poder, se presenta una correspondiente responsabilidad por promover el bien común. 3. Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacífcas
a. Asegurar que las comunidades, a todo nivel, garanticen los derechos humanos y las libertades fundamentales y brinden a todos la oportunidad de desarrollar su pleno potencial. b. Promover la justicia social y económica, posibilitando que todos alcancen un modo de vida seguro y digno, pero ecológicamente responsable. 4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras. a. Reconocer que la libertad de acción de cada generación se encuentra condicionada por las necesidades de las generaciones futuras. b. Transmitir a las futuras generaciones valores, tradiciones e instituciones, que apoyen la prosperidad a largo plazo, de las comunidades humanas y ecológicas de la Tierra.
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Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es necesario: I I . INTEGRIDAD ECOLÓGICA 5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida. a. Adoptar, a todo nivel, planes de desarrollo sostenible y regulaciones que permitan incluir la conservación y la rehabilitación ambientales, como parte integral de todas las iniciativas de desarrollo. b. Establecer y salvaguardar reservas viables para la naturaleza y la biosfera, incluyendo tierras silvestres y áreas marinas, de modo que tiendan a proteger los sistemas de soporte a la vida de la Tierra, para mantener la biodiversidad y preservar nuestra herencia natural. c. Promover la recuperación de especies y ecosistemas en peligro. d. Controlar y erradicar los organismos exógenos o genéticamente modicados, que sean dañinos para las especies autóctonas y el medio ambiente; y además, prevenir la introducción de tales organismos dañinos. e. Manejar el uso de recursos renovables como el agua, la tierra, los productos forestales y la vida marina, de manera que no se excedan las posibilidades de regeneración y se proteja la salud de los ecosistemas. f. Manejar la extracción y el uso de los recursos no renovables, tales como minerales y combustibles fósiles, de forma que se minimice su agotamiento y no se causen serios daños ambientales. 6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución. a. Tomar medidas para evitar la posibilidad de daños ambientales graves o irreversibles, aun cuando el conocimiento cientíco sea incompleto o inconcluso. b. Imponer las pruebas respectivas y hacer que las partes responsables asuman las consecuencias de reparar el daño ambiental, principalmente para quienes argumenten que una actividad propuesta no causará ningún daño signicativo.
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c. Asegurar que la toma de decisiones contemple las consecuencias acumulativas, a largo término, indirectas, de larga distancia y globales de las actividades humanas. d. Prevenir la contaminación de cualquier parte del medio ambiente y no permitir la acumulación de sustancias radioactivas, tóxicas u otras sustancias peligrosas. e. Evitar actividades militares que dañen el medio ambiente. 7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario. a. Reducir, reutilizar y reciclar los materiales usados en los sistemas de producción y consumo y asegurar que los desechos residuales puedan ser asimilados por los sistemas ecológicos. b. Actuar con moderación y eciencia al utilizar energía y tratar de depender cada vez más de los recursos de energía renovables, tales como la solar y eólica. c. Promover el desarrollo, la adopción y la transferencia equitativa de tecnologías ambientalmente sanas. d. Internalizar los costos ambientales y sociales totales de bienes y servicios en su precio de venta y posibilitar que los consumidores puedan identicar productos que cumplan con las más altas normas sociales y ambientales. e. Asegurar el acceso universal al cuidado de la salud que fomente la salud reproductiva y la reproducción responsable. f. Adoptar formas de vida que pongan énfasis en la calidad de vida y en la suciencia material en un mundo nito. 8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido a. Apoyar la cooperación internacional cientíca y técnica sobre sostenibilidad, con especial atención a las necesidades de las naciones en desarrollo. b. Reconocer y preservar el conocimiento tradicional y la sabiduría espiritual en todas las culturas que contribuyen a la protección ambiental y al bienestar humano. c. Asegurar que la información de vital importancia para la salud humana y la protección ambiental, incluyendo la información genética, esté disponible en el dominio público.
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I I I . JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA 9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental a. Garantizar el derecho al agua potable, al aire limpio, a la seguridad alimenticia, a la tierra no contaminada, a una vivienda y a un saneamiento seguro, asignando los recursos nacionales e internacionales requeridos. b. Habilitar a todos los seres humanos con la educación y con los recursos requeridos para que alcancen un modo de vida sostenible y proveer la seguridad social y las redes de apoyo requeridos para quienes no puedan mantenerse por sí mismos. c. Reconocer a los ignorados, proteger a los vulnerables, servir a aquellos que sufren y posibilitar el desarrollo de sus capacidades y perseguir sus aspiraciones. 10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible. a. Promover la distribución equitativa de la riqueza dentro de las naciones y entre ellas. b. Intensicar los recursos intelectuales, nancieros, técnicos y sociales de las naciones en desarrollo y liberarlas de onerosas deudas internacionales. c. Asegurar que todo comercio apoye el uso sostenible de los recursos, la protección ambiental y las normas laborales progresivas. d. Involucrar e informar a las corporaciones multinacionales y a los organismos nancieros internacionales para que actúen transparentemente por el bien público y exigirles responsabilidad por las consecuencias de sus actividades. 11. Afrmar la igualdad y equidad de género como
prerrequisitos para el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la oportunidad económica.
a. Asegurar los derechos humanos de las mujeres y las niñas y terminar con toda la violencia contra ellas. b. Promover la participación activa de las mujeres en todos los aspectos de la vida económica, política, cívica, social
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y cultural, como socias plenas e iguales en la toma de decisiones, como líderes y como beneciarias. c. Fortalecer las familias y garantizar la seguridad y la crianza amorosa de todos sus miembros. 12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los pueblos indígenas y las minorías. a. Eliminar la discriminación en todas sus formas, tales como aquellas basadas en la raza, el color, el género, la orientación sexual, la religión, el idioma y el origen nacional, étnico o social. b. Armar el derecho de los pueblos indígenas a su espiritualidad, conocimientos, tierras y recursos y a sus prácticas vinculadas a un modo de vida sostenible. c. Honrar y apoyar a los jóvenes de nuestras comunidades, habilitándolos para que ejerzan su papel esencial en la creación de sociedades sostenibles. d. Proteger y restaurar lugares de importancia que tengan un signicado cultural y espiritual. IV. DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ 13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia a. Sostener el derecho de todos a recibir información clara y oportuna sobre asuntos ambientales, al igual que sobre todos los planes y actividades de desarrollo que los pueda afectar o en los que tengan interés. b. Apoyar la sociedad civil local, regional y global y promover la participación signicativa de todos los individuos y organizaciones interesados en la toma de decisiones. c. Proteger los derechos a la libertad de opinión, expresión, reunión pacíca, asociación y disensión. d. Instituir el acceso efectivo y eciente de procedimientos administrativos y judiciales independientes, incluyendo las soluciones y compensaciones por daños ambientales y por la amenaza de tales daños.
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e. Eliminar la corrupción en todas las instituciones públicas y privadas. f. Fortalecer las comunidades locales, habilitándolas para que puedan cuidar sus propios ambientes y asignar la responsabilidad ambiental en aquellos niveles de gobierno en donde puedan llevarse a cabo de manera más efectiva. 14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible. a. Brindar a todos, especialmente a los niños y los jóvenes, oportunidades educativas que les capaciten para contribuir activamente al desarrollo sostenible. b. Promover la contribución de las artes y de las humanidades, al igual que de las ciencias, para la educación sobre la sostenibilidad. c. Intensicar el papel de los medios masivos de comunicación en la toma de conciencia sobre los retos ecológicos y sociales. d. Reconocer la importancia de la educación moral y espiritual para una vida sostenible. 15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración a. Prevenir la crueldad contra los animales que se mantengan en las sociedades humanas y protegerlos del sufrimiento. b. Proteger a los animales salvajes de métodos de caza, trampa y pesca, que les causen un sufrimiento extremo, prolongado o evitable. c. Evitar o eliminar, hasta donde sea posible, la toma o destrucción de especies por simple diversión, negligencia o desconocimiento. 16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz. a. Alentar y apoyar la comprensión mutua, la solidaridad y la cooperación entre todos los pueblos tanto dentro como entre las naciones. b. Implementar estrategias amplias y comprensivas para prevenir los conictos violentos y utilizar la colaboración en la resolución de problemas para gestionar y resolver conictos ambientales y otras disputas. c. Desmilitarizar los sistemas nacionales de seguridad al
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nivel de una postura de defensa no provocativa y emplear los recursos militares para nes pacícos, incluyendo la restauración ecológica. d. Eliminar las armas nucleares, biológicas y tóxicas y otras armas de destrucción masiva. e. Asegurar que el uso del espacio orbital y exterior apoye y se comprometa con la protección ambiental y la paz. f. Reconocer que la paz es la integridad creada por relaciones correctas con uno mismo, otras personas, otras culturas, otras formas de vida, la Tierra y con el todo más grande, del cual somos parte. EL CAMINO HACIA ADELANTE Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo. Tal renovación es la promesa de estos principios de la Carta de la Tierra. Para cumplir esta promesa, debemos comprometernos a adoptar y promover los valores y objetivos en ella expuestos. El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; requiere también de un nuevo sentido de interdependencia global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido. Debemos profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría. La vida a menudo conduce a tensiones entre valores importantes. Ello puede implicar decisiones difíciles; sin embargo, se debe buscar la manera de armonizar la diversidad con la unidad; el ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo plazo. Todo individuo, familia, organización y comunidad, tiene un papel vital que cumplir. Las artes, las ciencias, las religiones, las instituciones educativas, los medios de comunicación, las empresas, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos, están llamados a ofrecer un liderazgo creativo. La alianza entre gobiernos, sociedad civil y empresas, es esencial para la gobernabilidad efectiva. Con el objeto de construir una comunidad global sostenible, las naciones del mundo deben renovar su compromiso con las
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Naciones Unidas, cumplir con sus obligaciones bajo los acuerdos internacionales existentes y apoyar la implementación de los principios de la Carta de la Tierra, por medio de un instrumento internacional legalmente vinculante sobre medio ambiente y desarrollo. Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la rme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida.
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Declaración de Luarca (Asturias) sobre el Derecho Humano a la Paz Los abajo rmantes, reunidos en la Casa de Cultura de Luarca (Asturias) en Comité de expertos para la redacción de un Proyecto de Declaración Universal sobre el Derecho Humano a la Paz, promovido por la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL DESARROLLO Y LA APLICACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, con el patrocinio de la AGENCIA CATALANA DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO DE LAGENERALITAT DE CATALUNYA y la colaboración de la CONSEJERÍA DE JUSTICIA, SEGURIDAD PÚBLICA Y RELACIONES EXTERIORES DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, la UNIVERSIDAD DE OVIEDO y el AYUNTAMIENTO DE VALDÉS, Teniendo presentes las conclusiones y recomendaciones formuladas en los seminarios regionales de expertos relativos al Proyecto de Declaración Universal sobre el Derecho Humano a la Paz celebrados en Gernika (30 de noviembre y 1 de diciembre de 2005), Oviedo (27-28 de julio de 2006), Las Palmas de Gran Canaria (17-18 de agosto de 2006), Bilbao (15-16 de septiembre de 2006), Madrid (21-22 de septiembre de 2006), Barcelona (2829 de septiembre de 2006) y Sevilla (13-14 de octubre de 2006); Hemos adoptado el día 30 de octubre de 2006, con la intención de que la Asamblea General de las Naciones Unidas la considere en un futuro cercano, la siguiente DECLARACIÓN DEL DERECHO HUMANO A LA PAZ Preámbulo La Asamblea General, (1) Considerando que, de conformidad con el preámbulo de la
Carta de las Naciones Unidas y los propósitos y principios que la misma enuncia, la paz es un valor universal, la razón de ser de la Organización, así como precondición y consecuencia del disfrute de los derechos humanos por todos; (2) Reconociendo la concepción positiva de la paz que va más allá de la estricta ausencia de conicto armado y se vincula al desarrollo económico, social y cultural de los pueblos como condición para la satisfacción de las necesidades básicas de los seres humanos, a la eliminación de todo tipo de violencia, así como al respeto efectivo de todos los derechos humanos;
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en los instrumentos fundamentales de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, en particular la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares; (4) Estimando que el Derecho internacional constituye un instrumento cuya aplicación adecuada y efectiva es indispensable para la consecución de la paz, y que ésta es responsabilidad compartida de las mujeres y los hombres, pueblos, Estados, Organizaciones internacionales, sociedad civil, empresas y otros actores sociales y, en general, de toda la comunidad internacional; (5) Recordando que la Carta de las Naciones Unidas obliga a los Estados miembros a arreglar sus controversias internacionales por medios pacícos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia, así como a abstenerse, en sus relaciones internacionales, de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos y principios de las Naciones Unidas; (6) Recordando la Declaración de Estambul, aprobada por la XXI Conferencia Internacional de la Cruz Roja mediante su resolución XIX (1969), en la que se declara que el ser humano tiene derecho a disfrutar de una paz duradera y la resolución 5/XXXII (1976) de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la que se arma que toda persona tiene derecho a vivir en condiciones de paz y seguridad internacional; (7) Recordando igualmente las resoluciones pertinentes de la Asamblea General, entre ellas, la resolución 33/73, de 15 de diciembre de 1978, que aprueba la Declaración sobre la preparación de las sociedades para vivir en paz; la resolución 39/11, de 12 de noviembre de 1984, que proclama la Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz; la resolución 53/243, de 13 de septiembre de 1999, que proclama la Declaración sobre una Cultura de Paz, la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992; así como la resolución 55/282
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de 7 de septiembre de 2001, en la que se decidió observar el Día Internacional de la Paz el 21 de septiembre de cada año; (8) Reconociendo también que, conforme al Preámbulo de la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz” y que, según esta Organización, se debe promover una cultura de paz, entendida como el conjunto de valores, actitudes, comportamientos y estilos de vida que propician el rechazo de la violencia y contribuyen a la prevención de los conictos, al combatir sus raíces mediante el diálogo y la negociación entre individuos, grupos y Estados; (9) Constatando que el compromiso en favor de la paz es un principio general del Derecho internacional, de conformidad con el artículo 38.1.c) del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, según reconoció la Consulta Internacional de expertos representantes de 117 Estados sobre el Derecho Humano a la Paz, celebrada en París en marzo de 1998; (10) Considerando que la comunidad internacional requiere la codicación y desarrollo progresivo del derecho humano a la paz, como derecho que tiene entidad propia, vocación universal y carácter intergeneracional, porque corresponde tanto a las generaciones presentes como a las futuras; (11) Recordando que los derechos humanos son inalienables, universales, indivisibles e interdependientes y que la Carta de las Naciones Unidas rearma la fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de mujeres y hombres; (12) Conscientes de la vulnerabilidad y dependencia del ser humano, del derecho y la necesidad que tienen las personas y los grupos de vivir en paz y de que se establezca un orden social, interno e internacional, en el que la paz sea la prioridad absoluta, de manera que se hagan plenamente efectivos los derechos y libertades proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos; (13) Considerando que la promoción de una cultura de paz, la redistribución mundial de los recursos y la realización de la justicia social deben contribuir al establecimiento de un nuevo orden económico internacional que permita lograr los propósitos de la presente Declaración, al eliminar las desigualdades, la exclusión y la pobreza que generan violencia estructural incompatible con la paz a nivel interno e internacional; (14) Teniendo presente que la paz debe estar basada en la justicia, y preocupados por la suerte de las víctimas de
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violaciones de los derechos humanos y del Derecho internacional humanitario, y recordando su derecho a la justicia, a la verdad y a una reparación efectiva que incluya el restablecimiento de su honra, la reivindicación de su memoria y la adopción de medidas que impidan la repetición de esos hechos, contribuyendo así a la reconciliación y al establecimiento de una paz duradera; (15) Conscientes de que el n de la impunidad como herramienta para la paz también exige que toda institución militar o de seguridad esté plenamente subordinada al estado de derecho, al cumplimiento de las obligaciones que derivan del Derecho internacional, al respeto de los derechos humanos y del Derecho internacional humanitario, y a la consecución de la paz, y de que, por lo tanto, la disciplina militar y el cumplimiento de órdenes superiores deben estar subordinados al logro de estos objetivos; (16) Conscientes, igualmente, de que los éxodos y ujos migratorios masivos son forzados, suelen obedecer a peligros, amenazas o quebrantamientos de la paz en su origen, y pueden a su vez poner en peligro la paz en los países de destino, por lo que la comunidad internacional debe denir sin dilación un régimen internacional de las migraciones que reconozca el derecho de toda persona a emigrar y establecerse pacícamente en el territorio de un Estado, en los casos previstos en la presente Declaración; (17) Armando que no se conseguirá la efectividad del derecho a la paz sin la realización de la igualdad de derechos y el respeto a la diferencia entre las mujeres y los hombres, sin el respeto a los distintos valores culturales y creencias religiosas que sean compatibles con los derechos humanos, y sin la eliminación del racismo, la xenofobia y las formas contemporáneas de discriminación racial; (18) Reconociendo las formas agravadas de sufrimiento de las mujeres en los conictos armados, y subrayando la importancia de su participación plena en los procesos de construcción de la paz, tal y como ha reconocido el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en su resolución 1325 (2000); (19) Preocupados porque la producción de armas, la carrera de armamentos y el tráco desmesurado e incontrolado de toda clase de armas ponen en peligro la paz y seguridad, obstaculizando también la realización del derecho al desarrollo; (20) Convencidos de que la consecución de la paz está intrínsecamente vinculada al respeto del medio ambiente, así como al desarrollo económico, social y cultural de todos los pueblos que sea ambiental y humanamente sostenible; (21) Convencidos igualmente de que la paz ha sido y continúa
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siendo un anhelo constante de todas las civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad, por lo que todos debemos unir nuestros esfuerzos para conseguir la realización efectiva de la paz; Proclama la siguiente Declaración: PARTE I CONTENIDO DEL DERECHO HUMANO A LA PAZ SECCIÓN A. DERECHOS Artículo 1 Titulares Las personas, los grupos y los pueblos tienen el derecho inalienable a una paz justa, sostenible y duradera. En virtud de este derecho, son titulares de los derechos enunciados en esta Declaración. Artículo 2 Derecho a la educación en la paz y los derechos humanos Toda persona tiene derecho a recibir una educación en la paz y los derechos humanos, fundamento de todo sistema educativo, que contribuya a generar procesos sociales basados en la conanza, la solidaridad y el respeto mutuo, facilite la solución pacíca de los conictos y ayude a pensar de una forma nueva las relaciones humanas. Artículo 3 Derecho a la seguridad humana Toda persona tiene derecho a la seguridad humana, que debe incluir, entre otros derechos: a) El derecho a disponer de los instrumentos, medios y recursos materiales que le permitan disfrutar plenamente de una vida en condiciones dignas y, en tal sentido, el derecho a disponer de alimentos esenciales y agua potable, atención primaria de salud, abrigo y vivienda básicos y formas básicas de enseñanza; b) El derecho a disfrutar de condiciones laborales y sindicales dignas, y a la protección de los servicios sociales, en condiciones de igualdad de trato entre las personas que desempeñen la misma ocupación o prestación.
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Artículo 4 Derecho a vivir en un entorno seguro y sano Los seres humanos y los pueblos tienen el derecho a vivir en un entorno privado y público que sea seguro y sano, así como a recibir protección contra los actos de violencia ilegítima, con independencia de su procedencia estatal o no estatal. Artículo 5 Derecho a la desobediencia y a la objeción de conciencia Toda persona, individualmente o en grupo, tiene el derecho a la desobediencia civil y a la objeción de conciencia por la paz, que consiste en: a) El derecho a la desobediencia civil frente a actividades que supongan amenazas contra la paz, incluida la protesta y el incumplimiento pacícos de leyes que violenten la conciencia; b) El derecho de los miembros de toda institución militar o de seguridad a la desobediencia de órdenes criminales o injustas durante los conictos armados y a no participar en operaciones armadas, internacionales o internas, que violen los principios y normas del Derecho internacional de los derechos humanos o del Derecho internacional humanitario; c) El derecho a no participar en -y a denunciar públicamentela investigación cientíca para la producción o el desarrollo de armas de cualquier clase; d) El derecho a obtener el estatuto de objeción de conciencia frente a las obligaciones militares; e) El derecho a la objeción scal al gasto militar y a la objeción laboral y profesional ante operaciones de apoyo a conictos armados o que sean contrarias al Derecho internacional de los derechos humanos o al Derecho internacional humanitario. Artículo 6 Derecho a resistir y a oponerse a la barbarie 1. Toda persona y todo pueblo tienen el derecho a la resistencia e incluso a la rebelión ante violaciones graves, masivas o sistemáticas de los derechos humanos, lo mismo que del derecho a la libre determinación de los pueblos, de conformidad con el Derecho internacional. 2. Las personas y los pueblos tienen el derecho a oponerse a la guerra, a los crímenes de guerra, a los crímenes de lesa humanidad, a las violaciones de los derechos humanos, a los
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crímenes de genocidio y de agresión, a toda propaganda a favor de la guerra o de incitación a la violencia y a las violaciones del Derecho Humano a la Paz, según se dene en la presente Declaración. Artículo 7 Derecho al refugio 1. Toda persona tiene derecho a solicitar y obtener refugio en cualquier país, sin discriminación, en los siguientes supuestos: a) En caso de sufrir persecución por actividades a favor de la paz, en contra de la guerra o a favor de los derechos humanos; b) En caso de temor fundado a ser perseguida por agentes estatales o no estatales, por motivos de raza, género, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas; c) En caso de ser víctima de desplazamiento forzado, internacional o interno, ocasionado por cualquier tipo de conicto armado o catástrofe ambiental. 2. El estatuto de refugiado debe incluir: a) El derecho a la integración social y laboral; b) El derecho a obtener una reparación efectiva, conforme a la presente Declaración, frente a violaciones de los derechos humanos y libertades fundamentales; c) El derecho a retornar a su país con las debidas garantías, una vez extinguidas las causas de persecución y, en su caso, nalizado el conicto armado. Artículo 8 Derecho a emigrar, a establecerse pacífcamente y a
participar
1. Toda persona tiene derecho a emigrar y a establecerse pacícamente, así como a retornar a su estado de origen. Ningún extranjero podrá ser expulsado sin las debidas garantías previstas en el Derecho internacional y de conformidad con el principio de no devolución (non-refoulement). 2. En particular, toda persona tiene derecho a emigrar si peligran o están seriamente amenazados su derecho a la seguridad humana o su derecho a vivir en un entorno seguro y sano, en los términos enunciados en los artículos 3 a) y 4 de la presente Declaración. 3. Toda persona tiene derecho a participar, individual o
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colectivamente, en los asuntos públicos del país donde tenga su residencia habitual. 4. Toda persona o grupo tiene derecho a que se establezcan mecanismos e instituciones especícas de participación que aseguren la expresión libre y pública de sus preocupaciones y demandas individuales y colectivas. Artículo 9 Ejercicio de las libertades de pensamiento, conciencia y religión Toda persona tiene derecho a expresar públicamente su libertad de pensamiento, conciencia y religión; y a que se respete su derecho a tener, adoptar y manifestar, individual o colectivamente, las creencias y convicciones de su elección, según lo establecido en el Derecho internacional de los derechos humanos. Artículo 10 Derecho a un recurso efectivo 1. Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo que la ampare contra violaciones de sus derechos humanos. 2. Toda persona tiene el derecho imprescriptible e irrenunciable a obtener justicia ante violaciones de sus derechos humanos, lo que comprenderá la investigación y determinación de los hechos y la identicación y castigo de los responsables. 3. Las víctimas de violaciones de derechos humanos, sus familiares y la sociedad en general, tienen derecho a conocer la verdad. 4. Toda víctima de una violación de derechos humanos tiene derecho a que se restablezcan sus derechos conculcados y a obtener una reparación conforme al Derecho internacional, incluido el derecho a una indemnización y a medidas de satisfacción o reparación simbólica y garantías de no repetición. Artículo 11 Derecho al desarme Las personas y los pueblos tienen derecho a: a) No ser considerados como enemigos por ningún Estado; b) Que todos los Estados procedan, conjunta y coordinadamente, en un plazo razonable, a un desarme general, transparente, bajo control internacional ecaz y completo;
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c) Que los recursos liberados por el desarme se destinen al desarrollo económico, social y cultural de los pueblos y a la justa redistribución de los mismos, atendiendo especialmente a las necesidades de los países más pobres y de los grupos vulnerables, de manera que se ponga n a las desigualdades, la exclusión social y la pobreza. Artículo 12 Derecho al desarrollo 1. Toda persona y todo pueblo tienen el derecho inalienable a participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, así como a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar de él. 2. Toda persona y todo pueblo tienen el derecho a que se eliminen los obstáculos que impiden la realización del derecho al desarrollo, tales como el servicio de la deuda externa o el mantenimiento de un orden económico internacional injusto que genera pobreza y exclusión social. Artículo 13 Derecho al medio ambiente sostenible Toda persona y todo pueblo tienen el derecho a vivir en un medio ambiente sostenible, como base para la paz y de la supervivencia de la humanidad. Artículo 14 Grupos vulnerables 1. Todas las personas pertenecientes a grupos en situación de vulnerabilidad tienen derecho a que se analicen los impactos especícos que, para el disfrute de sus derechos, tienen las distintas formas de violencia de que son objeto, así como a que se tomen medidas al respecto, incluido el reconocimiento de su derecho a participar en la adopción de dichas medidas. 2. En particular, se ha de promocionar la aportación especíca de las mujeres en el arreglo pacíco de controversias. Artículo 15 Exigencias de paz e información veraz Las personas y los pueblos tienen el derecho a exigir que la paz sea una realización efectiva, por lo que podrán:
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a) Exigir a los Estados que se comprometan a aplicar efectivamente el sistema de seguridad colectiva establecido en la Carta de las Naciones Unidas, así como el arreglo pacíco de controversias y, en todo caso, con pleno respeto a las normas del Derecho internacional de los derechos humanos y del Derecho internacional humanitario; b) Denunciar cualquier acto que amenace o viole el Derecho Humano a la Paz y, a tal n, recibir información objetiva en caso de conictos; c) Participar libremente y por todos los medios pacícos en actividades e iniciativas políticas y sociales de defensa y promoción del Derecho Humano a la Paz, sin interferencias desproporcionadas del poder público, tanto en el ámbito local y nacional como en el internacional. SECCIÓN B. OBLIGACIONES Artículo 16 Obligaciones para la realización del derecho humano a la paz
1. La realización efectiva y práctica del derecho humano a la paz comporta necesariamente deberes y obligaciones cuya ejecución corresponde a los Estados, las Organizaciones internacionales, la sociedad civil, los pueblos, las mujeres y los hombres, las empresas y otros actores sociales y, en general, a toda la comunidad internacional. 2. La responsabilidad esencial para la preservación de la paz y la protección del derecho humano a la paz incumbe a los Estados y también a la Organización de las Naciones Unidas como centro que armonice los esfuerzos concertados de las naciones por alcanzar los propósitos y principios proclamados en la Carta de las Naciones Unidas. 3. Los Estados tienen la obligación de proteger los derechos humanos, prevenir y cooperar en la prevención de las catástrofes, reaccionar ante las mismas cuando se produzcan y reparar los daños ocasionados. Tienen asimismo la obligación de adoptar medidas para construir y consolidar la paz. 4. La Organización de las Naciones Unidas debe ser fortalecida para prevenir las violaciones y proteger los derechos humanos y la dignidad humana, incluido el derecho humano a la paz, en casos de violaciones graves o sistemáticas. En particular, corresponde al Consejo de Seguridad, a la Asamblea General, el Consejo de Derechos Humanos y otros órganos competentes, tomar medidas efectivas para la protección
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de los derechos humanos cuya violación suponga un peligro o una amenaza a la paz y seguridad internacionales. 5. Toda intervención militar unilateral por parte de uno o varios Estados, sin la autorización del Consejo de Seguridad en el marco de la Carta de las Naciones Unidas, es inaceptable, constituye una gravísima violación de los principios y propósitos de la Carta y es contraria al derecho humano a la paz. 6. Se deberán revisar la composición y los procedimientos del Consejo de Seguridad, de manera que se aseguren la representación cabal de la comunidad internacional actual, así como métodos de trabajo transparentes que reconozcan la participación de la sociedad civil y de otros actores internacionales. 7. El sistema de las Naciones Unidas debe implicarse de manera plena y efectiva, a través de la Comisión de Consolidación de la Paz, en la elaboración de estrategias integrales con esa nalidad y la recuperación de los países afectados una vez superados los conictos armados, asegurando fuentes estables de nanciación y la coordinación efectiva dentro del sistema. PARTE II APLICACIÓN DE LA DECLARACIÓN Artículo 17 Establecimiento del Grupo de Trabajo sobre el Derecho Humano a la Paz 1. Se establecerá un Grupo de Trabajo sobre el Derecho Humano a la Paz (denominado, en adelante, el Grupo de Trabajo), compuesto por diez miembros, al que se encomienda el desempeño de las funciones que se señalan en el Artículo 19. 2. El Grupo de trabajo estará compuesto de expertos nacionales de los Estados miembros de las Naciones Unidas que realizarán sus funciones con completa independencia y a título personal. 3. En su elección se tendrán en cuenta los siguientes criterios: a) Los expertos habrán de tener alta consideración moral, imparcialidad e integridad, así como acreditar una experiencia prolongada y suciente en cualquiera de los ámbitos enunciados en la Parte I de la presente Declaración; b) Distribución geográca equitativa y representación de las diferentes formas de civilización y de los principales sistemas jurídicos del mundo; c) Asegurar una representación equilibrada de géneros; y d) No podrá haber dos expertos nacionales de un mismo Estado.
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4. Los miembros del Grupo de Trabajo serán elegidos por votación secreta en una sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de una lista de candidatos propuestos por los Estados miembros. Resultarán elegidos los diez candidatos que obtengan el mayor número de votos y una mayoría de dos tercios de los Estados presentes y votantes. La elección inicial tendrá lugar, a más tardar, tres meses después de la fecha de aprobación de la presente Declaración. 5. Los expertos serán elegidos por cuatro años y sólo podrán ser reelegidos una vez. 6. El Grupo de Trabajo se renovará por mitades cada dos años. Artículo 18 Funciones del Grupo de Trabajo 1. El Grupo de Trabajo tiene la función principal de promover la observancia y la aplicación de la presente Declaración. En el ejercicio de su mandato tiene las siguientes atribuciones: a) Promover mundialmente el respeto y la conciencia del derecho humano a la paz actuando con discreción, objetividad e independencia y adoptando un enfoque integral que tenga en cuenta la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos y la imperiosa necesidad de alcanzar una justicia social internacional; b) Recabar, reunir y reaccionar ecazmente ante toda información pertinente que proceda de los Estados, organizaciones internacionales y sus órganos, organizaciones de la sociedad civil, particulares interesados y cualquier otra fuente dedigna; c) Dirigir, cuando lo estime oportuno, recomendaciones y llamamientos a los Estados miembros de las Naciones Unidas a n de que adopten medidas adecuadas para la realización efectiva del derecho humano a la paz, de acuerdo con lo establecido en la Parte I de esta Declaración. Los Estados darán la debida consideración a dichas recomendaciones y llamamientos; d) Elaborar, por su propia iniciativa o a petición de la Asamblea General, el Consejo de Seguridad o el Consejo de Derechos Humanos, los informes que considere necesarios en caso de amenaza inminente o violación grave al derecho humano a la paz, en los términos denidos en la Parte I de la presente Declaración; e) Presentar anualmente un informe de actividades a la Asamblea General, Consejo de Seguridad y Consejo de Derechos Humanos, en el que incluirá las recomendaciones y conclusiones que estime necesarias para la promoción y protección efectiva
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del derecho humano a la paz, prestando una atención especial a los conictos armados; f) Preparar, a la atención de la Asamblea General, un proyecto de convención internacional que incluya el derecho humano a la paz y un mecanismo procesal de vericación y control de su aplicación efectiva. El futuro mecanismo convencional y el Grupo de Trabajo coordinarán sus funciones y evitarán la duplicación de actividades; g) Remitir al Fiscal de la Corte Penal Internacional o a otra jurisdicción penal internacional competente, toda información dedigna sobre cualquier situación en que parezcan haberse cometido crímenes de la competencia de la Corte o de la jurisdicción penal internacional de que se trate; h) Aprobar por mayoría absoluta de sus miembros los métodos de trabajo para el funcionamiento ordinario del Grupo de Trabajo, los cuales habrán de incluir, entre otras, reglas aplicables a la designación de la Mesa, así como a la adopción de sus decisiones y recomendaciones. 2. El Grupo de Trabajo tendrá su sede en Nueva York y se reunirá durante tres períodos ordinarios de sesiones a lo largo del año, así como los períodos extraordinarios que determine de acuerdo con sus métodos de trabajo. El Grupo de Trabajo dispondrá de una Secretaría permanente que será proporcionada por el Secretario General de las Naciones Unidas. DISPOSICIONES FINALES 1. Ninguna disposición de la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que conere a cualquier Estado, grupo o persona derecho alguno a emprender o desarrollar cualquier actividad o realizar cualquier acto contrario a los propósitos y principios de las Naciones Unidas, o tendente a suprimir o violar cualquiera de las disposiciones de la presente Declaración, de la Carta Internacional de Derechos Humanos o del Derecho internacional humanitario. 2. Las disposiciones de esta Declaración se entenderán sin perjuicio de cualquier otra disposición más propicia para la realización efectiva del derecho humano a la paz enunciada en virtud de la legislación interna de los Estados o resultante del Derecho internacional en vigor. 3. Todos los Estados deberán aplicar las disposiciones de la presente Declaración adoptando las medidas pertinentes de carácter legislativo, judicial, administrativo, educativo o de otra índole que fueran necesarias para promover su realización efectiva.
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EL COMITÉ DE REDACCIÓN Ángel Chueca Sancho, Profesor Titular de Derecho Internacional Público en la Universidad de Zaragoza y miembro de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza. Miembro de la AEDIDH. Carmelo Faleh Pérez, Profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Especialista en Derecho internacional de los derechos humanos. Secretario General de la AEDIDH. Héctor Faúndez Ledesma, Director del Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela (Caracas). Especialista en Derecho internacional de los derechos humanos. Mercedes Fernández Menéndez, Profesora Titular de Filología Francesa en la Facultad de Filología de la Universidad de Oviedo. Miembro de la AEDIDH. Pablo Antonio Fernández Sánchez, Catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad de Huelva (Andalucía). Román García Fernández, Director Internacional del Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación de Oviedo. Doctor en Filosofía. Felipe Gómez Isa, Profesor Titular de Derecho Internacional Público y miembro del Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto (Bilbao). Especialista en Derecho internacional de los derechos humanos. Alberto Hidalgo Tuñón, Profesor Titular de Sociología del Conocimiento en la Universidad de Oviedo y Director del Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación de Oviedo. Vicepresidente de la AEDIDH. Carlota Leret O’Neill, Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de España. Mikel Mancisidor, Director de UNESCO Etxea (País Vasco). Abogado especialista en Derecho internacional de los derechos humanos. Miembro de la AEDIDH. Carmen Rosa Rueda Castañón, especialista en Derecho internacional de los derechos humanos y Directora Ejecutiva de la AEDIDH. Ana Salado Osuna, Profesora Titular de Derecho Internacional Público en la Universidad de Sevilla. Especialista en Derecho internacional de los derechos humanos. Miembro de la AEDIDH. Jesús E. Vega López, Profesor Titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de Oviedo. Carlos Villán Durán, antiguo miembro de la Ocina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Ginebra). Especialista en Derecho internacional de los derechos humanos. Presidente de la AEDIDH. Josep Xercavins i Valls, Coordinador del Foro Mundial de Redes de la Sociedad Civil - UBUNTU, Barcelona.
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Declaración de Derechos de la Madre Tierra será decisiva para el futuro de la tierra y la humanidad El teólogo, lósofo, escritor, profesor, y ecologista brasileño, Leonardo Boff, presentó al pueblo nicaragüense la Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, durante una actividad en Casa de los Pueblos, Managua. La actividad fue encabezada por el comandante Daniel Ortega Saavedra, presidente de Nicaragua, y asistieron además, la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, compañera, Rosario Murillo, el ex presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Padre Miguel D’Escoto, y el cientíco, Jaime Incer Barquero. Boff es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. “Este proyecto (Declaración de Derechos de la Madre Tierra) nació del corazón y la mente del padre Miguel D´Escoto. Yo creo que fue algo providencial, algo del Espíritu Santo, la idea que ha tenido mientras era presidente de la Asamblea (de Naciones Unidas), mirando los problemas de la humanidad de empezar a pensar y a poner por escrito ese documento que yo creo que será decisivo para el futuro de la tierra y la humanidad”, expresó Boff. Señaló que hemos llegado a un punto en que el proyecto de cómo consumíamos y organizábamos nuestras sociedades ha llegado a su nal. “Ese proyecto se ha agotado, empezó en el siglo XVI con la doble creencia que los recursos de la tierra son innitos y que podemos tener un progreso innito hacia el futuro, esa doble creencia es una gran ilusión”. Expresó que los recursos de la tierra no son innitos y mucho menos en la perspectiva de la acumulación, de ser más ricos en el tiempo más corto posible, con la fuerza de la competencia más grande posible y sin ninguna consideración de la agresión de la naturaleza que eso implica y la total falta de solidaridad con las presentes y futuras generaciones. El teólogo expresó que “ese mismo proyecto ha facilitado mucho la vida humana, ha creado los antibióticos, prolongado nuestra vida, pero simultáneamente ese proyecto que nos llevó a la Luna y nos trajo de la Luna, ese proyecto creó una máquina de
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muertes que puede destruir por 25 formas diferentes toda la especie humana, con armas químicas, biológicas y nucleares”. “Me impacté mucho con el primer discurso que el amigo D’Escoto pronunció, en su discurso inaugural como presidente de la Asamblea (de Naciones Unidas), denunciando que en ese momentos habían como 3 mil 500 ojivas nucleares que podrían ser estalladas en minuto y medio y destruir casi toda la humanidad. Eso es lo que ha producido ese proyecto, riqueza para poca gente e inmensa pobreza para gran parte de la humanidad. Eso proyecto no es bueno, porque es sin misericordia, cruel y sin piedad. Es un sistema de muerte, o cambiamos o morimos”, señaló. Boff, nieto de inmigrantes italianos, nació en Concordia, Santa Catarina, Brasil, el 14 de diciembre de 1938. Estudió Filosofía en Curitiba y Teología en Petrópolis. Ingresó en la Orden de los Frailes Menores, franciscanos, en 1959 y en 1970 se doctoró en Teología y Filosofía en la Universidad de Munich-Alemania. Durante 22 años fue profesor de Teología Sistemática y Ecuménica en el Instituto Teológico Franciscano de Petrópolis, profesor de Teología y Espiritualidad en varios centros de estudio y universidades de Brasil y del exterior, y profesor visitante en las universidades de Lisboa (Portugal), Salamanca (España), Harvard (EUA), Basilea (Suiza) y Heidelberg (Alemania).Es doctor Honoris Causa en Política por la Universidad de Turín (Italia) y en Teología por la Universidad de Lund (Suecia), y ha sido galardonado con varios premios en Brasil y en el exterior por su lucha a favor de los débiles, oprimidos y marginados, y de los Derechos Humanos. El 8 de diciembre del 2001 le fue otorgado en Estocolmo el Right Livelihood Award, conocido también como el Nóbel Alternativo. A continuación, el texto íntegro de la Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y de la Humanidad: Preámbulo CONSIDERANDO que Tierra y Humanidad son parte de un vasto universo en evolución y que poseen el mismo destino, amenazado de destrucción por la irresponsabilidad y por la falta de cuidado de los seres humanos, y que la Tierra forma con la Humanidad una única entidad, compleja y sagrada, como queda claro cuando se la ve desde el espacio exterior, y que, además, la Tierra es viva y se comporta como un único sistema autorregulado formado por componentes físicos, químicos, biológicos y humanos que la hacen propicia a la producción y
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reproducción de la vida y que por esto es nuestra Gran Madre y nuestro Hogar común. Tomando en cuenta que la Madre Tierra es compuesta por el conjunto de los ecosistemas en los cuales generó una multiplicidad magníca de formas de vida, todas interdependientes y complementarias, formando la gran comunidad de vida, y que existe un lazo de parentesco entre todos los seres vivos porque todos son portadores del mismo código genético de base que funda la unidad sagrada de la vida en sus múltiplas formas y que, por lo tanto, la Humanidad es parte de la comunidad de vida y el momento de conciencia y de inteligencia de la propia Tierra haciendo que el ser humano, hombre y mujer, sea la misma Tierra que habla, piensa, siente, ama, cuida y venera. CONSIDERANDO que todos los seres humanos con sus culturas, lenguas, tradiciones, religiones, artes y visiones de mundo constituyen la única familia de hermanos y hermanas con igual dignidad e iguales derechos, y que la Madre Tierra providenció todo lo que necesitamos para vivir y que la vida natural y humana depende de una biosfera saludable, con todos los ecosistemas sostenibles, con agua, bosques, animales e incontables microorganismos preservados, y, además, que el que creciente calentamiento planetario puede poner en riesgo la vitalidad y la integridad del sistema Tierra y que graves devastaciones pueden ocurrir afectando millones y millones de personas y eventualmente inviabilizar la supervivencia de toda la especie humana. RECORDANDO que hay que renovar y articular orgánicamente el contrato natural con el contrato social que ganó un rol de exclusividad y que propició el antropocentrismo e instauró estrategias de apropiación y dominación de la naturaleza y de la Madre Tierra, ya que el modo de producción vigente en los últimos siglos y actualmente globalizado no ha conseguido atender a las demandas vitales de los pueblos, generando por el contrario un foso profundo entre ricos y pobres. CONSIDERANDO, nalmente, que la conciencia de la gravedad de la situación crítica de la Tierra y de la Humanidad hace imprescindibles cambios en las mentes y en los corazones y que se forje una coalición de fuerzas al rededor de valores comunes y principios inspiradores que sirvan de fundamento ético y de estimulo para prácticas que busquen un modo sostenible de vivir. Las personas, las instituciones, los líderes políticos, las ONGs, las religiones y iglesias que subscriben esta Declaración ven la urgencia de que se proclame la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DEL BIEN COMÚN DE LA TIERRA Y DE LA HUMANIDAD
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cuyos ideales y criterios deben orientar los pueblos, las naciones y todos los ciudadanos en sus prácticas colectivas, comunitarias y personales y en los procesos educativos para que el Bien Común sea progresivamente reconocido, respetado, observado, asumido y promovido universalmente en vista del bien vivir de cada uno y de todos los habitantes de ese pequeño planeta azul-blanco, nuestro Hogar Común. Artículo 1 El Bien Común supremo y universal, condición para todos los demás bienes, es la misma Tierra que, por ser nuestra Gran Madre, debe ser amada, cuidada, regenerada y venerada como a nuestras madres. I. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad pide que entendamos la Tierra como viva y sujeto de dignidad. No puede ser apropiada de forma individual por nadie, ni hecha mercancía, ni sufrir agresión sistemática por ningún modo de producción. Pertenece comunitariamente a todos los que la habitan y al conjunto de los ecosistemas. II. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad exige proteger y restaurar la integridad de los ecosistemas, con especial preocupación por la diversidad biológica y por todos los procesos naturales que sustentan la vida.III. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad es fortalecido cuando todos los seres son vistos como interconectados y con valor intrínseco, independientemente de su uso humano. Artículo 2 Para asegurar el Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad es necesario reducir, reutilizar y reciclar materiales usados en la producción y en consumo, garantizar que los residuos puedan ser asimilados por los sistemas ecológicos y buscar el bien vivir a partir de la soportabilidad de los ecosistemas, en cooperación con los otros y en armonía con los ritmos de la naturaleza. I. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad resulta de la utilización sostenible de los bienes renovables como agua, suelos, productos forestales y vida marina, de forma que puedan ser repuestos y garantizados para las actuales y las futuras generaciones. II. El manejo de los bienes no-renovables, como minerales y combustibles fósiles, debe ser realizado de tal forma que
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disminuya su extinción y no dañe gravemente el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. Articulo 3 Adoptar padrones de producción y consumo que garanticen la vitalidad y la integridad de la Madre Tierra, la equidad social en la Humanidad, el consumo responsable y solidario y el bien vivir comunitario. I. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad requiere la utilización sostenible de las energías disponibles, privilegiando las matrices renovables y otras fuentes alternativas como la energía del sol, del viento, de las mareas y la agro-energía. II. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad es potenciado cuando se disminuye al máximo la polución de cualquier parte del ambiente, de forma que se evite los efectos perversos del calentamiento planetario y no se permita el aumento de substancias radioactivas, tóxicas y de otras substancias químicas peligrosas. III. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad no es compatible con la existencia de armas nucleares, biológicas y químicas y otras armas de destrucción masiva, que deben ser eliminadas totalmente. Artículo 4 La biosfera es un Bien Común de la Tierra y de la Humanidad y es patrimonio compartido por todas las formas de vida, de la cual los seres humanos son tutores. Artículo 5 Pertenecen al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad los recursos naturales, como el aire, los suelos, la fertilidad, la ora, la fauna, los genes, los microorganismos y las muestras representativas de los ecosistemas naturales y el espacio exterior. I. El agua pertenece al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad porque es un bien natural, común, vital e insustituible para todos los seres vivos, especialmente para los humanos que tienen derecho a su acceso, independientemente de los costos de su captación, reserva, puricación y distribución, que serán asumidos por el poder público y por la sociedad.
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II. Los océanos son un Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad porque constituyen los grandes repositorios de vida, los reguladores de los climas y de la base física y química de la Tierra. III. Los bosques pertenecen al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad, contienen la mayor biodiversidad del planeta, la humedad necesaria para el régimen de lluvias y son los grandes secuestradores de dióxido de carbono. IV. Los climas pertenecen al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad porque son la condición esencial de la manutención de la vida y los cambios climáticos deben ser tratados globalmente y con una responsabilidad compartida. Artículo 6 Pertenecen al Bien Común de la Humanidad y de la Tierra los alimentos en su diversidad y los recursos genéticos logenéticos necesarios para su producción, sobre los cuales está prohibido todo tipo de especulación mercantil. Artículo 7 Son Bienes Públicos de la Humanidad las energías necesarias a la vida, la salud y la educación, los medios de comunicación, la Internet, los correos y los transportes colectivos. Las medicinas producidas por laboratorios privados, después de cinco años pasan a pertenecer al Bien Común de la Humanidad y en emergencias pueden ser hechas inmediatamente públicas. Artículo 8 Las actividades petroleras y mineras y los agro-carburantes deben estar sometidos a un control estatal y social en razón de los efectos dañinos que pueden tener sobre el Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra. Artículo 9 El gran Bien Común de la Tierra y de la Humanidad son los seres humanos, hombres y mujeres, portadores de dignidad, conciencia, inteligencia, amor, solidaridad y responsabilidad. I. Hay que armar la dignidad inherente de todos los seres humanos y su potencial intelectual, artístico, ético e espiritual.
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II. La misión de los seres humanos es cuidar y proteger la Tierra y la Humanidad como herencias recibidas del universo. III. Las comunidades, en todos los niveles, tienen la obligación de garantizar la realización de los derechos y de las libertades fundamentales, creando las condiciones para que cada persona realice su pleno potencial y aporte al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad. Artículo 10 Pertenece al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad todos los saberes, artes y técnicas acumuladas a lo largo de la historia. I. El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad requiere reconocer y conservar los saberes tradicionales y la sabiduría espiritual de todas las culturas que contribuyen a cuidar de la Tierra, a desarrollar el potencial de la Humanidad y a favorecer el Bien Común. II. El Bien Común de la Humanidad pide ayudar con recursos nancieros, técnicos, sociales e intelectuales a los pueblos pobres y vulnerables, para que alcancen un modo de vivir sostenible y colaboren con el Bien Común. III. El Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad exige la erradicación de la pobreza como un imperativo humanitario, ético, social, ambiental y espiritual. IV. La justicia social y ecológica no pueden ser disociadas porque ambas sirven al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad.V. Pertenece al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad la equidad de género, la superación de todo tipo de discriminación, la protección de los niños y niñas contra toda violencia y la seguridad social de todos aquellos que no pueden mantenerse por su propia cuenta. Artículo 11 Pertenecen al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad todas las formas de gobierno que respetan los derechos de cada ser humano y de la Madre Tierra y propician la participación activa e inclusiva de los ciudadanos en la toma de decisiones, favorecen el acceso irrestricto a la justicia y cuidan del entorno ecológico. Artículo 12 El Bien Común de la Tierra y de la Humanidad demanda que se protejan las reservas naturales, incluyendo tierras salvajes y
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áreas marinas, los sistemas de sustento de la vida en la Tierra, las semillas, la biodiversidad, y se rescaten especies amenazadas y ecosistemas devastados. I. Controlar la introducción de especies exógenas y someter rigurosamente al principio de prevención a todos los organismos genéticamente modicados para que no causen daños a las especies nativas y a la salud de la Madre Tierra y de la Humanidad. II. Garantizar que los conocimientos de los varios campos del saber que son de vital importancia para el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad sean considerados de dominio público. III. Es vedado patentar recursos genéticos fundamentales para la alimentación y la agricultura y los descubrimientos técnicos patentados deben guardar siempre su destinación social. Artículo 13 Pertenecen al Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra la multiplicidad de las culturas y de las lenguas, los diferentes pueblos, los monumentos, las artes, la música, las ciencias, las técnicas, las losofías, la sabiduría popular, las tradiciones éticas, los caminos espirituales y las religiones. Artículo 14 Pertenece al Bien Común de la Tierra viva y de la Humanidad la hospitalidad por la cual acogemos y somos acogidos unos a otros, como habitantes del mismo Hogar común, la Tierra. Artículo 15 Pertenece al Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra la socialidad y la convivencia pacíca con todos los con los seres humanos y con los seres de la naturaleza porque todos somos hijos y hijas de la Madre Tierra y somos corresponsables por el mismo destino común. Artículo 16 Pertenece al Bien Común de la Humanidad la tolerancia que acoge las diferencias como expresiones de la riqueza de la única naturaleza humana y que no permite que tales diferencias sean consideradas como desigualdades. Artículo 17 Pertenece al Bien Común de la Humanidad la comensalidad que expresa el sueño ancestral de todos los pueblos de sentarse
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juntos, como hermanos y hermanas de la misma familia, alrededor de la mesa, comiendo y bebiendo alegremente de los frutos de la generosidad de la Madre Tierra. Artículo 18 Pertenece al Bien Común de la Humanidad la compasión por todos los que sufren en la naturaleza y en la sociedad, aliviando sus padecimientos y impidiendo todo tipo de crueldad a los animales. Artículo 19 Pertenecen al Bien Común de la Humanidad los principios éticos del respeto a cada ser, del cuidado de la naturaleza y de la responsabilidad universal por la preservación de la biodiversidad y por la continuidad del proyecto planetario humano y los principios de cooperación y de la solidaridad de todos con todos partiendo de los mas necesitados, para que todos sean incluidos en la misma Casa Común. Artículo 20 Pertenece al Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad la permanente búsqueda de la paz que resulta de la correcta relación consigo mismo, de todos con todos, con la naturaleza, con la vida, con la sociedad nacional y internacional y con el gran Todo del cual somos parte. Artículo 21 Pertenece al Bien Común de la Humanidad y de la Madre Tierra la convicción de que una Energía amorosa subyace a todo el universo, sustenta a cada uno de los seres y puede ser invocada, acogida y venerada. Artículo 22 Todos estos ideales y criterios del Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad prolongan y refuerzan los derechos humanos contenidos en la Declaración de los Derechos del Hombre proclamada en 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea de la ONU, que será ahora enriquecida con los derechos de la Madre Tierra y de la Humanidad.
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Conferencia del Centenario del Nóbel Ofcina Internacional de la Paz
Oslo 23 – 24 de septiembre de 2010 Centro Nóbel de la Paz “Un clima de paz” “Desafíos sin precedentes requieren soluciones sin precedentes” Amin Maalouf
Esta es una gran celebración: el International Peace Bureau, nacido en Berna en 1891, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1910. En la actualidad, el IPB es una red global de hacedores de paz alrededor del mundo, con más de 320 organizaciones en setenta países. La celebración se lleva a cabo en Oslo, la ciudad de la paz, y en el Centro Nobel de la Paz. No pudo haber habido mejor elección. Trabajando siempre incansablemente para una movilización mundial –con la comunidad académica, cientíca, intelectual y artística en primer plano- para hacer posible la transición de la fuerza a la palabra, mediante del desarme y desarrollo sostenibles, para crear un clima de paz . Enhorabuena y los mejores augurios ya que, por primera vez en la historia, un clima de paz puede emerger del secular clima de guerra. Estamos viviendo momentos fascinantes porque en el presente el cambio es posible.”Nosotros, los pueblos…” será posible, como se prevé con una clarividencia impresionante en la Carta de las Naciones Unidas, construyendo la paz en nosotros mismos, en nuestras casas, en el colegio, en el lugar de trabajo, en el pueblo, en todo el mundo. Durante siglos, en una sociedad conducida por hombres, ha prevalecido la cultura de la imposición y la confrontación: “ Si vis pacem para bellum”, si quieres la paz, prepara la guerra. Y se ha preparado la guerra y la guerra tan sólo ha sido el intermedio entre dos conictos, para benecio de los productores de armas, que han estado siempre a favor de estar preparados para la guerra...
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“Nosotros, los pueblos” han estado ausentes de los escenarios del poder. Particularmente las mujeres. Viviendo en un contexto restringido tanto desde el punto de vista territorial como intelectual, incapaces de ver lo que estaba sucediendo en el resto del mundo, los ciudadanos han sido obedientes y silenciosos, dando incluso sus vidas, completamente subordinados a los requerimientos de aquellos que han tenido en sus manos las riendas del destino común. Ahora, por primera vez, existe la posibilidad de la transición desde una cultura de violencia y guerra a una cultura de diálogo, conciliación y paz … porque ha aumentado la conciencia global, intervienen más mujeres en la toma de decisiones y las nuevas tecnologías de la comunicación hacen posible la participación no presencial. Estas son las razones por las cuales espero que en los próximos años se lleve a cabo la transición desde la fuerza a la palabra, desde la mano armada a la abierta.
Después del nal de la guerra “caliente” del sigo XX, los grandes poderes del mundo se dieron cuenta de que la única posibilidad para cambiar radicalmente el curso de la historia era que todos los pueblos estuvieran unidos. El Presidente Woodrow Wilson arribó a Brest en 1918 con el Covenant de una “paz permanente” en el mundo. Y nació la Sociedad de Naciones, la Liga de Naciones. Pero, muy pronto, los productores de armamento convencieron a los ganadores de que si realmente deseaban la paz, tenían que estar preparados para la guerra. Y ustedes saben lo que sucedió: después del “crack” de 1929, los sentimientos nacionalistas y xenófobos se extendieron (debemos ahora tener cuidado al respecto, después del “crack” de la economía) y el “ Deustschland über alles” estaba en los labios y en los corazones de muchos de los iniciadores de los movimientos Nazi y Fascista, mientras que la maquinaria bélica se ponía en marcha y la diplomacia de la Sociedad de Naciones desaparecía. Y en 1939 empezó una horrible Guerra Mundial. Aniquilación masiva, genocidio, holocausto. El fanatismo y la ambición japonesas llevaron el conicto europeo al Pacíco. El Presidente Roosevelt concibió un Sistema de las Naciones Unidas capaz de hacer frente a los retos de seguridad, de trabajo, de alimentación, de salud, de educación, ciencia y cultura, de desarrollo, de infancia, de medio ambiente… todo ello conduci do por “los pueblos” tratando de construir una democracia sinérgica mundial, guiada por la Declaración Universal de los Derechos
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Humanos adoptada en diciembre de 1948 y basada, como lo recoge el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO, “en la igual dignidad de lodos los seres humanos”.
La palabra clave, esencial para la reconducción de la situación a escala global era compartir, compartir mejor. Esta es la razón por la cual la cooperación para el desarrollo fue adoptada inmediatamente como una de la acciones primordiales de las Naciones Unidas: desarrollo integral (no sólo económico sino social); endógeno (los países más prósperos deben dar a los que lo son menos el 0,7% del PIB); sostenible (esta importante dimensión del desarrollo fue establecida por la Comisión presidida por la Primera Ministra Noruega, Gro Harlem Brundtland). Finalmente, al término de los ochenta, se acordó que el desarrollo debe ser humano en virtud a la propuesta realizada por Richard Jolly, Administrador Suplente de UNICEF, en su libro “Desarrollo con faz humana”.
Sin embargo, al poco tiempo, no hubo personas sino Estados, no ayudas sino préstamos, no cooperación sino explotación… y aumentó la carrera armamentista de los superpoderes, con una Unión Soviética ampliando el ámbito de sus dictaduras y unos Estados Unidos, combatiendo el comunismo, pero imponiendo en América Latina, de forma increíble, dirigentes autoritarios (la operación “Cóndor” es una vergüenza) y en otras partes del mundo… con la excepción de China (quizás porque se habían olvidado de este pequeño y despoblado país o porque sus brillantes estrategas lo habían dejado a un lado). Sin embargo, lo peor sucedió a principios de los ochenta, con la alianza del Presidente Reagan y de la Primer Ministra del Reino Unido, Margaret Thacher, porque sustituyeron los valores y los principios democráticos por las leyes del mercado para dirigir la economía mundial. Mercado en lugar de justicia social. Y también múltiples acciones para debilitar el Sistema de las Naciones Unidas. Se retiraron de la UNESCO y organizaron el G-6, un grupo plutocrático de los países más ricos del mundo. Inmediatamente después se agregó a Canadá dando lugar al G-7. Unos años después también se unió Rusia y fue el G-8… y después, recientemente, este grupo se amplió a 20 miembros, el G-20. Esta ha sido, la base de la llamada “globalización”, esa forma asimétrica de gobernación, en contra del diseño de Roosevelt, que ha conducido al mundo a la situación actual, en la cual, en un balance corto y terrible, se invierten más de 4 mil millones de dólares diarios en gastos militares y de armamento mientras que más de 60,000 personas mueren de hambre y extrema pobreza.
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Y todo ésto en 1989, al nal de la Guerra Fría, cuando se podían tener más esperanzas (la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética, gracias a la habilidad excepcional de Mikhail Gorbachev, que condujo a la Commonwealth de Estados Independientes… y la desaparición en Sudáfrica del terrible apartheid, gracias a la sabiduría de Nelson Mandela… y los procesos de paz con que se concluían situaciones de conicto en El Salvador, Guatemala, Mozambique…). Sí, el nal de la Guerra Fría fue un momentum lleno de esperanza en el que aguardábamos impacientes los prometidos “dividendos de la paz”… Pero los “globalizadores” no fortalecieron a las Naciones Unidas ni favorecieron el desarrollo global sostenible. Por el contrario, expandieron la dominación económica y decidieron actuar completamente al margen del Consejo de Seguridad y de la Corte Internacional de Justicia, adoptando medidas tan erróneas como la invasión de Kosovo en 1999 y la construcción de nuevos muros en diferentes partes del mundo. Estaban tan entusiasmados con los aparentemente buenos resultados del proceso de globalización de la economía de mercado, que el 11 de mayo de 1996 el Presidente de los Estados Unidos manifestó que una democracia de mercado y una sociedad de mercado podían también preverse! No obstante, en los 90, las Naciones Unidas trabajaron incansablemente para ofrecer al mundo en su conjunto las pautas que requería: en 1990, el Congreso Mundial de Educación para Todos; en 1992, en Río de Janeiro, la Agenda 21, para frenar el progresivo deterioro medioambiental; en 1993, el Congreso Mundial de Derechos Humanos en Viena, después de una importante reunión en Montreal sobre la Educación en Derechos Humanos y Democracia; en 1994, en Barcelona, la Reunión Interreligiosa para una Cultura de Paz, con la representación al más alto nivel de 19 religiones; en 1995, con ocasión del 50 aniversario de las Naciones Unidas, la importante Reunión sobre Desarrollo Social llevada a cabo en Copenhagen, con la adopción de “compromisos” de acción, la Conferencia Mundial de Beijing sobre la Mujer y el Desarrollo, y la Declaración sobre la Tolerancia; en 1997, la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos; en 1999, la Declaración y Plan de Acción sobre una Cultura de Paz… Y me gusta mencionar también el excelente documento que representa la Carta de la Tierra, publicada en el año 2000. Fue en ese año cuando los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en las Naciones Unidas declararon su voluntad de realizar acciones encaminadas a conseguir los Objetivos del Milenio. Pero no había dinero. No había dinero contra la pobreza, el SIDA y
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las enfermedades materno-infantiles … No había dinero para que todos los seres humanos tuvieran acceso al agua y la comida. No había dinero para todo eso pero sí para las armas, para estar bien preparados para la guerra. En el año2001, el terrible ataque de Al Qaeda a los Estados Unidos. Y, como una esperada reacción de represalia, el conicto de Afganistán. Y después, de forma inesperada y basada en objetivos claramente geoestratégicos y económicos, el Presidente Bush, sin la autorización del Consejo de Seguridad –porque la inspección dirigida por una persona de la talla de Hans Blix no encontró arsenales de “armas de destrucción masiva”- la invasión a Irak, acordada después de la increíble “reunión” en las Islas Azores, de George Bush, Tony Blair y José María Aznar liderando la “coalición”… De nuevo millones de dólares para gastos militares y armamento… mientras la pobreza se incrementaba hasta alcanzar la tremenda situación actual. En el año 2005, en la Cumbre de los Objetivos del Milenio +5, los Jefes de Estado y de Gobierno unánimemente decidieron que tanto la Declaración para una Cultura de Paz como el Plan de Acción para el Diálogo de Civilizaciones, deberían llevarse a cabo y acogieron con entusiasmo la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones del Presidente español ante las Naciones Unidas.
Nada se hizo después. La globalización continuó ampliando la brecha entre los que tienen mucho y los que carecen de todo, con inmensos problemas resultantes de la deslocalización de la producción hacia el Este -con “codicia e irresponsabilidad”, utilizando las mismas palabras del Presidente Obama-, que desembocaron en la incoherente situación de China, convertida en el país comunista más rico del mundo, el país capitalistacomunista, que sigue expandiendo su inuencia en América Latina, África y los países del Este. En el 2008, tiene lugar el crack del sistema nanciero mundial, ocasionado fundamentalmente por los fondos de alto riesgo de los Estados Unidos… Y Europa, en lugar de liderar las posibles soluciones, se va a visitar al Presidente Bush –¡habiendo sido elegido ya Obama!- en Camp David, poniendo en sus manos las riendas para superar la crisis múltiple (nanciera, medioambietnal, democrática, política, ética). Después de la reunión de Sarkozy y Durao Barroso con Bush, las declaraciones fueron las siguientes: “Necesitamos un nuevo orden económico internacional” (Durao Barroso); “Es necesario un nuevo capitalismo” (Presidente Sarkozy) y “La solución es comercio
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libre, mercado libre, economía libre”. Y en vez de las Naciones Unidas, se reunió en Washington un G20 ampliado, y la decisión fue “rescatar” a las instituciones nancieras con dinero público en cantidades fabulosas: más de 700 mil millones de dólares en Estados Unidos y más de 400 mil millones de dólares en la Unión Europea. Las instituciones nancieras responsables de la crisis fueron rescatadas y los Estados se endeudaron debiendo ajustar inmediatamente sus presupuestos… El G20 demandó una inmediata regulación y la desaparición de los paraísos scales a n de evitar, en el futuro, desastres económicos similares…. En la actualidad los paraísos scales siguen existiendo. El cambio climático continúa agravándose sin que se hayan adoptado medidas restrictivas; los trácos de todo tipo (armas, drogas, capitales, personas…) siguen teniendo lugar con total impunidad en el espacio supranacional… La producción y la venta de armamento de gran valor sigue en aumento (debo recalcar que este tipo de armamento no ha sido utilizado desde la guerra de Vietnam ya que ha habido un cambio sustancial en la forma de confrontación)… Por todo ello, estamos de lleno en una economía de especulación y guerra, al mismo tiempo que nos hallamos inermes para reducir el impacto de las catástrofes naturales y de las ocasionadas por el hombre. El país más poderoso de la tierra es incapaz de hacer frente a situaciones como las inundaciones producidas por el huracán Katrina, o los terremotos, o los incendios… Como dije anteriormente, en los albores de siglo y de milenio, podemos ser optimistas porque por primera vez en la historia son posibles cambios radicales. He destacado que el aumento de la inuencia de la mujer en la toma de decisiones; la toma de conciencia global; y las modernas tecnologías de comunicación, nos permiten la movilización de la gente. Sí, ahora es posible movilizar a la sociedad. Para llevar a cabo la gran transición de ciudadanos sumisos a ciudadanos activos. Ciudadanos que ya no son simples espectadores, que ya no están silenciosos, que ya no están viviendo atemorizados. En el Preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos se maniesta que la práctica de los derechos humanos es para “liberar del temor”…. y en el siguiente párrafo se dice que los Derechos deben poder ejercerse “a n de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
Es tiempo de acción. El tiempo de la resignación ha terminado. La transición desde una cultura de guerra a una cultura de paz y no violencia puede ser una realidad en un período corto de tiempo. Desde la imposición al diálogo, desde la fuerza a la palabra.
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Educación para una Cultura de Paz Tenemos que sobre ponernos al inmenso poder mediático de unos cuantos que monopolizan la información y las noticias. Tenemos que ser capaces de ver los invisibles. Las noticias reeren lo que
está sucediendo en el mundo pero, lógicamente, sólo toman en cuenta los “acontecimientos” insólitos, extraordinarios. Debemos ser capaces de ver la vida real, de ver los invisibles. Como dijo el Profesor Bernard Lawn en 1985 al recibir el Premio Nobel de la Paz, “sólo en la medida en que seamos capaces de ver los invisibles seremos capaces de hacer los imposibles”.
Ahora es posible, para poder alcanzar la paz, la transición desde una economía de guerra a una economía de desarrollo global sostenible, la transición desde la imposición y la dominación al diálogo, la conciliación y la alianza.
Hoy, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Presidente Obama ha adoptado una rme posición en favor del fortalecimiento de las Naciones Unidas y ha propuesto la resolución del conicto con Irán por la vía diplomática, urgiendo la aceleración del proceso de paz entre Israel y Palestina. “Un nuevo comienzo”, fue el deseo que expresó el Presidente Obama en su discurso en El Cairo en junio de 2009. Sí, un “nuevo comienzo” es hoy posible, porque los seres humanos son capaces de inventar su futuro. Los seres humanos son capaces de crear y, por lo tanto, pueden afrontar cualquier desafío. La paz está en nuestras manos. Está en nuestras manos promover cada día, con nuestro comportamiento, una cultura de paz, de entendimiento, de conciliación. Está en nuestras manos crear un clima de paz y no violencia.
Ahora podemos. Ya no seremos sólo espectadores. Hemos permanecido demasiado callados durante demasiado tiempo. Ya no lo estaremos más. Ahora tenemos la posibilidad de una participación no presencial. Y la aprovecharemos. El tiempo de la sumisión y la resignación ha concluido.
Sí: como decía al principio, la paz emergerá y crecerá en un clima de paz.
Y la cultura de violencia y guerra desaparecerá para siempre. Paz, shalom, salam.
Federico Mayor Septiembre 2010.
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Esta edición de 1,000 ejemplares se imprimió en Complejo Gráco TMC Diciembre, 2010