DOSSIER NÚMERO NÚMER O 30 ENERO / MARZO 2009 2009
Los conflictos del
CÁUCASO Ariel Cohen, Kurt W. W. Jefferson, Jefferson, Cory D. Welt, Welt, Walter Walter Laqueur, Nicu Popescu, Andrew Wilson, Mariano Marzo, Margot Light, Mel Frykberg, Pavel K. Baev, Simon Saradzhyan, Gareth Jenkins, Arif Yunusov
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6 EUROS
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Geopolítica con petróleo
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l 8 de agosto de 2008, Rusia violó la soberanía y la integridad territorial de Georgia, con lo que intentó reescribir las reglas de la seguridad europea posteriores a 1945. ¿Por qué? Porque el Cáucaso, el patio trasero de los zares, fueran blancos o rojos, es considerado por la Rusia de Valdimir Putin como la esfera de influencia que le hará otra vez globalmente grande (Kurt W. Jefferson). Este número de VANGUARDIA DOSSIER analiza, geopolítica y energéticamente, el dilema que plantea a Occidente la restauración del poder ruso en el Cáucaso (Ariel Cohen). Cáucaso hay dos: el del norte, que es parte integrante de la Federación de Rusia, y el del sur, que lo conforman Georgia, Armenia y Azerbaiyán, tres estados soberanos. Los dos Cáucasos son explosivos, con conflictos distintos que constituyen una expresión de la geopolítica global. Pero la atención está ahora centrada principalmente en el sur, después de que el Kremlin haya retirado de Chechenia, una república rusa, parte de sus tropas por considerar que la amenaza separatista ha disminuido (Simon Saradzhyan). La región del Cáucaso Sur es importante para los rusos desde los tiempos de Napoleón. El zar Nicolás I extendió su brazo colonialista por la región para asegurar las fronteras rusas y mantener a sus súbditos a raya. El interés de Putin es geopolítico y energético. No es ningún misterio: Georgia se está con virtiendo en el Israel de Estados Unidos en el Cáucaso (Mel Frykberg), es decir, en la Cuba de Rusia (Nicu Popescu y Andrew Wilson), y Georgia es la única vía alternativa al sistema de oleoductos y gasoductos de Rusia (Mariano Marzo). Los casos de Armenia y Azerbaiyán son otra cosa. Armenia, como Georgia, es dependiente energéticamente; Azerbaiyán, no, ya que tiene importantes reservas de petróleo y de gas natural. Pero Armenia y Azerbaiyán, enfrentados por la guerra de Alto Karabaj, coinciden en algo: son piezas clave para las pretensiones de Turquía e Irán de convertirse en potencias regionales en el Cáucaso. Turquía busca un trato más estrecho con Rusia (Pavel K. Baev) y quiere mejorar sus difíciles relaciones con Armenia (Gareth Jenkins). Irán mantiene una compleja y ambigua relación con Azerbaiyán, que está situada entre el martillo y el yunque (Arif Yunusov). Rusia es tan dependiente de los mercados energéticos europeos como Europa lo es de los suministros rusos (Margot Light). ¿Qué nos traerá, entonces, el futuro? Todo indica que el Kremlin será un quebradero de cabeza para europeos y estadounidenses en los próximos decenios, ya que son evidentes las limitaciones del poder occidental en la región del Cáucaso (Cory D. Welt). Putin, en el vértigo del éxito, representa un desafío al proyecto de la Unión Europoea que trata de reemplazar el equilibrio de poder, las esferas de influencia y la conquista militar, que son paradigmas del siglo XIX, por la integración, la negociación y el imperio de la ley. Josif Stalin escribió en 1930 un artículo titulado “El vértigo del éxito”, pero hoy sabemos que el éxito del zar rojo no fue tan grande (Walter Laqueur).
ILUSTRACIONES DE MONTSE BERNAL
Xavier Batalla
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SUMARIO ENERO / MARZO 2009
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Rusia y Occidente: la agenda para Europa y Estados Unidos
por Ariel Cohen Con la violación de la soberanía de Georgia en agosto de 2008, Rusia intentó reescribir al mismo tiempo las reglas de la seguridad europea posteriores a 1945. Pero la historia, como la geopolítica, no ha terminado. Occidente se enfrenta a un dilema: considerar a Rusia como una potencia que desea restaurar el dominio en el antiguo espacio soviético u olvidar lo sucedido siempre y cuando la agresión a Georgia sea la última demostración de musculatura.
15| EL NUDO EUROASIÁTICO 18| Rusia, una gran potencia: la fractura social y territorial
por Kurt W. Jefferson A lo largo del siglo XIX la Rusia de los Romanov demostró su poder sometiendo a los díscolos pueblos de las montañas del Cáucaso y frenar con ello el avance del Imperio otomano. Unos 200 años después, el zar Putin ensaya la refundación del poderío ruso basándose en los beneficios derivados del petróleo y gas y en el control de estados-clientes postsoviéticos como Georgia.
24| Los intereses de Estados Unidos en la región por Cory D. Welt Los intereses de Estados Unidos en el Cáucaso son evidentes –influencia en el patio trasero ruso y control energético, en especial–, pero también lo son los límites de su poder, como se evidenció en la última guerra ruso-georgiana. A pesar de las apariencias, Washington no ha desarrollado hasta el momento una estrategia orientada a instaurar de forma concluyente su presencia en la zona. .
30| Las relaciones Rusia-EE. UU.: pasado y futuro
por Walter Laqueur En los últimos años, las relaciones entre Rusia y Estados Unidos han empeorado y la guerra de Georgia ha sido, sólo, un episodio más de esta especie de paz fría. Occidente ha desatendido sistemáticamente los puntos de vista e intereses de Rusia en los Balcanes y no le ha mostrado el respeto que se merece como una gran potencia.
34| Tras la guerra de Georgia: cómo evitar una Europa bipolar
por Nicu Popescu y Andrew Wilson Con la invasión de Georgia, Moscú envió un inequívoco mensaje para que Ucrania, Moldavia y Azerbaiyán respetaran las reglas de su “política de vecindad”. El objetivo último de Rusia sería la construcción de una nueva Europa con presencia de estados postsoviéticos –e incluso Turquía– que sirviera de contrapeso a la Unión Europea. España sería un país clave para negociar una respuesta efectiva.
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38| Las rutas del petróleo y gas
por Mariano Marzo A diferencia de Georgia y Armenia, que son energéticamente dependientes, Azerbaiyán cuenta con importantes reservas de petróleo y gas. El oleoducto BTC, capaz de transportar un millón de barriles de crudo al día entre Bakú, en el Caspio, y Ceyhan, en el Mediterráneo, convierte a Georgia en la única vía alternativa al sistema de oleoductos y gasoductos de Rusia a Europa.
74| Turquía y Armenia: entre la historia y la geografía por Gareth Jenkins Las diferencias entre Turqía y Armenia siguen estando aún demasiado arraigadas –en especial por el genocidio de principios del siglo XX– como para pensar en una pronta normalización de las relaciones. Sin embargo, la perspectiva de un acercamiento alimenta la posibilidad de que desaparezca uno de los obstáculos para que Ankara desempeñe el papel de potencia regional.
40| EL PODER DEL CASPIO 46| La interdependencia Unión Europea-Rusia por Margot Light La Unión Europea depende de los suministros rusos de hidrocarburos (más del 70 por ciento de las importaciones totales de petróleo y gas), pero a su vez Rusia no puede prescindir del mercado europeo, que representa el 51,5 por ciento de su factura comercial total. La dependencia mutua es, pues, asimétrica.
50| DE NICOLÁS I A PUTIN. UNA HISTORIA DE LA PRESENCIA RUSA EN EL CÁUCASO
56| Georgia, el Israel de Estados Unidos en el Cáucaso
por Mel Frykberg A efectos prácticos, Georgia (tercer contribuyente de la coalición militar en Iraq) se está convirtiendo en el Israel de Estados Unidos en el Caúcaso en la medida en que promueve las ambiciones de Washington de frustrar –o entorpecer– el control ruso sobre la región tanto por razones geopolíticas como económicas.
60| Abjasia es un proyecto de Estado en ciernes, pero no el títere de nadie por Pavel K. Baev El reconocimiento de Abjasia como un Estado soberano por parte de Rusia no ha sido considerado como un hecho afortunado por parte de los abjasios, sino como el resultado de 15 años de arduos esfuerzos para consolidar su identidad nacional. Turquía aparece en la actualidad como un país clave para reducir la dependencia de Abjasia con respecto a Rusia.
66| La guerra olvidada de Chechenia por Simon Sarazhyan A diferencia de lo ocurrido en la primera guerra de Chechenia (1994-1996), en la segunda, iniciada en 1999 (unos 40.000 civiles muertos y unos 750.000 desplazados), Putin consiguió la “chechenización” del conflicto mediante la utilización de clanes rivales, enzarzados en una guerra civil. La progresiva retirada de soldados da a entender que el Kremlin ve disminuida la amenaza.
79| Azerbaiyán y la crisis iraní: entre el martillo y el yunque
por Arif Yunusov Azerbaiyán e Irán mantienen una compleja y ambigua relación derivada de la partición de 1828, cuando un tercio del territorio fue anexionado por Rusia. Los recientes planes para concretar la presencia estadounidense no sólo han alarmado en Moscú y Teherán, sino que podrían desatar sentimientos pro islamistas.
PARA SABER MÁS 85| LIBROS 88| LITERATURA 90| CINE 92| VIAJES 94| WEBS
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www.vanguardiadossier.com Número 30 / AÑO 2009 Editor: Javier Godó, Conde de Godó Consejera editorial: Ana Godó Director: José Antich Directores adjuntos: Xavier Batalla / Alex Rodríguez Dirección de Arte: Rosa Mundet Redacción: Joaquim Coca / Toni Merigó Marc Bello (diseño e infografía) Edición gráfica: Guillermina Puig Documentación: Carles Salmurri
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Rusia y Occidente
la agenda para Europa y Estados Unidos Ariel Cohen INVESTIGADOR DE ESTUDIOS RUSOS Y EUR ASIÁTICOS Y SEGURIDAD ENERGÉTICA INTERNACIONAL DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES KATHERINE AND SHELBY CULLOM DAVIS, HERITAGE FOUNDATION (WASHINGTON, DC). RECIENTEMENTE HA PUBLICADO KAZAKHSTAN : THE ROAD TO INDEPENDEN CE (2008).
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tando del feudalismo al socialismo totalitario. N MEDIO DE LA PEOR CRISIS económica desde la Gran DeEl advenimiento del imperio de la ley, la presión, Occidente y Rusia es- democracia participativa, el derecho a la protán distanciándose, incapaces piedad y el multiculturalismo se retrasaron en de hallar un terreno común Rusia al menos medio siglo. Sin embargo, la para la integración y la con- mayoría de la elite rusa se considera cultural vergencia basado en valores mente europea y conoce a Cervantes y Balzac, euroatlánticos como el impe- Goya y Verdi mejor que muchos americanos. rio de la ley, la libertad política, la transparencia del capitalismo y una política exterior de cooperación en lugar de una RUSIA Y OCCIDENTE EN EL SIGLO XXI política exterior de enfrentamiento en el seno Los desafíos a que se enfrenta el mundo en el de la comunidad occidental. siglo XXI son abrumadores. Podemos solucionarLas raíces de este distanciamiento se re- los con Rusia, o sin ella. La elección depende prinmontan a más de 1.500 cipalmente del lado de años, cuando Constan- Los abrumadores desafíos a los Moscú. Europa y Estados tinopla y Roma se ha- que se enfrenta el mundo se Unidos bajo la nueva bían repartido el Impe Administración de Obapueden solucionar con Rusia, rio romano, y el patriarma habrán de tratar que trata de hallar un nuevo ca ortodoxo y el Papa con un Irán opaco, imcompetían por la prima- lugar en la arquitectura global, predecible y que aspira cía en la cristiandad. o sin ella; depende de Moscú a tener armas nucleaDespués de la toma de res; un Afganistán en Constantinopla por los situación precaria y deturcos otomanos en 1452, Moscú erigió la ense- teriorado; un Pakistán cada vez más caótico; una ña de la ortodoxia frente al Occidente católico. tarea sin acabar en Iraq y la aflicción crónica y la Los zares rusos edificaron un vasto impe- intransigencia en el conflicto árabe-israelí. Aderio que se extendió hacia el este y el sur, y alcan- más de cuanto antecede, Occidente no quiere un zó por último la frontera de China y el océano enfrentamiento con una Rusia en auge. Pacífico, en tanto que Occidente atravesó el ReSin embargo, un fuerte quebradero de canacimiento, la Reforma, las revoluciones bur- beza perseguirá a Occidente durante los próxiguesas, y el auge del liberalismo, el nacionalis- mos dos decenios e incluso más adelante. Rusia mo y la socialdemocracia. Rusia bajo Lenin y ha completado su difícil transición de la planilos bolcheviques pasaron por alto todo ello, sal- ficación central a una economía basada en lí-
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neas generales en el mercado –aunque con un enorme sector estatal comparado con los niveles de Estados Unidos– y, hasta el inicio de la reciente crisis financiera global –y alentado por los ingresos derivados de sus recursos naturales, sus elites nacionalistas y un régimen autoritario– trata de hallar un nuevo lugar en la arquitectura global. Y así lo hace de forma que motiva que les dé horror a muchos en Occidente: extendiendo la mano a Hugo Chávez y a Mahmud Ahmadineyad, invadiendo Georgia, y reprimiendo la protesta política y étnica con maneras consideradas severas al este del río Oder, controlando las emisoras de radio y televisión. Sólo Gerhard Schröder, el hombre que se lleva un millón de euros al año de Gazprom, llamaría a Vladimir Putin “un demócrata ejemplar”. No obstante, los dirigentes rusos, con los cuales este autor se reúne con regularidad, preguntan retóricamente si “Occidente” llega siquiera a existir. Distinguen entre Estados Unidos y Europa. La retórica antiamericana de Rusia refleja la sospecha de toda la vida de la clase dirigente de profesionales de los servicios de inteligencia en el sentido de que su glavny proti- vnik (el adversario principal) conspira día tras otro para derribar la “democracia soberana” de Rusia y privarle de su arsenal nuclear. La profunda frustración asociada a la derrota de la guerra fría está aún muy viva; el cinismo y la desconfianza hacia instituciones internacionales dominadas por Occidente, tales como el Consejo de Seguridad de la ONU,
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la OTAN, la Unión Europea; el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. También revela el enfado por el trato de la Administración Bush a la elite rusa, por ser demasiado tosca e inculta como para pertenecer al sancta sanctórum del club de las “naciones civilizadas”. Por otro lado, se considera a Europa débil e incoherente. Cuando alguien alude en Moscú a la Unión Europea o al Parlamento Europeo, las elites rusas hacen muecas de desprecio. Parafraseando a Stalin sobre el Papa, “¿cuántas divisiones tiene la UE?”, preguntan. Sin embargo, la elite rusa ve Europa a través de un prisma de pragmatismo y utilidad: es donde se venden las materias primas rusas: petróleo, gas, metales, madera para la construcción. Es donde la elite rusa acude a jugar, donde invierte en bienes inmuebles, donde sus hijos se educan. Poco ha cambiado desde los siglos XVIII-XIX, cuando los rusos eran parte integrante, aunque elemento extraño, de Europa.
Algunos dirigentes rusos, que aún sienten muy viva una profunda frustración asociada a la derrota en la guerra fría, no confían en las instituciones internacionales dominadas por Occidente
LA EXPERIENCIA DE VALDAI Y CRISIS ECONÓMICA
Un viaje reciente a Rusia y diversas reuniones con altos dirigentes rusos me han proporcionado una visión magnífica de la mentalidad rusa y de sus posibles derroteros. El viaje formaba parte de las actividades del Club de Discusión de Valdai, que invita a los principales expertos rusos de todo el mundo para reunirse anualmente con dirigentes rusos. La impresión general fue que en el período posterior a la guerra de Georgia los ánimos en Rusia se hallaban en su punto culminante en lo refeVANGUARDIA | DOSSIER 9
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rente al sentimiento antiamericano desde el término de la guerra fría. Durante y después de la guerra de Georgia, Moscú quería claramente distanciar a la “vieja Europa” –Francia, Alemania, Italia y España– de Estados Unidos, utilizando la carta de la energía. Además, se advertía con claridad que no se ha formulado una nueva estrategia global comprehensiva. Rusia quiere sentarse en dos asientos a la vez: beneficiarse de la globalización y la integración económica internacional a la par que saca pecho frente a sus vecinos inmediatos de la antigua Unión Soviética así como frente a Europa y Estados Unidos. Rusia quiere seguir acogiendo inversión extranjera e invertir en el extranjero, y las elites quieren viajar y educar a sus hijos en escuelas privadas europeas y en universidades estadounidenses y británicas. Los participantes del Club de Valdai debatieron si estamos presenciando un retorno a la guerra fría. Sergei Karaganov, presidente del Consejo de Política Exterior y de Defensa ruso, así lo afirmó, mientras otros señalaron que en Moscú se echan en falta una capacidad global para proyectar e impulsar el poder así como una ideología clara. Sin embargo, el nivel de retórica y odio proyectados hacia Estados Unidos, Georgia y Ucrania no tenía precedentes. Algunos compararon las iniciativas rusas en el Cáucaso y la presencia de cuatro flotas en el pequeño espacio del mar Negro –rusa, turca, OTAN (estadounidense) y ucraniana– con los en principio episodios de reducido alcance que principalmente en los Balcanes condujeron al estallido de la Primera Guerra Mundial. La protección de etnias y ciudadanos rusos proclamada por Moscú, así como la invasión de Osetia del Sur y Abjasia y su desgajamiento de Georgia, evocaban la crisis de los Sudetes en Checoslo vaquia en 1938. Aunque los paralelismos históricos pueden ser arriesgados, la falta de conocimiento histórico es incluso más peligrosa y podría dar lugar a una repetición de errores históricos fatídicos. Desgraciadamente, mientras que el primer ministro Vladimir Putin citaba la historia, desde la romana a la rusa, profusamente, el presidente Dimitry Medvedev, personaje autocalificado de abogado y empresario, parecía hablar con guión establecido y sin buen conocimiento de la historia. “Viejos amigos” y nuevas bases. Moscú saca brillo a varias herramientas políticas de la 10 VANGU ARDIA | DOSSIER
guerra fría. Por primera vez desde los años 80 vuelve a Oriente Medio, a África, y a Latinoamérica. Igor Sechin, primer ministro adjunto y zar de la energía, ha visitado recientemente Venezuela, mientras Nikolai Patrushev, antiguo jefe de la policía secreta FSB y actualmente secretario del Consejo de Seguridad realizó una visita a Ecuador. La armada rusa vuelve al Mediterráneo, donde se encuentra renovando su base naval en Tartus, Siria. También alarga la mano a Latinoamérica. Además del conocido vuelo de dos bombarderos estratégicos supersónicos TU-160 Blackjack a Venezuela y el crucero de misiles pesados Pedro el Grande que participó en unas maniobras conjuntas con Venezuela en el Caribe en noviembre, expertos y funcionarios rusos de alto rango han revelado la efectiva reactivación de la red de “viejos amigos” de la época soviética. Tales amigos incluirían personas formadas en la Universidad Patricio Lumumba, escuelas del KGB, escuelas del partido comunista, etcétera. Algunos de ellos fueron instruidos en técnicas de subversión y entrenamiento terrorista. Serán reactivados para la ocasión y empleados para promover intereses rusos – no necesariamente en términos de impulsar movimientos de guerrilla sino para convertirse en socios políticos, económicos y militares de Moscú. Otra herramienta importante de la pro yección de poder ruso consiste en organizar la diáspora emigrante de habla rusa en calidad de grupo de presión pro Moscú. LOS CAÑONES DE AGOSTO*: EL TOQUE DE DIANA
Hasta el pasado mes de agosto, Occidente había intentado ignorar la frustración de Rusia y las iniciativas diplomáticas y económicas antiamericanas cada vez más atrevidas, como uno hace caso omiso de una punzada en el corazón negándose, aunque no inclinándose de buen grado, a plantar cara a una enfermedad grave y de posible riesgo vital. Sin embargo, los “cañones de agosto” proporcionaron la señal de toque de diana. El 8 de agosto, Rusia intentó reescribir las reglas de la seguridad europea posteriores a la Segunda Guerra Mundial. De hecho, repudió el Pacto de Helsinki de 1975, que reconocía la inviolabilidad y carácter sagrado de las fronteras en Europa, y violó la soberanía e integridad terri* Los cañones de agosto es el título de una obra de Barbara W. Tuchman.
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torial del aspirante a la OTAN, Georgia. Las nal. Por un lado, Rusia violó el derecho internatropas del presidente Saakashvili –mal aconse- cional y utilizó la fuerza –algo que Europa jado y de forma necia, según algunos políticos aborrece–. Por otro lado, Europa depende de la europeos y altos funcionarios del Departamento energía y el comercio ruso, y no desea emprende Estado– habían atacado Osetia del Sur, el der una nueva confrontación. En realidad, los enclave secesionista en Georgia, el objetivos de la guerra de Rusia día anterior. Sin embargo, en el pro- Según altos eran de largo alcance e incluían: ceso Rusia, también rompió en peda- funcionarios • Expulsión de tropas georgianas zos su propio mandato de mantener occidentales, y fin de la soberanía georgiana la paz en Osetia del Sur y Abjasia. en Osetia del Sur y Abjasia, objeel presidente Sea como fuere, tanto McCain tivos conseguidos. georgiano como Obama, al hilo de debates tele• “Cambio de régimen” median visivos, denunciaron la agresión Saakashvili te el derrocamiento del presidenrusa en Georgia. Y pudo muy bien estuvo mal y te Mijail Saakashvili e instaurasuceder que mientras escuchaba al neciamente ción de una dirección más pro gurú geopolítico –que a los rusos en- aconsejado rusa en Tiflis. En esta cuestión canta detestar– Zbigniew Brzezinski, cuando decidió Moscú procede con cuidado, trael consejero de Seguridad Nacional desafiar a Rusia tando de apoyarse en el ciclo del presidente Jimmy Carter y mengeorgiano de popularidad desboen Osetia tor geopolítico de Obama, el candicada y expulsión popular de un dato presidencial demócrata hiciera líder, cosa que ocurrió con los en su día un llamamiento a favor de una coope- dos predecesores de Saakashvili: Zviyad ración selectiva con Rusia en la cuestión de Gamsakjurdia y Edvard Shevardnadze. Irán, el control de armas y la lucha contra el • Evitar que Georgia ingrese en la Alianza terrorismo global. Atlántica y mandar un enérgico mensaje a Esto es, Occidente se enfrenta a un dilema. Ucrania en el sentido de que su insistencia en Puede muy bien considerar a Moscú una poten- ingresar en la OTAN puede resultar en desórdecia hegemónica que desea restaurar el dominio nes civiles en Crimea, donde residen muchos de su imperio en el antiguo espacio soviético. rusos étnicos y ciudadanos rusos, y –potencialLa guerra de Georgia devolvió con fuerza a mente– al desmembramiento del país. La elite Rusia al Cáucaso del sur, burlando a Azerbaiyán, ucraniana está profundamente dividida sobre rico en petróleo, y controlando las principales la cuestión de las relaciones con Occidente, arterias de energía y conexiones ferroviarias incluyendo el ingreso en la OTAN, y significatique llevan recursos naturales del mar Caspio y vamente, el primer ministro Yulia Timoshenko Asia central a Occidente y bienes de consumo e ha roto con el presidente Yushchenko justaindustriales al este. El ejército ruso destruyó mente sobre esta cuestión. Esto puede repreprácticamente al ejército georgiano, que prote- sentar una cuña inserta en la política ucraniagía los oleoductos, y el puerto georgiano de na al menos durante los próximos años. Moscú Poti, importante terminal en el mar Negro del también cuenta con sus sólidas relaciones con corredor este-oeste. Berlín, Roma y París para obstaculizar el plan O tal vez algunos políticos preferirían vol- de Estados Unidos de ofrecer un plan de acción ver al statu quo ante, mientras Georgia sea una para el ingreso en la OTAN a Tiflis y Kiev. única excepción. Occidente, dicen, ha de solu- • Desplazar el control de los oleoductos estracionar sus propios problemas: económicos, tégicos y el corredor de transporte del mar demográficos, medioambientales. Las relacio- Caspio al mar Negro, controlando Georgia. nes con el mundo musulmán pueden incluso Occidente tiene un interés vital en asegurar el ser más difíciles que las relaciones con Rusia. suministro de energía de Asia central, sortean¿Y cómo tratará Occidente a la China emergen- do Rusia. Sin embargo, el peso ruso se nota en te? Fuera de los círculos conservadores en la actualidad, ya que Kazajstán, un importanEstados Unidos, pocos desean un enfrenta- te inversor en Georgia, ha cancelado planes miento con Rusia. para construir terminales allí y no se han anunciado nuevos planes para construir oleoMÁS ALLÁ DE GEORGIA ductos hacia Occidente a pesar de los esfuerOccidente se siente dividido ante la guerra zos de Estados Unidos. Recrear una esfera de influencia de estilo en el Cáucaso, que sobrepasa la agenda regioVANGUARDIA | DOSSIER 11
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Rusia, que ha consolidado su papel en la CEI con Moscú como referente militar, está volviendo a una política exterior vigorosa y bismarkiana basada en “esferas de intereses privilegiados”
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decimonónico en la antigua Unión Soviética, con el uso de la fuerza si fuera necesario. Las indirectas de que Rusia puede intentar desesta bilizar Crimea y otras partes rusohablantes de Ucrania menudearon en Moscú este otoño. Rusia también defendió con firmeza su “derecho” a mantener la base de la flota de mar Negro en Sebastopol, posiblemente más allá de 2017, y varios funcionarios de alto rango manifestaron que Rusia puede emplear “todos los medios necesarios” para defender dicho “derecho”. CONSTRUCCIÓN DE BLOQUES Rusia está volviendo a una política exterior vigorosa y bismarkiana basada en “esferas de intereses privilegiados”, como expresó el presidente Medvedev, y ha consolidado la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) de la Comunidad de Estados Independientes que se reúne a partir de ahora sólo en Moscú y es presidida por Medvedev, en calidad de principal marco militar. Compuesta, además de Rusia, por Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, la OTSC plantea un reforzamiento militar y en política exterior apoyará a Moscú con fuerza, ha anunciado Medvedev. Rusia comunicó abiertamente que la OTSC se está convirtiendo en un bloque militar, similar a –y oponiéndose a– la OTAN. Además, Rusia ha potenciado su perfil diplomático recibiendo el apoyo de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), que incluye a China y los cinco estados de Asia central (Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) como miembros integrantes, e Irán, Mongolia, India y Pakistán como miembros asociados. La OCS expresó su apoyo de la acción rusa en Georgia aunque no llegó a reconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur. Por otra parte, muchos socios de la OTAN, la herramienta occidental de “seguridad dura” se están cansando de la retórica rusa, que consideran apunta a socavar a la OTAN –y específicamente, al papel de Estados Unidos en la Alianza Atlántica. Moscú promueve una nueva arquitectura de seguridad europea, que incluirá a Rusia y Europa, pero excluirá, o diluirá, el papel de Estados Unidos. Ello incluiría una revisión de los Acuerdos de Helsinki de 1975, que reconocieron las fronteras posteriores a la Segunda Guerra Mundial pero realzaron la cuestión de los derechos humanos al nivel de la conciencia
pública y dieron alas al movimiento disidente en Europa central y la Unión Soviética. Los Acuerdos de Helsinki –y el proceso de Helsinki– fueron factores que contribuyeron de manera significativa a la desaparición del comunismo. Sin embargo, Moscú se muestra sorprendentemente silencioso en lo que se refiere a sus exigencias de esta nueva arquitectura euroatlántica –que incluiría las cuestiones de cómo se dividiría el poder o qué tipos de mecanismos propugna, hasta el punto de que cabe preguntarse si sus gurús en política exterior han llegado a considerar el tema en profundidad. De forma similar, los llamamientos del Kremlin a una nueva arquitectura económica pospost-Bretton Woods son vagos, más allá de la exigencia de hacer del rublo una moneda de reserva alternativa. El rublo puede ir sólo detrás de la libra esterlina y el yen, ya que económicamente Moscú equivale a alrededor de un 12 por ciento del PIB de Estados Unidos o de la Unión Europea, según el precio del petróleo. En su viaje a China, el primer ministro Putin apeló recientemente a eliminar el dólar como moneda de transacción del fuerte comercio de 50.000 millones de dólares entre los dos gigantes eurasiáticos. ¿POTENCIA REVISIONISTA? Hasta la reciente crisis económica, Rusia parecía estar preparada para desafiar a Occidente en Europa y más allá. Sin embargo, el colapso financiero global ha destruido riqueza en bolsa valorada en un billón de dólares, según las valoraciones del índice de la bolsa RTS de Moscú. Los oligarcas rusos han perdido en conjunto 230.000 millones de dólares, y algunos de ellos se quejan públicamente de que la política exterior agresiva del Kremlin y la guerra de Georgia fueron un error. “Se advierte aquí un extendido sentimiento de humillación posterior a la agresión”, manifestó un alto funcionario de Estados Unidos a mediados de octubre después de visitar Moscú. El presidente Med vedev, por ejemplo, ha señalado públicamente que Rusia está interesada en la cooperación en Afganistán y en luchar contra las amenazas terroristas globales. Las divisiones dentro de la elite rusa entre los eslavófilos, que insisten en la “vía especial” de Rusia, y los occidentalistas, que consideran a Rusia como un elemento sui generis de la civilización occidental, tienen al menos 150 años y es probable que se exacerben en medio de la crisis.
RUSIA Y OCCIDENTE: LA
A G E N D A PA R A E U R O P A Y E S T A D O S U N I D O S
política exterior, expuso sus “cinco princi ANDAR CON CUIDADO En cualquier caso, Occidente y sus dirigen- pios”, que incluían el rechazo de la “unipolarites necesitan andar con cuidado, porque el dad” –palabra clave asociada al liderazgo glorevisionismo internacional anti statu quo es el bal de Estados Unidos–. Calificó semejante material con el que se fraguan las guerras. mundo de “inestable y plagado de conflictos”. Puede que los europeos tengan memoria histó- Medvedev declaró al mismo tiempo que si bien rica para recordarlo. Rusia no desea aislarse, defenderá “la vida y El ajedrez geopolítico actual puede recor- dignidad de sus ciudadanos allí donde estén”, dar el conflicto que desencadenó las guerras en así como sus intereses empresariales. La falta los Balcanes que precedieron la Primera Guerra de claros trazos y sendas en la práctica en relaMundial, o incluso la invasión por parte de ción con tal política podría en su día hacer Adolfo Hitler de los Sudetes en Checoslovaquia perder el equilibrio a Occidente y dificultar en 1938, con la aquiescencia de Europa. “dar el sí” al Kremlin. Sin embargo, ciertos indicios apuntan a Lo que es más importante: el dirigente que el Kremlin puede tener sus dudas a la hora ruso declaró que su país posee regiones de de imprimir un cambio a la arquitectura glo- “interés privilegiado” que no se limitan a las bal. Buena parte depende de cómo evolucione zonas fronterizas de Rusia. Cabría incluir a la crisis económica y de si Rusia pierde sus Irán, Siria, Cuba e incluso Venezuela en esta fabulosos ingresos procedentes de su energía y lista. Los dirigentes occidentales deberían penmaterias primas. Una cuenta bancaria vacía sar en la política exterior rusa en el hemisferio tiene una influencia portentosa sobre el grado occidental, el Mediterráneo (piénsese en la de agresividad de la propia política exterior. nueva base naval que la flota del mar Negro El comportamiento de Rusia concuerda tiene en Tartus, Siria) y el golfo Pérsico, donde con su pauta histórica mucho más antigua de los lazos rusos con Irán tienen un claro color cooperación y confrontación con las grandes antiamericano. potencias: piénsese en la guerra de los Siete Años –y las tres divisiones de Polonia bajo Ca- DISEÑAR LA RESPUESTA OCCIDENTAL talina la Grande; la cooperación con Austria y Los dirigentes occidentales (Estados UniGran Bretaña contra Napoleón– y en el conflicto dos, Canadá, la UE, Japón, Australia, Israel y con Francia y Gran Bretaña en la guerra de otros países) necesitan ordenar sus prioridades Crimea. También existe una importante dimen- y diseñar una lista de prioridades realistas y sión interna de la diplomacia rusa que muchos viables en política exterior en cuyo marco la diplomáticos e historiadores han pasado por al- política rusa constituya una parte importante to: cuando Rusia es débil o se halla en vía de re- del conjunto. formas y procede además a una cierta apertura Semejante política integral debería contrainterna, las relaciones con Occidente mejoran. rrestar el intento de Moscú de desplazar el equiCuando Rusia se siente fuerte, con ánimo librio de poder global respecto de las democrarepresor en el ámbito interno y es creciente- cias liberales en favor de la “internacional mente autoritaria, aumenta la fricción con autoritaria” rica en petróleo. Occidente necesiOccidente a menos que surjan amenazas vita- ta comprometer en el asunto a Rusia para defiles como las representadas por Napoleón, Hitler nir los términos de las zanahorias que Rusia o el fundamentalismo islámico. desea y los palos que aborrece. La inversión ecoEn la actualidad, Rusia dice de hecho que nómica, el honor –sin temor-- y el reconocidesea desplazar el equilibrio global de poder miento serán elementos importantes, mientras respecto del polo de atracción de Estados que las relaciones con China e India serán la Unidos; “finlandizar” Europa; revisar las insti- dinámica más importante en esta estrategia. tuciones económicas globales, y regresar a una Llegado a este punto, Occidente no debe gran política de poder altamente competitiva y poner el acento en el poderío militar en sus más caracterizada por la confrontación, que relaciones con las tendencias revanchistas recuerda al siglo XIX: Realistas, 1; Fukuyama, 0. rusas. Queda demasiada tarea por hacer en Iraq, Afganistán, Pakistán y la guerra global contra el terror. Tampoco se dispone de los LOS PRINCIPIOS DE RUSIA Occidente necesita prestar atención a niveles de tropas y material militar adecuados Rusia. El presidente Dimitry Medvedev, en un para desplegar un “cinturón” al efecto en el discurso televisado al país el 31 de agosto sobre perímetro de Rusia –aun en el caso de que VANGUARDIA | DOSSIER 13
RUSIA Y OCCIDENTE: L A AGENDA PARA EUROPA Y ESTADOS UNIDOS
alguien opte por el enfrentamiento. Moscú que Rusia tiene mucho que perder, inEuropa en particular no ansía precisamen- cluyendo sus vínculos financieros y económite un enfrentamiento con el Kremlin mientras cos sin restricciones con las economías de merla economía de Estados Unidos esté sufriendo cado avanzadas. Las empresas energéticas propiedad del un déficit y unos niveles récord de deuda (diez billones de dólares). El rescate financiero del Estado –las llamadas “vacas lecheras” del prepresidente Bush costará al menos 1,5 billones supuesto ruso– comercian con American Dede dólares, y además el mundo se encuentra en pository Recepits (ADRs) –títulos físicos respaldados en un banco estadounidense de acciones una grave recesión. Rusia, ante todo, quiere pasar la página de de compañías cuyas sociedades fueron constilos últimos 20 años de declive. Quiere volver al tuidas fuera de aquel país– en Nueva York, y “círculo interior” del sistema “multipolar” del con acciones en Londres y Frankfurt. Rusia mundo que propugna, junto a Estados Unidos, depende del capital, el mercado y las tecnoloEuropa, China e India. A Moscú le interesa me- gías avanzadas occidentales tanto para su pro jorar las relaciones con Occidente, incluyendo greso en el ámbito militar como para la explola renegociación del acuerdo sotación de sus hidrocarburos, cada bre armas nucleares estratégicas La victoria de vez más cara. (START) y manteniendo y amplian- Occidente en la Rusia también ha promovido do la cooperación nuclear civil; guerra fría ha políticas de restricción del acceso a continuar la lucrativa cooperación propiciado el sus materias primas “estratégicas” espacial; ingresar en la Organipor parte de Occidente. Si sigue haadvenimiento ciéndolo, los miembros de la OCDE zación Mundial de Comercio, así como ser exonerada del cumpli- de nuevos pueden responder a su vez cortandesafíos do el acceso a las empresas rusas miento de la enmienda Jackson Vanik (una medida obsoleta de ideológicos propiedad del Estado en sus deseos de invertir en empresas vitales para restricción del comercio ligada a y geopolíticos la emigración de judíos soviéti- que van del nuestra seguridad nacional a través de las diversas políticas antimonocos). Y, sobre todo, Rusia no quiere mar Báltico al que Estados Unidos despliegue el océano Pacífico polistas de la Unión Europea. sistema de misiles antibalísticos Si la relación sigue deterioránen Polonia y la República Checa, dose, acoger los Juegos Olímpicos además de mantener a Georgia y Ucrania fuera de Invierno de 2014 en el mar Negro, en Sochi, de la OTAN. Queda por ver, si llega la ocasión, a 20 kilómetros de la frontera georgiana, puede lo que las partes están dispuestas a negociar convertirse en una iniciativa inviable, como cuando se abra la nueva ventana para la mejora también puede serlo el ingreso en el Grupo de de las relaciones mutuas en 2009. los Ocho. Finalmente, desde el final de la guerra Sin embargo, si el Kremlin sigue adelante con sus políticas agresivas, Occidente puede fría, Occidente ha descuidado su capacidad de verse obligado a adoptar un papel líder para librar la guerra de las ideas, un campo de bataformular una coalición global contra el revisio- lla clave en el que derrotó a los soviéticos. Tal nismo global ruso. Esta coalición, si realmente capacidad es asimismo crucial para ganar la tiene lugar, debería comenzar con un diálogo guerra contra la ideología islamista radical. En estratégico entre las capitales europeas, entre este siglo, Occidente necesita utilizar su creatiEuropa y Estados Unidos y entre Occidente, vidad y avances tecnológicos para llegar a las Nueva Delhi y Beijing. Aunque les satisfaga re- audiencias postsoviéticas y musulmanas a pepresentar un contrapeso a Moscú y Was-hington, sar de la creciente censura en televisión y el el resurgir de una Rusia renovada casa difícil- vitriólico lavado de cerebro antiamericano. mente con los intereses de una India y China La historia no ha finalizado, como tampoen rápido desarrollo, que mantienen unas rela- co la geopolítica. La victoria en la guerra fría ha ciones excelentes con el Kremlin. propiciado el advenimiento de nuevos desafíos Occidente también se enfrenta al desafío –tanto ideológicos como geopolíticos–. Occide proporcionar a Ucrania y Georgia un plan de dente afronta un gran desafío a su modelo de acción para el ingreso en la OTAN y su ingreso democracia y sus mercados. Nos aguarda una en la Unión Europea. Washington y Bruselas ardua tarea, desde el mar Báltico hasta el océadeberían alcanzar un acuerdo y comunicar a no Pacífico. 14 VANGUARDIA | DOSSIER
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