Terapia Ocupacional Universidad de La Frontera
Técnicas de manejo conductual
Es importante que como padres, cuidadores y/o adultos responsables de un niño, seamos capaces de modelar y guiar su conducta. Para ello, a continuación se explican algunas de las técnicas más utilizadas; sin embargo, es muy importante que se comprenda que las conductas del niño y sus pataletas deben ser manejadas de forma respetuosa; es decir, teniendo la consideración de explicarle en cada situación por qué se está tomando la decisión entregar un refuerzo positivo, negativo o tiempo fuera, para que el niño comprenda por qué debe modificar su conducta. Además, debemos considerar algunos elementos desde nuestra posición, tales como inclinarnos, ponernos a su altura y mirarlo a los ojos cuando se le desee explicar algún aspecto. Esto ayudará a que el niño nos vea como una figura de autoridad que lo acompaña a pesar de haberse equivocado, favoreciendo el vínculo. 1. Refuerzo positivo y negativo : ésta es la técnica básica para incrementar la frecuencia de conductas deseables en cualquier niño/a. Cuando la conducta aparece, hemos de ofrecer la recompensa de manera inmediata, con un premio (refuerzo positivo) o con la retirada de algo que no quiera (refuerzo negativo). Ser sistemático y constante es fundamental. Siempre que la conducta suceda debe estar seguida del refuerzo. En el futuro, podremos reforzar intermitentemente y, finalmente, dejar de hacerlo. Si lo hemos hecho bien, la conducta se habrá convertido en hábito y perdurará en el tiempo.
PRECAUSIÓN: debe evitar que el niño manipule las situaciones; es decir, que sólo hagas las actividades encomendadas o mantenga una buena actitud si recibe un premio a cambio (refuerzo positivo). En ese caso, debe solicitar el apoyo de los profesionales cercanos. O también, debe evitar el uso excesivo del refuerzo negativo, dado que el niño puede minimizar minimiz ar los castigos, restándole importancia. 2. Economía de fichas: el objetivo de esta técnica es tanto fomentar las conductas deseables, como extinguir o reducir la frecuencia de las que no lo son. La técnica es una evolución de la primera. Consiste en sustituir la recompensa por fichas o puntos, de manera que estos se dan y se quitan en función de la conducta y que, finalmente, son canjeados por reforzadores (premios). La ventaja es que así se difiere la recompensa de modo que no detenemos el flujo de la actividad. Es importante la coherencia y sistematicidad, es decir, que esté claro lo que se premia y lo que se
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sanciona. Además, es importante que el tablero este visible y se repase de vez en cuando. Ejemplo:
3. Tiempo fuera (time out) : ante una conducta disruptiva, podemos retirar al niño del ambiente en el que está. Una rabieta es un buen ejemplo, ya que en ocasiones está mantenida por el refuerzo social de la atención que se le proporciona. Debe sacarlo del lugar, y dejarlo en otro diferente, por ejemplo: un espacio en el living, dormitorio, etc. Esto permite tiempo para pensar y desactivar emocionalmente al niño. También ofrece tiempo a los adultos para tomar aliento y no cometer acciones irreflexivas.
PRECAUSIÓN:
Quien sufre la sanción debe conocer de antemano el lugar, el tiempo, las conductas que la causan y, en general, cómo se procede. Si esto no es así, puede agravar la situación.
El tiempo fuera debe tener una duración proporcionada y no prolongada. Se detendrá en cuanto consideremos que el niño puede incorporarse nuevamente.
El lugar debe ser adecuado, no atractivo y apartado; siempre debe ser el mismo y nunca un espacio que genere miedo. Anny Aravena
Terapeuta Ocupacional Tatiana Muñoz
Interna de Terapia Ocupacional
Temuco, 2015