Cómo evitar lesion lesi one es de emb emboc oca adura dur a en época poc as de mucha much as actua ctu aciones cio nes PEDAGOGÍA · JORDI ALBERT Se acerca esa temporada donde tenemos un montón de actuaciones: los carnavales, las fiestas del pueblo (o de la ciudad), las Fallas si estamos en Valencia, la Semana Santa si estamos en
Andalucía, la temporada de verano con la orquesta de baile… O, simplemente, tenemos una de esas noches en las que hacemos dos o tres actuaciones. Y estamos felices. Nos alegramos enormemente de poder dedicarnos a una profesión tan hermosa como la de la música.
—Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar nunca —decía Confucio—. Nuestro corazón y nuestro espíritu están plenos cuando podemos hacer aquello que más nos gusta: tocar la trompeta. Así que muchos días en los que tocamos la trompeta son pura suma de felicidad y plenitud. El bolsillo y la cartera también lo saben. Están igualmente felices, aunque ellos hacen otro tipo
de sumas… En cambio, nuestros labios están tiritando, asustados de lo que se les viene encima. Serán los
damnificados. Para ellos, la suma es de muchos días de trabajo duro. —Shhhht… ¡Eh, tú! ¡Sí, sí, tú! Échale una ‘miradita’ a las partituras y al calendario, sólo para hacernos una idea de lo que nos espera —te piden tus labios —. Alguna vez me he ll egado a preguntar dónde venderán labios de repuesto. Bolos, Bolos, tigres, tigres, actos, actos, toques, toques, gigs, gigs, moñas, moñas, huesos, huesos, chambas, chambas, chisgas, chisgas, pegas, pegas, pichas, pichas, sopas, sopas, guisos
… Da igual cómo los llamemos: cuando se amontonan en pocos días son un problema. Generalmente afrontamos los últimos conciertos con menos g anas que los primeros, y no por po r falta de amor a nuestra profesión y a nuestro instrumento, sino porque sencillamente no podemos más, y nos resultan insoportables el cansancio y/o el dolor.
Se dice mucho que el tocar un instrumento es similar al deporte de élite . Lástima que no se invierta en la investigación de la práctica instrumental y la salud del músico lo que se invierte en el deporte. Lástima que ni nosotros mismos demos a nuestra actividad la importancia que requiere desde el plano del desarrollo de prácticas eficientes y saludables (no sólo en lo motriz o técnico, sino también en lo emocional, interpersonal, intrapersonal, etc.). Y, como no hay investigación, hemos naturalizado el dolor. Dolor físico y dolor emocional. Pero es que, además, en la música es legítimo sufrir. Hay cierto halo de purificación en el dolor. Esto podemos verlo en películas que hablan de cómo aprendemos los músicos y las cuales reflejan nuestras metodologías de aprendizaje: el famoso “¡repítelo hasta hasta que te salga!” (cosa (cosa que, desde luego, no ayuda al desarrollo de hábitos saludables) , o bien, como ya
he comentado en otras ocasiones, ese nocivo compromiso con la inmediatez y el estudiar para que nos salga hoy , olvidando que queremos —y deberemos — estar tocando 30 ó 50 años más.
Para colmo, hay factores externos a la práctica de la trompeta —al menos aparentemente — que interactúan de una forma muy desafortunada con nuestro rendimiento: las llagas y los herpes no son amigos de los labios en vibración; las gripes y los atracones de comida no son buenos compañeros del aire soplado con alta compresión; la presión psicológica de tocar en determinada sala de conciertos no es amiga de un pianissimo. Y, como parece difícil tocar este instrumento, al trompetista se le perdonan los fallos (imagino que el resto de músicos nos han de ver sufrir), y nosotros, al final, siempre tenemos una buena excusa si fallamos: “es que me ha salido una llaga” , “es que hace frío y tengo cortados los labios” , etc.
Pero, como decía mi primer maestro, cuando la respuesta empieza por es que, suena a
excusa.
Con todo ello, hay cierto conformismo en nuestra comunidad. —Al menos pude acabar la actuación —decimos—. Pero ¿realmente podría mejorar nuestra efectividad y eficiencia durante la práctica? ¿Cómo lo hacen esos trompetistas que parecen no cansarse nunca? ¿Hay algo que podamos hacer cuando vamos de camino a la actuación, o durante la actuación? En este artículo me centraré en responder a esa última pregunta, pero antes debo a bordar algunos aspectos esenciales.
La mejor forma de prevenir los problemas que se presentan durante el concierto es desarrollar un dominio del instrumento eficiente y saludable , lo que equivale a estudiar bien. Estudiar inteligentemente bien. Y eso casi siempre significa despacio. Casi siempre significa a medio y largo plazo. Casi siempre significa tener un proyecto de aprendizaje. Debemos entrenar con entusiasmo y tesón, con dedicación y pasión, pero con inteligencia. Debemos estudiar para que nos salga mañana o pasado mañana, y que nos siga saliendo dentro de 30 años. Y, sobre todo, debemos entrenar para que nos salga en el concierto.
Evitar presionar la boquilla contra los labios durante el estudio hará que no nos destrocemos los labios en el concierto. Eso es lógico, muy lógico, pero se nos olvida demasiadas veces
mientras ‘entrenamos’, y sólo lo recordamos cuando nos comienzan a doler los labios durante el concierto. A este respecto es conveniente tener claro qué aspectos estudiar —y cómo estudiarlos— para guardar un rigor durante el entrenamiento diario. Nuestro maestros, los libros de trompeta, etc., nos ayudarán con todo esto. Muy probablemente, esos casos de trompetistas que parecen no cansarse nunca se deban a que ellos estudian bien en su casa. Ese estudio bien planteado hace que a la larga disfruten más durante su actuación, pues el mejor descanso es el cansancio que no se acumula . El primer consejo, por tanto, sería realizar un proyecto de aprendizaje en el que vayamos adquiriendo el control real de nuestros avances. Y, siempre que se pueda, tratar de aceptar trabajos o bolos en función de este proyecto.
Y, UNA VEZ EN ‘EL LÍO’… Somos músicos. Es nuestra profesión. Debemos ganarnos la vida. Ahora hay que resolver , como dicen en mi querida Cuba. He vivido durante diez años en Latinoamérica y, la verdad, no hay mucho margen para decidir tu agenda. En algunos países, la familia entera —y a veces hasta dos familias— vive del trabajo de un trompetista. Así que hay que resolver . Permíteme que te dé unos consejos para saber qué hacer antes del concierto, durante el
mismo y, en caso de ser varios conciertos en un período corto, qué hacer entre uno y otro . Daré unos cuantos trucos. Estos no dejan de ser ejercicios remediales (recuerda que la solución real siempre será un estudio eficiente), aunque espero que puedan ayudar a prevenir las crisis trompetísticas, o que al menos las alivien en cierta medida. Los labios son los grandes damnificados de nuestra falta de planteamiento del estudio, así que nos toca cuidarlos. Aunque nos referimos principalmente a los labios —ya que son quienes reciben el mayor castigo— podríamos extender el cuidado a toda la zona que los circunda. Y, al ser la embocadura un sistema complejo, hemos de tener en cuenta en este apartado
de remedios del abuelo dos aspectos básicos: la salud del sistema músculo esquelético y la salud de la piel. Si estos dos aspectos se guardan de forma correcta, podremos tocar durante mucho más tiempo y mucho más a gusto.
EL ALIADO DE LOS LABIOS La manera en que soplamos —siempre en referencia a la manera en que espiramos — guarda relación directa con la embocadura. Yo definí la embocadura (ver artículo La embocadura ideal ) como un sistema activo; un sistema músculo esquelético que es activado, lógicamente, por el aire. Se genera un equilibrio entre el flujo de aire (espiración) y la resistencia a ese aire (labios). De esta manera, si soplamos bien, ajustándonos a la necesidad en cuanto a la cantidad de
aire a expulsar y su compresión —equivalente a velocidad, aunque prefiero el término compresión —, tendremos una mayor eficiencia en la vibración. Mejor trabaja esto durante el estudio, pero tómalo en cuenta también durante la actuación. Hablaré de ello más adelante. Sobre el equipo Es muy importante que elijas bien el equipo que vas a usar (tanto trompeta como boquilla). Este equipo suele ajustarse a la forma que tocas. Y es importante que, si no estás cómodo con
tu equipo, primero revises tu forma de tocar, la cambies, y ya después ajustes tu equipo. No lo hagas en otro orden . Si vas a usar otro equipo diferente para la temporada, estudia bien con él antes. Y luego en la actuación evita estar cambiando de boquilla o trompeta. Cambiar a boquillas muy, muy pequeñas justo antes de los agudos no suele ser buena idea. Sobre las aftas y los herpes Son, para algunos, los grandes temidos. Tanto las dichosas aftas como los herpes salen antes del concierto. Está demostrado científicamente que la aparición de estos monstruos está
favorecida por el estrés, al afectar al sistema inmunitario . Mantente tranquilo los días antes del concierto, todo va a ir bien. Para las aftas existen algunos remedios, aunque te invito a buscar el origen real del problema (generalmente está relacionado con la alimentación). Deberás convivir con ellas una vez salgan. En cuanto a los herpes, si ya ha aparecido, ¡no lo toques! Puedes aplicar algún antiviral (siempre recetado por el médico). Estar tocándolo constantemente favorece su expansión y contagio.
ANTES DE 'Esta es la música que vamos a tocar' Aunque podríamos considerarlo como parte del estudio, es importante remarcar esto aquí: trata de conocer las partituras que vas a tocar.
Leer a primera vista suele causar estrés, máxime si vas a hacerlo durante todo el concierto. Si te dieron las partituras, estúdialas; si no las tienes, busca la música y escúchala, así todo te sonará familiar durante el concierto. Si conoces bien la música no te tensarás, soplarás mejor
y tus labios no se cansarán tanto . De lo contrario, el estrés emocional y psíquico suele traducirse en un estrés físico. Si te acaban de dar las partituras y estás a unas horas o minutos —muchas veces pasa lo segundo— de comenzar la actuación, échales un vistazo rápido y busca primero las
repeticiones y las codas . Lleva siempre en tu estuche alguno de esos subrayadores —o dos o tres, de colores distintos — para marcar dichos puntos clave en el papel. Esto te evitará mucho estrés. Después, y sólo después, busca los pasajes más difíciles y estúdialos sin tocarlos . Donde más margen de mejora podemos tener en esos momentos no es en los agudos (eso depende mucho de nuestro estudio en casa), sino en los pasajes complejos en cuanto a digitación. Ponte la trompeta enfrente, sopla (poquito) y digítalos . Ganarás tiempo y salud, te lo aseguro. Evita repasar pasajes tocándolos antes del concierto; quizás te salgan genial ahí,
pero después de dos horas tocando ya veremos… Y ni hablar de hacerlo estando en el escenario: eso quita la sorpresa de la música. El calentamiento Es importante realizar un pequeño calentamiento, especialmente si la temperatura del lugar donde vamos a tocar es baja. Los músculos de la cara no tardan demasiado en estar listos para sonar, así que no es recomendable hacer largos calentamientos si nos espera una l arga actuación. Entre 3 y 7 minutos serán suficientes en la mayoría de los casos . Si tienes varias actuaciones en un mismo día, es recomendable hacerlo antes de cada una. Casi siempre, calentar significa recuperar sensaciones, las cuales tienes que tratar de ubicar inteligentemente. Por lo general, es interesante realizar algunos ejercicios de estiramiento de la columna y las extremidades (para la sensación de la posición del cuerpo y el equilibrio con el instrumento), algúnejercicio de respiración (me gusta especialmente soplar dentro del instrumento inflando los mofletes), y algo de vibración de labios (si lo sueles practicar). Luego, una serie corta de sonidos largos enmezzoforte y un poco de flexibilidad y picado. Piensa que se trata de no más de 7 minutos, así que con dos o tres ejercicios de cada apartado será más que suficiente. Justo antes de tocar, a mí me gusta realizar un ejercicio que incluye buzzing , flexibilidad y
relajación. Se trata de ir de un buzzing completo e híper relajado a una vibración aguda, y viceversa. Es muy útil realizarlo dos o tres veces antes de comenzar a tocar. Incluso, este ejercicio aislado podría constituir todo el calentamiento.
(En la videolección El cansancio y la resistencia con la trompeta se ofrecen varios ejemplos prácticos de ejercicios encaminados a la recuperación efectiva de la musculatura labial, entre ellos este de buzzingextendido.)
Lo de la temperatura baja no era broma. Cuando hace frío la boquilla está congelada y da una sensación horrible, así que deberemos calentar también el instrumento. Yo lo hago soplando dentro del instrumento inflando los mofletes, como apunté más arriba. Tienes que evitar los cambios bruscos de temperatura (especialmente de calor a frío), pues no son buenos para los músculos orofaciales y pueden provocar daños severos. Así que si vas a
salir de una habitación calefactada a tocar a un sitio donde hace mucho frío, antes de salir trata de calentar el instrumento, y, si puede ser, sal de la habitación haciendo el ejercicio anterior. La hidratación previa Es importante que los labios estén hidratados. Muchas veces nos ponemos las cremas labiales muy tarde, cuando el daño ya está hecho. En cambio, si nos aplicamos la crema antes de tocar
evitaremos algunas rozaduras que se producen durante la práctica, ya sea por el viento y el frío o por malos hábitos (habitualmente rotaciones de la boquilla que no son buenas y de las que deberemos estar pendientes durante nuestro estudio). Es un poco incómodo tocar con bálsamo labial, pero si usamos una pequeña cantidad y nos acostumbramos nos ayudará muchísimo. La preparación mental
Trata de visualizar qué va a suceder ese día —o esa noche— y durante esa temporada. Proyéctalo en tu mente durante un instante, desde lo más concreto y presente hasta el futuro cercano. Trata de generar una idea de cómo quieres que suceda y qué aspectos deberás atender durante ese tiempo. Una especie de meditación. Trata de proyectar porqué has llegado ahí y cómo lo vas a disfrutar. Los ejercicios de respiración ayudan a que el sistema nervioso se estabilice (ver artículo Respira con el diafragma), lo cual te beneficiará mucho en ese momento. Estar calmado contribuye a
usar menos energía durante la práctica. Un cuerpo tenso consume más , y por este motivo sufrirá mayor estrés respiratorio. Compañerismo Ofrece tu apoyo a tus compañeros. Estableced vínculos de colaboración repartiendo papeles siempre que se pueda, doblando frases, etc. A veces estas cosas se consensúan, y en otras ocasiones sale de ti el ayudar, sin decir nada. Antes del 'Antes de'
Evita comer copiosamente. Aunque soy amante de la comida —al igual que bastantes trompetistas—, debo reconocer que comer mucho antes de tocar no es del todo bueno. La digestión requiere de un contexto biológico en el que el cuerpo está en reposo. Además, dada la cercanía del estómago del aparato respiratorio —especialmente de los músculos abdominales—, ambos procesos interfieren negativamente.
Evita también comer alimentos que deban ser masticados durante un período largo , por ejemplo los chicles, pues esto inflamará el músculo masetero, cansará la articulación
temporomandibular y dificultará la irrigación sanguínea a los músculos de la cara. Y por todo
ello te sentirás cansado durante el concierto. Evita fumar. Todos sabemos que es malo. El tabaco, por contener nicotina, eleva los niveles de vasopresina, una hormona que estimula la c ontracción de fibras musculares. No suena bien, ¿verdad? Además, insisto, todos sabemos que es malo.
Evita el alcohol . Vayamos más allá del discurso ético o incluso de salud general. Nos gusta decir que los músicos somos como los deportistas de élite, ¿no? ¿Y quién se imagina a uno de esos deportistas de élite bebiéndose un par de copas antes de una competición?
DURANTE Acerca de apretarse la boquilla, frotarse los labios y 'hacer caras'
No te aprietes la boquilla. Es un tópico, y lo pensarás cuando ya estés cansado, pero no sirve de mucho en el escenario. Si te aprietas la boquilla es porque sientes que lo necesitas, no creo que sea masoquismo, así que deberás generar alternativas durante el estudio en casa para cambiar eso. En el escenario, si te aprietas inevitablemente, al menos procura no rotar la boquilla
mientras lo haces, pues eso podría acarrearte lesiones cutáneas. Si te encuentras muy cansado, cambia ligeramente la zona de presión de la boquilla —sin cambiar el lugar donde está la boquilla— y eso te dará un tiempo extra. Es habitual que después de apretarnos la boquilla sintamos la tentación de frotarnos los
labios… ¡Eso debería estar PROHIBIDO! Evítalo a toda costa, ya que la piel se lastima y los músculos reciben una innecesaria presión adicional. Puede que nos alivie durante un instante, pero nos terminará dando muchos m ás problemas que beneficios.
Igual de típico es ‘hacer caras’ a modo de estiramiento. Sentimos alivio durante un instante, pero en realidad es casi peor que lo anterior: cuando ‘hacemos caras’ las fibras que estaban tensas se rompen —no de forma traumática— y nos da esa sensación de alivio, pero la reparación de dichas microroturas nos pasará factura en los días posteriores. Yo propongo algo más bien contrario a eso: presionamos un labio contra el otro mientras sacamos el aire por la nariz, acto seguido relajamos toda la cara —incluyendo la mandíbula— mientras relajamos también el abdomen y dejamos entrar el aire.
Desarrollé este ejercicio en mi investigación para prevención de lesiones, y he obtenido buenos resultados con todas las aplicaciones.
(En la videolección El cansancio y la resistencia con la trompeta se ofrecen varios ejemplos prácticos de ejercicios encaminados a la recuperación efectiva de la musculatura labial, entre ellos este consistente en apretar labios.) De esta forma, el cuerpo se relaja, los músculos de la cara se irrigan y las fibras no se rompen. Suena bien, ¿no? Hazlo dos o tres veces, ya sea durante los compases de espera o entre un tema y otro, y te ayudará a descansar.
Acerca de la intensidad y el soplo No es un secreto que los técnicos de sonido nos odian con todas sus fuerzas, por eso nos bajan
el volumen a tope… Claro que es broma, pero sé inteligente y no toques todo lo fuerte que puedas en la prueba
de sonido. Así tendrás margen si quisieras tocar menos fuerte en un momento dado. De forma habitual tocamos demasiado fuerte. Tanto, que a veces uno siente que la trompeta
le devuelve el aire. ¿Lo has sentido alguna vez? Si sientes eso, o si sientes que no todo el aire que soplas está pasando por la boquilla, sopla un poco menos. Soplar más solo te dará problemas. Aunque no lo creas, si soplas un poco menos se escuchará más fuerte. Tendrás un mejor resultado.
Cuando tengas compases de espera, prueba a soplar inflando los mofletes —de una manera muy suave— para recuperar la sensación del paso libre del aire. Trata de imitarla más tarde, y te ayudará. El Súper Hombre (o la Súper Mujer) Los arreglistas tampoco nos quieren mucho, pero de vez en cuando se apiadan de nosotros. Tienes una frase escrita en el registro agudo y hay un ossia que te da la opción de hacerla en el grave. Pero tú estás al inicio de la actuación y te sientes bien, así que la tocas en el agudo, y además con un matiz de por lo menos seis efes. Piénsalo bien: es como si ese atleta de élite con el que siempre nos comparamos corriese a tope los primeros 5 km. de una maratón (que son 42 km. en total). A veces, incluso, hacemos de arreglistas nosotros mismos, y subimos la octava de alguna frase por nuestra propia cuenta. Es como si aquel atleta que está haciendo una maratón, no contento con los 42 km. que tiene por delante, se pusiese encima a hacer piruetas mientras corre. A menos que sea un súper atleta, lo más normal es que su rendimiento en la maratón se vea perjudicado.
Saber regular nuestros esfuerzos es uno de los aspectos más importantes para no acumular un cansancio innecesario . Dosificar, dosificar y dosificar. Relax
Trata de mantener tu cuerpo relajado todo el tiempo. Consumirás menos oxígeno. Recuerda que mientras estás tocando una frase larga en el agudo tu cuerpo debe seguir viviendo. Si tus glúteos o tus piernas están tensos, estarán consumiendo energía de forma innecesaria, y eso afectará a tu respiración (y, por tanto, al soplo). Procura respirar de forma relajada siempre que puedas. El ejercicio de morder el dedo y
relajar el abdomen te ayudará si entras en estrés .
(En la videolección Producción del sonido en la trompeta (3/3) Jordi Albert explica su ejercicio de morder el dedo, y muestra por qué es útil para tomar conciencia sobre el paso del flujo del
aire, resolver problemas de cierre de la garganta y conseguir, en definitiva, una buena respiración.) No te enfades en el escenario. La noche es muy larga y la temporada también. Trata de mantenerte emocionalmente tranquilo. Si fallas notas no te agobies ni te enfades ; al fin y al cabo vas a quedarte un rato más, no te vas a marchar, así que trata de pasarlo bien. Si un
compañero falla y quieres corregirle, hazlo amablemente en el descanso o al final . Cruzar malas caras o mover la cabeza de un lado al otro no servirá más que para crear mal ambiente, estresarnos y consumir mucho más oxígeno. Y el siguiente en fallar serás tu. Cuando no estés tocando mantén tu articulación temporomandibular relajada. O sea, relaja la cara por completo, deja caer la mandíbula como si quisieras producir saliva . Eso te ayudará mucho a estar tranquilo, al igual que a mantener los músculos de la cara con un buen riego sanguíneo. La última nota Ya se acerca el final. Estás en la última nota del concierto. A menos que seas el lead de la
sección y sepas un poquito de armonía, no cambies el sonido , pues eso cambiará el color del acorde. ¡Tocar dos octavas más agudo cuenta como cambiar el sonido! A veces es genial, y
puede que el arreglista lo hubiera querido, pero… ¿acaso estamos en el último concierto de la temporada?
DESPUES DE La actuación ya se acabó Algunos tienen la manía masoquista —ésta sí lo es — de quedarse tocando un rato después de la actuación. Quizás sea el primer día de la gira y no haya problema en ese momento, pero te terminará pasando factura. Si algún pasaje no te salió, después del concierto no es momento de
repetirlo. Mañana, durante el estudio, puedes estudiarlo con tranquilidad. Y, si lo que quieres es demostrarles a los demás que puedes hacerlo, el momento adecuado es la siguiente actuación.
Más de lo mismo sobre la regulación del esfuerzo… Y, para el final… ejercicios de relajación No soy partidario de los ejercicios de estiramiento de los labios (los músculos orofaciales no funcionan igual que los cuádriceps o los isquiotibiales); en su lugar, repite el ejercicio de
apretar los labios y el del buzzing expandido. Yo realizo una serie ordenada con estos ejercicios variados, y un último ejercicio en el que, cantando un sonido con la ‘M’ hago vibrar mis dientes contra mis labios (dientes inferiores sobre labio superior, y viceversa) para hacer un masaje interno. Esta serie me encanta. Me ayuda a tener un momento más de relax y, de paso, a meditar sobre qué puedo mejorar para la práctica de mañana. No toma más de 5 minutos, y equivale
a un descanso considerable.
(Serie de ejercicios para la relajación de la embocadura que se explican en la videolección El cansancio y la resistencia con la trompeta.) Además de los ejercicios de relajación, hay que hidratarse bien los labios una vez más. Si puedes, aplícate otro bálsamo labial (usa los que tengan componentes naturales). Un trocito de aloe vera correctamente pelado es un buen remedio natural para reconstituir la piel.
ME SALIÓ OTRO TRABAJO Y de repente, mientras estás en ese momento de relajación —o puede que yendo de camino a la siguiente actuación— te piden que toques durante un rato más. En cualquier caso, no te agobies. Mantente tranquilo e intenta de conservar un poco de energía, por si acaso. En el deporte de élite hay prórrogas de partidos y desempates. Ahí suelen ganar los más inteligentes, los que supieron dosificar. Sopla inflando los mofletes para volver a sentir el flujo libre de aire. Relaja el c uerpo en
general, y… a volver al escenario. Cuando por fin termines, repite el ‘Después de’ y hasta el día siguiente. EL DÍA DESPUÉS
La mañana siguiente puede que amanezcamos con los labios un poco hinchados. Cuanto mejor lo hayamos hecho todo, menos hinchados deberían de estar . Y ese será nuestro premio. En este punto, recomiendo hacer nuevamente los ejercicios de apretar los labios y de buzzingextendido al inicio del día, así como mantener después la mandíbula relajada por unos instantes antes de volver a tocar .
Si tienes concierto también este día por la noche, no hace falta que estudies más de 30 ó 40 minutos. Y si tienes que estudiarte una partitura, recuerda que lo puedes hacer sin apoyarte mucho la trompeta: simplemente ponla enfrente de tus labios, casi sin presionar, y sopla.
Así podrás trabajar la digitación y el paso del aire sin problemas. Puedes cantar con la ‘M’ poniendo la boquilla en su lugar sin presionar, y garantizarás una PMS de calidad (ver artículo ‘Métele un poquito’. Sobre la afinación y el sonido centrado). Sigue hidratando los labios. Esto también te ayudará a una correcta recuperación.
Si no tienes que tocar, puedes ponerte un poco de miel sobre los labios ; es hidratante, tiene propiedades medicinales y además es un tratamiento muy rico. Y así nos quedamos: con la miel en los labios.
