John AshberYj
AUTORRETRATO ENUN ESPEJO CONVEXO
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John Ashbery nació en Rochester, Nueva York, en 1927; creció en un pequeño rancho en el oeste del estado de Nueva York y cursó estudios en la Academia Deerfield, Harvard y Columbia donde se especializó en literatura inglesa. En 1955 vivió en Francia escribiendo sobre artes plásticas para el Heraid Tribune. Sus libros de poemas incluyen Turandot ‘ otros poemas, Algunos árboles, Eljuranien to de la cancha de tenis, Ríos y montañas, El doble sueño de la primavera y Tres poe mas.
Diseño de portada: Bernardo Reeamier
SELF-PORTRAIT IN A CONVEX MIRROR / AUTORRETRATO EN UN ESPEJO CONVEXO
SELF-PORTRAIT IN A CONVEX MIRROR / AUTORRETRATO EN UN ESPEJO CONVEXO John Ashbery Edición bilingüe Traducción y prólogo de Verónica Volkow
I’1ÓLOGo
EL DESPOJO DEL ESPEJO EN JOHN ASHBERY
Dos’retratos, el de Donan Gray descongelado en espejo y el de Parmcgianino que pone la imagen de su superficie curva en oscilante movimiento, han logrado lo que es una aparente imposibilidad: introducir en un retrato al tiempo. Y es quizá este milagro, en un género que se caracteriza por congelar el instante, el que los ha convertido a ambos en temas literarios. El retrato es una forma de matar al tiempo, se sale del transcurrir, permanece ajeno al devenir conjunto de Las cosas, excluye al tiempo y en el mismo acto se excluye, funda una inmovilidad, una posible isla en el océano del cambio. El retrato de Donan Gray, sin embargo, parece robarle el tiempo a su poseedor, envejece y se transforma como si fuera una persona. Mientras que Donan Gray, por su parte, privado del tiempo, permanece inmutable y fijo, suspendido en retrato. Si la sustitución de un hombre por su imagen y de una imagen por el alma de un hombre fue el recurso en la fantasía poética de Oscar Wilde para hacer chorrear en el rostro pintado los cauces del tiempo, Parmegianino utilizó la parado ja óptica para incluir al tiempo en su clepsidra visual: el rostro de Parmegianino y la mano arrojada hacia el espectador avan zan y retroceden alternativamente. Ajeno al tiempo nuestro, dentro de su burbuja el autorretrato tiene encerrado un tiem po propio, mecánica, eternamente va y regresa como una ola. Y podríamos decir, quizá, que por medio de esta para doja óptica del espejo convexo hubo también una impercep tible sustitución de lo que era en principio una exacerbada fidelidad a la representación de la realidad por lo que desem
bocó en lo inaudito. Otras cosas, amén de la realidad, se colaron en la copia. Se introdujo un tiempo con balanceo de 7
agua, un mar monótono, y junto con él, como veremos, inesperadas usurpaciones. Si Oscar Wilde le roba el tiempo a Donan Gray para animar su retrato, John Ashbery nos hace sentir, en todo momento, que el autorretrato espejo de Parmegianino algo a nosotros nos está quitando. Su distorsión, por lo pronto, devora el cuerpo por la garganta de azares desconocidos, se derrapa la forma a la deriva, no hay posible mapa que contenga la explosión del espacio. Y esta distorsión de la figura viene a representar, de alguna manera, la imprevisibilidad y también la inercia mortífera del tiempo. Es un agujero por donde escurre la forma, es un agujero también por donde se nos va de las manos lo que pretendemos, las promesas son ahora «imprevisibles”. El retrato acaba por despojarnos de nosotros mismos. En su calidad de espejo, sustiwye nuestro reflejo, por el de un otro: el pintor en su estucho y su tiempo histórico detrás de la cámara esmaltada; nosotros nos quedamos “como uno de aquellos personajes de Hoffman desprovistos de reflejo”, es cribe Ashbery. El retrato está en vez de nosotros, nos sustituye, y también desplaza nuestro tiempo, “oscurece nuestro pre sente”. Mgo hay en este retrato ladrón que nos remite a la voracidad de ese espejo homólogo copiado en el estudio de Parmegianino, Ashbery lo describe sorbiendo y devorando la vida de la ciudad, colapsando el espacio. El retrato vendrá a su vez a devorar este espejo —pues es el reflejo, la copia che este espejo— y el colapso del espacio incluirá al tiempo. Las cosas quedarán sin espacio y también sin tiempo hundidas en la prisión de la pintura para siempre. El retrato también, en un momento dado, parece robar le a Ashbery su identidad, se adjudica sus pensamientos y sus recuerdos —los amigos que vinieron a visitarlo esa tarde, la charla oscura o luminosa—. Ashbery se mete en el retrato y se pone todo a girar vertiginosamente en el carrusel de la esfera. Se acelera el tiempo de tal forma que el resultado final es el de una pérdida de sentido de la cotidianidad en “el manchón
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plateado”. Las “evidencias ensartadas” quedan sin posible registro, transmutadas en lo que es sólo un borrón de color. El espejo viene a ser, literalmente, una pérdida de la realidad. Quizá por todo lo que nos quita, el retrato viene a encarnar, en un momento dado, una imagen del todo. Es el envase de un estado del ser, el estado de todas las cosas desprovistas del tiempo: de “ese todo tal como puede ser imaginado fuera del tiempo”. El retrato es así una muestra del todo. Frente a lo parcial y fragmentario de nuestra vida, el retrato sería un vislumbre de la eternidad. Pero cuando podemos, por fin, capturar al todo, algo nos falta, algo fundamental queda fuera: nos falta el tiempo. Ese “todo” queda en ese momento de alguna manera invalida do, irónicamente el todo no contiene en sentido estricto nada. Somos, estamos, en la boca del tiempo, en el borde de la resbaladilla donde las arenas silban, en el borde de las cosas que dejan de ser al quedarse sin tiempo, y que van a caer, podemos imaginarnos, en su inmovilidad al otro lado de la clepsidra, al lugar del retrato. Ese “todo” del retrato es por tanto el todo de lo que ya no es. Pero a ese “todo” parece caracterizarlo su insaciabili dad, si no puede atrapar al tiempo en su transcurrir, sí parece poder contener, por otro lado, una imagen del tiempo pensa do como totalidad, una imagen de la totalidad del tiempo. Los cambios “del tiempo” son reflejados por la “ventana de plata” como si fueran únicamente modalidades de la temperatura. Este “tiempo”, en los dos sentidos de la palabra, tiene varia ciones que “son sólo rasgos del todo”. El tiempo se deshace en temperatura. Y “el todo es estable en su inestabilidad”, nos dice Ashbery remitiéndonos a una imagen que allana movi mientos y diferencias en una estabilidad final. Quizá tanto en el espejo como en la idea del todo hay necesariamente un despojo. En el todo perdemos nuestro lugar de partes, nuestra ubicación, nuestra parcialidad, nuestro senti do. Al perder nuestra parcialidad perdemos también nuestro empuje. En el espejo nos perdemos en lo que es sólo una
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imagen, una pura superficie mezclándolo todo. Pero quizá por ello, el espejo, fiel e indiferente, puede hacernos pensar, mucho más que cualquier otro objeto, en lo que podría ser la totalidad. Allí somos y no somos, somos una aspiración al todo. y somos nada. La divina evasión La mano que avanza retrocede, lo que atrapamos escapa, acercándose a la realidad el cuadro se aleja de la misma en su asombroso oxímoron plástico. Parmegianino no inventó un objeto imaginario, se propuso plasmar lo que veía tal cual lo veía, el resultado de su exactitud desembocó, sin embargo, en lo inesperado. Por el camino de la realidad Parmegianino salió de la realidad. Lo que Parrnegianino logra con la utilización de un espejo deformante, Ashbery lo consigue haciéndonos resbalar por lo que se vuelve una imprevisible superficie especulativa. Con un lenguaje prosaico, paródicamente académico, tenue mente pedante por momentos, el poeta va describiendo sólo lo que ve, al mismo tiempo que, imperceptiblemente, se desliza hacia lo que resulta más y más desconocido. Hay en Ashbery una parodia de la objetividad, así como en Parmegia nino, la hay del realismo. La chatura del lenguaje viene a dar un reporte lo más objetivo posible, sin exaltación, sin defor maciones, cientiflco, del asombroso, desmesurado fenómeno. En esta adherencia a la superficie dci cuadro, a lo dado en lo real, Ashbcry emprende lo que resulta un vuelo inexplicable. Lo tan “realistamente” descrito está desgarrado por la dimen Sión casi inaprensible de un más allá. Se sale de lo real por el camino de lo real. El cuadro pareciera ser el umbral de un universo que es mucho más que lo estrictamente visible. Contiene a Ashbery y su mundo psíquico, contiene al todo, contiene a la totalidad del tiempo, nos contiene a nosotros. En su deformidad, los límites de la imagen se rompen, todo parece colarse adentro, hacer agua. Algo en esta imagen necesariamente la prolonga lo
en lo que no es ella, se adhiere y chupa lo que la rodea. La expandida imagen es en sí misma como un espejo, “y más sigue siendo incluido sin que se acreciente la suma”. Hasta nuestro propio tiempo parece haberse metido dentro del autorretrato, “la sombra de la ciudad inyecta su prisa”, escribe Ashbery, y quizá, efectivamente, se mete. A lo mejor, inclusive, en algún lugar deL cuadro hay un corredor que comunica directamente nuestro hoy con el de Parmegia fino. ¿Bastaría encontrarlo para entrar en él? Ashbery habla de un corredor color paja que regresa a la pintura: “eno tiene también su guarda en el presente dci que siempre estamos huyendo y al que volvemos a caer?” En el cuadro nos derrum bañamos entonces como dentro de un reloj de arena. No podemos estar en el presente, ni podemos estar dentro del cuadro, ambos nos expulsan. Viramos del uno al otro entonces al igual que la mano de Parmegianino que avanza y retrocede. Viramos también de un acá cotidiano a un más allá metafisico cuando Ashbery se pregunta, de qué es este univer so el vestíbulo, acercándonos suavemente a tina idea de Dios. ¿Podríamos hallar en el retrato una imagen de la divinidad, como la que encuentra Dante en su poema? ¿Está la luz enfocada por el amor? La pregunta se formula, pero no pode mos encontrar una respuesta: “en la superficie del cuadro no parece haber razón” para que así sea. La luz, nos disuade el poeta, muy a la manera de T. S. Eliot, es sólo la de un momento: la que encierra el secreto de un determinado presente. Frente a la posibilidad de Dios regresamos al hoy, a lo más específico. Entre el aquí y el más allá, entre el pasado y la “actuali dad lapidaria” del presente, lo único constante es la vacilación entre opuestos. Y esta totalidad que se guarda en el espejo es sólo posible, nos damos cuenta, en esa resolución de la imposibilidad que nos ofrece la paradoja. El oído que mira Speculum viene del latín, espejo, nos dice Ashbery, al hacer del autorretrato de Parmegianino un objeto de especulación 11
que, finalmente, como todo espejo, encierra más de lo que estrictamente contiene. Pero speculum, en latín, viene de specuiare: ver, mirar. El espejo, como si fuera un ojo, especu la, mira, en el especular hay un mirar, el pensamiento calla y se pone a mirar. Estamos más en el registro de la imagen que en el de la palabra, o quizá en el lugar de ambas, el pensamien to habla de lo que mira. Especular es ponerse a hablar sobre una imagen, el espejo se vuelve de palabras. Si en el especular hay un decir las imágenes, también podríamos agregar que hay un mirar las palabras. Se extiende lo visible hacia lo decible. Hay una 1)rolongación de la imagen más allá del mundo. Podemos así especular, mirar lo no visible, lo no dado en lo real, las ideas, por ejemplo. Los conceptos pueden volverse imaginables, en el sentido de imágenes, así, Ashbery “ve” el concepto de totalidad como un espejo. Al especular, lo no visible, lo que está atrás de los ojos, se revelaría visible, podríamos mirarlo como si estuviera en frente, como en un espejo. Y miramos de pronto los concep tos o las palabras, lo que no se mira, como si fueran cosas en este espejo, podemos otorgarles el fantasma de una imagen, regresarlos a un estatuto anterior a las palabras, a la imagen. El mundo de lo abstracto retorna a la apariencia de realidad. Pero también la imagen desemboca en una sensación de inaudito. Al especular entramos en la tierra virgen del ojo, en el aventurado lugar de lo no dicho. No hay comprobación en la especulación, no hay certificación ni lugares marcados. No es una realidad dicha por otros, ya mapeacla, es dicha, quizá por primera vez, en silencio, al ser entrevista. La palabra aquí se desprende de los acuerdos, de los conocimientos estable cidos, sale de los caminos hablados. La mirada enloquece y habla. El alma del espejo Amén del milagro de atrapar el tiempo, todo retrato quisiera, aferrándose a lo más insustancial, encarnar un alma. El retrato, así, iría un paso más allá del cuerpo, de cuya pesadez el alma 12
se diferencia y se separa. Más que una imagen de lo material, entonces, el retrato se revelaría como una suerte de voz, la expresión de un hálito, un ánima. ¿Qué se condensa en el acumulado enigma de la mira da? ¿Qué salta sutilmente de los labios? ¿De qué se prende la tensión de las manos? El sentido permanece tangencial a la imagen, la organiza y la toca, pero está en otra parte. Se desvanece cuando tratamos de apresarlo. Es quizá este lugar con término y exterior a la forma, que guarda los secretos del modelado, el que ubicaría el alma. El pintor parece escucharla al colocar un dedo, al torcer un gesto, ella lo mueve, ella se dice a través del cuadro. Desde esta alma se pinta, se acierta la tensión de los labios, al brillo preciso del ojo. El artista, al pintar, la transmite, ella sí sabe, ella es, de hecho, la que sabe. Y el alma, una vez plasmado el cuadro, vendría a ser, de alguna manera, el espejo en algún sitio recuperado. El espejo del alma revive con nuestra alma. Sin espejo a quien prestemos animación no hay alma: el alma toma de nosotros su ser, el alma del retrato es un espejo. El alma se aviva con el alma, prende en el espejo. El lugar del espejo y el lugar del alma en El retrato de Donan Gray van a manifestar su equivalencia. En este cuadro viviente como espejo encontraremos la encarnación más concreta de lo que podría ser un alma. En contraste con el inmutable rostro de su hermoso personaje, el retrato, al irse ajando, descomponiendo con el paso del tiempo, se irá ubi cando como un lugar de revelación, una materialización ges ticulante de una verdad. El espejo retrato de Donan Gray pone el alma, por medio de las mutaciones de su propia deformidad, al descubierto. El rostro pintado se convierte en un escenario, los rictus y arrugas son un drama paralelo, especular, al de la historia de la corrupción de una vida; en su solitario suplicio la registran. En El retrato de Donan Gray se afirma una desconfian za moral de las apariencias del mundo, las apariencias desilu sionan, son falsas como lo comprueba el retrato, colocándose, para ello, en un lugar de la verdad. Frente al vacío de esencias 13
r que padece el mundo, la imagen se erige aquí en testimonio de la verdad, ella es la develación de una esencia, ella contiene, en su contrapuntO, el desciframiento de la realidad. El sentido de la cosa no está en la cosa, se ubica en otra parte —en su sombra, en su alma, su doble, su imagen—, suçge, por lo tanto, no desde sí misma sino desde un desdoblamiento. La imagen aquí va a sostener el contrapunto. La verdad se refracta, y las apariencias persisten de este modo impermeables. La desilu sión ante una realidad sin esencias es por lo tanto inevitable, pero se sostiene, al menos en la imagen, un lugar de las esencias. Es la imagen, frente a la oquedad de la realidad, la que va a sustentar la posibilidad de la esencia. De muy diferente manera, en el poema de John Ash bery, es con una desilusión de la imagen con lo que nos vamos a topar; hay una imposibilidad aquí de acomodar en ella a una esencia. No hay una manera de darle cabida al alma dignamen te. La convexidad del autorretrato la hace avanzar y retroceder burlonamente, la contiene en su cavidad inexistente, la agita en su falso movimiento. “El alma no es un alma”, nos dice el poeta, “no tiene secreto, es pequeña y cabe en su hueco perfectamente”. El alma en el autorretrato de Parmegianino no es más que la imagen, de ahí la aflicción. Se encuentra atrapada en la irrealidad de su sustancia, no puede escaparse de su miserable condición, y la desnudez de la ficción la lastima. Esa mirada de Parmegianino entre divertida, tierna y melancólica, como echando de menos algo, resulta, en su poderosa restricc ión, insostenible por mucho tiempo. El lugar del alma, la ficción , es el de un intolerable desengaño. Si la desilusión en Donan Gray se presenta por el desfase entre realidad y apariencia, por el rompimiento del ideal plató nico de una unión entre belleza y bondad, en Ashbery se mani fiesta al queremos salir a un imposible, al intentar rebasa r una irrealidad maniliesta, la irrealidad del alma. Finalmente, la imagen en Wilde es todavía el lugar donde se atrapa algo, se muestra un rostro oculto de las cosas, de otra forma inaccesible; la imagen es, al soportar la esencia , 14
sustentadora. En su espejo organiza el sentido dci mundo. En Ashbery, por el contrario, la imagen es el lugar que nos desploma a un vacío, abre en la realidad un agujero, nos contiene y nos deshace a la vez, su artificio nos devora. Emprendemos un naufragio, de ella no podemos esperar claridad, sostenimiento alguno. No hay realidad que se deje agarrar en el espejo. La imagen, en Ashbery, viene a ser como esa “luz perversa cuyo imperativo de sutileza condena de antemano su artificio de encenderSe”. Hemos perdido toda certidumbre, “no hemos recibido ayuda alguna para descodi ficar nuestro coeficiente tamaño hombre”, nos dice el poeta. Y quizá ambos retratos —ci de Wilde, en Donan Gray, a finales del siglo pasado, y en La década de los setenta, el de Ashbcry, en la efigie de Parmegiafliflo— colocan espejos reveladores en dos momentos de la historia. Verónica Voikow
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SELF-PORTRAIT IN A CONVEX MIRROR AUTORRETRATO EN UN ESPEJO CONVEXO
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As Parmigianino did it, the right hand Bigger than the head, thrust at the viewer And swerving easiiy away, as though to protect What it advertises. A few leaded panes, oid beams, Fur, pleated muslin, a coral ring run together In a movement supporting the face, which swims Toward and away iike the hanci Except that it is in repose. It is what is Sequestered. Vasari says, “Francesco one day set himself To take his own portrait, looking at himseiffor that purpose In a convex mirror, such as is used by barbers... He accordingly caused a bali of wood to be macle By a turner, and having divided it in half and Brought it to the size of the mirror, he set himself With great art to copy ah that he saw in the giass,” Chiefly his reflection, of which the Portrait Is the reflection once removed. The glass chose to refiect oniy what he saw Which was enough for his purpose: bis image Glazed, embalmed, projected at a 180-degree angle, The time of day or thç density of the light Adhering to the face keeps it Lively and intact in a recurring wave Of arrival. The soul establjshes itself. But how far can it swim out through the eyes Ant stiii return safeiy to its nest? The surface Of thc mirror being convex, the distance mercases Significantly; that is, cnough to make the point fhat the soul is a captive, treated humanely, kept 18
Así como Parmegianino lo hizo, la mano derecha más grande que la cabeza, arrojada al espectador y recogiéndose ligeramente como protegiendo lo que anuncia. Unas cuantas vidrieras de cobre, viejas vigas, piel, muselina plegada, un anillo de coral que apoya la cabeza en el movimiento conjunto, la cual nada acercándose y alejándose como la mano, sólo que está en reposo. Es lo retirado. Vasari dice: “Francesco decidió un día hacer su propio retrato, mirándose a sí mismo con ese propósito en un espejo convexo, como los que usan los barberos... Para esto mandó hacer a un tornero una esfera de madera, y la dividió en dos, dándole el tamaño del espejo, se puso a pintar con gran arte todo lo que vio en el espejo”, principalmente su reflejo, del cual el retrato fue el reflejo al ser removido éste. El vidrio refiejó sólo lo que él veía, lo que era suficiente para su propósito: su imagen esmaltada, embalsamada, proyectada en un ángulo de 180 grados. La hora del día o la densidad de la luz que se adhieren a la cara la mantienen viva e intacta en una ola recurrente de llegada. El alma se establece a sí misma. ¿Pues qué tan lejos puede salir nadando de los ojos y regresar a su nido a salvo? Lo convexo de la superficie del espejo, incrementa significativamente la distancia: lo suficiente como para demostrar 19
In SUSpCflSiOfl. un.tblc to .idvancc much tarther Than your look as it interccpts thc picture. Pope Clcment ami bis court werc “stupcfiecl” By it, according to Vasari, anci promised a commission That never materialized. The soul has to stay where it is, Even though restlcss, hearing raindrops at thc pane, The sighing of auturnn lcives thrashed by thc ‘wind. Longing to be Iree, outside, but it must stay Posing in this place. It must move As little as possible. This is what the portrait says. But there is in that gaze a combination Of tenderness, arnusement ancl regret, so powerftil In its restraint that one cannot look for long. The secret is too plain. The pity of it smarts, Makes hot tears spurt: that the soul ¡5 not a soul, Has no secret, is small, and it fits Its hollow perfectly: its room, our moment of attention. That is the tune but there are no worcls. The worcls are only speculation (From the Latin speculum, mirror: They seek ancl cannot find the meaning of the nnisic. Wc see only postures of the dream, Riders of the motion that swings the lace Into view under evening skies, with no False disarray as proof of authenticity. But it is life englobed. One would Iike to stick one’s hand Out of the globe, but its dimension, ‘What carnes it, will not allow it. No doubt it is this, not the rellex To hide something, which makes the hand loom large As it retreats slightly. There is no way To build it fiat like a section of waIl: It must join the segment of a circie, Roving back to the body of which it seerns So unlikely a part, to fence in and shore up the face On which the effort of this condition reads 20
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que el alnu es una cautiva, tratada humanamente, mantenida en suspenso, incapaz de avanzar más allá de donde toca tu mirada el cuadro. El papa Clemente y su corte quedaron “estupefactos”, según Vasari, y prometieron un encargo que nunca se concretó. El alma tiene que permanecer donde está, aunque inquieta, escuchando la lluvia en las vidricras, ci quejido de las hojas de otoño en los latigazos del viento, deseando ser libre, estar fuera, pero debe quedarse posando en ese lugar. Deber moverse lo menos posible. Esto es lo que dice el retrato. Pero hay en la mirada una combinación de ternura, diversión y arrepentimiento, tan poclerosts en su restricción que uno no puede mirar mucho tiempo. El secreto es demasiado simple. Lo lastimoso de su estado nos allige, hace brotar lágrimas calientes: que el alma no es un alma, no tiene secreto, es pequeña y cabe en su hueco perfectamente: su cuarto, nuestro momento de atención. Esa es la tonada, pero no hay palabras. Las palabras son sólo especulación (speculunz, del latín, espejo); buscan y no pueden encontrar el significado de la música. Vemos sólo posturas del sueño, jinetes del movimiento que columpia el rostro hacia nuestra mirada bajo cielos nocturnos, sin falso desaliño como prueba de autenticidad. Pero es vida englobada. A uno le gustaría sacar la mano fuera de la esfera, pero su dimensión, lo que la porta, no podría permitirlo. Es sin duda esto y no el intento de esconder algo lo que hace a la mano aparecerse extensamente al retraerse un l)oco. No hay manera 21
Like a pinpoint of a smile, a spark Or Star one is not sure of having seen As darkness resumes. A perverse light whose Imperative of subtlety clooms in aclvance its Conceit to light up: unimportant but meant. Francesco, your hanci is big enough To wreck the sphere. and too hig. One would think, to weave delicate meshes That only argue its lurther detention. (l3ig, but not coarse, merely on another scale, Like a dozing whale on the sea bottom In relation to the tiny, sclIimportant ship On the surlace.) But your eyes proclaim That everything is surface. The suriice is what’s there Anci nothing can exist except what’s there. There are no recesses in the room, only alcoves, And the window doesn’t matter much, or that Sliver of window of mirror on the right, even As a gauge of the weather, which in French is Le temps, the word for time, and which Follows a course wherein changes ar merely Features of the whole. The whole is stahle within lnstability, a globe like ours, resting On a pedestal of vacuum, a ping-pong hall Secure on jis jet of water. And just as there are no words for the surltce, that is, No words to say what it really is, that it is not Superficial but a visible core, then there is No way out of the problem of pathos vs. experience. You will stay on, restive, serene in Your gesture which is neither embrace nor warning But which holds something of both in pure Affirmation that docsn’t affirm anything.
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de construirla plana como pedazo de muro, debe unirse al segmento de un círculo, vagando de regreso hacia el cuerpo del que no parece una parte, para cercar y costear el rostro, en el que, por el esfuerzo de esta condición, se lee una punta de sonrisa, una chispa o una estrella que uno no está seguro de haber visto al resumirse la oscuridad. Una luz perversa cuyo imperativo de sutileza condena de antemano su artificio de encenclerse: aunque sin trascendencia, intentado.
Francesco, tu mano es suficientemente grande para hacer estallar la esfera, y demasiado grande,
uno pensaría, para urdir redecillas que sólo defienden su detención ulterior. (Grande, pero no burda, sólo está en otra escala, como una ballena adormilada en el fondo del mar en relación al pequeño, egocéntrico buque de la superficie.) Pero tus ojos proclaman que todo es superficie. La superficie es lo que está, y nada puede existir salvo lo que está. No hay recesos en el cuarto, sólo bóvedas, y la ventana no importa mucho, o esa ventana cte plata o espejo a la derecha, aun como una calibración cte la temperatura, —que en francés es le temps, la misma palabra que se usa para el tiempo— el que sigue un curso donde los cambios son sólo rasgos del todo. El todo es estable en su inestabilidad, un globo como el nuestro, descansando en un pedestal de vacío, una pelota de ping pong sujeta en su chisguete de agua. Y así como no hay palabras para la superficie, esto es, no hay palabras para decir lo que realmente es, que no es superficial sino un núcleo visible, entonces no hay solución al problema del pathos contra la experiencia. Permanecerás, descansado, sereno en 23
The balloon pops, the attention Turns dully away. Clouds In the PtICl(lle Sur UI) ifltO sawtoothcd fragments. 1 think of the friencis Who carne to see mc, of what yesterday \Vas like. A peculiar slant Of rnemory that intrudes on the dreaming model In the silence of the studio as he considers Lifting the pencil to the self-portrait. How many people carne ami stayed a certain time, Uttered light or dark speech that became pali of you Like light hehind windblown fog ami sand, Filtered and iniluenced by it, until no pali Rernains that is surely you. Thosc voices in the dusk Flave tolcl you ah anci still the tale goes on In the form of mernories clepositeci in irregular Clumps of crystals. Whose curved hand controls, Francesco, the turning seasons and the thoughts That peel oiT and fiy away at brcathless speecls Like the last stubborn leaves ripped From wet branches? 1 see in this only the chaos Of your round mirror which organizes cverything A.round the polestar of your eyes which are empty, Know nothing, clream bou reveal nothing. 1 feel the carousel starting slowly And going faster and faster: desk, papers, books, Photographs of friends, the window and the trees Merging in one neutral band that surrounds Me on ah sides, everywhere 1 look. And 1 cannot explain the action of lcvehing, Why it should ah bou down to one Uniform substance, a magma of interiors. My guide in these matters is your self, Firm, oblique, accepting everything with the sarne Wraith of a smile, and as time speeds up so that it is soon Much later, 1 can know only the straight way orn, The distance between us. Long ago 24
tu gesto que no es abrazo ni amenaza pero que tiene algo de ambos en una afirmación que no afirma nada.
El globo revienta, la atención se distrae desinteresada. Nubes en el charco se agitan en fragmentos dentellados. Pienso en los amigos que vinieron a yerme, en lo que fue el día de ayer. Una proclividad peculiar de la memoria que se entromete con el modelo soñado en el silencio del estudio mientras se dispone a levantar el lápiz hacia el autorretrato. Cuántas gentes vinieron y se quedaron un tiempo, dijeron luminosas o negras palabras que se volvieron pa tuya como luz tras niebla y arena artemolinadas por el viento, filtrada y modificada, hasta que no queda pirtc libre en que seas con seguridad tú mismo. Esas voces en la oscuridad te han dicho todo y el cuento aún sigue en forma che recuerdos depositados en cúmulos irregtilares de cristales. ¿Qué curva mano controla, Francesco, las estaciones giratorias y los pensamientos que se pelan y vuelan a velocidades que nos dejan sin aliento como las últimas tercas hojas desprendidas de las ramas húmedas? Veo en esto sólo el caos de tu espejo curvo que organiza todo alrededor de las estrellas polares de tus ojos, que están vacíos, no saben nada, sueñan pero no revelan nada. Empiezo a sentir el carrusel que se inicia lentamente y gira más rápido y más rápido: escritorio, papeles, libros, fotografías de amigos, la ventana y los árboles mezclándose en una banda neutra que me rodea por todos lados, dondequiera que miro. 25
The strewn evidence rneant sornething, The small accidents and pleasures Of the day as it moved gracelessly en, A housewife doing chores. Irnpossible now To restore those properties in the silver blur that is The record of what you accomplishecl 1y’ silting clown “With great art te copy ah that you saw in the glass” So as te perfect anci rule out the extraneous Forever. In the circie of your intcntions certain spars Remain that perpetuate the enchantrnent of self with sclf: Eyebearns, muslin, coral. It doesn’t rnatter Because these are things as they are today Before enes shadow ever grew Out of thc ficid into thoughts of tomorrow.
Tornorrow is easy, but today is unchartcd, Desolate, reluctant as any landscape To yield what are laws of perspective ASter alI only te the painter’s deep Mistrust, a wcak instrument though Necessary. Of course sorne things Are possible, it knows, but it doesn’t know Which enes. Sorne day we will try Te do as many things as are possible And perhaps wc shall succeed at a handful Of them, but this will not have anything To do with what is promiseci toctay, our Lanciscape sweeping out from us te disappear On the horizon. Toclay enough of a cover burnishes To keep the supposition of premises together In one piece of surface, letting one ramble l3ack heme from them so that these Even stronger pessibilities can rernain Whole wfthout being tested. Acwally The skin of the bubble-chamber’s as tough as Reptile eggs; everything gets “programmecl” there 26
Y no puede explicarme esta acción de nivelado, este reducirse todo a una sustancia uniforme, un magma de interiores. Mi guía en estos asuntos es tu ser, firme, oblicuo. aceptando todo con el mismo espectro de sonrisa, y mientras el tiempo se acelera de tal forma que muy pronto ya es mucho más tarde, puedo sólo conocer el camino cte salida, la distancia entre nosotros. Hace tiempo las evidencias ensartadas significaban algo, los pequeños accidentes y placeres del día avanzando desgarbadlarnente, un ama de casa en sus labores. Es imposible ahora restaurar esas propiedades en el manchón plateado ciue es el registro cte lo que lograste al sentarte “con gran maestría a copiar tecle lo que veías en el espejo” para alcanzar la perfección y desechar lo extrínseco para siempre. En el círculo de tus intenciones ciertos acicates permanecen que perpetuan el encantamiento del ser con el ser miradas, muselina, coral. No importa, porque sen cesas come las que son ahora antes de que la sombra propia rcbasara el campo hacia los pensamientos del mañana.
El mañana es sencillo, pero el hoy no tiene mapa, desolado, renuente como cualquier paisaje a ceder le que son leyes de perspectiva, sólo finalmente un instrumente débil pero necesario para la profunda desconfianza del pintor. Por supuesto, algunas cesas sen posibles, lo sabe, pero no sabe cuáles. Algún día trataremos de hacer tantas cesas como sean posibles y quizá legremos algunas, 27
in dije coursc: more keeps getting included Wjthout adding to the sum, ancl just as one Gcts accustomed to a bise that Kcpt one awake but now no longer does, So the room contains this ilow like an hourglass Without varying in climate or quality (Except perhaps to hrighten bleakly and almost Invisibly, in a focus sharpening toward dcath—more Of this later). What should be the vacuum oía drearn Becomes con tinuaily replete as the sourcc of dreams Is being tappecl so that this one dream May wax, Ílourish Iike a cabbage rose, Defying sumptuary laws, leaving us To awake and uy to begin living in what Has now become a slum. Sydney Frecdherg in his Parrnigianino says of it: “Realism in this portrait No longer produces an objective truth, but a bizarna... Flowever its distortjon does not create A fecling of disharmony... The lbrms rctain A strong measure of ideal beauty,” because Fed by our drearns, so inconseqllential until OflC day Wc notice the hole thcy left. Now thcir importance Ifnot thcir meaning is plain. They wcre to nourish A clrearn which includes Lhem ah, as thcy are Finally reversed in the accumulating mirror. They seemed strange hecause we couhdn’t actualhy see them. Ancl we reahize Ibis only at a Poiflt wherc thcy lapse Likc a wave breaking on a rock, giving up Its shape in a gcsturc which expresses that shape. The forms retain a strong measure of ideal beauty As they foragc in secrct on our idea 01’ distortion. Why be unhappy with this arrangemcnt, since Dreams prolong us as they are absorbed? Something like living occurs, a movemcnt Out of the drcam into its codjficatjon
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pero no tendrá nada que ver con lo que se promete hoy, nuestro paisaje barriéndose al desaparecer en el horizonte. Luye hoy todavía recubrimiento suficiente como para mantener la suposición de promesas reunidas en una superficie, dejando regresar a una de entre ellas, para que las restantes puedan posibilidades aún más permanecer enteras sin prueba. De hecho la piel de la cámara de la burbuja es dura como huevo de reptil; todo se “programa” ahí a su debido tiempo; y más sigue siendo incluido sin que se acreciente la suma, y al igual que uno se acostumbra a un sonido que lo mantenía a uno despierto pero deja de hacerlo, el cuarto contiene este flujo como un reloj de arena sin variar che clima o cualidad (excepto quizá para abrihlantarse ligera y casi invisiblemente, en un foco que se precisa hacia la muerte —más de esto después—). Lo que debería ser el vacío de un sueño se llena constantemente al gotearse la fuente de los sueños, para que este solo sueño crezca, florezca como una rosa centifolia, desafiando leyes suntuarias, dejándonos despertar y tratar de empezar a vivir en lo que se ha vuelto ahora un barrio miserable. Sydeny Frcedbcrg en su Parmegianino dice: “El realismo en este retrato ya no prodtice una verdad objetiva, sino una bizarría... la distorsión, sin embargo, no crea una sensación de ausencia de armonía... Las formas retienen una alta medida de belleza ideal”, porque las nutrimos con nuestros sueños, tan inconsecuentemente, que un día percibimos el agujero que dejaron. Ahora su importancia, si es que no su significado, es clara. Era alimentar un sueño que las incluye a todas, como están, 29
As 1 start to lorget it It prcsCfltS itS sLercotype again l3ut it is an unfamiliar stercotypc, the lace Riding at anchor, issued from hazards, soon To accost others, “rather angel than man” (Vasari). Pcrhaps an angel looks like everything We havc forgotten, 1 mean forgotten Things that don’t seem familiar when Wc mect them again, lost beyond telling, Which were ours once. This would be thc point Of invading the privacy of this man who “Dabbled in alchemy, but whose wish ¡-Icre was riot to examine thc subtletics of art In a detached, scicntific spirit: he wished through them To impart the sense of novelty and amazament to the spectator” (Freedbcrg). Later portraits such as the Ufluzi “G entieman,” the Borghese “Young Prclatc” and The Naples “Antea” issue form Mannerist Tensions, but here, as Freedherg points out, The surprise, thc tension are in thc concept Rather than its realization. The consonance of the Fligh Renaissance Is present, though distorted by the mirror. What is novel is thc extreme care in rendcring Thc vclleities of the roundccl rcllccting surface Ot is the first mirror portrait), So that you could be foolcd 1 or a moment Before you realize the reflection Isn’t yours. You feel then like one of those Hoffmann eharaeters who have been depriveci Of a refiection, except that the whole of me Is seen Lo be supplanted by the strict Otherness of the painter in his Othcr roorn. Wc have surprised him AL work, but no, he has surprised us As he works. Thc picture is almost finished, 30
T
invertidas finalmente en el acumulante espejo. Parecían extrañas porque no podíamos de hecho mirarlas. De los que nos percatamos sólo en el momento en que se desvanecen
como un ola que se estrella en una roca, cediendo su forma en un gesto que expresa esa forma. Las formas retienen una alta medida de belleza ideal mientras rumian secretamente nuestra idea de distorsión. ¿Por qué molestarse con este arreglo, si los sueños nos prolongan al ahsorhcrse? Algo como el vivir ocurre, un movimiento que sale del sueño hacia su codificación.
Cuando empiezo a olvidarla presenta otra vez su estereotipo, pero es un estereotipo poco familiar, el rostro navegando a la deriva, salido de azares que pronto suplantarán otros azares, “más ángel que el hombre” (Vasari). Quizá un ángel se parece a todo lo que hemos olvidado, me refiero a las cosas olvidadas que resultan extrañas al reencontrarlas, perdidas más allá de las palabras, y que fueron alguna vez nuestras. Este sería el momento de invadir la privacía cte este hombre que, “especulaba con la alquimia, pero cuyo deseo no era el examinar las sutilezas del arte con un desprendido espíritu científico: quería con ellas imprimirle al espectador el sentido cte lo novedoso y el asombro” (Freedberg). Retratos posteriores como el del “Caballero” cte los Uffizi, el “Joven prelado” de la Borghesc y el “Antea” napolitano surgen de las tensiones
manieristas, pero aquí, como Freeclbcrg lo señala,
la sorpresa, la tensión está en el concepto más que en la realización. 3’
The surprise atrnost over, as when one iooks out, Startled by a snowfail which evcn now is Ending in pccks and sparkles of snow. It happened whilc you ‘.vere inside, asleep, And there is no reason why you should have fIcen awake for it, except that the dav Is ending and it will be hard for you To get to sleep tonight, aL least until late.
The shadow of the city injects its own Urgency: Rorne whcre Francesco Was at work cluring the Sack: his inventions Amazed the soldiers who burst in on him; Tbey decideci to sparc bis life, but he lcft soon after; Vienna whcre the painting is toclay, whcrc 1 saw it with Pierre in the summcr of 1959; New York Where 1 am now, which is a logarithm Of other cities. Our landscape Is alive with filiations, shuttlings; Business is carried on by look, gesture, Hearsay. It is another Jifc to the city, The hacking of thc looking glass of thc UflidCfltjflCd but precisely sketchcd studio. It wants To siphon oIT the life of the studio, deBate Its mapped space to cnactments, island it. That operatiun has been temporarily stallcd lIut something new is on the way, a new preCiosity III the wind. Can you stand it, Francesco? Are you strong enough for it? This wincl brings what it knows nor, is Self-propclled blinci, has no notion Of itself. It is inertia that once Acknow]eclged saps alt activity, secrct or puhlic: Whispers of the word that can’t he unclcrstood l)ut can be felt, a chili, a blight Moving outwarcl along the capes anci penlnsulas 32
La consonancia del Alto Renacimiento el espejo. está presente, aunque distorsionada por Es novedoso el gran cuidado jante superficie curva en capturar las veleidades cte la reile (es el primer retrato espejo), podrías ser engañado un momento antes de darte cuenta de que la imagen de esos no es tuya. Te sientes entonces corno uno personajes de Hoffman desprovistos de reflejo, salvo que el yo entero ha sido suplantado por la estricta en su otro cuarto. Lo hemos sorprendido otredad del os en su trabajo, pero no, él nos ha sorprendido a nosotr trabajando. El retrato está casi terminado, hacia la sorpresa casi concluida, como cuando uno mira afuera, as asombrado por una nevada que está final jzando en manch y chispas de nieve. Sucedió mientras estabas dentro, durmiendo, y no hay razón para que estuvieras despierto presenciándola, salvo porque el día acabó y te va a ser dificil dormir esta noche, al menos hasta muy tarde.
La sombra de la ciudad inyecta su prisa: Roma en la que Francesco trabajaba cuando el saqueo: sus inventos sorprendieron tanto a los abalanzados soldados que decidieron salvarle la vida, pero se marchó poco después; Viena, donde la pintura se encuentra actualmente, donde la vi con Pierre en ci verano de 1959; Nueva York donde estoy ahora, logaritmo cte otras ciudades. Nuestro paisaje vive cte adopciones, de ires y venires, los negocios se realizan con la mirada, el gesto, los rumores. El azogue del espejo del estudio
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Of your ncrvures and so to the archipelagoes And to the bathecl, aired secrccy of thc open sea. This is itS negative side. Its positive side is Making you notice life ant the stresscs That only seemed to go away, but now, As this new mode questions, are seen to be Hastening out of style. If they are to bcconw ciassics They rnust decide wbich sicle they are on. Their reticence has undermined The urban scenery, made its ambiguities Look willlul and tired, the games of an oid man. What we need now is this unlikely Challenger pounding on the gates of an amazcd Castie. Your argument, Francesco. 1-lad begun to grow stale as no answer Or answers were forthcorning. If it clissolvcs now Into dust, that only mcans its time had come Sorne time ago, but look now, ancl listen: It may be that another life is stocked therc In recesses no one kncw of; that it, Not we, are the change; that we are in 1act it If WC could get back to it, relivc sorne of the way It Iooked, turn our faces to the globe as it sets And still be corning out ah right: Nerves normal, breath normal. Since it is a rnetaphor Made to inclucle US, WC are a part of it and Can uve in it as in fact we have done, Only leaving our minds bare for questioning Wc now see will not take place at ranclom But in an orderly way that mcans to menace Nobody —the normal way things are done, Like the concentric growing np of days
Around a life: correctly, ifyou think about it.
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desconocido, pero esbozado con precisión, es otra vida en la ciudad. Quiere chupar la vida del estudio, desinflar su espacio delineado, reducirlo a decretos, aislarlo. La operación ha sido temporalmente detenida pero algo nuevo está en camino, una nueva monería
en el viento. ¿Puedes soportarla, Francesco? ¿Eres lo suficientemente fterte? El viento trae lo que no sabe, autopropehido, ciego,
inconsciente. Es inercia que una vez reconocida marchita toda actividad, secreta o pública: susurro de palabra que no puede ser comprendida pero que puede ser sentida, un escalofrío, una plaga moviéndose afuera a lo largo de cabos y penínsulas de tus nervaduras, y así hasta los archipiélagos y a la bañada, aireada, secrecía del mar abierto. Este es su lado negativo. El lado positivo es hacerte notar la vida y las tensiones que sólo parecían retirarse, ahora, como estos últimos problemas de moda, se vuelven aceleradamente anticuados. Para ser clásicos tienen que decidir de qué lacio están. Su reticencia ha minado el escenario urbano, sus ambigüedades parecen artificiosas y cansadas, juegos de un hombre viejo. Lo que necesitamos ahora es este improbable desafío golpeando las puertas de un castillo asombrado. Tu argumento, Francesco empezó a volverse rancio al no surgir respuesta o respuestas. Si se disuelve ahora en polvo, eso porque le tocó su hora hace tiempo, pero mira y escucha: puede ser que otra vida esté ahí acumulada en recesos que nadie conoce; que es ella, y no nosotros, el cambio: que nosotros seríamos ella si pudiéramos recuperarla, reavivar un poco cómo
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A breeze likc the turning of a Brings back your face: the rnornent Takcs such a hig bite out of the haze Of i,leasait intuition it comes after. The locking into place is “death itself,” As Berg said of a phrase in Mahler’s Ninth; Or, to quote Imogen in ‘inbe1ine, “There cannot Be a pinch in death more sharp than this,” for, Though only exercise or tactic, it carnes The momentum of a conviction that had been huilding. Mere forgetfulness cannot rernove it Nor wishing hring it back, as long as it remains The white precipitate of its clrearn In the climate of sighs íiung across our world, A cloth over a hirdcage. l3ut it is certain that What is beautiful seems so only in relation to a spccific Life, experienced or not, channeled into sorne form Steeped in the nostalgia of a collective past. The light sinks today with an enthusiasm 1 have known elsewhere, and known why It seemed meaningful, that others lclt this way Years ago. ¡ go on consulting This mirror that is no longer mine For as much brisk vacancy as is to be My portion this time. And the vase is always hill Because there is only just so much room And it accommodates everything. The sample One sees is not to be taken as Merely that, but as everything as it May be imagined outside time —not as a gesture But as al!, in the refined, assimilable state. But what is this universe the porch of As it veers in and out, back and forth, Refusing to surround us and still the only Thing we can see? Love once Tipped the scales but now is shadowed, invisible, Though mystcriously present, around somewhere. 36
se veía, voltear la cara al globo que se mete y seguir saliendo a salvo; nervios normales, respiración normal. Dacio que es una metáfora hecha para incluirnos, somos parte de ella y podemos vivir en ella como de hecho lo hemos hecho, dejando sólo nuestras mentes libres para preguntar, lo que vemos ahora no va a sucecter azarosamente, sino de un modo ordenando sin amenazar a nadie —la manera normal en que se hacen las cosas, como el crecimiento concéntrico cte los días alrededor cte una vida: correctamente, silo piensas.
Una brisa como la del voltear cte una página hace regresar tu cara: el momento quita una gran bocanacta a la brurna de intuición placentera que lo antecede. El encajar en lugar es “la muerte misma”, como decía Berg de una frase musical de la Novena de Mahler; o para citar a Imogen, en cymbeline: “No pucctc haber una punzada en la muerte más aguda que ésta”, porqIe, aunque sólo ejercicio o táctica, trae el empuje cte una convicción que se había estado construyendo. No puede removerla ci solo olvido ni recuperarla el cteseo, mientras siga siendo el precipitado blanco de su sueño en el clima de suspiros lanzados al mundo, una tela sobre una jaula. Pero es cierto que ¡o que es bello nos lo parece sólo en relación a una vida específica, experimentada o no, encauzada en una forma empapada cte la nostalgia cte un pasado colectivo. La luz se hunde hoy con un entusiasmo conocido en otra parte, sabiendo por qué parecía tener sentido el que hace años otros
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But Wc know it cannot he sandwiched Between two adjacent rnorncnts, th.it fts windings Lead nowherc except to further tributarics And that these ernpty thernsclves into a vague Sense of something that can never be known Even though it seems likely that each of LIS Knows what it is and is capable of Cornmunicating it to the other. But thc look Sorne wear as a sign rnakes one want to Push forward ignoring the apparent Naiveté of the attempt, not caring That no one is listening, sincc the light ¡-las been lit once and for ah in thcir eycs And is present, unimpaired, a perrnancnt anornaly, Awake anci silent. On the surface of it There scems no special reason why that light Should be focused by love, or why The city falling with its beautiful suburbs Into space always less clear, less delined, Should read as the support of its progrcss, The eascl upon which the drama unlolded To its own satisfaction ant! to thc cnd Of our clreaming, as wc had never imagined It woulcl end, in worn claylight with the painted Promise showing through as a gage, a bond. This nondescrit, never-to-be defined daytirne is The secret of where it takes place And we can no longer return to the various Confiicting statements gathered, lapses of rnernory Of the principal witnesses. Al! we know Is that we are a little early, that Today has that special, lapidary Todayness that the sunlight reproduces Faithfully in casting twig-shadows on blithe Sidewalks. No previous day would havc been hike this. 1 used to think they were al! alike, That the present always looked the same to everybody
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que uno ve no tiche ser considerada
se sintieran así. Sigo consultando este espejo que ya no es mio. por la porción de vacio animado que esta vez me toca. Y el vaso está siempre lleno porque el espacio es justo y lo acomoda todo. La muestra
sólo eso, sino corno todo tal corno puede ser imaginado fuera del tiempo —no como una actitud sino como un todo, en estado refinado y asimilable. ¿Pero de qué es este universo el vestíbulo mientras vira de afuera hacia dentro. tIc ida y tIc regreso, negándose a rodearnos, siendo todavía la única cosa que podemos ver? El amor alguna vez ladeaba la balanza pero ahora está sombreado, invisible, aunque misteriosamente presente, en alguna parte. Pero sabernos que no puede ser prens1o entre dos momentos adyacentes, que sus rodeos no llevan más que a otros afluentes y que éstos se vacían hacia un vago sentimiento de algo que nunca puede ser conocido aunque parezca probable que cada uno de nosotros sepa lo que es y pueda comunicárselo a otros. Pero la mirada que algunos llevan corno seña ineita a proseguir ignorando la aparente ingenuidad del intento, sin preocuparse de que nadie escuche, ya que la luz se ha encendido una vez y para siempre en esos ojos y está presente, intocacla, una anomalía permanente, despierta y silenciosa. En la superficie no parece haber razón para que esta luz sea enfocada por el amor, o para que la ciudad cayendo con SUS hermosos suburbios hacia un espacio cada vez menos claro, menos definido, deba ver como apoyo de su avance, el caballete sobre el que se desenvolvió el drama
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13ut this conftision clrains away as onc ls always cresting into one’s prcsent. Yet the “poetic”, straw-colored SPaCC Of the long corridor that leacis hack to the painting, lts darkening opposite —is this Sorne figment of ‘art”, not to be imagincd As real, let alone special? Hasn’t it too its lair In the prcscnt we are always escaping frorn And fiulling hack into, as the waterwhccl of days Pursues its uneventful, even serene coursc? 1 think it is trying to say it is today And we must get out of it even as thc puhlic Is pushing through thc rnuscum now SO as to Be out by closing time. You can’t uve there. attacks ah know-how: The gray glaze of the Secrets of wash and finish that took a lifetime To learn and are reduced to the status of Black-and-white illustrations in a book whcrc colorpiates Are rare. That is, ah time Reduces to no special time. No one Alludes to thc change; to do so rnight Involve cahling attention to oneself Which would augrncnt thc dreacl ol not getting out Before having seen thc whohe cohlcction (Except for the sculptures in the basernent: They are where they belong). Our time gets to be veiled, comprornised By the portrait’s wiIl to endure. It hints at Our own, which wc were hoping to kecp hidden. Wc don’t need paintings or Doggerel written by mature poets when The explosion is so precise, so fine. Is there any point even in acknowleclging The existence of aH that? Does it Exist? Ccrtainly the heisure to Indulge stately pastimes doesn’t, Any more. Today has no margins, the event arrives 40
But this conlusion drains away as one Is always crcsting into one’s resent. Yet the “poetic”, straw-colored space Of the long corrictor that leacts back to the painting, lts darkening opposite —is this Sorne ligrnent of “art”, not to be imagined As real, let alone special? Hasn’t it too its lair In the prcsent we are always escaping from Ancl falling hack into, as the watcrwhcel of clays Pursues its uneventful, even serene coursc? ¡ think it is trying to say it is toctay And WC must get orn of it even as the public Is pushing through the museum now so as to Be orn by closing time. You can’t uve there. The gray glaze of the past attacks ah know-how: Secrets of wash anci finish that took a lifetime To learn and are reduced to the status of Black-and-white illustrations in a book whcre colorplates Are rare. That is, ah time Reduces to no special time. No one Mludes to thc change; to do so might Involve cahling attcntion to oneself Which would augmcnt the dread of not getting orn Before having SeCn the whole collection (Except for the sculptures in the basement: They are whcre they belong). Our time gets to be veiled, comprornised By the portrait’s will to endure. It hints at Our own, which we were hoping to keep hidden. Wc don’t need paintings or Doggerel written hy mature pocts when The explosion is so precise, so fine. Is there any point even in acknowledging The existence of ah that? Does it Exist? Certainly the leisure to Indulge stately pastimes doesn’t, Any more. Today has no margins, the event arrives 40
a entera satisfacción y hasta el final de nuestro ensueño, como nunca hubiéramos imaginado que terminaría, en luz diurna ajada mostrando la promesa pintada corno en prenda, como un vínculo. Esta luz del día indescriptible, indefinible para siempre, es el secreto cte dónde está ocurriendo y ya no podemos regresar a las múltiples afirmaciones contendientes reunidas, lagunas de la memoria de los testigos principales. Todo lo que sabemos es que llegarnos demasiado temprano, que el hoy tiene esa especial actualidad lapidaria que el sol reproduce fielmente en los moldes de las sombras ramas sobre las alegres banquetas. Ningún día l’” PUChO haber sido como éste. Acostumbraba pensar que todos eran iguales, que el presente siempre era el mismo para todos. pero esta confusión se disuelve al estar uno montándose siempre al propio presente. ¿Y, sin embargo. el “poético” espacio color paja del corredor que regresa a la pintura —su oscureciente opuesto— es alguna invención del “arte”, no para ser imaginada real, mucho menos espacial? ¿No tiene también su guarida en el presente del que siempre estamos huyendo y al que volvemos a caer, mientras la rueda cte agua de los días sigue su transcurso llano y hasta sereno? Creo que quiere decirnos que es hoy y que debemos salirnos cte ahí como el público empujando en el museo hacia la salida a la hora cte cerrar. No puedes vivir ahí. El esmalte gris del pasado ataca todos los saberes: los secretos cte las manos cte pintura y del acabado que llevaron tocha una victa aprender se reducen al estatus de ilustraciones en blanco y negro en un libro en el que las láminas a color son raras. Esto es, tocto el tiempo
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Flush with its cdges, is of the saíne substance, Inclistinguishable. “Hay” is somcthing cisc; It cxists, in a society specifically Organized as a demonstration of itseif. There is no other way, and those assholcs Who would conluse everything with their mirror games ‘Vhich scem to nnillipiy stakes and possibilities, or At ieast confuse issues by rneans of an investing Aura that wouid corrode thc architecturc Of the whole in a haze of suppressccl mockcry, Are beside thc point. They are out of the game, Which docsn’t cxist until they are out of it. It seems like a very hostile universe But as the principie of each individual thing is Hostile to, exists at the expense of al! thc othcrs As philosophers have often pointed orn, at lcast This thing, thc nuite, unclivideci prescnt, 1-las the justification of logic, which In this instance isn’t a bad thing Or wouldn’t be, it thc way of telling Didn’t somehow iritrucle, twisting thc enci rcsult Into a caricature of itself. This aiways Happens, as in the garne where A whispcred phrase ssed around thc room Encis Uj) as something completely cli1ircnt. It is the principie that makcs works of art so unlike What the artist intendcd. Ofien he fincis He has omitted the thing he started orn to say In the first place. Seduced by flowers, Explicit 1)le1sIres, he blames himsclf(though Secrctly satisfied with the result), irnagining 1-le had a say in the matter an exercised An option of which he was hardly conscious, Unaware that necessity circumven ts such rcsolutions So as to create something new For itself, that there is no other way, That the history of creation proceecls accorcling to 42
se reduce a ningún tiempo en especial. Nadie alucie al cambio; hacerlo llamaría la atención sobre uno mismo lo que aumentaría el temor a salir sin haber Visto la colección entera (excepto las esculturas del sótano, todo está en su lugar). Nuestro tiempo queda velado, comprometido por el deseo cte perdurar del retrato. Apunta al nuestro, que queremos mantener oculto. No necesitamos cuadros o versillos de poetas maduros cuando la explosión es tan precisa, tan fina. ¿Tiene sentido acaso el reconocer la existencia de todo eso? ¿Existe? Ya no existe, por cierto, el ocio para dedicarse a pasatiempos majestuosos. El hoy tiene márgenes, el evento llega emparejado con sus bordes, de la misma sustancia, indistinguible. El “juego” es otra cosa; existe, en una sociedad específicamente organizado como una demostración de sí mismo. No puede ser de otra forma, y esos pendejos, que confunden todo con sus juegos espejos que parecen multiplicar apuestas y posibilidades, o que por lo menos confunden asuntos con un aura envolvente que podría corroer la arquitectura del todo en la bruma de una burla contenida, no vienen al caso. Están fuera del juego, el que no existe sino hasta que ellos se salen. Parece un universo muy hostil pero como el principio de cada cosa individual es hostil a las otras, existe a expensas cte las otras como lo han señalado los filósofos, por lo menos esta cosa, el mudo, indivisible presente, tiene la justificación cte la lógica, que 43
Stringcnt laws, and th.it things Do get done in this way, but never the things Wc set out to accornplish and wantcd so clespcrately To see come into being. Parmigianino Must have rcaiized this as he worked at bis Life-obstructing task. One is forced to read The perfectly plausible accomplishrnent of a Purpose Into the smooth, perhaps even blanci (but so Enigrnatic) linish. Is there anything To be serious about beyond this otherness That gets included in the most ordinary Forms o daiiy activity, changing cvcrything Slightly and profoundly, and tearing thc mattcr Of creation, any creation, not just artistic creation Out of our hands, to instali it on sorne nionstrous, ncar Pcak, too close to ignore, too 1ir For one to intervene? This otherness, this “Not-bcing-us” is al! there is to look at In the mirror, though no one can say FIow it carne to be this way. A ship Flying unknown colors has entercd the harbor. You are allowing extraneous mattcrs To break up your clay, cloud the focus Of thc crystal bali. lts scenc drifts away Likc vapor scattcred on the wind. The fertile Thought-assocjatjons that until now carne So easily, appear no more, or rarely. Their Coiorings are less intense, washed orn By autumn rains and winds, spoiicd, rnuddied, Given back to you because they are worthless. Yet WC are such creatures of habit that their Implications are still arouncl enper?nanc’ncc’, confusing Issues. To be serious only about sex 15 perhaps one way, but the sands are hissing As they approach the beginning of the big sude Into what happened. This past Is now here: the paintcr’s 44
en este caso no es inadecuada o no lo sería, si la manera de contarlo no interviniera, torciendo el resultado final en una caricatura. Esto siempre pasa, como en el juego en que una frase susurrada termina, al recorrer ci cuarto, siendo algo completamente diferente. Es el mismo principio que vuelve las obras de arte tan diferentes de las pretensiones del artista. Comúnmente descubre que ha omitido lo que quería decir en un primer momento. Seducido por flores, placeres explícitos, se culpa a sí mismo (aunque secretamente satisfecho con el resuhaclo), imaginando que tuvo poder en el asunto y ejerció una opción de la que apenas tuvo conciencia, sin clarse cuenta que la necesidad tuerce esas resoluciones para crear algo nuevo para sí misma, que no hay otra lorma, que la historia de la creación 1)rocccle leyes rigurosas que determinan las cosas; lero nunca lo que nos propusimos realizar y desesperadamente desearnos ver se vuelva realidad. Parmegianino debió darse cuenta de esto mientras trabajaba en su tarea obstructora de vida. Uno es lbrzado a creer en la realización perfectamente plausible de un propósito en el terso, quizá hasta blando (pero tan enigmático) acabado. ¿1-lay algo para lo que se necesita más seriedad que ‘ara esta otredad que está incluida en las formas más ordinarias de la vida cotidiana, cambiando todo leve y profundamente y arrrancando la materia de la creación, de cualquier creación, no sólo de la creación artística, de nuestras manos, para instalarla en una cercana cima monstniosa, demasiado cercana para ignorarla,
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Reflected tace, in which wc linger, receiving Dreams and inspirations on an unassigned Frequency, but the hues have turncd rnctallic, The curves and edgcs are not so rich. Each Has one big thcory to explain the universe But it doesn’t teil thc wholc story And in the end it is what is outsicle him That niatters, to him and especially to us Who have been givcn no help whatcver In dccoding our own man-size quoticnt ancl must rcly On seconcl-hand knowledge. Yet ¡ know That no one else’s taste is going to be Any help, and might as well be ignored. Once it seemed So perftct —gloss on the fine Frecklcd skin, lips moistened as though about to part Releasíng spcech, anci the flimiliar Iook Of clothes and furniture that one lorgcts. This could have been our paraclise: cxotic Refuge within an exhausted world, but that wasn’t In thc carcls, because it coulcln’t have bccn Thc point. Aping naturalness may be the first stcp Toward achieving an inner calm But it is thc first step only, anci often Remains a frozen gesture of welcomc etchecl On the air materializing bchind it, A convention. And we have really No time for thesc, except to use thern For kindling. Thc sooncr they are burni up The better tbr thc roles we have to play. Therefore 1 besecch you, withdraw that hand, OlTcr it no longer as shielcl or grceting, The shield of a greeting, Francesco: Theres is room for one bullet in thc chamber: Our looking through thc wrong enci Of the telescope as you fidl back at a speed Faster than that of light to llattcn ultimatcly Among the fratures of the room, an invitation
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demasiado lejana para poder ifltcfl’cflir? Esta otredati, este “no ser nosotros” es lo único que hay que mirar en el espejo, aunque nadie I)uedlc decir cómo llegó a ser así. Un barco ondeando colores desconocidos ha entrado en el puerto. Estás permitiendo que asuntos ajenos rompan tu día, nublen el foco cte la esfera de cristal. Su escena se disipa corno vapor disperso en el viento. La fértil asociación de pensamientos que llegaba con tanta lacilidaci, desaparece o escasca. Sus colores son menoS intensOS, deslavados por lluvias otoñales y vientOS, ensuciados, enlodados, retachaclos a ti por inservibles. Sin embargo, somos, cte tal manera, criaturas de hábito que sus implicaciones permanecen inamovibles, confundiendo asuntos. Sólo otorgarle seriedad al sexo es quizá una forma, pero las arenas silban al accrcarsc al borde cte la gran resbaladilla de lo que sucedió. Este pasicto está ahora aquí: el rostro rellejado del pintor, ante el que nos demoramos, recibiendo sueños e inspiración a una frecuencia indeterminada, pero los tonos se han vuelto metálicos, las curvas y los bordes ya no son tan ricos. Cada pers0t tiene una gran teoría para explicar el universo, pero no cuenta toda la historia, y al final es lo que queda fuera lo que importa, para él y especialmente para nosotros que no hemos recibido ayuda alguna para descodificar nuestro coeficiente tamaño hombre y debemos depender cte ayuda cte segunda mano. Sé, sin embargo, que no servirán cte nada Otros gustos, y da lo mismo ignorarlos. Parecía tan perfecto alguna vez —brillo en la fina 47
Never mailecl, the “it was al! a drcam” Syndrome, though the “al!” tells tersely Enough how it wasn’t. Its existence Was real, though troublcd, and the ache Of this waking dream can never drown out’ The diagram still sketchcd on the wind, Chosen, meant for me anci rnaterializecl In the disguising radiance of my room. We have seen thc city; it is the gibbous Mirrored cyc of an insect. Al! things happcn On its balcony and are resumecl within, l3ut the action is ihe coid, syrupy llow Of a pageant. One fecis too confined, Sifting ihe April suntight for clues, Jn the mere stilliiess of the ease of jis Parameter. The hand holds no chalk And cach part of the whole falls off Anci cannot know it knew, except Here and there, in colcl pockcts Of rcmemhrance, whispers out of time.
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piel pecosa, labios húmedos como para abrirse al hablar, y el aspecto flimiliar de ropas y muebles que uno olvida. Éste hubiera podido ser nuestro paraíso: refugio exótico en un mundo exhausto, pero no estaba en las cartas, porque no hubiera venido al caso. Imitar lo natural pudo haber siclo ci primer paso para lograr una caLma interna pero es sólo el primer paso, y comúnmente fern11nece como un gesto helado de bienvenida esbozado en el aire, materializando detrás una convención. Y no tenemos tiempo qué perdter en éstas, no sirven más que para lcíia. Mientras más pronto se quemen es mejor para los roles que tenemos que jugar. Por Lo que te niego, retira esa mano, ya no la ofrezcas de protección o saludo, la protección del saludo, Francesco: hay lugar para una bala en el cuarto; nuestra mirada en el lugar equivocado del telescopio mientras caes a una velocidad mayor que la de la luz para aplastarte finalmente junto con la forma deL cuarto, una invitación nunca enviada, el smnclrorne cte “fue todo un sueño”, aunque ese “todo” diga con suficiente suavidad cómo es que no lo fue. Su existencia fue real, aunque disturbada, y el dolor de este sueño que despierta nunca puede hundir el diagrarna, dibujado todavía en el viento,
pensado para mí y materializado en el resplandor encubridor cte mi cuarto. 1-lemos visto la ciudad; es el encorvado ojo espejeante cte un insecto. Todas las cosas pan en su balcón y se resuelven dentro, pero la acción es el flujo frío, mieloso 49
de una procesión. Uno se siente demasiado confinado, sorbiendo la luz de abril para encontrar claves, en la mera quietud de la calma de su parámetro. La mano no sostiene tiza y cada parte del todo se derrumba y no puede saber que supo, salvo aquí y allá, en frías bolsas de recuerdo, susurros fuera de tiempo.
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ÍNDICE
PRÓLOGO. El despojo del espejo en John Ashhcry,
por Verónica Volkow Seltportrait in a Convex Mirror Autorrrctrato en un espejo convexo
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