HENRI MICHAUX por John Ashbery Henri Michaux no es exactamente un pintor, ni siquiera un escritor, sino una conciencia: la sustancia más sensible descubierta hasta la fecha para registrar las uctuaciones de la angustia de la existencia día a día, minuto a minuto. Michaux vive en París, en la calle !guier, en el cora"# cora"#n n de un peque$ peque$o o distri distrito to de palace palacetes tes desven desvenci% ci%ado ados, s, aunque a&n aristocráticos, que parece misteriosamente silencioso ' apagado pese a la proximidad de t. (ermain)des)Pr!s ' el *arrio +atino. n las escaleras del h-tel particulier del siglo /00 en el que vive se ha instalado un andamia%e de madera para evitar que la escalera se venga aba%o. l apartamento de Michaux parece haber sido desga%ado a partir de otro ma'or. 1 pesar de la originalidad de la arquitectura ' de la presencia de alg&n mueble antiguo mu' hermoso, el efecto resultante es neutro. +as paredes no tienen color e incluso el %ardín exterior tiene un aspecto fantasmag#rico. 1penas ha' cuadros: tan s#lo una obra de 2ao 3ou)4i ' un cuadro chino que representa, más o menos, un caballo ' que parecen estar allí por casualidad: 56o extr extrai aiga ga ning ningun una a conc conclu lusi si#n #n de ello ellos7 s7.. l &nic &nico o ob%e ob%eto to dign digno o de menci#n es una enorme ' amante radio nueva: al igual que muchos poetas ' muchos pintores, Michaux pre8ere la m&sica. 9etesta las entrevistas ' parecía incapa" de recordar por qu! había accedido a conceder esta. 5Pero 'a que está aquí, puede empe"ar7. e sent# de espaldas a la lu", de modo que resultaba difícil verlo se protegía el rostro con la mano ' me observaba receloso por el rabillo del o%o. 6ada de fotografías, e incluso se niega a que se realice un dibu%o de !l para publicarlo %unto a la entrevista. 1 su %uicio, los rostros e%ercen una fascinaci#n atro". Michaux escribi#: 5;n hombre ' su rostro es un poco como si estuvieran devorándose mutuamente sin cesar7. n una ocasi#n, cuando un editor le solicit# una fotografía para publicarla en un catálogo %unto a las de los demás autores, le contest# lo siguiente: 5scribo con el 8n de dar a conocer una persona que, vi!ndome,
nadie habría podido sospechar %amás que existiera7. sta frase se public# en el espacio destinado a su retrato. in embargo, el rostro de Michaux es dulce ' agradable. s belga, nacido en 6amur en <=>>, ' aunque exhiba la te" pálida de las gentes del norte, ' algo de su ema, su semblante tambi!n puede iluminarse con una amplia sonrisa amenca ' tiene una inesperada ' encantadora risilla.
¿Ha suplantado para Michaux la pintura a la escritura como medio de expresin! n absoluto. n los <imos a$os he reali"ado tres o cuatro exposiciones ' he publicado tres o cuatro libros. 9esde que hice mía la pintura hago más de todo, pero no al mismo tiempo. scribo o pinto en períodos alternos. mpec! a pintar a mediados de la d!cada de <>?@, en parte como consecuencia de una exposici#n de Alee a la que asistí, ' en parte a causa del via%e que hice a Briente. n una ocasi#n, estando en Bsa4a, le pedí a una prostituta que me orientara ', para indicarme, me hi"o un dibu%o adorable. n Briente todo el mundo dibu%a.
El "ia#e supuso una experiencia capital en la "ida de Michaux$ de %l naci Un bárbaro en Asia& adem's del descubrimiento de todo un nue"o ritmo de "ida y creacin( iempre pens! que habría otra forma de expresi#n para mí, pero %amás supuse que sería la pintura. Pero bueno, siempre me equivoco cuando se trata de mí. 9e %oven estaba seguro de que quería ser marinero, ' lo intent! durante una temporada pero, sencillamente, no tenía el vigor físico necesario. Campoco pens! nunca en escribir. DEest excellent, il faut se tromper un peu. Por lo demás, me irritaba la parafernalia de la pintura. +os artistas act&an como prima donnas se toman a sí mismos demasiado en serio, ' tienen toda esa parafernalia: los lien"os, los caballetes, los tubos de pintura. i pudiera elegir, preferiría ser compositor. Pero hace falta estudiar. i hubiera alg&n modo de colocarse directamente ante un tecladoF +a
m&sica incuba mi insatisfacci#n. Mis dibu%os a tinta grandes 'a no son más que ritmo. +a poesía no me satisface tanto como la pintura, pero es posible que existan otras formas.
¿Cu'les son los artistas )ue m's importan para Michaux! Me encanta la obra de rnst ' de Alee, pero por sí solos no habrían bastado para que 'o empe"ara a pintar en serio. 6o admiro tanto a los estadounidenses, como Polloc4 ' Cobe', pero lo cierto es que crearon un clima en el que podía expresarme. on instigadores. Me concedieron la grande permission sí, sí, eso es, la grande permission. 9el mismo modo que no apreciamos tanto a los surrealistas por lo que escribieron como por autori"ar a que todo el mundo escribiera lo que se le pasara por la cabe"a. G, por supuesto, los pintores clásicos chinos me ense$aron lo que se podía hacer con s#lo unos pocos tra"os, con s#lo unos pocos signos. Pero no creo mucho en las inuencias. ;no disfruta escuchando las voces de la gente en la calle, pero no resuelven tus problemas. Duando algo es bueno te distrae de tu problema.
¿*inti Michaux )ue su poes+a y su pintura eran dos ,ormas di,erentes de expresin de una -nica cosa! 1mbas tratan de expresar una m&sica. Pero la poesía tambi!n trata de expresar una verdad no l#gica una verdad diferente de la que se lee en los libros. +a pintura es distinta no tiene nada que ver con la verdad. n los cuadros creo ritmos, como si bailara. so no es una v!rit!. +e pregunt! a Michaux si sentía que su experiencia con la mescalina había tenido alguna consecuencia sobre su arte más allá de los dibu%os que reali"# ba%o sus efectos, a los que denomina 5dibu%os mescalínicos7 ' que, con su hipersensible concentraci#n de líneas insustanciales, como 8lamentos, en determinadas "onas ofrecen un aspecto mu' distinto del que presenta la obra en!rgica ' abrupta que
reali"a en condiciones normales. 5+a mescalina incrementa tu atenci#n por todo por los detalles, por sucesiones tremendamente rápidas.7 1l describir una de estas experiencias en su reciente libro Paix dans les brisements, escribi#: Mi desa"#n era grande. +a devastaci#n era ma'or. +a velocidad era a&n ma'orF ;na mano doscientas veces más ágil que la mano humana no habría bastado para seguir el acelerado curso de aquel inextinguible espectáculo. G no se podía hacer
nada
más
que
seguirlo.
;no
no
puede
concebir
un
pensamiento, un t!rmino, una 8gura, para elaborarlos, para que le sirvan de inspiraci#n o de punto de partida para improvisar. Coda la energía se agota en ellos. se es el precio de su velocidad, su independencia. Cambi!n habl# de la distancia sobrehumana que sentía ba%o la inuencia de la mescalina, como si pudiera observar la maquinaria de su propia mente desde cierta distancia. sta distancia puede ser terrible, pero en una ocasi#n se tradu%o en una visi#n de beatitud, la &nica de su vida, que describe en El infnito turbulento: 5Dontempl! miles de deidades FI. Codo era perfecto FI. 6o había vivido en vano FI. Mi existencia f&til ' errabunda ponía pie, por 8n, en la senda milagrosaF7. ste momento de pa" ' satisfacci#n carecía de precedentes en la experiencia de Michaux. 6o ha tratado de repetirlo: 5Ga es bastante que ha'a sucedido una ve"7. G no ha tomado mescalina en más de un a$o al menos no 5que !l sepa7. 5Jui"á la tome otra ve" cuando vuelva a ser virgen7, di%o. 5Pero este tipo de cosas deberían experimentarse s#lo de ve" en cuando. +os indios fumaban la pipa de la pa" &nicamente en las grandes ocasiones. Ho' día la gente fuma cinco o seis paquetes de cigarrillos al día. KD#mo se puede experimentar algo de este modoL7 +a habitaci#n había empe"ado a quedar a oscuras ', en el exterior,
los árboles del %ardín gris parecían pertenecer al fangoso territorio metafísico que describe en Mes propriétés. e$al! que en su obra apenas aparece la naturale"a. 5so no es cierto7, di%o. 5n cualquier caso, los animales sí. 1doro los animales. i alguna ve" vo' a su país, será sin duda para visitar los "ool#gicos7 su &nica visita a stados ;nidos la hi"o siendo marinero en <>N@, ' s#lo vio 6orfol4, avannah ' 6eOport 6eOs. n una ocasi#n, con motivo de una de mis exposiciones, pude disponer de dos horas libres en Qrancfort ' escandalic! al director del museo pidi!ndole que me ense$ara el %ardín botánico en lugar del museo. +o cierto es que el %ardín era adorable. Pero desde la experiencia con la mescalina los animales 'a no me inspiran ning&n sentimiento de fraternidad. l espectáculo de mi mente traba%ando me hi"o de alg&n modo más consciente de mi propia mente. Ga no siento empatía con un perro, porque !l no tiene mente. s tristeF Hablamos de los medios que utili"a. 1unque traba%a con #leo ' acuarela, pre8ere la tinta china. on típicas de Michaux las grandes ho%as blancas de papel de dibu%o tachonadas por completo de peque$os nudos negros mu' marcados, o con 8guras vagamente humanas desperdigadas que evocaban alguna batalla o peregrinaci#n desesperan"ada. 5Don la tinta china puedo hacer peque$as formas mu' intensas7, decía. 5Pero tengo otros planes para la tinta. ntre otras cosas, he estado pintando cuadros con tinta china sobre lien"o. Me entusiasma, porque con una misma pincelada, en un mismo instante, puedo ser al mismo tiempo preciso ' difuso. +a tinta es directa no se corre ning&n riesgo. 6o tienes que luchar contra las prisas del #leo, con toda la parafernalia de la pintura.7n esos lien"os de los que habla Michaux suele pintar tres anchas fran%as verticales utili"ando poca tinta para producir un efecto desvaído. n ese medio difuso otan docenas de 8gurillas desesperadamente articuladas: aves, hombres, tallos, animadas por la misma energía intensa de los dibu%os, pero delineados de manera más deliberada. stos #leos
parecen cumplir, me%or que sus demás obras, sus intenciones pict#ricas tal como las formulaba recientemente en la revista Quadrum: n lugar de una imagen que exclu'e a las demás, me habría gustado dibu%ar los momentos que, uno %unto a otro, se suceden ' conforman una vida. xponer la frase interior, una frase que no tiene palabras, para que la gente vea una soga que se desenrolla sinuosamente ' que acompa$a íntimamente a todo lo que nos afecta, 'a sea desde el exterior o desde el interior. Juería dibu%ar la conciencia de la existencia ' el u%o del tiempo. Domo cuando te tomas el pulso. Publicado originalmente en la revista ArtNews, en marzo de 1!1" Craducci#n: Ricardo (arcía P!re"