2001 Pedro Ahumada Acevedo
LA EVALUACIÓN EN UNA CONCEPCIÓN DE APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO.
Ediciones Universitarias de Valparaíso. Universidad Católica de Valparaíso, Chile. pp. 01 – 30 CAPÍTULO1:
LA EVALUACIÓN: UN DIFÍCIL CAMINO ENTRE LA TEORÍA Y LA PRÁCTICA
“La evaluación debería ser considerada, como un proceso y no como un suceso y constituirse en un medio y nunca en un fin …” …”
Ahumada, comienza con esta llamativa cita, haciendo alusión a los procesos temporales en los cuales el alumno y el docente deben realizar un trabajo significativo para ambos, pues la evaluación como el autor señala, no es un suceso separado o de un momento, sino un proceso; ya que, no vale más una calificación que un proceso óptimo de enseñanza-aprendizaje, bien guiado y ejecutado; pues la calificación o evaluación en concreto corresponde a una consecuencia o un medio, pero nunca un fin; puesto que éste fin es la formación del sujeto. La presente síntesis del texto desarrollado por Pedro Ahumada (2001), se basará en el análisis y posterior desarrollo de las que a mi parecer, son las ideas fuerza del autor. En primer lugar, comenzaré citando la siguiente frase: “La evaluación, es el proceso de delinear, obtener, procesar y proveer
información válida, confiable y oportuna que nos permita juzgar el mérito o valía de programas, procedimientos y productos con el fin de tomar decisiones”.
En otras palabras, lo que el autor quiere transmitirnos, es que en cierta forma el “acto de evaluar” es una acción propia de la cotidianeidad del ser humano, ya que por lo general está presente, de una u otra forma, en la mayoría de sus actividades. Si bien es cierto, el concepto de evaluación ha ido evolucionando y sufriendo cambios a lo largo de la historia, ha logrado mantener intacta su razón de ser, que es “servir a la acción”. Obviamente, hay variaciones de acuerdo al área a la cual lo aplicamos; por ejemplo, en el ámbito educativo, la evaluación por lo general, está más ligada al a l concepto de calidad.
Haciendo una línea del tiempo, el concepto ha tenido diferentes énfasis, en un comienzo era utilizado como: juicio, variando al de medición, posteriormente a logro de objetivos, para finalmente servir como medio para toma de decisiones. Entonces, según lo planteado por el autor, podríamos decir que la evaluación es un proceso que “no se debe separar” de los conceptos de calidad y progreso. Es por esta razón que la evaluación, está presente en todas las instituciones, independiente de cuál sea su naturaleza: económica, social, religiosa, jurídica, cultural o educativa. Por otra parte, la evaluación es un proceso que se efectúa a medida que se va desarrollando el proceso enseñanza-aprendizaje, es decir, nunca podrá ser una acción que se produce sólo en un determinando momento. Además, como Ahumada plantea, debe ser concebida como un medio y no como un fin ; un medio para corregir errores, para reorientar acciones y para fortalecer experiencias de aprendizajes. Por tanto, el hecho de que un docente pretenda promover a un alumno de un curso a otro, sólo en base a una prueba, podrá ser cualquier cosa, pero no un proceso de evaluación. Entonces, intentado llegar a la tesis central del autor, la evaluación debiese estar centrada en los procesos más que en resultados , asumiendo la postura de que el alumno debe ser el responsable de sus propios aprendizajes, rechazando la concepción del mismo como un ser pasivo; y reconociendo la capacidad que tiene para generar aprendizajes significativos . En segundo lugar, otra frase que representa una idea central en la tesis del autor es la siguiente: “En la medida en que un sujeto aprende,
simultáneamente evalúa, porque discrimina, valora, critica, opina, razona, fundamenta, decide, enjuicia, opta… entre lo que considera que
tiene un valor en sí y aquello que carece de él. Esta actividad evaluadora, que se aprende, es parte del proceso educativo, que como tal es continuamente formativo”.
Es decir, la evaluación es un proceso inherente al aprendizaje, ya que no es posible “un aprendizaje sin evaluación y una evaluación sin aprendizaje”, no puede ser algo distinto o paralelo. “La evaluación no es, ni puede ser apéndice de la enseñanza. Es parte de la enseñanza y del aprendizaje”. Por este motivo, la evaluación debe privilegiar los aprendizajes logrados por el alumno y los procesos de “aprender a aprender”.
Si la evaluación no es fuente de aprendizaje, queda reducida a la aplicación elemental de técnicas, reduciendo u ocultando procesos complejos que se dan en la enseñanza y en el aprendizaje. La evaluación educativa es aprendizaje y todo aprendizaje que no conlleve autoevaluación de la Una tercera frase, corresponde a la que citaré a continuación:
“
actividad misma del aprender, no forma”.
De acuerdo a lo anterior, la evaluación también resulta determinante en la definición de los nuevos roles del docente. Entendiendo que el educador debiese ser un mediador entre el conocimiento y el proceso de aprendizaje del alumno; logrando traspasar a éste, la responsabilidad de su aprendizaje. Para cumplir este objetivo, el educador tiene que preparar el escenario del aprendizaje, donde la determinación de propósitos, la definición de
estrategias didácticas y la diversidad de procedimientos evaluativos tienen que estar presentes, todo ello se resumen en el siguiente esquema:
Entonces, siguiendo la lógica del esquema, el educador debiera guiarse por tres preguntas esenciales: “¿qué?, ¿cómo? y ¿cuándo?”, esto lo obliga a dominar la estructura interna de la disciplina que enseña, y a conocer los diversos procedimientos y estrategias que ayudan a sus alumnos a apropiarse de los conocimientos que él entrega. Otro aspecto importante, es que el docente debe estar abierto al análisis crítico, como base para mejorar su quehacer pedagógico. Siguiendo con el análisis, Ahumada señala algunas de las disonancias entre lo que se pretende con una concepción innovadora de la evaluación y lo que actualmente se mantiene en una concepción tradicional de este proceso. En la siguiente figura se presentará un cuadro comparativo entre ambas:
ENFOQUE ACTUAL PREDOMINANTE
UNA NUEVA PROPUESTA EVALUATIVA
Enseñanza y evaluación grupal y uniforme.
Evaluación personalizada y variada.
Predominio de la función administrativa.
Evaluación congruente con los aprendizajes.
Evaluación en términos de logros o resultados.
Énfasis en lo procesual y situacional.
Propósitos de carácter reproductivo.
Búsqueda de evidencias auténticas de aprendizaje.
Predominio de pruebas de lápiz y papel.
Evaluación participativa y colaborativa. Aceptación de técnicas e instrumentos evaluativos no ortodoxos.
Como vemos, se provoca un contraste entre la nueva propuesta de una evaluación auténtica y las tradicionales formas de evaluación; lo cual, claramente dificulta cualquier intento de implementar algún tipo de innovación educativa y/o cambio en el ámbito didáctico.
PRINCIPIOS DE UNA NUEVA PROPUESTA EVALUATIVA: 1. De la continuidad y permanencia de la evaluación:
Debe ser un proceso más que un suceso, por lo tanto, interesa obtener evidencias centradas en el proceso de aprender más que en los resultados o productos. 2. Del carácter retroalimentador del proceso evaluativo:
Lo que implicaría aceptar los errores, como una forma natural de aprender y que no necesariamente debiera conducir a su reconocimiento y sanción. Las carencias o deficiencias detectadas en el proceso evaluador deben conducir a un mejoramiento permanente del proceso de aprender, mediante actividades de refuerzo o profundización. 3. De los roles de la evaluación en el proceso de aprendizaje:
El proceso evaluativo enfatiza los roles diagnóstico y formativo, dándole menor importancia a lo sumativo. El reconocimiento de los roles está por encima de los modelos y obedece a un aporte de los estudiosos para visualizar el carácter continuo de la evaluación en el proceso enseñanza-aprendizaje.
4. De la propiedad consustancial del proceso evaluativo al aprendizaje:
La evaluación adquiere en esta nueva concepción didáctica un papel importante como elemento que permite mostrar al estudiante el nivel de logro de sus aprendizajes significativos. Aprendizaje y evaluación deben permanecer unidos para realizar una labor sinérgica favorable para la reconstrucción de contenidos aprendidos. 5. De utilización de nuevos procedimientos de evaluación:
Estimular la utilización de métodos evaluativos no ortodoxos que aporten a la información sobre el aprendizaje de los alumnos. Mayor gama de instrumentos evaluativos (mapas semánticos y conceptuales, gráficos de síntesis, organigramas, mandalas, ideogramas, etc.)
PROPUESTAS PARA DISMINUIR DISCREPANCIAS ENTRE EL DISCURSO Y LA PRAXIAS EVALUATIVA Ahumada nos plantea algunas propuestas, con la finalidad de generar de discusión, más que intentar dar fórmulas, respecto a las posibles formas de acortar el distanciamiento entre la teoría y la práctica evaluativa, entre ellas se destacan las siguientes: - La promoción de la reflexión crítica de los alumnos de pedagogía acerca de sus propias visiones educativas y sobre las formas en que la educación se realiza en diversos contextos con sus posibles consecuencias, debieran constituirse en importantes orientaciones para la formación de futuros profesores. - Los Organismos públicos, debiesen elaborar mayores innovaciones en estrategias evaluativas, entendidas como procesos deliberados y sistemáticos necesarios para producir cambios en las prácticas evaluativas vigentes. - Los especialistas en educación y evaluación, debiesen generar un puente entre la teoría y la práctica evaluativa. - Se deben realizar más proyectos de investigación en el área, que recojan las formas en que se modifican las prácticas docentes y de cómo es posible explicar que a partir de ideas y planteamientos previamente establecidos se pueden generar cambios actitudinales en los docentes.
Reflexión Personal: Finalmente y en relación a lo desarrollado, me surgen algunas interrogantes, propias de mi quehacer profesional como psicólogo educacional, como por ejemplo, pienso si el Ministerio de Educación, a través de las diferentes medidas adoptadas en los últimos años, reflejadas en los planes y programas desarrollados ¿Realmente estará pensando en la calidad de la educación?, ¿Efectivamente buscará que el alumno aprenda o simplemente que sea promovido de un curso a otro?. Por otra parte, pensando en la necesidad política de mostrar cifras llamativas en el ámbito educacional ¿Qué será lo que realmente se quiere privilegiar: la calidad o la cantidad? Desde mi perspectiva y considerando los aspectos centrales planteados por el autor, creo que la evaluación es un proceso de gran importancia para que el alumno(a) desde sus primeras etapas de escolarización, logre desarrollar a través de ella y su aplicación, las capacidades, habilidades y destrezas que posee. Permitiéndole así, enfrentar de mejor manera, las diferentes etapas de la vida y formación educacional posterior. Por otra parte, existe un ámbito importantísimo dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, que tiene relación con la realidad educativa en la cual el docente ejecuta proceso de evaluación, ya que éste, siempre debiera considerar el contexto social desde el cuál provienen sus alumnos, es decir, dónde están insertos a la hora de aprender, pues los conocimientos previos que ellos traen, generalmente provienen de allí y le son de real importancia para enfrentar el cómo educarse y en consecuencia, el cómo el docente debiera educar a sus alumnos. Finalmente entonces, la evaluación constituye un medio para que los alumnos lleguen a perfeccionar sus conocimientos mediante un docente, quien encamina los saberes de sus alumnos. De ésta manera, ellos forjarán su propio desarrollo y formación, en base a una un proceso de evaluación educacional diferente, pero a la vez aplicado en integridad.
Juan Pablo Aguilar Chacón