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Delincuencia juvenil
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La delincuencia esta ocasionada por factores que dificultan el cumplimiento de normas y metas valiosas socialmente para alcanzar los medios disponibles en la cultura. Cuando un individuo no encuentra una forma socialmente aceptada de acceder a los beneficios de la cultura en la que vive, a través del desarrollo de habilidades formadas en gran medida por la educación, busca llegar a ellos a través de la violencia. La delincuencia juvenil está definida en términos de arresto y de comportamientos como robar, asaltar y dañar a otras personas. Por otra parte encontraremos las características de los menores infractores, primeramente tenemos las características de personalidad y de comportamiento que revelan una inmadurez que es excesiva para su edad, lo cual le impide un desenvolvimiento racional en su vida, un vacío de sí mismo, que se representa por no asumir su propia historia personal e inseguridad en especial con respecto a las personas que no encajen en su tipo; la teoría psicoanalítica establece tres mecanismos psíquicos del acto delictuoso que son: la inconciencia de los motivos, el masoquismo observado en el hecho de que escogen situaciones que les pueden ocasionar perjuicios y el sentimiento de culpabilidad ya que se plantea que el delito es percibido como una liberación psíquica, porque el sentimiento de culpabilidad inconsciente se apoye en algo real y reciente. Dichos adolescentes manifiestan un patrón de conducta antisocial y un deterioro significativo en el funcionamiento cotidiano en su casa o en la escuela, además de una conducta que resulta incontrolable para familiares y amigos. Las características atribuidas estos jóvenes suelen relacionarse con destrezas físicas, agresividad y conductas inadecuadas; son percibidos por debajo de la norma en rasgos como habilidades intelectuales y control de su comportamiento, aunque también como buenos compañeros. Otro factor importante son las características y la dinámica familiar, las cuales desempeñan una función importante en la etiología de la delincuencia juvenil. Existe una serie de características acerca de familias de delincuentes, primeramente las familias no son completas, se caracterizan por dificultar la evolución afectiva del menor, siendo los obstáculos mayores el uso de drogas por parte de los padres, así como el abandono de los mismos. Son familias con dificultades en los procesos de identificación, las cuales obstaculizan que los hijos adolescente adopten un modelo de conducta en la vida adulta, así mismo los padres fracasan en brindarles a su hijos las bases educativas que los motiven a obtener logros escolares y por último, encontraremos que son familias con problemas económicos. Encontramos en todo adolescente juvenil, que siempre existe algún grado de disfuncionalidad en la familia, que dificulta su adecuado desarrollo intelectual y emocional. Por otra parte las características educativas e intelectuales indican que los menores que presentan problemas de delincuencia juvenil muestran dificultades académicas, las cuales se manifiestan por falta de habilidades intelectuales, fracaso escolar, abandono de la escuela y dificultades de conducta. En estos muchachos se observa que su escala de interés, actitudes y valores no son afines con lo que la escuela exige y ofrece. Las
normas de la escuela no se perciben como propias sino como parte de una autoridad externa no reconocida y la educación no se concibe dentro de su proyecto de vida, por lo que se nota ausencia de las habilidades sociales necesarias para el éxito académico, como escuchar, obedecer y seguir instrucciones, así como de autoafirmación, interacción y de comunicación eficaz. Por otro lado, encontramos los factores protectores que permiten analizar cuáles son los indicadores que aumentan la resistencia de un muchacho a presentar conductas criminales. Esta visión es fundamental en el hecho de que muchos jóvenes, a pesar de las experiencias ambientales, familiares y personales en extremo nocivas, no presentan conductas criminales y se desarrollan normalmente. El primer factor protector que cabe destacar es el ambiental, pues la presencia de redes de ayuda social desempeña un papel protector, ya que aminora la probabilidad de conducta delictiva. La red de apoyo más importante es la familia, y en ausencia de esta estructura, resulta necesario incorporar al joven distintas organizaciones de apoyo social. El que los padres poseas empleo y que la familia cuente con una situación económica aceptable constituye un importante factor de protección. Otros factores son las ayudas sociales que se les puedan brindar a los padres para atenuar el estrés de la crianza de los hijos. El factor protector familiar, parece proteger al joven cuando hay una buena relación con alguno de los padres, la comunicación enfocada, flexible y bien estructurada, la promoción de la independencia y el hecho de involucrar a los hijos en redes de apoyo. El estilo de paternidad democrática y centrada en el joven son factores que disminuyen la probabilidad de que estos padezcan problemas de adaptación social en la vida adulta. Este estilo de paternidad hace que los padres sean capaces de establecer reglas claras y firmes pero a la vez flexibles, que puedan discutirse de manera abierta y racional con los hijos, por lo cual la educación está centrada en el bienestar del joven y en la creación de oportunidad para desarrollo de sus habilidades. Por otra parte los factores personales son cinco, que diferencian a los niños resistente o de bajo riesgo: aptitudes, imprescindibles para la escuela, concepto de sí mismo y autoestima, comunicación con otros, habilidades de afrontamiento y el control. Por otra parte, los programas de prevención y tratamiento de la delincuencia juvenil son los referentes al sistema familiar, que implica el entrenamiento a padres, la creación de servicios de apoyo a la familia y la creación de servicios de terapia y consejo familiar.