INGRID
IMITACIÖN: Capacidad para aprender y reproducir las conductas (simples y complejas) realizadas por un modelo. En la imitación se involucran los procesos cognitivos, afectivos y conductuales. El niño imita todo lo que está a su alcance. En el juego el niño reproduce o representa las actividades de quienes lo rodean: padres, maestros, hermanos, amigos; le gusta representar papeles más que ser el mismo.
LOS NIÑOS TAMBIÉN APRENDEN POR IMITACIÓN. Una de las circunstancias antecedentes que más influyen en lo que los niños hacen, piensan o sienten son los ejemplos que observan en los demás niños, en sus padres, en sus maestros o los modelos simbólicos (cuentos, películas, historias contadas…) .Si queremos conocer, pues a nuestros niños, preguntémonos cuáles son los modelos a los que imitan. Como se comportan las personas que están a su alrededor si queremos ayudarles de manera efectiva, además de ser adecuados dispensadores de refuerzos positivos, tenemos que convertirnos en modelos adecuados para ell os, “predicando con el ejemplo”. Los niños aprenden a hacer, sentir y pensar más bien aquello que ven y oyen, que aquello que les decimos que hagan. Así suele ocurrir cuando les decimos a gritos que hablen en voz baja, cuando les decimos que no fumen mientras que sostenemos un cigarrillo en la mano, cuando les pedimos que nos escuchen y nosotros no les escuchamos, cuando les prohibimos que peguen a los demás mientras que les estamos dando una bofetada; cuando les decimos que sean optimistas y que se animen mientras que nosotros lo vemos todo muy negro, cuando les pedimos que no teman mientras nosotros temblamos de miedo…. El aprendizaje por imitación es más eficaz cuando el modelo recibe recompensas por la conducta que realiza, cuando el niño está muy atento al modelo, cuando reproduce mentalmente lo observado y lo revive después muy intensamente, y cuando el niño recibe reforzamiento por sus conductas imitativas. También será tanto más eficaz cuanto más cordiales y afectuosas son las relaciones entre el modelo y el niño. La enseñanza por modelos unida al reforzamiento positivo dado al niño por imitar lo que le mostramos, es una estrategia eficaz cuando queremos que un niño aprenda una conducta nueva .Si esa conducta es compleja tenemos que dividirla en conductas más simples o metas más cortas e ir reforzando el niño a medida que va consiguiendo imitar al modelo en aproximaciones sucesivas.
En qué momento podemos contar con aprendizajes imitativos de significación en el desarrollo? Parece que la capacidad de imitación de modelos, como señalara Wallon (1942), "no aparece antes de la segunda mitad del segundo año, su naturaleza es espontánea e inconsciente y responde al carácter egocéntrico del niño”. Quizá, en nuestra opinión y dada la temprana influencia audiovisual en la mente infantil, algunos meses antes. De los dos a los cinco años el niño imita, a veces sin darse cuenta, por simple confusión de la actividad del otro con la suya; de hecho, como señala Piaget (1946) al referirse a la génesis de la imitación y atendiendo a sus experiencias de observación, a los tres años copia sin cesar los juegos creyendo inventar.
MARYORICK Conducta imitativa del niño y la niña Los niños son grandes imitadores de los adultos, como se suele decir, más bien, suelen tomar de lo que hay, algo que les permita tener una representatividad en el mundo de los grandes. Sin dudas, eligen de acuerdo al impacto y la impresión que le ha causado tal o cual rasgo de conducta o carácter de algunos de los mayores tomados como referencia y lo reproducen, no por afán imitatorio sino como manera de acceder al mundo de los adultos, a ese mundo que por ser pequeños, se ven vedados de acceso. Si vemos todo este proceso desde afuera y superficialmente podemos creer que simplemente se trata de una imitación pero ahondando en él nos damos cuenta que se trata de algo más. Así pues, la queja de padres y madres de que el niño “ha imitado solo lo peor” de él o ella, no cabe realmente como posibilidad válida puesto que no ha imitado sino que se ha apoderado de algo que para él, resulta efectivo. Si consideramos esta explicación sencilla debemos entender que si se han apoderado de algún rasgo desfavorable de nuestra personalidad o conducta, no es porque desdeñen de nuestro ejemplo todo aquello pasible de ser visto como bueno, ni porque su conducta imitativa los lleve a imitar lo peor, sino porque, de alguna u otra manera, la sabia mirada del niño ha captado la prevalencia que tiene tal actitud o rasgo para nosotros mismos y la ha contrastado con la efectividad que tiene en el mundo de los adultos tal rasgo o conducta que han de apoderarse vía la imitación o mejor dicho, vía la reproducción. Así, no es que quieran imitarnos en nuestras rabietas o enojos, simplemente han visto y comprobado, una y otra vez, que tras este defecto de nuestro carácter ha tenido un efecto positivo en el sentido de que hemos logrado, por su intermedio, algún tipo de objetivo o ventaja.
Es decir, el niño pequeño siempre se comporta no vía imitativa a tontas y a locas sino siguiendo la máxima que profesa “al lugar donde fueres haz lo que vieres”; como el lugar al que desean acceder es el lugar de los adultos, puesto que el lugar de los adultos poseen privilegios y placeres que se le están vedados, hace como si, fuera uno de ellos, simplemente para poder entrar ahí. No es una simple imitación o conducta imitativa, se trata de toda una estrategia bien planificada y por cierto contrastada con la realidad. Por lo que, no podemos enojarnos o dejar de entender qué sucede en la psicología del niño tras esa supuesta conducta imitativa pero tampoco podemos dejar de entender qué es lo que nos enfada de ella: no es que los niños hagan tal o cual cosa, sino que, nos desenmascaren en nuestros recursos narcisistas para solapar las dificultades que entraña sostener una conducta infantil en la adultez Sentimientos encontrados En torno a los 3 años, el niño -o la niña- empieza a mostrar interés por su propio cuerpo y por los roles asociados a su sexo. Sus modelos para identificarse sexualmente son sus progenitores. Imita en todo a su padre si es un niño o a su madre si es una niña. Y como papá, quiere seducir a mamá para que le quiera como le quiere a él. Desea ganar todo su afecto, ocupar el lugar de papá en su corazón. También imita espontáneamente gestos y posturas de sus compañeros Este deseo de lograr el amor de su madre, desplazando a su padre lleva implícitos fuertes sentimientos encontrados que el pequeño debe superar con vuestra ayuda: • Amor y odio. Por un lado el niño quiere a su padre y le admira pero por otro lo ve como un rival. Fantasea con ganarle la partida. En la niña, sucede lo mismo pero la contradicción que vive es mayor porque su rival de ahora es su primer amor. Esta duplicidad de sentimientos repercute en el estado emocional del niño y de la niña.
Durante la llamada etapa pre operacional cuando surgirá la imitación diferida, que aparece como consecuencia de la maduración de las habilidades mentales que dan lugar a la representación simbólica y al juego simbólico, La esencia de este tipo de juegos de imitación se halla en la capacidad de simbolizar, es decir, en la creación de representaciones mentales, que serán de gran utilidad para enseñar al niño a desenvolverse en su vida futura. Por este motivo hemos denominado a este período de desarrollo infantil (4 a 6 años) “período de influencia emocional de valor simbólico”.