“La Conducta Del Creyente”
Dr. Alfonso Calderón E., Pastor
“LA CONDUCTA DEL CREYENTE” 1 Pedro 1:17-21
INTRODUCCIÓN: En estos versos, Pedro continúa su exhortación acerca de la responsabilidad que el cristiano tiene de vivir una vida de santidad. El principio que Pedro establece en estos versos se encuentra resumido en la exhortación, “conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación ” (v.17b).
El creyente es un peregrino en este mundo (como Abraham lo fue en la Tierra Prometida); su vida en este mundo debe ser caracterizada por “ temor ” – reverencia por Dios, y temor de ofenderlo con el pecado. En este pasaje, Pedro da a los creyentes una serie de motivaciones para animarles a vivir una vida de santidad. Podemos notar TRES de ellas:
I. EL JUICIO JUICIO DE DIOS (v.17) *El creyente sabe que es un hijo de Dios. *Teniendo a Dios como Padre, el creyente debe procurar vivir en santidad (v.14-16). *Sin embargo, el cristiano debe reconocer que aparte de ser su Padre, Dios es también su Juez. *Este hecho tiene ciertas implicancias, que son importantes para la vida diaria del creyente. A. Dios Juzgará Nuestras Obras (v.17b) Obras (v.17b) 1) El juicio de Dios será sobre la base de nuestras obras (ver obras (ver Apocalipsis 22:12; 2 Corintios 5:10). 2) Él conoce todo lo que hacemos, y nos juzgará según estas cosas 3) Recordemos que estas “obras” incluyen nuestras palabras, nuestros pensamientos, y nuestras actitudes. 4) La realidad del juicio de Dios nos debe motivar a desarrollar una conducta apropiada para un creyente. 5) Pablo usó este argumento, cuando predicó a los filósofos de Atenas (Hch 17:30-31). B. Dios Juzgará Sin Hacer Acepción de Personas (v.17a) 1) Dios no tiene hijos favoritos. 2) No será más suave con nosotros, por tener años en la vida cristiana, o por servir en la Iglesia, o por ser líderes, o por tener algún ministerio especial en la Iglesia. 3) Más bien, estas cosas harán que Dios nos juzgue con mayor firmeza (ver Amos 3:2). 4) Ejemplo: El juicio de Moisés, cuando golpeó la roca, en vez de hablarle a ella (ver Números 20:7-12). 5) Por este pecado, a Moisés no se le permitió entrar en la Tierra Prometida. 6) Sus años de servicio, guiando al pueblo de Dios, y soportando todas sus rebeldías, no lo salvaron del juicio de Dios. 1
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7) Dado a que Dios es justo en Su juicio, no podemos “sobornarlo” (con dinero, o con nuestras buenas obras, etc.; ver Deut 10:17). 8) Ni el hecho de ser judíos salvó al pueblo de Dios del juicio divino (Juan el Bautista habló de ello, en Lucas 3:8). 9) Aun el mismo apóstol Pedro tuvo que aprender que Dios no hace acepción de personas (ver Hechos 10:34; comparar Romanos 2:11). Reflexión: ¿Cómo estamos nosotros ante el juicio de Dios?
II. LA REDENCIÓN DEL PECADO (v.18-19) *Otro incentivo para que el creyente se conduzca en forma apropiada, como hijo de Dios, es meditar sobre todo lo que Dios ha hecho para redimirnos del pecado. *Pedro detalla esto en los versos 18-19, enfatizando la redención del pecado. *Notemos dos puntos principales: A. Dios nos ha Redimido de una “ vana manera de vivir ” (v.18a) 1) Antes de conocer a Cristo, la vida de estos creyentes era caracterizada por “vanidad”. 2) Su vida no tenía sentido; hacían cosas insensatas; etc. 3) Esta forma de vivir habían heredado de sus padres (gente pagana), siguiendo “la corriente de este mundo”, dominado por Satanás (Efe 2:1-3). 4) Ahora que eran creyentes, debían cambiar radicalmente su comportamiento, porque habían sido redimidos de todo esto. 5) De no cambiar su comportamiento, estarían negando el valor o la necesidad de la redención. B. Redimidos con un Muy Alto Precio (v.18b-19) 1) ¿Cuál fue el precio que Dios pagó para redimirlos de esa vana manera de vivir? 2) No fue con oro o plata, dice Pedro, sino con algo mucho más precioso la sangre (la vida) de Su propio Hijo, el Señor Jesucristo. 3) Habiendo sido comprados por un precio tan alto, ¿cómo podían seguir viviendo en el pecado? Su conducta debería reflejar el costo de su redención. 4) Reflexión: ¿Somos conscientes de lo que nuestra salvación costó? *¿Estamos dispuestos a sacrificarnos, para vivir una vida de santidad, y así agradar a Dios?
III. LA GLORIA DE CRISTO (v.20-21) *Una tercera motivación para cambiar nuestra conducta en este mundo es meditar sobre la gloria de Cristo. *En los versos 20-21, Pedro resalta ciertos aspectos de la gloria de Cristo. A. Cristo es el Cordero de Dios (v.20) 1) Pedro dice dos cosas tremendas acerca de Cristo, como el Cordero de Dios, que apuntan a la gloria de Su Persona: a) Fue el “Cordero” Destinado Desde la Eternidad (v.20a) 2
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1. Antes de la fundación del mundo, el Padre sabía que la raza humana iba a caer en pecado, y que sería necesario efectuar su salvación. 2. Desde esa “fecha”, Cristo fue destinado para ser el Cordero que quitaría el pecado del mundo. 3. Cristo es el Salvador eterno. Ver 2 Tim 1:9; Tito 1:2. b) Fue Revelado en los Postreros Tiempos 1. Dado a que Cristo fue destinado a morir por nosotros, desde antes de la fundación del mundo, Su venida a esta tierra marcó el inicio de los últimos tiempos (Heb 1:1-2; 9:26). 2. Su venida fue la manifestación del amor de Dios para la raza humana (Juan 3:16). 3. El creyente debe meditar mucho sobre la Persona de Cristo, para animarle en su lucha contra el pecado (ver Heb 12:2-4). *El segundo aspecto de la gloria de Cristo, que Pedro señala es: B. Cristo es la Base de Nuestra Salvación 1) El pecador es salvo por medio de su fe en Cristo; Cristo es nuestro Salvador. 2) Nuestra salvación depende de Él, exclusivamente. 3) Pedro no desarrolla todos los detalles de la salvación que tenemos en Cristo, solo resalta dos aspectos: a) Es por medio de Cristo que creemos en Dios (v.21a) 1. La Biblia afirma que debemos creer en Cristo, para ser salvo (Juan 3:16). 2. Sin embargo, aquí Pedro pone el énfasis sobre creer en Dios el Padre. 3. Lo hacemos, dice Pedro, por medio de lo que Cristo ha hecho por nosotros, al morir, resucitar, y ser glorificado. 4. Podemos comparar lo que Pedro dice, en Hch 3:16 (“y la fe que es por él …”). 5. También creemos en Dios por medio de las enseñanzas de Cristo; Su vida y testimonio (ver Juan 12:44; 14:6). b) Esta fe se basa sobre la resurrección de Cristo (v.21b) 1. La resurrección de Cristo es un elemento fundamental de la fe cristiana (1 Corintios 15:3-4, 14-23). ¿Por qué? 2. Es la resurrección de Cristo que manifestó que Él realmente es el Hijo de Dios (Romanos 1:4). 3. Es la resurrección de Cristo que ratifica nuestra justificación (Romanos 4:25). 4. Es la resurrección de Cristo que garantiza la nuestra (1 Corintios 15:20, 23). 5. Es la resurrección de Cristo que nos concede nueva vida espiritual (Efesios 2:5-6; 1 Pedro 1:3). 6. De este modo, la fe y la esperanza del creyente se basan sobre la Persona de Cristo (v.21b). 3
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CONCLUSIÓN: Pedro escribe a creyentes que vivían en una sociedad pagana, caracterizada por la inmoralidad. Habían experimentado la gracia de Dios en sus vidas, pero luchaban contra las tentaciones que abundaban a su alrededor. Pedro los anima a decir “no” a los deseos de la “carne”, y para ayudarles, les ofrece estas tres grandes motivaciones para una vida de santidad. Nuestra realidad no es tan diferente. Por lo tanto, si queremos vivir una vida de santidad, debemos meditar bien sobre estas tres cosas: el juicio de Dios, la redención del pecado, y la gloria de Cristo.
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