U.D. 4. L A B A JA EDA D MED IA EN L A P ENÍNSUL A IB ÉRICA (SIGLOS XIV-XV) XIV-XV)
ÍNDICE
1. Organización política e instituciones en Castilla Castilla y Aragón. 2. Crisis de la Baja Edad Media. Media. Causas y consecuencias. 3. Expansión de la la Corona aragonesa por el Mediterráneo. 4. Antecedentes al descubrimiento de América: las rutas de portugueses y castellanos por el Atlántico. Las islas Canarias.
0. Introducción. A mediados del siglo XIII se produce el fin de la expansión territorial en la Reconquista. Hasta 1492, año en que los Reyes Católicos conquisten Granada, vamos a ver cómo los antiguos reinos cristianos, de base guerrera (por motivos de la Reconquista), se van transformando, organizando una vida económica y social sobre bases nuevas. Desde mediados del siglo XIII hasta el último cuarto del siglo XV se produce en la Península la consolidación del territorio de cada Estado, ahora de mayoría cristiana. Se va a producir un fortalecimiento del poder y de las instituciones en torno a las monarquías de cada territorio, un aumento importante del poder de la nobleza y una cada vez mayor opresión del campesinado. Además, será la época en que los territorios peninsulares, salvo Navarra y el reino Nazarí, se abran al exterior a través del mar: aragoneses por el Mediterráneo y portugueses y castellanos por el Atlántico. Pero también va a ser un periodo de crisis (siglo XIV) dentro del contexto europeo: siglo de malas cosechas, epidemias, guerras... sumirán, no sólo a la Península sino a toda Europa, en una crisis.
1. Organización política e Instituciones en el reino de Castilla y la corona de Aragón. 1.1. La corona de Castilla.
a) Consolidación de la autoridad. Desde mediados del siglo XIII en Castilla se va produciendo un fortalecimiento del papel de la monarquía: la Corona irá ampliando su autoridad lo que le permitirá que a finales de la Edad Media (fines siglo XV) se convierta en uno de los estados más poderosos de Europa. Esta ampliación de su autoridad se basó en dos aspectos. Desarrollo de una teoría de origen divino del poder que se expresaba en la unción de los reyes por parte de la Iglesia en las ceremonias de coronación. Reintroducción del derecho romano a mediados del siglo XIII como base de las leyes: el derecho romano, entre otras cuestiones, defendía que toda autoridad debía concentrarse en manos de una persona, el soberano, único que tenía la capacidad de aprobar o derogar las leyes.
A los nobles no les agradó esta expansión de la autoridad real e intentaron rebelarse contra la monarquía. Pero con la llegada de la casa Trastámara al poder, y las prebendas y recompensas que ésta ofreció a los nobles potenciando sus derechos señoriales y su autoridad en sus señoríos, esta insatisfacción nobiliar se mitigó. No obstante, a lo largo del siglo XV continuaron las luchas nobiliarias. b) Organización del Estado castellano. Como hemos dicho en el punto anterior, Castilla se convirtió en una monarquía unitaria donde el rey aglutinaba todo el poder, no obstante en Castilla existieron otras instituciones interesantes de comentar.
El Consejo Real : órgano de consulta de los reyes formado en su mayoría por nobles y prelados
(eclesiásticos).
La Audiencia: creada a finales del siglo XIV (1371): tenía función de justicia. En 1442 se creó en
Valladolid la Chancillería, nombre que desde ahora recibirá la Audiencia.
Funcionarios reales: existía en torno al rey una serie de cargos y de oficiales al servicio del rey:
mayordomos (encargados de gestionar el patrimonio real), chanciller o canciller (asuntos burocráticos), condestable (funciones militares) o almirantes (armada). Prácticamente todos estaban formados por la nobleza.
la Hacienda: cada vez cobró más importancia, sobre todo con el crecimiento de los cargos y la
necesidad de recaudar impuestos. Entre estos impuestos podemos destacar la alcabala, sobre las compraventas, el servicio y montazgo, sobre el comercio de la lana.
Organización territorial: a pesar de su poca relevancia diremos que existieron divisiones
territoriales dentro de Castilla denominadas merindades.
Los concejos (municipios): los podríamos haber incluido dentro de la organización territorial, pero
merecen mención aparte. Los municipios castellanos sufrieron una paulatina pérdida de autonomía a la vez que la corona incrementaba su poder: los Trastámaras, por ejemplo, entregaron muchas ciudades al poder nobiliar; además, poco a poco, se extendió la figura del corregidor, oficial enviado por el rey a los municipios para controlar la actividad de los mismos.
Las Cortes castellanas: órgano que había surgido en 1188, estaba formado por procuradores de las
ciudades que se reunían para llevar sus peticiones y quejas locales a las Cortes, además de tratar temas políticos de relevancia estatal. Era un órgano de carácter consultivo que hasta el siglo XV había tenido mucha importancia, pero que a partir de entonces la perdió debido a lo comentado hasta ahora: aumento del poder nobiliar y real sobre las ciudades. Además el número de participantes de las ciudades fue disminuyendo y tanto nobleza y clero, al ver aumentado su poder, perdieron interés en asistir a las reuniones de las Cortes. No obstante, siempre siguieron reuniéndose, no sólo en período medieval sino también en épocas posteriores (como veremos en próximas UU.DD.). 1.2. La Corona de Aragón.
A diferencia de la unidad de la corona de Castilla, Aragón se caracterizaba por su carácter federado y descentralizado. Aragón no era un Estado único al estilo castellano sino una unión de reinos formados por: Aragón, Valencia, Mallorca (Baleares) y el principado de Cataluña. Tenían distintas instituciones y leyes, y los reyes debían someterse a las diferentes particularidades de cada uno de los territorios. De ahí se explica la debilidad política que los reyes aragoneses tuvieron, si lo comparamos con, por ejemplo, los castellanos. La corona de Aragón se caracterizó por lo que se conoce como PACTISMO, es decir, la necesidad de llegar a acuerdos constantes entre reyes y grupos privilegiados aragoneses (nobles y eclesiásticos). Los grupos privilegiados se aprovecharon de la debilidad real y así impusieron a los reyes aragoneses una serie de obligaciones:
Juramento del Privilegio General y de los Fueros sobre los respectivos reinos: suponían una serie de privilegios de los nobles y eclesiásticos sobre el resto de la población; entre ellos podemos destacar los malos usos (poder jurídico y de administración de justicia en sus señoríos) y una absoluta libertad y autoridad sobre los mismos.
Convocatoria frecuente de las Cortes aragonesas y habitual consulta a éstas por parte del rey.
Aceptar al Justicia Mayor en Aragón: este cargo asignado a un noble lo único que hacía era defender los privilegios de la nobleza frente al rey.
En Cataluña el verdadero gobierno lo ostentaba la Generalitat , nombre que desde mediados del siglo XIV recibirá la Diputació catalana, comisión del principado catalán en las Cortes aragonesas. Esta institución que en un principio iba en representación de los catalanes a las Cortes pasó a convertirse en verdadero poder sobre su territorio ahora con el nombre de Generalitat .
Las Cortes aragonesas era la reunión de los diversos territorios que formaban la Corona de Aragón. Estaban formados por nobles, clérigos y patriciado urbano, salvo en Aragón donde el tercer estado (patriciado urbano) no participaba y sólo lo hacía la nobleza dividida en ricos hombres e infanzones. En definitiva, vemos como las Cortes aragonesas eran una institución en manos de la nobleza, verdadero poder en la Corona de Aragón.
La organización territorial: ya hemos visto cómo la corona de Aragón era un Estado formado por diversos territorios confederados que actuaban con gran autonomía y donde el rey apenas actuaba. No obstante, en cada territorio el rey tenía un Lugarteniente, encargado de las funciones reales en cada territorio.
2. La crisis de la Baja Edad Media. El siglo XIV fue un siglo de crisis económica, social y, por tanto, demográfica. a) Crisis demográfica Desde el siglo XI Europa había experimentado un crecimiento demográfico. Esta tendencia se tuerce en el siglo XIV. Causas: Siglo de malas cosechas: lo que provocó un abandono progresivo de las tierras de cultivo y carestía de alimentos. Las malas cosechas sobrevenían por razones climáticas o por plagas. Cuando esto ocurría el hambre se generalizaba, además los precios subían lo que ahondaba aún más en el problema. Siglo de epidemias. La más mortífera fue la Peste Negra (1348-1351) que, procedente de Asia, penetró en la Península Ibérica por la costa mediterránea. Hubo otras posteriores. Todas influyeron en el descenso de la población. Siglo de guerras y conflictos bélicos en la Península Ibérica y Europa que mermarán también la población.
b) Conflictividad política. El siglo XIV fue un siglo de constantes conflictos y guerras generalmente desencadenadas por el afán de poder de nobles y reyes. En Europa destacó el enfrentamiento entre franceses y británicos en la conocida Guerra de los cien años, donde también participaron otros estados, entre ellos los peninsulares. Además en la Península Ibérica también hubo conflictos y enfrentamientos entre facciones nobiliarias y reyes, auténticas guerras civiles que se extendieron también hasta el siglo XV. c) Inestabilidad social. Esta inestabilidad económica y política provocaba también conflictividad social y así eran frecuentes que se produjesen revueltas antiseñoriales, contra el poder nobiliar, por parte de las clases populares campesinas. En la Península Ibérica destacan las Irmandiñas en Galicia, las revueltas de remenças en Cataluña, ambas durante el siglo XV y que estaban causadas por el descontento de los campesinos ante el aumento de las prestaciones exigidas por los señores; la Busca y la Biga, también en Cataluña, nombre que recibían la burguesía barcelonesa Busca (pequeños comerciantes y artesanos) Biga (oligarquía urbana) que se enfrentarán por el poder local; finalmente debemos recordar las persecuciones contra judíos, que se producían generalmente en periodos de crisis pues se les consideraba como responsables de dichas crisis en gran parte por su carácter prestamista ( pogrom 1391). A partir del siglo XV la población se fue recuperando lentamente, aunque este siglo no estuvo exento tampoco de conflictos ni de crisis económicas, pero menores y en zonas más concretas (Cataluña).
3. La acción exterior de los reinos peninsulares. Los antecedentes al descubrimiento de América. 3.1. La expansión aragonesa por el Mediterráneo.
Durante la Baja Edad Media Aragón creó en el Mediterráneo un imperio territorial y económico que competía con Francia y las ciudades-estado italianas (Génova y Venecia). La expansión contó con el apoyo de la monarquía, la nobleza y la burguesía: a) La monarquía estaba interesada en aumentar sus dominios. b) La nobleza era favorable a empresas guerreras, ya que como la monarquía, había estado acostumbrada a este modus vivendi desde la Reconquista; además de las expansiones obtenía tierras, títulos, botines, cargos, prestigio... c) La burguesía también se veía beneficiada con la expansión ya que al controlar nuevos territorios se controlaban nuevos mercados; no olvidemos que la burguesía estaba formada por artesanos y comerciantes.
Las conquistas exigieron un importante esfuerzo militar por parte de la monarquía aragonesa que tuvo que pedir el apoyo de los estamentos más poderosos (nobleza y clero) que aprovecharon para conseguir contrapartidas y limitaron el poder real (ver punto 1.2 de la U.D.). La expansión se inició en 1282 cuando Pedro III conquistó Sicilia. Desde entonces se continuaron las expediciones por el Mediterráneo. En 1442 Alfonso V conquistó Nápoles. Esta expansión por el Mediterráneo provocó enfrentamientos y tensiones con gran reino europeo (Francia) por el control de este mar.
3.2. Las expediciones portuguesas y castellanas por el Atlántico.
El comercio internacional en esta época estaba basado en las relaciones entre Oriente (Indias) y Occidente (Europa). En medio de las Indias y Europa se encontraba la civilización musulmana donde desde el siglo XV había ido adquiriendo cada vez más importancia el Imperio turco, el cual amenazaba las relaciones comerciales entre occidente y oriente. Por este motivo, Castilla y Portugal, sobre todo, que eran las principales potencias marítimas del momento, se lanzaron a la búsqueda de rutas alternativas que evitaran a los turcos. Para ello circunnavegaron África por el Atlántico. a) Portugal. Fue el primer territorio cristiano peninsular en terminar la Reconquista (1248-Faro). Esto le permitió desde muy temprano organizar su territorio e instituciones, al estilo castellano (ver punto 1.1 b) de la U.D.). Portugal contaba también con el inconveniente de ser un reino aislado cuya única posibilidad de salida era el mar. De ahí que comenzasen sus expediciones africanas, las cuales contaron con el apoyo de los reyes (Enrique el Navegante creó la Escuela de Navegación de Sagres). Los descubrimientos y conquistas se sucedieron a lo largo del siglo XV:
La primera conquista fue Ceuta (1405) a la que siguieron Madeira y Azores y la costa africana hasta el cabo Bojador, en el Sahara occidental. En 1460 los portugueses llegaron al golfo de Guinea, donde se concentró el comercio de oro y esclavos. En 1488 llegaron al cabo de Buena Esperanza y en 1497 Vasco de Gama llegará a las Indias, completando así la ruta comercial de las Indias por el Atlántico africano.
b) Castilla: El archipiélago canario se encuentra a mil kilómetros de Europa, enfrente del continente africano. Antes de la llegada de los castellanos los pueblos indígenas de las Canarias se encontraban en una fase neolítica que cultivaban cereal y se dedicaban al pastoreo. Los europeos y árabes conocían de la existencia del archipiélago pero serán los castellanos los que en el siglo XV la colonicen. Para ello se apoyarán en mercenarios normandos dirigidos por Jean de Bethancourt , que serán los que conquisten, en nombre del rey castellano, las islas. Al principio estas islas no tendrán ningún atractivo para los castellanos que además van a encontrar mucha oposición de los indígenas canarios ( guanches) pero conforme vaya avanzando el siglo XV y la ruta atlántica vaya tomando más importancia los reyes castellanos se preocuparán cada vez más por estas islas que terminarán de dominar a finales del siglo. Las islas se convertirán en un enclave importante tanto de comunicación como comercial.