Práctica 5: Averroes y su exposición de la República de de Platón
1
El texto está dividido en 3 tratados, éstos divididos en apartados. En ellos, el humanista República de Platón y, además, a falta de los cordobés expone los contenidos de La República escritos de Aristóteles sobre la Política (textos Política (textos que Averroes no tuvo oportunidad de leer), los complementa con las ideas sobre política que contiene la Ética a Nicómaco de Nicómaco de Aristóteles. Pero además aporta su propio pensamiento haciendo contemporáneos a sí mismo los textos griegos a lo largo de esta obra, llevando las cuestiones planteadas a su presente, el de la al-Ándalus del siglo XII. Como curiosidad, veremos durante toda la obra que realiza metáforas relacionadas con la medicina, máxima representante del saber teorético, es decir, las ciencias naturales (el propio Averroes era médico). Tratado Primero
Consta de una introducción en la que Averroes delimita el objeto de su obra y prepara el terreno para la explicación de la sociedad ideal y los diferentes estratos o clases sociales de los que se compone la misma. Aquí se designa a la ciencia de Platón como sabiduría práctica, cuyo fin es la acción. El filósofo hispanomusulmán hispanomusulmán divide los temas de los que se ocupa la ciencia platónica en dos partes: una que trata las costumbres y hábitos en la comunidad y sus relaciones de modo general y otra de modo más específico. Entrando en materia, resume las ideas sobre política que contienen estas obras griegas. Nombra los 4 géneros de perfección del ser humano (virtudes), que deben ser desarrolladas para que la esencia del ser humano se realice, pero considera improbable si no imposible conseguirlo sin la ayuda de otros individuos por la naturaleza política del ser humano. Así llegamos a la conclusión de que para que el ser humano sea feliz, es decir, lleve una vida excelente, ha de vivir en comunidad. Luego relaciona el conocimiento que poseen las partes particulares de la sociedad con el conocimiento de la propia sociedad. Cuando la filosofía o ciencia teórica rige la comunidad, éste será el mejor modo de que sus partes se desarrollen, luego los filósofos han de tener el poder: el intelecto ordena lo que mejor conviene a cada parte del alma. Sigue Averroes exponiendo cómo se llega al conocimiento de las virtudes, la forma mediante la cual se llega al desarrollo de las virtudes en los ciudadanos y los tres tipos de ciudadano que surgen de cada desarrollo: los gobernantes, que dirigen la comunidad gracias al saber teórico, los guardianes, que la salvaguardan y participan en la guerra, y los ciudadanos que producen bienes materiales. Seguido a una serie de advertencias de Platón sobre lo que no se debe enseñar a los más jóvenes como rechazar las representaciones representaciones de lo irreal y las supersticiones o mitos ficticios, así como la desmesura, desmesura, aparece una una aplicación de esto por parte parte de Averroes a su contexto histórico criticando a los Mutakallimun y a los poetas árabes. Él piensa que mientras los Mutakallimun creen que el bien y el mal son causados por Dios, realmente nada malo surge de él. Por otra parte, de los poetas árabes dirá que se dedican a contar relatos irreales mediante la narración y los criticará por ello.
1
Abū l-Walīd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd (Averroes) – Exposición de la “República” de Platón. Platón.
1
La necesidad del derecho y de la medicina en la sociedad ideal muestran que no es perfecta de por sí. El médico ha de estar presente para corregir las condiciones externas del ser humano que son perjudiciales, como el juez corrige a los de espíritu perverso. Hasta este punto se habían explicado las condiciones que debe tener un buen guardián. Para continuar, se explican las que debe cumplir el buen gobernante. Las virtudes éticas y dianoéticas son condiciones necesarias que tiene que poseer. En el siguiente apartado Platón propone un mito para justificar las diferencias entre clases sociales y evitar en la medida de lo posible los cambios de un estrato a otro, exhortando a la corrección de aquellos que lo intenten. El por qué de este interés se debe según Averroes a lo que decía el Profeta: cuando un guardián o un artesano llegue a gobernar, la comunidad quedará arruinada, pues alguien de menor rango no puede guiar a los virtuosos. Sigue la revisión de la obra platónica con un análisis de las condiciones económicas que se deben dar en la sociedad ideal e incluye aquí a los artesanos, que son la fuerza de producción material. A posteriori habla sobre el número de guardianes y artesanos que es mejor para la sociedad que imaginaba Platón; aclara Averroes aquí que no es un número exacto y que este puede variar, pues así como Platón lo aplicaba a su contexto nosotros debemos aplicarlos a nuestro propio contexto social y demográfico. Tras esto entramos en el ámbito de la legalidad. Alude a la necesidad de reglas universales para que el ciudadano llegue a las normas particulares correctas. Averroes opina respecto a las leyes religiosas que han de ser permisivas con los cultos de cada cultura, ya que si Dios permite que existan debemos aceptarlos. Se detiene ahora Averroes a repasar las virtudes que deben desarrollar especialmente un tipo de ciudadano concreto: prudencia, justicia, fortaleza, y templanza. Así una comunidad ideal ha de ser prudente, justa, valerosa y moderada. La prudencia es propia de los gobernantes (o sea, lo filósofos, pues es una cualidad del sabio y el alma racional), necesaria para comprender y elegir las leyes más aconsejables para la comunidad. La justicia es otra de las virtudes que tienen que desarrollar los que gobiernan, la cual consiste en intentar que cada ciudadano haga lo que le corresponde según su naturaleza y no cambie de categoría a su voluntad. Averroes critica los daños causados por los militares convertidos en gobernantes en la historia de al-Ándalus. Los guardianes han de poseer fortaleza para evitar la cobardía y que se dejen llevar por las pasiones, y esto lo consiguen atendiendo a las necesidades de la parte irascible del alma. La última de las virtudes por otra parte ha de ser cultivada por la sociedad en su totalidad, que es la templanza. Se trata de la templanza, equilibrio entre la parte concupiscible (Platón la llamará ruin) y la racional del alma y por consiguiente en la consecución de unas apetencias concretas: la comida, la bebida o el sexo. Una vez quedan explicadas las diferentes virtudes y quienes deben desarrollarlas por completo en la sociedad ideal, Platón comenta que este modelo de comunidad ha de poseer un equilibrio entre las virtudes del mismo modo que se da en el alma del ser humano, reiterando que la comunidad virtuosa depende de que sus ciudadanos sean también virtuosos. También señala la importancia de la gimnasia y la música en el desarrollo de las partes del alma, lo que podríamos llamar educación.
2
Antes de finalizar este primer tratado merece la pena poner atención en lo que Averroes dice sobre el papel de la mujer en esta sociedad ideal y sus diferencias con el hombre en cuanto a las actividades que mejor hace cada uno. Plantea la cuestión de si existen mujeres con la capacidad de ser guardianes, filósofas, parafraseando a Platón. Pero lo más interesante como decíamos es la opinión de Averroes, que responde a esta pregunta clamando que se lastra el desarrollo de las mujeres al considerar que solo sirven para procrear, criar y educar a los hijos y por tanto el tenerlas esclavizadas empobrece a la sociedad, lo cual sucedía en la sociedad arabo-islámica y critica Averroes. Tratado Segundo
En este tratado se lleva a cabo un análisis en profundidad de cómo ha de ser el gobernante de la sociedad modelo. Decía Platón: ha de ser el sabio, aquel que ha alcanzado por un lado la virtud racional y por otro la moral, es decir, en primer lugar los saberes teóricos y prácticos y, en segundo lugar, las virtudes éticas y dianoéticas. El gobernante filósofo es equiparado por Averroes al legislador Profeta, es decir, a Muhammad, y añade también a los imames. Respecto a las cualidades que ha de tener un gobernante señala las siguientes: debe ser estudioso de las ciencias teóricas, tener buena memoria y no ser despistado, que sea filósofo en el sentido literal de amante de la sabiduría, que busque la verdad, carezca de ambición por lo sensual y el dinero, sea un hombre de pensamiento liberal o abierto de mente, valeroso, antisofístico y, en último lugar, que tenga el don de la expresión. Las cualidades corporales han de ser similares a las de los guardianes, que han de cultivar su cuerpo desde jóvenes realizando el ejercicio gimnástico. Pero, ¿no sería improbable que todas estas condiciones se diesen en una sola persona? Dice Averroes que si fuera necesario que existiese una sola persona así para el surgimiento de la sociedad ideal sería imposible que surgiese, pero sí es posible que surjan individuos diferentes con estas cualidades en cualquier sociedad mediante la observación de la ley natural que el filósofo equipara a la ley islámica y comenta que es lo que sucede en su tiempo. Así podría surgir un gobierno que consiste en varios hombres sabios gobernantes (Aristocracia) o uno solo asesorado por estos (Monarquía). Platón reconoce que existen y son mayoría las sociedades imperfectas, en las cuales no se aceptaría el consejo del filósofo, y por ello no se benefician de esto. Además, de todas las perfecciones existentes, la sabiduría es la que se da con más dificultad en ese tipo de sociedades, y en ellas además abundan los que Averroes cataloga de vagos y violentos que no pueden desarrollar tal perfección, es decir, los sofistas, que toman como bueno las cosas ruines (Averroes se referirá a los alfaquíes y ulemas en concreto). Como la mayoría de los ciudadanos de la comunidad imperfecta no posee ninguna virtud, el surgimiento del hombre sabio es tan inaudito que Averroes piensa en la voluntad divina como razón de la existencia del sabio, pues lo guía en su camino. A continuación comenta que el hombre como ser natural tiene un fin que es la causa de su ser, y este es uno solo. Así justificaría Platón que el filósofo, que es el que conoce cómo conseguir esa finalidad, gobernase y guiase al resto de ciudadanos hacia ese fin, pues es él el que lo conoce. Pero el fin del hombre no está determinado previamente y hay diversidad de opiniones: cubrir sus necesidades; o fines más altos como el placer, la 3
gloria, el placer intelectual o la voluntad de dominio. Averroes dice que en su contemporaneidad es la voluntad de Dios manifestada en la profecía y la Ley islámica. Respecto a esto último Averroes desarrolla su crítica a los Mutakallimun, mencionados en el tratado primero, que pensaban que los designios de Dios eran arbitrarios y a los que Averroes califica como sofistas que no comprenden la naturaleza del hombre. Habría que escapar de este determinismo para explicar el desarrollo de las perfecciones del hombre, pues éste se realiza de manera voluntaria y libre ya que no hay necesidad de que las cultive. En este punto se habla sobre el dualismo cuerpo-alma y las semejanzas y diferencias con otros organismos naturales como los animales y plantas. Sobre el alma racional dirá que se compone de razón práctica y razón teórica. Las perfecciones humanas son múltiples y cuatro en concreto: virtudes éticas, dianoéticas, cogitativas (perfecciones teóricas) y artes prácticas. es la que ayuda al hombre a conseguir su fin último: la felicidad. Posteriormente realiza un símil entre la relación del gobernante y el gobernado por una parte y la necesidad de que las ciencias prácticas estén fundadas en la teoría, así como el ser inteligible prima sobre el sensible. Averroes critica al vulgo, pues dice que cree que las artes prácticas pueden usarse para el razonamiento. Luego, escribe sobre la fundamentación de las virtudes y las artes prácticas, todas ellas fundadas en la teoría siguiendo la argumentación anterior. Surge aquí la pregunta sobre cuál es la perfección que nos lleva a tal fin último, pues somos proyecto de perfección, pura potencia, pero hay que partir de algo que somos en acto, eterno, para poder desarrollar nuestra potencialidad. Para Platón serían las formas separadas y para Aristóteles, el intelecto agente. Lo que sigue a esta explicación en el texto es una revisión del mito de la caverna y un resumen de la educación platónica que desde jóvenes han de recibir los ciudadanos, desde la matemática hasta la poético-musical. Al llegar al final de sus vidas deben ser honrados (refiriéndose a los gobernantes) por los ciudadanos, pues gracias a su influencia se produce el mejor desarrollo posible de la sociedad. Finalmente, Averroes llama a las sociedades perfectas aristócratas, las cuales se dieron en la Persia de la antigüedad. Acaba el segundo tratado haciendo un llamamiento a la necesidad de reconocer los modelos de sociedades imperfectos, pues más vale prevenir que curar. Tratado Tercero
Este tratado se compone en su totalidad de una explicación al porqué de la existencia de las comunidades imperfectas, por qué surgen y de qué manera cambian de unas a otras. Es importante la idea de los extremos, pues es a partir de los opuestos que se conocen los pasos intermedios. Así a través de lo opuesto a la comunidad virtuosa pretende platón explicar sus pasos intermedios. En este punto retomamos la idea de monarquía (único gobernante virtuoso) y aristocracia (grupo de gobernantes selectos que se ayudan entre sí, cada uno con unas cualidades concretas) como 2 formas de gobierno virtuoso. Según Averroes, hay 4
posibilidad de que el sucesor del rey tenga cualidades más bajas, pero que sea buen intérprete de la ley, haciéndola cumplir tal como haría el virtuoso. Ahora procederá Averroes a explicar los diferentes tipos de sociedad imperfecta, hacia qué instancia dirigen a sus ciudadanos para conseguir su felicidad y cómo se modifican de manera que unas se convierten en otras. En primer lugar encontramos la timocracia. Su diferencia con la comunidad virtuosa es que mientras que en ésta el honor es accidental, la timocracia guía a sus ciudadanos hacia la búsqueda del honor en sí. En esta sociedad el hombre nunca está subordinado a otro hombre, y la demostración de riqueza y poder será clave, por lo que no es extraño que desemboque en un segundo modelo de sociedad imperfecta: la plutocracia. La plutocracia se desarrolla cuando todo lo que se consideraba de valor en la sociedad timocrática se reduce a monedas, despreciando las necesidades fundamentales (llamados bienes naturales) en favor de los bienes convencionales (el dinero). Aquí el elegido gobernante será el que más riqueza sea capaz de acumular y proporcionar a la sociedad. A la sociedad demagógica, por su peculiaridad, dedica varios apartados. En ella el gobernante será aquel que sepa elegir las leyes que contenten a la mayoría y ningún ciudadano está subordinado a otro, sino a lo que le lleve su alma, por lo que existirán ciudadanos de todo tipo (hay una libertad absoluta). El resto de apartados los dedica a explicar el surgimiento accidental de esta sociedad y en su capacidad de convertirse en cualquier otro tipo de sociedad. Lo más común es que se convierta en sociedad tiránica. En la sociedad tiránica la ciudadanía seguirá ciegamente los objetivos que se proponga el tirano para contentarlo. Averroes reconoce la existencia de este tipo de sociedad imperfecta en su contexto histórico y dedica algunos apartados más a la descripción del tirano (al que considera el más esclavo de los hombres , pues como la espada de Damocles siempre sentirá el peligro sobre su cabeza que le impedirá disfrutar de los placeres que se procura), a la explicación del tránsito a la tiranía, que puede suceder desde otro modelo de sociedad que aún no hemos nombrado: la sociedad oligárquica, la cual es considerada como el punto medio entre la virtuosa y la tiránica, pues posee características de ambas: los guardianes tienen el poder y no desean bienes para sí, pero a su vez no son virtuosos por lo que no son aptos para gobernar. Por último encontramos la llamada sociedad hedonista, que conduce a los ciudadanos a la búsqueda de los placeres sensibles. Una idea muy importante respecto a los diferentes modelos de Estado es la explicación de la causa de que exista precisamente una pluralidad de ellos. Platón lo explica mediante la subordinación a las diferentes partes del alma: tiranía y timocracia (parte irascible), hedonismo y plutocracia virtuosa (parte concupiscible) y por supuesto la sociedad virtuosa (parte racional). En la sociedad demagógica se dan los 3 tipos de subordinación. La revisión de los modelos de gobierno imperfecto finaliza con la conclusión de que el mayor de los placeres del alma es el racional, pues es el único que es en acto, ya que carece de contrarios y, por tanto, eterno. Álvaro R.R.
5