Reseña reconstructiva LA PERSONA COMO FUENTE DE AUTENTICIDAD DE LAS ACCIONES MORALES
Ricardo Yepes Stork
“La palabra autenticidad tiene en el lenguaje ordinario un significado hueco”
En este mundo tan materialista muy pocas personas cumplen con el significado de la palabra autenticidad. La autenticidad significa personalización (darse un trato personal con los que nos relacionamos). Muy pocas personas son auténticas en cualquiera sea el aspecto en su vida que se mire desde su forma de vestir, su forma de comportarse, la forma de hacer su trabajo y le da una razón para no justificar sus acciones. A pesar de todo esto debe ser tomada en serio en cuanto tiene que ver con algo tan importante como la felicidad. “Lo auténtico es aquello que <>, lo que no encubre su verdadero ser
en una envoltura que lo disimula y falsea”. Alguien auténtico es esa persona que no cambia lo que es por impresionar a los demás o seguir una moda, el sigue sus instintos y su corazón para ser lo que en verdad es.
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Se podría decir que algo es auténtico cuando a pesar de todo sigue siendo lo que parece ser. La autenticidad es como la moral, así nos conocemos como seres humanos esa seria nuestra verdad. ¿Qué es lo verdadero en el ser humano? Su identidad, La identidad humana no está dada desde el principio, pues la persona puede llegar a ser lo que realmente es, o puede no llegar a serlo, ya que dicha identidad se da al transcurrir el desarrollo de la personalidad debido a varios factores como son los estudios, el ámbito familiar, el social, cultural en el que se desenvuelva a través de su crecimiento. Autenticidad e identidad, en el plano dinámico de la realización de la libertad no pueden darse por separadas. La autenticidad es una forma de expresión de la identidad en los diferentes momentos de la vida.
LA IDENTIDAD COMO RECONOCIMIENTO Es imprescindible para poseer una identidad propia la identificación de esta misma tanto por uno mismo como por los demás. Al reconocer quien soy puedo saber quién puedo llegar a ser. Al estar la autenticidad ligada con la identidad la persona humana no puede ser autentico sin reconocer su propia identidad. La falta de reconocimiento de las otras personas o el sentimiento de inferioridad llevan al desprecio hacia uno mismo son muestras de la falta de autenticidad.
1. J.Ferrater Mora, diccionario de la filosofía, Alianza, Madrid 1979, I, 253
Por estas razones se nos hace mucho más difícil actuar según lo que creemos por el miedo a que lo que creemos este mal o nuestra mente crea escenarios en los cuales somos demasiado crueles con nosotros mismos creando así una de las peores formas de opresión que se puede tener ya que de estos pensamientos es muy difícil librarse. La baja autoestima es una forma de inautenticidad ya que estos pensamientos son los que generalmente se asocian con este estado, el cual no nos permite ser como deberíamos, como tenemos derecho a ser y a expresarnos libremente sin ninguna atadura (mental o de cualquier otro tipo). La identidad propia hoy más que nunca está dada en el que los demás puedan reconocerme auténticamente y en el cual yo me siento realizado y feliz con lo que se refleja que soy. Lo inauténtico es siempre superficial, efímero y cambiante. Lo profundo, en cambio, tiene la <> en su carácter personal, duradero y estable. Esto quiere decir que lo inauténtico es como ya está dicho anteriormente es lo que no se está, seguro es algo cambiante por el hecho de no tener clara nuestra identidad propia, es el no estar conforme con el cómo nos ven las otras personas.
LA DIMENSION DINAMICA DE LA AUTENTICIDAD La autenticidad puede ser también interpretada como la parte coherente entre lo que somos y lo que pensamos. Por esto se podría decir que si deci mos algo y hacer una cosa totalmente distinta se considera como falta de coherencia o incoherencia
La realización de los proyectos vitales es el escenario de la autenticidad. Si estos responden al fondo de la vida, a las aspiraciones que uno verdaderamente tiene, entonces hay conexión entre lo que somos y lo que deseamos ser, y entre lo que proyectamos ser y lo que realmente llegamos a ser. Y muy ligado a ello está el éxito, el fracaso y la felicidad. Este párrafo habla de cómo al poder realizar estos proyectos o metas estamos siendo auténticos, estamos cumpliendo con lo que de verdad somos y lo que sentimos y esto trae consigo beneficios para nuestra vida y aún más importante nos brinda la felicidad que tanto se busca alcanzar. Todos llevamos dentro ese poder de ser nosotros mismos o no. <>2 Esto quiere decir que la autenticidad también se puede considerar
que está ligada a la relación con el origen biográfico. En este caso se tomaría como la coherencia o perseverancia que se tiene con respecto a los orígenes a lo largo de la vida en la cual se van realizando las tareas, pretensiones, metas y proyectos que se tienen a lo largo de esta. Es la coherencia que se tiene con lo que uno verdaderamente es. La quiebra de la fidelidad sucede cuando abandonamos lo que nos gustaría ser ante el peso de lo que realmente somos, que nos lleva en una dirección opuesta y a veces contradictoria. Muchas personas no terminan sus proyectos o metas por cualquier mínimo problema que ocurra y prefieren sustituirlos por otros antes de enfrentarse a estos. 2. J. Marías, la felicidad humana, Alianza, Madrid, 276.
Esto se considera también como un fracaso propio que baja la autoestima y por ende la autenticidad se ve afectada. Aquel que ha sido capaz de empezar lo que siempre ha anhelado está en todo su ideal, aunque nunca termine de alcanzarlo tiene un regocijo interno que es muy difícil dañar. Esta persona es auténtico esto le trae plenitud y madurez. Inmaduro es aquel que no coordina entre lo que es y lo que le gustaría ser y demasiado tarde descubre que esto ocurre cuando ya no hay nada que pueda hacer.
LA AUTENTICIDAD COMO IDEAL MORAL Las conclusiones a las que se han llegado nos conducen a la autenticidad planteada como un ideal moral, como algo que la persona debe tener y aprender desde pequeño, como unos valores aprendidos mediante la educación y la practica adecuada de estos Se puede hablar de la virtud de la autenticidad, puesto que la virtud es un hábito, una excelencia y una fuerza operativa. Y las tres condiciones están cumplidas por la autenticidad que impregna a la persona misma. La moral de la autenticidad es vitalista en cuanto afirma y se apoya en la vida, y trata de exaltarla de un modo más humano que la lleve a un futuro en el cual se pueda resolver el interrogante del que puedo llegar a ser como principio.
LA VOCACION COMO FUENTE DE AUTENTICIDAD Volvemos al término personalizar que en cuanto a las personas tiene un significado muy específico al decir que es descubrir a las personas y tratarlas como tales. Mirar a sus
Ojos llegar a su núcleo (algunas personas dicen que los ojos son la ventana del alma) y entablar una relación interpersonal con un buen fin ya que esta actividad es una de las más interesantes que se pueden hacer a pesar de que existan personas a las cuales les cueste más entablar este tipo de relaciones ya sea por timidez o porque consideran que “no son muy sociables” lo cual solo demuestra una falta de autenticidad que no les ayuda
en nada en el progreso de lograr la relación entre lo que son y lo que quieren llegar a ser lo que en verdad quieren ser. <>
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en el trato con
seres no humanos personalizar toma el significado de “ poner su sello personal” que sería como una forma más sofisticada de decir “poner su firma en ello”. Personalizar es dar de
lo propio, para humanizar las cosas, para poner en ellas un “toque personal”. El punto donde la autenticidad se convierte más intensamente en un ideal moral, o incluso en algo debido es en la vocación, una noción de origen cristiano que ha sido utilizada en la filosofía existencial y la teología de este siglo. La vocación es algo que se podría decir es como la meta global a la que se quiere llegar en la vida, la mayor de las aspiraciones que tiene una persona <> 4 todas estas afirmaciones tienen un punto en común con el ideal moderno de la autenticidad al ambas afirmar que todos los seres humanos tenemos una forma propia de querer vivir la vida a nuestro antojo o a nuestro criterio.
3. J. Marías, Mapa del mundo personal, cit, 95 4. id, 161
La vocación no se elige sino que se descubre y se acepta por una razón más poderosa que cualquier otra: porque es aquello para lo cual uno ha sido creado. La vocación al descubrirse y aceptarse también se descubre el para que de la vida que nos tocó vivir además desde el momento en el que uno descubre su vocación nunca deja de seguirla, se reorganiza la vida y este para que de la vida es desde ese momento el compañero de la persona. La vocación es el para que de la persona, la fuente de sentido de sus acciones y de su vida. Se diría también que es el punto en el que se determina cualquiera de las decisiones que tome la persona. Es falso que el hombre sea su propio destino. Esto solo se puede pensar una vez que
se cree que las oportunidades no se encuentran o que están ahí para nosotros, sino que uno mismo es el que las crea. Creer que uno mismo es el destino se puede considerar como una inmadurez, ya que al convencerse de esto se están poniendo en un punto egoísta en el que creen ser el centro del mundo al pensar que no hay nadie que pueda ofrecerles una mejor oportunidad, pero lo cierto es que las oportunidades están ahí, nosotros decidimos lo que queremos ser al tomar estas o no.
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