Universidad Tecnológica de Honduras
Asignatura:
Sociología
Catedrático:
Lic. Juana Alicia Cornejo
Alumno:
Christian Roberto Rodríguez 201610030069
Puerto Cortés, 15 de febrero del 2017
Introducción Existen instituciones que están a la expectativa de lo que sucede el sistema estatal, con relación al cumplimiento de las estipulaciones asigandas, una de ellas es la Federación de Organizaciones Para el Desarrollo de Honduras (FOPRIDEH) desde el año 2004 viene presentando el informe anual de los casos de corrupción. El presente es el Tercer Informe y comprende los 20 primeros meses del Gobierno del Presidente Manuel Zelaya Rosales (febrero 2006-septiembre 2007). El primer informe comprendió los casos que estaban en los Tribunales de Justicia y que correspondían tanto al Gobierno del Ex Presidente Callejas (1990-1994), el Ex Presidente Carlos Roberto Reina (1994-1998), y el caso de los bancos del sistema financiero nacional que entraron en procesos de quiebra y de liquidación forzosa desde el Gobierno del Ex Presidente Carlos Flores. El Segundo informe presentó de forma exhaustiva el estado de los casos, la etapa de los juicios, los casos sobreseídos y las acciones de la Fiscalía. La lentitud de los procesos en el sistema de justicia y la permanencia de las mismas estructuras judiciales y fiscales no arrojan avances significativos en los casos contenidos en el Segundo Informe.
Las raíces de la Corrupción La corrupción en Honduras la podemos observar desde la época Colonial, cuando los gobernadores, virreyes y otros representantes del monarca del reino Castellano,
se crían dueños y señores feudales de las tierras, que en sí, debían conquistar y/o despojar a los indígenas de la América; pero, estas tierras en vez de ser administradas por estos funcionarios, una vez favorecidos se declararon en posesión hereditaria por títulos y registros vinculados del rey. Años tras años se ha observado como la corrupción se vuelve más grande, como las personas pudientes de nuestro país son producto de la corrupción, no hay cobros hacia ellos de servicios públicos ni de impuestos que son cargados a la población de clase media o pobre, podemos observar todos los días en las noticias como todo lo que se hace gira entorno a lo que las personas más poderosas del país se les ocurra. Este pensamiento es muy fácil encontrarlo en la boca de muchos ciudadanos que son conscientes de lo que pasa y que viven día con día el desprecio por las clases sociales. En este continente todo fue mal desde el principio. Los cargos públicos se privatizaron e inclusive pasaron a ser patrimonio de las grandes familias y se los heredaban de una generación a otra; asimismo una severa regulación puso la economía privada bajo el control gubernamental con el beneplácito de la Casa de Contratación de Sevilla, dejando a los productores a merced de los compradores locales en cuanto a precios de mercado y sin protección legal contra éstos. Es como tratar de imaginarse un Estados Unidos sin bolsa de valores para comprar y vender empresas, pero con un mercado organizado para comprar y vender alcaldías, jefaturas de aduanas, ministerios de hacienda y otros cargos por el estilo, tendrá un cuadro de lo que fue la administración pública en la América Latina colonial.. Sin embargo, el que quisiera vender azúcar de caña tenía que hacerlo en el Caribe. Y si quería producir cacao, sólo podía hacerlo en Venezuela. Los hacendados de Chile podían cultivar trigo, pero no podían producir tabaco, para este último había suficientes plantaciones en lo de Honduras e Higueras. Semejante sistema deformaba los derechos de propiedad. Se creaban mercados para cargos públicos, pero se reprimían para las mercancías y manufacturas, se desarrollaban
instituciones que colocaban las decisiones económicas en las manos de los que compraban los cargos públicos. En la actualidad la corrupción es como una costumbre muy arraigada en las sociedades, al extremo de no poder hacer nada a nadie si no se percibe algo por el favor. Hubo un momento en la cual la Federación fue una prolongación del sistema colonial, meta de las castas superiores de la estratificación social; en Centroamérica no se peleó por la independencia pero si después de ella entre los que querían mantener el status quo y los que querían construir una nación capitalista. Habiendo perdido los segundos, Honduras transitó de la mano de caudillos personalistas incapaces de construir el Estado, se reactivaron en 1842 las antiguas leyes coloniales aboliendo la legislación morazánica, en otras palabas retrocedimos 21 años y en los años subsiguientes sobrevivimos a un fraude para la construcción del Ferrocarril Nacional y el poner al país como garantía hipotecaria para construirlo; al no hacerse los pagos correspondientes Francia quiso hacer efectiva la hipoteca vendiendo el territorio de Honduras a los Estados Unidos quienes basados en la Doctrina Monroe, denunciaron a los bancos franceses ante el mundo, el que condenó tal acción y evitó que Honduras fuera vendida. La posterior Reforma Liberal fue el primer intento de construir la nación, pero siempre fue manchada por los intereses personales, al grado que desde el Presidente hasta los consejeros cercanos se hicieron de capital al volverse accionistas de las principales empresas depredadoras del recurso minero nacional. Es increíble como encendemos el televisor y vemos que lo que impera son los actos de corrupción, robos, pagos de impuestos condonados, cobro de energía eléctrica resuelta, y que este fenómeno sea tan contagioso que no solo los empresario reconocidos de Honduras sean los que se supone ser corruptos, si no que en nuestros hogares, escuelas, iglesias, trabajos, etc. Se propague los actos de corrupción como algo común y de práctica continua. Son estas personas corruptas las responsables de la carencia de centros educativos modernos, falta de atención y medicamentos en los centros hospitalarios, personal capacitado y calificado para realizar las labores de gestión y atención en las instituciones públicas.
Conclusiones
Vivimos en un país corrupto que difícilmente dejará de serlo, y esto lo podemos confirmar en los informes que presentan organizaciones extranjeras que están pendientes de la situación de corrupción de nuestro país,
Muchas empresas de Honduras laboran en un sistema corrupto muy pronunciado, pero también muchas empresas dejaron de funcionar por la misma situación.
Si hay alguien en el poder que está cometiendo libremente y sin tapujos actos de corrupción, vendrá otro que lo sacará de su lugar y hará exactamente lo mismo.