POLÍTICA DISTRITAL DE SALUD MENTAL INTRODUCCION El propósito general de la política es integrar la salud mental como parte indivisible de la salud general, para promover el desarrollo de las potencialidades del individuo, comunidad y organización en búsqueda de su bienestar a partir de la construcción de buenas relaciones con el otro y con su ambiente. Para cumplir con este propósito se han definido las siguientes líneas de intervención: Promoción de la salud, Prevención de la enfermedad y Fortalecimiento de la red de servicios y rehabilitación basada en la comunidad. Las líneas de intervención se operativizan en diferentes actividades, mediante las siguientes estrategias: Concertación, participación ciudadana, educación, comunicación, sistemas de información y vigilancia epidemiológica e investigación. A su vez las líneas de intervención, aunque planteadas de forma separada, están cruzadas por los que serían los fundamentos de la política; esto quiere decir que las acciones que se realicen en cada una de las líneas están concebidas para: 1. La integración de la salud mental como parte integral e inseparable de la salud y del bienestar social. Todo el personal de la Secretaría Distrital de Salud en conjunto con las Empresas Sociales del Estado- Hospitales integrará el componente de salud mental en sus acciones de salud pública desde la promoción, prevención y atención. 2. La promoción de los recursos y habilidades de los individuos, grupos y comunidades para vivir y enfrentar la adversidad. La escuela, el barrio, el trabajo, la familia, la comunidad y las mismas instituciones de salud serán espacios donde se promoverán los recursos para enfrentar la adversidad y el desarrollo de habilidades para la vida, tanto en el ámbito de promoción, prevención y atención. 3. El trabajo coordinado con otros sectores institucionales, sociales y comunitarios para fortalecer un tejido social que promueva la salud mental. Las diferentes líneas identifican en sus acciones trabajo concertado y conjunto con otros sectores y comunidades para promover unas relaciones de apoyo social, participación y convivencia pacífica que transformen los contextos sociales, para promover la salud mental: Ej. redes buen trato, rehabilitación basada en la comunidad, redes escolares para modificar dificultades de comportamiento. La política está concebida para ser rectora de todos los eventos relacionados con la salud mental. Sin embargo, se han elegido cuatro eventos: suicidio, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, consumo de sustancias psicoactivas como prioritarios por su incidencia y prevalencia en el Distrito Capital. Esto no significa que las acciones en salud mental van a estar únicamente dirigidas a estos eventos, pero sí nos permitirá
focalizar y coordinar acciones propositivas con otros sectores e identificar productos específicos para abordar estas problemáticas.
JUSTIFICACIÓN +El componente de Salud Mental de la salud se ha convertido en un conocimiento restringido a la enfermedad mental, siendo los escenarios de su práctica los hospitales psiquiátricos (hospitales días, hospitalización de agudos, crónicos) y en algunos casos los hospitales generales (para abordar el componente psicosomático de las enfermedades); y siendo sus protagonistas los “equipos de profesionales de la salud mental: psiquiatras, psicólogos, trabajadoras sociales”. Sin querer negar los avances y los aportes a la salud mental del trabajo realizado, existen algunas consecuencias que nos llevan a reflexionar sobre la importancia de abordar la salud mental desde otras perspectivas: la ausencia del componente de salud mental en las acciones de salud en general, la impotencia del trabajo sectorial para dar respuesta a problemas de salud y sociales como (la violencia intrafamiliar, el maltrato infantil, el abuso de sustancias psicoactivas, la reinserción social del paciente con enfermedad mental etc. ) y el desconocimiento de los recursos que los individuos, grupos y comunidades tienen para enfrentar la adversidad, por dirigir nuestros esfuerzos hacia atender lo problemático. Es así, como surge la necesidad de diseñar una política de salud mental que pueda ser discutida e implementada como política no-solo para el sector, sino para todo el Distrito Capital y que aporte e integre otras perspectivas al trabajo en salud mental hasta ahora realizado.
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA SALUD MENTAL EN BOGOTA Los procesos políticos, sociales, culturales, científicos, técnicos, éticos e inclusive religiosos que se han dado en las diferentes épocas de la historia de la ciudad de Bogotá, han quedado plasmados en el desarrollo de la atención en salud mental de la capital, con la fuerza inexorable de los procesos históricos y culturales. Roselli describe que en la Nueva Granada Colonial, hay dos tipos de manejo para el enfermo mental: el del tribunal de la Inquisición y el de la enfermería del Hospital de San Juan de Dios. En 1793 fue editado en Santa Fe de Bogotá el primer libro sobre psiquiatría impreso en la Nueva Granada: ”De la Fuerza de la Fantasía Humana. Tratado”, con la autoría de Luis Antonio Muratori y traducido del italiano.
El 11 de julio de 1870 se funda el asilo de Bogotá, para “enajenados e indigentes”.
En 1883, se funda el Campito de San José, de las Hermanas de la Caridad.
Durante la década de los 60, llegan a Bogotá las ideas antipsiquiátricas, los avances de la psicofarmacología, el trabajo en equipo interdisciplinario y las alternativas de intervención comunitaria. En la década de los 70 y 80, llega el modelo de rehabilitación cubana, información sobre la reforma de la atención psiquiátrica en Italia, la política de psiquiatría del sector de Francia, los movimientos por el enfermo mental en los Estados Unidos de Norteamérica y la reforma en algunas regiones españolas. (Ministerio de Salud, 1992). En 1975 se realiza el estudio de morbilidad por enfermedades mentales, en los egresos hospitalarios, realizado por Braulio Mejía y Luis Carlos Taborda. En 1978 aparecen los Servicios de Salud Mental en el Instituto Colombiano de Seguros Sociales. En este mismo año se realiza el primer estudio epidemiológico de los trastornos mentales en Bogotá, realizado por González, M. y colaboradores. La Sección de Salud Mental de la Secretaría Distrital de Salud se creó por resolución 002 del 9 de marzo de 1979. Esta diseñó un modelo de atención comunitaria que incluía labores de promoción, educación y consulta externa, apoyado en los convenios docente - asistenciales con la Universidad Javeriana, Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y Escuela Colombiana de Medicina. En 1984 se inicia el funcionamiento de las Unidades de Salud Mental dentro de los hospitales de tercer nivel de la red adscrita. La ampliación de la atención intrahospitalaria y de urgencias se logró mediante la financiación del Fondo de Salud Mental y Asistencia al Anciano Desamparado, creado en 1987.
“En Marzo de 1992 en la ciudad de Panamá se reunió el grupo de consulta sobre la enseñanza de la psiquiatría en los programas de residencia, convocados por la OPS. La reunión tuvo como objetivo adecuar la formación del psiquiatra a las necesidades de la población, teniendo en cuenta los principios de la reestructuración: universalización de la atención, accesibilidad de los servicios, equidad de las prestaciones, desplazamiento de la atención a la comunidad e intervenciones psicosociales, entre otros. El grupo elaboró pautas sobre la enseñanza de la clínica psiquiátrica, de la psicofarmacología, de los psicoterapeutas, de la psicología, de los factores psicosociales, en las ciencias sociales y de la psiquiatría preventiva, entre otras materias. El informe fue distribuido en los centros de formación y departamento de salud mental”. [1] La estructura de la Red de Salud Mental se consolidó en 1989 y en 1991 se crearon los Departamentos de Salud Mental en los hospitales de segundo y tercer nivel y la Sección de Supervisión y Evaluación en Salud Mental en el nivel central (Secretaría Distrital de Salud, 1993). En 1993, se realiza el Primer Estudio Nacional de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas, por parte del Ministerio de Salud, con datos epidemiológicos generales para Bogotá, D.C. En 1996, con la implementación de la Ley 100 de 1993, de Seguridad social en salud, en el Distrito Capital, desaparece el Fondo de Salud Mental y Asistencia al Anciano Desamparado y la Sección de Salud Mental. Desde esta fecha, la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá D.C. viene trabajando en la elaboración de lineamientos que orienten las acciones relacionadas con salud mental, dando prioridad a la definición de los ámbitos específicos de estas, para efectos de promoción y prevención. En cuanto a la promoción, se buscó establecer, los componentes de salud mental específicos que debían incluirse dentro de los diferentes planes de beneficio. Con relación a la prevención se plantearon los siguientes campos de acción: violencia, psicopatología y consumo de sustancias psicoactivas. En términos de desarrollo de servicios, se especificó la necesidad de realizar un diagnóstico de la oferta; en aseguramiento, realizar una propuesta para ampliar las intervenciones y procedimientos de salud mental en los planes de beneficio del sistema y la atención de indigentes con problemas y trastornos mentales; con el talento humano, sensibilizar y capacitar al personal de salud. (Secretaría Distrital de Salud, 1999). El Plan de Atención Básica del Distrito Capital, organizado hasta 1998 por programas, integró elementos de promoción y prevención en comportamientos saludables y salud mental. Durante los años 1999 y 2000 se organizó el Plan de Atención Básica por ciclo vital, y para el año 2001 se reorganiza por líneas de intervención, como estrategia para dar respuesta a las principales necesidades y problemas de salud pública. Es así como se define una línea de intervención específica para salud mental. MARCO DE REFERENCIA CONCEPTUAL Incluye diferentes conceptos adoptados en la política, desde aspectos de carácter general y particular de interés para la salud pública.
Salud mental Partiendo de la definición de salud mental como: “la capacidad del individuo, el grupo y el ambiente para interactuar el uno con el otro de tal manera que promueva el bienestar subjetivo, el uso óptimo y el desarrollo de las habilidades mentales (cognoscitiva, afectiva y relacional) y el logro de metas individuales y colectivas congruentes con la justicia y el mantenimiento y preservación de condiciones fundamentales de equidad” (Health and Welfare Canadá, 1988), se infiere que son temas importantes para la promoción de la salud mental: sentirse bien (“bienestar subjetivo”), las capacidades mentales actualizantes (aquellas que permiten pasar de la potencia al acto) y la justicia social (equidad). Una buena salud mental es un elemento fundamental para disfrutar de calidad de vida y bien estar. Es un concepto positivo que incluye tanto la vivencia intrapersonal como la experiencia interpersonal, familiar y comunitaria. Es la capacidad de la persona y del grupo para interactuar efectivamente con su ambiente. En el individuo, la salud mental significa felicidad, aptitud, sensación de manejar su propia vida, sentimientos positivos de auto estima y capacidad de amar, trabajar y recrear. Una buena salud mental también permite a las personas manejar apropiadamente las dificultades que se presentan en la vida. Por lo tanto, es de gran importancia el esfuerzo que desarrollen tanto la sociedad como los servicios de salud mejorando la salud mental de sus asociados.
Salud pública La Dirección de Salud Pública de la SDS, define la Salud Pública como ”la forma en que el estado (población) y gobierno, interpretan y actúan sobre los individuos o la colectividad, con el objetivo de promover su salud, prevenir las enfermedades y apoyar su tratamiento y rehabilitación, haciendo uso de los conocimientos, saberes, actitudes, prácticas y tecnologías disponibles, con el compromiso de garantizar, más allá de la ausencia de enfermedad, mejores condiciones de salud físicas y psíquicas y a generar y fortalecer la responsabilidad de las personas y las comunidades en el autocuidado de la salud, con la meta final de mejorar su calidad de vida”. (Secretaría Distrital de Salud, 1999). Las políticas públicas saludables asumen que una amplia variedad de actividades humanas tienen impacto sobre la salud mental. Las decisiones legislativas en materia de salud, educación, bienestar social, comunicaciones, vivienda, empleo y urbanismo deben incluir en sus consideraciones los efectos previsibles de estas medidas en la salud mental de los ciudadanos. “Debe ponerse atención explícita de parte de los investigadores, gobernantes, fundaciones privadas y agencias internacionales a las consecuencias sobre la salud mental de las políticas sociales y económicas. Las políticas que estimulan el trabajo remunerativo, disminuyen la pobreza, protegen el medio ambiente, mejoran la calidad del tiempo libre y brindan educación básica para todos, atención primaria en salud, vivienda decente y nutrición adecuada, son esenciales. No son simplemente una concesión hecha a una visión abstracta de justicia social; tienen efectos reales sobre la salud de los individuos y las comunidades”. [2]
Determinantes de salud mental Por definición la salud mental incluye aspectos biológicos y sociales, las situaciones vitales a las que se ve abocado el individuo en el diario vivir, se convierten en factores determinantes de su estado de salud mental; estas se constituyen en una prueba de su capacidad de respuesta y adaptación. Los acontecimientos vitales, es decir aquellos momentos o situaciones externas, económicas, sociales, psicológicas o familiares, bruscos que producen desadaptación social o malestar psicológico; están relacionados con la enfermedad o el estado de salud mental. Dentro de estos acontecimientos vitales se encuentran sucesos normativos, evolutivos o habituales que ocurren en la mayor parte de las personas de un determinado género, cultura, etc.; algunos de estos son: el nacimiento de un niño, el comienzo de la escuela, la adolescencia, abandono del hogar, el matrimonio. Los sucesos no normativos o no habituales, se caracterizan por su imprevisibilidad y pueden hacerse presentes en cualquier momento de la vida. Suponen un grado mayor de inestabilidad y cambio, que los anteriores. Situaciones inesperadas o eventos que están fuera del control, tales como: desempleo, dificultades de acceso a los servicios de educación, reubicación laboral, accidentes, enfermedad crónica, abuso, pobreza, el deterioro del entorno urbano, asentamiento humanos, migraciones y violencia en sus diferentes tipos. Los acontecimientos vitales generan un gran estrés sobre los individuos, familias y comunidades, un detrimento de las relaciones interpersonales, intolerancia e incremento del potencial de desarrollar problemas de salud mental. Estos factores de vulnerabilidad deben ser considerados para poder diseñar intervenciones de salud mental en los diferentes ciclos vitales, grupos poblacionales y para grupos particulares con necesidades específicas. “La salud en general y la salud mental en particular son componentes constitutivos de la calidad de vida de los individuos y grupos, objetivables a través de la capacidad de unos y otros para ejercer su libertad, hacer respetar sus opciones y obtener satisfacción del vivir en sociedad” [3]
Promoción de la salud mental La investigación de una gran cantidad de fuentes bibliográficas muestra que la promoción de la salud mental es un concepto útil y que tiene un significativo potencial para contribuir a la salud mental de los individuos y las comunidades. Su propósito, explícito en el hombre, es fomentar una buena salud mental. La Carta de Ottawa define la Promoción de la Salud como el proceso de capacitar a los individuos y comunidades para que incrementen el control sobre los determinantes de la salud y por lo tanto mejorar ésta. Esta incluye actividades tan diversas como la ayuda mutua, la planeación urbana y las
políticas de desarrollo social equitativo (Health and Welfare Canadá, 1990). La Promoción de la Salud mental, también se refiere a intervenciones individuales tales como manejo del estrés, desarrollo de habilidades para la vida, y cambios actitudinales y comportamentales que conducen a una mejor salud mental. Los factores que facilitan estos propósitos involucran: Un entorno que fomente la justicia social, la existencia de apoyo social y la participación de las personas en las decisiones acerca de su propia salud y su propia vida. Teniendo en cuenta estos elementos, se propone un cuadro mas completo de lo que es la promoción de la salud mental. Esto implica explorar las diferentes formas que facilitan el logro de una buena salud mental, que incluye, entre otras: Fortalecer las oportunidades internas y externas, al mejorar el ambiente de la persona (familia, comunidad, ingreso económico, vivienda, etc.). También es conveniente considerar los puntos críticos del ciclo vital, situaciones en las que ciertas intervenciones o habilidades para enfrentar situaciones particulares tales como duelo, nacimiento de un niño, divorcio, enfermedad, vejez, etc. pueden ser de gran ayuda para mantener o fomentar una buena salud mental. Para desarrollar un modelo integral de la promoción de la salud mental, se debe considerar también, dónde y cómo poder intervenir para mejorar la salud mental, y además qué resultados se están esperando y qué indicadores se deben aplicar para medir los alcances. Prevención de la enfermedad mental Se define como el conjunto de acciones que pretenden identificar, controlar, reducir o eliminar determinantes biológicos, del ambiente, sociales y del comportamiento que conducen al establecimiento de una enfermedad mental, de manera que sus acciones se dirigen a la modificación de procesos ambientales, biológicos o sociales, tanto en el plano individual como en el colectivo, que se constituyen en potenciales causas de problemas mentales o trastornos mentales. La prevención y la promoción persiguen como meta la salud, pero la prevención lo hace situando su punto de vista en la enfermedad. El objetivo de la prevención es la ausencia de la enfermedad mientras que el de la promoción es maximizar el estado de salud. A pesar de la diferencia en sus enfoques, ambas consiguen distintos niveles de salud y lo que las une es que los programas de prevención son puerta de entrada hacia la promoción. Los esfuerzos de prevención en salud mental son dirigidos a la población en riesgo de desarrollar enfermedad y buscan eliminar aquellos factores que causan o contribuyen a la incidencia de trastorno mental.
Tratamiento y rehabilitación
Los trastornos mentales, afectan todas las edades, grupos sociales y culturales y pueden estar asociados con deficiencia, discapacidad crónica, y minusvalía, como resultado de los síntomas que interrumpen la capacidad de satisfacer las relaciones familiares y personales y el goce del trabajo y del tiempo libre. La rehabilitación se entiende como un proceso de ajuste o adaptación del paciente enfermo mental cónico al ambiente social y familiar. Un enfermo mental crónico puede definirse como "aquella persona que sufre un trastorno mental severo y persistente que interfiere en sus capacidades funcionales de la vida diaria, como el autocuidado, las relaciones interpersonales, el trabajo, el estudio que a menudo precisa de atención hospitalaria o de tratamientos psiquiátricos prolongados" Golman y Cols. 1981. Una gran parte estas personas pueden vivir con cierta independencia siempre que se les proporcione un adecuado tratamiento, servicios en la comunidad, apoyo social y oportunidades. Los servicios de salud mental buscan limitar la extensión en que los problemas de salud mental y los trastornos de salud mental severos afectan las habilidades cognoscitivas, afectivas y comportamentales de las personas. Estas situaciones no son barreras infranqueables para que las personas lleven una vida plena de sentido y de valor. Un principio fundamental, es que las personas con trastornos mentales tienen potencial para su crecimiento personal y social y el derecho a oportunidades que apoyen este. El sector de los servicios de salud mental necesita moverse cada vez mas en dirección de la promoción, mas allá de su responsabilidad de proveer servicios clínicos y curativos. Lo anterior exige reorientar los servicios y también requiere dar una gran atención a la investigación sobre cómo realizar cambios en la educación y el entrenamiento de los profesionales implicados. Esto debe llevar a una modificación en las actitudes y la organización de los servicios de salud, que den prioridad a las necesidades del individuo de una manera integral. Las personas con trastornos mentales y los familiares que los cuidan, son estigmatizadas por esta causa. Esto impide que las personas con problemas mentales busquen ayuda de manera rápida y oportuna y son empujados hacia el aislamiento en la comunidad, así como hacia la discriminación y problemas de acceso a los servicios. Por lo tanto la estigmatización es indeseable e injustificada y toda persona con trastornos mentales debe tener los mismos derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que cualquier otra persona. El objetivo de la rehabilitación es fomentar la adquisición y la utilización de aquellas destrezas, habilidades y competencias necesarias para el funcionamiento del enfermo mental en la comunidad (vivir, aprender relacionarse con otros, y trabajar en un medio social particular), permitiendo lograr el máximo nivel de autonomía e integración social en las mejores condiciones de normalización y calidad de vida que sea posible. Se debe acabar con la creencia que decir enfermo mental es sinónimo de violencia y peligro, de incompetencia, desadaptación, improductividad. Es importante reducir la estigmatización y discriminación para poder volver reales los derechos de las personas con problemas de salud mental y trastornos mentales y para cambiar el abordaje de la
atención, pasando cada vez más, de servicios institucionalizados a un modelo de atención comunitaria. La calidad y la efectividad de los servicios de salud mental se logran si estos servicios son responsables de sus usuarios y comunidades y si se fortalecen mecanismos de participación para la toma de decisiones sobre su desarrollo y acerca de la atención adecuada. Algunos grupos de la comunidad capitalina tienen necesidades especiales. En algunos casos estos grupos requerirán servicios específicos dentro de la red de servicios de salud mental. Es importante que los servicios sean planeados y ofrecidos de tal manera que sean sensibles a las necesidades y expectativas de los diferentes grupos ciudadanos. Salud mental comunitaria A pesar del sufrimiento y de los grandes costos personales, familiares y económicos resultantes de la enfermedad mental, la comunidad no siempre reconoce las necesidades de las personas con trastorno mental, o sus derechos de vivir de manera independiente. Aún en la actualidad, las personas mas severamente afectadas, son aisladas y tratadas en instituciones psiquiátricas y tienen pocas oportunidades de decir cómo y dónde quieren vivir sus vidas. Otras no reciben tratamiento o apoyo. A las personas en las clínicas psiquiátricas se les niega la oportunidad a participar en la vida comunitaria, como parte de su tratamiento y rehabilitación. Recientemente, las cosas han venido cambiando y aunque no se niega la posibilidad de que algunas personas con enfermedad mental severa requerirán hospitalización, el énfasis es ahora en el tratamiento y soporte de las personas con enfermedad mental en sus propias comunidades. Para que personas con enfermedad mental, reciban tratamiento basado en su integración a la comunidad y este sea efectivo, se necesita acceso a unos servicios con características especiales: · Servicios de salud mental que reconozcan los derechos y respeten la dignidad humana. ·
Integración con los servicios médicos generales.
·
Apoyo social y atención comunitaria y domiciliaria.
Se sabe que los ingresos económicos, el empleo y la capacitación tienen un impacto significativo sobre las posibilidades que tienen las personas con enfermedad mental o discapacidad psiquiátrica para vivir en la comunidad, libre de discriminación y estigma. La salud mental comunitaria abarca la utilización de todos los elementos que ofrece la salud mental y las organizaciones comunitarias para la aplicación de todos los principios de salud mental. Incluye todo el conjunto de instituciones de salud mental: Hospital Psiquiátrico, unidades de agudos en hospitales generales, Hospital de Día,
Hospital de noche, círculo terapéutico, taller protegido, clínica del egresado, centro de salud mental comunitario y las redes de apoyo comunitario. Hospital Psiquiátrico: Es un hospital de larga estancia para la rehabilitación de los enfermos mentales crónicos. Unidades de Salud Mental: Son unidades de hospitalización para enfermos en estado de crisis (intento suicida, psicosis reactiva, etc.) en una estadía breve, en la que se resuelve la crisis y se da paso al tratamiento ambulatorio. Hospital de Día: Es un servicio hospitalario que ofrece atención diurna. En el hospital día se ejecutan las mismas actividades que en el servicio hospitalario, con la diferencia del retorno del paciente a su hogar cada tarde, este tipo de atención representa un estadio intermedio entre el internamiento y una vida relativamente independiente en la comunidad, es dirigido a personas con enfermedad mental crónica y/o problemas de farmacodependencia, a través de psicoterapia de grupo, individual y de familia, apoyo farmacológico, terapia ocupacional, actividades recreativas y culturales. Se promueve además la creación de grupos de apoyo y grupos de padres. Realiza también actividades de consulta externa. Hospital de noche: El paciente va a su trabajo en el día y retorna al hospital en la tarde, participando de las actividades de seguimiento y mantenimiento durante su estancia. Se considera un paso transitorio entre el egreso de un programa de internamiento y la reinserción socio laboral, cuando carece de soporte familiar y social. Espera que las personas adquieran las habilidades y competencias necesarias para vivir con el máximo de autonomía de forma que mejore su adaptación personal, social y laboral. Centro de salud mental comunitario: Es un centro que irradia su acción a la comunidad y ejerce la prevención psiquiátrica en el primer nivel de atención. Realiza acciones de tratamiento y rehabilitación, pero a la vez interviene la casa, la escuela, en talleres y centros laborales y recreativos, para garantizar que las medidas de salud mental sirvan de prevención. Círculo terapéutico: Es una institución que organiza toda una serie de actividades recreativas, artísticas, sociales, cursos, seminarios, espectáculos y todo tipo de reuniones con fines sociales. El grupo de pacientes constituye una organización con su directiva que realiza actividades, pero de todos modos los terapeutas y el personal participan como adjuntos en sus deliberaciones y les sirven de apoyo pero no dirigen y carecen de voto en sus decisiones. Taller protegido: Es un taller que ha penetrado por decisión de su dirección en el programa de salud mental o así ha sido creado y su administración atiende las indicaciones del equipo terapéutico en cuanto el tipo y forma de trabajo que pueda realizar el paciente que ha sido dado de alta del centro hospitalario o del Hospital Día y no se encuentra aún en condiciones de emprender de manera plena una disciplina laboral normal, por lo que para su rehabilitación requiere ingresar en un trabajo organizado.
Grupos de apoyo: Van los egresados de otros programas, reciben en este tipo de programa el apoyo y la atención necesarios entre el hospital y la vida en sociedad. Resiliencia Se han realizado estudios acerca de las diversas maneras, en que los individuos se enfrentan a la adversidad psicosocial. A esta capacidad de respuesta se le ha llamado resiliencia; entendida esta, como la resistencia a los choques; la cualidad que acompaña a un individuo o a un grupo para funcionar bien a pesar de las dificultades de la vida en sus constantes fluctuaciones, y situaciones de crisis y dolor (Joubert & Raeburn, 1977) La genética del comportamiento, sugiere que en muchas circunstancias, las influencias ambientales no compartidas ejercen sobre las personas un efecto mayor que las compartidas. Características que inciden por igual en todos los miembros de la familia son menos importantes que diferencialmente, de modo que uno de ellos resulta más afectado. Cuando existe un factor psicosocial determinante, en toda una familia, la protección puede consistir en que algunos se distancien de lo que está sucediendo. Las adversidades y estrés, no se distribuyen proporcionalmente en toda la población. Algunos individuos reciben una proporción mayor de estos. Los resultados de las variaciones individuales a la exposición a ambientes de riesgo trae consigo diferentes formas de influir en lo que sucede. Las variaciones individuales en la susceptibilidad o vulnerabilidad a experiencias adversas, que surgen de experiencias sensibilizantes o endurecedoras, dependen en gran medida de las relaciones de estrés que se hayan tenido. Al parecer hay tres variables que influyen en el desarrollo de la resiliencia: · Las características de la personalidad, como la autonomía o la autoestima y una orientación social positiva. ·
La cohesión, el calor y la ausencia de desavenencias en la familia.
· Disponibilidad de sistemas externos de apoyo que alimenten y refuercen los intentos de adaptación de las personas. Dentro de los determinantes internos de salud mental se encuentra la disposición afectuosa, responsividad a la gente, ausencia de hábitos estresantes, sobretodo el enfrentamiento activo de los problemas, las experiencias de autoeficacia y autoconfianza, las relaciones emocionales estables, el autoconcepto positivo, capacidad de controlar impulsos, destrezas de comunicación adecuada, interés y aficiones especiales y el clima social que favorece el apoyo social. Cuando se habla de apoyo social existen diversas definiciones. En 1994, Cornes, lo define como la utilización directa o indirecta a la utilización formal o informal de personas, grupos u organizaciones para reducir en lo máximo los sentimientos de aislamiento, soledad e indefensión de los individuos. Se supone que así el individuo tiene mayores probabilidades de llegar a sentirse más competente y más autoeficaz
para afrontar mejor los diferentes acontecimientos vitales que se va a encontrar a lo largo de su ciclo vital. La OPS, en 1986, define que “otro aspecto del ambiente social que es importante para salvaguardar la salud es la existencia de un apoyo social satisfactorio y unos contactos sociales gratificantes. Es evidente que los grados de contacto, de integración o de apoyo a la sociedad, tienen incidencia en la mortalidad por suicidios y por accidentes cerebrovasculares, e incluso en algunos estudios en las tasas de mortalidad por todas las causas”. Cuando las herramientas que se tienen a disposición para enfrentar situaciones estresantes no son suficientes o no son utilizadas como un recurso de soporte de estas, el estado de salud mental del individuo se puede ver deteriorado, dando paso a la enfermedad mental. Otros determinantes del estado de salud mental, son los ambientales o externos. Algunos de ellos son: número de niños en la familia, atención prestada al niño durante el primer año de vida, relaciones positivas padres - niño durante la primera infancia, cuidadores cercanos a la madre, disponibilidad de cuidadores para apoyo emocional, estructura y reglas en el hogar, disponibilidad de consejo y apoyo necesitados, acceso a diferentes tipos de servicios.
Violencia La violencia es definida como “Todo acto físico, intelectual o moral que lesiona la dignidad, el cuerpo, la vida, los derechos y la existencia material y espiritual de las personas, con las respectivas consecuencias psicológicas, morales y sociales” [4] . “La violencia constituye hoy el mayor problema de salud pública en Colombia”. [5] La violencia se ha convertido en la manera de expresar los distintos estados emocionales (ira, frustración, miedo) y los problemas sociales, convirtiéndose en un método para la resolución de conflictos, como un intento de doblegar la voluntad del otro, de anularlo. " Los procesos de salud y los actos violentos vulneran todos los componentes de la salud: el cuerpo, el funcionamiento psíquico y la inserción social y ambiental de los sujetos inmersos en un ámbito de violencia, además de producir daños sobre la vida, la calidad de esta y la salud física - que es la más evidente - trae consigo consecuencias sobre la salud mental de los individuos y las comunidades. Las consecuencias van desde la más radical que es la pérdida de la vida, pasando por diversas formas de morbilidad física y psíquica, hasta la creación de una atmósfera de inseguridad, amenaza desconfianza y escepticismo, que ayuda a mantener y aún a reproducir los procesos de violencia" [6] Algunos de los daños psíquicos y psicosociales que genera la violencia se presentan en la tabla 1, en ella se incluyen los físicos, apuntando a los efectos de estos, sobre la salud mental de la víctima directa de la violencia.
"Los accidentes, los homicidios y los suicidios asociados también con importantes factores de riesgo psicosociales, se pueden tomar como indicadores directos de la problemática de salud mental a que está expuesta la población estudiada" [7] Revisiones exhaustivas del tema establecen que los determinantes varían según el tipo de evento violento y la comunidad donde ocurren, de modo que la violencia no es una condición inherente al ser humano y es factible de reducirse, pero requiere cambiar los enfoques tradicionales de carácter punitivo. Las conclusiones de los expertos señalan que la prevención debe tener primacía sobre la coerción y la rehabilitación por su potencial de lograr efectos a mediano y largo plazo; que se debe priorizar en las estrategias e intervenciones reforzadoras, complementarias y sostenibles dirigidas a las poblaciones en mayor riesgo y que las intervenciones deben enfocarse esencialmente hacia los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus familias para modelar actitudes y modificar comportamientos. La violencia y sus diversas manifestaciones, constituyen un problema multidimensional socialmente relevante y de elevada complejidad. En él confluyen factores sociales, políticos y culturales que dan cuenta de sus más variadas manifestaciones, lo cual amerita un trabajo intersectorial, interdisciplinario e integral. Desplazamiento La situación de “traslado forzoso” por situaciones de violencia, para proteger la vida, sin importar las condiciones en que se haga, produce efectos físicos y psicológicos drásticos en el desarrollo de la vida familiar y en cada uno de los miembros que la componen. “En la búsqueda de supervivencia física y material, las necesidades emocionales y los efectos psicosociales producidos por el desarraigo, el miedo y el temor, así como el duelo por las pérdidas pasan a ser secundarios, sin recibir la atención adecuada”. [8] “Como problema de salud pública, la magnitud del impacto de la violencia y el desplazamiento solo puede comprenderse si se consideran varias dimensiones: en primer lugar en el ámbito individual, las repercusiones sobre la salud mental, el proyecto de vida, la presencia de dolor, inseguridad y sufrimiento emocional; en el ámbito familiar la asunción de nuevos roles, la elaboración de duelos y el ajuste de los miembros a situaciones generadoras de conflictos; en el ámbito social y comunitario, las dimensiones del tejido social del nuevo entorno, de desarraigo, la ausencia de sentido de pertenencia, la pérdida de grupos de referencia, el desempleo, las condiciones infrahumanas de vivienda y la falta de oportunidad para la formación y capacitación que les permita la vinculación al medio económico productivo” [9] . La situación de violencia y desplazamiento genera tanto en los grupos que se trasladan como los que los reciben, situaciones psicosociales que se constituyen un problema de salud pública. Para el desarrollo de enfermedad mental existen grupos con mayor vulnerabilidad, las personas solas, las que están poco escolarizadas, las que no trabajan al exterior del
domicilio, los ancianos(as) aislados(as), los refugiados e inmigrantes que han perdido su soporte social de origen (Política de salud mental de Quebec, 1992). Violencia Intrafamiliar La familia es un espacio social de relaciones entre adulto y otras generaciones: adolescentes, niños, viejos que establecen vínculos naturales o jurídicos por la voluntad responsable de conformarla. [10] La violencia intrafamiliar es el resultado de las relaciones inequitativas e injustas entre los diferentes miembros del grupo familiar, expresión de las relaciones de dominación y subordinación basadas en la edad, sexo, posición de algunos de sus miembros y afecta el desarrollo humano especialmente de las mujeres, adolescentes, niños y niñas, viejos/as, y a aquellas que padecen alguna limitación física, social o mental [11] Tabla 1. EFECTOS FÍSICOS Y PSIQUICOS Y PSICOSOCIALES DE LA VIOLENCIA DAÑO FISICO Morbilidad crónica
Ø Ø Ø
Mutilación
DAÑO PSIQUICO Y PSICOSOCIAL En personas y En forma de Nivel Ambiental grupos amenaza, presión relacionados con de extorsión víctimas de homicidio Ø Duelo y trastornos Ø Exilio y Ø Inseguridad postraumático
migraciones
Ø
Depresión
Ø
Ø
Orfandad
Ø
Ø
Lesiones permanentes Ansiedad y fobias
Disminución de la calidad de
vida
Trastornos
psicosomáticos
Ø
Disminución de la capacidad Ø laboral y productiva
Ø
Viudez
Ø Efectos socio familiares
Ø
Efectos particulares sobre habitos culturales y sociales
Ø
Aumento factores de riesgo
de
Desconfianza
Ø
Disminución de intercambios sociales
Sentimientos rencor y venganza
de
Ø
la Ø
Ø
Ø Aumento de la Ø Aumento de temor de utilización defensiva de y parálisis armas
Impacto en organización familiar Problemas ingreso familiar
Ø
Síndrome paranoide Defensa y ataque
Ø
Disminución solidaridad social
Ø Aumento Originan formas de escepticismo autodefensa Ø
Ø
Síndrome acostumbramiento
del
de
Tomado de Violencia salud y universidad. Primer encuentro de egresados, Fundación Escuela colombiana de medicina. 1989 Maltrato Infantil
El maltrato infantil es toda conducta de un adulto que por acción u omisión interfiera negativamente en el sano desarrollo físico, síquico, social o sexual de niños y niñas. [12] Es un problema social, intencional, consciente. Una agresión física, verbal, moral psicológica que impide el desarrollo integral óptimo del infante. Es una forma de manifestar la violencia que se vive en la cotidianidad. El maltrato infantil está incluido dentro de la violencia intrafamiliar. Al interior de la familia el ciudadano corriente se encuentra en su más intimo espacio, en el que puede, manifestar las situaciones de frustración y violencia en él, ejercida en su relación con el resto de la sociedad. Es por eso que allí descarga toda su furia y es generalmente el menor la víctima de sus desahogos. Muy seguramente justificadas como una forma de educar, de modelar individuos útiles a la sociedad. Algunos de los tipos de maltrato son: Físico, Emocional, Abuso sexual, Abandono, Negligencia y Descuido, Abandono social. Como consecuencias emocionales y psicológicas del maltrato infantil se tienen entre otras: [13]
Inseguridad, se muestran tímidos, asustados e intimidados ante lo que les rodea;
Baja autoestima, que puede reflejarse toda la vida, depresiones leves o severas que pueden encaminar al suicidio;
Timidez extrema, son introvertidos con tendencia hacia el fracaso;
Pasan por conductas sociales que traducen en agresividad;
Dificultades en el proceso de aprendizaje;
Se frena totalmente la sensibilidad como estrategia de adaptación.
Lesiones físicas dadas por hematomas, moretones,
Heridas, lesiones superficiales de piel, tejidos blandos;
Fracturas y quemaduras que pueden ir de leves a graves;
Deformaciones, discapacidad, disminución de la funcionalidad de órganos;
Desnutrición;
Muerte.
Estrés y salud mental El término estrés fue introducido en el lenguaje por Hans Selye, y definido como una respuesta tanto física como mental a las adaptaciones y ajustes del ser humano a diversos acontecimientos vitales. Algunas de estas situaciones son: aspiraciones no
satisfechas, carga laboral excesiva, cambios en el entorno laboral, condiciones familiares, económicas, sociales y políticas entre otras. El estrés en otros términos es causado por exceso de demandas ambientales sobre la capacidad resolutiva o de respuesta del individuo. Los factores determinantes de estrés y sus consecuencias se han agrupado en cuatro esferas a saber: una social y cultural; una familiar; una laboral, y una esfera individual. De acuerdo con la experiencia de estrés que se tenga en alguna de estas esferas, así serán sus manifestaciones. El estrés puede manifestarse desde reacciones como fatiga, dolores de cabeza, irritabilidad, mal humor, gastritis, cefalea, insomnio y trastornos psicológicos. En general se definen tres fuentes básicas estresoras: el entorno, el organismo y el pensamiento. El entorno hace referencia a condiciones ambientales como ruido, aglomeraciones, afán. Las corporales, se refieren a enfermedad, accidentes, amenazas exteriores que producen una respuesta fisiológica de enfrentamiento o huida; se aumenta la frecuencia cardiaca y respiratoria, tensión muscular, dilatación pupilar. Cuando esta fase de descarga fisiológica producida por situaciones calificadas como amenazantes, que requieren un periodo de adaptación, no se liberan, se puede transformar en una reacción prolongada e intensa, que produce estrés crónico que desencadena problemas tanto físicos como mentales que se pueden manifestar en desgaste físico, crisis de llanto, y potencialmente depresión. En lo laboral, algunos condicionantes estresores identificados son: factores inherentes al puesto de trabajo, función en la organización, desarrollo de la carrera profesional, relaciones laborales, estructura y atmósfera institucionales. Dentro de estos condicionantes se pueden mencionar: sobrecarga laboral, rapidez y premura en entrega de productos o tareas, necesidad de toma de decisiones, fatiga o esfuerzo físico importante, excesivo número de horas laborales, cambios en el trabajo, falta de participación en la toma de decisiones, cambios tecnológicos que exigen conocimiento y adaptación. La sobrecarga de trabajo se puede asociar con una serie de síntomas de estrés como consumo de alcohol y cigarrillo, ausentismo laboral, baja motivación en el trabajo, baja autoestima, aumento de nivel del colesterol, mortalidad por enfermedad coronaria. Consumo de sustancias psicoactivas El reconocimiento de la conducta adictiva en el ser humano data de la antigüedad, describiéndose para cada una de las sustancias psicoactivas un trastorno específico (por ejemplo: alcoholismo, tabaquismo, etcétera). La investigación científica sobre el tema se inició a partir de los años 30, y los conceptos actuales de clasificación se basan en dos aportes fundamentales: 1. - Jellineck (1960) considera el alcoholismo como una enfermedad médica, de carácter progresivo, que inevitablemente lleva a una pérdida total del control de la sustancia, llegando a un desenlace fatal. 2. - Edwards y Gross (1976) incorporan el concepto de síndrome de dependencia.
La décima revisión del la clasificación Internacional de Enfermedades, 1994, reúne todas las formas de adicción bajo un sólo concepto: "Trastornos mentales y del comportamiento, debidos al uso de sustancias psicoactivas" Estas sustancias se distinguen entre sí por efectos psicoactivos específicos y por su capacidad para producir trastornos. Estas sustancias son: alcohol, opiáceos, cannabinoides, sedantes o hipnóticos, cocaína, estimulantes incluida cafeína, alucinógenos, tabaco, disolventes volátiles, uso de múltiple drogas y otras sustancias psicoactivas. En algunas personas, el uso de sustancias psicoactivas los expone al desarrollo del "abuso", con el riesgo de presentar problemas en su salud y adaptación social. Para estos individuos existe un progresivo y grave compromiso individual o social, con problemas legales, uso de servicios de salud, ausentismo laboral, etcétera Dentro de los trastornos mentales, los relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas constituyen un grave problema de salud pública en la población en general y en particular entre los adolescentes y adultos jóvenes (Rodríguez, E., 1996). En los últimos años, se le está prestando cada vez más atención a los problemas originados por las drogas. La Asamblea General de la Naciones Unidas le dedicó una sesión especial en Febrero de 1990, y la Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra, ha emitido varias resoluciones al respecto. Se ha encontrado una influencia conjunta de determinantes socioculturales, familiares, psicodinámicos, de personalidad y genéticos en el uso y abuso de sustancias psicoactivas. El estudio de los factores genéticos ha tenido un desarrollo importante en los últimos años, encontrándose que el riesgo de desarrollar una dependencia en familiares de primer grado es 4 veces superior al de la población general. Estos estudios han permitido delimitar poblaciones de alto riesgo entre los familiares de dependientes, las cuales se caracterizan por un inicio temprano del uso de sustancias, consecuencias sociales más graves, deterioro progresivo de los vínculos familiares, disminución del rendimiento académico, aumento de conductas antisociales, mayor morbilidad y mortalidad precoz y una peor adhesión al tratamiento. El problema se agrava, pues la sociedad mantiene una actitud ambivalente de censura y marginación a quienes sufren de una adicción y, por otra parte, estimula e incentiva su uso. Esto es especialmente evidente en relación las dos sustancias responsables de las más altas tasas de morbilidad y mortalidad, el alcohol y el tabaco. Existen determinantes socioculturales e individuales que influyen en la decisión de usar o no psicoactivos así: 1. Determinantes socioculturales: etnia, cultura, subcultura, dinámica familiar baja, consistencia, cohesión, expresividad y comunicación; alto nivel de conflictos, dinámica de pares, dinámica escolar. 2. Determinantes individuales: Actitud: expectativas sobre drogas. Personalidad: desinhibición, búsqueda de novedades, exposición al riesgo, evitación del sufrimiento, hiperactividad y labilidad emocional, cognoscitivo y conductual. Determinantes genéticos.
Se ha planteado que cualquier uso de una sustancia química en un niño, por definición, es abuso. En el caso del adolescente, sin embargo, esta definición se hace más complicada. El uso ocasional del alcohol en una reunión social no es necesariamente abuso sin embargo, si se mantiene se puede transformar en abuso crónico. El uso y abuso de sustancias químicas en la adolescencia se asocia frecuentemente con otras conductas- problema tales como delincuencia, conducta sexual temprana, o deserción escolar. El alto nivel de sufrimiento que acompaña al abuso y dependencia, asociado a la existencia de psicopatología, produce importantes dificultades en el área interpersonal, en el área laboral y en las relaciones sociales, pudiendo orientar la impresión clínica hacia la existencia de un trastorno esquizofrénico más que a uno del área afectiva. El uso de psicoestimulantes como cocaína y anfetaminas, hoy cada día más frecuente, se caracteriza por asociarse a una alta biodisponibilidad, produciéndose frecuentes trastornos del ánimo y, en fases más avanzadas, accidente cerebrovasculares. Los inhalantes y solventes se asocian siempre a psicopatología preexistente y a su vez inducen rápidamente importantes trastornos neuropsiquiátricos y físicos. Las benzodiazepinas son frecuentemente utilizadas por pacientes depresivos, con trastornos bipolares y de la conducta alimentaria. Los trastornos psiquiátricos, las enfermedades médicas y el abuso o dependencia deben ser identificados independientemente y tratados en forma diferencial, para evitar la repetición y prolongación de las hospitalizaciones. Ambos aspectos deben ser considerados en el diagnóstico diferencial y en una planificación de tratamiento. En general el consumo de estas sustancias respecto al nivel educativo, se observa que este es directamente proporcional al grado de instrucción alcanzado, es decir tiene sus mayores proporciones en los universitarios.
Suicidio El suicidio es definido como el “acto consciente de aniquilación autoinducida, de causa múltiples, que se presentan en un individuo para quien el acto es la única solución” [14] Para determinar los factores asociados al suicidio, se han realizado estudios dirigidos a evaluar las características de quienes se suicidan y quienes intentan hacerlo y han identificado determinantes así: “historia personal de trastornos psiquiátricos (intento de suicidio, depresión, esquizofrenia y trastornos de personalidad), enfermedad física, desventajas sociales, predisposición genética y antecedentes familiares de suicidio” [15] Aunque existen factores de riesgo comunes en la mayoría de las poblaciones, se han descrito algunas diferencias en cuanto a presentación de ciertos grupos étnicos. Por ejemplo en Afro-Americanos el suicido está asociado con síntomas depresivos, baja
autoestima y subvaloración de la figura paterna o del profesor. En cambio los HispanoAmericanos el suicidio está asociado al grado de aculturación. [16] Desde el punto de vista psiquiátrico se considera al suicidio como una reacción psíquica anormal como modo de respuesta a una frustración aguda o crónica. Es decir el sujeto en un momento dado sufre una experiencia psicotraumática, se frustra y esa frustración la resuelve con la conducta suicida. O que teniendo una vida normal, en un momento dado comienza a tener un estado de frustración crónica con distintas vivencias psicotraumática extraordinaria desencadena el acto suicida. Algunos de los cuadros psiquiátricos en los que pueden suceder conductas suicidas son: estados depresivos, esquizofrenia (en curso de un episodio ansioso, delirio paranoide), estados confusooníricos (alcohol con alucinaciones auditivas), demencia, epilepsia, (automatismo psicomotores, estados crepusculares), neurosis, neurosis histérica, neurosis de carácter (reacción impulsiva), toxicomanías, debilidad mental (emotividad, impulsividad, psicópatas. [17] El proceso suicida presenta varias fases en las que el individuo lo piensa, lo medita, lo elabora y lo ejecuta. Fase ideativa en la que en el individuo, aparece y desaparece la idea de suicidarse. De acuerdo a diferentes circunstancias, aparece nuevamente. Es una expresión emocional. Cuando el suicidio se empieza realmente a contemplar, sus pro y sus contra, lo que hasta ahora era una “loca idea” va tomando forma, se ha pasado a la fase deliberativa. Esta puede durar días, meses, años. Una vez el sujeto ha analizado y deliberado la situación y toma la decisión de suicidarse, entra en la fase decisiva. Hasta aquí, el proceso crea angustia. Cuando se toma la decisión, hay un periodo de tranquilidad, de calma llamada fase dilatoria, después de la cual la persona empieza a realizar maniobras para suicidarse. Todo lo que hace previamente al acto suicida, hace parte de la fase operativa, organizar sus bienes, arreglar los aspectos laborales, conseguir los insumos que requiere para el acto. Una vez se concreta el acto se finaliza el proceso con la fase ejecutiva. [18]
Depresión Es un trastorno del afecto que se caracteriza por síntomas persistentes entre los que se encuentran: sensación de tristeza o vacío, ansiedad, pérdida de interés por actividades que antes se disfrutaban, ataque de llanto, pérdida de energía, sentimientos de culpabilidad, poca autoestima, dificultad para concentrarse, irritabilidad, dificultad para dormir o mantenerse dormido, idas suicidas. Se debe enfatizar en que esta situación emocional no es temporal ni ligada a acontecimientos vitales como muerte, divorcio, etc. Existen dos formas de depresión, la menor o reactiva y la endógena o mayor. La primera surge como respuesta a un estímulo externo identificable, por tanto de fácil tratamiento. La segunda es profunda, grave, de difícil manejo por ser inmotivada. No siempre un estado depresivo se manifiesta con la sintomatología mencionada, hay oportunidades donde la persona se torna hiperactiva, es una "depresión disimulada". Cuando esta pasa de dos o tres semanas se deben tomar medidas. Ansiedad
Es un estado interno o inferido que se da ante las situaciones interpretadas como amenazantes, observables que desencadenan una conducta del individuo igualmente observable. Su incidencia en la población general es de 2 a 4 %. Una crisis de ansiedad suele manifestarse en trastornos de pánico, donde la crisis se constituye en una aparición aislada y temporal de miedo o un malestar intenso acompañado de situación de peligro o incluso muerte. Como respuesta a esta se observa en el individuo: diaforesis, temblor, sensación de atragantamiento, mareo, entre otros. El manejo de la ansiedad es el cognoscitivo - conductual, donde se debe identificar la situación que estimula al individuo y la respuesta ante esta. En este sentido se trabajan tres aspectos: uno cognoscitivo relacionado con el pensamiento y la creencia de la persona; uno motor, relacionado con el comportamiento observable y uno fisiológico dado por las manifestaciones como sudor, nauseas. La ansiedad generalizada, está dada por una tensión y preocupación crónica en la que el individuo pierde la capacidad de relajarse. No produce limitaciones en el desarrollo social, ni en el trabajo. Esta se presenta en edades tempranas y se ha observado que se consolida hacia la adolescencia, tendiendo a disminuir en la edad de adulto mayor. Se presenta más en mujeres que en hombres y se diagnostica cuando se permanece en este estado por más de seis meses.
MARCO DE REFERENCIA ETICO - LEGAL A continuación se presentan aspectos relacionados con la ética y salud mental y la legislación pertinente en el ámbito internacional y nacional. Etica y salud mental Uno de los campos más cuestionados, por las implicaciones éticas en su práctica, es la salud mental. Día a día los profesionales de la salud mental enfrentan nuevos dilemas éticos como resultado de intervenciones cada vez más complejas, de diferentes relaciones entre los profesionales, los pacientes y los familiares. En el trabajo en salud se combinan el arte de promover la salud y prevenir, tratar y rehabilitar la enfermedad por un lado y la ciencia por otro. Donde mejor se refleja la dinámica de esta condición es en la salud mental, disciplina especializada en el cuidado y la protección de aquellas personas que sufren a causa de enfermedades o discapacidades mentales, quienes deben ser objeto de diversas intervenciones ampliamente aceptadas, sin desconocer las diferencias culturales, sociales y nacionales de cada uno de los pacientes, cuestión que hace imprescindible el desarrollo de parámetros éticos de aplicación “universal”. Como profesionales de la salud, el equipo interdisciplinario de salud mental debe ser consciente de las implicaciones éticas que se derivan de su trabajo y de las exigencias específicas de cada profesión. Como miembros de la sociedad deben luchar por un trato justo y equitativo de los enfermos mentales y de la comunidad en general. El comportamiento ético se basa en el sentido de responsabilidad de cada profesional de la salud hacía los usuarios de servicios y de su juicio para determinar cuál es la conducta correcta y más apropiada. Las normas y los códigos de conducta profesional, el estudio de la ética y de las disposiciones legales, siendo importantes, no garantizan por sí solos una práctica ética de la profesión. Los profesionales de la salud mental, por el tipo especial de relación que generan con sus usuarios de servicios deben, en todo momento, tener en cuenta las fronteras de dicha relación, la cual está determinada por el respeto al usuario y la preocupación por su bienestar e integridad. La atención a los pacientes debe proporcionar la mejor terapia posible de acuerdo con un conocimiento científico aceptado y con principios éticos. Las intervenciones terapéuticas deben ser mínimamente restrictivas de la libertad del enfermo. En caso de no disponer del conocimiento necesario se debe buscar la asesoría requerida. Es deber del profesional que trabaja en salud mental, proporcionar al paciente la información relevante que le permita tomar decisiones racionales de acuerdo con sus valores y preferencias. Cuando el usuario esté incapacitado y no pueda ejercer el juicio adecuado a causa de un trastorno mental, se debe consultar a la familia y, si fuera
necesario, buscar consejo jurídico, con el objeto de salvaguardar la dignidad humana y los derechos individuales del paciente. No se debe llevar a cabo ningún tratamiento en contra de la voluntad del paciente, salvo que de no tratarlo se ponga en peligro su vida o de aquellos que lo rodean. Cuando se le solicita evaluar a una persona, es deber informar y asesorar a dicha persona que se evalúa sobre el propósito de la intervención, el uso de los resultados de la misma y sus posibles repercusiones. Este punto es particularmente importante cuando se tiene que intervenir en situaciones con terceras partes. La información obtenida en el marco de la relación terapéutica es confidencial, utilizándose única y exclusivamente con el propósito de mejorar la salud mental del paciente. Está prohibido hacer uso de tal información para fines personales o para acceder a beneficios económicos o académicos. La violación de la confidencialidad sólo podría ser apropiada cuando exista serio peligro mental o físico para el paciente o terceras personas; en estas circunstancias es importante, en la medida de lo posible, informar primero al paciente sobre las acciones a tomar. La investigación que no se lleva a cabo de acuerdo con los cánones de la ciencia no es ética. Las investigaciones deben ser aprobadas por un Comité de Etica debidamente constituido. Se deben seguir las normas nacionales e internacionales existentes para tal fin. Sólo individuos debidamente formados en metodologías de la investigación deben llevarla a cabo o dirigirla. Las personas con trastornos mentales son sujetos especialmente vulnerables a los procesos de investigación. Por este motivo, el investigador deberá extremar las precauciones para salvaguardar tanto su autonomía como la integridad física y psíquica de estos. Las normas éticas también se deben aplicar en la selección de grupos de población en todo tipo de investigación, incluyendo estudios epidemiológicos y sociológicos, y en investigación conjunta con otras disciplinas u otros centros. (Córdoba, R. Y Posada, J., 1999 Normas internacionales Entre los instrumentos jurídicos internacionales más importantes que se ocupan del tema, se destacan la Carta de las Naciones Unidas, la Carta de la Organización de los Estados Americanos, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura. La declaración de Luxor sobre los Derechos Humanos para los enfermos mentales, adoptada por el Consejo de administración de la Federación Mundial de la Salud Mental, el 26 de agosto de 1.989, da competencia a los estamentos gubernamentales y no gubernamentales para la realización de actividades de promoción de la salud mental. Refiere que los derechos fundamentales de los seres humanos designados o
diagnosticados, tratados o definidos como mental o emocionalmente enfermos o perturbados, serán idénticos al resto de ciudadanos. Todo enfermo mental tiene derecho a ser tratado según los mismos criterios éticos y profesionales que otros enfermos. Después de la Conferencia regional de las Américas llevada a cabo en Caracas, en 1990 algunos de los avances alcanzados frente a la implementación de la reestructuración de la atención Psiquiátrica en América Latina, en lo relacionado con el atropello de los derechos humanos de los pacientes en las Instituciones psiquiátricas, se obtuvo la siguiente información: “Ha aumentado la toma de conciencia del público respecto a esta situación y numerosas instituciones han hecho serios esfuerzos para mejorar las condiciones de sus residentes. La mayoría de las Instituciones han informado que la situación ha mejorado en relación con la alimentación de los pacientes, su privacidad, el uso del aislamiento y la contención física, la protección contra la agresión sexual, la inviolabilidad de la correspondencia y la facilidad de las visitas. Los Comités de ética médica pueden constituir un instrumento importante para asegurar la calidad de la atención y garantizar los derechos de los pacientes”. [19]
Normas nacionales Constitución Política de Colombia Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. Plantea el principio de igualdad ante la Ley, imponiendo al Estado la promoción de las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y para que se adopten medidas en favor de grupos discriminados y marginados. Señala además, que el este protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición mental o física se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta. Consagra que los derechos de los niños, priman sobre los derechos de los adultos. Señala que la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral. Establece que el Estado adelantará una política de previsión, rehabilitación e integración social para los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a quienes se prestará la atención especializada que requieran. Define además la Seguridad Social, como un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado y estando sujeto este servicio a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la ley. Garantiza, además, a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la Seguridad Social.
Ley 10 de 1990 Da la competencia a los municipios para la dirección y administración de los hospitales de primer nivel. Define como urgencia la alteración de la integridad física y/o psíquica por cualquier causa, con diversos grados de severidad, que comprometen la vida o la funcionalidad de la persona y que requiera la protección inmediata de los servicios de salud, con los recursos existentes, con el fin de conservar la vida y prevenir consecuencias críticas. Todos los establecimientos autorizados para la prestación de servicios de urgencias, tienen la obligación de atender los casos de urgencia, sin existir condición previa para la atención del paciente (Ministerio de Salud, 1990). Ley 60 de 1993 Esta ley establece lo que corresponde en materia de salud a los municipios, conforme al artículo 49 de la Carta Política, en su carácter de ejecutores principales en materia social, realizando acciones de fomento de la salud y prevención de la enfermedad, asegurando y financiando la prestación de los servicios de tratamiento y rehabilitación en el primer nivel de atención. De acuerdo con la ley, la prestación de este servicio público es con cargo al situado fiscal. Por otro lado trata de cómo el Municipio debe financiar la dotación, construcción, remodelación y mantenimiento integral de las instituciones de prestación de servicios de salud y lo concerniente al situado fiscal, de cuyo total, el 60% se designa a educación, el 20% a salud y el 20% restante se distribuye entre los dos anteriores de acuerdo con las necesidades del municipio. Además, legisla que el 50% de lo destinado a salud debe aplicarse al primer nivel de atención y debe ser transferido a los municipios y distritos cuando se haya asumido dicha competencia. ( Ministerio de Salud, 1993) Además, esta ley, en su capitulo III, determina entre otros, que se deben destinar recursos en salud para “Programas de Tercera edad y para las personas con deficiencias o alteraciones físicas o mentales, en cualquiera de sus modalidades de atención”. Ley 87 de 1993 En esta ley se establecen las normas para el ejercicio del control interno en las entidades y organismos del Estado. Además, define el control interno como las normas, procedimientos y mecanismos para verificar y evaluar las actividades y todo lo relacionado con la administración de cualquier institución. Ley 100 de 1993 Establece el Sistema General de Seguridad Social en Salud, desarrolla los fundamentos que lo rigen, determina su dirección, organización y funcionamiento, sus normas administrativas y su control y las obligaciones que se generan de su aplicación.
Son fundamentos del servicio público: equidad, obligatoriedad, protección integral, libre escogencia, autonomía de las instituciones, descentralización administrativa, participación social, concertación, y calidad. Define esta ley dos tipos de afiliación al Sistema: el Contributivo y el Subsidiado. El participante vinculado es aquella persona que por motivos de su incapacidad de pago y mientras logra ser beneficiado por el régimen subsidiado, tendrá derecho a los servicios de atención en salud que prestan las instituciones públicas y aquellas privadas que tengan contrato con el Estado. El Decreto 1891 de agosto 3 de 1994 población vinculada define un plan de beneficios “especial”, en el cual se excluyen de cuotas de recuperación de las actividades de promoción y prevención y los eventos priorizados como de interés en salud pública. Esta ley en su capitulo tres establece los regímenes de beneficio así: plan obligatorio de salud, plan de atención básica y planes complementarios. Beneficios en salud mental dentro del POS Dentro de este plan de beneficios se tiene derecho a: Tratamiento con psicoterapia individual, psicoanálisis o psicoterapia prolongada, entendida como aquella que sobrepasa los treinta (30) días de tratamiento una vez hecho el diagnóstico es apoyo en la fase crítica de la enfermedad y sólo durante la fase inicial. Las condiciones para acceder a cualquiera de los niveles de atención del Plan Obligatorio de Salud, descritos en la ley, estipulan que es indispensable consultar primero al médico general y para poder consultar al especialista es requisito indispensable el procedimiento de remisión por parte del médico general al psiquiatra. La única excepción a lo anterior es en caso de urgencias psiquiátricas. La Ley establece claramente que serán de atención inmediata sin someterse a períodos de espera las actividades, intervenciones y procedimientos para el tratamiento inicial y la estabilización del paciente en caso de urgencias y esto cobija a las urgencias psiquiátricas. La ley establece además que: El paciente crónico que sufre un proceso patológico incurable, previo concepto médico y para mejorar su calidad de vida, podrá ser tratado en forma integral, fundamentalmente a nivel de su domicilio, con la participación activa del núcleo familiar. La estancia en instituciones psiquiátricas y en unidades de salud mental, de cualquier tipo y nivel comprende, además, de los servicios básicos, los de terapia ocupacional, recreativa y de grupo y la atención médica especializada. El paciente psiquiátrico se manejará de manera preferencial en el programa “hospital de día”. Se incluirá la internación de pacientes psiquiátricos sólo durante la fase aguda de su enfermedad o en caso de que ésta ponga en peligro su vida o integridad o la de
sus familiares y la comunidad. Cuando se requiera internación, la estancia en las instituciones psiquiátricas y en unidades de salud mental, de cualquier tipo y nivel, comprende además de los servicios básicos, los de terapia ocupacional, recreativa y de grupo y la atención médica especializada. Cuando se requiera la movilización de pacientes en ambulancia, ésta será reconocida por el Plan Obligatorio de Salud sólo cuando se trate de casos de urgencia o como parte del tratamiento durante la internación. En el Anexo dos se presentan los “paquetes integrales de atención de programas de salud mental de la red adscrita a la Secretaría Distrital de Salud”. Para afiliados al POS subsidiado solamente se incluye la atención integral de urgencias. Exclusiones Tratamientos o curas de reposo o sueño: esta exclusión realmente no tiene ninguna trascendencia, ya que las hospitalizaciones para este tipo de tratamiento ya no se acostumbran en la psiquiatría moderna. Actividades, procedimientos e intervenciones de carácter educativo, instruccional o de capacitación que se lleven a cabo durante el proceso de rehabilitación, distintos a aquellos necesarios estrictamente para el manejo médico de la enfermedad y sus secuelas. Decreto 2174 de 1996 El Ministerio de Salud expidió un decreto 2174 de 1996 por el cual se organiza el Sistema obligatorio de garantía de calidad del Sistema General de Seguridad Social en Salud, que especifica su campo de aplicación, las características de la calidad de la atención en salud, la organización del sistema, sus objetivos, las responsabilidades de las entidades promotoras de salud y de las prestadoras de servicios de salud, del sistema de garantía de calidad en las entidades promotoras de salud y las que se asimilen, el soporte documental básico de la calidad en las entidades promotoras de salud y las que se asimilen, el sistema de garantía de calidad de los prestadores de servicios de salud, de los requisitos esenciales de la acreditación de servicios de salud, del plan nacional de mejoramiento de la calidad, del sistema de información y de la auditoría médica y sus técnicas. Resolución 2358 del 18 de junio de 1998 Por la cual el Ministerio de Salud adopta la Política Nacional de Salud Mental, bajo los siguientes criterios: Alta prevalencia de alteraciones de salud mental en la población general. Aumento progresivo de su incidencia. Son un problema prioritario de salud pública.
La definición de salud de la OMS: El completo bienestar físico, psicológico y social y no solamente la ausencia de enfermedad. Dar cumplimiento a la Constitución Política de Colombia. Vale la pena resaltar que esta resolución contiene normas técnico- científicas y técnico- administrativas que “serán de obligatorio acatamiento por parte de todas las Empresas Promotoras de Salud, Instituciones Prestadoras de Salud, Administradoras de Régimen Subsidiado y por las Direcciones Seccionales, Distritales y Locales de Salud”. Acuerdo 74 / 97 Adiciona al plan de beneficios del régimen subsidiado la atención necesaria para la rehabilitación funcional de las personas en cualquier edad, con deficiencia y/o minusvalia, cualquiera que haya sido la patología causante. Incluyó la terapia física, ocupacional y del lenguaje.
SITUACIÓN ACTUAL A continuación se presentan las características generales de la situación actual del comportamiento de eventos relevantes para la salud pública, la oferta de servicios de salud para la atención en salud mental desde la red pública y privada y acciones identificadas desde otros sectores. Situación de salud mental mundial En la región de las Américas, la salud mental plantea grandes retos para la salud pública. Los trastornos mentales representan 28% de los años vividos con discapacidad y el suicidio se ha constituido en una de las tres causas principales de muerte entre las personas de 15 a 35 años. Se calcula que en 1990, 114 millones de personas sufrían un trastorno mental, mientras que en 2010 las cifras pueden aumentar a 176 millones. La edad, el sexo y diversos factores sociales pueden influir en la incidencia de los trastornos mentales, pero ningún grupo es inmune. Los trastornos mentales pueden alterar la vida de niños y adultos en países desarrollados y en desarrollo, causando enorme sufrimiento y discapacidad. Se calcula que 25% de la población adulta de la región sufre trastorno mental en algún momento de la vida. Los estudios muestran que la tasa aproximada de prevalencia de trastornos mentales en los niños varía de 21% en los Estados Unidos a 12%-29% en los países en desarrollo, como Colombia. [20] “Es probable que los cambios sociodemográficos empeoren la situación actual. Se calcula que entre 1990 y 2010 el número de personas que sufren depresión aumentará de 20 a 35 millones en América Latina y el Caribe, mientras que los que sufren esquizofrenia aumentará de 3.3 millones a 5.5 millones y la demencia aumentará a 37% por encima de la proporción prevista de acuerdo con el número de habitantes. De acuerdo con los Años de Vida Ajustados en función de las Discapacidades (AVADs) se evidencia que los trastornos mentales causan una parte considerable de la carga mundial de enfermedad: 11.5% en 1998 y que de los 10 principales trastornos, cinco son mentales: la depresión, el alcoholismo (con el 10% de la carga total de enfermedades), los trastornos bipolares, la esquizofrenia y los trastornos obsesivos - compulsivos. Los problemas de salud mental tienden a ascender, por ejemplo, la depresión pasará del cuarto al segundo lugar en 2020” [21] Con relación a los servicios de atención, la OMS identificó que en la región de las Américas, aproximadamente el 80% de las camas disponibles están ubicadas en hospitales psiquiátricos y solo el 20% en hospitales generales y establecimientos residenciales en la comunidad. Los servicios comunitarios cubren una pequeña porción de la población necesitada. En las dos próximas décadas se verán cambios dramáticos en las necesidades de salud de la población. Según investigaciones recientes del Banco Mundial y la OMS en los países en desarrollo, las enfermedades como la depresión o la enfermedad cardiaca están reemplazando rápidamente a los enemigos tradicionales (enfermedades infecciosas y desnutrición) como las principales causas de discapacidad y muerte prematura.
Situación de salud mental en Bogotá Indicadores Demográficos para Bogotá La población calculada por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital para el año 2000, es de 6’384.157 habitantes, con distribución por genero de 3.003.050 hombres y 3.381.107 mujeres, la mayor concentración poblacional se encuentra en el grupo de cero a cuatro años con un total 692.528 de habitantes seguido por el de 25 a 29 con un total de 588.881 habitantes. En todas las regiones de América la esperanza de vida al nacer tiene diferencias de acuerdo al sexo tendiendo a aumentar a favor de la mujer. En el periodo 1995 – 2.000 la diferencia es de 6,4 años aunque hay grandes diferencias entre los países, en Brasil es de 7,8, en el Caribe latino es de 4,3, en Colombia es de 7 años. [22] Según el Departamento Nacional de Estadística, para Bogotá este indicador es de 70,17 para hombres y de 76,45 para mujeres. La población masculina ha tenido siempre una mayor mortalidad general que la femenina. Los factores que conducen a un exceso de mortalidad masculina pueden deberse a factores biológicos, pero los de mayor repercusión son los relacionados con los modos y condiciones de vida. La tasa de crecimiento natural indica que por cada mil habitantes, aumentan 18 anualmente. Sumado a las características anteriores, la ciudad gana anualmente por migración 10 habitantes por cada mil. En la capital, puede observarse una leve tendencia a aumentar la concentración de la población nacional, convirtiéndose en la ciudad más afectada por este proceso; su participación relativa ha pasado de 12.5% en 1973 a 14.7% en 1993. “El proceso de urbanización de la ciudad, rápido y desordenado, las condiciones sanitarias deficientes, la marginalidad de algunos estratos poblacionales, la contaminación ambiental y los estilos de vida nocivos por la dificultad de asegurar unas condiciones que fomenten la calidad de vida, son el resultado del crecimiento urbano con planeación deficiente” [23] Condiciones que afectan en forma negativa la salud mental de la población. Hoy día debido a la situación de violencia que vive nuestro país, se reciben desplazados de diferentes regiones, con las consecuencias de duelo, fragmentación de la familia, pérdida del patrimonio. Según la oficina de Atención integral a la población desplazada de la Secretaria Distrital de Gobierno, hay en Bogotá 23.809 núcleos familiares desplazados al Distrito (dato a Abril del 2.000), esta incluye tan solo las personas registradas, pues existe un volumen mayor dado por los no registrados y los rechazados. Morbilidad por enfermedad mental Se estima que las enfermedades mentales afectarán mas del 20% de la población de la ciudad en algún momento de su vida y entre 10-15% de los niños y jóvenes en un período de un año. ( Estudio Nacional de salud mental. MNS. 1993. ) En la Región de las Américas y el Caribe los trastornos afectivos y la psicosis esquizofrénica presentan tasas de prevalencia anual de 4,1% y 1,1% respectivamente.
Para Estados Unidos las dos últimas tasas son de 11,3 y 0,5% respectivamente. Del total de tasas de prevalencia citadas el del 3% al 5% está constituido por trastornos graves que requieren atención por parte de los servicios de salud mental. Para 1998, dentro de las causas de morbilidad general para Bogotá (tabla 2), las patologías mentales, aportan un 1,8 % a la morbilidad total. De estos, los trastornos neuróticos de la personalidad y otros trastornos mentales no neuróticos, son la causa 33, con un peso porcentual de 0,7% del total, seguidos por trastornos neuróticos con un aporte del 0,5%, (causa 38), psicosis y epilepsia, con un 0,2% cada una de ellas, ( causa 59 y 70 respectivamente), síndrome de dependencia a alcohol y drogas y retardo mental aporta individualmente un 0,1%, ( causas 87 y 96). TABLA 2. MORBILIDAD POR CONSULTA TRASTORNOS MENTALES 1998 TOTAL GRUPOS DE EDAD No de Causa Número Orden 33 TRASTORNOS. NEURÓTICOS, DE LA PERSONALIDAD Y OTROS 3734 TRASTORNOS MENTALES NO NEURÓTICOS 38 TRASTORNOS NEURÓTICOS 2.212 59 PSICOSIS 2192 70 EPILEPSIA 1199 87 SINDROME DE DEPENDENCIA A ALCOHOL Y DROGAS 430 96 RETARDO MENTAL 445 120 TRASTORNO DE PERSONALIDAD 192
% 0.7 0,5 0.2 0.2 0.1 0.1 0.0
Fuente: SDS Dirección de Salud Pública –
Consumo de sustancias psicoactivas El estudio de consumo de sustancias psicoactivas (marihuana, cocaína, basuco, opiáceos) realizado en 1996 por el Centro de Estudios de la Fundación Santa Fe de Bogotá, cuya población objeto se hallaba entre los 12 y los 60 años, residentes en los hogares de todos los departamentos de Colombia, arrojó los siguientes resultados: el consumo global definido como ”el haber consumido o estar consumiendo por lo menos una de las sustancias psicoactivas ilegales” fue del 6,5%, correspondiente a 1.674.510 personas de ellos el 73% son hombres entre 18 y 44 años. Este mismo estudio, respecto al consumo de marihuana, concluye que el 5,4 % de la población encuestada, la había consumido al menos una vez en la vida, con una prevalencia para hombres de 8,6 % y un 2,7 % en las mujeres, distribuidos en el grupo poblacional de 18 a 24 años. Quienes lo hacen por primera vez, son estudiantes del sexo masculino y se encuentran entre los 12 y 17 años. Para el consumo de cocaína la prevalencia de vida (personas que consumieron alguna vez en la vida) fue de 1,6%, mostrando un incremento de aproximadamente 60.000 nuevos casos, respecto a los resultados del estudio realizado en 1992. El Estudio Nacional de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas, 1993; (Torres Y., Posada J., 1994), ofrece la siguiente información para Bogotá:
La población de Bogotá tiene una mayor permisividad social frente al consumo de bebidas alcohólicas, tranquilizantes y cigarrillos y aunque reconoce que son perjudiciales para la salud, esto no evita su consumo. La primera sustancia que consumen, en general los habitantes de la capital, es el alcohol: 69.5%. Este consumo es mayor en los hombres que en las mujeres y con una clara tendencia al aumento en los grupos de edades que están entre los 16 y los 29 años. Se inicia en promedio a los 15 años, seguido por el cigarrillo, 16.7 años, marihuana 17.7 años, bazuco y cocaína, 20 años, estimulantes, 21 años y tranquilizantes a los 28.4 años. El inicio de consumo de inhalables se da a una edad mucho más precoz, los 13.2 años. El 84.0% de los bogotanos consumen bebidas alcohólicas. El 90% de los hombres, el 78.6% de las mujeres y el 67.3% de los jóvenes entre 12 y 15 años. El 10% de la población está en alto riesgo de sufrir alcoholismo, y el 8.7% son alcohólicos. La asociación entre accidentes de tránsito y otro tipo de accidentes y consumo de alcohol es del 9.9%. La asociación de alcohol y violencia también es alta: El 3.5% de los bogotanos han sido heridos o han herido a otros estando bajo efectos del alcohol. El abuso de alcohol es un problema de grandes proporciones en la ciudad capital. En el momento del estudio, 20.1% de la población bogotana fumaba. Esta proporción es una de las más altas del país. El consumo de tranquilizantes tiene una prevalencia de 7,1% los mayores consumidores son mujeres y este se inicia tardíamente. entre los 50 y 60 años y es ligeramente superior en los estratos altos. El grupo que más estimulantes consume en Bogotá está en el estrato alto. En el último año fue de 1.4% (porcentaje igual a 1987). Este consumo es principalmente masculino y en jóvenes entre 16 y 24 años. La marihuana se consume más en estrato, medio alto y alto de las zonas urbanas. Con relación a la marihuana, el porcentaje de personas que la consumieron en el último año fue de 1.4% (porcentaje igual en 1987). Este consumo es principalmente masculino y en jóvenes entre 16 y 24 años. La marihuana se consume más en estratos medio - alto de zonas urbanas. El consumo de bazuco en el último año fue 0.4%, registrado mayoritariamente en la población masculina entre 16 y 37 años. Se observa también un mayor consumo en los estratos medio - alto y alto de las zonas urbanas. Para la cocaína es ligeramente mayor: 0.5% son hombres entre 16 y 49 años. El grupo más vulnerable está entre 16 y 19 años principalmente de estratos altos. El Sistema de vigilancia epidemiológica sobre consumo de psicoactivas (VESPA), en su informe de centros de tratamiento en 1998”, ofrece los siguientes datos: Se notificaron 1.851 casos de personas atendidas en 49 centros de tratamiento. El consumo durante el último mes llegó a 82,5% de los consultantes, de los cuales 1053 consumieron alcohol (72%), 947 marihuana (65%), 257 inhalables (18%), 305 cocaína (21%) y 565 bazuco (38%). De los consultantes, 2,4% informó haber consumido drogas por vía intravenosa. En relación con la edad de inicio para el consumo de drogas, la
media fue de 12,9 años y quienes iniciaron con el consumo de alcohol, pasaron con mayor frecuencia a consumir tabaco, cocaína, bazuco e inhalables. (Scoppetta, 1999). El mismo Sistema de Vigilancia, reporta para el año 1999, que la mayor concentración de consumidores se encuentra en el grupo de edad de 15 a 19 años con una cifra en números absolutos de 2238 casos, seguido por los de 10 a 14 años con 558 casos, el tercer lugar lo ocupa la población de 20 a 24 años con 260 casos. Llama la atención el consumo temprano de psicoactivos por parte de los niños, lo que hace pensar que se debe poner gran atención a este grupo poblacional, al realizar las actividades de promoción de la salud mental y prevención de la enfermedad mental. En cuanto al tipo de sustancia psicoactiva, el VESPA reporta que el consumo de alcohol ocupa el primer lugar con un 59,3%, la segunda es el tabaco con un 28,8%. El tercer lugar lo ocupa la marihuana con un 12%, los inhalantes el 5.6%, el bazuco el 1,1% y la cocaína el 0,7%. Frente al estado civil de los consumidores, los solteros son el grupo que más consume con un aporte del 80,1%, seguidos por los que se encuentran en unión libre con un peso porcentual de 8,7%, los casados ocupan el tercer lugar con un 7%. Los separados aportan un 2,8% y los divorciados un 0,7%. Para Santa Fe de Bogotá D.C., la prevalencia de consumo en cualquier momento de la vida y en el último año, de sustancias ilegales, fue de 8.9% y de 2.1% respectivamente, siendo la incidencia del 0.9 %. (Rodríguez, E., 1996). Discapacidad Cuando la discapacidad es tenida en cuenta igual que la mortalidad, emerge una visión distinta para el futuro. Para el año 2020, la carga de la enfermedad debida a enfermedades infecciosas, condiciones maternas y perinatales y desnutrición se espera que caiga a 1/5 del total (Grupo I). La carga atribuible al grupo II (enfermedades no transmisibles), se espera que tenga también una disminución marcada igual que la carga por trauma. En cambio y de acuerdo con la evaluación de 1990, las enfermedades psiquiátricas surgen como un componente muy significativo de la carga de enfermedad global cuando la discapacidad, igual que la mortalidad, es tomada en cuenta. Las proyecciones muestran que las condiciones psiquiátricas y neurológicas pueden incrementar de un 10.5% del total de la carga a un 15% en el año 2020. Esto es un incremento proporcional mayor que para las enfermedades cardiovasculares (Harvard School of Public Health, 1996). La enfermedad mental suma una significativa proporción de discapacidad debida a enfermedad e impone una pesada carga en términos de sufrimiento humano, estigmatización de los enfermos mentales y sus familias y costos directos e indirectos. Un buen número de enfermos mentales, se recuperará espontáneamente otros, pueden ser tratados y se recuperarán completamente. Sin embargo, un pequeño número experimentará largos periodos de estrés y discapacidad. Las personas con enfermedad
física evocan atención y simpatía en la comunidad y se les reconoce fácilmente sus necesidades. Los enfermos mentales, generalmente no tienen esta suerte. Violencia intrafamiliar En Estados unidos de acuerdo al informe del Departamento de Justicia con respecto a la violencia doméstica l994, estos eran las estadísticas de violencia en general e intrafamiliar. Una mujer es asaltada por su compañero cada l5 segundos. Una mujer es violada cada 6 minutos. Más del 50% de las mujeres son golpeadas alguna vez en su vida; más de un tercio son golpeadas repetidamente cada año. La evidencia del porcentaje de violencia física en relaciones prematrimoniales es del 20 al 35%. Del 25 al 45% de las mujeres que fueron golpeadas estaban embarazadas. El 30% de las mujeres víctimas de homicidio murieron a mano de sus esposos o novios. El 95% de los reportes policíacos sobre violencia doméstica se refieren a hombres que han golpeado a sus compañeras. 9 de cada 10 mujeres asesinadas murieron a manos de hombres.4 de cada 5 asesinatos ocurren en el hogar. 1 de cada 4 hombres y 1 de cada 6 mujeres considera que bajo ciertas condiciones el varón tiene derecho a golpear a su esposa. Estudios sobre mujeres abusadas arrojan que entre el 35 y el 40% de esas mujeres trataron luego de suicidarse. Aproximadamente el 50% de las mujeres alcohólicas fueron abusadas. Aunque casi el 30% de las mujeres víctimas de la violencia fueron asesinadas por sus esposos, ex-esposos o novios, solo el 3% de los hombres fueron asesinados por sus esposas, ex-esposas o novias. El 26% de las violaciones y asaltos sexuales fueron cometidos por esposos, ex-esposos, novios o ex-novios. El 45% de todos los ataques violentos contra niñas fueron cometidos por hombres que ellas conocían. En Colombia de acuerdo al estudio del Ministerio de Salud, realizado en 1993, “Estudio Nacional de Salud Mental y consumo de sustancias psicoactivas” se obtiene como resultado que la prevalencia de maltrato infantil es de 148 por 1.000 niños. En cada 100 familias, 4,3 % de los niños se encuentran en maltrato físico, 0,8% han sido víctimas de abuso sexual. Respecto a la violencia intrafamiliar, el 7.9% de las mujeres eran maltratadas físicamente, con mayor frecuencia en clases bajas. El 1.4% de las mujeres reportó abuso sexual. (Torres y Posada, 1994). Para el Distrito Capital de acuerdo al Sistema de Vigilancia de Violencia Intrafamiliar (SIVIM) de la Secretaria Distrital de salud 1998-1999, se recibieron 5425 casos de violencia intrafamiliar de los cuales el 17,8% fueron reportados en 1998 el restante 82,2% durante 1999. El Sistema incluye cinco tipos de violencia: física, emocional,
Sexual, abandono negligencia y descuido, abandono social. Es importante aclarar que los tipos de violencia no son excluyentes en un mismo caso, es la situación más común, la violencia psicológica que se encuentra en todos los demás tipos de violencia. En cuanto a los tipos de violencia en general se tiene: Física 77,9% Emocional / psicológica 80,6%, Sexual 13,6%, Negligencia / descuido 19,7%, Abandono 10,1%. En el grupo de niños afectados por maltrato, la distribución por genero es del 40,1% femenino y el 59,9% masculino. Cabe resaltar que del total de niños 13,4% fueron menores de un año. Se observa que los tipos de violencia más frecuente hacia los menores son la física y la emocional / psicológica, seguidas por negligencia y descuido. El abuso sexual se presenta más en niños que en niñas. Los agresores más frecuentes son el padre y la madre, siendo ésta la mayor agresora en cuanto a negligencia y descuido se refiere.
Trastornos del afecto Según el estudio de salud mental realizado por el Ministerio de salud, en 1993, el 25, 1% de la población presenta depresión clínica, mostrando una disminución al compararla con los resultados del estudio de 1987, donde era de 25,6%. Se encontró que la proporción de prevalencia es mayor en mujeres que en hombres, predominando en ellas la depresión leve con una proporción de prevalencia de 21,1, seguida por la moderada con un 11,9.. Por cada 10 hombres con depresión se encuentran 15 mujeres. El mismo estudio, teniendo como eje principal la proporción de prevalencia total por encima del 20%, clasifica a Santa Fe de Bogotá como de alto riesgo para depresión, acompañado por Antioquía, Huila, Caldas, Nariño, entre otros. En cuanto a ansiedad, la prevalencia total para Colombia fue de 9,6%. La prevalencia especifica por género fue de 7,1 para el masculino y 12,2 para el femenino, equivalente a 10 hombres por cada 17 mujeres y por cada hombre con ansiedad severa, se encuentran tres mujeres. Mortalidad general Lesiones por causa externa “En Colombia en general esta situación ha sido vivida desde hace ya varias décadas, pero en los últimos años esta se ha visto incrementada, los homicidios se han constituido en una de las primeras causas de muerte, hoy representan el 20% de la mortalidad del país. En cuanto a causas de morbilidad las heridas, lesiones y traumas violentos y sus consecuencias sobre los distintos órganos y funciones; el impacto negativo sobre la salud mental de las víctimas y sus parientes, vecinos y amigos; el saldo acumulado de viudez, la orfandad, las desapariciones, el miedo, las amenazas y el desplazamiento forzoso, configuran un escenario propicio tanto para la emergencia de múltiples patologías orgánicas, como para una verdadera epidemia de patologías mentales” [24]
“Los accidentes y la violencia (causa externa de morbilidad y mortalidad) se encuentran entre los más importantes problemas de salud pública en las Américas y de todo el mundo, no solo por la elevada mortalidad que ocasionan (más del 10% de todas las muertes mundiales en 1990), sino también por las discapacidades y el elevado costo resultante de las lesiones no mortales. Se estima que el 2% de la población mundial padece de algún tipo de discapacidad debido a accidentes o a algún tipo de violencia”. [25] Para la Región de las Américas las lesiones por causa externa representaron el 9,4% de las muertes para 1994. Las tasas especificas para mortalidad más bajas para ese mismo año (inferiores a 50 por 100.000) en los diferentes países en orden descendente fueron Costa Rica, Canadá, Trinidad y Tobago, Bahamas y Barbados. Las más altas fueron Colombia con 146,7 El Salvador 123,6 Ecuador 89,8, Cuba 82,5. En 1998 El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses INML - CF, registró para Colombia 35.575 muertes violentas; 62.147 lesionados por violencia intrafamiliar; 52.965 personas lesionadas por accidente de tránsito y 2.046 necropsias por suicidio. En Cali y Bogotá, la mayor proporción de las lesiones fatales intencionales es debida a la delincuencia común y organizada y las no fatales se originan en la violencia común (atracos y riñas con diversos móviles), seguida de la violencia intrafamiliar. La magnitud, severidad y tendencia del problema varía en el tiempo y lugar, según temporadas o momentos y sitios calificados como “calientes” y tiene particularidades relacionadas con los patrones culturales, la región geográfica y las características sociales que caracterizan a cada comunidad. Los indicadores de trauma y violencia generan el tercer grupo de mayor número de años de vida saludable perdidos por mortalidad en la ciudad. Esto se debe a que el 75% de las víctimas son jóvenes y adultos entre los 15 y 44 años. Cada muerte ocurrida en el Distrito Capital por esta causa, ocasiona un promedio de 31 a 36 años de vida potencial perdidos. Para Bogotá el comportamiento de la mortalidad por causas violentas se muestra en la tabla seis. En ella se puede observar que en 1996 los homicidios aportaron la mayor proporción de muertes. En cuanto a suicidio este tiende a incrementarse a través de los años, teniendo un descenso en 1999 TABLA 3. MUERTES VIOLENTAS EN BOGOTÁ ENERO A DICIEMBRE 19951999 1995
1996
1997
1998
1999
Enero a junio 2000 Mecanismo Casos % Casos % Casos % Casos % Casos % Casos % Homicidios 3369 71 3333 54,3 2820 61,4 2482 58,4 2477 59,4 1179 61 Acc. 1124 23,7 1055 17,2 931 20,3 914 21,5 878 21,1 414 21 Transito Suicidios 115 2,4 295 4,8 320 7 361 8,5 333 8 176 9 Accidentales 138 2,9 463 7,5 449 9,8 390 9,2 380 9,1 174 9 Otras 0 0 993 16,2 75 1,6 106 2,5 99 2,4 violentas TOTAL 4746 6139 4595 4253 4153
Fuente. Grupo de patología forense del INMLCF regional Bogotá. Junio 2.000 A continuación se presentan las causas de muerte violenta y sus tasas por 100.000, en grupos quinquenales para Bogotá en 1998 Población de cero a cuatro años La octava causa se refiere a todas las demás de causa externa, con una tasa de 30,1. Las agresiones ocupan el puesto diecisiete con una tasa de 7,9 por 100.000. El envenenamiento accidental es la causa 45 con una tasa de 0,7. Población de cinco a catorce años La primera causa de mortalidad en este grupo son los accidentes de transporte con una tasa de 6,0, . Ocupan el segundo lugar las agresiones con una tasa de 4,0. Las lesiones autoinflingidas intencionales, son la séptima causa con una tasa de 1,7. El ahogamiento y la sumersión accidental son la causa treinta y dos con una tasa de 0,3. Población de quince a cuarenta y cuatro años Las agresiones, los accidentes de transporte y todas las demás por causa externa, ocupan el primer, segundo y tercer lugar con una tasa de 66,74; 21,9 y 7,67 respectivamente. Las lesiones autoinflingidas intencionales son la quinta causa con una tasa de 7,33. Población de cuarenta y cinco a cincuenta y nueve años En este grupo las agresiones ocupan el tercer lugar con una tasa de 39,6. Los accidentes de transporte son la tercera causa con una tasa de 24,3. Población mayor de sesenta años La causa dieciseis son los accidentes de transporte con una tasa de 52,5. Las agresiones son la causa treinta y dos con una tasa de 21 Suicidio En relación con el suicidio, el 6.7% de los habitantes lo había deseado en el último mes, el 1.3% lo intentó en el último año y el 5,4% en algún momento de la vida. Este problema presenta niveles más severos entre las mujeres y se agrava en las clases altas. ( Estudio Nacional de salud mental. MNS, 1993. En Colombia, el número de casos de suicidio ha venido en aumento. Mientras en 1996 se realizaron 1613 necropsias por suicidio, para 1997 se registraron 1962 y para el año 1999 el total de suicidios ascendió a 2.089 casos. El comportamiento es similar en el Distrito Capital donde en 1996 se practicaron 333 necropsias por suicidio, 338 en 1997 que ascendieron a 388 casos al finalizar el año 1998. (gráfica 1).
Gráfica 1 Número de casos de suicidio registrado en Colombia y en Santa Fe de Bogotá, 1996 - 1998 Fuente: Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses
Un aspecto aun más relevante que da cuenta del incremento del suicidio en Colombia se puede observar si se considera el análisis de los datos recopilados en términos de tasa por 100.000 habitantes. La tasa de suicidio en Colombia para 1996 y 1997 fue de 4 por 100.000 habitantes respectivamente y de 5 casos por cada 100.000 habitantes para 1998 y 1999. Para el Distrito Capital la tasa registrada para los años 1996 es de 5 casos de suicidio por 100.000 habitantes, mientras que en 1997 y 1998, ésta se incrementó a 6 casos por cada 100.000 habitantes. Para 1999 se aumenta en 53 el número de casos Al realizar un análisis del suicidio según las variables de edad y sexo, podemos confirmar un hecho de esencial importancia, corroborado por las primeras investigaciones sobre dicha problemática. Los casos de intento de suicidio son más frecuentes en el sexo femenino (gráfica N°2) y el suicidio consumado se presenta con mayor frecuencia en el sexo masculino. El Centro Regulador de Urgencias (CRU) registró en 1999 un total de 835 intentos de suicidio, de los cuales 508 se presentaron en mujeres. Infortunadamente no se realizó una discriminación según la variable edad. A junio de 2000 el CRU registra 289 casos de intento de suicidio en donde el principal mecanismo implicado es la intoxicación con aproximadamente el 79,60 % de los casos lo cual equivale a 230 intentos en los cuales se uso alguna sustancia para quitarse la vida. Como se observa en la Tabla 5 el mayor número de casos y las mayores proporciones se presentan para ambos géneros en los grupos de 15 a 24 años, seguido por el grupo de edad de 25 a 34 años. A partir de los 25 años se observa un descenso progresivo en el número de suicidios, tanto en hombres como en mujeres. TABLA N° 5 CASOS DE SUICIDIO REGISTRADOS EN COLOMBIA SEGÚN EDAD Y SEXO, 1997 – 1998 AÑO SEXO GRUPO DE EDAD > 14 15-24 1997 M 29 421 F 29 154 1998 M 36 527
25-34 347 85 486
35-44 207 57 243
45-59 171 25 178
60 MAS 145 18 159
TOTAL 1.361 361 1.569
F
40
220
98
66
38
13
477
Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
En 1997, el 79% de los suicidas pertenecía al género masculino; por cada mujer, se suicidaron 4 hombres. La mayor proporción de casos en ambos géneros se presentó en el grupo de 15 a 24 años (34%), seguido por el grupo de 25 a 34 años (26%). En el género masculino, las tasas más altas de suicidio se presentaron en hombres con edades superiores a 59 años y en jóvenes entre 15 y 24 años. Es importante señalar que para 1998, del total de casos, el 76% de los suicidas fueron de género masculino; por cada mujer se suicidaron 3 hombres. Las mayores tasas se presentaron, para ambos géneros, en el grupo de 15 a 24 años; 14 casos por cada 100.000 hombres y 5 por cada 100.000 mujeres. Al igual que en 1997 las tasas más altas de suicidio se registraron en jóvenes entre los 15 y los 24 años y en adultos mayores de 59 años. Durante 1999, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses regional Bogotá, realizó 333 necropsias por suicidio en los 140 puntos de atención, 43 casos (2%) más que el año anterior, lo que representa, al igual que en 1998, el 6% del total de muertes violentas, y la cuarta causa de muerte violenta en el país. La tasa nacional fue la misma para este año, manteniéndose en 5 suicidios por cada 100.000 habitantes. Entre enero y junio del año 2000 se han registrado en Santa Fe de Bogotá 176 suicidios; 16 casos más que en 1999 lo cual equivale al 9% del total de muertes violentas. Según localidad y tomando como fuente los datos de patología forense del INMLCF, se observa en el periodo comprendido entre 1995 y 1999 que las localidades de Kennedy, Suba, y Ciudad Bolívar presentan el mayor número de casos a lo largo del periodo señalado. Respecto a los intentos de suicidio, los datos suministrados por el Centro regulador de urgencias, confirman los hallazgos de diversos estudios en los que se señala la mayor frecuencia de ellos en el sexo femenino
Figura 2. Intentos de suicidio según género. Registros de casos CRU, 1999 OFERTA DE SERVICIOS DE SALUD MENTAL EN EL D.C. A continuación se presentan los recursos físicos, tecnológicos y de talento humano con que cuenta el Distrito Capital, tanto en la red pública como en la privada para prestar servicios de salud mental.
Red pública de salud mental RECURSOS FISICOS:
· Cinco Unidades de Salud Mental para hospitalización de pacientes agudos, con capacidad de 82 camas en todo el Distrito, ubicadas en los Hospitales Simón Bolívar, Kennedy, Santa Clara, San Blas y La Victoria. · Cinco Hospitales Día de Adultos, con capacidad para 180 personas ubicadas en el Hospital de Usaquén- UPA-70 Servitá, Hospital Kennedy, Hospital Santa Clara, Hospital San Blas y Hospital La Victoria. Cada Hospital cuenta con consultorios para consulta externa, área para talleres de terapia ocupacional, salón múltiple, gimnasio, cocina, comedor y área recreativa. · Tres Hospitales Día de Niños y Adolescentes, con capacidad para atender 200 niños en ésta modalidad, están ubicados en Hospital Kennedy, Centro Oriente y San Blas. Tienen área de consultorios para consulta externa, área de talleres, cocina, comedor, gimnasio, salón múltiple y área recreativa. · Dos Unidades Especializadas en Farmacodependencia, ubicadas en el Hospital Santa Clara y en Floralia (Hospital Occidente de Kennedy) con capacidad de 60 camas de internado. Tienen área de consulta Externa, área de habitaciones, cocina, comedor, área de huerta e hidropónicos, área recreativa, salón múltiple, gimnasio y área administrativa. · Dos Centros de Salud Mental Comunitaria, ubicados en los Hospitales de Tunjuelito y Vistahermosa. Realizan acciones de Promoción, Prevención, Tratamiento y Rehabilitación con el objeto de atender todas las necesidades de Salud Mental en cada una de las Localidades, integrando a la comunidad en el proceso de reinserción sociolaboral y familiar de las personas con enfermedad mental grave a través de la conformación de redes de apoyo comunitario. Además, Estrella del Sur cuenta con seis camas para hospitalización breve. Para apoyar estas acciones y realizar un seguimiento adecuado de los pacientes poseen dos vehículos para traslado de pacientes y dos motos. · Cinco Programas de Segundo Nivel de Atención, con consultorios de consulta externa y área para trabajo en grupo. Están ubicados en los Hospitales Fontibón, Engativá, Centro Oriente, Engativá y Tunjuelito. · Una Unidad de Atención en Salud a Indigentes, con capacidad para atender 100 usuarios diariamente. Cuenta con área de Consulta Externa, lavaderos, baños, duchas, cocina, comedor, área recreativa y cultural. Ubicada en el sector del Cartucho.
· Una Unidad Móvil de Atención Básica en Salud para indigentes que presta servicios de consulta médica general, odontología, enfermería y asistencia social en cinco (5) puntos de la ciudad donde se detecta mayor concentración de esta población, dependiente del Hospital Perseverancia. · Tres programas de primer nivel ubicados en Unidades Primarias de Atención. Desarrollan actividades de intervención en crisis, seguimiento y control de pacientes y actividades de Promoción y Prevención dentro del POS y el PAB. Ubicados en los Hospitales de Suba, Chapinero, Hospital del Sur. · Un Programa de Urgencias Psiquiátricas cuya función es la de evaluar y asesorar pacientes en crisis reportados a través del Teléfono 125 y 3480105 con el fin determinar su ubicación dentro de la Red de Salud Mental. Cuenta con un equipo profesional conformado por psiquiatras y auxiliares de enfermería, así como con una ambulancia adecuada para el traslado de personas con enfermedad mental. Este servicio se presta las 24 horas. RECURSO TECNOLOGICO:
· Los Programas de la Red de Salud Mental cuentan con los implementos necesarios para el desarrollo del servicio que se preste. Es así como, las consultas externas cuentan con muebles y equipos de oficina y pruebas psicológicas. · Los Hospitales Día, tienen equipos para talleres de panadería, carpintería, cocina, trabajo de huerta, soldadura, pintura, cerámica, Televisor, V H S, Proyector de diapositivas, Equipo de sonido, además de los muebles y equipos de oficina. · Las Unidades de Salud Mental tienen camas hospitalarias, mesas de noche, equipo médico y hospitalario de acuerdo a la capacidad de oferta. · La Unidad Especializada en Farmacodependencia, tiene además de camas y muebles para las habitaciones, equipos para talleres productivos de lavandería, carpintería, panadería, cerámica, pintura, huerta, hidropónicos, cocina, hamburguesería, así como televisor, V H S, equipo de sonido, proyector de diapositivas, pruebas psicológicas, equipos y muebles de consultorio y oficina. TALENTO HUMANO:
La Red de Salud Mental funciona en los hospitales adscritos a la Secretaría Distrital de Salud. Cuenta con 51 Psiquiatras, 29 Psicólogos, 15 Trabajadores sociales, 34 Terapeutas Ocupacionales, 10 enfermeras profesionales, 10 Terapeutas de Lenguaje, 4 Educadoras Especiales, 14 Promotores de Salud Mental y 64 Auxiliares de Enfermería, los cuales están distribuidos de acuerdo al cuadro adjunto. En el Nivel Central cuenta con personal de apoyo en el área de Salud Mental en las Direcciones de Salud Pública y Desarrollo de Servicios de Salud quienes se encargan de diseñar los lineamientos políticos de Salud Mental para el Distrito Capital. SERVICIOS QUE OFRECE:
Primer Nivel de Atención
· Intervención en crisis: Atención a quienes presentan crisis accidentales o evolutivas, trastornos neuróticos, emocionales o de aprendizaje, disfunción familiar, consumo de sustancias psicoactivas y/o alcohol, disfunciones sexuales o trastornos psicóticos que permitan manejo ambulatorio, etc. · Seguimiento y control de pacientes con enfermedad mental de tipo crónico que requieren control mensual. ·
Manejo del menor maltratado e intervención familiar.
· Atención a grupos de riesgo: Se desarrollan actividades de promoción y prevención con grupos de madres gestantes, lactantes, escolares, jóvenes, padres adolescentes, ancianos, etc. · Detección Precoz: A través de acciones de capacitación y educación se promueve la identificación oportuna y su intervención o remisión, por parte de maestros, madres comunitarias, autoridades, equipos básicos de salud, etc. · Urgencias Psiquiátricas: Evaluación, atención en crisis o remisión a III Nivel, de pacientes que consultan por riesgo o intento suicida, psicosis activas, intoxicación o abstinencia por drogas y/o alcohol, crisis de angustia, crisis histéricas, etc. · Asesoría a otros sectores: Asesoría a Instituciones que lo soliciten sobre acciones de Salud Mental. Unidades de Atención en Salud a Indigentes: Ofrecen consulta médica general, odontológica, actividades psicoeducativas, entrenamiento en actividades de autocuidado, talleres ocupacionales y/o recreativos y culturales a personas indigentes, para lograr un vínculo y posterior remisión voluntaria a Centros de rehabilitación, cuando esté indicado. · Unidad Móvil de Atención a Indigentes: Esta Unidad es producto del convenio de Cooperación con la ONG Internacional Médicos del Mundo, el cual inicialmente fue firmado con la Secretaría Distrital de Salud y posteriormente con el proceso de descentralización de los programas de salud mental y habitantes de la calle, se subrrogó al Hospital La Perseverancia. Cuenta con consultorio médico y odontológico y presta además servicios de asesoría psicológica y de trabajo social con el fin de lograr un acercamiento a los servicios de salud de la población habitante de la calle. Esta Unidad se desplaza durante la semana por diferente sitios de la ciudad, cubriendo los lugares de mayor concentración de esta población. Segundo Nivel de Atención: Además de las acciones que desarrolla el Primer Nivel, realiza:
· Enlace: A través de acciones individuales (interconsultas) o grupales se realizan acciones para intervenir procesos de crisis en pacientes hospitalizados y/o que van a ser sometidos a procedimientos médicos o quirúrgicos, pacientes con SIDA, maternas de mediano y alto riesgo, madres con abortos o hijos con malformaciones, pacientes que presentan crisis depresivas o angustia, niños maltratados física y psicológicamente, entre otros. · Urgencias Psiquiátricas: Se realiza intervención en crisis, no mayor de 24 horas en el servicio de Urgencias a quienes padezcan intentos o riesgo suicida, psicosis maníaco depresiva, o esquizofrénicas activas, psicosis tóxicas, crisis ansiosas o histéricas. Si requiere hospitalización el usuario es remitido a Unidad de Salud Mental de Tercer Nivel. Tercer Nivel de Atención: · Departamento de Salud Mental en Hospital de Tercer Nivel: Cuentan con Unidades de Salud Mental para hospitalización breve a personas con enfermedad mental que por sus características clínicas no pueden tratarse dentro del medio familiar. Prestan además servicio de Consulta externa, enlace, atención de urgencias psiquiátricas, seguimiento de personas que egresan y actividades grupales para grupos en riesgo. Además cuentan con convenios docente asistenciales por lo que se realiza docencia e investigación. · Hospital Día para Adultos: Es una modalidad de tratamiento y rehabilitación ambulatorio, dirigido a personas con enfermedad mental crónico y/o problemas de farmacodependencia, a través de psicoterapia de grupo, individual y de familia, apoyo farmacológico, terapia ocupacional, actividades recreativas y culturales. Se promueve además la creación de grupos de apoyo y grupos de padres. Realiza también actividades de consulta externa. · Hospital Día para Niños y Adolescentes: Reciben atención psicoterapéutica por psiquiatría y psicología, los niños con trastornos emocionales y de aprendizaje, niños psicóticos, niños y adolescentes con trastornos de conducta y problemas de predelincuencia y/o consumo de drogas. Además cuentan con talleres ocupacionales y educación especial sin desvincularlos de su medio familiar y escolar. · Unidad Especializada en Farmacodependencia: Tratamiento y rehabilitación de adictos a sustancias psicoactivas, a través de psicoterapia individual, grupal y de familia, talleres productivos en modalidad de internado, Hospital Día, Hospital Noche o Consulta Externa, de acuerdo a las necesidades particulares.
Red privada de salud mental
RECURSOS FÍSICOS:
Existen 7 Clínicas Psiquiátricas, las cuales cuentan con servicio de internamiento psiquiátrico, hospital día y consulta externa; dos unidades de salud mental para hospitalización de agudos. Suman un total de 639 camas hospitalarias y cuentan con 140 cupos de hospital día de adultos y 40 cupos de niños y adolescentes. TALENTO HUMANO:
Las instituciones de la red no adscrita cuentan con 50 Psiquiatras, 18 Psicólogos, 9 Trabajadores Sociales, 21 Terapeutas Ocupacionales, 35 Enfermeras Profesionales y 172 auxiliares de enfermería. En el Anexo 3 se encuentra los programas de salud mental de la red adscrita y privada para el Distrito Capital.
ACCIONES DE OTROS SECTORES Desde la Presidencia de la república como respuesta a la situación del país en cuanto a consumo de psicoactivos se viene abordando esta problemática desde el programa RUMBOS, el cual tiene un enfoque preventivo. Dentro de las funciones de RUMBOS esta el participar en el diseño de políticas gubernamentales destinadas a la prevención del consumo de psicoactivos y coordinar con las entidades correspondientes la ejecución de acciones de prevención. RUMBOS busca promover cambios en la cultura que conlleve un mejoramiento de la calidad vida; tal cambio implica el refuerzo de valores fundamentales con el sentido comunitario, de solidaridad, pertenencia y responsabilidad. Por esto requiere de la participación de la comunidad. Desde la Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá la Unidad Coordinadora de Prevención Integral –UCPI- realiza las siguientes acciones tendientes a prevenir el consumo de psicoactivos 1. Gestión con los ciudadanos y otras instituciones acciones preventivas con el fin de construir conjuntamente habilidades y propuestas para abordar el tema, maximizando las acciones y optimizando los recursos 2. Información y sensibilización a la ciudadanía a través de talleres, conferencias, videoforos y campañas masivas en medios de comunicación sobre el tema del alcohol y otras drogas 3. Promoción de alternativas que propongan el cambio de estereotipos o estilos de vida asociados tradicionalmente al consumo de bebidas alcohólicas, por nuevas formas de vivir y divertirse. Este nuevo estilo de vida se está posicionando a través de la estrategia informativa y preventiva sobre el consumo de alcohol y otras drogas, RUMBA SANA, que surge como una manera alternativa de divertiste y
disfrutar sin alcohol y otras drogas, ofreciendo opciones como: Conciertos masivos con cócteles alternativos, Rumbas juveniles, caravanas de rumba sana, espacios de rumba sana en bares y restaurantes, asesoría para preparación de cócteles alternativos. 4. Brindar espacios para la socialización y posibilidad de desarrollar formas de integración juvenil y comunitaria que ayuden al desarrollo individual y colectivo a través de los clubes juveniles 5. Orientación y asesoría a personas con problemas de alcohol y otras drogas remitiéndolas a lugares especializados para tratamiento y rehabilitación 6. Diseño y producción de material educativo teniendo en cuenta las demandas temáticas y tecnológicas de la población beneficiaria 7. Desarrollo de estudios sobre factores que estén asociados con el consumo de alcohol y otras drogas en Bogotá. D.C.
POLITICA DE SALUD MENTAL PROPOSITO La política busca integrar la salud mental como parte indivisible de la salud general, para promover el desarrollo de las potencialidades del individuo, comunidad y organización en búsqueda de su bienestar, a partir de la construcción de buenas relaciones con el otro y con su ambiente. OBJETIVOS GENERALES Promover la salud mental, prevenir la aparición, así como mejorar el acceso, cobertura y calidad de la atención del trastorno mental y de problemas relacionados con el comportamiento, con énfasis en suicidio, violencia intrafamiliar, maltrato al menor y uso de sustancias psicoactivas. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Favorecer y posicionar la salud mental en las políticas públicas. 2. Posicionar la salud mental en la agenda individual, familiar y de la sociedad. 3. Favorecer la salud mental como parte integral de los servicios de salud, en el ámbito de la prevención, atención y rehabilitación. 4. Fortalecer las redes de apoyo social como estrategia de empoderamiento en la comunidad. 5. Abordar la salud mental con estrategias basadas en la comunidad. 6. Favorecer la rehabilitación psicosocial con apoyo comunitario. 7. Mejorar la calidad y acceso a los servicios de salud mental. Estrategias Concertación. Entendida como acuerdo de intereses y poderes diferentes en función del logro de determinadas metas y objetivos. Un mecanismo de reconocimiento y búsqueda de solución de conflictos, mediante la transformación de la forma de toma e implementación de decisiones a favor del bienestar individual y común [26] Participación ciudadana. Esta es la estrategia eje de la promoción en salud mental, de la prevención del trastorno mental, y de la rehabilitación e inserción del enfermo mental a su comunidad. La participación requiere organización, creación, educación, orientación, identidad, conducción, horizontes claros, para propiciar la interacción. La participación de los individuos en los grupos de apoyo social y auto-ayuda es una estrategia potente para lograr cambios actitudinales, promover estilos de vida sanos a
nivel individual y colectivo, basado en el apoyo mutuo entre personas no necesariamente profesionales, pero portadoras de problemas semejantes, con determinantes sociales, económicos, similares, para el estado de salud. “Las técnicas de creación de redes sociales se utilizan para identificar a los dirigentes naturales dentro de una comunidad, identificar grupos de alto riesgo dentro de la comunidad y hacer participar a los miembros de la red en levar a cabo su propia evaluación comunitaria y en adoptar las medidas necesarias para mejorar la calidad de la vida en la comunidad y crear medios que sirvan de respaldo” [27] Educación. Conjunto de procesos de apropiación de bienes culturales y sociales que permitan al sujeto enfrentar y resolver creativamente los retos de su cotidianidad y su historicidad. El proceso educativo apunta a dotar a cada sujeto y a la sociedad de instrumentos para entender, transformar y utilizar los conocimientos y recursos disponibles al servicio de la satisfacción de las necesidades, desarrollo de las potencialidades y solución de problemas y conflictos. Aunque los alcances de la educación en salud personalizada son grandes cuando es realizada por profesionales, su capacidad para producir cambios rápidos en la salud de las colectividades es limitada. Por eso se ve incrementada la educación mediante uso de medios masivos de comunicación. Comunicación. Esta estrategia se debe entender en dos sentidos: uno como mecanismo de medición del proceso de información, para compartir cultura, experiencia, dar la suficiente información para que el sujeto o grupo social se llene de razones para la toma de decisiones a favor de la vida y el bienestar, para el cambio de actitudes y prácticas. Otro, como medio o instrumento para identificar y propiciar mejores condiciones de vida. En este sentido se deben resaltar la capacidad que tienen los medios masivos de comunicación para influir sobre la conciencia y toma de decisiones en lo individual y lo colectivo. Para lograr el objetivo de mejorar la salud de los individuos y el de la colectividad, es valido utilizar cualquier mecanismo de comunicación, desde la comunicación en salud interpersonal, pasando por los medios masivos de comunicación hasta llegar a otros usados por el sector salud y las organizaciones comunitarias. Aunque esto sea cierto, se debe contemplar el respeto por la autonomía del público para tomar decisiones, para formarse su propia opinión, por ello es necesario presentarle la información en sus diversas dimensiones y no-solo la que favorece a quien lo informa. La estrategia comunicacional en salud debe ser planeada, debe identificar y precisar los problemas a enfrentar, las características del público a quien van dirigidas, los medios más adecuados en el sentido de la efectividad (impacto resultado) como de eficiencia (costo - beneficio satisfactoria) para emplearse, la ejecución, seguimiento y evaluación de los programas definidos. La comunicación aislada no es suficiente para alcanzar los objetivos esperados en salud. Se requiere de apoyo de las diferentes instituciones y sectores para mejorar la accesibilidad física y económica a los servicios o a los medios para conseguir la promoción y prevención deseada. Sistemas de información y vigilancia epidemiológica
Investigación Metas SECTORIALES PROGRESIVAS A 3 AÑOS En el 100% de las redes de servicios se habrá integrado el componente de salud mental a las acciones de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación que realizan los diferentes profesionales y no profesionales de la salud. El 100% de las redes de servicios tendrán equipos interdisciplinarios con la participación de profesionales de salud mental y de salud en general para fomentar la convivencia, el apego por la vida, y jóvenes saludables y otras acciones conjuntas que promuevan la salud mental. El 100% de estos profesionales serán capacitados para abordar la salud mental y los problemas mentales con un enfoque que promueva la resiliencia y los recursos comunitarios, familiares e individuales. Al menos 5 unidades de salud mental o centros de día se reconvertirán en centros de salud comunitarios, conectados con las redes de apoyos sociales comunitarias y con trabajo interinstitucional para facilitar el tratamiento y la reinserción social del enfermo mental a su núcleo familiar, laboral, social. Se realizarán el 100% de actividades de coordinación intersectorial, para asegurar el cumplimiento de acciones propuestas, especialmente con el sector educativo, servicio social, participación comunitaria. Se identificarán, articularán y certificarán las instituciones y organizaciones que prestan atención en salud mental en el Distrito. El 100% de los casos que ingresan a las redes del buen trato tengan una atención eficiente y coordinada entre las instituciones. Se fortalecerá la red de servicios de salud mental en el Distrito para facilitar el tratamiento y la reinserción social del enfermo mental a su núcleo familiar, laboral, social. Se elaboraran las guías de manejo del 100% de las patologías mentales de mayor prevalencia. Se diseñaran los requerimientos básicos para el funcionamiento de IPS prestadoras de servicios de tratamiento y rehabilitación en salud mental. indicadores Equipos interdisciplinarios de salud mental constituidos. Comunidades capacitadas Centros comunitarios creados
Guías de manejo elaboradas Actividades intersectoriales realizadas LINEAS DE Intervención: Se refiere al conjunto de actividades, procedimientos e intervenciones que configuran la forma en que se operativiza la política en salud mental: 1.Promoción de condiciones saludables para una adecuada salud mental. 2. Identificación y control de situaciones que favorecen los trastornos mentales y detección de los mismos (prevención). 3. Fortalecimiento de la red de servicios de salud mental y desarrollo de modelos de tratamiento y rehabilitación enfocados hacia la rehabilitación comunitaria. 1.Promoción de condiciones saludables para una adecuada salud mental. Comprende las siguientes actividades: 1.1 Sensibilización e información a población general, en cada localidad para la promoción de la salud mental con énfasis en habilidades sociales, estrategias de afrontamiento, fortalecimiento del autoesquema y deberes y derechos en salud, como elementos generales para afrontar adversidades y generar habilidades para la vida. Población a cubrir: Escolares (escuelas saludables). Cuidadores institucionales del DABS. ICBF, escuelas y colegios. Cuidadores (empleadas del servicio domestico) a través de la agrupadora. Grupos de jóvenes canalizados por instituciones como el DAAC, ONGs y religiosas. Grupo de Adultos en el espacio de trabajo (SDS). Productos:
60.000 personas sensibilizadas e informadas en las 20 localidades del D.C.
Cambios en conocimientos, actitudes y/o prácticas en el 20% de la población durante el año 2001, 30% en al año 2002 y 50% en el 2003. 1.2 Estrategia comunicacional masiva Distrital, sostenida en el tiempo que divulgue las habilidades para afrontar adversidades y habilidades para la vida.
Difundida a través de medios locales. (Tipo dramatizado en T.V y/o radial a nivel distrital en temas relacionados). Productos: Comunidad informada y sensibilizada a través de piezas comunicacionales en las 20 localidades. Cambios en conocimientos, actitudes y/o prácticas en el 20% de la población objeto evaluada mediante grupos foco, para el año 2001, para el 2002 el 30% y para 2003 el 50%. 1.3 Formación de grupos poblacionales identificados intersectorialmente, en cada localidad, para recibir un paquete de acciones para promoción de la salud mental (integrado por habilidades para afrontar adversidades y habilidades para la vida), ajustado a partir de las características del grupo y gestión local. Se realizará evaluación de entrada, posterior y seguimiento. Población a Cubrir: Comunidad educativa (Padres, profesores y alumnos), empleada del servicio doméstico (agrupadoras), peluqueros, tenderos, taxistas entre otros, (jóvenes y adultos). Productos: Personas beneficiadas a través de 300 grupos formados, en las 20 localidades del D.C., para el año 2001 de 6.000, para el año 2002 de 8.000, y para el 2003 de 10.000 personas. Cambios en conocimientos, actitudes y/o prácticas en el 20% de la población objeto evaluada mediante grupos foco, para el año 2001, para el 2002 el 30% y para 2003 el 50%. 1.4. Sensibilización y capacitación a los trabajadores en habilidades para afrontar adversidades y habilidades para la vida (inserta en la prioridad distrital Gestión Pública Admirable). Productos para el año 2001:
500 funcionarios capacitados de la Secretaría Distrital de Salud y las ESE.
500 funcionarios capacitados de las entidades de la administración distrital.
500 funcionarios capacitados de empresas privadas.
Cambios en conocimientos, actitudes y/o prácticas en el 30% de ésta población.
Productos para los años 2002 y 2003:
Actividades de verificación y refuerzo de las habilidades adquiridas, en el 40% de la población capacitada durante el año 2002 y 60% en el año 2003. 1.5. Capacitación a los equipos de salud pública de las ESE, en metodologías para la formación de grupos, con énfasis en identificación intersectorial de población prioritaria, trabajo en red, técnicas para la ejecución de acciones, indicadores de evaluación de las acciones de salud mental e inclusión de acciones de salud mental en los diferentes planes y proyectos desarrollados de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Productos: 17 equipos de salud pública de las ESE (total grupo de 100 personas, en donde cada grupo será diferente para el año 2001, 2002 y 2003) con habilidades para capacitación en promoción y prevención. Integración del componente de salud mental en el 50% de los planes, programa y/o proyectos de salud pública implementados durante el primer año para el año 2001, en el 80% para el año 2002 y el 100% para el año 2003). 1.6 Fortalecimiento de las 20 redes de promoción de buen trato, prevención y atención de la violencia intrafamiliar. (Participación comunitaria, coordinación interinstitucional y articulación con las acciones de promoción, prevención y atención en las ESE). Productos: 80% de casos notificados al SIVIM, atendidos efectivamente a través de la red y acciones intersectoriales, durante el año 2001, y el 100% para los años 2002 y 2003. 1.7. Insertar los contenidos de salud mental en las comisiones de salud de los COPACOS. Productos: Consecución de recursos adicionales diferentes a UEL, para el desarrollo de proyectos locales de salud mental. 20 COPACOS capacitados en los contenidos de promoción de la salud mental, durante los años 2001, 2002 y 2003. 1.8. Orientación, información y consejería a la población, para promover le buen trato, a través de la línea telefónica 106 – “Al Alcance de los Niños”. Productos: Llamadas atendidas a través de la línea 106, para promoción del buen trato durante el año 2001 de 20.000, para el año 2002 de 30.000 y para el 2003 de 40.000. 2. Identificación y control de situaciones que favorecen los trastornos mentales y detección de los mismos (prevención).
Comprende las siguientes actividades: 2.1 Identificación y caracterización de grupos poblacionales vulnerables según factores de riesgo para el consumo de sustancias psicoactivas, violencia intrafamiliar, maltrato infantil e ideación suicida, y la aplicación de modelos de intervención para su prevención y canalización a los servicios asistenciales, en caso de requerirse. Productos: Personas intervenidas para la prevención del consumo de sustancias psicoactivas, violencia intrafamiliar, maltrato infantil e ideación suicida, en las 20 localidades del D.C. en número de 1500 respectivamente para el año 2001, 2002 y 2003. Cambios en conocimientos, actitudes y/o prácticas en el 50% de esta población, para el año 2001, el 60% en el 2002 y 80% en el 2003. Diseño de un Modelo de intervención que visibilice la modificación de factores de riesgo (disfunción familiar, carencia en la red de apoyo de los niños, resolución violenta de conflictos) y fomente las habilidades para la afrontar situaciones adversas. 2.2. Conformar en las Escuelas Saludables redes de apoyo dirigidas a modificar los contextos familiares, escolares y comunitarios que promueven dificultades de comportamientos en los niños. Producto: Disminuir la deserción escolar de los niños identificados con dificultades en el comportamiento en el 20% para el año 2001, 30% en el año 2002 y 40% en el año 2003. 2.3 Realización de espacios de reflexión con los medios de comunicación masiva y comunidad, sobre el uso responsable de éstos en la difusión de eventos en salud mental y el fomento de criterios de selectividad entre los usuarios de los mismos. Producto: Alianzas estratégicas con los medios masivos de comunicación para la prevención de Comportamientos violentos. (Ej: abordaje de los medios frente al intento de suicidio, visibilizar hechos de paz) 2.4 Coordinación y ejecución de acciones de prevención y control distritales, planteadas desde el Comité Epidemiológico Distrital de lesiones por Causa Externa. Productos: Contribuir con la disminución de la mortalidad por accidentes de tránsito, a través de la identificación de 5000 conductores embriagados para el año 2001, 6000 para el año 2002 y 7000 para el año 2003.
Realización de operativos de desarme, coordinados por la Consejería para la Vida.
Elaboración e implementación de la agenda distrital sobre violencia intrafamiliar.
2.5 Identificación de riesgos psicosociales en el trabajo, diseño e implementación de acciones de prevención, de acuerdo con lo señalado en el Sistema General de Riesgos Profesionales en coordinación con el Comité Distrital de Salud Ocupacional. Productos: Inclusión y refuerzo del componente de salud mental en el 20% de los planes operativos de salud ocupacional, para el año 2001, 30% para el año 2002 y 40% para el año 2003. 3. Fortalecimiento de la red de servicios de salud mental y desarrollo de modelos de tratamiento y rehabilitación enfocados hacia la rehabilitación comunitaria. Comprende las siguientes actividades: 3.1 Divulgación a la comunidad de la oferta de servicios de salud mental en el Distrito. Producto: Directorio didáctico y dinámico de Servicios de Salud Mental por redes de servicios. Directorio de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales para prevención y tratamiento del consumo de sustancias psicoactivas. Los directorios deben incluir las redes sociales (familia, pares, grupos, y otras organizaciones) de importancia en el sector. 3.2 Articulación de las líneas telefónicas de atención en salud mental de Bogotá. Productos:
Líneas de salud mental identificadas y articuladas.
100% de los intentos de suicidio captados por las líneas, atendidos y seguidos por el CRU hasta su inserción en red de servicios de referencia. 3.3 Capacitación a personal de los servicios de salud sobre identificación oportuna de trastornos mentales en la población atendida. Productos: Médicos Generales y Enfermeras capacitadas (500 personas), en identificación oportuna de patologías mas frecuentes (trastornos en desarrollo psicomotor, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, riesgo suicida, uso de psicoactivos, ansiedad, depresión).
Línea de asesoría en salud mental permanente para primer y segundo nivel desde las unidades de salud mental de la red de servicios de referencia. Regulación de las urgencias psiquiátricas de las ESE de primer y segundo nivel a través de un médico psiquiatra consultor del CRU. 3. 4 Capacitación al personal (200 personas) de los servicios de urgencias para manejo integral de urgencias psiquiátricas (manejo de intoxicaciones, síndrome de abstinencia, conductas suicidas, crisis de pánico, crisis psicóticas y diligenciamiento de formatos). Productos: Atención integral de las urgencias psiquiátricas en todos los Hospitales de 1, 2 y 3 nivel.
Funcionamiento de la referencia y contrareferencia en la red de servicios.
3. 5. Desarrollo de modelos de atención comunitaria. Productos: Modelo de tratamiento y rehabilitación comunitaria evaluado y funcionando en cinco localidades. (Kennedy, Ciudad Bolivar, Tunjuelito, Perseverencia y Usaquén).
Convenios interinstitucionales para reinserción laboral y social.
Sistemas de referencia - contrareferencia entre las instituciones de salud mental y niveles 1 y 2. Integración de servicios de salud mental con redes de apoyo comunitario en las localidades.
Se deben ajustar las actividades finales, de acuerdo al modelo e atención propuesto.
3.6 Desarrollo de lineamientos distritales para la atención integral de las personas habitantes de la calle, adultas con limitaciones psíquicas. Producto: Lineamiento e implementación de la política distrital para la atención integral de las personas habitantes de la calle y adultas con limitaciones psíquicas. 3.7 Desarrollo del sistema de garantía de la calidad en los servicios de salud mental. Productos:
Sistema de garantía de calidad implementado.
Instituciones prestadoras de servicios de salud mental certificadas.
Certificación a organizaciones gubernamentales y no gubernamentales abuso de sustancias psicoactivas (Definición de los criterios de certificación). Guías y/o normas de manejo para las enfermedades mentales de mayor prevalencia. 3.8 Conformación de grupos de trabajo coordinados entre el hospital de primer nivel, la comunidad y las unidades de salud mental: convivencia, apego por la vida, jóvenes. Productos:
Eventos atendidos o resueltos a través del grupo de trabajo.
Modelo de alianzas estratégicas con universidades y otras organizaciones (ONG) locales para asesoría, seguimiento y docencia. Sistemas de información, vigilancia en salud pública e investigación. Las estrategias de sistemas de información, vigilancia epidemiológica e investigación se abordan, a través de los componentes de: información, análisis, intervención y evaluación para el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Uso Indebido de Sustancias Psicoactivas –VESPA-, Violencia intrafamiliar – SIVIM- y Lesiones de Causa Externa -LCE-. 1. Fortalecimiento de los subsistemas de información y análisis para el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Uso Indebido de Sustancias Psicoactivas –VESPA-, Violencia intrafamiliar – SIVIM- y Lesiones de Causa Externa -LCEProductos: Censo actualizado de unidades notificadoras del SIVIM e ingreso de 60 nuevas unidades notificadoras del sector salud. Nuevo formato de captura de datos y software de apoyo, ajustado y utilizado en el 100% de las unidades notificadoras activas, que integran el sistema SIVIM. Datos e información recolectada y condensada oportunamente, a partir de la notificación de las unidades notificadoras, sobre variables que proporcionen información útil, oportuna, válida y confiable acerca de la violencia intrafamiliar. Proveer información relacionada con el comportamiento de la violencia intrafamiliar en el Distrito Capital, que contribuya a orientar el desarrollo de políticas, procesos y acciones dirigidas hacia la prevención de la violencia en la familia y el maltrato infantil. Un Boletín Epidemiológico Distrital – BED anual, elaborado con base en el reporte de las unidades notificadoras e investigaciones sobre la violencia intrafamiliar, más actualizadas.
Nuevo formato de captura de datos y software de apoyo, ajustado y utilizado en el 100% de las unidades notificadoras activas, que integran el sistema VESPA. Bases de datos VESPA, depuradas y consolidadas para realizar análisis trimestrales sobre la ingesta de psicoactivos reportadas a través de centros de tratamiento Datos e información recolectada y condensada oportunamente, a partir de la notificación de los centros de tratamiento, sobre variables que proporcionen información útil, oportuna, válida y confiable acerca del comportamiento del consumo de psicoactivos en Bogotá. Proveer información relacionada con el comportamiento del consumo de sustancias psicoactivas en el Distrito Capital que contribuya a orientar el desarrollo de políticas, procesos y acciones dirigidas hacia la prevención de la ingesta de sustancias psicoactivas. Un Boletín Epidemiológico Distrital – BED anual, elaborado con base en el reporte de los Centros de Tratamiento e investigaciones sobre uso y abuso de psicoactivos más actualizadas. Sistema de información sobre lesiones de causa externa de la Secretaría Distrital de Salud reestructurado y en funcionamiento, a través de los Registros Individuales de Prestación de Servicios de Salud. Informes periódicos sobre lesiones de causa externa que complementen la información generada por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y contribuyan al fortalecimiento del sistema único de información sobre violencia impulsado por la Secretaría de Gobierno Sistema de información de lesiones autoinfligidas no fatales estructurado y en funcionamiento a partir del segundo semestre de 2001. Protocolo de vigilancia del intento de suicidio elaborado en coordinación con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el CRU y el Area de Vigilancia Epidemiológica. Estudios descriptivo retrospectivo y de seguimiento de casos sobre intentos de suicidio, con base en la información capturada por el CRU. Sistema de Vigilancia epidemiológica de lesiones de causa externa autoinfligidas no fatales estructurado y en funcionamiento a partir del segundo semestre de 2003. 2. Intervención en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Uso Indebido de Sustancias Psicoactivas –VESPA-, Violencia intrafamiliar – SIVIM- y Lesiones de Causa Externa -LCEProductos:
100% de las investigaciones epidemiológicas (IEC) de campo realizadas para los casos de violencia intrafamiliar, con riesgo de fatalidad. (Se hará énfasis en maltrato infantil). 100% de las investigaciones epidemiológicas (IEC) de campo realizadas para los casos de intoxicación colectiva con “psicoactivos ilegales”. Actividades de orientación e información y actividades de carácter educativo dirigidas a la comunidad según casos de intoxicación colectiva reportados. Procesos y procedimientos ajustados para la atención Prehospitalaria en salud mental. 3. Coordinación interinstitucional y concertación. para el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Uso Indebido de Sustancias Psicoactivas –VESPA-, Violencia intrafamiliar – SIVIM- y Lesiones de Causa Externa -LCEProductos: Investigación interinstitucional sobre intoxicaciones con psicoactivos, asociadas a actos delictivos. Intercambio e integración de la información Distrital sobre el consumo de sustancias psicoactivas. Sistema de georeferenciación sobre adicciones, basado en el reporte de los centros de tratamiento al sistema VESPA. Proyecto de investigación interinstitucional sobre violencia intrafamiliar ejecutados con el apoyo financiero de entidades interesadas en dicha problemática. Integración de la información generada por la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Sistema de georeferenciación para la violencia intrafamiliar integrado y desarrollado en coordinación con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Realización de investigaciones para determinar el estado de salud mental de la población del Distrito Capital Promover desarrollo de estudios que permitan medir el riesgo individual y colectivo de desarrollar alteraciones de la salud mental Promover estudios que midan impacto de intervenciones de promoción de salud mental y prevención de la enfermedad mental.
BIBLIOGRAFIA Centre for Health Promotion, Proceedings from the International Workshop on Mental Health Promotion. University of Toronto.1997. Córdoba, R. y Posada, J. Legislación, Etica y Salud Mental. En Recomendaciones Básicas para la Atención de los Trastornos Psiquiátricos. Arteaga, C. Y Ospina J., editores. Asociación Colombiana de Psiquiatría. Editorial Noosfera. 1999 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Estadísticas Santa Fe de Bogotá, D.C. 1997. Goldston, S.E. Defining Primary Prevention. En: Albee, G.W., Joffe, J.M. (eds). Primary Prevention of Psychopatology. Hanover, N.H. University Press of New England ,pg. 18-23,1977 Gouvernement du Québec, Ministére de la Santé et des Services Sociaux. Politica de Salud Mental, 1992 Guío A., et al, Calidad de los Servicios de Salud Mental en la Red Adscrita a la Secretaria Distrital de Santa Fe de Bogotá, Tesis de grado. Convenio CES-EAFIT Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. 1998. Health and Welfare Canada. Mental Health for Canadians: Striking a Balance. Ottawa, Ministry of Supply and Services Canada. 1988 Health and Welfare Canada. Mental Health Services in Canada. Ottawa, Ministry of Supply and Services Canada, 1990 Health Canadá. Resiliency: Relevance to Health Promotion: Discussion Paper. Ottawa, Minister of Supply and Services Canada.1995 Health Canada, Mental Health Promotion: The Time is Now. Ottawa, Mental Health Promotion Unit.1996 Jonah N. A Guide to the Literature on the Effectiveness of Prevention of Mental Health Problems for those at Risk. Health Care and Issues Division, Health Canada.1996, Harvard School of Public Health, The Global Burden of Disease.1996 Joubert, N & Raeburn, J. Mental Health Promotion: What is it? What can it become? Presented at Ayrshire International Conference on Mental Health Promotion, 1997. Ley 87 de 1993
Ministerio de Salud, Ley 10 de 1990 Ministerio de Salud, La salud a la luz de la salud mental, La transformación de la atención, Orbe Datos Ltda, 1992 Ministerio de Salud, Ley 100 de 1993 Ministerio de Salud, Ley 60 de 1993 Presidencia de la República, Constitución Política de Colombia. Imprenta Nacional. 1992. Posada J. y Córdoba, R., Ley 100, Salud Mental y Psiquiatría. En Recomendaciones Básicas para la Atención de los Trastornos Psiquiátricos. Arteaga, C. Y Ospina J., editores. Asociación Colombiana de Psiquiatría. Editorial Noosfera. 1999. Resolución 2358 del 18 de junio de 1998 Rodríguez, E., Segundo estudio de consumo de sustancias psicoactivas en Colombia. Dirección Nacional de Estupefacientes, 1996. Scoppetta, O., Sistema de Vigilancia Epidemiológica sobre Consumo de Psicoactivos. Boletín Epidemiológico Distrital. Secretaria Distrital de Salud, vol. 4 No. 2 enero febrero,1999. Secretaria Distrital de Salud de Santa Fe de Bogotá, D.C. Red de Salud Mental. Santa Fe de Bogotá D.C. 1993. Secretaría Distrital de Salud de Santa Fe de Bogotá, D.C., Egresos Hospitalarios, 1996. Secretaría Distrital de Salud, Formulación de lineamientos promoción y prevención 2000-2001 (versión preliminar), junio, 1999a. Secretaría Distrital de Salud, Formulación Plan de Atención Básica Santa Fe de Bogotá D.C. 1999. Dirección de Salud Pública. Santa Fe de Bogotá, marzo, 1999b. Torres de G. Y., Posada J. Estudio Nacional de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas. Colombia. 1993. Ministerio de Salud. Bogotá. 1994. World Health Organization. Facts Sheets and Features. Geneva. 1996.
[1] OPS/ OMS.
Progresos realizados en la implementación de la reestructuración de la atención psiquiátrica en América Latina, 1996.
[2] Departamento de medicina social universidad de Harvard. La salud mental a nivel mundial: problemas y prioridades en los países pobres. 1995.
[3] Ministerio de salud Políticas y Plan Nacional de Salud Mental, Ministerio de Salud, División de Programas de salud Departamento Programas de las personas Unidad de Salud mental.1993
[4] Ministerio de Salud Nacional. Lineamientos para la atención psicosocial de población desplazada por la violencia en Colombia. Octubre 1999
[5] Franco Saúl. “ Violencia y salud en Colombia”
En Corporación salud y Desarrollo. Conversaciones de Paz. La Salud en agenda para la Paz. Santa Fe de Bogotá, Enero del 2.000
[6] De los Rios, Alfredo. Algunas consideraciones y datos relacionados con la situación de violencia en Antioquia. Violencia, salud y universidad, Primer encuentro de egresado, Memorias, Fundación Escuela Colombiana de medicina, Agosto 1989
[7] Ministerio de salud de Colombia, Estudio Nacional de Salud Mental. 1993. [8] Ministerio de Salud Nacional. Lineamientos para la atención psicosocial de población desplazada por la violencia en Colombia. Octubre 1999
[9] Ibid [10] Secretaría Distrital de Salud. Lecciones para fortalecer redes de atención y prevención de violencia intrafamiliar. 1998
[11] Ibid [12] Organización Panamericana de la salud/ Organización
Mundial de la Salud/ UNICEF. Grupo de
consulta regional sobre maltrato Infantil. 20-24 de julio 1992
[13] UNICEF, Manual sobre maltrato y abuso sexual en los niños. Aspectos psicológicos, sociales y legales. México 1994- 1995.
[14] Kaplan H Sadock BJ. Coprehensive texbook of psiquiatriy. Baltimore: Williams & Wilkins, 1988. En : Montoya, Ivan Dario. Boletín Epidemiológico de Antioquia,11(3):553, sep-dic.1996
[15] Heikkeinen M, Aro H, L’onnvist J. Recent life events, social support and suicide. Acta Psychiat Acand 1994; 377: 65-72. Montoya, Ivan Dario. Boletín Epidemiológico de Antioquia 11(3): 554, sepdic.1996
[16] Vega WA, Gil AG, Zimmerman RS, Warheit GJ. Risk factors suicidal behavior among Hispanic,Afican-American, and no Hispanic white boys in early adolescence. Ethn Dis 1993; 3(3): 229-241. En: Montoya, Ivan Dario. Boletin Epidemiológico de Antioquia, 11(3): 555, sep-dic.1996
[17] http//www.lafacu.com/apuntes/medicina/suicidio/delafacu.htm [18] Ibid
[19] OPS/OMS. Progresos realizados en la implementación de la reestructuración de la atención en Psiquiatría en América Latina. Panamá, Junio 1996.
[20] OPS/OMS 35ª Sesión del subcomité del comité ejecutivo de planificación y programación: La salud mental en las Américas: Nuevos retos al comienzo del nuevo milenio. 2001.
[21] Ibidem. [22] OPS/OMS La salud en las Américas, volumen I, 1998
[23] Análisis del sector salud en el Distrito capital 1990- 1998. Secretaría Distrital de Salud. 1998 [24] Corporación Salud y Desarrollo. Conversaciones de paz. La Salud en la Agenda de paz. Santa Fe de Bogotá, Enero del 2.000
[25] OPS/OMS La salud en las Américas, volumen I, 1998 [26] Franco A, Saúl, Ochoa J, Doris. La promoción de la salud y la seguridad social. Corporación Salud y Desarrollo, Julio de 1995
[27] Biegel D y AJ Naparstek. Community Support System and Mental