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Manejo integrado de plagas
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as plagas agrícolas pueden ser controladas eficazmente eficazmente aplicando la estrategia de
manejo integrado, una alternativa racional racional para disminuir la dependencia en el uso de insecticidas químicos. químicos. Se basa en las prácticas culturales con orientación al control de plagas, la capacidad que tienen las plantas para tolerar o resistir daños por plagas y la acción de los factores naturales de mortalidad de las plagas, como son parasitoides, depredadores y patógenos. Es la alternativa de control más usada, para substituir el uso inadecuado de los insecticidas.
Los daños por plagas en la agricultura deben reducirse En la agricultura de nuestro país son frecuentes e importantes los daños que causan plagas tan conocidas como el gusano cogollero del maíz, las moscas de las frutas, el picudo del algodonero, las arañas rojas, las mosquitas blancas, las chicharritas o los pulgones que atacan a las plantas cultivadas. Con los insectos se asocian numerosas enfermedades virosas y además se presentan otras causadas por hongos, bacterias, y nemátodos. Las malezas, los roedores y las aves completan este panorama de organismos perjudiciales a l a a gr ic ul tu ra , m is mo s q ue necesariamente tienen que combatirse para disminuir sus daños. Los insectos, hongos y roedores son también un serio problema para los productos agrícolas almacenados. En general, dichos organismos constituyen también serios problemas para la salud del hombre y los animales de importancia ganadera. Aunque este boletín trata del manejo integrado de ácaros e insectos que son plagas de las plantas cultivadas, los principios y la explicación del MIP son, en general, aplicables a los otros grupos de plagas mencionados.
El manejo integrado de plagas es la estrategia racional más comúnmente aceptada para reducir los daños por plagas en la agricultura Durante los últimos 40 a 50 años el combate de los insectos y ácaros que son plagas en la agricultura y el medio rural, se ha hecho principalmente por medio de insecticidas químicos. Algo similar se ha
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hecho en contra de otros grupos de organismos perjudiciales. Esta práctica ha sido muy útil en la protección de las cosechas a través de esos años, pero también ha ocasionado perjuicios relativos a la salud y a vida del hombre, al medio ambiente, a organismos benéficos para la agricultura y ha provocado que muchos insectos y ácaros se hayan convertido en plagas mucho más difíciles de controlar que lo que eran antes del uso de los insecticidas químicos. Muchas de las plagas se han hecho resistentes a los insecticidas y acaricidas químicos y además la peligrosidad de estos productos para la salud del hombre es cada vez más evidente, lo que ha ocasionado la prohibición o la restricción del uso de un buen número de ellos. Desde 1991, están oficialmente p r o hi b id o s ( C I CO P LA F ES T, 1 9 9 6) l a comercialización y el uso, entre otros, del dieldrín, endrín, mirex, BHC, paratión etílico y toxafeno. Además, se ha restringido el uso de insecticidas como DDT, aldicarb, bromuro de metilo, fosfuro de aluminio, lindano, metamidofós, y otros más. Esta tendencia va en aumento y en los próximos años será mayor el número de insecticidas (y otros plaguicidas) prohibidos para la agricultura. Diversas plagas se están combatiendo desde hace varios años mediante otros métodos y los productores están substituyendo a los insecticidas por alternativas más ventajosas, como el Manejo Integrado de Plagas (MIP). La estrategia del MIP se ha venido utilizando desde hace varias décadas en cultivos como el algodonero en algunas regiones agrícolas de México, pero todavía no es de aceptación amplia a pesar de sus ventajas.
Características del Manejo Integrado de Plagas (MIP) Mediante la estrategia del MIP las plagas son tratadas desde el punto de vista de sistemas (sistemas ecológicos) y de poblaciones de las especies. Una plaga en particular forma parte de un sistema. No vive sola y por esto es un error no tomar en cuenta lo que la rodea.
a) Las plantas cultivadas y no cultivadas, sus plagas, los enemigos naturales de éstas y los demás organismos con los que conviven en el medio, forman una comunidad biológica compleja, que con frecuencia se extiende por fuera de los límites de las áreas cultivadas. L os o rg an is mo s d e l a c om un id ad interaccionan fuertemente entre si, pues mientras unos son productores (las plantas) otros son consumidores (los que se alimentan directamente de ellas) y otros son parasitoides, depredadores o patógenos de estos últimos, etc. Esto sucede bajo condiciones de clima, suelo, actividad
humana en general y actividad agrícola en especial. Cuando esto se presenta en una zona agrícola, todos los elementos mencionados, forman, de manera general, un ecosistema agrícola. En los campos agrícolas existen de manera natural muchos insectos, ácaros, hongos, virus y bacterias, que son enemigos de las plagas. Por esto conviene ayudarlos a que hagan mejor su trabajo. Por lo mismo, uno de los objetivos del MIP es modificar o mejorar el ecosistema haciéndolo más favorable para que aumente la mortalidad de las plagas a causa de sus enemigos naturales (y de otros factores naturales de mortalidad) y para que mejoren también las condiciones que favorezcan el desarrollo y la producción de las plantas cultivadas. Las rotaciones de cultivos, el aumento de la diversidad de cultivos, vedas, disminución de sustancias tóxicas para los agentes de control biológico, y otras acciones más deben encaminarse a la modificación del sistema del cual forman parte la planta y la plaga. .
Figura 1. Ejemplo de factores de un ecosistema agrícola que interaccionan con una plaga.
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Figura 2. El manejo de la diversidad de cultivos y, en general, de la diversidad de plantas y animales, forman parte importante del manejo integrado de plagas
a) Con base en lo señalado en los puntos anteriores, la forma más racional de estudiar y manejar a las plagas debe hacerse desde el punto de vista de los ecosistemas, de los cuales forman parte. Además, cada especie debe estudiarse y manejarse desde el punto de vista poblacional, considerando el ecosistema en el cual vive. Deben tomarse en cuenta, de manera especial, las plantas cultivadas y no cultivadas que son hospederas de la plaga, asimismo los enemigos naturales de ésta. Es necesario determinar el comportamiento y las densidades de la plaga a través del año, conocer también las relaciones numéricas entre la densidad de la plaga y el daño que provocan en las plantas. El conocimiento de estas relaciones, así como del costo económico del combate de la plaga, son indispensables para determinar a cuáles niveles de densidad es conveniente
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llevar a cabo acciones de combate, basadas en las relaciones entre costos y beneficios.
b) Los umbrales también toman en cuenta la susceptibilidad y el estado de desarrollo de la planta, el estado biológico de la plaga y la disminución de rendimiento que puede causar, así como el control biológico sobre la plaga y las condiciones del clima. Esta es una tarea de los centros de investigación agrícola que c on vi en e r ev is ar se y a ct ua li za rs e periódicamente. A pesar de las dificultades para determinar experimentalmente los umbrales de acción y asimismo para aplicarlos en condiciones de campo, el uso de los mismos en MIP es necesario, efectivo y redituable para los productores. Algunos ejemplos, simplificados, de umbrales económicos o umbrales de acción son los que se han determinado para el cultivo de la soya. Este cultivo hasta antes de la floración puede tolerar hasta 50% de destrucción de plantas por el periquito tricornudo, sin perder rendimiento
(cuando se siembra a la densidad de unas 40 semillas por metro lineal); en plena floración, el umbral de acción para Heliothis zea es de 3 o 4 larvas por metro lineal de plantas, en cambio, cuando ya están presentes las primeras vainas el umbral es de 6 a 9 larvas por metro lineal de plantas. Generalmente se aplica el umbral de acción cuando se va a hacer uso de un método de combate de efectos más o menos rápidos, como es el caso de los insecticidas químicos. El INIFAP ha propuesto la forma de hacer muestreos de muchas de las plagas importantes y cuándo aplicar una medida de control con base en los umbrales de acción. Sin embargo también son útiles cuando se trata de insecticidas microbiales (por ejemplo Bacillus thuringiensis) o de liberaciones de parasitoides y depredadores de acción rápida (por ejemplo, avispitas tricogramas que parasitan huevecillos de lepidópteros, o catarinitas adultas de Hippodamia spp., que son muy voraces). Debe quedar claro que el MIP logra disminuir o eliminar el uso de plaguicidas y s u bs t it u ir l os p o r l o s m é to d os “recomendables de acuerdo con el MIP” y otros de poco o nulo impacto para el hombre y los recursos naturales. Los plaguicidas pueden aplicarse solamente como último recurso para el control de plagas.
C) El MIP se orienta a la reducción de las densidades de las plagas a través del tiempo. Las medidas de control también procurarán, individualmente o en conjunto, reducir las variaciones de las densidades de
las poblaciones de las plagas a través del tiempo. Asimismo, el MIP debe orientarse, idealmente a lograr lo anterior de manera extensiva, de preferencia a “nivel” de ecosistema, y no solamente en predios aislados.
Característica deseables de los métodos de control que son apropiados de acuerdo con el MIP La estrategia del MIP utiliza preferentemente métodos de control de plagas que cumplan con los requisitos de: • Efectividad contra la plaga. Compatibilidad con otros métodos de control. Por ejemplo, el control biológico es compatible con el aumento en la diversidad de plantas, pero, en muchas situaciones, no es compatible con los insecticidas químicos.
•
Impacto ambiental nulo o bajo, como es el caso de los parasitoides y depredadores, las feromonas, los repelentes, las variedades resistentes a las plagas, etc.
•
Efectos duraderos en el medio, y que contribuyan a modificarlo, para que sea más favorable a las planta y menos apropiado para las plagas.
•
•Economía, desde el punto de vista de costos/beneficios. •Factibilidad técnica de su empleo. •Aceptación por los productores y, en general, por la sociedad.
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Figura 3. Características deseables de los métodos de control.
Métodos de control de plagas m ás r ec om en da b le s d e acuerdo con el MIP Los métodos de control de plagas que son más recomendables desde el punto de vista del MIP son:
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otros métodos de control, antes de que sea necesario. Es conveniente también sembrar variedades que resistan mejor al ataque de las plagas (Figura 4).
1) El que se basa en las prácticas culturales orientadas al control de plagas. Es indispensable conocer cómo se desarrolla el cultivo, cuáles son las etapas más susceptibles al ataque de la plaga, cuáles son las fechas de siembra más convenientes para escapar al ataque de las plagas, qué hacer después de la cosecha para disminuir la población de insectos que se refugian en los residuos de los cultivos, en el suelo, etc.
3) El control biológico es parte muy importante del MIP, como ya se explicó antes. Además de cuidar y reforzar la acción de los agentes de control biológico que normalmente están presentes en el ecosistema, pueden liberarse o aplicarse en el campo, parasitoides, depredadores y microorganismos patógenos de plagas que son producidos en centros de reproducción o laboratorios especializados, como el de Irapuato, Gto., Zapotlanejo, Jal., Tecomán, Col., o Río Bravo, Tam., y que año con año han ido aumentando en número en nuestro país.
2) El basado en las características de tolerancia o resistencia de las plantas al ataque y daño por las plagas. Todas las plantas resisten alguna cantidad de lesiones causadas por las plagas, sin que esto reduzca sus rendimientos. Es necesario conocer cuáles son los límites de tolerancia a las plagas, para no aplicar insecticidas y
Es muy común encontrar en el campo enemigos naturales de las plagas, como son, entre otros, las catarinitas Hippodamia , crisopas verdes, chinches ojonas, chinches pirata, chinches asesinas, chinches pajizas, los cólops, numerosas avispitas parasitoides como los bracónidos y tricogramátidos, así como hongos, bacterias, virus, aves y otros grupos
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Figura 4. Ejemplo de tolerancia de una planta al ataque de una plaga.
más. Individualmente y en conjunto hacen un trabajo muy importante, eliminando a muchos insectos perjudiciales. Los producidos en laboratorios o centros de reproducción de organismos benéficos son , entre otros, las avispitas tricogramas que parasitan huevos de plagas, crisopas verdes, hongos Beauveria y Metharrizium, bacterias Bacillus thuringiensis y otros más.
4) Los métodos de interferencia, dentro de los que sobresalen las feromonas y los repelentes de insectos.
El MIP factor clave para la agricultura sostenible La aplicación del MIP puede constituirse en un factor clave de la sostenibilidad de la agricultura. Los principios básicos del MIP, los métodos de control d e plagas, que van de acuerdo con dichos principios y las metas que pretenden, son coincidentes con varios de los aspectos fundamentales
de la agricultura sostenible. Conservar o mejorar la salud del hombre, igualmente la diversidad biológica así como los recursos naturales en general, optimizar la acción de los factores naturales de mortalidad de las plagas, la disminución o eliminación de productos químicos de alto impacto ambiental, son todos objetivos comunes del MIP y la agricultura sostenible. El MIP y la agricultura sostenible contribuyen a que los productores cultiven sus campos con mayor confianza desde el punto de vista técnico y con mayores expectativas de mejorar su calidad de vida. Contribuyen así a fomentar el interés por desarrollar la agricultura y a conservar esta actividad fundamental para la vida del hombre.
Ventajas del MIP De acuerdo con lo que hemos apuntado, son varias las ventajas que tiene el MIP sobre otras formas de combatir a las plagas:
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1. Chinches piratas
2. Catarinitas
3. Cólpos H
H N
L L A
A
A
4. Crisopas verdes
5. Sírfidos
H
6. Dolicópodidos
L
A A
A
7. Tricogramas
8. Bracónidos
9. Traquínidos
L
L
A
A A
Figura 5. Insectos depredadores (1 a 6) y parasitoides (7 a 9) comunes de plagas agrícolas. (H: huevos, N: ninfa, L: larvas, A: adultos)
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a) Reduce las densidades de las poblaciones de las plagas y las variaciones de las mismas a través del tiempo de manera más durable que otros métodos. Esto permite pronosticar con mayor seguridad lo que puede esperarse de las plagas a plazos cortos o medianos. De acuerdo con lo anterior, es posible planear acciones de c on tr ol c on m ay or o po rt u ni da d y probabilidades de éxito. b) Disminuye el uso de plaguicidas. c) Disminuye la cantidad de residuos tóxicos en los alimentos del hombre y los animales domesticados. d) Preserva o mejora la salud del hombre. e) Contribuye a la protección ambiental en las zonas agrícolas y relacionadas. f) Conserva la diversidad biológica en el medio. g) Conserva a los enemigos naturales de las plagas. h) Evita la dependencia en un solo método de control. i) Es potencialmente más barato. Sobre todo a plazos mediano y largo. j) Contribuye a organizar a los productores y otros grupos interesados en la agricultura, para apoyar, planear y realizar actividades de investigación, divulgación y programas de control de plagas de manera sostenida y extensiva.
Recomendaciones generales para el manejo integrado de plagas 1. Seleccionar variedades de plantas que resistan o toleren mejor que otras el ataque de plagas y enfermedades. El INIFAP y las empresas productoras de semillas de trigo, maíz, soya, hortalizas y otras plantas cultivadas han obtenido variedades que resisten mejor que otras al ataque de ciertas plagas y enfermedades.
2. Orientar las prácticas culturales (vedas estacionales, fertilización adecuada, fechas de siembra, densidad de siembra, sistema de siembra, cultivos múltiples, etc. ) hacia la reducción de la presencia y daño por las plagas y hacia el aumento de la densidad, diversidad y acción de parasitoides y depredadores de las plagas. Llevar a cabo prácticas de saneamiento de los predios para eliminar físicamente a las plagas: podas, recolección de frutos y partes vegetales infestadas, eliminación de residuos infestados de cosechas, etc.
3. Inspeccionar el campo con la frecuencia que demanden la planta, la plaga y sus enemigos naturales, para poder tomar decisiones, según convenga, sobre cuándo y cómo aplicar medidas de control de la plaga. 4. Proteger a los enemigos naturales de las plagas y aumentar su acción. Los insecticidas son muy perjudiciales para los enemigos naturales de las plagas. Los cultivos múltiples pueden ser benéficos para los parasitoides y depredadores, igualmente la presencia de otras plantas (diferentes a la Manejo integrado de plagas
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cultivada) que sirvan de alimento y refugio a dichos organismos.
5) Liberar en el campo parasitoides y depredadores de plagas con base en la densidad de los huevos, larvas, o adultos, que puedan ser atacados por aquellos. Tomar en cuenta el daño que puede causar la plaga, la calidad de los enemigos naturales, el costo/ beneficio de las liberaciones, y la regulación que pueden lograr sobre la población de la plaga.
No deben aplicarse insecticidas cuando existen parasitoides y depredadores en cantidad suficiente para controlar a la plaga. Aplicar solamente insecticidas o acaricidas recomendables para la plaga. Utilizar las dosis que sean adecuadas. No exceder estas dosis. Evitar el uso de mezclas de plaguicidas. Aplicar cuando las condiciones del clima sean favorables: sin peligro de lluvia, con temperaturas moderadas y vientos no fuertes.
Figura 6. Algunos métodos y factores importantes para decidir la aplicación de medidas de combate.
6. Reducir el uso de insecticidas químicos . La aplicación de un insecticida debe basarse en inspecciones frecuentes y en el criterio de los umbrales económicos (o umbrales de acción).
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Asegurarse de que el equipo de aplicación esté en buenas condiciones y que se use adecuadamente.
Para prevenir intoxicaciones, los aplicadores deben evitar el contacto directo con los plaguicidas; deben usar equipo adecuado que incluya mascarilla, guantes, anteojos, ropa y calzado y bañarse con abundante agua y jabón después de las aplicaciones.
7. Hacer aplicaciones de o usar substancias que son tóxicas o que interfieren con la vida normal de las plagas como son los repelentes, las feromonas, los reguladores del crecimiento de los insectos y otros más. Los insecticidas botánicos se han usado desde hace muchos años. Siguen siendo útiles para el control de insectos y entre ellos se cuentan la rotenona, la sabadilla, la anabasina y la nicotina. En la actualidad se utilizan también extractos e infusiones de diversas plantas que son útiles como repelentes, antialimentarios, o que evitan la oviposición de los insectos sobre las plantas a las cuales se aplican. Algunas de las plantas que tienen propiedades como las mencionadas, son las siguientes: Nim ( Azadirachta indica), Higuerilla (Ricinus communis), Cempazúchil (Tagetes erecta), Ajo (Allium sativum ) y Epazote (Chenopodium ambrosioide ). En el mercado encontramos feromonas útiles para «monitorear» la presencia, distribución y abundancia de diversas plagas, así como para provocar desorientación de los adultos en el campo y evitar con esto que las hembras y los machos se encuentren y que tengan progenie. Algunos ejemplos de feromonas son la del gusano rosado de algodonero, la del gusano alfiler del jitomate y la del gusano soldado. Ejemplo de reguladores del crecimiento, es el diflubenzurón, que obstaculiza el desarrollo normal de insectos, principalmente lepidópteros.
8. De preferencia, aplicar el MIP de manera sostenida, extensiva y organizada.
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Responsables de la ficha técnica Raquel Alatorre Rosas, Hiram Bravo Mojica, Jorge L. Leyva Vásquez y Arturo Huerta De la Peña
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