Stanislaw Lem Ciberíada
Título original: Cyberiada Traducción: Maurizio Jadwiga ©196 b! Stanislaw Lem "lustraciones: #aniel Mróz Traducción: ©$ditorial %ruguera& S' (' 19)9 *resentación: *resentación: ©Carlo +rabetti 19)9 #igitalización:Ci,tus - .e/isión: abur0cocolat oct2334 $dición e5boo: Jac7233
STANISLA STANISLAW W LEM
Nació el 12 de setiembre de 1921 en Lvov, ciudad de Ucrania que hasta 1939 perteneció a Polonia. En la actualidad reside en racovia. !urante la "e#unda $uerra %undial traba&ó como mec'nico de automóviles. (erminada (erminada la #uerra estudió medicina, especiali)'ndose en psicolo#*a. "e ha interesado tambi+n por cuestiones de mate ma tem' m'ti tica cass cibe cibern rn+t +tic ica, a, es miem miembr broo -und -undad ador or de la "oci "ocied edad ad Pola Polaca ca de stron'utica. !esde 19/3 19/3 ense0a literatura polaca en la Universidad Universidad de racovia.
"8#"C$: —Presentación: —Presentación: Fábulas de robots para no robots, por por Carlo Frabetti —Expedición primera, o la trampa de Garganciano Garganciano (Wypraa (Wypraa piers!a, c!yli pu"ap#a Garganc$ana% Garganc$ana% —Expedición primera a, o el Electrobardo de &rurl (Wypraa (Wypraa piers!a ', c!yli Ele#tryba"t &rurla% —Expedición segunda, segunda, o la oerta del rey Cruelio (Wy (Wypraa druga, c!yli oerta #róla )#rucyus!a% —Expedición tercera, o los dragones de la probabilidad (Wypraa (Wypraa tr!ecia, c!yli smo#i pradopodobie*sta% pradopodobie*sta% —Expedición cuarta, o de cómo &rurl se sir+ió de un mu$erotrón para liberar al prncipe Pantárctico de las torturas del amor, y de cómo luego tu+o -ue usarse un lan!ani.os (Wypraa c!arta, c!yli o tym, $a# &rurl #obietron !astosoa", #róleic!a Pantar#ty#a od m/# mi"osnyc0 c0c/c !bai1, i $a# potem do u2ycia d!ieciomiotu pr!ys!"o% —Expedición -uinta, o las tra+esuras del rey 3alerión (Wypraa (Wypraa pi/ta, c!yli o iglac0 #róla 3aleryona% —Expedición -uinta a, o la consulta de &rurl &rurl (Wypraa (Wypraa pi/ta ', c!yli #onsultac$a &rurla% —Expedición sexta, o de cómo &rurl y Clapaucio crearon un demonio de segunda especie para +encer al pirata 4orrón (Wypraa s!ósta, c!yli $a# &rurl i 5lapauc$us! demona drugiego rod!a$u stor!yli, aby !bó$c6 G6bona po#ona1% —Expedición s7ptima, s7ptima, o de cómo su propia perección puso a &rurl en un mal trance (Wypraa (Wypraa siódma, c!yli o tym, $a# $ a# "asna dos#ona"o81 &rurla do !"ego pr!yiod"a% —Cuentos de las tres má-uinas abulistas del rey Genialón (3a$#a o tr!ec0 mas!ynac0 mas!ynac0 opoiada$/cyc0 opoiada$/cyc0 #róla Genialona% Genialona% —— 9Cuentos Cuento; —'ltruicina, o una 0istoria +erdadera donde se cuenta de cómo el ermita.o 3oniacio -uiso 0acer eli! al Cosmos, y de cuáles ueron los resultados ('ltrui!yna, c!yl c!ylii opo opoie ie81 81 pra prad! d!i iaa o tym, tym, $a# $a# pust pustel elni ni##
E C?P>=)E=)&@C)A, )= &'BE &'BE )F E >E'=& — Prince Ferrix and t0e Princess Crystal (5obys!c!6% (5obys!c!6%
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iniciados —ni beneiciarios— contemplen el progresoH tecnológico con cierto recelo, cuando no con positi+o temorI n temor -ue, cuando altan la inormación y la capacidad crtica necesarias para llegar al ondo de la cuestión, se con+ierte ácilmente en temor irracional a la cosa en s —la tecnologa, en este caso— en +e! de centrarse en su manipulación clasista, aut7ntica ra!ón de -ue la ciencia y la tecnologa a+an!ada puedan constituir una amena!aI Este temor —al -ue cabe llamar tecno-obia — presenta dos aspectos principales: por una parte, el miedo al poder destructi+o y a+asallador de ciertos logrosH tecnológicosJ por otra, el temor de -ue la má-uina desplace al 0ombre como productor, cosa -ue en una sociedad e-uitati+a y racional debera contemplarse como una go!osa liberación, pero -ue en la nuestra, basada en la explotación y la competencia, supone una constante amena!a para los traba$adores, y no sólo para los manualesJ pi7nsese en los ormidables a+ances de la cibern7ticaI Ba idoneidad del smbolo del robot para polari!ar este doble temor es bastante ob+ia: el robot es un 0ombre mecánicoH, culminación simbólica de la usurpación por parte de la má-uina del lugar del 0ombreJ como además se lo puede —y suele— imaginar in-uie —tamente poderoso, ya sea sica, mentalmente o en ambos sentidos a la +e!, se presta muy bien para expresar la tecnoobia antes aludidaI ?, de 0ec0o, la ciencia icción subcultural, e incluso la de ciertas pretensiones, nos orece innumerables e$emplos de robots y supercomputadoras -ue —como su primo 0ermano, la criatura de Fran#enstein— se rebelan contra su creador, con unestas conse —cuenciasI ólo la ciencia icción más seria, menos condicionada por nuestros mitos culturales —ideológicos, en Kltima instancia—, recurre al smbolo del robot con otros ines, como el de se.alar la importancia de una tecnologa al ser+icio del 0ombre, o para utili!ar la implacable lógica de los cerebros electrónicos como contrapunto yLo espe$o de las contradicciones y los pre$uicios 0umanosI 'l igual -ue la tecnologa -ue simboli!a, el robot es un instrumento —meramente narrati+o, por a0ora— lleno de posibilidades, pero constantemente constantemente expuesto a un uso negati+oI negati+oI Ao es 7ste, por cierto, el caso de la iber*ada de Bem, -uien 0a logrado aclimatar con 7xito en este dicil terreno su ecundo talento de abulador y, sobre todo, abulistaI Prolongador y actuali!ador de esa gran corriente antástico—satrica -ue pasa por los Cyrano, los Doltaire y los it, Bem 0a creado, con su iber*ada, la ábula robóticaI n tipo de ábula, además, -ue se ale$a del tradicional y asaltado camino 0acia la ácil morale$a para adentrarse en los terrenos muc0o más 7rtiles de la poesa, la irona, el 0umor y una antasa -ue a menudo ro!a o penetra en el surrealismoI &odo ello con un denso e in-uietante —Mse puede 0ablar de Bem sin utili!ar este ad$eti+oN— trasondo ilosóico, -ue el tono esti+o y desenadado de los relatos no 0ace sino real!arI Carlo Frabetti
$=*$#"C"8 *."M$.(& < L( T.(M*( #$ >(.>(8C"(8< Cuando el Cosmos no estaba tan desa$ustado como 0oy da y todas las estrellas guardaban un buen orden, de modo -ue era ácil contarlas de i!-uierda a derec0a o de arriba aba$o, reunidas además en un grupo aparte las de mayor tama.o y más a!ules, y las pe-ue.as y amarillentas, como cuerpos de segunda categora, metidas por los rinconesJ cuando en el espacio no se +islumbraba ni rastro de pol+o, suciedad y basura de las nebulosas, en a-uellos +ie$os tiempos, tan buenos, exista la costumbre de -ue los
constructores con
Bos sKbditos de 4onstrogrito se le+antaban temprano, +estan modestamente y se acostaban tarde, por-ue traba$aban muc0oI Preparaban sacos de tierra y 0acinas para las ortiicaciones, abricaban armas y denunciasI Para -ue el estado no se +iniese aba$o por exceso de estas Kltimas (se produ$o una crisis de esta clase durante el reinado de 3artolino el de Cien )$os, cientos de a.os atrás%, la persona -ue 0aca demasiadas denuncias tena -ue pagar un impuesto especial de lu$oI
+eteranos de innKmeras batallas, y no se cansaba nunca de or relatos guerreros -ue se contaban en torno a los uegos de campamentoI ' +eces, al recibir a un dignatario extran$ero, se golpeaba de pronto la rodilla con el cetro, exclamando: ' ellosRH, o Ouitadme de a-u este acora!ado, muc0ac0osRH, o Oue me a0or-uenRH, ya -ue por encima de todo amaba y admiraba: el +igor y el cora$e de sus ieles 0uestes, los pies de cerdo guisados con alco0ol puro, el pan seco, los ca.ones y balasI Por eso, si se senta triste, 0aca desilar ante s regimientos -ue cantaban: (ropa -ileteada, idas de marra, todos chatarra, El tornillo suena, o no ten#o pena,o bien la antigua marc0a real: !el enemi#o la cora)a es m's blanda que mela)a. El rey ordenó -ue, cuando muriera, la +ie$a guardia cantara $unto a su tumba su canción preerida: El robot vie&o ha de herrumbrarse. Clapaucio no consiguió llegar directamente a la corte del monarcaI En el primer pueblo -ue encontró llamó a +arias casas, pero nadie le abrió la puertaI En las calles no 0aba un almaI
instancia superior, someti7ndose mientras tanto a Clapaucio a tortura, más bien por el sentido del deber -ue por necesidadI na semana despu7s, la situación tomó un cari! más a+orable: el reo, arreglado y limpio, ue en+iado a la capital, donde, 0abiendo aprendido las normas de la eti-ueta cortesana, obtu+o el 0onor de ser recibido en audiencia pri+ada por el reyI Be dieron incluso una trompeta, ya -ue en lugares oiciales cada ciudadano anunciaba su llegada y su marc0a con un trompeteoJ la disciplina era tan rgida, -ue en todo el estado la salida del sol no +ala sin un to-ue de cornetaI 4onstropito pidió, naturalmente, armas nue+asJ Clapaucio prometió cumplir el deseo del monarca, asegurándole -ue su in+ento iba a re+olucionar las mismas bases de la acción b7licaI —MOu7 e$7rcito es in+encibleN —preguntó, dando en seguida la respuesta—I El -ue tiene me$ores $ees y soldados más disciplinadosI El $ee da órdenes y el soldado obedeceJ el primero tiene -ue ser, pues, inteligente y el segundo, disciplinadoI in embargo, la sabidura de un intelecto, incluso militar, está su$eta a unos lmites naturalesI Por otra parte, un $ee genial puede topar con otro igualmente dotadoI Puede caer tambi7n en el campo de 0onor de$ando 0u7rana a su tropa, o bien 0acer otra cosa muc0o peor toda+a, si, acostumbrado proesionalmente a pensar, acaricia el sue.o de 0acerse con el poderI HMAo es acaso peligrosa una banda de oiciales superiores, cubiertos de orn en los campos de batalla, a -uienes el esuer!o mental b7lico reblandeció tanto las meninges -ue empie!an a so.ar con el tronoN MAo ue acaso 7ste el in de numerosos reinadosN
reser+a, +ale tanto como todos los estrategas $untosI 's se pueden conseguir ormaciones de una genialidad estremecedoraI Ao 0ay -ue temer una alta de disciplina, no puede 0aberla, ya -ue M-ui7n no se obedece a s mismoN Este procedimiento termina con los anto$os y capric0os indi+iduales, con la e+entual incapacidad de los $ees, con sus mutuas en+idias, emulaciones y conlictosJ una +e! unidas las ormaciones, no deben +ol+er a separarse, ya -ue en caso contrario sólo pro+ocaramos un caosI E$7rcito sin $ees, $ee de s mismo, 0e a-u mi ideaR Con estas palabras terminó Clapaucio su discurso, -ue de$ó una prounda impresión en el reyI —Dáyase a su acantonamiento —di$o inalmente el monarca— y yo deliberar7 con mi estado mayorQ —)0, no lo 0aga, 4a$estadR —exclamó astutamente Clapaucio, ingiendo una gran turbación—I El emperador &urbuleón obró as y su estado mayor, deendiendo sus propios empleos, saboteó el proyectoI Poco tiempo despu7s, el +ecino de &urbuleón, el rey Esmalteo, atacó con su e$7rcito reormado el estado del emperador y lo de+astó a pesar de -ue el nKmero de sus soldados era oc0o +eces menorI
total, proclamando -ue uera de 7l no exista concretamente nadaI Puesto -ue de ello se deduca -ue no 0aba ni monarca ni enemigo, 0ubo -ue +ol+er a separar en secreto a sus soldados, e incorporarlos en las unidades adscritas al realismo epistemológicoI egKn parece, y simultáneamente, en el estado de 4onstrogrito la sexta di+isión de comandos se pasó de los e$ercicios de cargar el arma a los e$ercicios msticos y, sumida en la contemplación, por poco se sume en un torrenteI Ao se conocen bien los pormenores del acontecimientoJ lo cierto es -ue $usto entonces ue declarada la guerra y los batallones, en medio de un gran estruendo de 0ierros, empe!aron a a+an!ar lentamente por ambos lados 0acia la ronteraI Ba ley del maestro Garganciano uncionaba con una perección implacableI Cuando unas ormaciones se unan con otras, aumentaba proporcionalmente su sensibilidad artstica, -ue llegaba al máximo al ni+el de la di+isión reor!adaI Por esta ra!ón, las ilas -ue las constituan se despistaban ácilmente corriendo tras cual-uier mariposillaI Cuando la columna motori!ada —-ue lle+aba el glorioso nombre de 3ardolimo— llegó al pie de la ortale!a enemiga -ue deba con-uistar, el plan de ata-ue, elaborado a-uella misma noc0e, resultó ser un magnico retrato de las susodic0as ortiicaciones, pintado, por a.adidura, conorme a los cánones de la escuela abstraccionista, opuesta totalmente a las tradiciones militaresI 'l ni+el de cuerpos de artillera se maniestaba principalmente la más prounda problemática ilosóicaJ al mismo tiempo, esas grandes unidades, por distracción caracterstica de los seres geniales, de$aban abandonados en cual-uier sitio las armas y el e-uipo pesado, o bien ol+idaban del todo -ue 0aba guerraI En cuanto a e$7rcitos enteros, sus almas se debatan en los mKltiples comple$os -ue suelen agobiar las indi+idualidades muy mati!adas, por lo -ue ue preciso poner al ser+icio de ambos unas brigadas psicoanalticas motori!adas -ue les prodigaban durante las marc0as los cuidados oportunosI 4ientras tanto, los dos e$7rcitos, acompa.ados por el incesante estruendo de tambores y trompetas, se colocaban lentamente en las posiciones iniciales pre+istasI eis batallones de asalto de inantera, unidos con una brigada de morteros y un batallón de reser+a, compusieron, cuando les enc0uaron un pelotón de e$ecución, un oneto sobre el 4isterio de la ExistenciaH 0aci7ndolo, por más se.as, durante una marc0a nocturna 0acia su punto de destinoI En ambos bandos empe!aba a reinar un cierto desorden: el Cuerpo 4arlabardo AIT UV exclamaba -ue era imprescindible dar una mayor precisión al concepto enemigoH, -ue le pareca lastrado, 0asta entonces, de contradicciones lógicas e, incluso, carente de sentidoI Bas unidades de paracaidistas intentaban algoritmi!ar las aldeas +ecinasJ las ilas entrec0ocaban, as -ue ambos reyes empe!aron a en+iar a los ayudantes de campo y enlaces extraordinarios para -ue impusieran el orden en sus tropasI in embargo, todos, apenas renado el galope del caballo $unto al batallón indicado, apenas pronunciada una pregunta por el origen de a-uel caos, entregaban inmediatamente su espritu al espritu del e$7rcitoI Bos reyes se -uedaron, pues, sin ayudantesI e demostraba -ue la conciencia era una trampa terrible en la cual se entraba ácilmente, pero -ue no de$aba salir a nadieI 'nte la +ista del mismo rey 4onstrogrito, su primo, el Gran
' a-uella se.al prolongada, los dos e$7rcitos se ensamblaron deiniti+amente en su totalidadI El +iento lle+ó 0acia el uturo campo de batalla el ormidable estruendo emitido por los contactos al cerrarse y, en el lugar de millares de granaderos y ca.oneros, apuntadores y cargadores, guardias reales y artilleros, !apadores, gendarmes y comandos, nacieron dos espritus gigantescos -ue se miraron con miles de o$os a tra+7s de la gran llanura, ba$o unas nubes blancasI >ubo un momento de proundo silencio: ambos bandos alcan!aron la amosa culminación de la conciencia, pre+ista por el gran Garganciano con una precisión matemáticaI Bo -ue ocurre es -ue, superado un cierto lmite, el militarismo, enómeno puramente local, se con+ierte en ci+ilismo, por la sencilla ra!ón de -ue el Cosmos en su esencia es absolutamente ci+ilI ?, precisamente, el espritu de ambos e$7rcitos 0aba alcan!ado ya las dimensiones cósmicasR 'un-ue por uera brillara el acero, cora!as, obuses y morteras lan!as, por dentro se le+antaron olas de un doble oc7ano de serenidad tolerante, amistad uni+ersal e inteligencia perectaI Formadas en las aldas de las colinas, relucientes ba$o los rayos del sol, las dos tropas se sonrieron mutuamente con cari.oI &rurl y Clapaucio estaban subiendo a bordo de su na+e cuando ocurrió lo -ue pretendan: ante la +ista de los dos reyes, ennegrecidos de +ergen!a y rabia, los e$7rcitos enemigos carraspearon, se tomaron del bra!o y $untos dieron un paseo cogiendo lores sil+estres ba$o el cielo a!ul, en el campo de una batalla -ue no llegó a librarseI
$=*$#"C"8 *."M$.( (& < $L $L$CT.<%(.#< #$ T.;.L ' in de e+itar toda clase de reproc0es y malentendidos, debemos aclarar -ue ue, al menos en el sentido literal, una expedición a ninguna parteI &rurl no se 0aba mo+ido durante a-uel tiempo de su casa, excepto los das pasados en las clnicas y un corto +ia$e sin importancia a un planetoideI in embargo, en el sentido proundo y ele+ado, ue una de las expediciones más le$anas -ue el insigne constructor 0aya emprendido, ya -ue le condu$o a los mismos lmites de lo posibleI na +e! &rurl construyó una má-uina de calcular -ue resultó ser capa! de una sola operación: multiplicaba Knicamente dos por dos, dando, encima, un resultado alsoI Ba má-uina era, empero, muy ambiciosa y su disputa con su propio constructor casi termina trágicamenteI
Ba magnitud de la tarea 0ubiera 0ec0o renunciar a cual-uier persona -ue no uera &rurl, pero al +aliente constructor ni se le ocurrió batirse en retiradaI Bo primero -ue 0i!o ue in+entar una má-uina -ue modelaba el caos y en la cual el espritu el7ctrico sobre+olaba las el7ctricas aguasI Buego a.adió el parámetro de la lu!, luego el de las nebulosas, acercándose as, paso a paso, a la primera 7poca glacial, lo -ue sólo ue posible gracias a -ue su má-uina modelaba, durante una -uintomillard7cima racción de segundo, cien septillones de acontecimientos en cuatrocientos octillones de lugares a la +e!J si alguien supone -ue &rurl se e-ui+ocó en alguna cira, puede comprobar personalmente todos los cálculosI @ba &rurl modelando los inicios de la ci+ili!ación, el tallado del slex y el curtido de pieles, saurios y dilu+ios, el cuadrupedismo y el rabismoJ luego 0i!o al pre— rostropálido -ue dio origen al rostropálido, in+entor de la primera má-uina, y as se desarrollaba la obra por eones y milenios, en medio del susurro de torbellinos y corrientes el7ctricasI Cuando en la má-uina modeladora escaseaba el espacio para la 7poca siguiente, &rurl le abricaba un nue+o compartimientoJ de esos adminculos se creó una especie de pueblo con cables y lámparas tan enmara.ados -ue ni el mismo diablo los poda ordenarI in embargo, &rurl iba saliendo del paso, y sólo dos +eces tu+o -ue repetir lo mismo: una +e!, por desgracia, ue obligado a +ol+er casi al principio, por-ue le salió -ue 'bel mató a Can y no Can a 'bel (por culpa de un cortocircuito de la lnea -ue se 0aba -uemado%, la segunda +e! bastó con retroceder trescientos millones de a.os solamente, 0asta el meso!oico medio, ya -ue en +e! del primer pe! -ue dio origen al primer saurio -ue dio origen al primer mamero -ue dio origen al primer mono -ue dio origen al primer rostropálido, pasó una cosa incomprensible: salió -ue en lugar del rostropálido le salió a &rurl el post—recocidoI egKn parece, una mosca se metió en la má-uina, dando un golpe al interruptor operacional superconductorI Fuera de eso, todo iba como una sedaI Fueron modelados el medioe+o y la antigedad y los tiempos de las grandes re+oluciones, de modo -ue en ciertos momentos toda la má-uina temblaba y 0aba -ue rociarla con agua y en+ol+erla en trapos mo$ados, para -ue no estallaran las lámparas -ue modelaban los más importantes progresos de la ci+ili!aciónJ esa clase de progreso, sobre todo reproducido con tanta rapide!, por poco destro!a todas las pie!as delicadasI >acia inales del siglo xx la má-uina cogió primero una +ibración en diagonal y luego un temblor longitudinal, sin ninguna causa aparenteI &rurl se preocupó muc0o y 0asta preparó una cantidad de cemento y grapas de 0ierro para sal+arla en caso de -ue se derrumbaraI 'ortunadamente, no 0ubo -ue recurrir a medios tan extremos: tras pasar por el siglo xx, la má-uina recuperó su marc0a normalI ubiera -uerido in+itar a Clapaucio a la puesta en marc0a, pero relexionó y optó por 0acer la primera prueba en soledadI Ba má-uina pronunció en el acto una conerencia
sobre el pulido de prismas cristalográicos para el estudio inicial de pe-ue.as anomalas magn7ticasI &rurl debilitó, pues, los circuitos lógicos y reor!ó los emocionales: la má-uina reaccionó con un acceso de 0ipo y luego con otro de llanto, para balbucear inalmente con gran esuer!o -ue la +ida era 0orribleI &rurl reor!ó la semántica y construyó un adminculo para la +oluntad: la má-uina maniestó -ue se le deba obedecer en todo y exigió -ue se le a.adieran seis pisos a los nue+e de -ue constaba para poder dedicarse a pensar en el enigma de la existenciaI &rurl le instaló un estrangulador ilosóico y entonces la má-uina no le -uiso 0ablar más y empe!ó a darle sacudidas con la corrienteI &ras grandes sKplicas, consiguió -ue le cantara una corta canción: &engo una gatita con cola blan-uitaH, pero a-u pareció 0aberse agotado su repertorioI &rurl se puso a atornillar, estrangular, reor!ar, alo$ar, regular, 0asta ponerla, segKn crea, en su puntoI Entonces la má-uina lo obse-uió con un poema de tal clase -ue dio gracias a
&rurl apretó los labios, dio a la má-uina unos golpes de corriente y +ol+ió a conectarI Esta +e! el timbre de la +o! era muc0o más puroI Ou7 deleite, a-uel bartono gra+e, mati!ado de seductoras inlexionesR 'pentula norato toisones gordosos En redeles cu+icla y mata torri$as Erpidanos manota suple venci&as mordientes purlones videa carposos —MOu7 idioma 0ablaN —preguntó Clapaucio, obser+ando con perecta calma el cierto pánico -ue agitaba a &rurl $unto al armario de mandoI El constructor, 0aciendo un ademán de desespero, corrió inalmente escalera arriba 0acia la cumbre del coloso de aceroI e lo +ea por abiertas escotillas, arrastrándose a cuatro patas en los interiores de la má-uinaJ se oan sus martilla!os, rabiosas palabrotas, ruidos de lla+es y destornilladoresJ sala de un agu$ero para meterse en otro, iba corriendo de galera en galera, 0asta -ue inalmente dio un grito triunal, tiró al suelo una lámpara -uemada -ue se estrelló a un paso de los pies de Clapaucio (al -ue ni si-uiera pidió perdón%, puso apresuradamente una nue+a en su sitio, se limpió las manos con un pa.ito de pol+o y gritó a Clapaucio desde arriba -ue conectara la má-uinaI e de$aron or entonces las siguientes palabras: (res soladas caentes mondas correaban, pelaida secuona mancionitas sorna, echa patebre #rita, las -ondas seaban, 4asta que re#ru0ente sin ropa torna. —Esto +a me$orR —exclamó &rurl, no muy con+encido—I Bas Kltimas palabras tenan sentidoI M&e i$asteN —3uenoQ si esto es todoQ —di$o Clapaucio, sin abandonar su extrema urbanidadI —' la porraR —+ocieró &rurlI ? +ol+ió a desaparecer dentro de la má-uina, de donde empe!aron a llegar golpes y ruidos, c0as-uidos de descargas y a0ogados $uramentos del constructorJ por in sacó la cabe!a por una pe-ue.a escotilla del tercer piso y gritó: —'prieta a0oraR Clapaucio lo 0i!oI El Electrobardo tembló desde la base 0asta la cumbre y empe!ó: 5vido de mocina sucia, pan#el panchurroso, (ra#a las mimositas6 '-u se interrumpió el poema: &rurl arrancó con rabia un cable, la má-uina tu+o un estertor y se -uedó mudaI Clapaucio rea tanto -ue tu+o -ue sentarse en el sueloI &rurl segua !arandeando los cables y manecillas, de repente 0ubo un c0as-uido, una sacudida, y la má-uina pronunció en +o! pausada y concreta: E#o*smos, envidias 7cosas de bastardo7. Lo ver' el que quiere con Electrobardo %edirse8 un enano. Pero, oh, lapaucio, o, #randioso poeta, pronto te desahucio: —DayaR Ao me digasR n epigramaR 4uy oportunoR —exclamaba &rurl, girando sobre s mismo cada +e! más aba$o, ya -ue estaba ba$ando a la carrera por una estrec0a escalerita de caracol, 0asta -ue, saltando auera, casi c0ocó con su colega, -ue 0aba cesado de rer, un tanto sorprendidoI —Es malsimo —di$o en seguida Clapaucio—I 'demás, no es 7l, sino tKR —?o, M-u7N —Bo 0as compuesto tK de antemanoI Bo recono!co por el primiti+ismo, la malicia sin +igor y la pobre!a de rimasI
—MEso creesN 4uy bienR Pdele otra cosaR Bo -ue -uierasR MPor -u7 no dices nadaN M&ienes miedoN —Ao tengo ningKn miedoI Estoy pensando —contestó Clapaucio, ner+ioso, esor!ándose en encontrar un tema de lo más dicil, ya -ue supona, no sin ra!ón, -ue la discusión acerca de la perección —o los deectos— del poema compuesto por la má-uina sera ardua de !an$arI —Oue 0aga un poema sobre la ciberóticaR —di$o de pronto, sonriendo—I Ouiero -ue tenga máximo seis +ersculos y -ue se 0able en ellos del amor y de la traición, de la mKsica, de altas eseras, de los desenga.os, del incesto, todo en rimas, y -ue todas las palabras empiecen por la letra CR —MPor -u7 no pides de paso -ue incluya tambi7n toda la teora general de la automática ininitaN —c0illó &rurl, uera de s—I Ao se puede poner condiciones tan cretiQ Ba rase -uedó sin terminar, por-ue ya +ibraba en la na+e el sua+e bartono: iberotómano assio, cruel, c*nico, uando condesa lara cortaba claveles, lamó8 ;En mi cora)ón candente c'ntico El cupido te canta a cien cent*beles:< Cándida, le creaQ Cassio cas-ui+ano amela a la cu0ada de co#ote cano. —MOu7Q -u7 te pareceN —&rurl le miraba con los bra!os en $arras, pero Clapaucio ya estaba gritando: —'0ora con la GR n cuarteto sobre un ser -ue era al mismo tiempo una má-uina pensante e irrelexi+a, +iolenta y cruel, -ue tena diecis7is concubinas, alas, cuatro cores pintados y en cada uno mil monedas de oro con el peril del emperador 4urdebrod, dos palacios, y -ue llenaba su +ida con asesinatos yQ $olestano #arboso #astaba #onela6 Qempe!ó a recitar la má-uina, pero &rurl saltó 0acia la consola, pulsó el interruptor y, protegi7ndolo con su cuerpo, di$o con +o! a0ogada: —e acabaron las bromas tontasR Ao permitir7 -ue se malogre un gran talentoR ) encargas poemas decentes, o se le+anta la sesiónR —MOu7 pasaN MAo son +ersos decentesNQ —-uiso discutir ClapaucioI —AoR on unos rompecabe!as, unos trabalenguasR Ao 0e construido la má-uina para -ue resol+iera crucigramas idiotasR Bo -ue tK le pides son malabarismos, y no el Gran 'rteR
>*r de mi amante, oh, alma, quer*as. o temblores, esti#mas, lees simbólicas %utar+ en contactos raos hert)ianos, (odos tan cascadantes, tan archirollanos ?ue ser'n nuestras vidas libres @nicas. >h, clases trans-initas: >h, quanta potentes: ontinuum in-inito: Presistema blanco: >lvido a hristo--el, a "toAes arranco !e mi ser. "ólo quiero tus suaves mordientes. !e escalas plurales abismal es-era, Ense0a al esclavo de uerpos primarios ontada en #radientes de soles terciarios >h, iberias altiva, bimodal entera: !esconoce deleites quien, a esta hora, En el espacio de Bel en el estudio (opoló#ico de CrouDer no ve el preludio l an'lisis de curvas que %oebius i#nora, (@, de los sentimientos caso comitante: u'nto debe amarte, tan sólo lo siente ?uien con los par'metros alienta su mente en nanose#undos su-re, delirante. omo al punto, base de la holometr*a, ?uitan coordenadas as*ntotas cero, s* al ciberneta, @ltimo, postrero "oplo de vida quita del amor por-*a. '-u terminaron las $ustas po7ticas: Clapaucio se marc0ó inmediatamente a casa, diciendo -ue no tardara en +ol+er con temas nue+os, pero no apareció más por all, temiendo dar a &rurl, a pesar suyo, otros moti+os de orgulloJ a-u7l, por su parte, contaba -ue Clapaucio se ugó, incapa! de esconder una +iolenta conmociónI En respuesta, su amigo airmaba -ue desde la abricación del Electrobardo, a &rurl se le 0aban subido demasiado los 0umos a la cabe!aI 'l poco tiempo, la noticia de la existencia del +ate el7ctrico llegó a los poetas +erdaderos, o sea corrientesI @ndignados y 0eridos en lo más proundo de su ser, decidieron ignorar a la má-uina, pero la curiosidad empu$ó a unos cuantos a 0acer una +isita secreta al ElectrobardoI Este los recibió amablemente en la sala, llena de 0o$as escritas, ya -ue su producción artstica no se interrumpa ni de da ni de noc0eI Bos poetas pertenecan a la +anguardia literariaJ en cambio el Electrobardo creaba en el estilo tradicional, puesto -ue &rurl, no demasiado duc0o en poesa, basó los programas inspiradores en las obras de los clásicosI Bos +isitantes se rieron, pues, tanto del Electrobardo, -ue por poco le estallan los cátodos, y se marc0aron, triunantesI in embargo, la má-uina estaba e-uipada para la autoprogramación y contaba con un circuito especial de intensiicación ambicional con interceptores de seis #iloamperios, as -ue pronto la situación cambió totalmenteI
y toneles llenos de manuscritosI El Electrobardo de$aba declamar a cada uno lo suyo, coga al +uelo el algoritmo de a-uella poesa y, basándose en 7l, replicaba con unos +ersos mantenidos en el mismo espritu, pero de doscientas +einte a trescientas cuarenta y siete +eces me$oresI En corto perodo de tiempo llegó a tener tanta práctica, -ue con uno o dos sonetos derribaba al más aamado de los +atesI Este ue el aspecto peor de las cosas, ya -ue resultaba -ue de esas luc0as salan indemnes sólo los graómanos -ue, como todos saben, no son capaces de apreciar la dierencia entre los +ersos buenos y malosJ se marc0aban, pues, impunesI olamente uno de ellos se rompió una +e! una pierna, trope!ando en la puerta con un gran poema 7pico del Electrobardo, completamente nue+o, -ue empe!aba con las siguientes palabras: >h, noche tenebrosa: Noche de misterios: Una huella tan#ible, pero no certera6 el viento c'lido, tus o&os serios, los pasos. Los pasos del que desespera. El Electrobardo die!maba, en cambio, a los poetas aut7nticosJ indirectamente, por cierto, ya -ue no les 0aca nada maloI Ao obstante, primero un lrico de edad pro+ecta y luego dos +anguardistas se suicidaron, saltando de un alto pe.asco -ue, por un atal concurso de circunstancias, se eriga $unto al camino entre la casa de &rurl y la estación de errocarrilesI Bos poetas organi!aron inmediatamente +arias reuniones de protesta, postulando el cierre y sellado de la má-uinaJ pero, uera de ellos, nadie se preocupó por los luctuosos incidentesI 3ien al contrario, las redacciones de los periódicos estaban muy satisec0as, puesto -ue el Electrobardo, escribiendo ba$o miles de seudónimos, siempre tena listo un poema de dimensión indicada para cada ocasiónI u poesa circunstancial tena tal calidad -ue los ciudadanos agotaban en unos momentos tira$es enteros: en las calles se +ean rostros de expresión embelesada y so.adoras sonrisas, y se oan gentes sollo!ando -uedamenteI &odo el mundo conoca los poemas del ElectrobardoJ el ambiente ciudadano estaba saturado de preciosas rimas, y las naturale!as particularmente sensibles, alcan!adas por una metáora o una asonancia especialmente lograda, incluso se desmayaban de impresiónI El gigante de inspiración estaba preparado para estos trances, produciendo al acto una cantidad correspondiente de sonetos +i+iicadoresI 'l mismo &rurl, su obra le acarreó serios problemasI Bos clásicos —ya ancianos en su mayora— no le per$udicaron muc0o, si no se toma en cuenta las piedras con -ue le rompan sistemáticamente los +idrios, as como unas ciertas sustancias —imposibles de nombrar a-u— -ue tiraban sobre las paredes de su casaI Bos $ó+enes 0acan cosas peoresI n poeta de la nue+a ola, cuyos +ersos se distinguan por tanta uer!a lrica como 7l mismo por la sica, le propinó una tremenda pali!aI 4ientras &rurl recobraba la salud en el 0ospital, los incidentes se multiplicabanI Ao pasaba un da sin un nue+o suicidio o entierroJ ante la puerta del 0ospital se paseaban unos pi-uetes, incluso se oan tiroteos, ya -ue muc0os poetas, en +e! de manuscritos, traan en sus carteras unas pistolas para disparar contra el Electrobardo, a pesar de -ue las balas no podan nada contra su cuerpo de aceroI
salió de all abri7ndose paso a tra+7s de la reciente producción del electrogenio, cuya susurrante alombra cubra el suelo de la sala a la mitad de la altura de un 0ombreI in embargo, cuando al mes siguiente +ino el recibo de la electricidad consumida por la má-uina, &rurl por poco sure un colapsoI Be 0ubiera gustado consultar el caso con su +ie$o amigo Clapaucio, pero 7ste 0aba desaparecido como si se lo 0ubiera tragado la tierraI ' alta de -uien le aconse$ara, una noc0e &rurl cortó la corriente a la má-uina, la desmontó, la cargó en una na+e espacial, la desembarcó en un pe-ue.o planetoide donde la +ol+ió a montar, y le dio como uente de energa creadora, una pila atómicaI Dol+ió luego a escondidas a su casa, pero la 0istoria no terminó a-u: el Electrobardo, pri+ado de la posibilidad de publicar su obra impresa, empe!ó a emitirla en todas las longitudes de ondas radioónicas, sumiendo a las tripulaciones y pasa$eros de co0etes en estado de aturdimiento lricoJ las personas muy sensibles suran incluso gra+es crisis de embelesamiento, seguidas de accesos de postraciónI na +e! descubiertas las causas del enómeno, la $eatura de na+egación cósmica dirigió a &rurl la orden oicial de li-uidar inmediatamente el aparato de su propiedad -ue perturbaba lricamente el orden pKblico y per$udicaba la salud de los pasa$erosI Bo Knico -ue 0i!o &rurl ue esconderseI Entonces las autoridades en+iaron al planetoide unos t7cnicos -ue deban sellar el tubo de escape po7tico del Electrobardo, pero 7ste les de$ó tan mara+illados impro+isando dos o tres romances, -ue se marc0aron sin cumplir la tareaI El alto mando conió a-uella misión a unos operarios sordos, lo -ue tampoco resol+ió nada, ya -ue el Electrobardo les transmitió la inormación lrica por se.asI 's las cosas, la gente empe!ó a 0ablar pKblicamente de la necesidad de una expedición puniti+a o de bombardeo para eliminar al electropoeta, pero $usto en a-uel momento lo ad-uirió un monarca de un sistema estelar +ecino y lo anexionó, $unto con el planetoide, a su reinoI &rurl pudo salir por in de su escondri$o y +ol+er a la +ida normalI 3ien es +erdad -ue de +e! en cuando se +ean en el 0ori!onte sur explosiones de estrellas superno+as, como ni los más ancianos recordaban en toda su +idaJ se rumoreaba con insistencia -ue el enómeno tena algo -ue +er con la poesaI egKn parece, a-uel monarca, cediendo a un extra.o capric0o, ordenó a sus astroingenieros conectar al Electrobardo con una constelación de colosos blancos, y como resultado cada estroa de poema se transormaba en unas gigantescas protuberancias de los soles, de modo -ue el mayor poeta del Cosmos transmita su obra por pulsaciones de uego a todos los ininitos espacios galácticos a la +e!I En una palabra, a-uel gran monarca lo con+irtió en el motor lrico de un grupo de estrellas en explosiónI 'un-ue 0ubiera en ello un gramo de +erdad, los enómenos ocurran demasiado le$os para -uitar el sue.o a &rurlI El insigne constructor 0aba $urado por todo lo más sagrado no +ol+er nunca $amás al modelado cibern7tico de procesos creadoresI
$=*$#"C"8 S$>;8#(& < L( <+$.T( #$L .$? C.;$L"< Bos magnicos resultados de la aplicación de la receta de Garganciano despertaron en los dos constructores tanta 0ambre de a+entura, -ue decidieron emprender otro +ia$e a regiones desconocidasI Pero cuando +ino el momento de determinar el destino de la expedición, se descubrió -ue no podan de ningKn modo ponerse de acuerdo, por-ue sus puntos de +ista eran completamente di+ergentesI &rurl, amante de los pases cálidos, pensaba en Fogolia, estado de los llamópodosI Clapaucio, en cambio, de temperamento más tibio, escogió el polo galáctico del ro, un continente negro situado entre unas
estrellas 0eladasI ?a iban a separarse, enadados el uno con el otro, cuando a &rurl se le ocurrió una idea -ue le pareca excelente: —4ira —di$o—, podemos anunciar nuestro proyecto y, entre todas las oertas recibidas, escoger una, la más prometedora en todos los sentidosI —&onterasR —replicó Clapaucio—I M<ónde -uieres poner el anuncioN MEn el periódicoN M' -u7 distancia llegan los periódicosN En el planeta más próximo lo leerán dentro de medio a.oI Aos pasaremos toda la +ida esperando la primera oertaR '-u &rurl le explicó con una sonrisa de condescendencia su original proyecto, -ue Clapaucio no tu+o más remedio -ue aceptar, y ambos pusieron inmediatamente manos a la obraI Con la ayuda de unos aparatos especiales -ue construyeron de prisa y corriendo, atraan las estrellas +ecinas para componer con ellas un letrero gigantesco, +isible desde unas distancias imposibles de calcularI Este letrero era, precisamente, el anuncio de &rurlI Ba primera palabra, para atraer la atención de un e+entual lector en el Cosmos, constaba de colosales estrellas a!ulesJ para las siguientes usaron cuerpos celestes de dimensiones muc0o más modestasI El con$unto deca -ue
orugas: es una ocupación buena para la artillera, no para mI 4i ad+ersario 0a de ser poderoso y cruel, y al mismo tiempo rápido y ágil y, sobre todo, pródigo en artima.as y enga.os, para -ue yo pueda desarrollar toda mi maestra de ca!ador para +encerleR &iene -ue ser un animal preca+ido e inteligente, poseer el arte de de$ar pistas alsas y borrar sus 0uellas, capa! de acec0ar en silencio y atacar como un rayoR Esta es mi +oluntadR —Perdone mi atre+imiento, u 4a$estad —di$o Clapaucio, inclinándose proundamente—, pero, si cumplimos demasiado bien su encargo, Mno pondremos en peligro la persona y la salud de u 4a$estadN El rey estalló en una carca$ada tan sonora, -ue una ran$a de brillantes se desprendió de la ara.a, +iniendo a estrellarse $unto a los pies de los constructoresI 'mbos se estremecieron a pesar suyoI —Pueden estar tran-uilos, mis buenos amigosR —di$o con un destello de negra alegra en la mirada—I Ao son los primeros ni, supongo, los KltimosQ =econo!co -ue soy un monarca $usto, pero exigenteI an aceptado las condiciones en el momento de poner los pies en la cubierta de la @nernanda, -ue constituye una parte de mi reinoR i cada constructor -ue +iene a-u pudiera marc0arse cuando se le anto$ara, yo tendra -ue esperar eternamente la satisacción de mis deseosR e -uedarán y me coneccionarán monstruos para laca!aQR Bes concedo doce das para el traba$oI '0ora pueden marc0arseI i tienen algKn deseo, pidan lo -ue -uieran a los criados -ue tendrán a su ser+icioI Ao 0abrá cosa -ue se les niegue hasta la -echa -i&adaR —i u 4a$estad nos concede el a+orQ, nuestros deseos son lo de menosJ -uerramos pedir, en cambio, permiso para +er los troeos de ca!a de u 4a$estad, ruto del traba$o de nuestros predecesoresI
—Concedido, concedidoI Ao 0ay incon+eniente —di$o el rey, magnánimo, dando una palmada tan uerte -ue las c0ispas -ue brotaron de sus dedos 0icieron brillar la plata de las paredesI Ba r'-a#a de +iento, le+antada por el poderoso gesto, rerescó las calenturientas cabe!as de los dos aicionados a las a+enturasI n instante despu7s, seis soldados de la guardia personal del rey, con uniormes blanco y oro, lle+aron a &rurl y Clapaucio por un corredor tortuoso, dirase un meandro del intestino de un reptil petriicadoI Ao sin ali+io se +ieron, por in, los dos amigos en un enorme terrario a cielo raso donde, sobre unos c7spedes mara+illosamente cuidados, se +ean, colocados por do-uier y en dierente estado de conser+ación, los troeos del rey CruelioI El primero -ue +ieron era un coloso casi partido en dos, con el 0ocico guarnecido de dientes como espadas, cuyo cuerpo lle+aba una cora!a de grandes y gruesas escamas de acero apretadamente a$ustadasI Bas patas traseras, largusimas, construidas por lo +isto para dar enormes saltos, reposaban en la 0ierba $unto a la colaI En su interior se +ea perectamente una metralleta con el cargador medio +aco, prueba e+idente de -ue el monstruo 0aba librado una gran batalla antes de ser +encido por el terrible reyI Bo demostraba igualmente un $irón amarillento colgando de las auces de la bestia, en el cual &rurl reconoció una ca.a de bota, parecida a las -ue lle+aban los o$eadores del reyI Cerca de all yaca otro esperpento con cuerpo de serpiente, eri!ado de una gran cantidad de alas cortas, c0amuscadas por el uego de disparosI us intestinos el7ctricos, desparramados, ormaban deba$o de 7l un c0arco de cobre y porcelanaI 4ás allá otro arteacto encoga en el Kltimo espasmo +arias patas parecidas a columnasJ en sus abiertas auces susurraba -uedamente la brisa resca del $ardnI e +ean por do-uier despo$os sobre ruedas con garras y sobre orugas con metralletas, partidos de un golpe certero 0asta el mismo meollo de alambreJ unos acora!ados sin cabe!a coronados de una especie de torretas c0atas, 0ec0as a.icos por disparos atómicos, y seres de mKltiples troncos, y unos 0orrores abultados pro+istos de numerosos cerebros de reser+a, todos aplastados en la luc0aJ esperpentos -ue parecan aKn dar saltos sobre sus extremidades telescópicas rotas en peda!os, y una especie de espanta$os pe-ue.os -ue, al parecer, podan tanto di+idirse en un 0ato de beste!uelas sanguinarias, como reunirse ormando una bola deensi+a, eri!ada de negros agu$eros de ca.ones, cuya astucia no 0aba sal+ado, como tampoco a sus creadoresI &rurl y Clapaucio a+an!aban entre las 0ileras de cadá+eres, doblándoseles ligeramente las piernas, en un silencio solemne, un tanto sepulcral, como si se prepararan más bien a un entierro -ue a una 7rtil acti+idad creadora, 0asta -ue llegaron al inal de la espantosa galera de los troeos de ca!a realI 'nte el portal, $unto a la blanca escalinata, les esperaba la carro!aI Esta +e! los grios -ue los lle+aban a su residencia por las animadas calles les impresionaron muc0o menosI Cuando se encontraron solos en una cámara tapi!ada de escarlata y +erde claro, ante una mesa colmada de +aliosa +a$illa y las bebidas más reinadas, preparadas con todo esmero, a &rurl se le desató por in la lengua: empe!ó a insultar con los más terribles improperios a Clapaucio, airmando -ue ue 7l -uien, al aceptar a la ligera la oerta del maestro de ceremonias, 0aba atrado la desgracia sobre sus cabe!as, como si no 0ubieran podido +i+ir tran-uilamente en casa, disrutando de su $usta y bien merecida celebridadI Clapaucio no di$o una palabra, esperando con paciencia -ue se desogara la ira y la desesperación de su compa.eroJ al +erle derrumbarse en un magnico sillón de madreperla, cerrados los o$os y apoyada la cabe!a en ambas manos, di$o escuetamente: —Está bienI '0ora, a traba$arR 'l or estas palabras, &rurl +ol+ió en sJ los dos, conocedores de los arcanos más secretos del arte cibern7tico, se pusieron inmediatamente a considerar posibilidadesI
Pronto llegaron al acuerdo unánime de -ue lo más importante no era la cora!a ni la uer!a del monstruo -ue deban construir, sino su programación, o sea, el algoritmo de su diabólica acti+idadI —>a de ser una creación +erdaderamente inernal, perectamente satánicaR —se di$eron y, aun-ue no saban toda+a cómo lo iban a 0acer, sus ánimos experimentaron un cierto ali+ioI ? cuando se sentaron para proyectar la bestia ansiada por el cruel monarca, pusieron en su obra toda su almaI &raba$aron durante toda la noc0e, el da y la noc0e siguiente, despu7s de lo cual se ueron a celebrar un ban-uete y, mientras apuraban $arras de Beyden, estaban ya tan seguros de s mismos -ue se intercambiaban sonrisas maliciosas, de manera -ue no les pudieran +er los criados a los -ue, no sin ra!ón, tomaban por espas del reyI Ao decan delante de ellos nada -ue se reiriese al asunto, elogiaban tan sólo la tremenda uer!a de las bebidas y la ex-uisite! de los electretos con salsa de iones -ue les ser+an de orma impecable unos lacayos +estidos de racI &erminada la cena, cuando salieron a la terra!a, desde donde la +ista abarcaba, ba$o el cielo oscurecido, toda la ciudad con sus torres blancas y cKpulas negras rodeadas del exuberante +erde de los par-ues, &rurl le di$o a Clapaucio: —Ao cantemos +ictoria toda+aI Ba cosa no es sencillaI —M' -u7 te reieresN —preguntó Clapaucio, en un susurro prudente y ta$ante a la +e!I —4e explicar7I i el rey +ence a esa bestia mecánica, cumplirá sin la menor duda su promesa abismalH, si me permites la expresión, considerando -ue no 0emos dado satisacción a sus deseosI En cambio, si lo logramos demasiado bienQ MentiendesN —Ao s7I Mi no mata al animalN —AoI i el animal le mata a 7l, -uerido colegaQ, entonces el -ue acceda al poder despu7s del rey puede ensa.arse con nosotrosI —MCrees -ue tendramos -ue responder ante 7lN Aormalmente, un 0eredero del trono se pone muy contento al +erlo +acoI —, pero a-u se trata de su 0i$oI Para nosotros tanto da -ue se tome +engan!a por amor a su padre, como para -uedar bien ante la corteI MOu7 te pareceN —Ao pens7 en ello —di$o Clapaucio en +o! sorda, ensimismado— En eecto, las perspecti+as no son muy alegresI Ai as, ni asáQ MAo se te ocurre ninguna soluciónN —Podramos construir un animal de mKltiples muertesI Ouiero decir uno -ue caiga, si el rey lo mata, pero -ue resucite en seguidaI El rey lo +uel+e a matar, 7l +uel+e a resucitar, y as, 0asta -ue se canseQ —El rey cansado estará de mal 0umor —obser+ó agudamente Clapaucio—I ?, además, Mcómo te imaginas a un animal de esta claseN —Ao me lo imagino para nada, estoy esbo!ando las posibilidadesQ Bo más sencillo sera construir un monstruo despro+isto de pie!as +italesI 'un-ue lo 0iciera peda!os, se +ol+era a $untarI —MCómoN —Por la acción de un campoI —M4agn7ticoN —Por e$emploI —M? de dónde sacaremos ese campoN —Ao lo s7 toda+aI M? si lo teledirigi7ramos nosotros mismosN —preguntó &rurlI —Ao, no, no es lo bastante seguro —di$o Clapaucio, con una mueca de desagrado—I MCómo puedes saber si el rey no nos encerrará en alguna casamata mientras dure la caceraN &enemos -ue decrnoslo de una +e! bien claro: nuestros desgraciados predecesores tampoco eran unos ceros a la i!-uierda, y ya +es cómo terminaronI 'lguno
-ue otro tu+o -ue tener tambi7n la ocurrencia de la teledirección, pero le allóI AoJ nosotros no podemos tener nada -ue +er con el monstruo durante la luc0aI —Podemos coneccionar un sat7lite artiicial, y, sobre 7lQ —sugirió &rurlI —&K, si -uisieras sacar punta a un lápi!, cogeras una muela de molinoR —di$o torciendo el gesto Clapaucio—I n sat7lite, nada menosR MCómo lo 0arásN MCómo lo pondrás en órbitaN En nuestra proesión no 0ay milagros, 0ombreR Ao, 0ay -ue esconder el dispositi+o de una manera muy dierenteR —M? cómo lo +as a esconder si nos +igilan siempreN &K mismo +es -ue los lacayos y los criados no nos -uitan la +ista de encima, -ue meten las narices en todas partes y -ue no 0ay modo de escapar ni un momento del palacioQ Por si uera poco, un dispositi+o de esta clase tendra -ue ser muy grandeI MCómo sacarlo de a-uN MCómo acti+arlo sin -ue nadie se diera cuentaN Ao +eo la maneraR —Ao te pongas ren7ticoR —le recon+ino Clapaucio sin perder la calma—I M? si no 0iciera alta ningKn dispositi+oN —Pero algo lo tiene -ue dirigir al monstruoR i lo dirige su propio cerebro electrónico, el rey lo despeda!ará antes de -ue tengas tiempo de decir: 'diós, +ida maRH =einó el silencioI Bas tinieblas se 0acan más densasI 'ba$o, ante la terra!a, centelleaban las numerosas luces de la ciudadI
segundoI ? ocurrió -ue estos bocetos se enrentaron con tanto ardor sobre las grandes 0o$as blancas -ue cubran la mesa, -ue se rompieron todos los tiralneas a la +e!I Bas integrales indeinidas de la bestia se retorcan rabiosamente ba$o el impacto de las ecuaciones reales, y el monstruo caa, desintegrado en un con$unto indenominable de incógnitas, y se incorporaba de nue+o, ele+ado a una potencia mayor, y entonces el rey le daba con las dierenciales con tanto bro -ue los operadores uncionales saltaban por todas partes, 0asta -ue se 0i!o un caos algebraico no lineal tan grande, -ue los constructores perdieron el control de lo -ue pasaba con el rey y con el monstruo, ya -ue ambos se les ocultaron en la mara.a de borrosos smbolosI e le+antaron de la mesa, bebieron unos tragos de la gran ánora de Beyden para ortalecerse, se sentaron y recomen!aron el traba$o desde el principio, esta +e! con más +iolencia, soltando todo el Gran 'nálisisI e armaron tan tremendas cosas sobre el papel, -ue los tiralneas, recalentados, llenaron de olor a c0amus-uina la estanciaI El rey galopaba sobre todos sus coeicientes de crueldad, se extra+iaba en el bos-ue de signos s7xtuples, +ol+a sobre sus propias 0uellas, atacaba al monstruo 0asta los Kltimos sudores y Kltimas actorialesJ 7ste entonces se desintegró en cien polinomios, perdió una e-uis y dos epsilones, se metió ba$o la raya de un -uebrado, se desdobló, agitó sus races cuadradas y ue a dar contra el costado de la real persona matemati!adaR e tambaleó toda la ecuación de tan certero -ue ue el golpeI Pero Cruelio se rodeó de un blinda$e no lineal, alcan!ó un punto en el ininito, +ol+ió en el acto y !asR, al monstruo en la cabe!a, a tra+7s de todos los par7ntesisI &anto le arreó, -ue le desprendió un logaritmo por delante y una potencia por detrásI El otro encogió los tentáculos con tanta co+ariante -ue los lápices +olaban como locos, y +uelta a darle con una transormación por el lomo, y otra +e!, y otraR El rey, simpliicado, tembló del numerador a todos los denominadores, cayó y no se mo+ió másI Bos constructores brincaron de sus sillas, se pusieron a rer, bailar y romper las 0o$as cubiertas de cálculos ante la +ista de los espasI Ystos los obser+aban con anteo$os desde la ara.a de cristalJ pero de nada les sir+ió, por-ue no eran uertes en las altas matemáticas y no comprendan en absoluto por -u7 los sabios gritaban con entusiasmo: DictoriaR DictoriaRR Bos relo$es ya 0aban dado la medianoc0e, cuando a los laboratorios de in+estigación de la polica muy secreta tra$eron el ánora con cuyo contenido se desalteraban los constructores durante su arduo traba$oI En seguida los laborantes—consultantes abrieron su also ondo, secreto, sacaron de all un micróono y un magnetóono en miniatura, se sentaron $unto a los aparatos, los pusieron en marc0a y durante +arias 0oras escuc0aron con gran atención todas las palabras pronunciadas en la sala de mármol +erdeI Bos primeros rayos del sol los encentraron toda+a a la escuc0a, con cara larga, ya -ue todo cuanto oyeron les resultaba incomprensibleI En la cinta, una +o! di$o: —MCómo +asN M>as sustituido al reyN —, ya estáI —M<ónde lo tienesN M'-uN 4uy bienR '0ora as, mira, las piernas $untasI 4ant7n las piernas $untas, te digoR Ao las tuyas, asno, las del reyR 'sR '0ora transorma, corre, date prisaR MOu7 0as obtenidoN —PiI —M<ónde está el monstruoN —Entre los par7ntesisI M? -u7N El rey aguantó, M+esN —M'guantó, dicesN '0ora multiplica ambos lados por un nKmero imaginarioJ asI ? otra +e!I Cambia los signos, cabe!a cuadradaR M<ónde los pones, boboN M<óndeN Ese es el monstruo, no el reyR '0ora, a0ora, bienI MBistosN '0ora da +ueltas por asesQ 'sR ? en marc0a, al espacio realR MBo tienesN
—Bo tengoR )0, ClapaucitoR 4ira lo -ue le 0a pasado al reyR '-u sonaron enormes carca$adas, y la grabación se terminóI 'l da siguiente o, me$or dic0o, a-uel nue+o da -ue toda la polica +io despu7s de una noc0e pasada sin pegar o$o, los constructores pidieron cuar!o, +anadio, acero, cobre, platino, titanio, cesio, germanio yI en general, todos los elementos -ue componen el Cosmos, as como má-uinas, mecánicos caliicados y espasI e sentan tan seguros de s mismos, -ue se atre+ieron a escribir en la 0o$a de pedido (ormulario por triplicado%, -ue: e nos suministren tambi7n espas, de colorido y tama.o -ue las 'utoridades competentes $u!guen apropiadosHI 'l da siguiente 0icieron un pedido supletorio, exigiendo el suministro de serrn y de una gran cortina de terciopelo encarnado con un pu.ado de campanitas de cristal en el centro y cuatro enormes borlas doradas en las es-uinas, indicando incluso las medidas de los cascabelesI El rey, inormado de todo esto, se pona ner+ioso, pero, como 0aba dado la orden de cumplir todos los deseos de a-uellos dos audaces indi+iduos, y como la palabra real era sagrada, los constructores recibieron todo lo -ue pidieronI Aadie 0aba solicitado 0asta entonces cosas tan inauditasI 's, por e$emplo, entró en los arc0i+os policiales, ba$o el nKmero ZU[[[L\\ 5L&, una copia de un encargo de tres mani-ues de sastre y seis uniormes completos de la polica real con correa$e, armas, -uepis, penac0os y esposas, as como tres e$emplares de los Kltimos anales del periódico El Polic*a Nacional con un ndice de materiasI Bos constructores aseguraban, en la rKbrica )bser+acionesH, -ue se comprometan a de+ol+er dic0os ob$etos, enteros y sin desperectos, a las +einticuatro 0oras siguientes a su recepciónI En otro ascculo de arc0i+o existe una copia del escrito en el cual Clapaucio exigió la entrega inmediata de un mu.eco de tama.o natural, 0ec0o a perecta seme$an!a del ministro de Correos y &el7graos, en uniorme de gala, y de un pe-ue.o carrua$e de dos ruedas, barni!ado de +erde, con un arol de petróleo en el lado i!-uierdo y una inscripción atrás, 0ec0a con letras ornamentales blancas y a!ules: GB)=@' 'B &='3'X)RI , PUE", ?UE N> %E %5F"G Aunca en la 0istoria del reino, perdan su cargo con tanta rapide! los $ees de la polica secretaI Bos uniormes, el mu.eco, el carrua$e +erde de dos ruedas y el serrn,
de+ueltos puntualmente por los constructores, ueron examinados con microscopios electrónicosI in embarco, no se encontró nada, sal+o un papelito en el serrn, -ue deca: )? ?), EB E==]AI @ncluso los respecti+os átomos de los uniormes y del carrua$e ueron sometidos, uno por uno, a una in+estigación detalladaI &odo en +anoR Finalmente, un da se terminaron los traba$osI n +e0culo gigantesco, parecido a una cisterna 0erm7ticamente cerrada, se acercó lentamente sobre trescientas ruedas al muro -ue rodeaba la residencia de &rurl y Clapaucio y se detu+o ante el portal abiertoI alieron los constructores lle+ando una cortina completamente +aca, la de borlas y cascabeles, y, una +e! abierta con toda solemnidad la puerta del +e0culo, la pusieron dentro sobre el sueloJ acto seguido entraron tambi7n ellos, cerraron la puerta y durante un rato 0icieron all no se sabe -u7 cosasI Buego tra$eron del sótano grandes bidones llenos de elementos -umicos inamente molidos, +ertieron todos a-uellos pol+os, grises, plateados, blancos, amarillos y +erdes, deba$o de la cortina extendida en el suelo, salieron despu7s del +e0culo, dieron la orden de cerrarlo, y esperaron con la +ista cla+ada en las eseras de sus relo$es durante catorce segundos y medioI &ranscurrido ese tiempo, se de$ó or claramente el tintineo de los cascabeles cristalinos, a pesar de -ue el +e0culo no se 0aba mo+ido en absolutoI &odos se pasmaron, por-ue sólo un espritu 0abra podido tocar la cortinaI Entonces los constructores se miraron uno al otro y di$eron: —BistoR ?a se lo pueden lle+arI ? durante todo el da $ugaron a 0acer pompas de $abón en la terra!aI 'l anoc0ecer les +isitó u Excelencia Proto!or, el maestro de ceremonias -ue los 0aba trado al planeta de CruelioI Bes explicó con amabilidad, pero categóricamente, -ue en la escalera esperaba un destacamento de guardia -ue deba conducirlos a un lugar indicadoI e les obligó a de$ar en el palacio todas sus cosas, incluso la ropaJ les dieron a cambio unos andra$os llenos de remiendos y los encadenaronI Cuál no ue el asombro de los guardias y de los altos dignatarios de la polica y de la administración de la $usticia, all presentes, al +er -ue los dos constructores no sólo no parecan asustados ni ner+iosos, sino -ue &rurl incluso se rea a carca$adas, diciendo al 0errero -ue le cerraba la cadena -ue le 0aca cos-uillasI ? cuando la puerta de la ma!morra se cerró con estruendo tras ellos, a tra+7s de los blo-ues de piedra se oyeron en seguida los tonos de la canción El ale#re pro#ramador. 4ientras tanto, el poderoso Cruelio sala de la ciudad montado en un carro de ca!a de acero, rodeado de su s7-uito y seguido por una larga ormación de $inetes y má-uinas, no tanto de ca!a como de guerraI Bo -ue traan no eran los morteros y ca.ones de uso corriente, sino enormes usiles de láser, ba!oo#as antimateria y lan!adores de brea en la cual se atolla todo ser +i+o y toda má-uinaI 's pues, a+an!aba 0acia los cotos de ca!a reales un corte$o alegre, uano y despreocupado, en el cual pocos dedicaban un pensamiento a los constructores encerrados en la ma!morra y, -uien lo 0aca, era para moarse de ellos y de su triste destinoI Cuando unas trompetas de plata anunciaron desde las torres del coto la llegada de u 4a$estad, apareció all el enorme +e0culo cisternaJ unas garras especiales asieron la compuerta y la abrieron, de$ando +er durante un segundo una especie de negra boca de ca.ón, apuntada al 0ori!onteI Pero ya en el segundo siguiente se e+adió de ella en un salto prodigioso, tan rápido -ue no se pudo +er si era un animal u otra cosa, una orma conusa, arenosa, amarillenta y grisI Ba orma aterri!ó silenciosamente cien pasos más alláJ la cortina -ue lo en+ol+a se agitó en el aire y se desprendió de 7l con gran tintineo de sus cascabeles —lo -ue resultaba sobrecogedor en medio del silencio general—, y -uedó all, sobre la arena,
como una manc0a escarlata, $unto al monstruo a0ora bien +isible para todosI ' pesar de esto, sus ormas seguan indeinidasJ era algo seme$ante a una colina, bastante grande, alargada, de colorido igual al del entornoI Pareca incluso -ue una cosa parecida a cardos -uemados por el sol le creca sobre el lomoI Bos monteros del rey soltaron, sin apartar la +ista de la bestia, toda la $aura de ciberpointers, ciberpodencos y cibergrios, los -ue, abriendo golosamente la boca, se precipitaron 0acia a-uella monstruosidad aga!apadaI Cuando 7ste los tu+o encima, ni ense.ó colmillos ni lan!ó uego por la bocaJ abrió solamente dos o$os parecidos a escaloriantes soles, y en un abrir y cerrar de o$os la mitad de la $aura cayó al suelo, con+ertida en ceni!asI —'$a$áR, tiene láser en los o$osQ
espada, pero antes de -ue pueda 0acer un gesto, la bestia ya no estaba allI Bos -ue lo +ieron, contaban despu7s -ue por poco se +uel+en locosI En una metamorosis rápida como el rayo, el monstruo se di+idió en el aire en tres partesI En lugar de un corpac0ón gris, aparecieron tres personas con uniormes de polica -ue, toda+a +olando en el aire, se preparaban para un acto de ser+icioI El primer polica sacaba del bolsillo unas esposas manteniendo el e-uilibrio con las piernasJ el segundo sostena con una mano su -uepis con penac0o -ue el +iento -uera arrancarle, y con la otra sacaba la orden de detención de un bolsillo lateralJ el tercero ser+a por lo +isto para amortiguar el aterri!a$e de los otros dos, ya -ue se ec0ó ba$o sus pies en el momento de tocar tierra, pero se incorporó en el acto y se sacudió el pol+o, mientras el primero estaba ya poniendo esposas al rey, y el segundo -uitando la espada de la mano real, parali!ada por el asombroI Cogieron al encadenado y empe!aron a correr a grandes !ancadas 0acia el desierto, arrastrando al rey, -ue sólo oreca una d7bil resistenciaI El s7-uito, petriicado, no se mo+ió durante unos segundosJ pero luego rugió como un solo 0ombre y se lan!ó a perseguirlesI ?a los cibercorceles alcan!aban a los peatones ugiti+os, y ya rec0inaban las espadas sacadas de las +ainas, cuando el tercer polica se enc0uó algo sobre el +ientre, se encogió, los bra!os le crecieron ormando dos p7rtigas, las piernas, retorcidas, sir+ieron de ruedas llenas de rayosI En su espalda, transormada en el pescante del carrua$e +erde, estaba sentada la polica pegando con un largo látigo al rey, -uien, con una collera encima, galopaba como loco agitando los bra!os y protegiendo de los golpes su coronada cabe!aI Bos perseguidores +ol+ieron a acercarseI Bos policas asieron al rey por la nuca y lo subieron al pescanteJ uno de ellos se desli!ó entre las p7rtigas con una rapide! -ue ni si-uiera puede explicarse, sopló, rec0inó y se con+irtió en una bola de aire irisada, en un torbellino raudo como un relámpagoI El carrua$e corrió como si le 0ubieran crecido alas, ec0ando arena al aire y bailando locamente en los bac0esI 'l cabo de un momento, apenas se lo poda di+isar entre las dunas del desiertoI El corte$o real se dispersóJ buscaron 0uellas, mandaron por unos sabuesos especialmente adiestrados, pero luego llegó al galope una reser+a de la polica con motobombas y se puso a regar ebrilmente la arenaI Esto ue por-ue en el telegrama cirado, en+iado desde un globo de obser+ación entre las nubes, se cometió un error, causado por la prisa y por el temblor de las manos del telegraistaI Bas 0uestes policiales recorrieron todo el desierto: cada arbusto, cada mata de cardo ue re+isada, registrada y pasada por rayos con aparatos de bolsilloJ se ca+aron muc0os 0oyos, se tomaron muestras de arena para anali!arlas, el iscal del estado ordenó -ue le tra$eran al cibercorcel del rey para tomarle declaraciónJ una multitud de globos secretos oscureció el cielo, e incluso se en+ió al desierto una di+isión de paracaidistas con aspiradores para tami!ar la arenaI &odo 0ombre parecido a los tres policas ue detenido, pero la medida resultó un tanto incómoda, ya -ue la mitad de las uer!as del orden arrestó al inal a la otra mitadI 3ien entrada la noc0e, los ca!adores —asustados y atribulados— +ol+ieron a la ciudad con catastróicas noticias: no se 0aba podido descubrir la menor 0uellaI Ba tierra pareca 0aberse tragado al monarcaI ' altas 0oras de la noc0e, un cuerpo de guardia con antorc0as lle+ó a los constructores encadenados ante la presencia del Gran Canciller, Guardián del ello de la CoronaI Este dignatario les maniestó con +o! de trueno: —Por 0aber perpetrado una emboscada mortera contra la más 'lta 4a$estad, por 0aberos atre+ido a le+antar la mano contra nuestro e.or y 'mo lleno de gracia, u 4a$estad =eal, el 4onarca 'bsoluto Cruelio, ser7is descuarti!ados, des0uesados, mec0ados y dispersados con un empastador—pul+eri!ador especial a los cuatro +ientos
y los cuatro puntos cardinales, para la eterna memoria y escarnio del crimen abyecto del regicidio, por tres +eces y sin apelaciónI 'm7nI —M>a de ser en seguidaN —preguntó &rurl—I Es -ue estamos esperando a un emisarioI —Me a-u lo -ue los constructores leyeron de la agenda: \% e nos preparará una na+e de primera clase para lle+arnos a casaI ^% El interior de la na+e 0a de llenarse de +arias cosas, en la siguiente proporción: brillantes: cuatro arrobasJ monedas de oro: cuarenta arrobasJ platino, paladio y
`% El mismo dignatario acompa.ará a los dos constructores en el +ia$e de retorno como garanta de -ue no serán atacados, perseguidos, o etc7teraI En la na+e +i+irá en una $aula, de medidas tres por tres por cuatro pies, pro+ista de una mirilla para pasar alimentos y de un lec0o de serrn, usándose para 7ste el mismo serrn -ue los Excelentsimos Constructores se dignaron pedir para dar satisacción a los capric0os del rey, y -ue ue en+iado en un globo secreto a los arc0i+os policialesI % na +e! se +ea libre, no es necesario -ue el rey pida personalmente perdón a los Excelentsimos Constructores más arriba mencionados, ya -ue las excusas de un persona$e seme$ante no les sir+en de nadaI iguen irmas, ec0a, etcI, etcI: &rurl y Clapaucio, Constructores Condicionadores, y el Gran Canciller de la Corona, el Gran 4aestro de Ceremonias y el Xee uperior de Polica ecreta de &ierra, 'gua y Globos en nombre de los CondicionadosI M? -u7 remedio les -uedaba a los cortesanos y ministros, ennegrecido de rabia el semblanteN 'ceptaron, claro está, todas las exigenciasI Empe!ó a construirse con las mayores prisas el co0eteI Bos constructores iban cada da despu7s del desayuno a pasarle re+ista, y no paraban de criticar: los materiales eran de ba$a calidad, o los ingenieros no saban su oicioI n da dieron la orden de colocar en el salón principal una lámpara mágica con cuatro +entiladores superiores y un cucK de crucero a dos ni+eles por encimaI i los indgenas no saban -u7 cosa era a-uel cucK, tanto peor para ellos: el rey deba de impacientarse en su escondite solitario y, a su regreso, ya les a$ustara las cuentas a los -ue retardaban su liberaciónI El ner+iosismo general iba en aumentoJ las manos temblaban, los o$os se nublaban, los policas no saban a -u7 santo re!arI n buen da, por in, estu+o listo el co0eteI Bos mo!os de cuerda se doblaban ba$o el peso de sacos de perlas y otras $oyas, el oro se desli!aba secretamente por la rampaQ 4ientras, las $auras policiales seguan batiendo incesantemente montes y +alles, 0aciendo rer a los constructoresI &rurl y Clapaucio lle+aron su bene+olencia a tal extremo -ue explicaban a los -ue les prestaban odo —no sin terror, pero con una gran curiosidad— cómo 0aban 0ec0o su traba$o, cuándo abandonaron el primer proyecto por considerarlo imperecto, y de -u7 manera construyeron el monstruo en base a unas premisas nue+asI Contaron -ue no saban dónde ni cómo montarle un centro de regulación, es decir, el cerebro, de modo -ue uera completamente seguro, as -ue decidieron construirlo enteramente de cerebro, si puede decirse, para -ue pudiera pensar con las patas, la cola o las mandbulas, a las -ue llenaron, por tanto, de muelas del $uicioI in embargo, todo esto no era más -ue el prólogoI El problema propiamente dic0o se compona de dos partes: la psicológica y la algortmicaI Primero 0ubo -ue determinar -u7 cosa era la más eica! contra el reyI Bos constructores optaron por poner en acción a un grupo policial, deri+ado del monstruo gracias a la transmutación, ya -ue nadie en el Cosmos poda resistirse a unos policas portadores de una orden de detención, expedida le#e artis. Esto, en cuanto a la psicologaI '.adiremos tan sólo -ue el ministro de Correos ue llamado a actuar igualmente por moti+os psicológicos, puesto -ue un uncionario de rango inerior tal +e! no 0abra podido entregar la carta, por-ue los guardias se 0ubieran resistido a de$arle pasar, lo -ue 0ubiera costado la +ida de los constructoresI En cambio, el ministro de Correos tena la autoridad suiciente para cumplir bien su misión de emisarioI 'demás, los autores del proyecto —a -uienes no se les escapaba un detalle— lo pro+eyeron, por si acaso, de medios para sobornar a los centinelasI En lo tocante a los algoritmos, solamente 0ubo -ue descubrir a-uel grupo de monstruos, cuyo subgrupo, susceptible de ser calculado y deinido, consistiera
precisamente en la policaI El algoritmo del monstruo pre+ea transormaciones sucesi+as en cual-uier clase de encarnaciónI Bo inscribieron con una tinta -umicosimpática en la cortina con cascabeles, donde 7l mismo coordinaba luego las reacciones de los elementos gracias, precisamente, a su auto—organi!ación monstruosamente policacaI >ay -ue a.adir a-u -ue los constructores publicaron ulteriormente en una re+ista cientica un traba$o titulado: ;Hunciones universalmente recursivas eta7meta7beta para el caso particular de trans-ormación de -uer)as polic*acas en -uer)as de correos de monstruos en el campo de compensación de los cascabeles, solucionadas para carrua&es de dos tres cuatro n ruedas, pintados de verde, con una l'mpara topoló#ica de petróleo, us'ndose una matri) reversible al aceite de ricino te0ido de rosa para despistar, o sea la (eor*a Universal %onista Polic*aca del %onstruismo en el En-oque de ltas %atem'ticas
Aunca supo nadie a -ui7n deseaba desposar el monstruo, ya -ue &rurl apretó su muela y exclamó: —Ele mel7 putieo, muere, monstruo, bic0o eoR Bos acoplamientos retroacti+os magneto—dinámicos —-ue mantenan unidos todos los átomos del monstruo— se desacoplaron al acto ba$o la inluencia de esas palabrasI Ba bestia desenca$ó los o$os, agitó las ore$as, rugió, brincó y onduló, pero no le sir+ió de nadaI opló una ráaga de +iento caliente, olió a 0ierro al ro$o y el monstruo se con+irtió en un montoncito de arena, como los -ue los ni.os de$an en la playa despu7s de $ugar, secos y ol+idadosQ Encima del montoncito estaba el rey: en buena salud, aun-ue a+ergon!ado, mal0umorado, sucio y muy enadado por todo lo -ue le 0aba pasadoI —e le subieron los 0umos a la cabe!a —di$o &rurl a los presentes, sin -ue se supiera a -ui7n se reera: si al rey, o al monstruo -ue -uiso rebelarse contra sus creadoresI in embargo, incluso esta negra e+entualidad estaba pre+ista en el algoritmo —I ? a0oraQ —concluyó &rurl—, metan al maestro de ceremonias en la $aula, -ue nosotros nos +amosI 'l co0eteQR
$=*$#"C"8 T$.C$.(& < L<8$S #$ L( *.<%(%"L"#(# &rurl y Clapaucio eran alumnos del gran Cerebrón Emtadrata, -uien durante cuarenta y siete a.os 0aba ense.ado en la Escuela uperior de Aeántica la &eora General de
in+estigar la cuestión empricamenteI ? puesto -ue se trataba de enómenos improbables, in+entó un ampliicador de la probabilidad y lo comprobóJ primero en el sótano de su casa, luego en un Polgono arborceo Cibr, ue el primero en establecer los cuantos del dragón y encontrar la unidad llamada el dracónido, -ue sir+e para calibrar los contadores de dragonesI @ncluso calculó la cur+atura de su cola, lo -ue por poco le cuesta la +idaI in embargo, estos progresos en la dragonologa de$aban indierentes a las masas atribuladas por los dragonesI Bas bestias 0acan muc0simo da.o pateando y -uemando las cosec0as, y des+elando con sus rugidos a la gente atemori!adaI Por si esto uera poco, su insolencia era tan grande, -ue de +e! en cuando se atre+an a exigir un tributo de $ó+enes +rgenesI MOu7 les importaba a los desgraciados -ue los dragones de &rurl, siendo indeterministas y por tanto no locales, se comportaran conorme a la teora, aun-ue contra toda la decenciaN MOu7 más les daba -ue la cur+atura de la cola estu+iera estudiada y calculada, si los monstruos de+astaban las cosec0as a golpe de colaN Ao nos extra.emos pues si las masas, en +e! de reconocer el enorme +alor de los extraordinarios logros de &rurl, se los 0an reproc0adoI El descontento se 0i!o patente cuando un grupo de indi+iduos —particularmente ignorantes en materia cientica— osó le+antar la mano al insigne constructor, de$ándolo bastante maltrec0oI Pero &rurl, respaldado por su amigo Clapaucio, persistió en su traba$o de in+estigación, obteniendo nue+os 7xitos al demostrar -ue el grado de existencia del dragón dependa de su 0umor y del estado de saturación generalI El axioma sucesi+o e+idenciaba el 0ec0o de -ue el Knico m7todo seguro para su exterminio era la reducción de su probabilidad a cero, e incluso a los +alores negati+osI En todo caso, estas
in+estigaciones exigan muc0o traba$o y tiempoI 4ientras tanto, los dragones ya reali!ados disrutaban de libertad, aterrori!ando a la gente y de+astando planetas y lunasI ? se multiplicaban, -ue era lo más terribleR El 0ec0o dio a Clapaucio la ocasión de publicar un brillante opKsculo ba$o el ttulo de ;(ransmutación covariante de dra#ones en dra#oncillos, un caso particular de transmutación de estados prohibidos por la -*sica a otros prohibidos por la polic*a< I El opKsculo tu+o muc0a resonancia en el mundo cientico, donde nadie se 0aba ol+idado toda+a de un dragón policial, muy amoso, con cuya ayuda los +alientes constructores +engaron el inortunio de sus llorados compa.eros en la persona del per+erso rey CruelioI ? cuáles no ueron las perturbaciones, cuando se supo -ue un constructor —un tal 3asileo Emerdiano— +ia$aba por toda la Galaxia, pro+ocando con su mera presencia la aparición de dragones en los lugares donde nunca nadie los 0aba +isto antesI Cuando el desespero general y el estado de catástroe nacional llegaban al cenit, 3asileo peda audiencia al rey del pas en cuestión y, despu7s de un largo regateo para obtener astronómicos 0onorarios, se comprometa a exterminar a los monstruos, lo -ue siempre cumpla puntualmenteI Aadie saba cómo lo 0aca, por-ue siempre actuaba a escondidas y soloI ? para colmo de males, siempre daba la garanta del 7xito de su dragonólisis en el sentido solamente estadsticoI as odo 0ablar de ese 3asileoN —preguntó &rurlI —Claro -ue sI —M? -u7 te pareceN —Ao me gusta esa 0istoriaI —' m tampocoI MOu7 opinas de 7lN —Creo -ue se sir+e de un ampliicadorI —MombreR i uera de +eras as —exclamó &rurl—, sera una canalladaI igniicara, en cierto modo, -ue 7l se lle+a los dragones consigo en estado potencial, con la probabilidad cercana al ceroI na +e! bien instalado y ambientado a los planetas, +a aumentando la probabilidad, la ele+a a potencias cercanas a la seguridad y, naturalmente, sucede una +irtuali!ación, concreti!ación y totali!ación plena y maniiestaI —eguroI Probablemente rasca en la matri! las letras gónH y pone culaHI 's obtiene un
—Es dicil de decirI Pero si sólo los desprobabili!ara, sera una canallada toda+a más gorda, ya -ue tarde o temprano las ceroluctuaciones tienen -ue conducir a la acti+ación de la dragomatri!, y ya tenemos toda la 0istoria +uelta a empe!arR —, pero para ese momento 7l y el dinero están ya le$osQ —gru.ó ClapaucioI —MAo te parece -ue deberamos escribir una carta a+isando a la )icina Principal de =egulación de
estirpe dragonianaI &ras embolsarse los 0onorarios, un diploma 0onorico y una copa grabada a su nombre, Clapaucio arrancó el +uelo para reunirse con su amigoI Por el camino +islumbró un planeta donde alguien le llamaba con signos angustiososI Pensando -ue tal +e! era &rurl, -ue se encontraba en apuros, aterri!óI =esultó -ue los -ue le llamaban eran 0abitantes de &ruloora, sKbditos del rey PstricioI Era un pueblo terriblemente supersticioso, supeditado a unas creencias primiti+asJ su religión, la pneumatologa draconiana, airmaba -ue los dragones aparecan en castigo de los pecados y -ue tenan almas, pero impurasI Clapaucio pronto se dio cuenta de la insensate! —para usar un t7rmino sua+e— de toda discusión con los dracólogos del reino, ya -ue los Knicos m7todos -ue aplicaban para combatir la plaga se limitaban a -uemar incienso en los lugares inestados y repartir reli-uias, de modo -ue optó por eectuar sonda$es en el terrenoI obre el planeta +i+a en a-uel momento un solo monstruo, pero perteneciente a la clase más terrorica de todas, los bectosauria !raculiiI Cuando el cientico oreció sus ser+icios al rey, 7ste le contestó de manera e+asi+a, sin concretar nada: se notaba la inluencia -ue sobre 7l e$erca la absurda doctrina, segKn la cual las causas de la aparición de dragones no eran de este mundoI 'l estudiar la prensa local, Clapaucio se percató de una curiosa alta de unanimidad: mientras unos consideraban al 'byectosaurio como e$emplar Knico, otros lo tomaban por un ser mKltiple, capa! de encontrarse en +arios sitios a la +e!I El 0ec0o le dio -ue pensar, aun-ue no le extra.ó demasiado, puesto -ue la locali!ación de a-uellas as-uerosas bestias dependa de las llamadas anomalas draconianas, por cuya causa algunos e$emplares —sobre todo los más distrados—, -uedan a +eces c0apuceadosH en el espacio —lo -ue no es otra cosa -ue un simple eecto isóspino de ampliicación del momento cuántico—J as como una mano, al emerger del agua, muestra encima de la supericie cinco dedos aparentemente independientes e indi+iduali!ados, igual los dragones, al emerger del espacio conigurati+o al real, parecen alguna +e! mKltiples a pesar de ser uno soloI En el transcurso de una posterior audiencia, Clapaucio preguntó al rey si, por casualidad, &rurl no estaba en ese planetaI Cuál no ue su sorpresa cuando oyó -ue s, en eecto, -ue su colega 0aba estado 0aca poco en Pstricia y -ue incluso se 0aba comprometido a anular al 'byectosaurio, 0abiendo cobrado una suma a cuenta de los 0onorarios y marc0ado a unas monta.as cercanas, donde se 0aba +isto a la dragona (parece -ue era 0embra% repetidas +ecesI 'l da siguiente regresó, pidió -ue se le completara el pago, ense.ando como una prueba e0aciente de su 7xito cuarenta y cuatro colmillos de dragónI in embargo, surgieron ciertas complicaciones y el pago ue retenido 0asta -ue se aclarara el asuntoI 'l parecer, el 0ec0o enureció a &rurl de tal manera -ue en pKblico y en +o! alta di$o sobre el monarca cosas rayanas en el ultra$e a la ma$estadJ acto seguido, se ale$ó en una dirección desconocida, y no se le +ol+ió a +er másI Ao as la 'byectosauria, -ue, ni corta ni pere!osa, 0i!o al poco tiempo un nue+o acto de presencia, dedicándose a de+astar, más cruelmente toda+a, pueblos y ciudades sumidos en el terrorI Clapaucio encontró la 0istoria bastante conusa, pero le era dicil poner en tela de $uicio la +eracidad de las palabras pronunciadas por boca del reyI Preocupado, cargó su moc0ila con productos dragonicidas de gran potencia y emprendió solitaria marc0a 0acia las monta.as, cuya ne+ada sierra se ele+aba ma$estuosamente por la parte este del 0ori!onteI Pronto +io en las rocas las primeras 0uellas del monstruoJ pero aun-ue no las 0ubiera ad+ertido, le 0ubiera alertado de su presencia el caracterstico tuo a gases de a!ureI @ntr7pido, prosiguió el camino, alerta y pronto a 0acer uso del arma colgada del 0ombroJ obser+aba continuamente su contador de dragonesI Ba manecilla, despu7s de 0aberse
mantenido en el cero durante un buen rato, empe!ó a agitarse de manera in-uietante, para colocarse lentamente, como si tu+iera -ue +encer una resistencia in+isible, cerca del nKmero \I '0ora Clapaucio ya no poda dudar: la 'byectosauria estaba rondando por allI Era un 0ec0o +erdaderamente sorprendente: a Clapaucio no le caba en la cabe!a -ue &rurl, su compa.ero de 0a!a.as y cientico de gran renombre, 0ubiera podido cometer un error en sus cálculos y de$ar escapar +i+a a la bestiaI Ouien conociera a &rurl, saba -ue esta e+entualidad era tan in+erosmil como el 0ec0o de -ue +ol+iera a la corte sin 0aber cumplido su cometido y exigiera pago por lo -ue no se 0aba 0ec0oI 'l poco rato topó en el camino con una columna de indgenas, cuyas miradas llenas de in-uietud y su manera de andar —en una apretada ila— demostraban -ue el miedo los embargabaI En ila india, doblados ba$o el peso de los ardos -ue transportaban sobre sus espaldas, ascendan lentamente por la ladera de la monta.aI ará unas dos semanas, poco más o menosN —Pues s, compadre, decs bien, eso seráI nas dos semanas o cuatroI &al +e! seisI —EsoI Pues se llegó al pueblo, entró en casa, comió, pagó bien (eso s, dio las gracias, no puede decirse nada%, miró por todas partes, golpeó las paredes, c0arló amablemente, preguntó por los precios del a.o pasado, dispuso los aparatos en la mesa grande, leyó en las eseras y se lo apuntó todo, cosa por cosa, con tanta premura -ue le temblaban las manos, en una libreta pe-ue.a, ro$a, -ue lle+aba en un bolsillo, luego sacó a-uel terQ, Mcómo se dice, compadreN el terQ, temperQ no me sale la palabraQ —El termómetro, alcaideR —Eso mismoR acó, pues, ese termómetro y di$o -ue era contra los dragonesI Bo metió en un sitio, en otro, escribió otra +e! en la libreta, metió los aparatos en un saco, se cargó el saco sobre la espalda, se despidió y se marc0óI ? ya no +ol+imos a +erle, se.orI Bo -ue pasó, solamente, es -ue a-uella misma noc0e 0ubo un ruido muy grande, como un truenoJ pero le$os, como si uese tras el pico de 4idragorQ es a-u7l, $eseJ
cerca de a-uel otro -ue es como una cabe!a de 0alcón y se llama Pstriciano por el nombre de u 4a$estad el rey, al otro lado, a-uel -ue tiene otro muy cerca, como si ueran (con permiso% dos posaderas: a-u7l se llama la Pacusta, y es por-ue una +e!Q —
0undidos como si padeciera 0ambreI Bas ideas se agolparon caóticamente en el cerebro de ClapaucioI MCuál era el proceder más eica!N M'ni-uilarla, tal +e!, gracias al cambio de signo de la matri! dragoniana del positi+o al negati+o, de modo -ue la probabilidad estadstica de desdragón +enciera a la de dragónN Pero cuan arriesgado era, teniendo en cuenta -ue un mo+imiento casi imperceptible poda causar un cambio de consecuencias catastróicasR Fueron muc0os los -ue en circunstancias seme$antes obtu+ieron en +e! de desdragón, desa!ónIMCómo se puede 0acer depender de tan pocas letras cosas tan grandesN 'demás, una desprobabili!ación total 0ara imposible la in+estigación de la naturale!a de la 'byectosauriaI Clapaucio +acilaba, 0ec0o un mar de dudas, teniendo ante los o$os de su imaginación el agradable cuadro de una enorme piel de dragón extendida en su estudio entre la +entana y la bibliotecaI Pero no era el momento de so.ar, aun-ue otra e+entualidad —la de donar un e$emplar de gustos tan especiales a un drago!oo— se le ocurrió mientras se arrodillabaJ incluso tu+o tiempo de pensar -u7 traba$ito cientico tan bien 0ec0o se poda coneccionar, si se lo basaba en una pie!a bien conser+adaJ de modo -ue pasó el usil con el reductor a su mano i!-uierda, y cogió con la derec0a un trabuco cargado con un anticabe!a, apuntó cuidadosamente y apretó el gatilloI n estruendo de mil demoniosR na nube de 0umo nacarado rodeó la boca del ca.ón y a Clapaucio, -ue por un momento perdió al monstruo de +ista, pero el 0umo se dispersó en seguidaI Bas +ie$as leyendas cuentan sobre dragones multitud de cosas -ue no son ciertasI
-uedó rodeado de un 0alo —como la luna cuando pronostica mal tiempo—, pero no se esumóI Clapaucio +ol+ió a la carga, para 0acer la existencia del monstruo imposibleI Ba intensidad de la imposibilitati+idad creció tanto, -ue una mariposa -ue +olaba por all empe!ó a emitir en alabeto 4orse el egundo Bibro de la el+aHJ entre las anractuosidades de las rocas se materiali!aron sombras de 0adas, bru$as y espectros, y el poderoso ruido de cascos al galope anunciaba -ue se estaban acercando unos centauros, sacados de la imposibilidad por la tremenda tensión del armaI in embargo, el dragón, como si no 0ubiera ocurrido nada, se sentó pesadamente, boste!ó y empe!ó a rascarse con ruición con las patas traseras la colgante papadaI El arma sobrecalentada -uemaba los dedos de Clapaucio, -uien segua apretando ebrilmente el gatilloI El cientico nunca 0aba +i+ido nada seme$ante: las piedras cercanas, no muy grandes, se ele+aban libremente en el aire, y el pol+o -ue el dragón ec0aba al rascarse por deba$o del trasero, ormó, al posarse, una rase bien legible: EG=) E=D@<)=I )scureció, el da daba paso a la noc0e, grandes pe.ascos calcáreos ueron a dar un paseo c0arlando en +o! ba$a de sus cosasQJ en una palabra, un milagro segua al otro, pero la espantosa bestia -ue reposaba a treinta pasos de Clapaucio no -uera desaparecerI Clapaucio descartó el lan!ador, sacó del bolsillo una granada antidragón y, encomendando su alma a la Gran 4adre de las &ransormaciones @rre+ersibles, la lan!ó sobre el monstruoI =esonó un estruendo ensordecedor, y unos ragmentos de piedra +olaron al aire $unto con la cola del dragónJ este Kltimo gritó en +o! completamente 0umana ocorroRH y galopó directamente 0acia Clapaucio, -uien, +iendo la muerte tan próxima, saltó de su escondri$o blandiendo una corta pica de antimateriaI e aprestaba ya a tirarla, cuando oyó otros gritos: —OuietoR OuietoR Ao me matesR Merá el dragón -uien 0ablaNH, pensó ClapaucioI AoQ, me estar7 +ol+iendo locoH in embargo, preguntó: —MOui7n 0ablaN MEs el dragónN —'l cuerno con el dragónR oy yoR En eecto, en medio de la nube de pol+o apareció &rurl, tocó el cuello del monstruo, dio la +uelta a una cosa, y el gigante cayó lentamente de rodillas, inmo+ili!ándose con un c0irrido prolongadoI —MOu7 es esta mascaradaN MOu7 signiicaN M
—Ou7 tonto eres, 0ombreR —&rurl se encogió de 0ombros con conmiseración—I M? los tributos -ue no paran de traermeN ?a cobr7 más de lo -ue me correspondaI —)0, claroR —la lu! de la +erdad iluminó a ClapaucioI in embargo, a.adió—I Pero está eo obligarQ —MOu7 tiene de eoN Por otra parte, M-u7 da.o 0iceN 4e paseo por las monta.as y de noc0e ru$o un pocoI Estoy terriblemente cansadoQ —suspiró, sentándose al lado de ClapaucioI —M
$=*$#"C"8 C;(.T(& < #$ CM< T.;.L S$ S".@" #$ ;8 M;J$.< T;@< B;$ ;S(.S$ ;8 L(8(8"D
—Pues s, se.or, yo soyI &enga la bondad de entrarQ me perdonará el desordenQ Ao saba, -uiero decir, estaba durmiendoQ —arulló &rurl, muy turbado, a$ustándose las escasas +estimentasJ su conusión aumentó cuando se dio cuenta de -ue sólo lle+aba encima un camisón -ue, por a.adidura, clamaba por la la+adoraI El distinguido electridalgo pareca no ad+ertir la imperección del atuendo de &rurlI Ouitándose otra +e! el sombrero —-ue +ibró sonoramente por encima de la poderosa cabe!a— entró en la casa con reinados andaresI &rurl pidió -ue le excusara un momento, corrió arriba para arreglarse un poco, y +ol+ió ba$ando los pelda.os de dos en dosI 4ientras tanto, el da se iba le+antandoJ los primeros rayos del sol centelleaban en los turbantes de los robots negros, -ue cantando nostálgicamente +ie$as tonadas de escla+os — La caba0a del t*o (om, etcI— rodearon en cuádruple ila la casa y la na+epirámideI &rurl lo +io por la +entana cuando tomaba asiento rente a su 0u7spedJ el electridalgo contempló al constructor con una mirada resplandeciente y diamantina y proirió estas palabras: —El planeta del cual +engo 0acia +os, mi se.or construccionista, en el mismo seno del medioe+o perdura, por lo -ue su gracia perdonarme debe si os importun7 aterri!ando a indebida 0oraI 4as de barruntar 0ab7is -ue no nos ue posible pre+er en la nao -ue en este punctum del planeta +uestro donde encu7ntrase de +uecencia la digna morada, la noc0e aKn su imperio extenda, +edando el acceso a los rayos del solI '-u carraspeó melodiosamente, como si tocara una mara+illosa nota en una armónica, y prosiguió el discursoI —Compare!co ante Duestra Gracia como emisario particular y especial de mi =ey y e.or, u 'lte!a =eal Protrudino 'sterianoJ oberano 'bsoluto de los globos unidos Xónito y YpritoJ 4onarca >ereditario de 'neuriaJ Emperador de 4onocia, 3iproxia y &rilidaJ Gran eredero del &rono, pro+ocadaI —Pero si yo noQ —empe!ó a 0ablar rápidamente &rurl, pero el magnate interrumpió su rase con un bre+e gesto para signiicarle -ue no 0aba terminado toda+a y continuó su parlamento, sin modiicar el acerado sonido de su +o!: —' cambio de acceder magnánimamente a nuestro ruego de +eniros y ayudar en el combatimiento de la catástroe nacional -ue pone en peligro la ra!ón misma del estado, u 'lte!a =eal Protudino promete, asegura y $ura por mi boca -ue colmará a +uestra constructi+idad de a+ores tan inmensos -ue 0asta el in de los das no podra +uestra gracia apurarlosI H? a0ora ya, en el momento presente, como a+ance o (segKn tengo entendido se dice% a cuenta, os nombro, noble se.orQ —a-u el magnate se le+antó, desen+ainó su espada y continuó, puntuali!ando cada palabra con un golpe de su 0o$a en el 0ombro de &rurl, altando poco para -ue le rompiera los 0uesos—, Prncipe &itular y =einante de 4ur+idraupia, 'bominencia, 4alodora y &rapi!ondaJ Conde Begtimo de &rund y 4origundJ Elector )ctoespigonal de 3ra!alupa, Condolonda y PratalaxiaJ as como 4ar-u7s de Gund y Bund, Gobernador Extraordinario de Fluxia y Pruxia, General Capitular de la )rden de 4enditas 3andolarios y Gran Bimosnero de los Principados de Pito, 4ito y &ra0itadrito, si7ndoos conerido $unto con estas dignidades el derec0o a la
sal+a de +eintiKn ca.ona!os al le+antaros por la ma.ana y acostaros por la noc0eJ una anarria por la tarde, la Pesada Cru! ininitesimal y la perpetuación pluriaxial y pluritemporal en 7bano, mármol y oroI ? a0ora, en testimonio de u 'precio y 3ene+olencia, mi =ey y e.or os en+a los presentes con los -ue atre+me a rodear +uestra moradaI En eecto, la altura de la muralla de sacos sobrepasaba ya el ni+el de las +entanas, interceptando la lu! del daI El magnate terminó de 0ablar, pero se ol+idó — seguramente por un descuido— de ba$ar la mano, al!ada en un gesto de orador inspiradoI 'l cabo de un momento de silencio, &rurl di$o: —Estoy enormemente agradecido a u 4a$estad el =ey Protrudino, pero yo, sabe usted, no soy especialista en asuntos amorososI in embargo —a.adió ba$o la mirada del magnate, -ue pesaba sobre 7l como una monta.a de brillantes—, expl-ueme, si -uiere, de -u7 se trataQ El poderoso persona$e 0i!o un ademán airmati+oI —Ba cosa es sencilla, Duestra GraciaR El 0eredero del trono enamoróse de 'marandina Cib7rnea, Knica 0i$a del soberano de 'raubraria, una potencia limtroe a la nuestraI Pero 0e a-u -ue entre los dos estados existe desde tiempos inmemoriales una enemistad muy grande, y cuando nuestro =ey y e.or, conmo+ido por los incesantes ruegos del prncipe, se dirigió al emperador para pedirle la mano de 'marandina para su 0i$o, recibió una respuesta categóricamente negati+aI Ho$alatero de la Corona— contó a &rurl numerosos detalles de la 0istoria romántica y dramática a la +e! de los amores principescosI
un reor!ador en cascada abra!aderoembelesador, y un sistema automático de primera miradaH, ya -ue &rurl era partidario de la teora del doctor 'rodontus, creador de la tesis del campo enamorante sKbitoI Ba magna obra dispona igualmente de todas las instalaciones auxiliares, tales como una lirteadora de altas re+oluciones, un reductor de empresas seductoras y una gama completa de caricias y carniciasI Fuera, en una cabina acristalada, se al!aban unos enormes indicadores, en los -ue se poda obser+ar detalladamente el transcurso de la cura desenamoranteI Bas estadsticas demostraban -ue el mu$erotrón daba unos resultados positi+os y duraderos en no+enta y oc0o casos por cada cien de superi$ación amorosaI Por tanto, las posibilidades de sal+ar al prncipe eran enormesI Cuarenta pares y grandes del reino empu$aron y arrastraron por el par-ue 0acia el &emplo de los Ensue.os al 0eredero del tronoJ lentamente, pero con constancia, con$ugando lo categórico de su acción con el respeto debido a la sangre realJ se emplearon almo0adones de insima pluma para no 0acerle da.oI Como el prncipe no tena la menor gana de ser desenamorado, embesta y pateaba a los ieles cortesanos con la cabe!a y los piesI Cuando se logró, por in, meter dentro al uturo monarca y se cerraron las escotillas, &rurl, muy ner+ioso, conectó el autómata, -ue empe!ó a contar con +o! monótona: +einteQ, diecinue+eQ, diecioc0oQHI >asta -ue pronunció más alto: CeroR alidaRH, y los sincroerotores, cargados de toda la uer!a megamórica, atacaron a la +ctima de a-uellos sentimientos tan mal dirigidosI
metieron dentro del mu$erotrón y se las arreglaron —no se sabe cómo— para ponerlo en marc0aI >ubo -ue llamar a los bomberos, ya -ue salieron ardiendo de amorI En la prueba siguiente, &rurl aplicó un e-uipo distinto, compuesto de una desliri!adora y un dispositi+o tri+iali!anteI in embargo, digamos en seguida -ue este segundo intento ue tambi7n un racasoI El prncipe no solamente no se desenamoró de 'marandina, sino -ue su pasión creció toda+a másI &rurl +ol+ió a andar +arias millas en sus apartamientos, leyó 0asta altas 0oras de la noc0e textos especiali!ados en la materia, 0asta -ue los estrelló contra la pared y al da siguiente pidió al 4agnate >o$alatero -ue le proporcionara una audiencia con el =eyI na +e! admitido ante u 4a$estad, di$o: —'lto e.or y oberano, Graciosa 4a$estadR Bos sistemas desenamorantes aplicados por m son los más poderosos -ue puedan pensarse, y 0an alladoI &u >i$o no se desenamorará mientras conser+e la +idaI Ysta es la +erdad -ue debo al &ronoI Guardó silencio el =ey, abrumado por la terrible nue+aI &rurl prosiguió: —Por cierto, podra enga.arle, sinteti!ando a 'marandina segKn los parámetros de los -ue dispongoJ pero, tarde o temprano, el prncipe se dara cuenta del artiicio al llegarle noticias sobre la +ida de la +erdadera 0i$a del EmperadorI Por tanto, sólo -ueda un camino: el >eredero del &rono debe casarse con la >i$a del EmperadorR —'0, digno extran$eroR '-u está el -uid de la cuestión: el Emperador no la dará nunca a mi 0i$oR —M? si uera +encidoN Mi tu+iera -ue pactar, pidiendo clemencia al +encedorN —)0, entonces s, desde luegoR Pero Mcómo -uieres -ue yo precipite dos grandes estados a una luc0a cruenta (siendo, además, inseguro su resultado% sólo para conseguir la mano de la princesa para mi 0i$oN Eso no puede serR —Ao esperaba otra decisión por parte de Duestra 4a$estadQ —di$o serenamente &rurl—J no obstante, 0ay +arias clases de guerras, y la -ue yo proyecto es cual-uier cosa menos cruentaI Ao atacaramos el pas del Emperador con las armas, ni -uitaramos la +ida a un solo ciudadanoQ, sino todo lo contrarioI —MOu7 signiica estoN MOu7 está diciendo +uecenciaN —exclamó el rey, pasmadoI ' medida -ue &rurl iba coniando sus arcanos al odo del rey, el rostro del monarca, 0asta entonces adusto, se serenaba lentamenteI Blegado el inal, 7ste exclamó: —>a!, pues, lo -ue te propones, -uerido extran$eroJ y -ue el cielo te ayudeR 'l da siguiente, las or$as y los talleres del reino procedieron a la abricación, de acuerdo a los planos suministrados por &rurl, de una gran cantidad de lan!adores muy potentes y de aplicación desconocidaI na +e! listos, ueron dispuestos sobre el planeta y camulados con redes de protección, de modo -ue nadie pudiera adi+inar nadaI 4ientras tanto, &rurl pasaba das y noc0es en el laboratorio real de cibergen7tica, +igilando unas calderas misteriosas en las -ue borbollaban enigmáticos cocimientosI i un espa se 0ubiera propuesto obser+arlo, se 0ubiera enterado tan sólo de -ue en las salas del laboratorio, cerradas a cal y canto, se oan a +eces unos llori-ueos, y -ue los doctores y proesores corran ebrilmente transportando montones de pa.alesI El bombardeo empe!ó una semana despu7s, a medianoc0eI er+idos por +ie$os artilleros, los ca.ones se endere!aron todos a la +e!, apuntaron a la blanca estrella del pas del emperador e 0icieron uegoQ, no mortero, sino +i+eroI En eecto, los proyectiles de &rurl eran ni.os reci7n nacidosI us lan!abeb7s dispararon sobre el imperio miles y miles de pe-ue.uelos, -ue al caer se pegaban a peatones y $inetesI Crecan muy rápidamente y eran tantos, -ue sus +ocecitas gritando mamáH, papáH, papiH y cacaH 0acan temblar el aire y re+entaban los tmpanosI
El dilu+io inantil duró tanto, -ue la economa nacional no lo pudo soportar y el espectro de la catástroe se cernió sobre el pas del EmperadorI 's las cosas, del cielo seguan ba$ando a+alanc0as de beb7s alegres y saludables, -ue con+ertan el da en la noc0e con el aleteo de sus pa.alesI Pronto el emperador se +io obligado a implorar misericordia al rey ProtrudinoI El rey prometió interrumpir el bombardeo, siempre y cuando su 0i$o pudiera tomar a 'marandina por esposaI El consentimiento imperial ue otorgado al instanteI Entonces los lan!abeb7s ueron puestos uera del ser+icio, y &rurl desmontó —personalmente, por prudencia— el mu$erotrónI Poco tiempo despu7s, +estido de una tKnica recamada de brillantes y esmeraldas, en su carácter de testigo principal de la boda, le+antaba la copa a la salud de la $o+en pare$a durante la deslumbrante recepción nupcialI Buego cargó su co0ete con diplomas, actas de in+estidura de eudos y condecoraciones concedidas por ambos monarcas, y +ol+ió a casa, cubierto de gloriaI
$=*$#"C"8 B;"8T(& < L(S T.(@$S;.(S #$L .$? %(L$."8 Ao era la crueldad del rey 3alerión de Cimberia lo -ue mortiicaba a sus sKbditos, sino su aición a di+ertirseI Ao organi!aba, empero, grandes ban-uetes ni orgas nocturnas: los $uegos gratos al cora!ón del monarca eran sencillos e inocentesI Be entusiasmaban los $uegos de prendas, como la gallina ciegaJ era capa! de dedicar noc0es enteras al tute, pero lo -ue preera a todos los demás, era el $uego del esconditeI Cuando tena -ue tomar una decisión importante, irmar un decreto de en+ergadura nacional, recibir a unos emisarios de estrellas extran$eras, o conceder una audiencia a un mariscal, el rey se esconda y daba la orden de encontrarle, ba$o la pena de grandes castigosI Corra entonces el Conce$o de la Corona por todo el palacio, entraba en las osas y torres maestras, golpeaba las paredes y se ec0aba al suelo para mirar ba$o el tronoI Ba bKs-ueda sola durar bastante tiempo, por-ue el rey in+entaba cada +e! un escondri$o nue+oI En una ocasión se e+itó incluso la declaración de una gran guerra, por-ue se pasó tres das colgado del tec0o de la sala principal, donde, cubierto de colgantes y espe$itos, remedaba una ara.a de cristal, muri7ndose de risa de las desesperadas carreras de los cortesanosI Ouien le encontraba, reciba al instante el ttulo de Gran >allador =ealJ la corte contaba ya con setecientos treinta y seis de esos dignatariosI Ouienes -uisieran congraciarse con el monarca, tenan -ue despertar su curiosidad presentándole un $uego nue+o y desconocidoI Ao era cosa ácil, ya -ue 3alerión era un consumado experto en la materiaJ conoca $uegos antiguos, como la pata co$aH, y los más modernos, como la cibercombaH con embrague retroacti+o, y le gustaba decir de +e! en cuando -ue todo era un $uego: su propio reinado y el mundo enteroI Estas palabras, ligeras y altas de seriedad, indignaban a los miembros ancianos del Conce$o de la CoronaI obre todo el Presidente, u Excelencia Papagaster, descendiente de una antigua estirpe matricia, sura muc0o al pensar -ue no 0aba nada sagrado para el rey, -ue se moaba incluso de su propia altsima personaI in embargo, lo -ue más asustaba a todos era el $uego de adi+inan!as, desde siempre el pasatiempo a+orito del reyI Bos cortesanos recordaban toda+a cómo el $o+en
monarca 0aba sobrecogido al Gran Canciller durante la coronación, preguntándole -u7 dierencia 0aba entre madre patria y padre matriaI El =ey no tardó muc0o en descubrir -ue los se.ores de la Corte no ponan gran empe.o en contestar con acierto a sus preguntas, sino -ue soltaban lo -ue se les ocurraJ esto le enadaba sobremaneraI Bas cosas cambiaron totalmente el da en -ue un decreto real supeditó los nombramientos de los cargos cortesanos a los resultados de las adi+inan!asI >ubo tal cantidad de degradaciones, promociones, condecoraciones y destituciones, -ue toda la corte se +io obligada, muy a pesar suyo, a prestar inter7s a los $uegos in+entados por u 4a$estadI -icial, donde, en +e! de aburridas leyes y decretos, se publicaban c0aradas y $uegos de sociedadI in embargo, conorme pasaban los a.os, el 4onarca iba perdiendo las ganas de de+anarse los sesos, de modo -ue inalmente +ol+ió a su primera aición, el $uego del esconditeI n da, cuando estaba de un 0umor un tanto subido, oreció un premio uera de lo comKn para -uien in+entara el me$or escondri$o del mundoJ era, ni más ni menos, una $oya de incalculable +alor: el diamante de la corona de los Cimberitas, dinasta a la -ue perteneca el mismo =ey 3aleriónI Aadie 0aba +isto 0asta entonces a-uella mara+illa, guardada en la cámara blindada del =eal &esoroI Gracias a una curiosa casualidad, $usto en a-uel entonces &rurl y Clapaucio, en uno de sus numerosos +ia$es, 0icieron escala en CimberiaI Ba noticia del capric0o real se 0aba diundido ya por todo el pas, por lo -ue se enteraron de 7l tambi7n los dos constructores, oyendo las con+ersaciones de la gente del lugar en la onda donde se 0ospedabanI Ba cosa les interesó muc0o, as -ue al da siguiente se dirigieron al palacio para maniestar -ue conocan el secreto de un escondri$o incomparableI in embargo, los -ue codiciaban el premio eran tan numerosos -ue no 0ubo manera de abrirse paso entre el gentoI Dol+ieron, pues, desanimados a la onda, para probar suerte un da despu7sI Pero los sabios constructores saban -ue la suerte es más segura si se la ayuda un pocoI Conorme a este principio, &rurl, sin decir nada, pona en la mano de cada centinela -ue -uera detenerles, de cada cortesano -ue les interceptaba el paso, una moneda de buen pesoJ si alguno de ellos se enureca en +e! de acilitar el camino, a.ada en seguida otra, más grande y más pesada toda+aI Gracias a su m7todo, en menos de cinco minutos se encontraron en la sala del trono ante u 4a$estadI El =ey se alegró muc0o al enterarse de -ue dos sabios de tanto renombre 0aban +enido ex proeso a su pas para de+elarle el secreto del escondri$o perectoI Ao lograron en seguida los dos constructores 0acer entender a 3alerión de -u7 se trataba, pero la mente real, e$ercitada desde la inancia en la comprensión de acerti$os complicados, penetró por in en la trama del problemaI El 4onarca se encendió de
entusiasmo: ba$ó del trono, aseguró a los dos amigos su eterna bene+olencia y gracia, y maniestó -ue el premio era para ellos, siempre y cuando le uera posible probar inmediatamente la misteriosa receta de los constructoresI Clapaucio se mostró un tanto reacio a explicar el secreto sin pre+io contrato, escrito en un pergamino con sellos y borla de sedaJ pero el =ey insistió tanto, tanto pidió y prometió, tanto $uró -ue podan estar seguros del premio, -ue inalmente cedieron y procedieron a las explicacionesI &rurl ense.ó al 4onarca una ca$ita -ue 0aba trado, y -ue contena todos los elementos necesariosI
—Ao cabe duda —se di$o a s mismo— de -ue si yo me 0ubiera encontrado en el lugar de &rurl, mi e-uilibrada inteligencia 0ubiera 0ec0o reinar instantáneamente el orden: en +e! de organi!ar escenas y gritar estupideces sobre transerencias (lo -ue, por uer!a, tena -ue despertar sospec0as de una enermedad mental%, 0ubiera dado la orden, apro+ec0ando mi nue+o cuerpo, el del =ey, de perseguir a &rurl, es decir, a 3alerión, -ue se está di+irtiendo a0ora en la ciudad, exigiendo al mismo tiempo -ue el segundo constructor se -uedara cerca de mi real persona con carácter de conse$ero secretoI Pero a-uel ma$adero perdidoQ —-ue as llamó en sus adentros a &rurl— se 0a de$ado dominar por los ner+iosI Ao 0ay más remedio: tengo -ue poner en marc0a mis talentos de estrategaJ si no, esto no terminará bienQ Como primera medida, Clapaucio rememoró todos sus conocimientos sobre el in+ertidor de la personalidadI Be pareció -ue el más importante, y al mismo tiempo el más gra+e, era un peligro -ue el r+olo 3alerión —desaparecido dentro del cuerpo de &rurl no se saba dónde— ignoraba por completoI i, pongamos por caso, diera con los cuernos a un ob$eto material, su personalidad pasara en el acto a dic0o cuerpoI in embargo, puesto -ue los ob$etos no tienen personalidad, y por tanto, no pueden orecer nada a cambio al intercambista, el cuerpo de &rurl caera muertoJ y el espritu del =ey, encerrado en una piedra, un poste de alumbrado o un !apato +ie$o, permanecera por los siglos de los siglos en a-uella encarnaciónI @n-uieto, Clapaucio apresuró el pasoI Cerca ya de la onda, encontró un animado grupo de lugare.os, a tra+7s de cuya con+ersación se enteró de cómo su colega 0aba escapado del palacio corriendo como si le persiguieran los demonios, y cómo, ba$ando a la carrera la empinada escalera -ue conduca al puerto, se 0aba cado y se 0aba racturado una piernaI El accidente le 0aba causado una rabia incontenibleI Ec0ado all, sin poder mo+erse, empe!ó a +ocierar -ue era el =ey 3alerión en persona, dando órdenes de -ue le tra$eran a sus m7dicos palaciegos, una silla de manos con almo0adones de pluma y alco0oles aromáticos, y cuando los presentes se rean de su locura, se arrastró sobre el pa+imento $urando como un carretero y rasgando a $irones su ropa, 0asta -ue un transeKnte —más misericordioso, por lo +isto, -ue los otros— se inclinó sobre 7l para le+antarloI Entonces el accidentado se arrancó de la cabe!a la gorra, ba$o la cual (todos los testigos oculares $uraban 0aberlo +isto%, asomaron unos cuernos de diabloI El loco embistió con ellos la rente del buen samaritano, y luego se desplomó en el suelo como muerto, todo rgido y silencioso, gimiendo tan sólo con +o! d7bilI En cambio, el embestido cambió en el acto como si le 0ubiera posedo el demonioH, y ba$ó al galope la escalera del puerto bailando, saltando y dando coda!os a la gente -ue se le interpona en el caminoI Cuando oyó todo esto, Clapaucio por poco se desmaya de impresiónJ por-ue comprendió -ue 3alerión, despu7s de da.ar el cuerpo de &rurl —-ue tan poco tiempo le 0aba ser+ido— se 0aba trasladado al de un +iandante desconocidoI '0ora s -ue empie!a lo gordoRH, pensó con terrorI MCómo +oy a encontrar a 3alerión en un cuerpo nue+o -ue no cono!coN M'donde +oy a buscarle ba$o esta nue+a ormaNHI &rató 0ábilmente de sonsacar más inormación a a-uellas personas, preguntando -ui7n era el transeKnte -ue 0aba demostrado tanta bondad al also &rurl 0erido y -u7 0aba pasado con los cuernosI
el misericordioso marinero 0aba arrancado los cuernos de la cabe!a del yacente, con tanta rapide! -ue nadie +io lo ocurridoI Pareca, por tanto, -ue los medios de intercambio seguan en poder de 3alerión, y -ue el arriesgado procedimiento de transerencia de cuerpo en cuerpo poda durar muc0o toda+aI
—&e 0e reconocido en seguida —di$o 3alerión—polica—J estu+iste en el palacio con tu colega, el -ue me dio el aparato, M+erdadN MOu7 te pareceN MAo tengo un escondri$o estupendo a0oraN ?a me puede buscar el Conce$o del =eino, $unto o por separadoJ no me encontrarán $amásR Es una cosa ormidable ser un polica tan grandote y uerteI 4iraR 'l decir esto, asestó con su enorme mano policial un golpe tan grande a la mesa -ue se rompió una tablaJ pero el pu.o cru$ió tambi7nI 3alerión 0i!o una mueca, y rotándose la mano, a.adió: —'y, se me rompió algo, pero es igualI En caso de necesidad, puedo trasladarme a tu cuerpoI MOu7 te pareceN Clapaucio retrocedió instinti+amente 0acia la puertaJ el polica le cerró el paso con todo su enorme +olumen y siguió 0ablando: —
El plan no era malo, pero para su reali!ación altaba un detalle bastante esencial: el intercambiador con cuernos, guardado en un ca$ón del escritorio policialI Clapaucio relexionó durante un momento sobre la posibilidad de construir otro aparato análogo, pero no dispona, para 0acerlo, ni de 0erramientas y medios, ni de tiempoI —>ar7 lo siguiente —di$o para sus adentros—I @r7 a +er al =ey &rurl, -uien supongo -ue ya 0abrá +uelto en s y relexionadoJ le dir7 -ue ordene ocupar militarmente el puesto de la polica del puerto, y de este modo nos incautaremos del aparato y &rurl podrá +ol+er a su propia personaI El plan, como di$imos, era buenoJ sólo -ue ni si-uiera le de$aron entrar en palacioI El =ey, le di$eron en el puesto de guardia, dorma proundamente gracias al tratamiento aplicado por los m7dicos, a base de tran-uili!antes y reor!antes el7ctricosI El sue.o deba durar cuarenta y oc0o 0oras por lo menosI ólo altaba estoRH, pensó Clapaucio con desespero, y se ue al 0ospital en el cual estaba el cuerpo de &rurl, ya -ue tema -ue, dado de alta demasiado pronto, se perdiera en los laberintos de la gran ciudadI En el 0ospital se presentó como un pariente del damniicado —cuyo apellido logró leer en la lista de los accidentados— y all se enteró de -ue el caso no era gra+e, ya -ue no 0ubo ractura sino dislocaciónJ pero -ue, de todos modos, el enermo deba pasar unos das en camaI Clapaucio, naturalmente, no -uiso +erle, para -ue no se descubriera -ue el enermo no le conocaI &ran-uili!ado, por lo menos, de -ue el cuerpo de &rurl no uera a desaparecer de repente, abandonó el 0ospital y +agó por las calles, sumido en tan proundas relexiones -ue, sin darse cuenta de nada, se +io de pronto en el distrito portuario, rebosante de policas -ue miraban detenidamente a cada transeKnte, comparando sus rasgos con algo -ue tenan escrito en sus agendas de ser+icioI Comprendió en seguida -ue eran cosas de 3aleriónI Ao caba duda: el =ey segua buscándole con paciencia para meterlo en el calabo!oI 4ientras tanto, la patrulla más cercana le +io, y se dirigió 0acia 7lI Ba 0uida era imposible: de detrás de la es-uina salió otra pare$a de guardiasI Entonces 7l mismo se entregó tran-uilamente a los policas, insistiendo solamente en -ue le lle+aran ante el mismo $ee, ya -ue tena -ue 0acerle unas declaraciones de enorme importancia en el asunto de un 0orrible crimenI Be rodearon en seguida y le pusieron las cadenasJ pero, por suerte, no le esposaron las dos manos $untas, sino -ue encadenaron su mano derec0a a la i!-uierda de un guardiaI En el despac0o policial, 3alerión—$ee acogió con alegres gru.idos y con gui.os mal7+olos de sus o$illos la entrada de Clapaucio—prisioneroI Este Kltimo gritó, nada más traspasar la puerta, procurando decir con un uerte acento extran$ero: —Grande e.orR u 4uy 4agna PolicidadR ' ma coger por ClapaucioJ pero no, ma no conocer ninguna ClapaucioR ) puede ser uno, muy malo, -ue a ma 0acer muc0o dolor con cuernos en calle, y ma tuyaJ milagro pasar, y ma perder carne, y alma de ma estar en la carne de no maJ y ma no saber cómo, pero el cuernos 0uir de prisa, u 4agna PolicidadI ocorroR '-u el astuto Clapaucio cayó de rodillas al suelo, 0aciendo sonar las cadenas y 0ablando rápidamente y sin cesar en este lengua$e c0apurreadoI 3alerión, de pie tras su escritorio con uniorme con c0arreteras, parpadeaba y escuc0aba, asombradoI Cuando miró bien al arrodillado, pareció con+encerse de la +erdad de sus palabras, ya -ue Clapaucio, de camino al puesto, se 0aba apretado la rente con los dedos de su mano libre, de$ando en ella dos se.ales parecidas a las -ue impriman los cuernos del aparatoI
Clapaucio in+entó una larga 0istoria en la cual relató cómo 7l, un rico extran$ero, 0aba llegado a-uella misma ma.ana al puerto, trayendo en su barco doscientas ca$as de los más bellos rompecabe!as del mundo y treinta mara+illosas doncellas mecánicas con cuerda, como orenda para el =ey 3aleriónI Era un regalo del Emperador &rompolón, -ue -uera expresar de este modo su admiración por la dinasta cimberianaI Aarró acto seguido cómo, reci7n llegado, ba$ó del barco para desentumecerse paseando por el muelle, cuando un indi+iduo, de este aspecto precisamente —a-u Clapaucio se indicó con un gesto a s mismo—, -ue le pareció sospec0oso por-ue miraba con a+ide! su rica +estimenta, se abalan!ó de pronto sobre 7l, como si suriera una repentina crisis de locuraI in embargo, lo Knico -ue 0i!o ue arrancarse la gorra y golpearle en la rente con unos cuernos -ue tena escondidos deba$o de ellaI Fue entonces cuando ocurrió el tremendo misterio del intercambio de almasI >ay -ue reconocer -ue Clapaucio puso en su relato el máximo aán de 0acerlo +erosmilI Contó muc0os detalles respecto a su cuerpo perdido, dando al mismo tiempo unos desde.osos cac0etes al -ue posea de resultas de a-uella desgracia, incluso se dio boetadas y escupió sobre su +ientre y piernasI abló de su amilia, abandonada all, en la patria, de sus 0i$osmá-uinas y de su perrito el7ctrico, de su mu$er —una de las trescientas—, -ue saba preparar una salsa de iones $ugosos, tan buena -ue ni si-uiera el Emperador &rompolón coma una me$orI Ble+ó las conidencias a tal punto, -ue re+eló al comandante de la polica su mayor secreto: 0aba -uedado con el capitán de su barco en -ue 7ste entregara el tesoro a la persona -ue subiera a bordo y pronunciara el santo y se.a -ue sólo ellos dos conocanI 3alerión—polica escuc0ó con a+ide! todo este caótico cuento, -ue le pareció lleno de lógica: Clapaucio, en eecto, pudo -uerer esconderse de la persecución y lo 0i!o trasladándose al cuerpo de un extran$ero, a -uien escogió a causa de su ata+o lu$oso, -ue demostraba su ri-ue!aJ gracias a esta transerencia, esperara conseguir grandes bienesI Ba cara del =ey rele$aba una gran concentración mentalI >aciendo preguntas capciosas trató de sonsacar el santo y se.a secreto al extran$ero, -uien, despu7s de resistirse un poco, pero no demasiado, se lo di$o al odo en +o! ba$aI Ba palabra mágica era )nitercHI El insigne constructor estaba ya seguro de 0aber 0ec0o tragar el an!uelo a 3aleriónI Este, enamorado de los rompecabe!as, no deseaba -ue se los orecieran al =ey, -ue en a-uel entonces no era 7lJ se lo creyó todo, incluso -ue Clapaucio dispona de otro intercambiadorI Por cierto, no 0aba ningKn moti+o para pensar -ue era imposibleI Estaban a0ora sentados en silencioJ se +ea -ue la cabe!a de 3alerión estaba madurando un planI Cuando +ol+ió a 0ablar, en +o! insinuante y sua+e, ue para 0acer más y más preguntas: dónde estaba atracado el barco, cómo se poda subir a bordo, etcI Clapaucio le contestaba, contando con su a+ide!, y no se e-ui+ocó: el seudo$ee de polica se le+antó de repente, di$o -ue deba comprobar sus declaraciones, y salió, cerrando la puerta con lla+eI El seudoextran$ero escuc0ó tambi7n cómo 3alerión, aleccionado por la experiencia reciente, de$aba ba$o la +entana a un centinela armadoI Clapaucio saba perectamente -ue el codicioso persona$e no encontrara nada, puesto -ue el tesoro, el barco y las doncellas no existanJ pero en esto precisamente consista la base de su planI 'penas se 0ubo cerrado la puerta tras el =ey, se precipitó sobre el consabido ca$ón, sacó el aparato y se lo encas-uetó sin perder un segundoI 's preparado, se dispuso a esperar tran-uilamente el retorno de 3aleriónI 'l rato sonaron detrás de la puerta unas pisadas estruendosas y unos $uramentos proeridos a gritosJ la lla+e rec0inó en la cerradura y el comandante irrumpió dentro del despac0o +ocierando:
—CanallaR M<ónde está el barco, los tesoros y los rompecabe!asN Pero no tu+o tiempo de decir nada más, ya -ue Clapaucio, -ue se 0aba escondido detrás de la puerta, se abalan!ó sobre 7l como un carnero enlo-uecido, le corneó con uer!a la rente y, antes de -ue 3alerión 0ubiera podido 0acerse a la idea de la posesión de un nue+o cuerpo, 7l, con+ertido ya en el $ee de polica, llamó con +o! potente a la guardia para -ue encadenaran a a-uel sin+ergen!a, lo metieran en el calabo!o y lo +igilaran bienI 3alerión, enurecido y pasmado dentro de su en+oltorio, no tardó en comprender cuan 0orriblemente le 0aban enga.adoJ y al darse cuenta de -ue durante toda la con+ersación 0aba 0ablado con el astuto Clapaucio y no con un extran$ero, -ue nunca existió, tu+o en el calabo!o un +erdadero ata-ue de rabia ciegaI in embargo, sus gritos, $uramentos y amena!as eran +anos, puesto -ue 0aba perdido el preciado aparatoI Entretanto, Clapaucio, un tanto disgustado por la momentánea p7rdida de su tan bien -uerido cuerpo, pero satisec0simo de 0aber logrado su propósito de apoderarse del intercambiador de personalidad, se puso el uniorme de gala y se ue al palacio realI El =ey estaba durmiendo, pero Clapaucio maniestó —como $ee supremo de polica — -ue le era or!oso +er al 4onarca, aun-ue uera sólo die! segundos, ya -ue se trataba de un asunto de estado de suprema importancia para el reino, cuestión de +ida o muerteI Bos cortesanos tu+ieron miedo de cargar con la responsabilidad y le permitieron entrar en el dormitorio realI >alló a &rurl sumido en proundo sue.o, pero, conociendo sus costumbres y rare!as, le rascó ligeramente un talón: &rurl pegó un salto y se despertó en el acto de tantas cos-uillas -ue tenaI e despe$ó inmediatamente y miró con asombro al gigante desconocido en uniorme policial, pero 7ste se inclinó, acercó la boca al odo de &rurl y musitó: —&rurl, soy yo, ClapaucioJ tu+e -ue meterme en el cuerpo de un polica, por-ue de otra manera no 0abra podido llegar 0asta tiI &engo el aparato en el bolsilloQ &rurl se puso contentsimo cuando Clapaucio le contó su tretaJ se le+antó de la cama, llamó a los cortesanos y les maniestó -ue se encontraba mara+illosamente bienI =e+estido de pKrpura, se sentó en el trono con el cetro y la esera en la mano y empe!ó a dar toda una serie de órdenesI En primer lugar, mandó -ue se tra$era del 0ospital su propio cuerpo con la pierna descoyuntada por 3alerión en la escalera del puertoI Cumplida la orden, exigió -ue los m7dicos palaciegos cuidaran al accidentado con el mayor esmero y atenciónI 'cto seguido, despu7s de celebrar un conse$o con el $ee de polica, o sea Clapaucio, decidió restablecer en el pas el estado de e-uilibrio general y legtimoI Ao era nada ácil, ya -ue los 0ec0os se 0aban complicado y embrollado de mala maneraI &oco se proponan los constructores de+ol+er todas las almas a sus cuerpos anterioresJ -ueran 0acer lo más urgenteI Cuanto antes, y en primer lugar, reinstalar a &rurl en &rurl y a Clapaucio en ClapaucioI El seudo—rey ordenó, pues, -ue tra$eran ante su persona a 3alerión, encadenado y encerrado en el cuerpo de su colegaI '-u ue eectuado el primer transbordoI Clapaucio recuperó su en+oltorio sico, y el =ey, dentro del ex $ee de polica, tu+o -ue or muc0as palabras poco agradables, despu7s de lo cual ue reintegrado al calabo!o —esta +e! el de palacio—, maniestándose oicialmente -ue 0aba cado en desgracia a causa de su torpe!a con las adi+inan!asI 'l da siguiente, el cuerpo de &rurl estaba lo bastante restablecido como para arriesgar la mudan!aI Ao obstante, -uedaba un asunto por resol+er: los dos amigos consideraban -ue no sera correcto por su parte abandonar a-uel pas sin implantar pre+iamente en buen orden la cuestión de la sucesión al tronoI >uelga decir -ue estaban irmemente decididos a no de+ol+7rselo a 3aleriónJ de modo -ue, despu7s de deliberar un tiempo, re+elaron al 0onrado marinero —0u7sped del cuerpo de &rurl— el secreto de
toda la situación, no sin 0aberle 0ec0o $urar antes -ue nunca lo repetira a nadieI Diendo el sentido comKn -ue albergaba el alma sencilla de a-uel 0ombre de mar, le consideraron digno de reinarI e 0i!o el traslado: &rurl se con+irtió en &rurl y el marinero en reyI Clapaucio 0aba dispuesto -ue tra$eran al palacio un gran relo$ con cucK, -ue 0aba +isto durante sus deambulaciones por la ciudad en una tienda de antigedades, y se procedió al traslado de la inteligencia del =ey al cucK y la del cucK a la persona del policaI
$=*$#"C"8 B;"8T( (& < L( C<8S;LT( #$ T.;.L Ao muy le$os, ba$o un sol blanco, tras una estrella +erde, +i+an los de los )$os de 'ceroI Era un pueblo eli!, alegre y auda!, por-ue no tena miedo de nada: ni de pensamientos negros, ni de noc0es blancas, ni de materia y antimateria, ya -ue tenan la 4á-uina de las 4á-uinas, comple$a, grande, bonita y uerteI Di+an dentro, sobre, deba$o y encima de ella, puesto -ue era lo Knico -ue tenanI Primero reunieron átomos, uno por uno, luego la construyeron, y si algKn átomo no cuadraba, lo transormaban 0asta -ue -uedara bienI Cada )$o de 'cero tena su enc0ue y su contacto y cada uno 0aca lo suyo, es decir, lo -ue -ueraI Ai ellos gobernaban a la 4á-uina, ni la 4á-uina a ellos, sino -ue se ayudaban mutuamenteI nos eran ma-uinistas, otros, ma-uinarios, otros aKn, ma-uinales, y cada uno tena su propia ma-uinógraaI &enan cantidades de traba$oJ ora les 0aca alta la noc0e, ora el da o el eclipse del solJ este Kltimo con poca recuencia, para -ue no se +ol+iera corrienteI na +e! se acercó al sol blanco tras la estrella +erde una cometa de g7nero emenino y muy cruel, atómica por todas partes, a-u la cabe!a, all la cola en cuatro ilasJ daba miedo +erla, de tan a!ulenca y cianóticaI En eecto, lo llenó todo de peste a cianuro imposible de soportarI Esta cometa llegó y di$o: —Primero os consumir7 en llamas y luego ya +eremosI e -uedaron mirándola los de los )$os de 'cero y all la +ieron: ocupaba la mitad del cieloJ iba cal!ada de uego, y +estida de neutrones y mesones, expeliendo un calor locoJ tena átomos grandes como 0ipódromos, neutrinos, gra+itonesQ
—)s merendar7 —les di$oI ? ellos le contestaron: —Es un malentendidoI Aosotros somos los de los )$os de 'ceroJ no tememos a nadie, ni a los problemas amiliares, ni a los principios tradicionales, ni a los pensamientos negros, ni a las noc0es blancas, por-ue tenemos la 4á-uina de las 4á-uinas, comple$a, grande, bonita y uerte y en todo punto perectaI Dete, pues, cometa, por-ue lo +as a pasar malI Entretanto el cometa ocupaba el cielo entero, -uemando, ec0ando 0umo, rugiendo y silbando, 0asta -ue se les encogió la luna y se tostó por las dos puntasI Era pe-ue.a, res-uebra$ada y +ie$a, pero aun as les dio penaI 's -ue ya no di$eron nada más, sino -ue cogieron un campo muy uerte, 0icieron nudos en sus cuatro extremos y lo enc0uaron: me$or actuar, pensaron, -ue gastar sali+aI &ronó uerte y gimió, el cielo se serenó, el cometa se pul+eri!ó, y se -uedaron tran-uilosI 'l cabo de un tiempo apareció algoJ +ino +olando, no se saba -u7 era, pero daba 0orrorI Ao se poda mirar, por-ue cada lado era peor -ue el otroI e extendió, se encogió y se sentó en la puntaI Grande, pesado e inmó+ilI ? molesto a más no poderI Entonces los -ue estaban más cerca di$eron: —>ey, es un malentendidoI Aosotros somos los de los )$os de 'cero, no tememos a nadie y a nada, no +i+imos en el planeta sino en la 4á-uina -ue no es una 4á-uina corriente, sino la 4á-uina de las 4á-uinas, comple$a, grande, bonita y uerte y en todo punto perectaI Dete, pues, antasmón, por-ue lo +as a pasar malI Pero a-uello, como si nadaI Entonces, para no exagerar las cosas, en+iaron una má-uina asustadora de pe-ue.o ormato: ira, asustara al antasmón y otra +e! en pa!, pensaronI Ba má-uina asustadora ueJ le cru$ieron los programas por dentro, todos ellos tremebundosI e acercó y +enga tra-uetear y silbarR @ncluso ella misma se asustó un pocoI Pero a-uello, como si nadaR Probó otra +e!, con ase distinta, pero le salió mal, por-ue asustaba sin con+icciónI Dieron los de los )$os de 'cero -ue as no 0aran nadaI saremos un calibre mayor, se di$eron, con pi.ones lubriicados, dierencial uni+ersal, acoplado por todos los lados y -ue diera patadasI ? uertesR Merá suicienteN &ran-uilos, gente pacica: +a con energa atómicaR 's -ue en+iaron una má-uina uni+ersal, doblemente dierencial, de re+oluciones silenciosas y acoplamiento retroacti+o, con un ma-uinógrao y una ma-uinógraa dentroI Por si esto uera poco, encima le enganc0aron la ma-uinita asustadoraI e acercó sin el menor ruido gracias a los pi.ones lubricados, se paró y contó: cuatro cuartos, tres cuartos, dos cuartos, un cuartoQ CeroR 4uerteR asR etas por todas partes, como los me$ores robellones, sólo -ue 7stas brillaban por-ue eran radioacti+asR El lubriicante se desparramó, los pi.ones saltaronJ el ma-uinógrao con la ma-uinógraa miraron por la escotilla si ya estaba listo, pero -u7R Ai un rasgu.oR Bos de los )$os de 'cero deliberaron y construyeron una má-uina -ue construyó una ma-uinaria -ue construyó una ma-uina!a, tan grande -ue las estrellas más cercanas tu+ieron -ue 0uir más al ondoI ? dentro le metieron la de pi.ones lubriicados y en el centro la ma-uinita asustadoraI e acabaron las bromasR Ba ma-uina!a 0i!o un esuer!o tremendo y !asR, 0ubo un gran estruendo, las cosas se pusieron a caer, saltó una seta más grande -ue un continente, tinieblas y rec0inar de dientes (ni se saba -ui7n rec0inaba, de tan oscuro -ue estaba%I Cuando todo se 0ubo calmado, tu+ieron los de los )$os de 'cero una sorpresa: '-uellosegua tan orondo, y las tres má-uinas, 0ec0as pol+o, yacan en el sueloR
Entonces se pusieron serios y pensaron: Aosotros somos ma-unanos y ma-uinistas, tenemos ma-uinógraas y la 4á-uina de las 4á-uinas, comple$a, grande, bonita y uerte y en todo punto perectaI MCómo se le puede resistir ese antasmón sentado all, tan tran-uiloNH e arremangaron, pues, y a traba$arR >icieron un enorme arbolariete y di$eron: e lo plantaremos deba$oJ sacará races, crecerá, se le meterá dentro, lo despan!urrará y adiós, antasmónHI ?, en eecto, todo ocurrió exactamente como lo 0aban pre+isto, sólo -ue lo del adiós no resultó y las cosas -uedaron como antesI '-uella +e! los de los )$os de 'cero cayeron en la desesperan!a por primera +e! en su +idaI &an de nue+o les +ena, -ue no saban -u7 les estaba pasando, pero se mo+ili!aron y deliberaron, 0icieron trampas, la!os y cercados: &al +e! se pegue, o caiga, o encierreHI Bo probaron todo, por-ue ya no saban -u7 se poda 0acerI &odo uncionó muy bien, pero sin dar resultadoI ?a se les 0aban terminado las uer!as y las ideas, cuando +ieron -ue alguien +enaI Pareca -ue iba montado a caballo, pero no, los caballos no tienen ruedasJ poda, pues, ser una bicicleta, pero las bicicletas no tienen picoI emos probado con la ma-uinita asustadora y con la ma-uinaria y con la ma-uina!a de pi.ones lubriicados y átomos como 0ipódromosI Be en+iamos neutrinos, y mesones, y ondas, pero no 0ay maneraI —MumQ interesanteI Pero M-u7 es a-uella cosaN —Ao lo sabemosI 'pareció de repente, +ino +olando 0asta a-u y mientras más lo miras, más 0orrible resultaI e sentó, pesado como el plomo, y no se mue+eI ? molesta a más no poderI —
c0inc0etas, una cuc0arita de esta.o, un platito (el t7 ya lo tenemos%, un cartero y algo con -ue escribirI MBo ten7isN —'0ora mismoR —gritaron, y lo tra$eron todo corriendoI &rurl se sentó y dictó a la ma-uinógraa: —Con reerencia a la causa del @nteresado, ascculo de la Comisión W=&P , barra, ^, barra, 55, barra, ZV`, se le 0ace saber -ue la in0ibición del @nteresado siendo contradictoria con el parágrao \[[ del
@nteresado no disruta del derI a la apelaciónHI El cartero se lle+ó el pliego debidamente inscrito y numeradoJ &rurl guardó la copia en el bolsillo, se le+antó y empe!ó a tirar al espacio cósmico los escritorios, sillas, sellos y marc0amos, los arc0i+adores y el t7I ólo de$ó la ma-uinógraaI —PeroQ -u7 está usted 0aciendoR —gritaron acoro los de los )$os de 'cero, -ue, entretanto, se 0aban ido encari.ando con todo a-uello—I MAo es una lástimaN —Ao exageremos, amigos —les contestó—I En +e! de tantas exclamaciones, mirad allI En eecto: miraron, y se les cortó el alientoI El sitio +aco, limpioJ no 0aba nadie, como si aquello nunca 0ubiera existidoI M? dónde se 0a idoN MCómo se 0a des+anecidoN )0R >elo all, en una 0uida des0onrosa, y tan c0i-uitn -ue se necesitaba una lupa para +erloR e de+anaron los sesos, buscaron 0uellas, y sólo encontraron un sitio un poco mo$ado, como si 0ubieran cado unas gotas, M-ui7n sabe de -u7, y cuándoN Fuera de esto, nadaI —Eso es lo -ue yo esperaba —di$o &rurl—I >a sido un asunto sencilloI Cuando aceptó el primer escrito y irmó en el libro, se perdió a s mismoI 'pli-u7 el istema especial, con mayKsculaI
$=*$#"C"8 S$=T(& < #$ CM< T.;.L ? CL(*(;C"< C.$(.<8 ;8 #$M<8"< #$ S$>;8#( $S*$C"$ *(.( @$8C$. (L *".(T( M<..8
de ella masas encendidas tu+ieran -ue caer, más sólo es apariencia: la masa se mue+e, pero no caeJ arde, pero no -uema, por el podero de los Campos Fuertes so$u!gadaI HDiendo -ue la Pulpa Protuberancial se 0inc0a y se espon$a y los nidos de largusimos rayos, -ue se llaman @nernalias, a la na+e se a+ecinan, con mayor uer!a el timón se cogerá y el piloto toda su experiencia y sabidura de guiar na+es pondrá en práctica: no el mapa, sino a-uel re+uelo de uego obser+ando, pues nunca se repiten dos +eces las condiciones de esa tra+esaI Como una espada en Gaurosauro cla+ada, el tKnel se estremece, +ibra y se contrae como una serpiente apaleada, por lo -ue el piloto con o$os bien abiertos 0abrá de mirar, no se ol+idará del 0ielo sal+ador -ue la mirilla del casco con transparentes carámbanos protege, y con suma atención las rugidoras lenguas de llamas —-ue de las paredes de uego se asoman— escudri.aráI ? si oyera -ue c0irran las placas del blinda$e de la na+e, torturadas por el uego, y c0amuscadas por las llamas, sólo en su propio talento coniar debeI H'un siendo as las cosas, en cuenta debe tenerse -ue no es se.al de astromoto cada salto del uego y cada repelu!no del tKnel, como no lo es tampoco cada crecida de los blancos oc7anos ardorososI i se lo graba bien en la mente, el astronauta 0ec0o y derec0o no llamará a las bombas por cual-uier ruslera, para -ue otros más duc0os -ue 7l no le cubran de des0onra, dici7ndole -ue -uiere con una gota de amonaco rerescante apagar la lu! eterna de la estrellaI ' -uien pregunte -u7 0acer debe si un +erdadero astromoto a su na+e sorprende, cual-uier espacialista en seguida dirá -ue basta entonces con un suspiro, ya -ue para una me$or preparación premortuoria no 0ay tiempoI Bos o$os se pueden tener cerrados o abiertos, a +oluntad: el uego ya los taladrará de todos modosI Ao obstante, tama.a desgracia casi nunca pasa, ya -ue unas grapas poderosas, por los @mp7ricos 4irapudos en la bó+eda cla+adas, la aguantan bien, siendo -ue resulta grato a-uel +uelo intersideral a tra+7s de Gauro!auro, entre los blancos espe$os de 0idrógeno de la estrellaI Hay -uien dice -ue en un lugar remoto y secreto, en unas 0ondonadas tenebrosas e insondables, desde los tiempos inmemoriales un engendro +i+e, tal +e! por nadie engendrado, llamado @gnóraloJ a-uel cuyo +erdadero nombre conociera al encontrarlo, no lo podra contar, por-ue no +ol+era a +er el mundoI
H@gnóralo las cara+anas acec0a, y cuando el 0ambre de oro y de es-ueletos le atormenta, sopla pol+o negro a los soles -ue el camino indicanJ y cuando los apaga y des+a al +ia$ero de la ruta segura, cae sobre 7l en una ráaga de 0uracán desde el no serJ en los apretados crculos lo apresa y a la nada de su castillo lo lle+a, cuidando -ue no se pierda ninguna $oya de rubes o esmeraldas, tan meticuloso es en medio de toda su monstruosidadI Buego, ya sólo unos pecios a medio roer de la nada emergen y dan +ueltas por el
bonito mito antiguo, sino una di+agación sin ton ni son, nacida en una cabe!a de c0orlitoI &rurl apretó las mandbulasI —Ao 0ablemos más del tKnel —di$o—I )pinas -ue no es peligroso, por-ue ui yo -uien +oló por 7lJ si lo 0ubieras 0ec0o tK, oiramos cosas muy distintasI Pero no 0ablemos más del tKnel, repitoI En cambio, en lo -ue al ace alta ir all, as podrás a+eriguar si esto —cogió de la mesa el +ie$o libro— dice la +erdad o mienteI Clapaucio 0i!o lo -ue pudo para disuadirle de este proyecto, pero al +er -ue &rurl — terco como siempre— no pensaba renunciar a esa expedición concebida por moti+os tan particulares, primero di$o -ue no -uera +erle nunca más en su +ida, pero al cabo de poco tiempo 7l mismo empe!ó a 0acer preparati+os para el +ia$e, por-ue no admita -ue su amigo pereciera solo y abandonadoI abi7ndose, pues, pro+isto de un sinn de cosas, ya -ue deban +ia$ar por regiones des7rticas —aun-ue no tan pintorescas como airmaba el libro—, despegaron en su na+e, tantas +eces puesta a pruebaI ay -ue conesar -ue &rurl surió muc0as y amargas decepciones durante a-uel +ia$e, ya -ue los cKmulos de estrellas, los torbellinos de uego, las desolaciones des7rticas, los arrecies de meteoritos y los pe.ascos +oladores eran muc0o más bellos e impresionantes en la descripción leda en el +ie$o libro -ue en la realidad contemplada por el o$o del +ia$eroI Bas estrellas de la región eran pocas, de reducido tama.o y además muy +ie$asI 'lgunas apenas parpadeaban d7bilmente, como trocitos de carbón entre las ceni!asJ en otras, ya oscurecidas totalmente en la supericie, tan sólo se podan +er unas +etas de uego en las grietas de su capara!ón, arrugado como una man!ana
marc0itaI Ao 0aba all ni sel+as de lianas, ni torbellinos abismalesJ nadie los 0aba +isto, ni odo 0ablar de ellosI El principal rasgo caracterstico del
+ista tu gran $eta, por-ue no nos gusta nadaR ? tK —se dirigió a Clapaucio— no me des coda!os, por-ue soy capa! de pensar por m mismo y s7 cómo tengo -ue 0ablar segKn a -ui7nR —?o necesito —di$o de repente la $eta, cla+ando mil o$os de uego en &rurl— otras cosas -ue no son ni oro ni plata, y se me debe 0ablar con delicade!a y respeto, por-ue soy un pirata con diploma, instruido y de temperamento muy ner+iosoI Ao te 0agas el importante, &rurlI 4e$ores -ue +osotros 0an cado en mis manos y siempre los 0e arreglado a mi anto$oI i os co$o por mi cuenta, +osotros tambi7n os pondr7is a punto de carameloI H4e llamo 4orrón, mido treinta arsinas en cada dirección y, en eecto, des+ali$o a los +ia$eros de sus cosas +aliosas, pero de manera cientica y moderna, es decir: me lle+o secretos de gran +alor, tesoros de ciencia, +erdades aut7nticas y, en general, toda inormación +aliosaI Denga, puesR ' soltar lo -ue os digo, por-ue si no, silboI Cuento 0asta cinco: uno, dos, tresQ Blegó 0asta cinco y, como no le dieran nada, emitió un silbido tan estridente -ue por poco les re+ienta los tmpanosI Clapaucio adi+inó entonces -ue a-uel
llenos, pero aKn caben muc0as cosasI Contad lo -ue conoc7is y sab7is, y yo ir7 apuntándomeloI apuntándomeloI
—Creo -ue encontrar7 un po-uito —contestó 4orrón—, pero no será muy resco: resco: lo tengo desde 0ace tiempoQ —Es igualJ puede ser incluso podrido, no tiene ninguna importancia —di$eron los constructores—I Bl7+anos adonde adonde el aire y te lo explicaremos todoI Bes de$ó, pues, salir de la na+e —apartando lo -ue le ser+a de cara—, y los condu$o a su moradaI Ellos caminaban detrás de 7l, miraban y se asombraban: tena las piernas como torres y la espalda como un abismo, todo 7l sin la+ar ni engrasar desde siglos, de modo -ue al andar rec0inaba de pies a cabe!aI Entraron en unos corredores subterráneos atestados de sacos enmo0ecidos: el a+aro persona$e guardaba en ellos las inormaciones robadas, dispuestas en pa-uetes y mano$os atados con cordelJ las más importantes y +aliosas estaban subrayadas con lápi! ro$oI En una pared del subterráneo 0aba un enorme catálogo atado a un pe.asco, con una cadena cubierta de orn, con todas las secciones -ue empe!aban por la 'I Bo miró Clapaucio y siguieron caminandoJ cada paso despertaba ecos sordos y le$anosI 'mbos torcieron el gesto, ya -ue, aun-ue all 0aba montones de inormaciones aut7nticas y costosas, todo a-uello se perda entre aludes de suciedad y desec0osI El aire lo llenaba todo, pero estaba completamente podridoI Cuando se detu+ieron, &rurl di$o: —Escuc0aR El aire está 0ec0o de átomos, y los átomos saltan en todas las dire direcc ccio ione ness y se entr entrec ec0o 0oca cann mile miless de millo millone ness de +ece +ecess por por segu segund ndoo en cada cada micromilmetro cKbicoI ? en esto precisamente consiste el gas: en estos eternos brincos y c0o-uesI in embargo, aun-ue brin-uen a ciegas y al a!ar, como en cada agu$erito los 0ay a miles de millones, a causa de su mera cantidad esos saltitos y embistes se ordenan a +eces, por pura casualidad, en coniguraciones importantesQ Mabes, animal, -u7 es la coniguraciónN —>a! el a+or de no insultarR —le recon+ino 4orrón, indignado—I ?o no soy ningKn bandido analabeto y patán, sino uno con diploma y reinado y, por consiguiente, consiguiente, muy ner+iosoI —4uy bienI as M>as compre comprendi ndido do algo algo de todo todo esto, esto, grand grandsim simoo 4orrónN e trata, Mme siguesN, de -ue el
de !urcir y la+ar cora!as de amianto, poemas, +adem7cums cienticos, almana-ues y calendarios, inormes secretos sobre todas las cosas -ue 0an ocurrido y todo lo -ue los periódicos publicaron y publican en el Cosmos entero, listines teleónicos toda+a sin imprimirQ —3astaR 3astaR —exclamó 4orrón—I ?a está bienR MOu7 más da -ue esos átomos se compongan, si se descomponen en seguidaN ?o no creo en absoluto -ue se pueda separar las +erdades inestimables de a-uellos temble-ues y brincos de las partculas del aire, -ue no tienen sentido, y no sir+en para nadaR —Deo -ue no eres tan tonto como yo crea —di$o &rurl—, ya -ue, en eecto, toda la diicultad consiste solamente en la puesta en marc0a de la selecciónI ?o no me propongo (ni muc0o menos% con+encerte teóricamente, pero, conorme a la promesa, construir7 a-u mismo y en seguida el ay -ue preparársela en cantidades ingentes, por-ue 7l uncionará da tras da, noc0e tras noc0e, mientras el Cosmos exista: cien mil millones de +eces por segundoI ?a lo +erás tK mismoI Es as como unciona el
Pstricio de Babandia se llamaba GarbundaJ -u7 0aba almor!ado Federico @@, rey de los Palidencos, antes de declarar la guerra a los G+endolinos, y cuántas capas de electrones tendra un átomo de terminolium si este elemento existiera, y cuáles eran las dimensiones del agu$erito trasero de un pe-ue.o pá$aro llamado curcK, pintado por los 4arlayos de Dabendia en sus ro!ánorasI ' continuación ue inormado de cómo se alimentaban los tres dragones poliaromáticos en los limos oceánicos de 'guacia Central, y -ue la lorecita <álea daba tremendas pali!as a los ca!adores de 4alandia la Die$a por-ue la ponan ner+iosa los disparos, y cómo se deduca la órmula para calcular el ángulo de la base del sólido llamado icosaedroJ -ui7n era el $oyero de Faucio, el cruel monarca !urdo de los 3u+antos, y cuántas re+istas ilat7licas se publicarán en 4orconaucia en el a.o setenta milJ dónde se encontraba el cadá+er de Cibricia, la de &alones de =osa, a la -ue mató en estado de embriague! un tal 4alconder cla+ándole un cla+o, y en -u7 consista la dierencia entre 4uerte y uerte, y tambi7n de -ui7n en el Cosmos tena la pel+icie longitudinal más pe-ue.a, y cómo se $ugaba al $uego llamado 3alancero &raseril 'pretado, y cuántos granos de amapola 0aba en a-uel montoncito -ue 'brucio de Politea tocó con el pie al resbalar en el #ilómetro oc0o de la carretera albaceriana en el Dalle de los uspiros >ondosQ Poco a poco, 4orrón empe!ó a salirse de sus casillas, por-ue presenta -ue todas esas inormaciones —por más +erdaderas y llenas de signiicado -ue ueran— no le iban a ser+ir de nada, sal+o de 0acerle estallar la cabe!a y darle un mareo imponenteI El armisonia salmodian para despertar al re+erendo Cipidulio Grossomodo y los palimbucos duconianos, y seis maneras de preparar la papilla de s7mola y las de 0acer cos-uillas amorosamente, y los apellidos de los ciudadanos de 3al+eria del Aorte -ue empie!an por la letra 4, y la descripción del sabor de la cer+e!a atacada por los 0ongosQ '-u 4orrón cerró sus cien o$os, y rugió como un león 0erido por-ue no poda másJ pero la inormación ya lo tena en+uelto y apresado en trescientos mil #ilómetros de papel, de manera -ue no pudo mo+erse y tu+o -ue seguir leyendo a la uer!a sobre cómo =udyard 5ipling 0abra escrito el primer captulo del "e#undo libro de la selva si le 0ubiera dolido la barrigaJ en -u7 estaba pensando la bailena preocupada por no 0aber encontrado maridoJ cómo se declaraban el amor las moscas carro.agasJ -u7 era el estribón, por -u7 se dice sastre y áster y no sáster y astre, y cuántos morados pueden caber a la +e! en un cuerpoI Dino luego una larga serie de dierenciaciones entre baldo-ues y albarico-ues, resultando -ue los primeros eran cal+os y los segundos tenan pelitosJ acto seguido los átomos le inormaron sobre las rimas para pelu-unH, yI con -u7 palabras el papa lm de Pendera oendió al antipapa 4ulm, y -ui7n tena una +aca -ue daba lec0e merengadaI Entonces 4orrón, al colmo del desespero, empleó todos los medios para escapar de su prisión de papel, pero pronto le abandonaron las uer!asI >i!o todo lo posibleJ procuró rasgar y tirar le$os de s las cintas, pero tena demasiados o$os para -ue ninguno se posara en una inormación nue+a, as -ue se enteró, a pesar suyo, de cuáles eran las
obligaciones de los porteros en @ndoc0ina, y por -u7 los asta 0oy da está sentado a-uel bandido en el ondo de los ondos de su cue+a +ertedero de basura, cubierto de monta.as de papel, y en la penumbra riela y tiembla la pura centella de la punta de brillante, apuntando todo lo -ue el
$=*$#"C"8 SE*T"M(& < #$ CM< S; *.<*"( *$.+$CC"8 *;S< ( T.;.L $8 ;8 M(L T.(8C$ El ni+erso es ininito, pero limitadoJ por cuya ra!ón un rayo de lu!, adonde-uiera se diri$a, +ol+erá al cabo de miles de millones de siglos al punto de partida, si tiene suiciente uer!aI Bo mismo suele ocurrir con las noticias -ue giran entre estrellas y planetasI na +e! llegaron a odos de &rurl noticias de regiones le$anas, -ue 0ablaban de dos poderosos constructores—beneactores, de tanta sabidura y perección -ue nadie se les poda compararI &rurl ue en seguida a +er a Clapaucio y 7ste le explicó -ue la noticia no se reera a ningunos misteriosos ri+ales suyos, sino a ellos mismos, y -ue +ol+ió despu7s de dar la +uelta al CosmosI '0ora bien, es un 0ec0o notorio -ue la ama suele silenciar los racasos, aun-ue ueran debidos precisamente a la más acrisolada perección de los geniosI Ouien lo dude, -ue recuerde la Kltima de las siete expediciones de &rurl, emprendida por 7l en solitario (pues Clapaucio, retenido por unas obligaciones insoslayables, no pudo acompa.arle%I En a-uel entonces, &rurl estaba excesi+amente pagado de s mismoI Bas maniestaciones de +eneración y respeto -ue reciba le parecan —más -ue merecidas— normales y corrientesI n da emprendió un +ia$e 0acia el norte, región -ue apenas conocaI Doló muc0o tiempo por el espacio, e+itando los planetas resonantes de ragores b7licos y a-uellos -ue 0aba apaciguado ya el silencio de la muerte y la desolación, cuando de pronto se le cru!ó en el camino un planeta minKsculoJ me$or dic0o, una miga$a de materia extra+iada, casi microscópicaI '-uel pe.asco rocoso no estaba des0abitado: alguien lo estaba recorriendo de punta a punta en medio de extra.os saltos y ademanesI Extra.ado por tama.a soledad y aectado por esas se.ales de desesperación o de ira, &rurl se apresuró a aterri!arI Be salió al encuentro un +arón de gigantesca estatura, construido enteramente de iridio y +anadio tintineante, -uien le maniestó llamarse Exileo &artariano y ser monarca de Pancricia y Cenendera, cuyos 0abitantes lo 0aban despo$ado del trono en un arrebato de locura regicida, desterrándolo y de$ándolo en
a-uel ragmento de roca des7rtica, para -ue $unto con 7l diera +ueltas por los siglos de los siglos entre las comentes oscuras de la gra+itaciónI 'l enterarse, a su +e!, de -ui7n tena delante, el monarca empe!ó a insistir por -ue &rurl —un beneactor, en cierto modo, proesional— lo restableciera a su anterior dignidad (a la sola idea de esta posibilidad, en sus o$os resplandeció el negro uego de la +engan!a y sus acerados dedos se crisparon, como si ya estu+ieran cogiendo por el cuello a sus inieles sKbditos%I &rurl no poda ni -uera satisacer los deseos de Exileo, sabiendo -ue gracias a su ayuda se cometeran cantidades de se+icias y crmenesJ pero, al mismo tiempo, deseaba apaciguar y consolar la ma$estad ultra$adaI =elexionó, pues, un rato, y llegó a la conclusión de -ue la cosa era actible: se poda in+entar algo para -ue el rey -uedara contento, y sus sKbditos, sanos y sal+osI na +e! concebida la idea, puso &rurl manos a la obra: 0i!o acopio de toda su maestra y construyó para el rey un estado completamente nue+oI >aba en 7l $ardines, ros, monta.as, bos-ues y lagos, cielo y nubesJ co0ortes de guerreros llenos de ardor b7lico, ortale!as y ortines, arenas y 0arenesJ pla!as de mercado ba$o ardientes rayos del sol, $ornadas de traba$o con el sudor en la rente, noc0es de baile y canto 0asta el alba, y el rumor de las espadasI En el centro del estado, &rurl montó artsticamente una esplendorosa capital de mármol y cristal de roca, pro+ey7ndola de un conse$o de sabios ancianos, palacios de in+ierno y de +erano, con$uras regicidas, calumniadores, amas de cra, conidentes de polica, manadas de corceles ogosos y penac0os carmes desplegados al +ientoI =ibeteó luego el ambiente con 0ilos de plata, sones de trompetas y saludos de ca.ona!os, a.adió un imprescindible pu.ado de traidores, otro de 07roes, una pi!ca de adi+inos y proetas, un sal+ador y un poeta de grandiosa uer!a espiritualI Cuando todo estu+o listo, se sentó y eectuó la puesta en marc0a de ensayo, durante la cual, traba$ando con unas 0erramientas microscópicas, agregó además belle!a a las mu$eres de a-uel estado, silencio 0ura.o y agresi+idad alco0ólica a los 0ombres, altanera y ser+ilismo a los uncionarios, embriague! sideral a los astrónomos, y aición por desga.itarse a los ni.osI &odo esto, a$ustado, acoplado y pulido, caba en una ca$a de tama.o regular, adecuado para poder transportarla sin esuer!oI &rurl la lle+ó al rey y le oreció el nue+o estado para -ue reinara sobre 7l eternamenteI 'l mismo tiempo, le dio toda clase de indicaciones: le ense.ó dónde estaban las entradas y salidas del reino, cómo se programaban all las guerras, se repriman las suble+aciones y se imponan tributos y contribuciones, as como dónde se encontraban los puntos crticos de trances explosi+os en a-uella sociedad miniaturi!adaJ es decir, los máximos de las re+oluciones palaciegas y sociales y sus mnimosI us explicaciones ueron tan claras -ue el rey, acostumbrado de toda la +ida a la orma de gobierno tiránica, pescó al +uelo la ense.an!a y all mismo, delante del constructor, promulgó unos decretos experimentales, pulsando los correspondientes botones del sistema regulador, esculpidos a modo de águilas y leones imperialesI Estos decretos introducan el estado de excepción, la 0ora policial y un impuesto especialJ luego, cuando en el pe-ue.o reino 0aba transcurrido un a.o y en el tiempo del rey y &rurl apenas un minuto, el rey, en un acto de gracia suprema y un mo+imiento del dedo sobre el regulador, se dignó derogar la ley de represión y disminuir el impuestoI
+iendo cómo todo en su interior creca al ser contemplado por el cristal de aumento de la tapa y, tal +e!, presintiendo +agamente -ue la escala de tama.os no tena a-u importancia —ya -ue los asuntos estatales no se miden por metros y #ilos, y las sensaciones +i+idas por gigantes no son, por uer!a, más intensas -ue las de los enanos —, dio las gracias al constructor, aun-ue ramente y sin cordialidadI Oui7n sabe si incluso no le 0ubiera gustado ordenar a la guardia palaciega de prenderle, encadenarlo y -uitarle la +ida a uer!a de torturas, puesto -ue no sera inoportuno eliminar en ciernes toda noticia sobre el 0ec0o de -ue un don nadie, apenas un +agabundo dotado de cierta 0abilidad, oreca un reino a un poderoso reyI Ao obstante, Exileo tena suiciente cordura para +er -ue esto era imposible: la desproporción entre el constructor y el e$7rcito real era tan decisi+a, -ue era más ácil imaginar a unas pulgas apresando al perro -ue las alimentaba, -ue a los soldados del nue+o estado 0aci7ndolo con &rurlI
—M? -ue transcurren entre minKsculas nubes el7ctricasN —Bo sabes tan bien como yoI —M? -ue la enomenologa de ortos, ocasos y guerras sangrientas es originada por acoplamientos de +ariables realesN —ExactamenteI —? dime: nosotros mismos, si se nos practicara un examen sico, causal y corporal, Mno somos tambi7n unas nub7culas de electrones saltarinesN Mnas cargas positi+as y negati+as montadas dentro de un +acoN M? no es nuestra existencia el resultado de esas escaramu!as moleculares, aun-ue las sintamos dentro de nosotros como temores, deseos o meditacionesN MPasa algo en tu cabe!a cuando sue.as, -ue no sea el álgebra binaria de conmutaciones y el caminar incansable de los electronesN —Pero, ClapaucioR Merá posible -ue identii-ues nuestra existencia con la de a-uel seudoestado encerrado en una ca$a de cristalN —exclamó &rurl—I Ao, +erdaderamente, esto es el colmoR &e digo -ue mi intención era la de coneccionar un simulacro de estado, un modelo cibern7ticamente perecto, y nada másI —Auestra perección, &rurl, es nuestra maldición, -ue alige cada creación 0ec0a por nosotros con la impre+isibilidad de las consecuenciasR —di$o Clapaucio con +o! uerte—I i un constructor menos perecto -uisiera remedar las torturas, coneccionara apenas un burdo mu.eco de madera o cera, dándole un cierto parecido exterior al ser racionalJ y los tormentos -ue le inligiera seran una especie de sucedáneo artiicialI HPero a0ora, imagnate el pereccionamiento continuo de esas prácticas, amigoI Piensa en un escultor -ue pone en el +ientre de su mu.eco una cinta magnetoónica, para -ue gima ba$o los golpesJ piensa en otro arteacto -ue, atormentado, suplica piedadJ otro -ue de mu.eco se con+ierte en un 0omeóstatoJ imagnate a uno de estos mu.ecos llorando, sangrandoJ un mu.eco -ue teme la muerte, al mismo tiempo -ue se siente atrado por el más seguro de los repososQ MAo +es -ue la perección del imitador 0ace -ue la apariencia se con+ierta en la +erdad y el simulacro, en la realidadN H&K entregaste al eterno poder de un tirano cruel a muc0simos seres capaces de surirI >as cometido una inamiaQ —&odo eso son soismasR —gritó &rurl con +iolencia, debida, en parte, al impacto de las palabras de su amigo—I Bos electrones saltan no sólo dentro de nuestras cabe!as, sino tambi7n dentro de los discos de gramóono, y de esta uni+ersalidad suya no se deduce nada -ue $ustii-ue unas analogas tan 0ipostáticasI En eecto, los sKbditos del cruel Exileo son torturados, a0orcados, mueren, lloran, se pelean, se amanQ, por-ue yo a$ust7 los parámetros de manera adecuada, pero no se sabe si sienten algo en estos trances, Clapaucio, ya -ue no te lo dirán los electrones -ue se mue+en en sus cabe!asI —i yo te rompiera la cabe!a a ti, tampoco +era nada, sal+o electrones, es ob+io — di$o Clapaucio—I upongo -ue inges no entender lo -ue te expongo, por-ue s7 -ue no eres un tontoI 'l disco de gramóono no le 0arás preguntasJ el disco no te pedirá clemencia ni ni se arrodillará ante tiI Ao se sabe, dices, si a-uellos seres gimen ba$o los golpes sólo por-ue as se lo insulan desde dentro los electrones, o por-ue sienten un dolor real y +erdaderoQ Daliente dierenciaciónR El -ue sure no es -uien te entrega su surimiento en la mano para -ue lo tantees, mordis-uees y peses, sino el -ue se comporta como una persona -ue sureI
pre+er la e+entualidad de esta demostración para, precisamente, preca+erme de ella mientras proyectaba el estado de Exileo, para e+itar -ue el monarca no tu+iera la impresión de tratar con unos $uguetes, unas marionetas, y no con unos sKbditos +erdaderosI Ao pude actuar de otro modo, enti7ndeloR ?a -ue todo lo -ue soca+ara la ilusión de realidad absoluta, ani-uilara al mismo tiempo la seriedad del gobernar, reduci7ndolo a un $uego mecánicoQ —Bo entiendo, lo entiendo perectamenteR —exclamó Clapaucio—I &us intenciones eran generosas: -ueras solamente coneccionar un estado lo más parecido posible a uno +erdadero, parecido 0asta el punto de -ue no se pudiera apreciar la dierenciaJ y +eo, lleno de espanto, -ue lograste tu propósitoI
=einó el silencio entonces, y ellos miraban y miraban con suma atención, cuando de pronto algo ro!ó ligeramente su na+eI Bos dos constructores +ieron el ob$eto, iluminado por un d7bil reguero de llamitasI Era una pe-ue.sima na+e o, tal +e! un sat7lite artiicial, sorprendentemente parecido a uno de los escarpines de acero -ue cal!aba el tirano ExileoI ? cuando le+antaron la +ista, +ieron en lo alto, por encima del planetoide, un cuerpo brillante -ue antes no estaba allI ? reconocieron en su pálida y ra supericie los rasgos metálicos de Exileo, con+ertido de esta manera en la Buna de los 4icrominiantosI
C;$8T$8"(L8 na +e! apareció en casa de &rurl un extra.o, transportado en un palan-un de otonesI Cuando se apeó de 7l, se +io en seguida por su aspecto -ue era una persona uera de lo comKn y procedente de regiones muy le$anasJ ya -ue all donde todos tienen bra!os, a 7l sólo le rodeaba una nub7cula ragante, y donde a otros se les +en las piernas, 7l tena unos preciosos destellos de lu! irisada, y un costoso sombrero le 0aca las +eces de cabe!aI Ba +o! le sala del centro, ya -ue todo 7l era una bola perectamente torneada, de aspecto encantador, ce.ida con un rico cordón plasmáticoI
'-u el extran$ero saludó, entregó a &rurl la sorti$a, centelleó cegadoramente y rodó dentro del palan-unI na nube de lu! irisada en+ol+ió el +e0culo, 0ubo un relámpago sin trueno, y &rurl se -uedó solo delante de la casa con la sorti$a en la mano, no muy satisec0o del resultado de la con+ersaciónI —En la medida de lo posibleH —gru.a, entrando en el laboratorio—I Ao me gusta en absolutoR ?a se sabe cómo +an estas cosas: cuando se trata de saldar la cuenta, se esuman todas las bonitas palabras, las cortesas y los cumplidos, y sólo -uedan problemas, -ue terminan a +eces en c0ic0onesQ
—>ay dos especies de sabidura: una incita a la acción, la otra la renaI MAo crees, insigne &rurl, -ue la segunda es más 0ondaN Por-ue sólo el pensamiento de alcance ininito puede pre+er las remotas consecuencias de una acción emprendida, unas consecuencias -ue pueden con+ertir en problemática la acción -ue las 0aba suscitadoI Ergo, la perección puede consistir en la renuncia a la acciónI ? la dierencia entre la sabidura y la ra!ón estriba en la capacidad de a-u7lla para descubrir tal dierenciaQ —Con el permiso de u 4a$estad —contestó &rurl—, sus palabras pueden tener dos interpretacionesI Oui!á se tratan ellas de una alusión delicada cuya inalidad sera la tendencia a -uitar importancia a mi traba$o, o sea a la acción cuyo ruto son estas tres má-uinas, encargadas por u 4a$estad, -ue se encuentran a-u, en el palan-unJ esta interpretación no es de mi gusto, ya -ue me dara a entender una cierta inclinación a la morosidad en los pagosI ) tal +e! exponen solamente una doctrina antiacción -ue, en mi opinión, presenta una contradicción esencial: para poder no actuar, se debe tener primero la plena acultad de actuar, ya -ue a-uel -ue se abstiene de cambiar de sitio una monta.a por no disponer de medios necesarios, pero dice -ue se abstiene de esa acción por-ue se lo aconse$a la sabidura, sólo se cubre de ridculo con su ilosoa barataI Ba inacción es segura, y es lo Knico bueno -ue se puede decir de ellaI Ba acción es insegura, y en esto estriba su belle!aI in embargo, por lo -ue se reiere a las consecuencias ulteriores del problema, puedo construir, si u 4a$estad lo desea, una má-uina especial para la discusiónI —
—Como estrellas en el cieloR —Como granos de trigoR Como átomosR —gritaban, —gritaban, enardecidosI enardecidosI —3ien, bien, de acuerdo —di$o &rurl—I Pero M-u7 importancia tiene -ue seáis tantosN MEs -ue experimentáis un placer especial al contarosN —>as de saber, extran$ero inculto —le replicaron—, -ue cuando damos una patada al suelo tiemblan las monta.as, cuando soplamos se le+anta un 0uracán -ue arranca los árboles, y cuando nos sentamos $untos, nadie puede mo+er un dedoR —M? para -u7 -uer7is -ue las monta.as tiemblen, el 0uracán arran-ue los árboles y nadie pueda mo+er un dedoN —preguntó &rurl—I MAo se está me$or cuando las monta.as se mantienen -uietas, 0ace buen tiempo y todos pueden mo+erse a sus anc0asN &anto desprecio por su podero num7rico y poderoso nKmero indignó 0asta tal punto a los multiplistas, -ue dieron una patada, soplaron y se sentaron todos a la +e!, para demostrar a &rurl de lo -ue eran capacesI En eecto, un terremoto +olcó la mitad de los árboles, aplastando a los -ue se encontraban cercaJ el +iento acabó con los -ue se mantenan toda+a en pie, matando a setecientas mil personas másJ y los -ue -uedaron con +ida, no podan mo+er un dedo de apretados -ue estabanI —CielosR —exclamó &rurl, &rurl, apretu$ado en medio medio de los sentados como como un ladrillo en la pared—I Ou7 tremenda desgraciaR Estas palabras oendieron aKn más a los lugare.osI —al+a$e extran$eroR —gritaron—I MOu7 representa la p7rdida de unos cientos de miles de multiplistas, si somos incontablesN Bo -ue es inapreciable no merece si-uiera el nombre de p7rdidaR &e 0emos demostrado, tan sólo, el poder de nuestras patadas, soplos y sentadasI @magina a0ora -u7 ocurrira si pasáramos a los actosR —
—>a de saberlo todoJ es decir: contestar cual-uier pregunta, solucionar todos los problemas, dar los conse$os más más +enta$ososJ en una una palabra, -uiero -uiero tener a mi ser+icio ser+icio la más alta sabiduraI i lo construyes, te dar7 cien o doscientos mil sKbditos mos y no te regatear7 unos cuantos miles másI 4e parece -ue la cantidad excesi+a de seres racionales es muy peligrosa, por-ue los aseme$a a la arenaJ a este rey le es más ácil desprenderse de miles de sKbditos, -ue a m de un !apato +ie$oH, pensó &rurl, y a.adió en +o! alta: —e.or, mi casa es pe-ue.a y yo no sabra -u7 0acer con cientos de miles de escla+osI —Extran$ero de poco ingenio, tengo especialistas -ue te lo aclararánI El 0ec0o de poseer muc0os escla+os presenta +enta$as considerables: considerables: se los puede +estir con tra$es multicolores para -ue ormen en una pla!a una especie de mosaico, o compongan unos letreros educati+os para cual-uier circunstanciaJ se pueden atar en mano$os y tirar al aireJ con cinco mil de ellos se puede 0acer la cabe!a de martillo y con tres, el mango, para 0ender piedras o para desmontarJ se puede tren!ar cuerdas con ellos o 0acer lianas artiiciales y colgaduras de adorno para pendientes abruptas, y entonces, los -ue cuelgan enci encima ma del del abis abismo mo aleg alegra rann el cora cora!ó !ónn y rego regoci ci$a $ann la +ist +istaa con con sus sus grac gracio ioso soss mo+imientos, retorcimientos y c0illidosI ? si alguna +e! 0aces ormar ante ti die! mil $ó+enes escla+as apoyadas en una sola pierna, y les das la orden de tra!ar oc0os con la mano derec0a y ceros con la i!-uierda, te será dicil separar la +ista del espectáculoR Bo digo por experienciaR —e.or —contestó &rurl—, &rurl—, suelo +encer a las piedras y los bos-ues empleando má-u má-uin inas asJJ en cuan cuanto to a los los letr letrer eros os y mosa mosaic icos os,, no entr entraa en mis mis cost costum umbr bres es coneccionarlos con unos seres -ue tal +e! 0ubieran preerido tener una ocupación dierenteI —'tre+ido extran$ero —di$o el rey—, M-u7 pago -uieres, pues, a cambio del Conse$eroN —Cien sacos de de oro, 4a$estadI ' 4andrillón 4andrillón le daba pena separarse de su oro, pero como se le ocurrió una idea muy astuta, di$o: —Oue sea como como tK dicesI —Procurar7 dar toda satisacción a u 4a$estad —contestó &rurl, y se marc0ó a la torre del castillo -ue 4andrillón le destinó para tallerI 'l instante sonaron all soplidos de muelles, martilla!os y c0irridos de limasI El rey en+ió a unos espas para -ue obser+aran la obra: +ol+ieron muy asombrados, por-ue &rurl no estaba construyendo al Conse$ero, sino una multitud de má-uinas para 0errera, mecánica y electricidadJ luego se 0aba sentado y en una larga cinta de papel peroró con un cla+o el programa entero del Conse$eroI 'cto seguido se marc0ó a dar una +uelta y descansar, mientras las má-uinas tra-ueteaban en la torre 0asta la madrugadaI Por la ma.ana el Conse$ero estu+o listoI ' eso del medioda, &rurl introdu$o en la sala del palacio a un enorme me-uetree — con dos piernas y una sola mano pe-ue.ita—, y di$o al rey -ue tena el gusto de presentarle al Conse$ero Conse$ero PerectoI —?a +eremos si sir+e para algo —di$o 4andrillón, y ordenó -ue se esparciera esparciera por el suelo a!arán y canela, ya -ue el Conse$ero ex0alaba un uerte olor a 0ierro candente, e inclus inclusoo estab estabaa toda+ toda+aa ro$o ro$o en alguno algunoss sitios sitios,, reci7n reci7n sacado sacado del 0orno— 0orno—II Puede Puedess marc0arte a0ora —a.adió el rey—J +uel+e por la noc0e para pasar cuentasI Deremos -ui7n debe algo a -ui7n y cuántoI &rurl salió con la impresión de -ue la Kltima rase de 4andrillón no presagiaba una generosidad excesi+a, siendo posible, por a.adidura, -ue se ocultara en ella una mala
intenciónJ de modo -ue se alegró de 0aber restringido la uni+ersalidad del Conse$ero con una cláusula, pe-ue.a pero esencial, incluida en el programa: la -ue le obligaba, 0iciera lo -ue 0iciese, a preser+ar de la muerte a su constructorI na +e! a solas con el Conse$ero, el rey preguntó: —MOui7n eres y -u7 sabes 0acerN 0acerN —oy el Perecto Conse$ero real —contestó 7ste con +o! 0ueca, como si saliera de un tonel +aco—, y s7 dar los me$ores conse$os del mundoI —3ien —di$o el rey—I M? a -ui7n debes obediencia y idelidadN M' m o a tu creadorN —
En eecto, todo transcurrió segKn lo ideado por el Conse$eroI 3ien es +erdad -ue el rey ordenó arrancarle a &rurl las piernas antes de tirarlo al oso, pero la cosa no se 0i!o (por conusión segKn creyó 4andrillón y, en realidad, gracias a una discreta inter+ención del Conse$ero cerca del ayudante de +erdugo%I Buego el rey indultó al Conse$ero y le restituyó el cargo, y &rurl, maltrec0o y lleno de magulladuras, +ol+ió a su casa casi a rastrasI En seguida ue a +er a Clapaucio, le contó su a+entura y di$o: —Ese 4andrillón es el peor de los canallas, más de lo -ue yo esperabaI 4e enga.ó de manera iname: se sir+ió del Conse$ero -ue yo le 0ice para obtener el conse$o de cómo tramar la criminal superc0era dirigida contra mi personaI Pero se e-ui+oca si cree -ue me doy por +encidoI Oue el óxido me consuma de pies a cabe!a si no tomo +engan!aR —MOu7 te propones 0acerN —preguntó ClapaucioI —Be entablar7 una causa $udicial para obligarle a pagarme el precio con+enidoJ pero eso será solamente el principio, ya -ue me debe algo más -ue monedas de oro por mi 0umillación y dolorI —Es un problema $urdico dicil —di$o Clapaucio—J te aconse$o -ue +ayas a +er un buen abogado antes de emprender cual-uier cosaI —Ao necesito buscar un abogadoR —replicó &rurl—I 4e lo 0ar7 yo mismoR e ue a casa, ec0ó en un barril seis medidas colmadas de transistores, otro tanto de reóstatos y condensadores, +irtió electrolito, lo tapó con una tabla, apretó con una piedra para -ue todo se autoorgani!ara bien y se metió en camaI 'l cabo de tres das tena a un abogado 0ec0o y derec0oI Be dio pere!a sacarlo del barril —puesto -ue iba a ser+ir sólo una +e!—, as -ue puso el recipiente sobre la mesa y preguntó: —MOui7n eresN —oy un abogado consultor $urdico —contestó el barril gorgoteando, por-ue al constructor se le 0aba ido un poco la mano con el electrolitoI &rurl le expuso el asuntoJ despu7s de escuc0arlo con atención, el barril in-uirió: —M>as limitado el programa del Conse$ero, estipulando -ue no poda causar tu perdiciónN —, en el sentido de no matarmeI Ao le insert7 nada másI —En tal caso, no cumpliste el contrato, puesto -ue el Conse$ero deba saber 0acer todas las cosas, sin restriccionesI i no poda matarte, 0aba una restricciónI —Pero si me 0ubiera dado muerte, no 0abra -uien recibiera el pagoR —Es un problema aparte y un asunto dierente, su$eto a los artculos -ue deinen la responsabilidad penal de 4andrillón, mientras -ue tus rei+indicaciones tienen el carácter de una demanda ci+ilI —Esta s -ue es buenaR n barril dándome clases de derec0o ci+ilR —gritó &rurl, enadado—I M&K eres conse$ero $urdico de -ui7n: mo, o de a-uel bandido de reyN 4e gustara saberloR —&uyo, pero el rey tena derec0o a negarte el pagoI —M&al +e! tena tambi7n derec0o a ordenar -ue me tiraran al oso desde la altura de las murallas del castilloN —Es otro asunto, penal, y un problema distinto —contestó el barrilI &rurl tembló de rabiaI —Con-ue distintoR, Me0N M&e iguras -ue yo con+ierto un montón de +ie$os conmutadores, alambres y otra c0atarra en una mente consciente para or, en +e! de conse$os 0onestos, una palabrera e+asi+aN )$alá no te 0ubieras autoorgani!ado, abogaduc0o de pacotillaR
in una palabra más, escanció el electrolito, tiró el contenido del barril sobre la mesa y lo desmontó con tanta rapide! -ue el abogado ni si-uiera tu+o tiempo de apelar contra este procedimientoI ?a más calmado, se puso a traba$ar en serio y construyó un Iuris onsulens de dos pisos con un reuer!o cuádruple para dos códigos —penal y ci+il—, conectándole además, por si acaso, el derec0o internacional y administrati+oI Buego dio la corriente, expuso su problema y preguntó: —MOu7 debo 0acer para recuperar lo moN —El asunto es dicil —di$o la má-uina—J exi$o un suplemento especial de -uinientos transistores arriba y doscientos en el costadoI &rurl lo 0i!o, pero la má-uina maniestó: —Es pocoR Aecesito un reuer!o más y dos bobinas grandesI El casus es interesante in se —di$o luego—I Ao obstante, 0ay a-u dos materias: la base de la demanda por un lado (y a-u se podra actuar con 7xito% y, por el otro, el procedimiento $udicialI Pues bien: no se puede lle+ar al rey a los tribunales por ninguna demanda ci+il, ya -ue esto es contrario al derec0o internacional y cósmicoI &e dar7 mi opinión deiniti+a, si te comprometes a no desmontarme despu7sI &rurl le dio la palabra y a.adió: —' propósito, dime, si no te importa, Mcómo sabas -ue poda desmontarte si no me dabas satisacciónN —Ao s7I &al +e! ue una cora!onadaI &rurl adi+inó -ue la cora!onada de la má-uina era debida a -ue 0aba empleado para su construcción unas pie!as -ue 0aban ser+ido para el abogado del barril: de este modo, los +estigios de la memoria de a-uella 0istoria penetraron indudablemente en los circuitos nue+os, creando un comple$o subconscienteI —ela a-u: no 0ay tribunales competentesJ no puede, por tanto, 0aber causaI En otras palabras, no se la puede ganar ni perderI &rurl se le+antó dando un brinco y amena!ó con el pu.o al conse$ero $urdico, pero, como 0aba empe.ado su palabra, no le 0i!o nadaI Fue a +er a Clapaucio y se lo contó todoI —?a saba yo -ue era un asunto sin solución, pero no -uisiste creerme —di$o ClapaucioI —Ao de$ar7 sin castigo la inamiaR —replicó &rurl—I i no puedo encontrar $usticia por procedimiento legal y $urdico, me +engar7 de otra manera de ese canalla realR —' +er cómo lo 0acesI
una +isita a &rurl a la 0ora acostumbrada, a medioda, no lo encontró en casaI Ba puerta estaba cerrada, los cerro$os de los postigos ec0ados y del anitrión ni 0uella, de modo -ue intuyó -ue su amigo 0aba empe!ado su acción contra el monarca de los multiplistasI En eecto, no se e-ui+ocóI 4ientras tanto, 4andrillón disrutaba del poder más -ue nunca: si le altaban ideas, las peda al Conse$ero, siempre dispuesto a procurarle conceptos nue+osI El rey no tema protestas ni rebeliones, ni a ningKn enemigo, y gobernaba con tanta crueldad -ue 0aba más a0orcados en los patbulos del reino -ue racimos de u+a en una +i.aI El Conse$ero ya tena cuatro ca$as llenas de condecoraciones y medallas, en premio de los proyectos orecidos al reyI El microespa en+iado por &rurl al pas de los multiplistas, inormó -ue por su Kltimo in+ento —el de tren!ar con los ciudadanos coronas mortuorias—, 4andrillón llamó en pKblico cora!oncito moH al Conse$eroI Cuando &rurl tu+o listo su plan de campa.a, se sentó y escribió al Conse$ero una carta sobre papel de color crema, adornado con un dibu$o de una mata de resas 0ec0o a manoI Ba carta deca lo siguiente: Ouerido Conse$ero: Espero -ue las cosas te +ayan tan bien como a m, e incluso me$orI 4e 0an dic0o -ue tu monarca tiene muc0a conian!a en tiJ te ruego por lo tanto -ue no escatimes esuer!os en el cumplimiento de tu deber, -ue te iniere una gran responsabilidad ante la >istoria y la =a!ón de EstadoI i tu+ieras diicultades en la reali!ación de algKn deseo del rey, sr+ete, por a+or, del m7todo Extra Fuerte -ue tienes insertadoI Escrbeme unas lneas cuando te +enga bien, pero no te enades si tardo en contestarte: estoy preparando un Conse$ero para el rey ec0o esto, se puso a descirar el texto, seguro de -ue las inocentes palabras eran un camula$e de negras ma-uinacionesI El Conse$ero dio a conocer pre+iamente al rey su proyecto de desenmascarar las intenciones de &rurlJ luego, despu7s de ad-uirir una buena pro+isión de soportes, probetas, papel iltrante, embudos y reacti+os, emprendió unos análisis complicados del sobre y de la 0o$aI Ba polica controlaba, e+identemente, sus operaciones a tra+7s de un microsistema de escuc0a y +ideo, instalado para el caso en las paredes de la +i+iendaI Cuando racasó la -umica, el Conse$ero procedió al descirado del texto mismo, transcrito sobre unos grandes encerados, usando para ello má-uinas electrónicas, logaritmos y ábacos, sin saber -ue simultáneamente se dedicaban a la misma ocupación las más eminentes uer!as policiales al mando del 4ariscal de E$7rcitos de Cirado en personaI Cuanto más se prolongaban los est7riles esuer!os de los especialistas, mayor in-uietud reinaba en el Cuartel General, por-ue a ningKn proesional le caba duda de -ue el cirado, tan resistente a todos los intentos de esclarecerlo, deba de ser uno de los
más ingeniosos del mundoI El 4ariscal 0abló de ello a un dignatario de la corte, terriblemente celoso del trato preerente -ue 4andrillón daba al Conse$eroI El dignatario, cuyo deseo más er+iente era el de despertar en el cora!ón del rey la desconian!a 0acia su bra!o derec0o, corrió a decirle -ue el Conse$ero pasaba noc0es enteras encerrado en sus 0abitaciones, estudiando la sospec0osa cartaI El rey se moó de 7l y le di$o -ue lo saba perectamente, ya -ue se lo 0aba dic0o el propio interesadoI El en+idioso dignatario se calló, conundido, y lle+ó inmediatamente la noticia al 4ariscalI —)0R —exclamó el anciano experto en cirado—I M@ncluso esto se lo contó al monarcaN Ou7 peridia tan inauditaR ec0o esto, resultó -ue la carta poda leerse de trescientas diecioc0o manerasI Bas primeras cinco +ariantes eran 7stas: Ba cucarac0a de Co+acac0a llegó eli!mente, pero el orinal se apagóHI Cargar a la ta de la locomotora de c0uletas de terneraHI Bos esponsales de la mante-uilla no tendrán lugar, por-ue la gorra de dormir estallóHI Ouien tiene o no tiene, colgará de la nena y neneHI ?:
más complicada y menos comprensible, el monarca, embargado por la ira, ordenó encerrarlo en el calabo!oI ' poco tiempo, +ino una postal de &rurl -ue deca: Ouerido Conse$ero: Hi pasa algo, recuerda los tornillitos a!ulesI H&uyo, H&rurlH El Conse$ero ue sometido inmediatamente a tortura, pero no conesó nada, repitiendo tercamente -ue era una ma-uinación de &rurlJ preguntado por los tornillitos a!ules contestó -ue ni los tena ni saba nada de ellosI Para in+estigar a ondo el asunto, 0aba -ue desmontarloI El rey dio el permiso necesario y los 0erreros pusieron manos a la obraI El blindado se 0i!o a.icos ba$o sus martilla!os y el rey +io con sus propios o$os unos pe-ue.os tornillos, sucios de aceite, cubiertos, en eecto, de manc0itas de color celesteI Por tanto, a pesar de -ue el Conse$ero 0aba sido completamente destruido durante la in+estigación, el rey se con+enció de -ue 0aba actuado con $usticiaI na semana despu7s, &rurl en persona apareció ante la puerta del palacio y solicitó una audienciaI En un primer momento, el rey -uiso decapitarlo sin +erlo ni 0ablarle, pero, asombrado por su inaudita insolencia, mandó -ue lo tra$eran ante su presenciaI —=ey 4andrillónR —di$o &rurl al entrar en la sala llena de cortesanos—I &e 0e coneccionado un Conse$ero Perecto y tK lo empleaste para despo$arme de lo -ue me debas, creyendo, no sin ra!ón, -ue la magnitud de la inteligencia -ue te brind7 sera una buena sal+aguardia contra cual-uier amena!a y, por lo tanto, rustrara cual-uier intento mo de +engan!aI in embargo, al darte un Conse$ero inteligente, no te di la inteligencia a ti mismoI Con esta circunstancia 0aba contado y no me e-ui+o-u7, por-ue sólo es capa! de escuc0ar conse$os sabios el -ue posee la sabidura suiciente para entenderlosI ?o no poda destruir al Conse$ero con m7todos sabios, racionales y reinadosI ólo lo poda 0acer gracias a un m7todo primiti+o, obtuso y lo bastante tonto para parecer in+erosmilI 4is cartas no eran ciradasJ el Conse$ero te guardó idelidad 0asta el inI Ao saba nada de a-uellos tornillos -ue causaron su destrucción: ocurrió -ue se me cayeron por casualidad durante el monta$e en una lata de pintura a!ul, y por casualidad me acord7 de ello en un momento oportunoI Gracias a esto la tontera y el recelo +encieron a la inteligencia y la idelidad, y tK mismo irmaste tu condenaI '0ora me darás los cien sacos de oro -ue me debes y otros cien por el tiempo -ue 0e perdido para conseguir el pagoI i no lo 0aces, perecerás tK y tu corte, por-ue ya no tienes a tu lado a un Conse$ero -ue pueda deenderte de mI El rey rugió de rabia, y a su se.al la guardia se ec0ó sobre el atre+ido para darle muerte, pero las lan!as atra+esaron el cuerpo de &rurl como si uera aireI Estupeactos y asustados, los matones del rey se apartaron de un salto y el constructor di$o, ri7ndose: —?a me pod7is cortar y pinc0ar cuanto os pla!ca, por-ue estoy a-u sólo como una aparición tele+isi+a y teledirigida: en realidad me encuentro sobre el planeta en una na+e, desde la cual ec0ar7 sobre el palacio terribles cargas morteras si no recibo lo -ue se me debeI En eecto, aun antes de -ue 0ubiera terminado de 0ablar, sonó un trueno ensordecedor y una explosión 0i!o temblar todo el ediicioJ los cortesanos 0uyeron, despa+oridos, y el rey, casi muerto de +ergen!a y rabia, tu+o -ue entregar a &rurl doscientos sacos de monedas de oroI Cuando Clapaucio oyó por boca de &rurl el relato de todo lo ocurrido, le preguntó por -u7 se 0aba ser+ido de a-uel m7todo primiti+o y —segKn 7l mismo lo 0aba deinido— tonto, pudiendo recurrir a una carta -ue contu+iera un cirado de +erdadI
—Para el Conse$ero 0ubiera sido más ácil explicar al rey la presencia de un cirado -ue la ausencia de 7l —contestó el saga! constructor—I iempre es más ácil conesar un 0ec0o, -ue demostrar -ue no se lo 0a cometidoI En este caso particular, la presencia de un cirado 0ubiera sido una cosa sencillaJ en cambio su ausencia deba pro+ocar complicaciones, por-ue es cierto -ue cual-uier texto puede ser con+ertido, gracias a las ordenaciones, en otro dierente, llamado anagrama, y -ue estas reordenaciones son muy numerosasI )curre -ue para aclarar todo esto 0ay -ue 0acer uso de unas explicaciones +erdaderas pero muy complicadas, inaccesibles (estaba seguro de ello% al limitado cerebro del reyI 'lguien di$o -ue para mo+er un planeta bastaba encontrar un punto de apoyo uera de 7lI ?o tambi7n, para anular una mente perecta, tu+e -ue buscar un punto de apoyoI 4e sir+ió de 7l la imbecilidad del rey y su corteHI Ba primera má-uina terminó a-u su narración, se inclinó proundamente ante Genialón y otros oyentes, y se retiró con modestia a un rincón de la ca+ernaI El rey maniestó el agrado -ue le 0aba causado la aleccionadora 0istoria y preguntó a &rurl: —
HPero, 4a$estad, yo no +ine a-u para darte clases acerca de la teora general de autoconstrucción, sino para 0acerte la demostración de mis má-uinas abulistasI MOuieres escuc0ar a la siguienteN El rey accedió de buen gradoI e a-u una 0istoria sobre el constructor &rurl y sus a+enturas mara+illosamente nolinealesI H)currió una +e! -ue el Gran Constructor &rurl ue con+ocado por el rey &orturan &ercero, soberano de Ferrasia, para -ue le ense.ara a ser perecto y le 0ablara de las transormaciones de alma y cuerpo imprescindibles para lograrloI &rurl le contestó as: —Blegu7 un da al planeta Begaria, me alo$7 en una 0ospedera y, tal como suelo 0acerlo, decid no salir del cuarto 0asta -ue me amiliari!ara a ondo con la 0istoria y las costumbres de los legarianosI Era in+ierno, uera aullaba un +iento 0elado, y yo era el Knico 0u7sped en el adusto ediicioI ubo un orce$eo detrás de la pared y un c0irrido de la puerta al abrirseI 4ir7 por una rendi$a y +i -ue salan al pasillo los reci7n llegados, -ue, para gran asombro mo, no eran cuatro sino cincoI 3a$aron $untos la escalera, se encerraron en el sótano, pasaron en 7l muc0o tiempo y al anoc0ecer +ol+ieron a su aposento, donde guardaron un silencio mortalI Bos cont7 cuando pasaban por delante de mi puerta: eran de nue+o cuatroI Dol+ a mis libros, pero, como la 0istoria me dio muc0o -ue pensar, decid esclarecer el enigma a como ueraI 'l da siguiente a la misma 0ora, al medioda, sonaron de nue+o los martilla!os, rugieron los muelles y retumbó la ronca +o! de ba$o: —'delante, 0i$os de la +engan!aR Dalientes electristas mos, aprisaR ' la obra sin escatimar esuer!osR Derted más iones y yodurosR 'anaos con este boca!as, seudosabio, este gran sin+ergen!a criminal perpetuo, para -ue lo co$a por su nari!ota y lo arrastre, pateándolo, en la muerte lenta y seguraR oplad en los muellesR Buego resonó otro estornudo y otro grito a0ogado, y salieron como el da anterior de puntillas para ba$ar al sótanoI Bos +ol+ a contar y, como la otra +e!, eran cinco al salir de la 0abitación y cuatro al +ol+er a ellaI Entonces, +iendo -ue era el sótano donde se
esconda el meollo del misterio, me arm7 de una pistola láser y penetr7 al alba en a-uel sitioI Ao encontr7 all nada excepto unas c0apas de 0ierro c0amuscadas y rotas, de modo -ue me sent7 en el rincón más oscuro, me cubr con un pu.ado de pa$a y me -ued7 al acec0oI ' eso del medioda se de$aron or arriba los mismos gritos y ruidos de los das anterioresJ al poco tiempo la puerta se abrió y cuatro legarianos introdu$eron al -uinto, amarrado con cuerdasI El -uinto 0ombre lle+aba una casaca de color rambuesa, de corte antiguo, con un +olante en el cuello, y un gorro con plumaI Era moletudo y narigudo, y su boca torcida por el miedo arullaba algo sin cesarI as de saber, extran$ero de otro planeta —di$o—, -ue no tienes ante ti a unos sádicos, torturadores u otros indi+iduos degenerados de la estirpe robotiana, y -ue lo -ue a-u +es, aun-ue el lugar sea poco decoroso, es una acción bella y merecedora de encomioI —3ella y merecedora de encomioR —grit7, uera de m—I MOu7 me estás diciendo, despreciable legarianoN i con mis propios o$os 0e +isto cómo os ec0asteis, cuatro contra uno, sobre este desgraciado de color rambuesa, apaleándolo con tanto +igor -ue el aceite os brotaba de las articulacionesR M&e atre+es a decir -ue es una acción digna de encomioN —i u Gracia Extran$era no para de cortarme la palabra —contestó el de la +o! de ba$o—, no se enterará de nadaI Por ende, pido con buenos modales, ponte trabas en la lengua y cerro$os en el oriicio bucal, por-ue si no, yo parar7 de 0ablarI 'prende -ue tratas con los me$ores isicianos, los más duc0os ciberneros y electristas, en una palabra: con los más sabios y celosos alumnos mos y me$ores cerebros de toda BegariaI H?o mismo soy el proesor de ambas materias de signos contrarios, autor de la recreástica omnigen7rica, Dengancio ltorico 'ment7I
—a sido sin -uererR 4i pensamiento no era 7ste, pero me salió malQ —gimió el narigudo de colorido ropa$eI ?o estaba escuc0ando y mirando sin entender nada, y la +o! de ba$o +ol+ió a lo suyo: —Darmogancio, alumno predilecto moR asta el inal de las aclaraciones pro0ibo, por mi láser, pegarle y maltratarleR Oue el proesor Dengancio ltorico continKe su relatoI El proesor c0irrió, resopló y al in di$o: —Para -ue comprendas, extran$ero de otro planeta, -u7 nos pasó y de -u7 manera nos cayó encima la inelicidad, y tambi7n por -u7 nosotros cuatro, renunciando a la +ida seglar undamos la orden menor de =esucitadores >erreros para entregarnos por entero a las delicias de la +engan!a, debo contarte en bre+es palabras la 0istoria de mi pueblo desde los comien!os del mundoQ —MAo podramos empe!ar un poco más adelanteN —pregunt7, temiendo -ue el bra!o se me dormira ba$o el peso del arma durante tanto ratoI —>a de ser a0ora, extran$eroR Escuc0a, pues, y presta atenciónQ Existen en el mundo leyendas sobre unos seres de rostro pálido -ue a la estirpe robotiana en matraces criaron, mas las mentes ilustradas saben -ue es una mentira, un mito ala!, por-ue lo Knico cierto y +erdadero es -ue al Principio sólo 0ubo Penumbra )scura y en su seno el 4agnetismo -ue a los átomos a!u!aba para -ue se mo+ieranI ? tanto los a!u!ó, -ue de sus brincos y encontrona!os nació la Primera Corriente y, con ella, la Primera Bu!Q Buego se encendieron las estrellas, se enriaron los planetas y en sus proundidades, por el soplo de la anta Estadstica concebidos, nacieron primero los 4icrordecanoides, muy pe-ue.itos, -ue dieron origen a los 4ecanoides, -ue dieron origen a las primeras 4á-uinas Primiti+as, -ue toda+a no saban calcular bien y lo 0acan sin ton ni sonI Buego, gracias a la E+olución Aatural, supieron ya sumar dos y dos y continuaron progresando 0asta -ue nacieron de ellas 4ultistatos y )mnistatos, y de estos Kltimos pro+ino el imiorobot, del cual desciende nuestro tatarapadre, 'utómatus apiensQ HBuego 0ubo robots ca+erncolas, despu7s pastoriles, y cuando se multiplicaron, aparecieron los estadosI Bos robots de la antigedad producan su electricidad +ital a mano, por rotación, en medio de mprobos esuer!osI Cada se.or eudal tena sus 0uestes de guerreros, los guerreros tenan a los campesinos, y se rotaban unos a otros $erár-uicamente, desde las clases sociales más ba$as 0asta las más altas, en la medida de sus uer!asI Hustituyó el esuer!o manual la má-uina, cuando =uecón nilaco in+entó la rotadora y Crupón de Pere!a la +arilla para atraer los rayosI Entonces empe!ó la 7poca de la batera, muy dura para -uienes no eran poseedores de sus propios caudales de acumuladoresI u suerte dependa de los cielos: durante el buen tiempo, al no disponer de bateras ni poder orde.ar las nubes, +atio por +atio les era or!oso mendigarI Aadie tena la +ida regalada, por-ue -uien de$aba de rotarse u orde.ar las nubes, no tardaba en perecer, totalmente descargadoI Entonces apareció, por el inierno en+iado, un sabi0ondo, combinador, intelectualista y arreglalotodo (o$alá le 0ubieran partido la cabe!a cuando ni.oR%, y empe!ó a pregonar y +ocear -ue las maneras de conexión el7ctrica y tradicionales, es decir, paralelas, no +alan nada, y -ue 0aba -ue conectarse segKn es-uemas nue+os, por 7l ideados, los de acoplado en serieI Gracias a este sistema, deca, bastaba -ue uno de la serie se rotara para alimentar a los otros, aun a los más ale$ados, de modo -ue cada robot rebosara de electricidad 0asta los cortacircuitos de las naricesI
'-u el proesor se golpeó repetidas +eces la rente contra la pared 0asta -ue le rodaron los o$os en las cuencas, y yo comprend por -u7 a-uella parte de su cabe!a estaba tan llena de c0ic0onesI —Bas consecuencias —prosiguió— no se 0icieron esperarI n robot de cada dos se acostaba ba$o la mesa, diciendo: MPor -u7 me tengo -ue rotar yoN Oue se rote el +ecinoR Bo mismo daRH Como el +ecino deca lo mismo, sobre+ino una ba$a de tensión tan grande, -ue 0ubo -ue poner a cada robot un controlador, controlado por otro de mayor rangoI Entonces +ino un alumno de 4alapucio, Celesio Conuseo, y aconse$ó -ue no se rotara cada uno a s mismo, sino a otro ciudadanoJ despu7s Faucio 'ltrusiano presentó el proyecto de má-uinas apaleantesJ luego 4acundro Cibernal opinó -ue lo me$or era undar cursillos y clubes de masa$eI ' continuación, un teórico el7ctrico nue+o, Cumplo Carga!ón, proclamó -ue las nubes no se deban orde.ar, sino cos-uillear ligeramente, para -ue dieran la corriente por las buenasI o$adelatos, lo -ue condu$o a la declaración de guerra entre los Cobristas Begarianos de la especie de Cupromnides, y el imperio legariano de Baministas FrosI Ba guerra duró treinta y oc0o a.os y luego otros doce, por-ue al inali!ar la primera parte no se poda distinguir entre los escombros -ui7n 0aba +encido, +ol+i7ndose a pelear por esta ra!ónI ?a puedes comprender -ue, de este modo, los incendios, la muerte, la alta general de corriente, la des+ati!ación, la ba$a completa de la tensión +ital, en una palabra: la malapuciaH, segKn el nombre in+entado por el pueblo, nos aligió por culpa de las ideas malditas de este canalla a-u presente, de este engendro per+erso del iniernoR —4is intenciones eran buenasR Bo $uro a u BasernidadQ >ice traba$ar mi mente para la elicidad general, buscando sólo el bienR —c0illó con +o! aguda 4alapucio, arrodillado, temblándole la nari!otaI Pero el proesor le dio un pu.eta!o en la cabe!a y siguió 0ablando: —&odo esto ocurrió 0ace doscientos +einticinco a.osI Como puedes suponer, muc0o antes de la gran guerra legariana, antes de la desgracia uni+ersal, 4alapucius Caos murió despu7s de 0aber engendrado mKltiples disertaciones teóricas, en las -ue sus empon!o.adas pamplinas propagaba, 0asta el in muy contento de s mismo, incluso lleno de admiración 0acia su persona, lo -ue 0i!o patente en su testamento, diciendo -ue mereca ser nombrado 3eneactor ltimati+o de BegariaHI 's -ue cuando las cosas se +ieron de cerca, ya no 0aba a -ui7n acusar ni pedir cuentas, ni a -ui7n las c0apas ir arrancando lentamente para -ue surieraI in embargo, yo, Duestra Extran$eridad, 0abiendo descubierto la &eora de la orrori!ado, le contest7: —Duestras mercedes 0an debido perder el $uicio si piensan -ue este ciudadano inocente a -uien, como dicen, cada noc0e de átomos en ro laminan, debe responder por culpas, sean las -ue ueren, de un sabio muerto tres siglos atrásR
El proesor replicó: —MOui7n es, pues, este nari!otas arrodillado, si 7l mismo se da el nombre de 4alapucius CaosQN MCómo te llamas, bestia nauseabundaN —4aQ 4apalapucioQ CaQ os, u @mplacabilidadQ —arulló el narigudoI —in embargo, no es el mismo —di$eI —MCómo sabes -ue no es el mismoN —Por-ue tK mismo di$iste, proesor, -ue a-uel murióI —Pero lo resucitamosR —' otro parecido, gemelo, pero no al mismoI —
edóago alias 3obalicio—, cargado de 0ures y medallas -ue las ser+iciales automatorias le suministraban y se las prendan en el pec0o, de cinco a -uince pie!as por minuto, cubierto de en$ambres de minKsculas ma-uinitas de oro -ue lo perumaban, le daban masa$e, le miraban amorosamente a los o$os, le susurraban dulcemente a los odos, le abra!aban las rodillas, se le ponan a los pies y lo besaban sin cesar donde podan, el ciudadano de 3obalicia, repito, +aga por a0, errabundo y solitario, en medio del le$ano estruendo de actoras gigantescas -ue se ele+an a lo largo de todo el 0ori!onte y traba$an da y noc0e, soltando c0orros de tronos de oro, cos-uilladoras, gargantillas y pantulas de perlas, cetros, eseras, carro!as, c0arreteras, espinelas, c0inelas, pianolas y millones de otros ob$etos y mara+illas para deleitarI H?endo yo por el camino tena -ue a0uyentar las má-uinas -ue me proponan sus ser+icios, llegando a pegarles en la cabe!a y tronco a las más insistentes, de tan ansiosas -ue estaban de 0acer a+oresJ inalmente, al 0uir ante un reba.o entero de ellas, me encontr7 en las monta.as, donde +i una muc0edumbre de aparatos recubiertos de oro -ue sitiaban la entrada de una gruta, cerrada con un pe.asco, donde se poda +islumbrar por una rendi$a los o$os llenos de astucia de un bobalicio -ue se 0aba reugiado all, batido en retirada ante la elicidad uni+ersalI 'l notar mi presencia, las má-uinas se precipitaron para abanicarme y darme masa$e, contarme cuentos en +o! ba$a, besarme las manos, proponerme tronos, etcI 4e sal+7 tan sólo gracias a la misericordia del reugiado de la gruta, -ue apartó la piedra y me de$ó entrarI HEstaba muy oxidado, pero nada molesto por elloI 4e re+eló -ue era el Kltimo sabio -ue -uedaba en 3obalicia y empe!ó, sin perder tiempo, a con+encerme de -ue el bienestar, cuando era excesi+o, 0aca más da.o -ue la pobre!aI Ao tu+o -ue esor!arse muc0o, por cuanto yo mismo estaba seguro de elloI M'caso no e-ui+ale el tenerlo todo a no tener nadaN M? cómo se puede decidir y escoger cuando el ser racional, rodeado de todos los parasos del mundo, se +uel+e indierente ante la posibilidad automática de +er cumplidos todos sus deseosN
escondan en los te$ados y des+anes ante la dul!ura de la +ida u ordenaban a las má-uinas -ue les pegaranI nos lo 0acan todo a la +e!, otros por turnosI Hin embargo, no sacaban de ello gran ayuda: todos perecan por exceso de mimos, aun-ue no siempre del mismo modoI i!o muy mal, ya -ue luego sobre+ino una pobre!a negra -ue 7l no llegó a +er: un da lo pilló una manada de autogalanteadores, se le ad0irieron lirteadores y seductoras, lo metieron en una cámara de besos, lo atontaron con los abra!aderos, lo des-uiciaron y lo a0ogaron como unas lianas, de modo -ue rindió el alma por exceso de caricias, gritando ocorroRH y se -uedó en la planicie en su armadura corta, c0amuscada por la pasión mecánica, sepultado entre montones de doblonesHI —Esta ue la triste suerte de un sabio no demasiado inteligente, 4a$estadR —di$o &rurl, para terminar su narraciónI in embargo, +iendo -ue el rey no -uedaba del todo satisec0o, exclamó: —MOu7 es lo -ue u 4a$estad desea en realidadN —ConstructorR —contestó &orturan—I
—MetericoHJ ue.o sobre cibermarinos y cibermarinasHJ El lec0o de la princesa >opsalaHJ Ciberca.ón o ca.ón sin pól+ora ni balasHJ alto erotal, o la acrobacia amorsticaHJ
o$osHJ ' pan y aguaHJ ' la mantita con +entanitaHJ ' las mironasHJ ' moco tendido y coco cadoHJ ' la +erdugotecnia, o cortes y recortesHJ 'l alegre cibergoloHJ ' la ciberdiosaHJ ' la ciberbayaderaHJ 'l ciberbero y cibermoraHJ ' la cibergallinita ciegaHI El rey miraba todo a-uello sin comprender gran cosa, pero Bstulo, el ingeniero de almas, le explicó rápidamente -ue los sue.os se so.aban a s mismos sólo mientras no se conectaran las cla+i$as, -ue colgaban en cada armario de una cadena de relo$, en el par de agu$eritos correspondientesI e operaba entonces una unión tan perecta entre la persona y el sue.o escogido, -ue se lo +i+a, 0ec0o realidad, con +ista, tacto y los demás sentidosI Ba curiosidad de 3raguetano se puso al ro$o +i+oI Cogió las cla+i$as, ingiendo -ue no daba importancia al asunto, y las metió en un enc0ue del 'rmario 3lanco, donde el letrero deca: etericoHI 4ira por todas partes el monarca y +e -ue se encuentra en la 7poca románticoel7ctrica, en un bos-uecillo de abedules, re+estido de acero de pies a cabe!a, con un dragón reci7n +encido por delanteJ un poco más le$os susurraban unos árboles, soplaba una brisa perumada y se desli!aba un riac0ueloI e contempló en el agua y por su rele$o comprendió -ue 7l mismo era Firtán, caballero de alta tensión, 07roe incomparableI us mismas armaduras eran la crónica de sus 0a!a.as, -ue el rey recordaba como si ueran suyasI Ba abolladura de su +isera era el recuerdo de un pu.eta!o -ue le 0aba asestado en el Kltimo sobresalto premortuorio 4orbidor, un enemigo +encidoJ las +isagras de las grebas se las 0aba roto Cuperino PaleonteJ los remac0es de las 0ombreras lle+aban 0uellas de los mordiscos -ue le 0aba dado antes de morir =ápito el '!ulencoJ las re$illas estaban 0undidas por el golpe postrero de 4onstericio Bu$urian, y todas las tuercas, codales, botones, re$as delanteras y traseras, 0ebillas, cerro$os y rodilleras lle+aban impresos los +estigios de enrentamientos guerrerosI El escudo estaba c0amuscado por los c0ispa!os de los c0o-ues de aceroJ sólo
la espalda, limpia y sin el menor orn como la de un ni.o, demostraba -ue nunca se 0aba batido en retirada ante la uer!a del ad+ersarioI ' decir +erdad, al rey le de$ó bastante indierente todo esto, ya -ue esta clase de gloria ni le iba ni le +enaI in embargo, al recordar a =amolda, montó a caballo y se puso a buscarla por todo el sue.oI En su bKs-ueda llegó al castillo ortale!a de su padre, el prncipe >etericoJ retumbaron los maderos del puente le+adi!o ba$o el corcel y el $inete, y el prncipe en persona salió a su encuentro con los bra!os abiertos para saludarle y orecerle su 0ospitalidadI El caballero tena prisa por +er a =amolda, pero no estaba bien -ue preguntara por ella as, de entradaI 4ientras tanto, el +ie$o prncipe le di$o -ue en el castillo 0aba otro 0u7sped, Dinoduro, de la estirpe de los Polim7ricos, maestro en esgrima de cuerpo elástico, -ue tena gran inter7s en medirse en duelo con el propio FirtánI En 7sas apareció Dinoduro, lexible y rápido, se acercó y di$o: —epas -ue deseo a =amolda, de alta presión, de caderas de mercurio, de pec0o -ue ni un diamante podra rascar, de magn7tica miradaR &e la 0an prometido a ti, pero yo te reto a0ora mismo a una luc0a sin cuartel, para +er -ui7n la lle+ará al altarR '-u ec0ó a los pies de Firtán un guante blanco, de nylonI —Ba boda se 0ará en seguida despu7s de la $ustaR —a.adió el padreprncipeI —Como -uieran, se.ores —di$o Firtán, y 3raguetano, dentro de 7ste, pensó: umQ es dicil decirI En cual-uier caso, 0ay -ue tener muc0a prudenciaI Pero ya suenan las trompetas, ya se oyen los pasos de las 0uestes armadas, las galeras rebosan de gente y todos esperan a los dos +alientesI Entra en las lides Firtán, las piernas le la-uean un poco, +e cómo la bella =amolda lo mira con mirada tierna,
pero a0ora le tienen sin cuidado sus ternurasR 'parece Dinoduro en el patio de armas iluminado con miles de antorc0as, las dos espadas se cru!an con estr7pitoI Entonces 3raguetano se asusta de +eras y decide despertarse a toda costaI >ace grandes esuer!os, pero la armadura se mantiene irme, el sue.o no lo suelta y el enemigo atacaI C0ocan cada +e! más raudas las 0o$as de acero, el bra!o de 3raguetano +a perdiendo uer!as, cuando de pronto su enemigo grita y ense.a su espada, rotaI Ouiere abalan!arse sobre 7l el caballero, pero Dinoduro sale del ruedo para coger otra espada de las manos de sus asistentesI En a-uel momento la ciberbru$a se separa de los espectadores, se acerca a Firtán y le susurra al odo: —e.or de aceroR Cuando os encontr7is $unto al portal -ue lle+a al puente, Dinoduro ba$ará la espadaI opsalaHI En seguida se +io en un aposento bellsimo, todo tapi!ado de brocadosI opsalaR Ba dama deba de tener pesadillas, ya -ue daba +ueltas sin cesar, aporreando al rey con los pu.itos y piececitos tanto y tan uerte, -ue una gran ira embargó a la real persona con+ertida en lec0o por el sue.oI >i!o el rey grandes esuer!os, orce$eó tanto consigo mismo, -ue se le soltaron las $unturas, se le cayeron las cu.as, las patas se le desprendieron y rodaron 0acia los rinconesJ la princesa se ue
al suelo c0illando, y 7l mismo, despertado por su propia desintegración, se encontró de nue+o en el +estbulo, $unto a Bstulo Cibernero, inclinado en un respetuoso saludoI —C0apuceroR —gritó el rey—I MCómo te atre+esN MPor -ui7n me 0as tomadoN M>e de ser un lec0o para -ue otros se acuesten en 7lN >as perdido todo el decoro, ma$aderoR e asustó muc0o Bstulo +iendo al rey tan enadado, y se puso a suplicarle -ue le perdonara el error cometido y se dignara probar algKn otro sue.oI Con tanta persuasión lo 0i!o, -ue el rey se de$ó con+encer: cogió con la punta de los dedos las cla+i$as y se conectó con el sue.o titulado a de ser en seguidaN —, sR
el camino el +ie$o guardián, cru!ándole la alabarda ante el pec0oI El rey tendió la mano con los doblones, pero, al notar su peso seductor y entra.able, sintió una gran pena y pensó: M&iene sentido malgastar una ortuna por un abra!oNH —&oma un doblón —di$o, desatando los cordones de la bolsa— y d7$ame entrarI —Ouiero die! —contestó el guardiánI —abráse +istoR —+ocieró el rey, de naturale!a pronta al enado—I Ou7 caraduraR Ao te dar7 nada, +illanoR Entonces el guardián le dio con la alabarda en la cabe!a, tan uerte -ue por poco se la parte, y 3raguetano se 0undió en la nada $unto con los balcones, el patio, el puente le+adi!o y el sue.o enteroI Cuando al cabo de un segundo +ol+ió a abrir los o$os, +io -ue estaba al lado de Bstulo, rente al 'rmario de los ue.osI e turbó extraordinariamente el Cibernero y se di$o para sus adentros: ?a +an dos +eces -ue me allaJ la primera por culpa de la cobarda del rey, y la segunda, por culpa de su a+ariciaHI in embargo, puso buena cara al mal tiempo y rogó al rey -ue consolara su alma so.ando otro sue.o atracti+oI 3raguetano escogió el sue.o llamado ue.o de iltro de amor con un destornilladorH, con+irti7ndose al instante en Paralisio, soberano de Epileponto y 4alaca, anciano +ie$simo, lleno de ac0a-ues y temble-ues, de una lasci+ia tremenda, cuya alma ansiaba 0ec0os delicti+osI Pero Mcómo satisacerla, si las articulaciones cru$en, las manos no obedecen a las piernas, ni las piernas a la cabe!aN &al +e! +uel+a a encontrarme me$orH, pensó, y mandó a sus caudillos, los degenerales Eclampton y &orturio, a -ue decapitaran y -uemaran lo -ue pudieran, trayendo botn y escla+asI emos decapitado y -uemado lo -ue pudimos y a-u le traemos el botn de guerra, una prisionera, la bella 'doricia, princesa de los Yneos y Pencos, $unto con todo su tesoroR —ME0N MCómoN MCon el tesoroN —balbuceó el rey con +o! temblorosa—I M<óndeN Ao +eo nadaI MOu7 es lo -ue c0irra por a0 y cru$eN —Es a-u, en este soá regio, 4a$estadR —gritaron a coro los degenerales—I Bos c0irridos los pro+ocan los mo+imientos de la prisionera, la más arriba mencionada princesa 'doricia, sobre el tapi!ado del soá, cua$ado de perlasI ? lo -ue cru$e es su +estido te$ido de 0ilos de oroI El +estido se mue+e, ya -ue la bella 'doricia está sollo!ando, pues lamenta su 0umillaciónR —ME0N MCómoN MBa 0umillaciónN Esto me gusta, me gusta muc0o —consiguió pronunciar el rey, tosiendo—I &ra7dmela a-u, la +oy a abra!ar y a des0onrarR —u 4a$estad no puede 0acerloI Ba ra!ón de estado se opone —se entrometió el principal medicador del reyI —MOu7N MAo puedo des0onrarlaN MProanarla un po-uitoN M&e 0as +uelto locoN M?o no puedoN M? -u7 otra cosa 0ice durante toda la +idaN —Es precisamente por eso, 4a$estad —trató de persuadirle el medicador principal —I u 4a$estad podra per$udicar su saludR —M'0, sN
—ME0N MCómoN MEntonces, de -u7 me sir+e todo este lo de reinarN —arulló el rey con +o! ronca, desesperado—I Ponedme un tratamientoR =eor!admeR =e$u+enecedme para -ue puedaQ esoQ como en mis buenos tiemposQR Por-ue si no, yo osQ a todosQ a-uQ esoQR e asustaron los cortesanos, los degenerales y los medicadores, y se pusieron a buscar maneras de re$u+enecer a la real personaI Finalmente pidieron ayuda al mismsimo Calculio, un sabio de primera categoraI Este +ino y preguntó al rey: —M4e -uiere decir, 4a$estad, -u7 es lo -ue deseaN —ME0N MOu7 es lo -ue deseoN Daya una preguntaR —siseó el rey, en medio de un ata-ue de tos—I Ouiero lu$urias, obscenidadesR Ouiero mis orgas de anta.o y, sobre todo, -uiero des0onrar como es debido a la princesa 'doricia, -ue guardo de momento en el calabo!oI MEntiendesN —>ay dos caminos y dos maneras de conseguirlo —contestó Calculio—I Para la primera, u 4a$estad tendrá a bien escoger a una persona digna de conian!a -ue 0ará per procuram todo lo -ue a u 4a$estad le placera 0acer: conectándose a esta persona con un cable, u 4a$estad sentirá todo lo -ue ella 0aga como si actuara por s mismoI ) bien 0abrá -ue llamar a la +ie$a ciberbru$a -ue +i+e en el bos-ue, le$os de la ciudad, en una casita con tres patas: es una renombrada especialista de geriatra y cuida con 7xito a las personas mayoresI —M'0, sN 3ueno, para empe!ar probemos lo del cable —gru.ó el reyI e 0i!o, pues, como 7l mandaba: los electricistas unieron al $ee de la guardia palaciega con u 4a$estad y la primera orden -ue el rey le dio ue la de aserrar en dos mitades al sabio Calculio: Paralisio consideraba -ue el 0ec0o era lo bastante eo como para gustarle, ya -ue de momento no deseaba otra clase de di+ersiónI El pobre Calculio sucumbió a pesar de sus sKplicas y gritos, pero, como durante el aserrado se ro!ó el aislamiento del cable, el rey sólo pudo disrutar con la primera parte del espectáculoI —Ao +ale nada este m7todoI Con ra!ón mand7 aserrar a este seudosabio —masculló el rey—I Oue traigan a la +ie$a ciberbru$a de la casita con tres patasR Corrieron los cortesanos al bos-ue y al poco tiempo llegó a los odos reales una canción nostálgica -ue deca: —Curo a los ancianosR 4edico, arreglo, regenero, remonto, redu!co tumeacciones, $unto articulaciones, corrosiones, parálisis, 0ago electrólisisJ contra el temblor de +ie$os cono!co buenos mane$os, 0ago mis buenos ser+icios sin esperar beneiciosQR Ba ciberbru$a escuc0ó las -ue$as del rey, 0i!o una prounda re+erencia ante el trono y di$o: —e.or Grande y PoderosoR Be$os, muy le$os de a-u, tras la 4onta.a Pelada, 0ay una uentecita de la cual mana un reguero de aceite llamado de ricimón, -ue se usa para preparar un iltro de amor, conocido por el nombre de iltro de amor destornillador, y -ue tiene un tremendo poder re$u+enecedorI na cuc0arada de las de sopa -uita cuarenta y siete a.os de edadR >ay -ue cuidar de no tragar demasiado, por-ue uno puede desaparecer por completo si se re$u+enece en excesoI i u 4a$estad me permite, le +oy a preparar a-u mismo esa incomparable medicinaI —Encantado —contestó el rey—I Oue preparen a la princesa 'doriciaR Oue le digan lo -ue le espera, $i, $iR Excitado, con las manos temblorosas, sus tornillos alo$ados, manoseaba, re!ongaba, 0ipaba, ren-ueaba, incluso daba un brinco de +e! en cuando, ya -ue en su gran +e$e! 0aba +uelto a la inancia, aun-ue sin curarse de sus manas +iciosasI ?a traen el aceite los caballeros, se cuecen los breba$es, 0umean los 0umos, se nublan las nieblas encima del caldero de la +ie$a ciberbru$a, -ue al in corre 0acia el trono, cae
de rodillas, tiende al monarca una copa llena 0asta los bordes de un l-uido lustroso como el mercurio, y dice con +o! de trueno: —=ey ParalisioR >e a-u el iltro de amor destornillador -ue re$u+enece, reuer!a, aporta cora$e guerrero y rigor en el amorI ' -uien apure la copa, no le sobrarán castillos para -uemar y +rgenes para tomar en la Galaxia enteraR 3ebe, yQ saludR El rey cogió la copa e 0i!o caer unas gotas sobre el escabel ba$o sus piesI El escabel saltó como un tigre, golpeó uriosamente el suelo y se ec0ó sobre el degeneral Eclampton para inligirle un tremendo ultra$e: en menos de un segundo le arrancó seis pu.ados de medallas por lo menos, sin -ue nadie pudiera oponerseR —3eba, 4a$estad, no se lo pienseR —animó al rey la ciberbru$a—I ?a +e -ue es una medicina milagrosaR —3ebe tK primero —di$o el rey en +o! ba$a, propia de los ancianos +ie$simosI Ba ciberbru$a se puso pálida, retrocedió, rec0a!ó la copaJ pero a un gesto del rey la cogieron tres soldados, le metieron un embudo en la boca y por la uer!a le 0icieron beber unas gotas de a-uel cocimiento lustrosoI n relámpago, una 0umaredaR 4iran los cortesanos, mira el rey, aun-ue muy miope: de la ciberbru$a, ni rastroR ólo -uedó un agu$ero negro y c0amuscado en el sueloJ a tra+7s de 7l se +ea otro agu$ero, ya entre la +ela y el sue.o y dentro de 7l, al ondo, un pie elegantemente cal!ado, con un calcetn -uemado y una 0ebilla de plata, oscura como si la 0ubiera corrodo un ácidoI El pie, el calcetn y el !apato pertenecan a Bstulo, el 'r!olisto del rey 3raguetanoI &an terrible uer!a tena el +eneno llamado por la ciberbru$a el iltro de amor destornillador, -ue no sólo a ella y al suelo, sino al mismo ensue.o traspasó de parte en parte, salpicó la pantorrilla de Bstulo y le 0i!o unas -uemadurasR El rey, asustadsimo, -uiso despertarse, pero, por suerte para Bstulo, el degeneral &orturio tu+o tiempo de darle antes un buen bastona!o en la cabe!a, gracias a lo cual 3raguetano al despe$arse no recordaba en absoluto lo -ue le 0aba pasado en el sue.oI Bo cierto es -ue por tercera +e! escapó con +ida de la trampa de ensue.o, preparada para 7l con toda ale+osa, debi7ndoselo en este caso a la inmensa desconian!a -ue senta 0acia todo el mundoI —o.7 con algo, pero no recuerdo -u7 —di$o el rey, otra +e! de pie ante el 'rmario 'utoso.ador—I Pero Mpor -u7, Cibernero mo, saltas sobre una pierna, sosteni7ndote la otra con las manosN —Es ciberreumaQ 4a$estadQ seguro -ue +a a llo+erQ —musitó el astuto 'r!olistoI elado, de la &orre Espiral, de la Pa$arera =elinc0ante, del &esoro de 4Kltiples )$os y, sobre todo, de su belle!a y su extraordinaria +irtudI ? deseó 3raguetano a-uella belle!a con un deseo indomableJ toda la uer!a de su lu$uria se encendió en 7l como una llamarada ardiente -ue le iluminó las pupilas desde dentro y le espoleó a correr 0acia las proundidades del ensue.o en busca de
—3uscas a elado y el palacio de la princesa con la &orre Espiral, la Pa$arera =elinc0ante y, en los subterráneos, el &esoro de 4Kltiples )$os, as como a la misma
—3ueno, bueno —contestó —contestó el rey—, pero esto no no es más -ue un retrato mo y no yo, yo, puesto -ue yo yo estoy a-u, no en en la Ca$aI —'0ora mismo de$arás de estar a-u —replicó el anciano, muy solcito—J ya cuidar7 yo de elloQ En 7sas sacó de deba$o de la cama un martilloJ pesado, pero de ácil mane$oI —Cuando arrulles en tus bra!os a tu amada —di$o al rey a modo de aclaración—, 0ar7 algo para -ue no existas doblemente: en este mundo, y en el de la Ca$aI Emplear7 un m7todo seguro, antiguo y sencillo, de modo -ue ten la bondad de inclinarteQ —'ntes tienes -ue ense.arme otra +e! a asta la +ista, ancianoQ 3raguetano se dio la +uelta y se ue 0acia la puertaI —MOu7 0acesN M'donde +as, dementeN —gritó el anciano, apretando el martillo en la manoI —'donde sea, sea, menos a la Ca$a Ca$a —contestó 3raguetano, 3raguetano, y salió de la casitaI En a-uel mismo momento el sue.o le re+entó ba$o los pies como una pompa de $abón y el monarca se +io a s mismo rente a un Bstulo atro!mente decepcionado, ya -ue al rey le 0aba altado muy poco para -ue lo encerraran en la Ca$a Aegra, de la cual el 'r!olisto nunca lo 0abra soltadoQ —'migo Cibernero, la cuestión cuestión de las damas es demasiado demasiado complicada complicada en tus sue.os sue.os —di$o el rey—I ) me presentas uno donde se pueda go!ar sin mayores enredos, enredos, o bien te ec0o de palacio, a ti y a tus armariosR —e.or —contestó Bstulo—I &engo &engo a-u un sue.o como de encargo para +os, de una calidad extraordinariaI i u 4a$estad lo prueba, se con+encerá por s mismoI —MCuál de ellos te merece tanta loaN loaN —preguntó el reyI reyI —Este, se.or —contestó el 'r!olisto, indicando un letrerito de madreperla donde pona: 4ona Bisa, Bisa, o el laberinto de dulce dulce ininidadHI El mismo cogió la cla+i$a -ue colgaba de la cadena del relo$ para introducirla cuanto antes en los agu$erosI &ena prisa, por-ue las cosas iban mal: 3raguetano 0aba e+itado el encierro en la Ca$a Aegra, gracias, sin duda, a su embotamiento, -ue le impidió enamorarse debidamente de la atracti+a
Pataleó de rabia, y continuó: de sue.o en sue.o, de armario en armario, de Bstulo en Bstulo, 0asta -ue ya no -uera nada, no le apeteca nada, sólo ansiaba +ol+er al estado de +igilia, a su trono amado, a las intrigas y desenrenos palaciegosI Entonces se puso a arrancar las cla+i$as y a enc0uarlas al a!ar, gritando: ocorroRH y El rey en peligroRH y 4ona BisaR )yeR )igaRH e a-u la 0istoria -ue cuenta cómo el Gran Constructor &rurl pro+ocó una luctuación local con la ayuda de una ca!uela +ie$a, y cuáles ueron las consecuenciasI consecuenciasI HErase una +e! una Constelación llamada CalandreaJ en la Constelación 0aba una Galaxia Espiral, en esta Galaxia una Aube Aegra, en la Aube cinco constelaciones s7xtuples, en la -uinta constelación un sol lila, muy +ie$o e incluso medio ciego, alrededor de este sol giraban siete planetas, el tercer planeta tena dos lunas, y en todos estos soles, estrellas, planetas y lunas ocurran, de acuerdo con las normas estadsticas, cantidades de cosas y cositasI En el segundo sol de la -uinta constelación de la Aube Aegra de la Galaxia Espiral de la Constelación de la Calandrea 0aba un +ertedero de basuras -ue 0ubiera podido podido estar en cual-uier otro planeta o luna: muy normal, es decir, decir, lleno de basura y toda clase de desperdiciosI '-uel '-uel muladar se ormó a consecuencia consecuencia de un conlicto 0idrog7nico y nuclear entre los 'berricidas Glauberianos y los 'lbumenses
Bilacos, -ue con+irtió los puentes, caminos, casas, palacios e incluso a ellos mismos en c0amus-uina y $irones de 0o$alataI El +iento meteortico lle+ó luego estos desperdicios al lugar de -ue estamos 0ablandoI e a-u lo -ue sucedió: El amoso constructor &rurl, de paso por a-uella región, ue deslumbrado por un cometa de cola c0illona y, para a0uyentarlo, empe!ó a tirar por la +entana de su na+e espacial las cosas -ue tena al alcance de la manoI
PreestablecidaI 'l s7ptimo paso dio un traspi7 por-ue su +ista no era perecta y se precipitó de cabe!a otra +e! al muladar, donde permaneció durante los _\ZIVVV a.os siguientes, sin 0acer otra cosa -ue llenarse de orn, descomponerse y surir una corrosión generali!ada: como al caer se 0aba dado un porra!o en la cabe!a, se le 0icieron unos cortocircuitos -ue lo mantu+ieron todos a-uellos a.os en un estado de coma proundoI ara alta —se di$o— colmar el +aco -ue soy, para romper su insoportable monotonaI @deemos algoI Bo ideado será una realidad, dado -ue sólo existen nuestros pensamientosI Por lo +isto se le subieron un poco los 0umos a la cabe!a, ya -ue pensaba en s mismo en pluralI —Mera posible —siguió dici7ndose— -ue existiera algo uera de mN 'dmitamos por un momento -ue s, aun-ue suene a in+erosmil y locoI
argumentos, ni postuladosJ consideró, pues, -ue no era más -ue una mera pretensión y usurpación suya, se a+ergon!ó muc0o y se di$o: —
desagrado por 0aber entristecido la mente del rey con a-uella narración—, pero luego sonrió y preguntó: —M&ienes toda+a algo para nosotros, má-uina maN —e.or —contestó la má-uina negra, inclinándose—I )s contar7 una 0istoria mara+illosamente abismal sobre Cloriano &eoricio Clapóstol, intelectricista y pensador mamonioI H)currió una +e! -ue el insigne constructor Clapaucio, ansiando un poco de descanso despu7s de una obra gigantesca —acababa de coneccionar para el rey &umbóilo una 4á-uina Oue Ao Exista, pero esto es un tema aparte—, llegó al planeta de los 4amónidosI e estaba paseando en busca de un lugar recoleto, cuando +io en la linde de la sel+a una casita cubierta de una ciberparra sal+a$e, cuya c0imenea despeda 0umoI Ouiso pasar de largo, pero, sorprendido por la +ista de unos barriles de tinta +acos, cambió de parecer y entró en su interiorI as de saber, extran$ero, -ue soy el más grande entre los pensadores, siendo la ontologa mi especialidad y +ocaciónI 4i nombre (cuyo resplandor superará un da al de las estrellas% es Cloriano &eoricio ClapóstolI Dine al mundo en el seno de una amilia 0umilde, sintiendo desde la inancia la predisposición al pensamiento sobre el enigma de la existenciaI ' la edad de diecis7is a.os escrib mi primera obra, titulada !iosotrón, una teora general de las deidades aposterióricasI
dedicada a la intel7ctrica no tena otro in -ue el de construir una )riginadora ni+ersal ltimati+a de )mnipotencia, es decir, un rectiicador del mal, o bien un endere!ador de las sendas de la =a!ónI @nclu, además, un plano del primer
estaba seguro de -ue me con+ocara el &irano, exigiendo -ue uera 7l y su grande!a el tema principal de mis publicacionesI Prepar7 de antemano mi respuesta para el caso, en la cual le dira -ue para m lo más preciado era la Derdad y -ue estaba dispuesto a dar por ella mi +idaI El &irano, sediento de los encomios -ue mi magna inteligencia podra idear para 7l, intentara atraerme con la miel de sus a+ores, me ec0ara a los pies sacos de oro de grato sonido y, +iendo in-uebrantables mis ideales, me dira, aconse$ado por los soistas, -ue si yo me ocupaba del Cosmos, deba ocuparme tambi7n de 7l, puesto -ue era un ragmento de a-u7lI Como yo le contestara en tono de burla, me condenara a torturasI Por tanto, empec7 a templar mi cuerpo, para -ue resistiera los surimientos más terriblesI HAo obstante, pasaban das y meses y el &irano no deca nada, resultando +anos mis preparati+os para el tormentoI ólo un oscuro escritorcillo di$o en una 0o$a +espertina sensacionalista -ue el buón Clorianito contaba cuentos de +ie$a en un libro suyo, titulado !iosotrón u >rinadora Universal. Corr en seguida a mirar el libroI En eecto, por un error tipográico 0aban omitido en la palabra )riginadora la slaba giQ 4i primer impulso ue el de matar a a-uel imb7cil, pero pre+aleció la corduraI H—?a +endrá mi 0oraR —me di$e—I Ao puede ser -ue se 0ayan derroc0ado para nada los tesoros de las Derdades
detalladas de cursileras y nimiedades, etcI Por cierto, nadie se alababa a s mismoJ pero, por una rara casualidad, Co-uas encomiaba a Palicón, Palicón a Co-uas, y los Bogaritos, a Co-uas y a PalicónI @ba tambi7n en aumento el renombre de los tres 0ermanos Aecioles, debido a -ue Aecioles el mayor empu$aba 0acia arriba al mediano, el mediano al más $o+en, -ue, a su +e!, cantaba las glorias de los dos Aecioles mayoresI 4ientras lea las obras de esta gente, me +ol+a loco de rabia: las rompa, las 0aca tri!as, incluso llegu7 a arrancar páginas a mordiscosQ Hna +e! calmado, agotadas mis lágrimas y sollo!os, escrib un gran tratado titulado Evolución de la a)ón, vista como un Henómeno de !os (iempos ,donde demostr7 -ue los rostropálidos y los robots estaban unidos por una especie de la!o circularI En eecto, del amasado de unas mucosidades limosas de la orilla del mar 0aban surgido unos seres +iscosos, blan-uecinos, llamados por esta ra!ón los 'lbumensesI 'l cabo de siglos, estos seres consiguieron aprender el modo de inundir 0álito de +ida en los metales, con+irtiendo a los 'utómatas en sus criados y escla+osI in embargo, al transcurrir el tiempo el orden de las cosas se in+irtió: los 'utómatas se liberaron de la opresión de los +iscosos y empe!aron a 0acer experimentos para +er si se poda inundir +ida en la gelatinaI us pruebas con la albKmina ueron coronadas por el 7xitoI Pero las cosas no -uedaron a0: un millón de a.os más tarde, los rostropálidos sint7ticos +ol+ieron a emprenderla con el 0ierro y desde entonces el asunto sigue esta eterna alternati+aI &e 0abrás dado cuenta de -ue 0e !an$ado de este modo la sempiterna cuestión: M-u7 ue primero, el robot o el rostropálidoN En+i7 a la 'cademia mi obra, -ue constaba de seis +olKmenes encuadernados en piel, para cuya edición 0aba gastado los restos de mi patrimonioI M4e creerás si te digo -ue el mundo cruel no le 0i!o el menor casoN H>aba cumplido sesenta y cinco a.osJ sólo un lustro me separaba de los setenta, y mis esperan!as de alcan!ar la ama temporal se 0aban des+anecidoI MOu7 me -uedabaN Empec7 a pensar en lo eterno, en los descendientes, en las generaciones +enideras -ue me descubriran y se postraran a mis piesI in embargo, a-u me asaltaron unas dudas: M-u7 ganara yo con todo eso, si ya no estara a-uN ? tu+e -ue reconocer, conorme a mis ense.an!as, contenidas en cuarenta y cuatro +olKmenes con parergones y paralipómenos, -ue nada en absolutoI ent tanta amargura y rencor, -ue me sent7 para escribir un (estamentum para la Posteridad, a in de pisotearla, escupirle en la cara, +ilipendiarla, des0onrarla y ultra$arla al máximo con palabras apropiadas y exactasI HMOu7N M
la+andera, no tendrán tiempo de apreciar su m7ritoR Ouiero -ue estos necromantas, estos despo$óilos se ol+iden al editar mis obras completas, $unto con el (estamentum 0enc0ido de las maldiciones -ue les diri$o, de la autosatisacción de 0aber tenido en su estirpe al más grande de los sabios, Cloriano &eoricio Clapóstol, maestro del pensamiento de siglos y siglos atrásR Oue no les abandone la conciencia, mientras est7n dedicados a sacar brillo a mis estatuas, de -ue les deseaba todo lo peor -ue pueda 0aber en el Cosmos, y -ue la intensidad del odio contenido en mi maldición, proyectada 0acia el uturo, sólo se puede e-uiparar, desaortunadamente, con su ineicaciaI Por tanto, deseo -ue se enteren de -ue me niego a reconocer cual-uier +nculo entre ellos y yo, sal+o el inmenso asco -ue me danR Clapaucio intentó apaciguar durante este discurso al +ocierante anciano, pero todos sus esuer!os ueron inKtilesI 'l gritar las Kltimas palabras, el terrible +ie$o se le+antó de un salto amena!ando con ambos pu.os a las generaciones +enideras, con la boca llena de los más 0orrorosos improperios —era sorprendente -ue los 0ubiera aprendido en una +ida tan +irtuosa y ele+ada—, completamente uera de sI Con la cara a!ulada y los o$os desorbitados dio unas patadas en el suelo, rugió, relampagueó de pies a cabe!a y se desplomó, muerto, +ctima de un sobrecalentamiento ulminanteI Clapaucio, aectado por el desagradable incidente, se sentó en una piedra, cogió el (estamentum empe!ó a leerlo, pero ya en la segunda página se le nubló la +ista y, a la tercera, tu+o -ue secarse la rente cubierta de un sudor ro ya -ue Cloriano &eoricio Clapóstol, muerto in olore virtutis, 0aba dado rienda suelta a un estilo cuya escandalosa indecencia superaba toda escala cósmicaI Pasó tres das leyendo con o$os desorbitados a-uel documentum y, cuando terminó, se le planteó un dilemaJ Mdeba re+elarlo al mundo o destruirloN ? all está, sentado, 0asta 0oy da, sin poder decidirseQ —@ntuyo muy claramente en todo esto —di$o el rey Genialón cuando la má-uina se 0aba ale$ado, dando por terminado su relato— una alusión a los problemas de la remuneración, -ue ya empie!an a ser apremiantes, puesto -ue despu7s de una noc0e de 0istorias interesantes y gratas, el alba de un da nue+o ilumina con su lu! la grutaI
(LT.;"C"8(& < ;8( F"ST<."( @$.#(#$.( #<8#$ S$ C;$8T( #$ CM< $L $.M"T(D< %<8"+(C"< B;"S< F(C$. +$L" (L Caba -ue +er cómo se puso de uriosaR Pero su pasa$ero la obligó a callarse y me in+itó a -ue subiera a su ladoI HBe di$e -ui7n era y por -u7 0aba abandonado el desierto, y tambi7n -ue no saba -u7 0acer en el uturoI El alabó mi decisión, se me presentó y me 0abló muc0o rato de
sus traba$os y obrasI 'l inal me contó la sobrecogedora 0istoria de un tal Cloriano &eoricio Clapóstol, amoso pensacionalista y soómano, cuyo triste in 0aba presenciadoI Bo -ue más me impresionó de lo -ue me di$o de los libros de a-uel Gran =obot, ue la cosa de los eesedasI M>ab7is odo 0ablar de esos seres, misericordioso se.orN —I e trata de unos seres, Knicos en el Cosmos, -ue ya 0an llegado a la Fase uperior del e estado dando mil +ueltas al asunto, 0e rebuscado en las bibliotecas y libros antiguos, 0asta encontrar una indicación en la obra de un tal Cada+erus 4alignus, -ue se distinguió por el 0ec0o de 0aber llegado a la misma conclusión -ue Clapóstol, pero con una antelación de trescientos mil a.os, y ue ignorado, despreciado y ol+idado por sus contemporáneos, igual -ue nuestro sabio por los suyosI Como se +e, no 0ay nada nue+o ba$o ninguno de los solesI Cada+erus tu+o incluso un in parecido al de ClorianoQ HPero esto no tiene nada -ue +er con nuestro problemaI Dol+iendo al tema: al descirar los $irones del +ie$o libro, aprend el sistema de buscar a los eesedasI 4alignus airmaba -ue se deban batir las constelaciones estelares con el propósito de encontrar algo imposible de existirJ una +e! 0allada la cosa, no caba la menor duda de -ue uno 0aba llegado al lugar precisoI
al in ad+ert en la pol+areda sideral una estrella completamente distinta de las otras, ya -ue tena la orma de un cuboI '0R Ou7 prounda emoción sent al +erlaR @ncluso los ni.os saben -ue todas las estrellas, 0asta la Kltima, deben ser redondasR Oue tengan unos cantos, dispuestos por a.adidura en un cubo regular, ni so.arloR 'cer-u7 inmediatamente mi na+e a a-uella estrella y pronto +islumbr7 un planeta suyo, tambi7n cKbico, pro+isto además de 0erra$es en las es-uinasI n poco más le$os giraba otro planeta, normal y corrienteI Centr7 en 7l mis anteo$os y +i unas turbas de robots, muy ocupados en destro!arse mutuamente, lo -ue me -uitó las ganas de aterri!ar en 7lI Gir7 la na+e de proa 0acia el planeta—ca$ón y +ol+ a examinarlo detenidamente a tra+7s de mi catale$oI Cuál no ue mi alegra y emoción, cuando en una de las mil acetas del 0erra$e le unas iniciales primorosamente talladas, compuestas de tres letras: FII
H—MOui7n 0ablaN —exclam7I H—oy yo, GolcondrinaQ, Mdebo empe!arN H—Ao, no 0ace altaR —contest7 rápidamente, y me ale$7 de a-uel sitioI HEl indgena siguiente tena la cabe!a en orma de campana con tres cuernos, +arias manos de distintos tama.os (las dos más pe-ue.as le daban masa$e en el estómago%, unas ore$as largas y emplumadas, un gorro con un pe-ue.o balcón ro$o en el cual alguien discuta con alguien, in+isibles los dos (sólo se +ean unos platillos diminutos -ue +olaban y se estrellaban por all%, y una especie de co$n de brillantes ba$o la espaldaI 4ientras lo estaba obser+ando, el indi+iduo en cuestión se -uitó un cuerno de la cabe!a, lo olió, lo tiró con asco le$os de s y se ec0ó en el agu$ero un poco de arena suciaI HXunto a 7l yaca una cosa -ue primero tom7 por unos 0ermanos gemelos, luego pens7 -ue eran unos amantes abra!ados y -uise ale$arme con discreción, pero al inal comprend -ue no se trataba de una persona ni de dos, sino de una y mediaI Ba cabe!a de a-uel engendro era normal, pero las ore$as se desprendan de ella a cada momento para re+olotear por los contornos como mariposasI 4antena cerrados los párpados, pero sus numerosas +errugas en la rente y las me$illas, pro+istas de o$itos, me miraban con maniiesta 0ostilidadI u pec0o era anc0o, +iril, lleno de agu$eros descuidadamente practicados y obstruidos con unos algodones empapados de !umo de rambuesaI &ena una pierna solamente, pero muy gruesa, cal!ado su pie con un !apato de tailete con una campanita de ieltroJ $unto a su codo apareca un montón de rabillos de peras y man!anasI Hegu andando, cada +e! más asombradoI ' pocos pasos me encontr7 con un robot de cabe!a 0umana, con una ca$a de mKsica, llena de pececitos dorados, en la nari!J a otro estirado en medio de un c0arco de conitura de resaJ en la espalda de un tercero 0aba una +entanita abierta, a tra+7s de la cual se +ea su interior de cristal, donde unos enanitos mecánicos representaban escenas muy interesantes, pero tan indecorosas -ue me apart7 de un salto, ro$o de +ergen!aI 'l dar el salto, perd el e-uilibrio y me caI HCuando me le+ant7, +i $unto a m a otro 0abitante del planeta: desnudo, se rascaba la espalda con un rascador de oro, despere!ándose a placer, aun-ue le altaba la cabe!aI Esta Kltima, colocada cómodamente en el suelo con el cuello 0undido en la arena, contaba con la lengua los dientes de su boca abiertaI &ena una rente de cobre ribeteada de blanco, en una ore$a un pendiente, y en la otra, un palito de maderaJ el palito lle+aba escrita en letras de molde la rase: E PEN EA&)ACE, FE='
embargo, mi asombro se con+irtió pronto en curiosidad, y 7sta, en un deseo urgente y apremiante de comprender -u7 pasaba en a-uel planetaI H@mpaciente, empec7 a correr de un indi+iduo a otro, 0abi7ndoles en +o! alta e incluso c0illona, gritándoles amena!as, preguntas, sKplicas, palabras persuasi+as y 0asta insultosI Diendo -ue todo esto no surta el menor eecto, cog por el bra!o al -ue se estaba 0urgando las narices, pero retroced en seguida, despa+orido: el bra!o se me 0aba -uedado en la manoR 's y todo, su propietario, sin mirarme si-uiera, escarbó en la arena, extra$o de ella otra bra!o parecido (sal+o -ue las u.as estaban barni!adas a cuadritos de color naran$a%, le sopló encima y se lo aplicó al 0ombro, donde se -uedó i$ado como si no 0ubiera pasado nadaI 4e inclin7 entonces con curiosidad sobre el bra!o -ue acababa de arrancar: la mano se le+antó y me propinó un guanta!o en la nari!R H4ientras tanto, el sol 0aba escondido dos de sus es-uinas tras el 0ori!onte, la brisa se a-uietó, y los 0abitantes de Eesedia se rascaban, 0ipaban, carraspeaban, preparándose maniiestamente a dormir: uno espon$aba su almo0ada de brillantes, otro dispona ordenadamente a su lado la nari!, las ore$as y las piernasI Bas tinieblas se espesaban, de modo -ue yo tambi7n pens7 en los preparati+os para la noc0eI
HEn eecto, cómo se 0ubiera extra.ado mi me$or amigo de 0aberme podido +er en a-uel momento y obser+ar mis acti+idades en el planeta de la Fase uprema de
dispositi+o adecuado alanum7rico, capa! de modelar todo lo -ue existe en el mundoI Este dispositi+o nos modelará la Fase uprema del e de conesar -ue se me eri!aron los pelos de alambre, se me secaron las articulaciones y me casta.etearon los dientes, cuando el se.or Clapaucio me 0i!o sentar ante la Consola Final, de$ándome sólo con la abismal má-uina, por-ue tu+o -ue salir para un recadoI us luces indicadoras brillaban por do-uier como las estrellas en el cielo, por todas partes se +ean letreros con la se+era ad+ertencia: '&EAC@jAR 'B&' &='CEAmnipotens, >mnisapiens, in "piritu Fntellectronico Navi#ans, luce cbernetica in saecula saeculorum litteris opera omnia co#noscens, et caetera, et caetera. &oda la con+ersación tu+o -ue desarrollarse en latn, pero, para mayor comodidad se la trasladar7, se.or, como pueda, a un idioma más corrienteI Cuando o la +o! de la má-uina y cuando 7sta se me presentó, mi temor creció más toda+a, y sólo la llegada del constructor 0i!o posible la continuación del diálogo: el se.or Clapaucio disminuyó la trascendencia y redu$o la omnipotencia a una milmillon7sima parteI Entonces ped -ue el ltimador tu+iera la bondad de contestar a unas preguntas acerca de la Fase uperior del
7ste el buen modo de proceder y acto seguido exigió -ue la )ntogeria modelara en sus abismos de plata y cristal un indi+iduo originario del planeta cuadrado, coniri7ndole al mismo tiempo una tendencia a la proli$idad de palabraI Este 0a sido el +erdadero principio de la con+ersaciónI Puesto -ue yo no poda dominar el tartamudeo -ue me produca el miedo (me a+ergen!a conesarlo%, Clapaucio ocupó mi sitio ante el Pupitre Final y preguntó: —MOui7n eresN —MCuántas +eces debo contestar las mismas preguntasN —respondió la má-uina con +o! cortanteI —Ouera saber si eres un 0ombre o un robot —le explicó ClapaucioI —M? cuál es, segKn tu opinión, la dierenciaN —di$o la +o! desde la má-uinaI —i contestas a las preguntas con otras preguntas, la con+ersación +a para largo —le espetó Clapaucio—I abes muy bien a -u7 me reieroR ContestaR E\ atre+imiento del constructor acabó de espantarmeI En todo caso, -ui!á tu+iera ra!ón, pues la má-uina di$o: —' +eces los 0ombres construyen a los robots, a +eces los robots a los 0ombresJ el 0ec0o de pensar con un poco de gelatina o con un poco de metal, carece de importanciaI Puedo ad-uirir a mi anto$o los tama.os, las ormas y los aspectosJ 0ablando estrictamente, poda, por-ue a0ora ya no 0ay entre nosotros -uien se di+ierta con estas bagatelasI —M'0, sN —exclamó Clapaucio—I MPreers estar siempre acostados sin 0acer nadaN —M? -u7 -uieres -ue 0agamosN —contestó la má-uinaI Clapaucio se mordió los labios de indignación y contestó: —Ao me lo preguntes a mI Aosotros, los de la ase inerior del desarrollo, 0acemos un montón de cosasI —Aosotros tambi7n las 0acamos en a-uel tiempoI —M? a0ora noN —AoI —MPor -u7N El eeseda modelado por la má-uina se mostró reacio a dar explicaciones sobre la cuestión, ba$o el pretexto de 0aber +i+ido ya seis millones de indagaciones parecidas sin ningKn resultado positi+o ni para 7l ni para los interesadosJ pero Clapaucio le obligó a contestar a.adiendo un poco de trascendenciaI —4il millones de a.os atrás 7ramos una ci+ili!ación corriente —di$o la +o!—I Creamos en a-uel entonces en cibercángeles, el la!o mstico retroacti+o de cada ser con el Gran Programador y cosas por el estiloI in embargo, tiempo despu7s aparecieron unos esc7pticos, empricos y accidentalistas -ue en el espacio de nue+e siglos llegaron a la conclusión de -ue '-uello no exista y -ue todo era posible, pero no por ra!ones superiores, sino as, por nadaI —MOu7 -uiere decir fpor nadaN —me atre+ a inter+enir, estupeactoI —Como sabes, 0ay robots $orobados —contestó la +o! de la má-uina—I Cuando sures por tu $oroba y tu deormidad, creyendo al mismo tiempo -ue eres as por-ue lo -uiso el Eterno y por-ue el proyecto de tu deormidad exista en la nebulosa de us sentidos antes aKn de la creación del mundo, te será ácil conormarte con tu desgraciaI En cambio, si te dicen -ue es por culpa de unos átomos -ue por descuido no se 0an enca$ado en los sitios pre+istos, M-u7 te -ueda uera de maldiciones y lágrimasN —)0, -uedan muc0as cosasR —exclam7, lleno de conian!a—I na espalda $orobada se puede endere!ar, y la deormidad, corregirR 3asta con un ni+el básico de la cienciaQR
—Bo s7 muy bienR —di$o la má-uina en +o! lKgubre—I En eecto, los simples de espritu +en as las cosasI —M'caso no son asN —exclamamos, Clapaucio y yo, asombradosI —Cuando llega el tiempo de endere!ar $orobas —di$o la má-uina—, las posibilidades ya se +uel+en despiadadasI Entonces no solamente se puede corregir unas deormidades, sino tambi7n ampliar cerebros, dar ormas cuadradas a los soles, 0acer -ue los planetas tengan piernas, producir destinos sint7ticos muc0o más dulces -ue los +erdaderosQ &odo empie!a inocentemente por el tallado de slex, y termina por la construcción de omnipotenciadoras y potenciadoresI El desierto de nuestro planeta no es un desierto, sino un uperdiosotrón, millones de +eces más poderoso -ue esta ca$a primiti+a -ue 0ab7is abricadoR Auestros antepasados lo 0an creado, por-ue como todo ya les pareca demasiado ácil, -uisieron con+ertir en ideas los granos de arenaI e lo propusieron por pura megalomana, sin ninguna necesidad, ya -ue cuando se puede 0acer todo, no es posible a.adir a ello nada másI MBo comprend7is, +osotros, tan atrasados en el desarrolloN —, sR —di$o Clapaucio, mientras yo guardaba silencio, temblando—I Pero Mpor -u7, en +e! de dedicaros a una acti+idad +i+iicante, estáis acostados, rascándoos, en a-uella arena genialN —Por-ue la más omnipotente es la omnipotencia -ue no 0ace absolutamente nadaR —contestó la má-uina—I Para llegar a una cumbre 0ay -ue ir subiendo, pero todos los caminos desde la cumbre conducen 0acia aba$oR ' pesar de todo, somos buenas personasJ Mpor -u7, entonces, -uieres -ue 0agamos cosasN Auestros antepasados 0an dado la orma cuadrada a nuestro sol (ue para probar el
conocido tambi7n ba$o el nombre de la Ge0enaliaI M>as odo 0ablar de la llamada Aebulosa del Cangre$oN —Claro —contestó Clapaucio—I Es un amasi$o de ragmentos de la corte!a de una Estrella uperno+a -ue 0i!o explosión 0aceQ —AaricesR —cortó la +o!—I na Estrella uperno+aR Daya clase de inormación -ue tienesR 'll, guapo, 0aba un planeta bastante desarrollado y, por lo tanto, ba.ado en lágrimas y sangre de sus 0abitantesI na ma.ana 0icimos descender sobre 7l oc0ocientos millones de aparatos Cumplidores de ominasosQ, M-uieres -ue te cuente la 0istoriaN —Ao 0ace altaR —gru.ó Clapaucio—I Ao me 0arás creer -ue no se pueda dar la elicidad de una manera 0ábil y pre+isoraR —'0, Mno lo creesN 'llá tKR Bo 0emos probado sesenta y cuatro mil -uinientas trece +ecesI &oda+a a0ora se me eri!a el pelo sobre todas las cabe!as -ue tengo, cuando recuerdo los resultadosR &e aseguro -ue no 0emos escatimado los esuer!os en pro del bien de otrosI Construimos un aparato especial para la espectroscopia teledirigida de los deseos, pero comprenderás -ue si en un planeta 0ace estragos una guerra de religión y ambos bandos sue.an con degollar al otro, nosotros no consideramos -ue nuestra misión consista en reali!ar esos deseosI Bo -ue -ueramos era dar la elicidad sin el menoscabo de la idea ele+ada del bienI 'un as, no era 7ste el peor escollo: la mayora de las ci+ili!aciones sue.an en lo más secreto de su espritu con cosas -ue no se atre+en a conesar en +o! altaI '-u +uel+e a presentársenos el dilema: Mdebemos ayudarlas en lo -ue 0acen por-ue les -ueda toda+a un poco de +ergen!a y decencia, o bien en la reali!ación de sus deseos escondidosN H&omemos como e$emplo la ci+ili!ación de los acamos caer sobre los planetas llu+ias de ri-ue!a, dilu+ios de saciedad y bienestar, parali!ando en ellos todo esuer!o y traba$oI <ábamos buenos conse$os, recibiendo a cambio disparos de ca.ón contra nuestras ensaladeras, -uiero decir, platillos +olantesI En +erdad, primero se debera transormar el espritu de los -ue se -uiere +er elicesQ —'l parecer, incluso esto pod7is 0acer —re!ongó ClapaucioI
—Aaturalmente, podemos 0acerlo, no lo dudesR 4ira, por e$emplo, a unos +ecinos nuestros, 0abitantes de un planeta parecido a la &ierra, es decir, aterrado: los 'ntrópanes, dedicados principalmente a mi-uindrar y turbolear por miedo a la picondra -ue, segKn ellos, existe uera de la existencia esperando a los pecadores con la boca abierta +omitando llamas eternasI 's y todo, los $ó+enes 'ntrópanes procuran imitar a los benditos Cimbrabelianos y al paradisaco Bambudens, y e+itan todo trato con 's-uerancia y los 's-uerancios, lo -ue les ayuda progresi+amente a +ol+erse más +alientes, me$ores y más nobles -ue sus antepasados octómanosI Por cierto, los 'ntrópanes luc0an con los 3a$oranos por el principio de la supremaca de Puc sobre 4uc y +ice+ersa (sus opiniones sobre la cuestión son diametralmente opuestas%I in embargo, debes tener en cuenta -ue en estas guerras perece solamente una parte de ellos, mientras -ue si arrancamos de sus cabe!as (tal como tK preconi!as% toda su e en las mi-uindraciones, turboleamientos, la picondra y todo lo demás, para prepararlos a una elicidad racional, cometeremos un asesinato ps-uico, ya -ue los seres as transormados ya no serán 3a$oranos ni 'ntrópanesI MAo lo comprendesN —Ba superstición debe ceder paso a la ciencia —maniestó Clapaucio con +o! duraI —Ao cabe duda, no cabe dudaR En todo caso, piensa -ue all +i+en a0ora alrededor de siete millones de penitentes -ue durante toda la +ida se 0an opuesto, a +eces con +iolencia, a su propia naturale!a para redimir a sus seme$antes y sal+arlos de la picondraI MCómo podra yo maniestarles de repente (y sin de$arles la menor posibilidad de dudarlo% -ue todo esto no tiene +alor alguno y -ue 0aban malogrado su +ida en prácticas completamente inKtilesN MAo crees -ue sera demasiado cruelN Ba ciencia debe sustituir a la superstición, desde luego, pero para conseguirlo se necesita tiempoI Dol+amos al tema del $orobado -ue +i+e en un eli! oscurantismo, con+encido de -ue su $oroba desempe.aba en la obra de la Creación un papel a escala cósmicaI i le explicas -ue la debe a un error de los átomos, le 0undirás en prounda desesperaciónI Ao 0abra más remedio -ue endere!árselaQ —
—3ueno, peroQ Pod7is 0acer milagros, MnoN —di$o Clapaucio, con un temblor en la +o!I —aced con ella lo -ue -ueráisI Ba tran-uilidad: 0e a-u la Knica cosa -ue me importaR mnipotenciadora UltimativaJ Clapaucio reunu.aba un poco, descontento de -ue la altruicina sir+iera Knicamente para los 0ombres, y -ue a los robots se los de$ara atormentados como antes por los surimientos existencialesJ pero yo me atre+ a recon+enirle, subrayando los la!os entra.ables y comunes -ue unan a todos los seres racionales y la necesidad de
ayudarles en la medida de lo posibleI 'cto seguido nos pusimos a 0ablar de las cuestiones prácticas, ya -ue por ra!ones ob+ias -ueramos empe!ar la acción altruista cuanto antesI Clapaucio encargó a una subsección de la )ntogera la abricación de una cantidad con+eniente del producto, y yo, aconse$ado por el insigne constructor, me resol+ a emprender un +ia$e al planeta terrosmil 0abitado por seres 0omnidos, del cual nos separaban apenas cuatro das de +ueloI Como deseaba ser un bien0ec0or anónimo, llegamos a la conclusión de -ue lo más ra!onable sera -ue me con+irtiera en un 0ombreI Como se sabe, la cosa no es sencilla, pero la genialidad del constructor triunó sobre todas las diicultadesI Poco tiempo despu7s me puse en camino, cargado con dos maletas: una de ellas contena cuarenta #ilogramos de 'ltruicina en pol+oJ la otra, enseres de tocador, pi$amas, ropa interior, recambios de me$illas, pelo, o$os, lenguas, etc7teraI Dia$aba ba$o el aspecto de un $o+en de buenas proporciones con bigotito y le-uilloI Clapaucio abrigaba ciertas dudas en cuanto a la con+eniencia de aplicar la altruicina a gran escala sin un testeo pre+io, as -ue le promet —a pesar de no compartir sus recelos— -ue eectuara un experimento con ella en el momento de mi llegada a Geonia (7ste era el nombre del planeta%I Estaba terriblemente impaciente por empe!ar la gran siembra de raternidad, pa! y amor uni+ersal, de manera -ue me desped cordialmente de Clapaucio y me ui sin perder un minutoI 'l llegar a Geonia, me detu+e en una población pe-ue.a, en la 0ospedera de un 0ombre de edad mediana, de aspecto un tanto lKgubreJ me comport7 con tanta 0abilidad, -ue logr7 ec0ar un pu.ado de pol+o en el po!o delante de la casa durante el transporte de las maletas desde el coc0e a la 0abitaciónI En el recinto reinaba una gran agitación: las mo!as de cocina, apremiadas por el mal0umorado amo, acarreaban baldes de agua calienteJ al poco rato sonó un ruido de cascos de caballo y en el patio apareció un aetón del cual se apeó un indi+iduo de edad a+an!ada con un maletn de m7dico en la manoI in embargo, no se dirigió a la casa sino al establo, de donde llegaba de +e! en cuando un mugido lastimeroI egKn me di$o una camarera, un animal geoniano llamado +aca, perteneciente al amo, estaba en trance de parirI Esto me in-uietó un poco, por-ue, a decir +erdad, no 0aba pensado en la cuestión de los animales, pero como ya era tarde para 0acer lo -ue uera, me encerr7 en la 0abitación para obser+ar atentamente el curso de los acontecimientos, -ue, en eecto, no se 0icieron esperar muc0oI ) el tintineo de la cadena del po!o —las c0icas 0aban +uelto a ir por agua— y, un instante despu7s, un nue+o mugido de la +aca, acompa.ado esta +e! por los de -uienes la socorranI El +eterinario se precipitó uera del establo gritando y apretándose con las manos la barrigaJ tras 7l corran las sir+ientas y por Kltimo el 0ospederoI &odos ellos, aectados por los dolores del parto, 0uan lamentándose lo más le$os posible, para +ol+er al cabo de un tiempo, ya -ue la distancia atenuaba sus tormentosI na +e! dentro, todo +ol+a a empe!arI ice en seguida el e-uipa$e y ped la cuenta, pero todos en la casa suran tanto del parto del ternero -ue no se les poda 0ablarI Ouise marc0arme en el aetón: desaortunadamente, tanto el coc0ero como sus rocines se encontraban presa del mismo padecimiento, de modo -ue no tu+e más remedio -ue ir a pie a la ciudad más próximaI Cuál no ue mi espanto cuando, al atra+esar una pasarela sobre el ro, una de las maletas se me escapó de la mano, golpeó de canto el borde de la
pasarela, se abrió y +ertió toda su carga de pol+o altruista en el aguaR 4e -ued7 all, petriicado, mirando cómo los cuarenta #ilos de 'ltruicina se disol+an en la rápida corrienteQ Ba situación era irre+ersible, los dados 0aban rodado: a-uel ro precisamente abasteca a la ciudad de agua potableI 'ndu+e 0asta -ue se 0i!o de noc0eI Cuando entr7 en la ciudad las luces estaban ya encendidas, y las calles rebosaban de transeKntes y tráicoI Pronto encontr7 un pe-ue.o 0otel donde me 0osped7, atisbando por los primeros sntomas de la acción del productoJ pero de momento todo pareca normalI Cansado por la larga caminata, me met en seguida en la camaI ' altas 0oras de la noc0e me despertaron unos gritos pa+orososJ me le+ant7 de un saltoI Ba 0abitación estaba iluminada por las llamas -ue de+oraban la casa de enrenteJ ba$7 corriendo a la calle y al traspasar el umbral tropec7 con un cadá+er toda+a calienteI ' unos pasos de all, seis 0ombres or!udos su$etaban a un anciano -ue peda socorro a gritos mientras uno de ellos le arrancaba con unas tena!as muela tras muela, 0asta -ue un coro de exclamaciones de $Kbilo demostró -ue 0aba sido encontrada y extrada la ra! enerma, cuyo dolor atormentaba a los presentes por transmisiónI &odas a-uellas personas se ale$aron maniiestamente ali+iadas, de$ando solo al desdentado y atropellado ancianoI in embargo, lo -ue me 0aba despertado no ueron las lamentaciones de a-uel pobre +ie$o, sino un incidente -ue acababa de ocurrir en una cer+ecera al otro lado de la calle: un tipo borrac0o, grande y uerte como un armario, dio un pu.eta!o a un amigote suyo y, al sentir 7l mismo el dolor del golpe, se enureció tanto -ue empe!ó a pegar al otro con toda la uer!aI Como los demás comensales sentan en sus cuerpos los eectos de la pali!a, se precipitaron con pu.os y palos sobre los dos compinc0es en!ar!ados en la peleaI Enseguida, el crculo de surimientos generales se 0aba ensanc0ado tanto -ue la mitad de los 0u7spedes de mi 0otel, arrancados del sue.o, cogieron bastones, escobas y palos y corrieron en pa.os menores al campo de batalla, donde pronto se ormó un solo re+olti$o de cuerpos, muebles rotos y ragmentos de +a$illa, 0asta -ue una lámpara +olcada prendió uego al localI 4e ale$7 de a-uel sitio lo más aprisa -ue pude, perseguido por el ta.ido de campanas, el rugido de la sirena de los bomberos y el de los 0eridosI 'l poco rato de caminar top7 en una calle +ecina con un grupo de gente —me$or dic0o, una muc0edumbre— agolpada en torno a una linda casita blanca, medio oculta por una prousión de rosales loridos, donde, segKn me enter7, +i+a una $o+en pare$a -ue acababa de contraer matrimonioI e +ean entre a-uella muc0edumbre uniormes militares, sotanas e incluso batas de colegialesI Bos -ue estaban $unto a las +entanas pegaban las caras a los cristales, otros se les suban sobre la espalda, gritando: fDamosR 'delanteR M&en7is pere!aN MCuánto tiempo +amos a esperarN ' la aena, aprisaR, etcI n +ie$ecito, -ue no consegua a+an!ar, suplicaba con lágrimas en los o$os -ue le abrieran paso, ya -ue de le$os no sentira nada por tener el cerebro debilitado por la edadJ pero la gente no le 0aca casoI nos casi se desmayaban de ruición, otros geman -uedamente de tanto goce, los -ue no tenan experiencia se sorban los mocosI Bos amiliares de la $o+en pare$a 0aba intentado al principio 0acer circular a los curiosos, pero el caos de la lubricidad general no tardó en engullirlos tambi7n a ellos, de modo -ue se integraron en a-uella coral de procacidades para a!u!ar a los reci7n casadosI Por a.adidura, el papel principal de a-uel triste espectáculo era desempe.ado por el bisabuelo del no+io, -uien acometa tercamente la puerta del dormitorio nupcial con su silla de ruedasI Proundamente disgustado por la escena, di la +uelta para regresar al 0otelI
des0onestosJ sin embargo, todo esto no era gran cosa en comparación con lo -ue ocurra en el 0otelI 'l llegar, ya de le$os obser+7 -ue unos 0u7spedes en ropa interior saltaban por la +entana a la calle, rompi7ndose muc0os de ellos las piernas, y -ue +arias personas se 0aban reugiado en el te$adoI aba tambi7n muc0os esc7pticos -ue daban pali!as y patadas a su pró$imo sólo para a+eriguar si era cierto lo de la transmisión de sensaciones -ue tanto se comentabaI Bas +ctimas de esos atropellos pagaban con la misma moneda a sus agresores, de modo -ue toda la ciudad resonaba de sordos ruidos de golpesI u ante a-uel siniestro yo tambi7n como un demente, buscando a alguien, aun-ue uera una sola persona, -ue debiera su elicidad —o un po-uito de ella al menos— a la altruicina, pero sólo encontr7 a unos curiosos -ue +ol+an re!agados de a-uella noc0e de bodas: todos esos +illanos 0acan despecti+os comentarios sobre lo -ue 0aban +isto, $actándose de -ue ellos lo 0ubieran 0ec0o me$or, y todos apretaban en el pu.o gruesos palos para a0uyentar a cual-uier ser enermo o triste -ue se les cru!ara en el caminoI 'l mirarlos y escuc0ar, pens7 -ue se me iba a romper el cora!ón de pena y +ergen!a, y dese7 —con ansia aKn más apremiante— conocer al menos a un ser +i+o -ue ali+iara mi triste!aI >aba odo decir -ue +i+a en la ciudad un pensador esclarecido, er+iente propagador de las ideas de raternidad y sabia toleranciaI