Introducción
Las ruinas circulares es la historia fantástica de un hombre que sueña con otro hombre. El
personaje no tiene nombre ni descripción física, la única característica es ser un mago. Él va hasta las ruinas de un antiguo templo, con forma circular, para soñar conscientemente con un ser humano perfecto. En este ensayo se pretende desentrañar desde una perspectiva psicoanalítica el cuento de Jorge Luis Borges, ³Las ruinas circulares´, obtenido del libro Ficciones (1944), con la intención de mostrarle al lector una interpretación diferente a la obra de este escritor argentino creando así un ambiente de intriga el cual proporcione al lector la curiosidad suficiente para leer el relato completo y profundizar en las materias psicoanalíticas.
Las Ruinas Circulares, Jorge Luis Borges (1944).
³Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere todo vuelve a florecer, eternamente corre el año del ser. Todo se rompe, todo se recompone; eternamente se construye a sí misma la misma casa del ser. Todo se despide, todo vuelve a saludarse; eternamente permanece fiel a sí el anillo del ser. En cada instante comienza el ser; en torno a todo ³Aquí´ gira la esfera ³Allá´. El centro está en todas partes. Curvo es el sendero de la eternidad´ (Nietzsche, 1889).
La imagen del círculo representa aquello continuo, incesante, nos muestra el infinito; la compulsión a regresar al mismo lugar, ya que no existe ni un fin, ni un principio. De acuerdo con Laplanche (1996) la compulsión a la repetición es ³un proceso incoercible y de origen inconsciente, en virtud del cual el sujeto se sitúa activamente en situaciones penosas, repitiendo así experiencias antiguas, sin recordar el prototipo de ellas, sino al contrario, con la impresión muy viva de que se trata algo plenamente motivado en lo actual´. Es así como el personaje de Borges, en el cuento Las ruinas circulares (1944), (el mago), llega al templo circular dispuesto a cumplir su única misión: soñar a un hombre. Es en el acto de soñar donde se encuentra la pulsión, entendiendo esta como un ³proceso dinámico consistente en un empuje (carga energética, factor de motilidad) que hace tender al organismo hacia un fin´ (Laplanche, 1996), y su fin es poder soñar un hombre integro para así imponerlo a la realidad. Según Gómez (2002), ³el objeto es aquello en lo cual puede la pulsión alcanzar cierta satisfacción. [...] El fin o meta de la pulsión es siempre la satisfacción, es decir, la supresión del estado de estimulación de la fuente de la pulsión´. El mago ve realizado su propósito al lograr soñar a un hombre. El hombre soñado es su objeto. El mago se puede considerar en la obra como un símbolo que representa tres etapas principales de desarrollo psicosexual propuestas por Freud en su obra Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905).
En el momento en que el mago llega a la ribera, su primera acción es besar el fango, lo cual nos esta hablando de una conducta oral, de igual forma cuando el mago busca un lugar adecuado en donde soñar, elige un área en la cual se mantenga cerca de los salvajes que le
pueden proporcionar el alimento necesario para cubrir sus necesidades. En la fase oral, de acuerdo con Laplanche (1996), ³el placer sexual esta ligado predominantemente a la excitación de la cavidad bucal y de los labios que acompaña a la alimentación. La actividad de nutrición proporciona las significaciones efectivas mediante las cuales se expresa y se organiza la relación de objeto; así por ejemplo, la relación de amor con la madre se hallará marcada por las significaciones: comer, ser comido´. La etapa anal es la ³segunda fase de la evolución libidinal se caracteriza por una organización de la libido bajo la primacía de la zona erógena anal, la relación de objeto está impregnada de significaciones ligadas a la función de defecación (expulsión-retención) y al valor simbólico de las heces´ (Laplanche, 1996). Esta etapa la podemos apreciar en el momento que el mago en sus sueños se encuentra impartiendo clases a un grupo de estudiantes, los cuales se encuentran en un examen para demostrar que son aptos para ser introducidos a la realidad, él los evalúa de tal forma, que finalmente decide no escoger a ninguno ya que lo alejaban de su propósito inicial, observando de esta manera el mecanismo expulsión-retención. El mago una noche después de haber hecho todo un ritual de preparación logro soñar un corazón: ³Para reanudar la tarea, esperó que el disco de la luna fuera perfecto. Luego, en la tarde, se purificó en las aguas del río, adoró los dioses planetarios, pronunció las sílabas lícitas de un nombre poderoso y durmió. Casi inmediatamente, soñó con un corazón que latía. Lo soñó activo, caluroso, secreto, del grandor de un puño cerrado, color granate en la penumbra de un cuerpo humano aún sin cara ni sexo; con minucioso amor lo soñó, durante catorce lúcidas noches. Cada noche, lo percibía con mayor evidencia. No lo tocaba: se limitaba a atestiguarlo, a observarlo, tal vez a corregirlo con la mirada. Lo percibía, lo vivía, desde muchas distancias y muchos ángulos. La noche catorcena rozó la arteria pulmonar con el índice y luego todo el corazón, desde afuera y adentro. El examen lo satisfizo. Deliberadamente no soñó durante una noche: luego retornó el corazón, invocó el nombre de un planeta y emprendió la visión de otro de los órganos principales. Antes de un año llegó al esqueleto, a los párpados. El pelo innumerable fue tal vez la tarea más difícil. Soñó un hombre íntegro, un mancebo, pero éste no se incorporaba ni hablaba ni podía abrir los ojos. Noche tras noche, el hombre lo soñaba dormido. [...] En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó´ (Borges, 1944).
Esta escena se puede ubicar como la etapa fálica en la que de acuerdo con Laplanche (1996) es la ³unificación de las pulsiones parciales bajo la primacía de los órganos genitales; pero a diferencia de la organización genital puberal, el niño o la niña no reconocen en esta fase más que un solo órgano genital, el masculino, y la oposición de los
sexos equivale a la oposición fálico-castrado´. El acto de crear a un hombre, el acto de dar vida, sin la intervención de una figura femenina, es una conducta fálica, debido a que él mago es del género masculino. Podemos apreciar de igual forma el principio de realidad que ³se basa en el funcionamiento controlado y ligado de la energía: las cargas no fluyen libremente sino que se mantienen en reposo o se emplean en pequeñas cantidades´ (Gómez, 2002). Así el mago dedica su tiempo para observar detalle a detalle e ir perfeccionando minuciosamente. También en el momento de liberar al hombre soñado a la realidad es una conducta anal de expulsión y retención. ³Amor hacia el progenitor del sexo opuesto y los deseos de muerte dirigidos contra el progenitor del mismo sexo´ (Fenichel, 1997), es lo que entendemos como el complejo de Edipo, el cual en el cuento hay un momento en que el mago siente el impulso de eliminar a su hombre soñado, por temor a que este descubriera que es el sueño de otro: ³Una tarde, el hombre casi destruyó toda su obra, pero se arrepintió. (Más le hubiera valido destruirla.) Agotados los votos a los númenes de la tierra y del río, se arrojó a los pies de la efigie que tal vez era un tigre y tal vez un potro, e imploró su desconocido socorro. Ese crepúsculo, soñó con la estatua. La soñó viva, trémula: no era un atroz bastardo de tigre y potro, sino a la vez esas dos criaturas vehementes y también un toro, una rosa, una tempestad. Ese múltiple dios le reveló que su nombre terrenal era Fuego, que en ese templo circular (y en otros iguales) le habían rendido sacrificios y culto y que mágicamente animaría al fantasma soñado, de suerte que todas las criaturas, excepto el Fuego mismo y el soñador, lo pensaran un hombre de carne y hueso´ (Borges, 1944).
Retomando al mago, podemos apreciar que muestra una conducta neurótica obsesiva al no existir ningún otro propósito más importante que el de soñar a su hombre, el cual lo absorbe tanto que se olvida hasta de su propio nombre. ³El conflicto psíquico se expresa por los síntomas llamados compulsivos: ideas obsesivas, compulsión a realizar actos indeseables, lucha contra estos pensamientos y tendencias, ceremoniales, conjuratorios, etc.´(Laplanche, 1996). También podría interpretarse como una conducta esquizofrénica, que Laplanche (1996), nos dice que la esquizofrenia es la ³separación de la realidad con replegamiento sobre sí mismo y predominio de una vida interior entregada a las producciones de fantasías´. Esta vuelta hacia el sí mismo y la evitación de la realidad se aprecia claramente desde el momento en que el mago se dedica a soñar. Se sueña impartiendo clases a un
grupo de alumnos, y sueña a su hombre, tomando la mayor parte del día para llevar a cabo esta actividad, eliminando así las horas en las que pudiese establecer algún contacto con el mundo, pero a pesar de eso escogía lugares para soñar en los cuales aun pudiera mantener un vinculo con la realidad: ³El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sí sobrenatural. Quería soñar un hombre: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. Ese proyecto mágico había agotado el espacio entero de su alma; si alguien le hubiera preguntado su propio n ombre o cualquier rasgo de su vida anterior, no habría acertado a responder. Le convenía el templo inhabitado y despedazado, porque era un mínimo de mundo visible; la cercanía de los leñadores también, porque éstos se encargaban de subvenir a sus necesidades frugales. El arroz y las frutas de su tributo eran pábulo suficiente para su cuerpo, consagrado a la única tarea de dormir y soñar´ (Borges, 1944).
La esquizofrenia es entendida como una regresión al narcisismo primario que ³designa un estado precoz en el que el niño catectiza toda su libido sobre sí mismo´ (Laplanche, 1996). El mago muestra un narcisismo primario en la mayoría de sus acciones, en las cuales podemos hacer énfasis en el momento que después de dar sus lecciones a los alumnos, finalmente se queda con uno, el cual reflejaba la imagen del mago, se veía a sí mismo en él: ³Era un muchacho taciturno, cetrino, díscolo a veces, de rasgos afilados que repetían los de su soñador. No lo desconcertó por mucho tiempo la brusca eliminación de los condiscípulos; su progreso, al cabo de unas pocas lecciones particulares, pudo maravillar al maestro´ (Borges, 1944).
También, cuando crea a un hombre en sus sueños, él cual no existía si el mago no lo soñaba, creando así una conducta omnipotente. ³En general, sus días eran felices; al cerrar los ojos pensaba: Ahora estaré con mi hijo. O, más raramente: El hijo que he engendrado me espera y no existirá si no voy´ (Borges, 1944).
Dentro de esa conducta esquizoide-narcisista se aprecia una neurosis de transferencia en la cual según Laplanche (1996), ³la libido esta desplazada sobre objetos reales o imaginarios´, en este caso la libido del mago se encuentra depositada en su hombre soñado. En el complejo de castración ³el niño teme la castración como realización de una amenaza paterna en respuesta a sus actividades sexuales, lo cual le provoca una intensa angustia de castración´ (Laplanche, 1996), esto se podría ubicar en el cuento cuando el mago le induce el olvido a su hombre soñado:
³Comprendió con cierta amargura que su hijo estaba listo para nacer ± y tal vez impaciente. Esa noche lo besó por primera vez y lo envió al otro templo cuyos despojos blanqueaban río abajo, a muchas leguas de inextricable selva y de ciénaga. Antes (para que no supiera nunca que era un fantasma, para que se creyera un hombre como los otros) le infundió el olvido total de sus años de aprendizaje. Su victoria y su paz quedaron empañadas de hastío. En los crepúsculos de la tarde y del alba, se prosternaba ante la figura de piedra, tal vez imaginando que su hijo irreal ejecutaba idénticos ritos, en otras ruinas circulares, aguas abajo´ (Borges, 1944)
³Limpieza, liberación del afecto represado´ (Freud, 1967), es a lo que llamamos catarsis. Este concepto podemos apreciarlo a detalle en el final de la obra de Borges, cuando el mago decide entregarse al fuego, para así descubrir que él también es el sueño de alguien más: ³El término de sus cavilaciones fue brusco, pero lo prometieron algunos signos. Primero (al cabo de una larga sequía) una remota nube en un cerro, liviana como un pájaro; luego, hacia el Sur, el cielo que tenía el color rosado de la encía de los leopardos; luego las humaredas que herrumbraron el metal de las noches; después la fuga pánica de las bestias. Porque se repitió lo acontecido hace muchos siglos. Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo´ (Borges, 1944).
Conclusión Esta obra de Borges, despierta desde el primer momento una inmensa fascinación y un gran sentimiento de vacio al plantear la idea de ser solo una ficción de alguien más. La realización de este ensayo produjo una serie de conflictos emocionales, existenciales e intelectuales, convirtiéndose así en todo un reto tanto para el autor como para el lector. Pretender dar un cierre al ensayo es atentar contra la esencia circular de esta obra debido a que la imagen del círculo nos muestra la ausencia de un inicio y de un fin, marcándonos de esta manera un eterno retorno. Solo se deja abierta una gran incógnita, una duda que posiblemente haya sido olvidada, reprimida o ignorada, por miedo, por angustia, pero sabemos que aun sigue latente en lo más profundo de nuestro ser, que nos pregunta tímida pero acertadamente: ¿Realmente existo?
Bibliografía Borges, J. L. (1944). Ficciones. Madrid: Alianza Editorial. Fenichel, O. (1997). Teoría Psicoanalítica de las Neurosis (1ra Ed.). México: Ed. Paidós. Freud, S. (1967). Obras Completas. Madrid: Ed. Biblioteca Nueva Gómez, S. C. (2002). Freud y su Obra (1ra Ed.). España: Ed. Biblioteca Nueva. Laplanche, J. y Pontalis, J. B (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Barcelona: Ed. Paidós. Nietzsche, F. (1889). Así Habló Zaratustra. Madrid: Alianza Editorial.
Retroalimentación En un principio escuchar la palabra psicoanálisis era sinónimo de ³error´, ya que consideraba que es una terapia inservible, debido a que simplemente se compone de una charla. Sinceramente no ha cambiado mucho mi opinión respecto a la eficacia de las terapias, pero lo que sí me ha llamado mucho la atención es los conceptos que se utilizan, las interpretaciones que se les asigna, y la gran mayoría de ellos han logrado cautivar mi interés. Pero si me preguntaran que si me gustaría dedicarme a la corriente psicoanalítica contestaría sin titubear un NO, debido a que aunque intelectualmente me satisfaga muchos lagunas intelectuales que poseía, en el momento de aplicarlo a terapia no le encuentro funcionalidad. En cuanto al curso tomado en este semestre, me di cuenta que debo ser agradecida de tener una buena capacidad de lectura y retención, ya que el tiempo que le dedicaba de un tema a otro era sumamente corto, sin embargo, logre percatarme que realmente aprendí los conceptos y forje la capacidad de poder adaptarlos a la vida cotidiana, y de poder crear un ensayo de una lectura que a pesar de ser mi favorita me hice generarme una serie de conflictos de toda índole (emocional, existencial, intelectual), al aparentemente no encontrarle ninguna relación con el psicoanálisis, pero al ponerme ya seriamente a entregarme al psicoanálisis y al ensayo mágicamente comenzaron a aparecer todos los conceptos, de los cuales solo elegí los mejores para realizar mi ensayo. Y por último, respecto al profesor, me agrado mucho el haberlo conocido académicamente, aprendí mucho, me recordó que tengo que pensar por mi propia cuenta y no basarme simplemente en lo que dicen los autores. Si me gustaría que en futuras generaciones al ensayo se le dedicara más tiempo, por parte del profesor y de los alumnos, ya que creo que es un trabajo en el cual realmente aplicas tus conocimientos y te demuestras a ti mismo cuanto aprendiste y en donde se quedaron lagunas intelectuales. Ya solo me queda decir muchas gracias por su tiempo.