Al llegar al Altar el Sacerdote y el Diácono hacen reverencia y el Sacerdote comienza con el asperge. El Sacerdote tomando en su mano el aspersorio hace con el mismo la señal de la cruz en su frente, llevándolo luego hasta su pecho, hombro derecho y hombro izquierdo mientras dice:
SACERDOTE: Purifícame Señor + para que pueda celebrar dignamente tu servicio. En tres direcciones hacia el Altar (centro, izquierda y derecha) dice:
Con el poder del Señor expulso toda maldad de este su Santo Altar y Santuario. Y de frente al pueblo (centro, izquierda y derecha) dice:
Y de esta casa donde le adoramos. Amén. En la Misa Solemne, mientras se hace el Cántico de Entrada, el Diácono prepara el incensario, e inciensa el Altar y al Sacerdote. Para preparar el Incensario, el Diácono lo lleva encendido hasta el Sacerdote y este después de verter el incienso tres veces lo bendice, diciendo:
SACERDOTE: Seas bendito † por aquél en cuyo honor vas a ser quemado. El Sacerdote asciende al Altar, lo reverencia y lo besa; se recita o canta un versículo de un salmo.
SACERDOTE: Oremos. Escúchanos Oh Señor, Santo Padre Omnipotente y Eterno Dios, y envía propicio a tu Santo Ángel desde el cielo para que esté con tu pueblo aquí presente, que se ha reunido para servirte y adorarte. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Para dar comienzo a la Divina Liturgia el Sacerdote dice:
SACERDOTE: Bendito sea Dios, Padre, + Hijo y Espíritu Santo. TODOS: Y bendito sea su Reino, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
En Adviento y Cuaresma:
SACERDOTE: Bendecid al Señor, que perdona todos nuestros
pecados.
TODOS: Porque para siempre es su misericordia. Amén. Desde Pascua hasta Pentecostés:
SACERDOTE: ¡Aleluya! Cristo ha resucitado. TODOS: ¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!.
INTROITO. SACERDOTE: Dios Todopoderoso, para quien están abiertos todos
los corazones, para quien todo deseo es conocido y para quien ningún secreto está escondido, limpia los pensamientos de nuestros corazones por medio de la inspiración de Tú Santo Espíritu, para que perfectamente podamos amarte y magnificar Tú Santo Nombre, por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Oíd lo que nuestro Señor Jesucristo dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Este es el primero y el más grande mandamiento. Y el segundo es semejante a este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos pende la ley y los profetas.
TODOS: Señor, ten piedad de nosotros.
(Kyrie Eleison)
Cristo, ten piedad de nosotros.
(Christe Eleison)
Señor, ten piedad de nosotros.
(Kyrie Eleison)
GLORIA IIN E EXCELSIS. Se omite en pre Navidad, la Gran Cuaresma, Rito Nupcial y Trisagios (Réquiem). El Sacerdote con ambas manos hace un símbolo en forma de corazón, desde adentro hacia fuera, desde arriba hacia abajo y deja sus brazos abiertos diciendo:
SACERDOTE: Gloria a Dios en las Alturas. TODOS: Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.
Nosotros te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias por tu gran Gloria. Oh Señor, Dios Rey Celestial, Dios Padre Omnipotente. Oh Señor, Hijo Unigénito, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros, Tú que quitas los pecados del mundo, recibe nuestro ruego. Tú que estás sentado a la diestra del Padre, ten misericordia de nosotros. Porque Tú solo eres Santo. Tú solo eres Señor. Tú solo eres Altísimo. Oh Jesucristo con el Espíritu Santo en la Gloria de Dios Padre. Amén, Amén. El Sacerdote de frente al pueblo, dice:
SACERDOTE: El Señor esté con vosotros. TODOS: Y con tu espíritu. El Sacerdote de frente al Altar, dice la Oración Colecta.
ORACIÓN C COLECTA. SACERDOTE: Oremos. El Sacerdote hace la colecta del tiempo litúrgico con los brazos abiertos y extendidos y finaliza diciendo: Amén. (Véase Libro de Colectas).
EPÍSTOLA. (S ent ad os). El Diácono o el Lector, lee la epístola y concluye la misma diciendo.
LECTOR: Palabra de Dios. TODOS: Demos gracias al Señor.
GRADUAL. El Sacerdote ora en silencio antes de proclamar dignamente el Santo Evangelio:
SACERDOTE: Purifica mi corazón y mis labios oh Dios, como
purificaste los labios del profeta Isaías, con un carbón ardiente de tu Santo Altar, así en tu amorosa compasión purifícame, para que dignamente proclame tu Santo Evangelio, por Cristo nuestro Señor. Amén. El Sacerdote inciensa el Libro del Evangelio, mientras se canta el gradual (Aleluya). El Sacerdote de frente al pueblo, dice:
SACERDOTE: El Señor esté siempre con vosotros. TODOS: Y con tu espíritu.
SANTO E EVANGELIO. ( De pie). El Diácono inciensa el Libro del Evangelio hasta el final de la lectura.
SACERDOTE: Lectura del Santo Evangelio según San… El Sacerdote hace la señal de la cruz sobre el Evangelio y luego él se persigna.
SACERDOTE: Hasta aquí la lectura del Santo Evangelio. Al terminar la lectura el Sacerdote besa el Evangelio y lo cierra.
TODOS: Gloria a Ti, + Señor Jesús.
HOMILÍA. (S ent ad os). Se lleva a cabo la Homilía.
CREDO N NICENO. ( De pie). El Credo se omite en las misas de Réquiem y en el Rito Nupcial.
SACERDOTE: Creo en un solo Dios. TODOS: Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra y de
todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo. Hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos. Luz de luz. Dios Verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho, que por nosotros y por nuestra salvación, bajó del Cielo (se ar r ro d illan t od os en señal d e r ever encia al mist er io d e la encar nación) se encarnó del Espíritu Santo y de Santa María Virgen y se hizo hombre (se incor por an) por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, al tercer día resucitó según Las Escrituras, subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre, de donde vendrá de nuevo con Gloria para juzgar a vivos y a muertos y su Reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificador que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado, y que habló por los Profetas. Y en la Iglesia, que es + Una, Santa, Católica y Apostólica, confieso un solo Bautismo para el perdón de los pecados, espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
OFERTORIO. (S ent ad os). El Sacerdote de frente al pueblo y haciendo la señal de la cruz dice:
SACERDOTE: El Señor esté siempre con vosotros. TODOS: Y con tu espíritu. El Sacerdote de frente al Altar lee un versículo de las Escrituras. Se puede cantar un cántico mientras se prepara el ofertorio. El Diácono inciensa las ofrendas, el altar, el celebrante y a los fieles.
Se prepara el pan y el vino. Antes de verter el agua en el Cáliz se debe decir:
SACERDOTE: Seas bendita † por aquél en cuyo honor vas a ser consumida. Cuando los dones de pan y vino están listos sobre el Antimension en el Altar, el Sacerdote toma el Pan y elevándolo dice:
SACERDOTE: Oh Dios del uuniverso, tte oof recemos eeste ppan, f ruto de la tierra y del traba jo de hombres y mu jeres que en tu generosidad nos has dado. Que él sea para nosotros alimento de vida eeterna. A Amén. Hace una reverencia y luego toma el Cáliz y elevándolo dice:
SACERDOTE: Oh D Dios d del u universo, tte oof recemos eeste vvino, f f ruto de la vid y del traba jo de hombres y mu jeres que en tu generosidad nos has dado. Que él sea para nosotros alimento de vida eeterna. A Amén. Terminada esta, el Sacerdote hace una reverencia y continúa con el Lavabo.
LAVABO. El Sacerdote lavándose los dedos de las manos, dice:
SACERDOTE: Lavaré mis manos en inocencia oh Señor, y así me acercaré a tu Altar, para que muestre la voz de gratitud y hable tus maravillosas obras. Al terminar de lavarse el Sacerdote se seca las manos con una toalla diciendo:
Gloria al Padre, + al Hijo y al Espíritu Santo como eran al principio es ahora y será siempre, por los siglos de los siglos. Amén. El Sacerdote de frente al pueblo y con los brazos abiertos y extendidos dice:
SACERDOTE: Oremos. Orad hermanos para que este sacrificio mío y vuestro sea aceptable a Dios Padre Todopoderoso.
TODOS: Que el Señor reciba este sacrificio de tus manos para alabanza y gloria de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia. Amén. El Sacerdote de frente al Altar, dice:
PETICIONES. ( De pie). SACERDOTE: Oremos por toda la Iglesia de Cristo. Dios Todopoderoso y Eterno que mediante tu Santo Apóstol nos enseñasteis a orar, a suplicar y a darte gracias, humildemente pedimos tu clemencia para que tu divina Majestad, acepte nuestras ofrendas y oraciones, implorándote que inspires constantemente a la Iglesia Universal con el Espíritu de Verdad, Unidad y Concordia, y que concedas a todos los que hacen confesión de tu Santo Nombre que se reconcilien en la verdad de tu Palabra Santa y vivan en Unidad y Amor Divino.
DIÁCONO: Te rogamos también guíes y predispongas los corazones de todos los gobernantes para que puedan en verdad y con imparcialidad impartir justicia, castigando la iniquidad y la maldad y sustentando tu verdadera religión y virtud.
SACERDOTE: Otorga tu gracia, Padre Celestial, a todos los Obispos
y Pastores, especialmente a nuestro Patriarca Su Santidad N N , a nuestro Obispo Su Excelencia N N y a todo el Santo Sínodo para que en sus vidas y en sus doctrinas puedan dar a conocer tu Palabra verdadera, siempre llena de vida, y sepan administrar debidamente los Santos Sacramentos.
DIÁCONO: Dispensa de igual manera tu Divina Gracia a todas las
personas y en especial, a esta congregación, para que con corazón sumiso y la debida reverencia oigan y reciban Tu Santa Palabra, verdaderamente sirviéndote en santidad y rectitud todos los días de su vida.
SACERDOTE: Pedimos de Ti, Señor, con la mayor humildad que
con Tu bondad confortes a todos aquellos que en esta vida de tránsito se encuentren turbados, afligidos, necesitados, enfermos o estén pasando por cualquier otra adversidad; en especial por … N N .
DIÁCONO: Así mismo alabamos + Tu Santo Nombre por todos los siervos que partieron de esta vida en fe y temor de Ti, suplicándote que les permitas crecer continuamente en Tu amor y servicio. Danos gracia para que sigamos los buenos ejemplos de la Bendita Virgen María y de todos tus Santos para que por sus intercesiones, podamos con ellos ser partícipes de tu Reino Celestial.
SACERDOTE: Concédelo, Padre, en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, nuestro Único Mediador y defensor. Amén.
DEVOCIONES P PARA L LA C COMUNIÓN. SACERDOTE: Vosotros, los que verdaderamente y fervientemente
estáis arrepentidos de vuestros pecados y estáis en amor y caridad con vuestro prójimo, los que pensáis llevar una nueva vida siguiendo los mandamientos de Dios, transitando en sus santos caminos, os podéis acercar con fe y tomad el Santo Sacramento para vuestra consolación, haciendo vuestra humilde confesión a Dios Todopoderoso devotamente arrodillados.
CONFESIÓN D DE P PECADOS. Todos puestos de rodillas exclaman:
TODOS: Dios Todopoderoso, Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
Creador de todas las cosas, Juez de todos los hombres, reconocemos y sentimos nuestros múltiples pecados y las malas obras que continuamente cometemos de pensamiento, palabra y obra contra Tu Divina Majestad, provocando muy justamente Tu Ira y Tu Indignación. Ferviente y sinceramente nos arrepentimos de nuestras malas acciones cuyo recuerdo nos es doloroso y su carga es intolerable.
Ten piedad de nosotros, te rogamos, ten piedad de nosotros, Padre Misericordioso y por Tu Hijo Jesucristo concédenos el perdón de nuestras acciones pasadas haciendo que podamos servirte en novedad de vida, por el Honor y la Gloria de Tu Nombre y por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. La congregación se mantiene de rodillas, el Sacerdote se vuelve hacia los fieles y da la absolución.
SACERDOTE: Dios Todopoderoso y Padre Celestial que por su gran
misericordia ha prometido el perdón de los pecados a quien a Él acude con sincero arrepentimiento y verdadera fe, tenga misericordia de vosotros, † perdone todos vuestros pecados, os confirme y fortalezca en todo bien y os conduzca a la vida eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
PALABRAS C CONSOLADORAS. (S ent ad os). Mientras se recitan los siguientes versos, se pasa la colecta a los fieles.
SACERDOTE: Oíd las reconfortantes palabras que nuestro Salvador dirige a todo aquel que con sinceridad acude a Él.
DIÁCONO: “Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cansados que yo os haré descansar”. (Mateo 11:28).
SACERDOTE: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16).
DIÁCONO: Escuchad también las palabras de San Pablo, “Palabra
fiel y digna de ser recibida por todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. (1 Timoteo 1:15).
SACERDOTE: Oíd también lo que dijo San Juan, “si alguno hubiese
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo. Él es la propiciación por nuestros pecados y no solamente por los nuestros, sino por los del todo el mundo”. (1 Juan 2:1).
SACERDOTE: El Señor esté siempre con vosotros. TODOS: Y con tu Espíritu.
OFRENDAS. SACERDOTE: Dad al Señor la gloria debida a su Nombre y venid
con ofrendas (Sal 96,8). Si traes tu ofrenda al Altar y recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda delante del Altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y después ven y presenta tu ofrenda (Mt 5,23s). Todo es tuyo Oh Señor.
TODOS: Y de lo tuyo te damos. (1 Cr 29,11). Los diáconos u otros fieles competentes recogen las ofrendas y las llevan al Sacerdote, quién las pone en el Altar e inciensa y bendice.
PLEGARIA E EUCARÍSTICA. ( De pie). El Sacerdote de frente al pueblo, dice:
SACERDOTE: El Señor esté siempre con vosotros. TODOS: Y con tu Espíritu. El Sacerdote de frente al Altar hace con ambas manos un símbolo en forma de corazón, desde adentro hacia fuera, desde arriba hacia abajo y deja sus brazos abiertos mientras dice:
SACERDOTE: Elevemos el corazón. TODOS: Lo tenemos elevado hacia el Señor. SACERDOTE: Demos gracias al Señor Nuestro Dios. TODOS: Es justo y es necesario. SACERDOTE: Es digno y es justo y nuestro deber darte gracias en todo tiempo y en todo lugar. Oh Señor, Santo Padre, Omnipotente Eterno Dios.
El Sacerdote dice el prefacio del día (del Libro de Colectas) y concluye con estas palabras:
Por tanto, con ángeles y arcángeles y con toda la compañía celestial, alabamos y magnificamos Tu glorioso Nombre, ensalzándote siempre y diciendo:
SANCTUS. TODOS: Santo, (el Diácono toca un primer golpe de campana) Santo, (el Diácono toca un segundo golpe de campana) Santo, (el Diácono toca un tercer y último golpe de campana) Es el Señor Dios del Universo, llenos están el cielo y la tierra de tu Gloria, hosanna, hosanna, hosanna en el cielo; bendito el que viene en el Nombre del Señor, hosanna en el cielo, hosanna, hosanna, hosanna.
CANON D DE L LA M MISA. El Sacerdote con los brazos abiertos y extendidos, dice:
SACERDOTE: Gloria a Ti, Dios Omnipotente, Nuestro Padre Celestial, porque Tú en Tu inmensa Misericordia, estregaste a Tu Único Hijo Jesucristo, para sufrir muerte en la cruz para nuestra redención, quien hizo allí por la oblación de sí mismo una vez ofrecida, un completo, perfecto y suficiente sacrificio, oblación y satisfacción por los pecados de todo el mundo, he instituyó y en su Santo Evangelio nos mandó continuar, una perpetua memoria de aquella su preciosa Muerte y sacrificio hasta su segunda venida. El Diácono suena la campanilla para avisar el momento de la Consagración y todos permanecen de pie o se ponen de rodillas.
CONSAGRACIÓN. El Sacerdote imponiendo sus manos sobre el pan, dice:
SACERDOTE: Porque la misma noche en la cual iba a ser entregado, tomó pan, y habiendo dado gracias, lo bendijo † lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad, ccomed, eesto ees m mi ccuerpo eentregado por vosotros para el perdón de los pecados. Haced esto, en conmemoración m mí a. El Diácono toca la campanilla tres veces mientras el Sacerdote eleva la oblación. Después el Sacerdote hace una reverencia. El Sacerdote imponiendo sus manos sobre el vino, dice:
SACERDOTE: Del mismo modo, terminada la cena, tomó el cáliz, lo bendijo † y lo santificó diciendo: Bebed todos de él porque esta es mi ssangre d de lla n nueva aalianza, q que ees d derramada p por ttodos p para lla remisión de los pecados. Haced esto cuantas veces lo bebieres en memoria m mí a. El Diácono toca la campanilla tres veces mientras el Sacerdote eleva la oblación usando un paño rojo cubriendo la base del Cáliz. El Sacerdote hace una reverencia.
OBLACIÓN. (S ent ad os). SACERDOTE: Por tanto, oh Señor y Padre Celestial, según la
institución de Tu Amado Hijo Nuestro Salvador Jesucristo, nosotros, tus humildes siervos, celebramos y hacemos aquí ante Tu Divina Majestad, con estos Tus Santos Dones que ahora te ofrecemos, el memorial que Tu Hijo nos ha mandado hacer, recordando su bendita Pasión y preciosa muerte, su poderosa Resurrección y Gloriosa Ascensión, tributándote las más cordiales gracias por los innumerables beneficios procurados para nosotros por estas.
EPIKLEPSIS. El Sacerdote imponiendo las manos sobre el pan y el vino, dice:
SACERDOTE: Y te suplicamos humildemente, oh Padre
misericordioso, nos escuches y por Tu poderosa Bondad, Te dignes bendecir y Santificar, † con Tu Verbo y Espíritu Santo, estos Tus Dones y Criaturas de Pan y Vino, para que recibiéndolos conforme a la Santa Institución de Tu muy Amado Hijo Jesucristo, en memoria de su Pasión y Muerte seamos partícipes de su muy bendito Cuerpo y Sangre.
TODOS: Amén, Amén, Amén. SACERDOTE: Y deseamos ardientemente que tu Bondad Paternal
acepte benignamente este nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias, suplicándote humildemente nos concedas que por los méritos de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y mediante nuestra fe en su Sangre, nosotros y toda Tu Iglesia obtengamos la remisión de nuestros pecados y todos los demás beneficios de su Pasión. Y aquí nos presentamos y hacemos ofrendas de nosotros mismos, oh Señor, nuestras almas y nuestros cuerpos, como un sacrificio razonable, santo y vivo para ti, rogándote humildemente que nosotros y todos los que participamos de esta Santa Comunión, recibamos dignamente el precioso Cuerpo y Sangre de Tu Hijo Jesucristo, y seamos llenos de tu Gracia y bendición Celestial, y hechos un cuerpo con Él, habite en nosotros y nosotros en Él. Te ofrecemos también este servicio, oh Dios de vivos, por todo espíritu justo que descansa en la fe, especialmente por N N (d i f f unt os), y aquellos cuya fe sólo tú conoces. Y concede que alcancemos nuestra herencia junto a la siempre bendita Virgen María, con los Patriarcas, Profetas, Apóstoles y Mártires, con N N (S ant o d el d í ía u ot r ro s) y todos los santos que han encontrado tu favor a lo largo de los tiempos.
Y aunque por nuestros muchos pecados, seamos indignos de ofrecerte sacrificio alguno, si te suplicamos que aceptes este nuestro deber y servicio, no pensando en nuestros méritos, sino perdonando nuestras ofensas, mediante Jesucristo Nuestro Señor, por quien y con quien, en la Unidad de Espíritu Santo, sea todo honor y gloria a Ti, oh Padre Omnipotente, por los siglos de los siglos. Amén.
DIÁCONO: Oremos ahora conforme nuestro Salvador Cristo nos ha enseñado. Nos atrevemos a decir:
PADRE N NUESTRO. (( De pie). TODOS: Padre Nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea Tu
Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Y no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria por los siglos de los siglos. Amén.
FRACCIÓN D DEL P PAN. Partiendo el pan consagrado para la comunión, el Sacerdote dice en voz alta:
SACERDOTE: Señor Jesucristo y Dios Nuestro, desde Tu Celestial
morada y desde el Trono Glorioso de Tu Majestad, míranos y santifícanos. Tú que en las alturas reinas con el Padre y estás aquí invisible con nosotros, dígnate darnos tu santo Cuerpo y tu preciosa Sangre con tu Poderosa mano y a través de mí, tu Sacerdote, a todo el pueblo. Te rogamos Señor que nos libre de todos los males pasados, presentes y futuros, y por la intercesión de la bendita, gloriosa y siempre Virgen María, Madre de Dios, con los benditos apóstoles, Pedro, Pablo y Andrés y con todos los Santos, danos la paz en nuestros días, que nos
mantengamos libres de todo pecado y salvos de todo peligro, por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor Nuestro que contigo, en la Unidad del Espíritu Santo Vive y Reina, un solo Dios por los siglos de los siglos. Amén. El Sacerdote de frente al pueblo, dice:
SACERDOTE: La Paz del Señor esté con todos vosotros. TODOS: Y con tu espíritu. El Sacerdote de frente al Altar, dice:
AGNUS D DEI. ( De pie). TODOS: Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo ,
t en
pied ad d e n nosot r ro s.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
t en p pied ad d e
nosot r ro s.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, d anos lla pa z. En las misas de réquiem en lugar de decir: …ten piedad de nosotros. Se dice: …dale el descanso eterno.
ORACIÓN. TODOS: Nosotros no nos atrevemos a venir a venir a tu mesa, oh
Señor misericordioso confiados en nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes misericordias. No somos dignos ni aun de recoger las migajas debajo de tu mesa, más tú eres el mismo Señor, siempre misericordioso por naturaleza. Concédenos, por tanto, Señor por tu clemencia, que de tal modo consumamos la Carne de tu amado Hijo Jesucristo y, bebamos su Sangre, que siempre vivamos en Él y Él en nosotros. Amén. El Sacerdote y el Diácono toman la Comunión. Tomando el pan dice:
Padre N N , recibe el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo para remisión de tus pecados y para que te conserve para la vida eterna. Amén.
Consumen el pan y luego hacen una reverencia.
Padre N N , recibe la sangre de nuestro Señor Jesucristo para remisión de tus pecados y para que te conserve para la vida eterna. Amén. Consumen el vino y luego hacen una reverencia. A continuación el Diácono suena la campanilla para indicar al pueblo que se acerque al Altar. El Sacerdote con los Dones en la mano y de frente al pueblo (la copa en la mano izquierda sobre la derecha donde lleva el pan y haciendo la señal de la cruz con ambas manos) dice lo siguiente:
SACERDOTE: He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
TODOS: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra Tuya bastará para salvarme.
ORACIÓN A ANTES D DE L LA C COMUNIÓN. TODOS: Creo y confieso que verdaderamente TÚ eres el Cristo, el
Hijo de Dios vivo, que viniste al mundo para salvar a los pecadores de los cuales yo soy el primero. Creo también que este es Tu Santísimo y Puro Cuerpo y que esta es Tu Sangre preciosa y venerable. Por tanto te ruego, Señor, que tengas misericordia de mí y perdones mis trasgresiones voluntarias e involuntarias, de palabra o de hecho, de conocimiento o de ignorancia y hazme digno para que sin condenación tome parte de tus Inmaculados Misterios, para la remisión de mis pecados y para la Vida Eterna. Amén.
COMUNIÓN D DE L LOS F FIELES. Aquí el Sacerdote invita a los fieles a participar de la Comunión mencionando si le es posible el nombre de cada persona y dando a besar el Cáliz al final diciendo:
SACERDOTE: N N , recibe el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo para remisión de tus pecados y para que te conserve para la vida eterna. Amén. Luego de terminada la Comunión a los fieles, el Sacerdote consume el resto que queda y organiza el Altar. Se puede usar un cántico mientras. Al concluir el Sacerdote, hace las abluciones.
ORACIÓN D DE A ACCIÓN D DE G GRACIAS. SACERDOTE: Oremos al Señor. TODOS: Altísimo y Eterno Dios, desde el fondo de nuestro corazón
te damos gracias porque nos has nutrido, en estos Santos Misterios, con el alimento espiritual del preciosísimo Cuerpo y Sangre de Tu Hijo Nuestro Salvador Jesucristo, y nos aseguras por ello, Tu favor y Bondad para con nosotros, pues somos verdaderos miembros incorporados al Cuerpo Místico de Tu Hijo, que es la Bendita Compañía de Tu Pueblo Fiel, siendo también por medio de la Esperanza, herederos de Tu Reino Eterno. Te suplicamos humildemente, Padre Celestial, que de tal modo nos asistas con tu Gracia que continuemos en tan santa compañía, y hagamos todas las buenas obras que Tu has preparado para que caminemos en ellas, mediante Jesucristo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo Honor y Gloria, por los siglos de los siglos. Amén. El Sacerdote de frente al pueblo, dice:
SACERDOTE: El Señor sea siempre con vosotros. TODOS: Y con tu Espíritu.
ORACIÓN D DE P POST C COMUNIÓN. ( De pie). El Sacerdote de frente al Altar, dice:
SACERDOTE: Oremos. Omnipotente y eterno Dios, te damos cordiales gracias porque nos has nutrido con estos santos misterios del Cuerpo y Sangre de tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo, y con ello nos aseguras tu favor y tu bondad, haciéndonos miembros del Cuerpo de Cristo, que es la comunión de todo tu pueblo fiel. Te suplicamos humildemente, Padre celestial, que de tal modo nos asistas con tu gracia que sigamos en tan santa compañía, y hagamos todas las cosas buenas que tú preparaste para nosotros; mediante Jesucristo nuestro Señor, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, ahora y por los siglos de los siglos. O bien:
Eterno Dios, Padre celestial, en tu bondad nos has aceptado como miembros vivos de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; nos has nutrido con alimento espiritual en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. Envíanos ahora en paz al mundo; revístenos de fuerza y de valor para amarte y servirte con alegría y sencillez de corazón; por Cristo nuestro Señor. O puede decir esta otra:
Omnipotente y sempiterno Dios, te damos gracias porque nos has nutrido con el alimento espiritual del preciosísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; y porque nos aseguras, en estos santos misterios, que somos miembros vivos del Cuerpo de tu Hijo y herederos de tu reino eterno. Y ahora, Padre, envíanos al mundo para cumplir la misión que tú nos has encomendado, para amarte y servirte como fieles testigos de Cristo nuestro Señor. A Él, a Ti y al Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, ahora y por siempre.
TODOS: Amén.
SACERDOTE: El Señor esté siempre con vosotros. TODOS: Y con tu espíritu.
BENDICIÓN. SACERDOTE: La Paz de Dios, que excede a todo entendimiento,
guarde vuestros corazones y mentes en el conocimiento y amor de Dios, y de su Hijo Jesucristo Nuestro Señor: y la bendición de Dios Omnipotente, † Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea con vosotros y more en vosotros eternamente. Amén. O puede decir esta otra:
SACERDOTE: La bendición de Dios Omnipotente y Misericordioso, Padre † Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre. Amén.
SACERDOTE: Retirémonos en paz. TODOS: Demos gracias a Dios. Después de inclinarse ante el Altar y besarlo, el Sacerdote y el Diácono se retiran.
NOTA: Los númer os de pá páginas q ue a pa par ecen en cada título son las de la u bi bicación en el f olleto de la Divina Litur gia de San Tik hon q ue utilizan los f eligr eses en l as Misiones y Par r ro q uias de nuestr o Ar zo bi bis pa pado y Exar q qu ia.